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Valencia: una ciudad especial

Hace muchos años existió una ciudad muy bonita llamada Valencia. Su nombre se debía a que un día el planeta Tierra se quedó solo, sin vida. Sólo quedaba un niño llamado Tolerancia. Él se aventuró por el mundo buscando una nueva vida. Buscó y buscó, pero todo estaba desolado. De repente, llegó a un lugar muy bonito lleno de plantas, animales y agua. Todo era perfecto, hasta que descubrió que en ese lugar existía un malvado dragón que tenía cautiva a una hermosa niña. Él tenía mucho miedo y estuvo a punto de regresarse, pero decidió ser valiente y rescatar a la niña. Enfrentó su temor al dragón y lo derrotó, liberando a la hermosa niña, llamada Amor.

Libres, Tolerancia y Amor decidieron formar un hogar en ese lugar, juntos. Debido a la valentía que tuvo Tolerancia, lo nombraron Valencia.

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Al paso de los años, se formó la ciudad más bonita del planeta, guiada por el rey Tolerancia y la reina Amor. La vida ahí era muy tranquila y justa. Tuvieron tres príncipes y dos hermosas princesas, y la vida les dio un regalo muy preciado a cada uno de ellos. El hijo mayor, Justino, tenía el valor de la justicia; el segundo se llamaba Isaac, con el don de la igualdad; el tercero se llamaba Rémolo, con el valor del respeto. Las dos princesas se llamaban Sol y Aleta, bendecidas con el valor de la solidaridad y la bondad.

Todos convivían con la gente del pueblo, haciendo que la vida fuera justa. Todos se trataban con respecto e igualdad y eran solidarios los unos con los otros, pero no se daban cuenta de que no muy lejos de allí, en una cueva obscura y tenebrosa, vivía el hijo del dragón al que había derrotado Tolerancia, quien había crecido con mucho coraje, rencor y envidia, llenando su corazón de maldad, y en espera de poder atacar al pueblo de Valencia; con ganas de destruir los valores que tenían, los cuales usaban para vivir en armonía y en paz.

Un día, el rey enfermó y el dragón aprovechó para atacarlos. Los hijos del rey tuvieron que defender el reino, pero la gente estaba asustada, así que decidieron abandonar la ciudad. Se esparcieron por el mundo y cada uno guió a un grupo de personas por diferentes caminos, estableciéndose en diferentes lugares. Nunca olvidaron sus dones y cada hijo del rey Tolerancia le enseñó a su pueblo el valor que lo caracterizaba y la importancia de perder el miedo.

Después de muchos años de espera, la gente perdió el miedo y decidió pelear contra el dragón. Los hermanos lograron encontrarse y juntos, compartiendo el amor, la tolerancia, el respeto, la justicia, la igualdad, la solidaridad y la bondad, vencieron al dragón y crearon de nuevo una ciudad tan especial como era Valencia.

Alejandra Bautista Colmenero Tercer grado de primaria Escuela Primaria “Luis González Obregón” 11DPR1756E Guanajuato

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