Mes 10 Año 03
Editado por Aquarellen Cultura Directora de redacción: María José Mattus Director de contenidos: Jesús De Castro Portada: "El Rapto de Europa" Paul Rubens Contraportada: "El Quijote" Ilustración de Juan Pérez Gaudio
EN ESTE NÚMERO
MARIO PÉREZ ANTOLÍN
PAGINA 06
MANUEL GONZÁLEZ
PÁGINA 15
ENRIQUE WINTER
PÁGINA 22
TOMÁS SOLER
PÁGINA 29
JOSÉ LUIS POSA
PÁGINA 37
PORTADA
La portada de este mes es “El Rapto de Europa” del maestro de la escuela flamenca Paul Rubens. Júpiter se enamoró profundamente de la bella Europa, joven princesa tiria. Se transformó en un toro blanco para raptar a la muchacha, llevándola a Creta, donde la desposó. La figura escorzada de Europa, sujetándose a un cuerno del toro y sus vestidos ondeando al viento mientras se aleja de la costa es una de las imágenes más bellas del artista. Esta representación se extrapola al rapto de las artes literarias europeas por algunas instituciones o personas, tomando a las musas, encerrándolas y encasillándolas en categorías menores, denostando su calidad. El rapto de las artes es una situación frente a la cual no debemos mostrarnos indiferentes, si no que estamos obligados y comprometidos a salvaguardar la real literatura. María José Mattus
EDITORIAL
Hola amigos. Compartimos una nueva edición de Aquarellen con la alegría de llegar a todos vosotros una vez más y con la tristeza surgida en torno a la polémica generada por el oportunismo de un galardón que ya no significa nada, al menos en lo tocante a la literatura. Hace tiempo que las elecciones de Oslo nos dejan perplejos en el mejor de los casos, pero éste último galardón es el iceberg de un Titanic que comenzó a hundirse en la vergüenza desde hace casi un siglo. La poesía, mal que pese pertenece a la familia del arte mayor, mayor que la fama que pudiese surgir de cualquier guitarra o escenario de Rock. Confundir la poesía con la creación de cualquier letrista de Rock convertido en mito como tantos otros antes que él, es simple y llanamente un insulto a todos aquellos que nos dedicamos a tan noble arte. Desde Aquarellen proclamamos con orgullo y sentido común nuestra intención de en la medida de lo posible y sin caer en excesivos purismos, mantenernos en la orilla correcta y lejos de cualquier extraño síndrome poético de Estocolmo o de Oslo. Felicitamos al músico en cuestión y guardamos el luto que corresponde ya que con este galardón la poesía y los poetas hemos muerto un poco más. Descanse en paz, menos mal que nos queda el consuelo de saber que los poetas cantamos tragedias como nadie.
Jesús De Castro.
MARIO PÉREZ ANTOLÍN
Mario Pérez Antolín (Stuttgart, 1964) es uno de los aforistas más importantes de nuestro país. Sus libros en este género (Profanación del poder, La más cruel de las certezas y Oscura lucidez) han recibido elogios de pensadores tan eminentes como Eugenio Trías, Victoria Camps o Joan Subirats y se han convertido, por méritos propios, en lectura obligatoria para aquellos que prefieran la fusión de la buena literatura con una filosofía disidente. Su obra poética, publicada en dos libros (Semántica secreta y Yo eres tú), destaca por la fuerza expresiva de las imágenes y por la profundidad reflexiva de las ideas, dando forma a un estilo muy innovador que tiene el reconocimiento de la crítica especializada, dentro y fuera de España.
DE NADIE
SINOPSIS DEL LIBRO DE NADIE
En este libro se agrupan todos los poemas que Mario Pérez Antolín ha ido publicando en sus tres libros de aforismos, es decir, aquí está su producción poética de los últimos diez años. Según muchos críticos, en ellos se encuentra el alma de la escritura del autor. La médula que contiene lo más vital de su universo literario: imágenes luminosas y expresivas, ideas inquietantes y profundas, sentimientos amplificados por la sensibilidad extrema y experiencias que nacen de los conflictos humanos. Por eso Juan Carlos Mestre dice en el prólogo: “Mario Pérez Antolín es un poeta conmovedor, un oficiante de la ritualidad sagrada de las intersecciones, un lúcido vidente con las manos manchadas del blanco en la sal de la ofrenda, de la cal y la harina, del mar que palpan los ciegos bajo el más antiguo sol de la noche. Sus poemas conmueven porque están habitados por el habla dúctil de lo sensible, la luz que se esparce sobre los campos de hielo y de ardimiento de la peripecia humana”. En esta edición algunos poemas están ilustrados por Nuria Cadierno, estableciéndose un sutil diálogo, entre imagen y palabra, que se adentra en el territorio del misterio. Belleza e intensidad caracterizan la obra pictórica de esta extraordinaria artista. El resultado final es un libro lleno de hallazgos estéticos sin olvidar el compromiso ético de cualquier creación completa.
SELECCION DE POEMAS
I
Menos muy menos algo tan algo rumbo a la nada dentro por dentro. Como una sístole erre cual erre subo bajando bajo subiendo. Álzame pluma coge mi salto hazte una trenza con la pestaña. Siempre será salvo contigo mete una estrella donde la hubiere.
II
Estas manos de pastor han desollado millones de corderos sin el consentimiento de Él. Se impuso la purificación, la eugenesia, el matadero industrial, la carne envasada. Te rogamos, Señor, que nos permitas descansar. ¿Dónde está la leche que riega estos prados, la oropéndola que escondes en tus genitales? Te rogamos, Señor, que nos permitas reír. La próxima vez bastará una indicación tuya y dejaremos de bordar amapolas con el espray insecticida que pusiste en nuestro hígado. Te rogamos, Señor, que nos permitas preñarte antes de cumplir tus profecías.
IV
Las emanaciones grises de adormidera me están ahogando. En el pomo de la puerta hay restos de lujuria y pintalabios; por eso no quiero cruzar al otro lado. Allí una sandía reventada parece el globo ocular de un cíclope. Hamlet y Electra esperan que se haga justicia o que alguien compasivo los convierta en nonatos.
V
Cuando veo una bandada de grullas en el cielo blanco, sé que no se acordarán de mí y que yo me olvidaré de ellas. Aun así, cuando veo una bandada de grullas en el cielo blanco, quiero alcanzarlas y que no se dejen alcanzar.
VIII
Estos pigmentos acrílicos que me asfixian cuando sus vapores cubren de leche ácida la acolchada planicie del pastizal estos evangelios recién profanados por una manada de potros que llevan en los belfos piercings cónicos desearían doblegar al ingenuo con la gasolina que escapa del depósito donde se almacenan la avaricia y la desconfianza
IX
Mensajero, que me vacío en su ausencia, le dirás; que mis ganas de tocarla reducen el álgebra a una mota de polvo, le dirás; que avanzo con una legión de amantes inconsolables, le dirás; que de repente lo acapara todo, le dirás; que estoy carnalmente abrasado de espíritu por ella, le dirás, mensajero, cuando la veas.
MANUEL GONZÁLEZ
Manuel González nace en San Sebastián, en febrero de 1971, ciudad en
la que residió hasta los dieciséis años, a cuya edad se traslada a Valladolid donde fija su residencia. Ya desde muy joven siente inclinación por la literatura, siendo alumno durante dos años de Miguel Casado, poeta y crítico literario, quien le aconseja cursar estudios de filología hispánica. Empieza a publicar en diversas revistas literarias de Valladolid, obteniendo el premio nacional de poesía de la revista “Poetas a corazón abierto”, de la cátedra de tertulia poética José Zorrilla, en mayo de 2010. Su primer libro “Eslabón roto” sale a la luz en Septiembre de 2011. En 2014 publica su segundo libro “Diario de una tristeza” en la editorial Origami. En mayo de 2015 se le otorga el premio nacional de poesía “Treciembre” con su poemario “Interiores” prologado por D. José Jiménez Lozano, premio Cervantes del año 2002. En noviembre de 2015 publica su cuarto libro “Cicatrices en los tobillos” en la editorial Amargord. En junio de 2016 recibe el premio de poesía Andrés Quintanilla por dicho poemario. En septiembre de 2016 publica su nuevo poemario “Etapas” de la editorial Renacimiento. Ha sido incluido en varias antologías, tales como Viernes del Sarmiento (editorial Azul, obra cultural BBVA), poetas actuales de Valladolid (editorial Amargord) y escritores por Ciudad Juárez (Ayuntamiento de Salamanca).
No te engañes
No te engañes amigo la felicidad reside en lo cotidiano, justo antes de esos momentos cuando se estiran luces y desengaños y la ciudad enseña su cara por debajo de la puerta. Reconciliarme con mis derrotas, perderme en Buenos Aires, hablar tu idioma, llevar los bolsillos llenos de estrellas. Que alguien me regale una camiseta de los Rolling Stones, su cremallera abierta las veinticuatro horas, gritar la verdad con el puño en alto y que entren en razón los antidisturbios. Ver a obreros comiendo en restaurantes de moda, arreglar mis paredes y acostarme contigo. Poner tu nombre a mi cuaderno, adornar habitaciones con objetos perdidos, tomar café con la Señora de la limpieza a la que nadie saluda, y parecerme de lejos al protagonista de tus películas favoritas.
Miradas
Hay miradas capaces de sostener una vida entera. Esculpidas en cada uno de los lunares de tu espalda, verte desnuda en la ducha, robarte la toalla y abandonarme mar adentro. Miradas que dicen ven y haz conmigo lo que quieras si dejas caer tu ropa al suelo, y es entonces, cuando me salto todos los semáforos en rojo y deshago cuatrocientos kilómetros hasta llegar a tu ombligo. Miradas sin dolores de costado ni días laborables. Para perderme en Ulía, debajo de tu vestido blanco y envejecer contigo. Miradas de manos limpias como las voces del patio del colegio y aquellos nueve años de fútbol y nocilla. Miradas de principiante a las que todavía no les han partido el corazón.
Creo
Creo en la verdad desbordada en tu pecho. Los cristales empañados del coche cualquier noche entre semana. En la luna de Panero y el banco del parque que no traiciona mis cuentas. En las jornadas de puertas abiertas. La biblioteca que compartimos. Los ceros a la izquierda y el resultado final donde perdemos los mismos de siempre. Creo en los bares de buena muerte llenos de gente con la verdad esposada. En las cartas sin postdata porque ya está todo escrito. En perder varias cabezas por tu misma causa y el denominador común de nuestras bocas. En no salir vivo de este poema. Los pequeños sonidos de la casa. Las películas que vemos a medias bajo la manta verde y la novena compañía peleando por la libertad de otros a cambio de llamarles exiliados. Creo en los necios porque mi silla no necesita su respaldo. En vaciarme hasta volver a mi punto de encuentro. En el ejemplo de los poetas malditos y esas cosas tuyas que todavía me sorprenden.
Primavera
Éramos demasiado jóvenes. Desde las escaleras del muelle todavía se veían los sueños. Siempre teníamos pendiente una puesta de sol y así escribíamos nuestra historia. Era el tiempo de volvernos locos, de hacer todas esas cosas que sólo pueden hacerse a escondidas. Vivíamos en mitad de un bosque lleno de corazones blancos. El invierno era un cucurucho de papel con sabor a castañas asadas. Aprendimos que el amor es esa forma de estirarnos en la cama los domingos por la mañana. Viajábamos en un coche de segunda mano donde también hacían turismo los libros de Neruda, y pasábamos por las ciudades como si no existieran. Pero todo se volvió extraño. Los hilos de la distancia comenzaron a tener demasiados nudos. No volvimos a ser los mismos ni a tener la sed ni el hambre de entonces. Te pusiste el disfraz de enfermera, yo daba clases en un colegio demasido lejos de tu recuerdo. Y un viernes al mediodía, dejaste de ser aquella princesa de sandalias y blusa transparente que reinaba en las calles de Aranjuez.
Refugio
Vuelvo a casa en este abril lento de repúblicas a cuestas y promesas vencidas. El tercer piso a mano izquierda es un altar que me devuelve la fe perdida en las calles de siempre. Llego a la puerta, se abre impaciente el firmamento y puedo mirarte sin paracaídas. Esa es la razón de los mediodías. Hago bandera en la camiseta que llevas puesta. Bajo tus pies, todo regresa a su lugar como la calma a nuestros libros. Incluso aprendí todas las conjugaciones para llegar puntual a tus verbos cuando se te duerme el día en los ojos, donde, a pesar de todo, siempre me haces hueco. Mi abuelo creía en el mar a pesar de sus traiciones . En sus amigos de la cuadrilla y los vinos compartidos en la parte vieja. Callaba el golpe de las olas rompiendo bajo sus párpados. Era un cero a la derecha con conciencia de clase.
De vez en cuando
hablaba de golpes y arañazos en el interior de algunas puertas. Su juventud había envejecido en las trincheras de una revolución a la que seguía esperando. Siempre acompañó mi infancia con cualquiera de sus manos. Los domingos por la mañana me daba veinticinco pesetas para que terminara con la paciencia del dueño del quiosco, y siempre decía que la muerte es de izquierdas porque a todos nos llega por igual.
ENRIQUE WINTER
Enrique Winter (Santiago, 1982) es autor de Atar las naves (premio
Festival de todas las artes Víctor Jara), Rascacielos (beca Consejo nacional del libro y la lectura), Guía de despacho (premio Concurso nacional de poesía y cuento joven) y –junto con Gonzalo Planet– del álbum Agua en polvo (Fondo para el fomento de la música nacional), reunidos en Primer movimiento y seleccionados en Código civil y Oben das Meer unten der Himmel. En 2015 publicó la novela Las bolsas de basura y la plaqueta de poesía Sign Tongue (premio Goodmorning Menagerie ChapbookinTranslation) incluida en Lengua de señas (premio Concurso nacional de poesía Pablo de Rokha). Winter es, además, traductor de las antologías Blanco inmóvil, Abuso de sustancias y Grandes éxitos de Charles Bernstein y –junto con Bruno Cuneo y Cristóbal Joannon– Decepciones de Philip Larkin. Sus libros se publican en diez países; sus poemas y videos integran centenares de revistas en seis idiomas. Magíster en escritura creativa por la Universidad de Nueva York, dirige el diplomado del área en la Universidad Católica de Valparaíso; fue editor de Ediciones del Temple y abogado.
De Guía de despacho
ARQUITECTURA
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Esto la caja de zapatos donde vivo la caja de zapatos donde vive mi padre. Dos zapatos izquierdos. –Cuando chica quería ser artista, veterinaria o astronauta. –Yo arquitecto (me mira y no me cree). Mi papá me llevó a la construcción algunos sábados. A mí me encantaba. Una vez le pregunté en qué consistía su trabajo. Me dijo que el arquitecto (primera vez que oía esa palabra y me sonó importante de inmediato, como archiduque) imaginaba el edificio y que la pega de él consistía en que simplemente no se cayera. Un trabajo que sólo imaginaba lugares me pareció extraordinario. No así la opaca labor del padre. Los lugares imaginados se le comunicaban con dibujos. Y a eso dediqué mi infancia, a dibujarle rascacielos y chozas. La pega de mi papá consiste en que no se caigan.
De Lengua de señas
PARA LA GENTRIFICACIÓN DEL CIELO fue cosa de pagar el boleto de avión comprar la mirada de un dios compelido a dejar su barrio de negros pájaros embalsamados sobre un pequeño croquis de oficinas en el que eres un punto elongas en piyama y lo eleva el viento ríes y cuando ríes cuelgas el cielo como sábana el cielo que no vuela pues no paga el boleto y yo miro el país entero desde arriba un escote cuyo pezón asoma y tal vez ni sea el enemigo pulula dentro de luces continuas calles o discontinuas llegas prendes apagas vuelves a salir la ciudad una placa madre de amor partió la tuya bajo un árbol esa cuestión verde con conectores que del computador no sale como otra oficinista de su casa si está oscuro lo verde es lo oscuro es el campo los conectores focos discontinuos llegas prendes apagas vuelves a salir la batería y el ventilador son estadios allí detrás del ala bloques de apartamentos las ranuras nubosidad parcial y cómo dejar de esperanzarse por no sufrir desilusiones si son inevitables las nubes cuando abajo tantas hojas agarraban al vuelo tu padre con tu hermano revolcándose en el montón de secas la madre entraba lluvia corriendo entre las sábanas los ves de frente y como ellos ríes
ARIZTÍA DON POLLO Y AGROSUPER controlan el mercado en carnes blancas el bci y el santander la banca auditados por price water house coopers unimarc jumbo y líder el retail telefónica y claro que no arrasa movistar salcobrand cruz verde fasa celulares farmacias y el email yahoo y google los diarios de copesa y el mercurio turbus y pullman buses la ccu controla la cerveza puma y adidas los estoperoles lan y sky en el cielo son dos cruces la vía láctea es de nestlé y soprole
HABÍAN DOS NIÑITOS
así comenzaban los chistes que inventaba mi hermano no contaba chistes los inventaba y yo lo interrumpía por fome a uno de los niñitos siempre le pasaba algo se caía por ejemplo y yo le explicaba por qué era fome cuando andaba de ánimo le cedía la ausencia de gracia y teníamos un tío el rey arturo alias julín serra porque julín serra era el rey de los delantales un fabricante de uniformes para asesoras del hogar y a mi tío le decían julín serra el rey de los delantales no por empresario sino porque amó a todas las nanas y princesas de este barrio y del otro hasta la noche de su muerte yo lo recuerdo solo una tarde en que sembró el crataegus o espino pero él dijo crataegus y quedó como cratehue para mi madre para mí y dentro del jugo con mucho hielo que le mojaba la barba al tío flaco sin pega estable escuchando los chistes fomes de mi hermano y riéndose de buena gana me cerraba un ojo como diciéndome que lo cachaba el chiste era fome como le cerró un ojo a mi hermano en el único recuerdo que él tiene del mismo tío viniendo tarde a la iglesia cerrar un ojo hasta cerrar los dos pero antes reírse de buena gana con los chistes de mi hermano como nunca nadie lo había hecho e inventar otros signos de exclamación bocas abiertas dientes de leche había dos niñitos y uno cualquier cosa decía el tío era más chistoso que la cresta eran cochinos los chistes y mi madre jugaba el rol de censurarlo haciendo que nos riéramos más a los diecisiete años de muerto mi tío murió julín serra y como sucede con todos los dueños llovieron obituarios le escribí un poema a mi tío peor que los chistes de mi hermano porque no pensé en mi hermano y ahora son veintitrés los años y uno solo el recuerdo con mi tío versionando sus chistes había dos niñitos demasiado tarde aprendí que yo era el otro
ESCULTURA
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Esto como una reproducción a escala del hielo que remite al dibujo oficial de un copo de nieve. La simetría de unas líneas que no están en la nieve: que sean clavos grandes. Que entre ellos haya plumas blancas. Que al hacerse más grandes den cuenta de lo que significa hacerse grande: f r a g i l i d a d . Lo que hace a las líneas entrecruzadas decir –nieve. Cuántas líneas sobre un papel se necesitan para verla, alguien se pregunta al mirar que nieva tras la ventana. Luego pasa la vista sobre el dibujo en dirección al que hizo antes de un animal. ¿Qué ve la niña de un año en el trazo, que dice –miau– cuando lo apunta? ¿Cuándo comienza a ser un gato ese dibujo? Deja las dos dimensiones del dibujo y vuelve a las tres dimensiones de la tarde, de la reproducción a escala del hielo. Una escultura. Una escultura hacía perpetuo lo fugaz. Pero si a una escultura le crece algo en la mejilla pasto por ejemplo, hace fugaz lo perpetuo del hierro. Hacer fugaz lo perpetuo, un bien de consumo que antes duraba para siempre: radio, mesa, casa. El sobreconsumo afecta la escultura.
Lo perpetuo
y su defensa contra el consumo y sus dueños. La perpetuidad es revolucionaria. La perpetuidad es f r á g i l . Como el hielo cuando es representado en la escultura.
TOMÁS SOLER BORJA
Autor de: “Papel, lápiz y soledad”, Groenlandia, 2014; Y en fechas próximas publicado por Versátiles Editorial: “Un día en las carreras”. Cuenta con distintas participaciones en antologías de ámbito nacional e internacional: “La luna en verso”; “Libertad tras las rejas”; “El camino del corazón solidario”. También ha participado en numerosos recitales de su localidad, región y comunidades cercanas, como por ejemplo: el II encuentro de las Letras del Mediterráneo, o el Festival Internacional de Poesía Grito de Mujer. Además de contar con distintas colaboraciones en revistas digitales: Gatos y Mangurrias, Gealittera, La Galla Ciencia (en su sección de recitales con un audiopoema), Excodra, Fiat Lux. Y publicar con asiduidad en redes sociales (Facebook, Twitter), como en sus blogs: http://tsacrobata.blogspot.com.es/ http://frentealsilencio.blogspot.com.es/
El quinto estómago
Grito hormigas ―tal vez grillos en la noche― a espaldas del silencio y sus avestruces. Destellos que vienen. Intuición de aquel que presta oídos al correr de aguas y sus peces. Otros juzgarán si versos o quizá marionetas pérdida de relojes ganancia para escorpiones. Qué sé yo es el eco, aquí el quinto estómago del que rumia mundos con un pie en tierra y el siguiente buscando la luna
J u e g o d e m a n o s
Cierro los ojos dejo obrar al instinto. Piel, fuego, juego de manos. También es amor el hacerlo pensando en ti, en lo nuestro. ¿O acaso nada más que nostalgia? Pregunto, porque intuyo que tampoco en esto nos somos ajenos. No existe la distancia quizá, solamente tan largo silencio.
La bondad del viento
Moreno me tuesta este sol amarillo de finales de junio mas dentro igual en verano que invierno blanca la miga de un corazón tierno y temeroso de los hornos del tiempo. Mirad, os diría si pudiera abrirme en canal pero eso traería mi fin. Escuchad, leed mis palabras son lo que soy siempre más cerca de la espiga que de la ceniza aún creo en la bondad del viento.
M u j e r a m a n t e
Su moreno es de luna toda ella arde como la cera. Y no es de extrañar carne de estrella mujer amante de tu mundo en sombra. Luego sale el sol rompe el día su capullo de tinieblas. Y a la luz la realidad inexcusable: uno, lejos de la noche y sus brazos continúa con lo que era más gusano, que otra cosa.
Río Sena
En París bajo sus puentes he paseado la euforia de remontar el curso del Sena. Y a la vuelta ―con la puesta de sol en el horizonte― también la melancolía de dejarse llevar por la corriente que busca el mar. A ambas he sobrevivido aunque ninguna me deja indemne. En mi memoria y su delicada epidermis las arrugas imborrables que trazan tan distintas aguas. Desembarcamos, juntos de la mano con idéntico aliento ya es noche cerrada en la Ciudad de la Luz.
Tiempos laxos
Yacer boca arriba, en silencio buscando la paz y el descanso la inconsciencia y sus tiempos laxos como presintiendo lo inevitable. No sabemos si será parecida al sueño. Lo desconocemos todo de aquello que más nos ocupará.
JOSÉ LUIS POSA
Jose Luis Posa es un escritor poliédrico, articulista mordaz, agudo pensador y creador de relatos eróticos de exuberante belleza, pero sin duda su faceta mas deslumbradora es la de poeta. Cientos de poemas publicados en la red con dos millones de lecturas avalan su trayectoria , pero la consagración le ha llegado en alas de sus libros. REFLEJOS, es un poemario coral en el que el autor colabora con siete poemas traducidos a seis idiomas, JARDINES DESCOLGADOS, publicada bajo el pseudonimo de Shemirramis, y recientemente LENGUAS DE FUEGO, cien poemas entre Eros y Tanatos en los que se subliman cincuenta años de amor y desamor. Cuando hace ya tres años publicamos su primer poema, intuimos que estabamos asistiendo al nacimiento de un gran poeta, hoy, el tiempo, nos ha dado la razón. Esther Cañadas (Poeti e poesia)
Quiero parir un verso y las palabras se me caen de las manos; las encajo a la fuerza, a la fuerza las ato, pero saltan al viento como chispas esquivas. Quiero parir un verso pero no soy fecundo, en mi útero seco solo flotan fantasmas que se ahorcan en su propio cordón y abortan en mi pluma con su negra sonrisa. Quiero parir un verso pero sólo escucho las sarcásticas risas de las musas que esquivan fecundarme mientras el óvulo estéril del poema se desliza sangrante hacia el vacío. Quiero parir un verso pero sólo soy un poeta enamorado soñando engendrar un soplo de belleza cuando apenas puedo esculpir, en el mármol espectral de la palabra, un poema enquistado condenado a morir en el ara sagrada de tus labios.
LAS BRUMAS DE AVALON
¿Qué conjunción de astros perpetró nuestro encuentro? ¿Cuántos nudos desató el destino para cruzarnos al doblar la esquina? El tiempo se ha plegado como un acordeón cósmico y el ayer ha roto aguas inundando mi estancia. Hablamos como si Cronos no existiera, como si el mundo fuera plano e infinita la tierra, pero tú y yo sabemos que Brigitt nos separa que habitamos universos paralelos y escuchamos los ecos del pasado intuyendo presencias, que incluso, hay momentos que tu olor me llega como un soplo de sándalo en la noche, pero mi abrazo se pierde entre las sombras que reflejan tu ausencia. ¿Eres real o acaso un sortilegio? El fuego de tu antorcha aún humea en mi vientre y me vierto a raudales cuando sueño tu embate, tus dedos arañando mi grupa y tu lengua trenzándose en la mía cual serpientes en celo. Mas las brumas de Avalon se cierran, el embrujo se esfuma y despierto flotando en el lago sin fondo de mi lecho, añorando tu cuerpo que es tan solo un reflejo, el espejismo de un oasis que engulló el desierto y que apenas sobrevive en los anales de mi turbio recuerdo. SHEMIRRAMIS
SALTO
Siento un goteo, pringoso, repulsivo, una sangria de pus y sangre infecta, un entrecruce de dagas ponzoñosas, un aquelarre de insultos y miserias. Nuestras campanas redoblan a rebato mientras chirrian las puertas del infierno, en las mazmorras se afilan los cuchillos y en los altares crepitan los inciensos. Son los clarines que anuncian más festejos, tarde de toros sin publico en la gradas, tercio de puyas capote y banderillas, mientras los diestros empuñan sus espadas. Y abandono la arena de un portazo, doy un salto mortal por la escalera y me lanzo a la calle de la vida con los ojos pletoricos de nada, arañando el pellejo de la noche, sorteando visiones y fantasmas, arrastrando la vida por los suelos disputando a las ratas sus cloacas.
EL VINILO DE TUS LABIOS
Primero fui la aguja de diamante que acariciaba tus surcos más profundos que besaba el vinilo de tus labios en una danza de música y de fuego. Más tarde fuimos cabezal y cinta que se rozan y apenas si se tocan regrabando matices y armonías en el carrete perpetuo de la vida. Pero ahora, apenas, soy un láser que ni roza ni besa ni acaricia y tú un frígido y digital compacto que ni se enrolla ni raya ni respira. Un concierto borrado en tu memoria, una película añeja entre tus cintas, un laserdisc caduco y olvidado, un video clip que evoca una sonrisa, un poemario perdido entre tus libros, un microsurco rayado en tus basuras.