DIRECTORIO UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIHUAHUA
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FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
Archivo fotográfico del Centro Cultural Universitario Quinta Gameros
Dr. Armando Villanueva Ledezma Director
LOGO CENTENARIO DE FUENTES MARES:
Dr. Jorge Alan Flores Flores Secretario de Extensión y Difusión Cultural CONSEJO EDITORIAL Dr. Jorge Alan Flores Flores Director CUIDADO DE LA EDICIÓN: Lic. Daniel Arturo Almeida Trasviña Lic. José Alfredo Caro Espinoza Luis Fernando Rangel Flores CONSULTORÍA: M.H. Víctor Manuel Córdova Pereyra DICTAMINADORES: Dra. Angélica Sandoval Pineda Dr. Frank Malgesini Burke Dr. César Sotelo Guitiérrez Dr. Tomás Chacón Rivera Dr. César Santiesteban Baca Dr. Arturo Rico Bovio Dr. Alberto Pérez Piñón Dr. Gerardo Ascencio Baca Dr. Javier Contreras Orozco Dr. José Romo González
L.D.G. Priscila Licón Flores Dirección de Extensión y Difusión Cultural, UACh Metamorfosis. Nueva época. Año 50, número 48, julio-diciembre de 2018 es una publicación semestral editada por la Universidad Autónoma de Chihuahua. Calle Escorza #900. C.P. 31000, Chihuahua, Chih. Tel. (614) 439-1500 ext. 3844, www.ffyl.uach.mx / metamorfosis@uach.mx Editor responsable: Daniel Arturo Almeida Trasviña. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2012-03291338300-102 ISSN: 2007-6525, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Impresa en los talleres de IMAP S.A. de C.V. Octavio Paz No. 185, Complejo Industrial Chihuahua, C.P. 31136, Chihuahua, Chih. Este número se terminó de imprimir el 18 de diciembre de 2018 con un tiraje de 500 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la Universidad Autónoma de Chihuahua.
La impresión de este número se realizó con el apoyo y colaboración de la Secretaría de Cultura del Estado de Chihuahua.
EDITORIAL
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l 2018 marca el centenario del nacimiento de una de las figuras más importantes que ha dado el estado de Chihuahua: José Fuentes Ma res. Miembro de las Academias Mexicanas de la Lengua y de la Historia, escritor, periodista, historiador, filósofo, así como rector y catedrático de la Universidad Autónoma de Chihuahua, Fuentes Mares es uno de los intelectuales más prolíficos que han nacido en estas tierras; sus múltiples facetas lo llevaron al análisis de la historia nacional y regional, la drama turgia y la narrativa histórica, así como a la contextualización filosófica de personajes como Kant. El número 48 de la revista Metamorfosis se presenta como un homenaje a su memoria. Dentro de estas páginas se reúnen varios trabajos que discuten la vida y obra del historiador chihuahuense, así como su legado. Entregamos a los lectores un dossier de fragmentos de la obra de Fuentes Mares, que muestran un pequeño relieve de su versatilidad en diversas materias. Ce lebramos el recuerdo de uno de los miembros de nuestra Universidad, comprometiéndonos con el panorama cultural. A cien años del nacimiento de Fuentes Mares, esperamos servir como un puente entre éste y su segundo siglo, rescatando su obra de las páginas del tiempo y manteniéndola viva. Además, quisiera extender un agradecimiento a la Lic. Martha Cecilia Soto, por facilitarnos el acceso al archivo fotográfico del Centro Cultural Universitario Quinta Gameros referente al Maestro Fuentes Mares. Agra decemos al M.H. Víctor Manuel Córdova Pereyra, por sus gestiones en la recopilación de los textos que integran este número. De igual manera agra decemos a la Lic. Verónica Fuentes Mares Peredo, quien nos permitió la reproducción de los fragmentos que conforman el dossier y nos compartió un texto que nos permite adentrarnos un poco más a la vida de Fuentes Mares más allá de los libros y la vida pública.
Dr. Jorge Alan Flores Flores Director del Consejo Editorial de Metamorfosis
Ă?ndice
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El escritor es un delator Alfredo Espinosa
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Bartra y Fuentes Mares: o del porqué dos agujas no se pican Ramón Gerónimo Olvera
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Fuentes Mares y el periodismo en Chihuahua Eduardo Fernández Armendáriz
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Kant y la evolución de la conciencia socio-política moderna, de José Fuentes Mares Enrique Pallares Ronquillo
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El periodismo de Fuentes Mares Raúl Gómez Franco DOSSIER/Extractos de José Fuentes Mares
43
El héroe: mito y realidad
49
La Autonomía Universitaria
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La emboscada
62
El recuerdo de Vasconcelos
66
Un elogio a la estulticia
70
Calvinismo y capitalismo
86
Fuentes Mares y el amor Verónica Fuentes Mares Peredo
92
De lo sensual-erótico al amor en “La amada patidifusa” de José Fuentes Mares Felipe Armando Saavedra Montoya
100
Fuentes Mares, la llaneza de escribir Jesús Chávez Marín
106
Don José Fuentes Mares y la educación de la juventud Enrique Mendoza Vargas
112
La contribución de Fuentes Mares al periodismo chihuahuense Leo Zavala Ramírez
118
Sala José Fuentes Mares Martha Cecilia Soto Núñez
CONTENIDO
Metamorfosis no. 48
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EL ESCRITOR ES UN DELATOR
Alfredo Espinosa
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osé Fuentes Mares se hizo escritor por desafío. En cuarto grado recibió de su maestro un apodo aniquilador: don Nulidad. Mi maestro de ese año era un hombre despre ciable, maduro y solterón, de rostro angulado y ojos envenenados. Nada más lejos de un maes tro que don Gil, torvo y contrahecho, labrado a machete como figura de santo en iglesia de pueblo.1 La pedagogía de Don Gil era convincente: a bofe tadas impartía su cátedra. Una de esas lecciones tocó violentamente la mejilla de Fuentes Mares, en ese momento, al abandonar la escuela, juró dedicar su vida para “probar que él (Don Gil) fue un miserable y un falsario”. Esa fue, quizá, la experiencia por la cual se convirtió en delator profesional, o por lo menos, de ella nacieron sus actos supremos de voluntad y la apuesta feroz por sí mismo. En su autoafirmación, Fuentes Mares escribió una obra monumental y diversa. Ahora José Fuentes Mares es Alguien Importante. El delator no puede ser comunista o fascista si quiere ser escritor —escribe Fuentes Ma res—, ejercer militancias y tampoco católico o protestante. Ni siquiera nacionalista, y mucho menos patriota. Todo eso se vuelve burocracia. El escritor es delator nato, con el respeto único que debe a sus propias delaciones. Nació para correr la suerte de los delatores.2 ¿Puede el delator ser un conservador? Fuentes Ma res lo fue toda su vida: en momentos claves de su exis tencia fue impugnado por reaccionario y, sin embargo, sus ataques a los héroes nacionales y su repugnancia por la Historia Oficial superaban en ferocidad a la de los liberales de izquierda. Desmitificar, humanizar, falsificar. Fuentes Mares comprendió tempranamente que ninguna figura de autoridad debe aceptarse sin cues tionamientos —hay muchos farsantes— y tomó para 1 Fuentes Mares, José. Servidumbre. Barcelona: Océano, 1969. Impreso. 2 Fuentes Mares, José. Intravagario. D.F. : Grijalbo, 1985. Impreso.
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sí la saludable tarea de desmitificar y humanizar a los protagonistas de nuestra historia nacional. En este sentido Fuentes Mares se adelanta a muchos escritores actuales que entrelazan, de manera natural, literatura e historia en un género que pudiera llamársele “lite rastoria”. La historia para Fuentes Mares es resucitada, re creada, por sus protagonistas. Fue uno de los primeros en desconcentrarse por la cordial convivencia de los forjadores de la nación que en vida habían sido antagó nicos ideológica y políticamente, además de acérrimos enemigos. Miraba sus nombres escritos en letras de oro; sus estatuas recibiendo homenajes nacionales y oportunidades discursivas insospechadas, sus cuerpos descansando, uno al lado del otro, en la Rotonda de los Hombres Ilustres. Seguramente, al recuperarse de su desconcierto, fortaleció su capacidad para la denuncia y su convicción de que aquello que llamaban Historia Nacional era un grotesco simulacro. La irrefrenable necesidad —muchas veces enfer miza— de desmitificar y de humanizar a los prota gonistas de la historia, llevó a Fuentes Mares a entrar de lleno a diversas polémicas y a recibir despiadados ataques. Y no era para menos: su atrevimiento lo rea lizó en un período en que los héroes que denunciaba (particularmente la figura de Juárez) sostenían sobre sus hombros la noción de Patria y de identidad de los mexicanos. Fuentes Mares fue centro de polémica. Y mientras él se estiraba sus bigotes dalinianos, los hom bres del sistema lo menospreciaban, los historiadores lo refutaban; la polémica propiciaba la venta de sus libros. El lector descubrió en Fuentes Mares a un autor que entendía que los héroes antes de convertirse en estatuas eran hombres apasionados por sus ideas y extraviados en sus hechos. Al escribir bajo esa premisa, no dejaba títere con cabeza ni héroe con pedestal y esa ferocidad de su pluma rescataba a la historia del bostezo y la dotaba de una sonrisilla socarrona. Pero fueron las opiniones de los historiadores las que más pesaron sobre su obra: al desmitificar y hu manizar, falsificaba.
La falsificación, para cualquier historiador, es un acto oprobioso y al aplicárselo a Fuentes Mares le cuestionaban también que en su intento por desen mascarar a los hombres de la historia, modificaba a su antojo el verdadero rostro de los héroes sobrepo niéndoles una propia mueca de historiador subversivo y subjetivo. Ese acto de alta traición marcaría para siempre a Fuentes Mares. Al defenderse, declaraba su desilusión por aquella “presunta objetividad” tras la cual ciertos historiadores ocultaban su afán para legi timar la Historia Oficial. Para Fuentes Mares “hablar de ficción no significaba atentar contra la verdad”, era más bien “una hipótesis fundada en los datos a nuestro alcance para cubrir la solución de continuidad entre lo conocido y lo desconocido”.
Literastoria Consciente de los riesgos en la reescritura de la his toria, Fuentes Mares confiesa, justamente refiriéndose a Miramón, el hombre, sus propias flaquezas como historiador: “Héroe y villano a la vez, triunfador y fracasado, pobre diablo y gran señor”. Fuentes Mares arremete contra sus detractores: Ciertamente, cuanto se consigna en documen tos es la verdad histórica, en muchos casos, pero nunca toda la verdad. Los seres humanos no solemos documentar cada uno de nuestros pasos en el mundo. Más todavía, la mayoría de los actos definitorios de una vida no constan en testimonios documentales… Su versión de la historia —poco ortodoxa— lo llevó desde su inicio a incursionar en la narrativa y la dra maturgia. Elige para ello un lenguaje desacralizado y burlón que resulta el más eficaz contra la demagogia y la burocracia. En la ficción de Fuentes Mares cuando hay historia hay farsa: él mismo parecía contaminarse de los rasgos megalomaniacos de sus personajes: en él mismo se cumplió mucho de lo que se burló y cri ticó: Fuentes Mares, el hombre, de verbo florido y españolado, desplantes fanfarrones, bigote retorcido, desplantes de innegable encanto. Su petulancia estaba
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a la altura de su obra, de su trascendencia, de su mo numentalidad, de su atrevimiento. Fuentes Mares fue, en muchas ocasiones, su propio personaje. Sostener que el autor ha de abstenerse de figurar en sus novelas, siquiera sea con sus remotas experien cias o vivencias, me parece infundado. El problema no se reduce a lo admisible o inadmisible, corrupción del yo en la novela, sino a la capacidad o incapacidad para integrar experiencias e intuiciones personales en el marco de una obra creativa. Fuentes Mares era un autor con humor. Y es po sible que lo haya utilizado contra sí mismo. A él de bemos la recreación de los descubrimientos literarios más afortunados: el esperpentoscopio. A través de su lente, la realidad agudiza sus rasgos grotescos. En sus cuentos recopilados en los tres tomos de Las mil y una noche mexicanas, esperpentiza todo lo que toca y, oh paradoja, vuelve más real aquello que pretende caricaturizar. En su indefinición entre historia y narrativa alcan zó sus aciertos y sus limitaciones. Acierta al transfor mar los documentos farragosos de historia plagada de efemérides, los discursos de los actos solemnes, en una excelente trama cuyos ingredientes de humor, lucidez y descarada valentía derrumban los grandes mitos. Su limitación más notable al escribir novela, es que la Historia pesa demasiado sobre la historia. Un rigor innecesario constriñe el desarrollo de los personajes y sus actos. Cree ciegamente —al fin historiador— que los hechos hablan por las personas: ignora que también los hechos las contradicen, las confunden. Los hechos más definitorios de los hombres suelen ser irracionales y, por supuesto, no constan en actas. Fuentes Mares trata al lenguaje como una eficaz herra mienta de trabajo y no con la maestría y fascinación de un literato. Fuentes Mares tuvo un acierto ejemplar: vivió los tiempos en que se exigía creer en la Verdad Única y él fue el hereje de esa religión: nunca creyó que la realidad era completamente real. Ni real, ni única.
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De izquierda a derecha: Víctor Hugo Rascón Banda, Joaquín Armando Chacón, José Fuentes Mares, Ignacio Solares, Carlos Montemayor, Sebastián.
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BARTRA Y FUENTES MARES:
o del por qué dos agujas no se pican Ramón Gerónimo Olvera El texto es (debería ser) esa persona audaz que muestra su trasero al Padre Político. Roland Barthes
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uando un par de pelafustanes amenazaban con llegar a los golpes, o ante el posible pleito conyugal, las abuelas solían decir con un dejo absoluto de certeza: “No te apures, dos agujas no se pican”. Con esto ejemplificaban que dos fuerzas igual de intensas y con sentido contrario jamás chocaban, las unía un mismo impulso a pesar de ser frontales, lo que evitaba la colisión. ¿Acaso se podrá aplicar lo mismo a Bartra y Fuen tes Mares? Recorrer la historia significa andar entre el fan go de los hechos, las fuentes que los legitiman y los mitos que son el soporte fundamental de aquella. Al historiador le es imposible sustraerse de un universo mitológico si no parte del suspenso de que en la histo ria está implícito; de no hacerlo, sus estudios no solo serán mutilados, sino carecerán de agudeza y no serán sino repeticiones del modelo hegemónico que ostenta el poder. En el caso de ambos autores se torna indis pensable la reflexión acerca del mito y en ese sentido Mircea Eliade nos allana el camino: El mito que cuenta una historia sagrada; rela ta un acontecimiento que ha tenido lugar en 1
(Sic [N. del E.]).
el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los “comienzos”. Dicho de otro modo: el mito cuenta cómo, gracias a las hazañas de los Se res Sobrenaturales, una realidad ha venido a la existencia, sea esta la realidad total, el Cos mos, o solamente un fragmento: una isla, una especie vegetal, un comportamiento humano, una institución.1 El origen del Estado-nación ha de verse ancla do a un pasado milenario; lo mismo valen Rómulo y Remo que Atahualpa o que Cuauhtémoc. A pesar del laicismo, el Estado requiere fundar la Institución en una presencia indeterminada, ya que de ahí habrá de surgir su fuente de legitimación primigenia que, por la naturaleza misma del poder, no debe tener una referencia concreta. El mito sirve para explicar a muchas culturas su relación con el plano divino: en el cristianismo el mito encarnó; Dios mismo en persona se volvió presencia temporal y compartida que se derivó como centro de la actividad humana y como parteaguas de la historia occidental. Pero con el advenimiento de la razón ilustra da, esa figura debía ser suplantada de nuevo y, si Dios
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Archivo fotogrรกfico del Centro Cultural Universitario Quinta Gameros.
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FUENTES MARES Y EL PERIODISMO EN CHIHUAHUA Eduardo Fernández Armendáriz
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l 15 de septiembre de 1918 nació José Fuentes Mares en la capital del estado de Chihuahua. En el 2018 el centenario de su natalicio fue ampliamente festejado con diversos eventos culturales y académicos. Escritor, historiador, filósofo, académi co y periodista, el versátil chihuahuense falleció en su cuna natal el 8 de abril de 1986. La amplia y productiva trayectoria de Fuentes Ma res se centró principalmente en la investigación his tórica, la cual dio como producto una serie de libros críticos sobre el acontecer de nuestro país y, sobre todo, una amena semblanza de célebres protagonistas como Cortés, Juárez, Miramón y otros. José Fuentes Mares realizó sus estudios de derecho y filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). Obtuvo licenciatura en el primero y doctorado en el segundo. Regresó a su terruño para ser director de la Escuela de Derecho y luego rector de la Universidad de Chihuahua. Cargo al que tuvo que renunciar antes de finalizar su periodo debido a intrigas políticas y cuestionamientos sobre su postura crítica contraria a la ideología oficial. Reconocido por su productiva creación litera ria (es autor de más de treinta libros), fue miembro
del Instituto de Cultura Hispánica de Madrid, de la Academia de la Lengua Mexicana y de la Academia Mexicana de la Historia. De hecho se encontraba en plena actividad creativa cuando falleció, tal vez pre maturamente (pues aún tenía temas para investigar y publicar), a los 67 años de edad. Su trayectoria como escritor e historiador es ampliamente conocida en contraposición con su la bor de periodista en la ciudad de Chihuahua. Funda dor y director del diario Novedades de Chihuahua, me invitó a participar en el mismo durante su inicio. Lo acompañé en la ardua y titánica tarea de publicar un periódico independiente e innovador dentro del ám bito chihuahuense.
El nacimiento y debut de Novedades de Chihuahua
El panorama periodístico de Chihuahua en el sexenio de López Portillo era el mismo que había prevalecido en décadas anteriores. Predominaba un periodismo oficialista, donde el titular de ocho co lumnas en la primera página de la sección nacional, era algún manifiesto del presidente de la república. En cuanto a la sección local, era la referencia a lo hecho o dicho por el gobernador en turno.
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Novedades de Chihuahua surgió como una iniciativa del Grupo Chihuahua, encabezado por el empresario Eloy Vallina, para contrarrestar la propaganda guber namental; además fue vocero no sólo de la iniciativa privada, sino también de los ciudadanos. Líder de un consorcio regional que incluía empresas forestales y bancos, Vallina era el heredero del español homónimo que fundara el Banco Comercial Mexicano, el cual llegó a ser el cuarto en importancia nacional. Los periódicos de la Organización Editorial Mexi cana (oem) predominaban en todo el territorio nacio nal, y desde luego, también en Chihuahua. Este cor porativo había sido creado después de que el gobierno de Luis Echeverría embargara la cadena periodística García Valseca y la vendiera al empresario mueblero Mario Vázquez Raña. Su línea editorial era afín al mandatario en turno y, por consiguiente, la crítica a las acciones gubernamentales era escasa, si no es que nula. Pese al apoyo de Novedades de la Ciudad de México y de la fortaleza económica del Grupo Chihuahua, el reto de crear un nuevo diario en este entorno no era fácil. Además, existía el precedente del intento fallido del Grupo Monterrey por adquirir la cadena García
Valseca durante el sexenio de Luis Echeverría. José Fuentes Mares reclutó personalmente a la redacción del nuevo diario y la presumía por contar con un nivel escolar de al menos segundo año univer sitario. Tal hecho era distintivo, pues la mayoría de los diarios en esa época empleaban como reporteros a jóvenes con estudios de secundaria o bachillerato. La novatez de buena parte de los integrantes de la redacción no era un impedimento, sino una ventaja para quien también se iniciaba en el periodismo. Sin embargo, la formación académica de Fuentes Mares y su reconocimiento internacional como escritor le otorgaron un prestigio intelectual mayor al que os tentaban la mayoría de los directores de los diarios chihuahuenses. Novedades de Chihuahua inició en un edifico nue vo ubicado en la avenida del Canal Chuvíscar, ahora llamada Teófilo Borunda. El equipo era moderno, sobre todo su sistema de cómputo, el primero de su tipo en ser utilizado en una redacción periodística en Chihuahua. El entusiasmo por fundar un periódico indepen diente cundía entre la mayoría de los integrantes del equipo de redacción; pues los periodistas veteranos
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JosĂŠ Fuentes Mares y Jacobo Zabludovsky cocinando paella.
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acostumbrados a las máquinas de escribir tradiciona les, se resistían a la novedad de utilizar computadoras. Lamentaban no poder fumar o tomar café cuando tecleaban, debido a la posibilidad de afectar la con servación de la baja temperatura en las terminales del sistema de cómputo. El más optimista era desde luego don Pepe, como lo llamábamos afectuosamente, ya que parecía “niño con juguete nuevo”. En las pruebas preliminares de edición echaba a volar su imaginación para idear las formas más estéticas para los titulares provocativos, aunque algunas de ellas no eran utilizadas por el co mún de los diarios, como las cursivas. Aunque planeado para iniciar operaciones des pués de tres meses de pruebas, Novedades de Chihuahua comenzó con premura sus actividades. Se publicó a diario en la mitad de lo previsto debido a la agenda presidencial de José López Portillo, quien acudió a las instalaciones para la inauguración. Novedades de Chihuahua surgió así al final de la dé cada de los años setenta; en medio de las expectativas, a favor y en contra, de los lectores chihuahuenses. Era la primera vez que los diarios de la oem enfrentaban a un adversario que no sólo era competitivo, sino que amenazaba con desplazarlos de su posición hegemó nica estatal; pues entre los planes de los propietarios de Novedades de México estaba fundar un diario en Ciudad Juárez.
Las preferencias editoriales del director Novedades de Chihuahua empezó a circular diaria mente en la capital chihuahuense pese a los problemas de su anticipada inauguración. Poco a poco se fueron corrigiendo las fallas iniciales y la redacción funcionó como cualquier otra de un periódico local. Don José estaba atento a diario de que los titulares fueran apropiados, y las notas relevantes adecuadas. Revisaba meticulosamente la página principal en for mato para impresión. No obstante, era la plana edito rial a la que le dedicaba más atención, pues para él era la expresión más significativa de la política editorial del nuevo diario.
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Monumento a José Fuentes Mares en Paseo Bolívar. Chihuahua, Chih. centenario de josé fuentes mares
DOSSIER
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EXTRACTOS DE JOSÉ
FUENTES MARES
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EL RECUERDO DE VASCONCELOS
Con JosĂŠ Vasconcelos y varias personalidades de la comunidad universitaria chihuahuense.
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José Fuentes Mares
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ra un chico de diez y seis años cuando oí ha blar por primera vez de Vasconcelos, y to davía asocio su nombre a mis primeros re cuerdos la política mexicana, cuando él y don Pascual contendieron como candidatos a la presidencia de la República. Recuerdo igualmente que mi padre lla maba a Vasconcelos “vascondudas”, aludiendo a los riesgos que corría en sus giras por la República, tan obvios en aquellos años que muchos de los suyos no llegaron a contarlos. Eran tiempos en que el atentado acechaba sin que Calles o Amaro dieran la orden: el crimen estaba en el ambiente, y la vida del disidente quedaba al arbitrio de cualquier carnicero, diestro o aprendiz, confiado de sus compadres para la impuni dad y los ascensos. Volví a saber de Vasconcelos ocho años más tarde, cuando corría por la Nacional Preparatoria en alas del Ulises Criollo y de La tormenta, que con la Historia de México armaban entonces fenomenal escándalo. Hablo de las postrimerías del régimen cardenista, cuando don José puso fin a su destierro de diez años en Texas, que aprovechó para escribir sus libros de memorias, y regresó a México algo por nostalgia y en parte para darse el gusto de atestiguar cómo los esbirros de Calles renegaban de su maestro. Por cierto que don Carlos Castañeda, muy ilustre personaje de la Universidad de Texas, me contaba que cuando veía a Vasconcelos acudir a consulta del archivo Genaro García, en Austin, pensaba en la amargura que ex perimentaría don José por tener que consultar, en el extranjero, el tesoro bibliográfico y documental cuya adquisición desdeñó cuando en su mano estuvo ad quirirlo, para su país, siendo Ministro de Educación. Parece que la viuda de don Genaro acudió cierto día al
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Archivo fotográfico del Centro Cultural Universitario Quinta Gameros.
UN ELOGIO A LA ESTULTICIA José Fuentes Mares
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ivir en “la Tierra” es un problema muy serio, tan serio así, que de habérsenos planteado momentos antes de hacer nuestro ingreso en este mundo, ¡cuántos nos hubiéramos decidido por esperar épocas mejores! Pero no, el tal problema no nos fue planteado, y henos aquí con el rostro contraído y ya del todo decididos a llegar a la vida en pleno armisticio de la Gran Guerra (esto sucedía en 1918). Y pasó la niñez… La primera juventud también, y llegó por fin la adolescencia (esta adolescencia de mis pecados) y con ella la edad suficiente para observar y compren der el complejo de fenómenos que a mi alrededor se desarrollan y, de todos los factores que caracterizan la vida moderna, tres me parecen esencialísimos: La Rapidez…, El Maquinismo…, Las Huelgas… Sin estos tres caracteres el siglo en orden numéri co seguiría siendo el xx, pero dejaría de ser “El Siglo del Progreso”… Y observando más detenidamente en esta causa de rapidez, de maquinismo y de huelgas, observamos una Sociedad; un enorme conjunto de brazos que se agitan y un cúmulo de pasiones que se arrastran… Miradlos… Todos los hombres desempe ñan teatralmente su papel… Aquellos que veis correr velozmente en busca de la nota roja más importante, del crimen más espe luznante, del carnazo político más bochornoso, son periodistas… Viven de la curiosidad de los hombres… Se observan otros, muy pocos por cierto, que paseando su tristeza y su pobreza van pregonando
a gritos quiénes son, y la gente los señala… Son los hombres de estudio, los hombres que no son de hoy, pero que posiblemente lo sean de mañana y de todos los siglos, esos… Esos viven de su idealismo, de su pro pia personalidad… Aun más allá observamos otro grupo que rápida mente se dirige a las diversas dependencias de los po deres Legislativo, Ejecutivo y Judicial… De este grupo que suele ser punto muerto en todo cuanto a bienes del espíritu se refiere, sólo consignaremos que vive de lo que la sociedad paga en ventanillas cada bimestre… ¿Y aquel otro grupo…? ¡Ah, vaya!, pero si es el que buscaba… Es el grupo más numeroso y verdadero tronco de la Sociedad, es el grupo de los hombres privilegiados, de los elogios… Es el grupo de los Es tultos y éstos…, Pues éstos viven de su estulticia, de su propia necedad… Y se me preguntará, ¿pero por qué este grupo de hombres es privilegiado? Sencillamente porque, ¿cuál es el sumo bien a que puede aspirar el hombre actual si no el nacer estul to…? ¿O estultísimo si se quiere…? ¿No es la Estulticia la mejor consejera; no la mejor compañera de los hom bres? ¿Y quién, sino la Estulticia, concede sus bienes con largueza derrochando sus encantos de mujer en tan crecido número de humanos…? Y se me contestará: Pero es que un elogio a mur muradores… ¿Y qué –replico yo–, en los días que corremos no es el mejor recreo de la vida la mur muración, ya sea directa o indirecta? ¿No es la sana
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FUENTES MARES Y EL AMOR Verónica Fuentes Mares Peredo
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i presentación se basa en las cartas que mi papá escribió a mi mamá en sus años de juventud, entre 1942 y 1945. Él, maestro de la Universidad de México, ella, su alumna en Filosofía y Letras. La comu nicación escrita se dio durante los via jes a Chihuahua cuando visitaba a sus padres, mis abuelos que casualmente se llamaban María y José. Mi mamá Emma Peredo Martínez atesoró estas cartas durante 70 años como algo muy querido. Llegado el momento me las heredó, yo las recibí con el mismo respeto que ella les tenía, y asumí el compromiso de hacer algo bueno con su contenido. Están dentro de una caja de madera en la que ve nían los puros que le gustaba fumar a mi papá, cuidadosamente lijada y bar nizada con un ramo de flores que ella pirograbó. Hace algunos años transcri bí las cartas en la computadora, con la asesoría de mi mamá, que me explicaba si había dudas y me ayudaba a entender la letra de jeroglífico de mi papá. En esa caja también hay otros do cumentos que me ubican en esa época: hay boletos para la Orquesta Sinfónica Emma Peredo Martínez (esposa de José Fuentes Mares) con su vestido de novia.
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de México en el Palacio de Bellas Artes, sellados con un 50% de descuento para maestros universitarios. Sé que a los dos siempre les gustó la música clásica. También está una fotografía en la celebración de una gran comida con 35 invitados en el Círculo Vasco de laCiudad de México. Es “la recepción profesional de José”, escribió Emma en la parte de atrás; junto a él está ella y mi abuelo paterno, mi abuela materna está entre la concurrencia. Hay un poema escrito por él y publicado en 1936 cuando tenía 18 años. Hay una car ta del 39 en la que pide dinero prestado a su tío Polo Mares para comprar un rifle alemán, marca Walther, calibre 22 y un recorte de periódico en el que aparece una foto de Emma con el encabezado “Próxima Boda”. Cuando José y Emma se conocieron, él ya había publicado un libro. Su vocación de escritor estuvo definida desde la juventud. Emma era una chica de familia culta y conservadora, con un padre dominante que le negó el derecho a estudiar medicina por no ser una profesión para mujeres, dejándole como opción Filosofía y Letras, donde José fue su maestro. ¿Que cómo la enamoró? Entre otras cosas a través de la escritura. Dividiré la colección de cartas en tres etapas: El cortejo (42-43) El enamoramiento (44) y El compro miso (45).
El Cortejo La mayoría de estas cartas fueron escritas desde Chihuahua, cuando José venía de vacaciones a la casa materna y Emma vivía en Puente de Alvarado #45 en el Distrito Federal. Cuando empezó a cortejar la le hablaba de “usted”, respetuoso, expresando su admiración y siempre su deseo de verla; “Admirable Emma” empieza la primera carta, meses más tarde la llamaría “la chica más buena y linda que pisa la Ciu dad de México”. Aquí una despedida que me parece especial: “Sin más, en espera de su presencia literaria” que me dice cuánto la admiraba. Creo que la admi ración juega un papel importante en esta relación. En alguna ocasión le pregunté a mi madre si se había
casado enamorada y su respuesta fue que sentía una gran admiración por él. En las cartas le cuenta aventuras de cacerías; si ma taba venados o patos, describía las inclemencias del tiempo, experimentaba el crudo invierno en cuevas. Escribe con lujo de detalle peripecias de las que siem pre salía triunfante. Le gustaba la cacería porque le permitía salir al campo, a la naturaleza. La ciudad de México fue para José la tierra de las oportunidades. Llegó en un momento histórico de gran efervescencia cultural. Fueron los tiempos de don José Vasconcelos y de don Antonio Caso, excelentes maestros que lo guiaron en años determinantes para su formación. Supo combinar la vida de estudiante universitario con la de maestro en escuelas prepara torias. Fue entonces en la preparatoria Arzate donde conoció a Emma por primera vez, para coincidir nue vamente en la Facultad de Filosofía el siguiente año. Durante esa temporada trabaja en su tesis: Ley, Sociedad y Política. Ensayo para una valoración de la doctrina de San Agustín en perspectiva Jurídico-Política de actualidad, que se convertirá en su primer libro. La Ciudad de México lo enamora pero a la vez opinaba que “el mimetismo es la enfermedad de la capital”. Por eso valoraba tanto volver a Chihuahua, donde estaban sus raíces; cosa que no le impidió cri ticar sin piedad a la sociedad chihuahuense de esos años: “Aquí, en cambio, mediocridad. Creo incluso que, entre pseudo-ricos, pseudo-cultos, pseudo- aris tócratas, pseudo-majaderos y pseudo-imbéciles, hasta los extremos se ven teñidos de gris mediocre”. En el 43 empezó a tutearla, la llamaba “mi Chiqui”. Regresó a Chihuahua en dos ocasiones: en la salida del verano y la entrada del invierno. Hizo una clara descripción del clima extremoso. Con mucho calor, “un calor que hace palidecer de envidia al mismísimo infierno”, y de grandes nevadas. Le escribió de los lar gos e interminables viajes en tren y del tiempo que necesitaba para recuperarse; una vez que lo lograba empezaba a cuestionar su “vida de burgués insignifi cante”. Ya existía cierta complicidad entre ellos, ha
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DE LO SENSUAL-ERÓTICO AL AMOR EN "LA AMADA PATIDIFUSA" DE JOSÉ FUENTES MARES Felipe Armando Saavedra Montoya A mis hijos Mar y Felipe Las obras componen una verdad en la dimensión post-acontecimental que instituye la constricción de una configuración artística. Una verdad es finalmente una configuración artística, iniciada por un acontecimiento (un acontecimiento es en general un grupo de obras, un múltiple singular de obras) y desplegada por azar bajo la forma de obras que son sus puntos sujetos. Alain Badiou
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e la miscelánea producción de José Fuen tes Mares se encuentra una pequeña obra de teatro infantil, aparentemente desaper cibida, se trata de "La amada Patidifusa"; obra que se incluye al final del libro intitulado Teatro. José Fuentes Mares. El libro contiene cuatro obras: "La Empera triz: desvarío de amor en tres actos", estrenada en el Paraninfo Universitario de Chihuahua el 20 de octu bre de 1967, actuación de Concha de Mendoza y la dirección de Fernando Saavedra; "La joven Antígona se va a la guerra: desvarío dramático en dos actos"; "Su Alteza Serenísima: farsa antipatriótica en tres actos", se estrenó en el paraninfo de la Universidad de Chihuahua el 21 de febrero de 1969, con el Grupo
Teatral Tierra Nueva, también bajo la dirección de Fernando Saavedra; y "La amada Patidifusa: desvarío fantástico para niños que no han amado todavía", que también se estrenó en el Paraninfo universitario de la ahora uach, con el mismo grupo, bajo la dirección de Fernando Saavedra a principios de los setentas. Ésta última escrita como teatro infantil y dedicada a su hija Verónica. Esta pequeña obra de teatro es quizá la más re presentada. Después de su estreno, en la década de los setentas, se mantuvo en cartelera para las escuelas primarias de la ciudad de Chihuahua por más de dos años, en función de matiné los sábados y domingos. Además ha sido repertorio recurrente de la directo ra Leonarda Montoya, quién durante más de treinta años consecutivos preparó su montaje en el Programa Estatal de Teatro coordinado por Luis H. Saavedra y Leonarda Montoya hasta el año 2008. Cabe mencio nar, que este teatro siempre fue actuado por niños y para niños. La amada Patidifusa es una obra dramática que guarda todos los elementos del cuento de hadas y que para fortuna del espectador no se construye a partir de un melodrama, a la usanza algunas de las versiones de Walt Disney, por el contrario, conserva los elemen tos del cuento popular. Sin adentrarnos mucho en los
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Con Fernando Saavedra.
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FUENTES MARES, LA LLANEZA DE ESCRIBIR
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a mayoría de los jóvenes, cuando están cons truyendo su identidad social y espiritual, eli gen para su vida héroes que serán modelos de sus ilusiones y muchas veces también de su conducta. Los que yo elegí siempre fueron escritores que iba conociendo en la lectura. Entre los primeros estuvie ron José Luis Martín Vigil cuando leí Una chabola en Bilbao; Víctor Hugo en Los miserables; Carlos Chavira Becerra cuando, en la secundaria, viví casi dentro de su conmovedora novela La otra cara de México; Herman Hesse en la lectura, aunque en traducciones, de El lobo estepario y José Fuentes Mares en el libro que en mis tiempos de estudiante fue todo un best seller: Y México se refugió en el desierto. Aunque de eso hayan pasado cincuenta años, sigo conservando la misma admiración por esos cin co escritores, a los cuales solo he agregado otros sin desplazar a ninguno. He buscado y leído sus demás libros, la mayoría de ellos; además de sus biografías y fotos, como todo fan lo hace. Todavía recuerdo la sor presa tan grata cuando supe que dos de ellos eran de Chihuahua, lo cual agregaba a mi ventura enterarme que sepuede ser escritor siendo de Chihuahua, aun
que después me di cuenta de que eso no es del todo cierto, pero esa es otra historia. El escritor José Fuentes Mares nació en la ciudad de Chihuahua el 15 de septiembre de 1918. Fue Licen ciado en Derecho y Doctor en Filosofía por la unam. Fue rector de la Universidad de Chihuahua, hoy Uni versidad Autónoma de Chihuahua. Escribió 30 libros de historia y de literatura, y la mayoría de ellos fueron grandes éxitos de librería; es uno de los cinco auto res mexicanos más leídos de su generación. También se dedicó a la diplomacia, a la promoción cultural y al periodismo, además de ser articulista ingenioso y vasto en publicaciones mexicanas como Excélsior, Siempre!, Proceso y el noticiero de televisión 24 horas. Fundó y dirigió el periódico Novedades de Chihuahua. En su libro Intravagario comenta cuál fue la esencia de su estilo literario: el enfoque humano del personaje histórico. Esa fue la base de su sistema, que incluyó seis líneas de escritura: la filosofía, la historia, la no vela, el teatro, el cuento y el periodismo: en sus libros están los cinco primeros géneros. En cambio, su vasta producción como articulista sigue inédita, contenida en las hemerotecas.
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Jesús Chávez Marín
En su obra “el humor y la trágica ironía envuelven la dimensión doméstica del ser humano”, como lo se ñala el anónimo redactor de la solapa de Las mil y una noches mexicanas. En esa obra aparecen estas frases de Fuentes Mares que lo retratan de cuerpo entero. El número de página se señala al inicio de cada texto. 21. [...] arte de comer no se agota en el acto de co mer, ni el arte de amar en el acto de follar, tampoco la siesta se redujo al acto de dormir. 21. El cuento de que el trabajo ennoblece. 22. Coloca en un polo a quienes verdaderamente trabajan, y en el otro a quienes dan el gatazo. 23. El siesteo de un general frente al enemigo puede conducir a que un país encoja su territorio en algo así como medio millón de kilómetros cuadrados. 23. El 16 de abril de 1836, oh gran Señor a quien esto cuento, aquel selecto grupo de mexicanos durmió los minutos más costosos de nuestra historia. 23. Santa Anna no sentía la menor piedad por los vencidos salvo, por supuesto, cuando el vencido era él. 23. Antonio de Padua consiguió de momento esca bullirse, y en la primera ranchería cambió su vistoso uniforme por ropas campesinas.
24. —Señor general presidente, lamento encon trarle entre nuestros prisioneros de guerra —dijo so carronamente Zavala. 27. ¡Qué forma tienen ustedes de cambiar las con vicciones geográficas de los hombres decentes! 28. La siesta (de Santa Anna) que nos costó medio millón de kilómetros cuadrados. 32. No le pasaba por la cabeza que la bandera de la no reelección se hubiese gastado desde que la enarbo ló don Porfirio en sus revoluciones de 1872 y 1876, y Madero la desempolvara en 1910 para que los señores diputados la vendieran al ropavejero en 1927. 33. ¡En cuanto llegue veré al general Amaro, a Plu tarco, a Álvaro, al que sea! ¡Y usted me las pagará, se lo juro! 33. —¿Órdenes para maltratarnos como si fuése mos criminales? —Pues si lo son yo no lo sé, señor general. 34. Pancho sintió que la niebla llenaba de agua helada sus pulmones. 34. Converger en tales bebederos suele acarrear consecuencias entre hombres bragados, dados a ex clusividades.
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Diciembre de 1958. Martín Luis Guzmán visita Chihuahua.
37. Se las arreglaría para salpimentar el encuentro con algún buen chiste. 37. El bigotón mandó darles el tiro de gracia, “pa que se acaben de morir” 38. “Que feo te dejaron, Pancho”, dijo según dicen, algo tan obvio que no acreditaba su agudeza, pues con tantos agujeros en el cuerpo no era posible que Pan cho hubiese quedado como Rolls Royce recién salido de la fábrica. 44. Agustín cambió el itinerario del desfile no por temores a un susto sino por vivir sobre la calle de San Francisco doña María Ignacia Rodríguez de Velasco, la hermosa Güera Rodríguez. 44. Muestra varonil de rendimiento, Señor, no pro caz alusión a los cascos ligeros de la reputadísima dama. 45. Ajustaba la dama treinta años al contraer nue vas nupcias con don Mariano Briones, tipo de breve nombre y larga ejecutoria en penas de la vida, pues la llevó al altar con setenta años sobre sus espaldas. En realidad, el señor Briones firmaba su sentencia de muerte a la vez que el acta de su matrimonio. 46. Después, la envejecida Güera laceró sus carnes
con penitencias y su cerebro con lecturas piadosas. 48. Tres décadas atrás doña María Ignacia frecuen tó la iglesia de La Profesa, no tanto por religioso celo sino por sus ideas favorables a la Independencia. 48. En los primeros días de marzo se entrevistó Iturbide con don Vicente Guerrero, quien ningún papel desempeñó en la consumación de la Indepen dencia no obstante haberle atribuido al presidente don Luis Echeverría, mediante decreto, la paternidad de la criatura. 49. Ya sabéis el modo de ser libres, a vosotros os toca señalar el de ser felices…” ¡Caramba con don Agustín!, orador político nato si bien cursilino, a ve ces, para dar gusto a las mayorías. 50. En su contra se multiplicaron maniobras cor tesanas nacidas de la envidia, lepra de los hijos de España en ambos continentes. 50. Pronto, si me lo permites, me propongo con tarte cómo se colocó don Agustín la corona en su cabeza, y como perdió la corona y la cabeza. 54. A mis compatriotas les ocurría lo que al es pañol, quien tras de subir penosamente las escaleras
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hasta la quinta planta del edificio donde una señorita enseñaba el búlgaro, armó la bronca al enterarse de que era un idioma lo que enseñaba la señorita. Entre las reclamaciones francesas había de todo, desde razonables hasta ridículas, como los ochenta mil pesos que exigía el pastelero por la pérdida de sus obras de arte a manos de un grupo de golosos amotinados. Ofensivo resultaba el tono de la deman da, adecuada tal vez para conminar al reyezuelo de alguna tribu polinesia, no al país cuna de Sor Juana Inés de la Cruz y de tantos próceres más. Pero así son los franceses: no respetan glorias idas ni glorias por venir como no sean las suyas, punto que les diferencia de sus vecinos, los españoles, quienes no respetan las suyas ni las de nadie. Una hora es un lapso maravilloso en compañía de una mujer bella, inteligente y amable. Una hora suele ser también la sucesión de sesenta minutos un cua lesquiera otras circunstancias (Orestes Garmendia, personaje de JFM en su cuento "El tren").
Estos son los libros de José Fuentes Mares: Ley, sociedad y política; ensayo para una valoración de la doctrina de San Agustín en perspectiva jurídico-política de actualidad. Imprenta Universitaria, México, 1943. 206p. Kant y la evolución de la conciencia socio-política moderna. Editorial Sylo (Centro de Estudios Filosóficos de la unam) México, 1946. 287p. Poinsett, historia de una gran intriga. (Primera edición). Editorial Jus, México, 1951. 328p. Y México se refugió en el desierto. Luis Terrazas: historia y destino. (Primera edición). Editorial Jus, México, 1953. 298p. Santa Anna, aurora y ocaso de un comediante. (Primera edición). Editorial Jus, México, 1956. 391p. Cadenas de soledad. México, 1958. Juárez y los Estados Unidos. (Primera edición). Libro Mex Editores, México, 1960. 254p. Servidumbre. (Primera edición). Libro Mex Editores, México, 1960. 245p. Juárez y la intervención. (Primera edición). Editorial Jus, México, 1962. 246p.
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