Grandes maniobras en miniatura

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PRESENTA

GRANDES MANIOBRAS EN MINIATURA

EDUARDO CASAR

este libro estรก dedicado a Gerardo Rod 1


“Sólo como miniatura puede el Mundo seguir compuesto sin caer a pedazos”

Gastón Bachelard

“Los hombres, aunque han de morir, no han nacido para eso sino para comenzar”

Hannah Arendt

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LOS SIGNOS CAMBIAN

Los signos cambian desde la utilidad del agua hasta la rotación del cuerpo y la mirada.

Si ponemos el (agua) entre paréntesis inventamos un charco o una presa; si la ponemos entre guiones -aguaun sistema de riego; si va entre admiraciones es la sed la que se abre paso hasta nuestros labios.

¿Qué sucede con la palabra “amor” entre comillas? Pónselas, y tendrás que pensar dónde escondes las manos, las palabras se vuelven temblorosas entre comillas y no quieren ya decir lo que dicen.

¿Qué sucede si pongo tu nombre entre interrogaciones?

Desapareces, y ...la sombra que te sigue se convierte en respuesta.

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LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS

Y la casa se apaga poco a poco. La oscuridad rellena las esquinas, el espejo redobla su importancia. Pero no importa, mañana volverá a ser de día, y no habrá sido la última vez nada de lo que hicimos, nada de lo que usamos. Es posible que volvamos a vernos. Ver por última vez el trazado de lápiz de las cosas: mi tierra de cristal, la foto de nosotros en el barco cortázar. Ver por última vez la negra luz filtrada que te aceitaba el pelo. La horizontal del mar que trata de ser curva y líquida y planeta. Y ver precisamente esa única ola en la que nos rompimos.

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PAISAJITO

La tierra tiene altísimas montañas que se hunden en el cielo. Y otras altísimas también pero inversas y cóncavas, ocultas por el mar, ese cielo de agua que se enoja o se duerme o se entretiene lijándole las costas a la tierra.

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TÚ NO ACABAS

Es curioso pero tú no acabas en cada uno de tus extremos: yo te he estado (de sitio) investigando: a pesar de que te me divides para desconcertarme, no terminas ahí. Te he dado vueltas como si fueras la proyección más tridimensional y me he reducido al mínimo común denominador para denominar atajos capilares y para no perderme si es que acaso decido regresar. Pero tú no acabas en ti.

Tenemos un problema.

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SENTIDO

Ya sé que no eres un discurso, ya sé que eres como un ser humano, con digestión, con circunvoluciones, con nudos emotivos en las zonas del alma, pero, suponiendo que fueras un discurso, dí: ¿tendrías sentido?, y además: ¿qué sentido tendrías?

Hay espejos que orientan en esa dirección.

Consúltalos y escribe la respuesta en tu diario.

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CATETOS

Tú sabes que la suma del cuadrado de los catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa.

Te lo enseñaron en la escuela.

Pero ¿qué pasa si la suma no es igual sino muy parecida? Todo se tambalea.

¿Y qué pasa si el cuadrado no es cuadrado cuadrado sino cuadrado irregular, con un borde mellado como ventana de granero viejo?

Imagina un cateto. Según la fórmula los catetos tienen su cuadrado, se ve que lo comparten, por algo son gemelos. La hipotenusa es esa longilínea hermosura que une las puntas del ángulo recto, y las dos bien formales, sostienen los catetos.

Pero ¿hay hipotenusa en un triángulo que tiene sus tres lados iguales?

La hipotenusa ha sido engullida.

La escondieron en su íntimo cuadrado, le cerraron la vida para siempre.

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EL SUEÑO RECURRENTE

Miro las ruinas y los colores: qué gama de ocres y de cercos y de grises. El escenario parece incompleto, como si faltaran enseres para hacerlo creíble. Alguien dirige el sueño. Alguien eligió a los actores y los está enfocando en plano medio. Un guión incompleto, con los bordes quemados (como los mapas del tesoro de un niño), es lo que saben de memoria. Y además improvisan.

¿Por qué siempre la casa sobre las montañas que dan al mar? ¿Por qué siempre durante un viaje de estudios, un congreso, una comunidad de comentarios?

Alguien debe estar dirigiendo. Tú sólo eres el set de un guión lleno de huecos.

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VELOCIDADES

Y aquí vamos fluyendo en el cosmos de la velocidad encabritada. Las uñas echando uñas, desplazándose como muy por debajo de su apariencia fútil. El río molecular pilosamente andando renovado, las células boqueando mientras la Tierra cae en el vacío muy interplanetariamente dando vueltas sobre su eje a una velocidad de más de cien kilómetros arriba, los relojes tratando de cinchar la cordura, su redondez constante, sus órbitas que tienden a deformarse por las velocidades. El tiempo está cambiando. Ya eres otro, lector, y no el que comenzó a leer estas letras.

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LA CUARTA EDAD

Cuando seamos de plano ya muy viejos y la memoria se nos haya extraviado entre las entretelas cerebrales (como en el laberinto de El resplandor), mírame desde tus ojos ensoñados mientras acá se ajustan las manchas de tus manos con mis manos manchadas.

Y adentro brillará la rama blanca.

(Lo sepamos o no. Y por eso desde hoy ya lo dejo anotado.)

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NIテ前S JUGANDO

Los niテアos juegan con el cuerpo y las palabras al mismo tiempo.

Se empujan, hacen sus contramarchas y torsiones, se manotean la cara, se dan la espalda entre voces de mando, ademanes de ruego o de reclamo.

Sテウlo con la edad las palabras se nos van separando de los cuerpos.

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ESCRIBIR POR ESCRIBIR

Se trata, simplemente, de ponerse poético, en las rodillas de la genuflexión (genus =rodillas) (flexión) de las palabras,

como siempre

que acometemos algo al despertarnos o nos vamos al campo o viene el campo a tocarnos la puerta por descuido.

Se trata simplemente de ponerse a las órdenes, las mendicantes órdenes de la palabra escrita.

Por consiguiente y por amor que es como surgen los manantiales vientres de las cosas, el primer día puede o tiene que ser una especie de semilla del Nilo, un programa, un manifiesto que consagre reuniones, discrepancias, como todo cuando es acordado entre dos entes dados de salud y tinieblas, o por qué no las cuerdas, o por qué no una rara cavidad en el mar, o las ganas de llegar hasta donde

ni tú ni yo sabemos, ni nosotros,

como si fuera un mapa, o el periplo de los nombres que están en la memoria. 13


Continuemos: que no tuviera orografía ni nombres, ese mapa,

solamente el trazo que zarigüeya y no encuentra una cárcel que reproduzca olores del contexto, la encrucijada o la nariz que se bifurca y convierte a los cuatro caminos de los hombres, el arriba y abajo, el adentro y afuera, en una forma rara de quedarse callados mientras llega la lluvia.

Afuera está lloviendo: ese tipo de agua delincuente a nadie le hace nada, nadie le tiene miedo, pobre lluvia que ni siquiera toca la superficie seca de las cosas, sólo el lado interior con sus arenas, sólo sus mecanismos de reloj de pared y los esmalta.

Hoy, por ejemplo, (aunque hoy es cualquier día, depende quién lo diga, desde cómo, hasta cuándo)

lo que se nota más es la luz que calienta al mundo utilizando tonos demasiado brillantes, la alfombra menos persa de la vegetación más verde que se siente (la alfombra) cálido invernadero, pezón de vida duplicada en los cielos del celo, las orillas de todo se disuelven, el ser se vuelca en res, las sillas de madera en sus nudos hinchados, todo se vuelve sangre, el tiempo es trago fuerte pero en verdad no puede 14


disolver ya la sangre,

sangra lo blanco como si fuera sueño,

todo lo iluminado, centímetro a centímetro edificando próceres, siluetas personales, maneras de moverse, la sombra de la planta que parece que finge archipiélago oscuro allá en el ogro golfo de un rincón, la escultura del pez señalando el poniente, como una negra veleta submarina en el fondo de un parvo oceáno transparente...

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LA VENTAJA

La ventaja de estar perdiendo el pelo es que puedo peinarme utilizando la sombra como espejo,

con un ahorro enorme de rasgos interiores.

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CRISIS

Nada de lo que ya no tengo te pertenece a mí.

Y sin embargo cuánto por lo que tú más quieras desde el fondo.

No por nada en la base tu altura equidistancia desde lejos.

Pero cada vez más desde la sombra los contornos.

Nuestros contornos. Nuestros.

Sí, ya sé que al final para qué. Pero siempre entretanto.

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* Participamos en la obra de teatro. Es recreativo. Pero somos las víctimas de una autor dialógico que no sabe bien a bien cuál es la trama de la obra.

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ESA ENUNCIACIÓN RITUAL

Esa enunciación ritual de la que algunos hablan en sus fiestas secretas.

Que no pase de dos o tres orejas puntiagudas a fuerza de escuchar a los otros.

Que una mordaza transparente, un apretado nudo de tiempo como un puño adentro de la boca, les devuelva el silencio a los seis recipientes atentos.

Que se ablanden sus yunques. Que el tímpano entregue a la erosión del mito el alfiler esdrújulo que lo volvió sonoro.

Nunca más agitarse, espuma congelada, un poco de sal negra, hay que encerrar los triángulos del mar en nudos ciegos, bolsas blancas redondas, como pulidas por la homogénea velocidad del fuego.

Elevemos la voz sin que se noten ni la voz ni nosotros.

Deberemos usar la lección del abuelo o los brazos sin sombra de la Venus de Milo.

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ME SUFRO AL DECIDIR

Me sufro al decidir, me les preparo. Me les voy porque soy las ínfulas apenas. A penas se me abarca mi delito. Me cumplo al decidir, me les preparo.

Yo no sé si me voy, si doy de frente ya con otras cosas, pero me sé las cosas, las vertientes arriba, las coplas cenitales, yo me complico aquí, para qué me interrogo.

Me voy haciendo sombra entre los pasos.

No me dejes andar, no te me obstruyas, no me dejes no abrirte si te viernes, hay un hambre que sí, que sabe a mares, que sabe a dios sin sal, nos veremos mañana.

Si supiera la sombra la abarcaba. Si me dijeras hoy no tendría más pendencias.

Pero hay ciertos abriles, redundancias, entre la boca y todo lo que toca.

Tú me sabes al sol y te regresas. Tú me sabes a sal: descarapelas. Tú me sabes a siempre sin medida. Tú me sabes al centro de las cosas. Tú me sabes a ciertas 20


curvas de ochenta grados. Tú me pantano a mí. Tú me licencias. Tú mi afición a ciertos atajos de la boca. Desembocamente. Tú a mi afición a ti, sinceramente hablando y afirmando. Hambre de yo mi tú, sinceramente hablando y afirmando.

Que se muera, si puede, el tablamento externo.

Yo no sé para qué se enarbolan pendientes, si todos tienen traje, si hay azul en el fondo de los ciegos.

No te pedí venir a preguntarme todo sin saberlo.

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MUSEO DEL HOMBRE COTIDIANO

para Ariel Contreras, el dueño de la idea.

Después de todo uno se simpatiza, si no cómo explicar los pequeños caprichos que nos consecuentamos, el bosque de las hojas que van apuntalando la rutina. En el Museo del Hombre Cotidiano se exhibirá el talón de aquel boleto que marcó nuestro paso, la botella vacía de la colonia que ella te regalara, aquel caleidoscopio de madera que trajeron tus padres de su viaje iniciado hace 103 años, la camisa que se conserva intacta porque te gusta tanto que nunca la has usado, la pluma fuente con las venas tapadas y el punto de la i abstrayendo la sangre, el cuaderno impecable, con sus tapas que imitan garabatos del mármol de una tumba vacía, el mechón de cabellos en la bolsa de plástico, el vello púbico en la sed de la cal de una ficha doblada, el programa del recital de Evtuchenko, el libro de nácar de la primera comunión, el lápiz de Isla Negra, el fósil caracol de una oreja dormida.

Signos indicios autorretratos

marcas de fronteras. 22


ORACIÓN

Santa Oración: dame la pertenencia de las preposiciones y/o el verbo callar: activa tus amperios. La Y está copulando con la O pero una inmaculada diagonal las separa.

Santa Oración: no puedo identificarme con ninguna. Soy un predicamento en el desierto.

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PARTITURA

Se acaban de coger a una pianista.

Y las teclas del piano son blancas y son negras.

Unas están arriba, más intensificadas, no son tan anchas y tienen en la punta una especie de rampa o de talud.

La pianista no sabe ya qué hacer con las manos.

El piano está aplacado y mudo. Las cuerdas están tensas, esperando una temperatura que las desabotone.

No es que “se la cogieran”, por supuesto: ella también cogió: no es un ente pasivo, pero es que así se dice. El amor puede hacerse, los dedos son cinceles, los cuerpos esponjosos tienen tendencia al mármol de las venas azules.

Todo está sumergido. Y la respiración evoluciona.

Y la diástole aprende a respirar a través de la seda transparente del agua.

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OTRA COSA a Fernando Fernández

De pronto supe (no me pregunten cómo) que en realidad estamos muertos.

La vida era otra cosa, era algo mucho más poderoso. La plenitud que sentimos cuando sentimos plenitudes es apenas un borde, un fragmentito, una silueta que se quedó colgando por razones extrañas.

La verdadera música, en la vida, era más parecida al mar que a los sonidos, tenía un sabor al que no acceden ni la ebriedad alegre, ni la velocidad en carretera. Y hablo de música solamente por dejar testimonio de una vertiente pobre de la vida. Deberían recordar cómo era la comida. Y cómo era enredarse entre la piel ajena con hambre de mercurio, el incendio que nacía desde arriba. Habría que dedicarse a recordar, todos muy concentrados. Y dejar de tenerle miedo a eso que llaman muerte.

Si esto no es vida, la muerte es otra cosa. 25


DIOSES QUE NO

Los dioses descontinuados andan entre los hombres.

Y van lentos, felices, desempleados. Paseando de la manera más soberana y más irresponsable, sin rayos en las manos. Sin tener que inventar ni venganzas ni tramas.

Se toman su cerveza en el café de la esquina. Y escriben versos, a veces, donde cuentan los verdes de los árboles.

A veces una uña les recorre la espalda: es el miedo, transparente y helado, de que los hombres vuelvan a creer que sí existen.

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BARAJAR

Depende de la hora, ya lo sé. Pero salir del sueño es entrar en lo oscuro.

Muchas veces entramos en lo oscuro. No es al cerrar los ojos. Entramos al abrirlos.

Y estamos en la noche. A nuestro lado hay a veces un cuerpo. Y otro cuerpo, a veces, respira en el espacio que ocupamos.

Entramos en lo oscuro: aunque sea nuestra casa la casa es diferente, las esquinas son nuevas.

Hay máscaras entre los cortinajes. Un resplandor se mueve como una telaraña que se va revelando.

Qué barajar de sombras y papeles. Qué intercambio de vivos y de muertos.

En los sueños el escenario está iluminado. Pero al abrir los ojos el telón cierra el foro.

En el sueño los muertos están vivos. En lo oscuro los vivos sin moverse.

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OTROS DOS ANIMALES

Dos animales se mueven allá dentro.

Debería beber agua para que se espantaran.

Bebo agua ardiente entonces, largas antorchas líquidas de sombra transparente.

Despejada la oscuridad, los animales se miran y no se reconocen (son de especies distintas).

Bebo más y los dos animales, deslumbrados, copulan.

Alas asiendo escamas, garras ofidios cierran oquedades que no se complementan, mercurio sin control entre la carne viva.

Lo interesante fue lo que nació de aquello.

Pero yo ya no estoy para contarlo.

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HERMAGLOBINA UNO

Dentro de 4 500 millones de años el sol se habrá apagado.

Ese redondo dios que se quemaba y al que no lo frenaba ni siquiera una coma, disolverá sus bordes, cansado de entretener su masa sin leños y sin ramas.

Y cuando el sol se apague ni los cuentos de Borges van a sobrevivir. Homero no es un nombre inmortal, ni siquiera quedará el polvo seco de su calle en Polanco.

El tiempo es la orilla y nosotros y el sol somos los que pasamos.

Y mientras tú estableces los cables invisibles y los puentes colgantes entre calles cercanas y ciudades distantes.

Tus puentes no solamente abarcan el espacio: también el tiempo queda suspendido entre una carta y otra, como un equilibrista que se detiene para concentrarse. 29


¿Cuánto puede durar el tiempo equilibrándose hasta que el universo cruja y se transforme?

El sol se irá apagando. Ese dios curvo no tuvo piernas para eludir su hoguera desatada.

Nosotros, mientras, construyamos los puentes.

Amarremos adornos sobre los pasamanos.

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HERMAGLOBINA DOS

Yo no sé si mi sangre está cerca de mí o si se ha dado cuenta de que vive en mi cuerpo.

Allá, en su lado inverso, en sus paredes negras, quizá mi sangre piensa que se mueve a lo loco, que hace repeticiones voluntarias.

Qué curioso es estar construido con líquidos que reajustan sus piezas, intercambian espacios, se infiltran en la esponja del tejido inflamado y lubrican los huesos cuando se ponen tristes, y pálidos, y blancos.

Qué viaje al secamiento, qué poco a poco pero qué sierpe siempre para desmoronarse, qué fotosíntesis capilar en reversa, qué franca retirada de todos los colores.

Y el padre Sol, que fecundó las yerbas, con ese mismo tacto nos va dejando secos los broches escondidos y las paredes internas y las provisionales se regresan a su trazo de calcio, a su fiel geometría de letra inteligible.

Pero nadie es culpable.

También el padre Sol acabará encogiendo las ramas de sus llamas y quedará la huella de un círculo flotando en el sencillo espacio de la nada.

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PLBR

Palabra: cobra valor en la oración, no te hagas, no te conviertas en una frase que ya se hizo. Échate hacia adelante o para, pero sólo para establecer cláusulas nuevas en el contrato entre tú y quien te llena los labios y los labios. Reinvindica la acción de tu pasión con todo el movimiento: sé central, sustantiva, sujeta a ti todos los adjetivos de modo que te alargues siempre con disyuntivas. Palabra: ten palabra: vive al pie de la letra.

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HOMENAJE A RILKE

Al escribir estas palabras qué otro texto se va formando con las letras que no tocan mis dedos...en qué pantalla surge lentamente quién lo está recibiendo / quién lo borra.

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* Una gota de sed en un desierto de agua.

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NO ME RÍO DE LA MUERTE *

(*de un verso de Javier Heraud)

Para hacer que la muerte no sea hay que cercarla por distintos lados, no debes escapar porque le gusta el poder de asustar al acercarse, quiere gruñir la muerte, demostrarnos los dientes de su boca, oler la adrenalina que nos dobla la sangre con su blancura opaca, como aquellos que tienen la esperanza de encontrarse a sí mismos y no saben que cada vez que sienten el alfiler de un pájaro en su cuerpo el alfiler los toca y los está encontrando y el alfiler son ellos y el pájaro su sombra.

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Eduardo Casar, escritor, poeta y guionista. Nació en la Ciudad de México el 6 de marzo de 1952. Es licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Desde 1975 es profesor de tiempo completo en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde actualmente imparte algunas asignaturas del plan de estudios de Letras Hispánicas: Teoría Literaria I, Teoría Literaria III y Literatura Mexicana del Siglo XX. Desde 1988, también es profesor del Taller de Composición Literaria de la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM). En 1976 Eduardo Casar recibió el Premio Nacional de Ensayo Literario José Revueltas por La producción literaria de Revueltas en su contexto histórico, escrito en colaboración con Silvia Durán Payán, Carlos Muciño y Armando Pereira. El autor ha publicado los libros de poemas: Noción de travesía (1981), Son cerca de cien años (1989), Caserías (1993), Mar privado (1994), GRANDES MANIOBRAS EN MINIATURA, es su más reciente libro, ganador en el 2009 del Premio Internacional de Literatura Letras del Bicentenario “Sor Juana Inés de la Cruz”. También ha escrito algunos cuentos para niños: Las aventuras de Buscoso Busquiento (1994). También la novela Amaneceres del Húsar (1996). De 1990 a 1995 Eduardo Casar fue conductor del programa radiofónico Hacia el filo de la noche, producido por Radio Universidad Nacional Autónoma de México. Casar es autor del guión de la película Gertrudis Bocanegra (Dir. Ernesto Medina Torres, 1991). En cuanto a su experiencia como guionista el autor nos comentó: “Para escribir el guión de Gertrudis acudí a amigos que ya habían escrito para películas, como Alfredo Joskowicz y su esposa Teresa Velo. Leí muchos guiones, es decir, realicé mi trabajo de una manera autodidacta. Nunca tomé cursos. Fue mi primer guión y afortunadamente se filmó. Eso me llena de satisfacción”. (Entrevista para Escritores del cine mexicano sonoro, abril de 2002). Desde 1995 Eduardo Casar es conductor del programa radiofónico Voces interiores, transmitido por Radio Educación.

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