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LA MAGIA DEL DRAFT NBA
RAKEEM CHRISTMAS SOÑABA CON SER ASTRONAUTA, PERO SI MIDES MÁS DE DOS METROS, NO CABES EN UNA NAVE ESPACIAL
enso. Así es el ambiente en la habitación en la que nos encontramos. La tía de Rakeem, su tío, su novia y su agente se miran nerviosos sin decir una palabra. Saben bien que no deben molestar al jugador durante el corte de pelo más importante de su vida. Rakeem tampoco habla. Simplemente juega con el móvil, perdido en su gigantesca mano con la intensidad de un hombre de las cavernas tratando de desentrañar una guía telefónica. Ojalá el Smartphone le permitiera teletransportarse un día en el futuro. Porque la noche del día siguiente, este chaval de 23 años nacido en la diminuta isla caribeña de St Croix, sabrá si pronto se convertirá en millonario. Es la noche en la que los dueños de los 30 equipos de baloncesto profesionales de los Estados Unidos se reúnen en el Barclay’s Brooklyn Center para elegir a los mejores universitarios para fi charlos para la próxima temporada. Los que lo consigan vivirán el sueño de cualquier chaval yanqui: un público enfervorecido, riqueza sin límite, mujeres, coches y un sitio en la cancha junto a sus héroes. Los que no lo consigan terminarán jugando en Europa o China, o en ninguna parte. Pero aquí es donde empieza todo. Y también donde puede terminar. Es el Draft de la NBA y Rakeem Christmas va a formar parte de él.
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Cuando el zumbido se detiene, el jugador levanta del asiento su corpachón de 2,06 lleno de tatuajes y grita “¡estoy listo!” con un fuerte acento de la Costa Este. Se vuelve hacia FHM y sonríe, “tengo que estar guapo para mañana, el día más importante de mi vida”.
“Ojalá tu madre pudiera verte hoy” dice Amira, que es a la vez la tía de Rakeem y su mánager. “Claro que puede” responde el muchacho. “Me está viendo desde el cielo ahora mismo”.
Rakeem no recuerda a su madre, Landra ‘Jenny’ Hamid, que falleció a los 28 años a causa de una insufi ciencia renal cuando él tenía 5. “Creo que durante el funeral ni siquiera lloré, creo que ni sabía lo que estaba pasando. No me acuerdo de nada”.
El baloncestista se quedó con su abuela en las islas Vírgenes hasta los 13 años y entonces se mudó a Filadelfi a con Amira, entonces una recién graduada de 22 años. Ella le guió durante el instituto, tratando de hacer que dedicara el mismo tiempo a estudiar que al deporte. Como sabía que su madre habría querido.
“Él lo es todo para mí” nos dice con orgullo Amira. “Mi hijo, mi sobrino, mi hermano, mi mejor amigo. Siempre le decía, ‘si quieres ser un físico o un astronauta, miraré en Google y en un mes sabré todo lo que haga falta para

AMIRA, LA TÍA Y MÁNAGER DE RAKEEM SE OCUPÓ DE ÉL TRAS MORIR SU MADRE
EN LA UNIVERSIDAD DE EN LA UNIVERSIDAD DE SIRACUSA, EN EL ROL DE SIRACUSA, EN EL ROL DE PROLÍFICO ALA PÍVOT PROLÍFICO ALA PÍVOT
enseñarte’”.
Pero los adolescentes de más de dos metros no caben en una nave espacial así que en vez de eso decidió dedicarse al baloncesto, ganándose una reputación como ala pívot de altas anotaciones.
Cuando cumplió los 18, las universidades se pegaban por hacerse con sus servicios. Él eligió la de Siracusa en Nueva York, donde se licenció en Comunicación. Además de en las aulas, también lo hizo bien en las pistas de la NCAA, lo que le trajo aquí, a este día, al Draft de la NBA, lo que muchos consideran el mayor circo mediático del deporte mundial.

SUEÑOS DE SOCIALISMO
El deporte en Norteamérica no es como en Europa. Y no solo porque nosotros preferimos golpear una pelota en vez de lanzarla. No, empresarialmente hablando, nuestro fútbol es más ‘americano’ que el baloncesto y su baloncesto, más ‘europeo’ que nuestro fútbol.
Nos explicamos. En Europa, con su larga tradición de valores socialistas, el mundo del deporte es un reducto del capitalismo más feroz. Los clubes que ganan títulos consiguen más dinero al año siguiente, compran a los mejores jugadores, pagan los salarios más altos y vuelven a ganar títulos otra vez.
Pero eso no pasa en Estados Unidos. Para ser una nación tan centrada en el Sueño Capitalista, es un lugar donde los triunfadores se hacen ricos y se acuestan con modelos, y los perdedores se arruinan o les dispara la policía. El modelo deportivo norteamericano está confeccionado a la medida para tener el máximo equilibrio. En la NBA por ejemplo, los equipos más ricos pagan más impuestos para subvencionar a los más humildes; hay límites salariales y, con solo una liga, nadie se juega el descenso.
Y luego está el Draft. Lo más comunista de todo, un sistema que no solo no te castiga por perder, sino que los peores equipos de la pasada campaña eligen a los mejores jugadores antes que nadie.
“Así conseguimos ayudar a los más débiles” nos dice Rod Thorn, presidente de operaciones de la NBA cuando visitamos los cuarteles generales de la organización en Manhattan. “Una de las peculiaridades del baloncesto frente a otros deportes es que solo hay cinco jugadores en la pista así que un solo jugador puede marcar una gran diferencia. Especialmente si ese jugador es Jordan, O’Neal o LeBron. Puede hacer que ganes el Anillo”.
Dicho de forma sencilla, es como cobrar el paro… pero teniendo un 25% de oportunidades de que te ingresen unos cuantos millones en la cuenta en vez de unos pocos cientos de euros. Pero el sistema tiene sus fallos, como el ‘tanking’: perder a propósito para quedar más abajo en la clasifi cación y poder hacerte con una superestrella al año siguiente.
“El ‘tanking’ se ha convertido en un problema estos últimos años” reconoce Thorn, “pero es difícil decirle a tus fans ‘vamos a intentar no ganar’. Pero quiero pensar que no pasa tan a menudo como los medios de comunicación nos quieren hacer creer”.
REYES DEL MAMBO
Estos medios de comunicación ya están esperando fuera del Westin Times Square
Hotel cuando llegamos para el pre-Draft Style and Gifting Suite de la NBA. Sin duda uno de los rituales más extraños en cualquier deporte. Durante los dos días previos a la ceremonia, los jugadores pueden pasarse por el último piso de este hotel de 5 estrellas en Manhattan para llevarse cascos Beat by dr Dre, ropa de Sean John, whisky Hennesey, smartphones Samsung, joyas, zapatillas y tarta de queso artesana.
“A los jugadores universitarios no se les permite aceptar dinero, regalos ni patrocinios de ningún tipo” nos explica Amira. “Pero todo eso se acaba tan pronto como entran en la NBA y se abre la veda para las marcas para conseguir que se les vea luciendo sus productos”. En una de las salas, EA Sports escanea una imagen 3D de Rakeem para su última edición de la franquicia de videojuegos NBA Live. ¿Cómo se siente uno ante un inminente salto a la fama? “Mola” contesta lacónicamente Rakeem. “Pero todo estos regalos no signifi can nada para mí. Simplemente quiero salir a la pista y demostrar a todo el mundo lo que valgo. A mí nadie me ha regalado nada. He trabajado mucho para llegar aquí y trabajaré aún más duro a partir de ahora”.
Después de los regalos llega el servicio de sastrería. En el sexto piso entramos en la sala de pruebas donde nos encontramos a Chris McCullough, otro aspirante a jugador de la NBA, probándose una americana color mostaza y unos chinos blancos.
“Estás que crujes, G” le dice Rakeem, mientras chocan los puños y se abrazan [jugaron juntos en Siracusa]. Pero su cantoso outfi t no es nada comparado con lo que ha elegido el caribeño: traje azul marino con un bordado de fl ores en la pechera que hace daño a la vista.
“En el Draft es importante destacar” asegura Rakeem. “Las cámaras de todo el mundo están puestas en ti y no puedes pasar desapercibido”. Nos gustaría decirle que nuestra abuela tiene algo parecido tapando la mesa del salón, pero seguramente le importe un comino. Y de todos modos, está mirando el móvil otra vez.

LÁGRIMAS Y CELEBRACIONES
El día siguiente es por fín el Gran Día del Draft y es hora de la última reunión para la planifi cación de la estrategia con su agente, Stephen Pina.
En su habitación del hotel, Pina está repasando qué equipos tienen más posibilidades de elegir a Rakeem. “El turno 24 es para Cleveland y tú eres uno de los jugadores que quieren” le dice Pina a su joven cliente. “En el 27 están los Lakers, y eres uno de los tres que podrían encajar en su equipo. Los 76ers me acaban de llamar y me han dicho que, si pueden, intentarán fi charte. Pero también sé que Nueva Orleans, Dallas, Boston, San Antonio y Brooklyn te siguen de cerca”. Es un pelín confuso todo esto...
Antes de que pongamos rumbo al Barclays Center, la gran familia del jugador –incluyendo a su padre, a sus tíos y a sus primos– ha aparecido para comer juntos en un chino en Manhattan.
Incluso su abuela de 63 años, Evelyn, está aquí para apoyarle. “La última vez que nos reunimos todos fue cuando murió mi hija” nos cuenta. “Me ocupé de Rakeem por completo cuando falleció su madre, quería tenerle cerca en todo momento. Incluso ahora, intento ir a todos los partidos que juega. Me encanta animarle desde la grada para que lo haga lo mejor posible. Lloro cada vez que gana. Y lloro cada vez que hablo de él” no confi esa, ciertamente, entre lágrimas.
“Todo esto es por mi familia” dice Rakeem. “La última vez que visité St Croix, no me gustó ver la forma en la que
¿LO CONSEGUIRÁ O NO? RAKEEM Y SU AGENTE STEPHEN PINA ESPERAN NERVIOSOS EL MOMENTO EN EL QUE ESCUCHEN SU NOMBRE
vivían; era como ver una película. La gente tenía que salir de casa para ir al baño en una especie de letrinas. Tenían que ir al río a lavar la ropa. Si triunfo esta noche, quiero devolver algo a mi familia, ayudarles en todo lo que pueda”.
El Barclays Center está lleno hasta la bandera ya a las siete de la tarde. Fuera, un grupo de fans de los Brooklyn Nets cantan a voz en grito “Brook-lyyyn” durante sus buenos quince minutos mientras agitan sus gorras. Parece un documental en directo sobre el Estilo de Vida Norteamericano. Sin cortes y sin censura.
Según entramos en el recinto, dos presentadores de la ESPN sentados frente a una mesa alta delante del escenario principal están comentando cosas como “hey, ya sabes, este chico de verdad sabe darle duro a sus rivales, tiene lo que hay que tener”. Durante los muchos descansos a lo largo de las siguientes siete horas, una incansable speaker anima a los espectadores a hacerse selfi es, presenta a las cheerleaders y organiza desafíos deportivos sin parar. Confi rmado: los yanquis saben como dar un buen show.
Los primeros en elegir son los Minnesota Timberwolves, porque lo hicieron de pena la pasada temporada. Luego van los LA Lakers y después los Philadelphia 76ers, los New York Knicks, etcétera, etcétera.
Rakeem está muy callado, vestido con su traje-mantel de fl ores. Puede que esté nervioso o quizá sea por otra razón. Es fácil olvidarse de que estos son chicos muy jóvenes aún. De hecho, este viaje es el primero en el que Rakeem no ha usado su famosa mochila de Bob Esponja. “Siempre la llevaba a todas partes. Pero pensé que para el Draft era hora de madurar un poquito” nos dice entre risas. “Pero me sigue gustando Bob Esponja. Lo veo en la tele siempre que puedo. Además de Pokémon, el Disney Channel... si me hace reír, me gusta. No me importa lo que opine la gente”. Bien por Rakeem.
En ese momento, otro jugador sube al escenario vestido con un brillante traje en rojo y oro. “Sea cual sea el equipo que me fi che, se está llevando una joya, ¿sabes cómo te digo?” le dice al presentador sin un ápice de modestia, el estilo que reina esta noche en el Barclays. Un segundo jugador sube tras él con unos discretos pantalones cuadros escoceses, seguido por otro que luce corbata de lunares azules y blancos y un enorme medallón dorado. Si el canal Clan de TVE hiciera desfi les de moda, serían algo parecido a esto.
Poco después, en uno de los interminables pasillos del recinto nos encontramos de bruces con la estrella de la NBA y ex jugador de los Lakers Robert Horry. “Estos chicos ni siquiera son hombres aún. Muchos de ellos no pueden ni beber alcohol legalmente” nos dice, en alusión a que en Estados Unidos tienes que tener 21 años para eso. “Pero esta noche les puede cambiar la vida. ¿Cuánta gente tiene la oportunidad de trabajar tres horas al día, haciendo lo que más les gusta y encima ganando millones de dólares? Es el síndrome de Peter Pan; es un deporte donde no te hace falta madurar hasta que te retiras. Yo pude ser

FLOWER POWER:EL DRAFT DE LA NBA ES UN FESTIVAL SENSORIAL
RAKEEM COMPRUEBA QUE DE VERDAD LO HA CONSEGUIDO

un chaval durante veinte años de carrera. ¡Ahora es cuando me toca crecer!”.
Estamos ya en el turno de elección número treinta y el nombre de Rakeem aún no se ha pronunciado. Tanto él como su equipo están cada vez más nerviosos. Nosotros también.
Entonces, por fi n, llega el gran momento: turno número 36, para los Minnesota Timberwolves. Uno de los frenéticos lacayos de la NBA le pasa al caribeño una gorra del equipo de Ricky Rubio y tras un buen montón de abrazos y choques de puños, Rakeem sube al escenario, estrecha la mano de un pez gordo y se acerca a la mesa de la ESPN.
Amira no para de llorar, Evelyn agita los brazos en éxtasis y Pina está de pie en su asiento hablando por el móvil. Entonces, en el mismo instante en que el jugador está diciendo a los dos presentadores lo mucho que le gusta Minnesota, Pina nos dice: “me lo acaban de decir; Rakeem ha sido traspasado a los Cleveland Cavaliers.”
“¿Cómo? ¿En los últimos veinte segundos?” le preguntamos. “¿Lo sabe él siquiera?”.
“Sí, pero el resto del mundo no. Y está en directo en la televisión” nos contesta, con los ojos inundados de lágrimas. “Va a ganar 1,7millones de dólares durante los próximos dos años. No puedo hablar más ahora mismo. Es demasiado...”.
Las cosas se mueven rápido en la NBA – poco después sería vuelto a traspasar a los Indiana Pacers por 4,4 millones a lo largo de cuatro años.
SISTEMA JUSTO
En las 84 ediciones que se han disputado de la Primera División de Fútbol española solo nueve equipos diferentes, de los 59 diferentes que han participado, se han alzado con el título de campeón. Mientras que el europeo es un sistema que castiga sin piedad los fallos, también permite que antiguas rivalidades sigan existiendo y que con las peleas por evitar el descenso o conseguirlo desde las categorías inferiores den a otros equipos algo que celebrar. La NBA, por el contrario, ha visto a treinta equipos desfi lar por la competición y nueve de ellos (30%) la han ganado. Es cierto, es un sistema más justo y todos tienen
posibilidades de victoria. Pero es importante señalar que los límites salariales existen para que los jugadores no cobren demasiado y arruinen a los dueños de los equipos y que una liga cerrada elimina el miedo a nuevas franquicias que puedan afectar a las ganancias de esos mismos millonarios.
Quizá nuestras respectivas ligas sean lo que cada uno necesitamos. El sistema de la NBA actúa como válvula de presión para los americanos para dejar escapar un poco de vapor socialista, antes de que se vuelvan a lanzar a su típico fervor capitalista. Para los europeos es al contrario: el fútbol es la oportunidad de canalizar nuestro Florentino Pérez interior antes de volver a chupar de la teta del Estado el lunes siguiente.
Pero a Rakeem no le importa nada de eso. Ahora es millonario. Y está bailando en la calle con una botella de D’Ussé Cognac en la mano mientras suena el Know Yourself de Drake.
Son las dos de la mañana y hemos llegado al club de Jay Z, el 40/40. La chica de la puerta no nos pregunta ni quién somos. Con un simple vistazo a Rakeem levanta el cordón de la zona VIP y nos deja pasar.
“Hey, Rakeem” ríe Pina, “ahora eres jugador de la NBA. Nunca tendrás que volver a pagar para entrar en un sitio así, ¿sabes?”.
Pero Rakeem no le escucha; está enfrascado en su smartphone una vez más. Aunque esta vez no se le ve preocupado, está sonriendo más que nunca desde que le conocemos. “¡No me lo puedo creer, tíos!” nos grita. “¡Por fi n lo he conseguido!”.
“¿Qué pasa?” le preguntamos, “¿te han traspasado a un equipo mejor?”.
“No” contesta, con la cara iluminada por el móvil que le hace parecer estar hecho de kriptonita “me acaban de verifi car la cuenta de Twitter”.
NBA BOOGIE: RAKEEM WILL NEVER HAVE TO PAY TO ENTER A CLUB AGAIN

LA NBA vs LA PRIMERA DISIVISIÓN
Redistribución de la riqueza vs meritocracia y libre mercado NBA: Todos los equipos contribuyen con el 50% de su presupuesto, que se reparte entre los equipos más pequeños para que sean estables financieramente. BBVA: Un pequeño grupo de equipos se quedan casi todo el pastel de los derechos televisivos y patrocinios, pasando olímpicamente de los equipos modestos.
Sin descenso vs la pelea por el descenso NBA: Al final de la temporada, el único castigo por quedar el último es la vergüenza. Los peores equipos mejoran, consiguiendo las mejores posibilidades de fichar jugadores universitarios. BBVA: Los malos resultados pueden colocar a cualquier equipo en la lucha por evitar el descenso a Segunda, deseperados por no perder el lucrativo negocio que es permanecer en la máxima división.
Límites salariales vs sueldos desorbitados NBA: Los jugadores se pueden traspasar mediante intercambio, en el Draft o por una cantidad limitada de dinero para mantener un equilibrio en la competición. BBVA: Los equipos más ricos pueden comprar los mejores jugadores del mundo pagando lo que haga falta.
Todos pueden ganar vs ganan los de siempre NBA: Las dos conferencias, Este y Oeste, aportan ocho equipos al play-off final dando más oportunidades de triunfo. BBVA: Los modestos no tienen opciones. Como mucho pueden aspirar a Europa League. Y gracias.