BanBajío: Un banco fuerte, sólido y en crecimiento.
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s una institución de banca múltiple autorizada para prestar los servicios de banca y crédito. Se constituyó el 4 de julio de 1994 en la ciudad de León, Gto., como una iniciativa de empresarios de la región y la Ciudad de México para crear una institución comprometida con la gente de las regiones del centro y norte del país, y de aquellas plazas que tienen una importante sinergia con las mismas. Inició con un capital de 120 millones de pesos y cuando abrió su primera sucursal contaba con 28 empleados. Ha operado con utilidades desde el primer ejercicio y sistemáticamente muestra indicadores financieros que están por encima del promedio del sistema bancario mexicano, hecho particularmente destacable dado que se trata de una institución mayoritariamente mexicana, en contraste con la tendencia observada los últimos años en nuestro país. El exitoso desempeño se debe principalmente a su especialización en el crédito a empresas, permitiendo desarrollar productos y servicios bancarios que responden a las necesidades de sus clientes de
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un grupo de accionistas fundadores. Temasek aportó madurez a la institución haciendo ajustes en comisiones, tarifas y productos crediticios para obtener mayores rendimientos. En mayo de 2016, IFC vende la totalidad de su participación a inversionistas mexicanos. La Corporación –perteneciente al Grupo del Banco Mundial–, cumplido el respectivo ciclo y objetivos de inversión, se desliga de su posición siguiendo los lineamientos de inversiones de la Organización.
manera oportuna, respaldado por políticas prudentes de riesgo de crédito, mercado y liquidez, garantías de ejecución rápida, productividad operativa y un capital humano comprometido con un enfoque en la generación de valor a sus accionistas. Cuatro años más tarde, Banco Sabadell –uno de los bancos más importantes de España– adquiere el 10% de participación accionaria en BanBajío, desarrollando y enriqueciendo en ese entonces las actividades de banca internacional, mediante un intercambio de clientes, contactos y sistemas de operación. En diciembre de 2000 fue inaugurado el edificio corporativo en la ciudad de León, sede de la Dirección General del Banco y las diferentes áreas staff. Dicha construcción tiene por concepto arquitectónico la sencillez y soltura en los trazos, limpieza formal en los volúmenes, uso medido del color y texturas, donde el elemento central de la fachada principal es la escalera escultórica que por la noche se transforma en una gran luminaria. En agosto de 2002, la Institución adquirió la red de 11 sucursales de Banco Industrial, un banco con fuerte presencia en Guadalajara. La designación realizada por el Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB), se hizo considerando la experiencia, estructura y solidez necesarias para administrar estos activos. Las sucursales se caracterizan por estar magníficamente ubicadas y planeadas para comodidad de sus usuarios. Esta adquisición es de gran importancia porque consolida la presencia de BanBajío en Guadalajara, donde ya operaba desde el año 1997.
BanBajío ofrece todos los productos y servicios de la banca múltiple con soluciones bancarias integrales, principalmente para las empresas y personas físicas que las conforman, abarcando toda la gama de financiamiento con un capital humano altamente especializado, con vocación de servicio y atención personalizada en banca empresarial, micro, pequeñas y medianas empresas. Más de 23 años de experiencia lo han consolidado como el tercer banco más grande de México entre los no afiliados a un banco en el extranjero en cuanto a cartera de crédito y captación total, atendiendo nichos estratégicos, como lo son Banca Empresarial y Gobierno, Agronegocios, PyME, Banca Internacional, Fiduciario, Inmobiliario, Factoraje y Arrendamiento. Con más de 800 mil clientes y una presencia multi regional, es el 8vo. banco del sistema, banco líder en productos de crédito dedicados al desarrollo del sector de Pequeña y Mediana Empresa, 5to. en participación de garantías con Nacional Financiera y Banco de Comercio Exterior, 4to. lugar en operaciones de descuento y 2do. lugar en cadenas productivas; además de ser reconocido dos veces con el Premio Nacional Agroalimentario por destacarse en la participación de apoyo a dicho sector, ubicándose como un banco líder en apoyo al campo con redescuentos de Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura en los últimos 15 años.
En agosto de 2006, la Corporación Financiera Internacional filial del Banco Mundial adquiere, mediante suscripción de capital, una participación del 10% de nuestro capital social. En ese mismo año, BanBajío apostó por la expansión de su red de sucursales, abriendo 178 oficinas en el período 2006-2012, casi triplicando las que tenía. En 2007, se inaugura el segundo edificio corporativo, dicho inmueble es un referente en la ciudad por contar con la más avanzada tecnología en comunicaciones, mobiliario, equipo de oficina, elevadores, seguridad y funcionalidad, permitiendo la integración de las áreas corporativas. Este edifico refleja el crecimiento, fortaleza y calidad que caracterizan a BanBajío.
En junio de 2017, BanBajío hace su debut en la Bolsa Mexicana de Valores, este logro viene a fortalecer aún más el camino de éxito que hasta el momento ha tenido esta institución financiera. La demanda en el mercado local de capitales superó cuatro veces la asignación, además de despertar el interés de casi 6 mil inversionistas de acuerdo con BBVA Bancomer, agente colocador de esta Oferta Pública Inicial (OPI).
En el 2012, Banco Sabadell –como parte de su estrategia de capitalización– vendió su participación del 20%. Temasek, el fondo nacional de Singapur, a través del vehículo de inversión Ion Investments, B.V. adquiere 13.3% de la participación accionaria, el 6.7% restante lo adquirieron
La salida a Bolsa fue todo un éxito, con muy buena cobertura en los medios de parte de analistas financieros: el Director de Black Wall Street Capital México, Guillermo Delgado, explicó que la
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salida de BanBajío, “fue muy buena colocación y a un precio razonable. Es una excelente empresa que hay que mantener en el radar; su sólido crecimiento orgánico, aunado a las alzas en las tasas de interés de referencia, beneficiará el crecimiento de sus márgenes operativos”, consideró. La actividad bancaria no solamente tiene como propósito empresarial generar utilidades para sus accionistas, también cumple con importantísimos propósitos de índole social: generar riqueza para la población, trabajo, bienestar para sus miles de empleados, capacitación, oportunidades y financiar éticamente a todos los actores de la economía. BanBajío será juzgado públicamente en el futuro en función de su transparencia, beneficios y rentabilidad. No cabe la menor duda, que la Institución seguirá avanzando por la vía del éxito, está muy bien preparada para enfrentar cualquier reto hacia el futuro. Sus fortalezas están en los valores, principios y compromiso de sus accionistas de control, consejeros, equipo directivo y capital humano, que
será lo que realmente impulse el negocio y crecimiento sostenible, cuidando siempre de sus relaciones con sus clientes y la sociedad a la que BanBajío se ha propuesto servir. Orgullosamente de León, Guanajuato, BanBajío contribuye a generar empleos, apoyar financiamientos en pro del crecimiento del estado, de la región y del país. BanBajío se sigue edificando como una institución financiera sólida gracias a la confianza de sus accionistas, clientes y colaboradores.
UNA HISTORIA DE ÉXITO A continuación se presentan de forma esquemática algunos de los hechos más relevantes a lo largo de las diferentes décadas de BanBajío:
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ESTRUCTURA CORPORATIVA
La siguiente grรกfica presenta la estructura corporativa actual, incluyendo las principales subsidiarias y el porcentaje de participaciรณn que representan.
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EQUIPO DE INVESTIGACIÓN MDA. Arq. Mariano Arreola Calleros Guadalajara, Jal. (1976). Arquitecto por la Universidad De La Salle Bajío (2000); Estancia experimental ‘Análisis de la vivienda, el inmueble y la habitación urbana’ en París, Francia (2003). Maestría en Diseño Arquitectónico UDLSB (2011), con la tesis. Agliberto Llamas Jiménez (1930-1987) ‘La evolución de la modernidad hacia una identidad arquitectónica’. Actualmente, imparte Talleres de Proyectos en la Facultad de Arquitectura y en la Escuela de Diseño en grado y posgrado respectivamente. Así como la realización de proyectos de investigación con los temas: ‘Patrimonio y sociedad: el rescate del imaginario moderno en la construcción de la identidad arquitectónica para la ciudad de León, Gto.’, trabajo que le valió mención honorífica en la V bienal de arquitectura regional ‘Francisco Eduardo Tres Guerras’ (2013), y como adjunto con el Arq. Mariano Ferretti con el tema: ‘De la vivienda mínima al hábitat comunitario’, estructuras morfológicas espaciales para la recuperación del tejido social en la ciudad de León, Gto. En la misma universidad, es miembro fundador de Epicentro Creativo (2011), red de arquitectura y diseño en pro de la apropiación de la Ciudad realizando coloquios con temas de espacio público y con intervenciones plásticas, gráficas y sonoras en inmuebles de la Ciudad, invitado a exponer en la Feria de Arte y Diseño (MACO 2014) con el librero ‘Barrio Arriba’, y como curador e investigador para el Museo de UDLSB (MIM 2016) ‘En Blanco y Negro, la modernidad en León, Gto.’. Fundador de marca arquitectura (2014), sus obras comprenden la reflexión, el desarrollo y la materialización de proyectos en el ámbito privado así como en la gestión pública.
MDUA. Arq. Juan de Dios Álvarez Montes León, Gto. (1978). Arquitecto y maestro en Diseño Urbano Arquitectónico por la Facultad de Arquitectura de La Universidad De La Salle Bajío Posgrado Universidad Politécnica de Valencia obteniendo el título de Especialista Universitario en Urbanismo, Construcción y Valoraciones. Posgrado Universidad Politécnica de Valencia obteniendo el título de Especialista Universitario en Urbanismo, Construcción y Valoraciones. Catedrático de la Facultad de Arquitectura de la Universidad De La Salle Bajío, campus Lomas del Campestre, León, Gto. Investigaciones como investigador titular: La transformación del espacio abierto público e identidad urbana: 8 casos de estudio en la ciudad de León del siglo XIX al siglo XXI (2014-2015) Universidad La Salle Bajío, León, Gto. La transformación de los barrios antiguos de León del siglo XIX al XXI: Exploración morfológica de cinco casos de estudio (2015-2016) Universidad De La Salle Bajío, León, Gto. Participación en los proyectos de investigación del Atlas Urbanístico de León, de la Facultad de Arquitectura de la Universidad De La Salle Bajío, como investigador adjunto con el Dr. Miguel Ángel Bartorila, titular de la investigación, y el Arq. Juan Rafael Martín Gutiérrez, desde el año 2010 hasta el 2017.
Psic. Lilia Edith Martínez Padilla México (1976). Integra su formación como psicoterapeuta psicoanalítica, abogada, mediadora en conflictos familiares y asesora en perspectiva de género, mediante la escritura, la consultoría, la docencia, el diseño de programas académicos y de desarrollo social. Las historias de vida se han convertido en la vía para trabajar en sus diferentes ámbitos: mediante la consulta clínica, la elaboración de biografías, la escritura y la participación en diversos proyectos, confirmando la necesidad humana de contar lo que ocurre, significa o se desea transmitir y no siempre se tienen las palabras, recursos o espacios para lograrlo. Como profesionista, se ha dedicado a la psicoterapia, la docencia, la consultoría y la escritura. Funda Episodio, comunicación creativa, con la intención de trabajar en colectivo, en proyectos que tienen una historia por contar.
Arq. Laura Astrid Villarreal Pimienta Tampico (1991). Arquitecta por la Universidad De La Salle Bajío, actualmente estudia la Maestría en Diseño Arquitectónico. Ejerce como docente en las áreas de teoría y proyectos en las Facultades de Arquitectura y Diseño de la misma institución, impartiendo materias acerca de la manifestación del pensamiento y los modos de vida en los espacios diseñados. Sus intereses se amplían hacia la investigación de las formas de vivir la arquitectura y la ciudad desde el entendimiento de una realidad compleja.
COLABORADORES Alumnos de la Facultad de Arquitectura de la Universidad De La Salle Bajío: Celina Márquez María Fernanda Villalpando Éricka Gómez Alejandro Rionda Abraham Zepeda Eduardo López
GRUPO EDITORIAL MAXWELL, S.A. DE C.V. Blvd. Campestre 2150, Col. Lomas del Campestre Piso 2 - Of . 12 León, Gto. Tel.: 01 (477) 2143913. COORDINACIÓN DEL PROYECTO Zulema Judith Araujo González Betsy Leticia Serrano Aldaco DISEÑO DEL PROYECTO Sofía Malacara Muciño Adrián Darío Vera Calderón FOTOGRAFÍA Diego Torres J. Emmanuelle Elías CORRECCIÓN DE ESTILO Elia Noemí Escalante Pérez IMPRESIÓN Coloristas y Asociados, S.A. de C.V. Calzada de los Héroes 315,Col . Centro. León, Gto. Tel.: 01 (477) 7166961.
Índice
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Prólogo Colegio de Arquitectos, Luis Felipe Carpizo Ituarte.
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Introducción:
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• León a principios del siglo XX.
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• La transformación de León a partir de su arquitectura moderna. - Las nuevas tendencias modernas en México. - Los procesos de transformación para las nuevas dinámicas urbanas. - Los nuevos ejes o crecimientos de la mancha urbana.
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Introducción Lilia Martínez.
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• Lic. Carlos Arturo Navarro Valtierra. Cronista vitalicio de la Ciudad y director del AHML (Archivo Histórico Municipal de León).
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• Arq. Carlos Flores Montufar. Integrante fundador de la Universidad Iberoamericana León.
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• Arq. Graciela Amaro Hernández.Directora del IMPLAN (Instituto Municipal de Planeación de León).
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• Arq. María Eugenia Pineda Velázquez. Socia Fundadora de AURA arquitectos urbanistas asociados, Directora de Desarrollo Urbano de León (1986-1991).
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• Dr. Salvador Zermeño Méndez. Director del Centro de Investigación y catedrático de la Universidad de León; León, Gto.
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• Luis Enrique Ibarrola Cortés.
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• Arq. Amador Rodríguez Ramírez. Director de IMUVI (Instituto Municipal de Vivienda de León).
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• Teresita del Carmen Gallardo Arrollo. Directora General de Desarrollo Urbano de León
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• La inserción del arquitecto en la ciudad de León. - Urgente un estudio demográfico y habitacional. - El problema educativo de la Ciudad. - El contexto de León en los últimos 50 años. - La profesionalización y su activismo político. - Gestión de la ayuda estatal para el teatro Doblado. - Comodidad y modernismo en la futura estación de los FFCC. - Concurso de proyecto de la Planta Pasteurizadora de León, S. A. - El arquitecto en la planeación de obras de servicio social. - Primera junta regional. - Nuevos planes de estudio en las escuelas de Arquitectura - Protección a los intereses del arquitecto. - Ninguna autorización más para abrir fraccionamientos. - Integración del Colegio de Arquitectos. - La Asociación de Arquitectos e Ingenieros fortalecerá su estructura. - León tendrá su plano regulador. - Especulan con la tierra y se afecta a la Ciudad. - Proyecto de la ley de Desarrollo Urbano. - La Gran Avenida vs el plan rector. - Tomará posesión la nueva directiva de los arquitectos. - Modificaciones al plan directivo urbano. - Esfuerzos de las últimas décadas.
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Expresidentes:
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• Salvador Jiménez Moreno (1971-1972).
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• Enrique Aranda Flores (1973-1974).
136
• Rodolfo Torres Martínez (1975-1976).
140
• Alejandro Orozco Huerta (1983-1984).
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• Ricardo Acosta Pérez (1995-1996).
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• Ernesto Lozano Loza (2003-2004).
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Introducción Astrid Pimienta: - Crecimiento de la mancha urbana. - La categorización y análisis de obras según su temporalidad y su uso. - Levantamiento y mapeo de obras relevantes en la Ciudad.
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Conclusiones Bibliografía
Prólogo
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i no conocemos la Historia, difícil será entender el presente y visualizar el futuro. Este proyecto nació con ese sentido, de buscar cómo a través de la arquitectura, la ciudad de León, Gto., ha ido presentando diferentes caras. Por lo que nos dimos a la tarea de plasmar en este libro, las edificaciones con mayor cambio en la fisionomía de nuestra Ciudad y entender cómo fueron modificando el contexto, ya sea para bien o para deformarlo. El Colegio de Arquitectos de León ha sido testigo activo de la transformación de nuestra Ciudad, llevando la modernidad a través de sus construcciones y edificaciones que han marcado las diferentes épocas. Por lo que decidimos formar un equipo con gente experta en el ramo para realizar este proyecto. Empezando por una investigación seria para poder lograr un documento Histórico de gran relevancia para todos los habitantes de León, Gto. Cada ciudad tiene su personalidad, estilo e imagen, siempre en constante movimiento se van transformando. No hablamos sólo de su gente y de sus tradiciones, sino de su infraestructura, lo que hace diferentes a otras: plazas, edificios, monumentos, avenidas. Y es lo que reconocemos cuando llegamos a un lugar nuevo. Y es que en ese sentido, los arquitectos son quienes orquestan la transformación de nuestras ciudades, quienes marcan la pauta y la tendencia de una época; involucrados en la modificación y desarrollo de un sitio. En 1963, León estaba en una coyuntura particular. Comenzaba a transformarse en una ciudad. Ese mismo año se creó la Asociación de Arquitectos e Ingenieros de León, integrada por 17 miembros, quienes presentaron el plan regulador de la política básica para el desarrollo de la ciudad de León. Posteriormente, ellos serían los fundadores tanto del Colegio de Arquitectos como del Colegio de Ingenieros. La modernización había comenzado. El 22 de febrero de 1963 se constituyó oficialmente el Colegio de Arquitectos de León.
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Fotografía: Diego Torres
Este libro celebra sus primeros 50 años, tratando de hacer una reflexión de ciudad. Analizando cómo se ha ido transformando la Ciudad a través de la arquitectura. Será un documento Histórico de consulta para cualquier ciudadano que desee conocer el desarrollo de León. La Cuidad es orgánica, tiene vida, no es estática, por lo que esta obra nos ayudará a reflexionar en lo que estamos haciendo bien y corregir lo que no, para poder tener un futuro mejor. Una ciudad exitosa, es aquélla en la que sus habitantes conocen su Historia. Espero que este libro tenga la posibilidad de transformar a cada uno de nosotros en mejores ciudadanos. Luis Felipe Carpizo Ituarte Presidente del Colegio de Arquitectos de León Consejo Directivo XXIV.
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Introducción
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l presente trabajo es el resultado de una investigación y análisis de la ciudad de León desde el comienzo del siglo XX hasta la actualidad, el cual hace evidente la transformación de su imagen a partir de su arquitectura y su espacio público, mostrado en diferentes contextos y categorizados principalmente en sus últimas 5 décadas.
La ciudad de León a principios del siglo XX experimentó una etapa donde el cambio y el progreso urbano se dieron de manera lenta y poco dinámica, fue hasta mediados de este siglo, donde comenzara a aplicarse un proceso evolutivo provocado por el aumento de su población y el surgimiento de nuevas necesidades que propiciaron principalmente el aparecimiento de nuevas actividades habitacionales, comerciales e industriales, las cuales contribuyeron finalmente a la construcción de un nuevo perfil urbano con carácter moderno. Las nuevas tendencias modernas llegadas a México a principios del mismo siglo XX, influenciaron la renovación a la imagen de León, su gran apogeo se dio en la década de los sesenta, donde la fragmentación morfológica de la Ciudad provocada por las nacientes vialidades, marcara un cambio sustancial, dando paso el surgimiento de una nueva arquitectura que aportará una nueva imagen de ciudad. Una nueva generación de arquitectos de conocimientos frescos y vanguardistas, propiciaron una transformación vigorizada, brindando nuevas aportaciones arquitectónicas y urbanísticas para sus habitantes. Los modernos desarrollos habitacionales surgidos a mediados del siglo XX, modificarán la tradicional fisonomía de la ciudad de León, más espacio, más área verde y más edificación, que a partir de estas características propondrían nuevas colonias para la construcción de viviendas principalmente residenciales. Los jóvenes arquitectos de esta época pondrán en práctica sus conocimientos, creando un nuevo lenguaje arquitectónico, el cual a su vez se construiría paralelamente sorteando rezagos en la infraestructura de la Ciudad y con carencias en reglamentos que ahora mismo nos siguen cobrando factura.
Seria hasta finales de la década de los años sesenta cuando la Ley Reglamentaria del Artículo 4° de la Constitución Política del Estado de Guanajuato, demanda la creación de cuerpos colegiados de profesionistas, donde el profesional debe consolidarse. A partir de esta nueva reforma normativa, en el gremio de arquitectos en León, surge la inquietud de constituir una Asociación Civil de Arquitectos, denominado posteriormente el Colegio de Arquitectos de León, A.C., fundado el día jueves 22 de febrero de 1968, cuyo principal objetivo será el de crear y fortalecer la unidad gremial de todos los arquitectos en la Ciudad y, de esa forma, ser partícipes de forma profesional y colegiada en decisiones para su Ciudad. Las entrevistas en dos bloques a distintos personajes del medio: Académico, Directores de dependencias del medio urbanístico y en conjunto con algunos expresidentes del Colegio de Arquitectos de León, serán piezas claves para la consolidación de la memoria colectiva en los procesos de transformación de León en diferentes décadas. Cada invitado abonará a este trabajo un enfoque o perspectiva diferente de ciudad, generando una reflexión que será transmitida de generación en generación. Por otro lado, el registro del crecimiento urbano de León a través del mapeo en las últimas 5 décadas, generará una comparativa de la extensión del espacio urbano sobre su propio territorio. Esta parte del contenido ayudará a comprender la difícil situación del crecimiento desordenado en un tiempo relativamente corto, contribuyendo esto para que sus propios habitantes generen su reflexión de ciudad. Aunado dicho crecimiento, se enumera y categoriza una selección de 50 obras relevantes en León, la cual fue determinada con la ayuda y participación de todos los expresidentes del Colegio de Arquitectos de León. Esta dinámica dignificará un Patrimonio construido así como una imagen urbana, la cual se ha materializado en 50 años. Para la selección de dicha arquitectura relevante, cabe resaltar que influyeron varios aspectos que constituyen en su unidad al objeto arquitectónico; estos elementos se encuentran a partir de características, como la técnica de su construcción, la diversificación de expresiones estéticas, la compatibilidad con el entorno y la trascendencia en el tiempo, la cual conlleva a generar identidad, arraigo y conservación del Patrimonio de nuestra Ciudad.
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Leรณn a principios del siglo XX.
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n los inicios del siglo XX León mantiene aún las características de un medio rural, donde existen pocas calles con empedrado y la mayoría son de terracerías, es el período de la ciudad incipiente; la configuración de su imagen presenta un proceso lento de transformación reflejado en su infraestructura, cultura, equipamiento urbano e industrialización, éste último se hace presente en talleres, sobre todo, en calzado y textiles. Imágenes 1 y 2. En el Centro de la ciudad de León predominaron las edificaciones de estilo arquitectónico colonial, principalmente el neoclásico; éste último estilo fue el más decorado en sus construcciones a diferencia del colonial, reapareciendo los antiguos órdenes, principalmente romanos. El neoclásico llega a México con la fundación de la Academia de San Carlos y tiene dos épocas: la primera antes de la Guerra de Independencia y hasta el cierre de la Academia de San Carlos en 1821, y la segunda después del año de 1821, en el México independiente. Los edificios de este estilo en León fueron tanto de uso público como de uso privado; cabe destacar que este entorno de la Ciudad con predominio arquitectónico clasicista, hizo destacada su imagen antes y después de la inundación del 18 y madrugada del 19 de junio de 1888. “El siglo XIX principalmente, sobre todo en el Centro de la Ciudad, se cubrió de arte neoclásico. Neoclásicos fueron los edificios importantes como el Palacio Municipal…”. (C. Navarro, comunicación personal, octubre de 2017). Imagen 3. Cabe mencionar, que a finales del siglo XIX en León la actividad industrial más importante de su época era la textil, más que la curtiduría, la cual generó un progreso evidente a la Ciudad, ya que fue destacándose más que otras ciudades importantes de todo México, incluyendo Guadalajara. Esta actividad industrial se concentró principalmente al sur de la ciudad; sin embargo, con la inundación de 1888, León se paralizó y tuvo un rezago y decadencia de su propio dinamismo como ciudad. A partir de este suceso que cicatrizó su imagen física, y a la memoria de sus habitantes, se decide construir nueva infraestructura que evitará nuevamente este desafortunado siniestro. Imágenes 4 y 5.
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La ciudad de León a principios del siglo XX, ha tenido diferentes fases de transformación a partir de sus diferentes décadas y cada una se genera a partir de los aspectos físicos y socioculturales que han constituido la configuración de su imagen y funcionalidad, tal y como la conocemos ahora. …(La ciudad de León) Es un hojaldre, donde hay una gran cantidad de capas: está la ciudad moral, la ciudad de las iglesias, muchas iglesias, es preferible –la iglesia– para una colonia antes de pavimentar sus calles y meter infraestructura; y de nuevo, por añadidura viene el espacio público. Esto es la ciudad moral, en base a esto está la ciudad del
Calle Catedral (1888) o Progreso (1920), actualmente calle Álvaro Obregón, a principios del siglo XX. Fuente: fotografías adquiridas en el Taller Fotográfico De Ruiz.
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trabajo, la cultura forja el trabajo, cómo León se levanta constantemente de las cenizas, las inundaciones, la falta de agua; éste genera en la otra configuración de la ciudad, la ciudad del trabajo, los leoneses son muy aguerridos, están constantemente construyendo la ciudad… (S. Zermeño, comunicación personal, octubre de 2017). León, desde su fundación hasta a finales del siglo XIX, ha sufrido un crecimiento físico y poblacional, lo cual generó desplazamientos sociales internos y externos, donde sus habitantes han sabido compartir el mismo lugar en el que expresan y comunican experiencias comunes que dan un reconocimiento físico-social, fundando la propia identidad de la Ciudad.
Palacio Municipal de León a principios del siglo XX. Fuente: fotografía adquirida en el Taller. Fotográfico De Ruiz.
“La identidad de los leoneses es cambiante y dinámica, jamás vamos a encontrar la misma identidad, habrá expresiones de identidad, pero de distinta manifestación, aunque sean aspectos que se repitan, pero se expresan de distinta manera…”. (C. Navarro, comunicación personal, octubre de 2017).
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Las actividades industriales, comerciales y culturales-recreativas le propiciaron a León a finales del siglo XIX un sobresaliente adelanto como ciudad, los cuales repercutieron en la regulación de todas ellas en el siglo XX, para un mejor desempeño para sus propios habitantes. Becerra Manrique, Juana Edith (2011) refiere lo siguiente: ‘Ahora bien, el progreso no sólo se manifestó en las obras públicas, sino que fue necesario un cambio de conducta en la sociedad acorde con las ideas porfiristas. En el caso de León –en 1897–, se dispuso que iniciara funciones la Inspección de Bebidas y Comestibles. Para 1902, el gobierno local expidió el Decreto de Cantinas, cuyo objetivo era reglamentar y controlar la venta de bebidas alcohólicas; además, en 1903 se otorgaron permisos a cantineros y se prohibió que las esposas e hijos trabajaran en el interior de las cantinas y, mucho menos, que ayudaran en la venta de licores.
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En lo que respecta el ámbito económico, son tres las actividades que se han desarrollado con mayor impacto en la ciudad de León y marcaron cierta especialización de los barrios. Una de ellas fue la curtiduría que se estableció principalmente en el Barrio Arriba, la industria textil en San Miguel y la producción del calzado y herrería que tuvo mayor impacto en el Barrio del Coecillo; asimismo, el Barrio de Santiago en la cuestión económica, el comercio, sobre todo de pieles, que fue la actividad que más desarrolló. En aquel entonces, el funcionario público, el Sr. Felipe C. Treviño, ordenó que se expropiara el inmueble que ocupaba el Instituto Sollano de los hermanos Maristas, ubicado junto al templo de San Nicolás de Tolentino en el Barrio Arriba de León, para que allí se estableciera el Hospital Regional Civil Benito Juárez, que abrió sus puertas el
Puente Barón y río de León (actualmente río de Los Gómez) a principios del siglo XX. Fuente: fotografía adquirida en el Taller Fotográfico De Ruiz.
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18 de enero de 1916. En este hospital se construyó el primer quirófano de la zona El Bajío. En los siguientes años el hospital contó con el primer equipo de Rayos X, las técnicas de su momento de esterilización, la transfusión brazo a brazo, así como la llegada de antibióticos como la penicilina. Este hospital fue uno de los más avanzados en materia científica y tecnológica de la región, que permitió atender a los heridos por la Guerra Cristera y a los afectados por las inundaciones que azotaron a León a mediados y a finales de la década de los veinte. (Godoy, 2016). La inundación del año de 1926 propició el surgimiento de nuevos asentamientos situados en las partes más altas de León, como fue el caso de las colonias Bellavista y Obrera fundadas en la década de los treinta. “Después de la inundación en 1926 viene una reestructura de la Ciudad, donde prácticamente había que buscar las partes más altas, ya no podías quedarte al nivel del valle, sino irse a las lomas cercanas, y de ahí surge la colonia Bellavista…”. (T. Gallardo, comunicación personal, octubre de 2017). En el año de 1929 se incendia el mercado ‘Hidalgo’, mejor conocido por sus habitantes como ‘El Parián’. Éste fue inaugurado aún inconcluso en su construcción, el día 15 de septiembre de 1866 para conmemorar el LVI aniversario de la Independencia de México. Edificada en lo que hoy es la Plaza Fundadores situada a un costado de la parroquia de San Sebastián o ‘El Sagrario’. Antes de la construcción de este representativo edificio existía un espacio público abierto, que en el período de la intervención francesa llevó el nombre de Plaza de la Emperatriz Carlota. En este espacio se realizaban diversas actividades comerciales, el tianguis retomaba el lugar, y con el paso del tiempo, las necesidades comerciales se hacían cada vez más intensas, por lo cual se decide construir el mercado. Posteriormente a su incendio, el mercado es demolido y retirado en su totalidad, dejando nuevamente aquel espacio abierto que permite mirar y apreciar una distinta imagen de su entorno. Imágenes 6 y 7.
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Después del incendio resurgió el antiguo tianguis, origen del extinto Mercado Hidalgo, y algunos locatarios se establecieron frente al Templo de la Tercera Orden, en tanto que otros se trasladaron al Mercado de La Soledad. (Navarro, 2011). En 1932, a iniciativa del obispo don Emeterio Valverde y Téllez, se construye una plaza pública nombrada como Plaza o Jardín de la Industria, en la que se erige una fuente en su centro y en sus extremos colocaron frondosas palmeras reales y zonas verdes. En este espacio durante muchos años se instalaron juegos mecánicos y puestos para la feria conmemorativa de la fundación de León. Imagen 8.
Palacio Municipal de León a principios del siglo XX. Fuente: fotografía adquirida en el Taller Fotográfico De Ruiz.
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8 Plaza o Jardín de la Industria, en la década de los treinta. Fuente: fotografía adquirida en el Taller Fotográfico De Ruiz.
9 Imagen 9. Plaza de Los Fundadores en la década los sesenta. Fuente: fotografía adquirida en el Taller Fotográfico De Ruiz.
En julio de 1961 se demolieron la Fuente y el Jardín de la Industria por orden del entonces presidente municipal, y en su lugar sería levantada la ‘Plazoleta de Los Fundadores’. El 27 de diciembre de 1961 y a iniciativa de don Vicente González del Castillo, a la plaza remodelada se le dio, por disposición del H. Ayuntamiento, el nombre de ‘Plaza de los Fundadores’ en favor de los primeros vecinos de León. Fue inaugurada con un acto especial por el gobernador del Estado, el Lic. D. Juan José Torres Landa; según las fuentes de información de la Biblioteca de Historia y Ciencias Auxiliares del Archivo Histórico Municipal de León. Imagen 9. El Barrio de Santiago colinda con el río de Los Gómez, actualmente vialidad Malecón del Río de Los Gómez, al noreste del Centro Histórico de León. Dentro de él se sitúan sus principales edificios, como son la parroquia de Santiago Apóstol y el Mercado República.
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Dentro del Barrio de Santiago existía un sitio nombrado por sus propios habitantes ‘La Llamarada’, que fue una zona roja ubicada actualmente en las calles Hermanos Aldama y Amado Nervo (antes Honda y Gigantes). Alrededor de la década de los años 30 había en este lugar las casas de prostitución, cabarets, cantinas, casas de juegos de azar clandestinas y salones de billar. La esquina de `La Llamarada´ cobraba vida por las noches, convirtiéndose en un portal de entrada a la zona donde era permisible cualquier tipo de conducta. En la zona había cuatro cantinas: ‘La Llamarada’, por la cual posiblemente la gente le dio fama al lugar; ‘El Tampico’, ‘La Castellana’ y ‘El Ciprés’. Los cabarets de la zona eran: ‘Los Infiernos’, ‘El Mocho’, ‘Casa Rosales’, ‘La Casa Azul’, ‘La Casa Roja’, ‘La Casa Amarilla’ y ‘El 17’. Los salones de baile eran los siguientes: ‘El Morro’, ‘El Saboy’, ‘Hijos de Plata’ y ‘El Túnel’. El billar de la zona se llamaba ‘El Tecolote’. El origen del nombre de ‘La llamarada’ deriva de una leyenda de la cual, actualmente no se tiene clara referencia. (Becerra, 2011).
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Cervecería ‘La Llamarada’ en la actualidad. Fuente: fotografías Google Earth, Street View; fecha de la toma, septiembre de 2016.
En la actualidad, en la esquina de las calles Hermanos Aldama y Armando Nervo, se volvió a abrir una cantina, pero ahora renombrada como cervecería ‘La Llamarada’ ubicada en el No. 542 de la calle Hermanos Aldama; a principios del siglo XX fue una cantina conocida con el mismo nombre. Imágenes 10 Y 11. El Mercado República fue uno de los principales equipamientos de abasto en la década de los treinta, del propio Barrio y de la Ciudad. Su construcción se derivó por las intensas actividades comerciales, principalmente la venta de materias primas para la industria del calzado y lo textil, el cual surtía a los Barrios del Coecillo –principalmente- y el de San Miguel. El sitio, que en algún momento fuera la Plaza Principal de la Parroquia, presentó diversas transformaciones. A finales del siglo XIX la Parroquia de Santiago contaba al frente con un espacio público abierto en el que existían diversas actividades comerciales, originalmente se situaba un tianguis; con el paso del tiempo este espacio sufrió varios procesos de modificaciones en su entorno. Se percibe que el tianguis empezó a formalizarse como un mercadeo con características aún precarias, y que para los años treinta se decide cambiar todo este espacio abierto por un edificio moderno de mercado hecho para cumplir las propias necesidades del lugar. Fue una de las zonas más populares y conocidas por los jóvenes, en la calle actualmente llamada Artes se encontraba instalada la Arena Isabel, donde se organizaban torneos de lucha libre y box. Imagen 12.
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De acuerdo con la Información proporcionada por la Biblioteca de Historia y Ciencias Auxiliares del Archivo Histórico Municipal de León, la construcción del Mercado República inició su construcción en 1932 (otras fuentes mencionan que se construyó en 1934) dentro del Barrio
Fotografía a finales del siglo XIX, puente Barón y Plaza de la Parroquia de Santiago Apóstol. Fuente: fotografía adquirida en el Taller Fotográfico De Ruiz.
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de Santiago, el proyecto estaba conformado por un pabellón y cuatro crujías, que costó $43,484.00. En el año de 1959 una veladora ocasiona que el mercado se incendiara. Imagen 13. En 1940 la ciudad de León contaba con una población de 103,305 habitantes, a partir de esta década comenzó la dinámica de urbanización que desató la transformación de la imagen de la Ciudad. (García, 2010, p. 45). En 1945 abre sus puertas el estadio Enrique Fernández Martínez, al cual se le puso este nombre en honor al gobernador de Guanajuato en el período de 1939-1943, quien apoyó dignamente al club deportivo Unión de Curtidores, situado en la calle Morelos (actualmente Blvd. Adolfo López Mateos). También llega a León la fábrica cementera ‘Cementos Portland del Bajío, S.A.’, situada al sureste junto a las vías del ferrocarril, cuya industria le dio mayor estabilidad a la Ciudad. También en la década de los cuarenta se construye el estadio de béisbol ‘Estadio Patria’ al sureste de la Ciudad (cerca de lo que hoy es la Av. Calzada de los Héroes), y a mediados de la década de los 70 se demuele dando a la entrada a un nuevo fraccionamiento habitacional llamado Francisco Lozornio. Para finales de esa década se construye el estadio San Sebastián (club Deportivo León-Unión de Curtidores), posteriormente llamado estadio ‘La Martinica’. En junio de 2017 comenzaron los trabajos de demolición.
Fotografía de la década de los treinta, puente Barón y Mercado República. Fuente: fotografía adquirida en el Taller Fotográfico De Ruiz.
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Su infraestructura era notoria, contaba ahora con mayor número de calles pavimentadas y alumbrado público. En el año de 1946 se introducen las redes de agua potable y drenajes; para el año de 1947, León tenía una población de 130,000 habitantes aproximadamente, como se aprecia en el plano de la ciudad de León, Gto., del mismo año, realizado por el Ing. Rómulo Rodríguez, y en 1948 son pavimentadas a base de concreto hidráulico la mayoría de las calles de lo que ahora es el Centro Histórico. Surgen entonces, como consecuencia directa de esa evolución, nuevas colonias que van modificando los límites de la Ciudad.
Escuela de Medicina, Universidad de Guanajuato. Fuente: recuperado de http://www.ugto.mx/lineadeltiempo/assets/img/shots/medicina.jpg (9 de diciembre de 2017).
A finales de la década de los cuarenta, tras cinco años de negociaciones y acuerdos entre los gobiernos estatal y federal, el 10 de marzo de 1949, el presidente de la República, Miguel Alemán Valdés, colocó la primera piedra de lo que en ese entonces sería el hospital más grande e importante de Guanajuato. Su construcción inició en 1951 en su parte posterior del Hospital Civil Benito Juárez, por la calle 20 de Enero a un lado de la Escuela de Medicina, pero fue en el primer bimestre de 1956 cuando finalmente comenzó a operar (Godoy, 2016). Imágenes 14 y 15.
Imagen 15. Hospital Regional en sus inicios de operatividad. Fuente: recuperado de https://periodicocorreo.com.mx/hospital-general-de-leon-una-vida-alservicio-de-guanajuato/ (9 de diciembre de 2017).
A mediados del siglo XX, en la ciudad de León se tomaban medidas encargadas para mitigar los efectos de la expansión urbana. En el año de 1952, la Carretera Fe-
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Colonia Arbide en la década de los cincuenta. Fuente: fotografía adquirida en el Taller Fotográfico De Ruiz.
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determinar que el incremento de la población fue notable para un lapso de diez años. “La ciudad de León había iniciado esta primera intervención en su materialidad Histórica con un proceso de transformación urbana, que se representaba por las obras de urbanización y por la incorporación de nuevos asentamientos periféricos, con colonias que invariablemente se establecían careciendo de todos los servicios, por lo que generaba una diferenciación entre las partes urbanizadas y aquéllas que carecían de servicios”. (García, 2010, p. 94). A principios de los cincuentas se fue incrementando su industria local, así como también su infraestructura, como es el caso de la expansión y mejoras de su red de agua potable y drenaje, además del aumento de vialidades pavimentadas propiciando la fundación de más y nuevas colonias habitacionales, como es el caso de la Arbide y San Antonio; esta extensión de servicios fue uno de los aspectos que propiciaron el aumento considerable de su población. Con la finalidad de que la ciudad ya no volviera a tener problemas de inundaciones a futuro, entre los años 1953 y 1954, la extinta Secretaría de Recursos Hidráulicos, construyó la presa ‘El Palote’, la cual inició sus operaciones en el año de 1955. Para esta época la ciudad de León sigue ocupando el quinto lugar entre las ciudades más pobladas de México, en primer lugar estaba el Distrito Federal (ahora Ciudad de México), le siguen, Guadalajara, Monterrey y Puebla. Imagen 16.
deral No. 45 presentaba abundante tránsito regional, y lo que se planeaba era en desviar principalmente a los vehículos pesados para evitar el tránsito lento por el Centro de la ciudad, habilitando: El bordo del río de Los Gómez, desde el puente de la entrada de la carretera a Silao (actual puente de la Calzada) hasta el puente del Coecillo (el puente Barón). El tránsito será por ahí (sic), para seguir por la calle de Tres Guerras, Melchor Ocampo, Camelia, el Parque Hidalgo, calle Acámbaro y carretera a Lagos. (Sol de León, 21 de febrero). (García, 2010, p. 89). Según la Cámara Nacional de Comercio de León, en su Directorio General de la ciudad de León (1951-1952 Archivo Histórico Municipal de León), menciona que la República Mexicana contaba con 23,000 millones de habitantes. Para el censo de 1950 se contó un aproximado de 222,000 habitantes, de los cuales 30,000 le corresponden a los habitantes situados en el sector rural y el resto al sector urbano, con estos datos se puede
“En 1950 entra la modernidad (a la Ciudad de México) pero no llega a León, en este período muchos profesionistas leoneses se forman apenas en la Ciudad de México. La ciudad de León se configura como incipiente en su infraestructura, cultura y equipamiento urbano. Entre 1930 y 1950, la Ciudad era transitable, era caminable, no tenía los procesos de pavimenta-
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ción, no tenía la infraestructura adecuada, pero en 1950 tenemos un rezago muy muy grande, y esto es lo que va, de alguna manera, a detonar algunos procesos”. (S. Zermeño, comunicación personal, octubre de 2017). Para esa década de los años cincuenta, en León se tenía un registro según datos proporcionados por las dependencias públicas de 2,068 automóviles y camionetas, de esa cantidad 160 son de servicio público y circulaban 306 camiones particulares. Además, en ese período se contó con un registro de 1,034 bicicletas, el aumento se dio primordialmente por la extensión de vialidades pavimentadas y por el incremento de la industria local; los habitantes del sector obrero son los que más utilizan este tipo de transporte accesible y económico. El gobierno municipal de León en los años cincuenta estaba constituido por un cuerpo edilicio, representativo y democrático, conformado por un presidente, dos síndicos y doce regidores electos por votación directa, con una duración de dos años por período. La ciudad de León en esta época presenta un importante desarrollo económico local, generado principalmente por los negocios activos y la densidad de su población, este progreso es lo que ha permitido que se incrementen los servicios públicos y, primordialmente, su presupuesto municipal; para el año de 1951 el presupuesto era de $1’972,020. Para finales de la década de los cincuenta, León ya tiene dos centros deportivos: el Club ‘Atenas’ y el de ‘Juventudes Leonesas Cordimarianas’. Para esta época, se ha intensificado relevantemente la afición del deporte y el juego del fútbol, existen dos equipos profesionales locales que han despertado el interés y furor del público aficionado desde el nivel municipal hasta el nacional, el equipo León y el San Sebastián. El primero es de gran importancia, ha logrado fama nacional e internacional, logró haber ganado dos veces el título del campeonato Nacional de la Primera División. Para este mismo período la afición a las corridas de toros –que en otros años fueron sobresalientes en León– ha disminuido considerablemente, surgieron grandes matadores de fama nacional como lo fue Rodolfo Gaona. Se tiene considerado para esa época inaugurar una moderna plaza de toros. León cuenta con nuevos colegios dotándose de equipamientos de educación para la localidad y la región como es el caso del Instituto Lux, el Instituto Leonés, el Instituto Antonia Mayllen y los Colegios La Salle Andrade y Panorama. Para esta misma década de los cincuenta se encuentra la tienda departamental Fábricas de Francia ubicada en el edificio Plaza -en el Portal Bravo- frente a la Plaza Principal. Existen 25 fábricas de calzado y aproximadamente 1,500 talleres, en los cuales trabajan 22,000 obreros (número también aproximado). Con un promedio de salario entre 10.00 y 12.00 pesos para este sector de trabajadores, derramando $1’200,000.00 aproximados cada semana. La producción diaria de calzado es de 30,000 pares, el mayor volumen se distribuye en el interior del país surtiendo aproximadamente a ocho millones de personas de los veintitrés mil millones de habitantes que tiene la República Mexicana, y una parte mínima se
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exporta, por las restricciones impuestas para este tipo de actividad, según la Cámara Nacional de Comercio de León en su Directorio General de la ciudad 1951-1952. (Archivo Histórico Municipal de León). Imágenes 17 Y 18. En esta misma década se fundan más colonias como La Michoacana situada al noreste del Centro de la ciudad; Flores Magón al suroeste, Jardines del Moral, La Margarita y Futurama Monterrey al norte; Andrade, León Moderno, La Martinica (primera etapa) y Jardines de Jerez, San Nicolás (primera etapa) al sureste; Vista Hermosa (San Juan Bosco), España, Piletas y Los Paraísos al noroeste; Guadalupe y América ubicados al sur y Los Olivos al suroeste de León. Se construye el panteón particular San Sebastián al sureste de la Ciudad, teniendo como consecuencia un notorio crecimiento urbano como se aprecia en el plano de la ciudad de León, Gto., (año 1959), realizado por el Ing. Rómulo Rodríguez.
Colonia Arbide en la década de los cincuenta. Fuente: fotografía adquirida en el Taller Fotográfico De Ruiz. 19
En el mes de agosto de 1958, el Seguro Social comenzó sus labores en León, con la afiliación de diez a doce mil derechohabientes. La inauguración oficial de los servicios médicos y de prestación del Seguro Social, tuvo lugar el lunes 5 de mayo de 1958. Imagen 19. El licenciado Antonio Ortiz Mena, director general del Seguro Social, hizo la declaratoria oficial de la inauguración de la Institución en esta ciudad, quien expresó: ‘En León, centro industrial de primera importancia en el país, los dos sectores fundamentales de la producción, trabajo y capital, marchan
Tienda departamental Fábricas de Francia ubicado en el edificio Plaza (en el Portal Bravo) frente a la Plaza Principal en la década de los sesenta. Fuente: fotografía adquirida en el Taller Fotográfico De Ruiz.
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del brazo con la mira puesta en la consecución de ambiciosas metas que redunden en beneficio de la colectividad’. La flamante clínica ubicada en la avenida 5 de Mayo en el Centro de León, fue dotada de consultorios generales y de especialidades, tales como odontología, oftalmología, ginecología, entre otros, así como farmacia, sala de espera y cafetería. El 21 de julio, a dos meses de iniciadas las actividades de la institución, el supervisor general Dr. José Castillo Hernández, informó que se habían practicado 190 intervenciones quirúrgicas, 169 partos e impartido tratamiento a más de 3,000 niños derechohabientes; en promedio se dieron 400 consultas diarias, y en términos generales, indicó que fueron atendidas 31,652 personas.
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Seis años fueron los que el edificio de 5 de Mayo albergó a la Institución. Una vez instalada en su nueva sede, el inmueble referido se destinó al uso de oficinas administrativas del IMSS, y fue hasta marzo de 2010 que fue demolido, para dar paso a una tienda departamental de autoservicio (Hernández, 2015). El aumento acelerado del crecimiento poblacional de la Ciudad, obligaba a tener servicios de salud complejos y bastos, por ello, se hacía urgente la necesidad de que León tuviera su propia clínica IMSS. Por lo cual, se comenzaría la edificación de un nuevo hospital, el cual sería construido sobre el bulevar López Mateos esquina Blvd. Paseo de Los Insurgentes. Según J. Hernández Soria (2015), el día 10 de mayo de 1960, la prensa local anunció el inicio de las obras de la Unidad Hospitalaria del Seguro Social en los terrenos de la colonia Los Paraísos, al noroeste de la Ciudad, de tal manera que, tres años después, los diarios de la misma ya documentaban el avance de las obras de construcción de la unidad del Seguro Social, destacando la sección hospitalaria. Instituto Mexicano del Seguro Social en la década de los sesenta. Fuente: fotografías adquiridas en el Taller Fotográfico De Ruiz.
No obstante, la edificación de las nuevas instalaciones de la clínica, era necesario realizar la afectación de terrenos colindantes para incrementar la superficie de tal obra. El 20 de marzo de 1964, la Dirección de Planeación General del Estado, dio una petición por escrito al gobernador Lic. Juan José Torres Landa, exponiendo la conveniencia de expropiar los predios suficientes para tal fin. El jueves 7 de mayo de 1964 se publicó en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Guanajuato la resolución gubernativa de expropiación de los predios necesarios para acrecentar las instalaciones que en la ciudad de León, Gto., tiene el Instituto Mexicano del Seguro Social. Finalmente, el 28 de septiembre de 1964, toda la ciudadanía se dio cita para recibir al entonces presidente de la República, Lic. Adolfo López Mateos, quien visitó nuestra ciudad para inaugurar las nuevas instalaciones médicas, culturales y deportivas, incluyendo el mural de El Padre Hidalgo y sus Enseñanzas de la autoría de Federico Cantú, confeccionado en una superficie de 380 m2; y el Teatro Ignacio García Téllez, dotado de una plataforma giratoria de 9 metros de diámetro, ciclo rama móvil y 465 butacas. Imágenes 20 Y 21.
León a principios del siglo XX, tuvo un proceso de transformación significante, donde al inicio la mayoría de sus calles eran de terracería, y las que existían pavimentadas eran calles empedradas y, que posteriormente, su infraestructura se extendió por una importante porción de territorio municipal, lo cual ocasionó un próspero progreso para su gente: calles pavimentadas de concreto hidráulico y asfáltico. La modernidad había llegado y era reflejada principalmente en sus nuevas edificaciones.
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La transformaciรณn de Leรณn a partir de su arquitectura moderna.
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LAS NUEVAS TENDENCIAS MODERNAS EN MÉXICO En las primeras décadas del siglo XX, la arquitectura empezó a incorporar el funcionalismo o racionalismo. El ideal de este tipo de arquitectura declaraba que la función iba delante de la forma, este movimiento nació dentro de La Bauhaus, una institución educativa fundada por el arquitecto Walter Gropius, cuyo objetivo era el de reimaginar el mundo material para reflejar la unidad de las artes a través de un contenido curricular para la capacitación de artesanos y diseñadores en la creación de objetos bellos y útiles apropiados para el sistema de vida moderno. La teoría y el quehacer de la arquitectura florecieron en esta época a través de grandes arquitectos y pensadores, alumnos de La Bauhaus, Adolf Meyer, Mies van der Rohe y Le Corbusier, éstos últimos los principales forjadores de la arquitectura funcionalista. Este movimiento respondía a las necesidades de una sociedad moderna, incluyendo espacios para automóviles, terrazas, jardines en la azotea y la adecuación de materiales de acuerdo a las exigencias económicas. (Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, 2014). Imagen 1.
Escuela La Bahaus, una institución educativa fundada por el arquitecto Walter Gropius. Fuente: recuperado de http://etsididesign.com/una-escapada-a-la-escuela-de-la-bauhaus/ (22 de noviembre de 2017).
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a identidad propia de nuestro entorno es producto de un proceso de transmisión de conocimiento y combinación de diversas culturas, del cual surge una cultura renovada con distintas perspectivas ideológicas.
México ha tenido peculiaridades y contribuciones de gran importancia que fueron influyendo en la construcción de una imagen urbana muy singular como la de León. La modernidad fue, sin duda, una de las relevantes contribuciones que dieron paso a la transformación y renovación estructural de imagen y de la propia función de la Ciudad. Su configuración urbana está conformada por tres aspectos inherentes que le dan la relevancia como un componente urbano característico. Éstos son algunos elementos físicos naturales: como su topografía, su clima y su vegetación principalmente; los elementos físicos artificiales como sus calles, sus plazas y especialmente sus edificios y, por último, los aspectos socioculturales como sus actividades, hábitos, festividades, costumbres y tradiciones. Todos ellos son los que estructuran y le dan la esencia y su concepción formal a través del tiempo del contexto urbano de León. La modernidad en León le dio un significado que tuvo relevancia en el ámbito social y urbano que logró imponer una nueva imagen, principalmente vista en su propia arquitectura. En el cambio de las dinámicas sociales y urbanas, las propias necesidades demandaron y propiciaron la transformación de la Ciudad a partir de una renovación en su estructura vial y en base a ello a sus propias edificaciones.
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Durante el extenso período del poder del Gral. Porfirio Díaz, existió una amplia actividad constructiva en México, basada principalmente en reproducir modelos arquitectónicos europeos, de los cuales, la francesa fue la más retomada. Porfirio Díaz, como Enrique de Anda (2002) expresa, había acudido al historicismo ecléctico como medio de expresión del progreso que se desarrollaba en nuestro país. Sin embargo, este progreso había sido aparente, pues sólo favorecía a las clases altas de la sociedad, por lo que la clase baja padecía esta iniquidad ejercida por este régimen. Estas circunstancias dieron en 1910 un movimiento organizado, la lucha armada de la Revolución Mexicana que demandaba, entre otras cosas, la distribución equitativa de la tierra, la justicia, la mejora económica y, principalmente, la democracia. Esta búsqueda de prosperidades y transformaciones se extendió también en el campo de las artes. El muralismo mexicano, auspiciado por los grandes pintores maestros, como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros o José Clemente Orozco, fusionaba ideas socialistas y marxistas con la tradición mexicana. (Curtis, 1996). Imagen 2. En la arquitectura, a partir del régimen presidencial de Venustiano Carranza (1914-1920), se comenzó a desarrollar el nuevo proyecto que sustituiría el eclecticismo porfiriano: el nacionalismo. Este movimiento buscaba acabar con la copia de modelos extranjeros y recuperar la esencia plástica mexicana, para así crear una arquitectura propiamente conveniente. Enrique De Anda (2002), explica que para lograrlo se dirigió la mirada a la arquitectura tradicional mexicana, la prehispánica y la colonial, y como ésta última se adaptaba más a las necesidades constructivas de la época, la nueva búsqueda estilística se basó en la
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Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. Es un una mural destacable realizado por Diego Rivera en 1947. Recuperado de https://www.elgraficodelacosta.com/muralismo-mexicano/ (22 de noviembre de 2017).
arquitectura del virreinato, surgiendo así la llamada ‘arquitectura neocolonial’. Este movimiento fue fuertemente apoyado por el sucesivo gobierno de Álvaro Obregón y, principalmente, por José Vasconcelos, ministro de Educación Pública, quien a través del arte mexicano buscaba fomentar una identidad cultural nacional, tan necesaria en aquellos tiempos pos-revolucionarios, agrega De Anda. Sin embargo, el éxito de la arquitectura neocolonial no duró mucho tiempo, porque a pesar de que la doctrina vasconcelista buscaba consolidar un arte capaz de unir a la sociedad en torno a la reconstrucción revolucionaria, `la arquitectura neocolonial no logró conformar, como sí lo hizo la Pintura muralista, un verdadero proyecto artístico que sustituyera al academicismo porfiriano´, (De Anda, 2002). Y es que a final de cuentas, este movimiento seguía siendo historicista y no reflejaba un progreso artístico congruente con las transformaciones revolucionarias. Debido a ello, la arquitectura neocolonial fue desplazada por la arquitectura moderna, en su versión ‘Art decó’ primero y en la funcionalista después.
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La arquitectura moderna había llegado a México alrededor de los años veinte, principalmente a través de fotografías y libros de Le Corbusier (el arquitecto moderno que más influyó en México y América Latina). Se caracteriza por la adopción formal de los preceptos europeos, pero a la vez, por la integración de valores inherentes a la tradición mexicana, como la monumentalidad característica de los edificios prehispánicos, o la integración de las artes a la arquitectura, como fue el muralismo mexicano. (Curtis, 1996). Imagen 3.
Le Corbusier se reunió con Albert Einstein en la Universidad de Princeton en 1964 y discutió el ‘Modulor’. A pesar de la ‘mala’ explicación de Le Corbusier de la idea –como diría el científico– lo describió en una carta, como: ‘Una escala de proporciones que hacen que lo malo sea difícil y lo bueno sea fácil’. Fuente: recuperado de https://www.arch2o.com/14interesting-facts-probably-didnt-know-le-corbusier/ (22 de noviembre de 2017).
Le Corbusier se reunió con Albert Einstein en la Universidad de Princeton en 1964 y discutió el ‘Modulor’. A pesar de la ‘mala’ explicación de Le Corbusier de la idea –como diría el científico– lo describió en una carta, como: ‘Una escala de proporciones que hacen que lo malo sea difícil y lo bueno sea fácil’.
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En 1924, el arquitecto José Villagrán García recién egresado, comienza a impartir la cátedra de Teoría de la Arquitectura en la Antigua Academia de San Carlos, que se caracterizaba por la enseñanza basada en los valores difundidos en la Escuela de Bellas Artes de París. Siendo éste el primer y principal mentor en México de las ideas de vanguardia del movimiento moderno, difundía nuevos conceptos que propiciaban transformar los valores académicos tradicionales. De Anda explica que Villagrán buscaba desarrollar una arquitectura basada en las innovaciones tecnológicas, en la racionalización constructiva y en una expresión formal basada en las necesidades funcionales más que en estilos Históricos. Se encontraba una nueva alternativa que difundía la enseñanza de la Arquitectura Moderna ‘radical’. Imagen 4. En 1926 llega ‘Versune Architecture de Le Corbusier’ a México (libro del cual se fundamentaría en gran parte la cátedra de Villagrán), maestro indiscutible de la arquitectura moderna. Juan O’Gorman nació el 6 de julio de 1905 en Coyoacán, hijo del pintor irlandés Cecil Crawford O’Gorman y de Encarnación O’Gorman Moreno, estudió en la Facultad de Arquitectura de la UNAM y complementó su formación con estudios de Ingeniería. Se convirtió en un arquitecto destacado que asumió los postulados de Le Corbusier al pie de la letra: construcción elevada del suelo, fachadas libres, espacio interior sin compartimentar, azoteas habitables; asimismo, ayudó a introducir a México la arquitectura funcionalista. En una etapa posterior, se percibe la influencia de Frank Lloyd Wright y de su arquitectura orgánica. A lo largo de su carrera, fue profesor en el Instituto Politécnico Nacional, donde creó la carrera de Ingeniero Arquitecto. Imagen 5.
Arquitecto José Villagrán García, el primer y principal mentor en México de las ideas de vanguardia del movimiento moderno. Fuente: recuperado de https://www.pinterest.com.m pin/402227810451663991/ (22 de noviembre de 2017).
Hacia el año de 1929, Juan O‘Gorman construye una casa habitación para sus padres (quienes nunca la habitaron) en San Ángel, Ciudad de México. Para algunos autores es considerada como la primera casa ‘funcionalista’ en México. Era una casa con mucha influencia corbusina, conformada por dos losas soportadas por pilares de concreto armado y una escalera de caracol exterior. Una representación tan literal como didáctica, donde buena parte de las paredes de vidrio transparentan la estructura icónica. Imagen 6.
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Su arquitectura trata de enfatizar conceptos como la austeridad económica y espacial, el empleo de novedosas técnicas y materiales constructivos, sin dejar de lado los aspectos de arraigo cultural al país. Y es que este tipo de arquitectura permitía construir un mayor número de obras con menos presupuesto; O‘Gorman construyó cinco escuelas con tendencias funcionalistas con el dinero que se requería para construir una sola escuela estilo neocolonial. (Chacón, 2015).
Juan O‘Gorman, arquitecto destacado bajo la influencia de Le Corbusier, ayudó a introducir a México la arquitectura funcionalista. Fuente: recuperado de http://jog8.blogspot. mx/2012/10/juan-o-gorman-1era-parte_1488.html (22 de noviembre de 2017).
“Poco a poco la arquitectura moderna fue ganando el gusto y apoyo del gobierno, principalmente a través de la
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versión funcionalista, que fue ampliamente utilizada en los planes nacionales de modernización para la construcción de vivienda social, hospitales y escuelas”, (Manrique citado en Amaral, 1994). También, varios sectores de la sociedad, principalmente artistas e intelectuales, retomaron con gusto la arquitectura moderna, pues como De Anda (2002) explica, representaba un símbolo de transformación y progreso. La casa-estudio de Diego Rivera, construida también por O’Gorman, es un ejemplo representativo de la modernidad arquitectónica que se desarrolló en México en la década de los 30. Fue diseñada con base en el ‘Atellier Ozenfant’ de Le Corbusier y otros edificios constructivistas rusos, pero cuenta con una personalidad propia dada, como Curtis (1996) comenta, por los exagerados volúmenes estructurales, los intensos colores, las luces industriales y la escalera de caracol hecha de concreto. Imagen 7.
La casa de Juan O‘Gorman en 1929. Fuente: recuperado de http://www.arquine.com/lacasa-de-juan-ogorman/ (22 de noviembre de 2017).
Josep Maria Montaner (2011), explica que, la arquitectura moderna en Latinoamérica no es una copia directa del movimiento moderno europeo. Los arquitectos latinoamericanos interpretaron libremente de preceptos modernos buscando dotar a cada construcción de un carácter propio y de una mayor expresividad. México logró una estabilidad social y económica, y en las nuevas tasas de desarrollo, los indicadores poblacionales aumentaron, así como la esperanza de vida, el decrecimiento de la mortalidad infantil y el crecimiento de la población urbana frente a la rural. La Ciudad de México se convertía aceleradamente en la metrópoli industrial por excelencia, siendo un núcleo para la participación de empresas manufactureras; detrás de ella se encontraba Monterrey. El traslado de la población rural a la Ciudad constituyó un problema mayor hacia los años 40, el crecimiento horizontal planteaba nuevas soluciones urbanas, sociales y modernas. A partir de 1940 se dio un acelerado incremento en la construcción urbana con características modernas, por lo que en esta década, como De Anda (2002) señala, se consolida la arquitectura moderna en México; sin embargo, este éxito provocó la generalización y trivialidad de esta arquitectura, en la que todos los principios de austeridad comenzaron a ser opacados por una imitación sin calidad ni sentido. Esta crisis se vio aumentada con las duras críticas que sufrió el Estilo Internacional en occidente, atacado por su falta de expresividad e identidad cultural, y por su poca adaptación a climas y entornos. Esta situación condujo a que la arquitectura moderna de México diera un giro hacia una creación moderna más emocional y con características tradicionales y regionales. “En este proceso, muchos de los principios del arte nacionalista fueron retomados por un nuevo movimiento arquitectónico conocido como ‘Integración plástica’,” (De Anda, 2002). El cual fue creado por un grupo de arquitectos, pintores, escultores, grabadores
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La Casa-Estudio de Diego Rivera diseñada por el Arq. Juan O‘Gorman en 1931. Fuente: recuperado de https://lideresmexicanos.com/noticias/juan-o-gormanlider-en-la-memoria/ (22 de noviembre de 2017).
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y diseñadores que rescató el viejo movimiento, algunos puntos como la orientación del arte hacia lo social y humano, y el espíritu de trabajo interdisciplinario. La Biblioteca Central de la UNAM, con su arquitectura imponente y sus grandes murales de mosaico con temas prehispánicos, es una de las obras más representativas de este movimiento. Mario Pani Darqui, nació el 29 de marzo de 1911 en la Ciudad de México, era hijo del ingeniero Arturo Pani Arteaga y su esposa Dolores Darqui, era un visionario, y una de sus más grandes preocupaciones era el crecimiento exponencial de la población. Trabajaba para brindarles espacios de calidad, en cada uno de sus proyectos se planteaba la búsqueda de soluciones espaciales modernas, como la reestructuración urbana, como es el caso de la proyección de la glorieta de Insurgentes; o la adecuación magistral de la doble altura para sus departamentos del edificio Balsas (Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey. (Op. cit, 2014). Imagen 8.
Palabras de Mario Pani Darqui: ‘El verdadero problema de la habitación no es el de la construcción de una casa, el cual puede ser resuelto bien y brillantemente por muchísimos arquitectos, sino el de la habitación económica’. Fuente: recuperado de http://www.bernusarquitectos.com/inicio/noticiasarquitectura/entrevistas/revista-calli-entrevista-conmario-pani/ (23 de noviembre de 2017).
Sus ideas retomaban los postulados modernos como verdades incuestionables que sólo requerían llevarse a cabo. Sus edificios de los primeros años enfatizan su condición vertical con el afán de construir un modelo más denso y eficaz de la ciudad; sus multifamiliares harían realidad las unidades de Le Corbusier avant la lettre; y los conjuntos habitacionales materializarían el sueño abstracto de Hilberseimer. La obra de Pani abarca un total de 136 proyectos, entre los cuales sobresalen: la construcción del Centro Urbano Presidente Alemán (1947). Para esta obra fue necesario diseñar e implementar nuevos procesos de producción, manejo de materiales, control de obra y de personal; la dirección del plan maestro de la Ciudad Universitaria, junto con Enrique del Moral, y la edificación de la rectoría que adaptan fuertemente el lenguaje moderno, adoptando un sello característico de identidad: el muralismo y la integración plástica a la arquitectura. Su importancia radica tanto en la culminación de un proyecto audaz, como principal obra que aplicaba los principios del Movimiento Moderno, hechos realidad. Este ambicioso proyecto asumió la contradicción entre la modernidad internacional y la idiosincrasia mexicana. Los preceptos de Le Corbusier de planta baja libre, ventana corrida y estructura independiente del plano de fachada, conviven con rampas y escalinatas de corte prehispánico y con materiales del lugar. La construcción de la Ciudad Universitaria es hito fundamental en la Historia de la arquitectura mexicana moderna. Su inauguración fue en el año de 1952, concentrando en todo su espacio, todas las instituciones académicas y administrativas de la Universidad Autónoma de México. Para el estado mexicano, la construcción de esta magna obra significó la reafirmación de su capacidad organizativa, técnica y financiera, y para la arquitectura del país, la consolidación de las teorías que se habían venido ensayando desde los años treinta, así como la creación de una imagen
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de modernidad artística que satisfacía las aspiraciones de la cultura en la mitad del siglo. (De Anda, 2002, p.194). Imagen 9. El primer condominio en la Ciudad de México en 1964, donde ubicó su despacho por muchos años la monumental Unidad Habitacional Nonoalco Tlatelolco, bajo un esquema ortogonal, se alude a la monumentalidad de los grandes conjuntos urbanos mesoamericanos. Este macro-conjunto habitacional es la utopía hecha realidad del Movimiento Moderno, el sueño construido que apuntaba Le Corbusier en el Plan Voisin (1925), donde propugnaba una tabula rasa radical en la ribera derecha de París, como única solución al hacinamiento urbano. La propuesta de Pani ofrecía 1,000 habitantes por hectárea, con 75% de zona verde y todos los servicios integrados en los edificios, invirtiendo la proporción de llenos y vacíos. El conjunto se dividió en tres macro manzanas separadas por ejes norte-sur existentes, dando continuidad al trazado urbano. Planeado para 15,000 viviendas distribuidas en edificios multifamiliares de distintas alturas, Nonoalco-Tlatelolco representaba una propuesta de alta densidad, con carácter ejemplar, donde se aplicaron los postulados modernos que Pani supo hacer suyos, (Adrià, Miquel, 2013). El proyecto fue severamente criticado por sus dimensiones, falta de estética y destrucción de los vestigios Históricos. (De Garay, 2001). Imagen 10.
Torre de Rectoría Ciudad Universitaria, obra de Mario Pani y Enrique del Moral (1952). Fuente: recuperado de http://www.arquine.com/108-anos-de-enrique-delmoral/ (24 de noviembre de 2017).
Otros trabajos destacados fue la ciudad fuera de la ciudad con el diseño urbano y arquitectónico de la hoy emblemática Ciudad Satélite; y una tesis redactada en 1988 donde propone la reordenación de la Ciudad de México, titulada Ciudad Concertada. 10
En 1938 funda la revista ‘Arquitectura’, misma que después se nombraría ‘Arquitectura México’. La revista dirigida por Pani hasta 1978, en sus 119 números se proponía difundir, documentar, criticar y analizar la arquitectura contemporánea en México, convirtiéndose en un referente de la obra arquitectónica del país. El mismo Pani citaría en el primer número de la revista, el objetivo para su fundación: “Su objetivo es pues, el de dar a conocer, divulgar entre todos los que se interesan por ellas, las obras de arquitectura, urbanismo y decoración más importantes, más características, más originales que se van haciendo en el mundo. No pretende señalar un camino, imponer una tendencia, sino documentar. ‘Arquitectura’ es una revista independiente, procuraremos que sea lo más ecléctica posible. No es su intención la de poner modelos para que se copien, sino la de mostrar –según nuestro criterio– lo mejor que en el mundo se hace sobre ramas tan interesantes para la humanidad, para que cada cual aproveche según su cultura, ingenio y corazón”.
Fotografía aérea del avance de las obras aledañas a las torres de la tercera sección del Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco, del arquitecto Mario Pani, poco antes de que la unidad habitacional fuera inaugurada en 1964. Fuente: recuperado de https://www.elmanana.com/fotogalerias/escena/cultural/ciudadeneltiempolosedificiosdemariopani-2872427.html (24 de noviembre de 2017).
La revista publicaría obras de carácter nacional e internacional, que ejercían influencia en la labor del país. Además de ensayos y textos de distintos colaboradores como los
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arquitectos José Villagrán, Pedro Ramírez Vázquez y Félix Candela, o colaboraciones de las artes plásticas con textos de Mathias Goeritz, los cuales levantaron polémicas críticas y aumentaron el interés por las artes. Mario Pani es, además, el creador del Colegio de Arquitectos de México, mismo que sirvió para promover el oficio y reunir al gremio. Reinstaló el Premio Alberto J. Pani para estudiantes de Arquitectura. Fundó la Academia Nacional de Arquitectura, de la que sería presidente hasta sus últimos días, recibiendo en 1985 el Gran Premio de la Academia, de importante valor en el campo de la arquitectura. Y en 1986 fue galardonado con el Premio Nacional de Ciencia y Artes en Bellas Artes, (Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, Op. cit, 2014).
Fotografía del ingeniero civil Luis Barragán, quien aportó talento arquitectónico para el mundo. Fuente: recuperado de http://www.arquine.com/diamonds-are-forever/ (24 de noviembre de 2017).
Otra manifestación arquitectónica que se opuso de manera radical a la severidad pragmática del Estilo Internacional fue el Museo del Eco, construido por Mathias Goeritz en 1953. De Anda explica que Goeritz buscaba lograr que el espacio arquitectónico no se limitara a resolver problemas funcionales, sino que también despertara emociones en el espectador. Como resultado directo de esta construcción, Goeritz firmó el ‘Manifiesto de la Arquitectura Emocional’, documento en que anotó que: ‘Sólo recibiendo de la arquitectura emociones verdaderas, el hombre puede volver a considerarla un arte’. (Goeritz citado De Anda, 2002).
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Este ‘Manifiesto de la Arquitectura Emocional’ logró considerar claramente la esencia de la obra de Luis Barragán, la cual constituye, sin duda, uno de los más finos ejemplos de la originalidad propositiva en la arquitectura moderna mexicana y de la lucha emprendida en contra de la inexpresividad del Estilo Internacional; del Fragmento del discurso que pronunció Luis Barragán cuando recibió el Premio Pritzker en 1980, en el que se vislumbran dos de los rasgos más importantes de su obra. Primero, su intención de crear una arquitectura dirigida a los sentidos, que fuera emocional y expresiva (De Anda, 1989); y segundo, como Josep Maria Montaner (2011) explica, su gran capacidad de crear un lenguaje moderno propio relacionado con su contexto local y, por lo mismo, cultural. Luis Barragán, quien influido enormemente por la arquitectura de vanguardia, desarrollara a través de sus ideas un camino alterno, como el desarrollo de los Jardines del Pedregal o sus obras más características, como su propia casa habitación. Imágenes 11, 12 y 13.
Casa de Luis Barragán: El comedor. Fuente: recuperado de https://www.archdaily.mx/mx/02-101641/ clasicos-de-arquitectura-casa-estudio-luis-barraganluis-barragan/lrbln8 (24 de noviembre de 2017). 13
La tendencia regionalista surgida en la década de los cuarenta, el cual interpreta el carácter de espacios vernáculos y haciendo suyos recursos de la tradición plástica local, da lugar a un vocabulario expresivo de gran originalidad y de notable valor estético. El regionalismo se hace cargo de algunas de las orientaciones que plantearon los nacionalismos, va más allá de propuestas ornamentalistas, son conductas opositoras al nuevo funcionalismo. Entre los grandes expositores de esta tendencia, están Luis Barragán, Alberto T. Arai, Manuel Parra, Max Cetto, Antonio Attolini y
Casa de Luis Barragán: segunda planta, tapanco y habitación de huéspedes. Fuente: recuperado de https://www.archdaily.mx/mx/02-101641/clasicos-dearquitectura-casa-estudio-luis-barragan-luis-barragan/ tapanco (24 de noviembre de 2017).
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Ricardo Legorreta (De Anda, 2002, p. 222). Esta tendencia se vio reflejada desde las décadas de lo setenta, ochenta y noventa principalmente, marcando una arquitectura expresiva de sentimiento, color, textura y espacio. México asimila una perspectiva de crecimiento económico, con la necesidad dominante de crear una imagen de modernidad en todo su territorio; esto será un aspecto determinante para el desarrollo de su tendencia arquitectónica. Fue así, que en la práctica profesional figuras como Juan O ‘Gorman, José Villagrán y Mario Pani –ya mencionados–, Enrique Yáñez, Enrique del Moral, Augusto Álvarez, Pedro Ramírez Vázquez, Francisco Serrano o Enrique De la Mora por mencionar sólo algunos, estarán a cargo de erigir los edificios que serían característicos de esta tendencia arquitectónica. Los conjuntos como la Ciudad Universitaria o el conjunto habitacional Miguel Alemán, son algunos de los íconos más emblemáticos de la modernidad en México. Paralelamente, esta experiencia se verá nutrida por la llegada y contribución de varios arquitectos provenientes de Europa. A continuación se describen algunos arquitectos aportadores de ideas innovadoras que fueron decisivas para la arquitectura moderna en México: En el año de 1938, llega a México otro ex director de la Bauhaus, Hannes Meyer, cuyo enfoque social y vanguardista de la arquitectura influyó en el panorama mexicano. Una de sus principales contribuciones fue generar directrices, un enfoque con cierta visión constructiva del plan de estudios de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del Instituto Politécnico Nacional. En 1939, llega a nuestro país Max Cetto, arquitecto alemán con una carrera sobresaliente y truncada en Alemania, fue discípulo de Hans Poelzig, heredero del Deutsch Werkbund y del expresionismo alemán, y durante su práctica profesional, retoma sus expectaciones y reflexiones en torno a la tradición constructiva y estética, especialmente de la cultura mexicana, influyendo enormemente en las ideas de Luis Barragán. En el año de 1942, llega a México por invitación de trabajo de Mario Pani, Vladimir Kaspé, originario de Rusia. Ejerció una labor docente en varias universidades mexicanas, como la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad La Salle y la Universidad Iberoamericana. Su principal aportación arquitectónica en México fue el desarrollo de contribuciones para la generación de obras arquitectónicas de calidad sobresaliente con un lenguaje moderno puntual y resuelto. (Chacón, Op. cit, 2015). El exilio español republicano también obligó a varios actores a establecerse en México, entre ellos un personaje sobresaliente en nuestro país, Félix Candela, quien enfoca sus estudios en la exploración de nuevas estructuras en concreto armado, vería plasmadas sus inquietudes en esta nación, logrando adoptar una técnica constructiva local a un lenguaje novedoso y experimental (el caso del concreto armado y la cimbra de madera), generando geometrías (paraboloides hiperbólicos) difíciles de materializar para esa época, sin duda, alguna fue una de las figuras más representativas de la arquitectura mexicana de mitad del siglo XX, gracias a sus afamadas estructuras laminares y cascarones de concreto armado. Candela nació el 27 de enero de 1910 en Madrid, España, donde se formó y construyó su obra más importante en
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México, educando así a varios de sus más reconocidos discípulos, que representan un testimonio del legado de este arquitecto en México. En total se realizaron más de 1,400 proyectos de los que se construyeron un total de apenas 900. (Fundación Turriano, 2010). Imagen 14. En este período, Félix Candela se convirtió en el más productivo proyectista y constructor de cubiertas laminares de concreto armado. También, se le reconoce el mérito de adoptar una tecnología surgida en Europa, a los medios y mano de obra disponibles en México (Del Cueto, 2009), con resultados de una calidad extravagante. La forma resistente y las características del material de sus estructuras laminares, a la disponibilidad de medios materiales y humanos de la específica zona donde iban a ser construidas. Uno de sus objetivos fundamentales, fue optimizar su construcción y su bajo costo. Sin esta racionalización del proceso constructivo, que convertía las estructuras laminares de concreto armado, en una opción barata para cubrir medianas y grandes luces, gran parte del más relevante legado de la Arquitectura a la Modernidad no hubiera existido. Imagen 15.
Fotografía de Félix Candela Euterio, arquitecto aportador de ideas constructivas en México. Fuente: recuperado de http://myemail.constantcontact.com/Candela-s-Shells-exhibition. html?soid=1120909746213&aid=0Y_xAPMXJmM (24 de noviembre de 2017).
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La obra del Arq. Teodoro González de León, es altamente representativa por la masividad expresada, los efectos espectaculares y el sentido expresivo del espacio. Es uno de los arquitectos que rechaza al programa arquitectónico como único elemento rector, y defenderá en sus obras el argumento de que el edificio en su proceso de gestación, demanda la satisfacción de necesidades de servicio espacial tanto como de significado en la forma, que no precisamente están consignados en el listado de demandas que establece el programa de necesidades. (De Anda, 2002, p. 2016). Imagen 16.
Palacio de Los Deportes, construido para los Juegos Olímpicos de 1968 por los arquitectos Félix Candela, Antonio Peyri y Enrique Castañeda Tamborell. Fuente: recuperado de https://mariocornejocuevas.wordpress. com/2015/12/03/mexicanos-que-nos-dio-el-mundofelix-candela/f-palacio-de-los-deportes-mexico-d-f/ (24 de noviembre de 2017).
La arquitectura moderna en México se hizo presente, se caracterizó por sus formas básicas simples con cierto grado de expresionismo austero. La introducción de nuevas tecnologías constructivas propiciaron la detonación de rascacielos. La proyección y construcción de estos edificios se vio beneficiada con los nuevos materiales industriales como el concreto armado, el acero y el vidrio plano para cubrir grandes fachadas en poco tiempo, marcando una especial singularidad con formas compositivas en planos ortogonales, sobre pisos modulares; se incorpora pragmáticamente a la mayoría de los edificios de muchos niveles el uso del elevador. (Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, Op. cit, 2014).
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Teodoro González de León en una de sus obras emblemas, Oficinas Centrales del INFONAVIT. Fuente: recuperado de http://www.obrasweb.mx/ arquitectura/2016/09/16/10-edificios-con-los-queteodoro-gonzalez-transformo-la-cdmx (09 de diciembre de 2017).
LOS PROCESOS DE TRANSFORMACIÓN PARA LAS NUEVAS DINÁMICAS URBANAS. Hoy en día las ciudades están pasando por un proceso continuo de transformaciones a lo largo del tiempo, y sus
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propias morfologías son el resultado de los diversos cambios que actuaron en sus diferentes etapas de sus historias. Las transformaciones de León en sus distintas épocas muestran aspectos y variables que han concurrido en la evolución Histórica de la Ciudad, su desarrollo fue impuesto por el proceso de su propio crecimiento, que para una ciudad como León que crece al doble, no duplica su superficie, casi la cuadriplica. Las plazas principales de la ciudad de León son espacios que propician el carácter y la naturaleza, generan socialización y colectividad en sus diferentes y sus bien necesarias actividades; sin embargo, actualmente están proliferando fraccionamientos cerrados donde están trastornando en conjunto la socialización de convivencia de la Ciudad en los últimos años, de manera distinta cuando en los orígenes de ésta las dinámicas propias internas se comportaban de forma integral entre sus habitantes. De una ciudad constituida originalmente por su trabajo en talleres, con el paso del tiempo sus dinámicas urbanas son influenciadas por la actividad comercial, industrial y de servicio. León a principios del siglo XIX, en los asentamientos periféricos de su centro, se desarrollaron diversas industrias especializadas, principalmente para lo textil, la curtidora y la de calzado. La industria manufacturera se agrupó en varios asentamientos barriales: curtiduría y zapatería en Barrio Arriba; herrería, rebocería y zapatería en el Coecillo; textil en San Miguel. A principios del siglo XX, con el paso del tiempo la actividad industrial de la curtiduría y calzado empieza a tener fortaleza y logra modificar el propio dinamismo de la Ciudad. Surgen nuevos espacios de trabajo que cambian la modalidad para la mano de obra en León, el obrero logra tener una especialización en su nuevo quehacer cotidiano, lo cual conlleva a una renovación funcional de su propia estructura urbana. El Centro Histórico y los barrios antiguos de León como El Coecillo, San Miguel, Arriba, San Juan de Dios y Santiago, son asentamientos ricos en valores Históricos y arquitectónicos, los cuales van respondiendo a las exigencias del acelerado crecimiento de la ciudad moderna. En la actualidad estos lugares, principalmente los Barrios, presentan una expulsión considerable de su nueva generación de población, conllevando alteraciones en las dinámicas sociales y manifestaciones culturales de sus entornos inmediatos y, por ello, no encajan en las nuevas transformaciones de la modernidad. El espacio público abierto del Centro y de sus Barrios antiguos de León, le propició una identidad marcada a partir de sus elementos urbanos y sus dinámicas urbanas. Principalmente, los Barrios antiguos de León presentan procesos evolutivos que han debilitado sus aspectos sociales y, en consecuencia también, han alterado los espacios y elementos urbanos provocados por la intensa actividad y los nuevos modos de vida de la modernidad; con el paso del tiempo los Barrios presentan pérdida de su propia identidad local. Actualmente, la falta de conocimiento sobre los Barrios antiguos de León, generan una desvalorización en la configuración original de la misma. Con el paso del tiempo, estos Barrios van perdiendo la identidad ya construida, haciendo que los habitantes de la Ciudad vayan desdibujando la memoria colectiva, lo cual favorece la pérdida de la identidad.
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La llegada de la fábrica Cementos Portland del Bajío en el año de 1945, situada al sureste de la Ciudad y cerca de la vía del ferrocarril, transformó las dinámicas de industrialización y distribución de productos locales, el sector industrial se enfocó también en asentarse en esta parte de León, conllevando a un proceso de renovación urbana. La industria local se sitúa durante su proceso de crecimiento en las zonas adyacentes de la zona urbana de León, sin embargo, el crecimiento año tras año tiende a aumentar su territorio y algunas zonas industriales quedaron ya dentro del territorio urbano. Los usos de suelo también son factores contribuyentes en las transformaciones o renovaciones morfológicas. Algunos cambios, principalmente comerciales, han propiciado alteraciones que no favorecen su imagen y, por lo tanto, no propicia una integridad común en toda su extensión territorial de la Ciudad. El crecimiento acelerado de la población y las nuevas exigencias de necesidad de sus nuevas dinámicas urbanas, demandan un equipamiento mayor en la Ciudad, llegan otros tipos de servicios comerciales e, incluso, industriales, estacionamientos más grandes, escuelas de todos los niveles como preparatorias y universidades. La expansión del territorio ocupado de la Ciudad, es consecuencia de su propia estructuración vial en la que el uso de suelo incorporado que genera la vialidad, modifica en forma circunstancial a ésta. La conformación de la dinámica urbana más allá de la ciudad Histórica: la estructura vial y las nuevas periferias, propiciaron el desplazamiento de los habitantes del Centro de la Ciudad hacia las nuevas expansiones; las nuevas vialidades se convirtieron en receptoras de una importante movilidad vehicular, que las convirtió en corredores en uso predominantemente comercial. Por otra parte, los asentamientos emergentes, sobre todo los de tipo popular, comenzaron a generar expansiones incontroladas, cada vez más lejanas a la ciudad Histórica, que se degradaban progresivamente respecto a su estructura más tradicional. (García, 2010, p. 48). Las costumbres heredadas de generación en generación son plasmadas en sus diferentes épocas de la ciudad de León, éstas a la vez constituyen su propia identidad. La Ciudad en sus espacios abiertos públicos generan una organización social donde sus mismos habitantes propician un sentido de pertenencia en ellos mismos, esta organización social es resultado del desarrollo de diversas actividades o dinámicas urbanas que son algunas veces detonantes de las transformaciones urbanas, en donde interfieren sensaciones y conductas humanas compartidas. El territorio urbano leonés forma parte de las experiencias sociales y son territorios con mucho significado para sus propios habitantes. Los Barrios antiguos de la ciudad de León forman parte del patrimonio heredado de elementos físicos y modos de convivencia intangibles, que contribuyeron a la construcción de un pasado Histórico. “El barrio es la entraña de la niñez y de los primeros amores, donde su gente entreteje historias que se construyen diaria y colectivamente en base a recuerdos, lugares, juegos y trabajos que se enredan con sus paisajes, edificios y plazas. De esta forma se moldea la historia de cada barrio, la que le pertenece y lo distingue, dándole identidad propia, única y singular. El barrio presenta un horizonte temporal que se extiende hacia adelante y hacia atrás, y en este proceso el futuro está absolutamente ligado al pasado. La memoria
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juega un papel importante, así el ayer, el hoy y el mañana conforman una red insustituible que le otorga el mismo valor a todos los tiempos, porque todos son importantes, porque ninguno se repite”. (DGpat, 2005). El concepto de barrio tiene diversos puntos de vistas que convergen a la misma esencia, para varios autores el barrio es: Según define Gobantes (2005), es el que ha sido tradicionalmente concebido desde el urbanismo como una unidad territorial dotada con ciertas características propias y distintivas que marcan una relación de particularidad frente al conjunto de la Ciudad. Entre éstas destacan la conformación de una fisonomía y una morfología específica que definen su individualidad; la conjunción de una o más actividades prioritarias que permiten el desarrollo de una cierta autonomía funcional y, por último, el establecimiento de relaciones sociales significativas entre sus habitantes y el territorio que ocupan. “El barrio se convierte por ello en un momento, un sector de la forma de la Ciudad, íntimamente vinculado a su evolución y a su naturaleza, constituido por partes y a su imagen. De estas partes tenemos una experiencia concreta. Para la morfología social, el barrio es una unidad morfológica y estructural; está caracterizado por cierto paisaje urbano, cierto contenido social y una función propia. Pero, estos barrios no están tan subordinados los unos de los otros, sino que son partes relativamente autónomas. Sus relaciones no son expectativas como una simple función de dependencia, sino que deben ser relacionadas con toda la estructura urbana”. (Rossi, 1976). “El barrio es una estructura tan antigua como la misma ciudad, aunque su naturaleza y función hayan variado significativamente a lo largo de la historia de la Ciudad. Lo define como una unidad urbanística identificable, un sistema organizado de relaciones a determinada escala de la ciudad y el asiento de una determinada comunidad urbana”. (Buraglia, 1995). Las dinámicas urbanas de León van evolucionando convirtiéndose en detonantes para las transformaciones físico-sociales de la Ciudad, en donde interfieren sensaciones y conductas humanas compartidas. León presenta diversidades en la tipología de sus espacios públicos y sus edificaciones logrando constituir una estructuración como ciudad. La identificación de los habitantes de León con la imagen urbana genera relaciones de reconocimiento que originan zonas de apropiación y atracción. “El espacio público es el lugar donde se llevan a cabo interacciones sociales y culturales, y puede llegar a fomentar un sentido de pertenencia y orgullo en un área. Un espacio público que está abierto a todos, sin importar el origen étnico, la edad o el sexo, proporciona un foro democrático para los ciudadanos y la sociedad. Puede unir a las comunidades, generar lugares de reunión y fomentar los vínculos sociales. Estos espacios dan forma a la identidad cultural de un área, son parte de su carácter único y proporcionan un sentido de pertenencia para las comunidades locales. Compartir espacios comunes es el alma de la Ciudad. Cuando el espacio público es inadecuado, mal diseñado o privatizado, la ciudad se vuelve cada vez más segregada. El resultado puede ser una ciudad polarizada, donde probablemente aumenten las tensiones sociales, y el crimen y la violencia emerjan. Un espacio público mixto y
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diverso (uso, usuarios, diseño, estado, tiempo, etc.) ofrece un lugar vibrante y ocupado reduciendo automáticamente la inseguridad”. (Clos, Joan, Día Mundial del Hábitat, 5 de octubre, mensaje del director ejecutivo de ONU-Hábitat, 2015). El espacio público de la ciudad de León es aquella atmósfera donde se origina la interacción social, contribuye a la conformación de grupos sociales para la realización de dinámicas ejercidas en diversas actividades, y su prevalencia y calidad van en función de los usos que se le den; sin embargo, hoy en día la calidad del espacio público es deficiente principalmente en los espacios diseñados, ya que no logran detonar esta diversidad de dinámicas y se transforman en entornos deteriorados, carentes de apropiación y cohesión social, lo que no contribuye en la socialización, la cual está ligada en la multiplicidad de funciones que sirven como un elemento estructurador de la Ciudad. “...la cuestión de la seguridad, ahora ya no hay desarrollo, incluso de interés social, que no quiera ser cerrado, estamos exagerando el asunto, estamos cuidando hacia el interior de algo pero nos estamos aislando de todo lo demás, entonces los fraccionamiento cerrados que han ido anexándose unos con otros, van siendo elementos discontinuos que no permiten la comunicación de la Ciudad. Es urgente tener una planeación local de las áreas, poner límites a esos desarrollos y proponer ligas de la Ciudad a una escala mayor...”. (A. Orozco, comunicación personal, octubre de 2017). El crecimiento acelerado de León ha propiciado el desarrollo de una ciudad difusa que a su vez va propiciando a través del tiempo una pérdida de carácter e identidad que ha generado una desvalorización de sus espacios públicos y de sus edificaciones. El aumento de nuevos espacios urbanizados en las periferias de la Ciudad, ha favorecido a su extensión territorial, sin embargo, en estos nuevos entornos urbanos, los espacios públicos diseñados no han respondido a una integración adecuada a su estructura urbana, provocando una fragmentación en la socialización de sus habitantes.
El espacio público de la ciudad de León es aquella atmósfera donde se origina la interacción social, contribuye a la conformación de grupos sociales.
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LOS NUEVOS EJES O CRECIMIENTOS DE LA MANCHA URBANA. León en las últimas tres décadas ha tenido un desarrollo urbano considerable, en el que se ve reflejado por la construcción de nuevas infraestructuras y de nuevos desarrollos habitacionales que conllevan a su propia expansión. También, otro factor que ha propiciado su crecimiento urbano, es la colocación de nuevos equipamientos urbanos del sector público de los tres órdenes de niveles: federal, estatal y municipal, como también del sector privado en el ámbito de educación y cultura, salud y asistencia social, comercio y abasto, recreación y deporte, Administración pública y Servicios Urbanos. León es una ciudad que se va renovando con el paso del tiempo, trata de tener una imagen actualizada, la transformación económica y su propia activación han generado una diversidad de servicios públicos y privados que han favorecido una consolidación evidente.
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Para la década de los 60 León comienza a tener un cambio donde ahora su principal actividad económica estaba dirigida en la industria de la piel, donde surgen nuevas tenerías y fábricas de artículos derivados del cuero y del calzado. “La ciudad de León en 1960 era una ciudad que estaba en franca detonación económica, había una industria del sector cuero…y eso trajo a la ciudad gente de otras regiones, por ejemplo, de los Altos de Jalisco…”. (G. Hernández, comunicación personal, octubre de 2017). En esta misma década, León empezó a tener cambios significativos y radicales, se construyen nuevas colonias habitacionales como es el caso de La Candelaria, Killian, San Felipe de Jesús, Valle de León, La Piscina Km 3.5, Granjas Campestre, Casa Blanca, Panorama, Linda Vista, San Martín de Porres, San Marcos, Ciudad Satélite, John F. Kennedy, Buena Vista, Lomas de La Piscina, Loma Bonita, San Sebastián, Santa Rita, Plaza de Toros I, Lourdes, La Escondida, Santa Clara, Santa María de Cementos (a un lado de la fábrica de cementos Portland del Bajío), El Paisaje, María Dolores, Santa María del Granjeno, Parque Manzanares, La Martinica segunda sección (ahí se encontraba el Instituto Lux, que más adelante en sus terrenos se construirá el Fórum Cultural), Los Gavilanes, El Mirador oriental, Jardines de Jerez, Los Reyes, La Florida, Hidalgo, Anaya, San Agustín y Peñitas; León comienza a tener una primera expansión en su territorio. Se construye El Instituto Jassá en la colonia La Martinica, El estadio León, la ciudad deportiva del estado Enrique Fernández Martínez, la Central de Autobuses y las instalaciones de la Feria Estatal. Imágenes 17, 18 y 19.
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La década de los 60, fue el período donde se dio la entrada a la vialidad por toda la Ciudad, llamada por sus propios habitantes en aquel tiempo ‘La Gran Avenida’ ahora Blvd. Adolfo López Mateos. Fue una obra
Vistas del Estadio León en diferentes momentos. Fuente: fotografía adquirida en el Taller Fotográfico De Ruiz.
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que marcaría para siempre su imagen, a partir de ese momento León presenta una transformación importante, la cual conllevó a acceder a una modernidad más solidificada, lo cual tuvo consecuencias irreversibles, ya que para esto se tendrían que afectar edificaciones patrimoniales, de valor arquitectónico e Histórico, situadas principalmente en el Centro de la Ciudad. “Antes del López Mateos el Patrimonio Arquitectónico que teníamos en ese sector del Centro Histórico de León hoy no existe, ya que se abrió una vialidad importante regionalmente en aquel momento, pero que destruyó mucho Patrimonio Arquitectónico y que reconfiguró el Eje central –como se le conoce hasta el día de hoy– de la Ciudad”. (G. Hernández, comunicación personal, octubre de 2017).
Blvd. Adolfo López Mateos durante su apertura en 1964. Fuente: fotografía adquirida en el Taller Fotográfico De Ruiz.
El Blvd. Adolfo López Mateos fue inaugurado el 11 de junio de 1964, es la vialidad que impuso una transformación radical a la Ciudad en un corto plazo, y a partir de ese momento la modernidad estaba presente en León. La finalidad principal de esta vía era de hacer una ciudad accesible, en donde cruzar la zona urbana fuera de manera rápida y segura; para ese momento su parque vehicular era reducido y el número de población era menor que el de la actualidad. La construcción de este bulevar produjo una valorización del uso de suelo, todos los inmuebles que estaban en contacto directo incrementaron su plusvalía. El transporte y el uso de suelo dieron acceso a nuevos espacios valorizados. Imagen 20. El 22 de agosto de 1963, se anuncia en el periódico ‘El Heraldo’ a los habitantes de León, por dónde pasaría ‘La Gran Avenida’ o ‘Eje-Avenida’, por lo cual, se mostraba un plano con esta nueva traza que informaba las manzanas que serían afectadas. Menciona que el Parque Hidalgo también sería dividido por esta importante vialidad, lo cual marcaría una transformación morfológica que grabaría a la Ciudad de manera definitiva y sin marcha atrás. Se aprecia en el plano donde se marca esta nueva traza, que es en la calle Miguel de Cervantes Saavedra (actualmente Av. Miguel Alemán) y esq. Calle Morelos (actualmente Blvd. Adolfo López Mateos) se construirá una glorieta, la cual le daría una mejor funcionalidad al tránsito vehicular (cuando se construyó la vialidad nunca se llevó a cabo tal glorieta). Imagen 21.
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“El Eje era la calle Morelos que era muy corta, era del Barrio Arriba al Parque Hidalgo, no era muy largo y todavía no existía, el bulevar se hacía hasta el Parque Hidalgo. Lo que hizo el licenciado Torres Landa y de ahí al Seguro Social, era terracería abierta ya con el ancho que ahorita tiene, pero era tierra y se interrumpía en la salida a Lagos, de allí donde está el Seguro Social (bulevar Paseo de Los Insurgentes ahora)”. (R. Torres, comunicación personal, octubre de 2017).
Periódico El Heraldo de León, anuncia las manzanas que serán afectadas por la construcción de La Gran Avenida en 1963. Fuente: periódico El Heraldo.
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Fragmento del plano de la ciudad de León. Al norte del Parque Hidalgo se ubica la ‘Gran Avenida’, que posteriormente se llamara Blvd. Adolfo López Mateos, realizado por el Ing. Rómulo Rodríguez. Fuente: Mapoteca Ing. Edmundo Leal, Archivo Histórico Municipal de León, Gto.
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En el plano de 1959 de la ciudad de León realizado por el Ing. Rómulo Rodríguez, donde se sitúa el Parque Hidalgo, se aprecia al norte una vialidad denominada ‘Gran Avenida’ que intersecta a la avenida Paseo de Los Insurgentes; ésta le dará la continuidad a esta nueva vía en proyecto. En este mismo plano se aprecia que la ‘Gran Avenida’ es la misma que le da acceso al centro deportivo Juventudes Leonesas Cordimarianas. Imagen 22. Una vez construida esta vialidad, con el paso del tiempo se situaron una gran cantidad de edificios modernos arquitectónicos que transformaron en poco tiempo la imagen urbana de la Ciudad, esta evolución no solamente se vio reflejada en sus aspectos físicos, sino que cambió la forma de desplazarse entre sus habitantes, le propició versatilidad a las funciones como ciudad. La gente le llamó y le dio fama como ‘El Eje’, que era aquella vialidad nueva que hacía más rápido el desplazamiento y que generó un nuevo entorno, marcaba una imagen para una ciudad actualizada y renovada a las tendencias de la modernidad. Imagen 23.
Visita del presidente Adolfo López Mateos a la ciudad de León a mediados de la década de los sesenta. Fuente: recuperado de http://www.kioscodelahistoria. com/fotos-leon?lightbox=dataItem-ikbdk5c3 (12 de diciembre de 2017).
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En la década de los 70, en la ciudad de León se construyen las colonias, San Carlos de Romo (ahora Presidentes de México), Las Arboledas, ésta última se implementó como un nuevo modelo de desarrollo habitacional desde su morfología urbana hasta sus modelos de vivienda unifamiliar y multifamiliar (de uno hasta tres niveles), la cual comportaría a una modalidad de convivir armoniosa y vecinalmente en Ciudad; en la actualidad, carece de funcionalidad y generó una segregación social muy marcada dentro de la zona urbana. Se construyen las colonias San José del Consuelo, Santa Rosa de Lima, Insurgentes, Ciudad Aurora, Hacienda Echeveste, El Palote, Rivera de La Presa, Linares, El Cortijo, Españita, Las Fuentes, Cerrito de Jerez, Las Bugambilias, Las Fuentes, Prados Verdes, Barrio de Guadalupe, Granjas Ceres, Azteca, La Foresta (situada al norte de la colonia Lourdes), Los Pinos (al sur de la Ciudad), Las Huertas, Las Trojes primera sección, Los Limones, San José de Cementos, La colonia campestre Jesús de Nazaret (situada al sureste de la Ciudad al norte de la vía del ferrocarril); asimismo, las colonias residenciales Lomas del Campestre, Valle del Campestre y Club Campestre, éste último contaba con una zona exclusiva para la práctica recreativa del golf. Se construye el fraccionamiento Industrial Julián de Obregón a finales de los 70. Además, se construye el centro comercial Plaza Insurgentes, un lugar novedoso que concentraba la actividad comercial y recreativa con características de espacios semiabiertos, donde el usuario recorre libremente el sitio con una tipología arquitectónica peculiar, el cual cambiaría la modalidad recreativa para esta zona de la Ciudad. En esta década también se construye la deportiva San Miguel (actualmente Unidad Deportiva Jesús Rodríguez Gaona) situada al sur de la Ciudad, la ciudad Deportiva Luis I. Rodríguez (actualmente Unidad Deportiva Coecillo) al noreste; al suroeste de la ciudad de León se construye la planta terminal de almacenamiento y reparto de PEMEX y se fundan las instalaciones del canal 10 XHL-TV. La expansión urbana continúa para este período de la Ciudad, el crecimiento es acelerado y desmedido, en 1979 se funda el Parque Zoológico de León, situado al noreste de la ciudad de León. “...por los años 70, cuando surgieron los primeros planes de desarrollo, se seleccionaron 12 ciudades y una de ellas fue León. Desde la partición del Blvd. López Mateos se proyectó como una ciudad con posibilidades de expandirse y de generar crecimiento urbano. Al partir de estos planeamientos la idea era crecer y en ningún momento contener...”. (A. Orozco, comunicación personal, octubre de 2017). La propuesta de un libramiento norte existía desde los setentas, la primera versión del Plan Director de 1978 proponía el ‘Libramiento como una vialidad que impulsará el crecimiento de la Ciudad en esa dirección, por ser la más adecuada para el Desarrollo Urbano’. Se pretendía que las áreas adyacentes a la vialidad fueran de reserva agrícola, pero el umbral fue rebasado hacia fines de la década. “…en los 70 en México hay por primera vez una ley de Asentamientos Humanos, todo este crecimiento que están teniendo las ciudades mexicanas y que no estaba planificado, trajo una seria reflexión a nivel nacional. En el 77 se crea la Dirección de Desarrollo Urbano, después hay varios momentos en la Ciudad, ya con esta Dirección se empieza a crear un comité de planificación municipal, hay un primer plan rector que se da también en los 70 y después en 1986 se habla de una actualización del Plan Rector de la Ciudad”. (G. Hernández, comunicación personal, octubre de 2017). La intencionalidad del Libramiento Norte es, sin duda, evitar el paso hacia el Centro de León, darle la vuelta, principalmente el tránsito pesado que
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viene desde la Ciudad de México y van rumbo a la ciudad de Guadalajara. El plan tenía como objetivo que esta vialidad contendría la expansión de la Ciudad, sin embargo, surge lo contrario. “La ciudad de León crece y el planteamiento del Libramiento Norte –como proyecto en los planes urbanos– abre la posibilidad de movimientos especulativos, lo que propicia fenómenos de marginalidad debido a las limitaciones de amplios sectores de la población para acceder al suelo urbano, así como el acaparamiento de los sectores económicamente aptos. El Centro Histórico, sin perder aún su carácter de centro comercial y administrativo, comienza a ser abandonado en su uso tradicional”. (García, 2010, p. 48). El Libramiento Norte de León, ahora Blvd. José María Morelos, construido a finales de la década de los 70 y a principios de los 80 mas no en su totalidad, propició un nuevo desarrollo principalmente de uso no habitacional al norte, noreste y oriente de la Ciudad. La propia necesidad de crecimiento sobrepasa sus propias barreras y para la década de los 80 el crecimiento es descontrolado. Para finales de los 70, León tenía una población aproximada de 700,000 habitantes según se menciona en el plano de la ciudad de León realizada por Octavio Rodríguez Fernández, hijo del Ing. Rómulo Rodríguez Neri, quien desarrolló los planos de la ciudad de León y quien contribuyó para los registros de crecimiento de la Ciudad en diferentes etapas. ...A finales de los 70, nuestro primer plan director definitivamente lo que buscaba era prolongar vialidad y generar nuevas vialidades. Esa época genera el Blvd. Morelos (algunos tramos como Libramiento Norte) ya que en su momento era necesario que los vehículos de carga no estuvieran circulando por el Eje, pues éste se volvió comercial [eje principal del transporte público PITUL (Plan Integral de Transporte de León)]. (T. Gallardo, comunicación personal, octubre de 2017). Para la década de los 80, el aumento de la población de León trajo como consecuencia mayor cantidad de vehículos, lo que obligó a tener calles, avenidas y bulevares con secciones de vialidad más amplios. Para los inicios de la década de los 80 se construye el Libramiento Norte de León, actualmente Blvd. José María Morelos, cuya finalidad fue evitar pasar por la zona urbana de León. Esta vialidad cambió su propia estructura urbana con el paso del tiempo, las dinámicas urbanas se van adecuando a estas nuevas condiciones de funcionamiento. “A partir de Echeverría es obligatorio un Plan nacional, estatal y municipal. Llegan la Ibero (Universidad Iberoamericana campus León) y el Tec (Tecnológico de Monterrey campus León), La Salle ya estaba como Universidad del Bajío. Gran parte de la obra que hace Velasco Ibarra ya está enmarcada en los proyectos que se hicieron en Desarrollo Urbano. Se hizo un plan de obras para el sexenio y muchas de ellas se fueron practicando, como bulevares, parques, desarrollos comunitarios. Este proyecto fue el que generó Parque Chapalita, Parque Del árbol, obras de beneficio social que era evidente que faltaban. Había que ordenarlas, planearlas y presionar para cuando hubiera el recurso poder canalizarlo, realizarlo... En los 80 el crecimiento de León es fuerte, en todos estos años fueron creciendo las necesidades de la Ciudad”. (A. Orozco, comunicación personal, octubre de 2017). El Blvd. Mariano Escobedo fue construido en el año 1984, generó una vinculación directa con otras vialidades existentes, le brindó a la Ciudad una continuidad e integración de sus calles del siglo XIX y avenidas de la época
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moderna del siglo XX; se convirtió en una vía rápida importante para el flujo cotidiano de la ciudad de León. En esta década de los 80 se propicia una extensión urbana descontrolada, se generan nuevos desarrollos habitacionales como Punto Verde, Fraccionamiento San Jorge, Jardines de San Pedro, La Eyupol, Los Ángeles, Jardines de Oriente, Fraccionamiento Josefina, San Isidro, Jardines de Jerez II y III, Valle de Señora, Cañada de Alfaro, León I, Unidad Deportiva I y II, Santa Rosa de Lima IVEG, Granada, Las Mandarinas, Periodistas Mexicanos (antes Jacinto López, fraccionamiento irregular, regularizado en la década de los 90), Residencial San Carlos, Residencial El Carmen, Brisas del Campo, Brisas del Campo II, Haciendas El Rosario, Residencial del Moral I y II, Balcones del Campestre (a finales de esta década), Lomas de Echeveste (al sur de la Presa de Echeveste), Unidad Obrera INFONAVIT, Rivera de La Presa Segunda Sección, Valle de Señora, Las Trojes segunda y tercera sección, Valle del Sol, Lomas del Sol, El Refugio Campestre, Los Laureles, Jardines de San Sebastián, Portales de San Sebastián (situada al suroeste de la Ciudad, sobre el Blvd. Hermenegildo Bustos, actualmente Blvd. Juan José Torres Landa), Rinconada del Sur, entre otros. También se fundan nuevos asentamientos irregulares que para la década de los 90 serán regularizados, como es el caso de las colonias 10 de Mayo, Libertad, Las Torres, Valle de San José, Refugio de San José, Lomas de Jerez (a un lado de la colonia Cerrito de Jerez), Rizos del Saucillo I y II, Villas de La Joya, Real de La Joya, Lomas de San José de La Joya, Centro Familiar Soledad, Joyas de La Loma, Saucillo de La Joya, La Ermita I y II, San Javier, Nuevo León, El Castillo, La India, Ribera de La Presa, Valle Hermoso II, III y IV entre otros. En los 80 se construye el Club Britania (situado al poniente de la colonia Club Campestre, al noroeste de León) y los fraccionamientos industrial San Crispín (a un lado de la planta terminal de almacenamiento y reparto de PEMEX) y Ciudad Industrial ubicado al sur de la Ciudad (actualmente colinda con el Blvd. Hermanos Aldama y la autopista León-Aguascalientes). Llegan diferentes equipamientos de educación superior como el Tecnológico de Monterrey campus León, Universidad Iberoamericana campus León y la Universidad del Bajío (actualmente Universidad De La Salle Bajío). Se abre el centro comercial Estrella, el cual tenía como punto de atracción una tienda de autoservicio y el cinema Estrella. A finales de esta década comienza la construcción del fraccionamiento Los Naranjos (Club de Golf). La extensión de vialidades propició el crecimiento de la ciudad de León en un corto plazo. Para a mediados de los 80 León contaba con una población aproximada de 900,000 habitantes, según el plano de la ciudad de León de 1985 realizado por Octavio Rodríguez Fernández. Para la década de los 90, se genera el Blvd. Juan Alonso de Torres ahora Blvd. Las Torres, desde el Blvd. San Juan Bosco y el Blvd. José María Morelos antes Libramiento norte; esta vialidad será Eje metropolitano del Estado de Guanajuato. Se construyen tres modernos e importantes centros comerciales que cambiarán las dinámicas recreativas de los habitantes en la ciudad de León y regionalmente: Plaza Mayor, Gran Plaza y Centro Max. “Plaza Mayor inicia con un supermercado, y después de esta primera etapa se concibe un centro comercial cerrado como era la moda en el resto del país…”. (G. Hernández, comunicación personal, octubre de 2017).
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La Plaza Mayor es el centro comercial con mayor grado de consolidación en la ciudad de León (situado al noroeste) al sur de la presa ‘El Palote’. Plaza Mayor logra atraer a gente de muchos estados de la República Mexicana convirtiéndose en un centro recreativo con mucho grado de simpatía. Con un concepto norteamericano, logró despertar en esta década en poco tiempo y en su primera etapa, el interés de sus propios habitantes. El proyecto consistía en tener tiendas anclas para generar mayor índice de atracción, combinados en sus espacios peatonales diversidad de locales comerciales, la primera tienda ancla que se instaló en este centro fue una tienda de autoservicios que posteriormente es desplazada por diversas tiendas departamentales. El espacio para caminar y recorrer todos estos sitios comerciales era cerrado por medio de una estructura metálica, cuya característica memorable eran sus domos de cristal; se utilizaron diversidad de materiales modernos y novedosos que hacían un lugar totalmente distinto poco común para los propios habitantes que acostumbraban visitar otros lugares de la Ciudad. “...Aquí también la ciudad de León se extiende, es en los 90 cuando surge más esta extensión de la Ciudad, el crecimiento que ha denominado mucha gente anárquico, crecen por crecer no estamos planeando y es cuando en el 94 surge un Instituto de Planeación (IMPLAN), donde no estaba Desarrollo Urbano y que es un área totalmente operativa...prácticamente ha tenido muchas facetas, ha buscado el cómo restringir ese crecimiento. En esa época eran 600 fraccionamientos los que teníamos en la Ciudad por la demanda de viviendas que surgían, y fue en la época que ya Planeación de Guanajuato (en el 95) cedió la autoridad al municipio de León de autorizar sus propios fraccionamientos”. (T. Gallardo, comunicación personal, octubre de 2017). En los años 90 también se crea el Parque Metropolitano de León, el Centro de Convenciones y Exposiciones (ahora Polifórum León). Se construyen nuevos desarrollos habitacionales como León II, CONVIVE, Residencial San Ángel, Conjunto Habitacional el Pueblito, Buenos Aires, La Lluvia, Las Hilamas, VIBAR, Bosques del Refugio, Club de Golf La Hacienda (Haciendas de León), Las Quintas, Cumbres del Campestre, Gran Jardín, Portones del Campestre, Jardines del Campestre, Granjas El Palote, El Granjeno (IVEG), La Moreña, Parque La Noria, Villas del Rosario, Sinarquista (fraccionamiento informal, regularizado en el 2001), Camino a San Juan 1ª. Sección (fraccionamiento irregular, regularizado en el 2007), entre otros. “...en 1993 es cuando se crea el patronato del Parque Metropolitano, un grupo de autoridades que tuvo la visión de hacer una propuesta de un parque que hoy es el parque más importante de la ciudad de León por la extensión que posee y que bueno, este espacio público trajo consigo después una serie de fenómenos muy interesantes y que tiene qué ver en cómo aprovechas el espacio público para hacer actividades turísticas en una ciudad que de origen no es turística. Esta reconfiguración que tiene qué ver con el crecimiento de una ciudad con el aprovechamiento en el buen sentido de espacios públicos…”. (G. Hernández, comunicación personal, octubre de 2017). En noviembre de 1994 se abre el Parque y Centro de Ciencias Explora, fue creado por el Patronato de la Feria Estatal de León y que actualmente es administrado por el Patronato de Explora. El Museo de Explora –como es conocido por sus propios habitantes–, cuenta
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con espacios interactivos donde el objetivo es aprender y entender diversos conceptos científicos a partir de la exploración. “Otro espacio público que también creo que ha sido hito en la Ciudad es Explora. Se hace en 1994,...se da mucho donde la iniciativa privada trabaja conjuntamente con el Gobierno municipal y le propone al Gobierno Federal que se desarrolle un Museo de Ciencias que hoy acompaña un parque y que también es uno de los espacios privilegiados de la Ciudad”. (G. Hernández, comunicación personal, octubre de 2017). A mediados del siglo XX, predominó el uso del autobús como transporte urbano cuya finalidad era la de satisfacer la necesidad de desplazamientos de las personas. Para finales de este siglo existían numerosas rutas que distribuían a la población por la mayor parte de la Ciudad. El aumento de la población y la extensión del territorio urbano generaron deficiencias en el transporte público, la movilidad de este tipo de transporte ocasionaba conflictos viales, saturación y caos, a partir de la combinación con el tránsito vehicular privado, la desorganización vial era presente en esta época. Las zonas productivas de la ciudad de León se encuentran situadas a grandes distancias de los puntos habitables, principalmente del sector obrero. Para la primera década del siglo XXI hasta la actualidad, León vuelve a tener expansión sobre su territorio municipal, se construyen diversos fraccionamientos residenciales, como el fraccionamiento La Marina, El Palmar, El Molino Residencial (construido en lo que en algún momento fue la reserva ecológica de León), Bosque Azul, Lomas del Gran Jardín, Porta Toscana, Porta Fontana, Country Club Gran Jardín, Misión La Cañada (Conjunto Habitacional Cerro Gordo I), Zanda, Cañada del Refugio, Barranca del Refugio, El Mayorazgo, Las Quintas II, Hacienda Santa Fe, Hacienda San Ángel, Real Hacienda Santa Fe, Sierra Nogal, Punta del Este, Lomas Punta del Este, entre otros. También se dan otros tipos de desarrollo habitacional como El Dorado, Villas de San Juan, Brisas del Carmen, Villas de San Juan (éste detonó la zona noreste de la ciudad), Villas de San Nicolás, Villas de San Nicolás II y III, Hacienda Los Otates, Jardines de San Juan, Jardines de San Juan II y III, Villas de Nuestra Señora de La Luz, Villas de Nuestra Señora de La Luz II y III, Parques de San Juan, Villas de Barceló I, II y III, Ribera de Barceló, Loreto, Hacienda San José, Foresta Jardín, La Foresta, La Campiña, La Campiña del Bosque, Paseos de Las Torres, Urbivilla del Roble, Brisas del Campestre, El Cielo, Cordillera, Katania, Portón del Valle, Paseos de Los Naranjos, Privanza Los Naranjos, Real Los Naranjos, Jardines de Los Naranjos, Amberes, entre algunos. A principios de la primera década del siglo XXI, comienza la construcción de las nuevas instalaciones del instituto Lux, situadas en la Av. José Vértiz Campero al sureste de la ciudad de León, así como también del centro comercial especializado en calzado y artículos de piel ‘Mulza’, el cual cambia nuevamente las modalidades de compra en la Ciudad, principalmente para visitantes que vienen del sureste mexicano: Ciudad de México, Puebla, Querétaro y municipios de Guanajuato. Este concepto cambió las dinámicas de movilidad de transporte foráneo en la ciudad. Para el año 2003 se genera la primera etapa de un nuevo sistema de movilidad peatonal para los propios habitantes de León, llamado Sistema Integrado de Transporte (SIT), la cual consistía en tener estaciones de transferencia que funcionaban en conjunto con las demás
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rutas de transporte urbano público, paradas intermedias situadas estratégicamente sobre las rutas proyectadas, donde el camión articulado, llamado posteriormente por sus propios habitantes ‘Oruga’ por su apariencia física, le brindaba un mejor servicio al usuario. Lo relevante de este sistema, es que el propio transporte contaba con su carril exclusivo con la finalidad de hacerlo más eficiente, práctico y económico. Una de sus rutas principales contemplaba circular por el Blvd. Adolfo López Mateos (vía principal de la ciudad de León). Esta nueva estructura de movilidad en la Ciudad cambió definitivamente la modalidad de desplazamiento para sus habitantes, transformándose nuevamente las dinámicas internas urbanas. Imagen 24. La primera etapa del SIT en el 2003 tuvo dos estaciones de transferencia situadas en el Blvd. Delta al sureste de la Ciudad, y en la colonia San Jerónimo al norte del centro de la Ciudad, y una Micro estación de transferencia situada en el Parque Juárez al sur de León. 51 Paradas intermedias, 26 Km de carril exclusivo para este tipo de transporte, 61 unidades articuladas y seis más se incorporaron posteriormente, comprendiendo un total de 40 rutas de red integrada, la cual está compuesta de tres rutas troncales, 31 rutas alimentadoras y seis rutas auxiliares; 98 rutas en total dan servicio a la Ciudad, con un costo total de 450 millones de pesos.
Sistema Integrado de Transporte, Blvd. Adolfo López Mateos, Industrial Julián de Obregón frente al Centro Comercial Centro Max. Fuente: recuperado de http://oruga-sit.leon.gob.mx/galeria (12 de diciembre de 2017).
El Fórum Cultural Guanajuato es un complejo cultural importante del centro de México, puesto en operación en septiembre del año 2006, ubicado en donde existían las instalaciones del Instituto Lux, entre la colonia La Martinica y el Estadio León. El Fórum ofrece una oferta cultural y artística que impulsa la formación de manera integral, contribuye en la formación integral de los programas académicos de las escuelas y universidades, colaborando en la incorporación de conocimientos en las artes visuales y escénicas. Acerca a sus públicos a eventos sin costo, tanto en espacios abiertos como cerrados, con la finalidad de colaborar con la economía familiar.
Para el año 2003 se genera la primera etapa de un nuevo sistema de movilidad peatonal para los propios habitantes de León, llamado Sistema Integrado de Transporte (SIT).
Para el año 2006 inician los trabajos de construcción del distribuidor vial San Juan Pablo II ubicado a la salida a Silao. Esta nueva obra mejorará de manera eficiente los pasos de circulación vehicular hacia distintas vías como el Blvd. Adolfo López Mateos, el Blvd. José María Morelos y el Blvd. Juan José Torres Landa, vialidades primarias de la ciudad de León, mejorando con un mayor control las entradas y salidas de esta zona de la Ciudad, sin embargo, el aumento de vehículos en los últimos años ha ocasionado que en las horas pico su funcionalidad esté limitada y condicionada. Para el año 2009 inician los trabajos de demolición del edificio Montes de Oca ubicado enfrente de la Catedral Basílica Metropolitana de la Madre Santísima de la Luz de León, para dar entrada a la Plaza Catedral Inaugurada el 2 de enero de 2012, la cual permitiría la vista monumental
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de esta relevante obra arquitectónica. Este nuevo espacio es construido como parte de las acciones emprendidas para fortalecer la vocación turística del municipio en el marco del plan ‘La Ruta del Peatón’, que surge en la administración del presidente municipal de León, Ricardo Alanís Posada en el 2003-2006. El domingo 25 de marzo de 2012, se le cambia oficialmente el nombre a la plaza llamándose ‘Plaza S.S. Benedicto XVI’, por el viaje apostólico a México y República de Cuba 23-29 de marzo de 2012. El Papa Benedicto XVI visitó la Catedral de León ofreciendo La Santa Misa, y terminando ésta, se tuvo la visita a la Plaza Catedral, donde se le hace oficialmente el nombramiento a este nuevo espacio público de León.
Mapa rutas del sistema integrado de transporte fase II año 2010. Se aprecia el crecimiento acelerado en los últimos años de León. Fuente: recuperado de https://issuu.com/wikileon/docs/sit2 (12 de diciembre de 2017).
Para este mismo año 2009, el día 17 de septiembre, se inaugura oficialmente la Plaza del Templo Expiatorio, una obra planeada a principios de la primera década del siglo XXI (igual que la plaza S.S. Benedicto XVI), es parte del plan ‘La Ruta del Peatón’. El proyecto original consistía en hacer estacionamiento subterráneo y en demoler edificios colindantes al templo por la calle Ignacio Zaragoza, hacer una plaza que diera vista en todo su esplendor de esta monumental obra arquitectónica desde la avenida Madero hasta la calle Pedro Moreno en tres etapas, sin embargo, el pago de indemnizaciones por los inmuebles afectados encareció el proyecto, llegando hoy en día hacia una primera y última etapa. Para la segunda etapa del SIT en el año 2010, se conformó con una nueva estación de transferencia situada en el Blvd. San Juan Bosco al noroeste de la Ciudad, una Micro estación de transferencia situada en el Blvd. Juan José Torres Landa, cerca de la colonia Santa Rita, frente a la unidad deportiva Jesús Rodríguez Gaona, al suroeste de la Ciudad. 10 nuevas paradas intermedias, cuatro kilómetros más de carril exclusivo, 29 unidades articuladas, comprendiendo un total de 72 rutas de red integrada, estructurada por tres rutas troncales, 49 rutas alimentadoras y 18 rutas auxiliares, con un costo total de 306 millones de pesos, según datos del Sistema Integrado de Transporte Optibús, León, Gto. Imagen 25. A principios del año 2012 inician los trabajos de construcción del centro comercial ‘Plaza Altacia’ ubicado sobre el Blvd. Aeropuerto, brindando a la Ciudad nuevos espacios de comercio así como de convivencia y recreación. Para el año 2014 inician los trabajos de construcción del distribuidor vial Benito Juárez situado en la intersección del Blvd. José María Morelos y el Blvd. Manuel J. Clouthier en la colonia Granjas El Palote. Para finales del año 2017 entra en operación en toda su totalidad esta obra que consiste en la construcción de dos cuerpos elevados de seis carriles con una longitud de 1.20 km, la intención es cruzar de manera segura y eficiente el tránsito, donde circulan diariamente más de 33 mil automóviles aproximadamente, además de canalizar de manera rápi-
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da el flujo a la vialidad Manuel Gómez Morín (antes antiguo camino a Comanja), donde existen más de 10 fraccionamientos residenciales de gran capacidad habitacional. El 9 de febrero de 2015 se inaugura oficialmente la plaza comunitaria ‘Cruz de Cantera’, situada en la colonia La Mora, sobre la Av. Malecón del Río de Los Gómez esq. con la calle Cruz de Cantera. La finalidad es de crear nuevo espacio público para sus habitantes y que a la vez diera vista al Templo Cruz de Cantera con el que colinda, un templo de estilo neogótico que mucha gente lo ha bautizado con el nombre del ‘Mini Templo Expiatorio’. Para esta nueva obra se demolieron edificios que dieron la entrada a este nuevo espacio de la Ciudad. Actualmente, la ciudad de León está demandando cada vez más vialidades, porque el parque vehicular ha sobrepasado sus propios límites, la necesidad de movilidad es cada vez mayor. A mediados del siglo XX, el tener un vehículo propio era un bien patrimonial, ahora, su uso es un producto necesario de movilidad que forma parte de los nuevos modos de vida de sus propios habitantes, la ciudad de León ha crecido tanto, que es tan extenso su territorio, las distancias son mayores y la manera directa de desplazarse a sus diferentes actividades es en vehículo. Esta exigencia está propiciando un nuevo rompimiento de su estructura urbana actual, conllevando mayor crecimiento y adecuaciones de su propia infraestructura, generando una repetición de desarrollo. La construcción de nuevas vialidades en León sólo solucionan temporalmente el flujo de automóviles, en un período no mayor a cinco años éstas quedan insuficientes por este aumento de número de vehículos. León ha multiplicado su crecimiento en un acelere constante, donde los nuevos fraccionamientos formales e informales situados principalmente en las periferias de la zona urbana de la Ciudad, van exigiendo día con día nuevas necesidades, son entes llenos de un hambre voraz de servicios y recursos naturales que día con día, la reserva de crecimiento urbano va disminuyendo en su territorio a un ritmo considerable, la expansión de las rutas de transporte urbano, por toda su superficie urbana, es un indicador evidente del aumento de estas demandas de sus propios habitantes.
Las distancias son mayores y la manera directa de desplazarse a sus diferentes actividades es en vehículo, esta exigencia está propiciando un nuevo rompimiento de su estructura urbana actual.
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La historia se construye de manera inevitable, así que, es preferible dejar registro de ella, pues está hecha de lo propio, por lejano que parezca; por ello, narrar las historias no sólo es para dar algo a conocer, sino para provocar un diálogo, generar un vínculo y ejercer el derecho a tener memoria.
En las siguientes páginas, se encontrarán diversas entrevistas que dan cuenta de las huellas del tiempo inscritas en la arquitectura de la ciudad de León, Gto. Son relatos de invitados(as) muy especiales, por el hecho de ser testigos, actores sociales o creadores(as) de los proyectos que han dado lugar a edificios u obras, que a su vez, han impactado profundamente en los procesos de consolidación de una identidad y una sociedad. Este capítulo aporta piezas al retrato honesto del espíritu que ha edificado la ciudad de León; evidencía las épocas, tendencias, políticas, acuerdos, desigualdades, aciertos, necesidades y necedades –individuales o colectivos, públicos o privados–, que han quedado pautados en el uso del espacio en esta localidad. Entrelíneas, hay una radiografía de lo que se consume y preserva, así como lo que se desaira y se destruye, tanto en el plano real como en lo simbólico. Es un trabajo que convoca a mirar los intentos de ser humano y ganar un lugar en el mundo. Como colaboradora del trabajo de investigación, invito a leer con honda seriedad los testimonios aquí presentados, pues son parte de una reflexión de ciudad, que no sólo incumbe al gremio de los y las arquitectos(as); es una crónica que pertenece a la ciudadanía de León, por ser fragmento de la historia que literalmente habita. Texto por: Lilia Martínez | Enero 2018.
Invitados especiales.
Lic. Carlos Arturo Navarro Valtierra Cronista vitalicio de la Ciudad y director del AHML (Archivo Histórico municipal de León).
Fotografía: Diego Torres.
En los últimos 50 años de la arquitectura en León, ¿qué procesos de transformación hubo en la Ciudad? “La transformación de León comienza en el siglo XIX de manera muy general, León fue siempre Villa, se hizo ciudad hasta el 2 de julio de 1830. En el siglo XIX hubo cambios radicales, ya que fue ciudad de refugio, a tal grado que, ya para 1864 era la segunda ciudad del país. La importancia se dio en lo industrial, primero en la industria textil, después vinieron la del calzado y la curtiduría. León fue la primera ciudad en México que aplicó ya energía eléctrica, y lo hizo precisamente
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mediante esta industria textil, en ‘La fábrica americana’. El crecimiento de León en la arquitectura, en la cultura en general, fue muy floreciente, dio motivo a que surgieran estilos arquitectónicos muy especiales, por ejemplo, el arte barroco tuvo su tiempo en los siglos XVII y XVIII, pero no quedó prácticamente gran cantidad de testimonios, son muy pocos los de arte barroco, uno el Templo de Señora de los Ángeles. Desde luego, los estilos surgidos afectan mucho a la identidad de una ciudad. Principalmente en el siglo XIX, sobre todo en el Centro de la Ciudad, se cubrió de arte neoclásico; entre los edificios más importantes tenemos el Palacio Municipal.
Y, hablando de los últimos 50 años, ligado al nacimiento del Colegio de Arquitectos, ¿qué nos puede contar de León y su arquitectura? “Prácticamente hablar del siglo XX ya no es hablar de una arquitectura neoclásica, es una arquitectura que se mezcla con el Art déco, llega tardíamente a León, pero surge aproximadamente por el año de 1928 y, cubrió de este estilo arquitectónico la Ciudad y, claro, esto es consecuencia de las inundaciones. Éstas tienen qué ver mucho con la arquitectura, desde las inundaciones del siglo XIX, por ejemplo, la de 1888 que destruyó cerca de 5,000 casas, afectó 117 manzanas, acabó con el León cultural, con lo económico y perdió ese segundo lugar que había ganado en la mención como ciudad; de ser ciudad refugio, se vino abajo por las inundaciones, pero de ahí también surgieron las construcciones, vino a surgir lo que se llamaba ‘El cerro’: la construcción de inmuebles de gente humilde, damnificada (les regalaron sus lotes a muchos de ellos), surgen la colonia Obrera, la colonia Guadalupe o del Santuario en el siglo XX. Luego, la inundación de 1926 fue muy destructora, y de ahí surge lo que se llamó Bellavista, con gran cantidad de inmuebles de estilo de Art déco, un estilo que también llenó la Calzada de los Héroes, el Barrio Arriba y algunas construcciones del Centro, notables en la primera calle: 5 de Mayo. Desde luego, la Segunda Guerra Mundial nos vino a marcar una etapa, sobre todo, en lo psicológico, generando una manera muy distinta de ser de los leoneses, pues hubo un cambio de los hijos hacia los padres, había sentimientos de libertad. Nací en los años 40, y que las mujeres estudiaban, era algo que antes no se daba en León y, desde luego, en los estilos arquitectónicos también tuvo impacto. Hay situaciones especiales, como por ejemplo: no nos gusta lo antiguo, lo artístico; nos gusta lo sencillo y surge precisamente por esa época un estilo modernista. No hay ornatos especiales, al contrario, prevalecía la sencillez de un inmueble, se buscaba comodidad y nada más. León se adhirió a ese movimiento modernista que fue el más popular de los estilos y sus variantes, el estilo funcional o internacional, inmuebles que prefiere León; por ejemplo, para el año 1973 se destruyó un inmueble colonial, porque no les interesaba a los leoneses ese estilo (el
edificio que conocemos como la Escuela Preparatoria de la Universidad de Guanajuato), para hacer otro. El actual (ubicado en la Álvaro Obregón), que tiene varios pisos tiene estilo funcional, es decir, hay que construir inmuebles que se hagan con el propósito de utilizarse, de cumplir con la función; simplemente es el arte funcional”. Detrás de estos materiales que ha mencionado, como la cantera, el aluminio y demás, hay gente que está habitando estos lugares, construyendo y modificando. ¿Qué nos puede contar al respecto? “La identidad de los leoneses es cambiante y dinámica, jamás vamos a encontrar la misma identidad, por ejemplo, la identidad se impactaba con las inundaciones, las epidemias constantes de los leoneses; la gente que construía veía tristemente cada inundación, perdían sus casas, eso pega muy fuerte en la identidad: ¿Para qué construir si la inundación lo va a destruir? Entonces, el leonés poco a poco se va a dirigir hacia lo útil, no hacia la creatividad, a la artesanía, no al arte; por eso, muchas construcciones no tienen la arquitectura. Sin embargo, el leonés poco a poco va cambiando su identidad en el desarrollo y en la evolución; por ejemplo, dio tristeza en este siglo XX con el surgimiento del Colegio de Arquitectos en los años 50, vimos cómo derrumbaron el Seminario Franciscano del Siglo XVI ubicado al poniente de la Plaza Principal para hacer un edificio comercial, estadounidense por cierto, y da tristeza cómo muchos leoneses por ese concepto relacionado con la posteridad de la Segunda Guerra Mundial, no querían algo antiguo, salían a la calle muebles artesanales bellos, bien trabajados, con ilustraciones de madera, salían roperos, comedores finísimos, pero la gente no quería lo antiguo. Y los inmuebles, ¿para qué hacerlos tan artísticos, tan bellos? No había necesidad, simplemente se buscaba la sencillez del modernismo”. En este sentido ¿qué obras considera relevantes para la transformación de la ciudad de León en los últimos 50 años respecto a su arquitectura, su contexto, cuestión Histórica y su identidad? “Creo que en los últimos años, ya en el desarrollo Histórico en el Colegio de Arquitectos, yo creo que ya hay que hacer tam-
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bién ciertas observaciones al ambiente, a la imagen urbana y que, desde luego, nos llena de satisfacción en la actualidad poder mostrarles, sobre todo a los visitantes, las construcciones de León que antes no se recomendaban, por ejemplo, podemos mostrarle a un visitante alrededor de unas 500 fincas de catálogo más o menos, un catálogo hecho por el Colegio de Arquitectos. Podemos tener muchas fincas muy destruidas, como por ejemplo, la que está restaurándose en la Plaza de Gallos y otras más. Ya hay conciencia de cuidar nuestro Patrimonio, lo que antes no importaba, en este siglo XXI sí nos importa. Tenemos muchos otros importantes, como lo es el neoclásico que está, desde lo más arriba, que es el Cerro del Calvario”. Usted que estuvo ahí como testigo del antes y después del Adolfo López Mateos. ¿Qué decía la gente? ¿Qué ocurrió con ese asunto? “Simplemente, lo que le llega al leonés son sentimientos de que si le vas a dar una vialidad y vas a tumbar casas, eso a nadie le parece y se protestó, pararon las máquinas. Se protestó ante los periódicos, porque no publicaron la nota de la oposición, pero a fin de cuentas se llevó a cabo de bulevar López Mateos, que gracias a eso León ha tenido desarrollo correcto en el tránsito; sin embargo, cambia todo, la identidad cambia. Si te ponen una plaza, algo nuevo, allí va todo León; y si hay un restaurante fino, el leonés te dirá que es la mejor comida de todo León. El leonés ya es distinto en esta época, el leonés del siglo XXI es distinto en su identidad, en su triunfalismo que difiere del temor de la inseguridad de antes”. ¿Qué nos puede contar de la creación de las colonias Arbide y León Moderno? “Desde luego costaron trabajo, no solamente la edificación, sino antes la venta de lotes. León Moderno, por ejemplo, tuvo el mismo nacimiento contemporáneo que Jardines del Moral, las dos colonias no se poblaron inmediatamente, todavía muchos años después había lotes vacíos en León Moderno y de un valor mucho muy inferior al de Jardines del Moral. Jardines del Moral tenía espacios también muy am-
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plios que quedaron sin construir y, desde luego, hay criterios sociales y económicos en el ir a habitar un espacio, un fraccionamiento nuevo. Volver al pasado, es volver a los problemas que surgieron allí; fraccionamientos irregulares que vendían por vender, pero no les daban ni agua, ni luz, ni nada, simplemente venderles en abonos fáciles a la gente; era crear problemas, como por ejemplo Las Joyas. Se multiplicaron los fraccionamientos irregulares y sólo le dejan problemas muy grandes al municipio, por ello, se ha puesto más estricto para el cumplimiento de la Ley de fraccionamientos, que no cualquiera lotificara o vendiera sin servicios públicos”. ¿Qué puede decir o vaticinar para los próximos años para la ciudad de León? “El espacio leonés sigue siendo limitado, va a ser peor, porque sus espacios de construcción de viviendas cada vez se reducen más, prácticamente se han ocupado espacios del norte, del oriente, del poniente, cada vez se multiplican más. Hacia el sur queda la parte que más se sacrificaba, en la que más se impedía se hicieran fraccionamientos, si nos damos cuenta, están surgiendo poco a poco terrenos que fraccionan, colindantes algunos con León y otros con San Francisco del Rincón, pero a fin de cuentas ya está viviendo mucha gente de muchas clases, inclusive de la alta, poco a poco se multiplican. Desde luego, hay organismos que nos podrán ayudar a resolver esta situación, por ejemplo el Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN); sin embargo, debe atenderse con mayor rigorismo esta situación, se debe tratar de convencer a la gente, sobre todo, a los fraccionadores que construyen inmuebles que entreguen con servicios para habitarse. León se está acabando en espacios, la verticalidad es la solución. León es una ciudad que desde el siglo XIX ya tiene descripciones de cronistas, es una ciudad llena de inmuebles de un solo piso, de vez en cuando alguno de dos pisos, así se cubrieron todos los espacios, creció León, se invadió el campo que poco a poco se ha ido perdiendo por tanto fraccionamiento, ha interesado más el negocio que el futuro positivo de León, hay que tener mucho cuidado, poner mucha atención ante todo, en los fraccionadores”.
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Arq. Carlos Flores Montufar Integrante fundador de la Universidad Iberoamericana León.
Fotografía: Diego Torres.
¿Qué nos puede contar de León y de su contexto en los últimos 50 años, a partir de su arquitectura? “Pues sí me ha tocado ver una transformación, una ligeramente fuerte y una más radical, lo que a mí me tocó fue un León donde el sentido de la cultura era fuerte, la civilización no estaba nada mal, pero luego, vienen ciertas ambiciones que son muy difíciles de detectar: ¿Hasta dónde las ambiciones se pueden llamar legítimas, con respecto a la honestidad, a un crecimiento? ¿Hasta dónde están los fenómenos de la especulación?
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El León que yo conocí tenía un perímetro muy rico y bello, era la ciudad y el parque campesino, aquí donde estamos (Col. Andrade) había maíz, la Calzada Tepeyac era de un empedrado bellísimo que iniciaba en donde termina la Calzada de Los Héroes. León, todo el mundo lo sabe, a finales del siglo XIX y principios del XX sufre inundaciones fuertes, eso creó la necesidad de desarrollarse hacia puntos externos, la estructura urbana empieza a treparse en cerros, lo que se conoce como el cerro de Bellavista, donde están el Santuario de Guadalupe y la calle Antillón; el aeropuerto estaba en el cerro que ahora es
la Arbide; una colonia muy interesante. En el cerro se desparramaba una serie de caseríos un tanto cuanto aislados; en el lecho bajo estaba la plaza de toros, de madera preciosa. Desde ese cerro se veía la Ciudad, esa calle Antillón era muy interesante, hace el perímetro fundamental del cerro, generó opciones muy interesantes. La Ciudad crece, si mal no recuerdo en 1984 León tenía 120,000 habitantes y era una población estable. La imagen urbana, las calles de León perfectamente puestas, en el escenario de las necesidades, el equilibrio entre comercio, industria, vida profesional, vida obrera y vida campesina era extraordinario, el corazón de León de los Aldamas, era una democracia interesante, no es que no hubiera clases sociales, pero eso no era un obstáculo para una fraternidad interesante, había esa convivencia fisionómica, por lo tanto, un testimonio de una armonía social. Te estoy hablando de los años 50 y 60; León terminaba por la parte norponiente, en lo que conocemos como el Parque Hidalgo, hacia el borde natural de la Miguel Alemán (que era un río), de allí empezaba a subir este cerrito de Bellavista. Una topografía muy interesante, con crisis sociales, pero perfectamente remediables. Si sigues hacia lo que hoy llamamos Prolongación López Mateos, hacia el Seguro Social, todo eso era verde, ahí se disolvía la ciudad con otra característica muy bella, estaba el Cerrito del Calvario. Para seguir, hay un tema implicado, creo que se ha perjudicado el haber confundido la economía con las finanzas. Ahora, hacemos arquitectura con los materiales que nos ofrecen como novedades y la arquitectura se olvida del espacio y se convierte en algunas instrumentaciones antes de pensar en el muro o el hueco que son estas ventanas, puertas; esos huecos tan maravillosos. En lugar de estar pensándolos en función del espacio, que es la chamba de los arquitectos, se ha convertido en una especie de cuadro de Piet Mondrian. Ahora, están pensando en el acabado y en una serie de cosas por el estilo, muchas veces obligados por las necedades del cliente; es desde mi perspectiva. El amañamiento de las finanzas hace que el cliente desconfíe del arquitecto, el arquitecto desconfía del cliente y entonces tenemos que detallar absolutamente todo, cuánto cuesta el tornillo y todo material ocupado. Entonces, se está haciendo una
arquitectura en donde la capacidad creativa del desarrollo del espacio se te puede esclerotizar. La arquitectura que satisface necesidades primarias, las cuales son hermosísimas, pero luego se pasa al catálogo de los espacios socialmente permisibles y, entonces surge el maravilloso INFONAVIT (entre comillas), donde te dicen las dimensiones máximas y mínimas, donde los espacios de las alturas te los regulan y, pues obviamente, se les olvida el consumo de oxígeno que tiene una persona en la noche. La arquitectura dejó de ser el sabio manejo de los espacios, se redujó a acabados baratos, la desgracia de la producción de la partícula, donde los individuos empiezan a crear una sociedad, su propio barrio, perdón, no se les puede decir barrio, mejor dicho, su colonia o privada, ésos que quieren estar lejos de todo aquello que es historia, porque dentro de esa historia se recuerdan que algun día fueron obreros, como si fuera algo desgraciante, entonces, ponemos los clústeres en el campo, debido a que alguno creyó que la tierra no producía y le ofreció una lana un desarrollador o una inmobiliaria, y son los que están golpeando enormemente el crecimiento descalificado de una sociedad; lo peor del caso, es que nosotros creemos que el progreso, es crecimiento de la Ciudad, y ya estamos viendo todos los problemas que tenemos, cuando antes hacías 10 minutos en transportarte. En este sentido, las escuelas no hemos cumplido con la habilidad crítica de lo qué es un desarrollo, y no me refiero sólo al urbano, sino también al de la economía, el comercio, etc.”. ¿Podría hablar de lo que ocurrió en Bellavista? Pues enfatizó en que hay una historia que no se está viendo. “Luego de la urgencia natural, se genera el escenario de crear allí las habitaciones de los que antes habitaban en el centro, los de oficio tejedores, sombrereros y trabajadores que estaban naturalmente puestos en el cerro. Haciendo memoria, este cerro tiene unas callejuelas maravillosas pero abandonadas, no están trabajadas. Se supone que los pueblos y los barrios se desarrollan para que la gente de ese lugar pueda vivir allí dignamente, con espacios bellos, saludables, pero se ha invertido para que vaya el turismo. Que yo recuerde, Floren-
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cia no se hizo para el turismo, se hizo para habitarse. Venecia se hizo por cuestiones militares, no para que fuéramos de luna de miel, está hecho para que la ciudad tenga razones fundamentales para permanecer. Bueno, pues ese potencial que tiene Bellavista, es para que no se convierta en un turismo de que las mejores enchiladas del Bajío, no se trata de eso, se trata de que la gente de allí viva muy bien, con la salud fundamental, me refiero, a salud fisica, emocional, salud inteligente, todo eso que tiene qué ver con los arquitectos vía el soporte sociológico y antropológico. Cuando los arquitectos abandonan la observación de la necesidad real del cliente y le cumple no sus necesidades, sino sus necedades. En la operación urbana, si nos vamos al macro, no se atienden la necesidades del lugar, sino las necedades políticas, hay que saber por qué se convirtió esa sociedad en esa fragmentación de sociedad, pero bueno, estamos empeñados en el crecimiento”. Es cuando surge una pregunta: ¿Cómo puedes desarmar estos trucos disfrazados de una moral financiera? “La economía incluye muchos elementos desde la producción y la geografía, que te conducen a la organización de un sistema o proceso social, que si se aleja de la geografía y la reproducción natural, empieza a perder los procesos de industrialización. La economía se construye por procesos antropológicos y sociológicos, tendremos que ser muy cuidadosos para que todos los elementos funcionen armónicamente. La fiscalización, no es otra cosa más que eso, que lo que se está produciendo en virtud del beneficio social, en beneficio de la comunidad mayor, llamado estado o país, que esté en equilibrio. León en su punto bueno, era la Perla del Bajío. Respecto a la llegada del López Mateos, todavía hay personas de aquel tiempo que se enorgullecen por la avenida, esto fue una rajada, una herida de lo que era León, Gto. Ahora, lo ven con árboles y todo, quitaron los coches para poner unos horrorosos ficus, se murió el comercio, se les olvidó la sociología, la antropología. Cuando se hizo, las máquinas parecían caricaturas que tumbaban todo a su paso, veías un montonal de gente sacando sus muebles, nada más que la memoria de los leoneses
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y de los mexicanos es muy corta, pero había una gran cantidad de mujeres llorando porque les estaban destruyendo su casa. Fue raramente escandaloso, ni chance de poder sacar sus cosas, yo lo vi. Ahora, lo hacen en los campos de cultivo, 11 hectáreas de campo que no producen y ya ves, los hijos se van al otro lado, pero luego te acusan que eso es marxismo o comunismo, pero no, eso se llama economía“. En este sentido ¿qué obras encuentra relevantes y han contribuido a la transformaciones de la Ciudad? “En el plan de la partícula arquitectura, el edificio donde estamos, hecho por el arquitecto Agliberto Llamas, que gracias a él estas partes que empezaban a construirse en los años 60, ya empezaba un crecimiento modesto y ordenado: colonia Andrade. Este edificio esquina con Av. América y la Roma, un edificio con una sobriedad impresionante, que te permite la flexibilidad del uso del espacio, marcando las pautas con mucha elegancia y sobriedad; soporta los que ya algunos otros arquitectos contemporáneos empezaban a visualizar, la arquitectura y su función específica, la dimensión de los espacios, lo que un muro es un muro, lo que es una ventana, es una ventana, empieza a provocar visualmente ciertos lineamientos de orden visual y entonces otros arquitectos, como los arquitectos Carpizo, Torres Martínez y otros más, tenían la posición de una arquitectura que no contradijera la historia de lo urbano en León, pero sí con nuevas consideraciones que la comodidad exige. Creo que en los cambios de uso de suelo hay que irse con mucho cuidado, éstos pertenecen a la propia vitalidad de la Ciudad, ahi viene lo que debiera considerarse como una regulación, en donde está la tendencia moralista. En el plano de reestructuraciones, remodelación y rescates, puedo señalar la Biblioteca Torres Goméz, la remodeló el arquitecto Alejandro Orozco; importante conocerla. La menciono porque la partícula es la parte fundamental del tejido social urbano, una sinfonía urbana, así se construye, nota por nota, aunque esto sea muy melódico, porque la arquitectura es musical, y así, en esa obra. El exterior pertenece a la Ciudad.
En la arquitectura, en el trato del cliente, tienes que ser un psicólogo muy fino, te está diciendo sus deseos e ilusiones, pero cuidado, no todos los deseos e ilusiones son sanos, los sabemos los seres humanos. Al arquitecto se le olvida que la persona que pide sus servicios, tiene una constelación, un cosmos de ilusiones maravillosas; por ser arquitecto, tiene que saber que dentro de esa constelación lo que realmente es esencial a satisfacer es la necesidad no la necedad. Simplemente, como dijo Le Corbusier, un piso mal puesto puede causar un divorcio”. ¿Cómo visualiza los próximos 50 años para la ciudad de León a partir de su arquitectura? “Creo que las escuelas, las universidades, no deben de someterse tanto a los planes de estudio que les impone la Secretaría de Educación, con todo respeto, pues creo que deben atender a la consistencia de lo que es humano, pues están disminuyendo sus facultades críticas, no digo capacidad, sino facultad. Creo que la inteligencia del hombre no es de capacidades, es de desarrollar interactuantes neuronales, a ese tanto me refiero, si las personas no han desarrollado su talento, porque las demás partículas de la sociedad están secundadas al paternalismo organizacional de los otros, entonces las universidades no deben cooperar a lo que está de moda como ‘el liderazgo’, sino más bien, hablar de conciencias responsables de cada partícula.
porada a la acción social. Mientras esto no se atienda, auguro una fatalidad dentro de 50 años. Si cambia, tendremos bendiciones por dónde quiera, pues un corazón duro se rompe, en un corazón duro rebotan las cosas; la impunia, el insulto, la traición, en un corazón blando queda tan cobijado, que lo convierte en calor de gracia. La arquitectura son sinfonías, son poemas, son ensayos, es Carlos Fuentes en las calles, es Sor Juana Ines de la Cruz en estas actitudes de voz femenina, que nos urge en esta gran Ciudad. Lo que realmente une al ser humano es la memoria, ahora se borran memorias, se hacen lobotomías, lo que había ya no está, a la Ciudad le arrancas cachos y le ponen otros, esto desconcierta, los nombres de las calles no tienen sentido, a veces ya ni están. Cuando era chico, en aquella casa había salitre, y a mí me encantaban esas manchas, mi madre decía que hacía falta quitarlo, yo defendía esas manchas ocrosas, verdosas, me parecían admirables, te conducen a otras posibilidades. La sensibilidad no sólo te abre a la espectación de la fuerza física, sino que también, te abre a otros misterios. La necesidad de lo humano llevado a la dignidad humana, es una obra de misericordia, es lo mismo que las manchas; es importante mirar”.
Yo pienso que en el trabajo de las escuelas está la esperanza, y los cuerpos colegiados deben cumplir con el fin y propósito del ser humano. Mientras las escuelas no vigoricen los conceptos que realmente dignifican al ser humano, considerando que la arquitectura es uno de los signos más poderosos de la identidad digna de una sociedad, asimismo, radiografía de la pobreza, de la dignidad que los habitantes tienen; mientras se siga resolviendo esto desde convenios financieros revanchistas o ventajosos, habrá un deterioro de la visión de una sociedad, lo que causa eso en el ser humano es el abandono de su propia conciencia, la arquitectura es el claustro inmediato de la conciencia, me refiero a la casa habitación, al hogar, a los parques, me refiero a la urgencia de espacios comunes, del respeto de la partícula, de la calle, la banqueta, sin rejas, una incor-
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Arq. Graciela Amaro Hernández Directora del IMPLAN (Instituto Municipal de Planeación de León).
Fotografía: Diego Torres.
Haciendo un ejercicio de reflexión de ciudad, ¿qué nos puedes contar de León y su contexto? ¿Qué transformación significativa recuerdas en los últimos 50 años a partir de su arquitectura y su espacio público?
yas en la ciudad, bien, mal o regular, pueden pasar justamente 50 años o más en el caso del Patrimonio catalogado y, lo vas a seguir teniendo ahí presente. El cómo se construye una ciudad tiene qué ver con cómo los ciudadanos vamos llegando a acuerdos.
“Hablar de arquitectura y espacio público durante 50 años en una ciudad como León, que ha tenido un crecimiento superior al de muchas ciudades en el país, es complicado, una ciudad no se entiende únicamente por la arquitectura o por los espacios públicos, pues éstos se ubican dentro de un territorio, un suelo finito, es decir, lo que tú constru-
Ahora, hablando de un período de los 60 (del 67 al 2017), la ciudad de León en 1960 era una ciudad que estaba en franca detonación económica, había una industria del sector cuero y eso trajo a la Ciudad gente de otras regiones, por ejemplo, de los Altos de Jalisco. En los 70 en México hay por primera vez una Ley General de Asen-
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tamientos Humanos, todo este crecimiento que están teniendo las ciudades mexicanas y que no estaba planificado, trajo una seria reflexión a nivel nacional. En León se comienzan a hacer ejercicios interesantes en el 77: Se crea la Dirección de Desarrollo Urbano; después hay varios momentos en la Ciudad ya con esta dirección. Se empieza a crear un Comité de Planificación Municipal, hay un primer plan rector que se da también en los 70. Después, en 1986, se habla de una actualización de dicho plan. Es importante hablar de Historia, porque conforme se va planificando la Ciudad con sus retos, con sus aciertos y sus errores, conjuntamente la iniciativa privada y el gobierno en turno, se va haciendo a partir del espacio público, de las obras arquitectónicas. La propia iniciatia privada fue creando ciertos espacios que han configurando algunas de las arterias o de las vialidades principales de la Ciudad, el caso de López Mateos es significativo. Antes del López Mateos había un Patrimonio Arquitectónico en el Centro Histórico de la Ciudad, hoy no existe, se abrió una vialidad importante regionalmente en aquel momento, pero que destruyó mucho Patrimonio Arquitectónico y reconfiguró el Eje central, como se le conoce hasta el día de hoy en León”. ¿Qué tendríamos que aprender de ese evento Histórico? “Creo que tenemos que aprender de la Historia, es relativamente sencillo criticar una situación en la que no se estuvo, en la que no se dialogó. El López Mateos marcó una dinámica de modernidad en este país, México tenía que salir a la modernidad y los tomadores de decisiones de esos años a nivel nacional la entendían como abrir grandes avenidas. ¿Qué es lo que ha sucedido? Hemos seguido evolucionando, seguimos estudiando y nos hemos dado cuenta de que tendríamos que llegar a algún análisis más objetivo para no destruir patrimonio arquitectónico, porque ése nunca lo vas a volver a recuperar y más bien, tratar de buscar otros elementos que den fluidez a la Ciudad. Hay que documentar, hay que estudiar, hay que analizar, hay que hacer memoria a largo plazo y participar, pues somos dados a la crítica, pero poco dados a invertir tiempo en participar en mesas de solución colectiva, no de intereses sectoriales”.
Siguiendo con las transformaciones de León, ¿qué más nos puedes comentar? “En los 90 se da una reflexión mucho más madura de qué es lo que tendríamos que hacer con la Ciudad, surge un fenómeno a partir de la gente que llega a León y no encontraba espacios cercanos al primer cuadro de la ciudad; entonces, se empiezan a generar lo que se denomina como asentamientos irregulares en las periferias de León, no tenían ningún permiso ni asesoría técnica para construir. Si hablamos ya del entorno urbano, de imagen urbana de cómo se tendrían qué ver estas viviendas, pues tampoco ha habido el apoyo ni de la iniciativa privada, ni del Gobierno municipal, más que en algunos casos, para ir apoyando a estas familias. Hablo de esto, porque esto va configurando una ciudad, este tipo de desarrollo o los mismos desarrollos en un fraccionamiento, es muy común que la gente haga alguna ampliación de su vivienda y va configurando estéticamente positiva o negativamente la imagen urbana, en cuanto a paisaje; es lo que va sucediendo en una ciudad. Otro gran elemento que configura una ciudad, tiene qué ver con espacio público; en León hay algunos ejercicios, desde mi punto de vista, muy interesantes de espacio público que se dieron también en los 90, el primero es en 1993 cuando se crea el patronato del Parque Metropolitano, un espacio regional de un grupo de ciudadanos, de un grupo de autoridades que tuvieron la visión de hacer una propuesta de un parque que hoy es el parque principal de la Ciudad por la extensión que posee. Dicho espacio público trajo consigo una serie de fenómenos interesantes, tiene qué ver con cómo se aprovecha un espacio público para hacer actividades turísticas en una ciudad que de origen no es turística. Esta reconfiguración, tiene relación con el crecimiento de una ciudad, con el aprovechamiento en el buen sentido de espacios públicos. Otro espacio público que también ha sido hito en la ciudad es Explora, se hizo en 1994, mucho por la iniciativa privada en conjunto con Gobierno municipal, se le propone al Gobierno Federal que se erija un Museo de Ciencias que hoy acompaña a un parque, también es uno de los espacios privilegiados de la Ciudad; tendríamos que tener 20 Exploras más. Uno más, si lo quieres ver como una semilla que se sembró en ese momento, es el conjunto Polifórum. En esa época, es importante hablar también de la inundaciones, en los
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90 está el tema de Mariches y Piletas, que fue pues una tragedia en aquel momento, esa tragedia dio la lección a los leoneses de que siempre podemos sacar oportunidades de cuestiones complicadas que se nos presentan, siempre salimos adelante y eso, se ha demostrado no solamente en los 50 años sino a lo largo de la Historia. Es muy noble el tema de los espacios públicos de los arroyos que conviertes en parque lineal, porque primero le das la oportunidad a la gente que tenga relativamente a pocos metros de sus colonias un espacio público; segundo, evitas que se tire basura en el arroyo, y tercero, son arroyos que se convierten en espacios recreativos, espacios de movilidad. Un espacio público bien gestionado, bien diseñado, bien construido y, sobre todo, bien adaptado por la comunidad; también se puede convertir en un vínculo en el tema de ciclovías y de andadores peatonales, eso es algo que creo, inició con Mariches y no ha evolucionado a la velocidad que debería evolucionar, pero también, marcó un elemento importante en los 90. Hay otras condiciones también de los 90, importantes y tiene qué ver con Polifórum, un elemento poco documentado en León de cómo puedes lograr que la iniciativa privada ponga al servicio de la mayoría de la población un conjunto de espacios arquitectónicos. En su momento, era para una necesidad de la industria del sector cuero y calzado, por SAPICA y ANPIC, fue un elemento arquitectónico único en la ciudad de León y que la ha marcado. Cuando se construye el Polifórum no había oferta hotelera en la ciudad, porque el Centro de Convenciones era local, entonces con su crecimiento, fue generando la oferta hotelera, misma que tiene proyectos buenos y otros que con lo complicado que es hablar de estética, también son parte del paisaje urbano, y hablando de los últimos 50 años, lo anterior detonó otra transformación: los centros comerciales, los que había en los 80, no tienen nada qué ver con los que tenemos este 2017 ni en tamaño, ni en número o condiciones; el crecimiento de centros comerciales fue exponencial, se derivó de la oferta de comercio y servicios que Polifórum estaba poniendo en punta en la Ciudad. En centros comerciales también ha habido de todo, ha habido condiciones de proyectos arquitectónicos que, inclusive, se repitieron en muchas ciudades en el país, como la Gran Plaza, como en Guadalajara y Mazatlán, que el
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modelo era el mismo, aun cuando las condiciones de la Ciudad eran distintas. Centro Max en su momento, también marcó una condición de un desarrollo comercial importante en la Ciudad, atrajo otra serie de servicios. La evolución que estos centros comerciales tienen qué ver con la relación del espacio público, ha sido significativa. Plaza Mayor inicia con un supermercado, y después de esta primera etapa se concibe un centro comercial cerrado, como era la moda en el resto del país. Entrando en la década del 2010, hay una ruptura, una exigencia de los ciudadanos respecto a que el déficit del espacio público, los centros comerciales se convierten en este elemento que venía arrastrándose no solamente del resto del país sino de Estados Unidos, suplieron un poco la falta de espacios públicos. Al día de hoy, Plaza Mayor se ha reconvertido en lo que era y ahora es, en un espacio semiprivado, los ciudadanos se sienten cómo en un espacio público, cuando en realidad es privado. Se debe hablar de tener banquetas construidas, de no tener contaminación visual por los anuncios, el tener uniformes en cuanto a señalética, mobiliario urbano, etc., ha sido muy complicado que se vayan haciendo intervenciones, hay un gran reto, pues lograr que una ciudad no sólo sea exitosa en lo económico, sino también como espacio arquitectónico o espacio urbano, es una función de una autoridad que rehabilita espacio público, pavimenta calles y hace gestión social, es en lo que se tiene que trabajar más, algo que no se hacía hasta hace pocos años, antes de ello, sólo se contrataban a algunos arquitectos para hacer un proyecto que se iba a adoptar o no por si la gente, pero no había comunidad involucrada en esa gestión”. ¿Cómo lograr acuerdos entre la ciudadanía y la iniciativa privada para la gestión del espacio público? “De acuerdo a la ONU, una ciudad se puede evaluar cada 20 años, son ejercicios de su programa Hábitat, se reúnen en grandes asambleas mundiales para reflexionar sobre estos temas, y se hacen cada 20 años. Es un proceso de transformación que tiene elementos de planificación y de continuidad; otro gran reto que se tiene. Los ciudadanos, en realidad quieren espacios públicos abiertos, no semiprivados,…eso
dará más elementos en nuestra Ciudad para que sea una ciudad mucho más segura que cuando hacemos como guetos y cada quien cuida una parte de sí, pero ni el que está dentro se entera de lo que sucede afuera, ni el que está afuera sabe lo que sucede dentro. En gran medida, el urbanismo que se conoce aquí, es el de Estados Unidos: ciudades extensas que dependen en un 98% del coche, largas horas para llegar de un punto a otro punto, desarrollos cerrados. Ese urbanismo es el conocido por los ciudadanos que no son especialistas en esa materia, y lo consideraron una opción. Es hasta los últimos 6 años cuando se habla de las ciudades compactas, densificadas, con el doble o triple de áreas verdes y espacios públicos, vivienda vertical, es un concepto más europeo, complejo de imaginar, pero importante poner sobre la mesa para llegar a cumplirlo en la realidad; para ello, la gente tiene que pasar un proceso de evolución, a hacer renuncias para vivir en una ciudad compacta que ofrece más alternativas que hoy no se tienen”. ¿Qué viene para León en los próximos 50 años? “La ONU ha hecho estudios sobre qué es una ciudad emergente y presenta estas características: Una población de entre 1.5 a 3 millones de habitantes, León tiene 1’600,000, aproximadamente. Todavía tiene muchas áreas de oportunidad, son cambios que pueden transformar radicalmente ciertos aspectos de la ciudad de hoy a diferencia de las megalópolis. En este tipo de ciudades como León, lo que el Banco Mundial plantea es que en los próximos 20 años hagamos el ejercicio con ciertos elementos, no pretender solucionar todo, pero sí poner a prueba proyectos piloto de las ciudades más compactas, que se detenga el crecimiento desmedido. Nosotros le llamamos ponernos de acuerdo en el Plan de Acción, uno que requiere vivir en vertical, dejando el espacio público que esta Ciudad requiere. Otro reto es la movilidad, somos un ejemplo con el SIT, pero aún falta mucho por trabajar, que no vaya tan saturado, que tenga aire acondicionado y tenga más elementos para ser una opción a utilizar por la ciudadanía. Tenemos que acordar una visión compartida para que en los próximo 20, 30 ó 50 años se gane en la Ciudad. El otro gran elemento que tenemos que superar en los próximos 50 años
es el tema de la desigualdad. León tiene esa desafortunada característica, tenemos zonas con actividad económica, con equipamiento, con desarrollos inmobiliarios de primer nivel, pero también, tenemos 300,000 leoneses que viven en condiciones precarias, entonces a esa gente hay que dotarle vivienda digna, apoyarles para que puedan seguir construyendo sus viviendas de la mejor manera, llevarles equipamiento, hacer un ejercicio de movilidad que hoy no tienen, eso es el otro gran reto para los próximos 50 años. Lograr que dichos asentamientos se conviertan en barrios, con servicios, empleos en la misma zona, hay muchas condiciones socioeconómicas que hay que ir trabajando, y hace falta el involucramiento de la inciativa privada, de los colegios de profesionistas en este tipo de actividades. Todos tenemos que ir poniendo de nuestra parte para ir atendiendo a estas familias que no están en las mismas condiciones favorables del resto de los leoneses”. ¿Cómo lograr esta participación social al servicio de la Ciudad? “Muchas veces nos preguntan cómo Instituto ¿qué estamos haciendo por la Ciudad? Pero también pregunto: ¿Qué estás dispuesto a hacer tú por tu Ciudad? Ése es el tema, no solamente por tu colonia, quitándole el elemento sectorial. Hay obras arquitectónicas que han logrado dejar satisfecho al cliente, pero además, han logrado conciliar un proyecto al aporta un valor a la Ciudad, se trata de no sólo enfocarte en tu obra, sino en qué harás con ella sin llevar el ego por delante, que sea algo que realmente aporte, que sea un ejercicio con reflexión, que llegue a tener cambios, y a eso, estamos poco dispuestos. La otra propuesta está en las universidades, las ciudades no se construyen por un solo sector de profesionistas, sino también, por diferentes ámbitos de acción con sus respectivas maneras de ver las cosas. Hoy está la innovación, en las universidades hay proyectos, alguien hablando de un espacio arquitectónico, diversas especialidades no sólo un tema de arquitectos. Lo que se trata en el Instituto, es cuando menos llegar a una visión conjunta de los grandes sistemas, qué es lo que queramos que suceda para León, pero el resto de los elementos no sólo de una persona. Una ciudad no sólo es construirla, sino habitarla, con toda la pluralidad, eso también implica una reflexión y una decisión de cómo involucrarnos y participar; es hacer gestión en el entorno.
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Arq. María Eugenia Pineda Velázquez Socia Fundadora de AURA (Arquitectos Urbanistas Asociados). Directora de Desarrollo Urbano de León (1986-1991).
Fotografía: Diego Torres.
¿Qué nos puede contar de León, su contexto y transformación de los últimos 50 años, a partir de su arquitectura? “Yo no nací en León, pero llegué hace como 42 años de la Ciudad de México, en ese momento México era una cosa diferente a lo que es. De León, puedo decir que tiene gente muy abierta, platicadora, centrada e interesada. A mí me impactaron mucho el cielo azul y los atardeceres del Bajío que, definitivamente, no los encuentras en la Ciudad, los pierdes de vista por las escalas; me impactaron también mucho la plaza y los barrios de León, la Plaza Principal por su vida, su ambientación y su gente. León tiene una característica muy importante, la gente es muy activa
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y muy participativa, cuando llegué aquí no había tantas universidades, sobre todo para la mujer, ellas estaban totalmente vetadas para la Educación Superior, en ese tiempo empezó a fluir el hecho de que vinieran más universidades y empezaran a dar opciones a los jóvenes, nosotros nos involucramos mucho con la Iberoamericana, pero así como está, muchas otras universidades empezaron a crecer; fue un cambio importante. La participación de la mujer requería de hacer buenas negociaciones, yo pienso que es principal ver por la familia, y también creo que hay momentos excelentes en la vida de una mujer profesionista. Sí hay que hacer buenas negociaciones. Yo fui directora de Desarrollo Urbano, veíamos la cuestión de movilidad en el tiempo
“La ciudad de León tiene su identidad propia, fundamentalmente marcada por la gente, la que hace la ciudad. La gente en León es muy participativa, siempre se ha manifestado, los proyectos se logran cuando la gente los ha empujado. Creo que la conectividad nos está afectando a que haya un equilibrio diferente en las ciudades, seguiré insistiendo mucho en fortalecer la comunidad, o sea, que no perdamos de vista los arquitectos que nuestros espacios, los ámbitos en los que vivimos, pues son de la gente y para la gente, tenemos que conocerla mejor, hacer que se sienta bien viviendo en su ciudad. Yo creo que a pesar de que las modernidades se puedan dar, hay cosas muy interesantes en cuestión de sustentabilidad, de negocios, de interrelación, de tecnologías, etc., todo eso está bien y nos va a impactar, nos va a ayudar a que tengamos una mayor armonía con el medio ambiente, pero ciertamente lo más importante es la comunicación entre la gente; entonces, los espacios, tanto en edificaciones como en lugares públicos, pues tendrán que balancearse con esa conectividad. Se necesita ser un poco más humildes, porque a veces nos sentimos muy artistas, sin duda, sí tenemos algo de artista, no se puede negar, pero ciertamente tenemos que ser más humildes y reconocer que estamos al servicio de la gente, eso no lo debemos olvidar, ellos son los que mandan y nosotros somos los que interpretamos lo que necesitan.
de Carlos Medina Plascencia como presidente municipal, fue cuando se dieron las cosas para actuar como intermedio en la gestión en la que SEDESOL aportó recursos a León como ciudad media y poder empezar a generar un cambio importante en la movilidad de la Ciudad. Ahí empezamos a evaluar que la gente caminara por lugares adecuados, lugares para bicicletas, el transporte colectivo; asunto que le ha dado un acento diferente a León respecto a otras ciudades. Una ayuda que tuvimos fue de la Universidad Iberoamericana, nos apoyó en la capacitación de los técnicos; sin embargo, las administraciones son cortitas, se requiere de mayor tiempo para ir impactando. Otro cambio fue el Polifórum, los empresarios de León han sido muy proactivos y solidarios; cuando apareció este lugar, empezó pues a gestarse toda esta actividad económica muy importante para la ciudad, surgieron los centros comerciales como Plaza Mayor, empezó a jalar un poco el desarrollo de la ciudad y sacar a la gente del Centro”. ¿Cuáles de las obras de León considera relevantes que considera que han contribuido en la transformación de la ciudad y en qué sentido? “Los espacios públicos es un tema que ha interesado a León, son espacios compartidos por la ciudadanía en general no un edificio, son importantes en la ciudad, porque se encuentra una armonía de comunidad, yo creo que León lo ha ido logrando poco a poco. La importancia de cuidar los espacios públicos, estar atento de sus barrios, estar atento de su zona Centro. Ha habido espacios importantísimos como el Fórum Cultural, la misma Feria, con todo ese conglomerado, es muy importante, igualmente el Metropolitano y Explora, que son espacios también importantes.
La arquitectura también tiene su parte estética, su parte artística y su parte de habilidad funcional, tiene varios ingredientes que forman parte, pero para mí lo más importante es lo que ofrece el arquitecto como espacio a la gente, la que lo va a utilizar, entonces, eso es lo que a veces nos falta, un poco de medida porque queremos imponer más de la cuenta, yo creo que tenemos que ser más sencillos en la habilidad del diseño. Otros tenemos otras habilidades que no son las estéticas específicamente, pero esta sensibilidad social es muy importante y creo que no se les debe olvidar a los arquitectos. En el despacho hacemos en equipo varios estudios, planes maestros, no sólo un arquitecto, puede entrar un economista, un sociólogo, un licenciado especializado en cuestiones legales, etc., en equipo tienes ángulos diferentes, te pueden dar una recomendación para ser tomada en cuenta, o bien, quedarte exclusivamente con la parte del arquitecto. Y claro que el efecto sea de lograr espacios bellos, bien diseñados, pues afectan a las personas que los habitan, les impacta en las actividades que desarrollan, es una fuerte responsabilidad”.
León todavía defiende mucho sus barrios, sus plazas y sus rinconcitos, es algo de las cosas que yo quisiera que no se perdieran. No es trabajo de una persona, siempre los programas importantes de mucha continuidad requieren de un equipo, de diferentes áreas, es cuando digo que las autoridades, los técnicos, los empresarios y los de transporte, son como los engranajes que tienes que ir llevando para que se puedan dar las cosas los proyectos”. ¿Qué puede decir respecto a la visión para los próximos 50 años de la ciudad de León?
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Dr. Salvador Zermeño Méndez Director del Centro de Investigación y catedrático de la Universidad de León; León, Gto.
Fotografía: Diego Torres.
50 años de arquitectura en León. ¿Qué nos puede contar de León, de su contexto, que transformaciones significativas recuerda a partir de este lapso de tiempo? “Entre 1940 y 1950, León tiene aproximadamente de entre 141,000 a 209,000 habitantes, el 50% de la Ciudad no tenía pavimentos, el 80% tenía energía eléctrica y el 20% tenía drenaje. León presenta vías no pavimentadas, es decir, existe polvo en el ambiente. Luis Long, describe que en 1909 antes la ciudad no tenía ningún pavimento, 50 años después, aún la Ciudad no tenía calles pavimentadas, por ejemplo, la calle
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Madero no tenía pavimento. La Ciudad no era salubre. En 1950, el equipamiento y la infraestructura se dan en un proceso donde la Ciudad se configura como un parte aguas para la educación: escuelas preparatorias públicas, escuelas preparatorias particulares, empiezan a aparecer equipamientos médicos, a partir de este proceso la Ciudad comienza a pavimentar sus vialidades. En 1950 entra la modernidad, pero no llega a León, en este período muchos profesionistas leoneses se forman a penas en la Ciudad de México. La ciudad de León se configura como insipiente en su infraestructura, cultura y equipamiento urbano.
León empieza a perder edificios patrimoniales, se genera una destrucción, como es el caso del Teatro Doblado, el Seminario Conciliar del siglo XVI al lado de Presidencia Municipal, pierde aspectos importantes. León es la segunda ciudad más importante en términos de cultura, en 1950, con las experiencias de las inundaciones de 1888 y 1926, León forja su cultura en el trabajo de un modo antropológico, se empiezan a construir los grandes edificios religiosos monumentales modernos. Para este período se van a construir proyectos de ensueño que son muy interesantes, pero por otro lado, se va a abonar muy poco hacia los espacios públicos, hacia los equipamientos médicos asistenciales que van a tener en los años 70 un enorme rezago, de los años 70 a los años 90, –es hasta ahora que se empiezan a retomar. La Ciudad salubre, la ciudad de la cultura, la ciudad educativa surge en el año 2000 en estos 50 años, la ciudad empieza a tener una reconfiguración muy lenta, en torno a los soportes más importantes: salubridad, educación, cultura del espectáculo, equipamiento e infraestructura y, por un lado, se van a empezar a abonar una diversidad de proyectos, pero no de manera planeada, los procesos de planeación que surgen en los años 80, el primer plan de Desarrollo Urbano, va a estar situado en un proyecto de planeación estratégica funcionalista, un poco ingenuo. Aparece el Blvd. Adolfo López Mateos, corta la Ciudad, corta los barrios, la idea es que la gente entre y salga, que pueda tener un intercambio comercial fluido, pero este proceso de flujo permite meter una gran cantidad de vehículos, incluso, se prevé la posibilidad de hacer las calles del Centro Histórico más anchas. Entonces, empieza la destrucción del Patrimonio Arquitectónico, muchas fachadas de los edificios se recorren dos o tres metros y se destruye parte del Patrimonio; un ejemplo, la calle Madero que tarda en pavimentarse, es una de las primeras calles que se pavimentan, pero a su vez, a partir de los años 60 y 70 la calle Madero es la que empieza a sufrir la destrucción de todas las casonas Históricas que se encontraban en ese punto, y empiezan a convertirse en estacionamientos, esto va a hacer que la Ciudad de funcionalismo ingenuo, que es la idea un poco de hacer una ciudad de comercios, una ciudad de negocios, vaya perdiendo ese toque que tenía antes de 1950.
En el año de 1960, el Centro Histórico es el punto de impacto de la especulación inmobiliaria, y el Arco de la Calzada empieza a ser el punto final de la Ciudad. Por lo tanto, es necesario que esos terrenos que se encuentran pegados al Centro Histórico, si ya se construyó la infraestructura en esos 10 años de pavimentación y drenaje, empiecen a configurar los espacios de la especulación del suelo, y eso permite de alguna manera el primer negocio inmobiliario de la Ciudad, que tiene una expansión enorme, la ciudad de León ahora es una ciudad muy conflictiva, muy conflictiva en su tránsito urbano y el origen se da en 1960. En 1960 son 270,000 habitantes, se da el inicio del gobierno de Juan José Torres Landa del período de 1961 a 1967, se construye el Blvd. Adolfo López Mateos, que es un eje estructural que va a conectar el origen y el destino, que es la entrada a León que viene de la Ciudad de México, a lo que va a ser el norte a través de la ciudad de Lagos de Moreno, pero se fracturan todos los Barrios: el Barrio de Santiago, el Barrio del Coecillo; y el Centro Histórico queda dividido, esta destrucción de la traza original de la Ciudad con la relación de la ciudad funcionalista, aunado a que el gobernador en turno y con algunos políticos desvían el Eje hacia a algunos terrenos de particulares y esto de alguna manera va a configurar el motor de la Ciudad, el motor de ésta no es a favor de los ciudadanos, sino a favor de la especulación inmobiliaria, el capital. Se dan cuenta que la tierra tiene un valor y que ese valor puede, de alguna manera, configurar la proliferación de espacios urbanos, estos contrastes hacen que el suelo sea muy extenso y no apto ni para ancianos, ni para niños; no es caminable, no es gozable, su extensión urbana se ha perdido en ese sentido, pero su origen se da desde la construcción del Blvd. Adolfo López Mateos y la política es la racionalidad instrumental en el proceso del urbanismo, es decir, te doy verdades a medias, se menciona que el Eje es necesario, necesitamos meter mercancías, necesitamos sacar productos, y suena esa verdad a medias, suena muy bien, pero el problema más delicado es que la verdadera realidad es que fracturan los barrios, fracturan las identidades, destruyen los Patrimonios: Histórico, Arquitectónico, el legado de la ciudad de León.
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Usted, siendo un apasionado por la restauración, ¿cómo interpreta la destrucción del Patrimonio Histórico? “En el 2017 el periódico am hizo un inventario con las fichas catalogadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, quedan 384 monumentos, de ésos 150 están en ruinas y 50 ya no existen. El patrimonio es un legado que está situado en los rituales en las tradiciones y en los mitos, y ese legado tiene historias de vida y sus cargas, es el único testimonio objetivo. Hoy en día, existen testimonios muy pobres, hemos borrado nuestro pasado; atesorar es un elemento fundamental, porque atesoramos la conciencia objetiva de la propia identidad de los leoneses, se borraron la historias de vida con un afán de negocio utilitario inmediato, el turismo cultural se convierte en un turismo de negocios, se obtienen ganancias a largo plazo. En 1980, se dan el libramiento Morelos y el Blvd. Juan José Torres Landa, se construye el Mariano Escobedo y se desarrollan los ejes México-Guadalajara, Eje Norte-Sur, Libramiento Norte-Sur, Ciudad Industrial, la conexión con los barrios obreros, se desarrollan colonias populares de interés medio, las primeras colonias: Bugambilias y Manzanares. Además, aparecen los ejes que van a estructurar la Ciudad. Estos ejes que estructuran la Ciudad nunca comprendieron su propia fisonomía, los nuevos ejes van desarticulando la identidad de la misma. Se dan nuevas colonias populares, se da la primera colonia por el INFONAVIT, ‘Las Arboledas’, desarrollada por el Arq. Enrique Aranda, el cual configura un proyecto interesante, tiene áreas verdes con un 40%, espacios públicos casi al 47%, se escuchaba amigable, pero fue curioso que teniendo esa gran cantidad de espacios públicos se convierte en una colonia con mayor índice de criminalidad y de violencia, las casas tiene hasta 160 m 2, 120 u 80 m 2, son casas muy grandes, la arquitectura se convierte en un producto de capital hacia un proceso inmobiliario, no tiene nada qué ver con la humanización de las ciudades. Un humano no nace humano, se humaniza. La ciudad construye el espacio humanizado, y si el espacio no está humanizado, y si el espacio carece de espacios públicos y yo destino la mayor cantidad de los recursos al coche, significa que muchos leoneses no alcanzan a tener este proceso
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de humanización, es un elemento delicado, siendo León una ciudad con una gran cantidad de universidades, no se alcanza a ese proceso. En los 80 se van configurando las colonias León I y León II, colonias reducidas en espacios públicos; se reconstruye el Teatro Doblado, se configura la Casa de la Cultura, se desarrolla el Archivo Histórico Municipal, se va desarrollando la zona hotelera con el hotel Condesa, los primeros centros comerciales, la Manzana Verde en la calle Madero como elemento importante. Se van desarrollando gran cantidad de proyectos, como el Centro de Convenciones; aunque la feria es insipiente en su desarrollo. Aparecen cines más pequeños y dejan las salas enormes como los cines Madrid y Buñuel, que son cines culturales que después tienen un replanteamiento a cines eróticos, con otro tipo de lógica. A finales de este año se dan 744 nuevas colonias, la ciudad de León crece de 1950 a 1980 cuatro veces su tamaño, significa que aunque ya circulaban alrededor de 100,000 vehículos en 1989, es fundamental replantear el Eje, y en el Eje se construye el primer plan llamado PITUL (Plan Integral de Transporte Urbano de León) para poder integrar un poco el transporte urbano, quitar los estacionamientos, esto de alguna manera genera un conflicto fuerte, 2000 cajones de estacionamiento se quitan, el Eje muere por el retiro de los cajones, los edificios empiezan a envejecer, en estado ruinoso, la imagen urbana es pobre y los negocios desaparecen. De 1990 al año 2000 empieza la configuración de centros comerciales, éstos empezaron a proliferar en el 2000, como Wal-Mart y Oxxo, la ciudad está reconfigurándose a una ciudad comercial, a León viene mucha gente por el zapato, viene una gran cantidad de camiones que van configurando estos escenarios. En la administración del presidente municipal, Ing. Irineo Durán (1958-1960), se desarrollan los primeros mercados modernos, como son Apolo y Comonfort, le dan una fisionomía particular a León. El mercado es un espacio público por excelencia y la configuración de los bienes que se dan ahí, que son muy ajenos a la construcción de los que van a ser los centros comerciales como Altacia, La Gran Plaza, Plaza Mayor; el mercado es un proyecto cercano a los pobladores. También el escultor Federico
Cantú (1962-1964) desarrolla en el IMSS T1 un proyecto importante para la Ciudad: un teatro y una plaza, esta plaza se une con la Plaza del Mariachi situada en la Av. Miguel Alemán y Blvd. Adolfo López Mateos, estas dos plazas son fundamentales, en el año 2000 se le colocan las rejas, y se presenta la privatización de las plazas. Cada uno de los espacios públicos en la Ciudad se empieza a privatizar, como es el caso de las Deportivas del Estado”. ¿Me podría enlistar la arquitectura de la ciudad de León que considera relevante? “La escuela de Medicina y el Hospital Regional como un proyecto muy importante para la Ciudad. El nacimiento de las prepas entre 1950-1960, los Institutos América y A. Mayllen, el Instituto Leonés, el Instituto Lux, que son tendencias de la arquitectura moderna, van a configurar el proyecto educativo. La configuración de los mercados a partir de los años 80: el mercado del Espíritu Santo del Arq. Víctor Reyes, que van a armar un proyecto importante; naturalmente de todo el enfoque de la arquitectura moderna del Arq. Agliberto Llamas de todos los bancos: Bancomer y Banamex actual, con la Cámara del Comercio, varias casas que van a configurar el proyecto arquitectónico, todos estos arquitectos intentan bajo esta lógica del CIAM (Congreso Internacional de Arquitectura Moderna), y la carta de Atenas: La Humanización de la Ciudad; el intento es una redistribución equitativa de los procesos y de los proyectos del espacio público y privado. Las colonias León Moderno y Andrade intentan con esta utopía revertir el 40% de áreas verdes y de espacios públicos; apuestan a esa utopía que después naturalmente no se va dar. La T1 se piensa como espacio público; además, la propia plaza de toros, pensando en los cambios de mentalidad de hace 40 años sobre las corridas de toros, no había ningún problema, actualmente sí los hay, hay un cambio de lógica. Los primeros hospitales privados, Aranda de La Parra, el Centro Médico del Bajío, no son grandes obras arquitectónicas a comparación de los edificios diseñados y construidos por Agliberto Llamas, espacios con una notoria capacidad estética, estos edificios de los que estamos hablando no lo son, tie-
nen un proyecto social importante. En este momento, podemos afirmar que el Fórum Cultural es importante para los leoneses que tenga tintes ideológicos bajo la estructura del poder claramente vinculados hacia lo que quiere la ciudad moral: que los leoneses consuman o se eduquen; un tema complejo bajo esa óptica puede ser un hito importante”. ¿Qué nos puede decir de León en los próximos 50 años? “Hay un diálogo crítico, oportuno, sensato, la sociedad civil empieza a participar, se empiezan a discutir los proyectos, como es el caso del Parque Hidalgo o la Plaza de Gallos, los proyectos empiezan a abrirse, implican una retroalimentación permanente y constante. ¿Cómo podemos configurar una ciudad más humanizada? La ciudad educada, la ciudad de las nuevas generaciones traduce un enfoque distinto, el tema es presionar hacia nuevas posibilidades, y esta construcción humanizada nos pudiera llevar a ponernos de acuerdo, primero a los arquitectos a romper estas barreras que existen para la conformación de proyectos ciudadanos hechos por leoneses para los leoneses, es la primera vez que algunos arquitectos empiezan a retomar la Ciudad, los arquitectos leoneses que conocen bien su ciudad, empiezan hacerse cargo de ella y empiezan a participar en proyectos muy importantes, no voy a confiar en un arquitecto que viene de fuera o que no conoce la ciudad de León y que vende espejitos. Por otro lado, creo que el gran problema en estos 50 años que han acontecido hemos enterrado el espejo, significa que, no podemos ver lo que somos, sabemos que León ya es una ciudad con ciertos índices de inseguridad, muy conflictiva en torno a proceso urbano y con muy pocos espacios públicos y donde la mayor parte de los recursos se van a inseguridad y en vialidades, ¿cómo podemos empezar a abonar a un proyecto estético? Hablando del patrón estético de configuración no de belleza, la Ciudad se encuentra en un patrón dramático, es una relación de conflictos entre algunos seres que algunos sí han alcanzado la humanización y otros no, es el drama de la humanización. El patrón de inteligencia requiere de una inteligencia colectiva, la mayor parte de los
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arquitectos han jugado un juego de Lego, ni obra, ni proyecto, ni imagen; entonces, el patrón de inteligencia colectiva, nos sentamos a discutir, desenterremos lo que somos, dialoguemos los problemas y enfrentémoslos con inteligencia colectiva, sumemos a la sociedad organizada para que esa inteligencia se vea. La ciudad estética se configura con la ciudad del conocimiento, la ciudad del conocimiento tendría qué ver una ciudad altamente informatizada, si estoy informado, puedo opinar y los recursos no se van a sueños, muchos de los proyectos de la Ciudad se han reconvertido en sueños de gran utopía, estamos porque estas plazas lograron traer una gran cantidad de empleos, es un juego de mentiras son razones a medias, cómo podemos configurar un proyecto en una ciudad en este sistema de información que permita que las cosas se puedan transparentar, los recursos públicos se puedan transparentar y los arquitectos, urbanistas, sociólogos, antropólogos, ingenieros, filósofos y artistas conjunten una ciudad mucho más dinámica. Una ciudad que pueda ir de un patrón dramático y de sobrevivencia a un patrón de inteligencia, y un patrón estético donde los proyectos sean pensados inteligentemente con la información clara, constante y correlacionada hacia los problemas reales, donde los leoneses participemos y el Colegio de Arquitectos esté en los proyectos más emblemáticos e importantes de la Ciudad, para que pueda configurarse este patrón estético que va hacia una ciudad que pueda repensarse constantemente, que pueda subir de nivel. Humanos que se hagan humanos. No es afortunado en este momento, lo veo con gran esperanza, porque estas nuevas generaciones
están educadas y van hacia esas perspectivas, hay una lógica diferente, hay un despertar intenso, lo ve muy alentador, tengo una gran fe, significa ver a, en un proyecto que pueda estar situado en un contexto científico, artístico, estético, filosófico, que pueda ahora configurar la nueva esfera, no de la moral sino de la ética, una esfera y una ética transcultural que pueda convivir con sociedades diversas con criterios diversos, con aperturas distintas en una configuración estética de inteligencias múltiples: democráticas, solidarias, cooperativas e integrales. La ciudad estética se configura con la ciudad del conocimiento. La ciudad del conocimiento tendría qué ver una ciudad altamente informatizada, si estoy informado, puedo opinar y los recursos no se van a sueños, muchos de los proyectos de la Ciudad se han reconvertido en sueños de gran utopía, estamos porque estas plazas lograron traer una gran cantidad de empleos, es un juego de mentiras, son razones a medias. Cómo podemos configurar un proyecto en una ciudad en este sistema de información que permita que los recursos públicos se puedan transparentar y, los arquitectos, urbanistas, sociólogos, antropólogos, ingenieros, filósofos y artistas conjunten una ciudad mucho más dinámica. La ciudad de León padece y sufre los estragos de políticas de turismo ajenas a ésta. El Festival del Globo se convierte en algo de los leoneses, sí, pero lo sufrimos. El rally sí, pero lo sufrimos, terminamos padeciendo las derramas económicas. La inteligencia es colectiva, un arquitecto no puede solucionar los problemas de la Ciudad, se requiere de la inteligencia de los arquitectos en colectivo”.
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Arq. Luis Enrique Ibarrola Cortés
Fotografía: Diego Torres.
¿Qué nos puede contar de León en el contexto y transformación de estos 50 últimos años de su arquitectura?
Arquitectos, hizo mucha obra, entre ellas el templo de San Judas Tadeo, el Banco del Comercio: Bancomer, el Banco Nacional, aunque ahora le hayan echado a perder su trabajo”.
“Lo importante es el resurgimiento que tuvo la ciudad de León a partir más o menos de estos años, porque empezamos a llegar a esta ciudad los arquitectos, pues sólo estaba el Arq. García, luego llegó Carpizo, papá de Fidencio. Llegamos Beto Velázquez y yo, como dos años después llegaron, Agliberto Llamas, Enrique Aranda y Fito Torres Martínez. Yo creo que uno de los que hizo más trabajo en León fue el arquitecto Llamas, además de que era un excelente arquitecto y fundó el Colegio de
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Profundizando en la llegada de los arquitectos en una ciudad, ¿cómo impactó en la transformación de la ciudad de León? “El licenciado Juan José Torres Landa puso en marcha la transformación de la Ciudad. Tuvo muchísimo trabajo y problemas, inclusive, no se pudo hacer una obra como él hubiera querido, porque faltó presupuesto además de tiempo, pero con el tiempo se fue transformando.
En principio en el Eje no se metió ni drenaje, entonces, se tuvieron que hacer drenajes, instalaciones eléctricas, telefónicas, de agua, en fin, todo eso, pero ahí es donde yo pienso que empezó la transformación de la Ciudad y empezó a haber trabajo de los arquitectos. Aquí estábamos unos buenos, otros regulares y otros mal hechos, pero de todos modos se daba un paso adelante.
lacio Municipal que estaba muy descuidado. Una de sus mejores obras, me parece fue la que hizo con Polifórum: el teatro, el muso, la biblioteca, todo por su iniciativa, León le debe mucho, y es cuando hay que hacer uso del dicho `De lo único que se debe abusar es de la gratitud´. La pérdida de Roberto Plascencia es de su familia desde luego, pero también es una pérdida para la Ciudad”.
Antes de que yo llegara se hizo el fraccionamiento León Moderno y a la gente de León no le entusiasmó, se quedaron como unas 10 casas los mismos de la empresa que hizo el fraccionamiento, era un lugar muy árido, no había árboles ni vegetación, entonces se veía ya muy triste, pues no era agradable, no recuerdo en cuánto daban los terrenos, pero los daban muy baratos.
Qué bien que hace un espacio para la memoria colectiva, y siguiendo en esta línea, nos puede decir las obras que considera relevantes en León y, ¿por qué? “El Polifórum es una obra importantísima, mire la gente de León es muy trabajadora, lo puedo decir porque yo soy moreliano. La zona comercial es de primera importancia, ha transformado las zonas habitacionales como lo son el Blvd. Campestre y el Mariano Escobedo, ahí se tumbaron 3 casas grandes para hacer centros comerciales, eran casas muy buenas, una de ellas, la del Dr. Andrade. Asimismo, puedo mencionar la Plaza 500, obra de Vito Ascencio, para mí la mejor torre de la ciudad”.
En mi caso, trabajaba en la Ciudad de México cuando terminé mi carrera, allí había dos compañías constructoras, una de ellas la Inmobiliaria Bustamante, fue la que hizo el Fraccionamiento de Jardines del Moral y de Granjas del Jerez. Yo me hice amigo del Arq. Bustamante y me propuso que hiciéramos el fraccionamiento de Jardines del Moral, pero en ese tiempo nada entusiasmaba a la gente de León, más que vivir en el Centro, con sus casas recibidas en herencias de años y años. Yo buscaba ser independiente, así que, vine a construir unas casas, empecé con 4, luego paré porque faltaba dinero y terminé ninguna, me fue muy mal, entonces empecé a hacer mi lucha por fuera, a relacionarme y haciéndome de amigos. La primera casa importante que hice así, fue la del Dr. Juan Manuel López Sanabria en la Arbide, una casa muy grande, pues prácticamente una novedad en la ciudad, para entonces la Arbide ya estaba funcionando.
¿Qué puede decir al respecto de los próximos 50 años o sea, qué parte va a tocar en aprender, qué pronostica? “Lo que necesitamos es ordenar la cuestión de organizar, la Ciudad necesita movilidad, obra que sea sustentable”. ¿Qué nos puede contar sobre su participación en el Colegio de Arquitectos, qué ha faltado, qué ha realizado respecto a la transformación de la Ciudad y qué retos tiene por enfrentar? “Yo creo que ha hecho mucho bien el Colegio, en primer lugar le dio más personalidad a la arquitectura de León como agrupación, todos sus presidentes han sido buenos elementos y han estimulado mucho al profesionista”.
Volviendo a la época del movimiento político ya más contemporáneo, podemos hablar del Partido Acción Nacional que empezó a tomar fuerza en la Ciudad. Para las elecciones, formaron una planilla encabezada por el Dr. Juan Manuel, mismo que me invitó a su equipo, en ese tiempo estaba de salida Echeverría en el Gobierno Federal y no nos hicieron válido el triunfo, por lo que ni el gobernador Luis Ducoing y ninguno de la planilla nos dejamos vencer, luchamos y nos manifestamos, total que se llegó a un acuerdo, lograron aceptar a cuatro regidores del PAN en la planilla del PRI y se nombró como presidente interino a Roberto Plascencia, con él se sintió un cambio fuerte, hubo obra para trabajar, rescató el Pa-
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Arq. Amador Rodríguez Ramírez Director del IMUVI (Instituto Municipal de Vivienda de León).
Fotografía: Diego Torres.
¿Qué nos puedes contar de León en el contexto y transformación en los últimos 50 años? “Hace 50 años podemos hablar de una decadencia del Movimiento Moderno y del surgimiento del posmodernismo, con lo que ello implica. A nivel político, se relaciona con el neoliberalismo, lo que ocurrió en los 80 con Salinas; empieza a detonarse el tema de la desigualdad social e inequidad que deriva en un abandono del Urbanismo, entendiéndolo, como la disciplina que hace ciudad y no intervenciones aisladas.
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La Ciudad de hace 50 años estaba configurada por colonias o fraccionamientos diseñados por especialistas, el conocimiento de la población estaba acotado, el crecimiento no había sido exponencial, surgen colonias como la Andrade, está como el mejor ejemplo de urbanismo. Fue a partir de los años 70 cuando se presentó el crecimiento de un modo descontrolado y nadie se puede dar a basto para seguir diseñando la Ciudad de acuerdo a un orden, un reglamento o leyes. Por tanto, surgieron las colonias irregulares y ahí, inicia el desorden urbanístico. Se construyen las colonias periféricas fuera de todo control de la
autoridad, fuera de un diseño por parte de los arquitectos y se comienza a abrir la brecha de desigualdad social. Igualmente, considero que hubo un momento que se le responsabilizó demasiado a los arquitectos por el éxito de los proyectos urbanísticos, les pedían que diseñaran un conjunto urbano, que fuera funcional, una vivienda exitosa… pero no iban acompañados de otras disciplinas como sociología, antropología, etc. Además, pareciera que la problemática social se ha observado como una estadística, un número, un déficit que se pretende atacar de manera cuantitativa y no cualitativa, por ejemplo: Si se considera que hacen falta mil viviendas, se construyen mil viviendas, pero no se atiende a su ubicación, condiciones geográficas y demás elementos que se traducirán en condiciones de vida para sus habitantes. Los resultados son los que estamos viendo, el urbanismo se ha vuelto un negocio para desarrolladores inmobiliarios que marginan al arquitecto, a la disciplina del diseño; algo triste, contra lo que hay que luchar actualmente”. ¿Cuáles son las obras que consideras relevantes y que han contribuido a las transformaciones de la Ciudad? “No quisiera sonar pesimista, porque tampoco es mi estilo, pero para responder, yo mencionaría como lo más notorio a lo que hemos dado forma en la Ciudad en los últimos 50 años. Hay dos vertientes, la del crecimiento orgánico, espontáneo que se asemeja a cómo crecían las ciudades hace dos o tres mil años y, por otra parte, esta consecuencia de una política económica, de una política social, o bien, su ausencia, donde la ciudad se vuelve algo decidido por personajes completamente ajenos al arquitecto o al diseñador urbano, etc.”. ¿Arquitectura y política social? “Pareciera que no tienen mucho en común, pero en realidad, convergen y el punto de encuentro es para mí el urbanismo, es lo que hace falta, más arquitectos urbanistas, que se involucren en temas políticos, y no lo digo porque haya más arquitectos que se lancen a puestos de elección popular o algo así, sino que realmente se involucren en las decisiones de su ciudad.
Como obra que pone esto en evidencia, tenemos el Fórum Cultural, pues es un claro ejemplo en donde ha habido convergencia de disciplinas, voluntad política y arquitectos de talento, que han llevado a cabo proyectos para esta obra, es un espacio que cualquiera puede aprovechar; es cuando hablar de ciudad, es hablar del punto de encuentro para la diversidad, sin embargo, hoy en día estamos haciendo lo contrario: La gente con recursos económicos se encierra en su fraccionamiento y no tiene el contacto social que se genera en un barrio donde conviven todos los niveles sociales; es lo contrario a lo que se está construyendo”. Jugando a la imaginación ¿cómo sería hacer espacios habitacionales con las características del Fórum Cultural? “Buscando que la presencia urbana responda a la Ciudad, generando un espacio público, que se detone esa situación. Ahora, en el Instituto Municipal de la Vivienda (IMUVI) tenemos dos proyectos que precisamente su virtud es ésa, llegan a una colonia ya consolidada de muchos años, no llegan a imponer su presencia y a rechazar su entorno, sino que realmente llegan a reconstruir un escenario urbano, lo que se le llama tejido social. Son obras que buscan revitalizar una zona urbana con cierto deterioro, ubicando si hay un espacio público, una calle, una plaza o mercado cercano, un lugar para apropiarse como un elemento de la identidad de esa comunidad”. Frente a esta reflexión de ciudad, ¿cuáles son los retos, limitaciones y planes del IMUVI para León? “Hemos buscado y encontrado muy buena respuesta por el Colegio de Arquitectos, de la academia, hemos estado cercanos con diferentes Escuelas de Arquitectura, para involucrar en estos temas. Aquí atendemos justamente a quienes no pueden acceder a una vivienda por los medios tradicionales, ya sea INFONAVIT o créditos bancarios, pues es la mayoría de la población la que está en dicha condición, entonces, hemos buscado retomar la vocación de ser un Instituto que también desarrolle vivienda, lo hemos conseguido por lo menos con 200 viviendas que hemos entregado en dos años de administración; son logros importantes, ahora el reto es seguir haciendo un esfuerzo muy grande para solventar el déficit de miles de viviendas aún existente; ése el gran reto.
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Otro desafío es lograr estimular a los actores sociales para que se involucren y generen proyectos que atiendan la necesidad de vivienda en el municipio. Como dato importante, este período lo estamos cerrando con alrededor de 7 mil lotes regularizados en alrededor de 25 colonias. Lo más interesante, sobre todo para los arquitectos, es que la mitad de dichos lotes son baldíos que se incorporan a la legalidad, acceden a servicios, pagan predial, etc. Esto se traduce en 3 mil 500 oportunidades para la intervención arquitectónica en la Ciudad, es decir, la posibilidad de un crecimiento más ordenado, estético, incluyente, una vivienda digna que sea parte de una ciudad más ordenada y, por qué no decirlo, más bella y más justa. Es una alternativa para que un arquitecto con hemisferios cerebrales balanceados, sea decir, un lado racional, con rigor científico y, por otro lado, la parte creativa y soñadora”. ¿Qué pasa con la creatividad y la intención de hacer ciudad, cuando un arquitecto tiene que responder a la solicitud de su cliente ‘el que paga’? “Para los arquitectos es muy importante dignificar nuestra disciplina, tener muy presente lo que hace por su ciudad, que se involucre con el aspecto urbanístico, que ponga su mirada en el resto del territorio, no ser sólo el que interviene”. ¿Qué ideas crees que se puedan implementar entre los arquitectos, el gobierno, las universidades, asociaciones, la ciudadanía y otras profesiones para lograr esa ciudad más ordenada y justa? “Es una reflexión que hemos tenido en el Instituto desde hace poco tiempo, buscamos tener mayor cercanía con la academia, el Colegio de Arquitectos, entre la sociedad misma y el gobierno para generar soluciones y que éstos tengan un impacto más fuerte en la calidad de vivienda habitacional, que es el grueso de la población. Nos interesa promover que se deje de ver la vivienda social como una mercancía y se aborde como un derecho humano, asumir el error de dejar que la vivienda fuera el negocio de algunos empresarios que han
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hecho mucho dinero y empresas en los últimos 30 años. La vivienda como un derecho humano junta a los ciudadanos, antes de que exista un edificio, hay una comunidad y se resuelven problemas sociales de vivienda e impactas favorablemente a la ciudad. Es un cambio de enfoque, un reto un poco monumental, que sí puede darse”. Con lo que observas del ayer y de hoy, ¿cómo visualizas a León dentro de los siguientes 50 años? “En primer lugar, por fortuna, ya estamos cayendo en cuenta del daño que ha hecho la expansión descontrolada de los últimos 40 años. Hay grandes retos, aún hay un 7 u 8% de la población viviendo en colonias irregulares, seguimos teniendo una ciudad con mucha marginación, la inseguridad que hoy vivimos, desde luego no todo, pero en buena medida, se debe a esta Ciudad tan dividida que hemos estado generando. Espero que en 50 años, si nos toca andar por aquí, podamos ver un León con más equidad, con más oportunidades para toda la población, una ciudad más compacta, con mejor transporte público, más sustentable, así se ganará mucha calidad de vida. Somos el primer municipio en tener un IMPLAN, un IMUVI, no se han hecho en otras ciudades, sí tenemos cosas muy buenas de qué hablar, entonces, como arquitectos no debemos quitar el dedo del renglón, no sólo mantengamos esta presencia, sino que realmente nos sumemos a la toma de decisiones, integrar más el gremio para participar más en lo político, en la planeación, en ejecutar lo proyectado. Esperamos que haya continuidad de los programas actuales, pues estamos gestando una nueva forma de abordar la problemática urbana, desde la perspectiva de la vivienda social. Como ciudadanos, en lugar de hacer más ruido de lo negativo, involucrarnos más y más de la Ciudad, pues no nos es ajena, ya no se puede andar por la calle con tranquilidad y no se puede privatizar el territorio, más bien, se requiere recuperar el espacio urbano, el sentido de urbanidad, no tenerle miedo al otro, rescatar la Ciudad y punto”.
Arq. Teresita del Carmen Gallardo Arroyo Directora General de Desarrollo Urbano de León.
Fotografía: Diego Torres.
¿Qué nos puede decir de León en el contexto y transformación de los últimos 50 años de su arquitectura y espacio público? “La Ciudad ha tenido 9 facetas hasta hoy, en las que puntualmente se ha definido el rumbo, desde la fundación en el siglo XVI en donde se generó básicamente una cuadrícula que representaba 24 manzanas, se forma este primer corazón de la Ciudad con una extensión grande hasta la fecha. Estamos hablando de las 20 hectáreas de zona urbana que han definido ese rumbo de León. En la fundación de León la invasión a este nuevo territorio, es la primera destrucción de nuestro Patrimonio
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Prehispánico, algunas zonas arqueológicas; las haciendas que llegaron a desplazar a los pocos indígenas que estaban establecidos aquí. Ésa es la genialidad del origen de la Primera faceta, donde ya se perfilaba León como un lugar que por su ubicación estratégica era muy buscado, y por el territorio tan fértil tenía muchísimas ventajas para crecer. Surge ya un crecimiento en la arquitectura en esa Segunda faceta, que pueden ser los principios después de haber pasado este auge hacendario y esta decadencia de las haciendas, pues viene más bien el auge de la economía pero ya de otro tipo como las oportunidades
industriales y de barrios. Surgió básicamente una industria de textil, rebocera, la curtiduría, que bueno hasta la fecha es una industria que sigue con mucho auge mucho empuje, por lo menos en la Ciudad sigue como una industria característica de la misma. Esta Segunda faceta se define como una arquitectura de no arquitectos, porque realmente no eran arquitectos los que estaban construyendo en ese momento, eran pues estos capataces de obra que dirigían una idea de alguien que tenía solamente el oficio, pero realmente no era un arquitecto; los inicios del siglo XX es una época de arquitectura sin arquitectos. En ese contexto de León aparece Louis Long, que fue quien nos dio ya gran parte de este patrimonio que tenemos actualmente de León y que tampoco era arquitecto. La Tercera faceta se caracteriza porque se destruyeron muchas de la edificaciones, la primera inundación del Siglo XX, fue en 1926, después viene una reestructura de la Ciudad donde prácticamente había que buscar las partes más altas, ya no podías quedarte al nivel de valle sino irse a las lomas más cercanas y de ahí surge la colonia Bellavista, esto hace que empiece a existir una arquitectura más moderna. Los finales de los años 30 más o menos es el tiempo de esta faceta y viene con el Art decó, ese estilo surgía en la Ciudad de México. Uno de los hitos urbanísticos principales de la siguiente etapa es cuando empiezan a surgir los nuevos fraccionamientos modernos y, de hecho, así le pusieron a uno de ellos: ‘León Moderno’, en el año de 1959, que es el primer fraccionamiento que surge con otros conceptos urbanísticos diferentes, con grandes bulevares que han surgido y han funcionado hasta la fecha en el sistema vial primario de la Ciudad. Este esquema es el primer parque lineal, con un corazón de manzana como es el parque México, que hasta la fecha es un parque vigente y uno de los conceptos urbanísticos más importantes. Viene una parte importante en la Cuarta faceta, que es finalmente abrir el Blvd. López Mateos. Todavía hay muchos documentos que lo refieren como ‘lo que el Eje se llevó, así lo denominaron por muchos años, de hecho en vivienda, el Eje en esa época era mucho el símbolo de la prosperidad, era prácticamente una vialidad o un gran eje que surgió y su finalidad básicamente era comercial, en donde la comodidad llega exactamente a donde estaba el local y con el auto te puedes estacionar enfrente, eso era también algo innova-
dor, fue una de las cosas que transformaron la Ciudad. Viene una Quinta faceta, por esa situación de prosperidad empezamos a dejar de tener esa conciencia Histórica, estas personas o arquitectos que en su momento llegan, comienzan a finales de los años 60 la demolición de los interiores del teatro Manuel Doblado, hubo la mayor destrucción de nuestro patrimonio quedando prácticamente los cascos de las haciendas, muchos de ellos siguen en pie, muchos otros están muy deteriorados”. Cuando se refiere a ‘lo que el Eje se llevó,’ ¿qué se llevó? “Prácticamente se llevó mucho patrimonio, se llevó arquitectura de las primeras viviendas, ese primer ensanche que hubo en León después de las 24 manzanas fundacionales, viviendas que la arquitectura en ese momento eran de 1 ó 2 niveles, fue lo que se llevó, un gran patrimonio habitacional. Estaremos hablando de otra fase, la Sexta, donde, ya por ejemplo, vienen arquitectos jóvenes que regresan con las nuevas ideas de urbanismo y dicen vamos a generar vialidades, necesitamos no sólo el López Mateos, vamos a generar el Paseo de Los Insurgentes, vamos a generar Mariano Escobedo; afectando todo lo que se tenga que afectar. En esa Sexta faceta se puede decir que fue el primer plano regulador que hubo en la ciudad de León a finales de los 70, nuestro primer plan director que, definitivamente lo que buscaba era prolongar vialidad y generar nuevas vialidades. En esa época se genera el Blvd. Morelos, algunos tramos como Libramiento Norte y que en su momento ya era necesario que los vehículos de carga no estuvieran circulando por el Eje, ya que el Eje se volvió un eje comercial, pero también, hubo un plan importante que fue el Plan Guanajuato, que decía vamos a hacer que ese eje principal también sirva como Eje principal del transporte público, el Plan Integral de Transporte de León (PITUL). La Séptima faceta se da en los años 70 y 80, lo que se genera de los principales trazos de este sistema vial primario que actualmente tenemos, lo representan los ejes metropolitanos que son los que nos comunican de oriente y poniente, y después nos comunican de norte a sur con las vialidades que están trazadas que se denominan vialidades primarias; en esa época nada más se bus-
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caba ese crecimiento lineal de la Ciudad. Finalmente, tenemos todo lo que ahora conocemos como ‘línea de lobo’, que son la Sierra de Lobos, el cerro Del Gigante y las áreas naturales protegidas que son barreras naturales para el crecimiento urbano. En ese momento surgían los grandes centros comerciales o conjuntos de plazas comerciales, como Plaza San Miguel o Gran Plaza, y los conjuntos (actualmente) ya no existentes como el conjunto ‘Estrella’ sobre el Blvd. López Mateos.
de San Judas Tadeo, el atrevimiento total. Como anécdota, me contó que cuando se diseñó esa cimbra y se coló, pasaban los días y tenían que quitar la cimbra, pero la gente no quería quitarla por temor a que se les cayera; fue su arquitectura. Y estos arquitectos que llegaban a León haciendo otro tipo de arquitectura como la Plaza 500, que finalmente dicen vamos a edificar arquitectura vertical en una ciudad tan horizontal, pues los más atrevidos sólo hacían un tercer nivel”.
La Octava etapa, cuando la Ciudad y la propia población empiezan a demandar más servicios, más equipamiento; se genera a finales de los 70 el Centro de Convenciones, este lugar donde tenemos ahora el Polifórum. Este equipamiento cultural empieza a surgir como parte de la necesidad de estas personas que llegan como estudiantes de fuera de León que vieron una ciudad donde encontraban todo este equipo de servicios y de equipamiento cultural. Vienen a establecerse planteles de las mejores universidades del país como la Universidad Iberoamericana, el Tecnológico de Monterrey y la Universidad De La Salle (antes Universidad del Bajío). En esa época eran 600 fraccionamientos que teníamos en la Ciudad debido a la demanda de viviendas que surgían, fue la época en que la planeación de Guanajuato se dio (1995), cuando el municipio de León ganó la autoridad para autorizar sus propios fraccionamientos. Aquí también la Ciudad se extiende, es en los 90 cuando surge más esta extensión de la Ciudad, el crecimiento que ha denominado mucha gente ‘anárquico’, que crecen por crecer, sin planear; es cuando surge un Instituto de Planeación el IMPLAN en 1994, una nueva faceta para el Desarrollo Urbano, mismo que ha intentado restringir el crecimiento desmedido.
¿Qué ha pasado con la gente de León en base a su identidad de León como ciudadanos?
Agliberto Llamas llegó a León muy joven, con nuevos ímpetus y dijo que tendríamos que hacer edificios altos como Banamex y Bancomer, que prácticamente están en el Centro Histórico, no eran más que de dos niveles, pero buscaba otro tipo de arquitectura, ni Art decó, ni lo clásico, sino buscando un estilo propio, él se compaginó con el ingeniero Torres, quien fuera un ingeniero atrevido de la Ciudad de México, con el que se acopló para construir la Plaza de Toros La Luz. Uno de los mejores ejemplos es la estructura hiperbólica
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“Estoy convencida de que la arquitectura es un reflejo económico de lo que pasa en cuestiones económicas, la arquitectura refleja estas facetas que te comento, tiene qué ver con el auge y surgimiento de industrias, pero finalmente, lo que creo que ha identificado a la arquitectura leonesa dentro de estos 50 años, ha sido una arquitectura funcional. A mí me tocó conocer a esos arquitectos jóvenes que llegaban recién egresados de la Ciudad de México, para fomentarnos esta inquietud de la parte fuerte del diseño, de generar arquitectura; básicamente, en nuestra formación era primero el diagrama funcional. Enlistar los edificios, espacios públicos u obras que sean relevantes de estas transformaciones, están los hitos urbanísticos que son León Moderno, la colonia Andrade junto con todas sus edificaciones del arquitecto Agliberto Llamas. El conjunto con el Centro de Convenciones, el Estadio León, el Polifórum, el Fórum Cultural y el Teatro Bicentenario, fueron un parte aguas en la ciudad de León. Plaza 500, un edificio que no buscó un proyecto de entorno urbano y quedó clavado entre más edificios y más edificios; asimismo, Plaza mayor. Uno de los intentos fue el Parque Metropolitano, un área natural protegida dado que la política de parques observa que no tenemos muchos y debían surgir. El Parque Hidalgo se crea porque la gente se iba de día de campo a las afueras de la Ciudad. Éste fue un gran Patrimonio Natural en su momento. Los arroyos que atravesaban esa área eran un atractivo para las familias leonesas, en esa época las familias estaban acostumbradas a ir de día de campo”.
¿Qué puede decir respecto la visión de los próximos 50 años de la ciudad de León? “Vamos en el camino correcto, tengo la certeza de que con esta política de redensificación aunque no es absoluta, pero sí en la conformación de todas las políticas públicas municipales y federales, vamos a poder tener nuevas arquitecturas y todos los vacíos urbanos que son extensiones de tierra que están dentro de la zona urbana con todos los servicios, eso ha hecho que muchos inversionistas volteen a ver a León para venir a invertir. ¿Qué le podría pasar en los próximos 50 años? Es que la ciudadanía se involucre en esto, en cómo quiere su ciudad, si quiere que sea un éxito
o no, por eso hablo de que la arquitectura finalmente es un reflejo del modelo económico, hay que colaborar, es desde la ciudadanía donde se empiezan a generar los conceptos de desarrollo urbano, estos nuevos conceptos de la inversión, pero todo esto ante una diversidad que estamos en medio de un proceso de transformación. Una de las transformaciones que tiene que haber en la Dirección de Desarrollo Urbano, es estar más cerca del entorno de los ciudadanos, orientándolos y transformarlos para que estas cinco zonas de la Ciudad con características tan diferentes se acerquen, ser promotores de estas zonas, trabajar mucho en la imagen urbana”.
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La inserciรณn del arquitecto en la ciudad.
La ciudad no es sólo un objeto que perciben (y quizás gozan) millones de personas de clases y caracteres sumamente diferentes, sino que es también el producto de muchos constructores que constantemente modifican su estructura, porque tienen sus motivos para ello. Si bien, las líneas generales pueden mantenerse estables durante cierto tiempo, los detalles cambian constantemente. Solamente se puede efectuar un control parcial sobre su crecimiento y forma. No hay resultado definitivo, sino una sucesión ininterrumpida de fases”. (Kevin Lynch)
L
a profesionaliación tanto de los arquitectos como de los ingenieros, además de su activismo en temas de ciudad, se harían cada vez más urgentes, dados los grandes cambios a los que la ciudad de León se enfrentaba en temas de urbanización vs la ausencia de reglamentos y mecanismos para un crecimiento acelerado de la mancha urbana, para la década de los 50 se empezarían a escuchar voces que clamarían por un orden, y así dar certidumbre y claridad a la expansión de la Ciudad. A la misma vez, que el país lanzaría planes a niveles nacionales y estatales buscando el progreso como nación.
Presentación de la Asociación de Arquitectos e Ingenieros en su sección quincenal a su cargo en el periódico El Sol de León (1966).
Para finales de 1959 se organizarían para agremiarse a arquitectos e ingenieros y establecer su primer ejercicio de asambleas, la cual dio pie a establecer formalmente para 1962 la mesa directiva de la Asociación de Arquitectos e Ingenieros de León, A.C., conformada por: presidente, Arq. Agliberto Llamas Jiménez; secretario, Arq. Fidencio Carpizo; tesorero, Arq. Antonio Gracián; y sus vocales: Arq. Ernesto Velázquez Amador, Ing. Guillermo Morfín Villalpando e Ing. Arturo Vega Zermeño. Es importante mencionar, que dado el importante momento en la ciudad de León, dicha Asociación se presentaría, como: “Un grupo de profesionistas legalmente capacitados con arraigo en esta ciudad, en donde por largos años han desarrollado sus actividades y, como consecuencia, conocen los problemas inherentes del ramo, de la planeación y su construcción que pesan sobre León”. Estamos conscientes de la responsabilidad al conocer los problemas durante el desarrollo profesional de nuestro trabajo y la experiencia adquirida en el conocimiento que implica el habitar, en el más amplio sentido, una ciudad cómo la nuestra, donde para cada uno de sus habitantes sea cual fuere su condición material o cultural, se le ofrecen a simple vista obstáculos que impiden su desarrollo humano integral en su ciudad, que por naturaleza es el medio ambiente de sus vivencias. Responsables y enterados de estas necesidades, aportaremos a la luz pública nuestra colaboración para con las autoridades federales, estatales y municipales, así como para todos los organismos representativos de la Ciudad para su planteamiento, estudio y solución de los problemas de índole urbanístico, arquitectónico y constructivo. Estamos presentes con nuestro esfuerzo en los momentos en que el estado de Guanajuato y, particularmente León, se perfilan dentro de la provincia mexicana a dignificar la ciudad e incrementar su progreso en todos aspectos. Dada su comprometida presentación habría que situarnos en esa epoca, en la cual venía haciéndose cada vez más urgente una línea tanto de trabajo como de acción. Para esto, darían también paralelamente un programa de trabajos en tres diferentes ramas:
Toma de protesta de la segunda mesa directiva de la Asociación de Arquitectos e Ingenieros, A.C.
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RAMA PROFESIONAL a) Pugnar en el mejoramiento personal en nuestras profesiones y defensas de las mismas. b) Aumentar la membresía, logrando que los nuevos miembros desenvuelvan su profesión dentro de la línea de conducta que la Asociación se ha trazado y propiciar una mayor unificación en todos los agremiados. c) Pugnar porque la Cámara de la Industria de la Costrucción inicie sus trabajos. d) Tramitar ante las autoridades respectivas la reglamentación y aplicación de la ley en relación a nuestras profesiones. e) Colaborar con las autoridades en la solución de problemas urbanístico-arquitectónicos y constructivos. f) Contacto y colaboración con la universidad del estado y demás de la República. RAMA GREMIAL a) Velar por los intereses y lograr el mejoramiento integral de nuestros trabajadores. b) Nombrar nuestra comisión ante el Instituto Mexicano del Seguro Social. c) Constituir el departamento legal, nombrando al abogado para su asesoría RAMA CULTURAL a) Establecer conferencias periódicas ante las cámaras, clubs de servicio y, además, organismos representativos. b) Intercambio y relaciones culturales por medio de conferencias, libros con asociaciones similares a la nuestra. c) Convocar a un convenio en la provincia con sede en esta Ciudad de todas las sociedades afines.
Carta del secretario Arq. Fernando Alfaro dirigida al Arq. Agliberto Llamas felicitándolo por agremiar a los arquitectos e ingenieros de provincia para formar la Asociación.
Dichos esfuerzos sentarían precedente para un mayor campo de acción en la ciudad de León y en diferentes ramas, creando un robusto y necesario puente con las diferentes dependencias municipales y estatales encargadas en temas de ciudad. Como parte de poder ser escuchados y tomados en cuenta, en el periódico El Sol de León se creó de forma quincenal la sección ‘Arquitectura e Ingeniería’, ésta se dividía en dos partes; la primera con un tema de corte cultural y, la segunda, con ejemplos construidos en los que intervinieran algunos de sus agremiados para de esta forma contrarrestar la ventajosa competencia ante ‘maestros de obra’ o cualquier otra profesión, las cuales construían la ciudad de León sin ninguna sensibilidad hacia dicha transformación. Poco a poco esta sección empezaría a tomar más fuerza para entonces poder tocar temas importantes que le aquejaban a la Ciudad. Tales esfuerzos de ambas profesiones fueron tomando forma, hasta tener el reconocimiento a nivel federal siendo León el punto neurálgico y de partida para que otros colegios se fueran adheriendo en la región. Para principios de 1960 los temas más recurrentes e importantes serían las condiciones tan precarias a las que se someterían las colonias de la naciente periferia en esos
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años. Lo anterior se mencionaría por las condiciones infrahumanas en las que muchas familias desarrollarían sus actividades cotidianas, las cuales por ignorancia o al situarse en algún predio irregular padecerían los problemas que el fraccionador voraz en ese momento les ocultó, comprando lotes en predios que no contaban ni contarían a posteriori de sus servicios básicos. Para esa década, serían recurrentes las maniobras y engaños para eludir siempre las obligaciones de los fraccionadores ante la Presidencia y sus colonos, generando además, una proliferación de fraccionamientos sin control. La presidencia por su parte, como respuesta a dicho problema, endureció el cumplimiento del reglamento e inició un programa piloto de investigaciones con un grupo especial del departamento de Obras Públicas e inspectores, con el fin de localizar todos los fraccionamientos que no estuvieran bajo el control de las autoridades para regularizarlos y con el fin último de obligar a los propietarios a que cumplieran con los requisitos del reglamento en vigor. La situación habitacional en la Ciudad desencadenó en que cualquier terreno de una mediana extensión que en circunstancias normales se podría utilizar de todo menos en fracción para fines habitacionales, de la noche a la mañana se convertiría en un conjunto de chozas que, si bien, resolvía a algunas familias de pocos recursos su problema inmediato de casa, sin embargo, dejaba al municipio de León un problema de difícil y costosa solución.
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URGENTE UN ESTUDIO DEMOGRÁFICO Y HABITACIONAL Uno de los planteamientos que podría en ese momento partir de un ‘Plan Regulador’ sería un estudio demográfico habitacional, por el cual pugnaba en ese momento la oficina en Guanajuato Capital de la Cámara de la Industria de la Construcción, el cual podría ayudar a planificar con base firme el crecimiento de León, siendo éste un freno a la creación de colonias vulnerables de infraestructura. Si no se tenía el conocimiento del déficit de viviendas que padecía la población leonesa, ni el número de unidades habitacionales que se requieren para cubrir tal necesidad que reclamaba la Ciudad, era difícil pensar la posibilidad de planificar un programa integral de construcción de viviendas según las necesidades de los diversos tipos familiares carentes de habitación. Por otro lado, se calculaba que nuestra entidad tendría tres millones de habitantes para 1980, esto de acuerdo con los estudios estadígrafos del Colegio de México, debido al constante ascenso, tanto por las condiciones económicas de su territorio y de los importantes progresos en la industrialización y la tecnificación del campo, además de las obras de salud pública que se han desarrollado y que seguían ejecutándose tanto en los centros urbanos como en los rurales. Para 1960, la tasa de crecimiento demográfico que se registraba en nuestro estado era de las más altas de la República, asentando una población de poco más de un millón de habitantes, y para 1968 la cifra habría ascendido a 2’54000.
Mercado Aldama 1965 periódico El Sol de León.
Las ciudades de nuestra entidad que registrarían mayor número de población serían: León, que contaría con quinientos mil habitantes; Irapuato con doscientos mil; Salamanca con poco más de cien mil. Con estos números de población cada vez más altos, en nuestra Ciudad se asomaría el grave problema referente a la infraestructura de la ciudad de León el tema de mercados, los cuales comenzarían por ser un tema urgente por los grandes ingresos al municipio que éstos representaban y, en contraparte, en la forma que operaban con instalaciones insalubres poco óptimas para su funcionamiento. Cabe mencionar también, el problema de las nuevas industrias en León, las cuales se optaría por parte del H. Ayuntamiento a cargo del presidente municipal, Ángel Vázquez Negrete, lanzar un programa el cual, las situaría en zonas al sur del municipio en terrenos que contarían con una superficie de cincuenta hectáreas que vendría a contribuir a un nuevo ordenamiento industrial. La Ciudad empezaría a ver nuevos horizontes de crecimiento y, con esto, una expansión en sus redes acompañadas de ejes vehiculares que dotarían otro problema en el desplazamiento dentro de la ciudad de León, ya que para 1968 se ostentaban
Perspectivas para los mercados del Carro Verde y San Miguel (1969).
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ya 4 mil quinientos vehículos en la mancha urbana, además de abonar a este tema la situación de todos los camiones de pasajeros foráneos que seguían llegando al primer cuadro de la ciudad de León, la cual no contaba con los ensanchamientos o estudios necesarios para hacer frente a tal crecimiento. La carencia de una reglamentación municipal en materia de construcción estaba dando lugar a que todos estos problemas antes mencionados se agudizaran de forma exponencial e hicieran urgente el acompañamiento profesional con el municipio.
Embotellamiento vehicular producto de la repavimentación del la avenida López Mateos.
EL PROBLEMA EDUCATIVO DE LA CIUDAD Para 1966, en la sección de la Asociación de Arquitectos e Ingenieros se tocaría el tema educativo, tema de fondo con el cual la Asociación daba muestra de su preocupación y no necesariamente en lo urgente, pero sí, en lo importante. Para esos años, la ciudad de León acariciaba un porvenir económico de promesa y esperanza. Como toda ciudad, en ese momento de prosperidad buscaría la superación económica, ya que el desarrollo en dicho tema determinaría la superación en otros órdenes. La apuesta para la Asociación en su sección quincenal del periódico El Sol de León, no se reduciría solamente a temas constructivos, sino que se tomarían temas de fondo como la situación de la educación en Guanajuato para poder solventar con mayor claridad otros temas propios de la Ciudad. “Todo pueblo que mejora su economía mejora su alimentación, su vivienda, su vestido, sus condiciones de higiene, su salubridad, su recreación y debe, claro está, mejorar su educación, base fundamental para la adquisición de la cultura y mejoramiento de la misma, pues sin educación y cultura, los pueblos viven vegetativamente y en situación estática, sin miras al porvenir, viviendo el momento, sin comprender la enorme obligación de legar a las generaciones venideras un mundo mejor, con menos pena, con menos sufrimiento y con mayor número de armas para la lucha por la vida. Lucha que a medida que pasa el tiempo es más cruenta y requiere mayor preparación, mayor sublimación del individuo y de la sociedad. El fenómeno educativo, en todos sus grados, es imperativo que reclama la intervención actuante de todas las fuerzas que determinan la vida en sociedad, entendiéndose por educación la necesidad imperiosa de heredar a las generaciones presentes y venideras, todas las experiencias adquiridas por la humanidad en la lucha desesperada para la supervivencia, la cultura alcanzada, el dominio de las ciencias, de las artes y de todos aquellos que hacen de la vida del hombre el mejor disfrutar de los satisfactores que se adquieren con el trabajo, la honradez y el continuo actuar dentro de las normas imperantes de la convivencia social”.
Zona de la Plaza de los Fundadores. Foto: Roberto Rosas (1955).
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Secciones a cargo de la Asociación de Arquitectos e Ingenieros de León, A.C., en el periódico El Sol de León (1960-1967).
EL CONTEXTO DE LEÓN EN LOS ÚLTIMOS 50 AÑOS En temas de vivienda y dado lo imperioso de la toma de control por parte de la presidencia para pagar impuestos y así poder dotar de los servicios básicos de urbanización para las nacientes colonias, varios de los constructores en dicho ramo comenzaron a recurrir a la vía del amparo, negándose a dotar de infraestructura. Esto comenzaría a ser un tema recurrente hasta que el juez de Distrito en Guanajuato en ese momento, les negó la protección de la justicia federal. Los fraccionadores tendrían que pagar los impuestos que corresponden al municipio y, asimismo, hacerle entrega de superficies para escuelas, mercados y jardines, además de introducir en el fraccionamiento los servicios básicos de urbanización.
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Muchas de estas nuevas colonias no planificadas ni reguladas, al empezar a ubicarse en las partes más altas de la Ciudad, se empezaron a hacer censos por parte de la Dirección de Obras Públicas y Servicios Urbanos Municipales, para poder comprobar que vivían más de cien mil personas en las colonias periféricas de la Ciudad de las cuales, apenas el veinte por ciento disponía de los servicios básicos. El problema resultaría aterrador y complejo, pues se requeriría de un presupuesto cuantioso para llevar agua, drenaje, energía eléctrica, pavimentos, a miles de leoneses. Según los estudios practicados, resultaría más barato comprar terrenos ya urbanizados en las zonas bajas de la Ciudad y entregarlos a los colonos de las partes altas, que tratar de introducir el agua y el drenaje en esas épocas, a las colonias Piletas, Lomas de la Trinidad, Vista Hermosa, San Juan Bosco, Chapalita, etc. LA PROFESIONALIZACIÓN Y SU ACTIVISMO POLÍTICO: La participación del arquitecto en los programas de Obras Públicas sería unos de los puntos más destacados que abordarían en el tercer congreso de la Federación de Arquitectos Mexicanos. Su presidente en turno, el Arq. Agliberto Llamas Jiménez, estaba convencido de esa lucha en todo el país en favor del reconocimiento de la profesión técnica del arquitecto y, por tanto, era indispensable estar presente en la planeación de las obras públi-
cas. El plan de dicha Asociación sería que se pedirían en cada uno de los diferentes estados a nivel nacional para buscar juntos una ley que diera protección a los intereses de los citados profesionales. La Asociación agrupaba en su ramo a los técnicos más calificados en esas materias, y su opinión sería siempre encaminada a prestar una colaboración leal y desinteresada viendo sólo por el beneficio para la colectividad. MIEMBROS ASOCIADOS 1. Ing. Alfredo Orozco Huerta. 2. Arq. Antonio Gracián Pérez. 3. Arq. Antonio Maldonado G. 4. Arq. Agliberto Llamas J. 5. Ing. Arturo Vega Zermeño. 6. Ing. Archibaldo Aranda. 7. Ing. Enrique Díaz Infante. 8. Arq. Enrique Aranda Flores. 9. Arq. Ernesto Velázquez A. 10. Ing. Everardo Funes Gómez. 11. Arq. Fidencio Carpizo Salazar. 12. Ing. Frank G. Castelazo. 13. Ing. Guillermo Morfín V. 14. Ing. Joaquín Ortiz Núñez. 15. Ing. Julio Orozco Huerta. 16. Arq. Juan Manuel Flores. 17. Arq. Manuel W. Oñate M. 18. Ing. Óscar Sojo Anaya (presidente). 19. Arq. Rodolfo Torres Martínez. 20. Arq. Salvador Jiménez Moreno. 21. Arq. Salvador Ramírez H. 22. Ing. Saúl Ramírez López.
De izquierda a derecha; Arq. Antonio Gracián, Ing. Archibaldo Aranda, Arq. Agliberto Llamas, Arq. Vega, Arq. Ernesto Velázquez, Arq. Enrique Díaz Infante, Arq. Fidencio Carpizo.
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Estación de Bomberos
La unidad de los arquitectos e ingenieros, tanto en el ámbito local como en el ámbito nacional, pugnarían por la dignificación de la profesión.
Obras como el mercado en el Barrio de San Miguel y su escuela primaria; además de remozar el Jardín Independencia, la construcción de la nueva cárcel municipal, el mercado La Soledad, la reconstrucción del mercado Aldama (la zona más importante de León), la construcción del mercado Carro Verde y, finalmente, la construcción del enorme colector en el río de Los Gómez, dado el rápido crecimiento de la zona norte de la Ciudad, daría cuenta de un acercamiento del gremio con la municipalidad. Para esa década, la unidad de los arquitectos e ingenieros, tanto en el ámbito local como en el ámbito nacional, pugnarían por la dignificación de la profesión con la determinación indeclinable de cooperar con las autoridades para buscar soluciones a los problemas colectivos de la ciudad de León en el ámbito privado, así como en el público.
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GESTIONARÁN LA AYUDA ESTATAL PARA EL TEATRO DOBLADO En otros sectores y no menos importantes renacía de forma insípida el proyecto de reconstruir el teatro Manuel Doblado el cual, se encontraba abandonado desde hace varios años y cuya situación sería deplorable en todos los aspectos. En ese momento nadie se explicaba por qué razón la ciudad de León estaba progresando en todos los aspectos posibles, excepto en el fomento del arte. El consejo directivo de la Cámara Nacional de Comercio de León, se daría a la tarea y tomaría la iniciativa para solicitar apoyos de las instituciones empresariales y de los clubes de servicio de la Ciudad para poder sacar adelante los trabajos destinados, ya que a la falta del recurso se empezaban a escuchar voces por parte del municipio donde se proponía que el teatro fuera demolido para construir otro moderno y amplio lugar para espectáculos en un lugar más adecuado, ya que donde se encontraba traía grandes problemas de circulación dado el aforo vehicular –problema que se hacía cada vez más importante. En 1967, como parte de los cambios estructurales y culturales para las decisiones de la Ciudad, se integraba a las votaciones a nivel municipal para ejercicio de sus derechos ciudadanos a la mujer, esperando que la nueva práctica del sufragio en esa población tuviera un ángulo destacado, asimismo, que el número de votantes aumentara considerablemente, pues ya en ese momento la mujer había demostrado el interés en las actividades políticas.
Aspecto del teatro Doblado tras su abandono. Foto: El Sol de León (1966).
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COMODIDAD Y MODERNISMO EN LA FUTURA ESTACIÓN DE LOS FFCC Para ese mismo año, se había dado el paso decisivo en el largo camino que se había venido siguiendo para satisfacer el anhelo de los leoneses para contar con una estación ferroviaria a la altura de la categoría e importancia de nuestra Ciudad, ante el alcalde en turno, Sr. Lorenzo Rodríguez G., daba cuenta del especial interés en dotar a León con una moderna estación, pues se habrían tomado en cuenta el constante crecimiento de su población y sus altos índices de progreso. Esta moderna estación quedaría ubicada en la desembocadura del boulevard Venustiano Carranza y se construirían modernas bodegas para carga. Para tan importante proyecto, se ocuparía una superficie de 6,777 m2.
Aspecto de la Estación de Ferrocarriles (1966).
Como parte de las nuevas apuestas del municipio para la infraestructura de servicios de la Ciudad, para ese mismo año se vaticinaba que el Gobierno de la República aprobaría a través de la Secretaría de Obras Públicas, nueve millones de pesos en la rehabilitación y regeneración del aeropuerto de San Carlos. Esta cantidad se destinaría para la ampliación de la pista central, la construcción de una nueva, con orientación transversal, la reconstrucción de la estación de pasajeros e instalación de sistemas electrónicos y eléctricos de abastecimiento de combustibles. Con esa acción la ciudad de León se decía: Estará a la altura de las mejores y más importantes del país y llenará plenamente las exigencias de su tránsito aéreo, que según los cálculos, que estarían en poder de la Dirección de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, apostarían a un incremento a partir del siguiente año en curso. CONCURSO DE PROYECTO DE LA PLANTA PASTEURIZADORA DE LEON, S.A. Dado el interés para un crecimiento y un imparable movimiento de cambio y progreso, para el mes de agosto de 1966 se lanzó uno de los primeros concursos a nivel local. El concurso sería para la planta pasteurizadora de León, ésta estaría situada en un terreno en el lado norte, sobre el tramo de la carretera León-Silao, dicho concurso pedía el anteproyecto para las nuevas instalaciones, y éste sería convocado y normado de forma integral por la Asociación de Arquitectos e Ingenieros de León, A. C.
Planos de secciones y fachadas del anteproyecto propuesto para modernizar dicha Estación.
El programa arquitectónico constaba de áreas, de: andenes, laboratorios, procesado, oficinas, zona de obreros, comedor y servicios, bodegas y cocheras, estacionamientos para oficinas, servicios y zonas verdes complementarias. Para la fase de proyecto fueron registrados cuatro equipos: 1. Ing. Archibaldo Aranda / Arq. Enrique Aranda. 2. Ing. Óscar Sojo Anaya / Arq. Rodolfo Torres Martínez. 3. Organizaciones Llamas (Arq. Agliberto Llamas Jiménez). 4. Arq. Salvador Ramírez y Socios.
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1. Ing. Archibaldo Aranda / Arq. Enrique Aranda. 2. Ing. Óscar Sojo Anaya / Arq. Rodolfo Torres Martínez. 3. Organizaciones Llamas (Arq. Agliberto Llamas Jiménez). 4. Arq. Salvador Ramírez y Socios.
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El proyecto le fue adjudicado al primer equipo formado por el ingeniero y el arquitecto Aranda. Posteriormente, se convocó al concurso de ejecución de obra, el cual le fue asignado al equipo 2 integrado por el Ing. Óscar Sojo y el Arq. Rodolfo Torres M., de acuerdo con las normas que existen al respecto y teniendo como jurado calificador, en ambos casos, al Consejo Directivo de la Empresa contratante y directivos de la Asociación de Arquitectos e Ingenieros de León, A.C.
Gráfica de agradecimiento de la Asociación a la Pasteurizadora por la confianza para la encomienda del proyecto de sus instalaciones. El Sol de León (1966).
EL ARQUITECTO EN LA PLANEACIÓN DE OBRAS DE SERVICIO SOCIAL En ese mismo sentido pero teniendo el campo de lo público, la Asociación promovería leyes para proteger al gremio y lograr que esté al alcance el pleno reconocimiento por parte de la administración pública como el factor técnico necesario en la planeación y ejecución de las obras de servicio social; sería una de las acciones que forman parte de la acción que despliega la Federación de Arquitectos Mexicanos. Con ese mismo compromiso y paralelamente con los estudios que estarían gestionando la Dirección de Obras Públicas y la oficina de Colonias alrededor del anteproyecto del reglamento de fraccionamientos, se formula también el anteproyecto para el reglamento de construcciones, que al igual que el de fraccionamientos, ya era anacrónico e inoperante para ese momento. La Asociación de Arquitectos e Ingenieros de León, S. A., se encargó de lanzar a forma de concurso la formulación de puntos básicos para el anteproyecto del reglamento de construcción, que una vez estructurado debidamente daría vida a una legislación adecuada a las necesidades de la Ciudad en materia no menos importante como la de construcción.
Solicitud de alineamiento y número oficial (1965).
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PRIMERA JUNTA REGIONAL DE ARQUITECTURA La primera junta regional de 1966 de colegios de Arquitectos, fue inaugurada en esta Ciudad con la representación del presidente de la Federación de Arquitectos Mexicanos, el Arq. Alejandro Prieto. Por su parte, el Colegio de Arquitectos del estado de Guanajuato por conducto de su presidente, el Arq. Agliberto Llamas, anunció que aparte de informar sobre los trabajos preliminares con miras al segundo congreso, también se hablaría sobre las frustraciones, anhelos y logros de los arquitectos de provincia. Para el año siguiente se creó la región centro del Colegio de Arquitectos que incluía cinco estados y que fue establecida con el propósito de dar mayor fuerza a este sector en favor de la solución de problemas comunes, entre los que destacan la superación profesional en el campo ético y de los conocimientos de la arquitectura. Los estados agremiados, serían: Guanajuato, Querétaro, Jalisco, Aguascalientes y Michoacán. En su participación en el tercer congreso de la Federación de Arquitectos Mexicanos, los colegios de Arquitectos propondrían, en sus respectivas jurisdicciones, la creación de reglamentos de obras públicas que dispongan la intervención de los arquitectos. La delegación encabezada por Agliberto Llamas, estaría integrada además, por los arquitectos Ernesto Velázquez, Enrique Aranda Jiménez y Rodolfo Torres Martínez. Para dicho congreso se reunieron trescientos arquitectos de todo el país en mesas instaladas de trabajo, donde el tema central fue: trabajar por el engrandecimiento de México buscando suprimir las deficiencias de las zonas rurales por medio de la aplicación social del ejercicio de la profesión.
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En los temas locales se presentó una ponencia que reclamaría para los arquitectos de provincia la participación en el diseño y ejecución de las obras programadas para el interior del país, en contra del marcado centralismo con que operaban empresas instaladas en el entonces Distrito Federal. NUEVOS PLANES DE ESTUDIO EN LAS ESCUELAS DE ARQUITECTURA En esta misma tónica donde el arquitecto de provincia comenzaría a pelear por tener la misma relevancia en su trabajo que el resto del país, se subrayó la urgencia de proceder a la descentralización del arquitecto y de la técnica arquitectónica a efecto de que con la dispersión de estos elementos por todo el país se aceleraría el progreso de la población y, también, tendría el arquitecto la oportunidad de dar el máximo impulso de su acción en el interés social. “Igualmente, para obtener el nuevo tipo humano de arquitecto que reclama nuestro país acorde con el desenvolvimiento social que ha alcanzado dentro de la etapa de la revolución y cuya labor tienda a formar en el mexicano a la función arquitectónica para elevar sus condiciones de vida, es inaplazable que las escuelas de Arquitectura reestructuren sus planes de estudio en consonancia con las necesidades apuntadas. Con referencia a esto último, precisó que la Universidad de Guanajuato ya se acerca en mucho para forjar al nuevo tipo de arquitecto, pues éste va aprendiendo su profesión a la vez que se adentra en los problemas sociales que en las ciudades y en el campo constituyen la vivienda y otras obras de servicio social”. El presidente del Colegio de Arquitectos de Guanajuato, arquitecto Agliberto Llamas Jiménez, se dirigió a los delegados de las siete entidades y precisó los alcances de los trabajos con la finalidad de dos propósitos: • Iniciar en firme el conocimiento mutuo de los profesionales de la arquitectura. • Y discutir los problemas comunes de carácter profesional con proyección en el campo social. Esas juntas estuvieron avaladas y presentes los arquitectos: Francisco Marroquín y Francisco Javier Cossío de San Luis Potosí; arquitectos, Fernando Vargas Tapia y Francisco Aguayo de Aguascalientes; Arq. Ignacio García V. de Guadalajara; arquitectos Hilario Galguera y Luis González Aparicio de la Ciudad de México; arquitectos Emilio Vega y Eduardo Saavedra de la ciudad de Guanajuato; y los arquitectos, Juan Manuel Flores, Manuel Oñate, Enrique Aranda, Fidencio Carpizo, Salvador Jiménez, Rodolfo Torres Martínez, Ernesto Velázquez, Antonio Maldonado y Antonio García, de León. PROTECCIÓN DE LOS INTERESES DEL ARQUITECTO Para el segundo congreso, efectuado en Chihuahua, los temas fueron la obtención de la protección legal de los intereses profesionales y, también, para normar sus relaciones con los gobiernos y los particulares. El propósito sería dar a conocer estos trabajos a arquitectos de otros lugares del país, a fin de que obtengan las mismas ventajas, los representantes en este 2do. congreso serían
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los arquitectos Agliberto Llamas, Fidencio Carpizo y Salvador Jiménez.
Gráfica de la Mesa Directiva de la Asociación de Arquitectos e Ingenieros de León. Foto: El Sol de León (1967).
Para ese mismo año, el arquitecto Agliberto Llamas, el cual fungía como presidente del Colegio de Arquitectos de Guanajuato, sería el encargado del programa de construcción de Centros de Salud rurales que la Secretaría de Salubridad y Asistencia realizaba en la ciudad de León como medios efectivos para elevar las condiciones de los campesinos. Trabajo, para el cual afirmaba que para lograr que las obras del servicio público realmente respondan a la filosofía que las crea, es indispensable que el constructor encargado se encuentre bien informado de esa filosofía y así pueda frustrar cualquier intento que trate de desvirtuarlas. En Jaral de Berrio, ubicado en el municipio de San Felipe, se tomó de modelo al Centro de Salud rural que ahí se levanta (mientras se construye el pequeño edificio para el Centro de Salud rural) para ser el punto de partida de la prevención de las enfermedades, el combate de las existentes y la más amplia orientación educativa para inculcar los hábitos de higiene general. En ese momento, el estado de Guanajuato sería uno de los que más obras de agua potable construirían, gracias a la decisión de cooperación del gobierno que preside el Lic. Juan José Torres Landa, y que también los campesinos no escatimarían su cooperación económica. El año de 1967, sería cuando se establecería la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción (CMIC), las oficinas quedarían establecidas con 56 socios autorizados para legalizar una delegación, su sede sería la ciudad de León y, posteriormente, se buscaría atraer miembros para crear más delegaciones en otros municipios del estado de Guanajuato.
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Para ese mismo año, la nueva mesa directiva de la Asociación de Arquitectos e Ingenieros, estaría representada por su presidente, Arq. Ernesto Velázquez; secretario, Arq. Enrique Aranda Torres; tesorero, Ing. Guillermo Morfín; y los vocales, Ing. Óscar Sojo Anaya; segundo, Ing. Enrique Díaz Infante; y tercero, Julio Orozco Huerta. También en ese mismo año, los ingenieros se constituirán como Colegio a efecto de dar cumplimiento a la ley de profesiones que se rige en la entidad y de esta forma contar con la necesaria personalidad jurídica para participar en todos aquellos asuntos privados y públicos de su competencia. Se consideraba que el citado Colegio no vendría a restar funciones de la existente Asociación de Arquitectos e Ingenieros de León, pues de la misma forma, se estaba gestando también el Colegio de Arquitectos, cuyos miembros seguirían perteneciendo a la Asociación, de esta forma se le daría más fuerza a ambos gremios.
Arquitecto Fidencio Carpizo. Foto: El Sol de León.
NINGUNA AUTORIZACIÓN MÁS PARA ABRIR FRACCIONAMIENTOS Para finales de 1967, el departamento de Obras Públicas a cargo del Arq. Fidencio Carpizo, se propuso el controlar el desmedido crecimiento de la Ciudad hasta en tanto no se formulara el reglamento de colonias, el cual se estaba elaborando por la Asociación de Arquitectos e Ingenieros de león. Éstos harían un acopio en ese momento de datos basándose en ciudades como Guadalajara, Monterrey y México, revisando aspectos tan importantes para la urbanización, tales como la vialidad, la zonificación industrial, la nomenclatura y el alineamiento de las calles. Para el año siguiente se formó un consejo de planificación de la Ciudad, el cual permitiría controlar nuevas construcciones y facilitaría el estudio sobre la necesidad de introducir servicios urbanos en las zonas que carezcan de ellos; además, reiteraba el Arq. Carpizo, que evitará la creación de nuevas colonias sin los servicios básicos.
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Grรกficas para venta de terrenos en colonias nuevas de Leรณn. El Sol de Leรณn(1967).
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Encabezado de El Sol de León (1968).
EL COLEGIO DE ARQUITECTOS ESTÁ INTEGRADO Para el 22 de febrero de 1968, el Colegio de Arquitectos habría quedado debidamente estructurado con apego a las disposiciones que establece la ley de profesiones del estado y, por tanto, sólo se esperaría que la Secretaría de Gobierno extendiera el registro correspondiente para legalizar su funcionamiento. El Arq. Agliberto Llamas seguiría fungiendo la misma directiva, y hasta después del congreso de la Federación de Arquitectos Mexicanos, que se efectuaría en la ciudad de Puebla, habría elecciones para renovarla. Esto se tradujo que en las ciudades de Irapuato y Celaya también se comenzaran los trabajos necesarios para formar en esos lugares los correspondientes colegios de Arquitectos, siguiendo las normas que establecía la Ley de Profesiones.
incluía como objetivos fundamentales: lograr que las obras públicas, municipales o estatales, se adjudiquen mediante concurso. Esto, luego de que el municipio les cediera un predio para erigir la casa de la Asociación, la cual sería destinada no sólo a los arquitectos o ingenieros en turno, sino que a través de dicho inmueble se daría también una amplia orientación cultural para los sectores populares.
Comparecieron en dicha acta, los arquitectos Salvador Jiménez, Fidencio Carpizo, Enrique Aranda, Rodolfo Torres, Antonio Maldonado, Manuel Oñate, Ernesto Velázquez, Agliberto Llamas, Ángel Morales, José González y Francisco Rincón. LA ASOCIACIÓN DE ARQUITECTOS E INGENIEROS DE LEÓN FORTALECERÁ SU ESTRUCTURA Para diciembre de 1968, el nuevo presidente en turno, el arquitecto Enrique Aranda Flores, mencionaba que la Asociación se fortalecería en todos sus aspectos, a fin de que cada día responda mejor al papel que tiene asignado como la representativa de las dos ramas profesionistas en el campo de la construcción y de la arquitectura en la Ciudad. Tal comentario daba a entender la nula justificación de los colegios, tanto de Arquitectos como de Ingenieros apenas separados. Finalmente, estos dos estaban en vías de formación y la Asociación tenía más terreno ganado, el cual no interfería en su funcionamiento, sino que abonaba a una pronta dignificación de cada ramo. Ejemplo de esto sería, que como en 1968 la Asociación ejercía como condición esencial un programa de trabajo que
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LEÓN TENDRÁ SU PLANO REGULADOR En la administración del Sr. Lorenzo Rodríguez Garza (1976-1979), aceptaría el ofrecimiento de los arquitectos e ingenieros de la ciudad de León, los cuales se ofrecían a trabajar de la mano con el ayuntamiento para ordenar el rápido crecimiento citadino, entendiendo que los miembros de este organismo se abocarían al proyecto del plano regulador de la Ciudad, el cual se consideraba indispensable para el correcto desenvolvimiento de la misma. Los dirigentes de la mencionada asociación, se acercaron a la presidencia para manifestar su deseo de elaborar el plano regulador de León, como prueba del espíritu de cooperación que animaba a sus miembros. Como parte de los nuevos ejes viales y dotación de infraestructura para la Ciudad, para el mes de diciembre del 1967, las oficinas de Obras Públicas y Colonias proyectaban la obra de transformar importantes calles para un anillo periférico, el cual contribuiría a descongestionar el tránsito de las principales calles y avenidas del primer cuadro. La idea sería en principio aprovechar calles que estaban ya en servicio, las cuales sólo serían pavimentadas y convenientemente alineadas. En un primer análisis y levantamiento, el anillo periférico arrancaría en el Blvd. López Mateos a la altura de la torre Ford, para seguir por la calle Hilario Medina continuando por la Brisa, la colonia Anaya para continuar por la calle Uruapan para entroncar en el Blvd. Miguel Hidalgo, que se construirá sobre la carretera a Ibarrilla. De esta arteria seguiría a la 16 de Septiembre para continuar hasta la sección de Virreyes de la colonia Jardines del Moral, donde torcería hacia las colonias San Martín de Porres, Flores Magón, Lindavista, Piletas, San Juan Bosco, Los Olivos, San Marcos, San Sebastián, Santa Clara, La Luz, San Nicolás, El Paisaje hasta el camino a Cuerámaro, de donde continuaría por León Moderno para cruzar por la colonia Oriental y terminar nuevamente el Blvd. López Mateos. Como parte de la ornamentación de la Ciudad, en el Arco de la Calzada se planeaba por parte de presidencia municipal, rodear el dicho arco con una glorieta de 30 metros de diámetro, dentro de la cual habría espacios verdes y juegos de luces que formarían un bello conjunto arquitectónico, además de permitir una circulación más fluida por la Calzada de los Héroes, la cual se transformaría en los años siguientes.
Maqueta del arco de la calzada y trazo de la nueva glorieta. Foto El Sol de León 1967
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Maqueta de la glorieta a la Madre y glorieta en Bellavista. Foto: El Sol de León (1968).
Vista de la recién inaugurada prolongación calzada. Foto El Sol de León 1966
Otro particular proyecto, presentado a Obras Públicas a cargo del arquitecto Fidencio Carpizo, sería la vialidad en el que se construiría una glorieta en el crucero que formarían las calles Miguel Alemán, Blvd. Venustiano Carranza, Río Pánuco y la 10 de Mayo, y en la cual se construiría un monumento a la madre para hacer más accesible el tránsito en esa zona. O por su parte, en Bellavista en las calles que desembocan la Antillón y Chiapas. Un nuevo boulevard (Blvd. Hidalgo) se construiría con un costo de 6 millones de pesos, un gran trazo vehicular, el que incluiría banquetas, camellón central, alumbrado, drenaje y pavimentación, el cual viajaría 4 kilómetros desde el puente hasta el poblado de Ibarrilla.
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ESPECULAN CON LA TIERRA Y SE AFECTA A LA CIUDAD Para 1977, el acaparamiento de la tierra con fines especulativos sería el factor determinante para que se frenaran los programas de mejoramiento urbanístico en las colonias populares, planeados tanto por las autoridades municipales como por los propios habitantes de esos conglomerados. Un censo extraoficial que levantó la dirección de promoción urbana, reveló que en las setenta y dos colonias populares registradas, se localizaban 20 mil ochocientos veinticuatro lotes baldíos con diversas superficies. Se llegó en ese momento a la conclusión de que los propietarios de estos terrenos los adquirieron originalmente a precios irrisorios y eran puestos con márgenes muy altos de utilidad. Estos casos, como todos lo que tenían lotes baldíos en las colonias populares, no aportaban la cooperación para la realización de las obras de electrificación, introducción de agua, drenaje, banquetas y pavimentos. Se informaría que había casos en que un 60 por ciento de estas superficies están sustraídos al control de la Tesorería General del Estado, así que no pagaban el impuesto predial. Esto, con la finalidad hacia que los comités vecinales de mejoras materiales que funcionan en la mayoría de las colonias populares, ya que pugnaban porque se aplicara la ley de fraccionamientos y el reglamento de construcciones a todos los dueños de lotes baldíos de la Ciudad. PROYECTO DE LA LEY DE DESARROLLO URBANO Para 1977, se dio a conocer el proyecto para la Ley de Desarrollo Urbano del estado, derivado de la ley de Asentamientos Humanos. Para esa reunión, además de autoridades fueron convocados los colegios de Abogados, Arquitectos, Médicos, Cámaras empresariales y organismos y asociaciones civiles, para poder conocer opiniones de diferentes sectores. En resumen planteaba que, son autoridades encargadas de proveer lo conducente al desarrollo urbano, las siguientes: el gobernador, la Secretaría de Obras y Desarrollo Urbano, la comisión estatal de planificación, los ayuntamientos de los municipios, las comisiones de conurbación, la comisión consultiva del desarrollo urbano y el comité promotor del desarrollo socioeconómico del estado. El plan estatal, el plan general y los planes parciales de desarrollo urbano deberán ser inscritos en la oficina del Registro Público de la Propiedad de la capital del Estado. Los planes municipales y los planes directores de desarrollo urbano se inscribirán en la oficina de Registro Público del Distrito Judicial a que corresponda la jurisdicción municipal. Efectuada la inscripción de los planes de desarrollo, éstos se mantendrán a consulta del público en las oficinas en que se haya realizado su registro. Dada la invitación en ese sentido, la Asociación de Arquitectos e Ingenieros ponía en duda la realización del proyecto del Eje Oriente-Poniente que presentarían técnicos del Gobierno del Estado como base para su aplicación, sin contar aún con el plano regulador que se empezaba a gestar como consecuencia de los grandes problemas urbanos y vehiculares que presentaba la Ciudad.
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El trazo del Eje o Gran Avenida (como se le conocería en un principio), iniciaría su trayectoria por la carretera Panamericana a la altura de los campos agrícolas experimentales, en los que se edificaría en algunos años más el Instituto Lux. Seguiría en línea recta a la parte baja del Coecillo atravesando el río de Los Gómez para entrar en el punto denominado ‘Las siete esquinas’ y continuaría por la calle Manuel Acuña, para prolongarse en línea recta a la calle Morelos, tendría una variación al unirse en la calle Azucena y toparía con el Parque Hidalgo, para dar vuelta al hacia la calle Valverde y Téllez y en línea recta hasta subir a San Juan Bosco.
Plano de la Gran Avenida trazos proporcionados por técnicos del gobierno estatal, El Sol de León.
La Gran Avenida tendría una longitud de dos kilómetros y medio, afectaría a 32 manzanas con sus 40 metros de ancho en total, repartidos en 20 metros de arroyo, jardines laterales de 6.40 metros de ancho (por ambos lados), banquetas de 3.40 metros de ancho (por ambos lados), seis carriles en el arroyo para alta velocidad, no contaría con camellón, pero contaría con iluminación mercurial. Por su parte, la Asociación de Arquitectos e Ingenieros señalaba que tenía que realizarse primero un estudio técnico de todos los factores pertinentes antes de trazar un eje longitudinal en la Ciudad, sólo para impulsar o propiciar el comercio.
Planos del anteproyecto del plano regulador proporcionados por la Asociación de Arquitectos e Ingenieros.
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Por su parte presentaron un anteproyecto integral, el cual trataría de resolver el problema, por un lado en el tema vial y por el otro, en el área urbana, el cual presentaba una traza o retícula sobre la mancha urbana, la cual modulaba polígonos regulares haciendo visible una probable regulación o contención de la Ciudad. Los procesos para los estudios y elaboración del plano regulador los anunciarían en su sección quincenal en el periódico El Sol de León para el conocimiento de todo público y poder sensibilizar a los lectores en temas de ciudad. “El proceso de ejecución del proyecto está formado esencialmente de cuatro tipos de actividad: 1. Acumulación de hechos. 2. Formulación de planos. 3. Revisión legislativa. 4. Ejecución de obra. Lo indicado en el primero y segundo de estos incisos generalmente se hará bajo la dirección de una oficina de planificación, de una autoridad competente o de una comisión urbanizadora compuesta de ciudadanos representativos sirviendo sin retribución, designada por el poder Ejecutivo y que esencialmente estén enterados de los problemas que tiene la Ciudad y conozcan perfectamente ésta. Tales comisiones deberán ser reducidas, de un desinterés incuestionable y de una probada honestidad y competencia con elementos fijos para asegurar la continuidad de criterio. Sin duda, tendrían necesidad de emplear a uno o varios especialistas para aconsejarles sobre asuntos técnicos”. La ciudad de León para inicios de 1970 sería probablemente unos de los casos más agudos de un crecimiento desordenado, de forma repetitiva el problema había estado en la conciencia de los leoneses, la necesidad de una contención en el crecimiento o la existencia del plan regulador de la Ciudad, el cual estuviera vigilado por el departamento de Obras Públicas y de Planificación del municipio que garantizara, al mismo tiempo por su índole apolítica, una necesaria continuidad en las obras planeadas salvándolas de posibles caprichos del gobernante en turno, que se hacía cada vez más imperante. En 1978, los estudios técnicos sobre el plano regulador se tenían ya listos, sobre todo, en lo que se refiere a estudios socio-económicos y de urbanización de la ciudad de León, de acuerdo a los sistemas modernos en que se habían planificado las poblaciones industriales más importantes de América en ese momento. “El plano regulador de la Ciudad no es el levantamiento arquitectónico ni topográfico que indique la voz de arranque a una casi destrucción de la misma, ni tampoco el plano para que las autoridades hagan de calles, avenidas y edificios los efectos de una bomba atómica”. Se trataría de explicar de forma fácil, que: “El plano regulador es un trabajo técnico que tiende a delinear el crecimiento de una ciudad con zonas especializadas y a organizar su vida urbanística dentro de los cánones modernos que reclama la colectividad para su mejor confort y comodidad, sin importar sectores sociales”. 1. Zonificar convenientemente de modo que se delimiten sus sectores industriales y comerciales en forma tal, que no perjudiquen la salud y el crecimiento de las zonas urbanas. 2. A crear zonas residenciales, segunda, tercera y cuarta categoría en los sitios propicios para la Ciudad, a condición de que todas, aun las más humildes, cuenten con los servicios básicos de urbanización.
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El fin último del plan regulador sería buscar que se contuviera el crecimiento horizontal de la Ciudad cuyos efectos comenzarían a ser negativos para el desarrollo, pues implica, como se ha dicho, enormes gastos de mantenimiento a base de los servicios municipales. En su lugar se plantearía ya en ese momento el crecimiento en línea vertical, el cual permitiría una mayor y más barata atención de los servicios básicos y, desde luego, mejores oportunidades de educación, esparcimiento, limpia y diversión. LA GRAN AVENIDA VS EL PLAN RECTOR “Finalmente y pese a sus detractores, el 11 de junio de 1964 se inauguró el boulevard del Bajio, el cual transformaría el trazo Histórico de la ciudad de León. El impacto sería contundente con sus diferentes variables. Si bien es cierto, que la conectividad y el flujo vehicular oriente-norponiente de la Ciudad mejoró, por otro lado, la infraestructura de esta vía (carretera 45) se planteó como tal y no como vía controlada a través del interior de una ciudad. La gran vía fue abierta con pocos controles de velocidad y sin ningun respeto hacia el peatón el cual, dada el área intervenida, seccionaba la ciudad como un gran bordo urbano fracturando el primer cuadrante y creando fronteras, la flamante avenida no contaba con camellones ni puentes intermedios, presentaba nula semaforización haciendo casi imposible su cruce o, mejor dicho: casi mortal.
Foto del Blvd. Adolfo López Mateos El Sol de León (1965).
El desplazamiento social provocado por las fincas afectadas, contribuyó al impacto en algunos casos de la urbanización irregular de la periferia, mientras que por un lado la Gran Avenida se mostraba a la ciudadanía como la dotación de infraestructura moderna, por otro lado, los problemas de dotación de servicios básicos en las colonias periféricas se agudizaban de forma dramática. Transitando la recién inaugurada avenida resultaba difícil ocultar el aspecto de herida abierta en lo arquitectónico; esto, al dejar expuesto desde los sistemas constructivos hasta las texturas y acabados de los interiores de las fincas demolidas parcialmente. Con el tiempo, esto tendería a cambiar por las diversas intervenciones de la arquitectura en pro del urbanismo. A forma de surcir la gran herida causada por el trazo urbano legitimizado, más por la política en busca de simpatizantes, que por las necesidades de la Ciudad, los encargos ar-
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quitectónicos comenzaron a hacerse patentes en diferentes puntos de su sección longitudinal. La gran efectación rápidamente comenzó a explorar con ejercicios de vivienda, comercio, oficinas, bancos y plazas. Para el segundo aniversario (1966) en que se puso en servicio el Blvd. López Mateos, sería conmemorado con la inauguración de nueve edificios más que aumentarían la capacidad de la zona comercial que se venía formando sobre la moderna avenida. Luciría entonces como un grandioso escaparate, donde se expondría la potencialidad económica, en la cual se habrían invertido tan sólo en construcciones más de 80 millones de pesos, cambiando su valor por metro cuadrado de 45 pesos antes de la apertura a 500 pesos o más.
Fotografías tomadas de la construcción de la Gran Avenida. Foto: El Sol de León.
Proyectos para la Gran Avenida o Blvd. López Mateos “El Sol de León”
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En los modernos edificios que han surgido a ambos lados se han establecido infinidad de importantes comercios, medianos y pequeños,
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que convertirían al Blvd. López Mateos, en una zona comercial que con todo y su gran movimiento diario, hacían notar a la Ciudad que no afectaba en nada la zona comercial tradicional del primer cuadro, sino antes bien, lo completaría y robustecería. En un censo realizado en torno a los nuevos negocios que se establecían sobre el denominado ‘Eje’ se encuentran los siguientes: Hoteles y Moteles, Distribuidoras de Cerveza, Pasteurizadora de León, Goodrich Euzkadi, Coca-Cola, Estadio León, Maquinaria Agrícola John Deere, Oliver del Centro, Servicios Técnicos Agrícolas, Torre Ford, Madrigal, Proveedora General Popo, Fumigaciones del Bajío, Productos Pimienta, Muebles Mexicanos, Compañía de Industria y Comercio, Vinos y Licores, USM Mexicana, Angongu, tapetes y pisos; Sucursal de Banco de Londres y México, Comercial Danesa, General de Pinturas, Refaccionaria Tepeyac, Laboratorios Diésel, Tintorería Electrónica, Casa Ascencio, Tlapalería León, Tapicería y Ornamentos del Arquitecto Gracián, Seguros América, Gómez Hermanos, Pinturas Comex, mueblería Afall, Farmacia Pons, Casa Nieto, sucursal del Banco Nacional de México, Calzado Zero, Fumigaciones América, Seguros la Territorial, Casa Muñoz y MeMuSa, Banco Nacional de Fomento Operativo, el Asturiano de León, Centro Comercial con más de 20 negocios de diferentes ramas, aire acondicionado, Carrier, Geiger Mexicana, el nuevo edificio del condominio de organizaciones empresariales de León, autos Rambler, gasolinera Gómez, techos y estructuras, las nuevas instalaciones del IMSS y otros negocios más. Además de que estaban en construcción de forma acelerada más de 11 grandes edificios, entre otros el conjunto comercial Estrella, en el que habría una sala de cine para películas de 70 mm, además de estacionamientos, jardines y demás; Organizaciones Llamas, Clínica de Especialidades y otros edificios. Dicho crecimiento económico sobre la franja del bulevar propició que para 1977, las autoridades municipales se encontraran pugnando por eliminar definitivamente el uso de terrenos con frente al Blvd. López Mateos como campos de siembra, esto por la considerable plusvalía que representa en favor de los valores prediales. Contrariamente el uso negado a los campos agrícolas, se encontró en la dirección de Servicios Urbanos municipales, que se gastaban diariamente cien mil litros de agua –en números redondos– para regar y conservar los prados del Blvd. López Mateos, esto era un verdadero derroche en una ciudad donde más de ciento cincuenta mil de sus habitantes en ese momento carecían de ese vital líquido viviendo en la periferia, o el caso de muchas escuelas que se ubican en zonas hasta donde no llega la red de distribución. Las autoridades municipales tomaron el acuerdo de
Gráfica de El Sol de León. Foto: Roberto Rosas.
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sustituir paulatinamente las zonas ajardinadas del boulevard por zonas de estacionamiento. Dado el avance y la fluidez de la Gran Avenida, las autoridades municipales y los miembros de la alianza de Camioneros de Guanajuato, considerarían inaplazable la construcción de la Central de Autobuses en esta ciudad. Ante tal imperativo, el presidente municipal, Ángel Vázquez Negrete, declaraba que se daría la oportunidad a la iniciativa privada para que acometa esa importante obra dentro de un plazo razonable, y si no les interesaba, sería entonces el sector público quien se haga cargo de ejecutarla. Construcción de la Central Camionera de León. Foto: El Sol de León (1977).
El presidente municipal hizo ver que son inadecuadas, estorbosas y poco funcionales las terminales camioneras que usan de forma aislada las líneas foráneas de transporte, las cuales se localizan en el primer cuadro de la Ciudad. Señaló el funcionario que estas terminales provocan constantes problemas a las autoridades de tránsito y un cúmulo de molestias a comercios y conductores. Tal panorama no estaría de acuerdo con el progreso de nuestra Ciudad. En ese entonces alcanzaba la cifra de 432 salidas diariamente e igual número de llegadas, lo que equivale en un flujo de pasajeros en esas 24 horas de más de 34 mil personas. El dirigente de la alianza de camioneros reconoció a las autoridades el conveniente proyecto en cuanto al problema de las terminales camioneras, y agregó que se agravará más en el transcurso de los meses, pues si ya en ese momento eran 16 las líneas foráneas de pasajeros que tocan la Ciudad, para fines del año se habrá duplicado ese número. Se hablaba del lugar más idóneo para la construcción de las instalaciones respectivas, los cuales serían terrenos del ex rancho Julián, a unos cuantos metros del Blvd. López Mateos y de la calle La luz. El alcalde en turno expresaría que intervendría personalmente para resolver cualquier dificultad que se presentara tanto en la adquisición de los terrenos como en la expedición de los permisos por parte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, dejando así a un lado la primera propuesta para construirla en terrenos próximos a la glorieta de Jardines del Moral y Los Paraísos.
Central Camionera. Foto: catálogo Ecusa.
TOMARÁ POSESIÓN LA NUEVA DIRECTIVA DE LOS ARQUITECTOS El Colegio de Arquitectos de León informaba para 1971, de la nueva directiva que encabezaría el arquitecto Salvador Jiménez, él asumiría el cargo oficialmente de parte de la directiva pasada que presidió el arquitecto Agliberto Llamas Jiménez. El nuevo presidente daría a conocer su programa de trabajo que propone llevar a cabo su nueva directiva, con la mira de fortalecer el Colegio y, asimismo, obtener las máximas ventajas para sus miembros tanto profesionales como sociales. La unidad de los arquitectos que prevalecía en el ámbito leonés y en el plano nacional, acabaría por dignificar la profesión y la determinación de cooperar con las
Primer propuesta para la localización de la Central Camionera en León. El Sol de León (1958) .
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Arquitecto Salvador Jimenéz (1971).
autoridades para buscar soluciones a los problemas colectivos, los cuales continuarían siendo la preocupación del Colegio de Arquitectos de León. Ya como presidente, el Arq. Salvador Jiménez comentaba, que los sectores sociales viven pendientes de las acciones que desarrolle el Colegio, y que en respuesta a este interés se trabajaría invariablemente en beneficio de la sociedad. Planteaba también, el crear un Instituto de control de calidad de elementos para la construcción, el cual permitiría estimular la superación de la industria de materiales de construcción que cada día crece más en el país, y estaría integrado por ingenieros, arquitectos, psicólogos, sociólogos, economistas y otras personas capacitadas técnicamente, que por lo tanto, puedan aportar su colaboración. Sin esta vigilancia o acompañamientos de ninguna forma se podría fabricar ni mucho menos comercializar. Seguiría el turno para el Arq. Enrique Aranda Flores (1973-1974), el cual seguiría la misma línea de seguir abriendo camino para el agremiado, para dar paso al Arq. Rodolfo Torres Martínez (1975-1976), el cual hacía legítimo el propósito de servir a la comunidad y la superación profesional de ambas profesiones, además de subrayar la necesidad de que el departamento de Obras Públicas sometiera a concurso la colaboración
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Conmemoración del día de la Santa Cruz en el Templo Expiatorio.
Arquitecto Rodolfo Torres Martínez.
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de arquitectos e ingenieros para la solución de problemas urbanos y coadyuvar a la difusión cultural. En 1977, se anunciaba que el Reglamento Municipal de Construcciones que se encontraba en vigor no sería sustituido, pero se actualizará conforme a los problemas urbanos que es urgente resolver y, asimismo, unificar su criterio técnico a efecto de que responda a los planteamientos del desarrollo de la Ciudad. Esta decisión fue tomada durante una reunión que sostuvieron los titulares de la Dirección de Obras Públicas y Servicios municipales y de los colegios de Ingenieros Civiles y de Arquitectos. La comisión designada para este caso limitará su intervención a los términos apuntados. Sin embargo, el presidente del Colegio de Arquitectos, Arq. Rogelio Rangel (1977-1978), señalaba que la comisión había recibido instrucciones de parte de los colegios y de las Asociaciones de arquitectos e ingenieros así como del Instituto de Valuación, en el sentido de que la actualización del mencionado reglamento no dejara lagunas de ninguna especie, como en los anteriores, las cuales sólo habrían servido para proporcionar los problemas urbanos que se confrontan en León.
Colonia Las Arboledas, León, Gto. Foto: catálogo Ecusa.
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Gráficas de los embotellamientos vehiculares producto de la repavimentación del Boulevard López Mateos El Sol de León (1977).
Para acelerar los trabajos de la comisión se ha integrado a ésta, un representante de la dirección de Obras Públicas, el Arq. Fidencio Carpizo, quien por otro lado se perfilaría como el idóneo para el caso por conocer de sobra la problemática urbana de la Ciudad en sus puestos anteriores.
Arquitectos: Rodolfo Torres, Fidencio Carpizo, Alejandro Orozco, Erique Aranda y Ernesto Velázquez.
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MODIFICACIONES AL PLAN DIRECTIVO URBANO Entrado el año de 1980, el Plan Director Urbano y el Plan Director Municipal estarían siendo sujetos a nuevos estudios, a fin de que estén actualizados en todas sus fases, ya que de una a otra hay modificaciones sociales, económicas, políticas y demográficas que deben tomarse en consideración para que puedan esos planos ser aprobados por decreto de la Legislatura del Estado. El arquitecto Agustín Gutiérrez Monroy, funcionario de la Dirección de Desarrollo Urbano Municipal y que sería en un futuro presidente del Colegio de Arquitectos en el período de 1989-1990, añadió que, por esta razón, el Plan Director de León en su segunda versión no se ha enviado a la Legislatura, y en cuanto al Plan Municipal se siguen haciendo estudios sugeridos por el Gobierno del Estado, de cuya responsabilidad será enviar la iniciativa al Congreso del Estado. Se dijo que se tiene terminada y hasta publicada la primera versión del Plan Director de la Ciudad, pero tuvo que sufrir modificaciones en virtud de las sugerencias que hicieron autoridades en la materia y que fueron consideradas de peso y hasta esenciales.
También entraría en esa misma década la actualización de la Ley de Fraccionamientos, esto debido a los grandes espacios vacíos por asentamientos humanos aislados. Para 1980, la ciudad de León sería sorprendida por un extraordinario crecimiento demográfico y urbano por los cuatro puntos cardinales, esto pese a la actualización que se hiciera a la Ley de Fraccionamientos, el cual origina asentamientos humanos dispersos, muchos de los cuales invaden terrenos de cultivo, dejando ver el crecimiento que se observa hacia el oriente, el sur y norte. Para esa misma década, la sede del Colegio de Arquitectos construirá su nueva casa en el fraccionamiento ubicado en la periferia de la Cuidad llamado El Carmen, en un terreno donado por el expresidente del Colegio, el Arq. Alejandro Pohls, lanzando también el concurso para el proyecto, el cual ganaría la pareja de arquitectos, Ma. Eugenia Pineda (primera mujer colegiada) y Alejandro Orozco, el cual fungiría como el próximo presidente del Colegio de Arquitectos en los años 1983-1984, años en los cuales se aprobara el primer plan de Desarrollo Urbano y el
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FotografĂas de la casa sede del Colegio de Arquitectos en el fraccionamiento El Carmen. Foto: cortesĂa de Alejandro Orozco y Ma. Eugenia Pineda.
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nuevo Reglamento de Construcción. Sería en la gestión de Jorge Villalobos Anaya, Ricardo Acosta Pérez y Mario Ontiveros, (1993-1994 / 1995 / 1996 / 1997 / 1998) las cuales crearon el Instituto Municipal de Planeación, el Instituto Municipal de Vivienda y lograron separar la Dirección de Protección al Medio Ambiente de la Dirección de Desarrollo Urbano, para de esta forma tener un mejor cumplimiento de sus funciones. Para el año 2000, se movería de nueva cuenta a la periferia la nueva y actual casa sede, como una buena práctica. Nuevamente se lanzó el proyecto a concurso, el cual en esta ocasión lo ganaría el Arq. David Luján. Mientras el proyecto de la nueva casa sede se materializaba, fue a cargo del Arq. Ernesto Lozano que la casa sede movió su domicilio a la Plaza 500, lugar en el cual se gestaron y organizaron foros internacionales de Arquitectura, Urbanismo y Medio Ambiente y demás representaciones del Colegio ante organismos sociales y participaciones en medios de comunicación a nivel local. Paralelamente, en estas décadas el Ayuntamiento de León creará el primer Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN) en México (1994). León sería la primera urbe en establecer un organismo que definirá el rumbo de la ciudad. Para este fin, contará con un Consejo Directivo de participación ciudadana. Para estos años la ciudad de León ya contaba con 1’042,132 habitantes, experimentando un crecimiento físico y demográfico acelerado, debido en buena medida, al punto neurálgico que representa dentro de la República Mexicana. En este proceso y para esas décadas la Ciudad volvería a sufrir las devastadoras especulaciones sobre la tierra, dando paso a ubicaciones de viviendas en zonas apartadas de la mancha urbana, expandiendo así nuestra actual y descontrolada periferia. Desde entonces, dicha dependencia entiende la necesidad de poder asegurar una visión a futuro de nuestra Ciudad y su continuidad, atacando la planeación a largo plazo, planteando nuevos retos para el desarrollo de la Ciudad y su región.
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Como parte de los esfuerzos en estas últimas décadas, se creará en 1998, El Instituto Municipal de Vivienda, organismo público descentralizado de la administración pública el cual, promueve y realiza programas de vivienda para que las familias de escasos recursos económicos adquieran, mejoren o auto construyan su vivienda. Con el amplio repertorio que por décadas marcó el fenómeno de la expansión horizontal de nuestra Ciudad, y ubicando las cuantiosas hectáreas vacías dentro de la mancha urbana, dicho organismo apostará en la ocupación de suelo potencialmente regenerativo para el tejido social y urbano, proponiendo proyectos a forma de prototipos de vivienda tanto en la colonia Buenos Aires, así como en la colonia Américas, los cuales su objetivo primordial será generar diseños de vivienda vertical de carácter social, integrando mezcla de usos para una buena convivencia vecinal, incluyendo temas de diseño bioclimático para un mejor funcionamiento en su contexto social, económico y urbano. El crecimiento espontáneo, en el cual nuestra Ciudad ha estado sumergido por décadas y ha generado tantos problemas que no puede seguir a modo de contemplación, los citados esfuerzos de todos los organizamos involucrados en temas de ciudad aquí citados, deberán apuntalar hacia el futuro agendas en políticas urbanas que reflexionen sobre la responsabilidad en el diseño y su calidad como ciudad. La inclusión de los actores sociales en dichas agendas, será determinante también para frenar el camino de la privatización de la Ciudad, los casos de fraccionamientos privados y/o peor aún, colonias cerradas ante omisiones de los gobiernos locales. A partir de la década de 1990, los numerosos casos en este sentido empezarán a segregar un tejido social y vecinal. La capacidad de tener una aproximación estratégica a una urbanización integral, sería constatar que las soluciones de otras ciudades no son las mismas para nuestra Ciudad, estamos ante una transformación relevante y existen tendencias políticas que no abonan por agendas claras, como la de contener que a principios de la década de 1960 se incrementó la expansión de las periferias seguida de la fuerte demanda incapaz de solventar de dotación de infraestructura y servicios, principalmente como se ha hablado en los capítulos anteriores, de agua potable y el manejo de la basura. Si bien es cierto, que nuestra Ciudad en temas de arquitectura lleva formándose 441 años, en los temas de ingeniería y redes viales le ha tomado no más de 50 años para cambiar su imagen urbana y dotar de un crecimiento escandaloso en su parque vehicular, coartando la oportunidad de ganar espacios públicos y de ocio para tener una ciudad sensible a nivel de calle.
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ImĂĄgenes interiores de los prototipos de vivienda vertical. Buenos Aires y AmĂŠricas respectivamente.
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Entrevistas a expresidentes del Colegio de Arquitectos de Leรณn.
Los temas mencionados en este documento pretenden establecer un recuento de la Historia de la ciudad de León, así como de su transformación a partir de la creación del Colegio de Arquitectos en el año de 1968. Si bien, dicho Colegio se ha nutrido en cinco décadas por arquitectos que han transformado a la Ciudad tanto en el ámbito público como en el privado, con el compromiso de trabajar en su ciudad y para su ciudad las diferentes y cuantiosas agendas –por citar algunas– urbanas, políticas, culturales y educativas, quedarían rebasadas ese mismo año, dado el vertiginoso crecimiento de la población y la Ciudad. Como parte de la reflexión de ciudad y a forma de apuntalar el presente trabajo, se levantaron 6 entrevistas a expresidentes del Colegio de Arquitectos de León. Este ejercicio de charlas contribuirá para que el lector pueda formular una congruente reflexión de su Ciudad para los próximos 50 años.
Arq. Salvador Jiménez Moreno Periodo 1971-1972.
Fotografía: Cortesía
¿Qué elementos para que la arquitectura sea relevante? “En primer lugar, para que sea una obra relevante, la obra arquitectónica tiene que ser de acuerdo a las necesidades de la persona o las personas que la van a habitar. No ha habido una consistencia que sea especial para el Bajío Guanajuatense, hay muchas obras de los compañeros que cumplen con los requisitos basados en las teorías de Le Corbusier y Frank Lloyd Wright, pero es una Ciudad amorfa que no cumple con los requisitos de separar la vivienda, el comercio, la industria, la vialidad. Todas estas cosas tie-
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nen que tomarse en serio en la actualidad, ya sea por el Colegio de Arquitectos, el IMPLAN u Obras Públicas, el que se autoricen proyectos y el que se restrinjan que es lo se debería hacer, porque poner una residencia en una zona industrial o una zona industrial la meten con otro tipo de comercio, ésa es una cosa que no tiene un cuerpo político, cuando en realidad, está haciendo uso de la tierra de la ciudad de León”. ¿Qué le significa ser parte del Colegio de Arquitectos? “El primero fue Agliberto Llamas Jiménez,
fuimos auxiliados en ese tiempo por el arquitectos de la Ciudad de México, para fundar la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana, entonces, en esa forma fue como se empezaron a desarrollar las profesiones del arquitecto, del ingeniero civil y las profesiones en general. Lo primero era crear la Ley de Profesiones, misma que se generó en 1890, pero nunca pudo funcionar porque si no había colegios o colegiados, no funciona dicha ley. Con el Colegio, hubo más comunidad entre los arquitectos, hubo más cordialidad con los ingenieros para hacer que todos trabajáramos juntos, para respetar la conciencia y el trabajo de cada uno y, poder hacer de León una ciudad mejor. León en esos años tendría unos 300,000 habitantes, era una Ciudad controlable, y ya personas anteriores a mí tenían la conciencia de crear algo y no sabían cómo empezar. Los primeros arquitectos que te puedo nombrar, son Agliberto Llamas Jiménez, Fidencio Carpizo, Ernesto González Amador y, luego ya viene Antonio Maldonado o Torres Martínez. Uno de los planes durante mi tiempo, fueron realizar el Colegio de Arquitectos de León; Una vez que se legalizó éste, se empezó por legalizar la Ley de Profesiones para que entrara en vigor. Son dos cosas que a lo mejor ahorita nadie se da cuenta, pero era fundamental para empezar a trabajar unidos como gremios profesionales. Una de las cosas era el respeto ético profesional, porque en ese tiempo era andar quitándole el cliente uno a otro; entonces quisimos poner las bases para evitar ese tipo de ilegalidades éticas, se empezaron a hacer unos artículos del Colegio de Arquitectos de cómo respetar la ética profesional desde el punto de vista arquitectónico. Había mucha rivalidad; cosas que se fueron poco a poco limando y limpiando. En ese tiempo había un problema porque los dueños o clientes no entendían qué era hacer un proyecto, cómo se debería hacer un proyecto, cómo se debería pagar, el cliente estaba acostumbrado a decir ‘ésta es mi propiedad y hago lo que yo quiero’, y otra de las cosas, los honorarios profesionales eran un problema completamente desastroso; nadie entendía. Había primero organización interna y des-
pués desorganización gubernamental, nadie cooperaba para hacer de León una ciudad relativamente modelo o una ciudad que empezara a dar los primeros pasos para tener una planificación ordenada. Aquí existe el departamento que Obras Públicas que tiene a las personas que autorizan los planes y checan todo lo que son planos de electricidad, de construcción y cálculos. Todo eso es revisado por personas preparadas para trabajar en Obras Públicas la mayor parte son ingenieros o arquitectos; eso es esencial. Hay comunicación entre urbanistas, entre las universidades y hay consejos donde todos se ponen de acuerdo. Una de las cosas principales es el Código de Construcciones para México, fue elaborado en 1890 y se reformó en 1975, debido a que no se cumplían con ciertos lineamientos respecto a los terremotos, a las zonas que son propicias a inundaciones. Fue en 1977 que se formuló el primer Código de Construcción para la ciudad de León, y ahí aparecen las personas que participaron a la firma. IMPLAN, el Colegio de Arquitectos y el Colegio de Ingenieros Civiles, son los que manejan parte del desarrollo de la Ciudad. Entonces deberán incidir para limitar los permisos que se están dando a proyectos que no cumplan los requisitos, empezar o seguir el plan de desarrollo urbano, que haya comunicación con IMPLAN, con Obras Públicas, con todo el Estado, pues toda obra influye para que León sea una ciudad; para que lo negativo sea ahora positivo, o bien, dentro de 10 ó 15 años. Si no hay un organismo que controle el crecimiento de León, van a seguir los compadrazgos; y León requiere ser una ciudad habitacional aparte de industrial. Ser una ciudad para el hombre, no para el vehículo”. ¿Cómo fue para usted la transformación de León? “El Blvd. López Mateos fue en 1962, cuando el licenciado Torres Landa trajo los equipos que él dictó, por dónde iba a pasar, y así lo hizo, bien o mal, pero lo hizo.Ahora, ¿qué es lo que ha pasado? Todos los terrenos, todas las casas que están alrededor ¿en qué se han convertido? En lotes, estacionamientos, edificios abandonados que para nada sirven.
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Hubo gente que sufrió, que perdió sus propiedades porque les pagaron a 25 ó 50 centavos el peso. Con el tiempo, esta arteria le ha dado una solución a León, pero no es lo único, tenemos que trabajar con el anillo periférico de Las Torres completo, como un alivio para para la distribución del crecimiento de León, no dejar que quienes están ahora urbanizando lo hagan sin continuidad de las avenidas. Yo tengo fotografías aéreas de hace algunos años donde hay calles que llegan a ningún lado. El viaducto de Los Gómez se ha hecho en etapas, en realidad, su origen iba a ser relleno y el agua entubada, en el momento en el que empezaron a hacerlo no revisaron que tenía ya 20 años de existencia, para ver si cumplía o mejorar lo que se había hecho en 1978, lo proyectado con ayuda del licenciado Valdez. Después de conocer el caos de mi profesión, lo que tendríamos que empezar a hacer, son parques, ayudar a la gente para que plante árboles en lugares adecuados y tener una mancha verde, pero por el contrario, he leído el periódico y ver que un presidente municipal tala árboles que fueron plantados hace 50 ó 60 años, son contradicciones que no debe haber”. ¿Qué mensaje les daría al Colegio de Arquitectos y a las nuevas generaciones de arquitectos? Mi mensaje sería: Todos los arquitectos, todos los ingenieros, todos los que están en la parte de la construcción ponerse de acuerdo, estar en grupo para tener peso y poder pedir a las autoridades de León que se empiece a mejorar León, para que llegue a ser una ciudad rescatada de los restos de lo que queda y no cometer los mismos errores con la parte nueva. Hay desarrollos habitacionales en la parte norte que cumplen con los mínimos requisitos de urbanización o de medidas estándar para las calles, banquetas y drenaje sanitario. Les agradezco, al Colegio y a ustedes, el haberme dado la oportunidad de expresar algo de lo que yo venía trabajando hace 40 años, hay que seguir trabajando”.
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Arq. Enrique Aranda Flores Periodo 1973-1974.
Fotografía: Diego Torres.
¿En qué años fue director del Colegio? “En 1970 fui director del Colegio de Arquitectos de aquí, pero hay algo muy interesante, cuando yo llegué de México por el año 63 éramos doce ingenieros y arquitectos en toda la Ciudad, no podíamos formar un comité de arquitectos y uno de ingenieros entonces creamos la Asociación (Asociación de Arquitectos e Ingenieros de León, A.C.) que todavía existe, y que la mantienen por cariño los ingenieros y arquitectos. El arquitecto Luis Ortiz Maciel, fue el primer director de la Escuela de Arquitectura de Guanajuato, entonces cuando llega Luis
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Ortiz Maciel se estaba formando también la Federación (Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana), a nivel nacional todos empezaron a relacionar la política profesional con los arquitectos, ya existían varios colegios como el de Chihuahua o el de Guadalajara, pero aquí en Guanajuato pretendemos hacer el colegio estatal, pero la ley de profesiones de aquel tiempo no nos lo permitía, lo mínimo eran tener 10 arquitectos por colegio, hicimos la campaña para el colegio estatal y sacamos a Agliberto, pero cuando lo íbamos a registrar nos dijeron que no se podía. Hicimos el Colegio Municipal, y el primer presidente fue
Agliberto, el segundo fue Chava Jiménez y el tercero fui yo. El primer presidente de la Federación fue el arquitecto Alejandro Prieto, que era jefe de proyectos y constructor del Seguro Social. En esa época (del Seguro Social) hizo mucha obra en toda la República, fue la época donde me imagino que fue López Mateos, se hicieron muchos hospitales en toda la República, entonces fue el que traía más trabajo de todos, fue el primer presidente de la Federación, pero siempre se quedaba en las presidencias en México, porque pensaban que era una Federación de arquitectos y realmente la Federación es de Colegios de Arquitectos. Exactamente es lo que estoy escuchando ahora también el tema político del Colegio de Arquitectos. La participación es muy importante, hace mucho tiempo se hizo un estudio de la participación del mexicano en comparación con la participación del americano, mientras que el americano tiene un 25% de la población que participa, nosotros nos quedamos en el 2%, y participamos porque los hijos nos están diciendo que vayamos a la junta de padres, pero no estamos acostumbrados a participar, todos opinamos pero no participamos, criticamos pero no participamos, es uno de los defectos que tenemos tanto profesionalmente como ciudadanos. Como ciudadanos debemos participar mucho más en todo lo que hacemos”. ¿Qué le significa ser parte del Colegio de Arquitectos? “Fue una motivación original, en primer lugar de la unión que hicimos, ya que fue en defensa porque todas las obras, todos los proyectos de la Ciudad, se iban de la propia Ciudad, se las llevaban las grandes constructoras. Los arquitectos cuando llegamos lo primero que pretendemos en el Colegio fue tratar de trabajar con el municipio, la oficina de Desarrollo Urbano era un arquitecto o un ingeniero con una secretaria y un topógrafo y ya. Con una población de 300,000 habitantes, entra el director de Obra Pública de ese entonces y el Colegio le ofreció: Nosotros te vamos a ayudar para tratar de integrar los desarrollos y fraccionamientos. Eran 23 fraccionamientos pero ya se hablaba de fraccionamientos irregulares, ya se hablaba de valores de tierra, de muchas cosas que ya impactan dentro de la Ciudad, de movili-
dad, de las direcciones de tránsito. Le pedimos a Lorenzo Reyes, que era el presidente municipal, y a Fidencio que nos permitieran ayudarles con mucho gusto, entonces todos los días nos juntábamos el arquitecto Velázquez, Manuel Flores, el ingeniero Morfín que está ayudando al sistema del agua (no había SAPAL), había un sistema que depende de Guanajuato, el sistema de agua potable y drenaje. Éramos 5 los que nos juntábamos y trabajábamos una hora en los nuevos proyectos, lo que les habían mandado en la oficina de Desarrollo Urbano y la Dirección de Obra Pública, y el resto era quejarnos amargamente, entonces ahí empezó a decir ‘bueno pues vamos a formar el Colegio para defender, para promover y para hacer’. Con las relaciones que teníamos todos en aquel tiempo, los arquitectos de México eran muy fuertes estaba Joaquín Alberto en la Secretaría de Salud, Alejandro Prieto en el Seguro Social, además, Pedro Ramírez Vázquez, toda una obra de arquitectos que eran los más importantes, porque México desde el tiempo de los aztecas siempre está organizado todo en el Centro y así hasta la fecha todo se resuelve en México, las grandes obras, las grandes inversiones, eso nos sirvió, el colegio empezó primero como un órgano de defensa y después se fue ampliando a capacitación, relaciones, etc. Sí ha crecido muy aguerrido el Colegio de Arquitectos de León, participa mucho y el puro cartel del Colegio sirve para abrir muchas puertas, entonces sí está al pendiente el Colegio Arquitectos y participan en los estudios de planeación en los consejos de Desarrollo Urbano, en los consejos de Patrimonio Histórico; en todos los consejos sí hay arquitectos que están trabajando ahí en este momento”. ¿Cómo considera su gestión? Y no nada más hablando en el año en el que estuvo, sino en la década en la que estuvo, ¿qué embarneció más? “Creo que como nada había, todo estaba por hacerse, teníamos que participar, para ello, había artículos de periódico, todos los lunes sacábamos un proyecto de un arquitecto, entonces teníamos que estar luchando, es luchar permanentemente, no había escuelas de Arquitectura, todavía no tenemos maestros, a nadie tenemos que estuvieran dando clases, los que llegaron que ya se quedan avecinados aquí se dedican a su chamba y a laborar como grupo,
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podríamos integrarlos dentro del Colegio, pero era empezar a abrir puertas. Ya con el tiempo llegan las primeras escuelas de Arquitectura, pues ya tuvimos oportunidad de participar en el magisterio para dar clases de Arquitectura dentro de un colegio, a mí me tocó cuando empezó la Ibero”. ¿Algo que le gustaría destacar respecto a la administración? “El principal competidor, es el profesionista que no está recibido por el Colegio, que se sustenta como arquitecto y no es arquitecto. En segundo lugar, la competencia en precios, la defraudación de muchos que se dicen ser arquitectos, o aun siendo arquitectos engañan a sus clientes en proyecto de construcción. También, el tratar de defendernos contra los grandes desarrolladores de todos lados; algunas de las cosas que nos quejamos. En los primeros 23 años de INFONAVIT, sí funcionó como un verdadero Instituto, entonces ahí estaba atento el INFONAVIT a los proyectos de los desarrollos, a los materiales, a tener una relación y nos traían gente de Dinamarca, de Estados Unidos, de España, de Francia de qué es lo que están haciendo allá para retroalimentar y motivar a los diseñadores locales y a los constructores locales, pero cuando entra el licenciado Campillo y se hace el INFONAVIT como órgano financiero, se crea la expansión urbana con puras casitas de un piso y llegó un momento en que lo único que importa es el precio de la casa. Entonces sí creo que ésas son de las cosas que no se defendieron o no tuvimos la capacidad para poder parar ese desarrollo, y de repente se meten casas a 15 kilómetros del Centro de la Ciudad, fue donde empezaron los problemas. Actualmente, son más de 3,000 hectáreas desocupadas dentro de la zona urbana, entonces por eso ahora el plan nacional, es tratar de densificar las ciudades para que la gente no se mueva tanto, pues no hay un plan, no hay gobierno que pueda atender la demanda de una población que trabaja allá en Puerto Interior y de aquí en Las joyas. “Eso que menciona del INFONAVIT me parece fundamental, porque el trabajo que se está haciendo de investigación es para reflexionar la Ciudad, la intervención del Colegio por supuesto, pero para reflexionar la Ciudad en los
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últimos 50 años, entonces esto ha determinado, sin duda, la identidad de León”. Antes, todo era el con el Gobernador del Estado, el municipio empezó a tomar un poco de estatura hasta después del año 77. Antes, una de las grandes obras de un presidente municipal era cambiar el sentido de las calles. Cuando llegamos a la última época de Arturo Villegas (el último presidente municipal priísta), no manejaba la administración municipal, no manejaba un presupuesto, todo era tocar puertas, caerle bien al gobernador para que te soltara recurso, ahí fue cuando se hizo en Guanajuato el parte aguas del desarrollo, fue cuando se hizo el Blvd. Torres Landa, cuando se hizo el Eje, con una idea muy audaz de aquel tiempo, porque tampoco teníamos tantos recursos para hacer esas obras, porque arregla todo Guanajuato, hace la calle subterránea de Guanajuato, hace el Eje de León, hace mucha obra el estado”. ¿Nos puede hablar un poquito más de lo que fue la vida del López Mateos? “León nada tenía, lo único que tuvo fue gente capaz de unirse y trabajar. A León llega gente de todas partes y es bien recibida, mientras que tú vas a Puebla, a San Luis Potosí o a Monterrey, no te reciben con ese afecto, con ese cariño, aquí te puedes integrar a cualquier grupo que quieras sin ningún problema, nos dedicamos a una ciudad de servicios más que servicios, porque tenemos hoteles, áreas comerciales, universidades, tenemos ahora la influencia de las industria automotriz. La gente de León es admirable, nada más que no lo reconocemos”. ¿Qué edificios y obras consideradas relevantes no por la cuestión espectacular o estética, sino por cómo ha transformado a la Ciudad en los últimos 50 años? “Cada semestre salen 80 arquitectos, pues es una cantidad brutal de profesionistas que ya no conocemos la calidad, un error del desarrollo, pensar que todo lo viejo era malo o que lo nuevo era bueno, tenemos que tomarlo entonces, no tenemos grandes obras de arquitectura como obra clásica o neoclásica, todo lo demás de la ciudad de León a alguien le tocó vivirla. Cuando nosotros llegamos a trabajar no sabían ni siquiera para qué servía un arquitecto, nuestros enemigos eran los maestros de obra”.
¿Qué ideas considera se pueden implementar desde el Colegio de Arquitectos para que junto con universidades y asociaciones, la ciudadanía pudiera plantear una ciudad integral? “La Ciudad la hemos echado a perder nosotros mismos. Te platicaba que en una época que pretendíamos ampliar la Madero alineando las calles, entonces tumbamos muchas de las casas que el único valor era el valor contextual, porque estaban allí, no tenían valor arquitectónico pero eran parte de la Ciudad de un pueblo ‘bicicletero’, y ahora nos arrepentimos de que desechamos las bicicletas y metimos automóviles; entonces, ahora qué es lo que tenemos que rescatar, vamos a rescatar la Ciudad para los seres humanos, vamos a tratar de ser una ciudad con la mixtura necesaria para que convivamos, que se pueda tener el despacho o consultorio en la casa, de no tener que sacar uso de suelo y pidan estacionamientos. Ahora, necesitamos una política que trate de volver a aterrizar, a recuperar lo que es el barrio, a tratar de quitar los fraccionamientos cerrados, los provocamos por inseguridad, y la inseguridad la provocamos por la movilidad de la gente, entonces, tenemos que competir con relaciones, con comunidad, tenemos que volver a rescatar el barrio, volver a sectorizar la Ciudad, ahorita ya es pésima, buscar la forma para que pueda servir a León. Vamos a tratar de que la ciudad de León vuelva a ser para las personas, para el peatón, para el ciclista”.
la moda del formalismo en la arquitectura, antes de pensar en la función, como lo hacemos nosotros con dos tendencias, una es la racional y la otra lo funcional, ahora no, es primero la forma del edificio y ya dentro le pones lo que quepa, somos formalistas, somos fachalistas”. Bueno, como resumen hablamos del nivel personal, de la pasión por la arquitectura, del trabajar una obra, pero también, de un contexto comunitario, de un identidad y, sin duda, una entrevista que habla de la política pública en la construcción de una ciudad. “Sí, es que es mentira decir que no somos políticos, la política es todo, tu vivir, tu trato con tu pareja, con tus hijos, esas relaciones tienen mucho de política, mucho de convivencia, de conciliación, de todo”.
¿Qué recomendaciones tiene para las nuevas generaciones de arquitectos en relación con su quehacer en la ciudad de León? “Cada diseño que tengas que hacer, piensa que sea el mejor de tu vida, 24 horas del día estar pensando en tu trabajo; a la hora de dormir, sueña en tu trabajo. La arquitectura es apasionante, es un arte, es una técnica, es de meterle mucho cariño. Tenemos que trabajar directamente en dibujos, borradores y corregirlos muchas veces, un plano tenemos que borrarlo y corregir unas 5 veces, porque ahora con los sistemas de cómputo que tienes haces un croquis y puedes pasarlo en limpio en 15 minutos y volver a corregirlo, a los proyectos no se les da la importancia que deben de tener, porque no existe la pasión. Ahora también se vino
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Rodolfo Torres Martínez Periodo 1975-1976.
Fotografía: Diego Torres.
¿Qué aspectos considera que influyen para que una obra se considere un objeto arquitectónico relevante? “Primero, se requiere ser un fuera de serie para hacer algo relevante dentro de tu quehacer creativo, porque la arquitectura es imaginación, es creación de espacios y de vivienda o lugares de estar del ser humano. Influyen tantas cosas en esa creación de espacios, y están variando constante y rápidamente”. ¿En León, cuáles podrían ser las obras que considera relevantes y por qué las considera relevantes?
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“Creo que necesita ser alguien fuera de serie como lo fue don Luis o Tres Guerras aquí en Guanajuato, pero ésos se dan contados. Algo muy importante, yo no lo visualizo de gran importancia qué distinga a la Ciudad, y también pasa mucho que tanto ves todos los días y en todo momento las cosas, que ya no las notas. Cuando estuve en Obra Pública durante 1 año nada más, pero después fui delegado estatal de INFONAVIT y cuando llegué aquí, los que eran una cosa extraordinaria en León: Jardines del Moral, León Moderno, La Martinica y la Andrade”.
Cuéntenos un poquito más de la colonia Andrade, pues sabemos que ahí fue la llegada de la Arquitectura Moderna a León. “La Andrade fue la primera colonia que descentralizó la vivienda residencial propiamente aquí en León, es donde se empezaron a hacer viviendas unifamiliares, la gente que vivía en el Centro, en casas importantes, se fue a vivir a la colonia Andrade. Además, se empezó a mover a León Moderno que fue la que le siguió y también a la colonia Arbide que era el cerro. El amo de las casas residenciales de ahí fue Agliberto Llamas, él le construyó a un tal Isidoro Santos (curtidor) cientos de casas allí, él hizo su edificio donde estaban sus oficinas y su casa en la calle Roma y Américas, que va de la Calzada a la Roma y que ahora va hasta acá abajo, en el cerro, atrás del Canal 10. El cementerio de San Nicolás era el límite de lo que había crecido el pueblo”. Y de todo eso que recuerda no sólo de las colonias y las obras, ¿qué provocaron en la gente, en la identidad de León estos movimientos? “Tenemos realmente muy pocos puntos que nos identifiquen claramente, no lo hemos hecho, es culpa nuestra, no hemos tenido una mayor aportación a algo que nos identifique constantemente. La mayoría de la gente somos de fuera, entonces no existe el arraigo tan importante, que nos haya permitido identificar algo. Los leoneses están revueltos en el montón, más bien los que los venimos a empujar somos de fuera, por ejemplo, Agliberto era de Zacatecas”. ¿Cómo interpreta o qué piensa al respecto, por qué los de afuera vienen a construir la ciudad de los leoneses? “Porque éramos pueblo chico, éramos Villa antes de ser ciudad, estoy hablando de hace cuatrocientos cuarenta y tantos años, era la Villa de León, una ciudad de refugio y de paso, de protección para las minas, el oro y la plata que se movían en Guanajuato. La población de León estaba concentrada en el Centro, la plaza que conocemos todos, incluyendo el Jardín de la Industria, el resto se dividía en el Barrio Arriba hacia ‘La Garita’, el Barrio de San Miguel hacia la estación, y la Ciudad se desarrolló de norte a sur”.
¿Está hablando también de cuando construyeron ‘el Eje’? ‘El Eje’ llegó con Juan José Torres Landa… el Eje era la calle Morelos que era muy corta, era del Barrio Arriba al Parque Hidalgo, no era muy largo lo que hizo el licenciado Torres Landa, y de ahí al Seguro Social era terracería abierta, ya con el ancho que ahorita tiene, pero era tierra y se interrumpía en la salida a Lagos, bulevar Paseo de Los Insurgentes ahora”. A usted le tocó estar acá en León cuando fue la llegada del Eje, ¿nos puede contar? “El Lic. Torres Landa era el tipo de gente que decía que ‘primero hay que pedir perdón y no permiso’, El agarró y abrió, hizo un Plan Guanajuato muy importante, fue la modernización del estado, porque lo hizo en las 46 cabeceras municipales que tenemos, hizo lo que llamó el ‘Eje industrial’, que era de León hasta Celaya, atravesó Salamanca y Silao, le dio especial importancia a las ciudades que aparecían ahí, empezando por León, Purísima y San Pancho. Aquí se producía una gran cantidad de rebozos y había muchas fábricas de hilados, luego la zapatería vino a originarse, después el cuero para los arreos de las minas, la talabartería tan importante que fue aquí. León era para hacer todos los arreos que necesitaban los mineros de Guanajuato, y eso propició que necesitaran calzarse, iniciaron gran cantidad de fábricas de zapato, las picas que les llamaban según los libros, y eran los patios y traspatios de las casas. El Barrio del Coecillo ya fue un accidente posterior, que es lo que quedó del otro lado del oriente del río de Los Gómez, que no había tal río, es artificial, por eso son los bordos que tenemos serpenteando, porque fue para prevenir inundaciones como la del 88, que inundó todo lo que era León. Respecto al Blvd. López Mateos, y fue hecho de asfalto, primero era la calle Morelos, se hizo famoso por el dicho de ‘Bienvenido a León que te recibe con los baches abiertos’”. Me comentó que casi lo atropellaba una máquina en el López Mateos y lo escuché hasta un poco conmovido, ¿nos podría contar un poco más el evento? “Tuve un cliente fabricante de calzado que tenía su fábrica en la Morelos, cerca del mercado de Comonfort, yo le estaba diseñando su nueva fábrica porque él pensaba
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cambiarse de lugar; y estando con el señor viendo los páramos llegaron a decirnos sálganse por que vienen las máquinas tirando las casas en todo el bulevar, agarré todos mis papeles y me salí junto con el dueño, todo mundo fuera porque venían abriendo todo, desde el río de Los Gómez hasta el Parque Hidalgo. Si no atendías el llamado, había que desalojar ahí mismo, te agarraban tus cosas y las ponían en la banqueta, fue a la fuerza… Era pedir perdón, no permiso”. ¿Fue expropiación u ofrecieron algún dinero a la gente por sus propiedades? “Les deben haber pagado seguro, pero como paga el gobierno, me imagino que en aquel entonces hubo un ajuste, porque el valor que tienes en el catastral es muy bajo. Y bueno, 15 años después se tuvo que volver a pavimentar ese bulevar, ya con concreto”. Usted que vio las dos partes: cómo se destruyó una zona del centro, pero también vio el crecimiento, ¿qué podría decir sobre dicha transformación de León? “Ese cambio detonó una actividad económica que estaba reducida a cuero y zapato, ahora somos una ciudad de servicios, hay industria de muchos tipos, la automotriz por ejemplo. En fin, una gran cantidad de industrias y de auge económico que fue más importante, más estar supeditado a una mono industria como eran el cuero y el calzado, mismos que desplazaron los textiles, aquí ya no se dónde hagan un rebozo, antes en el tajo de Santa Ana y en Ibarrilla”. ¿Qué significa para usted ser parte del Colegio de Arquitectos? “Es la unión de arquitectos, cuidar la actividad de la arquitectura y la construcción con ética, con profesionalismo. El Colegio es un cuerpo colegiado que te aglutina valores técnicos, arquitectónicos, morales, éticos, en beneficio de la profesión, del cliente, del consumidor al que servimos con los proyectos que hacemos, no estar cada quien jalando para su santo, sino en una forma colegiada, en beneficio de la profesión. Fue aglutinarnos y aumentar la membresía del Colegio, eso implica una relación muy importante con las autoridades, en aquel entonces (1960) la Dirección de Obras Públicas era de risa, todavía existe la oficina donde estaba en el Palacio Municipal”.
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Y hablando de obra pública, como figura representativa de la actuación del Colegio en la década de los 60 y 70, ¿qué ciudad de León encontró durante su cargo? “No había orden porque no había un plan regulador o un plan de desarrollo urbano, entonces todo mundo hacía las cosas donde caía, no había ordenamiento territorial de la ciudad. A través del Colegio promovimos mucho el que hubiera orden, se creó una oficina de Desarrollo Urbano, ahora ya hay un Instituto de Planeación y eso, de alguna manera orientaba cómo debía de hacerse el crecimiento de la Ciudad. Luego caímos en muchos defectos, como impedir crecimientos controlados en la Ciudad. Sí hay que restringir el desarrollo pero no prohibirlo, hay que planearlo, promoverlo y alentarlo, eso a través del Colegio, es la única manera de poder establecer un diálogo entre la autoridad, la ciudadanía y los profesionistas, que al final de cuentas hemos sido los gestores de ese desarrollo, de la materialización de ese desarrollo que se nos ha escapado de las manos”. Durante su participación como presidente del Colegio de Arquitectos y como representante de estas décadas, ¿cuáles fueron los planes, los retos, las aportaciones, limitaciones o errores con los que se enfrentaron? “Podemos hablar de un ‘Antes del Eje y después del Eje’, una obra que si fue de relumbrón en aquel entonces, sigue siendo de vitalidad para la Ciudad y es identificación de alguna manera como no lo es la gran avenida, la Gran Avenida es el Eje López Mateos a partir del Parque Hidalgo hasta topar con el bulevar Morelos, ésa sí, ahora es la gran avenida, nadie sabe para qué sirvió una gran avenida…”. ¿Qué recomendación le hace al Colegio de Arquitectos en su trabajo de gestión con la autoridad, la ciudadanía, con las nuevas generaciones de arquitectos? “Que se apliquen mucho, que desempeñen su oficio ética y profesionalmente, que no hagan nada más por hacer, sino que aporten algo a León, a las nuevas generaciones, cosa que nosotros no cuidamos. Crecen demasiado rápido la población y la Ciudad, en INFONAVIT el tiempo que estuve y que
criticó muchísimo, nosotros financiamos vivienda de interés social, pero descuidamos el desarrollo de la Ciudad, porque trayendo el permiso de Desarrollo Urbano o de Obras Públicas, donde la pongas ahí financiamos vivienda, eso propició que se construyeran lunares sin hacerlo dentro de la Ciudad, no fue INFONAVIT sino los desarrolladores. Hicimos fraccionamientos de vivienda lejísimos de los servicios, eso cuesta mucho dinero a la Ciudad, y nosotros como INFONAVIT no podíamos detener eso, porque traía ya la autorización de Obras Públicas y Desarrollo Urbano. La Central Camionera, pensé que era un buen ejemplo y la hicimos como circular, una media circunferencia porque acortaba los tiempos de los pasajeros en llevar y bajar sus maletas, aumentaba el espacio para los camiones, antes no eran tantos, cuando llegué aquí era la plaza principal, ahí se estacionaban Ómnibus de México, Flecha Amarilla, Transportes Chihuahua, por tanto, habría que darle mayor longitud a los andenes para que cupieran suficientemente los camiones y, que los pasajeros circulen menos con lo pesado de sus maletas en el interior de la dona aquella, y funcionó muy bien, de ahí siguió la Central de México. Hay que ser racionales, y eso se te pierde en el quehacer diario, pero lo ves tanto que ya no lo ves y terminas por afectar a todo el mundo con lo que haces, sea bueno o malo. Las iglesias son lo único que prevalece, se gastaron todo el dinero del mundo que no era de ellos, pero el poder estaba en la iglesia y en los ricos, eran los que mandaban, por eso a los primeros que se echaron en la Revolución fue a los ricos, porque querían el dinero, y cuántos tesoros de oro han encontrado enterrados, porque los escondían. Los que mandaban eran los curas y el gobierno. Tenemos arquitectos valiosos, pero ellos creen que son más valiosos de lo que son. No hay ninguno que tengamos ese Espíritu Santo que nos podamos sentir que somos genios, porque es trabajosa la profesión, y una vez yo se los dije en una entrevista, en mi tiempo no había arquitectos proyectistas, porque te morías de hambre, ahora hay muchos despachos que nada más proyectan, reconociendo la importancia que tiene la realización de la obra proyectada”.
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Alejandro Orozco Huerta Periodo 1983-1984.
Fotografía: Diego Torres.
Partiendo de la arquitectura como volumen, ¿qué aspectos influyen para que una obra se convierta en un objeto arquitectónico relevante?
otras construcciones, muchas otras expresiones arquitectónicas. Yo pienso que es eso, la fidelidad a su gusto, a su propósito, es donde la gente le va dando valor”.
“Su simbolismo, es decir, lo que la gente le asigna en valor a esa edificación. Simplemente, representa aquello para lo que fue hecho, y en la medida que le es fiel a eso, la gente lo aprecia, es una consecuencia de la cultura de la gente, donde se establecen una comunicación, una relación cultural, una referenia a lo que es y a lo que ha sido esa comunidad. Las construcciones religiosas, son un símbolo permanente, son esos elementos los que amarran muchas
Ubicando estos valores y esta apropiación o reflexión de los templos en una ciudad, hoy por hoy, ¿qué edificios consideras relevantes en la ciudad de León y de qué forma éstos han modificado las dinámicas urbanas?
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“En un inicio son construcciones religiosas las que van dando relevancia a la Ciudad, es una de las particularidades de León, las construcciones religiosas tienen una presencia importante,
se dan en los barrios y como parte de la misma Ciudad. Otras que se siguen añadiendo a través del tiempo como es el caso de la Catedral, que viene posterior a la traza. Luego el Templo Expiatorio que bueno, es de principios de los años 20 del siglo pasado, pero es un templo que ahora tiene una relevancia importante en la mancha urbana. A finales del siglo XVIII los edificios son más civiles. La aportación de Louis Long, mediante las construcciones que hizo en el Centro, le fueron dando una categoría de ciudad: León empieza a dejar esa escala de los edificios de un nivel o dos a lo mucho, y empieza a tener una presencia urbana importante. Long le da valor a la arquitectura civil: la hace fuerte, se impone y se habla ya de León, como una ciudad. En términos contemporáneos, el Fórum Cultural le ha dado ese tinte de participación en la vida cultural. León requiere muchísimo más de ese equipamiento, ya que son espacios para las manifestaciones culturales, es algo que se suma a ese perfil, creo que se nos empieza a conocer también por esa parte, no sólo por el calzado”. Hablando de estos 50 años, ¿qué nos podrías decir de la transformación de la ciudad de León en los 50 años? ¿De dónde ubicas un antes y un después de la Ciudad? “Para mí el parte aguas de una transformación en términos urbanos en León fue en los años 60, cuando se abre el Blvd. Adolfo López Mateos y se parte la Ciudad para generar esta enorme avenida, inicialmente da la idea de progreso y movimiento, era porque el progreso se entendía como calles anchas, más coches y mayor velocidad. El Colegio de Arquitectos se entrevistó con el gobernador Torres Landa y le decían que no partiera la Ciudad por en medio, sino que le diera la vuelta por el río de Los Gómez porque ésa era la idea: en Europa no partieron sino que rodearon. Pero contaron más los argumentos de hacer algo espectacular, esta idea de recuperar la inversión por la plusvalía. En 6 meses se demolieron una cantidad de inmuebles y demolieron gran parte de la Ciudad; desafortunadamente tomando parte de las manzanas existentes y a mucha gente le cortaron su casa, su predio y le dejaron una porción mínima con lo que nada pudieron hacer. Parecía que nos habían bombardeado. Ahora, el López Mateos es otra cosa, las heridas
se cicatrizan y en esa cicatrización han venido muchos complementos posteriores. Se le puso el drenaje pluvial, se re-pavimentó, se integró. Luego, por los años 70, cuando surgieron los primeros planes de desarrollo, se seleccionaron 12 ciudades y una de ellas fue León. Desde la partición del Blvd. López Mateos, se proyectó como una ciudad con posibilidades de expandirse y de generar crecimiento urbano. A partir de estos planeamientos la idea era crecer y en ningún momento contener. A León siempre le ha pesado no ser la capital del estado y no tener los apoyos que suelen tener las capitales porque, aunque no somos capital, tenemos los problemas que suelen tener las ciudades capitales, hay un deseo de convertirse en la capital por su importancia, por su tamaño, no precisamente por una rivalidad, sino que el mismo desarrollo la hizo crecer de una manera que no se pensó en que pudiera ser un problema. Había prisa por crecer, por ser León una ciudad de primer nivel. También el crecimiento exige una serie de condiciones: planeación, adecuar la estructura y generar los espacios no sólo de producción y de habitación, también de recreación. Siendo una de las ciudades del centro del país, con la Ley de Asentamiento Urbano en los años 70, se esforzó por tener una identidad dedicada a la planeación que, si bien no resuelve, ayuda a prever algunas cosas”. Tu participación, que fue desde muy joven durante los 70, entre el puñado del grupo de arquitectos e ingenieros fuiste muy activo ¿qué tan implicado con el Colegio de Arquitectos? “Tuve la oportunidad de siendo muy joven estar al frente de la Dirección de Desarrollo Urbano por 6 años. Comencé a los 28 años y terminé a los 34. Tuvimos la oportunidad de generar un equipo y el primer plan de desarrollo que ya está separadísimo, y más con las dinámicas que hay en León. La gente empezó a ver que la planeación podía redituar cosas buenas. León fue la primera ciudad del país que echó a andar su sistema de transporte colectivo, fuimos de las primeras ciudades con un Instituto Municipal de Planeación, y hay muchos estudios y una gran base sobre la cual sí se han podido enfocar decisiones para equipar. Era colegiado y terminando mi Dirección de Desarrollo Urbano fui director del Colegio de
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Arquitectos. Desde la presidencia del Colegio tuve la oportunidad de seguir participando, había cierta euforia por hablar de cómo la Ciudad podía mejorar, y que ésta tenía que prever muchas cosas, y bueno, se ha tenido conciencia. Hubo períodos de gran transformación como en los 80, con Velasco Ibarra de gobernador se hizo mucha obra basada en el Plan de Desarrollo Urbano, se dio mucho énfasis a hacer una red vial primaria que por lo menos ayudara a comunicar a la Ciudad. En esos períodos sí había mucha participación, la autoridad consideraba la opinión del Colegio de Arquitectos. En ese brinco de Desarrollo Urbano al Colegio de Arquitectos ¿qué vínculos se tocan como parte de que el Colegio de Arquitectos tuviera una pertinencia de existencia y cuáles eran los planes y retos que se respiraban en tu gestión? El Colegio aún era pequeño. Los colegios se establecieron por la Ley de Profesiones y la Asociación de Arquitectos e Ingenieros ocupaban las dos, y a partir de ahí se fundan los dos colegios. Siempre fueron muy participativos, muchos fueron funcionarios públicos antes de ser comisionados del Colegio o viceversa. A partir de Echeverría se volvió obligatorio un Plan nacional, estatal y municipal... Se participaba en las obras, se asesoraba al alcalde y siempre hubo una relación muy estrecha porque íbamos en paralelo. A mí me tocó tratar de hacer más explícitas las cosas importantes del plan de desarrollo y empezamos a tener una publicación, que se ha hecho ya algo en común en los colegios, los boletines para mantenernos actualizados. Luego incrementó la filiación y empiezan las universidades. Llegan la Ibero y el Tec, La Salle ya estaba como Universidad del Bajío. Comienzan a surgir profesionistas en el campo de la arquitectura y había que irlos interesando y captando hacia la parte del Colegio. Habían voluntad y planeación, aunque siempre faltaban los recursos, sobre todo, por no ser capital y tener presupuesto limitado, pero de estar empujando fueron saliendo cosas. Gran parte de la obra que hizo Velasco Ibarra quedó enmarcada en los proyectos que se hicieron en Desarrollo Urbano. Se hizo un plan de obras para el sexenio y muchas de ellas se fueron practicando, como bulevares, parques, desarrollos comu-
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nitarios. Este proyecto que generó el Parque Chapalita y el Parque del Árbol, obras de beneficio social que era evidente que faltaban. Había que ordenarlas, planearlas y presionar para cuando hubiera el recurso. En los 80 el crecimiento de la Ciudad fue fuerte, en todos estos años fueron creciendo las necesidades de la ciudad de León. Quizás los organismos se vieron un tanto mermados o rebasados por el crecimiento”. ¿Qué crees que le falte proveer al Colegio de Arquitectos para tomar de nuevo estos hilos a partir de las dependencias que tienen qué ver con el crecimiento de la Ciudad, ahora vemos un León que se está cerrando o seccionando en diferentes bloques, un crecimiento que se está dando en la periferia pero cerrado, una ciudad discontinua, segregada? La escala de la Ciudad ha cambiado, de aquel Colegio que me tocó presidir en 1983. La escala también ha sido algo importante, la comunicación antes se daba más fácilmente, ahora ya los organismos de planeación tanto del estado como del municipio se han consolidado, el IMPLAN tiene una infraestructura muy importante en estados y planes, está igualmente la identidad estatal de planeación. Entonces, aquel grupo asesor natural que eran los colegios empezaron a quedar un poco fuera, ya que las propias autoridades tienen sus órdenes de planeación, entonces acuden a él, pero en papel de asesor. El Colegio debe estar presente, porque aun teniendo estudios o una base muy completa de lo que se debería hacer, siempre hay que adecuar el momento y las posibilidades, los fenómenos que van surgiendo, como lo dices, en las ciudades discontinuas, y eso tiene que venir un poco de fuera. Normalmente la institución que va generando la planeación, se va acomodando a esta situación, yo creo que el Colegio actualmente lo está haciendo, pero no los han dejado participar, tiene que tener una presencia fuerte, el Colegio de Arquitectos no debe estar esperando, debe de proponer cosas abiertamente. Por la cuestión de la seguridad, ahora ya no hay desarrollo, incluso, de interés social que no quiera ser cerrado. Estamos exagerando el asunto, estamos cuidando hacia el interior de algo, pero nos estamos aislando de todo lo demás, entonces los fracciona-
mientos cerrados que han ido anexándose unos con otros, van siendo elementos discontinuos que no permiten la comunicación de la ciudad de León, es urgente tener una planeación local de las áreas y poner límites a esos desarrollos y proponer ligas de la Ciudad a una escala mayor. Hay un trabajo muy intenso, el Colegio debe seguir participando, proponiendo concursos de proyectos, de obra, que las autoridades les den oportunidad a jóvenes para que puedan tener una plataforma de arranque. En Europa o en otros países, los concursos de arquitectura son la forma cotidiana de hacer la obra pública, aquí se hace pero muy limitada, y eso está cancelando la posibilidad de nuevas ideas, de nueva participación, ahí el Colegio debe trabajar mucho, porque eso es fundamental: beneficiar al gremio, sobre todo, beneficiar a la Ciudad. 50 años es una larga historia, el estar llegando a esa fecha es un logro en el sentido en que es un gremio realizado, un gremio compositivo, pero si hay temporadas en las que se diluye su presencia, esa participación hay que pelearla, si no la ofrece la autoridad o la comunidad, hay que ganársela”. En ese panorama ¿qué vislumbras en otros 50 años para León? “Me gustaría ver un Colegio de Arquitectos que ofreciera una educación continua, al gremio más fuerte, que trajera conferencistas, arquitectos de fuera, que hubiera información, seminarios; sí las hay, pero hacerlo más intensamente, porque de ese modo nos estamos actualizando. Que los colegios lleven la delantera, no importa que sean propuestas audaces, a lo mejor utópicas, pero el Colegio debería estar cada trienio por delante, ofreciendo a las autoridades una serie de cosas que podrían parecer inalcanzables, pero que si se empiezan poco a poco se logran.
¿Cuál sería el consejo para los arquitectos de estas nuevas generaciones? “El campo es muy amplio, así que a diversificarse y ahí buscar la especialización. Hay muchos campos: está la cuestión del medio ambiente, de nuevos materiales, el asunto del re-uso, reciclaje de edificios o de zonas urbanas que ya están y que pueden ser extraordinariamente desarrolladas. Hay que aprovechar eso como ejemplo y ahí pensar diferente como arquitecto, no pensar en fraccionamientos, sino pensar en la reutilización de las cosas. Todos los arquitectos deben enamorarse de la carrera, pero abriendo más su panorama, eso abre las posibilidades para ser más creativos, participativos, y yo creo que englobados en el Colegio, que es el que nos representa. El Colegio debe ser vanguardista: en muchos otros países los colegios presentan proyectos que no se los encargó exactamente la autoridad, son ideas que se van gestando, ideas que tiene la ciudad de León y a un nivel muy genérico, pero van generando esa vanguardia, porque parte de nuestra profesión es visualizar cosas y proponer soluciones. Yo veo unos 50 años más con un Colegio cada vez más profesionalizado, más culto, más participativo, más profundo y consolidado en sus planteamientos. Seguramente seguirá siendo el órgano de apoyo en las autoridades para el campo, no sólo de la arquitectura, sino el crecimiento y desarrollo, la buena salud en nuestras ciudades. Trabajo hay mucho, afortunadamente el gremio está presente, eso tiene que seguir, actualmente estamos más organizados, más consolidados, pero debemos ser más audaces”.
Tenemos la oportunidad de aspirar a una Ciudad más equitativa, más armonizada, más compacta de algún modo, porque extendernos indefinidamente es alargar siempre el problema. Más compacta para que los servicios puedan llegar más fácilmente, porque de otro modo ya no queda para dónde, va a llegar un momento en que prácticamente nos vamos a convertir en algo que ya no se pueda acceder por las distancias, ni por la forma de dispersar las cosas”.
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Ricardo Acosta Pérez Periodo 1995-1996.
Fotografía: Diego Torres.
¿Qué aspectos considera que influyen o determinan para que una obra se considere un objeto arquitectónico relevante? “Considero que dentro de la arquitectura hay dos tipos de ésta: la que habla y la que no habla. La arquitectura que habla puede ser para bien o para mal, pero lo peor que te puede ocurrir, es que no hable, porque dejas ver un género de edificio o una construcción que no tiene mera importancia. Lo que es relevante dentro de la arquitectura, es cuando la gente se identifica con ella y cubre tu sentido social, ya sea en la necesidad de lo particular como en la generación de una identificación con la ciudad.
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La gente es la que te da en realidad esa relevancia a esos aspectos arquitectónicos”. ¿Qué edificios considera relevantes en León o cuáles señala que cumplen con dichas características? “Muchos del Centro Histórico, que definitivamente han hecho de lo particular un sentido de ciudad. Hablemos de la Plaza Principal, del Palacio de Gobierno, los templos, la Catedral. Agliberto Llamas Jiménez, que fue uno de los primeros arquitectos que vino aquí a León, inclusive, iniciador de lo que es el Colegio de Arquitectos; género algunas obras importantes
que son de alguna forma u otra hitos urbanos que la gente lo identifica, uno es San Judas Tadeo, otro, el edificio de las Cámaras en López Mateos y Miguel Alemán. Otras obras importantes, la Clínica T1 del Seguro Social, la Unidad Deportiva Enríque Fernández Martínez, también son de arquitectos de fuera. Ahora, lo que se ha venido dando recientemente son el Fórum Cultural y el Polifórum, obras que cumplen con los requisitos de lo que quiere la gente para su beneficio social y sus necesidades; ahora, por ejemplo, Altacia. Son edificios que se están convirtiendo en edificios para la gente. Hay que recordar un aspecto muy importante: la función del arquitecto, que en realidad es el bienestar del ser humano en todos sus sentidos; en el trabajo, en la casa y en cualquier espacio social uno debe de irse actualizando, porque han ido cambiando mucho las necesidades, primero por la globalización y segundo, el pensar en la gente. Podríamos hablar de que la arquitectura y el hecho de que la gente se casaba para toda la vida y ahora, ya no se casan, ya son diferentes. Ahorita podemos hablar de que en algunas casas habitación, la sala familiar ya no cumple su fin, de reunión familiar. Entonces, nuestro diseño arquitectónico va cambiando esas necesidades. Como arquitecto debes diseñar el bienestar de las personas, es fundamental, contrario cuando a veces queremos por ególatras, hacer determinadas cosas, pero en función de uno. El reto de un arquitecto, su arte, es entender lo que la sociedad le habla, lo que busca como bienestar en sus centros comerciales, en sus templos, en sus propias casas habitación y en sus unidades de trabajo. Difícil tarea, pero cuando te gusta es fácil, como en todos los trabajos, tiene su dificultad, pero cuando hay un cariño particular a tu carrera, creo que lo que generas funciona, y aparte te pagan”.
¿Cuál o cuándo fue la epifanía? “La arquitectura te decía: Tú tienes que hacer esto, se hablaba que la función hacía la forma, lo que tú tenías adentro, afuera se representaba arquitectónicamente con los edificios, y ahorita vamos de la forma, la función responde a una imagen, a una mercadotecnia, productos que están destinados para determinadas clases sociales. Muchas veces te piden muchas cosas que sabes que no van a funcionar, por ejemplo, hay casas o edificios con grandes ventanas porque es moderno, pero les pega todo el sol del poniente y lo acaban cubriendo con cortinas. Yo no creo que haya modas de arquitectos, creo que el arquitecto va haciendo su propia moda y lo puede hacer continuamente, porque la arquitectura es un molde y es un don que tienes y tú lo debes ir logrando y actualizando”. Entonces, ¿no está de acuerdo qué hay modas? “El arquitecto si se va actualizando va siendo parte de la moda”. Si hiciera un breve resumen o recorrido a través de 50 años de la arquitectura de León, ¿qué nos podría contar de la Ciudad? “Hemos ido aprendiendo, definitivamente el proceso de la arquitectura va en las situaciones de los 60, 70, 80 y 90, se empezaron a hacer estos tipos de arquitectura con lo moderno, con la globalización, por ejemplo, Agliberto Llamas fue uno de los arquitectos más innovadores, no nada más en el diseño, sino en los sistemas constructivos. Con la globalización encuentras de todo, hay una arquitectura de todo y entonces vas aprendiendo, hay ejemplos importantes en cada una de estas épocas que ponen en evidencia que se aprende muy bien a evolucionar”.
Revisando la arquitectura moderna en los últimos 50 años en León, ¿qué hemos aprendido de ella?
¿Qué significado tiene para usted ser parte del Colegio de Arquitectos?
“En los 80 y 90 se manejaba el principio de funcionalidad, pero ha cambiado la gente, ahora buscan la imagen. Antes, nuestra idea era que el espacio te generara mayor calidad de vida, pero ahora, con estas necesidades, la gente prefiere vivir en 40 metros cuadrados, en los famosos loft, todo en la búsqueda de un estatus social, una imagen, que también es parte de las cosas a las que responde la arquitectura, ésta no nada más establece tu beneficio físico, sino también lo moral y lo social”.
“Mira, el Colegio de Arquitectos para mí fue muy importante en mi vida, como personas nos tenemos que juntar para socializar, para conocernos, para aprender a unirnos, a defendernos y poder aportar. Era un orgullo ser colegiado, si veías a aquellos arquitectos como Agliberto Llamas, Torres Martínez, Enrique Aranda, Carpizo y Carlos Collazo, una serie de arquitectos que venían de afuera (la mayoría de la UNAM), que fueron los que empezaron a generar esto. Luego entramos los
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de la Universidad de Guanajuato, porque era la única en el estado en los ochentas, después entraron la Ibero, La Salle, el Tecnológico de Monterrey”.
¿Podría contarnos también de las limitaciones o errores de los noventas que pudieran reconocer, no nada más de su gestión sino de la década?
Si nos habla de la década los noventa, cuando participó como presidente del Colegio de Arquitectos ¿qué nos puede contar del contexto en León entonces?
“Como errores, se dejó el esquema que la participación de los colegiados debe ser por interés propio no obligado debemos dimensionar el quehacer del arquitecto, hay muchos nuevos egresados y la Ciudad no tiene para todos, creo que debe aprovecharse la experiencia que hay en el Colegio, por ello, hay que hacer una unión con las universidades, concluyentemente buscar la participación social, así como el apoyo para nosotros mismos, para la ciudad de León y lo que tenemos que hacer por ella”.
“La ciudad de León en los 90, cuando a mí me tocó en el 95, que tomé la posesión en 94, encontramos a un León en crecimiento todavía, sin una planeación urbana y, definitivamente, nos tocó la crisis del 94-95, cuando hubo esta devaluación muy fuerte. Teníamos un reto como Colegio de Arquitectos, el poder participar dentro de la Ciudad, veíamos una etapa de crecimiento, fuimos los primeros para generar el IMPLAN, se empezó a planear la Ciudad, aunque al final, era voluntad del gobierno, pero definitivamente teníamos que participar nosotros, buscamos que León creciera de la manera mejor ordenada posible. Tomé un Colegio que tenía 180 agremiados, participamos mucho en lo social y en lo político, de hecho, dentro de mi gestión tenemos lo del IMPLAN. En ese tiempo sólo estaba el presidente municipal, el consejero ciudadano, el Colegio de Arquitectos y el Colegio de Ingenieros, éramos los cuatro consejeros que empezábamos a generar lo que era el IMPLAN, después se fue moviendo y fueron entrando más consejeros, más ciudadanos. Buscamo a otros organismos, llegué a juntar a todos los de la Cámara de la Construcción, aunque no era organismo intermedio, empezamos a hacer una gran fuerza junto con los ingenieros civiles; hasta los licenciados estaban unidos con nosotros. Fue un grupo que generó participación constructiva hacia la ciudad de León, apoyamos al gobierno, lo orientamos, llegamos a obtener mucha credibilidad, porque fuimos éticos y hacíamos planeaciones, participamos en la Comisión de Obra, teníamos que posicionar el Colegio como un organismo con credibilidad y lo logramos, dejé un Colegio con 460 paricipantes, bajo la condición de que debían estar convencidos de él. Nos apoyaron las empresas de ferreteros, hacíamos propuestas y no les pedíamos dinero. Así está la situación en una época muy difícil económicamente, pero una época para diseñar una ciudad, no una ciudad para autos, más bien, debíamos soportar el transporte urbano”.
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¿Qué ideas se deberán implementar en el Colegio de Arquitectos para plentear una ciudad integral, junto con el estado, las universidades, instituciones y la ciudadanía? “Responder a las universidades, a la gente nueva que viene, difundir el interés en el quehacer arquitectónico, no nada más salir y querer hacer casas que descuidan en todo. Hay especialistas de diseño de interiores, diseño de paisajes, diseño urbano, pues bien, se requiere unirse y apoyarse, actualizarse, buscar participación social. Hemos dejado de ver cosas que se han hecho y no han estado bien hechas; podemos ser críticos”. Retomando, en esta época en la que importa la imagen, donde está el cliente, pero también, hay una ciudad, un contexto, un espacio público ¿qué recomendación hace a las nuevas generaciones? “La nueva generación no cree en la experiencia, creen que ellos hacen su propia experiencia. Yo creo que si voltean atrás podrán arreglar muchos problemas, yo les recomiendo que busquen participación social, tienen qué ver que si salen de la universidad y no saben, es porque no han cometido errores, pero van a tener muchos. Así que, hay que tener los menores posibles, eso se hace aprendiendo de los errores de los demás, de su experiencia. Yo les hablaría que busquen la imagen, lo que está de moda, pero sin olvidar los aspectos fundamentales y principios de la arquitectura”. ¿Cómo visualiza la ciudad de León dentro de 50 años? “Si en la ciudad de León no aporta el gobierno o nosotros como sociedad, frente al creci-
miento exorbitante de lo producido por el Puerto Interior, cuando no hay una infraestructura adecuada para crecer más, tendremos una calidad de vida menor. Tenemos que ordenar ciertas cosas dentro de la arquitectura, buscar mucho lo ecológico, una ciudad de León que tenga armonía, que tenga calidad de vida; a veces nos preocupamos todos por cómo somos por fuera, cuando en realidad, no tenemos una calidad de vida adecuada. El Colegio tiene una responsabilidad muy grande, tiene que participar para el futuro de la Ciudad, viendo hacia atrás, aprendiendo de la experiencia para crecer. Se aprende de otras ciudades a nivel mundial que han pasado por eso, a veces no hay que inventar el hilo blanco, sólo hay que buscarlo, adecuándonos a la Ciudad nuestra. Veo a León como una ciudad muy grande, que requiere un esfuerzo para planear, con mucha aportación arquitectónica. Tenemos que buscar esa planeación, pues León puede ser una ciudad muy agradable, todavía se vive bien y creo que tenemos el compromiso de llegar a buen fin bajo una verdadera planeación, un trabajo del Colegio de Arquitectos, junto con las entidades del gobierno. Definitivamente, eso es voluntad política, que se puede llevar a cabo siempre con la participación”.
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Arq. Ernesto Lozano Loza Periodo 2003-2004.
Fotografía: Diego Torres.
¿Qué aspectos considera que influyen o determinan para que una obra sea una arquitectura relevante? “Hay muchas cosas que hay que analizar para que realmente una obra se convierta en relevante, pues la obra debe ser catalogada cuando es reconocida por la sociedad, cuando la gente la reconoce como una obra que ha cumplido su función. Realmente es una obra de arquitectura cuando la sociedad, los expertos y toda la gente que participa en ese momento en la ciudad, la convierten en un hito, cuando la gente le da un toque al nacer, un toque de vida. Las obras que se han preservado en los años se han convertido
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en grandes obras, como el Partenón, el Coliseo; el factor que las cataloga es el tiempo, pues cuando se construyeron en su época, fueron una obra más, era normal construir así el Partenón en el sistema constructivo, sus columnas y frisos, no había otra forma, es la historia del reconocimiento que convierte la obra en arquitectura estelar, en una gran maravilla como la Pirámide de Guiza. Lo más interesante es el después, el reconocimiento, el toque de vida”. En este sentido, ¿qué edificios marcaría usted en León como relevantes? “En León hay una Historia, cada época tiene sus
edificios importantes; yo te puedo decir, que en el año de 1971 el edificio del Centro Médico del Bajío fue importante, de arquitectura moderna; con el paso del tiempo ha quedado en la historia, éste fue parte de la obra que marcó el posmodernismo en León. Ese edificio tenía más o menos 25 años cuando me vine a esta oficina en Plaza 500; en esa época había máximo 14 pisos, hoy día este edificio se queda chiquito, pues ya hay edificios de 40 pisos. León está empezando a cambiar con esta parte de la estructura”. ¿Qué edificios podríamos mencionar importantes en estos 50 años que coinciden con el 50 Aniversario del Colegio de Arquitectos? “El Centro Médico del Bajío, el Edificio de las Cámaras (que está frente a telégrafos), es un edificio en el que todo el mundo quería estar, pues era el edificio más importante institucional. A mí me ha tocado colaborar en gremios importantes que se convierten en llanitos y poco a poco van retomando el reconocimiento de la sociedad. Te puedo decir que hice el edificio Parque de Innovación De La Salle, y he observado en esa obra cómo la gente lo ha ido adoptando y reconociendo, veo en Facebook demasiadas fotos del parque, de su túnel, la gente de aquí y que viene de visita se toma foto allí, así como van al Arco de la Calzada, al Polifórum. La zona norte se está conformando de edificios importantes, se está despertando de esos edificios de dos y tres pisos, a edificios de Torres de 14 a 40 pisos. Pero, hay un tema en la arquitectura que tenemos que tocar, se trata de los temas que se tienen que rehabilitar, remodelar, conservar, pues cualquier obra por muy permanente se deteriora, necesita mantenimiento, hasta están cuidando las pirámides de Teotihuacán, las zona de los mayas en Chiapas, sin ello se deterioran”. Ahora, paralelo a estas obras y anotaciones de la Ciudad, ¿qué transformaciones considera han acontecido a partir de su arquitectura? “La ciudad ha crecido un poco más al oriente y se ha extendido, van pasando los anillos y el crecimiento de León va dejando en cada posición edificios emblemáticos. Entonces, la arquitectura en los últimos 50 años se ha desarrollado de esta manera, en los primeros 40 han prevalecido los edificios institucionales comerciales de un perfil muy conservador, siempre ha habido un cierto miedo a hacer propuestas diferentes para que realmente los edificios tengan la arquitectura que ha empezado a detonar en los últimos 10 años,
que ha tenido más propuestas, principalmente, más competencias. A lo largo de los 50 años, podemos decir lo que hemos aprendido, lo que hicieron los anteriores, no siempre como ejemplo, también como vía para no cometer los mismos errores. Creo que estos 50 años de la arquitectura en León es como un curso de lo que debemos y lo que no debemos hacer, ver lo que ha pasado en las grandes ciudades, y lo puedes conocer en una semana, para saber qué hacer o no, qué se nos permite, estar atento de la evolución que nos van dando las ciudades. En León la arquitectura es simbólica, pero no es relevante. León es una ciudad industrial y de servicios; ése era un poco su oficio, era su vocación industrial, una ciudad de paso, no para permanecer mucho, después se desarrolló la industria del cuero, del zapato, ahora está la automotriz. En ese sentido, la arquitectura de León se empieza a generar a partir de los años ochenta, noventas. Creo que si esta entrevista la hacemos en 20 años, va a estar llena de edificios de arquitectura, la Ciudad va a empezar a llenarse de verde y de edificios verticales, empiezo a ver una propuesta de arquitectura muy importante. La arquitectura en los últimos 50 años era muy plana, poco relevante, es ahora cuando se puede sobresalir, cuando hay nuevos proyectos de las nuevas generaciones, de los que están más informados, de los arquitectos que viajan más de intercambio, una arquitectura que se va fortaleciendo, no de copiar, sino de aprender, de traer nuevos proyectos, adaptarlos a la Ciudad, esto es una vuelta importante”. Uniendo sus comentarios a la frase: ‘Quien no conoce su historia, está condenado a repetirla’ ¿Qué se ha aprendido de esta historia que menciona? “Creo que hay un aprendizaje, siempre es bueno aprender de los mayores, siempre la voz de la experiencia, como en la reunión del Colegio, se aprende de escuchar a Enrique Aranda, Fito Torres, a Luis Ibarrola, etc., yo conviví mucho con David Luján. Todos ellos son gente que realmente tiene una pasión por la arquitectura, ésa es otra de las cosas que nos hacen falta, transmitir esa pasión de hacer de nuestro trabajo; es un oficio de taller”. ¿Qué significa para usted formar parte del Colegio de Arquitectos de León? Aparte de haber sido presidente. “Te puedo platicar que soy colegiado, yo me gradué en 1983, me fui 5 años a estudiar fuera en
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el Tecnológico de Monterrey. Cuando regreso a León, el Colegio era una buena opción para ser mi primer contacto y reintegrarme nuevamente a una sociedad que me perdí. Entré al Colegio como cualquier arquitecto, te registras y estás en el gremio, a raíz del concurso del proyecto de la Casa Zedillo para la construcción, me llevó a la inquietud de hacer más por el Colegio, yo veía que podía aportar muchas cosas más, es cuando integro una planilla. Viví momentos históricos, porque fue la primera vez en la historia del Colegio que nos enfrentamos dos planillas, con visión y estrategias para ser parte del Colegio Arquitectos, dos planillas que fueron a muerte con el Arq. Mario García y yo. Hicimos una campaña municipal muy fuerte, mucha labor gremialista, y al final ganamos con muy pocos votos, ganamos con una visión más empresarial, pues era parte de mi formación, más técnica, de proyección, quería que se llamara Planilla Visión. Esta etapa, creo que fue la primera parte de un proceso de cambio en el Colegio, pues pasó de un colegio con gran trabajo interno a un colegio empresarial donde la sociedad nos pudiera notar como un gremio de especialistas en hacer Ciudad. Era importante la labor con los medios y el municipio, de hecho, el Colegio estaba en una
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casa en la Emiliano Zapata (en el Centro), así que, mi primera acción fue traerme el Colegio a Plaza 500, lo tuvimos aquí, rentamos un local. Empezamos a generar proyectos, el Colegio fue reforzando su presencia institucional. Para mí, ser colegiado es una gran responsabilidad; el que tú seas un profesionista en un gremio, hace que tu voz tenga más penetración e impacto, es más escuchada, es un proceso. Si bien, estamos muy propensos a la crítica porque estamos generando proyectos, eso nos permite ser más responsables. Hay que pensar en grandes proyectos, un proyecto se define desde el taller de trabajo, además, pertenecer al Colegio es sumarte a decir que eres una sociedad responsable, un gremio multifuncional, pues hay muchas áreas en arquitectura, hacemos valoración, urbanismo, diseño, etc., la arquitectura tiene muchas especialidades, en mi caso yo hago proyectos de giro institucional, industrial y comercial, a veces habitacional residencial”. ¿Qué consejo tiene para las nuevas generaciones de arquitectos? “La tendencia en los estudios para las nuevas generaciones, es un ejercicio más trasndisciplinario, como parte de la globalización, es saber ver los proyectos desde muchas materias”.
50 AÑOS, 50 OBRAS. Un edificio relevante es, por definición, aquél que destaca por la influencia –efectos, cambios, determinaciones– que provoca en su contexto, así como por la significación que adquiere a través del tiempo debido precisamente a dicho impacto. Esta significación es, sin lugar a dudas, el primer paso necesario para la formación de una memoria de la Ciudad: Recordamos en general los edificios que han provocado o sido provocados por las transformaciones, los que han sido diferentes, en los que han sucedido cosas. Para la determinación de una arquitectura relevante influyen, además, aspectos que constituyen en su unidad al propio objeto arquitectónico: Estos elementos se encuentran a partir de la técnica de construcción del mismo, la diversificación de las expresiones formales que en él se manifiestan, la relación con el entorno y la contribución respetuosa a sus dinámicas; la atención y solución de las necesidades programáticas y pragmáticas dadas; la determinación de la materialidad, la expresión artística de cada época que a su vez refleja los ideales Históricos de cada sociedad y, sobre todo, su trascendencia en el tiempo. Esto último conlleva la formación de identidad lo cual, sumado al elemento memoria (mencionado unas líneas arriba), son parte de una compleja red de relaciones que implica no sólo la definición del edificio en sí, sino que abarca y configura a toda la Ciudad y a sus habitantes. La selección de los edificios relevantes de la ciudad de León en los últimos 50 años refiere a la arquitectura que plasma y efectúa dichos elementos: Arquitectura, cuyo reto ha sido enfrentar las variantes de los nuevos modos de vida, las dinámicas sociales y culturales de la Ciudad a través del tiempo por medio de la resolución espacial e integración con el hábitat artificial. De acuerdo al conocimiento y al reconocimiento realizado por miembros del Colegio de Arquitectos de León por medio de un diálogo cercano y actividades para recopilar información, se han elegido 50 edificios de la Ciudad que muestran las características de relevancia antes mencionadas. Edificios que hablan de transformación, de innovación y crecimiento, a la vez que trascienden temporalmente para conformar una memoria colectiva y una identidad de la Ciudad: 50 edificios que durante 50 años han surgido y trascendido para hacer de nuestra ciudad de León lo que hoy es.
Texto por: Laura Astrid Villarreal Pimienta
Edificios Relevantes De Leรณn.
Crecimiento urbano en cinco dĂŠcadas.
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La década de 1960 se vio marcada por la transformación que representó la inauguración del Boulevard Adolfo López Mateos el 11 de junio de 1964, cuyo objetivo principal era la accesibilidad de la Ciudad: el poder cruzarla de manera rápida y segura de acuerdo a las necesidades de la población y parque vehicular de la época. La configuración del Boulevard produjo cambios morfológicos en la ciudad de León desde su período de construcción, así
como un incremento inmediato en la plusvalía de los inmuebles cercanos. Sin embargo, sus mayores efectos han sido a largo plazo: se cambió la manera de desplazarse y vivir la ciudad y, con el paso del tiempo, se situaron a lo largo de él una gran cantidad de edificios que transformaron la imagen de la Ciudad, renovándola hacia las tendencias de la modernidad.
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Arboledas, entre otros, y los residenciales Lomas del Campestre y Club. Surge además el plan urbano para el Libramiento Norte, era evitar el paso por la Ciudad del tránsito pesado desde Ciudad de México a Guadalajara. Si bien, uno de los objetivos de la vialidad era contener el crecimiento de la ciudad de León, en realidad propició movimientos especulativos en diversos sectores urbanos y el desarrollo de uno no habitacional al norte, noreste y oriente de la Ciudad.
En los años 70, León fue seleccionada como una de las primeras ciudades con planes de desarrollo: se crea la Dirección de Desarrollo Urbano, un comité de planificación municipal y un primer plan rector para la Ciudad. El crecimiento exponencial generado a partir del Boulevard Adolfo López Mateos continúa con la apertura del centro comercial Plaza Insurgentes, la construcción de fraccionamientos como Valle del Campestre, Panorama, Las
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En la década de los ochenta, el aumento de la población y consecuentemente de la cantidad de vehículos existentes en la Ciudad incidieron en la configuración de mayor cantidad y amplitud de vialidades. El bulevar Mariano Escobedo, construido en 1984, ejemplifica los objetivos de vinculación directa, continuación e integración de las calles y avenidas de la ciudad de León, convirtiéndose en una vía importante para el flujo rápido cada vez más cotidiano de la misma.
A mediados de la década, la población llegó a los 900,000 habitantes, por lo que las dinámicas urbanas cambian ante la inminente expansión urbana. La transformación de la ciudad de León, sin embargo, no se redujo únicamente a las vialidades. Gran cantidad de fraccionamientos, obras de beneficio social como parques y la llegada de universidades responden a los proyectos que Desarrollo Urbano planeó para responder a las nuevas necesidades de crecimiento de León.
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Además de este tipo de proyectos comerciales, se continúa con la consolidación de desarrollos habitacionales y se crean espacios públicos como el Parque Metropolitano de León, el Centro de Convenciones y Exposiciones Polifórum y el Parque y Centro de Ciencias Explora. Estos espacios dan un carácter recreativo y turístico al espacio urbano, generando fenómenos diversos para el aprovechamiento del espacio público en una ciudad que continúa expandiéndose.
En los 90, surgen tres importantes centros comerciales que cambian la dinámica de la ciudad de León y el modo de vida de sus habitantes: Gran Plaza, Plaza Mayor y Centro Max. Particularmente en el caso de Plaza Mayor, características como las estructuras de domos, los materiales novedosos y la propia espacialidad ya despertaban el interés de los habitantes en su origen; mientras que en la actualidad se ha consolidado como atractivo comercial y recreativo de la Ciudad, llegando a ser representativo a nivel nacional.
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En la primera década del siglo XXI y hasta la actualidad, León continúa creciendo. Se construyen, por un lado, fraccionamientos residenciales que detonan la zona noreste de la Ciudad, mientras que en el sur la consolidación de la zona comercial generada a partir del centro Mulza cambia las dinámicas económicas y de movilidad de León, al atraer visitantes del resto del estado y del país.
y economía para el usuario del transporte público por medio de redes integradas, con lo cual se transforma la modalidad de desplazamiento de los habitantes de la Ciudad. También el Fórum Cultural, inaugurado en 2006, genera una serie de nuevas actividades de orden social al funcionar como promotor cultural y artístico para la ciudad. Así, el crecimiento comercial, habitacional, cultural, de espacios públicos, movilidad y equipamientos continúa aceleradamente durante la primera década y los años siguientes, transformando de manera inminente la configuración morfológica y las dinámicas de León.
En cuanto a movilidad urbana, se despliega la primera etapa del Sistema Integrado de Transporte (SIT) en 2003 y la segunda en 2010, buscando mayor eficiencia, practicidad
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SESIÓN PARA ELEGIR LAS 50 OBRAS EMBLEMÁTICAS DE LA CIUDAD.
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UBICACIÓN DE LOS EDIFICIOS RELEVANTES
EDIFICIOS COMERCIALES
LOCALES COMERCIALES
BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS ESQ. AV. MIGUEL ALEMÁN (ACERA SUR).
CENTRO COMERCIAL INSURGENTES
BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS ESQ. CALLE ALUD (ACERA PTE.).
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PLAZA DEL ZAPATO
BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS ESQ. BLVD. HILARIO MEDINA.
PLAZA MAYOR
BLVD. JUAN ALONSO DE TORRES PTE. 2002, COL. VALLE DEL CAMPESTRE.
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EDIFICIOS COMERCIALES | EDIFICIOS DE OFICINAS
CENTRO COMERCIAL LA GRAN PLAZA
BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS ESQ. ALUD.
CENTRO COMERCIAL ALTACIA BLVD. AEROPUERTO ESQ. AV. CERRO DE JEREZ.
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BANCO BBVA BANCOMER AV. PEDRO MORENO ESQ. CALLE 5 DE MAYO.
EDIFICIO DE LAS CÁMARAS
BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS ESQ. AV. MIGUEL ALEMÁN.
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EDIFICIOS DE OFICINAS
FÁBRICA REFRESQUERA COCA-COLA
BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS ESQ. OTOMÍES.
EDIFICIO 5 DE MAYO
ZONA PEATONAL CALLE 5 DE MAYO ESQ. ÁLVARO OBREGÓN, ZONA CENTRO.
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CONDOMINIO MADERO FRANCISCO I. MADERO 219, ZONA CENTRO.
EDIFICIO DE OFICINAS BANCO SANTANDER
BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS ESQ. CORTAZAR.
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EDIFICIOS DE OFICINAS
TORRES GEMELAS
BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS ESQ. CALLE PLAN DE SAN LUIS.
TELAS BIBA
CALLE JOSEFA ORTIZ DE DOMÍNGUEZ Y JUSTO SIERRA.
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EDIFICIO DE OFICINAS
CHAPULTEPEC ESQ. CALLE INSURGENTES, COL. OBREGÓN.
EDIFICIO BANAMEX
BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS ESQ. BLVD. CALZADA DE LOS HÉROES.
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EDIFICIOS DE OFICINAS
EDIFICIO PLAZA 500
BLVD. PASEO DE LOS INSURGENTES ESQ. PASEO DEL MORAL.
TORRE NISSAN
BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS ESQ. BLVD. VASCO DE QUIROGA.
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EDIFICIO AT&T
AV. PASEO DEL MORAL 221, COL. JARDINES DEL MORAL.
OFICINAS CONSTRUCTORA “VISE”
BLVD. JOSÉ MARÍA MORELOS 5802, COL. INDUSTRIAL JULIÁN DE OBREGÓN.
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EDIFICIOS DE OFICINAS
CASA SEDE COLEGIO DE ARQUITECTOS DE LEÓN, A.C. Y COLEGIO DE INGENIEROS CIVILES DE LEÓN, A.C. BLVD. MANUEL GÓMEZ MORÍN 1121 (ANTES CAMINO A COMANJA), COL. PORTONES DEL CAMPESTRE.
EDIFICIO SEGUROS HDI
BLVD. PASEO DE LOS INSURGENTES 1701, COL. GRANADA.
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CORPORATIVO BANCO DEL BAJÍO
BLVD. MANUEL J. CLOUTHIER ESQ. BLVD. J. MA. MORELOS.
TORRE DE RECTORÍA, UNIVERSIDAD DE LA SALLE BAJÍO
AV. UNIVERSIDAD 602, COL. LOMAS DEL CAMPESTRE.
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EDIFICIOS DE TECNOLOGÍA Y EDUCACIÓN
PARQUE TECNOLÓGICO CIEN TECNOLÓGICO DE MONTERREY BLVD. EUGENIO GARZA SADA.
INSTITUTO LUX
BLVD. JORGE VÉRTIZ CAMPERO Y BLVD. JOSÉ MA. MORELOS.
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PARQUE CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO DE LA IBERO BLVD. J. VÉRTIZ CAMPERO.
PARQUE DE INNOVACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE LA SALLE BLVD. CAMPESTRE 2150, BOSQUES DEL REFUGIO.
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EDIFICIOS DE TECNOLOGÍA Y EDUCACIÓN | EDIFICIOS RELIGIOSOS
UNIVERSIDAD EBC
AV. PASEO DEL JUNCAL 111, COL. VILLA DEL JUNCAL.
TEMPLO DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS RETORNO URANO, COL. POPULAR ANAYA.
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TEMPLO SAN JUAN BOSCO SEVILLA S/N, COL. SAN JUAN BOSCO.
TEMPLO SANTA TERESITA REPÚBLICA DE CHILE BELLAVISTA.
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EDIFICIOS RELIGIOSOS | EQUIPAMIENTO CULTURA
TEMPLO DE SAN JUDAS TADEO AV. ROMAN S/N. COL. ANDRADE.
PARROQUIA DE NUESTRA SRA. DE SAN JUAN DE LOS LAGOS
AV. GUANAJUATO ESQ. AV. LEÓN
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FÓRUM CULTURAL (TODOS LOS EDIFICIOS DEL CONJUNTO)
BLVD. CALZADA DE LOS HÉROES ESQ. BLVD. VASCO DE QUIROGA.
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EQUIPAMIENTO RECREATIVO | EDIFICIOS DE USO MIXTO
PARQUE HIDALGO
CALLE CHAPULTEPEC ESQ. BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS, COL. INDUSTRIAL.
CENTRO DE CIENCIAS Y PARQUE EXPLORA
BLVD. PASEO DE LOS NIÑOS ESQ. BLVD. FRANCISCO VILLA.
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HOTEL REAL REX
CALLE 5 DE FEBRERO 104, ZONA CENTRO.
CENTRO PUERTA BAJÍO BLVD. PASEO DE LOS INSURGENTES 3356, (EN LA “Y” SALIDA A LAGOS).
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EDIFICIOS DE USO MIXTO | EQUIPAMIENTO URBANO
EDIFICIO DE USO MIXTO (TORRE ANDRADE)
AV. ROMA 912 ESQ. BLVD. CALZADA TEPEYAC, COL. ANDRADE.
INSTALACIONES DE LA FERIA
BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS.
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MERCADO PÚBLICO BARRIO DE SAN MIGUEL
BLVD. JUAN JOSÉ TORRES LANDA ESQ. HONDA DE SAN MIGUEL.
CENTRAL DE AUTOBUSES
BLVD. HILARIO MEDINA (ENTRE AV. ESPAÑITA Y CALLE LA LUZ).
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EQUIPAMIENTO URBANO
EDIFICIO TELÉGRAFOS
BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS ESQ. GARDENIA.
CENTRO DE CONVENCIONES POLIFÓRUM BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS ESQ. BLVD. FRANCISCO VILLA.
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PLAZA DE LA CIUDADANÍA GRISELDA ÁLVAREZ BLVD. VASCO DE QUIROGA 2101, SAN FELIPE DE JESÚS.
UNIDAD DEPORTIVA ENRIQUE FERNÁNDEZ MARTÍNEZ
BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS ESQ. BLVD. PASEO DE JEREZ.
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EQUIPAMIENTOS DE SALUD
CENTRO MÉDICO DEL BAJÍO BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS OTE. 811, COL. OBRERA.
NUEVO EDIFICIO HOSPITAL ARANDA DE LA PARRA BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS ESQ. CALLE HIDALGO (ACERA NORTE).
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IMSS UMAE T1
BLVD. ADOLFO LÓPEZ MATEOS ESQ. BLVD. PASEO DE LOS INSURGENTES.
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Conclusión. El presente documento es una recopilación de memorias compartidas obtenidas de diferentes autores que han registrado en documentos la evolución de la Ciudad, personajes públicos, académicos, profesionistas y actores sociales que han aportado al desarrollo de la ciudad de León. La ciudad de León ha tenido diversas etapas de transformación expresadas en diferentes décadas, tal y como se describe en el contenido. León, a finales del siglo XIX tenía una consolidada industria textil, la cual contribuyó al desarrollo y progreso de la ciudad, posicionándose como una ciudad importante a nivel nacional, sin embargo, la inundación de 1888 generó un rezago en su desarrollo y, por lo tanto, se marca otro trayecto de transformación. Para principios del siglo XX, la Ciudad contó con diferentes tipos de equipamientos públicos del sector salud y de abasto principalmente, el cual comenzó a despertar el desarrollo paralizado. En el año de 1926 León vuelve a tener otra inundación que propicia la generación de nuevos asentamientos en los puntos más altos de León. En 1945 llega a León la fábrica cementera Cementos Portland del Bajío, S.A., que logra consolidar la industria de la Ciudad generando muchas fuentes de empleo para los propios habitantes, tanto era su auge, que para la década de los 60 propicia la fundación de la colonia Santa María de Cementos, donde radicaban la mayoría de los trabajadores de la fábrica. Para la década de los cincuenta León tiene un considerable progreso, se fundan nuevas colonias como principales la Arbide y Bellavista, llega el Seguro Social y se construye una equipada clínica en el Centro de León, y para la década de los sesenta se construyen las nuevas instalaciones médicas, culturales y deportivas del Seguro Social. León, en la década de los sesenta presentó una transformación evidente en su morfología e imagen urbana en un corto plazo, principalmente por la construcción del Blvd. Adolfo López Mateos que fue, sin duda, una nueva infraestructura para la Ciudad que cambió la fisonomía de su espacialidad. El paso de esta vialidad generó afectaciones a edificaciones de valor patrimonial causando alteraciones irreversibles, sin embargo, esto trajo consigo que la modernidad se manifestara en todo este Eje principal de la Ciudad, generando para las siguientes décadas un cambio radical donde la imagen de León está renovada y actualizada. Para esta misma década, León presenta una primera expansión urbana a consecuencia del aumento de población, los cuales demandaron nuevas necesidades, además propiciaron el emplazamiento de equipamientos urbanos principalmente del sector educación,
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servicio urbano y recreativo-deportivo. La fundación de nuevas colonias primordialmente en sus periferias propiciaron un aumento de su superficie como ciudad. Para la década de los setenta, se ve reflejada la modernidad en la ciudad de León, misma que continúa expandiéndose. Pareciera que el principal detonante es el Blvd. Adolfo López Mateos, es el motivo por el cual propició el aumento de superficie urbana de manera poco controlada. Se fundan más colonias, se empiezan a situar nuevas edificaciones modernas, la mayoría sobre el López Mateos. Las dinámicas sociales empiezan a cambiar, el ritmo de la Ciudad es más acelerado, hay mayor población y aumento de vehículos particulares, la población comienza a demandar más servicios públicos a consecuencia de este nuevo dinamismo de ciudad. Para la década de los ochenta, León tiene su mayor crecimiento urbano, contiene una expansión desmedida donde se fundan nuevas colonias regulares e informales. La población aproximada ya es de 900,000 habitantes, este aumento propicia a que existan más necesidades y nuevas demandas, por lo que llegan nuevos equipamientos urbanos del sector educación superior. La oferta educativa superior llega a León y trajo nuevos cambios, ahora sus habitantes ya no se trasladan, principalmente a la capital a estudiar una Carrera universitaria esto lleva a una mayor accesibilidad. Estas nuevas ofertas académicas despiertan el interés hacia otras regiones y llega nueva población a instalarse a la Ciudad para cumplir dicho objetivo. Surgen nuevos espacios atractivos para su población, puntos recreativos, centros comerciales, hay más vialidades primarias principalmente el Libramiento Norte, el cual cambió las dinámicas urbanas, es una Ciudad más acelerada en todos los aspectos. Para la década de los noventa, León presenta una nueva transformación, se crean tres principales centros comerciales que cambian las nuevas formas de consumir y recrearse, es el nuevo concepto donde las tiendas anclas son espacios de anzuelo para los usuarios. Para este período se dan los plazos de regularización para los fraccionamientos informales construidos principalmente en la década anterior. También, se crea el Instituto Municipal de Planeación, el cual ha contribuido en el control y la planeación de la Ciudad. Se fundan el Parque Metropolitano, el Parque y Centro de Ciencias Explora y se construye el Polifórum León, los cuales son puntos de atracción de la Ciudad. Se dan eventos socio-culturales que fomentan el turismo local y regional. Para la primera década del siglo XXI, León vuelve a tener una transformación reflejada en la fundación de nuevos fraccionamientos habitacionales y sus edificaciones. Hay más vialidades primarias, las cuales han contribuido a que la Ciudad sea fluida, sin embargo, el aumento del parque vehicular está estrangulando la movilidad eficiente en León. En un corto plazo, León padecerá los problemas viales que sufren grandes ciudades importantes como la zona metropolitana de Guadalajara y la propia Ciudad de México. La construcción del FÓRUM Cultural cambió las nuevas modalidades de ver los eventos socio-culturales en la Ciudad; propicia el interés y la atracción de sus habitantes y visitantes de otros estados y municipios de Guanajuato. Actualmente, León presenta un evidente crecimiento acelerado, donde su propio desarrollo demuestra y constituye su carácter inigualable de ciudad. León se ha convertido en una ciudad de servicios, principalmente por su gran diversidad de usos de suelo, equipamientos urbanos y equipamientos especializados, lo que contribuye a un progreso considerable en la forma de vivir de sus propios habitantes.
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Reflexión de ciudad. La culminación de este trabajo es a partir de la construcción de las memorias compartidas, las cuales logran registrar la transformación de la ciudad de León, Gto., en sus diferentes etapas; desde los principios del siglo XX hasta la fecha. Los edificios arquitectónicos en la Ciudad demuestran las etapas de su transformación. El modernismo se inicia en la década de los 30, pero su mayor auge se da principalmente en la década de los 60. La arquitectura moderna se hace presente, proliferaron muchas edificaciones con mucho grado de aportación, donde se percibe un cambio renovado y se forja una imagen de ciudad que propicia un carácter transformado. La historia del Colegio de Arquitectos de León es dada a partir de la investigación recopilada en artículos periodísticos, entrevistas a diferentes actores del gremio, recuperación de documentos personales de arquitectos. La experiencia participada de algunos expresidentes del Colegio de Arquitectos de León, ha sido pieza clave en evidenciar los cambios y logros que se han dado a través del tiempo. Actualmente, León presenta un crecimiento acelerado y desmedido, donde su propia imagen es alterada a partir de edificaciones, principalmente en sus periferias, que no contribuyen a la integración espacial, no logran transmitir un carácter definido de la Ciudad, como era dado principalmente en la década de los 60. La participación del Colegio de Arquitectos de León, en conjunto con sus agremiados, gobiernos en sus tres niveles, actores sociales, asociaciones civiles, universidades y, principalmente, su gente; todos ellos son factores importantes para la generación adecuada de toma de decisiones para los futuros proyectos de equipamientos urbanos y la construcción de espacios públicos de León, cuya finalidad es propiciar espacios de calidad y de éxito con mejor control de crecimiento, brindándole un equilibrio e integridad unificada. La arquitectura es clave para la construcción de una imagen urbana que perdure en el tiempo y se impregne en la memoria de sus habitantes y, también de sus visitantes. Es necesario recuperar la identidad perdida de los leoneses a partir de la espacialidad, el trabajo colectivo, colaborativo y participativo son aspectos influyentes para propiciar estos escenarios que demanda la propia población de la ciudad de León.
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