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AQUARELLEN REVISTA LITERARIA
Mes 12 – Año 08- Número 59
Dirección: Jesús De Castro - María José Mattus Portada: ―Cabeza de medusa‖ – Caravaggio
TODOS LOS CONTENIDOS DE AQUARELLEN ESTÁN AUTORIZADOS POR SUS AUTORES. EDITADO EN COQUIMBO- CHILE ISBN 0717-0041
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EDITORIAL El arte de la literatura, el de verter las letras en un intento de liberación es la razón de nuestra revista, editorial y casa de literatura. Este DA-SAIN literario se refleja en la edición de nuestro primer eslabón de letras que han sumado poéticas, narrativas y pensamientos. Este nuevo número refleja, una vez más nuestro compromiso con el alma de la vida en letras, esa manifestación tan vital para todos los que amamos el arte de la expresión escrita.
Marijo Mattus
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EN ESTE NÚMERO
Edgard Smtih Hernán Tenorio Carmen Clavijo Robert Cruz Hanna Barco Pedro Araya Yamil Artigas Gustavo Villani
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EDGARD SMITH
Edgar Smith—República Dominicana, reside en la ciudad de Roanoke, Texas. Escritor, editor y traductor. Ha publicado los poemarios Algunas tiernas imprecisiones (2013), Island boy (2014), Randomly, a poem (inglés, 2016), Versenal (2016), Verso y Lágrima (2018) y Voz propia /Voice of our own (Poesía bilingüe, 2019); los libros de cuentos El Palabrador (2013), Cuentos raros(2016), The Wordsmith (inglés, 2017), Puro cuento (2020), Por esta curiosa ventana (2021), Through this strange window (2021); y las novelas La Inmortalidad del cangrejo (2015), Gnuj & Alt (inglés, 2017) y arrimao (2018). Además, Tandava (Poesía, 2018), junto a la poeta mexicana Silvia Siller. Poemas suyos han sido incluidos en las antologías Solo para locos Vol. 2 (2015), The Multilingual Anthology (2015), Selección Poética Lacuhe (2016), Voces Poéticas de Nuevo Siglo (2016), Muñecas [Antología del movimiento Grito de Mujer] (2017), The Multilingual Anthology (2017), Retrato íntimo de poetas dominicanos (Taíno editores, 2019) y Antología 9
Poética Vol. 1 (Feria Internacional del libro de la ciudad de Nueva York, 2020). Poemas y cuentos suyos han sido incluidos en las revistas Hybrido, Dualis Dualis, Fuáquiti, Trazos, Gazeta oficial Lacuhe, The Latino Book Review, Nueva York Poetry Press Review y Azahar. En el 2015, durante su estadía de diez años en Nueva York, creó la editorial Books&Smith, la cual se ha establecido como una de las más sólidas en el estado.
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Tumba de mi madre Si tengo que poner algo en la tumba de mi madre, pondré mis huesos. Hasta ese día llegará el futuro. Si tengo que decir palabra alguna, diré este sonido de ala rota que acuchilla mi garganta o tal vez este silencio de mar que los mares susurran a la espera de los buques. Hasta esa puerta, hasta esa dura hora, llegará la luz que dio color a los ojos de Dios cuando Dios era apenas arcilla; y alguien, más viejo, más sabio, lo erigía a imagen y semejanza. Nada habrá después de ti, madre mía. Ni miércoles ni agua ni crepúsculo adormecido sobre la frente ni fulgor de entrepierna ni música melodiosa de domingo sobre la greca. Yo, que soy tu débil ofrenda a todo este universo, me iré antes, en tu víspera, caducado, más solo que cuando aún eras virgen y eterna. Tú te quedas aquí. Yo me voy a recorrer misterios. Tranquila, tranquila que los hijos estamos para probar veneno y lamer madera con astillas. Nada de llanto, madre querida, nada de sombra para tus ojos. Si tengo que poner algo en la tumba de mi madre, pondré estos dedos y esta sangre que sin su voz es solo sangre. 11
Pondré este puñado de años que viví o me vivieron, que en su mayoría he perdido a cambio de unas cuantas bocas y dos o tres júbilos. Entonces, a la entrada de la muerte, que es un templo como cualquier otro, tocaré y me abrirán y se sorprenderán porque te esperaban. Me reiré en sus caras, madre mía, madre de mi alma, y se desmembrarán de la ira. No importa si te buscan, si quieren tocar tus manos de cebollín y pan de agua, ¡jamás te encontrarán, madre! En tu tumba, solo mis huesos muertos de la risa, y el grato aroma de tu útero, mezcla de barro, cundeamor, petricor y riachuelo.
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A la mano Ya no recuerdo de qué hacíamos las bases. La pelota era de goma. Rebotaba con un soplido. Rebotaba como rebotó el tiempo: de la pared y los pórticos, de las espaldas al sol; como rebotaron los días de soñar despierto y se perdieron en la ausencia de un plan para esos sueños. Los muchachos a torso desnudo obstruíamos las aceras y la calle. Los muchachos éramos la savia que huía del encierro de la madera. Nos repartíamos jugadores. Echábamos el turno a la suerte. Los viejos nos miraban desde las mecedoras con la mano visera salvando del sol las pupilas ya marchitas. Abu era el más alegre. Los otros nos miraban porque ya no les quedaban fotos en la memoria. Yo no era ni remotamente bueno (Ser el nieto del Curro me salvó de la vergüenza), pero entonces yo no lo sabía. Creía que era uno de ellos. Uno de los muchachos descalzos, sin rumbo ni brújula ni madre dando ultimátums ni juguetes con baterías. 13
Yo entonces no lo sabía: que eran moscas o que eran libres. Solo que los patines debían tener ruedas de precisión y que los domingos podríamos ir a Mundo sobre ruedas; que mi padre era de leyenda o que madre hurtaba minutos de la casa para llenar conmigo el crucigrama. Yo creía que era uno de ellos porque alguna vez rocé la pelota y rebotó por los callejones, saltó parques, y carretillas oscuras de carbón con alacranes rojísimos. Porque una vez besé miel sin saber qué futuras mentiras saboreaba ella en mis labios. Ahora sé que no era uno de ellos. Ellos conocían de sobra el sabor de los pezones y el color de la madrugada, enredados en la oscura, dulce, dura hierva del deseo. Pero mi abuelo me observaba desde la mecedora y yo me moría por pegarle a aquella pelota.
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HERNÁN TENORIO
Hernán Tenorio nació en Lanús en 1978. Es profesor de castellano, literatura y latín por el I.S.P. ―Dr. Joaquín V. González‖. Publicó su primer libro de poemas, Guitarra nocturna, por la editorial El ojo del mármol (2013); Nonegar, por La carretilla roja ediciones (2016); Selección y combinación. Una década de poesía (poemarios inéditos 20052015) en Página de poesía (edición online. 2017); la novela La Nave en Epublibre / Proyecto Scriptorum (edición online. 2018); Burbujo por Clara Beter Ediciones (2018); su segunda novela, El sueño recurrente, en 15
Epublibre / Proyecto Scriptorum (edición online. 2019) y Cyberpunk, su último poemario se publicó en 2020, en Fuegos portátiles (online). Además, ha publicado cuentos y poemas en antologías, revistas y sitios web. Actualmente es profesor en escuelas de la Ciudad de Buenos Aires; coordina el taller virtual ―En casa‖ y dirige Fuegos portátiles, biblioteca virtual de poesía. Algunos de sus textos se pueden leer en: https://hernantenorio.webnode.com/
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VIII
¿Cuántos gigas se necesitan para inventar una realidad distinta? Veo pixelada tu cara ahora y trato de dibujarla con un palo fósil en la playa barrosa del faro láser. Finalmente, busco en mi disco otro archivo JPG que te contenga que represente tus ojos, tu piel, que te complete pero ―Ningún elemento coincide con el criterio de búsqueda…‖.
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XV
Con ese sentimiento análogo duerme la bestia acostada en su propio encierro y los pendientes de cruces dependen de todas las fronteras de lo nuevo y lo antiguo de lo biológico y de lo 1o que no lo es: un marcapasos una prótesis de cadera un diente de porcelana una intervención quirúrgica por más pequeña que parezca… Mis formas en eso el contenido es espurio ambivalente cruje la madera y las bisagras 18
responden al aceite y los tonos siempre acongojados por el roce el trabajo brutal sí de los metales. En: Cyberpunk. 2019
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CARMEN CLAVIJO
CARMEN CLAVIJO, descendiente aymara, profesora de Educación General básica con mención en trastorno del aprendizaje, diplomado en políticas públicas e interculturalidad, Escritora, educadora tradicional en cultura y cosmovisión andina, comunicadora indígena, ex directora del periódico indígena Ajayu, Fundadora de la Fundación Educacional y Comunicacional Ajayu, Coach ontológico, viajera y soñadora. Sus inicios fueron desde pequeña en talleres literarios de colegios municipalizados de la región, encantando al público con la sencillez y fuerza de los poemas escritos desde el alma.
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Corazón de Cóndor.
Se cuenta que hace muchos años, un niño se convirtió en el alma de un cóndor y una niña aún lo espera en el desierto. Aunque los abuelos han olvidados algunas partes de la historia, aún se sigue transmitiendo a las generaciones. Wara[1] aún era una niña, cuando su corazón se encendió por las llamas del amor. Paqui [2] su mejor amigo y compañero de juegos, aún soñaba con un futuro mejor, mientras pastoreaba las llamas de sus abuelos. Ambos niños no tenían secretos entre ellos, se contaban sus aventuras, penas y aciertos. En una noche estrellada, fue cuando Wara, le contó a Paqui, que sentía algo diferente en su corazón, algo llamado ―amor‖. Paqui sorprendido, sólo balbució algunas palabras, que, en vez de tranquilizar a su compañera, sembró la duda; _ ¿y qué es el amor? Ambos conocían la palabra, pero en realidad no dimensionan su significado. Al principio, les preguntaron a sus abuelos, los cuales tampoco conocían bien la palabra amor y dieron algunas respuestas poco convincentes para los niños. Al ver que su duda ardía en su corazón más que nunca, decidieron preguntarle al yatiri[3] de la comunidad, el cual le contesto: _ El amor, es algo que no se puede ver, no se puede tocar, pero si se puede sentir. _ ¡es ilógico! ¿cómo puede haber algo que no se puede ver, ni tocar, pero si sentir? _ dijo Paqui. _ Pues claro, sólo deben sentir su ajayu[4], el poder de los latidos de su corazón, cuando se emocionan, cuando ven la sabiduría de la naturaleza, todo ello es amor. A sus cortos 12 años, era difícil comprender tan compleja respuesta que, hasta el ser humano en su vejez, no comprende. _ Yo he amado_ dijo Wara. _ ¿cómo? ¿ya has amado? _ le dijo Paqui, con una mirada de incertidumbre confundida con la inocencia. _ sí, he amado a mis padres y a mi tierra. _ Claro Wara, el amor no sólo se da entre las personas, también hacia tu entorno, el buen vivir, la lealtad, también es amor. 22
Paqui, miraba a Wara, tratando de comprender como era que ella ya había amado y él nunca había sentido amor. Paqui se sintió confundido y abrumado no sólo con las respuestas del yatiri, también con las palabras de su compañera.
Los niños se miraron y seguían sin comprender que el amor. Sin embargo, asentaron con su cabeza, casi un sí por complacencia. Paqui, aún con la incertidumbre miró a los ojos a Huara y le dijo; _ No entiendo aún, eso del amor. Veo en tus ojos la llama encendida de él, pero no sé qué es. _No busques más. El amor está en todos lados como dijo el yatiri y mis abuelos. _ ¡yo quiero saber más! ¡tengo una idea! Huara, lo miro incrédula, pero escuchó atentamente las palabras de su compañero. _Cuentan que, en la montaña más altas, se esconde el secreto del amor más puro y desinteresado. Solo pocos hombres han llegado a conocerlo ¡yo quiero ser uno de ellos! _ ¿te irás? ¡no lo hagas! Muchos no han vuelto, se han perdido en el intento, los espíritus negativos los han engañado y se han quedado en las sombras de los muertos. Paqui acaricio la cara de su compañera, seco sus lágrimas y mirándola fijamente a sus ojos le dijo; _ Yo volveré, sí lo haré, traeré el secreto del amor y volveré por ti, Inti bendecirá mi camino. No llores más. _ ¿Y si no vuelves? _ si no vuelvo, mi alma estará en cada rincón de la montaña porque volaré tan alto como el cóndor y desde allí te entregaré mi corazón. Fue así como Paqui emprendió su rumbo, hacia las montañas elevadas del altiplano. Pasaron días y más días, Huara preocupada por Paqui preguntaba todos los días al firmamento cuando volvería su amigo y amor incondicional. Pero Paqui nunca volvió. Huara convertida en toda una ñusta, nunca se cansó de esperarlo, todas las noches miraba el cielo estrellado, esperando una respuesta.
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Un día, mientras caminaba por el árido desierto, vio como un cóndor se acercaba estrepitosamente. Huara asustada quiso correr, pero el miedo la paralizo. El cóndor se detuvo delante de ella, la miro y se fue. Una lágrima corrió por su mejilla. Huara por fin obtuvo la respuesta a sus noches estrelladas. Paqui nunca volvería, pero como él le había prometido, su ajayu rondaba por esas montañas y su corazón se había convertido en cóndor. Desde aquel día Huara no espero más a Paqui, sabía que desde el cielo la consuela y la protege. Que al final sí conoció el amor, aquel puro y sincero que buscaba en las montañas. Se cuenta, que, en los caminos del altiplano, aún aparece el cóndor y la sombra de Huara, amándose en su inocencia
[1] Estrella en lengua Aymara
[2] En lengua aymara
[3] Persona más sabia del pueblo.
[4] Espíritu en lengua Aymara
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ROBERT CRUZ
Robert Cruz nació en Santiago un 9 de enero de 1985 pero ha vivido toda su vida en el puerto de Coquimbo. Es profesor de estado en castellano y filosofía, dedicando la mayor parte de su tiempo a ejercer la docencia. Se inicia en las letras en su adolescencia haciendo relatos cotidianos intimistas y reflexivos, orientados a su crecimiento interno y su visión cristiana de la vida y el mundo. Es un apasionado de los microcuentos y su autor favorito es C.S. Lewis. 25
Limosna
Llegó temprano al banco con su tarrito de limosnas a depositar el millón de miradas recaudadas el día anterior. La cajera le miró de reojo y le echó una mirada más al tarrito.
Patiperro
No es por jactarme, pero creo conocer Santiago mejor que nadie. He estado en todas sus avenidas, he presenciado protestas en el centro y celebraciones en plaza Italia. Despierto tempranísimo y no paro de correr las calles hasta altas horas de la madrugada. Conozco poetas, empresarios y animadores. A propósito, siempre he querido ser famoso (aún no lo logro). Un día salí por tres segundos en la televisión escoltando al Presidente toda una cuadra, aunque nadie lo notó. He intentado contarle esto a los que pasan apurados, pero cuando eres un perro vagabundo, por más que ladres nadie te presta atención.
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Chat
Se le veía siempre encorvada y con algo luminoso entre manos. No escuchaba ni atendía a nadie, solo reía de vez en cuando. En ocasiones se enderezaba para volverse a encorvar. Tenía la capacidad de caminar calles enteras agitando los dedos a una velocidad impresionante. Esquivar a los que pasaban a su lado ya era cosa fácil. La luz en sus manos le traía hipnotizada a tal punto que olvidó cómo mirar de frente.
Ilusión
Cuando sus amigas le vieron llegar de vuelta al hogar, nadie quiso preguntarle qué había sucedido. Tan solo le miraron con un gesto de resignación. La tristeza invadió el lugar y las ideas revotaron de un lado a otro. Fueron tantos desvelos, tantos saltos, ¡tantos sueños, tantos! Todo estaba listo para alcanzar el estrellato, sin embargo, el sueño se derrumbó y su ánimo también. Hasta ahora nunca nadie le había visto así. De pronto quebró el silencio y en voz baja le susurró a sus compañeras diciendo: ―el circo ya no está recibiendo a pulgas saltarinas‖.
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HANNA BARCO
Ana Consuelo Montenegro Caicedo. Psicóloga, profesora de literatura y escritora. Autora de los poemarios: Ángel de la Ternura, Literapia, Miles de Poemas.Participante en 50 Antologías Poéticas con los Niños y Poetas del Mundo. (Chile, 2010 - 2020); Pinceles, Prosas y Poemas al Viento (2017); Mujeres del Sur (2018); Hacia el Destino del Viento (2010); Al Calor del Sol, Escritores Eleutheros, Argentina (2019); Cadáver Nómada (El Salvador, 2020); Colombia, Antología Poética por países (2020); Las Mejores 100 Escritoras de Iberoamérica y el Caribe 2019-2020 Editorial Hispana USA. Orientadora en semillero de poetas con asesoría de Alfred Asís, Isla Negra.Directora general del poemario estudiantil Versos Di Versos I y II (2018-2019) 29
TUS OJOS
Que miran bajo el agua La tristeza de la estancia En lo profundo del alma, Para encontrarte nuevamente Entre el amanecer de mi aura Y el atardecer de tu olvido.
Te doy el derecho para amarme Con la única condición De que nunca me acaricies Ni te encuentres con mi piel Ni siquiera en la mirada.
Solamente será cautivarnos Con la musicalidad de mis palabras, con las notas de tu música y con la sonrisa de la lluvia.
Para escuchar el viento De la noche… Volviendo a ti 30
En un abrazo de amor Entre cascadas, Dejando en suspenso Los suspiros Para que siga navegando La nave… Por el río.
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LAS VOCES
Son las mismas voces Que rompen el silencio En el estallido del prisma.
De aquellos que gritan tu nombre… Te llaman, no oyes, Son los que se esconden En sus propios brazos, Junto a su cabeza Se agita su vientre.
Y aunque te llaman… Siguen esperando Que te vayas pronto Para no mirarte, Para no escucharte Y pensar que todo Fuera solo un sueño.
Esas son las voces 32
De aquellos que quieren Levantar los ojos, Seguirte mirando, Caminar las calles, Bailar en la misma locura Que no tiene música.
Entre la luz y la oscuridad De todos los silencios.
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PEDRO ARAYA ALFARO
Periodista y redactor. Nació en La Serena, Chile, en 1979. Sus primeros escritos periodísticos fueron parte del extinto suplemento juvenil Eskape, de diario El Día de La Serena. Obtuvo el segundo lugar en un concurso de micro-relatos (2010) de la editorial Los Seis Antonios, trabajo publicado en el libro ―101 cuentos rescatados del terremoto‖. En 2011, la misma editorial publica el libro ―101 cuentos rescatados del cementerio‖, volumen que también incluye un texto con su firma. Es autor de los libros de cuentos ―De soliloquios y fantasmas obsesos‖ (Fondo Editorial Manuel Concha, Municipalidad de La Serena, 2011) y 35
―Música de Fondo‖ (Fondo Editorial Manuel Concha, Municipalidad de La Serena, 2017). En poesía, su primer encuentro con ella se produce en 2009, cuando participa de un taller con el escritor Álvaro Ruiz, realizado en La Herradura, Coquimbo; donde recibe y acoge una amplia paleta de influencias, además de consejos y críticas que le permiten corregir su pluma. Este periplo de aprendiz continúa en talleres poéticos en la Biblioteca pública Alonso de Ercilla (2010) y en la Universidad de La Serena (2018). Sus primeros intentos poéticos son acogidos, junto al trabajo de sus compañeros del taller de Ruiz, en las páginas de Semanario Tiempo de la Serena, en 2009; mientras que en 2010 otro de sus textos es publicado en la revista universitaria ‗Humus‘, de la Universidad de La Serena
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Translúcida – rectangular
Agujero que encuadra el exterior, cobertura envidriada para el sol rectángulo que rebana en capítulos pares el bullicio del letargo conexión translúcida que engulle la luz madrugante de la luna Velo que se yergue incólume a las ráfagas de envidia que doblan las esquinas sostén de miradas fugaces y paisajes que se difuminan de tiempo y distancia Abertura que sosiega de azul al temblor solitario que apuñala de noche corredera de refresco, despabiladora del cansancio ¿cuál es el color que navega en tu dureza? ¿Qué camino lleva tu agujero en la distancia?
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Invierno de rojo Señores de las palmas de fuego ¿qué les trae por aquí como inertes faroles que iluminan horizonte y estaciones azulosas de frío? ¿Extrañan la miel del sol de verano? ¿Cómo se yerguen tan altivos esquivando la gelidez del aire y de la gente? ¿Qué se dirán entre sí cuando la tarde los abandona más temprano en los recuadros de junio? ¿Cuánto saben de nosotros cuántos pasos y respiros de esta vida laten en el verde corazón de su sabia perenne? Son esquina son color 38
son destello fulgor y esperanza cuando los ojos se congelan en los mares insondables del antártico otoño. ¿Qué pasará si se les abraza? ¿Susurrarán frases al oído de mejores primaveras? Quizá, si se empujan versos desde el suelo hasta sus copas caigan rojas respuestas bañadas de nubes con la misma gracia de las aves que por las tardes beben los mensajes de sus palmas encendidas por el fuego del otoño que se fue.
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YAMIL ARTIGAS
Yamil Artigas vio la luz en Mar del plata, Argentina el 29 de julio de 1989. Desde pequeño sentí atracción a la lectura y la escritura. En 2016 publicó su primer libro "La conspiración de los calibanes". En 2019 participó del libro virtual "Noveles". Actualmente estoy trabajando en una novela.
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BATALLA EN EL HIELO
Y es mezquino el sol que alumbra a los agotados hombres dementes. Oye el capitán la penumbra batalla que vio el valiente. ¡El cobarde ya se nos ha rendido y a su tierra natal regresa! Con la honda del rey lo han batido al hielo con su indiferencia. Y son ejércitos que han bramado su poderío aquí, en estas tierras. Capitán invierno ha sellado el terreno; Marte puso las reglas. Este ritual, como el tiempo, fue forjado por el laurel del poeta las flechas, volando el blanco cielo, son fascinación de la guerra.
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1997
¿Dónde se han ido los días primitivos en los que un solitario beso apaciguaba la carga de la mañana? Se confundía con un hato de estrellas el vislumbre de una primavera nueva vestida de hojalata. Donde, donde se han ido, aquellos días placenteros cuyo recuerdo añoro en el presente. Se han ido, y no han vuelto, aquellos días de mi infancia. Oh viajero del tiempo, ignoras el deleite de un desayuno en la cama. Porque el sol en esos días brillaba con más fuerza que en todos los veranos y el cielo era más suave y exquisito al rayar el alba. ¡Dichosa armonía de los elementos mi alma experimentaba! No había inquietudes y celos en esos días de mi infancia. Ahora poseo más inquietudes que en toda mi historia 43
y sólo la poesía me salva. ¿Por qué ha concluido el estrepito, la viveza, la grandeza, la excelencia de mi templo, las ansias de conocimiento, el pudor de lo incierto? ¡Oh década bendita conservo tu recuerdo como un tesoro en mi corazón! Te cobijas a mi memoria como el ritmo de una serenata tocado al claro de luna
una noche soñada. Un claustro, desafiante y uniforme, engrandece a cada paso con el ritmo de una marcha fúnebre en una noche de fantasmas tan siniestra como una tumba bajo tierra. Como los extraño, como los extraño, años de mi primera inocencia salpicados de hermosos recuerdos diáfanos en tardes soleadas. Todos los días eran septiembre 44
todas las tardes eran encantadas. Bajo los árboles se disolvían los elementos aquellos, de mi tierna infancia. Se quebró un jarrón en la noche. Me robaron mi acceso al jardín perenne. Se esfumaron las nubes de noviembre y ocultaron el sol, el sol de abril. Nubarrones centelleantes anticipan borrascas en esta nueva etapa de mi vida. El servicio de las fantasías es consuelo para escribir esta poesía. Quiero ocultarme, como antaño, bajo las ramas de las higueras y la lluvia intensa que humedecía mi rostro, sacudiéndolo con tanta pasión y deleite como una alegría manifiesta en todas mis facciones irreverentes. No hay luz sino hay sombra. No hay acertijo sino hay respuesta. Y no hay sonrisa sin lágrima que en virtud la merezca.
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GUSTAVO VILLANI
GUSTAVO VILLANI: (1971, SANTA FE, ARGENTINA): Profesor de Castellano, literatura e historia. Obras Publicadas: Circungrafía (antología de cuentos) y Contratiempo ( antología poética). Los textos queleeremos a continuación pertenecen a esta últimapublicación.
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Despío Hogar de tapera. Campo ajeno. Millares de chicos corriendo unos detrás de otros. - Prolíficos padres heredando su miseria.Tres o cuatro años preguntándole a la vida no sé qué cosas con unos ojos enormes. Tres o cuatro años estaban sentados aparte jugando con tierra. Una voz que dice: -¿Qué haces ahí? ¡Parecés un gorrión bañándote en la tierra!
Tres o cuatro años levantan la cara y sonríen mientras abren sus enormes ojos por los que entrará tanto dolor.
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La aparición
Un hola tañido a mis espaldas y algo lejano dentro de mí se ahogó en el maremoto de mis ruinas. Giré la cabeza lentamente, como un androide confundido, y un rostro saludó con una confianza que yo extrañaba sin saberlo... Mi recelosa memoria intimidada por tanto olvido, temblaba. ¡Qué Dios me perdone!, pensé, pero no puedo recordarte. Y me alejé porque espantaba a quien tal vez hube amado.
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