Hugo Gutiérrez Vega, 80 años de vida. Una entrevista reveladora José Ángel Leyva
Entre las despedidas recientes de grandes poetas como Juan Gelman, José Emilio Pacheco, Félix Grande y otros quizás no tan conocidos como Mariano Flores Castro y Marco Fonz, ambos mexicanos, nos alegra ser testigos del arribo a su octavo decenio de vida, de Hugo Gutiérrez Vega, uno de nuestros poetas más significativos y uno de los actores culturales más relevantes de la escena mexicana. Hugo, uno de esos talentos que se hacen notar no sólo en el campo de la poesía, sino además del teatro, con su conocido papel como Tío Vania, de Chejov, dirigido por Ludwik Margules, ese personaje alucinado y lúcido de la dirección teatral, de su memoria extraordinaria que no sólo es memoria sino inteligencia y erudición, pero sobre todo humor. Hugo es además uno de esos conversadores poseídos por la gracia del verbo y el destello humorístico, no en el estilo de Juan José Arreola, sino en el terreno de la desacralización y la irreverencia, del chispazo irónico. Hugo, ese gran viajero, cronista y editor que nos brinda siempre una alegría con sus años de sabiduría y regocijo, de su gusto por la vida, y sin duda como Pacheco, de sus inagotables deudas con el oficio del lector.