Razones Para Gestión Cultural marzo 2015

Marzo 2015

#MGC12ed

Razones para Gestión Cultural

“¿Cómo se elige ir al teatro?”

Jaume Colomer

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Editorial

Estimados amigos: Las Artes Escénicas como pilar fundamental dentro del panorama de la Gestión Cultural merecen una atención específica. Una de las bases de su importancia consiste en que es mediante la recreación de la realidad como aportan las claves para comprenderla y transformarla.

En el Master en Gestión Cultural de la UC3M somos muy conscientes de ello y esa es la razón por la que aguardamos con especial inquietud el desarrollo del módulo específico que reservamos al mundo de las tablas y la escena. Como Cicerone para adentrarnos en estas lides contamos con el magisterio de Eduardo Pérez Rasilla, más que ducho en las cuestiones teóricas y prácticas de este ecosistema cultural. Nadie mejor que él para introducir esta entrega de Razones Para dedicada a este sector de la Cultura.

GESTIONAR LA ESCENA, GESTIONAR CULTURA El módulo de artes escénicas y música atiende a una amplia gama de espectáculos, por lo demás, muy diversos entre sí.

Pero todos tienen un denominador común.

El encuentro entre los creadores y los espectadores en un lugar común y un tiempo que comparten. O, lo que es lo mismo, su condición de espectáculo en vivo, que hace del acontecimiento algo perentorio e irrepetible, precario y único a la vez. Esta descripción sirve para un espectáculo de danza contemporánea, para un festival de música rock, para una escenificación de teatro clásico, para una ópera o para una performance. Y se aplica a un evento que

congrega a multitudes o a un programa de una sala alternativa cuyo aforo no supera las cuarenta localidades.

Pero, tras este aire de familia que imprime la presencia compartida de artistas y receptores, la diversidad de las modalidades estéticas explica la conveniencia de abordar el análisis de las diferentes poéticas y de las singularidades de producción, distribución, exhibición y comunicación de las respectivas modalidades escénicas.

Aunque, dicho con propiedad, también el término “escénicas” resulta reductor e insuficiente, porque muchos de los espectáculos (¿eventos?) relacionados con la música, el teatro, la danza y sus cada vez más frecuentes híbridos se realizan y se muestran en espacios cuyo uso no queda restringido a lo espectacular: naves industriales, lugares de tránsito, plazas públicas, jardines y tantos otros espacios comunes se convierten en lugares momentáneos de exhibición.

Así, nos encontramos ante un mundo fascinante configurado por las tentativas que el ser humano ha ideado para comunicarse artísticamente con sus conciudadanos a lo largo no ya de siglos sino de milenios.

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Es imposible conocer ese universo de forma exhaustiva, pero es imprescindible asomarse a él y tratar de deslindar categorías, de abundar en los problemas que plantea, de escudriñar estrategias para el presente y para el futuro que permitan la viabilidad no solo económica sino, sobre todo, cívica de los proyectos estéticos. Es esta una de las tareas a las que tendrá que enfrentarse un gestor, que entenderá su tarea como un compromiso personal y político y que la abordará con esa necesaria y delicada combinación entre el entusiasmo que suscita la belleza de la obra artística y el rigor que proporciona una mirada profesional y distanciada.

Pero además las artes escénicas le proporcionarán al gestor algunas de las herramientas que precisa para su tarea. Porque, justamente, el teatro, la danza o la música son, también, refinados modelos de seducción. Y la gestión cultural tiene mucho que ver con la seducción.

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Hemos seleccionado este artículo de Jaume Colomer, titulado “¿Cómo se elige ir al teatro?”, publicado en el último número de la revista ARTEZ, por tres razones que, a pesar de su evidencia, merecen ser consignadas. La primera de ellas es la pertinencia del trabajo en este módulo del máster en gestión cultural. La segunda es la solvencia de su autor, Jaume Colomer, uno de los más reputados analistas de los mercados de las artes escénicas, colaborador habitual de la revista ARTEZ. Y la tercera, por supuesto, es la propia publicación. ARTEZ es una revista de referencia en cuanto a la información, la crítica y el análisis del fenómeno escénico y mantiene desde hace ya años una línea de coherencia y de rigor informativo.

Eduardo Pérez Rasilla Coordinador Módulo AA.EE. Máster Gestión Cultural

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“¿Cómo se elige ir al teatro?”

El secreto mejor guardado por los espectadores es cómo eligen, y con qué criterios, una obra de teatro. Si los espacios escénicos tuvieran esta información de sus públicos podrían conseguir que sus resultados fueran excelentes.

Jaume Colomer

En el marco de una investigación en curso he tenido la oportunidad de realizar varias reuniones con grupos de espectadores de distintos perfiles para contrastar y complementar los resultados de una encuesta sobre consumo escénico y actitudes ante la oferta de los teatros de la ciudad. El espacio escénico, que es de titularidad pública y tiene un notable recorrido y prestigio, quiere conocer a sus espectadores para tomar decisiones acertadas. Los debates me han permitido tener argumentos de primera mano sobre los criterios que aplican los espectadores en la elección de una obra y qué tipo de experiencia escénica buscan, y esto me ha llevado a una permanente reflexión.

El estudio no está terminado, y supongo que en su momento tendré la ocasión de presentar resultados definitivos, pero avanzo algunas conclusiones y consideraciones con el objetivo de fomentar la reflexión compartida. La información aportada por el estudio me permite hacer tres consideraciones generales de carácter previo:

un argot más teatral, otros con razonamientos más simples, pero la mayoría tienen capacidad crítica. Se equivocan también los que creen que aceptan cualquier propuesta.

-Que les gusta hablar de teatro y que su espacio escénico habitual les pregunte sobre su experiencia teatral y sus preferencias.

Me consta que hay pocos espacios escénicos que dialoguen habitualmente con sus espectadores.

“El espacio escénico, que es de titularidad pública y tiene un notable recorrido y prestigio, quiere conocer a sus espectadores para tomar decisiones acertadas.”

Entrando ya en aspectos más específicos podemos deducir que hay tres perfiles de espectadores en relación al procedimiento de elección de una obra, aunque hay es-Que en el universo de los espectadores hay pectadores que aplican eclécticamente un una gran diversidad de gustos y preferen- combinado de ellos: cias, así como de procedimientos y criterios de elección. Se equivocan los que piensan a. Los espectadores que confían en una sala que los espectadores tienen un comporta- y acuden a ver sus propuestas sin analizar previamente las obras programadas. miento uniforme.

-Que los espectadores saben, en general, lo b. Los que van a ver una función por que quieren. Algunos lo argumentarán con recomendación de terceros, sean fami-

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liares, amigos, compañeros de trabajo o satisfactoria si tiene un grado notable de críticos teatrales. emotividad y es capaz de provocar una reflexión sobre la realidad personal y social. c. Los que eligen una obra con criterios propios a partir de su experiencia. En este La mayoría de espectadores tienen sus salas caso, el grado de experiencia teatral es un favoritas: aquellas que han conseguido gefactor diferencial en relación a los criterios nerar en ellos confianza en sus propuestas utilizados. de valor porque coinciden con sus gustos o preferencias. Las salas favoritas se convierten progresivamente en sus proveedoras habituales porque les garantizan una buena elección. También hay algunos espectadores que no crean vínculos con ninguna sala porque prefieren explorar nuevos estilos, estéticas y formatos, apostando por la diversidad y el riesgo de lo desconocido, paseando de sala en sala para descubrir nuevas experiencias.

Los que eligen las obras a partir de sus propios criterios aplican habitualmente una ombinatoria de factores entre los que se incluyen factores subjetivos de interés o calidad, y factores objetivos como las instalaciones, el precio y otros. Entre los factores subjetivos más citados destacan la obra y el autor, la puesta en escena y el director artístico, los intérpretes, el género escénico, etc. Hay espectadores que consideran que el factor clave es la obra mientras otros consideran que es la interpretación. La mayoría consideran que son factores indisociables, y que su encaje es lo que permite que el espectador “entre” en la obra, que viva cada historia relatada como si fuera una experiencia real, que le trascienda, que durante las horas o días siguientes recuerde frases o momentos, y que le guste comentarla con otros espectadores que la han visto o aconsejar a los demás que vayan a verla. Muchos comentan que una experiencia escénica es

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Según los argumentos descritos, la calidad supuesta es el factor básico de elección de una obra. Al preguntarles qué consideran qué es la calidad van aportando significados notablemente distintos, lo que permite considerar que hay una calidad subjetiva, distinta de la calidad técnica u objetiva, que está vinculada a sus gustos, preferencias y expectativas forjados a partir de su experiencia escénica, positiva o negativa, y que a veces el criterio de calidad que aplican los programadores no coincide con el suyo provocando desencuentros.

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A menudo consideran que la calidad de una programación requiere diversidad de contenidos y estéticas e innovación permanente en sus propuestas.

Uno de los factores más decisivos en la elección de una sala como proveedora habitual es la atención que reciben del equipo de taquilla y de sala, especialmente en lagestión de incidencias como cambio de feHay factores complementarios que no de- cha, retrasos, etc. y los servicios auxiliares terminan pero sí condicionan la elección. que tiene el teatro, especialmente el serviUno de ellos es el precio. Aunque la may- cio de cafetería y restaurante. oría de espectadores esporádicos dicen que si una obra les interesa no dejarán de verla por el precio de las entradas, los espectadores asiduos consideran que el precio es un factor muy importante. Si no les interesa una obra determinada, aunque las entradas sean muy baratas, no irán a verla, pero si una obra les interesa pueden renunciar a verla porque su precio supera lo que consideran justo o su capacidad adquisitiva.

Los asiduos encuentran en los abonos, sobre todo si se ajustan a sus hábitos y magnitudes de consumo, una buena manera de reducir el coste por función.

De los argumentos descritos se puede deducir que la mayoría de espectadores habituales eligen sus obras de forma racional, “Uno de los factores más decisivos valorando los factores expuestos a partir en la elección de una sala como pro- de su experiencia, y que sólo hacen comveedora habitual es la atención que pra compulsiva los espectadores reactivos, reciben del equipo de taquilla y de ocasionales, que buscan en el teatro más un acto social que una experiencia artística.

sala, especialmente en la gestión de incidencias (...)”

Además del factor precio tienen en cuenta otros condicionantes objetivos como la ubicación de la sala, las facilidades para aparcar o el fácil acceso con transporte público, las instalaciones, la comodidad de los asientos, la visibilidad y sonorización, la climatización, etc.

Jaume Colomer ARTEZ-Revista de las Artes Escénicas Marzo-Abril 2015

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Universidad Carlos III de Madrid Campus Puerta de Toledo Ronda de Toledo nº 1, Madrid.

Tel (+34) 91 624 58 41 Fax (+34) 91 624 86 23 mgc@postgrado.uc3m.es

Coordinador contenido Jaime Cubas

Edición y maquetación Gema Arrieta

Texto artículo

Colomer, Jaume. “¿Cómo se elige ir al teatro?”. 2015.

http://www.revistadeteatro.com/artez-revista-de-las-artes-escenicas-n-203.html

Imágenes de portada y artículo http://www.freeimages.com

Fotografía Eduardo Pérez Rasilla Gema Arrieta