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Los Vedún a las Vedmas. La brujería eslava

LOS VEDÚN Y LAS VEDMAS. LA BRUJERÍA ESLAVA Por Mercedes Pullman. Imagen: Cuadro de K. Vasiliev “Al Lado de la ventana”

¿Qué imagen os viene a la mente cuando escucháis o leéis la frase “Edad Media? Tal vez: Peste negra, Inquisición, caza de brujas… En aquella época, la Europa occidental fue azotada por los actos sangrientos de la iglesia católica, pero también fue envuelta por un mágico velo de conocimientos ocultos. Mucha gente está familiarizada con la historia de la brujería europea, pero poco se sabe de la historia de sus vecinos eslavos orientales. En las tierras rusas y ucranianas, los rituales de hechicería tenían raíces profundas, y como en Europa también se les combatió con dureza, aunque no con métodos tan sangrientos como los de la Inquisición.

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La llegada del cristianismo al estado ruso de Kiev, a finales del siglo X, tuvo un enorme impacto en el desarrollo de la civilización rusa. A pesar del abandono de las deidades primitivas, tanto las creencias paganas, como las cristianas continuaron coexistiendo durante siglos, cristalizándose en un sistema llamado «la fe dual». Estas flexibles tradiciones y creencias míticas incluían la veneración de la tierra, el agua, el aire y el fuego, la existencia de demonios y espíritus del mundo natural, el culto a los muertos y la brujería.

La simbología de la mitología eslava refleja la sabiduría y la cosmovisión de este gran pueblo. Los eslavos no reconocían la religión, sino la fe que se basaba en las escrituras que trasferían la palabra de los dioses Perún (Dios del Trueno) y Veles (Dios de sabiduría) que se llamaban Vedas (conocimiento). Las Vedas fueron dictadas a los sabios en el canto de uno de los pájaros del Paraíso Gamayún, una enorme ave con la cabeza de una bella doncella, que representaba al heraldo del Dios Veles.

Este texto antiguo, único en su sentido, fue creado en la principal corriente de la tradición metafísica pre-cristiana y relacionado con los libros "estrictamente prohibidos" por la iglesia, por precisar los puntos de vista sagrados cosmogónicos y religiosos, que permiten en cierta medida considerarlo la "Biblia Eslava" . Aunque se discute sobre la autenticidad del “Libro de Veles” , sigue siendo la única fuente de mitología eslava escrita.

Tablilla del Libro de Veles.

Viktor Korolkov. Dios Veles

Es el dios eslavo de la Tierra, las aguas, los bosques, la fertilidad, el ganado, los pastos, las serpientes, los lobos, la medicina, la música, la magia y el mundo subterráneo. Además se le asocia a los dragones, la riqueza y las travesuras.

El escritor Alexandr Igorevich Asov, autor de libros sobre historia popular y conocido como comentarista, editor y traductor de varios textos antiguos de mitología eslava, es famoso por transcribir el “Libro de Veles” que incluye pasajes mitológicos, datos históricos, así como preceptos religiosos y morales.

El texto fue tallado en las tablillas de abedul tallado con un objeto filoso y, luego, cubierto de algún barniz colorante o sebo.

Vedún y Vedma

La raíz de la palabra Vedún y Vedma proceden de la palabra VEDA que significa conocimiento superior y representa a las personas del pueblo dotadas con el espíritu de previsión y profecía, un don poético y el arte de curar enfermedades. Estos nombres se asocian con las palabras: sanador o sanadora. Otro significado del Veda es el encantamiento que simbolizan esos rituales supersticiosos y misteriosos que se realizan, por un lado, para alejar desgracias, para expulsar a las fuerzas del mal, curar enfermedades, establecer la felicidad familiar y la satisfacción, pero por el otro lado se utilizan para atacar al enemigo, invocando al mal para que sucedan todo tipo de desdichas.

Una revisión de los nombres asignados a Vedún y Vedmas nos lleva a los conceptos: suprema sabiduría sobrenatural, previsión, creatividad poética, conocimiento de los hechizos sagrados, ritos de sacrificio y limpieza, la capacidad de realizar adivinaciones, de anticipar y curar dolencias.

Estas personas eran temidas y respetadas; la gente acudía a ellas para pedirles consejo o ayuda, pero al mismo tiempo, si había algún problema en el pueblo, todos les acusaban de las desgracias acaecidas y caía sobre ellos la ira del pueblo sin juicio alguno. Por esta razón los Vedún y las Vedmas que lidiaban con las “fuerzas de otro mundo” elegían moradas alejadas del pueblo, cercanas a los bosques o adentrándose en ellos.

Según las leyendas, las Vedmas (brujas) que vivían en los pueblos podían ser ancianas solitarias, mujeres casadas o viudas, pero nunca mujeres jóvenes. Todas las Vedmas se dividían en dos categorías: de nacimiento o de conocimiento. Además, estas últimas se consideraban mucho más peligrosas.

Las leyendas populares ponen a los Vedún y a las Vedmas en una afinidad, muy cercana e indudable, con ciertas criaturas míticas que estaban habitando la fantasía humana desde la antigüedad pero con una significativa división entre ellos. Todos los espíritus elementales están alejados e inaccesibles para el hombre; por el contrario, los Vedún y las Vedmas viven entre personas y, aparentemente, no son diferentes de los mortales comunes, excepto por un pequeño rabito que tienen en la terminación de la columna vertebral (cola vestigial), cuidadosamente escondida.

No hacían pactos con el demonio. Todos sus talentos y poderes se reconocían como atributos esenciales y necesarios de seres, divinos u oscuros, que controlaban la naturaleza. Su sumo sacerdote era el Dios del Trueno, Perún, cuyo sequito se compone de los espíritus y las ninfas que bebieron "agua viva" de las fuentes celestiales y en ella adquirieron el poder de la inspiración poética, la sabiduría, la profecía y la curación; en una palabra, se convertían en los Vedún y las Vedmas. Pero los mismos nombres también eran se empleaban para denominar a las personas dotadas de talentos especiales e información en materia de dogma y culto; tales eran los sirvientes de los dioses, adivinos, curanderas, sabios y poetas.

En la remota era del paganismo, la clarividencia se entendía como un maravilloso regalo de Dios; consistía principalmente en la capacidad de comprender el misterioso lenguaje de la naturaleza, de observar e interpretar sus fenómenos y augurios, de orar y conjurar formando un todo.

De acuerdo con la creencia común, los Vedún y las Vedmas curan heridas, coagulan la sangre, expulsan gusanos, remedian la mordedura de una serpiente o un perro rabioso, sanan moretones, dislocaciones, huesos rotos y otras enfermedades; conocen las propiedades de las hierbas y raíces, tanto para salvan vidas como para causar daño (venenosas); saben cómo preparar ungüentos y pociones curativas... En las hierbas, según la creencia popular eslava, existe un gran poder oculto solo accesible a las Vedmas y a los Vedún, quienes pueden oír las voces de las plantas que les transmiten sus usos dañinos y beneficiosos. Ellos recorren los campos y los bosques, recolectan hierbas, extraen raíces y luego las dividen, en ocasiones para medicamentos o desinadas a otros fines; Algunas pociones elaboradas con hierbas, les búsqueda de los tesoros, otras les otorgan la capacidad de prever, otras son necesarias para hacer hechizos mágicos. La recolección se realizaba a mediados del verano, y sobre todo, en la noche de San Juan que supuestamente aumentaba mágicamente las propiedades curativas y venenosas de las plantas.

Firs Sergeyevich Zhuravlev. Vedma (1901)

Los conjuros e hechizos, hasta el día de hoy, constituyen la ciencia secreta sólo accesible a las Vedmas. Por la fuerza de la palabra reservada, envían y expulsan enfermedades, hacen que el cuerpo sea inmune a las armas enemigas, cambian la ira de los enemigos por el sentimiento manso del amor, calman la angustia del corazón, los celos y la ira, y viceversa; en definitiva, se apoderan de toda la moral humana. La mayoría de las veces, los conjuros se pronuncian en un susurro, casi sin abrir los labios. No se sabe la razón, pero tal vez es porque uno de los significados del verbo Shopot (susurro en ruso) significa conjuro.

Criterios eslavos para determinar si una mujer era Vedma

La definición de las Vedmas varía según las regiones. Por ejemplo en el Sur de Rusia, a menudo se acusaba de brujería a las hermosas viudas jóvenes, quienes por su apariencia alentaban a los hombres (incluidos los casados) hacen actuar de manera imprudente. En las provincias del Norte, la imagen de una Vedma, se corresponde con una anciana seca, encorvada y necesariamente peluda. Si hiciéramos esta pregunta en la zona media del país, entonces el retrato sería de una mujer obesa, sucia y siempre con una deformación corporal.

Pero en todas regiones del país se afirma que las auténticas Vedmas tienen una pequeña cola, casi invisible al ojo humano. Hace siglos, para asegurarse de que sus sospechas eran ciertas, las mujeres del pueblo invitaban a la "víctima" a la sauna. En caso de recibir la negativa tenían confirmadas sus sospechas. ¡Qué fácil era acusar a una mujer de brujería, por simple hecho de rehusar la invitación por cualquier razón insignificante!

La llegada del cristianismo trajo el cambio de la perspectiva respecto a las Vedmas. Ya no era imprescindible tener una cola pequeña, o con ser una hija ilegítima y ya bastaba. Aparte de esta deferencia, también se consideraban Vedmas las niñas nacidas en las familias numerosas en 5º o 7º lugar. Las mujeres que nacieron en otras circunstancias podrían convertirse en Vedmas al realizar rituales relacionados con renegar de Cristo y blasfemar, o por la transferencia de los poderes de una bruja moribunda a una mujer que hizo pacto con ella, para que la otra pueda morir en paz.

Los vuelos

Tradicionalmente, las Vedmas se lanzan por el aire en una especie de almirez con su báculo, barriendo su rastro con una escoba. En esos momentos la Tierra gime, el viento sopla y los espíritus inmundos emiten gritos salvajes. Pero también hicieron otras maravillas fabulosas, que sirvieron como designación poética de una nube voladora. Según los cuentos de hadas, mantienen el agua viva y muerta, se desplazan sobre una nube o con la ayuda de las botas voladoras. En vez de escobas podían utilizar, un asidero, una pala, un rastrillo, un palo o una vara.

Baba Yaga.Viktor Vasnetsov

La imagen de una Vedma surcando el cielo montada en una escoba o rastrillo, no es más que una imagen poética del viento, que lleva una hechicera nebulosa en sus alas, representado por la escoba que barre la niebla, las nubes y despeja el cielo; o el rastrillo que retuerce las nubes, convirtiéndolas en masas oscuras y gruesas. Entre las diversas nociones míticas de los rayos, se la comparó con una vara punitiva o una pala; La nube misma, brillando con un rayo, fue asimilada por la imaginación de las tribus paganas como un horno celestial, un hogar en el cual el más alto señor de fuego y el sumo sacerdote Perún enciende su sagrada llama.

También utilizaban ungüentos para poder volar, que preparaban con varias hierbas y otros ingredientes "mágicos" , tales como: belladona, amanitas, aceite de serpiente, corteza bovina cortada, etc. Algunas de estas recetas están descritas en el antiguo manuscrito ucraniano, del Siglo XVII, "Hechizos nocturnos" .

Las Vedmas podían volar sobre la espalda de un chort, un ser diabólico muy travieso. Para montar a esta criatura, primero tenían que atraerlo a su casa haciendo un agujero en el techo o abriendo las puertas de la chimenea y ensillar a este ser maligno, para conseguir su sumisión tenían que escupir en su cola, lo que convertía a estos maléficos seres en dóciles sirvientes.

Fotograma de la pelicula “Las tardes de Dikanka

Cuenta la tradición que por la noche, las Vedmas deshacen sus trenzas cubriendo sus hombros con su pelo largo, se desnudan y ponen las camisolas blancas y largas sin cinturón (o sudarios), toman la poción mágica preparada en sus ollas viejas, la toman, se sientan en sus escobas y vuelan a través de las chimeneas dirigiéndose a Lisaya Gora (Montaña Calva). De acuerdo con la tradición oral, cuando una Vedma recoge el rocío, ordeña las vacas hasta hacerlas sangrar o hace nudos con las plantas en los campos; siempre aparece con una camisa blanca y con el pelo suelto. Esta imagen de Vedmas corresponde a las designaciones poéticas de hembras nebulosas que, junto a las sirenas, crean el tejido de las nubes.

El patio. Valentin Serov. 1902

Si alguna de las vacas del pueblo perdía la leche, la gente culpaba a las Vedmas porque creían que tenían el gran poder de "quitar" la leche de una vaca lechera. Para no ser sorprendidas, podían convertirse en objetos como la rueda de un carro o el tridente, o en animales (gatos negros, perros, sapos o cerdos) entrando a escondidas en el establo. El proceso de ordeño continuaba, como hemos dicho anteriormente, hasta que salía sangre de la ubre.

La leche diluida con rocío recién recolectado, era el manjar favorito de estas mujeres que, en los Shabash, ofrecían a las fuerzas del mal.

Shabash

Así se llamaban los aquelarres que organizaban las Vedmas, en Lisaya Gora en Kiev, durante las festividades significativas arraigadas a los ciclos de naturaleza.

Lisaya Gora. Kiev. Ucrania

Las fiestas son: Kolyada (festividad de invierno), Masleniza, (llegada de la primavera), la noche de Ivan Kupalo (San Juan) y el equinoccio de otoño. La época de las reuniones de las Vedmas, sugiere que estos festejos dependían directamente de los cambios del ciclo de la naturaleza durante el año.

Kolyada es una fiesta pagana dedicada al nacimiento del Sol. Originariamente se celebraba del 21 al 22 de diciembre (Shabash), en los días del solsticio de invierno. Maslenitsa, es la festividad dedicada a la llegada de la primavera que antes se celebraba 14 al 20 de marzo y que sigue la rotación del calendario. Sin embargo, las Vedmas se reúnen en el Shabash el 21 de marzo. La Noche de Ivan Kupalo que se celebra el 7 de julio (fiesta pagana dedicada al Dios Perún, (la misma fiesta que San Juan en España), pero el Shabash de las Vedmas se celebraba del 21 a 22 de junio, el día del solsticio de verano, y el 21 al 23 de septiembre en equinoccio de otoño.

En Lisaya Gora, las Vedmas viven las pasiones desenfrenadas y salvajes con los seres representantes del mal, se embriagan con las bebidas y se deleitan con la leche con rocío, cantan y bailan. Cuenta la leyenda que la sacerdotisa de las Vedmas vive en Lisaya Gora, y cada una de sus súbditas deben visitarla en cierta época del año.

Lisaya Gora sirve como un lugar de reunión para las fuerzas del mal. Su principal diferencia con respecto a otras montañas es un gran claro en la cima, con pendientes cubiertas de densos bosques. El bosque es un espacio intransitable. Un simple mortal no puede atravesarlo. Solo se puede llegar volando. Dicen que, antes de llegar el cristianismo, en esta montaña se realizaban rituales sagrados.

A la luz de las antorchas hechas con los cuernos de la cabra más grande, comienzan un banquete: devoran con avidez la carne de caballo y otros platos, sin pan y sal, y beben bebidas preparadas de pezuñas y cráneos de caballo. Al final de la comida comienza una danza loca con el sonido de música extraordinaria. El músico se sienta en un árbol; en lugar de una gaita o un violín, él sostiene la cabeza de un caballo, y el simple bastón o la cola del gato le sirven como una flauta o un arpa. Las Vedmas, cogidas de las manos por los Chort o Bes saltan y dan vueltas, bailando en círculo. A la mañana siguiente, en el suelo, se ven sobre la hierba, los surcos que resultan de sus danzas, como si fueran huellas de las pezuñas de vacas y cabras.

Al final de la noche se quemaba una gran cabra como sacrificio y sus cenizas se dividían entre todas las Vedmas reunidas. Con la ayuda de estas cenizas podían causar diferentes desdichas a las personas. El Shabash terminaba con el intercambio carnal, en el que las brujas Vedmas tenían relaciones con espíritus inmundos, con la redención perfecta de las luces, y luego cada una de ellas volvía a su casa volando en su escoba, siempre por el mismo camino por el que vino. En los días señalados para el Shabash, en las aldeas eslavas se encienden hogueras que duran hasta la madrugada para ahuyentar a los espíritus malignos con la luz.

Con el inicio del amanecer, el grito "¡Hurra!" se escucha en todas partes, como símbolo de la victoria de la Luz sobre la Oscuridad.

Durante la presentación de la danza ritual, los presentes en el Shabash cantan canciones. A ninguno de los simples mortales se les permite escucharlos, y mucho menos memorizarlos. Circula una leyenda sobre un cosaco que inadvertidamente y por casualidad escuchó, el hechizo de una bruja. Al enterarse, las Vedmas no pararon hasta que le encontraron y apresaron Al apresarlo y antes de ahogarle, le atormentaron durante mucho tiempo. Pero antes de ser capturado, el valiente cosaco logró transmitir el cantico del conjuro que ha llegado a nuestros días. Comprender su significado es imposible.

Y suena así:

“Кумара них, них, запалам, (kumara nij,nij, zapalam) Бада эшхоно, лаваса, (bada, eshjono, lavasa) шиббода кумара. (shibboda, kumara) А. А. А. (A) О. О. О. (O) И. И. И. (I) Э. Э. Э. (E) У. У. У. (U) Е. Е. Е. (E) Лa, ла, соб, ли, ли. (la, la, la, sob, li, li) Соб, лу, лу, соб, жунжан...» (sob,lu, lu, sob zhuzhan)

Existen muchas y maravillosas leyendas sobre la brujería eslava que adentran al lector a un mundo mágico, lleno de peligros que casi siempre terminan con la victoria del bien y de la luz.

Zavitki

Las Vedmas podrían invocar sequías, diluvios o granizo, que podían destruir toda la cosecha de los granjeros, provocando con ello la hambruna. Si una Vedma hacía con las espigas de trigo o centeno "zavitki" (una especie de nudos) en el campo, enviaba así una maldición que provocaba la enfermedad o la muerte.

“Labradores ” . Grigoriy Myasoyedov. 1854

Hay que decir que fueron los “zavitki” los que causaron un temor particular entre la población, porque era un indicador del maleficio realizado por las Vedmas. En tales casos, los campesinos buscaban a la persona que pudiera desenlazarlos realizando otro tipo de conjuros, pero era peligroso tanto para el propietario del campo como para el curandero que se ofrecía, voluntariamente a ayudar.

La influencia dañina de los “zavitki” se debía a la naturaleza de la acción sobre las espigas (torsión, rotura, ligadura) y las fórmulas verbales (conjuros) que la acompañaban, y se encontraba bajo la condición del contacto directo con las plantas, por lo tanto, durante la recolección de la cosecha estos nudos se rodeaban y neutralizaban con la ayuda de las oraciones. Se creía que solo podían deshacer el hechizo los Vedún y las Vedmas buenas o curanderas. Lo curioso es que este tipo de conjuros solo se podía realizar durante la floración de las espigas, en la noche de Ivan Kupalo o antes de la festividad de la Trinidad. El ritual se realizaba de noche o en la hora de la madrugada, en solitario y en secreto. En los poemas espirituales rusos, hacer “zavitki” era considerado uno de los peores pecados.

En la tradición popular eslava, conjurar, hacer nudos, enredar puede servir para varios fines y, según la aplicación, puede hacer el bien o el mal.

Las Vedmas que conocían estos conjuros se consideraban muy poderosas. Los amuletos con los “nauzi” contaban con uno o varios nudos que, muchas veces, se colgaban en el cuello. Podían ser pequeños saquitos de tela que se llenaban con hierbas, raíces y otros atributos mágicos (carbón, sal, azufre, ala seca de murciélago, cabezas de serpentina, piel de serpiente, etc.), atados con nudos especiales. A veces, en lugar de cualquier medio de curación o protección se guardaba un trozo de papel o tela con un conjuro escrito en él.

En la época cristiana, los eslavos seguían utilizando los nudos con algunas hierbas, raíces o conjuros escritos junto a la cruz ortodoxa. Poniendo estos nudos, estaban seguros de que este tipo de amuletos, podían ahuyentar a los espíritus malignos, desgracias y enfermedades. De la misma manera, las mujeres hacían los nudos a sus hijos recién nacidos para dotarles de la felicidad, salud, longevidad y alegría de la vida. La escalera de Vedma suele ser una cuerda, pero también puede ser de cuero, hilo o varios hilos que se entrelazan entre sí de una manera especial (los conjuros se entrelazan en los nudos de la cuerda), igualmente se entrelazan en la cuerda varios amuletos, talismanes, que incluían cuentas, nudos, monedas, plumas, piedras, figuritas, etc.

Hay varios tipos de creación de Escaleras de Vedmas, pero hay dos formas más comunes: la primera es simplemente tejer nudos, sin amuletos rituales adicionales, y la segunda es tejer nudos con amuletos incluidos. Suelen ser de 40 nudos y llevar 7 amuletos anexos. Por supuesto, el número de nudos en sí y los amuletos adicionales pueden variar. Cada nudo se ata de una manera especial con un significado introducido (forma de pensamiento), visualización de lo que la persona quiere hacer, quién lo hace y para qué.

Cuando una Vedma teje una escalera cuya predestinación corresponde a un cierto tiempo, los nudos nunca se aprietan del todo para poder después desatarlos con facilidad, y si la escalera se teje para siempre, entonces los nudos deben estar muy apretados, ya que se destinan para la eternidad.

Cada Vedma tiene su forma especial de atar los nudos, en la mayoría de las veces depende de las tradiciones establecidas. Dependiendo de su función, estas escaleras se colgaban en un lugar prominente de la casa, aunque en ocasiones elegían un lugar apartado, y otras veces se escondían. Al hacer la escalera, la Vedma explicaba qué se debía hacer después con ella, si había que desatar los nudos y cuando o dejarlas para siempre. Además de hacer el bien y proteger, las escalaras se usaban para maleficios. Era mal presagio encontrar una de ellas en la entrada de la casa, pero se creía que más daño hacían enterradas o entrelazadas en el cerco de la casa.

Cuenta la tradición que si, al tejer una escalera los nudos se hacían fácilmente era un buen augurio; si el hilo o la cuerda se enredaba todo el tiempo, significaba que la persona ya tenía un maleficio hecho. Se consideraba como bueno auspicio cuando la bruja se cortaba en el dedo, accidentalmente, haciendo la escalera; esto le daba mucho más poder a la escalera.

Para esconder su trabajo de otras Vedmas, la que hacía la escalera siempre cogía nueva madeja de hilo o de la casa de otra persona, cortaba el hilo con las tijeras nuevas, y después de terminar su trabajo, arrojaba las tijeras al rio y quemaba el resto del hilo.

Muerte de las Vedmas

Todos los Vedún y Vedmas tienen una muerte terrible porque son los amos y los esclavos de las fuerzas del mal: amos, porque pueden mandar con un poder inmundo; esclavos, porque este último requiere su incesante dedicación, y en caso de que Vedma no encuentra ninguna ocupación, los seres malvados le hacían la vida imposible. Para evitar tal peligro, las Vedmas, con su astucia lograron someter de alguna manera a los Chort y a los Bes. Consiguiendo que estos seres malignos hiciesen trenzas o cuerdas de arena y agua, es decir, de acuerdo con el significado original de la leyenda: levantar torbellinos de polvo y agua. Así estaban ocupados y no prestaban atención a lo que hacía Vedma.

Fotograma película “Vii”

Al morir, las Vedmas están atormentadas por los espíritus malignos que llevan dentro de ellas, que arrancan sus entrañas y sacaban sus lenguas muy largas de sus gargantas. El alma de la Vedma no se libera hasta que no pasa su cuerpo moribundo a través del fuego, o hasta que no traspasa su conocimiento secreto a otra persona. En el momento de su muerte, la tierra tiembla, las bestias aúllan, el cielo se cubre de cuervos en vuelo. Los espíritus se agrupan en la imagen de estas aves, agolpándose en el techo y la chimenea de la casa, apoderándose del alma del Vedún o Vedma sin vida y con un terrible graznido y batiendo sus alas ruidosamente, se les lleva al otro mundo.

Se creía que las Vedmas seguían siendo peligrosas incluso después de la muerte, por lo que eran enterradas boca abajo o atravesadas con una estaca de álamo.

La protección contra las Vedmas empezaba en el umbral de los hogares. En la puerta principal colgaban un manojo de ajenjo o ramitas de enebro, plantas protectoras por excelencia. Se creía que la piel de una Vedma se quema al cruzar la puerta protegida con estas plantas.

La gente tapaba la salida de humo de sus chimeneas para que las Vedmas no pudieran entrar a casa o ponían una vela consagrada en la puerta de entrada de la iglesia. También una escoba con ramas naturales podría proteger la morada. Los dientes de una grada o tenedor, cuchillo, hacha u otros objetos cortantes, debajo del umbral, o reforzados sobre la entrada, se consideraban un poderoso protector.

En casos de sospecha de maleficio enviado por la Vedma, la gente esparcía semillas de amapola por la casa y el patio, delineaban círculos con tiza, ponían cruces en las puertas y ventanas. Especial atención en protección de los hogares, se prestaba en los días festivos, de Luna llena y noches tormentosas.

“Adivinación ” . Konstantín Yegórovich Makovski. 1873 Para evitar cualquier tipo de posibles maleficios, la gente al salir de casa pronunciaba esta oración antigua.

Bella doncella

Por el bosque paseaba.

Conjuros susurraba.

Hierbas recogía

Raíces sacaba.

La Luna robaba y

Al Sol se tragaba.

Chur!... a la atrayente,

Chur!.. a la Vedma evidente.

Gran conjuro ruso antiguo contra las Vedmas

www.sociedadantropologia.es

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