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Revista digital de pesca con mosca
De mosqueros, por mosqueros, para mosqueros
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Revista digital de pesca con mosca
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Colaboran en este número
Carlos Cortez Gerardo Gurierrez Jorge Ferrer
Editor responsable: magazine mosquero cuidado del ambiente y difusión de pesca con mosca. Asociación Civil sin fines de lucro Registro de propiedad intelectual en trámite Por ser una revista educativa sin publicidad cuya única finalidad es difundir la pesca con mosca y la protección del medioambiente,
Se autoriza la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación citando a la fuente e informando al editor Para enviar notas, artículos, sugerencias o comentarios remitir el material en Word y fotos por separado a:
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Foto de tapa: Chanchitas en febrero
Jorge Sanjurjo
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Sumario MDM Patricio Scorza Pepe Miguez Jorge Ferrer MDM Carlos Cortez Gerardo Gutierrez Pepe Miguez MDM Patricio Scorza Jorge Sanjurjo
4 Editorial 7 Informe 11 Atado
17 Conservación 25 Relato 37 Decálogo 40 Informe
50 55 66 69 75
Atado Empezando
mdm magazine digital
mosquero
Otra vez los concursos Cul de Canard CDC Emerger Midge Flamenco Andino El legado Para la correcta devolución Pescando Flats Clementina (libélula) Indumentaria & equipamiento
Reglamento
Pesca Continental Patagónico
Informe
Tarariras,... comenzó la fiesta
Taller
“La boba”, tecnología de punta
Además:
Apertura 2015 Noticias, Infoasociaciones,
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Editorial Otra vez los concursos Allá por el número 51 de nuestra revista, en la nota editorial; fijábamos nuestra posición acerca de los torneos y concursos de pesca, especialmente de los organizados dentro de la pesca con mosca. Decíamos que este tipo de eventos no solo atenta contra el espíritu de la pesca deportiva en general y del mosquero en particular, sino también contra la formación educativa de futuras generaciones de pescadores; en tanto y en cuanto pueden producir daños sobre los peces, sobre el ambiente y sobre las comunidades del lugar donde se realizan. Descorazonados y absolutamente preocupados vemos hoy como se promueven este tipo de prácticas no ya desde el ámbito de una organización o club privado, sino desde el mismo seno de Municipios, Secretarías y Organismos Gubernamentales; mientras quienes debieran regular las actividades deportivas de este tipo, - ya sea por error u omisión - miran para otro lado. Para los días 6, 7 y 8 de noviembre de 2015 se anuncia en la ciudad de Junín de los Andes la Segunda Fiesta Provincial de la Trucha en el río Chimehuín, - meca de la pesca con mosca en nuestro país y en el mundo - . Lo que resulta sorprendente es la realización durante dicha fiesta de UN TORNEO DE PESCA por equipos para participantes adultos y menores desde los 10 años de edad en adelante. Este hecho no sería grave en si mismo si no fuera por algunas circunstancias que a nuestro juicio desvirtúan completamente el sentido de una Fiesta Provincial, colocándola en la categoría de “beneficio dudoso” tanto para la actividad deportiva de la pesca como para la comunidad en que se desarrolla; ellas son: 1) Realizar un torneo de pesca de salmónidos donde el objeto es lograr capturar la mayor cantidad de piezas posibles y/o la pieza de mayor tamaño. 2) La adjudicación de premios en efectivo y en especies a los ganadores de dicho torneo. 3) El auspicio y la promoción por entes y organismos gubernamentales como el Ministerio de Turismo de la nación, el Ente Oficial de Turismo Patagonia Argentina, Neuquentur, Consejo Federal de Inversiones (CFI), Subsecretaria de Turismo de la Provincia del Neuquén, Cámara de Comercio Y Turismo de Junín de los Andes y la Secretaria de Turismo de la Municipalidad de Junín de los Andes. Cuesta creer que tantas autoridades y organismos no reparen en el daño que puedan estar causando sobre los peces del río Chimehuín, sobre el espíritu de lo que significa pescar con mosca, sobre niños que se están iniciando en la pesca deportiva y porque no, sobre la misma Ciudad de Junín de los Andes que puede verse perjudicada económicamente a
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mediano y largo plazo por este tipo de torneos y competencias. La pesca con mosca no es solamente una modalidad deportiva de pesca, es también y fundamentalmente un modo de entender esta actividad lúdica, un modo de hacerla sustentable y hasta un modo de vida que trasciende el mero hecho de pescar. El pescador con mosca es - en su inmensa mayoría -, un pescador preocupado por el ecosistema; ha sido formado y educado en estos valores por Asociaciones, clubes y maestros que le han inculcado el profundo respeto y cuidado por los peces y las aguas. Como es posible que ninguno de los responsables de la organización de este tipo de concursos y torneos no entienda que al premiar con una importante suma de dinero (10.000 $) y otros premios al equipo que logre pescar mayor cantidad de truchas, está fomentando un tratamiento dañino para las piezas cobradas y para el ambiente?. La captura y liberación de un pez, conlleva un procedimiento para lograr la supervivencia del mismo (Decálogo para el correcto tratamiento del pez capturado). Nos preguntamos como aplicará tal procedimiento un equipo cuya premisa es sacar la mayor cantidad de peces en el menor tiempo posible para obtener 10.000 pesos?; sin duda el procedimiento será el mínimo posible de tal forma de volver a pescar sin pérdida de tiempo. Cuanto tiempo permanecerán los peces fuera del agua hasta que el fiscal correspondiente se acerque a pesar y medir la longitud y circunferencia de las piezas, teniendo en cuenta que un cm. más o menos, o veinte gramos más o menos pueden significar la diferencia entre llevarse a casa 10.000 pesos o nada?; sin duda permanecerá demasiado tiempo. Con que premura y consideración serán devueltos los peces que midan menos de 35 cm. que no califican para el concurso?; sin duda con mucha premura y ningúna consideración. Cual es el ejemplo educativo en cuanto a preservación y cuidado del medio ambiente que se está dando a niños y adolescentes que participarán del torneo y que serán los futuros pescadores del mañana?; sin duda ninguno. Pero si esto no fuera suficiente, como es posible que ninguna autoridad se haya dado cuenta que lo que aparentemente puede ser una buena iniciativa en cuanto a resultados de promoción y beneficios económicos, los mismos terminarán diluyéndose a corto plazo cuando cientos de pescadores deportivos responsables decidan dejar de concurrir a lugares tan emblemáticos como el río Chimehuín por la realización de estos concursos?. Si tan solo un mínimo porcentaje de pescadores decidiera no avalar con su presencia este tipo de eventos, el perjuicio económico en venta de licencias de pesca, en reservas de alojamiento y en alimentación, superaría por mucho los beneficios obtenidos en tales concursos. Por otra parte si quisiera organizarse algún tipo de torneo deportivo para promocionar
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las bondades de la pesca en un municipio determinado, bien podrían realizarse competencias de lanzamiento a distancia, de atado de moscas y confección de señuelos, de fotografía, o de cualquier otro órden que no implique un destrato para los peces y para el ambiente. El pescador con mosca obtiene su mayor satisfacción cuando luego de años de estudio de la de vida de los peces, de sus ámbitos, de sus costumbres, de su alimentación y ciclo reproductivo, logra la captura de un ejemplar, para liberarlo luego con el menor daño posible y verlo alejarse dignamente de la orilla. No hay mayor satisfacción para el pescador que este momento de comunión entre él y el pez. Este tipo de concursos, que incentivan con dinero o premios, comportamientos y procedimientos inadecuados, pueden terminar aboliendo dicha satisfacción y comunión, iniciando el camino de la competencia sin tener en cuenta las buenas conductas deportivas. Desde estas páginas, hemos pregonado siempre las buenas prácticas y conductas, y el cuidado responsable de los recursos ambientales. Aún desarrollándose dentro de los parámetros establecidos en los reglamentos de pesca, creemos firmemente que los torneos y concursos de pesca - cuando involucran a los peces -, van en contra no solo de la ética del pescador sino también de los intereses de las comunidades que los promueven. Por ello como órgano de difusión de la pesca con mosca y como ONG, condenamos enérgicamente la realización de concursos y torneos deportivos de pesca que incluyan a los peces como parte de su programación. En tal sentido y a tal efecto, procederemos a notificar al Ministerio de Turismo de la Nación, al Ente Oficial de Turismo Patagonia Argentina, a Neuquentur, al Consejo Federal de Inversiones, a la Subsecretaría de Turismo de la Provincia del Neuquén, a la Secretaría de Turismo de la Municipalidad de Junín de los Andes así como a otras organizaciones y dependencias, nuestro más firme rechazo a la realización de este evento.
Consejo de Redacción
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mosquero
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Informe Texto y fotografĂa
Patricio Scorza
Cul de
Canard La pluma flotante
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Se denomina “cul de canard” (CDC), a una clase de pluma muy singular, empleada en el atado de moscas, proveniente de las cercanías de la glándula uropígea de los patos, ubicada en dorsal de la base de la cola. Estas plumas flotan, en gran parte debido a que están impregnadas con altos niveles de aceites que las impermeabilizan, llamados uropigioles, producidos por la citada glándula. Los uropigioles son distribuídos por las aves a través del acicalamiento a todo su plumaje; además de impermeabilizar, contribuyen también a mantener la estructura de las plumas en general, y brindar flexibilidad a la queratina, (proteína que compone la estructura de las plumas). Salvo excepciones, la mayoría de las aves presentan glándula uropígea, pero las aves acuáticas la tienen mas desarrollada, pues debido a su contacto con el agua, su plumaje requiere mayor impermeabilidad. Las plumas CDC se clasifican como semiplumas, presentando un raquis pequeño y delgado, y un amplio entramado de barbas y bárbulas finas, que le confieren gran flexibilidad, y resistencia a la tensión superficial del agua. Las bárbulas presentan pequeños filamentos, llamado barbicelos, que contribuyen a mantener estable el entramado de la pluma.
Aplicaciones del CDC en el atado de moscas Una de las principales propiedades de este material lo constituye su flotabilidad, que se basa en tres factores: Cualidades estructurales de la pluma. Atrapamiento de aire entre sus finas bárbulas, (estabilizadas por la presencia de barbicelos). Altos nivel es de uropigioles, (relacionados con su proximidad a la glándula uropígea) que le confieren impermeabilidad por sus características hidrófobas.
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Cuando se emplean plumas procesadas, puede perderse el contenido de aceite, y la flotabilidad se basa principalmente en la estructura de la pluma, y el atrapamiento de burbujas de aire. El CDC es un material considerablemente liviano, y junto a la forma aerodinámica que adopta durante el vuelo, facilita notoriamente el casteo. Cuando la mosca se desacelera antes de posarse sobre el agua, el CDC se expande abriendo sus fibras, contribuyendo a su flotabilidad, y al movimiento que le pueda otorgar el viento y la corriente una vez posada sobre el agua.
Patrones atados con CDC
La mayor aplicación de esta pluma lo constituye el atado de moscas emergentes, (CDC Emerger) donde el cuerpo de las mismas tiende a permanecer bajo la película de agua, mientras el ala de CDC se mantiene sobre la superficie. Se destacan por su efectividad, las CDC Emerger de mayfly, caddis, y midge. También se emplea el CDC para atar cuerpos, colas, patas, y caja de alas. Por ej. en la CDC Hatching Midge se usa para la cola y la caja de alas. También existen patrones de moscas secas a los que se ha agregado cul de canard, como la CDC Elk Hair Caddis, donde el hackle de gallo se reemplaza por un hackle de CDC enrollado a lo largo del cuerpo.
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Consejos: Existen distintas calidades de CDC. Si se desea optimizar la expresión de las propiedades de estas plumas tan especiales, deberemos emplear plumas de primera calidad. No debemos excedernos en el volumen de pluma a emplear. Estos patrones suelen atarse en anzuelos del 10 al 18, y es fundamental respetar las proporciones, y no restar transparencia al material. Es importante no usar flotamosca en los patrones atados con CDC. En caso de hacerlo emplearlo en forma muy limitada, pues caso contrario se modificará la distribución de las bárbulas, provocando el hundimiento de la mosca. Si aún no emplea el CDC, anímese a incorporarlo a su equipo de atado; cuando las truchas estén comiendo emergentes, seguramente lo agradecerá. Buena pesca! Patricio Scorza
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Atado
Cul
Texto y fotografĂa
de
Patricio Scorza
Canard Emerger Midge
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Este patrón imita a un emergente de mosquito, representando el momento previo del pasaje de pupa a subimago, estadío en que es tomado por los peces inmediatamente debajo de la película de agua. El ala de CDC le aporta flotabilidad, mientras el resto de la mosca trabaja sumergida.
Receta
Anzuelo: Curvo, tamaño 14, (12 al 18). Hilo: UNI - Thread 8/0, color negro. Cuerpo: Hilo negro. Ribbing: Alambre de cobre fino, (X small). Tórax: Fibras de pavo real. Ala: Cul de Canard, (CDC) .
Hacer una cama con el hilo negro y formar el cuerpo.
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Atar el alambre de cobre con el que se realizarรก el ribbing.
Realizar el ribbing.
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Atar el ala con el CDC
Cortar el ala, emparejando las puntas.
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Eliminar el sobrante.
Atar dos fibras de pavo real, con las que se har谩 el t贸rax.
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Formar el t贸rax.
Realizar el nudo final.
Buena pesca! d
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Conservaci贸n
Flamenco
Andino
Recopilaci贸n y texto
Pepe Miguez
En cualquier momento ......
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Vuela!...
para siempre.....
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Descripción El flamenco andino o parihuana (Phoenicoparrus andinus) es un ave acuática de la familia de los Phoenicopteridae. Tiene un tamaño que varía entre 90 cm. y 1,40m., mientras que su envergadura puede variar entre 1 y 1,60 m. Son aves muy esbeltas con patas y cuello muy largos que estiran completamente durante el vuelo. El color de su plumaje es blanco y rosado fuerte, y su cola presenta plumas negras. La parte superior del pecho es ligeramente violeta. El pico de esta especie es muy característico, mayormente negro y algo amarillo en su base. Está perfectamente adaptado a hurgar en el barro, la mandíbula superior es notoriamente más pequeña que la inferior (la única móvil), que tiene unas laminillas internas que le permiten filtrar los sedimentos y retener el alimento. Las patas son de color amarillo con cuatro dedos uno muy pequeño y los otros tres unidos por membranas interdigitales. Localmente se lo conoce como parina grande (Chile), tococo, jututu y chururu (Bolivia).
Costumbres Habitan y se alimentan en grandes extensiones de agua de poca profundidad, generalmente salinas, desde el nivel del mar hasta los 4500m. de altura. Pueden desplazarse grandes distancias hacia humedales de reproducción y en busca de alimento, aún durante la incubación y cría de pollos. Hacen sus nidos construyendo conos de barro con la cima cóncava donde depositan un único huevo blanco (raramente ponen dos) que incuban durante 30 días. El principal sitio de nidificación a nivel mundial para esta especie es el Salar de Atacama, en Chile.
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Fotografía: Wikipedia
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Los flamencos alimentan a sus crías con una especie de leche similar a la de las palomas que es producida por unas glándulas de su tracto digestivo. Aproximadamente diez días después de la eclosión de los huevos, los adultos comienzan a desplazarse hacia otras lagunas, dejando a las crías a cargo de las nodrizas, las cuales se encargan de su alimentación y cuidado. A los tres meses de edad los polluelos están aptos para volar y comienzan a desplazarse, principalmente hacia latitudes más septentrionales. Los flamencos se alimentan, mediante filtración, de crustáceos y algas. Sus picos, extrañamente formados, se adaptaron para separar el barro de la comida que consumen, y los usan singularmente al revés. La filtración de comida se apoya en estructuras filamentosas llamadas lamelas, pequeñas láminas que están en las mandíbulas, y una lengua áspera y grande.
Distribución El flamenco andino se encuentra en las áreas prealtiplánicas (2.300 a 3.500 m.s.n.m.), entre el Lago Soledad en Bolivia en y la Provincia de Tucumán en Argentina, habita en lagunas saladas y salobres de poca profundidad con fondo limoso y ricas en fito y zooplancton. En nuestro país de distribuye en la zona andina del noroeste argentino, desde Jujuy a La Rioja. Como visitante migratorio puede aparecer en salinas y lagunas del centro argentino habiéndose encontrado incluso una colonia en la laguna de mar Chiquita en Córdoba.
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Fotografía: giorgetta.cl
Taxonomía Clase: AVES Orden: Phoenicopteriformes Familia: Phoenicopteridae Género: Phoenicoparru Especie: P. Andinus (Philippi, 1854) Nombre común: Flamenco Andino, Parihuana, Parina grande, Jututu o Chururu en Bolivia.
Alimentación Su dieta se compone básicamente de diatomeas, que son unas algas microscópicas, y por esta razón cuentan con un largo pico para filtrar el agua a la hora de introducirlo bajo ella. También se alimenta de crustáceos y diversos invertebrados.
Estado de conservación El flamenco andino es una especie catalogada como vulnerable y su situación puede empeorar. Está incluido en el Apéndice II del CITES y en el Apéndice I del CMS (Convención de Especies Migratorias). La evaluación de la población es difícil y varía enormemente, pero se calcula que hasta mediados de los años 80 había entre 50000 y 100000 ejemplares. En 1997 se estimaron 34000, lo que indica un fuerte descenso en tan sólo 10 o 15 años. Además, los éxitos de reproducción parecen ser bajos, y por lo tanto la disminución puede que siga durante varios años, ya que los flamencos tienen una gran longevidad (20 a 50 años, hasta 60 años en cautividad). Fotografía: giorgetta.cl
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Amenazas
La recolección de huevos para vender como alimento humano fue intenso en la mitad del siglo XX y hasta comienzos de los años 80, con miles de huevos tomados anualmente. Las actividades mineras en las zonas de nidificación. Los bajos niveles de agua debido a su uso por parte de las personas (consumo humano o minería), o por causas naturales y climatológicas. La erosión de los lugares que usan para nidificar y la perturbación humana también afectan a la productividad. Caza para consumo, para hacer aceites y para obtener sus plumas, especialmente ejemplares inmaduros y jóvenes. Baja tasa de reproducción. El incremento del turismo en lagunas de altura y otras zonas de nidificación.
Cortejo nupcial de flamencos en el salar de Atacama (Chile)
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Trabajos y medidas de protección El flamenco andino fue incluido en el Apéndice II del CITES y en el Apéndice I del CMS (Convención de Especies Migratorias), como especie en estado vulnerable. Las acciones de conservación incluyen el manejo de los hábitats de manera local, la prevención del saqueo de huevos y la sensibilización del público. Hay otras medidas propuestas como son mantener en buen estado las salinas, monitorear las poblaciones conocidas y localizar nuevas poblaciones, proteger más lugares y mejorar la situación de las reservas existentes, y proteger las zonas de nidificación. Grupo de conservación de Flamencos Altoandinos En 1996 se constituyó un grupo conjunto entre Argentina, Chile, Bolivia, y Perú para monitorear el estado del flamenco andino entre las principales poblaciones. Este grupo (GCFA) realiza censos simultáneos internacionales para poder actuar de manera conjunta a favor de los flamencos que habitan estos países. Su propósito es también lograr la conservación y el manejo integrado de los humedales altoandinos en que habitan los flamencos y demás especies de flora y fauna a nivel regional; sin limitar las posibilidades de conservación por las existentes fronteras políticas. Han sido capaces de lograr la firma del primer acuerdo entre autoridades de manejo de fauna y áreas protegidas de Argentina, Chile y Bolivia, un gran logro.
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Buenas noticias. Si bien la presencia de flamencos andinos en las lagunas bajas de Córdoba y Santa Fe son conocidas, se pensó que se trataba solo de migraciones invernales y no de poblaciones residentes, en los últimos años se pudieron constatar pequeñas poblaciones aparentemente residentes. Se detectó una población de 100 individuos en la laguna de Mar Chiquita, y otra en la laguna Melincué. El día 20 de marzo de 2008 se identificaron y fotografiaron 25 individuos de P. Andinus en la laguna Materazzi, situada entre las localidades de Pascanas y Laborde, a los 33°09’01.95”S 62°58’50.78”O y 121 msnm. Dichos individuos eran claramente adultos y presentaban un plumaje descolorido pero con el tercio poste rior negro bien marcado. El día 19 de noviembre de 2008 se identificaron 44 individuos al sur de la localidad de Arias en la laguna conocida como ‘Las Tunas’ ( 33°44’27”S 62°32’36”O) a los 112 msnm y el 21 de noviembre del mismo año se identificaron 12 individuos en la laguna Zapata situada al norte de la localidad de Alejandro (33°13’53”S 63°39’05”O) a los 206 msnm, (ambas lagunas en la Pcia. de Córdoba).
Para colaborar con el cuidado y protección del flamenco andino:
www.redflamencos-gcfa.org
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Relato Jorge Ferrer
Legado El
Historia de la trucha trofeo y el abuelo pescador
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Nota
El presente relato de pesca basado en un hecho real, corresponde a un veterano pescador que a lo largo de más de 40 años, ha sabido transmitir no solo la importancia del respeto y correcto tratamiento de un pez capturado sino también de hacer comprender a sus hijos y a sus nietos el milagro que significa poder pescar deportivamente. Creemos que el valor de esta nota trasciende el mero hecho literario para constituirse en un ejemplo a seguir por todos los pescadores que sentimos en el alma la pasión de la pesca con mosca. Cuatro generaciones plasmadas en la fotografía de presentación han recibido y se han educado en estos conceptos; cuatro generaciones que seguramene transmitirán a su descendencia estos mismos valores. Por ello hemos retitulado este relato como “El Legado”, un soberbio aporte al conocimiento del ciclo de vida de las truchas y a la vez a la necesidad de una pesca “sustentable, deportiva, y responsable”. Este relato llega a nuestras manos partir de una carta personal enviada por el autor a uno de nuestros colaboradores. Con su autorización y por el valor de su contenido deseamos publicarla mdm
Consejo de redacción
Mi muy querido Martín, mientras leía un artículo tuyo en el último Magazine Digital Mosquero sobre "Marco Vecchio", me acordé de algo que tenía escrito hace tiempo y se me ocurrió que a lo mejor te gustaría leerlo. La historia , basada en un hecho real, la pasé al papel para que mis hijos (y especialmente mis nietos) entendieran todavía mejor el privilegio que tienen por compartir y disfrutar esta pasión y verdadera forma de vivir que es la pesca con mosca. También pretendía que comprendieran todos los peligros, los riesgos, los sufrimientos y casi el milagro que tiene que ocurrir, para que una trucha llegue a vivir lo suficiente para ser tentada por nuestra mosca; y lo importante que es poder devolverla a su hábitat sin ningún daño lo antes posible. Que sepan lo privilegiados que son cada vez que capturan uno de estos increíbles seres y lo felices que deben sentirse cuando lo liberan y lo ven nadar nuevamente. Te quiero mucho y espero que te guste mi envío. Va también mi beso habitual para la familia. Jorge (El Abu Pescador)
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Legado El
Historia de la trucha trofeo y el abuelo pescador
“La luz del sol escondiéndose al atardecer, se reflejaba suavemente sobre la superficie del agua del oscuro pozón de aquel rio. El viejo pescador estudiaba la corriente tratando de detectar “otro” sutil movimiento. De pronto llegó, una suave ondulación solo visible con los últimos destellos de luz. Tenía la certeza ahora!, un gran pez estaba subiendo rítmicamente cada veinte segundos aproximadamente. “Uno, dos, tres…” - contaba el pescador mientras sacaba línea de su reel y la dejaba acumular a sus pies -, “ocho,nueve…”, - luego el roll para levantar la línea - ( como aprendí hace tantos años mirando a Chiche,... pensaba). El leve sizeo de los falsos cast, y luego sentirla corriendo entre los pasahilos durante el forward cast final, “dieciseis, diecisiete…”, contaba casi en la oscuridad, sabiendo que la mosca debía estar ya en el agua, “dieciocho, diecinueve, veinte”. El viejo pescador comenzó a clavar el anzuelo cuando esa nueva aureola se desplazaba suavemente hacia la mosca por la superficie del pozón. Tres veces antes había probado la misma estrategia. Una vez; casi en completa oscuridad, un pequeño pájaro había rozado la superficie del agua y “por reflejo” había clavado demasiado pronto. Para los otros dos fracasos no tenía ninguna explicación; cuando había intentado fijar el anzuelo, sintió la desagradable sensación de flojedad en la línea y la trucha no subió nunca más. Ahora en cambio cuando había levantado la punta de la caña mucho más inteligentemente, una asombrosa cabriola de plata explotó en la tranquila quietud del pozo. A continuación, una tremenda batalla. Pero el veterano pescador tenía encima de sus espaldas unas 40 temporadas de experiencia, la trucha solo nueve, calculaba.
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Luego de un tiempo parecido por unos momentos a la eternidad y por otros a la velocidad de la luz, la contienda terminó honorablemente a favor de la experiencia. El viejo pescador respirando pesadamente, de rodillas en el agua, admiraba su presa bajo la superficie, sin tocarla, a la luz de su linterna portátil. Antes de dejarla ir suavemente, admiró una vez mas su tamaño excepcional pensando que pocas veces en su vida había tomado una trucha así. Mientras se reponía de la emoción que significa tomar una trucha (aunque haya ocurrido decenas de veces), el viejo pescador se puso a pensar, sentado en el pasto de la orilla, con las botas de vadeo en el agua, en el animal que acababa de liberar; y en que su historia debía haber comenzado mucho tiempo atrás. En efecto analizaba,… “ suponiendo que realmente hubiese tenido nueve años, el proceso habría comenzado cuando una hembra marrón pletórica de huevas, se moviera suavemente desde la protección de un tronco hundido en el sol brillante de otoño”. Se habría desplazado luego aguas arriba, tal vez unos 15 metros, para finalmente seleccionar un tramo de arena clara; habría marcado allí una depresión bien definida para ella pero imperceptible para el ojo humano, y al que a ninguna otra hembra le sería permitido ocupar. Pronto sería visitada por un macho vigoroso, con su mandíbula inferior pronunciadamente deformada en forma de gancho. Ellos serían los modestos progenitores de ese hermoso pez que estaba destinado a ser. La hembra comenzó entonces a cavar un surco en la cama de arena y grava. Después de algunos minutos rolaba sobre sus flacos y agitaba vigorosamente su cola contra el fondo. Poco a poco se fue formando una depresión mientras los granos desplazados se acumulaban en el extremo corriente abajo. Entretanto el macho nadaba a su alrededor y ocasionalmente la tocaba suavemente con su nariz. Si un macho pequeño se acercaba, enfrentaba al invasor con sus aletas erectas en una pose desafiante. Si el intruso no retrocedía inmediatamente, entonces cargaba con las mandíbulas abiertas expulsando al indeseable del lugar. Después de unas tres horas el nido estuvo listo y la hembra se instaló allí. Instantáneamente el macho nadó hasta su lado. Los huevos de la hembra y el semen del macho se liberaron juntos en el agua y descendieron en una nube giratoria dentro del nido. Las corrientes rápidas que circulaban fueron desviadas y calmadas por esa primitiva obra de ingeniería hidráulica, construida con la arena y grava
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desplazada de la cuna elaborada por la hembra. La baja probabilidad de que un espermatozoide pueda contactar un huevo en estas corrientes movedizas, es compensada por los millones de huevos navegando en el agua. Pero el simple contacto de un solo espermatozoide con un huevo es suficiente para encender la chispa de la vida, tan solo algunas docenas de huevos no serían fertilizados. Los huevos cayeron luego entre las protecciones del fondo de la cama, o quedaron adheridos a la superficie limpia de algún grano de arena. Entre todos ellos había comenzado la vida de la trucha que varios años después, alegraría la vida del Abuelo Pescador. La hembra con movimientos de su cola, ocultó los huevos fecundados bajo un montículo de grava de forma ovalada de unos 30 cm de diámetro, para alejarse luego agotada corriente arriba, dejándolos al cuidado del río. Un huevo de trucha es una esfera dorada de alimentos. Cuando es fertilizado, una célula infinitesimal anida cerca de la suave cubierta exterior. Alimento y energía surgen a través de incontables senderos, en una química tan antigua como la vida misma. Pronto la célula simple se divide en dos. Las dos en cuatro, las cuatro en ocho, … dieciseis y luego treinta y dos. Como una bola de nieve el huevo gana “momento” y pronto, arqueada bajo la superficie del huevo, aparece la sombra de una nueva vida. Una cruda réplica de un pez en miniatura. La futura trucha del Abuelo y sus hermanas, comienzan a crecer en su propia cuna de grava. El instinto había guiado bien a la trucha madre al elegir el lugar de desove. El agua del río corriendo sobre el nido aportaba oxigeno para el desarrollo de los huevos y regulaba la temperatura de este extraño y oscuro mundo. Cuando el sol de fines de marzo se había suavizado y se encaminaba hacia un frio abril, ya el viento barría las hojas finales de los árboles y los grandes ojos negros eran realmente visibles a través de la transparente cáscara de los huevos. A veces hasta aparecieron algunos copos de nieve durante mayo salpicando el paisaje marrón del otoño. Las pequeñas truchas yacían ocultas pocos metros más allá, en este clima de unos 6 a 10 grados centígrados, absorbiendo el abundante alimento almacenado en la yema. Para Julio, la actividad interna se habría acelerado. Una por una y luego de muchas vueltas, giros y movimientos internos, las truchas habrían emergido a un misterioso mundo. Cada pequeño pez nadando nerviosamente entre la grava habrá permanecido algunas semanas más, alimentados por los restos de yema que aun existían.
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Cerca de fines de julio el pez que alguna vez llegaría a ser un trofeo, se desplazaba inquieto hacia un muy grande y brillante ambiente, como parte de una numerosa familia que podría tener hasta cuatrocientos o quinientos miembros. Varios centenares de jóvenes vecinos emergían de sus cunas mientras el sol de agosto prestaba un primer toque de tibieza al agua del rio. Allí donde se encuentran las corrientes rápidas y lentas cerca de la costa, se instalaban cardúmenes que comenzaban a alimentarse de algunos insectos y crustáceos muy, muy pequeños. Para el momento en que todos los alevinos hubieran emergido, la población habría aumentado al menos en unos doscientos individuos más. Si todos los descendientes de una pareja de truchas sobrevivieran, y crecieran hasta superar los veinticinco o treinta centímetros al menos, y cuando llegara el momento se reprodujeran; luego de unos cinco años, puestas en línea una detrás de la otra lograrían llegar hasta la luna y cubrir el camino de retorno en unas tres cuartas partes. Si no fuera por el elevado rango de mortalidad, estos peces poblarían de una manera increíble la Tierra, (aun a pesar de ciertos pescadores). En orden de mantener un balance criterioso y recurriendo a la fría matemática, se estima que de los cuatrocientos descendientes que habría depositado la madre de nuestra trucha, solo dos habrían sobrevivido en los siguientes dos años, cuando la nuestra estuviera en condiciones de desovar. Por ahora los nuevos emergentes eran tan pequeños que se veian aun más diminutos que muchos de los insectos que deambulaban por el fondo del río. Hasta que crecieran como para escapar de las intenciones de algunos depredadores, pasarían varios meses y el precio a pagar sería muy alto. Los pequeños peces se habrían mantenido entonces en cardúmenes por un tiempo, como protección; pero superado ese plazo, seguramente se empezarían a notar los efectos de la competición. Los más agresivos toman posesión de los lugares privilegiados para la alimentación, defendiendo su sitio con más simulación que violencia real; pero los menos agresivos deben conformarse con sectores de segunda categoría o deambular por allí en busca de alimento. El stress de este constante conflicto disminuye su fortaleza, comen menos eficientemente, crecen más lentamente y permanecen más pequeños y más vulnerables que sus hermanos más agresivos. Ocasionalmente uno de estos pequeños seres se desplazaría rodeando alguna roca o tronco sumergido ocultando alguna trucha hambrienta. Es solo un instante, sin una persecución salvaje o cacería; con tan solo un rápido cerrar de mandíbulas, el índice de supervivencia de los nacidos recientemente se reduce rápidamente.
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Si cada una de las viejas truchas del río cometieran actos de canibalismo solamente una vez cada cinco días, en un año, la población original de recién nacidos caería en un 90%. Otros depredadores, falta de alimento, o enfermedades, cobrarán también su impuesto con el tiempo. Para fines de noviembre, el río y sus alrededores parecen mucho mas cálidos y amigables, los cuatrocientos o quinientos miembros de la familia original de nuestra trucha trofeo, se han reducido ahora a solo cuarenta sobrevivientes. Luego de cuatro meses, su peso y tamaño habría crecido lo suficiente para darles el coraje de abandonar la seguridad de las zonas bajas de los márgenes del río, y explorar lugares más profundos en búsqueda de mejores sitios donde ocultarse. Sin embargo en cada movimiento se arriesgan a exponerse a nuevos enemigos y a fracasar en la localización de un nuevo hogar. Debido a todos estos procesos, en enero queda solo una docena y media de miembros de la primitiva familia. La mayoría de los que viven aún, han logrado ocupar sitios bastante seguros, y los conflictos comienzan a ser menos frecuentes. Cuando la presión competitiva decae, también lo hace el rango de mortalidad, pero subsisten varios peligros de otros orígenes. A finales de enero algunas Mayflies bailan sobre el agua cada mañana y cuando caen en ella, las truchas se alimentan casi frenéticamente. Algunos de los peces han elegido sitios para establecerse entre las rocas en la zona de corriente. Alli les cuesta mucho capturar alguna de las ninfas que eclosionan, pero en cambio el lugar les ofrece una cantidad significativa de de larvas de caddis, stones flies, etc. en casi cualquier lugar del sitio elegido entre los granos de arena y grava. Algunas de las jóvenes truchas olvidan toda precaución en ese festín de alimentos que le ofrece el río y pagan con sus vidas en el pico de algún Martín Pescador que ahora se asienta en la rama del arrayán que crece cercano al agua. La pequeña trucha ya alcanzó unos 10 centímetros para marzo y las temperaturas comienzan a descender. En abril los machos maduros se pelean por cortejar a las hembras. La aun pequeña trucha será testigo de todo ese ritual desde distancia segura. En mayo empieza a buscar lugares protegidos entre troncos y recovecos para establecer su “cuartel de invierno”. A la pequeña trucha trofeo, la acompañaban no más de diez sobrevivientes de los quinientos huevos depositados hace no más de doce meses.
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En setiembre el agua ya se habrá templado bastante y los peces se alimentarán casi frenéticamente para iniciar su segundo año. Nuestra trucha ya mide casi 20 cm. y es notoriamente más grande que sus congéneres para octubre. Ello la animará a comer más frecuentemente en aguas abiertas. Una vez, un Martín Pescador se animó a atacarla pero su reacción fue tan violenta que huyó rápidamente a posarse en la rama que había adoptado como lugar de observación; sin embargo en su lomo quedó una marca en forma de “V” que tardó casi un mes en desparecer. Para noviembre con los campos recuperando sus colores verdes y muchos pescadores ansiosos llegando al río, las truchas escapan cuando las costas eran pisadas enérgicamente o los pies con botas alborotaban el agua; o también cuando pescadores poco sutiles lanzan sombras extrañas sobre los pozones. Sin embargo algunos más experimentados y prudentes resultan más peligrosos, contra ellos los peces tienen menos defensa. Por eso acometen a los brillantes y emplumados engaños, tan diferentes a la comida que estan acostumbrados a ver. Extraños gusanos de color rojo son aceptados sin dificultad también. Las truchas de mayor desarrollo, que habían reclamado la mejor posición para alimentarse en el río, fueron de las primeras en ser capturadas. Luego de un mes, la población existente se había reducido en un tercio. La trucha destinada a ser un trofeo, permanecía oculta entre unas raíces sumergidas que le habían servido de protección luego de aquella experiencia con el Martín Pescador. Por ahora se sentía segura, aunque dos de sus hermanas habían sido capturadas y otra había muerto, aun devuelta por un pescador considerado, pues no había podido sobrevivir al daño provocado por el anzuelo. Cuando las cálidas brisas de enero soplaban entre el follaje, algunas de estas valientes truchas capturaban insectos entre las rocas sobresalientes de la corriente. Para entonces, veintiun meses después de haber nacido, solo dos truchas continuaban vivas de las quinientas iniciales. Ellas compartían el río con muchas otras de su misma edad. El sol de febrero anunciaba el acortamiento de los días. Las truchas macho desarrollaban brillantes colores, sus mandíbulas en forma de pico y sus cuerpos engordando para la época de desove. Entre las hembras, huevos del tamaño de una cabeza de alfiler habían llegado a la dimensión de
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una pequeñita munición. En abril cuando justo veinticuatro meses después de haber sido una pequeña simple célula, estos peces ya maduros, habrán procreado unas nuevas quinientas truchas. En algún lugar del rio su única hermana sobreviviente, habrá depositado una nidada de brillantes y dorados huevos. La matemática del ciclo de la vida había funcionado dando lugar al balance de la naturaleza, reemplazado la muerte de sus hermanos y hermanas, con otros quinientos huevos luego de dos años. La ecuación no siempre es perfecta, un fin de semana de mal tiempo puede salvar muchos peces de los pescadores, un verano lluvioso puede destruir las barrancas y arrastrar el lodo del río destruyendo los nidos de desove; pero también las tormentas pueden voltear los nidos de las aves depredadoras, por ejemplo. Por ello a veces, muchos alevinos sobreviven en exceso y mil o hasta dos mil nuevos seres se agregan para reemplazar a los quinientos iniciales. Factores como temperaturas anormales, inviernos excesivamente fríos, etc. son condicionantes que regulan hacia arriba o hacia abajo el número de sobrevivientes definitivo. Este complejo panorama de eventos establece un cierto orden. Cuando sobrevive un elevado número de adultos, puede ser difícil encontrar alimento suficiente o sitios de desove apropiados, las pequeñas en busca de comida pueden ser atacadas por congéneres más desarrolladas, el crecimiento promedio será menor por la sobrepoblación y siendo más chicas, sus huevos serán menos también. El esfuerzo físico de la trucha ya en condiciones de procrear es enorme, y la exigencia tremenda. En mayo la temperatura estará cayendo rápidamente otra vez y tal vez no pueda alimentarse adecuadamente de crustáceos e insectos por la lentitud que le impone las temperaturas bajas; en junio pesará una quinta parte menos que al final del verano, sus brillantes colores se han vuelto grises y nuestra trucha se ha desplazado hasta las cercanías de las ramas de un árbol caído para descansar durante junio y julio. El árbol protector también resultó ser un sitio donde insectos, pancóras y ninfas se localizaban con mayor abundancia y proliferarán aun más cuando la temperatura comience a subir en la primavera.
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También allí estará más a cubierto de esas molestas aves que la acechan y aún de los pescadores. Se siente tan confortable que casi lo ha adoptado como su hogar permanente. En una particular tarde del verano, nuestra trucha se animó a llegar hasta el límite del pool corriente arriba para comer insectos en la superficie protegida por las sombras. En las penumbras era casi imposible que alguien pudiese notar la alteración de la superficie provocada por cada silenciosa subida. En todas las otras oportunidades, nuestra trucha se alimentaba lejos, protegida por las ramas caídas del árbol sumergido parcialmente, en donde hubiese sido imposible para cualquier pescador hacer llegar su mosca. Luego de varios meses de vivir en ese lugar tan sombrío, el cuerpo del pez había tomado un color oscuro, y se parecía al pavonado azul que suelen tener algunos metales. Solo el borde de sus aletas contrastaba su blanco color con el resto. Y se destacaban aún más cuando una vez al año se desplazaba para desovar y sus flancos tomaban entonces el color de una puesta de sol de otoño. Al cumplir tres años, sus dimensiones eran tan excepcionales que no había otra trucha que se atreviese a disputar su lugar de privilegio en el río. A pesar de la abundancia de alimento y de la relativa protección de su lugar habitual, había tenido suerte al superar el cuarto y quinto año de vida, mientras cientos y miles de nuevos especímenes habían sucumbido a los diferentes avatares que el destino había interpuesto en sus caminos. No siempre un lugar donde ocultarse es un sitio seguro para los mayores. Si bien su crecimiento había sido excepcional durante los primeros años, ahora su promedio de crecimiento se tornaba más lento a medida que pasaban los años. Su recuperación física luego del esfuerzo del desove y de las exigencias de los inviernos era más difícil. Se notaba que su periodo de recuperación era cada vez más extendido. También se ralentizaban sus reacciones ante las emergencias, los peligros y las situaciones imprevistas. Sin embargo continuó defendiendo su lugar y protegiéndose en las sombras del oscuro pool para procrear aun durante su sexto y séptimo año de vida.
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Durante el verano siguiente, el abuelo pescador ya había detectado la belleza y tamaño de ese gran animal cuando en una eclosión al final de una tarde, admiraba a los peces que por doquier se alimentaban casi desenfrenadamente. En un extremo del pozón la trucha se alimentaba dejando solo una pequeña aureola en cada subida. Esa, se dijo el viejo pescador, es seguramente una pieza que supera la media del resto. “Tal vez con una mosca seca …”, pensó, pero era muy difícil llegar adecuadamente a esa posición. Luego pasaron dos años durante los cuales el abuelo pescador no pudo concretar su tradicional cita con el río. Finalmente, llegó aquella tranquila tarde de fines de febrero y con la última luz disponible logró que aquella Yellow Humpy se asentara sobre la superficie y se deslizara “como tenía que ser”, luego de un hermoso cast. Ahora, mientras seguía admirando su belleza, comprendió toda la historia que había detrás de esa trucha. Se daba cuenta que esto ocupaba muchos años, incluso alcanzando tal vez influencias hasta de un pasado geológico que también había aportado sus condicionamientos para que este relato pudiese ser escrito alguna vez. Cuando se levantó sobre sus cansadas piernas otra vez, el pescador sonreía débilmente porque se había dado cuenta que el premio, el trofeo, el privilegiado, no era él sino esa trucha que acababa de liberar. Creía que ambos habían ganado, pero estaba seguro que el premio no era haber tomado aquella trucha, sino que ese pez existiera y que él hubiera tenido el increíble privilegio de estar allí, viviendo esa experiencia. Ese era el verdadero trofeo!
El Abu Jorge
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Decálogo
Decálogo
Existen dos momentos cumbres para el mosquero, cuando un pez toma el engaño y cuando se aleja de nuestras manos para retornar a salvo a su hábitat. Para muchos, este último acto brinda una satisfacción más intensa que el de la captura misma; nada puede compararse a la sensación de ver al pez alejarse de la orilla con nobleza y dignidad luego de haber dejado todo en la lucha. Es allí cuando comprendemos que el pez no es el objeto de nuestra pasión, ni un trofeo de guerra, ni una pieza para medir nuestra vanidad; para los mosqueros el pez es ni más ni menos que nuestro compañero de juego, un amigo capaz de brindarnos recuerdos y momentos que guardaremos para siempre. Cuando un pez se muere, muere nuestro compañero y con él todas nuestras posibilidades de jugar. Sin saberlo muchas veces estamos contribuyendo a la muerte del pez dándole un tratamiento tal que aún después de haberlo liberado termina muriendo. Es por ello que Asociaciones de pesca con mosca, Foros, Fundaciones y Organismos públicos diseñaron en un trabajo conjunto y participativo coordinado por el mdm, un decálogo para el correcto tratamiento y devolución del pez capturado; una guía referencial para aumentar las posibilidades de supervivencia de nuestros compañeros y amigos en esta pasión que es la pesca con mosca. Amigo pescador: Practica con firme convicción la pesca con devolución. Liberar tus capturas te proporcionará un placer y una satisfacción incluso mayores que el de la captura misma, al hacerlo trata de recordar y aplicar el presente decálogo; tus hermanos pescadores, futuras generaciones de mosqueros y sobre todo tus compañeros de juego los peces te lo agradecerán por siempre.
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Use anzuelos con la rebaba aplastada, o sin ella.
Decálogo
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Use copo y guantes aptos para pesca y devolución; humedézcalos antes de tomar al pez. Luego de usarlos, lávelos bien.
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No agote al pez; utilice el equipo adecuado y el tippet más grueso que pueda.
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Elija, si es posible, un lugar cómodo para acercarlo a la costa. Evite que se golpee, no lo arrastre ni lo tenga colgado del anzuelo.
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Primero manténgalo unos instantes enfrentado a la corriente con la boca abierta para que se recupere del estrés de la lucha, recién después quítele el anzuelo.
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Trate de mantenerlo siempre en el agua, incluso para quitarle el anzuelo. Si lo levanta que no exceda de quince segundos cada vez.
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Tóquelo lo menos posible y jamás meta los dedos en sus agallas.
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Antes de liberarlo efectúe nuevamente maniobras de recuperación hasta que pueda escapar por sus propios medios.
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Libérelo en una zona de corriente suave, lejos de la orilla para evitar que el agua revuelta ingrese en sus agallas.
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Si tiene dudas que su pez logre sobrevivir, igualmente libérelo; es probable que sobreviva, y si no lo hace pasará a integrar la cadena alimentaria sirviendo de alimento a otros organismos.
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Decálogo
Para la correcta devolución del pez capturado
Los siguientes factores pueden provocar la muerte del pez aun varias horas luego de que Ud. lo haya liberado
El estrés y el cansancio provocados por la lucha. Los golpes causados por caídas mientras se fotografían o durante la pelea final. Haber sido manipulado incorrectamente. Haber estado demasiado tiempo fuera del agua
Asociaciones, foros, fundaciones y organismos públicos que participaron en la confección del presente decálogo para el correcto tratamiento y devolución del pez capturado. AAPM: Asociación Argentina de pesca con mosca; AMBA: Asociación mosqueros de Buenos Aires; AMPM: Asociación mendocina de pesca con mosca; ANPM: Asociación necochense de pesca con mosca; APMA: Asociación de pesca con mosca de Azul; APMCR: Asociación de pesca con mosca de Comodoro Rivadavia; APMMdP: Asociación de pesca con mosca de Mar del Plata; APMN: Asociación de pesca con mosca del Neuquén; APMSJ: Asociación de pesca con mosca de San Juan; APPM: Asociación platense de pescadores con mosca; APCNH: asociación de pesca y caza Nahuel Huapi; ARPEMO: Asociación rosarina de pesca con mosca; ARPM: Asociación riograndense de pesca con mosca; Asociación de guías profesionales del parque nacional Nahuel Huapi; Club de pescadores; Club San Huberto: escuela de pesca con mosca; Cuerpo de Guardafaunas de la Provincia del Neuquén; FSA: Fundación Salmónidos Angostura; Instituto Fueguino de Turismo; Secretaría de Turismo del Neuquén; Dirección de Pesca Continental, Secretría de pesca de la provincia de Chubut; ministerio de la Producción de la Provincia de Santa Cruz; Ministerio de la Producción, Gobierno de la Pcia. de Rio Negro; Secretaría de Desarrollo Sustentable y Ambiente, Provincia de Tierra del Fuego.
Coordinación: mdm magazinedigital mosquero
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Informe
Texto y fotografĂas
Carlos Cortez
Flats Pescando
Segunda parte
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En el número anterior decíamos que podían encontrarse permits en tres situaciones o comportamientos principales; a saber:
Alimentándose En grupos más o menos numerosos De paso o “crucereando” Cuando los encontramos “alimentándose”, podemos determinar claramente esta conducta observando su actitud; insistentemente los veremos mostrando la cola fuera del agua, (tailing permit), “fangueando” o moviendo el barro del fondo (mud), o contorsionándose al tomar su alimento (flasheando). En este momento el permit se siente indefenso, ha puesto sus sentidos en la alimentación y ha dejado de utilizarlos para su protección, será mucho más asustadizo y se espantará ante cualquier sonido o vibración extraña. Será necesario realizar una presentación muy “gentil” de la mosca, intentando ponerla dentro de su zona de visión, a no más de 60cm de su cabeza, la dejaremos llegar al fondo, esperando que la encuentre. Si notamos que no la ha visto, le imprimiremos un pequeño movimiento, un strip muy lento de muy pocos centímetros, para hacerle notar la presencia del engaño, un tirón rápido o fuerte que haga un pequeño drag lo espantará con seguridad. Si el permit siguiera indiferente, podemos intentar un nuevo cast, para ello debemos recoger algunos metros con la caña levantada, lentamente y con suavidad, para alejar la mosca sin provocar disturbios, para luego intentar presentarla otra vez. Si vemos que levanta la cola sobre la mosca y se contorsiona (o flashea), es el momento del strip strike, movimiento largo, lento y de presión constante para clavarlo, si no notamos tensión inmediata, volveremos a dejar la mosca en reposo para intentar tener una segunda oportunidad. Para ésta situación se utilizan moscas que imitan cangrejos, el tamaño y el color dependen del lugar donde vamos a pescar y los cangrejos que allí habitan, intentaremos imitar su fuente principal de alimento, el peso de la mosca dependerá de la profundidad promedio, la idea es que el cangrejo alcance el fondo lo más rápido posible, también es muy importante que tengan weed guard o antienganche, si debemos moverla y enganchamos, haremos ruido y perderemos la oportunidad. Algunas de las imitaciones de cangrejo más comunes y rendidoras son: Merkin Crab, Raghead Crab, Bauer Crab, Calvo Crab, SS Permit Crab, hay muchas otras, por ello es de suma importancia consultar previamente cuáles son los patterns más rendidores del lugar que visitaremos. Cuando pescamos sobre grupos numerosos (“school”), el comportamiento de alimentación es similar, la ventaja es que a mayor número, mayor competencia por la comida, y la desventaja es que si uno de ellos se espanta, el grupo entero reacciona del mismo modo.
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Para un “school” nadando cerca de la superficie en aguas semi profundas,(entre 1 y 2m de profundidad) rápido y sin detenerse generando “agua nerviosa” y mostrando las aletas, (no percibimos que se estén alimentando, pero lo hacen por oportunidad) la técnica que me ha dado buenos resultados es presentar la mosca dentro del grupo; la longitud del tippet, no más de 60cm, y recoger a tirones cortos y rápidos apenas toca el agua, habitualmente el pique se obtiene rápidamente. Cuando he presentado la mosca fuera del grupo, por temor a espantarlos, casi siempre algunos miembros se desprenden, siguen el artificial, pero pocas veces lo toman. Si bien esta situación puede presentarse en cualquier destino, prevalece en Mexico, Bahías de la Asunción, Espíritu Santo y Chetumal, y el norte de Belice, en las cercanías de Ambergris Caye. Se utilizan con éxito imitaciones de camarones. Otras veces encontramos “schools” en condiciones similares a la anterior, nadando velozmente, pero que a veces se detienen, giran en círculos mostrando las aletas, para luego desaparecer de nuestra visión por algunos segundos; en general vuelven a mostrarse a cierta distancia y repiten los movimientos. Estos peces están buscando alimento cerca del fondo, cuando se detienen, algunos de sus miembros bajan a comer, reapareciendo cuando inician una nueva búsqueda. El momento de intentar engañarlos es cuando se detienen, casteando muy cerca del grupo, dejando profundizar varios segundos, intentando llegar al fondo o muy cerca, y mover la mosca a tirones cortos y lentos, de esta forma muchas veces provocamos el ataque. Esta situación se presenta en el sur de México, en la Bahía de Chetumal y en Belice, en la laguna de Turneffe Island. He utilizado con buenos resultados tanto camarones como cangrejos. La tercera forma de encontrar “schools” es cuando se desplazan alimentándose en bajos, en aguas menos profundas se en-
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contrarán en estado de mayor alerta, por ello presentaremos el engaño a mayor distancia, dejando profundizar hasta llegar al fondo y lo moveremos cuando suponemos que están sobre él, con movimientos lentos, evitando generar enganches o ruidos que podrían espantarlos. De ésta forma se los encuentra en Belice Central, Dángriga y Placencia, especialmente. Generalmente aquí utilizo cangrejos pequeños Para terminar, he dejado para el final la situación más compleja y más desafiante; la que nos exige poner lo mejor de nosotros, donde deberemos empujar nuestros límites. Es la situación más difícil de resolver, porque necesitamos tentar a un pez que, en principio, no está comiendo, aunque sabemos que está en zona de alimentación. Para ello debemos ser muy precisos y ver detalles de su comportamiento, quizá esto sea posible solo transitando la etapa final del aprendizaje! Permit de paso o “crucereando” (cruising): Es cuando el permit está ingresando para posicionarse y comenzar a alimentarse o saliendo del flat en marea bajante; puede hacerlo a diferentes velocidades, en general es más lento y cauto cuando ingresa y más veloz e indiferente cuando se retira. Las primeras veces que nos encontramos con peces que transitan el flat de esta manera, (velozmente, en forma errática y sin detenerse), nos parece imposible intentar capturarlos en tales condiciones. Pero debemos recordar que el permit es un pez que vive en aguas profundas, que solo se aventura en aguas bajas para alimentarse, eso significa que aún en esas condiciones podríamos tentarlo.
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El permit ingresa al flat de acuerdo al estado de la marea, a mí entender movilizado por la corriente que ésta genera. Cuando el bajo es de escasa extensión, pocas veces se lo ve desplazarse sin alimentarse, es el caso de los “pancakes flats” de Belice; durante un par de horas alrededor de la marea alta se los ve haciendo tailing, para luego desaparecer en las profundidades. Cuando los bajos son extensos, puede optar por entrar y comenzar a alimentarse inmediatamente y regresar cuando comience la bajante o, viceversa, nadar hasta posicionarse para regresar comiendo. Entonces, cuando los vemos “crucereando” con marea entrante es muy probable que todavía no se hayan alimentado lo suficiente y sea más fácil tentarlos, por el contrario, si nada rápido en bajante, estará más preocupado por abandonar el flat, que por comer. En estas situaciones hay que reaccionar muy rápido, intentando poner la mosca a escasos 40 o 50 cms de su cabeza, en general el ruido del ingreso del artificial al agua llama su atención, si no está dispuesto a comer, luego de observar nuestro engaño, se alejará nadando más rápido aún, como espantado. Si existe posibilidad de que coma, se detendrá, deberemos dejar que la mosca profundice hasta llamar su atención, pues para comer deberá encontrar el supuesto alimento sorpresivamente ante sus ojos. Si estamos utilizando un cangrejo, veremos que se acerca, si levanta la cola a más de 45 grados es el momento de clavar, si no es así, empezaremos a interactuar con él, primero con un par de movimientos cortos y lentos, luego un “stop”, un tirón largo y lento, para volver a un par de tirones muy cortos algo más rápidos, seguidos otra vez por un “stop” y un tirón largo y lento. El efecto buscado es de un crustáceo en peligro, un cangrejo no nada, ni se desplaza muy velozmente en esas situaciones, entonces queremos que llame la atención con un “brinco” y luego se mueva muy lentamente, como intentando enterrarse en el fondo. Si estamos utilizando una imitación de camarón, provocaremos movimientos con tirones cortos y algo más largos alternados, no demasiado rápidos, imitando la natación e intento de huida. Resumiendo, a diferencia de la situación anterior, donde la mesa está servida y sólo debemos poner el plato en su lugar para que coma, en ésta debemos estimular sus sentidos para provocar su reacción, no está comiendo, debemos tentarlo. Mi experiencia me dice que los tiros exitosos son muy agresivos, cuando logramos poner la mosca a escasos 40 cm de su cabeza o menos, generalmente notamos una reacción, en la mayoría de los casos que logramos que coma nuestro artificial, lo hace en los primeros instantes, si se muestra interesado, hago “strips” cortos, y cuando acelera nerviosamente como para tomarla, un “stop” seguido de un “strip” largo y lento. Mientras más tiempo sigue a la mosca, menos chances tendremos de lograr el pique. Cuando nuestro tiro no fue lo suficientemente preciso, debemos hacer un recast buscando poner la mosca en su campo de visión lo más rápido posible. Para ésta situación, dependiendo del lugar, se utilizan moscas que imiten cangrejos con patas de goma largas, que ayudan a la sensación de movimiento o imitaciones de camarones. Algunas de las más utilizadas son, Sexie Sixties Crab, SS Permit Crab, EP Spawning Shrimp, Mantis Shrimp, Squimp, Avalon Fly y algunos de los crab patterns clásicos nombrados para la situación anterior. Afortunadamente existen situaciones de pesca y comportamientos más amigables y algo menos dificultosos.
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Pescando sobre las rayas Esta es una situación muy particular en la pesca de permits, porque si bien este pez sigue comportándose en forma muy selectiva y desconfiada para tomar la mosca, en este caso se simplifica un poco el nivel de dificultad. Habitualmente cuando vemos un permit en un flat, se desplaza velozmente, con movimientos erráticos, nerviosos, nuestro primer problema es verlo con claridad, si el guía lo señala y no lo podemos enfocar, nuestro nivel de ansiedad va en aumento y todo parece ocurrir más rápido. Si podemos verlo, muchas veces también, nos preguntamos donde deberíamos presentar la mosca y perdemos valiosos segundos, después de sortear estas dificultades y dudas, y podemos ejecutar el tiro, probablemente no sea el momento más oportuno y hayamos perdido la chance. Cuando el guía ve un permit sobre una raya en cambio, la identifica fácilmente, y es cuestión de pocos segundos poder ver al pez buscado, superando uno de los problemas más importantes, la velocidad de natación o desplazamiento de la raya es mucho menor al promedio de un permit solitario, esto nos dará mayor tiempo de preparación y nos permitirá ser más precisos, la duda acerca del lugar de presentación de la mosca desaparece porque la raya se transforma en un blanco visible y concreto. Otra ventaja apreciable es que si logramos que tome la mosca, la clavada se producirá en el proceso de recupero, en este caso la clavada no es por un tirón iniciado por un estímulo visual, sino por sentir tensión. Estas son las razones que convierten estas posibilidades en las de mayor porcentaje de capturas, porque simplifican los momentos más traumáticos de la preparación del tiro. Una ventaja adicional es que frecuentemente estos peces nadan “felices” y nos permiten más de un tiro. Algunas veces el o los peces nadan a escasos centímetros por detrás de la raya, en esos casos se debería realizar la presentación sobre la raya, dejar profundizar solo un poco el engaño y moverlo a tirones cortos, variando un poco la velocidad, pero nunca muy rápido. Otras veces se ubican a un lado de la raya, aquí es aconsejable hacer un tiro pasado por delante de la misma y recoger de la misma manera que en el caso anterior, para provocar el punto de encuentro. También podemos encontrar peces que naden alrededor de la raya, describiendo círculos, alejándose y acercándose continuamente, en general sucede con ejemplares de gran tamaño. Me ha dado resultado esperar que se acerque lo suficiente a la raya y castear sobre ella.
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Cuando la raya se mueve muy lentamente, a veces es necesario tirar muy cerca y dejar que la mosca toque el fondo para luego moverla en forma lenta también, movimientos más rápidos podrían provocar reacciones negativas. Estas situaciones se presentan con mucha frecuencia en Cayo Largo y Cayo Cruz, Cuba, Isla Blanca, Mexico y Bimini, Bahamas. También se pueden encontrar, sin ser tan frecuente, en Ascencion Bay y Espíritu Santo Bay, Mexico, y Abaco y Grand Bahama en Bahamas. No he encontrado quien pueda explicar por qué este comportamiento solo se da en ciertas localizaciones, en Biscayne Bay suelen hacerlo los bonefish y en Key West los Jacks Crevalle. Las moscas utilizadas dependen del lugar, pero podríamos decir que se pueden usar imitaciones de cangrejos y de camarones con la misma efectividad.
Equipos recomendados •Caña Rápida 9wt para viento bajo/medio ( 0-20km/h ) Rápida 10wt para vientos fuertes ( 20km/h o + ) o moscas pesadas. •Reel Orientado a SW, anodizado, con freno de alta calidad, capacidad línea+200yds de Backing. •Línea WF-F para clima tropical. Sobrecargo las cañas rápidas. •Leader De 10’ a 13’, más viento menor longitud. Tippet de 12lbs en los Cayos y Mexico, de 16lbs en Bahamas, Belize y Cuba.
Moscas
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Cada lugar es especial, cada guía tiene sus preferencias según su experiencia, que SIEMPRE es mucho mayor que la nuestra; suelo escuchar las recomendaciones. Cuan www.magazine digital.org
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do tenemos la suficiente experiencia y nos apoyamos en ciertos resultados, podemos intentar realizar pruebas con patrones que nos han funcionado en ambientes parecidos o creemos que el tamaño, el peso y color de alguna en especial se ajusta perfectamente a las condiciones que estamos experimentando. En general hay dos tipos de patrones a utilizar, las imitaciones de camarón que sirven en situaciones muy dinámicas, que necesitan estripeo para llamar la atención. Son imprescindibles pescando sobre “schools” numerosos en aguas semi profundas. Para peces solitarios, comiendo activamente, lo mejor es una imitación de cangrejo. Sobre una raya según el comportamiento del pez, podríamos usar una u otra. Camarones clásicos: EP Spawning Shrimp, Avalon Fly, Squimp, Reefer’s matis shrimp, mantis shrimp. Cangrejos recomendados: Raghead crab, Permit crab, Merkin crab, Sideswiper crab, Flexo Crab, Bauer Crab, Samson’s Stone crab y, por supuesto, la nuestra, Calvo Crab! Hemos recorrido variadas situaciones que se nos presentan en la pesca de permits, cada una de ellas exige una estrategia diferente, pero todas ellas nos demandan mucha tranquilidad y algunas habilidades adquiridas a través de la práctica y la experiencia. La elección del lugar, la época, el equipo y el guía son decisiones muy importantes, que sólo requieren información y análisis. El poder organizarnos cómodamente en el skiff o para vadear, la forma en que esperamos la oportunidad, la concentración, la capacidad para percibir ciertas señales que nos permitan ver al pez con la suficiente anticipación, la habilidad adquirida para castear en forma oportuna y precisa, la tranquilidad para esperar que nuestro engaño llegue al campo visual del pez, poder interactuar con él, la lectura de su lenguaje corporal para decidir el momento en el cual clavar, etc. son habilidades críticas y necesarias para poder convertirnos en un pescador de permits, cada una de ellas se va incorporando conceptualmente y fijando definitivamente con la experiencia. Hace poco, mi sobrino Guillermo, me contaba lo que había leído acerca de las etapas de aprendizaje: Incompetencia inconsciente: No sabemos qué hacer, ni cómo hacerlo. Incompetencia consciente: Hemos aprendido qué hacer, pero aún no tenemos la práctica ni la experiencia suficiente para hacerlo. Competencia consciente: sabemos qué hacer, hemos adquirido las habilidades, pero necesitamos mucha atención y concentración para lograrlo.
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Competencia inconsciente: La habilidad se convierte en una serie de hábitos automáticos y la mente consciente queda en libertad. Aplicándolo a la pesca de permits, compartiendo mi experiencia espero ayudar en el tránsito de la primera a la segunda etapa, la tercera se logrará con algunos viajes y la firme decisión de intentarlo. Creo que para alcanzar la cuarta se necesita muchísimo tiempo de dedicación, pero seguramente es cuando podemos sentirnos “conectados” con el pez y la consecuencia deberían ser las capturas habituales.
Conclusiones Todo lo que he intentado compartir no tiene como objetivo incrementar el misticismo de esta pesca, ni hacer creer que es imposible, por el contrario muchos pescadores están capturando permits en los últimos tiempos. Si cualquiera de nosotros tiene ciertas habilidades y se encuentra en situaciones amigables con el pez correcto, obtendrá el tan preciado premio. Pero si queremos capturar permits en forma consistente, en lugares y condiciones diferentes, el camino es más arduo, requiere mayor esfuerzo, como tantas otras cosas de la vida, no?
Carlos Cortez
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Atado Texto y fotografĂa
Gerardo Gutierrez
Clementina LibĂŠlula
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Materiales
Anzuelo: Para ninfas # 12 Hilo: Negro # 6/0 Cuerpo: Foam de 1 mm, tanza o mofilamento de 0,30 mm,
dubbing de liebre marrón , pluma de cuello de gallo, papel para alas, (se puede remplazar por celofan)
Marcadores marrón, verde, y negro Cianoacrilato en gel
1 Fijamos una de las puntas de la tanza al porta bobina, la otra la fijamos a la morsa . Hacemos una cama con el hilo sobre la tanza de unos 3 mm y cementamos con una gota de cianoacrilato en gel, nos da más tiempo para trabajarlo antes que se seque.
Con la ayuda de un trozo de polietileno, haciendo presión sobre el foam tratamos de darle forma en derredor de la tanza y marcamos con el hilo para así formar el primer segmento de la cola de la libélula. Repetimos el paso 3 veces más para conformar la cola con 4 segmentos.
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3 Sin cortar el hilo de atado cortamos la tanza al ras en la parte posterior dejando en la parte delantera de la cola un sobrante de tanza de 3 o 4 mm. que nos van a servir para fijar la cola al anzuelo.
4 Atamos un cuerpo con dubbing, cubrimos con el foam y formamos el segmento del cuerpo, que puede estar compuesto por uno o dos segmentos, esto queda a gusto del atador, o de las truchas.
5 Atamos una pluma de cuello de gallo, formamos otro segmento de dubbing, hasta 1,5 mm antes de llegar al ojo del anzuelo.
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6 Para las alas cortamos dos tiras de papel para alas o de celofán de 1 cm de ancho por 6 de largo, doblamos por la mitad y retorcemos para que queden fino en el medio. Redondeamos las puntas. Hay que tener en cuenta que las alas que están más cerca de la cabeza son un poco más grandes.
7 Llevamos la pluma hacia adelante en forma de hackle para imitar las patas de la libélula y fijamos, acomodamos las fibras hacia los laterales, recubrimos con el foam y formamos el segmento del cuerpo.
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Para los ojos creamos tirando hacia atrás el foan un pequeño pliegue que fijamos en el mismo lugar donde habíamos fijado el cuerpo; hacemos un PEQUEÑO corte en forma transversal y pasando el hilo en forma de ocho los vamos separando con mucho cuidado para no cortar el foam. Antes de hacer esto se puede colocar una pequeña gota de cianoacrilato en la unión de los ojos con el cuerpo para asegurarnos que no se corte el foam.
9 Los ojos los pintamos con marcador negro, el cuerpo con marcador marrón y por encima pintamos con verde para lograr un color parecido a la libélula real.
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Empezando Texto y fotografía
Pepe Miguez
Chalecos
Nippers
Guantes
Indumentaria Equipamiento y otros “chirimbolos” Primera parte
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“Poniéndose el disfraz” Cuando damos los primeros pasos en la pesca con mosca la cantidad de dudas y la información para satisfacerlas nos abruma. Una vez tomada la decisión en cuanto a cañas, reeles y demás implementos relacionados en forma directa con la pesca, la incertidumbre nos asalta nuevamente al comprobar la parafernalia de equipamiento, indumentaria, accesorios y complementos que “en teoría” deben acompañarnos en nuestra aventura. Bueno, en primer lugar, tenemos dos consejos primordiales que pueden ahorrarle mucho tiempo y dinero..... 1) No se desespere, prestando atención a un par de consideraciones no será dificil escoger entre algunos elementos imprescindibles y otros absolutamente superfluos. 2) Siéntese, no salga corriendo al primer comercio que encuentre; desde aquí trataremos de orientarlo en base a experiencias particulares y colectivas recogidas a través de los años. En primer término vamos a dividir el equipamiento básico de un pescador con mosca en tres grupos según su relevancia.
Vestimenta
Waders Botas de vadeo Chaleco Gorros y sombreros Lentes polarizados
Utensillos y herramientas Forceps Nippers Guantes Copos Cajas de mosca otros
Accesorios
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“Waders” Cuando llega la temporada de pesca, surge la urgencia de contar con la prenda esencial en la vestimenta del mosquero; el wader. Sin duda alguna es el implemento más importante y tal vez uno de los más costosos del equipamiento de pesca. Por lo mismo, su correcta elección y cuidado son de capital importancia. Si decidimos pescar tarariras en las lagunas bonaerenses, dorados en el norte, o salmónidos en el sur, el wader deberá satisfacer las necesidades de cada ambiente. Recordemos que el propósito básico de esta prenda es mantenernos secos, aislarnos del frío (en el caso de los waders de neoprene), limpios y aún protegidos de algunos patógenos que puedan existir en el agua, como sanguijuelas, bacterias etc. Existen tres grandes grupos o clases de waders. Los de Nylon o PVC Son los más económicos, aptos para pesca en aguas cálidas o ambientes de aguas quietas con abundante presencia de algas, barro u otros sedimentos. Los de neoprene, más caros y especiales para ambientes fríos. Los respirables de última tecnología, son los más costosos pero también los más utilizados en la actualidad. Por su composición permiten que la transpiración del cuerpo salga al exterior, al mismo tiempo que impiden el paso de humedad hacia el interior. Disipan mejor el calor y permiten mayor libertad de movimientos. Si el presupuesto lo permite, es aconsejable optar por estos waders respirables, pues se adaptarán mejor a la mayoría de los ambientes; en caso de utilizarlos en lugares de baja temperatura (los waders respirables no protegen contra el frío), habrá que complementar su uso con ropa térmica adecuada por debajo del mismo; un detalle a tener en cuenta para escoger el talle adecuado.
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Si bien las marcas líderes del mercado ofrecen productos de gran calidad y alto costo, también es cierto que pueden conseguirse waders respirables más económicos con una calidad razonable, y que con el debido cuidado pueden resultar igualmente duraderos. Con solo unas pocas precauciones y algún cuidado podemos asegurar el rendimiento y la durabilidad del wader. Los puntos débiles de cualquier wader son las botas y las costuras interiores, allí es donde generalmente comienzan las filtraciones y allí deberá ponerse especial cuidado. Las botas de los waders respirables son de “neoprene”, un material aislante que viene sellado por ultrasonido a las piernas del mismo. Soporta no solo nuestro peso, sino también el constante roce y la fricción en la entrepierna y contra las botas de vadeo; las arenillas y piedras que se cuelan entre las botas, hacen estragos.
Wader de PVC con botas de goma incorporadas
Es conveniente comprar el wader que tenga el neoprene de sus botas más grueso, (habitualmente vienen en 4, 5 y 6 mm. de espesor). Si es fino, conviene reforzar las costuras selladas con una cinta (se puede pegar con cemento de contacto) Al colocarse las botas de vadeo poner especial atención en evitar los pliegues de la bota del wader, acomodando y doblando la misma de la mejor manera posible. Usar polainas o “gaiters”, que evitan que las pequeñas piedras y arenas del río se cuelen por el zapato de vadeo. Usarlas siempre, siempre siempre Las costuras internas de las piernas de un wader es otro de los puntos “sensibles” del mismo. El roce en la entrepierna al caminar o vadear el río, produce a la brevedad filtraciones y roturas en la tela. Los modelos más recientes de waders respirables ya no tienen esta costura en el lado interno de cada pierna sino en el externo.
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Wader de neoprene
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s p i T
En caso de tener un wader con costura en la parte interna de las piernas, es conveniente reforzar las mismas con una cinta pegada con cemento de contacto en toda su extensión. Es conveniente usar siempre cinturón sobre el wader, son raras las ocasiones en que uno pueda resbalarse o caerse, pero en ese caso tener el cinturón ajustado para evitar que se llene de agua puede hacer la diferencia entre nadar hacia la orilla seguro, o tener un serio problema.
Cómo elegir el tamaño correcto de wader Elegir correctamente el tamaño de un wader no es tarea sencilla, si eligiéramos uno demasiado grande para nuestra medida, corremos el riesgo de que se formen dobleces y pliegues que pueden producir un excesivo desgaste y la pronta rotura del mismo. Si por el contrario escogemos uno demasiado justo, pude dificultar nuestros movimientos o en el caso de los respirables evitar el intercambio térmico. Algunas teorías sostienen una relación con respecto al Nro. de calzado, pero eso no siempre es aplicable. Lo aconsejable es determinar en primer lugar el tipo de “cuerpo” y luego optar por las medidas particulares para cada tipo. El siguiente cuadro ejemplifica el procedimiento.
Para un cuerpo corto
S
M
L
XL
Small
Medium
Large
Extra Large
Pecho
97-102
104-109
112-119
122-127
Cintura
76-79
81-86
89-97
102
Entrepierna
76
76
76
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Medida de zapato
38-40
40-44
40-44
44-46
Medidas en cm.
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S
Para un cuerpo regular
Small
M
Medium
L
Large
XL
Extra Large
Pecho
94-99
101-106
109-116
119-124
Cintura
74-76
79-84
86-91
97
Entrepierna
79
81
84
86
Medida de zapato
38-40
40-44
44-46
46-48
L
XL
Medidas en cm.
S
Large
Extra Large
104-109
112-119
122-127
79-84
86-91
97
Entrepierna
86
89
91
Medida de zapato
40-44
44-46
46-48
Small
Para un cuerpo largo
M
Pecho Cintura
Medium
Medidas en cm. Las medidas de estas tablas, son orientativas y dependerรกn siempre de cada marca y fรกbrica de waders.
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Cuidado y reparacion de waders Con el debido cuidado un wader puede durar mucho tiempo. El correcto tratamiento de la prenda puede hacer que un wader estándar, tenga las mismas prestaciones que los de mejor calidad del mercado.
Uso: Evitar el uso del wader sin botas de vadeo, sobre todo en superficies abrasivas como grava o arena volcánica. Nunca, nunca, nunca usar un wader sin la protección de polainas que impidan la introducción de arena o piedras entre el wader y la bota de vadeo. Algunos waders incluyen una sobretela a modo de polaina que se fija en los cordones de la bota. Evitar el contacto con vegetación espinosa como rosa mosqueta; si se debe caminar entre ellas para acceder a los lugares de pesca, hacerlo lentamente y con mucho cuidado apartandolas del paso.
Lavado: Suele creerse que no es conveniente lavar los wader reiteradamente. Nada más equivocado, el wader debe lavarse luego de cada uso, con jabones o detergentes suaves y de calidad. Para que no se dañe la tela por rozamiento, hay que tener la precaución de atar los tiradores y asegurar los broches. Enjuagar al menos dos veces para que no queden restos de jabón o detergente y NO centrifugar. Secado: Una vez lavado, poner a secar el wader a la sombra, colgado con broches de los tiradores. También puede usarse un secador de cabello a buena distancia y baja temperatura. Guardado: Los wader deben guardarse en un lugar fresco y seco preferentemente estirados (para que no queden marcados los dobleces luego del largo receso de temporada).
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Reparando un wader respirable Usualmente los waders modernos traen un kit de reparaciones para casos de roturas y/o pinchaduras. Por lo general el mismo incluye: pegamento “UV” y un trozo de tela. Este kit es apto para roturas grandes, desgarros, o pinchaduras muy vivibles. Si las pinchaduras en cambio son menores e imperceptibles, resulta más complejo determinar el sitio exacto donde entra el agua. Una forma relativamente simple de descubrirlo y repararlo es el siguiente:
Materiales
Aquaseal, Loon o cualquier otro pegamento “UV”. Rociador o esponja con alcohol isopropílico. Linterna “UV”, o exposición al sol. Marcador o birome. Trozo de polietileno. Palito o cualquier objeto redondo.
Comience por verificar que el wader se encuentre limpio, seco y libre de polvo. Tenga en cuenta que el pegamento sensible a los rayos UV fragúa en 10 segundos, para trabajar elija una zona de penumbra o sin sol.
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Dar vuelta del revés el wader y extenderlo sobre una mesa o superficie plana (2). Observe atentamente si se notan a simple vista roturas, rozamientos, costuras despegadas, desgarros o cualquier otra falla.
Si a simple vista no se ven fallas, con un rociador o con una esponja embebida en alcohol isopropílico proceda a humedecer la superficie del wader por ambos lados (3 y 4), sobre todo en la zona de costuras o en las partes internas de las piernas.
2
3
Deje reposar un par de minutos y luego observe atentamente el wader de ambos lados (5). Preste atención a la aparición de “manchitas” oscuras; el alcohol en presencia del aire produce estas marcas (6).
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Ubique con precisión la zona de pérdida (5) y con una birome o marcador trace un círculo alrededor de la misma para identificarla claramente (6 y 7).
5
7
6
Aplique una capa de pegamento “UV “ de 1 mm. de espesor aproximadamente sobre la zona señalada (8).
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Coloque el trozo de celofán o polietileno sobre la capa de pegamento aplicado (9) y con el tubo redondo haga una presión suave para adelagazar y extender el pegamento (10).
10
9
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Con la linterna de rayos UV ilumine la zona durante 20 segundos al menos (11), o exponga el wader al sol durante el mismo tiempo. Retire el celofán y compruebe que la capa aplicada se encuentre seca. En la fotografía Nro. 12 puede verse la película selladora.
Trabajo terminado! d
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Ver reglamento
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Cumplir el reglamento es cuidar la vida..! d
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Código de ética del buen pescador deportivo Un buen pescador deportivo es: El que se preocupa por conocer el reglamento de pesca, cumple sus normas y,
fundamentalmente, es consciente del espíritu de conservación del recurso en el que se inspira la regulación de la pesca deportiva.
El que interpreta las estipulaciones del reglamento según su letra y su espíritu, y
que ante cualquier duda adopta las conductas que más favorezcan a los principios de conservación de la fauna, la flora y del ambiente.
E
l que está comprometido con la conservación de los ríos, arroyos, lagos, lagunas, y todo otro ámbito público en el que desarrolle su actividad deportiva, demostrando predisposición para compartir respetuosamente los ambientes con otros pescadores y/o usuarios del recurso.
El que acepta que todas las modalidades de pesca admitidas reglamentariamente son igualmente deportivas, cuando son practicadas con respeto por los peces y por el ambiente.
E
l que se comporta respetuosamente tanto en la pesca propiamente dicha como en las actividades que la rodean, procurando ser ejemplo de conducta.
E
l que puede sobrellevar una pobre jornada de pesca, dignamente y aceptando un día adverso; y también el que es capaz de tener una jornada exitosa sin jactarse ante sus compañeros.
E
l que trasmite con modestia sus conocimientos, y también el que aprende con humildad de otros pescadores más experimentados.
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Informe
Tarariras Comenz贸 la fiesta.!
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Patricio Scorza
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La temporada de tarariras pese a la inestabilidad del clima, comenzó en forma auspiciosa en la provincia de Buenos Aires. La especie, demostrando una creciente y estimulante recuperación, ha “regresado” para nuestro beneplácito a sus lugares de siempre. En varias visitas a arroyos, zanjones, y bañados de la zona de San Vicente; ríos y arroyos del partido de Punta Indio; y a la laguna Las Tablillas, cercana a Chascomús, pude realizar numerosas capturas de “taruchas” chicas y medianas durante la segunda quincena de octubre y principios de noviembre, alternando con alguna captura de tamaño interesante.
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Debido a las temperaturas cambiantes, y en general inferiores a las esperadas para esta época, hizo que durante muchas jornadas las “hoplias” se mostraran “tímidas” al momento de tomar la mosca. Una gran parte de las capturas logré concretarlas empleando streamers de craftfur, resultando fundamental a la hora de los resultados la práctica de “estripear” muy lentamente. La pesca con poppers quedó reservada escencialmente para los debordes de escasa profundidad, donde el agua por la acción del sol se presentaba más cálida.
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Los informes provenientes de compañeros que visitaron en plan de pesca las localidades de Junín y Bragado, dan cuenta también de capturas generosas en cuanto a número. Por último, siempre es bueno resaltar que la pesca con devolución de tarariras, mas allá de que el reglamento permita una cuota de ejemplares plausibles de sacrificar, contribuirá al sustento de la especie, y a la presencia de ejemplares destacados con alta capacidad reproductiva. Recordemos que la temporada de veda de la pesca de tarariras en la provincia de Buenos Aires comprende desde el 1 de noviembre al 31 de enero del 2016, según Disposición Nº 177/07. Durante los meses de noviembre, diciembre, y enero, estará permitida la pesca únicamente los días sábados, domingos y feriados.
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La morocha del zanjón En mi eterno deambular por los caminos de tierra que recorren los campos de San Vicente, el verano pasado había fijado mi atención en un desborde o zanjón que siempre tiene agua, y donde estaba seguro debía haber tarariras, (clásico pensamiento de pescador que cree interpretar a su presa). Como no me gusta quedarme con las dudas, lo visité en octubre pasado, empuñando un equipo 4, tratando de maximizar la sensación de lucha, pensando en ejemplares chicos. Até un popper pasante a través del cable de acero, y comencé a castear, con todas las dificultades que ofrece un equipo chico, con semejante “muñeco” en el extremo de la línea. Rapidamente tuve una tomada, que no pude concretar. Continué intentando, tratando de activar la zona lanzando en abanico. Finalmente tuve una tomada fuerte, que pude “clavar” realizando un firme tirón sobre la línea con mi mano izquierda, mientras mantenía la puntera de la caña apuntando al agua. El agua estalló, y el pez al sentirse atrapado armó tal “batifondo”, que hizo que otros ejemplares huyeran “disparados” hacia un pequeño juncal de enfrente. Fue una buena lucha, hasta que finalmente se rindió a mis pies quedándose quieta, permitiendo que extrajera el anzuelo de su boca. La contemplé escasos segundos, y realicé una única fotografía antes de regresarla a su medio. Se trataba de una “tarucha” fornida y pigmentada de colores muy oscuros, que obviamente bauticé como “la morocha del zanjón”.
Patricio Scorza
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En
e r b em
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Número Extraordinario
Alaska La última frontera
Un completo informe del viaje que los amigos de la Peña “Sin Rebaba” realizaron a fines de Agosto al extremo Norte del continente. Relatos, lugares visitados, equipos, modalidades de pesca, moscas, datos de interés, logística y mucho más. Una guía paso a paso de las experiencias más inolvidables vividas durante trece días en Alaska.
Imperdible! d
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Revista digital de pesca con mosca Distribución gratuita
Número extraordinario!
Alaska d
La última frontera
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De mosqueros, por mosqueros, para mosqueros
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Taller
La
Texto y fotografía
Jorge Sanjurjo
“Boba” (tecnología de punta para el atado de moscas)
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Hacía tiempo que estaba con ganas de hacer algo que me facilitara un poco la vida al momento de atar mis moscas, porque sinceramente andar “despelechando” dubbings con el velcro de la zapatilla de mi hija no era precisamente muy presentable para un “flytier” que se precie de tal… Otra cosa que me ponía un poco tenso era andar “pescando” con el dedo los anzuelitos en las bolsitas, incómodo y a veces “pinchoso”. Así fue que puse los sesos en movimiento..............
y no se me ocurrió nada !
Pero un día mientras mi hija tomaba un helado de palito me poseyó esa parte nuestra tan rara, esa parte de nosotros que en casi todas las cosas ve algo que puede llegar a servir para atar moscas; el tapado de piel de la Nona, las lanas de la tía, el gallo de los umbandas, y así vamos recolectando cosas que algún día nos van a servir, así que le manoteé el palito a mi hija y lo guardé para hacerme una herramienta medio boba pero que a mí me es bastante útil y que hacía mucho tempo tenía pendiente, realmente no recuerdo si había visto algo similar en algún lado o si lo había soñado.
Materiales
1 palito de helado 1 tira de velcro (la parte de plástico más duro, no la peluda) 1 imán del delivery (robado de la puerta de la heladera) Adhesivo de contacto o epoxi 10 minutos
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Los pasos son más que simples:
1 Cortamos una “tirita”de velcro
2 La pegamos sobre el palito y con una “manito” prensa papeles la sujetamos para que quede bien pegada.
3 Una vez adherida la recortamos siguiendo el borde del palito.
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4 Marcamos la silueta de la punta del palito en el dorso del imán.
5 Recortamos la silueta del imán y la pegamos en el extremo opuesto, ya sea de la misma cara o de la otra, y ajustamos con la “manito”para que pegue bien.
6 Si gustan pueden hacerlo doble faz repitiendo estos pasos para ambas caras del palito.
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Lista “La Boba” , con el velcro podemos vaporizar los dubbings y peinar plumas y pelos y con la punta con el imán es solo introducirla en la bolsita de anzuelos y extraerlos sin poner en riesgo el dedo ni la paciencia tratando de pescarlos…
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Espero que les sea tan útil como a mí.
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t o j a Trab
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! o d a rmin
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Apertura
RĂo Correntoso Pepe Miguez
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La pesca con mosca tiene pocos ritos simbólicos. El ancestral acto de la pesca se ejerce desde las vísceras, no se racionaliza ni está sujeto a interpretaciones; se vive desde las entrañas. Para el mosquero sin embargo, existe un día en el año en que su pasión adquiere otras connotaciones. Es el día de la “apertura de temporada”. Ninguna otra jornada ni salida de pesca tiene los significantes de este día. Desde hace muchos años cada 1ro. de Noviembre un grupo de abstinentes pescadores se dan cita al amanecer en la boca del río Correntoso; no importa si llueve o hace frío; si la nieve cae suave sobre la orilla o si el sol empieza a calentar el paisaje; todos esperan las primeras luces del día. Muchos han llegado por la noche, apuran un mate mientras esperan nerviosos que el alba ponga algo de claridad en el agua. Algunos se abrazan y saludan, no se veían desde el último año, preguntan por la familia y los hijos, otros comentan sobre el clima mientras terminan de armar sus equipos; los menos rememoran las capturas del año anterior. Pero todos, todos, tienen la vista puesta en el lago esperando que llegue la luz. Y cuando la claridad asoma lo suficiente como para ver donde se pisa, allá van, ansiosos y esperanzados en busca del trofeo. Apenas se ve, pero ya conocen el lugar, es una cancha pequeña, no más de 70 metros, desde la escalera hasta el arrayán de la orilla, una y otra vez en un carrusell interminable, giran en silencio uno detrás de otro. La atención puesta en la línea, en el “mend”para corregir la deriva, y en las señales del cielo que traigan noticias de un pique.
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Desde la altura el grupo mira a los dos o tres amigos que están en el agua, el primero está por salir, el último acaba de entrar. Todos conocen los códigos y saben las reglas a la perfección; no están escritas en ningún lado pero todo el mundo las sigue. Cuando sale el primero entra el siguiente, si uno toma un pez, se retira del agua para soltarlo y se coloca al final de la fila. La pesca es una danza contínua sobre una pista estrecha y corta que se recorre en escasos minutos.
de la jornada han salido tan solo una decena de truchas; pero eso no resta el ánimo de los presentes; más tarde o quizás mañana se presentará la oportunidad de pescar, hoy es el día de la “apertura”, es el día del reencuentro con amigos, el de recordar las capturas de la pasada temporada, el de enterarse de las aventuras de los compañeros en otros ámbitos, es el día en que todo comienza de nuevo; todos sueñan con una buena captura, pero si no se produce hoy, no importa hoy abre oficialmente la temporada.
Ningún otro día del año es como este, el pescador con mosca antes que venir a pescar está asistiendo a una ceremonia. Han pasado más de seis meses desde su última salida y apenas puede contener las ganas de sentir nuevamente un pez en la punta de la caña. Tal vez hoy no sea el día en que lo hará, a lo largo
La apertura en el correntoso es más que una salida de pesca, es una ceremonia mítica, una fiesta, un aquelarre de pescadores que año tras año renuevan sus conjuros.
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A las ocho de la mañana, el sol empieza a calentar y el mate circula entre
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los que esperan para entrar al agua, el año pasado a diferencia de este, una copiosa nevada recibió a los pescadores que soplaban aliento en sus manos ateridas tratando de darle algo de calor. Este año el clima es más amigable, un día a pleno sol sin una gota de viento. Un borbollón y una caña curvada indican claramente que ha picado una trucha. El pescador, como un rayo levanta la caña y empieza el juego; desde arriba el grupo mira con atención tratando de adivinar el tamaño, es grande - dice uno, tira fuerte agrega otro mientras va caminando hacia la orilla para soltar la captura. Una hermosa Arco Iris de mediano peso es devuelta al agua rigurosamente; las reglas son claras, solo pesca con mosca, anzuelo sin rebaba y permiso preferencial. Ninguno de los presentes es capaz de incumplir, pero aún así a media mañana el gaudafauna provincial llega a controlar permisos y anzuelos, muchos lo saludan, todos los años se repite la misma consigna, en el Correntoso el control es estricto y efectivo. Las conversaciones giran - como la rueda de pescadores -, sobre anécdotas de pesca, sobre equipos y técnicas, sobre conocidos que no vinieron y conocidos que llegarán pronto; mientras en el agua las manos frías de dos o tres entusiastas tensan las líneas, corrigen y derivan, dejan hundir, recogen despacio y sueltan, vuelven a recoger poniendo tramos de corredera entre los labios y lanzan de nuevo a la corriente. Unos imprimen movimientos rápidos y enérgicos, otros le dan cadencia y armonía. Cada uno tiene “su” técnica propia y particular; algunas adquiridas en veinte años de puntuales aperturas, otras aconsejadas por “expertos
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aperturistas” y aún otras derivadas de concienzudas observaciones “in-situ”. Cada fórmula es igualmente válida y probablemente eficaz, y todas ellas llevan implícitas el ferviente deseo del pescador soñando que su línea cruce rauda el lago Nahuel Huapi y lleve la mosca a la boca de una enorme trucha plateada. En ese momento, desde el hotel llegan empleados con chocolate caliente y medialunas para los pescadores; en el legendario “Hotel Correntoso” tampoco es un día más, en las siguientes semanas cientos de pescadores atravesarán sus instalaciones para llegar a la boca del río, hoy el establecimiento les da la bienvenida.
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Al rato otro borbollón y la caña en alto indican una nueva captura. Esta vez la pelea es mayor, el pez se resiste a dejarse llevar, firmes “cabezazos” golpean la punta de la caña y la doblan hasta el límite, de todas maneras al cabo de unos minutos está en la orilla con el anzuelo fuera de la boca y lista para volver al agua. Es un hermoso bicho! Todos coinciden en que la pesca está “dura”, los argumentos más escuchados son el nivel del agua, la temperatura ambiente, y los efectos perdurables del volcán Puyehue del 2011, o sea: los mismos argumentos que se escuchan casi todos los años, en casi todos los ambientes y por casi todos los pescadores.
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Ya es mediodía, hora de meter algo en el buche, algunos se marchan a almorzar y regresarán por la tarde, otros se sientan a comer en el restaurant del hotel y ordenan el “menú pescador” para recobrar fuerzas, unos cuantos más no dejan el agua por nada del mundo y calman el apetito a fuerza de rondas colectivas de mate. Al parecer, la pesca este año “está dura”, la tarde se apaga cansina y no aparecen nuevos peces; pero nadie parece contrariado. Es que la “apertura” trasciende el hecho mismo de la pesca, es un compromiso con el reencuentro, una ceremonia pagana que cada año renueva la pasión del mosquero. No importan el viento y el frío, ni la lluvia o la nieve; tampoco la cantidad de piques o peces tomados; importa una sola cosa, estar allí ese día, el día de la apertura, justo antes de que amanezca.
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Entonces, con las primeras luces unos cuantos pescadores ansiosos, prepararán sus equipos en silencio y lanzarán sus plumas al agua esperando la gracia de un pique. La mayoría de ellos se irá tal como vino, con las manos vacías sin haber pinchado una trucha; pero aun así se iran contentos y felices, el próximo año, el 1ro. de Noviembre estarán allí de nuevo, volverán a encontrarse con amigos, nuevamente analizarán el río y harán vaticinios, otra vez implorarán al Dios de los Salmónidos la ventura de un pez en la línea. Y regresarán al año siguiente, y al que le sigue y a todos los años más que la salud les permita. El mito del Correntoso llega a su fin, el sol se pone detrás de la montaña, mañana ya no será el “día de la apertura”, algunos vendrán de nuevo, pero esta vez,......... vendrán a pescar. Como despedida Manuel toma un lindo pez que unos minutos despues se aleja manso hacia las profundidades del lago. El día de la apertura ha terminado.
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Noticias Exposición El pasado 15 de octubre, el artista plástico Ivan Morics Karl, destacado exponente de la pintura naturalista hiperrealista de renombre mundial, realizó una muestra retrospectiva de su prolífica y exquisita producción, en la Asociación de Húngaros Católicos de Buenos Aires. La muestra incluyó obras desde sus primeros pasos en la pintura. Una gran concurrencia pudo apreciar los magníficos detalles de sus pinturas basados en largos períodos de observación en la naturaleza, en conjunción con un talento inigualable. Vale destacar, que Iván vive desde hace más de 19 años en bahía El Boquete, en el extremo oeste del lago Lolog, provincia del Neuquén, donde a los 74 años continúa desarrollando su obra. El notable artista también abarca temáticas relacionadas con la pesca con mosca.
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Boletín Nro. 5 de la Hermandad de la Mosca
La Hermandad de la Mosca es un grupo de entusiastas pescadores de Junín de los Andes preocupados por la difusión de la pesca con mosca y el cuidado del medio ambiente. Periódicamente lanza su Boletín digital con información y notas de interés para todos los mosqueros, sin publicidad ni propósito de lucro alguno. La Hermandad participa además en eventos y presentaciones, desarrollando actividades educativas (cursos de pesca para niños) y luchando contra la contaminación de los recursos hídricos (vertido de efluentes en el río Chimehuín). En esta oportunidad incluye recuerdos del “Bebe”Anchorena y del “Potro”José López Reale; pescadores emblemáticos y pioneros de la pesca con mosca en nuestro país. También una nota sobre las “blondes” y las plumas “cul de canard”.
Para bajar el Boletin
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Para leer on-line
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A partir del Taller de Atado de Moscas para Niños que realizaremos proximamente en la Fiesta Provincial de la Trucha; en todas las actividades de atado de moscas que realicemos, vamos a designar a nivel de homenaje a cada una de estas actividades, con el nombre de un atador importante. Este Taller de Atado se denominará con el nombre de un “maestro de maestros” al que tuvimos la suerte y oportunidad de conocer; ALLAN FRASER, es decir de que de ahora en más será el Taller de Atado de moscas para niños “ALLAN FRASER”. Atentamente Anibal Juan Sacconi Hermandad de la Mosca
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Allan Frazer www.magazine digital.org
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Info Asociaciones ACPU
Asociacion de caza y pesca de Ushuaia Av. Maipú 822 (9410) Ushuaia T. del Fuego Tel: 02901 423168 cazapescush@infovia.com.ar
APMN
Asociación de pesca con mosca del Neuquén Independencia 832 PB Of. 4 (8300) Neuquén apmn@neunet.com.ar Telefax 54299-442-5013
http://www.apmn.org.ar
AMBA
Asociación Mosqueros de Buenos Aires Artigas 1925 (1416) CABA Tel: 4.566-3546/1568847215 amba@mosqueros.org.ar
http://www.mosqueros.org.ar
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AMPM
Asociación mendocina de pesca con mosca Serú 55 Mendoza info@ampm..org.ar
http://www.ampm.org.ar
APMMdP
Asociación de pesca con mosca de Mar del Plata Francia 1964 (7600) Mar del Plata Tel: 0223479-6031 apmmdp@yahoo.com.ar
Club de Pescadores Av. Rafael Obligado s/n y Av. Sarmiento Costanera Norte CABA Tel: (5411) 47731354/0649/3636
http://www.club-pescadores.com.ar
92
AAPM
Asociación Argentina de pesca con Mosca Lerma 452 CABA Telefax: 4.773-0821 aapm@aapm.org.ar
http://www.aapm.org.ar
Club San Huberto
Tel: 4.658-4341 / 9972
escueladepescaconmosca@clubsanhuberto
http://www.clubsanhuberto.com.ar/ actividades/mosca/ingremosca.html
APCNH
Asociación pesca y caza Nahuel Huapi 12 de Octubre y Onelli (8400) Bariloche Río Negro Tel: 02944 421515 Fax: 02944 436210 apcnh@bariloche.com.ar
http://www.apcnh.com.ar
FSA
Fundación Salmónidos de Angostura Los Robles 140 V. la Angostura Neuquén Tel: 02944 15506475 info@fundacionsalmonidos.org.ar
http://www.fundacionsalmonidos.org.ar
APPM
Asociación Platense de pesca con mosca calle 8 Nro. 120 (guardería náutica El Ancla) entre 34 y 35 La Plata Tel: 0221 421.0306 aplatensepm@gmail.com
http://www.mosqueroplatense.com.ar
d
www.magazine digital.org
ARPEMO
Asociación Rosarina de pesca con mosca Cervando Bayo 865 (2000) Rosario Santa Fe arpemo.rosario@gmail.com
http://www.arpemo.com.ar
93
AJUPEM
Asociación Jujeña de pesca con mosca Lote 41 manzana 106 Barrio La Rural (4600) San Salvador de Jujuy ajupem@hotmail.com
APMA
Asociación de pesca con mosca de Azul Moreno 861 Azul. Tel: 02281 15652956 apmazul@yahoo.com.ar
http://www.flyadiction.netfirms.com/ apma.htm
@
mdm magazine digital
mosquero
CPM
Círculo de pescadores con mosca de Córdoba Sede Ciudad: David Luque 42 Bo. Gral Paz Córdoba. Sede Río Grande: Estancia La Victoria, Paraje Pinar de los Ríos, Yacanto de Calamuchita Radio teléfono: 03546 498661 (int. 71 CPM) egbuhler@argentina.com
MDM
Magazine Digital Mosquero Revista digital de pesca con mosca de distribución gratuita Tel: 1541699639 contacto@magazine-digital.org
http://www.magazine-digital.org
http://www.linea4.com.ar/cpm.htm
APMCR
Asociación de pesca con mosca de Comodoro Rivadavia apmcr@apmcr.org.ar
http://www.apmcr.org.ar
d
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Foro Pesca y Devolución
El foro de pesca con mosca más leído en español
http://www.pescaydevolucion.com.ar/foro
94
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Difundiendo la pesca con mosca y cuidadando el medioambiente