Aquarellen febrero N° 26

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Mes 02 ­ Año 04 ­ Número 26.

Editado por : Aquarellen Cultura Directora de redacción : María José Mattus Director de contenidos: Jesús De Castro Portada: “Coquimbo desde la Costanera” Acuarela sobre papel Contraportada: "Creatividad es imaginación " Imagen de archivo Poemas Visuales: Fotografía de Sergio Elías y Hope II ­ Klimt


EN ESTE NÚMERO

SANTOS DOMÍNGUEZ PÁGINA 6

SARA CASTELAR PÁGINA 13

MARÍA RUIZ DE LA PEÑA PÁGINA 20

DIANA ÁLVAREZ PÁGINA 28

MIGUEL ÁNGEL BERROCAL PÁGINA 36


PORTADA

“Coquimbo desde la Costanera” Acuarela sobre papel. Esta acuarela fue pintada desde el lugar favorito en la ciudad de la autora, unas escalinatas que llevan desde la Costanera hacia la playa y muestran una panorámica hermosa del lado sur de la península y su istmo. A lo lejos se ve claramente el contraste de la roca bruta con los centenares de casas dispuestas en un orden caótico en la abrupta geografía del sector. La luz toca sus fachadas coloridas de formas fascinantes haciéndolas brillar siempre de formas diferentes. Las aguas mansas de la playa acunan suavemente a los botes y veleros anclados. Es un lugar tan encantador que solo sentarse allí es inspirador. Camila Rojas es una artista chilena que sólo cuenta con 25 años. Enfermera de profesión nunca he tenido educación especial relacionada al arte. Su formación artística ha sido totalmente autodidacta. Sus técnicas han pasado por el blanco y negro, lápices tradicionales pero ella misma confiesa que se ha enamorado de la versatilidad de la acuarela. En su tiempo libre se dedico principalmente a crear las ilustraciones de una antología de cuentos infantiles, escritos por mi madre. Estas las realizo con una técnica tradicional y un estilo cándido que recuerdan las antiguas ilustraciones infantiles del principio del siglo XX.


EDITORIAL

Las tardes de febrero tienen ese aire suave que anuncia el

cambio de estación, ese dulzor que despide y que preludia, esos aromas, esas sensaciones que bien pueden ser percibidas por un poeta y trazar semilleros de palabras. Y esa es la reflexión para este mes, ¿Hacen todos los poetas poesía? El más longevo de los géneros presenta actualmente una discusión apuntada a que muchos denominados poetas no siempre escriben poesía, aunque acá nos ponemos en un análisis de lo que debe pretender el escritor. Se escribe poesía para crear mundos nuevos, como respuesta a un dialogo interior, como un solipsismo en la libertad de las palabras. También el poeta dialoga con Dios, sin importar cuál sea su divinidad, este arte de hacer florecer la flor en el poema con metáforas y paisajes imaginados en la mente del artista es un oficio que es muy sencillo de pronunciar pero nada fácil de ejecutar con la calidad que las musas merecen porque el acto poético no mide la distancia entre el pensamiento y la palabra. Este conflicto se traduce en que muchas personas escriban en modo simple sin renovar la voz sin emocionar ni encantar, sino que lo hacen bajo los márgenes de la sociedad de consumo, de la era de los productos masificados esperando una cuenta de red social saturada de amigos y guiños olvidando que no escribes para que te lean lo haces para morir o vivir en el arte, en la literatura. El poema está definido por una forma, una estructura, una multiplicidad de sentidos y significados asociados a un proceso de representación y no rimas vagas con mensajes cursis. Volvamos a hacer poesía, rescatemos el género de los amantes y desdichados, pero construyamos versos y lírica. Ya lo decía Bécquer, “podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía”


SANTOS DOMÍNGUEZ

Fotografía de Juan J Bote Valero


BIOGRAFÍA

Cáceres, 1955. Crítico y poeta. Su obra poética figura en

diversas antologías nacionales e internacionales, entre ellas la aparecida en Francia en 2008: Inuits dans la jungle. 25 poètes d’Espagne, una selección universitaria de los poetas más significativos de los últimos cincuenta años. Es autor de libros de poesía como Las provincias del frío, En un bosque extranjero, Las sílabas del tiempo, El dueño del eclipse o El viento sobre el agua, con los que ha obtenido importantes premios nacionales e internacionales. Antologada en diversos volúmenes como Plaza de la palabra, Las alas del poema o La vida navegable, parte de su obra poética ha sido traducida al francés, inglés, portugués, húngaro, árabe, ruso, armenio, griego e italiano. Como “una de las voces más importantes y más auténticas de su generación, en quien se combinan perfectamente los dos principales ingredientes poéticos: exactitud y misterio” lo definió Félix Grande.


PLEGARIA DEL SOLSTICIO

Mirar por fin la calma de los dioses Valéry Señor de las tormentas, líbranos de los muertos pasados y futuros, y del buitre que ensaya círculos melancólicos y espejismos de espanto para explorar su espacio espectral en el mundo. Líbranos de unos pocos, líbranos de la noche y de la nieve lenta de la noche. Así en la tierra dura como en la mar sombría, líbranos de este mundo, señor de las ventiscas. De este mundo que ahora y en la hora de la bruma es menos comprensible, más opaco, más mudo. Líbranos de las calles y de las extrasístoles, de los dientes, la lluvia y el fruto del desierto. Líbranos del destino que nos espera inmóvil agazapado en niebla. De la uña y la herradura líbranos, dios del frío. Líbranos de la noche y de sus astros tristes, líbranos de las vísperas del sueño antefuturo. De los pluscuamperfectos líbranos cada noche, de las esquirlas frías del cristal y el recuerdo. Tú que miras ahora desde la ardiente sílaba, desde la nada fría de tu sangre sin nadie, déjanos en el hueco del tambor y del húmero y en la paloma muerta con un temblor de lluvia y un cántaro con ecos. Tú que incendias los campos con tu último destello, déjanos este tiempo en la luz vacilante de los amaneceres que suben de la niebla y cantan desde el sueño, en las torres sin viento y en las banderas lentas de la noche.


PENUMBRA DE LA MÚSICA Nació, como un conjuro, del miedo de las noches, de un ritmo sin palabras que era el del corazón y el del tiempo asustado de los astros. Siguen estando aquí, bajo las delicadas notas de algún piano o en el viento afinado de una orquesta el que encauzó el aliento en un hueso sin tuétano para imitar la brisa o al animal furioso. Quien chocaba un guijarro contra la roca dura o golpeaba a compás un madero con otro como quien interpreta el corazón del mundo, el ritmo de los pasos o el latido constante de la alta luz del día. Aquí siguen estando, con sus piedras sonoras o los pies en el suelo, con su caña armoniosa o el tambor que era un tronco que convocaba al trueno. Aquel que una mañana sopló una caracola como si respirara el mar, como si duplicara el rítmico jadeo del combate o la cópula, la emoción de la caza, la angustia en la carrera, la vibración del viento o el canto de los pájaros. Nació, como un conjuro, del pánico ante todo lo que no tiene nombre, ni cuerpo, ni mirada. Del terror al sol negro y a una luna que se hunde para siempre en el mar. Y sigue estando aquí, como está en cada día la oscura sucesión de minutos y olvidos que completa la tarde, la tarea de penumbra que oscuramente somos.


JACOBO FIJMAN SUBE A LOS INFIERNOS

¿A quién llamar desde el camino tan alto y tan desierto? Jacobo Fijman. Veo la niebla amarilla que canta su silencio en los cipreses, veo violetas marchitas que el mar hurta al ocaso y una luz inodora que aúlla sobre el mundo. Hay palomas cegadas que sangran sobre un árbol y en las paredes grita la voz desnuda de los días perdidos. Si ladraran los perros... No sé quién es el otro, de qué cristal extraño vienen estas esquirlas, de qué espejo desierto suben estas figuras, estos descoyuntados fragmentos de sentido que agrupará el horror en un ángulo opaco que ocupa la memoria con máscaras vidriosas en esta noche oscura de la celda.


EN EL CENTRO DEL BOSQUE

Medí los cielos; ahora mido las sombras Epitafio de Johannes Kepler

I

Stonehenge

Desde el oscuro centro de la piedra vieron las rotaciones, los planetas, las estatuas de luz de las constelaciones, cazadores celestes y cúmulos de Pléyades. Intuían que sus vidas eran parte secreta de aquellas rotaciones, que un hilo oculto unía su destino a la unánime cadencia de los astros. Y en el centro del bosque erigieron un círculo, un anillo de piedras que predecía el eclipse. II

Círculo de Goseck. 5000 a.C .

Con ojos asombrados, alguien miró una noche manar sobre el vacío las estrellas sin órbitas. Alguien buscó esa noche respuesta a sus preguntas. Ignoraba el hidrógeno, el espejismo de helio, las lunas de Saturno, los ejes de Hiperión. Buscaba solamente la mediación oscura de las sombras. III Como una flecha ardiente, en la cámara fúnebre entra el rayo primero del solsticio. Ilumina las losas milenarias, calienta los dinteles que el plenilunio enfría con su fulgor de plata. El hombre que ha medido los cielos y las sombras y piedra sobre piedra ha levantado un canto al poderoso sol, a la inquietante luna sale de aquella oscura caverna primordial.

Dólmenes en El Torcal


BAJO LOS TILOS

La tarde del 20 de julio de 1812 Beethoven camina del brazo de Goethe por la avenida principal de la ciudad balneario de Teplitz, en Bohemia.

Sobre la hora crecida de la tarde templada vibraba largamente la luz, y los sonidos fluían bajo los tilos de un lento balneario. Acompasan sus pasos el genio que no duda, el sabio satisfecho de sí mismo, pulcro y ceremonioso, y el indómito músico, el sordo algo salvaje que no obedece normas y desconcierta al sabio con su creación sin riendas. No se entienden apenas quien redujo el color a una teoría o expresó la mirada en fórmulas de física y el que echaba de menos los rumores de Viena o el ruido de las hojas del tilo bajo el viento. A aquel que hizo del mundo un tema razonable, pero pidió más luz en su agonía le inquietaba el sonido, lo que no se controla, lo que no se regula con normas ni preceptos. No comprendió la música de quien buscó en sus notas, sin orden, con concierto, resistir las angustias, vencer el sinsabor y los fracasos. Mientras vibraba al fondo la luz incomprensible del piano, la tarde iba cumpliendo sus cuadrantes exactos de un círculo de nieve y un tiempo misterioso.


SARA CASTELAR


BIOGRAFÍA

Poeta granadina residente en Sevilla, nacida en Hannover

(Alemania) en 1975. Curso estudios de derecho en la Universidad de Granada. Es Autora del poemario, “El Pulso”, 2010, EH Editores, “Verso a tierra”, 2010, CEDMA, “La hora sumergida”, 2012, Turandot Ediciones y “El corazón y los helechos”, Isla de Siltolá, 2015. Ha ganado varios certámenes poéticos como el Premio de Poesía Ciudad de Ronda o el Premio de Poesía Pilar Paz Pasamar, entre otros muchos. Ha publicado poemas en diversas antologías y colaborado en revistas literarias a lo largo de más de 10 años. También realiza talleres de escritura y es editora en la editorial Karima, especializada en Poesía.


EL CIRCO

Huir, del ruido enroscado a los teléfonos, del idioma infectado en las juveniles zarpas del vacío. Vendrán, todos vendrán con su circo de látex, la mujer barbuda en su vestido obsceno el payaso sin niño el hombre bala en la nuca el domador de ciegos con su látigo estéril: la función es un ancho camino sin espejos, la mueca enquistada en los televisores, una forma de amar mucho más simple. Huir, sí, hasta colmar el negro con la lengua ensartada de cerezas y el abono del aire sobre los vertederos y el olvido.

De “El corazón y los helechos”


DECLARACIÓN DE INTENCIONES Mi intención es errar, escapar al orden, descubrir el interior del miedo y abrazarlo despacio, como a un hombre, descomponer el óxido y la duda sobre la misma lágrima. Mi intención es herrar al caballo dormido sobre la pesadumbre.

LA ÚNICA CERTEZA De que aún estás vivo ha dado fe la noche, el latido que el reloj falsea en el que te descuento a medias con los años. El trazo de la sombra que te escribe y se descuelga por el embudo de la herida. La única certeza, que no hay dolor más largo que enfermar de uno mismo.


LA MEMORIA IMPERFECTA I Porque miles de rostros avanzan por la noche devorados de sombra, ya lo sabes, las ciudades no duermen sin sus muertos ni sus gatos de azufre, yo los miro con la niñez abierta como una llaga hermosa, esa dentada arista de la luz que vuelve con el frío salvajemente niña, salvajemente pura. Desde mi corazón los continentes crecen y se arquean sobre la edad del mar, la tierra es como un llanto que a nadie pertenece y suavemente cae para agrandar los ojos o para amar la soledad del trigo. Yo no aprendí tu infancia, ni el discurso de las sillas vacías que adornan el jardín y la memoria triste pero aprendí el oficio de la arcilla después del aguacero, cosí mi lengua a la ciudad del tigre y odié la voz como se odian las banderas, con abnegada rabia. Dejo una esquina del olvido para este dolor largo, para esta muerte a plazos que adeuda el almanaque y arroja entre sus números la gravedad del tiempo. Vuelve a temblar un niño en tus rodillas y ahí afuera, siguen naciendo los perales. II Yo sé que aún recuerdas el himno vulnerable de los ferrocarriles, largos como el país del frío o la desolación de los espejos después de haber amado la ebriedad y el barro.


Sigues uniendo al verbo cada huella desecha, cada ojo que crece en la palabra para volar sin nombre sobre los fuselajes. Las rosas no conocen el camino del matadero y suben a los techos de la casa perdida, de la calle perdida, adonde lentos pájaros acuden para habitar el sitio no besado, esa distancia yerma que adeuda la memoria donde el amor pasó como un arado negro. Signos de una tierra quebrada que aún empuña la sequedad del hambre y el vacío crujiente de los huesos, estás cansado y solo en el recuerdo pero tu voz se acuesta en todas las gargantas. No has perdido la fe, sólo han muerto los muros de los templos y la herencia del plomo. Alguien se parece al mar esta tarde de lluvia y sigue siendo humano, todavía.

De “La hora sumergida”


LA HIJA DEL HERRERO

Sobre la esclavitud del hierro escribo la memoria, la fortuna errática del pájaro la medalla furiosa de mis ojos. He parido entre soles he lamido la costra del amor he soñado la ausencia y la locura he amasado el pan sin esperanza he cargado la edad, la arruga con su interminable bosque. He sido una mujer dejadme ahora el animal atravesarme el alma.

De “La hija del herrero”


MARÍA RUIZ DE LA PEÑA


BIOGRAFÍA

María Ruiz de la Peña, ovetense, pasó sus primeros veinte años en Madrid, donde su padre era concertino de viola de la Orquesta Sinfónica de RTVE. Vivió una infancia y una adolescencia rodeada de arte, volcándose en lo que fue su primera pasión y hoy considera vocación frustrada, el ballet clásico, que estudió a lo largo de quince años, simultaneándolo con clases de violín y solfeo. Es licenciada en Historia y diplomada en Historia del Arte por la Universidad de Oviedo. Durante veintidós años trabajo como documentalista en la redacción de un periódico donde empieza a tomar un contacto directo con la escritura, pasando luego a ser propietaria de una librería infantil donde impartía talleres de lectura y redacción a niños. El autismo de su hija mayor, unida a su dependencia, le obligó a volcarse en su cuidado, por lo que ahora, compagina esta labor con su papel como escritora. Desde hace unos años ha volcado toda su pasión creativa en la escritura que utiliza, como ella misma dice, a modo de catarsis, de vía de escape, de terapia, en muchas ocasiones. “Escribir me salva de la locura”. En diciembre de 2015 publicó su primer libro de poemas, titulado “Las horas perdidas”. En junio de 2016 colaboró con un relato en “Mensajes en una botella” y en octubre vio la luz su segundo poemario, “Memoria de unas lágrimas”. Tiene una gran actividad en la red a través de sus dos blogs, uno sobre autismo (mihijaesautistaquemirausted.blogspot.com.es) y otro estrictamente literario (lamisteriosasomrisadelgatodechesire.blogspot.com).


“MENTIRAS Y BESOS” He olvidado besar. Por más que intento recordar no lo consigo. Lo intento, puedo asegurar que lo intento, pero mi boca tiene miedo. Fue utilizada como diana de enojos, abusos, mentiras, gritos y el dolor perdura. Se siente tensa, nerviosa, aturdida Entonces, apareces tú. Te aproximas consiguiendo que nuestras miradas coincidan. Te sitúas justo a dos centímetros de mí. Cierro mis ojos. Demasiados recuerdos. Aprecio como tus labios tocan los míos que, sin pensarlo, clausuran cualquier resquicio. Eres persistente y vuelves a intentarlo.

Ahora es tu lengua la que juguetea, pidiendo a la mía colaboración en el juego. Y, es en ese momento cuando obligo a mi boca a recordar cómo besaba y torpe me aproximo. Es difícil. Ha pasado mucho tiempo. Me molestan las narices y no sé como debo colocar mi cabeza. Te pido, por favor. que vuelvas a intentarlo. Ahora, mis labios, ya relajados reciben a los tuyos, excitados, presurosos, impacientes. Nuestras lenguas al fin se conocen, se gustan. Me has ofrecido confianza, me has entregado amor y, quiero pensar que nuevamente esto no volverá a convertirse en una mentira, porque, entonces, mi boca quedará sellada para siempre.


“SOY HIELO” Esta mañana he despertado helada. No sé qué ha ocurrido. Recuerdo que besé y me besaron, que abracé y me abrazaron. que habité y me habitaron pero he olvidado su nombre, su rostro, su cuerpo. Me consta que estuvimos prácticamente pegados, fusionados en uno, sin espacio entre nosotros y soy capaz de rememorar su voz, con la que me susurraba bajito el compás de nuestro baile improvisado. Pero, algo ocurrió. Creo que fui yo quién cometió el error. En un momento, en el que permanecíamos con los ojos cerrados, salió de mi boca, así, de repente, sin pensarlo, ni sopesarlo la palabra "amor" y fue en ese instante cuando noté

que empezaba a congelarme con la misma velocidad a la que llegaba mi abandono. Supliqué perdón, quise explicar que solo había sido un impulso sin motivo, pero ya no hubo marcha atrás. Mi castigo había empezado. Pronto me convertí en lo que ahora soy, una estatua de hielo consecuencia del deseo de haber querido amar, en un descuido, en una tregua otorgada por el tiempo entre beso y beso. Ahora mi boca está helada, como el resto de mi cuerpo.


“D I Á L O G O ” Me preguntaste:"¿Me querrás siempre?". "¿Cuánto es siempre", inquirí. "Hasta que nos separe la muerte", respondiste. "Entonces no, porque yo deseo quererte más allá de siempre, más allá de la muerte y descubrir, junto a ti, un amor por encima de cualquier barrera temporal, un amor que no conozca ni una sola razón que nos obligue a separarnos". "Pero, eso no existe", contestaste preocupado. "Pues habrá que inventarlo, ¿no crees?". Y callé tus dudas con un beso.


“A ME B A S ”

La relatividad del dolor, lo paradójico de un beso, lo absurdo del tiempo, lo accidentado del placer, lo limitado del amor. Mientras escribo, escupo todos los monstruos que, en forma de pensamientos recurrentes, se regodean en el interior de mi cuerpo. Pero, aunque hile, sin tomar aliento, sustantivos con adverbios, verbos con adjetivos, ellos, mis monstruos, se reproducen como amebas maduras, sin necesidad de sexo. La literalidad del inocente. la infinitud del universo, la soledad de la nada, la incertidumbre de la vida, la seguridad de la muerte.


“ENCANTADA DE CONOCERTE” Tu boca y mis ojos se conocieron sentados en la mesa de un bar. Desde un principio se gustaron, lo delataron tu lengua y mis pestañas Ambos iniciaron un sutil coqueteo al que pronto se sumaron tu nuca y mi cuello, tus manos y mi cabello, orquestado y pautado por cálidos susurros y dulces palabras de puro coqueteo. Nuestros cuerpos, ya completos, decidieron abandonar el bar. En la calle, nos rozamos con descaro, nos miramos, sin vergüenza, nos besamos, sin decoro. Nuestras piernas nos guiaron a una cama, ya no recuerdo, si era tu casa o la mía. Perfectamente, podía haber sido un hotel, porque, cada vez, nos teníamos más ganas. Nuestros brazos nos desnudaron con prisa, y, con prosa, empezó un baile no sujeto

a ninguna medida establecida, liberado de cadencias preconcebidas. Al unísono, nuestras bocas musitaron palabras que se cruzaban con suspiros de placer. Nuestros cuerpos, abrazados, ya no eran dos, tampoco uno. Ambos estábamos habitados, tú por mí, yo por ti. Esa noche la pasamos fundidos y abrazados. Al día siguiente, nos despertamos en tu cama, ahora ya lo recuerdo, sudorosos y despeinados, somnolientos y desnudos. "Hola, me llamo Pablo", me dijiste "Yo me llamo Ana, encantada de conocerte", contesté.



DIANA ÁLVAREZ


BIOGRAFÍA

Diana Álvarez, poeta nacida en Puntagorda, La Palma

(S/C de Tenerife, 1978), es autora de los libros “Nanas de la muñeca de papel” (Editorial Excodra, 2014), y “La disyuntiva de los amantes” (Ediciones Alternativas, 2014). Recientemente ha sido incluida en la obra “Poesía canaria actual. Antología (1960­1992)”, seleccionada por Cecilia Domínguez Luis (editado por La Manzana Poética, 2016). Ha colaborado en publicaciones como Revista Aquarellen, Admirabilia, Revista Tarántula, Revista Vísperas, Círculo de Poesía, Revista Fogal o Letra Libre, entre otras.


TRASLACIÓN Juegan fuera los niños a la pelota no no puede ser Eso ocurrió en un tiempo que murió con las marcas de la osadía en las rodillas, con la temeridad insolente de la parca distante y, sin embargo, ella rondaba tan cerca, vendiendo flores en cada esquina. Juega el aire con las ventanas, como el aviso de hacernos frágiles y quebrarnos como briznas. Hoy quizás no seamos tan viejos, tan sólo distantes del barro que marcaba nuestros pies con el alma limpia y ligera. Jugamos con el aire a no sernos distancia y crecernos alas de voz y verso. Mañana seremos niños que juegan a la pelota en las calles, con las ventanas rotas en nuestras miradas, simples briznas vendidas en la esquina de la parca con sus andares de cabaretera que pisa la derrota.


PÓLVORA Una pistola cargada me mira desde un reposabrazos y le pregunto por su carga y me responde que es la mía. Y le pregunto por su destino y me responde que es mi destino. Y yo me siento más cerca y contemplo la oscuridad de Cíclope ciego y me sumerjo en el magma denso de la probabilidad. Una pistola cargada me mira con un único ojo de realidad certera. Y yo estoy cansada de respuestas, cansada de preguntas colmas de puntos suspensivos. Ella me mira y yo permanezco a la espera de ser interrogante o conclusión en llamas.


ANOCHE No me duele mi silencio. Me duele tu silencio amortajado. Me duele la venda de flores. Aún no ha muerto el otoño y duelen tus huesos en mis huesos. No me duele la costura en la boca. Me duelen los puntos suspensivos en las suelas de los zapatos. Me duele tu silencio. Me duele tu dolor como duele la muerte de la voz en un eco.

INERCIA EN PIE Pasear era una utopía para aquellos que estamos programados para deambular la muerte desde el punto A al punto B forzoso de la rutina, como muertos abandonados en la cuneta de la vida, grises sombras con la tristeza atada a una correa.


VELADA Entre las primeras luces de las calles, ellas ostentan sus pechos amputados en una cama de hielo, ahítas de alfileres en los labios. Recorren sus caminos propios con la premura de la oscuridad y el hogar impaciente, una mesa dispuesta a ser dispuesta en la estridencia de otras vidas y su silencio rotundo. Llueve viento caliente en un plato de ducha sobre sus madejas de piel. No concluye la prisa. La noche se revela incierta entre sus pechos mordidos. Queda una reminiscencia del largo camino que muere, como todo amor, en la almohada y en el alma que se arranca de los puentes que atrapan sus cuerpos. Mañana, tal vez mañana, piensan, viviré un instante de plomo. Mañana, piensan, es nunca, como hoy es el nunca de hace años.




M I G U E L Á N G E L B E R RO C A L


BIOGRAFÍA

Pequeña Biografía de Miguel Ángel Berrocal Sánchez por

David González, compañero de universidad en Granada y amigo. Miguel Ángel Berrocal Sánchez, nacido en Algeciras un 24 de Octubre de 1976, aunque yo nunca me lo creí con esos rasgos vascos que tiene. Fotógrafo freelance y autodidacta de hace más de 20 años, desde muy pequeño mostró interés extremo por la luz y capturarla, cosa que pude comprobar gratamente en Granada. Escritor desde los doce años aunque lo niegue siempre, y no haya publicado salvo en algunas colaboraciones en fanzines de la universidad, actualmente, he tenido la alegría como amigo de verlo publicado varias veces en el Blog Hankover de Vicente Muñoz Álvarez, y en uno de los blogs de Claudio Ferrufino Coqueugniot. Escritor polifacético y crudo, rara vez corrige nada, suelta a plomo lo que tiene dentro; su poesía puede ser dulce o devastadora.


EL VUELO Y LA VUELTA

He bajado de ese helicóptero mil veces resbalando entre los intestinos de mis compañeros, riendo a carcajadas por las drogas que desayuno. Lo he hecho tantas veces que huele a hogar, a cobijo; lo he hecho tantas veces que no quise nunca tomar una fotografía, sólo seguir disparando a las cabezas que corrían entre los arrozales para luego volver a bajar y sentirme vulnerable; vulnerable junto a mis hijos y mi perro, vulnerable sin sus aspas y la casquería en el suelo, vulnerable porque no puedo matar y ver como matan. Quiero bajar eternamente de ese helicóptero y que el perro deje de tocarme los cojones mientras los putos niños no quieren comer la cena. "Muertes" 2016, M.B


FORJA Aquí, en mi pequeña herrería junto a la ribera de los diez mil ríos. Donde diez mil naves abastecen sus bodegas, rodando diez mil barriles y diez mil polvos de despedida. Donde diez mil extremas unciones son lacradas entre semen y agua miel. Adiós, amén, fuego y podredumbre. Siempre, todo, empieza de nuevo. "Muertes" 2016, M.B

IGNÍFUGA Caricias como el romper de aguas en el acantilado; sin miramientos y con la espuma reanimando la dulce muerte en bucle, pues finos párpados quedan tras tu palabra y cerrarlos es necedad, si acaso quisiera ello aquí donde nunca te apagas. "Alfas" 2016, M.B


ENTRE ROSALES

Si lo quisiera todo, la plenitud, me habría volado la tapa de los sesos al nacer. Pero prefiero caminar entre espinos tiene algo que es imposible de conseguir con la bala; vivir el daño y luego ver como se aleja.

"Alfas" 2016, M.B


UNO DE AMOR

Apareceré y entraré como entran las agujas en una planta de Oncología; entraré para no volver, pues nada pido ni quiero. Quedarme allí y yacer junto al hábito de tu muerte; sólo eso, mimándolo hasta que llegues.

"Muertes" 2016 M.B


Tan triste como una flor cortada que se sabe un bello cadáver; que en

breve, todo se irá, y no quedará más jarrón que el cubo de la basura. "Filos" 2016, M.B




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