MEMORANDUM a Marie-Laure de Folin 1.
La limusina se detuvo a la entrada de un elegante restaurante de las afueras de París. Descendió un hombre alto y seco, de cabello entrecano. Una sonrisa flotaba en sus labios cuando se volvió para darle instrucciones al chofer. La bala de fusil penetró entre sus ojos, abriéndole en la parte posterior del cráneo un atroz boquete de salida.
2.
El Presidente Director General de BART-Antwerpen esperó que se calmase la lluvia de críticas motivada por su intervención. Entonces se levantó teatralmente y puso al descubierto una serie de gráficos dispuestos sobre bastidores metálicos. “Señores” empezó con ironía “naturalmente que ustedes conocen los Logiciales de Aplicación…” cuando una bala de fusil le reventó la cara, arrojándolo, desarticulado, contra la pulida mesa de conferencias.
3. El Bagghera amarillo tomó la curva de entrada de Roncesvaux a una velocidad menos que prudente. Bernard de Villemin rió nerviosamente al sentir los dedos de Irene jugando con el cierre relámpago de su gastado jeans. “El albergue está al otro lado de la colina” dijo, y al instante siguiente una bala destrozaba el parabrisas y se hundía en su garganta, haciendo que el automóvil, falto de