DRUMMOND DE ANDRADE Y LA POESÍA DEL AHORA
Angélica Hoyos Guzmán1 Nació una estrella mientras el telescopio Hubble estuvo en el punto exacto para retratar el acontecimiento. Lo que no podemos imaginarnos no existe, eso diríamos. Lo cierto es que no conocemos hasta ahora cómo nacen las estrellas, pero esa fotografía, en el momento preciso, sirve para imaginarse que las estrellas pueden nacer. La imaginación es la suma de la inteligencia humana, la inteligencia es infinita en tanto que millones de imágenes que no existen se fabrican en la mente de alguien. Para que existan, las imágenes arrastran su pasado, cuando son expuestas ya han dejado de ser. Nadie se imaginó hace un siglo que el nacimiento de una estrella sería retratado. Esa imaginación de aquella época, era otra, que ya hoy, cuando se contempla a la tierra desde el espacio, ha dejado de ser. En este momento lo moderno es tradición, las imágenes de Vanguardia también lo son. Sobre esa alegoría2 que corresponde a la creación poética del presente, se cimienta un imaginario de la noción de progreso, de la vida y del futuro que avanza. Los lugares de la poesía se poblaron con algo que fuimos en Latinoamérica y que renueva nuestra tradición poética en el siglo XXI, la Vanguardia le da palabra a los tiempos modernos de la poiesis latinoamericana frente al mundo. Por ello, es más que necesario, pertinente, revisitar el siglo XX poético y profundizar en sus características, aportes e influencias, con el fin de reconocer en ese pasado parte de lo que se viene a hacer en la poesía contemporánea en el siglo donde las nuevas conquistas son las estrellas. 1
Docente universitaria, investigadora, escritora. Magíster en Lingüística Española, cursa sus estudios de Maestría en Literaturas Colombiana y Latinoamericana. 2 Se entiende la tríada alegoría-símbolo-ironía desde las ideas de Julián Jiménez (2007) en su texto La imagen poética editado y publicado por la Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle, Cali, Colombia.
En este breve texto nos centraremos en profundizar en la Vanguardia Poética en América Latina, específicamente la obra poética de Drummond de Andrade, como un referente de las letras brasileras. Justificamos el abordaje de este autor, en la medida en que es un escritor a quien poco se ha reconocido, al mismo tiempo que se excluye del panorama latinoamericano la integración de la Vanguardia Brasilera en los estudios literarios y antologías al respecto. Comenzaremos por describir un contexto de las Vanguardias en Latinoamérica, para enmarcar la propuesta de estudio de la obra de Drummond. En dicho marco, Schwartz (2002) nos dice que 1922 se constituye como el año de las Vanguardias Poéticas por antonomasia. Así, “Borges adopta 1922 como fecha generacional iniciadora de una nueva era en las letras. José Emilio Pacheco llama la atención sobre la internacionalización del fenómeno de 1922. En ese año se da una articulación única de circunstancias históricas y personales, es el año de Ulises, The Waste Land, Trilce, La Semana de Arte Moderno en Sao Paulo, el nacimiento de Proa en Buenos Aires y del estridentismo con Actual, hoja de vanguardia, 20 poemas para ser leídos en un tranvía de Oliverio Girondo.”3 También nos dice este estudioso de la época vanguardista, y adherimos a sus ideas, en que así como se dio tal esplendor en este año también se dio un apogeo de las tendencias estéticas filiadas a lo nuevo gracias al proyecto ideológico que envolvió la atmósfera de Vanguardia. Para lo que nos convoca en este estudio, podremos decir por ejemplo que hacia comienzo de los 30 Oswald de Andrade, una de las figuras principales de la Vanguardia Brasilera, deja el experimentalismo literario para sumergirse en la acción social.
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Shwartz, Jorge (2002). Las Vanguardias Latinoamericanas, Fondo de Cultura Económica, España, P.323.
Seguidamente, conviene tratar de ubicarnos conceptualmente en cuanto a lo que se entiende por Vanguardia, pues va mucho más allá de la mera idea de progreso, o de las imágenes del tranvía, o del humo de las fábricas y la ciudad colonizando los espacios que antes ocupaban la mirada del paisaje rural. En esta línea pondremos en diálogo tanto a Jorge Schwartz (2002) con sus ideas sobre la definición de vanguardia, como a una escritora eminentemente vanguardista, se trata de Clarice Lispector quien en su conferencia sobre las vanguardias en la literatura brasileña4 hace una referencia a tal concepción. El primero nos dice que la utilización estrictamente política del término se hace a mediados del siglo XIX en cuanto su relación con el marxismo Leninista. El crítico nos habla también de una actitud partidaria capaz de transformar lo social. Sin embargo, no es un perfil estético ni ideológico único (recuérdense las diversas crisis ideológicas de algunos poetas como Neruda o el mismo Borges). Existe una vanguardia poética frente una vanguardia política que origina diversas influencias en la producción cultural de los años 20 a los 40 en América Latina. Así, la retórica de la Vanguardia Artística se traslada hacia los intereses de la Vanguardia Política en un afán de búsqueda de lo nuevo. Otro tanto nos dice Lispector sobre lo que a su juicio constituyo la Vanguardia en su país. Para ella, se trata más que todo de una época de experimentación, que se tomó como instrumento de conocimiento para reexaminar conceptos no formulados. Para la novelista y narradora, la Vanguardia en Brasil es principalmente liberación, nos dice: “el movimiento de vanguardia fue un movimiento de apropiación de una manera de ser. La vanguardia de la forma modifica el concepto de las cosas”. Nos habla Lispector, acerca de una 4
Lispector Clarice (2009). XI Congreso Bienal del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana (29-31 agosto,1963, Universidad de Texas). Donde se ensañará a ser feliz y otros escritos, Ediciones Siruela, Madrid, España.
“Atmósfera de Vanguardia” donde el conocimiento íntimo modifica las formas de ser y escribir. Desde esta concepción, la Vanguardia deviene un progresivo autoconocimiento, pensar la lengua, la palabra se vuelve ideograma, afirma Lispector: “sólo la verdadera vanguardia hace que los vanguardistas puedan ser llamados contemporáneos del día siguiente”. Con su intervención Lispector logra relacionar la experiencia vanguardista con un momento de búsqueda de identidad que en Brasil se traduce en las mismas lindes de las que habla Schwartz entre lo poético y lo político. Pero veremos más adelante cómo Carlos Drummond de Andrade se convierte en un autor que ilustra esta permanente noción de contemporaneidad de la que habla la escritora. Sin duda alguna el espíritu de lo nuevo se instauró en Brasil con La Semana de Arte Moderno promovida por literatos, músicos y pintores de la época quienes se dieron cita para instaurar una nueva forma de hacer arte. Esta semana inaugura también un decenio en el que la experimentación estética y la búsqueda de la identidad brasilera se manifiestan en construcción dinámica a través de las obras de autores como Oswald de Andrade, Mario de Andrade y por supuesto, quien merece nuestra atención en esta ocasión, Drummond de Andrade, que aunque no participó ni en la Semana del Arte, ni en la fundación y manifiestos de Vanguardia Brasilera, sí es reconocido por sus coetáneos como un poeta de Arte Mayor de quien se dice que influyó a otros autores representativos de Brasil como Ledo Ivo, poeta de la generación posmoderna. Antes de avanzar en el análisis de la obra de Drummond, se hace necesario destacar que en Brasil la vanguardia es sinónimo de modernismo, como en Europa, no como el modernismo en los países hispanohablantes que obedece a otra reivindicación estética de las letras americanas y que es antecesora de la Vanguardia. Por ello, para referirnos a la Vanguardia
de Brasil también utilizaremos la palabra modernismo, en tanto que ubicamos a Drummond como un poeta que hace parte de la denominada Segunda Fase del Modernismo (19301945). En la Primera Fase del modernismo (1922-1930) ubicamos aquellos autores que hacen parte de la fundación vanguardista entre quienes se destacan Mário deAndrade, Oswald de Andrade, Manuel Bandeira, Antônio de Alcántara Machado, además de Menotti del Picchia, Cassiano Ricardo, Guilherme de Almeida y Plínio Salgado. En la Segunda Fase del Modernismo Drummond está acompañado de otros autores como Murilo Mendes, Jorge de Lima, Cecília Meireles y Vinicius de Moraes. También allí comienzan a notarse las influencias de Vanguardia en las narrativas emergentes de entonces, que retoman las mismas preocupaciones de estos poetas, la identidad brasilera y la ruptura con los sistemas. Carlos Drummond de Andrade nace en 1902 en Itabira, Minas Gerais, Brasil y muere en Río de Janeiro, en 1987. Once poemarios se pueden contar como parte de su producción literaria y cinco textos en prosa. Su poesía en Colombia se encuentra publicada y traducida por Rodolfo Alonso quien cataloga a la poesía del escritor brasilero como una ”poética popular, sin demagogia, discreta sin pavoneos, distante pero cálida, precisa sin frialdad, comprometida, con lenguaje intenso, lo estético y lo humano se dan como evidencia viva, lograda, cabal y al mismo tiempo temblorosamente inerme, transitada, contagiosa.” 5 También se destacan otros comentarios sobre su obra como el que hace Múñoz Unsain en la selección de poemas publicada y editada por Casa de Las Américas
en donde el
estudioso de la Poesía de Carlos Drummond manifiesta: “puede deducirse que una de las constantes de su poética es la utilización franca de experiencias personales, de emociones
5
Rodolfo Alonso, Antología de poesía Carlos Drummond de Andrade, Arquitrave Editores, Colombia.
y episodios que resultaron claves en su proceso de formación personal. Un recurso que utilizó con más frecuencia al comienzo de su etapa media y actual, es el de atenuar la confesión personal refiriéndose a sí mismo en tercera persona; pero de todos modos nunca ha sido un recurso hipócrita, y siempre lo ha manejado con gran elegancia.”6 Todos los estudiosos de Drummond de Andrade, consienten en darle crédito a las imágenes a través de la experiencia como parte vital de su poética, adicionalmente encontramos trabajos que profundizan sobre la ironía en la obra del poeta y que nos dicen que: “de Drummond se puede decir que aprendió primero a reírse de sí mismo. Por eso, siendo irónica su poesía, es esencialmente crítica del propio amor. (…) El estudio de la estructura del verso drummondiano apuntaría a un continuo proceso de ruptura del sistema a través de la ironía. Ahí el humor revierte tanto nuestros conceptos cuanto nuestros mínimos detalles técnicos.”7 Agregamos a esta idea que consideramos que no sólo el verso que construye Drummond de Andrade constituye una ruptura con la tradición, sino que la ironía destruye tanto el poema, como la historia individual y social en el presente en que se cuenta, se destruye también el pasado evocado en el ahora insatisfactorio, amargo. Drummond acaba con la relación del hombre con el mundo, la ironía funciona como reflejo de la visión de modernidad, destructiva de lo vital, llena de miedos y de muertes. Así podemos observarlo en sus obras. Drummond de Andrade es un poeta melancólico cuyas imágenes poéticas se cargan de falta de luz, de masas de gentes que caminan como 6
De Andrade Drummond (1970) Poemas. Prólogo, selección y notas de Muñoz Unsain. Colección Literatura Latinoamericana, Casa de las Américas, Cuba. 7 Romano De Sant’ana, Affonso (2003). Drummond el poeta en el tiempo, Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca, España, 51P.
muertos, tal como no los dice en el poema Nuestro Tiempo: “Este es tiempo de partido, / tiempo de hombres partidos./ En vano recorremos volúmenes,/ Viajamos y nos coloreamos./La hora presentida se desmigaja en polvo en la/Calle./ Los hombres piden carne. Fuego. Zapatos/ Las leyes no bastan. Los lirios no nacen/De la ley. Mi nombre es tumulto, y se escribe en la piedra.”8 No hay colores en la poética de Drummond, las imágenes son pintadas en palabras tal y como se las ve, en ese acontecimiento del tiempo que se vive, en el desasosiego de la época moderna, en medio de las guerras, en blanco y negro (tal vez por eso también se haya referencia a Charles Chaplin en su poesía, dos poemas dedicados a él y en los versos es una imagen que se evoca constantemente). Esa definición taciturna de las cosas, desde su yo más profundo, refleja una sensibilidad del tiempo que rompe toda alegoría, así también es una desazón sobre la ideología. No se trata aquí de un poeta experimental, ni social, la rareza de Carlos Drummond de Andrade es que no hace militancia ni política ni estética a lo moderno, es simplemente honesto en su poesía, en su sentir sobre el mundo que lo rodea y ha llenado de experiencias desde los 12 años que se fue de su casa. Así los expresa en poemas como Sentimiento del mundo: “Tengo apenas dos manos/ y el sentimiento del mundo/pero estoy lleno de esclavos,/mis recuerdos escurren/y el cuerpo transige/en la confluencia del amor./Cuando me levante, el cielo/estará muerto y saqueado,/yo mismo estaré muerto,/muerto mi deseo, muerto/el pantano sin acordes./Los camaradas no dijeron/ que había una guerra/y era necesario/traer
fuego
y
alimento./Me
siento
disperso,/anterior
a
las
fronteras,/humildemente os pido/que me perdonéis./Cuando los cuerpos pasen,/yo quedaré 8
Ibidem P.121.
solo/desafiando la recordación /del campanero, de la viuda y del microscopista/que habitaban la barraca/y no fueron encontrados/al amanecer,/ese amanecer/más noche que la noche.”9 Sin embargo, aunque el poeta se sale de toda pretensión o pose de innovación y militancia vanguardista, su visión poética sí reconoce influencia de Europa y se nota en algunos poemas la experimentación con la forma lingüística, por ejemplo en su poema AmarAmargo donde los neologismos y la experimentación evocan a los más grandes vanguardistas europeos: "si era para o era por/ como si entretanto todavía/ toda vida mas toda vida/ es indagación de lo hallado y agudo/ descuatizamiento/ de la carne del conocimiento, ahora bien/ permita caballer (o, a)/ amig (o, a) que me alivie este malestar/ cantarín escarnecedor piadoso/ este querer consolar sin mucha convicción/ lo que es inconsolable consolatrix/ consoladísima/ la vida también/ todo también/ pero el amor car (o, a) colega, ése no se/ consuela nunca de núncaras.”10 Él mismo reconoce su herencia a otros poetas, en un poema suyo titulado Consideración del poema lo hace pero también se distancia. “Una piedra en el medio del camino/ o apenas un rastro, no importa./ Estos poetas son míos. Con todo orgullo,/ con toda precisión se incorporaron/ a mi fatal lado izquierdo. Robo a Vinicius/ su más límpida elegía. Bebo en Murillo./ Que Neruda me de su corbata/ llameante. Me pierdo en Apollinaire. Adios, Maiakovsky./ Son todos mis hermanos, no son diarios/ ni deslizar de chancleta entre camelias:/ es mi vida toda lo que jugué.”11 He aquí que el poeta reitera su única convicción estética: escribir desde su propia experiencia. Pero también le interesa 9
Ibídem. P. 55-56 Ibídem. P. 304-305 11 Ibídem. P. 115. 10
llegar al otro, los otros como parte de sí mismo, en su empatía con el mundo Drummond nos dice en el mismo poema, desde su visión: “Ya ahora te sigo a todas partes,/ y te deseo y te pierdo, estoy completo,/ me destino, me hago tan sublime,/ tan natural y lleno de secretos,/ tan firme, tan fiel…Como una lámina,/ el pueblo, poema mío, te atraviesa.”12 He aquí entonces la enunciación de su poesis, de su ironía para generar en el otro un impacto. También se puede pensar en este remate del poema en la imagen surrealista de la escena de la película Un Perro Andaluz de Beñuel y Dalí, que es un ícono de la Vanguardia, en cuanto al séptimo arte se trata. Hasta lo que hemos expuesto aquí es relevante para interpretar a este autor decir que la poesía para Drummond de Andrade es acontecimiento. Es presente que emerge, en el diario vivir, en el cansancio y la tristeza de los días. Por ello nos dice en su poema Poesía: “Pasé una hora pensando en un verso/ que la pluma no quiere escribir. / Sin embargo está aquí dentro/ inquieto, vivo./ Está aquí dentro/ y no quiere salir./ Pero la poesía de este momento/ inunda mi vida entera.”13 En síntesis, con este breve análisis de la obra del poeta, queremos entonces señalar que a Drummond se le encuentra en la definición que sobre la Vanguardia nos hace Clarice Lispector, una poesía que no termina de acontecer, una poesía que persigue el ahora y que se instala en él. Pues a pesar de que las imágenes de ese tiempo, que ya es tradición, y, que hemos llamado Vanguardia Poética, la obra del poeta se actualiza para darle sentido a este momento de la historia, donde estar en el instante justo puede permitir registrar la foto. La forma de hacer poesía en Drummond se asemeja a ese acontecer que, aun cuando la
12 13
Ibídem. P. 117 Ibídem. P. 3.
sensibilidad de esta época es distinta, se anticipaba ya en su poesía. Ese desasosiego que se actualiza en las imágenes que nos muestra el poeta, esas postales irónicas de un mundo en constante cambio y avance, ese detrimento de lo humano por lo técnico, se hace sentir como un elemento característico en la obra de este autor, aún hoy, cuando la esperanza está en el afuera del mundo. La alegoría de la Vanguardia hace que un poeta de este nivel sea contemporáneo cada día. En el acontecimiento de la poesía, en el diario vivir. Finalmente, es necesario decir también que a pesar de que la ironía cumple su papel destructor de los tiempos en la poética del autor y le da ese toque de eterna vigencia, podemos colegir que es en esa poesía del ahora donde se encuentra la comunicabilidad que Drummond hace en el verso libre, que desacraliza lo poético y lo aterriza a otro espacio, el de aquel o aquella que va de a pie viviendo en un mundo donde nadie se imagina que un siglo después un telescopio espacial registraría para la humanidad el nacimiento de una estrella. Hoy donde acudimos al evento de ver estrellas que en su recorrido de luz ya han muerto.
Angélica Hoyos Guzmán Nació en Colombia en 1982. Es Licenciada en Lenguas Modernas y Magíster en Lingüística Española. En la actualidad cursa sus estudios de Maestría en Literaturas Colombiana y Latinoamericana y es Asistente de Docencia en la Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle en Colombia. Diversos poemas y cuentos suyos han sido publicados en revistas y antologías de Colombia, México, Argentina, Chile, Perú y España. Ha obtenido las siguientes distinciones: en el 2010 ganó el concurso de cuento en homenaje al tercer aniversario de la revista Ahí va el Agua Proyecto Cultural, México;
Becaria del diplomado en Escritura Creativa para Cortometraje ofrecido por la Universidad del Magdalena, Santa Marta, y el Fondo de Desarrollo Cinematográfico (Colombia) y Becaria del Seminario Andrés Bello, Instituto Caro y Cuervo (Colombia). En 2014 publicó su libro "Hilos Sueltos" editado por Ediciones Torremoza.