Lo que podría ser: Poesía Joven en Durango Carlos Yescas Alvarado
La Sociedad de Escritores de Durango (SED) cumple 25 años de letras en esta entidad del Norte, tiempo en el que se ha plasmado un estilo literario que ha marcado a toda una generación, que empieza a ceder el espacio a jóvenes escritores que se encuentran en la búsqueda de su voz y su espacio, no como un rompimiento, sino como un desarrollo necesario en la literatura local. El tiempo, dice Borges, es probablemente el único problema para el ser humano, y por supuesto, la poesía no escapa de este problema, sobre todo, porque bien pudiera ser, a decir de Verlaine, una aprehensión del presente, de lo fugaz. Pero la poesía sirve también como una herramienta para poder construir un nuevo mundo, cada día, porque el mundo muere y nace todos los días. A decir de Octavio Paz, la poesía está en un tiempo presente, nuestro tiempo, como lo que podría ser, y recuerda a Aristóteles cuando dice de la poesía, es “lo posible verosímil”. Aquí está una muestra entonces de lo que podría ser la poesía misma en esta, a veces olvidada (a veces olvidadiza) ciudad alacránica, en la pluma de jóvenes poetas que recientemente se presentaron en el Encuentro Internacional de Escritores “José Revueltas” 2016 y que forman parte de las fuerzas básicas de la SED, y por supuesto, en quienes se encontrará, en su momento, el tiempo de cambiar de tiempo.
1. MARÍA LUISA SADEK RIVERA 2. FREDY LANDEROS 3. GUILLERMO ROMO DE LOS REYES
MARÍA LUISA SADEK RIVERA Joven aprendiz de letras, nacida en Durango el 19 de Junio de 1994. Estudiante de arquitectura en el Instituto Tecnológico de Durango. Desde edad temprana comienza su interés por la escritura. A los 21 años decide compartir algunos de sus textos presentándose por primera vez ante el público en el Encuentro Internacional de Escritores “José Revueltas” 2016.
Amar i a Luisa
I Desde mi ombligo Susurras, sometes, inquietas. Desde mi ombligo Vienes a mí: Aléjate y corre por mi vientre. Susurra un diamante, una rosa, Un adiós. Aléjate. Vete. Aquí no hay lugar. No hay un solo rincón.
II No solo me toques la piel. No solo me roces la boca. Encuentra más que mis mejillas. Deslízate por mis muslos. Acaricia el borde de mis otros labios: deja que mi vientre se contraiga. Déjame mojarme. Llorar abrazada a mi vulva. Deja que la piel respire Y erice todos nuestros fantasmas. Que unos dedos toquen el rostro, Ese que no conozco. Ese que no busco.
III Aleteas entre la enramada de mis oídos: Descansas y amaneces a la mitad de la vida; A la mitad de la muerte. Ni el sueño llega libre. Ni la libertad llega a ser un sueño. Corres por mis brazos. Respiras por mis pies. Gano y pierdo. Pierdo y pierdo. . Cariño de mi miedo. Cariño de mi vida: Eres: somos una y somos dos. Soy: somos una y somos dos. A la mitad de la luz. A la mitad de las tinieblas. Algunas veces somos más tiniebla. Algunas veces somos nada. Nos damos todo. Me das la mano que está en mis ojos. El beso anclado en mi pecho. La luz que flota en mi ombligo. Los pasos en mi garganta. La pluma entre mis garras. Todo y Nada. Soy Niña-Pez y Niña-Lobo. Entre mi mar y tu bosque Soy tu chiste y tu arnés.
IV Hilos y tiempos en que te pierdo Entre miradas. Entre la gente. Dentro de mí. Acaricio tu mejilla de nuevo Y beso tus manos. ¿Hay un mapa para nuestro encuentro? ¿Tenemos remedio? ¿Dónde me encuentro yo, que soy mi medicina? ¿Quién eres sino yo? No te escucho. No me brisas cuando soy mar. Corre y dile a la nada que me eleve hasta ti.
V Te separas una y otra vez Y te busco cuando me canso de andar por aquí y no encontrar.
Eres muerte. La caída de cadenas en algún lugar, En algún espacio donde desatas cuerdas que ato a la tierra.
Cerca te quiero. No muy cerca, pero te quiero.
No distingo el día de la noche Ni me escondo del color gris Para que no vengas. Para que no me busques. Para que no me digas, mientras me abrazo a ti, Que temo no tener nada que contarte.
No quiero decirte que empiezo a huir de ti.
VI Se apoderó de mí. Le di permiso. Amablemente me quitó una a una las personas, lo querido y lo amado. Poco a poco, paso a paso se los llevó y no me di cuenta. Me quitó la fuerza y la prisa por terminar Y llover lo soñado. Me dejó a la orilla de un camino sin camino. Sin Norte ni Sur. Sin piernas ni brazos. Sin agua ni sed. Se fue con esa parte que me latía por entero. Se fue conmigo y nos dejó sin mí.
VII ¿No me sientes? A esta hora hay miedo Entre los hilos del alma. No me desborda la voz ni la palabra
¿No me escucho? ¿Y si nadie entiende? ¿Y si tú no escuchas? ¿Y si me voy? Pero ¿qué tal si ríes? ¿Qué tal si camino tus pies? ¿Qué tal si penetro tus oídos Y le pongo mi piel a tus huesos? No sé.
VIII El cuello cansado de su altivez. El dolor del centro y el vacĂo. Las sonrisas rotas y la cabeza hueca. Las manos torcidas y las rodillas tambaleantes. La piel ciega y el ojo marchito. Este es el conjuro de la soledad Con que nos arrancamos de tajo el corazĂłn.
IX Deja que se vaya: Va buscando. Va encontrando. Espérala y ciérrale la puerta, Porque teme al camino. Busca calor. Busca cobijo. Cierra. Ciérrale la puerta y el corazón Con un velo. Cierra la boca. Cierra las lágrimas. Porque en el camino va a extrañar: Querrá volver. Que tu rostro sea espalda Para que al voltear, no vea tu espera Ni tu llanto. Que no vea tus ojos. Que la niña no corra hacía tus brazos. Deja que se vaya. Deja que camine descalza y se corte los pies, Para que cuando los mire Se dé cuenta de cómo cambia el color de la tierra, El árbol, el maíz y el frijol. Deja que llore: Cuando limpie sus ojos y respire Encuentre el cielo y los astros, Metáforas del recuerdo y la sonrisa. Deja que se vaya y se pierda Y elija a sus desconocidos, Los que la amarán con todo su odio. Lo que sea, déjala. Deja que se vaya A nacer y morir en cada giro del tiempo. Deja que se vaya a vivir.
FREDY LANDEROS
Comencé a escribir a los 15 años canciones para una banda de Punk. Abandoné la facultad de derecho y, al tener mucho tiempo libre, entre al taller de creación literaria de Jesús Marín, donde fue que comencé a escribir poesía. Gané una beca para asistir a un encuentro de escritores en Monterrey (los Signos en rotación INTERFAZ) y he publicado dos poemarios por cuenta propia.
Amor de nunca Quiero poder tenerte sin tenerte, amarte sin amarte sin miedo a perderte ni miedo a que me pierdas sin que tu felicidad dependa de mi existencia y viceversa amándonos solamente: querernos, besarnos, pelear de vez en cuando hacer el amor como un par de adolescentes que acaban de descubrir su sexualidad.
Quiero amarte y quiero que me ames no como en la televisión ni como en los libros si como en el cosmos en total libertad sin importar que mañana acabe el mundo éste o cualquier otro sin importar que mañana ya no nos veremos dejando de lado el hecho de que un día estaré solo y tú estarás sola
la incertidumbre que nacerá en el momento en que nos digamos adiós sin saber si será la última vez.
Ámame, ámame como yo te amo, sin amarte, sin quererte sin esa necesidad de querer besar tus labios de querer sentir tu cuerpo estremeciéndose entre mis brazos.
Ámame mujer, haciendo de cuenta qué no sabes que te amo sin amarte que no sabes que el amor es finito que no sabes que otras bocas besaran mi boca y la tuya como si lo nuestro fuera para siempre.
Amarnos cómo si creyésemos en dios y en la otra vida cómo si supiéramos que hoy es el último momento y nuestro próximo encuentro fuera en la eternidad.
Ámame también cómo si no creyéramos, cómo los escépticos en pecado, con lujuria no dejes de amarme cómo yo te amo amor de hoy amor de siempre amor de nunca…
Los hombres no lloran Yo no sé si el alcohol en la sangre diluye las lágrimas Que aunque siento ganas de llorar, no puedo Tal vez sea eso de “los hombres no deben llorar” Los hombrecitos no lloran decía mamá Pero, qué más da En ocasiones lo único que necesitamos es un abrazo, pero uno de verdad Y que alguien nos pregunte que cómo estamos como si de verdad le importara Que se perciba sincero y que escuchen lo infame que puede ser una vida Los miles de sucesos que ocurren en nuestra cabeza Sí, a veces no todo es perfecto
Yo no sé por qué los hombres no lloramos ¿Se llevará en los genes? Quizá a los antepasados que lloraban eran sacrificados O se los comían los lobos en señal de debilidad Imagino que un sollozo no es aceptable para los machos ni aquí ni en china ¿Dios llorará? No estoy enterado en la historia de la humanidad de un hombre que haya llorado, no Sobrio
Los hombres no lloran, es verdad, hay cierto rango de edad para gimotear Cierto grado de lucidez también La biblia masculina lo tacha de pecado Es cierto, uno no puede llorar aunque quiera Esos pequeños diamantes son lujos que no nos podemos dar Simplemente no se puede costear tal placer Y sí, tal vez alguien sabe que su sabor es parecido al del mar Que cada gota, por más pequeña que parezca, pesa una tonelada Por eso pocos las soportan, pero, de igual manera, pocos pueden librarse de ellas
Los hombres no lloran, los hombres no sienten Igualmente las mujeres nos han condenado a ello Ellas, que pueden llorar cuando lo necesitan y cuando no también, a voluntad ¿Y nosotros? Nosotros simplemente tenemos una basurita en el ojo O estamos un poco cansados O se nos metió el humo del cigarro al parpado Es lo más permisible. Los hombres no lloran, vaya virtud que se nos atribuye.
Prometo cogerte fuerte Prometo cogerte fuerte No amarte No mirarte de manera tierna Cero palabras de amor Cero preguntas que me lleven a conocerte Nada de cursilerías Seré honesto Quizá no te llamé mañana. Ni nunca. Tal vez no recuerde tu nombre Ni te escribiré canciones Tampoco le contaré a nadie.
Prometo cogerte fuerte Compartir contigo sólo un par de caguamas Una noche. No hablaré del futuro Lo menos posible del pasado Nada sobre tus ojos Aunque tal vez si algo sobre tus nalgas.
Prometo cogerte fuerte No amarte
No buscarte Ya no verte.
Te regalo mis noches de rock Te regalo mis noches de rock, mi guitarra y los cigarrillos Mis amigos, los más borrachos y los no tanto Mis parrandas, las cervezas y las botellas de vino Mis desvelos, mis jaquecas y mis resacas mortales
Te obsequio lo que soy Mi música, mi rebelde forma de vivir Mis días, a veces alegres y a veces tristes Mis tardes de soledad y mis mañanas ajetreadas
Te doy las calles por las que siempre camino Los adictos que fuman marihuana en las esquina Los que me saludan desde niño Con los que llegué a fumar alguna vez
Te entregó mi jodidez, toda Mi trabajo, mi casi nada, o nada, de riqueza Mis vicios que son muchos y mis virtudes que son escasas Las estrellas que miro en la noche, porque no tengo nada más que mirar Y los desayunos insanos que preparo al amanecer
Te regalo lo que soy, lo escaso que poseo
Todos los sueños, las letras Lo que seguro no pretendes Te doy mi yo, mi todo, mi nada.
GUILLERMO ROMO DE LOS REYES Nació en la ciudad de Durango, Dgo. Donde ha estudiado literatura desde los quince años, primero en la Casa de la Cultura y después en diferentes talleres y diplomados. También ha tenido la oportunidad de colaborar en diferentes revistas y antologías del ámbito cultural.
VERDE Adoro al tipo café que me escribe poesía la manera en que narra mis movimientos mis hierbas lo miro y me deshago en fragancias cuando el olor de la noche no llega pienso en sus ojos y me toco sobre la ropa y está de maravilla los que abren su ferocidad a mis dedos que se abren a mi plaga de cigarros y lunas los quiero como al ritmo del orgasmo cuando el mundo llueve en su apocalipsis y mis ¡bam! se igualan con mi silencio sólo los quiero a ellos
cuando estoy en el club mirando todas las botellas zafando mis sueños del mundo zafándome la realidad de los pasos intento olvidar que nadie puede creerme
que somos sólo yo y el zoológico de mi futuro que bebo grillos hasta morir de oscuridad y bailo solo hasta caerme sobre la pista sobre mi vida mis árboles mis presentes pero estoy tan verde y así podría morir solo y verde feliz me entrego a todas mis leyes al color de mi cabello y al reflejo de mis ojos y me toco rodeado de libros y nada me mueve ni aminora mis aguas ni porque nada me rodea sé que ningunos labios me apuntan al corazón y que nadie me acompaña a buscar mi niñez ni mis misterios otro velo se le cae a mis apetitos pero algunos otros se abren y sólo los quiero a ellos
amo al tipo que me mira al otro lado de mis reflejos que escribe para que no mueran mis vanidades yo me toco y se siente casi como el amor también me miro cuando no tengo ni libido ni las palabras para dirigirme al mundo ninguna ni a nadie y me toco y me miro y muestro los dientes en su clímax tan solitario podría morir y tan verde podría morir y estaría de maravilla.
ESTROBOSCOPIO
En el cementerio de neón imagino tu muerte invento el cubo y la pirámide que la tierra exhala
Me cuento la geometría de (ir)realidades que se me ha encarnado a los huesos me cuento la tierra de panteón que quiere colorearme la piel -camuflaje turbio para evitar el agua de los otros-
En las fosas como pantallas veo la proyección de tu sangre orquídea abriéndosete desde tus venas hasta la tierra veo las raíces del agave creciendo hacia arriba en cada beat y llegando a algún lugar de las nubes ahí donde se enraízan a las luminiscencias de tu cerebro levitante hechicero
solitario
Y cada tumba es una película es la promesa de la muerte en flashes es la revelación de tu vida seca de tantas agujas seca de tantos futuros configurados en las luces del piso
Hay un cementerio en la veleta de mis pasos porque un día tejiste una trenza entre nosotros tallaste los espejos que nos reflejaban la garganta por eso los días duelen porque ni el alcohol me ha dibujado diamantes en las pupilas
Y la vida gira como un trompo y duele duele como a quien le duele que los trompos giren como a quien le duele un suicidio en la memoria y los suicidios también giran por eso mis noches son como un estroboscopio girando en una ventana que ya no abre ni cierra
Imagino tu muerte imagino la violencia de las nubes que nos arrebatan la música a veces pienso tu muerte como algas creciendo al otro lado del mar
Imagino tus plataformas y a la noche robándoles un pedacito de baile todos los días entonces nacen de mi boca todas las sábanas todas las sábanas que cubrieron nuestras crónicas infantiles
nuestra falta de sangre nuestro dolor de la risa hecha pájaros que vuelan sin alas a la muerte
Sigo esperando que las luces se conviertan en aire y que en las fiestas se disuelvan tus sabanas porque aquí la música sigue girando en tu voz y en tu voz se siguen emanando los dados que la tierra aborta
Existe un ruido de fondo desde el día que tejiste una trenza es un pequeño tambor que ya crea ritmo una melodía seca y que aparece cuando más arde la psicodelia de tu muerte
A los tulipanes les nacen esferas eléctricas esferas flotantes que se elevan intangibles y el cielo esta de todos colores ya tiene demasiadas esferas y demasiada electricidad pero no van a caer del cielo para responderle a tu muerte no van a reventarse en sangre para recrear tu figura
Aún todos los días atrapo tu garganta le desentraño las expiaciones que guardabas para el invierno y las entierro para que le nazcan tulipanes al pecado de tu muerte
Pero la ruleta gira otra vez y mis labios se detienen en la sintonía del azar y el pentagrama invento tus neuronas haciendo click en el lado oscuro de la luna tus pasos de niña llevándote al morbo del fuego invento el recuerdo de una fábrica de sabanas
Te imagino tan pequeña que dueles te imagino tejiendo una trenza del tamaño del mundo y me pregunto si tú me imaginas en esta esquizofrenia policroma que me tiene adivinando la vorágine y el vacío
Te imagino en la estridencia de mis ojos imagino las sábanas rosas expriendote el fantasma por la garganta
Pero no imagino la asfixia
No imagino tus manos atándote con sábanas a la muerte no percibo tu cuerpo balanceándose en el desierto
Recuerdo cuando éramos fetos plantados en la misma maceta en un patío lleno de soles invento nuestras manos húmedas y nonatas entrelazadas ojos sin párpados mirando silencios recuerdo el líquido sin gravedad sobre nosotros y recuerdo el día que unas manos excavaron tus raíces y me dejaron solo ingénito suponiendo agua para no secarme
Tu recuerdo tiene lumbre imagino tu suicidio y se me vuelven las letras de sal bajo el pantano se me vuelve la cama de agua y despierto asfixiado entre tantas sábanas
Toco tu muerte y mi cuerpo se vuelve un remolino en esta disonancia
en esta sucesión de colores absurdos
Te imagino luminosa y brotas de tu misterio amanecida en todos los capullos del mundo y sigo para siempre inventándome tu vida imaginando tu muerte.
La trenza
Morir en septiembre es igual que morir en agosto en un árbol o en una trenza constante cada noche caigo muero porque la excitación ya no deja abro los ojos cuando el sol vuelve las calles más largas y caminar es la estufa donde Amaranta Buendía se quemó la mano
en la vida se tocan paredes se arrastran los ojos sobre la arena no se raspan las rodillas para que la sangre sienta el aire la gente escala sobre sus trenzas sueñan no ver las nubes arriba de nosotros
uno tiene las ventanas rotas y las cortinas bien cerradas y uno no vuela porque a veces la tierra es tan joven a veces tan muerta y a veces tan verde y llena de niños antes no salía cuando las mañanas me hablaban de los Heraldos Negros y me quedaba a descubrir si una piedra era piedra o caracol tampoco salía cuando la noche era muy plateada porque entonces todas las sombras parecían lobos me quedaba en mi casa y me reía de los que no tenían puertas ni ventanas luego tenía ganas de estar triste y salía para llorar con las murallas que rodeaban el mundo ahí se burlaban de mí los que ya habían arrancado todo el cabello que le colgaba al cielo me dijeron que el tiempo es una parvada pronto llené de maíz el patío y espanté a los gatos que aullaban en la azotea pero los días no dejaron de pasar y supe que la gente es lo que parece lo que dice es un árbol un jardín sin tierra ni semillas uno quiere ver uno quiere verse pero necesita tejernos a todos para encontrase las retinas y el futuro nos cae de los árboles y se rompe como un recuerdo que no recordábamos el hombre quiere escalar sobre su cabello quiere talarse el instinto uno come sobre los ataúdes vacíos y la vida no alcanza para ver cómo se cae la fruta podrida de cada árbol para eso los humanos hilan redes y andamos sobre ellas y morimos y nos alegramos y nos pervertimos no en ese orden siempre morimos aunque después abramos los ojos y queramos andar tejiendo.