Aquarellen Revista

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AQUARELLEN REVISTA LITERARIA

MES 11 ­ AÑO 07 ­ NÚMERO

58

DIRECCIÓN : JESUS DE CASTRO MARÍA JOSÉ MATTUS

PORTADA Y CONTRAPORTADA: ARAMÍ ELSACCA POEMA VISUAL: ARAMÍ ELSACCA

Todos los contenidos literarios de Aquarellen están autorizados por sus autores. Editado en Coquimbo, Chile. ISSN 0717­ 0041

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS


EN ESTE NÚMERO

Rosa Estremera Blanco Antonio Daganzo Theo Elsacca Francisco J Castañón Jesús De Castro André Cruchaga Julio César Chamorro Adriá Santel Marie Linares Jorge Canales María Jesús Mingot Carmelo González Seda Cruz Ahinoa Ollero



EDITORIAL Los encuentros y reencuentros siempre tienen un halo de magia y misticismo, las vueltas simbolizan nuevos ciclos y éstos renovaciones. Finalizando un año duro para todo el mundo queremos aportar con una gotita de magia brillante, de palabras y arte, de expresiones La expresión a través de las letras es una declaración concreta de nuestra existencia como seres creadores y manifestadores de sentidos claros, que nacen de los pensamientos y divagaciones propias del cuestionamiento. Los sentidos alimentan las manos que delatan nuestra esencia natural, que necesariamente debe exhibir en símbolos el espíritu, la alineación de nuestras energías que equilibran la naturaleza del ser pensante, del humano. El conocimiento de las verdades eternas, nos delata como hombres y mujeres hechos de naturalezas e ideas que sostienen el camino que intentamos demarcar, para que otros puedan utilizar como puente, las letras que explayamos en líneas largas y cortas, como sombras reflejadas por nuestro fuego. Esta prexistencia de almas debe ser superior a la razón de las verdades eternas. Así con la idea de unión, existencia y verdad, editamos el número 58 de aquarellen con algunos de los escritores que compartieron en nuestro blog y canal de youtube, a días de finalizar este nefasto 2020 y con la esperanza de renovación, amor, paz, alegría y mucha literatura.



ARTISTA VISUAL INVITADA

La portada, contraportada y el poema visual central son parte del maravilloso trabajo de Aramí Elsaca Arcuch, arquitecta y pintora.Nace en Santiago de Chile, el 05 de Abril de 1992, ciudad en que reside. Apasionada por el arte y el entorno, desarrollando su propia sensibilidad, comenzó a estudiar acuarela a la edad de 9 años, aprendiendo el estilo Waldorf, año en el cual también comenzó sus estudios de piano. Se tituló de arquitecta en la Universidad del Desarrollo en el año 2017. En 2013 hizo un intercambio de arquitectura en Milán, Italia, ciudad en la que realizó su práctica profesional. Participó de diversas actividades universitarias tales como Workshop Ocho al Cubo en 2012, intercambio con Japón y la Bienal de Valparaíso en 2014. Los últimos años realizó ayudantías en los ramos de lectura, apreciación y evaluación crítica de la arquitectura. Cursó el diplomado de Diseño del Paisaje, en la Universidad Católica de Chile en el año 2019. En 2020 fue reconocida por la Sociedad Nacional de Bellas Artes de Chile, en el: Salón de Otoño ­ mención honrosa; Salón virtual ­ Segundo lugar y el Salón de Primavera obteniendo el tercer lugar. De mente abierta e inquieta, aprendiendo diversas disciplinas y movida por la capacidad de asombro, actualmente se dedica a realizar proyectos de arquitectura de manera independiente y se perfecciona la acuarela en su taller de las artes. Contacto: Aramí Elsaca Arcuch Santiago de Chile aramielsaca@gmail.com www.instagram.com/arami_art +56984546370



Rosa María Estremera Blanco, nacida en Ceuta en 1966, las luces de “dos mares” iluminaron su pasión por la palabra. Desde que en la adolescencia colaboró en la elaboración de una página juvenil en el periódico “El Faro de Ceuta” hasta la profundización en el psicoanálisis, no ha parado de buscar la palabra allí donde la vida habla. Madre, Psicoanalista y Poeta. Estudió piano y danza, enfermería militar, Relaciones públicas y Comunicación. Realizó un máster en clínica psicoanalítica y psicoterapia en la Escuela Española de Psicoanálisis y Psicoterapia (E.E.P.P) donde formó parte del equipo docente, y colaboró impartiendo diversas conferencias. Colabora en diferentes medios escritos y digitales. Ha colaborado en libros de arte y fotografía. Pertenece al consejo de redacción de la revista literaria “Tinta en la medianoche” de la prestigiosa editorial Vitruvio. Destacar los diferentes homenajes poéticos a los que ha sido invitada y los recitales ofrecidos, en especial en la Casa de Ávila de Madrid, en el extraordinario Ateneo de Madrid, el Ateneo de Málaga y en los emblemáticos Viernes del Sarmiento de Valladolid con sede en el aula de cultura del BBVA, entre otros. Hasta el momento tiene publicado con la Editorial Vitruvio cuatro libros de poemas: “Sinfonías y voces” 2014. “El tacto de la Luna hiriente” 2015. “Las tierras que nos cubren” 2016. "El Monopolio de los àrboles" 2019 Y próximamente "Todos los cuentos son tu mirada"


DESDE MI VENTANA Veo acercarse la lluvia. El tiempo dejó de tocar la forma de los días. A veces me envuelvo en un lejano acontecer para perderme entre tus manos. Otras veces, aparece la atroz certeza de los minutos y me impone su impronta objetividad. Él ya no existe en ninguno, pero vive en todos tocando con destierro mi memoria, rasgando su recuerdo mi alma de huérfana.


EL MONOPOLIO DE LOS ÁRBOLES En el monopolio de los árboles tus cenizas quedaron inmóviles. Arreciaba un viento incómodo. Insolente. Descaradas se desplomaron, una vida pesa demasiado. No volaron como esperaba suspendidas a cámara lenta sobre los aires. Era un día con sol, frío y miré sin ganas. Nada que ver ni sentir, solo un profundo silencio y la certeza gris de un recuerdo inconsistente. Tan absurdo y pesado como el fin abrupto de tu cuerpo. De tus restos esparcidos, pronto de ti, las ramas darán descanso.



Antonio Daganzo (Madrid, 1976) es poeta, narrador, ensayista, periodista y divulgador cultural y musical. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, es autor de los poemarios Siendo en ti aire y oscuro (2004), Que en limpidez se encuentre (2007), Mientras viva el doliente (2010; aparecido en Ecuador en 2014), Llamarse por encima de la noche (2012, editado en Chile), Juventud todavía (2015) y Los corazones recios (2019), de la novela Carrión (2017) y del ensayo Clásicos a contratiempo (2014), divulgativo de la música clásica. Entre otros galardones, ha recibido el Premio de Narrativa “Miguel Delibes” – 2018, el Premio de la Crítica de Madrid – 2015 (en la modalidad de poesía) y el Premio “Sarmiento” de Poesía (Valladolid, 2017). Como poeta, ha sido traducido al inglés y al árabe, y, como narrador, su cuento ¿Qué tal Mozart? fue traducido al alemán, en Salzburgo, Austria, en el marco de las celebraciones de 2006 por el 250º aniversario del nacimiento de Wolfgang Amadeus Mozart. Presencia en antologías: Agua, símbolo y memoria (2006), 12+1: una antología de poetas madrileños actuales (2012), Foto Verso (2017), Sonetos para el siglo XXI (2017), Fugitivo y eterno (2018) o Versos para bailar o no (2019).


EL ESPLENDOR PROBADO Para Sofía García­Atance, que me supo letraherido y me comprometió para la causa.

Cuando las venas deshacen equipajes y reposan la ruta, silbándola entre dientes por apurar el gusto de los hitos. Cuando el afán se enreda en la memoria como una geografía verde y perdurable que no perece por el fuego, ni por la dura sed de la melancolía. El testimonio, entonces: es hora de probar el esplendor con la palabra. Para que el mar de quien nos lea no sólo de galernas se sincere y proclame, creyendo que el dolor, el desaliento aprisa, se le ofrece por puerto a todo barco. Destino la escritura. Que mañana, en su noche, se afirme con nosotros la música ferviente del poema, la conocida gloria.


JAZMÍN CUALQUIER INSTANTE

En las rojas almenas de un crepúsculo abierto ante la paz. Al sentir en tropel la madrugada sus viejas soledades y abatirlas sin furia, con las hondas caricias. Sobre el último sueño de los brazos, donde anidan las aves de las horas llegadas del cristal al fin posible, nitidez de los cuerpos, confidencias futuras de los hermanos ángeles. Al transitar los días, bajo el ruidoso nudo de las plazas donde las tardes beben, cuando los vinos tiernos. Tan repentino el brote de la flor, jazmín cualquier instante, mujer loma. Con la energía fácil del geranio y el perfume indeleble de los besos.



Theodoro Elssaca es poeta, narrador, ensayista, artista visual, fotógrafo antropologista y expedicionario. Autor de numerosos libros, desde: Aprender a morir (1983), pasando por Viento sin Memoria (1984), Rapa Nui (1988), El espejo humeante­Amazonas (2005), Travesía del Relámpago (antología, Madrid 2013), Fuego contra hielo (Madrid 2014), hasta su reciente obra Celebración del instante 365+1 Haiku (Ediciones UC). Miembro del Consejo de Honor de Gabriela Mistral Foundation, Nueva York. Ha recibido reconocimientos como el Premio Mihai Eminescu, por su prosa, Rumanía (2013). Premio Poetas de Otros Mundos, España (2014). Premio Rubén Darío, otorgado por el Instituto Literario y Cultural Hispánico de California­Westminster (2018).


Amanuense Soy un poeta arcaico que manuscribe sus versos a pluma y tinta, cual amanuense. Uso el mismo papiro, bitácora de viaje de este deambular peripatético igual a Sátiro de Callatis y Andrónico de Rodas, los aristotélicos. Entro al café de los poetas con mi notebook de papel y vierto con espontaneidad como Dionisio de Tracia algunas ideas peregrinas. Trepo hasta el observatorio de los poemas originales a tinta semejantes a códices y pergaminos rayados en exceso ilegibles, forman legiones de palabras en mi interior cavernario de imágenes entrañable palimpsesto.


Geometría de las Palabras Hago malabares con el lenguaje, lanzo al aire lo genuino matérico de la escritura, busco sus facetas, los prismas que cortan cada rasgo. Para mí las palabras son tridimensionales. Unas más cúbicas, pentagonales, poliédricas o redondas, que en su movimiento se tornan esféricas, y danzan entre pirámides construidas con letras o sonidos de palabras iridiscentes. Veo en el aire sus palmarios movimientos áureos. Se armonizan y forman conjuntos o colisionan semejantes a meteoritos. En su vulnerabilidad o riqueza pulsan con fuerza sus códigos. Conjuro de la palabra poética. Crean diagonales y tangentes, construyen la geometría semántica de nuestros delirios y pensamientos. Se elevan como torres de marfil. Desde sus miradores auscultan cada idea nuestra, enarbolada con sus significantes enmascarados. Subrepticias nos demuestran que somos lo que pensamos: palabras.



Francisco J. Castañón, escritor y periodista. En la actualidad dirige la revista Entreletras. Asimismo, es colaborador de Todo Literatura y otras publicaciones digitales. Tiene en su haber literario varios libros de poesía: Fuenfría (Ed. Verbum, 2003), A cuenta del Albur, poesía 1982­ 1995 (Ed. Visión Libros, 2010) Las horas indultadas (Ed. Verbum, 2011), Identidad (Ed. Vitruvio, 2016) y Equipaje sin lastre (Ed. Seehu, 2019). Es autor de diversos trabajos sobre historia y crítica literaria. Junto a los periodistas Joaquín Vidal y Eva Díaz Arévalo publicó en 2016 el libro Diccionario de la corrupción (Ed. Vitruvio). Bajo el mismo sello editorial, publicó en 2018 Mayo del 68. Una utopía tras las barricadas. Su último título, Pisadas en la Luna. De Apolo XI a Orión, explorando el espacio, se publicó en octubre de 2019.


Séptimo sentido Sin más cálculo he hallado un séptimo sentido en el que se congregan todos los nombres de la duda; útil para atisbar con mayor sagacidad el panorama, para respirar en atmósferas cargadas de apariencias, para objetar en el tablero de las fichas marcadas. Un sentido abierto a la rosa de los tiempos que despierta la conciencia y los escrúpulos, que nos exhorta a espantar las abstenciones, y apuesta por abrir nuestras retinas contra esa inercia que pretende desterrarnos a la espera de los días, con sus historias de siempre, redundantes. Un preciado sentido que es más bien un buen instinto, para pensar la postración, el dolor y la queja, la denodada representación de la existencia; para restaurar nuestra confianza y de nuevo tropezar con la armonía de vivir dondequiera que tengamos un cuarto de hora de entusiasmo y desenfado.


Equipaje sin lastre Avanzo por este vivir incierto que ante todo es resistencia, por este agridulce itinerario, cuyo firme recorro transparente con el peso de los años a la fuga. Ando esta senda que es valle y montaña, ciénaga y playa, fría sima y cielo desvelado. Marcho por este camino arduo, donde temprano se averigua que no siempre es factible esquivar contingencias y peajes. Por ello, miro hoy audaz al horizonte, con la determinación de un ave migratoria, con la evidencia cruel de ese sentir correr del tiempo, tan pegado a la piel como un indeleble tatuaje. Es la vida ahora una travesía cotidiana, presa de un temor intermitente, un fluir tenaz, un vagar atemperado, seguir viaje sin pararse a cavilar hasta donde alcanzan los railes de este trayecto imprevisible, para el que tan solo tengo mi equipaje sin lastre.





Jesús De Castro, poeta, editor y divulgador cultural abulense radicado en Chile. Su estilo literario se considera reaccionista, profundizando en el existencialismo y la profundidad de pensamiento. Ha publicado cuatro poemarios y participado en numerosas antologías. Sus poemas han sido presentados por el en España. Chile, Portugal, Italia, Argentina y Austria, además traducidos al Inglés e Italiano. Actualmente es editor de contenidos de la revista Aquarellen e imparte talleres de escritura.


Recuerdo el paisaje de mi infancia como un amplio mirador. Ante el pasaban diversas personas con todos sus matices, ocupados en sus tareas, absortos en algo que escapaba a mi entendimiento. La vista era amplia, el aire puro. Recuerdo el paisaje sí, enfrascado en mis propios pensamientos que volaban como palomas. Recuerdo que mis padres, los padres de la patria; remodelaron la casa y aquel paisaje encogió poco a poco, como una idea obtusa. El paisaje amplio pasó a ser un paisaje inclusivo que excluía los matices. Acostúmbrate, me dijeron. Es la nueva moda en miradores minimalistas. ¡La ventana de Overton! Donde todo lo imposible es posible. Pero aquella ventana encogía con los años, y el aire se enrareció, aquellas palomas de mis viejos pensamientos, volaban escondidas para escapar de los Halcones de Overton. Ahora la ventana piensa por mí, me castiga por mis matices, el cielo está lleno de halcones y el suelo plagado de buitres que devoran los restos. Aquellas personas con todos sus matices pasan ahora ante mi ventana uniformadas en gris absolutista, marcando el paso de la oca, todos sus músculos en tensión en un perfecto desfile mientras algunos curiosos aplauden desde sus balcones.


Del libro "En el camino"

A TODA ESA GENTE. Tal vez, y sólo tal vez, cuando no permanezcas ni en el recuerdo de los gusanos que devoraron tu carne putrefacta, permanezca vivo el eco de mis sentires. Cuando cansado de arrastrarte por el mundo, carcomido por tu veneno, desfallezcas, vivirán mis pensamientos y emociones. Puedes golpearme con la cobardía de tus injurias y yo escupiré mi desprecio sobre la mordaza de tus insidias. Atropéllame si lo deseas, me levantaré. Ni al destierro puedes condenarme ya que tus dominios no se extienden más allá del cubil de las serpientes. Tal vez, y sólo tal vez, cuando no quede de ti ni el vestigio de la ponzoña que sembraste y tus huesos calcinados por los años, enmudezcan, yo profanaré tu tumba, silente al fin, con la huella de mis versos.



André Cruchaga, Nueva Concepción, Chalatenango (El Salvador, 1957). Además de poeta, ejerció la docencia durante treinta y ocho años. Sus poemas han sido traducidos parcialmente a doce idiomas. Ganador del Primer lugar en los Juegos Flores de Zacatecoluca, La Paz (1985), Chalatenango, (2001) y de Ahuachapán, (2005). Primera Mención de Honor, Juegos Florales de San Miguel, San Miguel, 1988. Primera Mención de Honor, Juegos Florales de San Vicente, San Vicente (2001); Finalista. Primer Concurso Internacional de Poesía “Paseo en Verso”, Editorial Pasos en la Azotea, Querétaro, México, 2004.Entre sus libros editados destacan: “Alegoría de la palabra” (1992), “Memoria de Marylhurst”, (Interface Network, Beaverton, Oregon, 1993); “Visión de la muerte” (1994), “Enigma del tiempo” ( Plaquette,1996); “Roja vigilia” (Plaquette, 1997) “Rumor de pájaros” (2002), “Oscuridad sin fecha│Data gabeko iluntasuna”, edición bilingüe: español­euskera, (El Salvador,2006); “Pie en tierra” (2007), “Caminos cerrados”, Editorial Praxis, (México, 2009), “Viajar de la ceniza│Voyage à travers les cendres”, edición bilingüe: español­francés, (El Salvador, 2010); “Sublimació de la nit│Sublimación de la noche”, edición bilingüe: español­catalán, (El Salvador, 2010); “Poeta en Barataria”, Editorial Arte y Literatura, (La Habana, Cuba, 2010); “Tablou de cenuşă│Cuaderno de ceniza”, edición bilingüe: español­rumano, (El Salvador, 2013): “Balcón del vértigo”, Dirección de Publicaciones e Impresos, (El Salvador, 2014); “Post­Scriptum”, edición bilingüe: español­rumano,(El Salvador, 2014); “Viaje póstumo│Viatge pòstum”, edición bilingüe: español­catalán, (El Salvador, 2015); “Lejanía│Away”, edición bilingüe: español­inglés, (El Salvador, 2015); “Vía libre│Via lliure”, edición bilingüe: español­catalán, (El Salvador, 2016); “Cielorraso”, Editorial La Chifurnia, (Colección palabra de Alto Riesgo, Plaquette), El Salvador, 2017); “Calles │ Carrers”, edición bilingüe: español­catalán, (El Salvador, 2017); “Ars moriendi”, Teseo Ediciones, (El Salvador, 2018); “Motel”, Teseo Ediciones, (El Salvador, 2018); “La experiencia de vivir”, Chile, 2018. “Cuervo imposible”, Teseo Ediciones, (El Salvador, 2019); “Viaje cósmico”, Editorial 2.0, Chile, 2019; “Espejos funerarios”, Editorial La Chifurnia, (El Salvador, 2019); “Ráfagas” Editorial 2.0, Chile, 2019; “Vacío habitado”, (El Salvador, 2020);


HORIZONTE ÚLTIMO

Más allá del último horizonte Se verá lo que hay que ver Vicente Huidobro

Después de ver la herida en el espejo y deshechos los enredos, uno es la propia voz más allá de la muerte. En la penúltima estación del rumor, comienza el vuelo. Sangran la lengua del espejo en la sombra y el vuelo providencial: Los ojos ven el surco del dolor donde labro el destino; y ahí, el barbecho de ojeras de la semilla, y ahí, dentro, el hueco de la tumba o la guitarra de piedra del sinfín del cuerpo, la boca del viento temblando en mi derramamiento. Sé que nazco en cada sueño que deja de ocultarse. Callo, tal vez, porque es mi horizonte último el que me ve, más allá de la hoja que cae como un pecho hambriento. Subo al rastrojo del cuerpo deseado: se abren los meses a mitad del desvelo, como los zapatos que gritan en su vendimia. Cuando ya han envejecido los trenes, el nubarrón de la trinchera deja de ser campo de batalla y grito.


MURMULLO DE LA SOMBRA

Nada está sujeto a los ojos para siempre Nada tiene lazos de leyenda a través del murmullo Sólo tu sombra da el destino y despierta la caverna. Vicente Huidobro

Callo ante lo efímero del aguacero. Ante el murmullo del agua carcomida y su sien de cobija efímera. En el espejo no hay leyendas, sino efímeras sombras que se beben en el pocillo de una caverna incierta. Unos ojos que solfean las alucinaciones. O ritos que sofocan las inmutaciones. “Entre las nubes mojadas de mis lágrimas”, va la voz de mi sombra deplorable. Estorba el cuerpo después de sentirse negrura; aquí, nos despojamos de todo lo que sucede, nos desvestimos, con discreción para no levantar sospechas. De cualquier manera escandalizamos los ecos de las mañanas y postergamos la ceniza: en la mano del brasero, ninguna perennidad es infalible. Del libro “Estación Huidobro”, 1ª. Edición: Editorial Författares Bokmaskin, (Stockholm, Suecia, 2020).



JULIO CÉSAR CHAMORRO ROSERO. Ipiales, Colombia. Poeta, novelista, ensayista, historiador. Autor de los libros de poesía: Pedazos de Silencio, Canciones de Marbens, Canciones Furtibundas, Los Ángeles Perversos, Al Desgaire. En novela: Las Mujeres que Amé, El Día de mi Desgracia, La Balada de Antonia y Ropa Sucia. En cuento: Cartas Sin Destinatario, A Contar Cuentos y La Cháchara de Maimba. Socio fundador de la Casa de la Cultura, fundador del Colectivo Cultural Cincel, director y fundador de la Casa de Montalvo Núcleo de Ipiales, Presidente del Instituto de Estudios Vallejianos sede Colombia, Miembro Correspondiente Extranjero de la Academia Nacional de Historia del Ecuador, miembro del Colectivo Internacional de Artes y Letras de El Salvador. Ha recibido numerosas condecoraciones de los gobiernos de Colombia y Ecuador, lo mismo que del Congreso Nacional, además de distinciones nacionales e Internacionales.


MADRUGADA Esta madrugada tiene magia, dulcedumbre como nunca palpitante, suave aroma de amores nuevos y el fino resplandor de ilusiones renovadas al calor de una caricia y vino añejo. En cada beso de cuerpos que se aman anida la promesa de estar juntos más allá de olvidos y distancias sin jugarle escondidas a la dicha, dejando atrás la lisonja pasajera para mirar con ojos de asombro el paisaje sideral de la piel bella. Sonríe el poeta cuando en el silencio de la cálida alborada sus labios repiten cada uno de sus versos.


MELANCOLÍAS Cuando nazca la aurora y el paisaje se pueble de colores mientras la espiga se doblega dulcemente bajo el yugo amoroso del viento. Cuando en la quebrada que reflejó tu cuerpo arrecien las crecientes del olvido haciendo que mi nombre tan solo sea un recuerdo mi ausencia arderá en tus entrañas y tus manos curiosas desearán volver a tocar mi rostro que la distancia partió en melancolía.



Isa Pérez Rod (Cádiz, 1990) es licenciada en Medicina y estudiante de Psicología. Actualmente reside en Madrid donde trabaja como médico pediatra. Fue ganadora del Premio Internacional de Poesía Covibar­Ciudad de Rivas 2020 por su poemario “La Pecera Azul” ( Ed. Vitruvio), Ha participado en diversas antologías de poesía y narrativa, como “Cada quien su cuento” (Iberoamérica Ebooks, 20014), “El legado de Gabo. Antología de microrrelatos homenaje a Gabriel García Márquez” (Ojos Verdes Ediciones 2016) o “El día que todo esto acabe” (S­Mal Poesía 2020). Desde 2020 es participante activa en la tertulia literaria Rascamán (Madrid).


Los sicarios tubulares Durmiente. Mejor aún, estuporosa. ¿Puedes verme, pentacular, al fondo del foso del pozo del tubo de ensayo? Esta muerte se está haciendo cada vez más inmaquillable. Sedad bien a vuestros vivos cuando venga con su figura­arpón­curvatura esperando ser desenfundado. Manos expertas cuentan con calma los billetes y pagan al asesino

c l a v a

que se en mi tráquea.

Mi cerebro GRITA. Mis músculos, amenaza narcótica, no saben muy bien qué hacer. Mis cuerdas vocales se han resignado a que el infierno no tenga voz.


En la Estación de Santa Justa me senté y lloré Mis mejores consejeras son mariposas de escamas y cuerpos monstruosos clavados en mi puerta. Tras siete primaveras sus alas se desprenden como cabellos tras la quimio. Han dicho que están hartas de la Metrópolis, de su marfil caducado guardado bajo llave. Y sin embargo no puedo pararme a escribir. La ciudad merece ser ingerida. Sus palmeras tísicas que se bambolean sin aire y el nácar de luna sobre los jardines floridos del Parlamento. Mañana, camino de la Cosmópolis con una maleta y demasiados poemas, tal vez me acurruque en el cemento a desesperar. Me marcho.



Adria Santel, escritora chilena de cuentos y novelas. Trabajo como ingeniera desde el año 2004 hasta la fecha, además ha dirigido por más de 10 años entidades educativas de educación superior. El año 2018 en el comenzó a escribir de la mano de la escritora y poeta chilena Teresa Calderón. Su primera novela “miedos paralelos” vio la luz el 2018. Actualmente trabaja en su próximo libro. Publicaciones: “Miedos Paralelos”, Mención Honrosa Pedro de Oña 2018 “El Tren Fantástico”, Premio 2018 (Publicación) Editorial Fénix Dorado “El fantasma de Benavente”, Premio 2018 (Publicación) Editorial Fénix Dorado Otras publicaciones: El Secreto del doctor Lambert, Huellas mágicas, Ariel y los misteriosos


Mujer Maldita

­¡Mujer maldita, mujer fatal! – gritaba enfurecida Rosa a la joven que lloraba amargamente,al enterarse que su prometido la había abandonado – Mi primo se enteró que estás embrujada, se fue a Argentina y por tu culpa no lo volveremos a ver – vociferaba Rosa en la cara a la joven María Encarnación, que no podía hacer otra cosa que llorar. ­¡No es mi culpa que mis dos novios anteriores murieran, yo no los maté, ni estoy maldita, se murieron y ya! Tu primo no tiene por qué morirse. Es un cobarde, me dejó botada y no dio ni la cara para romper el compromiso – dijo la joven, entre lágrimas, cuando pudo calmarse un poco. ­¿Cómo va a ser normal, que con apenas 15, tu novio murió atragantado con un pedazo de carne. Y después a los 18 tu prometido se cayó del caballo y se partió la cabeza. En ambas ocasiones fue a los días de comprometerse en matrimonio contigo. Y viniste a la Isla y no contaste nada. Pero todo se sabe y Manuel se enteró y se arrancó para no correr la misma suerte de los anteriores. ¡Estás maldita María Encarnación!, ¡Ándate de mi casa ahora y no vuelvas! – dijo ordenando y gritando Rosa, mientras sacaba a la joven a empujones del antejardín de la casa. María Encarnación tuvo que resignarse a que el amor le era esquivo y que tal vez había tenido muy mala suerte con sus prometidos anteriores, pero no se amargó por el abandono, pues las dos veces anteriores en que sus amados habían muerto, le habían enseñado a aceptar el destino y los designios de Dios. Probablemente ya no se casaría, pues tenía 25 años. Cuando María Encarnación había cumplido los 37 años, sucedió lo impensado, un pretendiente había aparecido, nada más que un primo lejano, que ella no conocía, pero que tenía buenas referencias según sus parientes. Soltero sin hijos, un poco viejo, ya pasó los 50 años. Trabajó mucho tiempo como ovejero en la Pampa Magallánica y se hizo una no despreciable fortuna, con la cual compró unas tierras en el centro del pueblo. Dicen que instalará una carnicería. Me dijeron que viene para casarse y formar familia. El pobre hombre se aburrió de la soledad de la Pampa – contó la tía Ema.


Habrá que conocerlo entonces. Tía invítelo a la casa para el sábado, yo prepararé un curanto para recibirlo, invito a la parentela – dijo entusiasmada la mujer y una luz brilló en sus ojos por la posibilidad de retomar su sueño de tener familia propia y dejar de ser la tía solterona y de recibir miradas compasivas por su supuesta maldición. La comida que preparó la mujer fue muy efectiva, porque Jesús, que era el nombre de aquel ovejero, quedó complacido por las artes culinarias y la calidez de María Encarnación, al cabo de 6 meses contrajeron matrimonio y tuvieron 5 hijos sanos y fuertes. Al cabo de 18 años de matrimonio, la Maldición había parecido esfumarse de la cabeza de la mujer, pero esta volvió a su vida, cuando una noche, María Encarnación escuchó llegar al caballo de su esposo, llamado Niebla, relinchando iracundo, avisando que algo malo sucedía. La mujer salió y vio al caballo sobreexcitado, dando saltos y con los ojos desorbitados, la mujer dio un grito y una pareja de empleados salió a su ayuda. ­¡Ana, quédate con los niños! Ramón acompáñame, trae 2 caballos, para seguir a Niebla. Algo le pasó a Jesús – ordenó la mujer, que sabía que su esposo estaba en peligro, porque el fiel caballo jamás abandonaría a su marido, eran uno solo. La más triste escena encontró la mujer, cuando a unos pocos metros, vio a su marido tendido sin vida en un charco de sangre, con una herida mortal en el cráneo. ¿Qué iba a hacer ella con 5 hijos, el, mayor de 16 años y la última hija de 3 meses? Ella era una mujer de esfuerzo que trabajaba a la par con su marido en el campo y la carnicería, pero sin su compañero se sentía pérdida. Tal vez la fuerza para continuar la sacó de su mismo dolor y de la convicción de que era la responsable por las vidas de sus hijos y sus empleados. Fue así como crio sola a los suyos y tuvo una buena vida, hasta los 84 años. ­¿María Encarnación estás maldita en el amor? ­ le preguntó una vez una amiga a la mujer y ella contestó, “Si es así, agradezco la Maldición, porque tuve una marido fuerte y vigoroso que me dio hijos y me evitó cuidar un viejo en mi vejez, si estoy maldita, bendita maldición”





MARIE LINARES: (Chiclayo – Perú, 16 de abril de 1984). Seudónimo de María Helena Flores Alvitez. Abogada y docente. Actualmente cursa el Programa de Complementación Pedagógica Universitaria de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo en la especialidad de Ciencias Histórico Sociales y Filosofía. Publicaciones: “Poesía de tu carne” (Ediciones Prometeo Desencadenado 2016), coautoría en la plaqueta “Palabras para un canto” (2018) Participación en antologías: “Antología de Microrrelatos Eróticos 69” Tomo II Ediciones Altazor – Lima, 2016, “Los Monstruos del ID”, Historias Pulp 2017, “Sexo al cubo. Veintisiete relatos sobre la sexualidad femenina en el Perú escritos por mujeres” Lima ­ Ediciones Altazor, 2017, “El Mágico Paraíso del Sol. Diez relatos sobre hortalizas y frutos peruanos”, Lima ­ Maquinaciones Narrativa, 2018 y “21 Relatos sobre la lucha de las mujeres en la Independencia del Perú”, Lima ­ Ediciones Copé (próximo a publicarse); así como colaboraciones en diversas revistas físicas y virtuales. Ha participado en recitales y eventos literarios como el I Encuentro Regional de Escritoras – Lambayeque 2018, Festival de Poesía Matute 2 en la ciudad de Iquique – Chile (Noviembre del 2017), X Feria del Libro de Nuevo Chimbote (FELINCH 2017), Festival de Poesía del Diantre (Chiclayo 2013, 2015 y 2016), Feria Internacional del Libro de Trujillo (2016), entre otros. Es cofundadora del Colectivo Cultural Femenino “Palabras para un Canto”.


Las cosas ajenas Ver, el reproductor de música Oír, al gato que no se mueve frente a un grillo Tocar, la calle crujiente del sol que araña Oler Las cosas ajenas Y ser más ajeno que el cuerpo habitado. Los pulgares se resisten a pulsar tu nombre en el smartphone No hay rutina hoy Se ha quedado una mata de pelo en el cepillo y un poco de belleza Sin dudar he condensado el corazón hasta que alcance en el táper del almuerzo Las cosas se han fragmentado un poco van separándose aceleradamente, Sincronizadas con la Teoría del big bang y con un hoyo negro de Hawking Pero tú, tan a lo lejos me ves y no me tocas, Pertenezco a lo intangible e imaginario Con la boca capturas las criaturas nocturnas sobre mi vientre Y después de matarlas me matas a mi.


La curva que oscila en el tiempo, Soy yo sin cuerpo Los días de ceniza que habitan, Soy yo sin tiempo El último nervio estimulado Soy y no soy en el cuerpo Es el otro a mi lado Con sus raíces de árbol y sus frutos descarnados Es el otro que avanza como una marea de gente Y se acuesta A pintarse solo como un mapa de este a oeste Me rayo la cara Y dicen que no soy gente Ni soy hombre, Ni soy muerte.



Jorge Alberto Rodríguez Canales, nace en Santa Ana el 9 de enero de 1957. Profesor de Química, Licenciado en Biología y Maestría en Docencia Universitaria. Catedrático de la Universidad de El Salvador desde 1991. Secretario de Arte y Cultura en la Universidad de El Salvador (2017­ 2020.) Director de la Editorial Shushikuikat. Fundador del Colectivo Literario Letras Sin Fronteras. Cinco veces Primer Lugar en poesía en España. Primer Lugar y tres veces Segundo en poesía en Argentina. Ha ganado más de setenta Menciones de Honor en Certámenes de Poesía en España, Argentina y Estados Unidos. Ha publicado diez y seis libros de poesía: Eclipse, Luciérnaga, Uvas de Musa, Androceo, Atrapájaros, Poemas Perros, Shushikuikat, Ecos de Agonía, Rostros en el Espejo, Atrapados (Publicados en Argentina y Cuba), Compilación Cromática, Pasajeros de la Oscuridad, Exilio, Vermilatos y Máscara. Coordinador de los proyectos de Antologías Poéticas: Clavando Espinas en la Oscuridad; Minervaversos; Dos Naciones en Verso I, II, III, IV y V (Cuba­ El Salvador), A la Izquierda del Corazón I y II (Homenaje a Roque Dalton), Letras sin Fronteras I, II,III,IV y V; A dos Tintas I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX y X; Poetas Invisibilizados de El Salvador I, II, III, IV, V, VI, VII y VIII; Metáforas a Través del Mar I y II (Pinar del Río, Cuba / Colectivo Letras sin Fronteras); Estaciones del Retorno (Habana, Cuba / Colectivo Letras sin Fronteras ); Los Signos de la Tribu (Mayabeque, Cuba / Colectivo Letras sin Fronteras ); y Cadáver Nómada I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI.


CREPÚSCULO DE PLAYA El crepúsculo susurraba melodías de caracoles con respiración de playa. Como viento llegué a tu boca a sorber miel disuelta en tu lluvia. Tú eras abeja de ternura, bebías rocío de mi voz. Mi sed no te dejaba morir. El mar estaba loco: potro salvaje relinchando onirismo de playa.


EN EL ALA DE UN SUEÑO A Ovidio Villafuerte

Escribía un poema y se leía que volaba en el ala de un sueño. Siempre fue pájaro de tinta y fuego. Se leía que volaba en potros del relámpago. La lluvia no lo mojaba. Se leía la palabra lucha pero era difícil no incinerarse con el sol. Las alas de un poeta no son metáforas.



(Madrid, 1959). Licenciada en Filosofía y Letras. Doctora en Filosofía con una tesis sobre Nietzsche. Profesora Titular de Filosofía en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha publicado tres libros de poemas: Cenizas, Hasta mudar en nada, y Aliento de Luz (tres ediciones), que recibió el Premio Andrés Quintanilla de Poesía, 2018. Es autora también de tres novelas, El vértigo de las cuatro y media (dos ediciones), Un mundo en una caja y Los zapatos más feos del mundo. Ha escrito asimismo numerosos artículos de filosofía y pensamiento crítico. Ha colaborado en revistas especializadas y en libros conjuntos, escribiendo también prólogos y reseñas de libros, tanto literarios como filosóficos. Sus poemas han sido incluidos en numerosas antologías de poesía. Su próximo poemario, ‘La Marea del Tiempo’, será publicado por la Editorial Reino de Cordelia en septiembre de este mismo año. En los próximos meses verá también la luz su cuarta novela.


JARDÍN DE INFANCIA Dónde te escondes, tiempo recién lavado de la infancia. Todos los rostros se vuelven hacia ti. Un jardín en la sombra parpadea y los sentidos regresan a la herida que sana con un soplo. Y a noches que culminan con risas sofocadas en la almohada y la dulce certeza de que hay alguien que vela tu abandono. Cuánto tiempo has fingido que también tú creciste entre reflejos de un estanque de dicha, y que en él te has bañado. Y amamantado fuiste, como el resto, de la misma inocencia, leche caliente y tierna, hilandera del alma, deslumbrante certeza a la que un hombre acude cuando ha de recordar que una onda de amor recorre el tiempo, y que siempre es la misma: el centro no encanece. Hablan todos de ti como si fueras la comunión sagrada, y te sientes distinto por no haber recibido el albo sacramento. Exiliado de infancia sin culpables. El mundo tiene ya bastantes cargos para añadir más ruido. Líbrate de esa falta capital. La culpa sólo agrava la privación primera que alguna vez asoma al fondo de mis ojos. Una luna de invierno que mi boca desmiente con su risa. Infancia, he de soñarte al menos para tener un sitio al que volver.


CONGÉNITA TORPEZA Mi búsqueda insensata. Flor del cerezo, la esencia de lo frágil. Florece y desfallece en un mismo tributo a la belleza. No poder ver cuánta luz existe en la caída, el declive que de nuevo presagia la floración en ciernes. Sólo el instante es y, en él, el antes y el después se dan la mano, intercambian papeles, se invalidan e invierten desde dentro. Alma, contempla cómo la floración comienza en la fría penumbra del invierno. A la intemperie, en medio de la nieve, preparan las novicias sus votos en silencio.



Carmelo González González (Madrid, 1969) Ha sido alumno de la Fundación José Hierro de Getafe y de la Asociación Española de Amigos de la Poesía (ASEAPO) desde sus inicios. Colabora habitualmente en revistas literarias y antologías poéticas. Galardonado en el certamen Ciudad de Getafe en el año 2008 por su soneto Se marchó por la ventana y finalista del premio Marcos R. Pavón (2009) por su poemario Poeta converso. Actualmente pertenece al colectivo AMINTA de investigación literaria. Ha publicado dos libros de poesía: Exorcismo para todos los demonios (2016) y Pequeños poemas de amor escritos ya mil veces (2018) con la editorial Lastura. Dirige junto al también poeta Antonio J. Sánchez, el ciclo poético y musical Los sábados culturetas del museo.


A Marcos R, Pavón, in memorian Esta noche callada en que te marchas, con los pies en silencio, sin tu sombra; con el alma viuda de satélites, es tu noche callada repetida. Han crecido los versos en tu ausencia redonda, reclamando entre los libros tu recuerdo, ya polvo enamorado en los huecos vacíos de las páginas. Ahora que está nevando y es noviembre y te vuelvo a encontrar entre las plumas, creo que empiezo al fin a deducirte: has venido a buscar poemas nuevos (Alfonsina en el mar, y tú en el aire), esta noche callada en que regresas.


UNA MUJER DESNUDA Qué extraño enigma ocurre cuando te desnudas. Miro tus formas, y retumban los huesos y los poros. Mis átomos se esparcen en el aire, y un milagro en tu piel me desprotege.



SEDA CRUZ (VANESSA CRUZ ANGUITA) (Murcia, 1978) Licenciada en Filología Hispánica en Ciudad Real, en cuyo último año participó como asistente con una beca en el I Congreso internacional “Literatura de mujer” en Valladolid. Durante estos años, ganó el Primer Premio del Concurso de Poesía Universitaria de la Residencia Santo Tomás de Villanueva durante varios años consecutivos ( 2005­2009). Se licenció en Teología por la Universidad Comillas ( Madrid) trabaja como profesora de Lengua y Literatura en Educación Secundaria desde 2005 hasta la actualidad, en el colegio Estudio de Madrid, donde disfruta de su vocación en un ambiente pedagógico creativo y abierto. Seguidora de la Generación del 27 e influenciada profundamente por los místicos carmelitas que habitaron su pueblo manchego, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. Posee varios premios de Poesía de la provincia de Ciudad Real (premio del Grupo de Escritores "La fragua" de Ciudad Real, Premio de la Escuela de Estudiantes Santo Tomás de Villanueva y ha ganado varios años consecutivos el Premio de poesía de la localidad manchega que la ha visto crecer, Almodóvar del Campo. Sus poemas han sido publicados en varias revistas literarias como en la revista digital Calameo en su edición especial del Día de la mujer. En febrero 2020 la editorial Nueva Estrella ha publicado su primer poemario “Nuevo despertar”. Ha prestado su voz para varios recitales y eventos literarios como “ Un bosque de versos: Opañel es un poema”, recital solidario para reivindicar las zonas verdes de Madrid organizado por Ayuntamiento de Madrid , La noche de los libros 2019 organizada por el Ayuntamiento de Madrid, Día del libro virtual 2020 a través de la Forja de las letras.


CIENO Perdida en la noche de la carne exacta Porosa inquietud que desvela y aísla. No más tú. Yo y más profundamente yo frente a tu imperio de lo otro. El presente solo es mío y el deseo corroe hasta la última gota de este Ser de Agua que se vierte por ti. Sangre agitada, turbulentas mareas si me miro en el espejo viejo anhelando una aurora que no existe. Si el centro soy yo, no hay oscuridad sonora ni dolor que se queje de noche. Presente, única dádiva, gratitud, perdón y vida para que no me consuma en la celosía de tu nombre antiguo, rejas con que se apresó el alma cantora. La noche que es hoy tumulto de cieno; mañana será de alondras y corderos ( que salen de sus cajas, que con soga nunca se atan). Confía: La venidera luz nace. No sucumbas en este cieno que no lleva a ninguna parte Levántate y anda: Eres tú en este instante.


Me adentro en el bosque de mi nuevo nombre de estrella. ( Siempre yendo a un Tú no había visto la Belleza eterna que en mí espera). Un bosque que permanece firme ante las adversidades. Un bosque que sigue creciendo. Soy el pájaro, y la casa, y el río que fluye. Soy el tigre sereno que espera en la cumbre. Me refugio entre flores amanecidas que rodean hoy mi senda recién brotada. Ya no busco: me he encontrado y conmigo en mi presente ya no hay nada que tema.





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