Aquarellen número 8

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Mes 08 – Año 02 Editado por: Aquarellen Cultura, Coquimbo – Chile Directora de redacción: María José Mattus Director de contenidos: Jesús De Castro Portada: Fotografía de archivo

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EDITORIAL

La literatura, en todas sus formas, es una gracia, de la vida y la naturaleza, un milagro que está allí, que existe, que nos rodea y reside en su pura existencia, sin motivo o justificación alguna. El simple hecho de que se encuentre presente en nuestra vida diaria la coloca en un plano alterno donde su inexistencia parece algo irreal, algo sin lo cual nuestro pensar y sentir no serian lo mismo. La literatura, es a fin de cuentas una expresión sublime del ser humano. Es esta magia la que motiva nuestro afán de concretar mes a mes nuestra revista, cada vez con renovado estilo, con nuevos colaboradores y con los amigos de siempre, esos que sin dudar aceptaron nuestra nueva propuesta literaria. Es por esto que cada número nos esforzamos más por ser el espacio de los hombres y mujeres que embelesan con el poder de la palabra. En el octavo número de la revista “Aquarellen” nos congratulamos porque comenzamos a entregar, por capítulos “La jodida bohemia de mayo del 68´” Un relato fascinante de Alfredo García Francés, magnífico escritor y galardonado periodista. Contamos además con la participación poética de dos grandes mujeres: María Antonia Ricas y Pilar Merino de España y Chile respectivamente y la colaboración del poeta argentino Roberto Villar Blanco, más una aportación en poesía y aforismo visual sumados a un interesante micro relato del escritor español y director de contenidos de Aquarellen, Jesús de Castro, reafirmando así nuestro compromiso iberoamericano en la literatura. Esperamos que disfruten de nuestra octava entrega.

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INDICE

Alfredo García Francés “La jodida bohemia de mayo del 68´ “.....................................Página 5

Poesía.............................................................................................................................. Página 7

María Antonia Ricas

............................................................................................ Página 8

Pilar Merino............................................................................................................ Página 14

Roberto Villar Blanco............................................................................................ Página 21 Jesús De Castro “El viaje”.................................................................. ........................ Página 28

Música............................................................................................................................ Página 29

El Barbero de Sevilla............................................................................................ Página 30

Nuevos Autores........................................................................................................... Página 32

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ALFREDO GARCIA FRANCÉS

Alfredo García Francés Nacido en Bilbao en 1949 Premio Nacional de Periodismo 1984 Novelista Fotógrafo de publicidad. Reportero y editor gráfico en el diario El País. Novelas publicadas: El Hidalgo Segundón, El Secreto del Emperador, Bastardo Real, Balas de Carmín, La Noche de los Gitanos.

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LA JODIDA BOHEMIA DE MAYO DEL 68, por García Francés Primera entrega.

Llegué a París con apenas dieciocho años. Me esperaba mi hermano José Luis, la persona que más he querido en el mundo. Había abandonado la casa de mis padres en Bilbao con dieciséis, y tras una larga temporada de deambular por Barcelona, Bélgica y Holanda, rendí viaje en la Ciudad Luz donde esperaba calmarme y acabar mi aprendizaje como fotógrafo. Atrás quedó María, de Ronda, una muchacha de 21 años y puta de oficio, entonces la más bella prostituta de Barcelona, que me protegió y, durante meses, cuidó de mí como si fuera un príncipe. Era la querida de un industrial de Bilbao, de un aristócrata de Madrid y del jefe de policía de Barcelona. Además, en sus horas libres, hacía trabajos extra. Pasados muchos años se convertiría en la Sultana de Ronda, el personaje femenino de mi libro “El secreto del Emperador” pero entonces, en Cataluña, fue mi verdadera maestra en las artes amatorias. Delicioso aprendizaje para un muchacho de mi edad, fogoso, pero sin demasiada técnica en la práctica del sexo. Era mi primera gran ciudad y, de la mano de aquel cañón de mujer, descubrí sus callejuelas y sus avenidas cosmopolitas, el gótico y el modernismo, las fuentes y el Liceo, las playas mediterráneas, cafeterías, cines y hoteles y a ella, La Sultana, que siempre me hizo sentir el rey del mundo cuando, por la calle o en algún restaurante, íbamos del brazo matando de envidia a los hombres y levantando murmuraciones de las mujeres. Guardo un recuerdo divertido de las escasas noches, cinco a seis al mes, en que sus protectores llegaban para pasar la noche en el apartamento pagado, sin saberlo, entre todos en régimen de multipropiedad. Entonces, zalamera, me daba mil pesetas, un dineral entonces, y me mandaba a dormir a cuerpo de rey al Hotel Ritz con la orden de no regresar hasta que ella fuera a buscarme. Cuando venía a recogerme, antes de irnos, follábamos como locos supongo que para acabar de amortizar la habitación. Estoy muy agradecido a mi Sultana, nunca la olvidaré porque me enseñó a amar a las mujeres y me quiso como una hermana. Bueno, mejor, porque con las hermanas, ¡no se empuja! Pero Barcelona era una escala y tras unos meses, ya convertido en un hombrecito, me marché. En Holanda viví otra de las experiencias que en aquellos años nos llenaban de pasmo a los españolitos. En la Costa Brava había conocido una chica que dijo ser modelo en su país. Su cuerpazo lo evidenciaba, tuvimos un tórrido romance y, con mi destreza sexual recientemente adquirida con la Sultana, la deslumbré. Me rogó que fuera a Holanda con ella y dijo tener amigos fotógrafos que me darían trabajo. Cauto, sintiéndome ya un tipo vivido, respondí que me llamara cuando tuviera garantizado un empleo para mí en su país. Lo hizo y atravesé Europa en autobús. Me instalé en su casa, en su habitación y en su cama. Hasta ahí, bien. Lo gracioso es que vivía con sus padres y, los fines de semana, su mamá nos subía el desayuno al tálamo. Hoy todavía resulta chocante esa atención pero entonces, y viniendo de España, me maravillaba tanta comprensión maternal. La chica resultó ser enfermera y una mentirosa compulsiva. Continuará... Saludos al autor en: http://facebook.com/agarciafrances

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POESÍA

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MARÍA ANTONIA RICAS

MARÍA ANTONIA RICAS (Toledo, 1956). Profesora, con una dilatada experiencia en el mundo de la comunicación literaria. Codirectora de la revista ‘Hermes’ y de la colección de poesía ‘Ulises’. Cuenta con una veintena de ediciones poéticas y es colaboradora en medios de comunicación (RNE, ABC Artes&Letras-). Sus últimos libros son Conectada (2012) y El cretense (2013). http://www.mariantoniaricas.com/

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LA MUJER LLAMADA PERFUME DE PRIMAVERA

Hija de Ho Phi Dien, amasa pastelillos diminutos que bailan en almíbar. Ella confraterniza con los astros danzantes en el agua, y pronuncia en voz baja dos sortijas posadas en el fondo de la masa de harina que tapiza el azúcar; se chupa los pulgares, se detiene un instante ensimismada delante de sí misma. Vemos cómo descorre las cortinas, cómo no mira atrás cuando sitúa ramos de flores blancas en las mesas, tinteros, los pinceles para caligrafías de borrachos que sujetan su pulso con más vino e improvisan epigramas obscenos. Ahora sólo escucha el chapoteo de una rana en su charco, quizá un ave que pesca y se sumerge detrás del estertor de un campesino que se ha dejado el tiempo en este cieno de ávidas raíces. La sombra de los montes anamitas disemina su siembra sobre el azogue de los arrozales. Y escribe para nadie: cansadas las rodillas, siguen igual de vivos los deseos.* *Verso de la poeta vietnamita Ho Xuan Huong (1772-1822)

MARÍA SKLODOWSKA Tus ojos se iluminan con incienso pernicioso. Una blanda sustancia musical, un tintineo del genio destructor aún sumido en su lámpara que frotas. Pides los tres deseos vacilante. Yo te imagino rubio el pelo blanco. Llaman a la tristeza de la foto la perpleja postura de un atuendo enlutado. Pierre no ha exclamado feliz: tú eres mi dama, cuando la primavera parisina desmenuza el desorden en parques de verdín. Un mensaje: ¿es aquí donde vive quien descifra la arena del veneno? Una paloma llega. He ganado, está bien, dices, es tarde. Yo te imagino rubia con los muertos. Y ahora que tus huesos, como en el cuento de los hermanos Grimm, el de La Luna, fosforecen bajo tierra, se retarda la prisa, el tiempo te acompaña y la sangre seca bajo tus uñas adquiere un resplandor de violonchelo. Eras una nadadora en el humus y nadie supo hablarte del veneno.

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EN EL JARDÍN (I)

Parecías un leopardo cuando acechabas una presa y en elástica imagen tu alma sin movimiento ni murmullo.

Desde el animal reposado que ya no solicita sangre miras al impala más joven del alba del jardín.

Surge y no se amedrenta.

Cualquier ramita lo secunda para que dé sus saltos casi como un pájaro.

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EN EL JARDÍN (II)

¿Es ésta la luz que prospera sobre la desdicha, sobre las pasionarias tortuosas, sobre la floración naranja de las espinas de los cactus?

¿Qué luz, como esta luz, inflama la distancia del agua y trae un tesoro que nadie palpa, un día que nadie interroga, una voz que nadie persigue?

¿Es esta luz la luz que eleva una forma de transparencia o de perdón que nadie escucha?

DEL LIBRO JARDÍN AL MAR

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DAMA DEL ARMIÑO

Clara, suave, vacía, yéndome sin pensamiento ni intenciones, plegada al antojo del día, flexible como los arbustos favoreciéndose a sí mismos con su templado olor sedante. Nada parecido a un temblor, a la zozobra, a la impaciencia. Desistiendo de los deseos, alisada en un mudo fruto, separando pulpa del hueso, resumida en el hueso. Retraída, inasible en mi reserva. Una quietud para un instante frío, un movimiento desnudo que apenas desvela mi piel y no se expone. Esto es vivir también. ¿Qué no es la vida?

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SAN SEBASTIÁN

¿Por qué no llega todo el daño y sangro apenas, por qué se frena el líquido que deseara derramar y quedarme vacía? ¿Por qué no me hostiga el final y me incorporo al árbol que me ata, y soy pulpa nutriendo en los anillos de los años del tronco, en la certeza del primer creador antiguo? ¿Por qué no me desangro hasta rebosar en las copas de una ofrenda y te dijera vegetal o joven: te amo como se aman las acacias?

DEL LIBRO EL CRETENSE

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PILAR MERINO

Nació en Coquimbo en la década de los ´80, actualmente reside en Valparaíso. Su trabajo fluctúa entre la docencia del Lenguaje y la Filosofía, y la creación manual con lanas y textiles. El gusto por la lectura la animó al ejercicio escritural y a publicar sus textos, los que define como formas de canalizar el mundo interno en constante confrontación con lo externo y social. Ha participado en actividades literarias y revistas regionales, hacia el año 2011 formó parte del grupo Albricias, participando en la publicación de una Antología de poesía femenina del Valle de Elqui.

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Avenida Islón

Te voy a contar un cuento Prométeme que lo guardarás en tu oído Y sabrás vivir como un poeta:

Había una vez una criatura Se llamaba Miedo Amo y señor de los bosques Leía las mentes y Truncaba los sueños Hasta que una mañana De tanto llover Apareció clarividente la Primavera Con su olor mojado Evocaba cántaros repletos de verdad Entonces los aldeanos Nos refugiamos en el vuelo de pájaro En la conciencia de nuestras historias Experiencias tumultuosas ¿Sabes?

Pero una tarde se acabó la fiesta Volvió la noche Y con ella el antiguo Miedo Se ubicó nuevamente en su altar Perturbando con audacia Todos los soliloquios Las arañas aparecieron por todas partes Debíamos tomarlas y dormir con ellas Para no sentir ruido Y así fue como sobrevivimos

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La moraleja del cuento es Que aprendimos como payasos A convivir alegres Con la lágrima rodando por la mejilla.

El malentendido

Este poema es tuyo Y es mío Se lo robé a un ángel Para sentirlo nuestro

Tan solo recibe esta visión Esta expresión de mujer Figura que evoca y refugia Tu ser y el mío Irreconciliablemente unidos

Salud por los recuerdos buenos Por los tiempos idos Que todo tiempo pasado fue mejor Es una nostalgia poco sana

Recuerda El tiempo es el presente.

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De venir

Sangre o vino Mรกs vale la sed Somos como la espuma Que no conoce su delicia Siglos de luchas La antesala del silencio La gota se seca Todos los signos caen Bajo el fuego La ceremonia no cesa Te digo Maldigo Me dices Las causas Impostando la voz Llegamos al sitio Los siglos de lucha No son nada Con el alma de sal Inventamos Reanudamos Nos desnudamos Y anudamos nuestras piernas Al momento del encuentro Final En que eres y soy Puro eco en la oscuridad.

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Tulor

Silenciosa ausencia Hijo del soplo de los vientos Cubiertas fueron de barro Las casas tibias Los hogares circulares El aguacero de arena Fue dorando el tapiz altiplánico Matriz de tierra y arcilla. Llueve y pienso En el pasado Quién vivió en este entierro Qué ojos regaron este suelo nortino De lágrimas como las nuestras Acaso los mismos motivos Que hoy desgranan corazones. En mi pecho un diamante rojo Late sugestionado De prisa por llegar A la arqueología de mis propios templos. Ha dejado de llover Me siento sobre las ruinas De alguna vida El séptimo día es el descanso Un descanso del alma Cuando ya no duele el dolor Ese techo de estalactitas Que calan hasta el escalofrío Ese de un tiempo remoto Arcano de soledades

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El que dejaba el arco Temblando luego de lanzar. Mientras mis ojos captan Matices sibilinos El vino torna el aire espeso El paisaje se hace claro Con tonalidades cafĂŠ lila terracota Imagino pintar Fantaseo con mezclar antojadiza Los Ăłleos sobre las sombras Espero comenzar de nuevo Despabilando tanta inercia ConfĂ­o en el tiempo Maestro justo y crudo. Me levanto Retomo el camino de otras vidas Avanzo por el barro Voy desempolvando Mis propios tesoros.

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Preámbulo del sueño

El recuerdo de tu voz al momento del amor Los libros de Cortázar marcados en la esquina La leche calentándose en el fuego La homeopatía sobre el velador Cuarenta pruebas con faltas de ortografía La televisión y sus idioteces La luz tenue de mi lámpara Los vecinos y sus quejidos Ese perro ladrando a la luna El viento que choca la ventana rota La risa de un viejo amigo que no veía hace años El crónico dolor de espalda Los ojos llorosos pero sin sueño La interminable espera El reloj indolente marcando los minutos El techo cada vez con más hongos Los latidos del corazón De nuevo y mil veces tu recuerdo Las preguntas retóricas El cierre de transmisiones.

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ROBERTO VILLAR BLANCO

Roberto Villar Blanco es guionista, escritor y artista plástico. Nace en Buenos Aires. Allí cursa estudios universitarios de Psicología. Se dedica al humor gráfico, la ilustración y el guión televisivo. En 1990 se instala en Madrid, donde, desde entonces, escribe guiones para series de ficción y programas.

En el año 2003 gana el VIII Premio de Novela Corta MANUEL DÍAZ LUIS del Ayuntamiento de Monleón. En 2005 es finalista del XI premio de Relatos Breves Ciudad de Peñíscola. En 2006 es finalista del Premio Azorín de Novela. Ganador del I Premio de Novela Corta Encina de Plata en el año 2007. Ganador del XII Premio de Novela Carolina Coronado en 2007 En 2008 publica su novela ASOMA TU ADIÓS en la Editorial PRE-TEXTOS. También en 2008 publica LA VERDADERA HISTORIA DE CARMEN OROZCO en la Editorial ESPASA CALPE. En 2015 publica la novela ANDÉN en la Editorial PUNTO DE VISTA.

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AFORISMOS Y POESIA

Todas las historias de amor también lo son de fantasmas.

La cama no soporta el peso de tu ausencia, pero sí el de tu regreso.

También soy lo que ya no seré.

Cuando te espero, cada hora contiene sesenta injusticias.

El humor tiene límites, pero son límites de risa.

***

A un amigo tuyo se le muere un amigo. Lo sientes por tu amigo. Se lo dices por teléfono. Cuando cuelgas, también comienzas a sentirlo por ti.

Has encontrado a quien confesarle que ahora -en este preciso instante; ahora que todo el mundo está a punto de hacer silencio; justo ahora que van a quitarte las paredes, los adornos, el ánimo y la fe; ahora mismo que eres consciente de que estás más solo que la una y que este segundo puede no ser más que el preludio de una desoladora eternidad; ahora mismo, ahora ya, ahora el último ahora- ella es la única conocedora de tu entrañable información, y no va a utilizarla para hacerte daño. Ni ahora ni nunca. No es poca cosa, ¿eh? A ver si te enteras de que no es poca cosa tener a alguien a quien decirle que te estás muriendo de miedo, sabiendo que no hará más que temblar contigo y guardarte el secreto.

Al principio el agua sale limpia. Fluye ligera. Corre cristalina. Luego, poco a poco, se va enturbiando, y hasta parece densificarse, y, por tanto, ralentizarse. Finalmente, se arrastra –sí, el agua se arrastra- dejando una estela de babas ocres camino del desagüe. El espectáculo puede ser desagradable. Sobre todo si lo ves con los lentes de aumento de tu miseria: agua, sal y rencor. Pero limpiarse no es enmendarse complacientemente. Hay que frotar con la esponja. Bien. Con el estropajo. Usando esos antiguos cepilllos de cerdas rígidas con los que mi madre solía fregar los suelos. Mi madre, los suelos del pasado, los dibujos en las baldosas -como hilos de Pollock-. Ya tuvieron que venir a cuento. 22


Decías que el límite del Universo lo marcaban tus brazos. Que todo cuanto ellos no pudieran abarcar, todo lo que excediera a ese radio de alcance, no existía. A mí me parecía una tontería, una boutade más de las tuyas, divertida. Hasta que dejaste de abrazarme y me convertiste en nada.

***

Por las ventanas del castillo se cuelan las arenitas voladoras la brisa donde viaja el perfume de la sal la herrumbre del futuro. La tarde precisa un pullover para quedarse conteniendo la lubricidad del día. Con el culo en la arena húmeda. Espesando la marea con los párpados. Las chicas envuelven sus rodillas abrazándose a si mismas. Los chicos quisiéramos hacerlo pero no abrigamos a nadie. Fruncimos al viento los recónditos pliegues de los ojos y otras partes. El pasado de la playa me deja exhausto de correr tras la pelota.

Sudando cada salto. Flequillo de las olas somos montándolas. 23


La virginidad imponiéndose a nuestra discreción. Las chicas envolviéndose. Sangre apresurada mirando hacia el muelle. Está refrescando nadie deja de decirlo cada atardecer. La noche amenaza con poner remedio pero nuestra piel de gallina sabe que sólo hasta mañana. Sol mañana. Hoy Selene. Las chicas desenvolviéndose la intimidad y nosotros cenando en el ala del castillo más alejada de sus aposentos con nuestras madres. Entre los dedos de los pies hay recuerdos que no se van ni con todo ese agua.

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SAN BERNARDO

Ella no existió aunque la bauticé Marcela el nombre de mujer que más me gustaba por aquel entonces. Fue mi primera. Un pasado que inventé para tener uno. No soy nadie sin un misterio que me preceda. Lo aprendí de muy joven. Antes de cualquier posibilidad de ayer Marcela entró en mi vida para contarle a la primera mujer que hubo una antes que ella. Linda tengo un pasado y tiene un cuerpo más bonito que el tuyo y me quiso hasta perder la cabeza y tuve que dejarla y nunca la olvidaré y jamás podré inventarme otra mujer comparable a Marcelita.

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LA MUJER INVENTADA

Todos los mundos son igualmente viejos. No hay norte ni sur. Sólo que los mapas los hicieron unos. Y no otros. MÁS ALLÁ HAY MONSTRUOS

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EL VIAJE

Contaba los minutos que le separaban del adiós que nadie quiso darle mientras los motores encendidos entonaban en su sonar la obertura de un nuevo comienzo, la noche era más oscura que nunca y la sala de embarque del aeropuerto se abría como una inmensa despedida. A su alrededor pululaban los que serían compañeros de viaje formando una fila para ser engullidos de manera ordenada por el vientre del 777 que en pocos minutos despegaría dejando atrás aquel mundo gastado para él, a aquellas personas que un día dejaron de ser cercanas, o tal vez (en el fondo siempre lo supo) nunca lo fueron. Un nudo en la garganta y demasiados desengaños en el equipaje; éste no era uno de tantos viajes, ahora tenía la clara certeza de que ya no había hogar o lugar al que regresar, que nunca lo hubo más allá de sus intentos de aferrarse a los vestigios de un pasado y un entorno familiar. Sólos nacemos pensó, y sólos moriremos, el camino de la vida es en el fondo un desierto particular para todos y cada uno de nosotros.

El 777 comenzó a tomar velocidad y distancia del suelo, y mientras las luces se alejaban y empequeñecían entendió que nada sería igual, que todo era diferente desde ese mismo instante. Se acomodó en su asiento dando la espalda al pasado y dejándose llevar sin mirar hacia atrás.

Jesús De Castro

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MÚSICA

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El Barbero de Sevilla

La música de Rossini jamás pasa desapercibida, sus acordes contagian alegría, una alegría que el compositor italiano quiso plasmar en sus obras como una voz de ironía a lo que el mismo denominaba “tiempos extraños en los que estaba viviendo” Su obra es simpática, liviana, con melodías brillantes y emotivas, pero eso no le resta simplicidad, ya que en muchas de sus composiciones consigue crear bajo una apariencia simple un sofisticado mecanismo que nos parece simple y sencillo. De todas sus óperas la más popular, famosa y querida es “El barbero de Sevilla”. Rossini compuso “El barbero” en sólo trece días. Es una ópera en dos actos con libreto de Sterbini, basada en la famosa trilogía teatral del mismo título de Beaumarchais. Mozart había escogido algunos años atrás la segunda parte del trío: “Las Bodas de Fígaro”, para su famosa ópera homónima. Al escribirla Rossini debía competir con El barbero de Sevilla de Paisiello, compositor italiano que gozaba en ese entonces más fama que el joven Goacchino. Por esta razón la ópera sería presentada con el nombre de “Almaviva”, pero Rossini finalizó su contrato en Nápoles y finalmente estrenó en el teatro “Argentina” de Roma el 20 de febrero de 1816 con un estreno bastante duro y muy malas críticas. El argumento gira en torno a las intrigas del conde Almaviva para conseguir el amor de la bella Rosina, una joven a la que su tutor mantiene encerrada con la esperanza de casarse con ella. El conde pide ayuda al pícaro barbero Fígaro que le ayudará a que después de una serie de encuentro y desencuentros los jóvenes logren unirse en matrimonio. La ópera de Rossini es una ópera con varios matices modernos, como por ejemplo la importancia del dinero: Almaviva compra la fidelidad y ayuda de Fígaro en el momento que hace sonar las monedas, además con su dinero compra al oficial de policía , el silencio de Basilio, los músicos, el servicio de Fiorello. Bartolo desea casarse con Rosina, no sólo por ser una bella joven, si no que para heredar y en el momento en que se asegura la dote de la joven a pesar de la traición de ella, su cara se llena de risa. Sólo los jóvenes amantes y protagonistas, están dispuestos a renunciar al dinero por amor.

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“El barbero de Sevilla” ocupa el lugar número 17 en la producción de casi 40 óperas de Rossini. Es su obra maestra y más popular

El libreto preparado por Cesare Sterbini, fue impuesto a Rossini y escrito en un plazo extremadamente breve, el músico escribió la ópera tan sólo en 13 días.

Al igual que en “La italiana en Argel”, “La cenicienta” y otras óperas de Rossini, el coro es sólo de voces masculinas.

El poco tiempo disponible para tener lista la ópera llevó a Rossini a recurrir a melodías tanto propias como de otros compositores.

Su famosa obertura ya había sido preludio de otras óperas del compositor italiano: “Aureliano en palmira” e “ Isabel, reina de Inglaterra”

La intervención final del Conde de Almaviva (“Cesa di più resístere”) plantea exigencias extremas al tenor a cargo. En muchas producciones suele ser suprimida.

A comienzos del siglo XX el papel de Rosina, como el de todas las heroínas rossinianas eran interpretados por sopranos. A partir de los años 60 del siglo XX volvieron a cantar las originales Mezzosopranos, como en el original.

Argumentalmente, “El barbero de Sevilla” antecede a “Las bodas de Fígaro” de Mozart.

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NUEVOS AUTORES

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PEDRO FERNANDEZ DE LUNA Dame…

Dame una razón para que pueda odiarte dame una sinrazón para que pueda amarte dame tu vida y tu corazón y siempre sabré que darte Dame aliento de ternura no alejes de mi tu cuerpo dame tu aroma y tu miel pura, que en mi reine el desconcierto hasta que pierda la cordura mientras esté despierto. Dame tus manos de seda que yo las pueda acariciar dame tus labios de fresa que yo los pueda besar dame tu mirada intensa para que yo te pueda mirar Dame un beso, y dejaré de soñar.

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De la nada

De la nada, un suspiro de un suspiro, un beso quizá sueño, o deliro ¿acaso no es amor eso? Si tu sonrisa callada ansía el cálido regreso de mis labios, enamorada y otra vez te beso ¿acaso no es amor? ¿no es amor eso?

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Poema tardío

Regresando al recinto de hielo donde el calor siempre es profano quise recoger con mi propia mano la flor que me ofrecía mi anhelo Recibí sin razón el desconsuelo de un amor que entre sublime y ufano me hizo dudar, de sentirme humano y perdoné, cuando hacerlo no suelo Un brote de Otoño, poema tardío nació de entre la inmensa soledad sin apenas savia, ni siquiera rocío. Apareció un jazmín en la tempestad sabiendo que se acababa el estío irradiando luz en la oscuridad.

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OMAR DARÍO AHUMADA

LLUEVE…

Llueve y mi alma se apaga tras las sombras de esta noche tormentosa. Si supieras como me duele El gris silencio De tu ausencia infinita, Descubrirías, que en verdad te quiero. Llueve y mi magia se ahoga Diluyendo mi voz que te busca Sin saber dónde encontrarte. Llueve y me pierdo lentamente En estas gotas que ni siquiera te rozan.

Omar Darío Ahumada

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