UNA BREVE MUESTRA DE JOVEN POESÍA URUGUAYA
En pleno proceso de formación, y ya sorprendente, la joven poesía de Uruguay es el objeto de la presente selección realizada por Horacio Cavallo, él mismo integrante de las promociones de poetas nacidos después de 1970. Sus textos aparecen en Adendo final.
Marcelo Silveira
poema cache II primero Solís Magallanes Gaboto más tarde Mendoza más tarde Garay como ellos –sin saber a dónde van– voy vas por mar dulce río ancho como mar sin carta común ni común singladura de lejos de atrás venimos a dar a estas costas buscando dorados modestos un pan y un hogar como ellos –por mar dulce bravo amar–
1
poema cache XVII Piedra con piedra, libro tras libro –como si Shih Huang Ti– pero a vos te hablo: voy deteniendo el dolor. En mis hipérboles tuyas soy sólo un clown solitario.
2
poema cache XIX mi metrónomo inexacto grave largo lento adagio vinieran los días la erosión de los días larghetto andante andantino fueran las cosas el común de las cosas sostenuto comodo maestoso van a venido lo que habido hubo moderato allegretto animato iban a sido lo que habrá de haber allegro allegro assai allegro vivace puesto salió el minúsculo sol de la dicha vivace presto prestissimo fuere el amor con toda su porquería y su relojería elemental
Marcelo Silveira nació en la ciudad de Salto (Uruguay) en 1982, creció en Buenos Aires y desde 2000 reside en Montevideo. Cursó estudios inconclusos de Letras durante los mismos años que formó parte de la revista “Milcuernos”. Su relato “Tango de la inundación” fue publicado en “Eñe. Revista para leer” n° 7 (Madrid, 2006) y en El descontento y la promesa. Nueva/joven narrativa uruguaya (ed. Hugo Achugar, Montevideo, Trilce, 2008). Un puñado de sus “poemas cache” (inaugurados en “Milcuernos” junto a Oliverio Zamaute) obtuvo en 2008 el 2° lugar en la convocatoria “Poeta Revelación” de la revista “Plebella” (Buenos Aires).
3
Olga Leiva
lamentediosa crecí dentro de la caverna del cuerpo que era el fuego se hizo mayor comí piedras recorrí la Pradera de la Tentación como una serpiente que ha navegado todos los mares menos una la Mar del Arriba la mar que escribí con el grito amor mi cola era larga y para entenderla tuve que cortarla en trozos iguales mil trozos cabalgando hacia el Corazón de la Greda la greda que era coral comprendí _porque sólo se comprende lo que se devora_ que el amor no puede ser nombrado no puede ser bebido no puede ser repartido en trocitos iguales en la Mar del Arriba pegué los dedos para tocar toqué desde el Abajo la Piedra Uniforme que es un animal espantado no había tierra que correr no había huella que decir cosa que cantar el canasto de la Gloria se movía en la planicie de mi vientre y estaba queriendo comprender que el amor no puede ser nombrado 4
en la Cueva del Futuro donde las sombras son frutas preciosas colgué mi último cabello la última hebra de mi aliento quise gritar volver a nacer sin cansancios para poder comprender que soy una sombra antigua y tengo miedo sólo tengo el Miedo
5
deslizamiento
cabalgar el viento desnudando las sogas las espinas. ser la cleopatra muda sumergida en leche rodeada de manos que cantan. detener el freno. soplar la caída. pedir clemencia a los árboles para seguir flotando. vaciar tu tubo perpetuo de flores. esperanzar. no repetir. y continuar el embarazo de las nubes. yo miraba detrás del vuelo y era una hembra permitida. ahora rasgo el sielo con el nombre de la perla escrita en mis pezones. ser mujer y comprender. ser humano y dejar entrar el color de la imagen de nueve caballos volando con los pies. nueve caballos comiendo éter. elevándose. pintando el día. relinchando rojos. perdonada. perdonada en un sillón de este barco. perdonada y vaciando mis tubos para que entre. preparada. abro el sexo la boca y el tubo que me ata a la barriga del viento. el relámpago en flor. las espadas permanentes para que avance. tubular vacía. abrazo caída. remontar esta tierra de garganta.
6
antroposofario
las escalinatas emulan el sexo de un pájaro expandido sobre los omóplatos del sielo. hay alguien ahi? preguntan sus alas. hay alguien hilvanando el silencio entre las palabras? el plexo tirita un amargo recuerdo de eras congeladas en la mar del arriba: allí ya no hay nadie. el cuenco en su pecho oscila. rocía un anochecer líquido. membrano. camufluo. asexuado y albino. cresta que se le para porque allí ya no hay nadie. manos o pelos. pupilas ni vómitos. no hay silencios humanos. rompen su plexo. obstruyen sus comisuras con hierbas. pero son distintas manifestaciones del vacío. la ascensión se hace descalzo. en silencio y con el morral repleto de sangre. se moja cada escalón. se deja la marca. y se sigue.
Olga Leiva (Lund, Suecia; 1981). En 1991 llega a uruguay donde vive hoy. Comienza sus investigaciones poéticas en 1998. Actualmente estudia diseño industrial textil y antropología. Ha publicado en distintas antologías de poesía en uruguay, paraguay y suecia. Desde el año 2008 comienza a participar en diversas lecturas encuentros y performances en el circuito artístico de montevideo, a destacar: el primer encuentro de poesía experimental organizado por el ministerio de educación y cultura (mec); boliches en agosto, organizado por el mec; museos en la noche, organizado por el mec; galería de arte callejera toll mvd. Últimas publicaciones: Skräp poesí / Poesía Basura: Poesía Latinoamericana escrita por mujeres (antología bilingüe sueco-español, Ed. Poesia con c; Suecia, octubre 2009. La lengua del Viento, Ed. CATAFIXIA; Guatemala; febrero 2010. La lengua del Viento, Ed LA PROPIA CARTONERA; Montevideo; abril 2010. Bagrejaponés (coautora), Ed LA MENTAL; Montevideo; julio 2010.
7
Alejandro Keller
Negaciones para librarme de un sueño Atenas, verano 1948. Anoche faltó agua en el hotel. Hasta yo sé que no debí pegarle al conserje pero hace tres días que no bebo y ayer, como dije recién, ni siquiera agua. Las prostitutas salen del cuarto sin saber de Miguel Ángel; todas huelen y se llaman igual. Tu mano suturando un Vermeer desquiciado nada significa en un texto anclado de mediodías mitológicos. Es el primer poema que escribo por encargo, en nombre de las cenizas que nos legaron huérfanos. Hoy, que horóscopo y agendas lo permiten decido comunicarte que a fin de mes no esperes chocolates. 1996, Montevideo invierno. Es posible que amanezca y me dejen tomar un café tranquilamente. Reservé mesa para dos. Espero, a nadie. He sido un turista poco amable. Incendien esa luz. Saquen la puerta.
8
Día ocho La mesa está servida. Purísima, el agua devuelve restos de fuselaje. Abuelo dice que pertenecieron a cazas alemanes de la segunda guerra —dudo que los alemanes volaran en 747— bombardeando su pueblo a pleno día, mientras el peluquero grita es necesario cortar la oreja, no va a aguantar en este estado. Los niños escuchan en la arena. (¿Cuándo fue el año pasado?) Con dedos de roer, descansaron lo que queda. En vísperas de Navidad, el castillo del cordero es un monumental hospicio. La orilla está llena de cadáveres que debemos esquivar con elegancia.
9
Carta llena de amor «…ho scritto/lettere piene d’amore//Non sono mai stato tanto/attaccato alla vita” Giuseppe Ungaretti El paisaje pega y recorta detalles cotidianos. La otra noche, sin ir más lejos, un cordero se manchó con sangre de verdugos. Breve juego adverso la memoria: manos antiguas recogían papiros en los ríos; ciudades abiertas sobre tierra. Hasta el silencio más joven podría adivinar la contraseña de las hormigas apurándose. —Álgebra de arterias que pasa de un vaso a otro. Vi decir que uno deja de ser niño cuando posterga dibujar humanos asuntos en las nubes. Una tía cercana solía repetir que después de perder la dignidad no queda nada. Estaba deliciosamente equivocada. En todo caso, resulta conveniente atesorar los pantalones. (Un forense asesinado constituye un marco de altísimo valor ético) Es preciso una clave que resguarde de exilios. Ni casitas quemadas, ni lenguas arrastradas por caballos —nube que toma forma de nube. Improbable telón de fondo; lo demás, se sabe, es nieve Alejandro Keller. Nació en Montevideo el 24 de febrero de 1979 y pasó su infancia en Israel. Poeta, fotógrafo, músico y locutor, se desempeña además como terapeuta corporal Zen Shiatsu e instructor de Yoga. En abril de 2008 publica su primer libro de poesía (“Postales de Sobremesa”) y en noviembre del mismo año es nominado al premio Bartolomé Hidalgo, otorgado por la Cámara Uruguaya del Libro. Ha obtenido el Primer Premio en el Concurso Literario Municipal, género poesía (2007), Primera Mención en el Concurso Literario Municipal, género poesía (2006), Mención de Honor en el Concurso de Poesía organizado por Radio Nuevotiempo y el Ministerio de Educación y Cultura (1998), y Primer Premio en el Concurso de Poesía de la Revista Graffiti (1997). Como fotógrafo, recientemente participó de la muestra colectiva “Superficial” (Galería Marte Upmarket) en el marco del Festival Internacional Fotograma (2009) y estuvo a cargo de las imágenes para el cd, proyección en vivo y sitio web de la banda Laura y los Branigan (2010).
10
Claudia Magliano
Los ĂĄrboles de la mente son negros. La luz es azul. Sylvia Plath Hay un bosque en mi cabeza Es un bosque a mediodĂa Donde el sol no llega Y el aire es una cosa densa Hay un bosque Adentro En mi cabeza Que me llama a veces Golpea Golpea Tropiezo en su luz Me ciego Y el cuerpo se me va como una estrella Luminosa y opaca.
11
No creas en mí Ni en la rutina del alcohol En la torpe presencia de esta copa No creas. Ábrete paso en el discurso que no digo Tradúceme Revela el significado Quita de mi camino mi propia sombra.
12
Si fuera hombre no me hubiera estrangulado de tu hermoso cuello Ni hubiera muerto de tu perfume Si fuera hombre, se me ocurre, habría fundado una descendencia Una ciudad que incendiar después Si fuera hombre vendrías más pronto hasta mi casa Cuidarías de mi gato o de mí Cuidarías esta rara costumbre de enamorarse Iríamos por las calles Y la vecindad Y las niñas de trapo mascullarían nuestra simpleza Y todos saldrían ilesos bajo los vestigios que dejáramos Si fuera hombre no me hubiera bajado en la estación correcta Después de que trocaras con tu ojo la prosaica ciudad y me dejaras pastoril y mística para siempre No te llamaría a estas horas para estar al tanto de que no vas a llegar nunca Entonces no hubiera escrito este poema Ni otro Ni otro Ni otro O sí Tal vez hubiera escrito que si fuera mujer criaría nuestro hijo Besando tu frente cada noche Nos criaría Haciendo del hambre un refugio donde alimentarse Haciendo de lo doméstico la imprescindible permanencia Hubiera escrito que si fuera mujer dejaría mi blusa en tus hombros Y cansada de esperarte me ahogaría en el primer barrizal después del diluvio Si fuera hombre y no mujer empuñaría mi sexo entre tus piernas Y vos del otro lado a la espera de una elevada forma de estar Afectarías la cadencia del asombro Entretanto tu muslo y tu cintura circunvalaran mi lujuria Entretanto practicara yo la magia ancestral de volverse necesario De volverse uno entre los otros que tampoco siendo mujer te harían su cautiva Te desposaría Te daría una casa y un poco de libertad entre billetes Si fuera hombre no hubiera podido morirme de amor bajo la sombra firme de tu vientre No hubiera podido contemplarte hasta deshacerte de ojo y de mirada Y no habría imagen de ti entre mis manos Ni húmedas grafías donde inscribir un poco de tu historia Si fuera hombre podría olvidarte sin tener al fin que planificarme una estrategia.
13
bio/biblio: Claudia Magliano nació en Montevideo, 1974. Es profesora de literatura egresada del Instituto de Profesores Artigas. Ha intervenido en Encuentros, como el Primer Encuentro de Literatura de Mujeres, cuya publicación La palabra entre nosotras, incluye su ponencia en co-autoría con Virginia Lucas; obtuvo una mención en las Jornadas de Literatura y Psicoanálisis, organizadas por la Asociación Psicoanalítica del Uruguay, con un trabajo sobre Alejandra Pizarnik. Textos suyos fueron seleccionados en el concurso Cantá Odiosa, organizado en el IPA. Nada es su primer libro de poesía y recibió el premio del concurso de AEBU y de la Casa de los Escritores.
14
Nicolás Alberte
ANIBAL IMAGINA UNA DIOSA BLANCA QUE CONQUISTA FINALMENTE ROMA como si hubiera muerto el niño Jesús y su sepelio fuera en la ciudad de México así pasaron los camiones por Sonora que llevaban desarmado el escenario del concierto de Madona y los instrumentos silenciados, para mí fue como ver pasar por nuestra puerta así en los pirineos y los alpes, la imponente marcha de los elefantes gigantes y oscuros de una reina itálica nacida en Cartago república de movimiento sobre las rutas negras del norte ahí van los elementos de la diosa con sus cien mil hombres y sus elefantes y nosotros como los iberos o los Galos tratando de unirnos al veloz contingente ruidoso, las pasturas verdes como mercenarios blandos acompañaban el movimiento de los trailers armados como una brisa leve y agresiva al mismo tiempo sí, la tierra temblaba y por eso creo yo pensaba en elefantes porque son ellos los que mueven y sostienen el planeta venían desde California los camiones sus conductores eran rubios gordos o vikingos con gorras que ignoraban al sol o contraían el cerebro algunos de ellos hicieron sonar sus bocinas para saludarnos y nosotros obedientemente levantábamos las manos nadie se detuvo, ninguno paró el ruido pasaba, pasaba la historia aquí y ahora yo me preguntaba cómo y cuándo 15
se le ocurrió a Aníbal que podría invadir Italia y vencer conquistando Roma con todos aquellos elefantes muertos
ASMA Y MONTAÑA “me entiendes: asma es amor.” Gonzalo Rojas. Dos de las cosas que sabemos: entre los beduinos una vida extensa tenía menos valor que las extensiones sin vida de las arenas de las dunas del desierto y en las sierras estábamos más por la A de amar que por la del asma. Lo que digo es que para usar ese verbo como hace falta tal vez haya sido necesario que mataran al Che y a tantos otros o que él mismo, el Che hubiese terminado con la vida de unos cuantos tal vez buenos, tal vez malos; cosa que nosotros Todos nosotros nosotros Todos Nosotros los que tenemos todo, tanto desaprobamos estos días. Pero si en las arengas de aquel desierto selvático inhumano un montón de puños que nunca supieron del amor van salvajemente odiados como un cuerpo unido ya descrito por el afamado Dante ¿qué juicio puede hacerse de eso ahora? Cuando yo era niño leía las hazañas del Che ya muerto y hacía fuerza mucha fuerza toda la fuerza que cabe en las montañas inocentes de la poesía para que no lo fusilaran en Bolivia, tenía la foto de su cuerpo perforado en blanco y negro cara de muerto que no es la de él, y tenía la foto de Korda colgada en la pared. Más grande me di cuenta de que ese no era el Che ¿quién era? Eso lo ignoramos. 16
Algunas de las cosas que ignoramos: de quién es el cuerpo muerto en los Andes; Las cordilleras que mezclan juventud y amor, hambre y miseria; El frío de las alturas en las que crecen los pelos apartándonos como una corriente brutal de nuestra propia cara la escasez de oxígeno que es una revolución en los pulmones las arenas de las dunas del desierto y los beduinos más por la A de amor que la del asma. ¿Y ahora qué?
17
NO VEÍAMOS ALGO ASÍ DESDE CARAVAGGIO Antiguamente cuando las cosas se podían esconder como un cuadro que se cuelga en una sala oscura o una virgen fecundada por la luz de la ventana que es ahogada en el Tíber sin saber de quién es el niño que muere con ella en el agua, había una cosa en que los muertos eran superiores a los vivos: mantener la pose. Antiguamente cuando la gente se moría joven mientras Caravaggio los iluminaba con una oscuridad que sólo la noche puede susurrar a la pequeña luz de unas velas, ese soplo como un barco que se escapa de uno de los capítulos del libro de la épica salido de las costas ásperas de Ilión para venir a Roma viejas orillas del arte a las que jamás pudimos regresar. Un hombre sin ropas que llora no es un hombre desnudo, es un hombre descubierto. Creo en que está todo escrito: el maquillaje las barbas la luz el amor los ojos persuasivos todo ese teatro que se acerca remando al precipicio pero desde Caravaggio que no veíamos algo así.
Nicolás Alberte (Montevideo, 1973) ha publicado cinco libros de poesía. Tres en Uruguay: el cuidado que ponemos diariamente en no morirnos (Ed. De la Feria del Libro, 2004), vacío en partes iguales (Artefato, 2005) y montevideanas (Amuleto, 2008), uno en México: “unapalabramáslargaquelanoche” (Limón Partido, 2006) y uno en Argentina, Escritos a la luz de las cosas que no se ven (Gog & Magog, 2009). En narrativa, ha editado la novela ópera prima (Artefato, 2007).
18
Laura Alonso
SUCCIONADOR no contienes. eres desparramo de juguetes y cajitas musicales precintadas. un nicho en la cara de la tía que cabalgaba en pelo la morfina, la metástasis. tragas luz a lo insondable, donde la palabra no es arco voltaico. no eres
cántaro
vaso
boca
te insistes sanguijuela en el plato vacío de la sopa. arrojo unas piedras planas y no suenan porque no contienes y sin embargo, eres toda la hondura impensable sorbedora, blanquecina de hospital, grisura humana revolviendo basurales, amor mal curado con grageas. precipicio imperturbable. ***
19
DESDE ABAJO en el fondo de un pozo alguien hamaca un rosario. despliega en el ritual un c贸digo de hilos. se encorva, estremece. hilvana un fragmento de cielo amordazado. ***
20
OFTALMOLOGÍA POÉTICA el párpado del hueco obra la duplicación de su disfraz. el velo. Veladura, voladura nunca hacia la urdimbre. un cartel intermitente: no intro no exit el párpado del hueco sombrero cofia burka. Perímetro horca del poeta topógrafo enfrentado al parpadeo con aparatos pobres. Precario abridor de huecos. maquillador de lo insondable. Mecánico incompleto. el párpado del hueco. el ojo del hueco. el hueco ojo. el ojo tembloroso del poeta cuando el párpado del hueco se abre.
Laura Alonso (Montevideo, 1970) es docente de arquitectura y poeta. Incursionó en la narrativa, siendo premiada en el concurso de cuentos “Eróticamente” organizado por el semanario “La República de las Mujeres” (diario “La República”-1998) y publicó los relatos “Tres Tristes Trinidades” (Editorial Artefato-2007). Desde el año 2008 ha recibido varios premios por su obra, destacándose una Mención en el concurso de cuentos “Paco Espínola”, el Segundo Premio en el “Premio Anual de Literatura” (2008) del Ministerio de Educación y Cultura con su libro de poemas “Tratado sobre huecos” (editorial Estuario-2009) y la Primera Mención con su obra “Poesía rota” (inédita) en el “Concurso Literario Municipal” de la Intendencia de Montevideo (2009). Algunos de sus poemas integran antologías de poesía en su país y en el exterior.
21
Paula Einöder
Poema roto Le quito páginas al río y cuando digo río escucho a los pájaros agolparse en los ramajes viscerales para por fin desmenuzarse en el cielo disuelto No. Le arranco páginas al río Quiero decir –intento lo que no se puede Detener al río no se puede No se le pueden quitar todas las hojas al río Detener lo escrito en el agua Pero le quito las páginas al río Me defino por eso. Y lo hago Atravieso una penumbra. Pero el río es una máquina feliz Existe aparte de mí. No me espera ni se inmuta y yo escribo sola No digo –ahogada- pero pienso que el río escribe versiones que luego desleo sintiendo mi problema de enfoque Igual, las páginas se escriben solas y yo estoy sola cuando escribo e intento quitarle páginas al río
La escritura de arcilla Escribiré sin motivo y sin consideraciones. Agarraré cada palabra bizca y deshecha y la haré de arcilla. La pasaré por el fuego. Le daré aliento. Cada palabra será un hombre. Poblaré la tierra de palabras. Llenaré páginas de hombres. Habrá arcilla en vez de tinta. Escribiré sin volumen. Me cegaré. No voy a pisar ninguna palabra. Serán mi bastón. No voy a buscar al hombre. Porque un hombre está hecho de texto.
22
Está tejido de demasiadas palabras. No voy a buscar al poema. Porque un poema está hecho de carne. Está compuesto por demasiados tejidos y músculos y nervios. Escribiré sin propósito y sin esquemas. Pero nadie podrá reprocharme que no haya unido la palabra con la arcilla, la tinta con la sangre. Además mi falta de originalidad es buscada. Lo novedoso y el olvido son lo mismo. Pero mi poema está escrito. De eso trata el asunto.
Paula Einöder (1974) es Licenciada en Letras (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República) y profesora de inglés. Escribe poesía desde muy joven. Publicó La escritura de arcilla, Montevideo, Ediciones Imaginarias, 2002 (Mención Especial del MEC en Poesía Inédita año 2000 y como Obra Édita año 2003), Miranda o el lugar desde donde no se habla, Montevideo, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 2004 (Mención Especial del MEC Ensayo Literario Inédito año 2000) y Árbol experimental, Montevideo, Artefato, 2004.Poemas suyos fueron elegidos para el libro Breve muestra de poesía contemporánea del Río de la Plata, Selección II (Buenos Aires, Bianchi Editores, 1995). Además integra antologías: Antología de poetas jóvenes uruguayos (Montevideo, AG Ediciones, 2002), Sin fronteras 1 ½. Pequeña antología de poetas jóvenes uruguayos y paraguayos, (Asunción, Arandura Editorial, 2004), El amplio jardín. Antología de poesía joven de Colombia y Uruguay, (Montevideo, Embajada de Colombia en Uruguay-MEC, 2005) y Plata Caribe. Poesía Dominicana y Uruguaya del Siglo XXI, (Montevideo, Universidad del del Trabajo del Uruguay, 2008).
23
Diego de Ávila
Donde la casa ha sustituido al hombre que la habitaba, y ahora yace, bajo la casa inmensa de todo, a la intemperie, sin guardar nada, guardo el sótano vacío. Todos los muebles los arrojé contra un árbol de tronco en otro lado, tallé la forma y el corazón del habitante, de lo que yace solo adentro y queda siempre en su lugar, y he sido yo. Como un pozo muy estrecho en donde no cabe un hombre. Como el pozo del cuerpo que baja por la boca. Así me siento: sin cama y sin silla. ¿Vos no podés hacer girar una puerta? Podrías empujar mi casa por todo el país con tus músculos de ser sentimental que viaja, de este a oeste, por todas las carreteras y los puentes y los caminos. ¿No podés empujar una puerta? ¡Podés empujar una vivienda! Déjame territorio para entender que las ventanas de mis paredes son mis propios brazos dados a sostener todo cuanto allá afuera falta de mí. ¿Por qué diría sino que mi casa es lo que se sostiene bajo la casa inmensa de todo el mundo, como he dicho? Es por eso que lo dije. Vos, que sos tu propio hogar, no vas a meterte en mí; soy un hoyo en que yo mismo no quepo, porque no sé qué es el hoyo. Solo podrás empujarme cuando intentes entrar. Y no podrás entrar, y vas a empujarte conmigo hasta el otro lado del país. ¡Cuando empiece a llover en todos los continentes! ¡Qué grande que será el río cuando se desborde el agua del surco con el que partiste en dos, las dos piernas! ¡Vacío veré adentro entonces con medio cuerpo del esfuerzo tratando de encenderse! Pero no nos encontraremos, a mí. Yo avanzo como un sol meridiano, a punto de vivir donde tú vives, torno a desplazarme hacia mí de nuevo, puesto que no hay lugar donde salir, pues dentro y fuera no puede ser en un hombre que tiene la misma sensación que todas las otras cosas. Cuando llueve, llueve en todo el mundo pero la lluvia nunca ha estado sino adentro. Nada puede caer de afuera, solo puede caer estando allí. Cuando la lluvia ha sustituido al hombre que era su casa, soy mi casa nuevamente, soy el que nada guarda adentro, ni siquiera a sí mismo, y entiende que poner los pies sobre el mundo es ponerlos fuera de un solo lugar. Como todo lo que cae desde el centro, y no desde lo verdaderamente alto.
Diego de Ávila (Maldonado, 1984). Escribió "Invocaciones en off", "La cara del pescador es un poema" y "Piedra de sol de noche" (inéditos). Participó en diferentes colectivos artísticos, y organizó y coordinó los encuentros anuales de artistas varios "Etcétera", presentados desde el 2004 en la Biblioteca Nacional.
24
Laura Chalar
Montevideo
para mi hermano
I Sube luz de mar por las calles dormidas, y el viento enreda nubes violeta en el alto anfiteatro de la noche. II Cordón Con dedos grises la lluvia va dibujando los árboles. Tras las calladas ventanas nace la gente al domingo. Y brillan las baldosas rotas como pobres en sus galas. III Rambla Arena y granito ondulan bajo un largo espejismo. Más lejos, se despereza la lengua de la escollera. IV La tarde del jacarandá se tendió sobre la casa-barco. En el aire giraban esquirlas de sol y gorriones en inquieta filigrana. V Puerto Crepitaba el verano calle abajo, camino al mar. Un carguero panzudo y despacioso cortaba el brillo duro de las aguas, arrancando astillas de luz como señales al arco incandescente de la bahía.
25
Laura Chalar (Montevideo, 1976) es abogada, escritora y traductora. Publicó por así decirlo (poesía, Artefato, 2005), El discreto encanto de la abogacía (cuentos, Fin de Siglo - FCU, 2007, mención de honor en los premios anuales de literatura del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay) y El vuelo del pterodáctilo (cuentos, Fin de Siglo - FCU, 2009). Durante 5 años fue coeditora de la revista Versal, editada en Holanda. Ha traducido al inglés a muchos poetas uruguayos, y colabora habitualmente con revistas de Gran Bretaña y Estados Unidos.
26
Francisco Tomsich PAISAJE IMAGINARIO Nº 9
Me he enchastrado, en todos los huesos Las grandes copas marginales Son las que buscan siempre el bello tono Son las más áridas, las ortivas, el hormigón, los muelles O toda la farándula famélica que recogen con sus grandes brazos Las escenas menores de los grandes poetas Ahora son el júbilo, lo que hay adentro no importa Ahora debe arrimarse el cantante y poner en juego a la flor Que asoma el riesgo de poblarnos absolutamente solo Piénsenlo en raiz, en cubos sísmicos En lo que ocurra En la primeridad absoluta, en los cantos negros, En las muelas Porque llegó el otoño La costumbre que tejo (No facilita los climas, no los sumerge más, no evita fuegos) Que proviene de los ojos del cielo Menudo polvo ¿por qué habría de encontrar el mamífero primero? ¿Por qué habría de importarnos su refugio? Si su columna fueron los planetas, y las líneas suaves, y los astros Si su tiempo se ha medido y ya le he dicho que me importa Sólo puede pensar el que está solo Y no se detiene ante el bicho húmedo, ni recoge la sal que se ha caído Ni ensucia los relojes, ni cuenta en climas pares al pasar la noche Yo por eso no aguardo una respuesta Yo solo sé lo que pregunto. (Recuerdo el patio al lado de mi sombra Y la sombra del patio concurriéndolo todo Esperaba en las tardes la frecuencia del lodo Que enchastra con cuidado –empieza el hueso–) Espero datos cultos del oído Hago bailar su cadencia en la nevada No me importa el frío ni el otoño “Sabe hacerse arder cuando lo quiere” 27
HAIKU una hoja nueva sac贸 antenoche el 谩rbol bolsa de nailon
28
SIN TÍTULO El centro está en el centro de la rosa, la rosa está en el centro del cantero que oficia de riñón del cancerbero que guarda las puertitas de la cosa. La cosa está en el húmero, en la fosa sin número ni luz. No hay jardinero tan viejo que recuerde, ni madero que oficie de pebeta, ni una losa que indique dónde, cuándo, cómo o nunca. El resto del poema se hace drama, el drama se entrevera con pintura de un color aguachento que no funca y entonces busca música, reclama ser prosa y no se da con la premura.
Francisco Tomsich, 1981, Artista & Autor. Cofundó los colectivos .txt, Río Cuchara, Pacientes y Traspuesto de un Estudio para un Retrato Común. Escribe en el semanario Brecha de Montevideo. Publicó el libro Sonetos a Dos, escrito a cuatro manos con Horacio Cavallo (Trilce, 2009, Premio Fondos Concursables para la Cultura/ Ministerio de Educación y Cultura). En 2006 obtuvo un premio Beca en el 52º Salón Nacional de Artes Visuales. Participó en muestras colectivas en las principales salas y museos de Montevideo y en La Coronilla, Conchillas, Maldonado, Punta del Este, Riozinho, Porto Alegre, Minas de Corrales, Tranqueras y Berlín. Expone individualmente desde 2003. En 2009 representó a Uruguay en la 7a Bienal do Mercosul.
29
ADENDO Poemas de Horacio Cavallo
Midas. Mi mujer, la sirvienta, dos vecinas, la heladera, el portón, y los espejos, El parral, el jarrón, los diarios viejos, el rosal, el malvón, las cinacinas. Las latas de ananá, las de sardinas, los anteojos y los catalejos. El balcón, el parqué, los azulejos, y un blister olvidado de aspirinas. Todo se vuelve barro con el tacto. El método es de Apolo. Lo delata su venganza anterior, más redituable. Dejo el fangal oscuro, irrespirable, y me baño en el Río de la Plata, volviéndolo marrón con el contacto. II Dionisio lo premió con un deseo por su hospitalidad. Él pidió oro. No escuchó hablar de Icaro o del toro con cuerpo de hombre que mató Teseo.
30
Quiso volver dorado el Mar Egeo -La historia no lo cuenta pero un coro de borrachos se la ha enseñado a un loro que la repite por Montevideo-. pero se volvió viejo en el intento, atorando palomas con miguitas de diez quilates en alguna plaza. Perdido todo: la mujer, la casa sentado silba a puro descontento haciendo de las lágrimas pepitas. Siete vientos Ponemos a los muertos en la mesa repasando sus tardes olvidadas. La mano nos sostiene la cabeza, la sombra es de las luces apagadas. Oímos como cantan nuestros muertos de voz aguardentosa o agua fresca. Los vemos solitarios en los puertos silbando la ilusión de buena pesca. Los hijos de los hijos de mis hijos intentan entonar esas canciones: "fusiles, candelabros, crucifijos, y un oxidado as de corazones" repetimos –autómatas en coro– y nos volvemos uno en el intento. Después vuelto a mí mismo, rememoro de qué manera desparrama el viento.
31
Haroldo
Ayer asamos carne y esperamos a Haroldo Conti entrar desde el silencio Él se hizo ver mientras nos repasamos los últimos dos días en las sierras Le pregunté los nombres de los árboles y el dijo nombre, altura y residencia. Le pregunté los nombres de los pájaros y mirando las brazas los nombraba.
Él preguntó si alguno vio su cuerpo y no tuvimos nada para darle.
DF a mis hermanos mexicanos. Manda la noche sobre la Catedral ¿Adónde dormirá el organillero? Vamos por un tequila, oral güero, se desvanece el humo del copal. Oigo a Rockdrigo, profeta del Nopal, soplar la armónica desde un agujero. Parece la ciudad un hormiguero, que brota de la boca del mezcal. El blanco, el verde, el rojo confundidos desde el cero del Zócalo a Tijuana. Brota la sangre desde los períodicos. Tacos, jochos, magüey, torta cubana ficheras, ambulantes, descocidos y las rancheras de los melancólicos.
32
Horacio Cavallo nació en Montevideo el 31 de diciembre de 1977. Es narrador y poeta. En poesía obtuvo el Primer Premio (compartido) en el Concurso Anual de Literatura del Ministerio de Educación y Cultura, en 2006, con el poemario titulado El revés asombrado de la ocarina. En narrativa obtuvo menciones de honor consecutivas, en 2004 (Maquinaria viva, novela) y 2005 (Doce vueltas alrededor de un plátano, cuentos), en el Concurso Literario Municipal, y el Premio Municipal en 2007 con la novela Oso de trapo, editada por Trilce en 2008. El mismo año fue galardonado con una de las 10 becas Luis Cerminara que otorgó la Intendencia Municipal de Montevideo a jóvenes creadores. Ha publicado algunos de sus trabajos en la revista Versal (Holanda), El Parnaso (España), Viento en Vela (México) y Punto de partida y Punto en línea (México, UNAM), El quirófano, (Ecuador) y Desenredos, y Antonio Miranda(Brasil). Integra varias antologías tanto en el género narrativa como en poesía. En 2008 fue premiado con los Fondos Concursables junto a Francisco Tomsich por Sonetos a dos (Trilce, 2009), un libro de sonetos escrito a cuatro manos. En 2009 obtiene los Fondos Concursables en la categoría narrativa con la novela Fabril, Trilce, 2010. Ha participado en Festivales de poesía en México (Vértigo de los aires, 2009) Brasil (Festlatino 2009) y Venezuela (Filven 2008).
33