Laura Elena González nació en San Lusi Potosí. Fue integrante del Taller literario y del Seminario de literatura de la otrora Casa de la Cultura de su ciudad de origen. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Ciudad sin puertas (Boldó i Climent, México, 1992), La
llanura despierta (Volumen colectivo, UNAM, México, 1998) Arena en las manos (Ediciones sin nombre, México 1999), y Paredes de Polvo (CONACULTA, Colección Los cincuenta, México, 2000). Consolaciones de luz (Ediciones sin nombre, México 2005). En la actualidad se dedica a la gestión cultural, así como a diversas tareas editoriales y docentes.
Laura Elena González
PASADO DE MODA
El abanico se mueve con lentitud Se flexiona suavemente la muñeca Tras los dobleces de ese semicírculo se oculta la apetencia de los labios El movimiento es cadencioso y rítmico lento
más lento que los latidos del corazón impaciente y desbordado
Ligera la brisa fructifica extiende un padecer de aromas La inocente víctima permanece inmóvil: una boa frente al flautista
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Laura Elena González
El mar cien veces cien el mar Origen y metáfora de todos Cada cual una ola brevísima en el tiempo Al golpear reunidas las playas de la historia crean un sonido grave
monótono
y en ocasiones temido
El mar primigenio el mare nostrum de los antiguos que se supieron civilizados El mar al que han fluido todos los ríos de sangre de la tierra
El mar compasivo que baña los pies de niños azorados frente a su inmensidad mientras su pequeño mar interior se conmueve
Y de pie frente a su abismal atracción
Laura Elena González
quiero saber cómo y cuándo regresaré a esas aguas
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¿Dónde guardamos el asombro cuando la palabra no lo recoge?
Hablamos de aquello que se yergue ante nosotros como un príncipe
Tiende su mano y nos rescata
¿Será el viento o la hoja que cae? ¿la que permanece en la rama Laura Elena González
o la que rueda? 多la que pisamos o la que se incendia? 多la que regresa a la tierra o la que hace nido? 多la que alimenta o la que nos despide?
Esta hoja sobre la que escribo
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TRIUNFO
Abre los ojos en tus pupilas no hay estrellas ni la memoria de un maestro que hable de ellas o la de un dios que las olvide Laura Elena Gonz叩lez
Hay palabras para ensordecer la boca largas
dolientes
engañosas
que inflaman la mirada y nos hace morder la cola a la serpiente
Descreídos deambulamos sombras de nada somos: rumores imaginados por un decibel por un ritmo sincopado que es la única buena nueva
Un árbol es un refugio del que colgamos para descubrir: el hogar está siempre apartado tras una piedra invisible
¿Cuántas manos derechas tiene la naturaleza? Una separa la fruta prohibida y la otra la muestra
Bajo nuestros pies no está el infierno ¿Quién reclama su ausencia?
Laura Elena González
UN CORAZÓN DE LUZ “Sólo un hombre que ha muerto muchas veces puede pintar así.” Vincent Van Gogh
¿Cuántas veces habré muerto? ¿Cuántas mi corazón se habrá desatado?
Cordelia mi lazo umbilical cortado y enterrado cuatro veces. Saskia, Titus, Geerthghe, Hendrickje El envenenamiento de nuestro mono
Todas mis pertenencias Han sido insuficientes para saldar mis deudas Con los justos que las subastaron a un cuarto De su precio para comprar mi orgullo mi insoportable vanidad
Laura Elena González
que provoca su venganza su sed de apagar el fuego que consume mi mente micuerpo vuelto luz y oscuridad en los lienzos que los obligo a mirar desde esta apartada tolerancia
Mi nombre es Rembrandt Harmenszoon van Rijn Soy pintor y en mi taller se trabaja
En esta ciudad conocí el fuego que habría de avivar con mi muerte No me puedo sentir engañado Pues al llegar a Ámsterdam fui advertido: Cuídate del ciego que envidia al que conoce la luz
Encontré comerciantes creyentes de una fe reformada patricios de fortunas y normas morales cuyo sagrado territorio era el respeto a la propiedad privada de los justos
Creen ser mis iguales Y ante el desprecio que me causan se tornan halagüeños: reconozco mi orgullo en el suyo
Laura Elena González
De inmediato marco mi territorio No señor su orgullo pertenece a otro orgullo cuídese de su mirada
Pobre profesor Tulp tomaste la ventaja que te otorgó una circunstancia tan precisamente delimitada como el poder que detentabas para usarlo contra los impuros y blasfemos como yo La Historia pulsa ahora los tendones /de una autopsia que revela la cicuta vertida por los síndicos /y jueces de tu tiempo
Cuántos críticos de estética especialistas en la esgrima de la retórica e ignorantes del pincel y la luz
Nunca partí y si lo hice alguna vez siempre regresé a mi fuente
mi corazón
/de luz Hay que ser religiosos ante los farsantes no ceder bajo el engaño de la belleza en las /alturas pues Dios se encuentra en la carne de los /hombres
Laura Elena González
y yo he muerto con ellos cada vez:
He sacado mi ojo del lodo de mi paleta Soy un ogro que despedaza un rayo de luz
El viento de la luz golpea mi cuerpo y la muerte me sorprende dejando sólo el último respiro para el ojo ******
Lento baja el murmullo lejano doloroso goteo de pequeñas sílabas Un tartamudeo estelar una provocación cósmica
Sonidos de cicatrices agudas Graves guturales detienen esta experiencia aérea de ternura
Homeostasis que invade los teoremas:
¡Paf!
La sinapsis
Laura Elena González
Conversión Convulsión Contracción Leve levedad levantina Parabólicas párvulas palabras reptan raptan la realidad
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MUTANTIS
Soy este monstruo de tinta que recorre cada palabra de la página Soy la imagen que no encuentra su espejo
Todo creador Expulsa a su criatura Toda criatura se escapa ¿Desobediencia o repulsión?
Yahvé Envía a tu mensajero de fuego Víctor Frankestein observa el congelamiento de mi sangre y desea mi extinción Laura Elena González
****** FUGA AUTISTA
El mundo es un vaivén quiero volar sobre él mis manos y mis brazos me elevarán no me sigan
Soy como estoy Soy esta esquina
Mi mundo este sitio en ángulo recto
Nadie se acerque Nadie me cerque necesito esta geometría respirar en noventa grados
No me hablen pala ala abras sus sonidos suenan Laura Elena González
son insoportable dolor No me vean no podría sobrevivir No me toquen me toman prisionero
Mi soledad
ecuación perfecta
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Reposo de la caligrafía benedistina Al margen el trifalsario contempla silencia el salón del conferenciante con la
soga expulsada por el arrebato de cien vagacientes melifluas y tiñosas verdades La neblina de la sangre empaña el sentir antiguo rumoroso del deslinde horizontado
Recoger antilopantes roquicallos tarareando Acolumbrar el perfil lumínico de los heraldos El a en la ve repitiendo el murmullo azul Y balbucear la profunda orla de la mente
Laura Elena González
Laura Elena Gonzรกlez