TATUAJE TATUAJE
En Piel viva el tatuaje
t r e v i s ta
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Mauricio Coronel Guzmán
A
lma podría ir completamente desnuda por la calle y la gente no lo notaría. Cada centímetro de su piel fue una página en blanco que ahora tapiza todo su cuerpo. Los objetos representados tienen sentido como imágenes, pero Alma ve en ella sensaciones. Adela Salinas, periodista cultural y escritora, encontró una historia que luego deshebró para adentrarse en el universo del grabado en la piel. Ella, que no lleva ningún tatuaje, escribe una novela que nos adentra en los recovecos y motivaciones de quien decide marcarse la piel. Alma, el personaje principal, conversa con un periodista quien estructuralmente es como un interlocutor. Nunca interviene sólo escucha. El periodista participa en la historia de Alma como un testigo mudo, pero no inmutable, el asombro no es exclusivo del lector. Anda, le dice, toca los bordes de mi vulva, ¿ves esos dientecillos alrededor? Son para morder al husmeador que se introduzca. Acá, en esta nalga está la mano de una monja que abusó de mí cuando era niña; era una mano que me nalgueaba pero que luego introdujo sus dedos en mi vagina y del dolor pasé al goce. El requisito es que escuches y me veas completamente desnuda durante toda mi historia, le dice. A partir de esa paráfrasis contextual, conversamos con la autora de Piel viva. Del amor y otros tatuajes para que nos compartiera su experiencia en el
En
es un espejo del alma: Adela Salinas
proceso creativo, nos interesa todo lo que aprendió del universo del tatuaje. A la manera de un espejo, la construcción de la historia me reveló el impacto de las personas que miran con cierto temor a quien lleva un tatuaje, respondió.
Adela Salinas, escritora.
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En ese juego de espejos, en una librería (que también es cafetería) la autora de la novela nos comentó que la primera impresión ante una persona con tatuajes es que se trata de un ser rebelde. Es alguien que rompe las reglas de acuerdo con los prejuicios de la sociedad. Entonces descubrimos que el tatuaje es una forma de hacer frente a las contingencias de la vida, las buenas y las malas. Alma tiene tatuado todo el cuerpo incluso las partes más íntimas, su historia sólo se parece a otras cuando asume de manera personal qué es lo que se va a grabar. Para la protagonista cada tatuaje es una forma de trascender, puede ser a partir de una experiencia dolorosa pero que al paso del tiempo el símbolo cobra otro sentido. Alma expresa que cada marca le ha cambiado la vida, sabe que un tatuaje es para siempre por lo que si fue a partir de una evocación dolorosa pasa a ser un elemento de sobrevivencia, de fortaleza. Ellos mismos (los tatuados) empiezan a encontrar espejos de dolor o de aceptación. ¿Cómo se adquiere un valor agregado? El tatuaje cobra vida a partir de que ya no se puede borrar y alcanza nuevos sentidos cuando un observador furtivo deja a un lado el morbo y pregunta de qué se trata. No necesariamente es la intención, pero a la hora de mostrar un tatuaje, puede haber algo de exhibicionismo, ¿o, no? Depende de la persona. En el caso de la gente que conocí reconozco en ellos una gran capacidad de decisión. Si consideramos que el tatuaje es para toda la vida debe ser algo bello. Se trata de una decisión que no está de cara a la sociedad sino de cara a la propia persona. No hay exhibicionismo cuando se trata de un sentido de trascendencia, de una conexión especial. El tatuaje, dice Adela Salinas, es un espejo del Alma. Quizá lo que más me impresionó fue la actitud ante el dolor, tanto el físico como el espiritual. Sí, desde afuera se puede ver como un exhibicionismo pero el dolor físico que implica, a veces, es culminado por la experiencia de vida que se desea superar.
Piel viva. Del amor y otros tatuajes, es un título que evoca la intensidad del dolor físico y del espiritual, ¿se puede entender como un dolor masoquista? En opinión de la autora, Alma sí confunde el dolor y el placer. De niña sufre brutalmente de pederastia, en ese sentido sí hay un sadomasoquismo que no puede superar. A medida que fue creciendo Alma se endureció; en el dolor fue buscando una capa de placer en lo profundo de su ser y como adulta, el sobrenombre con el que era identificada por su pareja resultó a su gusto. Siempre que le decía Alma era como un insulto, su nuevo nombre es Perversa. “Omar me trataba como una musa. Me decía Perversa, me decía Lilith, me decía Diabla, pero lo hacía con suavidad, con atención. Entre más me conocía, me trataba con mayor delicadeza. Se fue enamorando de mí poco a poco”. ¿Perversa devoró a Alma? Más bien le ayudó a renacer, apunta la autora. Omar es un tatuador que encontró el tapiz perfecto para su obra: “Cada vez eres más bella mi chava. Más iluminada, con mayor sentido de vida. Cuánto has muerto y renacido bajo mi pulso”. En el prólogo del libro Historia universal de la infamia, Jorge Luis Borges asume que no se animó a escribir cuentos sino que se distrajo en falsear y tergiversar historias ajenas. Adela Salinas tomó una historia como hay muchas alrededor del tatuaje pero en su caso la transformó en una sugestiva novela. Para Guillermo Fadanelli en la compleja relación entre realidad y ficción él apuesta por la novela como una forma de conocimiento. En ese sentido, Adela Salinas señala que su escritura, no sólo en esta novela, es un poco “esa búsqueda dentro de la oscuridad de uno mismo”. En el caso de Piel viva. Del amor y otros tatuajes hay una búsqueda a través del tatuaje, concluye que tatuarse no es un juego: “La gente dice que nos enmascaramos. Yo digo que es al contrario”. @MauricioCG2014