FESTIVALES DE CINE:EL ESTADO DE LA CUESTIÓN

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Abril 2013

FESTIVALES DE CINE: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN Revista de crítica cinematográfica A Cuarta Parede

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FESTIVALES DE CINE: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN Revista de crítica cinematográfica A Cuarta Parede // www.acuartaparede.com

Los festivales de cine del estado español se enfrentan en este momento a una situación de incertidumbre económica que afecta gravemente tanto a su selección como a las actividades paralelas. A esto se suma una nueva dificultad (o virtud, según se mire) a la hora de programar: la deslocalización de contenidos en Internet, que resulta en un conocimiento vasto e instantáneo de las películas por parte de la cinefilia que congrega estos eventos. Ahora que debemos, ante los recortes, reivindicar los festivales de cine, ¿qué es exactamente lo que estamos defendiendo? ¿Qué es un festival de cine y dónde radica su prestigio? En este contexto, desde A Cuarta Parede hemos querido organizar un debate entre los directores de algunas de estas citas, para intentar dilucidar cuáles pueden ser los modelos de gestión más solventes en un futuro próximo. Aceptaron intervenir en la propuesta Javier Angulo (Seminci), Josetxo Cerdán (Punto de Vista, director artístico en este caso), José Luis Cienfuegos (Sevilla), Àngel Sala (Sitges) y José SánchezMontes (Cines del Sur). Dada la imposibilidad de reunirlos a todos en un mismo espacio, el debate se desarrolló en la red a lo largo de seis días de intensa participación. Tratamos aspectos diversos,

como la construcción del público; la importancia de las actividades paralelas, los invitados y las publicaciones; las finanzas de los certámenes; el impacto de plataformas como Festival Scope en la programación; el predominio masculino en los cargos directivos; o las distintas formas de continuidad ante la reducción drástica de presupuestos. Consideramos que las intervenciones de los participantes son de un alto valor, y hemos decidido preservarlas íntegras, pese a que el artículo resultante de este material pueda quedar muy extenso. Para facilitar entonces su lectura, lo vamos a presentar dividido en cuatro partes según los temas que centraron la conversación.


JAVIER ANGULO - SEMINCI

1. LA CONSTRUCCIÓN DEL PÚBLICO JAVIER ANGULO: Por fortuna, yo me he encontrado en Valladolid a un público ‘muy hecho’, con unos gustos muy definidos. Aquí gusta un cine de sentimientos, apegado a la realidad, con inquietudes creativas y ambición de innovar; un cine alejado de lo fácil, lo obvio, de lo convencional y de los efectos especiales, ya sean sonoros, visuales o conceptuales. Este público, como saben los habituales en SEMINCI, es muy exigente y usa el pateo sin contemplaciones cuando le parece que una película seleccionada no se ajusta a su exigencia de calidad, en la forma y en el fondo. Su interés se centra, principalmente, en un cine diferente al que se puede encontrar en el circuito comercial, en el que se programan los grandes éxitos de taquillas, casi siempre norteamericanos.

LOS FESTIVALES PODEMOS HACER MUCHO POR COMPLETAR LA OFERTA CINEMATOGRÁFICA Creo que los festivales podemos hacer mucho por completar la oferta cinematográfica para aficionados más o menos cinéfilos, mostrándoles ese ‘otro cine’ que se hace en el mundo al margen de las multinacionales norteamericanas o europeas: un cine dife-

rente, de autor o independiente, con presupuestos más bajos, con una mayor exigencia en las historias que cuenta y en el lenguaje cinematográfico. Ese tipo de cine, por desgracia, tiene cada vez menos presencia en las salas y está prácticamente desaparecido en la televisión, incluidas las públicas, que ya sólo buscan competir en audiencias. Los festivales somos así como la última trinchera, el último escaparate, que queda a ese tipo de cine frente al ‘colonialismo’ de las películas comerciales de entretenimiento. Por lo tanto, en SEMINCI, tratamos de programar pensando, en primer lugar, en ese público que asiste a nuestro festival, pero sin perder de vista a los medios de comunicación, a través de los que llega el reflejo de lo que hacemos al gran público, al mundo del cine y a las instituciones y grandes marcas, que serán (o pueden ser) nuestros patrocinadores o sponsors, algo fundamental ahora que está en franco retroceso la financiación pública a los festivales. Los gustos del público son importantes, pero también intentamos forzar sus límites para ofrecer otros cines que faciliten su ampliación. ÀNGEL SALA: El público de Sitges está también muy definido al ser un festival especializado en un género popular, lo que no implica que no haya que analizar constantemente sus fluctuaciones en tendencias,


modos de consumo y fidelización. Tenemos una audiencia tremendamente informada a través de la red a la que hay que darle lo que busca. Intentamos satisfacer sus diferentes franjas mediante una segmentación en secciones muy radical, abriendo el festival de una manera meditada a todo tipo de gustos, pero sin abandonar el objeto especifico del fantástico, entendido este de una manera actual, lejos de barreras y limites ya superados desde la postmodernidad genérica y la actual hibridación de los textos cinemáticos. Para nosotros, los pilares del festival son público, industria y prensa, creando una programación que sea, en primer lugar, muy atractiva para el fan del género, pero sin descuidar la necesaria creación de tendencias y arriesgando en algunas propuestas. Así ha ocurrido con la sección Nuevas Visiones, que ha introducido con éxito en Sitges el cine de autor o de contendido experimental, así como el documental más atípico. El cuidado de la industria, sobre todo de la nacional, es también fundamental: procuramos apoyar a los productos que van a ser distribuidos en la época del festival, así como colocar de manera destacada el producto catalán o español de género, hoy muy popular y de alta calidad. La crítica es otro pilar fundamental: estamos muy orgullosos de que en los últimos años

ÀNGEL SALA - SITGES

EN SITGES, TENEMOS UNA AUDIENCIA TREMENDAMENTE INFORMADA A TRAVÉS DE LA RED A LA QUE HAY QUE DARLE LO QUE BUSCA algunas de las películas programadas por Sitges hayan sido elegidas entre las mejores del año, como es el caso de Melancholia, The Turin Horse o, especialmente, Holy Motors. Por ejemplo, este año, de las diez mejores películas de Cahiers du Cinéma, las cuatro primeras han pasado por Sitges (Holy Motors, Cosmopolis, Twixt o 4:44). Además hemos conseguido que Sitges sea un referente internacional en campos como el Anime, llegando a ofrecer las novedades más rompedoras antes de su estreno en Japón, y siendo un elemento de prestigio la selección en nuestro certamen, consiguiendo, por ejemplo, la difusión internacional de Satoshi Kon o Mamoru Hosoda, dos descubrimientos, tanto para el público como para la industria o la crítica, de nuestra sección Animat. JOSÉ SÁNCHEZ-MONTES: El eterno dilema entre calidad y éxito de público… Al contrario de lo comentado por Javier, nosotros arrancábamos de la ausencia de un público para el cine que proponíamos, pese a que en nuestra ciudad hay un gran colec-


JOSÉ SÁNCHEZ-MONTES - CINES DEL SUR

tivo universitario. Se supone que ese público podría existir en cualquier ciudad, pero Granada es pequeña y había que elaborar una estrategia de aproximación a nuestra audiencia potencial, sobre todo porque los programadores de Cines del Sur han intentado siempre que las películas a exhibir fueran cinematográficamente inapelables, con pocas concesiones. Por otro lado, las instituciones que financian el festival exigen, sin decirlo explícitamente, que hagamos buenas cifras. O sea, que hay que jugar a una política de equilibrio entre

JOSÉ LUIS CIENFUEGOS - SEVILLA

cinéfilos y público no ganado para un cine ‘raro’ y además subtitulado. Nuestra experiencia nos ha llevado a ir ganando esa audiencia con una actitud de caza, de ponerlo fácil, de ir a buscar espectadores. El festival está colocado en junio con esa vocación, y poner pantallas en la calle ha sido nuestra mejor publicidad. Los primeros años contábamos con plazas llenas en las proyecciones nocturnas al aire libre (cada noche, 2.000 personas veían películas de Cines del Sur) y salas casi vacías en competición. Poco a poco, estamos consiguiendo que el público pierda ese temor a ver el cine que el festival


propone, y también mejoramos las cifras de las salas tanto en la sección oficial como en las retrospectivas.

LAS INSTITUCIONES QUE FINANCIAN EL FESTIVAL EXIGEN, QUE HAGAMOS BUENAS CIFRAS No estamos aun pensando en atraer público foráneo, salvo el especializado o el cautivo. Antes podíamos invitar, pero ahora ni eso. Un tema distinto es el de los medios de comunicación especializados, a los que hemos intentado mimar cuando había presupuesto suficiente para ello, algo que ahora nos resulta imposible. Nos sentimos bien tratados cuando intentamos informar, pero sobre todo respetados, porque siempre se ha señalado que la programación del festival es cualitativamente interesante. Estamos seguros de que la idea de nuestra programación está consolidada, y en el futuro nos dará satisfacciones en ese aspecto. JOSÉ LUIS CIENFUEGOS: Mi caso creo que es diferente al vuestro, queridos colegas. Este ha sido mi primer año al frente de Sevilla, un festival de cine que a priori tenía un enorme éxito de público y una ciudad en donde SÍ se programa versión original el resto del año. Y la primera pregunta que seguro que todos os haríais sería: ¿pero qué tipo de público ha estado asistiendo, ha construido el festival? Y la segunda: Como festival especializado, ¿cuál es la idea que tienen los espectadores de lo que es el cine europeo? A partir de ahí, lo que hemos intentado tanto al frente de Gijón como este primer año de Sevilla es buscar diferentes cines para diferentes públicos. Hace años, BAFICI lanzó una polémica campaña: “Si no es para vos, no es para vos”. Encantadora chulería, y muy provocadora, por cuanto puede parecer excluyente, pero yo le daría la vuelta, le sacaría partido a ese mensaje tan directo, siempre y cuando desde el festival se explique bien cuál es la propuesta de programación.

Por ejemplo, en Sevilla creo que el público tenía claro lo que iba a ver como contrapunto a la Oficial en la recién nacida sección Las Nuevas Olas (João Pedro Rodrigues, Jem Cohen, Ruth Mader, Eloy Enciso…). Sin embargo, erramos el tiro dentro de Europa Junior, las películas más juveniles, programadas en sesiones vespertinas simplemente porque no encontramos la manera de llegar a los espectadores potenciales más allá de las sesiones programadas en colaboración con los centros de enseñanza. Eso sí, lo que ha sido a todas luces muy estimulante, ha sido ver las reacciones de los cinéfilos sevillanos ante autores que habitualmente acudían al anterior festival que yo dirigía (Ulrich Seidl, Tizza Covi & Rainer Frimmel, Vincenzo Marra, Joreige & Hadjithomas, Pablo Stoll, Pablo Llorca, Balabanov, más los anteriormente citados). A pesar de festivales ya consolidados como el de Sevilla creo que la tarea de educar al espectador, de buscar nuevos públicos, nunca se termina y ha de estar en constante evolución. Como bromeaba hace un año acerca del éxito de público de Gijón: ¿alguien se cree que existían 75.000 gafapastas en la ciudad asturiana?

LA TAREA DE EDUCAR AL ESPECTADOR, DE BUSCAR NUEVOS PÚBLICOS, NUNCA SE TERMINA Y HA DE ESTAR EN CONSTANTE EVOLUCIÓN JAVIER ANGULO: En Valladolid, tras una encuesta que se terminó en el octubre pasado, supimos que el 60% de nuestro público (60.000 personas) son de Valladolid mismo o de la provincia, mientras que el 40% son de fuera, ya sea de la comunidad autónoma o de Madrid. Hay gente que tenemos controlada, que se pide una semana de vacaciones y viene a pasarla a Valladolid, a atiborrarse de un tipo de cine (algo de vino de Ribera, también), que en una gran parte, no verá nunca ni en salas de cine ni, probablemente, en TV.


JOSETXO CERDÁN - PUNTO DE VISTA

ÀNGEL SALA: Con respecto al tema del éxito de público, estamos empezando a parecer empresas que lanzan blockbusters. Cada año tenemos que batir récords y nos olvidamos de que nuestros festivales, al crecer en repercusión, lo hacen no sólo en público, sino en medios y acreditados que restan espectadores de pago. Y esto en un festival como Sitges, con salas de proyección limitadas y en donde no se ha creado ninguna infraestructura al respecto en 20 años, pese a su éxito. En definitiva, poco más se puede crecer sin invertir, y eso hoy es imposible debido a la crisis.

otros espacios o instituciones. De ahí nace un compromiso con la sociedad (que podríamos denominar público), pero también con otras instituciones (políticas o culturales principalmente, y eso incluiría a la prensa, y dentro de ella la crítica). En ese contexto se configura lo que llamamos el mapa de festivales, algo que suele ser nacional, y que en nuestro caso permite separar Sitges de Sevilla o Valladolid de Granada… Yo creo que eso es muy importante y trasciende más allá de programar o no para un público especializado, o de tener presupuesto para mimar más o menos a la crítica.

JOSETXO CERDÁN: Veo que todos nos manejamos en términos similares (equilibrio entre crítica, público e industria, consumos populares y cine exigente, etc.), pero si nos mantenemos a ese nivel, el lector podría pensar que da igual Sevilla, que Sitges, que Valladolid, que Granada, que Pamplona. Y todos sabemos que no es así. Hoy en día los festivales han pasado a cumplir una función que en otros tiempos cumplieron

Los festivales se pueden clasificar de muchas maneras, desde luego, pero creo que hay algunas cuestiones que no se deberían soslayar. El tema de los presupuestos es obvio, pero creo que nos lo podemos saltar porque tampoco nos va a aportar mucho. Una cosa que sí me parece importante es el tema de la industria. Àngel ha insistido en esa cuestión, y creo que con mucha razón: está claro que Sitges se ha sabido conver-


tir en la gran plataforma del cine local, y no sólo del género fantástico. El crecimiento, en ese sentido, ha sido espectacular. En Punto de Vista, sin embargo, ni podemos, ni queremos apostar por eso, e imagino que

LA CONFIGURACIÓN DEL PROGRAMA Y DE LOS PÚBLICOS IDEALES NO ES LA MISMA EN LOS FESTIVALES MÁS GENERALISTAS QUE EN LOS ESPECIALIZADOS tampoco está en la agenda de Granada. Eso no quiere decir que no nos interese promover cierto tipo de realizadores españoles (de hecho, lo hemos hecho y lo seguimos haciendo), pero son realizadores que se sitúan fuera de la industria. Otra cuestión sería la de los festivales especializados, ya sean de un género popular, de una zona geográfica o de cine de no ficción. Todo eso hace que la configuración del programa y de los públicos ideales no sea la misma que en los festivales más generalistas. Y entiendo que todos queremos pensar nuestro concepto de festival especializado de una forma flexible. Otra diferencia importante para mí es la generacional: no son lo mismo los festivales de largo recorrido que los festivales nacidos en la última década. La historia pesa en los primeros y la falta de recorrido en los segundos, siempre para lo bueno y para lo malo. Por liarla un poco más: hay varios mapas, diversos y variados, y a veces pecamos de tener una mirada demasiado local, tanto en lo territorial como en lo cinéfilo. Y eso lo digo consciente de que posiblemente nuestro festival es el que se dirige a una franja más estrecha de cinefilia, con lo cual nos obliga a buscar público no sólo de Pamplona, sino de toda España. Creemos que eso, a pesar de nuestra bisoñez, puede funcionar, al menos a nosotros nos funciona: creemos que Punto de Vista se ha convertido, hasta cierto punto, en el lugar de encuentro de una pequeña comunidad que también tiene que ver con la cuestión generacional.

JOSÉ SÁNCHEZ-MONTES: Me siento incapaz de avanzar sin hacerme una pregunta previa: ¿Para qué, para quién se hace un festival? ¿Qué sentido tiene? Y esa pregunta me la he hecho cuando han ido recortando el presupuesto de Cines del Sur justo en el peor momento, cuando resulta casi imposible buscar financiación privada. ¿Tenía sentido preparar una sexta edición de un festival que tenía un presupuesto tan exiguo? ¿Y ponernos ahora a organizar la séptima? Resulta curioso que el año pasado recibiésemos las mejores críticas en la prensa local y también de nuestro público, que agradecía el esfuerzo. No sé los demás pero este Festival está sustentado en el cariño de los espectadores más que en otra cosa. Es cierto que los festivales deben tener una repercusión fuera, como todos defendemos, pero su base en una ciudad pequeña y lejana a las grandes capitales es el público local. Además en Andalucía hay cuatro festivales importantes en Sevilla, Málaga y Huelva y no resulta sencillo atraer público andaluz, al menos de momento. Es decir que estamos intentando refundar el festival, que nació con una fuerza enorme y se ha quedado chiquitito en todo menos en calidad de programación. JAVIER ANGULO: José ha introducido el tema de para qué sirve un festival. Siempre he creído que, en principio, debe servir para que el público de una localidad / región / comunidad autónoma / país-estado pueda ver un cine que no es habitual en los circuitos comerciales que ese público tiene a su disposición. Y tiene que tener un principio de ‘servicio’ a la comunidad, que es lo que es (y para lo que sirve) la Cultura (con C mayúscula).

UN FESTIVAL DEBE DE SERVIR TAMBIÉN DE POLO DE ATRACCIÓN PARA ATRAER VISITANTES O TURISTAS En segundo lugar, debe de servir también de polo de atracción para atraer visitantes


o turistas, aumentando la llamada ‘oferta turística’ y creando un ‘valor añadido’ a la ciudad desde el punto de vista comercial (a más visitantes, más gasto en hoteles, restaurantes, comercios etc.). Las dos últimas premisas (atracción de visitantes y valor añadido comercial) son, no hay que olvidarlo, las que movieron a los pioneros-creadores de festivales como Cannes, Venecia, San Sebastián y también Valladolid y otros festivales españoles. Vamos, que sus creadores eran delegados gubernamentales de Turismo y los comerciantes influyentes de la ciudad.

UN FESTIVAL SIN UN PÚBLICO FIEL, QUE SE ENTREGUE Y LLENE LAS SALAS DE CINE, NO ES NADA Ahora bien, un festival sin un público fiel, que se entregue y llene las salas de cine, no es nada. En Valladolid, afortunadamente, la gente tiene casi un ‘sentido patrimonial’ de ‘su festival’, después de 57 años de vida y varias generaciones implicadas, lo que le lleva a ser extraordinariamente exigente en la programación, sí; pero también en la calidad de proyección y sonido, en la perfecta sincronía de subtítulos, en la estricta puntualidad, en otros aspectos, que si no se cumplen todos te pueden organizar un pateo descomunal. JOSETXO CERDÁN: Los festivales son eventos sociales y se deben a la sociedad, con su parte cinéfila, con su parte festiva y con su parte divulgativa. Javier nos ha recordado que los festivales en sus orígenes nacieron como plataformas turísticas de las ciudades: es cierto, pero también me parece que en la oleada de festivales que nacen desde finales de los noventa, el impulso es otro, de ahí mi insistencia en el tema generacional (de los festivales y de los públicos). Creo que en momentos diferentes, la finalidad también lo es. Llegar a un público que supere el público local es fundamental para poder hablar de evento en ese hipotético mapa o mapas. Eso,

claro, no es fácil, pero responder a una comunidad al menos nacional creo que es importante. Y quizá no es tan importante que esa comunidad sea muy amplia, al menos en principio. Es más importante que sea activa: no hay nada mejor que un público activo y que se considere parte del evento. Gijón y Sitges han sido ejemplares en este sentido (y sus seguidores son legión). A mí me cuesta mucho pensar que un festival prescinda de ello.

2. INVITADOS, ACTIVIDADES PARALELAS Y PUBLICACIONES JAVIER ANGULO: Nosotros, en SEMINCI, distinguimos entre ‘participantes’ que vienen a hacer algo (presentar película, participar en mesas redondas, presentar libros, etc.), ‘invitados de la industria’ (actores, directores sin película, muchos distribuidores, instituciones tipo Filmoteca, ICAA, FAPAE, EGEDA, etc.), ‘invitados de prensa’ (prensa local, nacional e internacional) y finalmente ‘acreditados’, ya en general. Entre participantes e invitados se crea lo que yo llamaría un ‘ambiente profesional’ en el festival, que no tiene que ver con el que se crea con el público en las salas o en la calle al terminar las proyecciones. Son gentes que se reúnen entre película y película, al terminar presentaciones o mesas redondas, o por la noche en hoteles y charlan relajadamente de cine, de la profesión, de proyectos propios o ajenos. Se hacen amigos, se tejen relaciones (sobre todo entre directores de cortometrajes). Esa atmósfera es básica en un festival. Este año, al restringir un poco la cifra de invitados, hemos notado un bajón de ambiente, y algunos periodistas en sus crónicas han coincidido en que se notaba el festival ‘un poco tristón’. Es decir, en invitados no hay que ahorrar porque son uno de los condimentos esenciales de un festival. Respecto a las actividades paralelas son hoy casi un lujo, a la vista de la crisis y las rebajas en los presupuestos. Son actividades (conciertos, debates, exposiciones, proyecciones especiales, etc.) estupendas para arropar o


‘vestir’ a un festival y ‘llenarlo de cine’ en todos los sentidos y todas los artes posibles. Y claro está, son actividades que sirven para fidelizar al público, para ‘fijarlo’ y hacerle sentir que está en un mundo en el que sólo por unos días se respira cine por todas las esquinas y a través de todos los sentidos.

EN INVITADOS NO HAY QUE AHORRAR PORQUE SON UNO DE LOS CONDIMENTOS ESENCIALES DE UN FESTIVAL

(mucho más ricos que las obsoletas o, directamente, muertas ruedas de prensa) hasta las clases magistrales, pasando por mesas redondas, los talleres, etc. Todas estas actividades complementan de manera perfecta un festival que, al ser de género fantástico, da un papel primordial al valor del making of. Llevamos dos años mejorando este apartado y los resultados son sorprendentes, la verdad.

ÀNGEL SALA: Totalmente de acuerdo con Angulo en el tema de invitados. Hay que crear ambiente, debate, circulación de tendencias y eso se consigue por la interacción de público, crítica, talento e industria. Este año hemos mezclado a todos los estamentos en puntos de encuentro y fiestas de formato pequeño y el éxito ha sido enorme, incluso mejorando la percepción de cantidad y calidad de talentos presentes.

JOSETXO CERDÁN: Estoy bastante de acuerdo con las respuestas de Javier y Àngel: Festival de Cine es un binomio terminológico en el que acostumbramos a centrarnos en el segundo término (cine), pero en el que se habla poco del primero (festival), es decir, la parte festiva, los encuentros, esas ‘vacaciones’ de las que habla Javier que muchos nos / se toman para ir a ciertos festivales porque disfrutan (y no solo, e incluso no siempre de lo que más, de las películas). Un festival es un acontecimiento social más allá del cine, un evento que mueve población, como las Fallas o los Sanfermines…

Mientras, las actividades paralelas son cada vez más decisivas en Sitges y cualquier festival que se precie. Desde los post-screenings

Cada festival intenta movilizar a sus públicos, y para eso las películas son un elemento importante, pero las ‘estrellas’ son otro,


y también lo son las actividades paralelas, los espacios sociales que se abren para que el público participe de otras maneras en esa parte festival. Muchas veces utilizamos el parapeto cultural para defender los festivales y obviamos que estos también son, y eso es lo que al final los identifica, lugares de encuentro social: para el intercambio y la socialización, a veces profesional, pero a veces también para el puro cotilleo (en realidad yo creo que una cosa y la otra van muy de la mano).

LOS FESTIVALES TAMBIÉN SON LUGARES DE ENCUENTRO SOCIAL: PARA EL INTERCAMBIO Y LA SOCIALIZACIÓN Luego, como siempre, habría que diferenciar qué significan para cada uno de nosotros los conceptos ‘estrella’ o ‘evento paralelo’, porque seguro que tienen significados muy variopintos, un poco en la línea que ya apunté de que bajo una primera capa homogénea estamos hablando de cosas muy distintas.

En todo caso, me parece que es importante plantear esa cuestión festiva del festival (y perdón por la redundancia), porque, aunque muchas veces digamos lo contrario, no sólo de películas se alimenta el público que va a un festival. JOSÉ LUIS CIENFUEGOS: Una de las cosas más bonitas de un festival de cine es atraer no sólo al público local, sino también al público foráneo. Para ello considero imprescindible las actividades que van más allá de las proyecciones. En primer lugar, encuentros con el público y coloquios. Este ha sido el primer año que en Sevilla ha habido ese contacto directo entre los invitados y los espectadores y ha sido un éxito. Eso permite acercar el festival a los ciudadanos, que los invitados se vayan del festival con la idea de que han estado defendiendo su obra, trabajando en suma. Y si además, tras las proyecciones se organizan actividades donde medios de comunicación, invitados y público se encuentren, se relajen, discutan y debatan, mejor que mejor. Ahí cada uno le imprimirá, evidentemente, su propio sello. En mi caso, como bien sabéis, me gusta


enriquecer el festival con actividades musicales, lo que permite, creo, dar una imagen un poquito más contemporánea y distendida al evento. Como ya se ha dicho, muchos son los aficionados que guardan unos días de vacaciones para acudir a un festival de cine. Si a la buena programación cinematográfica le añades coloquios, conciertos y una ciudad como Sevilla, creo que se convierte en un cóctel irresistible.

TAMBIÉN EN MAYOR O MENOR MEDIDA LOS CONTENIDOS ACADÉMICOS, EL ESTUDIO Y LA REFLEXIÓN Y por cierto, creo que además de la ‘fiesta’, todos los que participamos en este debate hemos defendido en mayor o menor medida los contenidos académicos, el estudio y la reflexión. Bien con cursos en colaboración con la Universidad, bien con publicaciones o con ambas cosas. Reivindiquémonos pues en este sentido. JOSÉ SÁNCHEZ-MONTES: Cines del Sur ha pasado de tener 150 invitados a no te-

ner ninguno. En nuestra opinión era muy importante para situar el festival y que consiguiera un nombre. Ahora estamos sin opción alguna de tenerlos salvo que las circunstancias financieras cambien de forma espectacular, pero toda la inversión que hicimos en su momento ha tenido muchos frutos. Ahora las distribuidoras nos conocen y se fían de nosotros, así como muchos productores y directores, que nos sirven de aval ante otros desperdigados por todo el mundo. Por supuesto es algo que retomaremos en cuanto podamos. Y con respecto a las actividades paralelas, sucede algo parecido. Quizás el conocimiento de Granada, donde he programado cultura durante más de 30 años, me permitía saber que era más útil invertir en actividades paralelas que en publicidad local. Yo también creo en que hay que fomentar el concepto de fiesta, de momento único. Eso sí, todo lo que hemos programado durante los años en que pudimos hacerlo tenía relación con el audiovisual y con la multiculturalidad: proyecciones en las calles, talleres, seminarios, concursos, música, la creación de una plataforma de festivales dedicados a las cinematografías periféricas, un progra-


ma educativo, la extensión del festival por la provincia, los hospitales y la cárcel… Después, las publicaciones, no son una actividad paralela sino un legado que tiene mucho sentido. Nosotros hemos editado hasta el momento siete libros bilingües coincidiendo con las retrospectivas de cada una de las ediciones iniciales, algo de lo que nos sentimos realmente orgullosos a pesar de los problemas de distribución que todos conocéis. JAVIER ANGULO: Las publicaciones me parecen un complemento obligado de las retrospectivas, y en Valladolid lo hemos cuidado desde siempre, poniéndolas en mano de los mejores profesionales en cuanto a contenidos y forma (diseño, etc.). Tenemos unos fondos editoriales de un valor imponente, tal y como nos lo recordaba hace tres años Atom Egoyan en su última visita a Valladolid, un festival que conoce muy bien desde hace 22 años. Lástima que la crisis está haciendo cada vez más difícil poder mantenerlas. Nosotros hemos tenido que ayudarnos de patrocinadores para financiarlas sin perder calidad, aceptando algunos logos en la parte baja de portada y contraportada.

JOSETXO CERDÁN: La palabra académica nos queda un poco grande en términos generales, o si queréis, no se ajusta del todo a lo que hacemos, aunque, como siempre hay excepciones, y yo las he visto tanto en Gijón en los años de José Luis como en Málaga, en este caso en el entorno documental. Yo, que he sido editor y autor en varias publicaciones en diferentes festivales, siempre he sido muy crítico con ellas, básicamente porque me parece que los ejemplares no salen de las cajas y se quedan en almacenes cogiendo polvo… Pero también porque muchas veces se han hecho libros inútiles, no nos engañemos: hay muchos libros de festivales que han tenido procesos de producción acelerados o que sus textos son innecesarios. Y ahí están. Me parece que muchas veces ha faltado un criterio serio a la hora de hacer esos libros debido a la urgencia con la que se trabaja: el ciclo anual del festival queda recortado a poco más de seis meses para la producción de los libros, y eso queda patente en el resultado.

MUCHAS VECES HA FALTADO UN CRITERIO SERIO A LA HORA DE HACER LAS PUBLICACIONES DEBIDO A LA URGENCIA CON LA QUE SE TRABAJA Y pese a todo, desde mi llegada a Punto de Vista como director artístico he insistido en mantener la publicación anual. Hemos intentado simplificar la producción, pensar los libros en términos diferentes a los habituales, introducir nuevos puntos de vista a la hora de hacer las ediciones… Creo que hemos acertado algunas veces y nos hemos equivocado en otras, pero sigo teniendo la impresión de que los libros de festival necesitan una revisión urgente en cuanto a su modelo de producción, que es lo mismo que plantearse de nuevo cuáles son sus objetivos, parafraseando lo que decían José y Javier antes: ¿para qué sirven los libros de festival?


ÀNGEL SALA: Los libros han sido siempre una prioridad en los equipos que he dirigido. Creo que son fundamentales para mantener la vigencia en el tiempo de un certamen y crear tendencias. No siempre es fácil, pues la necesidad de las publicaciones no es entendida por instituciones ni gerentes, siendo siempre un gasto a eliminar. Así que, con muchos sudores, en Sitges hemos conseguido sacar adelante a veces estupendas ediciones, otras veces no tanto, e incluso años con varias publicaciones. Tenemos la suerte que algunas se han convertido en clásicos y referentes (Imágenes para la sospecha: Falsos documentales y otras piruetas de la noficción, de Josep Lluis Fecé, o Fantípodas. Una Aproximación Al Cine Fantástico Australiano y Neozelandés, de Sergi Sánchez) y de haber tenido socios como Nuer, Calamar, Valdemar, Sci-fi o Paidós. La última experiencia con el volumen colectivo Neoculto. El Libro definitivo sobre el cine de culto ha sido un éxito y un referente casi instantáneo. Seguiremos así. JAVIER ANGULO: Es verdad, como dice Josetxo, que a veces los libros sobre retrospectivas, una vez acabada la edición del festival, se quedan en las cajas y sin salida. Nosotros tuvimos un contrato con una distribuidora de libros que, año a año ha ido vendiendo por catálogo algunos ejemplares de las ediciones del año y de anteriores. Estamos en conversaciones con superficies como la FNAC o El Corte Inglés para poner a su disposición los libros de cada edición y, si quieren, todo el catálogo o al menos los títulos que les interesen (hay libros referidos a directores, a tendencias, escuelas de cine, etc.). Otra forma de ventas (aunque de momento algo corta) se produce a través de las webs de los festivales y sus tiendas. Respecto a la importancia de las publicaciones, estoy con Àngel en que marcan la vigencia en el tiempo de un certamen y ayudan a crear tendencias. Yo creo, además, que esas publicaciones vienen a ser algo así como la memoria (literaria, periodística y reflexiva) de un festival en un tiempo en el que para hablar de cine se echa mano continuamente de textos venidos de Google o Wikipedia.

Para mí es importante que al acabar una retrospectiva, sobre todo si no es de un sólo director, quede recogido el contenido de la misma, pero también el sentido, el objetivo y la razón de esa selección en una publicación, para guardar, para leer o volver sobre ella de vez en cuando. Internet, además, facilita el ahorro en los gastos de papel e impresión, ya que se puede colgar el libro en la red. Nosotros, sin ir más lejos, llevamos tres años colgando el libro que cada año editábamos en papel sobre los Encuentros de Nuevos Realizadores que cada año se han celebrado en SEMINCI. Es una fórmula para no dejar de producir textos de reflexión, análisis o información sobre el trabajo de directores y nuevas tendencias que son necesarios. JOSÉ LUIS CIENFUEGOS: Todos tenéis un poco la razón. Libros escritos en poco tiempo, mala distribución… pero a la vez quedan como testimonio, y en ocasiones sirven de anzuelo para los directores a los que haces una retrospectiva. Mi último años en Gijón colgamos en internet buena parte de las publicaciones y este año estoy muy contento con el catálogo: hay artículos de encargo, entrevistas en exclusiva y sinopsis escritas para la ocasión por críticos que SÍ se habían visto las películas (ovación).

3. LAS FINANZAS DE UN FESTIVAL JAVIER ANGULO: Me parece que habéis puesto el dedo en la llaga. No podemos comportarnos como eventos estrictamente comerciales, que sólo buscan audiencias y hacer negocio. Siempre he pensado y creído que los festivales de cine, por su propia naturaleza, no tienen lo que se llama ‘afán de lucro’ y tienden a ser deficitarios, máxime ahora que las instituciones públicas están en retroceso en lo que toca a inversiones en festivales y cultura, en general. Para nosotros la taquilla supone algo más del 15% de


un presupuesto de cerca de 2 millones de euros, y el Consejo Rector lo tiene asumido. El resto debe llegar por patrocinios, sponsoring y aportaciones. JOSÉ LUIS CIENFUEGOS: Creo que el objetivo es que la taquilla del festival esté a partir de ese 15% del presupuesto global que planteaba Javier. En mi anterior etapa de Gijón, llegamos a esa cifra (en torno a los 135.000€; en 2012 han recaudado 90.000€). Sevilla está aún muy por debajo. Manteniendo precios de 2011 hemos aumentado un 40% la taquilla, pero estamos incluso por debajo del 10%.

de implantación del festival en la ciudad. La estrategia marcada en Cines del Sur no contempló jamás un asentamiento que permitiera dar más pasos hasta que no pasaran al menos 8/10 años, por eso estamos intentando “atraer, educar, animar, atrapar” ciudadanos de Granada que sustenten el Festival. Gracias a esa estrategia Cines del Sur ha sobrevivido en un momento tan duro como este y acaba de confirmar su séptima edición. Nadie se ha planteado la posibilidad de su desaparición, pese a lo ‘elitista y cultureta’ que pueda parecer su programación. Eso se debe a la aceptación por parte de la ciudad, creo yo.

JOSÉ SÁNCHEZ-MONTES: El porcentaje del presupuesto que viene de la taquilla en Cines del Sur se ha multiplicado por diez en nuestro caso, pero sólo porque nos han reducido el presupuesto un ¡¡¡90%!!! En cualquier caso está claro que es una cantidad bastante ridícula, ya que no cobramos por las proyecciones en la calle que, como os decía, forman parte de una estrategia

ÀNGEL SALA: Los ingresos por recaudación de Sitges son prácticamente nuestra segunda línea de ingresos. Reducir el precio de las entradas implicaría bajar el presupuesto y recortar el festival interna y externamente, además de los obligados recortes a los que nos obligan la situación de las subvenciones o ayudas. Es decir, inviable hoy por hoy. Y creo que en el futuro más o menos cercano.


JOSETXO CERDÁN: Punto de Vista, directamente, no tiene beneficios. El porcentaje de dinero que se obtiene en la taquilla es ridículo para un festival que ya tiene un presupuesto muy ajustado (nada que ver con la situación que plantea Àngel, aunque hoy cualquier ingreso es bienvenido, claro). Sé que esta es una queja generalizada y que todos la podemos entonar en los últimos años: la crisis ha provocado un recorte generalizado de presupuestos, cuando no la desaparición de los eventos. En nuestro caso, al tener un presupuesto tan ajustado desde un primer momento, incluso en los pocos años de vacas gordas que vivió Punto de Vista, no hay posibilidad de recortarlo. Así que cuando la crisis muestra su peor cara, lo único que nos queda es convertirlo en cita bienal, con todos los problemas que eso implica. JOSÉ SÁNCHEZ-MONTES: Una cosa es lo que se quiere o debe y otra es la que se puede. Nuestro festival nació con una muy mala costumbre: tenía un solo primo de Zumosol pero aportaba un presupuesto muy poten-

te. Por esa razón no tuvimos necesidad de buscar muchos complementos financieros, aunque sí el de la AECID para la plataforma de festivales. En mi opinión esa aparente bonanza no resultó nada beneficiosa. Lo que vino después es fácil de imaginar, ahora tenemos un 12% del presupuesto inicial. Estamos buscando financiación exterior con muy buenas perspectivas. El proyecto del Festival como puente está bien visto en algunas instituciones y empresas árabes y asiáticas que están dispuestas a colaborar financieramente en él; hemos establecido también contactos iniciales en Latinoamérica y creemos que podremos arrancar buenos fondos en el Programa Media Mundus y similares. El problema para asegurar esta financiación es contar siempre con una base mínima de la Junta de Andalucía. En cuanto a financiación local privada… Granada es una ciudad sin industria, poco más que decir. JAVIER ANGULO: Yo tuve algo más de tres millones y medio de presupuesto en


2009, mi segundo año al frente de SEMINCI, por lo que además de una completa selección de películas pude permitirme una retrospectiva de toda la obra de Saura (todas las películas, incluidos los cortos) en dos teatros y la exposición de obra fotográfica, gráfica y pictórica en tres salas del Museo de Arte Moderno. Y un concierto estrenando la primera película de la historia con partitura musical en proyección simultánea: ¡Eran otros tiempos! Había financiación pública (ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas, ICAA, AECID, etc.) y privada (básicamente bancos). En 2012, en cambio, el presupuesto ha sido de algo más de dos millones de euros. Quiere decirse que he perdido millón y medio en tres años. Este año tendré el mismo presupuesto que me permite financiar las actividades de un festival internacional, intentado no ahorrar en la calidad de las películas de las secciones en competición (Oficial, Primeras Películas y Documentales), pero he tenido que recortar en derechos y en número de invitados, en algunos servicios, echar mano de becarios en algunos puestos en los que antes había profesionales con experiencia… Nada grave que pueda afectar al espectador pero es todo mucho más difícil y exige el doble de esfuerzo y dedicación. A lo que voy es que estamos jodidos si ante el retroceso de la inversión pública (la mayor parte de ayuntamientos y comunidades están quebrados) no se anima la inversión privada, y en este país no hay tradición de inversión privada en cultura (sí en Deporte). Y mientras no se aprueben leyes que faciliten importantes desgravaciones fiscales al capital privado, como existen en Francia y otros países de la UE, lo tendremos cada vez más difícil. ¡Ah! y se me olvidaba citar la famosa y ofertada Ley del Mecenazgo, que no acaba de llegar al Congreso. Se decía que establecía desgravaciones fiscales por inversión en eventos culturales, entre los que destacaban… ¡los festivales! O ponemos velas a todos los santos locales, provinciales y nacionales o hacemos presión para que esas leyes se tramiten cuanto antes.

JOSETXO CERDÁN: Hay, y siempre habrá, iniciativas que no van a atraer nunca financiación privada: las más arriesgadas y radicales. Esas iniciativas van a necesitar siempre la ayuda pública, y si esta desaparece, directamente, esos eventos desaparecen. Cuando tuvimos nuestra particular crisis hace ahora 14 meses las opciones eran reducir el festival a la mitad (y no tener invitados) o hacerlo bienal. Yo creo que no se puede / debe hacer un festival sin invitados, por lo que optamos por lo segundo, y por inventarnos otra cosa (seminario lo llamamos) para los años que no había festival. Esa es mi visión: del mismo modo que defendemos esa función social y esa importancia cultural (yo lo de la C mayúscula es que lo llevo mal, lo siento) de los festivales, creo que tenemos que asegurarnos de que éstos cumplan unos mínimos. No sé cuál es el caso de Cines del Sur, no sé qué significa en cifras ese 12% actual respecto a los primeros años (y reconozco que eso tiene que hacer mucho daño), pero en el caso de PdV sencillamente no se podía hacer algo llamado festival con el 50% de prepuesto. ÀNGEL SALA: Respecto a los problemas que puede plantear una nueva oleada de recortes, yo tengo muy claro que los mismos no tendrán que afectar a la estructura de personal o infraestructura del certamen, ya históricamente muy estrechas ambas. Deberemos redimensionar la programación sin decepcionar al público ni la prensa, distribuyendo recortes en todas las secciones pero sin eliminar nunca o reducir totalmente bloques completos. Nosotros tampoco podemos reducir más el presupuesto de

DEBEREMOS REDIMENSIONAR LA PROGRAMACIÓN SIN DECEPCIONAR AL PÚBLICO NI LA PRENSA, DISTRIBUYENDO RECORTES EN TODAS LAS SECCIONES PERO SIN ELIMINAR NUNCA O REDUCIR TOTALMENTE BLOQUES COMPLETOS


viajes para talentos si queremos un mínimo de impacto mediático, con lo que habrá que racionalizar alojamientos para industria y quizá algún tema de dietas. Aun así, será difícil encajar ya más esfuerzos, y hay un mínimo del que no se puede ni debe bajar. JAVIER ANGULO: Estoy de acuerdo con Àngel, no hay que ahorrar en los contenidos ‘básicos’ de un festival (secciones en competición y retrospectivas); es lo que llamo la ‘columna vertebral’ de un festival y es en ese capítulo en donde se puede resentir su calidad y nivel artístico. No hay que reparar en los costes que eso conlleva, máxime siendo un festival internacional. Nosotros los sacrificios provocados por los recortes los hemos hecho en personal externo contratado para la edición (con rebajas a los profesionales y ampliación del número de becarios, con lo que eso lleva de riesgo), reduciendo mucho las actividades paralelas y en menor medida los derechos y presencias de invitados no participantes. Hemos ahorrado en ese capítulo este año pero hemos llegado a la conclusión de que no compensa, porque esos invitados dan ‘ambiente y atmósfera de cine’ a un festival, que debe ser también un encuentro de profesionales, desde los directores de cortometrajes a los profesionales reconocidos.

JOSÉ LUIS CIENFUEGOS: Lo importante creo que es conocer la verdadera dimensión del festival que diriges. Dos casos muy diferentes: uno, Gijón, con un presupuesto estable a lo largo de los años, creciendo poquito a poquito (por cierto, espero no toméis a mal el comentario: qué injustas son a veces las inercias a la hora de conceder subvenciones, cómo cuesta que te aumenten ‘un poquito’ a pesar de hacer un buen certamen, sobrio y con contenidos potentes). El caso contrario, Sevilla, que llegó a tener el doble del dinero con el que yo he trabajado este año.

HAY QUE CONTAR CON BUENOS PROFESIONALES, DEBEMOS DE UNA VEZ POR TODAS DECIR NO A LOS VOLUNTARIOS Pues bien, hemos tenido que realizar una labor de mentalización de prensa y espectadores: ‘tenemos un festival MODESTO presupuestariamente, ambicioso en la programación’. A partir de ahí, hay que gastar evidentemente en lo que hay que gastar. Y como bien dice Javier, qué peligro no poder contar con buenos profesionales (debemos de una vez por todas decir NO a los volun-


tarios), o que las empresas que subcontratan al personal lo hagan por mucho menos dinero que en años anteriores (mismas personas, misma función, menos sueldo…). JOSÉ SÁNCHEZ MONTES: Sobre la decisión que nosotros tomamos en su día de mantener el festival en tiempos de crisis planeaba siempre una máxima: las películas que verán los granadinos son imposibles de ver (incluso en el resto de España), y deben ser las mejores. Si se programan cuarenta es mucho más de lo que teníamos antes, y si programamos ochenta es un lujo. Esto es lo que nos ha animado a continuar, sobre todo con la esperanza puesta en algo que dicen los cubanos: “mucha insistencia, poca resistencia” (aunque nosotros hemos encontrado siempre mucha resistencia, que seguimos confiados en vencer).

era lo mejor que podía pasar: sabía que tenía un tiempo para desarrollar mi propuesta y, aunque luego las cosas han variado, creo que saber cuál era el periodo establecido me ayudó a tener una hoja de ruta, modificable, pero en principio con un recorrido y unas etapas claras. Cuando hoy miro algunas de las declaraciones que hice cuando accedí al puesto me parece que no lo hemos hecho tan mal, a pesar de los pesares.

4. RUPTURA O CONTINUIDAD

En el caso de Punto de Vista, en donde hay una clara separación entre el trabajo de dirección artística y el de dirección ejecutiva, no hay duda de que se espera que cada nuevo director aporte su perfil al festival. En mi caso la labor no era nada fácil, ya que Carlos Muguiro, el primer director artístico del festival, había hecho una tarea muy encomiable que los cinéfilos de Pamplona y de fuera de la ciudad todavía recuerdan. Mi idea del cine documental no dista mucho de la de Carlos, pero desde luego hay matices han ido surgiendo con el tiempo…

JOSETXO CERDÁN: Cuando a mí me ofrecieron la dirección artística de Punto de Vista la oferta fue muy clara: entre tres y cinco años de plazo. 2013 será mi cuarto año al frente del evento (tres festivales más un seminario, realizado este pasado 2012 por la famosa crisis como actividad alternativa) y el último. Así que el acuerdo se va a cumplir según lo pactado. Sinceramente, para mí el hecho de que la oferta incluyese un deadline

Me parece que es difícil pensar en un cambio radical, sin un periodo de adaptación, de transición. Evidentemente, cuanto más joven es un certamen, más fácil es innovar y realizar cambios, porque está menos asentado, menos arraigado. Javier hablaba de la exigencia de su público y, aunque todos los públicos son exigentes, cada uno a su manera, me parece que a lo que él se refiere es a una socialización del festival que, desde lue-


go, va a impedir (o al menos va a protestar mucho) si se realizan experimentos extraños con su programación. JOSÉ LUIS CIENFUEGOS: Me parece que los directores / programadores podemos aportar mucho a la línea de un festival ya consolidado: la diferente concepción que tiene Àngel Sala del fantástico cuya mejor prueba es ‘Nuevas Visiones’, la inteligente manera de Angulo apuntalando en tiempos de crisis las fortalezas de las que goza Seminci, la respetuosa transición de Muguiro a Cerdán construyendo un Punto de Vista de una credibilidad irrenunciable o la admirable resistencia de Cines del Sur a pesar de la lamentable reducción de ayudas.

LOS DIRECTORES / PROGRAMADORES PODEMOS APORTAR MUCHO A LA LÍNEA DE UN FESTIVAL YA CONSOLIDADO Dado que es bien conocido el trabajo que se hizo en Gijón, de construcción de una identidad radicalmente diferente a la que existía antes del 95 y que funcionaba tanto de público como de crítica, yo preferiría centrarme en el Festival de Sevilla, en donde trabajamos a partir de las siguientes premisas a la hora de desarrollar un festival especializado: >> Fortalecimiento de las importantes alianzas que ya existían (caso de la Academia de Cine Europeo). >> Conseguir la implicación del público y que continuara ‘creyendo’ en el festival (a eso han contribuido enormemente los Q&A). >> Sacar provecho a esos directores e instituciones que ‘querían estar’ en la nueva aventura que era el festival de Sevilla 2012. Digamos que se intentó ser respetuoso con la (corta pero intensa) historia del festival y el buen trabajo realizado por los anteriores directores, pero a la vez aportar elementos novedosos.

5. MUJERES AL FRENTE DE FESTIVALES DE CINE JAVIER ANGULO: Yo conozco algunos casos concretos, como el de la directora del Festival de Tarifa (si no me confundo) o la que era gerente (y tenía mando) durante años del Festival de Ourense, pero la verdad es que no abundan las mujeres al frente de festivales, como tampoco en la crítica de cine en España (hay más en la información, pero no en la crítica). Tampoco entiendo por qué una mujer realizadora tarda dos o tres veces más tiempo que un director varón en ‘levantar’ una película. No entiendo las razones, sinceramente, a no ser por la posición dominante que cultural y socialmente existe en España en favor de los hombres. Creo que lo harían muy bien; tienen sentido común y prudencia cuando hace falta, y también pueden ser las más lanzadas y valientes. Yo tengo la fortuna de estar rodeado de mujeres desde que llegué en 2008 a SEMINCI. Casi todas ellas ya estaban desde la época de Fernando Lara, y gracias a ellas estamos a flote, sin perder ni el sentido ni las ‘esencias’ de lo que fuimos y queremos ser. Mi directora adjunta se llama Denise O´Keefe, la responsable de comunicación es Luisa Carbajosa, quien lleva prensa del festival es Sandra Bensadon, la relaciones públicas es Eva Calleja, la gestión de cine está en manos de Carolina Martínez y la gestión de invitados es cosa de Blanca Visa. Alguna de ellas podría sustituirme sin problemas, y pienso en Denise, por ejemplo. JOSÉ SÁNCHEZ-MONTES: El equipo de Cines del Sur es casi 100% femenino, salvo el director y los programadores, que han sido mayoritariamente masculinos. No sé por qué se da esa circunstancia (ni la primera ni la segunda) y la verdad es que no creo que haya una discriminación en ese sentido. Al menos yo no la hago, ni me fijo en el sexo de alguien para contratarla/o. Seguro que muy pronto habrá muchas más mujeres que hombres en la dirección de los festivales, lo que los hará mejores y más sensatos.


JOSETXO CERDÁN: La cuestión de género en los festivales va más allá de tener o no mujeres en el equipo: en realidad creo que esas mujeres están en todos los equipos, lo que ocurre es que ciertos lugares (como la dirección) sólo parecen accesibles al sexo masculino (y sí, siempre encontraremos excepciones, pero eso no sirve para ocultar una realidad). Por otra parte, bien es verdad

QUE EL MUNDO DEL CINE SIGUE FUNCIONANDO CON UNOS CÓDIGOS COMPLETAMENTE MASCULINOS ES INNEGABLE que esa no es una situación que afecte únicamente al mundo de los festivales, sino que está tristemente extendida en muchos otros aspectos de la sociedad española, y de manera muy preocupante en los espacios de la Cultura (ahora sí, con mayúsculas). Que el mundo del cine sigue funcionando con unos códigos completamente masculinos es innegable, y que cuando se aborda este tema acostumbramos a mirar para otra parte, también. A mí me preocupa más lo segundo que lo primero.

6. EL FUTURO DE LOS FESTIVALES. INTERNET Y LAS PLATAFORMAS DIGITALES ÀNGEL SALA: Las plataformas de internet permiten una mayor accesibilidad de público, prensa e industria a la programación de un festival, y también son una herramienta interesante para los jurados. Es un complemento extraordinario para los festivales es-

LAS PLATAFORMAS DE INTERNET ES UN COMPLEMENTO EXTRAORDINARIO PARA LOS FESTIVALES ESTABLECIDOS, Y UN MODO EFICAZ DE CREAR NUEVOS EVENTOS MÁS ESPECIALIZADOS

tablecidos, y un modo eficaz de crear nuevos eventos más especializados. Sin embargo, los festivales con trayectoria no se pueden deslocalizar, pues el lugar de celebración va unido a una especial liturgia que hoy en día, dada la poca personalidad de los circuitos de exhibición, resulta imprescindible. Hay que introducir todos los elementos virtuales porque si no te anquilosas peligrosamente, pero eso sí, dimensionándolos según proceda en cada festival. JAVIER ANGULO: Creo que estas plataformas son relativamente útiles, un nuevo instrumento que puede facilitarnos el trabajo en algunos casos. Por ejemplo, yo las uso para ver alguna película antes de ir a un festival en donde tengo una cita nada más llegar con la gente de esa película, o cuando sé que no voy a poder verla a la hora programada. También las uso al terminar un festival para ver las películas que me he perdido. Pero, definitivamente, a los festivales habrá que seguir asistiendo ya que, en mi opinión, son un inmejorable punto de encuentro de profesionales, donde intercambias experiencias, cambias ‘cromos’ sobre películas que has visto con otros compañeros, te enteras de la producción del año (sobre todo a quienes, como yo, les interesa ver películas en el mercado, en donde tienes una oferta de entre 80 y 100 al día) y de lo que viene, donde se comparte mucha información, donde (sobre todo en Cannes) te haces idea de por dónde van los gustos y tendencias del año o de los próximos años. Además, me gustan los festivales porque en ellos veo gente distinta en las salas de cine; me gusta ver y escuchar a la gente, lo que queda del acto social y cultural que fue durante décadas la proyección de una película. Desde mis tiempos dirigiendo Cinemanía, siempre huí de las proyecciones para periodistas. Me gustaba (y me gusta) ver proyecciones con el público en donde, a parte de tu criterio sobre una película, recibes otras pistas interesantes: esas toses nerviosas, esa gente que se remueve en sus asientos en un momento determinado, esa risa a destiem-


po, esos suspiros, esas lágrimas, esos abandonos… A mí, como programador, me ayudan mucho a confirmar (o a echar por tierra) el efecto que creo que una película puede producir en el público de mi festival. En fin, que mientras existan los festivales con mercado (donde puedes encontrar joyitas que, por lo que sea, no están en las secciones en competición o paralelas), mientras tengamos medios para visitarlos, y a los festivales vayan gentes interesantes con las que aprender, no sustituiré los festivales por las plataformas. ÀNGEL SALA: Como reflexión final diré que, pese a todo y como sea, prevaleceremos, porque si todo se reduce hasta la casi extinción y un día la coyuntura vuelve a ser favorable, entonces no habrá nada, sólo un erial, y eso si será el fin. No podemos rendirnos: el cine está vivo y la capacidad de los creadores intacta, así como la del público, en el sentido de recibir, debatir y ejercer ese sagrado derecho de la opinión en el marco de una diversidad cultural, artística, en definitiva, las bases del diálogo que algunos parece que quieren dilapidar. Por mi parte, y creo que por la de todos, lo tendrán muy difícil.

Algunos de los cineastas participantes en el pasado Festival de Sevilla: Eloy Enciso (director de ‘Arraianos’), Carlos Esbert (productor de ‘Arraianos’), Elias León Siminiani (director de ‘Mapa’) y Hammudi AlRahmoun Font (director de ‘Otel.lo’). JOSETXO CERDÁN: No voy a decir nada que no se haya dicho ya. Un festival es un acto social (cinéfilo, festivo, formativo) y Internet es una actividad privada. Algo no casa. Desde luego, Internet nos facilita mucho la vida para recibir y ver películas, antes, durante y después de los festivales… pero esto también lo podemos leer al revés: nos la complica, porque siempre estamos en disposición de ver más películas, hay más títulos accesibles, etc, etc, etc.

TODAVÍA NO ESTÁ HECHO EL ENCAJE ENTRE EL MUNDO DE LOS FESTIVALES Y EL DE INTERNET A mí algo me dice que todavía no está hecho el encaje entre el mundo de los festivales y el de Internet, pero llegará un día en que eso suceda: alguien tendrá una brillante idea y todos la copiaremos después (iniciativas


como 4+1 de Mafre podrían apuntar alguna cosa en desarrollos posteriores en esa dirección). El tiempo dirá, pero creo que muchas veces el debate sobre Internet (dentro y fuera de los festivales) está sobredimensionado. JOSÉ LUIS CIENFUEGOS: Internet es una útil herramienta de trabajo y un buen complemento, pero nada más. Siempre he dicho que un festival que lleva el apellido de tal o cual ciudad no puede celebrarse al margen de la misma. Todos creemos en un festival como punto de encuentro, de trabajo, desarrollo de proyectos… Internet es muy útil para los nuevos caminos del audiovisual pero no puede de momento cubrir huecos como el innegable impacto económico en el ámbito local. Colectivos como Zemos 98 o “lacasinegra” trabajan en esa dirección pero

creo que estamos hablando de cosas diferentes. Para terminar, me da la impresión de que hemos dejado por el camino, o pasado un poco por encima, de cuestiones como lo fundamentales que estamos siendo ahora los festivales a la hora de la circulación de cierto tipo de cine, toda vez que se ciernen sombras tenebrosas sobre la libertad y la capacidad de programación de las filmotecas, y los distribuidores independientes se ven cada vez más mediatizados a la hora de adquirir para estreno en salas películas de unas temáticas muy determinadas, dirigidas a un determinado tipo de público. Los festivales seguimos siendo entonces una tabla de salvación y una plataforma de conocimiento esencial.


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Texto Artículo de la revista de crítica cinematográfica A cuarta parede “Festivales de cine: el estado de la cuestión” www.acuartaparede.com/festivais-cinemaconstrucion-publico/?lang=es Fotografías Página web www.acuartaparede.com


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