Impreso por gpaniagua el 7/21/2006 a las 7:07:40 PM horas
REPORTAJE
LOS “HIJOS” DE LOS
SOLDADOS
LOS MILITARES ROMPEN EL SILENCIO. 25 AÑOS DESPUÉS DE LA MAYOR CANTIDAD DE DESAPARICIONES FORZOSAS DE NIÑOS DURANTE OPERATIVOS MILITARES, UN GRUPO DE OFICIALES DE ALTO RANGO, YA RETIRADOS, CONFIESAN QUÉ HICIERON CON LOS MENORES SOBREVIVIENTES A LOS COMBATES. FALSIFICARON DOCUMENTOS, LOS CONVIRTIERON EN SUS HIJOS, LOS TOMARON COMO “MASCOTAS” O EMPLEADOS, LOS REGALARON O LOS VENDIERON. ESTAS SON SUS HISTORIAS.
RECUERDO. En 2005, la asociación Pro Búsqueda hizo en Guarjila, Chalatenango, una representación de cómo la Fuerza Armada tomaba a los niños sobrevivientes durante los operativos militares en las zonas rurales. FOTOS DE LA PRENSA/MAURO ARIAS, ARCHIVO
POR METZI ROSALES MARTEL
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porladesaparición delashermanasAna JuliayCaruchos años después, en la amplia melina Mejía Ramírez, de 15 y 17 años, durante la y cómoda sala de su casa, en San masacredeElMozote,ocurrida el11dediciembrede Salvador, el coronel Posada 1981 en Arambala, Morazán. (nombre ficticio), revive el 14 de Otra la ventila la Corte Interamericana de Derefebrero de 1981. El sentimiento chos Humanos por la desaparición de otras hermade culpa lo acompaña desde ennas, Ernestina y Erlinda Serrano, durante la Guinda tonces y el llanto de una recién nacida aún hace eco de Mayo de 1982. Así se conoce un operativo militar en sus oídos. “Sentí que tenía que hacer mea culpa. en el municipio de Nueva Trinidad, Chalatenango. Pensé: ‘¡Si yo he provocado todo esto!...’ Hablé con En ambos casos, las menores fueron vistas por últimi esposa y me puso de condición asentar a la niña ma vez en manos de soldados. como hija de nuestro matrimonio.” Aunque las denuncias de las prácticas de la FuerEsta confesión es una de las que un grupo de miliza Armada en la desaparición de niños durante la tares salvadoreños que participaron en la guerra guerra ya eran conocidas, nunca los confiaron por separado a Enfoques, en un ejercicio inédito, 25 años después de LOS DESAPARECIDOS militares habían hablado de ellas. Hace22 días,la ComisiónInterinstique ocurrieron muchas de las más de tucional de Búsqueda de Niños y Niñas 800 desapariciones de niños denunDesaparecidos, creada por el gobierno ciadas hasta hoy. de Antonio Saca el 5de octubre de 2004, A la historia de Posada se unen las Pro Búsqueda y la reencontró a los hermanos Vilma y Ever voces de otros ocho oficiales, que recoComisión Andrade con sus padres biológicos. La nocen que la Fuerza Armada se apropió Interinstitucional de madre y abuela de ambos murieron duo regaló a algunos niños arrebatados a Búsqueda de Niños y ranteunoperativo militarejecutadopor sus progenitores durante operativos Niñas Desaparecidos la Quinta Brigada de Infantería en el contra la guerrilla. Además, cuentan reportan, entre cantón El Marquezado, en San Vicente, queparaalgunos militaresestapráctica ambos, 836 casos de en 1982. Los pequeños fueron llevados se convirtió en un negocio. niños desaparecidos al cuartel. La comisión estableció que el Las declaraciones ocurren cuando El durante la guerra. oficial JuanPablo Gálvezentregó ala niSalvador enfrenta dos demandas en el ña a la propietaria de un comedor cercaSistema Interamericano de Derechos no a laguarnición; y el niño,a un músico Humanos por omisión de justicia en dos de la brigada. La coordinadora de la comisión, Azucasos de desaparición de niños durante la guerra. cena Mejía, agrega que esto se hizo con la venia del La más reciente la impulsan el Centro por la Jusentonces comandante del cuartel, coronel Óscar ticia y el Derecho Internacional (CEJIL) y la asociaCampos Anaya. ción Pro Búsqueda de Niños y Niñas Desaparecidos El militar dice tener solo un recuerdo borroso de ante la Comisión Interamericana de Derechos Hucinco o cuatro casos similares al de los hermanos manos. Piden que se declare al Estado responsable
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Andrade. “El oficial acudía a su buen corazón y se llevaba a los niños (de la zona de guerra); a veces no me reportabanla entregade losniños (aotras personas). Yo le recomendaba a los oficiales que los asentaranen lasalcaldíascomo sushijos,para evitarproblemas a futuro”, recuerda. Sostiene que se los llevaban por buena fe, “por actos humanitarios”.
“CHABELIAMOS LA PARTIDA” En la memoria del coronel Posada fluyen los recuerdos como una ráfaga. Para ese 14 de febrero, él era capitán y acababa de dar la orden de utilizar parte del nuevo armamento adquirido por la Fuerza Armada: un lanzagranadas. Lo dispararon al interior de un tatú (agujero en el que la guerrilla se escondía o guardaba armamento) que habían encontrado en el cantón El Higueral, al norte de Chalatenango. Tras las dos detonaciones no hubo el silencio esperado. Aunque el manto de la muerte apagó la vida de 36 personas esa madrugada, sobrevivió una niña de unos cuatro días de nacida. Posada relata que la encontraron en un pequeño agujero en la pared del tatú. “No pensé que alguien pudiera sobrevivir a las detonaciones”, comenta, aún sorprendido. Eran las 3 de la madrugada y el llanto incontrolable de la pequeña hizo que el capitán esperara el alba para, finalmente, abortar la misión de destruir un campo de entrenamiento del Batallón Rafael Arce Zablah (BRAZ) de la guerrilla y volver a la Cuarta Brigada de Infantería, en El Paraíso. Ahí, Posada fue directo a la cocina. La experiencia de sus tres hijas le decía que el hambre podía ser la causa del llanto. Buscó a una nana (cocinera) que acababa de dar a luz y le pidió que amamantara a la pequeña. La nodriza no logró nada. Se dirigió a la enfermería y el médico descubrió sangre en uno de los
oídos de la niña. “Pensé que por el impacto de las granadas la niña había quedado sorda o lastimada”, recuerda Posada. Pero no: la sangre era producto de una infestación de gusanos en el oído. Posada tomó el teléfono y llamó a su esposa. “Hasta que estaba en el cuartel, pensé en quedarme con la niña. Si en el camino me hubieran dicho que la regalara, capaz la regalo, porque estaba con la adrenalinaalta.” Laesposa viajóaChalatenangoparaconocer a la niña y volvióa San Salvador. En el Hospital de Maternidad, que ella administraba, obtuvo las huellas plantares de la pequeña. Un mes después, con ese documento, la pareja fue a la Alcaldía de San Salvador y registró a su cuarta hija. “Chabeliamos la partida, en ese entonces el gobernador daba una constancia porque las alcaldías estaban quemadas. La sacamos con el acta de nacimiento que mi esposa sacó de Maternidad; no la podían refutar porque mi esposa administraba el hospital”, explica el oficial. Tenía 33 años y no reportó esto a sus superiores, los coroneles Reyes Mena y Castillo Martell, comandante y subcomandante. “No le informé al comandante porque no lo tomé como una falta, yo sentía que la niña me pertenecía, no era como si hubiera hallado 20 fusiles y me los hubiera quedado, eso sí lo tendría que reportar.” En 1981, según las denuncias recibidas por la asociación Pro Búsqueda hasta diciembre de 2002, desaparecieron 132 niños, la mayoría del área rural de Chalatenango, San Vicente y Morazán. “La Fuerza Armada sobresale como el primer causante de las desapariciones de los niños y niñas durantelos operativosde tierraarrasada”, resumeel documento de Pro Búsqueda titulado “La paz en construcción”, publicado en 2003. De 686 denuncias recibidas, los expedientes de la
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