Internet of things, o la carrera de la tortuga

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aventurado, al menos para una mente que intenta seguir un criterio racional. Hoy los cambios tecnológicos son tan vertiginosos que ya no resulta un asombro para quien vive inmerso en las transformaciones, novedades y actualizaciones. Con todo echar una mirada al futuro es fascinante pero sin perder piso de lo que nuestro contexto como país nos permite. Basta recordar la decepción de los fanáticos de los dispositivos móviles que adquieren en Estados Unidos el de última generación y luego no funciona a cabalidad debido al rezago en la infraestructura en telecomunicaciones. La pasión que genera la tecnología entre quien puede acceder a ella tiene que aterrizar en una realidad distinta a la del país de origen. Recuento histórico Hace veinte años, en 1994, inició la rebelión zapatista y el tratado comercial de América del Norte; Nirvana ofreció en Alemania su último concierto; Nelson Mandela ganó las elecciones en Sudáfrica; Brasil es campeón de futbol en el Mundial de Estados Unidos; Yasser Arafat, Isaac Rabin y Shimon Peres recibían el Premio Nobel de la Paz y el mundo esperaba que cambiara la historia en Medio Oriente. En diciembre, Ernesto Zedillo devaluó al ciento por ciento el peso frente al dólar. Una canción de Bob Dylan habla de los tiempos que cambian, eso es ineludible, pero como en la fábula de

á l i s i s

disparado la información de los dispositivos portátiles, pero se ha prestado poca atención al software que acompaña a esos aparatos. Bilton considera que debemos estar más atentos de cómo evoluciona el desarrollo del software y refiere que en la nueva era de la informática los efectos en los consumidores serán más profundos. El éxito dependerá de las aplicaciones y cómo éstas proporcionarán información específica que demanda la gente. Al respecto, podemos pensar en una aplicación para solicitar un taxi; otra para solicitar la comida del día de nuestro restaurante favorito; relativo a las noticias, tendremos acceso directo a la información de nuestro interés que se esté generando al instante. En México, ya es posible vigilar la casa o la oficina, con una cámara que a través de internet nos muestre y grabe lo que ocurre. Así pues, Internet of things ya empieza a ser una realidad. Desde el mundo de los negocios será cada vez más visible: los bancos, por ejemplo, ya ofrecen acceso a transacciones desde un celular. En adelante, veremos aplicaciones para cuidados de la salud y por supuesto, la información que proporcionemos será la clave para el éxito de la atención médica, pero también para el negocio de las empresas farmacéuticas. Como nunca en la historia hacer pronósticos acerca del futuro es muy

Mauricio Coronel Guzmán

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l pasado 15 de julio, un conjunto de empresas e instituciones lideradas por Google, Samsung, ARM Holdings, Freescale Semiconductor, Silicon Labs, Big Ass Fans y Yale formaron la agrupación Thread Group. Su intención es crear una uniformidad entre las principales marcas para cuando Internet of things sea una realidad plena. El propósito es hacer un sistema compatible y ágil que permita que todos los dispositivos se puedan conectar entre sí y sean seguros, utilizando, entre ellos, un mismo protocolo. En rumbo de tener mil millones de personas conectadas a internet y 14 trillones de dólares en gasto para la siguiente década, cantidades desproporcionadas que sólo puestas en contexto dicen algo, en The internet of things, Hard and Soft Technology Enables, Federico Mazzoli, Yihan Zhong y Hulian Zhang señalan que la próxima revolución tecnológica será la conexión a internet de todas las cosas que nos rodean. En la edición anterior de revista Zócalo, adelantábamos algunos ejemplos ya visibles en los servicios públicos, la salud y en casa. Ahora veremos cómo llegamos a este punto y qué aspectos revalidan la idea de la nueva revolución tecnológica que en México implicará más tiempo. Para Nick Bilton, analista en tecnología, en los últimos años se ha

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La próxima revolución tecnológica será la conexión a internet de todas las cosas que nos rodean.

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la liebre y la tortuga la distancia es la misma pero no la carrera. Lo mismo nos pasa en México, en el mundo de las innovaciones tecnológicas, tarde pero llegaremos. En aquel entonces se hablaba del internet como la súper autopista de la información que iba a transformar la manera como accedíamos al conocimiento, pero sobre todo la forma en la que lo compartimos. En 1990 no era común poner tu correo electrónico en un currículum; hoy, la mejor agenda de colocación está en internet. Quien nació en agosto de 1994 puede estar terminando su carrera universitaria y hablarle de 20 años de tecnología acaso le suene a prehistoria pero no tanto, estamos en México y los avances no ocurren rápido ni de manera eficiente. ¿Cómo es en la vida cotidiana nuestra adaptación a los cambios tecnológicos? En la edición de Zócalo 173 comentamos el estudio del Pew respecto de las prendas tecnológicas, los wearable devices. Abordamos desde un sesgo lo que se espera para 2025; ¿cómo vamos en esa carrera? A mediados de los 90, la mayoría de las redacciones periodísticas ya trabajaban en red; sin embargo, la consulta y el acceso a internet no estaba disponible o era extremadamente lento. En agosto de 1994 se decía: “internet será como tener una inagotable fuente de información que además nos permitirá, en tiempo real, compartir con cualquiera que tenga acceso a una computadora”. Tendencias actuales Hoy, a la hora de conectarnos hay mil millones de personas en inter-

net y la cifra aumenta exponencialmente. Sin embargo, la promesa de la sociedad de la información está lejos de ser una realidad. Por ejemplo, ahora mismo ¿cuántas personas tienen acceso a una tablet? ¿Cuántas sólo la utilizan como un juego? ¿Cuándo dejará de ser símbolo de un estatus socioeconómico? La respuesta a una cuestión multivectorial demanda entender la cuestión desde diversos ángulos. La tecnología, en una definición clásica, es un artefacto útil cada vez más complejo de uso generalizado. Abrir una cuenta de correos en los 90 era un símbolo de estatus. Luego vino la navegación en internet, dabas click a cualquier tema de tu interés y se desplegaba un número limitado de opciones. Hoy, a nadie le asombra que el “googleo” sea la ruta para buscar algo, y lo mejor, para generar contenido. Ante la previsión del fin de los blogs nos encontramos que todavía están evolucionando. La tendencia es que a los adolescentes que no les gusta ser inspeccionados por sus padres en facebook, están mudando su actividad a blogs cada vez más complejos como Tumblr donde se permite compartir textos, links, fotos, audios, videos y más recientemente las animaciones en movimiento llamadas gif. Toda esa actividad, señala Federico Mazzoli, permitirá que Internet of Things nos abra a una nueva era donde la cantidad de información, Data, será la base de la transformación. No

adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando mi retorno, dice Gardel en un famoso tango. ¿Que veinte años no son nada? Si en 1994 empezaba a extenderse el uso de internet, bien podemos cerrar los ojos, y a la manera de Rousseau en “Las ensoñaciones de un paseante solitario”, vernos en 2024: México ya fue campeón del futbol; en Chiapas, la justicia social es una realidad; la discriminación entre las razas es una materia de los libros de historia; judíos y árabes conviven en armonía; y en México, en nuestro país, la moneda sigue siendo el peso. Desde la definición más simple, la tecnología está en nuestra vida cotidiana para servirnos de ella y adaptarnos mejor al medio. En los 90 a muchos periodistas se les complicaron los cambios, sin embargo, no dejaron de hacer periodismo. Hoy la tecnología está a punto de dar otro salto y el desafío es que no se quede en el bullicio del estatus social sino que nos permita, eso, que la vida sea más fácil. @MauricioCG2012


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