La mejor forma de saldar nuestras deudas de gratitud

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FUNDAMENTOS BUDISTAS: SALDAR LAS DEUDAS DE GRATITUD

SOKA GAKKAI INTERNACIONAL DE CHILE Publicaciรณn no oficialโ ฉ

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La mejor forma de saldar nuestras deudas de gratitud con los demás es esforzarnos por cumplir nuestro juramento por el kosen-rufu 3

La gratitud es la virtud más elevada

3

Un tratado escrito para honrar la memoria de su maestro

5

Buscar el Camino y propagar el budismo para expresar el agradecimiento al mentor

5

«Reconocer lo que alguien ha hecho por nosotros»

6

Ser una persona sabia, que pueda guiar a otros a la iluminación

8

Buscar la verdad para guiar a la iluminación a los padres y al mentor

9

Saldar la deuda de gratitud con nuestro mentor

10

La luz de una religión auténticamente dedicada a la felicidad de la gente

11

El afán de guiar a todos a la iluminación

11

Llevar a cabo el juramento del bodhisattva por la felicidad de todos los seres

13

Hacer realidad el sueño del señor Toda

14

«Nam-myoho-renge-kyo se propagará durante diez mil años y, más aún, por toda la eternidad» 14

Saldar las deudas de gratitud

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Disertación

19

Los genuinos practicantes budistas brillan de gratitud y de reconocimiento

20

Un tratado que contiene “cuestiones de suprema importancia”

22

Entonar y propagar la Ley Mística “sin escatimar la voz”

24

Las tres virtudes del Daishonin obran para hacer realidad el kosen-rufu

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Una enseñanza de transformación: “El beneficio obtenido por un día de práctica en el mundo impuro”. 31

El momento de abrir el camino del kosen-rufu es en una época de maldad

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“Oro al Buda por la victoria final”

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GOSHO: Saldar las deudas de gratitud

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Portada

116

Antecedentes

117

Notas

120

GOSHO: Las cuatro deudas de gratitud

135

Antecedentes

143

Notas

145

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La mejor forma de saldar nuestras deudas de gra1tud con los demás es esforzarnos por cumplir nuestro juramento por el kosen-rufu

elevar a 750 000 familias la membresía de la Soka Gakkai. El camino de maestro y discípulo es la forma de saldar las deudas de graKtud. Yo, por mi parte, me dediqué a servir y a apoyar al señor Toda, quien me enseñó a vivir de la forma más noble y suprema, dedicado a propagar la Ley MísKca. En los años de gran estrechez económica que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, sus empresas se vieron en graves aprietos financieros. Mientras el resto de sus empleados lo fueron abandonando, uno tras otro, yo permanecí a su lado y di todo de mí para ayudarlo en ese período. Esa fue mi forma de retribuirle lo mucho que le debía.

por Daisaku Ikeda Mi maestro Josei Toda, el segundo presidente de la Soka Gakkai, una vez dijo: «No hace falta decir que, si hoy puedo liderar el kosen-rufu, es gracias a todo lo que me brindó, mi maestro Makiguchi. Como discípulo suyo que, además, lo respetó como a un padre, estoy decidido a atesorarlo y a saldar mi deuda de graKtud con él, no solo el resto de mi vida, sino toda la eternidad». El señor Toda se puso de pie en las ruinas del Japón de posguerra y comenzó la tarea de reconstruir la Soka Gakkai. En su corazón, ardía la férrea determinación de retribuir los inmensos beneficios recibidosdel señor Makiguchi, el fundador de nuestra organización, y de lograr el kosen-rufu pase lo que pase. En su deseo de erradicar el sufrimiento de este mundo, logró el objeKvo que él mismo se había trazado como culminación de su vida:

La gra1tud es la virtud más elevada En diciembre de 1950, habíamos ido a la ciudad de Omiya, en la prefectura de Saitama, para conseguir recursos que nos permiKeran mantener los negocios a flote. Recuerdo que, terminada la jornada, nos pusimos a caminar por la costanera de un río. Era una hermosa noche estrellada. Me puse a canturrear una canción popular en ese oscuro período de 3


posguerra. Cambié la letra original, que decía: «Bajo el influjo de las estrellas…, ¿quién me ha converKdo en esta clase de mujer?», y en cambio canté: «Bajo el influjo de las estrellas…, ¿quién me ha converKdo en esta clase de hombre?». El señor Toda, que iba caminando delante de mí, se dio vuelta y me dijo sonriendo: «¡Fui yo!». El afectuoso comentario de mi maestro colmó de graKtud mi corazón. En ese momento —jamás lo olvidaré—, juré avanzar eternamente con mi mentor. Decidí que, aunque sus empresas tuviesen que afrontar una dificultad tras otra, lucharía con espíritu indómito como discípulo del señor Toda hasta el final de mis días, cualquiera fuese la situación, y que triunfaría sin falta. Años después, con una fotograda de mi maestro en el bolsillo interior de mi chaqueta, pare a cumplir su sueño: lograr el kosen-rufu de Asia y del mundo. Siempre estoy junto a mi mentor. Hasta hoy, sigo poniendo en prácKca sus orientaciones y enseñanzas, y no hay día que no converse con él en lo profundo de mi corazón.

La graKtud es la virtud más elevada del ser humano. La vida de Nichiren Daishonin se caracterizó por el compromiso inquebrantable de saldar las deudas de agradecimiento. En esta entrega, exploremos el verdadero significado de esta forma de vivir, estudiando pasajes de dos escritos: Saldar las deudas de graKtud y Las cuatro deudas de graKtud. El viejo zorro jamás olvida la colina donde nació;1 la tortuga blanca recompensó el gesto de bondad recibido de Mao Pao.2 Si hasta las criaturas inferiores son capaces de actuar así, ¡cuánto más deberíamos hacerlo los seres humanos! Por eso YüJang, un sabio de la AnIgüedad, se dejó caer sobre el filo de su espada para saldar la deuda de graItud que tenía con su amo, Chih Po;3 y el ministro Hung Yen, por razones semejantes, se abrió el vientre e introdujo en su interior el hígado de su difunto señor, el duque Yi de 4


Wei.4 ¿Qué podríamos decir, entonces, de las personas q u e s e c o n s a g r a n a l b u d i s m o ? N o d e b e r í a n olvidar, de ninguna manera, las deudas de graItud que Ienen con sus padres, sus maestros y su país. Pero quien se proponga saldar estas grandes deudas de graItud sólo podrá hacerlo aprendiendo el budismo, dominando sus enseñanzas y llegando de ese modo a ser una persona de sabiduría.

difunto maestro y retribuir todo lo que había recibido de él. En su portada de Saldar las deudas de graKtud,el Daishonin solicita que el tratado sea leído en voz alta ante la tumba de Dozen-bo: «Por todo lo expuesto, le pido que sólo usted [Joken-bo] y Gijo-bo—los dos y nadie más— lo hagan leer en voz alta dos o tres veces en la cumbre de Kasagamori [un otero boscoso situado en las Kerras del templo Seicho-ji], y que encomienden la lectura al sacerdote portador de esta carta. Por favor, hagan que él, además, la lea en voz alta una vez ante la tumba del fallecido Dozenbo».8

Un tratado escrito para honrar la memoria de su maestro

Buscar el Camino y propagar el budismo para expresar el agradecimiento al mentor

Dozen-bo6 había sido el maestro de infancia del Daishonin durante sus años de estudios en el templo Seicho-ji de la provincia de Awa (en la actual región sur de la prefectura de Chiba), en los cuales el Daishonin se vinculó con dos sacerdotes mayores, discípulos de Dozen-bo: Joken-bo y Gijo-bo.7 En junio de 1276, el Daishonin supo que Dozen-bo había muerto. Un mes después, escribió Saldar las deudas de graKtud para honrar la memoria de su

En Saldar las deudas de graKtud,el Daishonin relata su vida dedicada a buscar el Camino y a propagar el budismo para corresponderle a su mentor. Asimismo, la suya fue una vida basada en «refutar lo erróneo y revelar lo verdadero», para guiar a la iluminación a todas las personas del ÚlKmo Día de la Ley. 5


Además, señala: «En el tratado adjunto, he explicado cuesKones de suprema importancia».9 Con ello se refiere a la revelación de Nam-myohorenge-kyo de las tres grandes leyes secretas,10 con la cual abrió el camino hacia un futuro más brillante para toda la humanidad. En el inicio de este tratado, menciona los ejemplos del viejo zorro y de la tortuga blanca para hacer notar que, si hasta los animales Kenen en cuenta las deudas de graKtud, mucho más importante es que también lo hagan los seres humanos. A conKnuación, cita los ejemplos de YüJang y de Hung Yen, afirmando que, así como los sabios de la AnKgüedad habían honrado la virtud del agradecimiento, los pracKcantes del budismo no debían olvidar sus deudas de graKtud con los padres, los maestros, el país y la sociedad. ¿De qué manera un budista reconocesu deber de agradecimiento? El Daishonin nos dice que la forma de hacerlo es estudiar y adquirir una profunda comprensión del budismo, para, de ese modo, llegar a ser personas de genuina sabiduría, capaces de guiar a la felicidad a todos aquellos

a quienes les debemos nuestra graKtud. «Reconocer lo que alguien ha hecho por nosotros» Aquí, tomémonos un instante para considerar el significado de saldar las deudas de graKtud. Esta acKtud de retribución es algo profundamente arraigado en la naturaleza humana, en todos los lugares y épocas; es parte integral de la vida en sociedad, como muestran las anécdotas y episodios históricos citados por el Daishonin en su tratado. En el Japón moderno, la frase «saldar las deudas de graKtud» suele asociarse con las anKguas relaciones jerárquicas d e l p e r í o d o fe u d a l , p e ro e sto representa solo una pequeña parte de lo mucho que entraña el concepto. Se cree que los caracteres chinos que emplean los sutras para denotar esta idea (en japonés, ho’on; en chino, bao en) son traducciones de la expresión sánscrita krita-jna, que literalmente significa «reconocer (jna) lo que alguien ha hecho por nosotros (krita)». Reconocer lo que debemos a muchos semejantes por la ayuda y el apoyo que 6


nos han brindado y, agradecidos por ello, corresponder ayudando y apoyando a otros... Esto es, en sí, lo que se enKende por «reconocer lo que debemos» y «saldar esta deuda de agradecimiento». En suma, saldar las deudas de graKtud es prueba de nuestra humanidad. En el budismo, esto no se limita a lo que ciertos grupos de congéneres, como los padres o el gobernante, han hecho por nosotros. Quien culKva un profundo y auténKco agradecimiento reconoce la deuda de graKtud que lo une a todos los seres. Pero entonces ¿cómo retribuimos a todos los seres? El Daishonin nos dice que «aprender el budismo y dominar sus enseñanzas»11 es algo esencial en este propósito. Después del pasaje que estamos estudiando, siguen estas palabras: «¿Llegarán los marinos mercantes a las montañas donde se ocultan los tesoros, si el barco es guiado por un hombre incapaz de reconocer la dirección del viento?».12 Nos dice que no podremos conducir a otras personas a la verdad a menos que culKvemos una auténKca sabiduría mediante la prácKca del budismo. En esta filosoda,

saldar las deudas de graKtud significa desarrollar un estado de vida elevado, que nos permita comunicar ese agradecimiento a numerosas personas y saldar lo mucho que les debemos en el nivel más profundo. En el budismo Nichiren, saldar las deudas de graKtud significa emprender la acción para cumplir el juramento de guiar a todos los seres a la felicidad. Saldar las deudas de graKtud nos lo enseña reseñando la lucha y el enorme esfuerzo que el propio Daishonin llevó a cabo con este propósito. Nadie llega a aprender y a dominar el budismo sin dedicar largas jornadas a esta labor. Pero si uno quiere disponer de Iempo para esta empresa, no puede vivir p e n d i e n t e d e p a d r e s , maestros y soberano. Hasta que uno logre entrar en el Camino que conduce a la e m a n c i p a c i ó n , d e b e r á sustraerse a los deseos y senImientos de sus padres y mentores, por razonables que estos parezcan.

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Quizá muchos piensen que e s t e I p o d e c o n s e j o s contradice las virtudes seculares y discrepa del espíritu budista. Pero, a decir verdad, en textos seculares como el Clásico sobre la devoción filial leemos que hay ocasiones en que uno sólo puede actuar como un leal ministro o como un hijo d e v o t o n e g á n d o s e a obedecer los deseos del soberano o de los padres. Y en las sagradas escrituras del budismo se indica: «Sólo es posible saldar cabalmente dichas deudas renunciando a las diversas obligaciones y adoptando la vida budista». 13 Pi Kan rehusó acatar los deseos de su soberano y, por eso, pasó a la historia como un sabio.14 El príncipe Siddhartha [es decir, el buda Shakyamuni] contrarió la voluntad de su padre, el rey Shuddhodana, y sin embargo llegó a ser el hijo más leal y devoto de los tres mundos.

Estos ejemplos dejan clara mi posición.15 Ser una persona sabia, que pueda guiar a otros a la iluminación Cuando el Daishonin ingresó en el templo Seicho-ji a los 12 años, juró «llegar a ser la persona más sabia de todo el Japón».16 Esto puede verse como el compromiso de buscar el Camino para guiar a sus padres y a toda la humanidad a la iluminación, como indica el pasaje que examinamos anteriormente: «[Aquellosque se consagran al budismo] [n]o deberían olvidar, de ninguna manera, las deudas de graKtud que Kenen con sus padres, sus maestros y su país. Pero quien se proponga saldar estas grandes deudas de graKtud sólo podrá hacerlo aprendiendo el budismo, dominando sus enseñanzas y llegando de ese modo a ser una persona de sabiduría». 17 Ser alguien sabio, capaz de guiar a la gente a la iluminación... Este fue el inicio de la indagación budista que llevó a cabo el Daishonin, y el punto de parKda de toda su vida dedicada a la propagación. 8


El Daishonin dice que, para ser sabio, uno debe consagrarse a la prácKca budista, y que la forma de co r re s p o n d e r a l a m o r y a l a s esperanzas de los padres y del maestro es mantener esa prácKca y dominar la forma de brindar a todos los seres humanos una felicidad indestrucKble. En Carta a los hermanos, el Daishonin escribe: «En todas las cuesKones mundanas, el deber de un hijo es obedecer a sus padres, pero en el Camino de la Budeidad, la desobediencia consKtuye, en úlKma instancia, una muestra de devoción filial».18 Adoptar el camino que conduce a la Budeidad es el camino fundamental para ser buenos hijos, afirma. Es así porque, al revelar nuestra Budeidad mediante la fe en la Ley MísKca, podemos desplegar un amor compasivo y una sabiduría ilimitadas, y guiar a la iluminación a nuestros padres y a toda la humanidad.

acuerdo con los textos no budistas— o una persona de auténKca graKtud —de acuerdo con las escrituras budistas— no necesariamente son quienes se someten a la voluntad de los padres o del soberano. Cita el caso de Pi Kan, quien no siguió las instrucciones del rey Chou de la dinasea Yin, y a pesar de ello pasó a la historiacomo un hombre sabio; también menciona a Shakyamuni, ensalzado como «el hijo más leal y devoto de los tres mundos», 19 pese a haber desobedecido la orden de su padre. El propio Nichiren Daishonin, en su afán de buscar el Camino, contradijo los deseos de sus progenitores y de su maestro, y hasta desacató al gobernante del país sabiendo que propagar la Ley MísKca le significaría una vida de duras persecuciones. Más adelante, en otra parte de Saldar las deudas de graKtud, el Daishonin escribe: «Si en esta existencia actual, por miedo a perder la vida, no digo lo que debo, ¿en qué otra existencia futura podré lograr la Budeidad? ¿En qué existencia futura podré dar la salvación a mis padres y a mi maestro? Con pensamientos como estos en primer plano, decidí que debía

Buscar la verdad para guiar a la iluminación a los padres y al mentor En esta parte, el Daishonin indica que un ministro leal o un hijo devoto —de 9


empezar por decir lo que debía».20 El señor Makiguchi había subrayado este pasaje en su ejemplar del Gosho, los escritos de Nichiren Daishonin. En el senKdo esencial, nadie obró con mayor devoción filial que el Daishonin. El punto de parKda del budismo Nichiren es saldar las deudas de graKtud. Esto jamás cambiará, en ninguna época futura. Por eso quiero que los jóvenes adopten como punto inicial de todas sus determinaciones personales el deseo de ser buenos hijos y de corresponder a sus padres. El amor a los padres es la base para poder amar a los demás. Me hace muy feliz saber que tantos jóvenes de la Soka están viviendo con noble graKtud. Creo firmemente que estos jóvenes Bodhisayvas de la Tierra, que perseveran con una espiritualidad tan sublime, son tesoros de la Soka Gakkai y de la humanidad.

budismo y lo que debo a mi país. En bien de todos ellos, estuve dispuesto a destruir mi cuerpo y a renunciar a la vida».21 El budismo postula cuatro deudas de graKtud, cuya definición varía según la fuente citada como referencia. En el Sutra sobre la contemplación de la mente como terreno,22 se las enuncia como lo que uno debe a sus padres, a todos los seres, al soberano y a los tres tesoros del budismo. El Daishonin cita esta fuente en Las cuatro deudas de graKtud y en otros escritos. Pero, en Saldar las deudas de graKtud, incluye la deuda de graKtud con todos los seres junto con la deuda a los padres, y en su lugar agrega la deuda con el maestro o mentor. Po d e m o s i n fe r i r q u e , e n e s t a clasificación, expresa su deseo de corresponder a Dozen-bo, su maestro de juventud. Dozen-bo, aun siendo mentor del Daishonin, fue un hombre pusilánime. Cuando su discípulo fue objeto de persecuciones, no salió a defenderlo. Ni fue, tampoco, capaz de abandonar por completo su adhesión a las e n s e ñ a n za s d e l a T i e r ra P u ra (Nembutsu). Pese a estas cuesKones, el

Saldar la deuda de gra1tud con nuestro mentor El Daishonin escribe: «Hice todas estas cosas sólo para saldar lo que debo a mis padres, lo que debo a mi maestro, lo que debo a los tres tesoros del 10


Daishonin siempre le tuvo respeto y aprecio. En Saldar las deudas de graKtud, dice que cuando se enteró de la muerte de Dozen-bo, quiso salir corriendo a su tumba y oficiar allí una ceremonia en su memoria.23 Esto permite apreciar cuán nobles son los lazos de maestro y discípulo.

budismo de Shakyamuni y de corresponder a Dozen-bo, el primer mentor que le enseñó las enseñanzas budistas. En la medida en que nos dediquemos al camino de maestro y discípulo, el budismo Nichiren seguirá brillando siempre con fulgor inmarcesible, como enseñanza genuinamente orientada a la felicidad del pueblo. Una existencia basada en el camino de maestro y discípulo, ejemplo de noble conducta como seres humanos, da esperanza y dirección posiKva a los jóvenes. Y también Kene el poder de elevar el estado de vida de toda la humanidad, y de guiar a todos hacia la saKsfacción y la dicha auténKcas.

La luz de una religión autén1camente dedicada a la felicidad de la gente ¡Cuánto más noble y sublime ha de ser, entonces, la vida de los que encuentran un verdadero maestro del kosen-rufu y emprenden la excitante aventura de hacer su revolución humana y cambiar su desKno! Este esfuerzo representa una vida de valor insuperable. El mentor jamás deja de ansiar el crecimiento de sus discípulos. Estos, por su parte, manKenen siempre viva la determinación de retribuir y responder a su maestro. La relación de maestro y discípulo es una sublime sinfonía del espíritu humano. El Daishonin enseñó este gran camino de maestro y discípulo, una senda que él mismo recorrió, buscando la mejor forma de heredar y perpetuar el

El afán de guiar a todos a la iluminación El Daishonin se dedicó en forma abnegada a propagar la Ley MísKca para saldar las cuatro deudas de graKtud. O, para decirlo de otro modo, trabajó sin descanso para hacer realidad el juramento del Buda: hacer que todos los seres logren la Budeidad. Su búsqueda de la verdad budista esencial lo condujo a establecer el 11


daimoku de Nam-myoho-renge-kyo cuando proclamó por primera vez su enseñanza [en 1253, en el templo Seicho-ji]. Con ello, al dejar expresada la Ley fundamental, cumplió su juramento de «llegar a ser la persona más sabia del Japón»24 para saldar su deuda de graKtud con los padres y con todos los seres. Y, habiendo resuelto su búsqueda de la verdad budista suprema, inició de inmediato una nueva travesía para dar a conocer a todos esa verdad. La propagación de la Ley MísKca para beneficiar al género humano le permiKó cumplir su juramento en el senKdo más profundo. Por eso, aquí indica que ha abierto el camino para liberar del sufrimiento a todas las personas con miras al eterno futuro. Saldar las deudas de graKtud narra las acciones que llevó a cabo el Daishonin por proclamar la enseñanza budista correcta en el ÚlKmo Día de la Ley, parKendo de su propia iniciaKva. Sobrellevando una persecución tras otra, siguió difundiendo la Ley MísKca sin escaKmar la vida. Fue una lucha que exigió de él una resistencia y una fortaleza a toda prueba, «tan férrea como la que libraron los asuras y la

deidad Shakra, o el Buda y el Rey Demonio».25 Ta n i n t e n s a s f u e r o n e s t a s persecuciones, que, como él mismo señala: «Ni un solo día, ni una sola hora, pude hallar un lugar donde descansar a salvo en las sesenta y seis provincias, y en las dos islas costeras del Japón».26 Sin embargo, él avanzó intrépidamente para saldar su deuda de graKtud con todos los seres. Después de declarar que, finalmente, ha podido cumplir su gran juramento, el Daishonin concluye este escrito con las siguientes palabras: «[L]a flor retornará a la raíz, y la esencia de la planta permanecerá en la Kerra. El beneficio que he venido mencionando, con seguridad, se acumulará en la vida del fallecido Dozen-bo».27 Dice que el beneficio de propagar la Ley MísKca en los diez mil años y más del ÚlKmo Día de la Ley, y de enriquecer la vida de todas las personas, también se acumulará en la vida del difunto Dozen-bo. Esto muestra la infinita benevolencia del Daishonin. Explica que incluso un maestro como Dozen-bo puede lograr la Budeidad mediante el beneficio de la Ley MísKca. Esta es, en su aspecto 12


esencial, la prácKca de saldar las deudas de graKtud inseparable del juramento del Daishonin.

[todos los seres], a uno le sería imposible sostener el juramento de salvar a innumerables seres vivientes». 31 En otras palabras, la deuda de graKtud que mantenemos con todas las criaturas es lo que inspira en los bodhisayvas el juramento de ayudara todos a lograr la iluminación. En la época actual, somos los miembros de la Soka Gakkai los que estamos manteniendo este juramento de los bodhisayvas para retribuir lo mucho que debemos a todos los seres. El señor Toda dijo una vez, con profunda emoción: «El señor Makiguchi murió diciendo que dejaba como legado su teoría sobre el valor — poco conocida en ese momento— y a sus discípulos. Por lo tanto, yo, como discípulo suyo, debo esforzarme al máximo». Como el sucesor más prominente del señor Makiguchi, el señor Toda trabajó sin descanso para que la teoría del valor de su maestro fuese ampliamente conocida en el mundo. Lo hizo con el ánimo de retribuir todo lo que su maestro le había brindado. Yo, por mi parte, he grabado en mi corazón cada una de las ideas y los

De no ser por [todos los seres vivos], a uno le sería i m p o s i b l e s o s t e n e r e l juramento de salvar a i n n u m e r a b l e s s e r e s vivientes.28 Además, ¿cómo podrían los bodhisacvas incrementar su mérito si no hubiera malas personas que los persiguiesen?29 Llevar a cabo el juramento del bodhisaJva por la felicidad de todos los seres Con respecto a la forma de saldar las deudas de graKtud, ahora dirijámonos a un pasaje de Las cuatro deudas de graKtud. Como hemos confirmado hasta aquí, en el budismo la noción de la deuda de agradecimiento se exKende a todos los seres vivos, categoría en la cual quedan incluidos nuestros padres y las demás personas que forman parte de nuestra vida. En Las cuatro deudas de graKtud, el Daishonin declara: «De no ser por 13


planes que mi maestro Toda trazó para el porvenir.

próxima generación ese mismo apoyo y esa misma consideración benevolente.

Hacer realidad el sueño del señor Toda

«Nam-myoho-renge-kyo se propagará durante diez mil años y, más aún, por toda la eternidad»

Un miembro de la División Futuro una vez me preguntó: «¿Cuál es su sueño? Yo respondí: «Mi sueño es hacer realidad el sueño de mi maestro Toda». Le respondí así porque es la ruta directa para lograr la paz mundial y transformar el desKno de la humanidad. En esa misma ocasión, dije a nuestros jóvenes miembros: «Espero que ustedes también, en el futuro, lleguen a ser grandes académicos y líderes de la sociedad, tanto de nombre como por el valor de su trabajo. Ese es uno de mis más grandes sueños». En esta nueva era del kosen-rufu mundial, los jóvenes del Japón y del mundo están esforzándose por hacer realidad esta noble aspiración. Cada vez que me entero de sus victorias, imagino al señor Toda sonriendo de felicidad. En senKdo real, solo retribuimos el apoyo y la bondad que hemos recibido de otros cuando ofrecemos a la

Volviendo a Saldar las deudas de graKtud, después de que el Daishonin indica que ha cumplido su juramento, sigue un pasaje inolvidable en el cual formula una declaración monumental referida al kosen-rufu, la propagación amplia y universal de la Ley MísKca en el ÚlKmo Día de la Ley: «Si el amor compasivo de Nichiren es realmente grande y amplio, Nam-myoho-renge-kyo se propagará durante diez mil años y más aún, por toda la eternidad, pues posee el poder benéfico de abrir los ojos ciegos de todos los seres vivos en la Ierra del Japón».32 La noble prácKca que estableció el Daishonin para saldar las deudas de g raK t u d co n d u c e a c u m p l i r e l juramento de guiar a la iluminación a todos los seres. En otras palabras, es el gran camino del kosen-rufu para la felicidad de todo el género humano.

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Hoy, la Soka Gakkai y la SGI lo están haciendo realidad. De ahí que le corresponda, perfectamente, el nombre «buda Soka Gakkai». Los grandes beneficios y el poder del Buda colman, de manera infalible, la vida de cada uno de nuestros miembros. Precisamente por tal moKvo, el reto más importante que tenemos por delante es comunicar ese vibrante espíritu de la Soka Gakkai de un joven a otro. Debemos hacer que fluya sin interrupción, y asegurar que nuestro movimiento por el kosen-rufu se transmita de una generación a la siguiente, eternamente. Sin el desarrollo constante de la Soka Gakkai —la organización que concuerda absolutamente con la voluntad del Buda— el kosen-rufu mundial y la propagación global del budismo Nichiren no podrán perpetuarse en los más de diez mil años del ÚlKmo Día de la Ley. El desarrollo de la Soka es un faro de esperanza. La unión de la Soka es una fuerza para la victoria. El triunfo de la Soka es una fuente de paz y de prosperidad.

¡Vivamos siempre con el espíritu posiKvo y enérgico de la Soka, que nos enseña a saldar las deudas de graKtud! ¡Avancemos resueltamente hacia la nueva era junto a nuestros amigos del mundo! —Con mi más sincera graKtud a todos mis preciados camaradas de fe del mundo que, con admirable dedicación, este año pasado (2016) han logrado una nueva serie de brillantes victorias. (Traducción del ariculo publicado en la edición de diciembre de 2016 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai).

NOTAS 1 El episodio se narra en Elegías de Ch’u y en otras obras chinas. Un comentario sobre Elegías de Ch’u,escrito por ChuHsi durante la dinasea Sung, señala: «El viejo zorro muere siempre volviendo su cabeza hacia la colina. Esto se debe a que jamás olvida el lugar donde nació». 2 Este acontecimiento figura en Colección de relatos y de poemas.Una vez, cuando el joven Mao Pao, antes de llegar a ser general de la dinasea Chin, iba caminando a orillas del río Yangtze, vio a un pescador a punto de matar a una tortuga que acababa de capturar. Apiadado, le ofreció al pescador sus finas ropas a cambio de la tortuga. Y de ese modo, le salvó la vida. Tiempo después, perseguido por sus enemigos, Mao Pao llegó a la ribera del río

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Yangtze. Allí, apareció la tortuga que él había salvado años atrás, y lo transportó a salvo hasta la orilla

y, en ese momento, le preguntó si creía que él podría lograr la Budeidad. En respuesta, el Daishonin refutó

opuesta. 3 Según Crónicas del historiador,YüJang de los Chin primero prestó servicio a las familias Fan y Chung-hang, pero sin alcanzar una posición importante. Tiempo después, trabajó a las órdenes de Chih Po, quien le concedió su máxima confianza.

las enseñanzas del Nembutsu en las cuales creía Dozen-bo y lo alentó a consagrarse a la enseñanza correcta del Sutra del loto. Al parecer, Dozen-bo llegó a depositar cierta fe en las enseñanzas del Daishonin a parKr de ese momento, pero murió sin jamás converKrse de manera formal.

Años más tarde, Chih Po fue asesinado por Hsiangtzu, señor de Chao. Para vengar a su amo, YuJang se disfrazó de leproso aplicándose laca en el cuerpo, se volvió mudo bebiendo lejía, y de esa manera trató de acercarse a Hsiang-tzu. Pero su atentado fracasó y fue capturado. Hsiang-tzu, comprendiendo la lealtad

7 Joken-bo y Gijo-bo: Sacerdotes del templo Seicho-ji que, como discípulos de Dozen-bo, habían apoyado al Daishonin durante sus estudios tempranos. Cuando el Daishonin declaró públicamente su enseñanza en el Seicho-ji, en 1253, ambos lo ayudaron a escapar cuando su vida peligró,

de YuJang, le regaló su túnica. Pero Yü apuñaló la prenda tres veces en señal de enemistad con el nombre que había matado a su señor, y luego se quitó la vida con su propia espada. 4 El relato figura en Crónicas del historiador. Mientras Hung Yen se encontraba de viaje, un enemigo atacó el estado de Wei, mató a su señor, el duque Yi y

amenazada por el administrador local Tojo Kagenobu, quien se había enfurecido por su refutación a las enseñanzas de la escuela Tierra Pura. Tiempo después, Joken-bo y Gijo-bo decidieron ser seguidores del Daishonin y recibieron varios de sus escritos. 8 END,pág. 774.

devoró su cuerpo, dejando solo su hígado. Después, se alejaron del territorio. Cuando Hung Yen regresó, vio la trágica escena y se echó a llorar. Luego, se abrió el vientre e insertó el hígado en sus entrañas para salvar a su señor de la deshonra, tras lo cual murió.

9 Ib. 10 Las tres grandes leyes secretas son los principios centrales de la enseñanza del Daishonin: el objeto de devoción de la enseñanza esencial, el daimoku de la enseñanza esencial y el santuario de la enseñanza esencial. La Ley de Nam-myoho-renge-kyo abarca las

5 Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 724. 6 Dozen-bo (m. 1276): Sacerdote del templo Seichoji, en la provincia de Awa, Japón, bajo cuya tutela estudió el Daishonin desde los doce años. Cuando este proclamó en forma pública su enseñanza en el

tres en su totalidad. 11 Véase END,pág. 724. 12 Ib. 13 Sutra de la salvación lograda por los hombres de fe pura. Aunque no se ha conservado el texto de esta escritura, el pasaje aparece citado en Bosque de

Seicho-ji en 1253, refutó la doctrina del Nembutsu de la escuela Tierra Pura. Pero el administrador de la localidad, Tojo Kagenobu, era un ferviente devoto de esta corriente budista y, enfurecido por la declaración del Daishonin, lo mandó arrestar. En esa oportunidad, Dozen-bo ayudó secretamente a escapar a Nichiren. Así y todo, temeroso de oponerse

gemas en el jardín de la Ley. La alusión a la «vida budista», en el contexto del sutra, se refiere a la vida monacal, aunque aquí el Daishonin la interpreta como una existencia cuya base es la fe en la Ley MísKca. 14 La anécdota se menciona en Crónicas del historiador. El rey Chou de la dinasea Yin tenía tal

a Kagenobu, nunca se atrevió a converKrse a las enseñanzas del Daishonin. Tras la persecución de Komatsubara, en 1264, Dozen-bo visitó al Daishonin

fascinación amorosa por su consorte Ta Chi, que llegó a descuidar por completo los asuntos de Estado.

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Cuando su ministro Pi Kan le llamó la atención, el rey Chou se enfureció tanto que lo mató.

—; también enseña la verdadera forma de responder a las deudas de agradecimiento con los demás.

15 END, pág. 724. 16 Ib., pág. 185. 17 Ib., pág. 724. 18 END, págs. 522-523. 19 Ib., pág. 724. 20 Ib., pág. 763.

30 END, págs. 45-46.

21 END, pág. 765. 22 Sutra sobre la contemplación de la mente como terreno: Enseñanza traducida por el monje indio Prajna, quien viajó a la China en 781. Sutra donde se explica que los estados de Buda, bodhisayva, pratyekabuddha, arhat y el de los que escuchan la voz se originan en la mente de los seres comunes. De esta manera, compara la mente con el terreno, que produce los granos. El sutra también define las cuatro deudas de graKtud: las que debemos a nuestros padres, a todos los seres, al soberano y a los tres tesoros del budismo, y ensalza el beneficio de observar la vida o la mente en un siKo remoto y tranquilo. 23 Véase END, pág. 766. 24 END, págs.185 y 681. 25 Ib., pág. 751. 26 Ib., pág. 764. 27 END, pág. 774. 28 Uno de los cuatro juramentos universales que formulan los bodhisayvas cuando inician la prácKca budista. Los cuatro juramentos son: 1) salvar a innumerables seres vivos; 2) erradicar los ilimitados deseos mundanos; 3) dominar inagotables doctrinas; 4) lograr la iluminación insuperable. 29 Las cuatro deudas de graKtud fue escrito el 16 de enero de 1262, durante el exilio del Daishonin en Izu. Se trata de un texto dirigido a un creyente llamado Kudo (con toda probabilidad, KudoYoshitaka), oriundo de la aldea de Tojo, en el distrito Nagasa de la provincia de Awa (hoy, zona sur de la prefectura de Chiba). En este escrito, el Daishonin afirma su senKmiento de graKtud a quienes lo exiliaron —una sentencia que le permiKó cumplir la profecía del Sutra del loto y lo condujo a leer el sutra con su vida

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Saldar las deudas de gra1tud

El volumen de las olas depende del viento que las provoca; la altura de las llamas depende de la canIdad de leña que se echa al fuego; el tamaño de los lotos depende del estanque en que crecen, y la magnitud de las lluvias depende de los dragones que las hacen caer. Cuanto más profundas son las raíces, más frondosas son las ramas. Cuanto más lejana es la fuente, más largo es el curso del agua.

Disertación del presidente Daisaku Ikeda respecto del Gosho Saldar las deudas de gratitud.

El kosen-rufu, un gran río que enriquece eternamente a la humanidad – Nuestra victoria como discípulos es la mejor forma de saldar nuestra deuda de graKtud con el mentor. En el Japón, la China, la India y los demás países de Jambudvipa [es decir, el mundo entero], todas las personas, sabias o ignorantes, deberán hacer a un lado otras prácIcas y unirse a la entonación de Nam-myohorenge-kyo. Esta enseñanza no había sido expuesta jamás con anterioridad. En todo el territorio de Jambudvipa, en los dos mil doscientos veinIcinco años transcurridos desde la muerte del Buda, ni una sola persona lo había entonado jamás. Hoy, sin escaImar la voz, Nichiren es el único que entona Nam-myoho-renge-kyo, Nam-myoho-renge-kyo.

L a d i n a s i a C h o u d u r ó setecientos años gracias al decoro y a la devoción filial de su fundador, el rey Wen. A la inversa, la dinasia Ch’in (221-206 a.C.) declinó en forma inmediata por la perversidad del hombre que la fundó, el primer emperador de los Ch’in. Si el amor compasivo de Nichiren es realmente grande y amplio, Nam-myoho-renge-kyo se propagará durante diez mil años y más aún, por toda la eternidad, pues posee el poder benéfico de abrir los ojos ciegos 18


de todos los seres vivos en la Ierra del Japón y puede obstruir el camino que conduce al Infierno del sufrimiento incesante. Sus beneficios superan incluso los de Dengyo y Tien-t’ai, y son superiores a los de Nagarjuna y Mahakashapa.

Disertación Saldar las deudas de graKtud es el epítome del bien. No reconocer los beneficios recibidos de los demás denota una vida controlada por la negaKvidad interna. Cuando profundizamos nuestra fe en la Ley MísKca, atravesamos nuestra ignorancia u oscuridad interior y vivimos fieles a nuestro yo superior o idenKdad verdadera, en forma natural llegamos a senKr un agradecimiento infinito por todos los que nos rodean, por quienes nos han apoyado, y nos han ayudado a ser lo que somos. Con esta fe fortalecida, podremos avanzar resueltamente por el camino de quienes reconocen y retribuyen los beneficios recibidos de los demás.

Cien años de prácIca en la Tierra de la Perfecta Felicidad no se comparan con el beneficio de un solo día de prácIca en el mundo impuro. Dos mil años de propagar budismo en los días Primero y Medio de la Ley no se equiparan a una sola hora de propagación en el ÚlImo Día. Y esto no se debe, de ningún m o d o, a l a s a b i d u r í a d e Nichiren, sino a que así lo establecen los Iempos. Los capullos florecen en primavera y los frutos aparecen en otoño. En verano hace calor, y en invierno, frío. Así lo determina el orden de las estaciones, ¿no es verdad?

En cambio, quienes olvidan la fe, se entregan a la negaKvidad y viven sujetos a los apegos generados desde su yo inferior, invariablemente terminan controlados por la arrogancia, la cobardía y la ira. Se debilita su capacidad de apreciar el bien en los demás, y finalmente descienden hasta el punto en que no reconocen ni 19


retribuyen lo mucho que los otros han hecho en bien de ellos.

budista, sino incluso como ser humano. Leamos estas palabras suyas: Desde que comencé a estudiar la Ley transmiIda por el Buda Shakyamuni y emprendí la prácIca de las enseñanzas budistas, consideré que lo más importante era reconocer las obligaciones con los demás, y entendí que mi primer deber era saldar las deudas de graItud.

Todo se reduce, entonces, a que vivamos basados en nuestro yo superior o permanezcamos apegados a nuestro yo pequeño. En úlKma instancia, esta diferencia de inclinación en nuestra acKtud profunda d e t e r m i n a rá q u e v i va m o s u n a existencia de agradecimiento o de ingraKtud. Los genuinos prac1cantes budistas brillan de gra1tud y de reconocimiento

La razón por la cual el Daishonin juró llegar a ser “la persona más sabia de todo el Japón” y se dedicó con tanta diligencia a sus estudios después de ingresar en el templo Seicho-ji’ en su niñez fue, sobre todo, para saldar la deuda de graKtud con sus padres.

Reconocer las deudas de graKtud es propio del espíritu budista que aspira al supremo humanismo; saldar las deudas de graKtud es propio de una vida sabia, que ha conquistado la oscuridad o ignorancia más profunda. Por eso, la vida de los verdaderos pracKcantes budistas siempre resplandece con la luz interior del reconocimiento y de la graKtud. Durante toda su vida, Nichiren Daishonin hizo gala de un extraordinario compromiso a saldar sus deudas de graKtud, no sólo como

Creía que no podría ayudar a sus padres a lograr la felicidad verdadera a menos que estudiara exhausKvamente las enseñanzas budistas y encontrara la clave para resolver los sufrimientos del nacimiento y la muerte. Así pues, para saldar su deuda de graKtud con todos los seres, después de décadas de intenso estudio budista, proclamó la 20


enseñanza de Nam-myoho-renge-kyo y comenzó a refutar lo erróneo y revelar lo verdadero en el marco del budismo; de ese modo, emprendió lo que resultaría ser una batalla sembrada de adversidades. Pudo hacerlo porque descubrió la Ley universal de la vida para la iluminación de todos los seres – es decir, de todos los pueblos – en las profundidades del Sutra del loto, y la corporificó en su propia vida.

la enseñanza correcta para asegurar la paz en la Kerra” – proponiendo la reforma fundamental necesaria para crear una sociedad mejor – consKtuyó, de por sí, el camino para retribuir los beneficios recibidos del país. Después de remontar persecuciones y atentados contra su vida, y finalmente, de despojarse de su idenKdad transitoria y revelar su condición esencial como Buda del úlKmo Día de la Ley, el Daishonin inscribió el objeto de devoción llamado Gohonzon. A parKr de esta persecución, reveló y estableció las tres grandes leyes secretas.

Además, porque reconoció su deuda de graKtud con su país, pudo refutar los actos contra la Ley que comeean diversas escuelas budistas de la época, que contradecían el verdadero propósito del Buda; por esta misma razón, advirKó a los gobiernos del Japón, que permanecían de brazos cruzados mientras el pueblo sufría, y el país caía en el desorden y en la confusión.

Además, puede interpretarse que la revelación de las tres grandes leyes secretas significó para el Daishonin saldar plenamente su deuda de graKtud con los padres, con todos los seres vivos y con la nación. También puede interpretarse como un nuevo punto de parKda en la vida del Daishonin hacia el logro del kosen-rufu mundial, el medio para saldar las deudas de graKtud con la humanidad y con el mundo.

Saldar las deudas de graKtud con el país no significa someternos como esclavos al gobernante. Desde el punto de vista moderno, podríamos pensar que “Estado” aquí se refiere a la sociedad. Podría decirse que el esfuerzo del Daishonin por “establecer 21


De esta forma, es posible concebir toda la existencia de Nichiren Daishonin como una gran epopeya para retribuir y saldar las deudas de graKtud. En el tratado que estudiaremos esta vez, que precisamente se conoce como Saldar las deudas de graKtud, él analiza en detalle este punto, para expresar su agradecimiento a Dozen-bo, su anterior maestro.

indicando que debían leer el texto en voz alta ante la tumba de Dozen-bo. En la “Portada” escrita por el Daishonin para esta obra, leemos: “En el tratado adjunto, he explicado cuesKones de suprema importancia”. Saldar las deudas de graKtud conKene una detallada descripción de la ardiente búsqueda del budismo efectuada por el Daishonin en su juventud, junto a un extenso relato de sus esfuerzos consiguiente por propagar la Ley MísKca. También esclarece el inconmensurable beneficio de Nammyoho-renge-kyo de las tres grandes leyes secretas, que representa la gran Ley para la iluminación de todas las personas que deberá propagarse en el futuro eterno, durante el úlKmo Día de la Ley. Y rinde tributo a su primer maestro señalando que la totalidad de los beneficios acumulados por él retornará a Dozen-bo.

Un tratado que con1ene “cues1ones de suprema importancia” En junio de 1276, el Daishonin se enteró de la muerte de Dozen-bo, con quien había estudiado inicialmente el budismo en el templo Seicho-ji. De inmediato se puso a redactar este tratado para honrar la memoria de su maestro y retribuir los muchos beneficios recibidos de él. A fines de julio, envió la obra finalizada a los sacerdotes Joken-bo y Gijo-bo, dos sacerdotes de mayor anKgüedad que él que habían sido sus superiores en esos primeros años de instrucción sacerdotal y, que años más tarde, lo adoptaron a él como maestro. El Daishonin adjuntó un mensaje

Es posible ver este tratado como una crónica de la conKenda librada por el Daishonin toda su vida, enfocada en refutar lo erróneo y revelar lo verdadero. Finaliza con la triunfal proclama de que el camino hacia la 22


h a c e n c a e r. C u a n to m á s profundas son las raíces, más frondosas son las ramas. Cuanto más lejana es la fuente, más largo es el curso del agua

iluminación en el ÚlKmo Día está abierta a todos, mediante el budismo de las tres grandes leyes secretas. En el Japón, la China, la India y los demás países del Jambudvipa es decir, el mundo entero], todas las personas, sabias o ignorantes, deberán hacer a un lado otras prácIcas y unirse en la entonación de

Esa lucha del Daishonin por propagar la Ley culminó con la revelación de Nammyoho-renge-kyo de las tres grandes leyes secretas, la enKdad de la Ley para el kosen-rufu.

Nam-myoho-renge-kyo. Esta enseñanza no había sido expuesta jamás con anterioridad. En todo el territorio de Jambudvipa, en los dos mil doscientos veinIcinco años transcurridos desde la muerte del Buda, ni una sola persona lo había entonado jamás. Hoy, sin escaImar la voz, Nichiren es el único que entona Nam-myohorenge-kyo, Nam-myoho-renge-kyo.

La primera de las tres grandes leyes secretas es el objeto de devoción de la enseñanza esencial. En este objeto de devoción, el Gohonzon, el Daishonin corporizó su propia iluminación su propio estado de vida de suprema nobleza, para permiKrnos tomar conciencia de ese estado de nobleza sin par que existe en todos los seres humanos en forma inherente.

El volumen de las olas depende del viento que las provoca; la altura de las llamas depende de la canIdad de leña que se echa al fuego; el tamaño de los lotos depende del estanque en que crecen, y la magnitud de las lluvias depende de los dragones que las

La segunda de las tres grandes leyes secretas es el daimoku, de la enseñanza esencial . Ésta consiste en la entonación personal de Nam-myohorenge-kyo y en enseñar a otros a hacer lo mismo, en la cual Nam-myohorenge-kyo es el nombre de este estado

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de vida de suprema nobleza, o naturaleza de Buda.

mundo. También señala que es una enseñanza universal, que trasciende todas las disKnciones y puede ser pracKcada por cualquiera, ya sea que enKendan el budismo o que no sean versados en él.

Y la tercera de las grandes leyes secretas es el santuario de la enseñanza esencial. Ésta consKtuye la base para construir una comunidad armoniosa de creyentes (en sánscrito, sangha), cuyos miembros se alientan unos a otros a mantener la firme fe en Nam-myoho-renge-kyo y juran juntos propagar la Ley y hacer realidad el principio de establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la Kerra.

Entonar y propagar la Ley Mís1ca “sin esca1mar la voz” El Daishonin observa; “En todo territorio de la Jambudvipa [es decir, el mundo entero], en los dos mil doscientos veinKcinco años transcurridos desde la muerte de Buda, ni una sola persona lo había entonado jamás [a Nam-myoho-renge-kyo]. Hoy, sin escaKmar la voz, Nichiren es el único que entona Nam-myoho-rengekyo, Nam-myoho-renge-kyo.

Basados en estos tres elementos, los pracKcantes del budismo del Daishonin se empeñan en lograr el kosen-rufu haciendo que el resplandor de la Ley M í s K c a i n fi n i ta m e n t e p re c i a d a resplandezca en la vida de la gente y en la Kerra donde viven los seres.

Hasta la enseñanza universal de Nammyoho-renge-kyo sólo podía ser propagada cuando llegase el momento propicio y cuando apareciera alguien dispuesto a arriesgar la vida en la seria y sincera labor de la propagación.

En el escrito Saldar las deudas de graKtud que estudiaremos en esta oportunidad, Nichiren Daishonin primero explica que el Nam-myohorenge-kyo de las tres grandes leyes secretas es la gran enseñanza que se propagará a los diversos países del

El Daishonin dice “sin escaKmar la voz”. Él mismo había trabajado sin descanso, sin retacear la voz, para enseñar a las 24


personas el camino que él mismo había abierto como precursor. Como resultado de este empeño, pudo establecer las tres grandes leyes secretas, los principios centrales de la suprema enseñanza que debía ser propagada en el ÚlKmo Día. Jamás debemos olvidar que el florecimiento del budismo del Daishonin, centrado en el pueblo, se forja mediante los esfuerzos prácKcos y laboriosos de la gente por difundir esta Ley.

misión para difundir la Ley MísKca en el ÚlKmo Día. La acKtud abnegada con la cual esgrimió la palabra y propagó la enseñanza correcta sin reservas ni mezquindad simboliza el espíritu de no escaKmar la vida. A conKnuación, el Daishonin cita fenómenos naturales –como la relación que hay entre la intensidad del viento y el tamaño de las olas--, junto con palabras del gran maestro T’ien-t’ai de la China y ejemplos de la historia de este úlKmo país. Se vale de estas m e n c i o n e s p a ra c o nva l i d a r s u predicción de que Nam-myoho-rengekyo se propagará y prevalecerá en el largo y extenso futuro, a raíz de su p ro p i o e sf u e r zo a b n e ga d o p o r propagar la Ley.

Si todos se limitaran a hacer un daimoku personal, sin alentar a otros a hacer lo mismo, no se lograría la amplia difusión de la Ley entre la población de esta época perversa conocida como el ÚlKmo Día. No habrá transformación fundamental en la vida de la gente a menos que cada uno venza la ignorancia u oscuridad inherente a su propia vida y enseñe a otros a hacer lo mismo. Por eso, después de proclamar públicamente su enseñanza, el Daishonin siguió haciendo daimoku y enseñando a otros esta misma prácKca “sin escaKmar la voz”. Esto le trajo aparejadas tremendas persecuciones. S i n d e j a r s e i n K m i d a r, a v a n z ó intrépidamente por el camino de su

De estas comparaciones, quiero tomar las siguientes: “Cuanto más profundas son las raíces, más frondosas son las ramas. Cuanto más lejana es la fuente, más largo es el curso del agua”. Originalmente, pertenecen a una obra de T’ien-t’ai llamada Palabras y frases del “Sutra del Loto”, quien las mencionó para indicar que la sabiduría

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de los budas es infinitamente profunda e inconmensurable.

de los Ch’in. En otras palabras, el éxito dependía de que el fundador culKvara la postura de dar prioridad al bienestar del pueblo y pudiera establecer esta prácKca como una tradición perdurable en su reino. La prosperidad duradera dependía de que el reino tuviera ideales y principios profundos, y de que sus herederos supieran perpetuarlos con seriedad.

Las “raíces” y la “fuente” simbolizan la sabiduría, mientras que las profusas “ramas” y la larga “corriente” representan sus funciones amplias y de largo alcance. En el Registro de las enseñanzas transmiKdas oralmente, el Daishonin señala que la esencia de esta sabiduría de los budas no es otra cosa que Nam-myoho-renge-kyo. T’ien-t’ai usa esta metáfora de las “raíces” y las “ramas” para indicar que cuanto más profunda es una enseñanza, tendrá el poder de guiar a más personas hacia la iluminación durante un largo período.

Desde Kempos inmemoriales muchas enseñanzas religiosas se expusieron con el fin de aliviar el padecimiento humano. Sin embargo, hay una significaKva diferencia entre una enseñanza que esclarece la causa fundamental del sufrimiento y otra que no lo hace.

C o n e ste m i s m o p ro p ó s i to, e l Daishonin cita los ejemplos históricos que aparecen a conKnuación. Explica que la razón por la cual la dinasea Chou floreció durante setecientos años fue el decoro y a la devoción filial de su fundador, el rey Wen. En cambio, la dinasea Ch’in, la primera que unificó la China, cayó apenas quince años después de haber sido establecida. El Daishonin declara que la causa de esta caída prematura fue el régimen Kránico de su fundador el primer emperador

Las enseñanzas que sólo esclarecen superficialmente las verdades de la vida tendrán un alcance limitado y estrecho, y un breve período de vigencia. En cambio, la enseñanza de Nam-myoho-renge-kyo es la Ley fundamental de la vida. Por lo tanto, Kene el poder de guiar a las personas a la iluminación durante el eterno futuro. La razón por la cual la influencia de Nam-myoho-renge-kyo prevalece 26


eternamente es, por un lado, la infinita profundidad de la Ley, en sí, y por el otro, la lucha abnegada de Nichiren Daishonin, el primero en propagarla. Profundidad de enseñanza y profundidad de lucha. Cuando estos dos factores se conjugan, el kosen-rufu avanza y se torna posible.

retacear nada de sí mismos, exactamente de acuerdo con el espíritu del Daishonin, y porque ellos nos enseñaron a nosotros a hacer igual. En nuestro contexto, las frases “cuanto más profundas son las raíces” y “cuanto más lejana es la fuente” significa tener una fe profunda y firme. Con el poder de la fe, podemos sin falta triunfar sobre cualquiera de los tres obstáculos y cuatro demonios que puedan surgir, tanto para obstruir nuestras batallas personales, como nuestra labor por el kosen-rufu. Si mantenemos un firme senKdo de propósito y una poderosa determinación de luchar por el kosenrufu, podremos reconocer claramente la negaKvidad o las funciones demoníacas, por mucho que se escondan, y prevalecer sobre ellas. La profunda fe es la filosa espada que nos permite cercenar cualquier obstáculo.

Nuestro movimiento actual por el kosen-rufu abarca ciento noventa y dos países y territorios. Esto fue posible porque todos ustedes, los miembros de la SGI del mundo, han luchado infaKgablemente juntos con el mismo espíritu de los primeros tres presidentes de la Soka Gakkai, con un compromiso inquebrantable en la fe directamente ligado a Nichiren Daishonin. Esta fe firme es la fuente de la cual brota el kosen-rufu y de la cual mana, también la felicidad personal y de los semejantes. ¿Por qué hoy hay tantos miembros de la SGI en el mundo que pueden luchar por la noble causa del kosen-rufu en tantos países? Porque Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda, nuestros primeros presidentes, se dedicaron a propagar la Ley sin mezquinar ni

Además, las frases “más profusas son las ramas” y “más larga es la corriente” significan que si tenemos la suficiente valenea en la fe para no dejarnos vencer por los obstáculos, disfrutaremos no sólo del éxito y 27


ciegos de todos los seres vivos en la Ierra del Japón, y puede obstruir el camino que conduce al infierno del sufrimiento incesante

prosperidad en nuestra vida, sino que las victorias nuestras serán el cimiento para la prosperidad y el éxito de nuestros descendientes, a lo largo de las muchas generaciones futuras.

Las tres virtudes del Daishonin obran para hacer realidad el kosen-rufu

En consecuencia, luchar seriamente por el kosen-rufu, aquí y ahora, es la causa para la felicidad y la prosperidad, en el presente y en el futuro. Todo nuestro esfuerzo y nuestro serio afán por transmiKr el budismo del Daishonin a los demás se convierte en buena fortuna para nuestras familias y seres queridos, durante toda la eternidad. Éste es el principio de la ley causal de la Ley MísKca.

Basado en el principio de que “cuanto más lejana es la fuente, más larga es la corriente”, el Daishonin declara que ha asegurado los cimientos para la iluminación de todas las personas en el futuro eterno, mediante su propio esfuerzo inquebrantable, impulsado por su profundo amor compasivo hacia sus congéneres. Proclama el siguiente y bien conocido pasaje:

Si el amor compasivo de Nichiren es realmente grande y amplio, N a m - m y o h o - r e n g e - k y o s e propagará durante diez mil años y más aún, por toda la eternidad, pues [ese amor compasivo con que Nichiren propaga Nam-myohorenge-kyo posee el poder benéfico de abrir los ojos ciegos de todos los seres vivos en la Ierra del Japón, y puede obstruir el camino que conduce al infierno del sufrimiento incesante abrir los ojos

“Si el amor compasivo de Nichiren es realmente grande y amplio, N a m - m y o h o - r e n g e - k y o s e propagará durante diez mil años y más aún, por toda la eternidad, pues [ese amor compasivo con que Nichiren propaga Nam-myohorenge-kyo] posee el poder benéfico de abrir los ojos ciegos de todos los seres vivos en la Ierra del Japón, y puede obstruir el

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camino que conduce al infierno del sufrimiento incesante”

realmente grande y amplio”, indica la virtud del padre; “posee el poder benéfico de abrir los ojos ciegos de todos los seres vivos” representa la virtud del maestro, y “puede obstruir el camino que conduce al infierno del sufrimiento incesante” es la virtud del soberano.

Lo que condujo al Daishonin a revelar Nam-myoho-renge-kyo fue su lucha inmensamente compasiva por idenKficar y propagar la enseñanza correcta. En ello, vemos su monumental convicción de que, en respuesta a esa determinación profunda, Nam-myoho-renge-kyo se propagaría y guiaría a la humanidad en cada parte del mundo a la iluminación durante el eterno futuro del ÚlKmo Día.

La virtud del padre representa la función de nutrir y cuidar a los seres. El Daishonin logró establecer la Ley suprema para la iluminación de todas las personas con miras al eterno futuro del ÚlKmo Día precisamente porque él mismo afrontó y sobrellevó repeKdas persecuciones y una enconada oposición.

El juramento del Buda es permiKr a todas las personas lograr la iluminación. Y la amplia propagación de la enseñanza correcta tras la m u e r te d e l B u d a e s e l d e s e o fundamental de Shakyamuni, Muchos Tesoros y todos los budas del Kempo y del espacio. Este pasaje es una declaración en la cual el Daishonin afirma que ha hecho realidad este anhelo.

Ese amor compasivo grande y amplio del cual habla en este pasaje no se manifestó en condiciones sociales pacíficas y plácidas. A la inversa, él inició la corriente del kosen-rufu en bien de las futuras generaciones durante una época inmersa en los tres venenos –odio, codicia y estupidez--, mientras luchaba contra los tres enemigos poderosos del budismo. La profundidad y amplitud de su amor compasivo son tan inmensas que

También señala las tres virtudes del Daishonin: soberano, maestro y padre. “Si el amor compasivo de Nichiren es 29


cuesta encontrar un patrón de comparación.

dejar que una sola persona caiga en ese estado atroz. Es imposible asegurar el bienestar de todas las personas sin asumir el compromiso absoluto de erradicar el sufrimiento y el dolor de la faz de la Kerra.

La virtud del maestro representa la función de guiar a las personas en forma correcta. El Daishonin habla de “los ojos ciegos de todos los seres del Japón”. Naturalmente, con esta expresión no se está refiriendo a una discapacidad dsica. Está hablando de no poder percibir la naturaleza del Dharma inherente a la vida, a causa de la ignorancia, causa fundamental de la ilusión. El Daishonin quería disipar esta ignorancia u oscuridad que exisea en la vida de las personas. Él mismo dio ejemplo de lucha contra los tres obstáculos y cuatro demonios como devoto del Sutra del loto, con el fin de hacer que la gente se cuesKonara sus supuestos y pusiera en duda sus creencias erróneas, para poder despertar y adoptar una filosoda de vida correcta.

No olvidemos que el Daishonin dio un ejemplo viviente de las tres virtudes – del soberano, el maestro y el padre--, mediante su lucha férrea e i n c o n d i c i o n a l p o r p ro p a ga r l a enseñanza correcta en la época malvada del ÚlKmo Día. El Budismo siempre se reduce a la acción. Las personas que hacen valer su autoridad y dicen poseer la “misma iluminación interior que el Buda” --sin que nada en sus acciones lo acredite en lo más mínimo--, son descendientes espirituales de los seis maestros no budistas que vivieron en Kempos de Shakyamuni.

La virtud del soberano representa la función de proteger a los demás. El Daishonin habla de “obstruir el camino que conduce al infierno del sufrimiento incesante”. En ello, manifiesta su profundo e irrefrenable deseo de no

Los maestros Makiguchi y Toda, herederos del espíritu altruista del Daishonin, lucharon por instaurar en la sociedad el ideal del kosen-rufu. Gracias a la aparición de la Soka Gakkai –una organización dedicada a hacer 30


a la sabiduría de Nichiren, sino a que así lo establecen los Iempos. L o s c a p u l l o s fl o r e c e n e n primavera, y los frutos aparecen en otoño. En verano hace calor, y en invierno, frío. Así lo determina el orden de las estaciones, ¿no es verdad?

realidad el deseo del Buda--, el “gran río del kosen-rufu” cuya verKente fue Nichiren Daishonin hoy fluye poderosamente en todo el mundo, en el siglo XXI. Es un hecho incuesKonable. Ya hemos establecido por completo las bases del kosen-rufu mundial. Ha llegado, al fin, la hora de extender este gran río y converKrlo en un océano del kosen-rufu que envuelva el globo.

Una enseñanza de transformación: “El beneficio obtenido por un día de prác1ca en el mundo impuro”.

Sus beneficios [es decir, los beneficios del amor compasivo con que Nichiren propaga Nammyoho-renge-kyo] superan incluso los de Dengyo10 y T’ien-t’ai, y son superiores a los de Nagarjuna11 y Mahakasyapa12. Cien años de prácIca en la Tierra de la Perfecta Felicidad, no se comparan con el beneficio de un solo día de prácIca en el mundo impuro. Dos mil años de propagar el budismo en los días Primero y Medio de la Ley no se comparan a una sola hora de propagación en el ÚlImo Día.. Y esto [es decir, que Nichiren haya establecido Nam-myoho-rengekyo como la enseñanza que deberá propagarse en el ÚlImo Día de la Ley] no se debe, de ningún modo,

Además, el Daishonin explica que el beneficio de propagar ampliamente Nam-myoho-renge-kyo en el ÚlKmo Día de la Ley supera el de Dengyo. T’ien-t’ai, Nagarjuna y Mahakashyapa. Esforzarse por liberar a las personas del sufrimiento en el nivel más esencial, y en esta época impura, es una acción que acarrea beneficios inconmensurables. Con respecto a esto, dice el Daishonin: “Cien años de prácIca en la Tierra de la Perfecta Felicidad, no se comparan con el beneficio de un 31


solo día de prácIca en el mundo impuro”.

este mundo, aquí y ahora, era el verdadero lugar donde había que llevar a cabo la prácKca budista. Explicó que la verdadera prácKca budista para perfeccionar y forjar nuestra vida consisea en abrir el camino de la victoria en medio de tribulaciones y adversidades.

Las épocas más duras representan las oportunidades más espléndidas para desafiarnos en nuestra prácKca budista y profundizar nuestra fe. El arduo esfuerzo que hagamos en momentos así se converKrá en beneficios de magnitud inconcebible. Para decirlo sencillamente, “cien años de prácKca en la Tierra de la Perfecta Felicidad” alude a la prácKca budista en un entorno cómodo, desprovisto de dificultades. Tales circunstancias nos harían didcil lograr nuestra revolución humana. Sin pulir y forjar nuestra vida, el objeKvo de lograr la Budeidad quedaría lejos de nuestro alcance, aunque pracKcásemos cien años.

“Un día de prácKca en el mundo impuro” también podría simbolizar una enseñanza de transformación, capaz de guiar verdaderamente a la felicidad a los habitantes de una época oscura. Nam-myoho-renge-kyo es la gran Ley que nos permite hacer surgir en nuestra vida, al instante, la suprema iluminación del Buda. Cuando transformamos nuestra acKtud mental o subjeKva, de inmediato transformamos nuestro estado de vida.

Nichiren Daishonin planteó esta declaración como una tajante forma de refutar las enseñanzas de la escuela Tierra Pura (Nembutsu), de gran auge en su época, que recalcaban llevar a cabo la prácKca budista después de haber renacido en la Tierra Pura. Aunque muchas tradiciones religiosas de esa época aspiraban a un paraíso ultra terreno, el Daishonin enseñó que

Como esta es una época en que predomina la maldad, en el transcurso de la vida diaria es de esperar que surjan diversos problemas y dificultades. Es razonable entonces que aquellos que elijan dedicar su vida a una noble misión enfrenten obstáculos aún más tremendos. Sin embargo, la clave yace en usar tales 32


obstáculos como un poderoso ímpetu para entonar Nam-myoho-renge-kyo más seriamente aún y desafiarnos acKvamente para superar los problemas que enfrentamos. Cada día que empleamos de este modo es un día de transformación interior; la conKnuidad de esta prácKca a lo largo del Kempo produce el gran beneficio de lograr la Budeidad en esta existencia.

En los días Primero y Medio, el b u d i s m o e ra b á s i ca m e nte u n a enseñanza desKnada a personas de capacidad superior, y podía adquirirse beneficios incluso mediante las enseñanzas parciales o implícitas. Sin embargo, el ÚlKmo Día es una época de disputas y de conflicto, en la cual los proponentes de las diversas enseñanzas parciales e implícitas proclamarán que su propia corriente budista es perfecta y absoluta. Estas enseñanzas obrarán como influencias n e ga K v a s q u e o b s t r u i rá n l a propagación de la enseñanza correcta. En una época así de confusa y desordenada, sólo la enseñanza de Nam-myoho-renge-kyo, correspondiente al budismo de la siembra –capaz de acKvar directamente la naturaleza de Buda— guiará a las personas a la iluminación. Por eso, propagar la enseñanza correcta de Nam-myoho-renge-kyo, aún durante un breve Kempo en el ÚlKmo Día, es superior a propagar enseñanzas parciales o implícitas durante un largo período en los días Primero y Medio de la Ley.

Sólo una enseñanza budista de t ra n sfo r m a c i ó n p ro f u n d a – q u e exponga la importancia de emprender la acción en medio de la sociedad tumultuosa y convulsionada—puede ofrecer el medio para modificar de manera genuina este mundo saha colmado de problemas y converKrlo en una Kerra de buda; además, ofrece el medio para establecer la enseñanza correcta y asegurar la paz en la Kerra. Asimismo, el Daishonin dice que dos mil años de propagar el budismo durante los días Primero y Medio de la Ley son inferiores a un breve lapso empleado en la propagación durante el ÚlKmo Día.

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función social de impulsar dicho cambio. En otras palabras, una época impura requiere la aparición de un buda genuino, que pueda exponer una gran enseñanza capaz de liberar a las personas del sufrimiento y de transformar la época posiKvamente. El Daishonin recalca la importancia de la época, porque Kene la absoluta convicción de que Nam-myoho-rengekyo es la enseñanza que concuerda con este período, llamado ÚlKmo Día de la Ley.

El momento de abrir el camino del kosen-rufu es en una época de maldad Con respecto a haber establecido la Ley que deberá ser ampliamente propagada en el ÚlKmo Día, el Daishonin dice que esto no se debe a que su propia sabiduría sea extraordinaria, sino que ha llegado el momento propicio. Desde luego, que Nichiren Daishonin no atribuya a su sabiduría este logro es una expresión de su gran humildad. Sin embargo, hay u n a p ro f u n d a v e rd a d e n e s t e comentario, que atribuye el establecimiento de la Ley a una concordancia con los Kempos. En senKdo general, también es cierto que, en todos los campos, la época genera el advenimiento de personas realmente grandes, o dicho de otro modo, estas personas surgen en respuesta a las condiciones de la época.

Si repasamos la historia del budismo y de la humanidad, podríamos decir que la época del ÚlKmo Día en que advino el Daishonin representó un punto de inflexión, una transición entre la época de la aristocracia y la época del pueblo. También precedió una época de grandes intercambios entre pueblos de diferentes naciones que se hicieron a la mar y atravesaron los conKnentes, factor que redundó en una visión más global y que precipitó cambios dinámicos. En la vanguardia de esta era, el Daishonin reveló y propagó la Ley de Nam-myoho-renge-kyo. Esta enseñanza consKtuye el corazón de su

El budismo asigna una importancia especial al Kempo o a la época. Enseña que cuando los habitantes de una Kerra reclaman o desean un cambio espiritual, aparece un venerable con la 34


budismo del pueblo y de una religión de naturaleza universal.

coloniales y esclavistas, y en la creación de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales dedicados a la paz.

Ya en la época contemporánea, la Soka Gakkai apareció en la primera mitad del siglo XX. Que la organización que iniciaría la amplia propagación del budismo de Nichiren Daishonin haya aparecido en esta época pivotal confirma que el siglo XX consKtuye un punto de inflexión en la historia humana. El siglo XX, tesKgo de dos guerras mundiales y del surgimiento de las armas nucleares que siguen amenazando nuestra supervivencia, marcó a la vez el comienzo de una nueva época. La humanidad inició acKvidades económicas y de otra naturaleza en el escenario mundial, e incluso se atrevió a explorar el espacio exterior.

La Soka Gakkai se fundó sobre el trasfondo de estos acontecimientos históricos sin precedentes, en una época en que la humanidad ansiaba otra fuente renovadora de sabiduría. Con las banderas de una religión humanista, hemos comparKdo con personas de todo el mundo la sabiduría del budismo de Nichiren Daishonin, capaz de obstruir el camino hacia el sufrimiento y de abrir rutas hacia la c o n s t r u c c i ó n d e u n a fe l i c i d a d verdadera. El maestro Makiguchi expuso una filosoda creadora de valor y formuló un sistema pedagógico basado en la creación de valores, como cimiento básico para la edificación del carácter humano. Su discípulo Josei Toda, por su parte, abogando por el ideal de la ciudadanía mundial, la abolición de las armas nucleares y la revolución humana –o transformación interior--, ofreció una profunda sabiduría para combaKr la oscuridad fundamental del

Además, el reconocimiento de que la Kerra es finita –como se ve, por ejemplo, en la conciencia creciente sobre la destrucción ambiental-- es otro rasgo inequívoco del siglo XX. Este siglo también marcó el despuntar de la co n c i e n c i a s o b re l o s d e re c h o s humanos, como se evidencia en el desmantelamiento de los regímenes 35


género humano que caracterizó al siglo XX. Por mi parte, como laborioso discípulo del señor Toda, yo no he cesado de esforzarme en el camino del diálogo humanísKco para franquear los abismos entre las civilizaciones y los credos, y expandir nuestra red de bondad, con el fin de hacer del siglo XXI una centuria de la humanidad, de la vida y de la paz.

Día regresarán a su anKguo maestro Dozen-bo. En otro escrito, dice que el discípulo es como la planta, y el maestro, como la Kerra. La flor de la victoria que hace florecer el discípulo sin falta regresa a la Kerra como la buena fortuna de su mentor. Sin duda, de este suelo de maestro y discípulo surgirá una nueva flor fragante y triunfal. Yo he prestado servicios al señor Toda con esa convicción durante sesenta y un años. Aún hoy, cada día me consagro al kosen-rufu con la nueva determinación de responder a sus expectaKvas. Por eso, no temo a nada. El señor Toda solía decir: “ Tener un discípulo honorable es la mayor felicidad de un mentor”. Tengo la convicción de que el señor Toda estaría complacido y saKsfecho con mi esfuerzo.

Creo, de verdad, que ha llegado la era de la Soka, porque “los Kempos así lo establecen”. “Oro al Buda por la victoria final” Al término de su tratado Saldar las deudas de graKtud el Daishonin expresa su convicción de que el ardiente deseo del Buda es la amplia propagación de Nam-myoho-renge-kyo en la época impura posterior a la muerte del Buda, y que él mismo ha logrado ese deseo. Señala que todos sus beneficios acumulados por haber establecido la gran Ley para la iluminación de toda la humanidad, y por haber abierto el camino del kosenrufu hacia el eterno futuro del ÚlKmo

En diciembre de 1957, poco después de que hubiera logrado la gran meta de su vida, de llevar la canKdad de miembros de la Soka Gakkai a 750 mil familias, el señor Toda me obsequió este poema, el úlKmo que me entregaría. Ganar y perder son parte 36


de la vida pero yo oro al Buda por la victoria final.

31 Ib. 32 END, pág. 773.

¡Triunfemos sin falta! ¡Triunfemos en la recta final sobre la realidad más adversa, mediante la oración basada en un juramento! ¡Atravesemos todas las dificultades hasta tañer la campana de la victoria! Veo con los ojos del corazón el rostro bondadoso del señor Toda, quien creía en el triunfo de sus discípulos. La mejor forma de saldar la deuda de graKtud con nuestro mentor es logrando nuestra propia victoria. ¡Así que pongámonos como meta el 18 de noviembre próximo, 78° aniversario de la Soka Gakkai! Ha llegado la hora de crear una nueva crónica de triunfo del maestro y los discípulos. Creo en la absoluta victoria de mis amados discípulos. Y, en especial, anhelo ver el triunfo de los jóvenes que conKnuarán mi lucha como genuinos discípulos.

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GOSHO: Saldar las deudas de gra1tud

como un hombre ciego que se lanza a guiar a un grupo de invidentes a través de puentes y de ríos. ¿Llegarán los marinos mercantes a las montañas donde se ocultan los tesoros, si el barco es guiado por un hombre incapaz de reconocer la dirección del viento? Nadie llega a aprender y a dominar el budismo sin dedicar largas jornadas a esta labor. Pero si uno quiere disponer de Kempo para esta empresa, no puede vivir pendiente de padres, maestros y soberano. Hasta que uno logre entrar en el Camino que conduce a la emancipación, deberá sustraerse a los deseos y senKmientos de sus padres y mentores, por razonables que estos parezcan. Quizá muchos piensen que este Kpo de consejos contradice las virtudes seculares y discrepa del espíritu budista. Pero, a decir verdad, en textos seculares como el Clásico sobre la devoción filial leemos que hay ocasiones en que uno sólo puede actuar como un leal ministro o como un hijo devoto negándose a obedecer los deseos del soberano o de los padres. Y en las sagradas escrituras del budismo se indica: «Sólo es posible saldar cabalmente dichas deudas

Nichiren El viejo zorro jamás olvida la colina donde nació;1 la tortuga blanca recompensó el gesto de bondad recibido de Mao Pao.2 Si hasta las criaturas inferiores son capaces de actuar así, ¡cuánto más deberíamos hacerlo los seres humanos! Por eso Yü Jang, un sabio de la AnKgüedad, se dejó caer sobre el filo de su espada para saldar la deuda de graKtud que tenía con su amo, Chih Po;3 y el ministro Hung Yen, por razones semejantes, se abrió el vientre e introdujo en su interior el hígado de su difunto señor, el duque Yi de Wei.4 ¿Qué podríamos decir, entonces, de las p e rs o n a s q u e s e co n s a g ra n a l budismo? No deberían olvidar, de ninguna manera, las deudas de graKtud que Kenen con sus padres, sus maestros y su país. Pero quien se proponga saldar estas grandes deudas de graKtud sólo podrá hacerlo aprendiendo el budismo, dominando sus enseñanzas y llegando de ese modo a ser una persona de sabiduría. Quien no lo hiciera sería 38


renunciando a las diversas obligaciones y adoptando la vida budista».5 Pi Kan rehusó acatar los deseos de su soberano y, por eso, pasó a la historia como un sabio.6 El príncipe Siddhartha contrarió la voluntad de su padre, el rey Shuddhodana, y sin embargo llegó a ser el hijo más leal y devoto de los tres mundos. Estos ejemplos dejan clara mi posición. Cuando comprendí tales cosas y resolví dedicarme a las verdades del budismo sin que mi proceder conKnuara sujeto a la voluntad de padres y maestros, descubrí que hay diez espejos brillantes que reflejan las sagradas doctrinas expuestas por el Buda durante su vida de prédica. Son las diez escuelas budistas conocidas como Tesoro del Análisis del Dharma, Establecimiento de la Verdad, Preceptos, CaracterísKcas del Dharma, Tres Tratados, Palabra Verdadera, Guirnalda de Flores, Tierra Pura, Zen y Tendai del Loto. Los eruditos de hoy afirman que, si una persona adopta estas diez escuelas como maestros iluminados, llegará a comprender el corazón de todas las escrituras sagradas, y sosKenen que estos diez espejos reflejan de manera correcta el sendero de las enseñanzas

del Buda. No obstante, dejemos a un lado, por ahora, las tres escuelas del Hinayana [Tesoro del Análisis del Dharma, Establecimiento de la Verdad y Preceptos]. Ellas son como un mensaje enviado a un país extranjero por intermedio de un civil sin cargo oficial, carente, por tal moKvo, de autoridad. Pero las siete escuelas del Mahayana son un gran navío capaz de transportarnos por el extenso mar de los sufrimientos del nacimiento y la muerte, y llevarnos a la costa de la Tierra Pura. Si las pracKcamos y comprendemos, podemos salvarnos y, a la vez, guiar a otros a la salvación. Cuando, con esta idea en mente, me consagré a estudiarlas, vi que cada una de esas siete escuelas del Mahayana se ensalzaba a sí misma diciendo: «¡Nuestra escuela, y sólo ella, representa el corazón de las enseñanzas expuestas por el Buda a lo largo de su vida!». Podría mencionar aquí a hombres como Tu-shun, Chih-yen, Fa-tsang y Ch’eng-kuan,7 de la escuela Guirnalda de Flores; Hsüan-tsang, Tz’u-en, Chihchou y Chisho,8 de la escuela CaracterísKcas del Dharma; Hsing39


huang y Chia-hsiang,9 de la escuela Tres Tratados; Shan-wu-wei, Chin-kangchih, Pu-k’ung, Kobo, Jikaku y Chisho, de la escuela Palabra Verdadera; Bodhidharma, Hui-k’o y Hui-neng,10 de la escuela Zen; y Tao-ch’o, Shan-tao, Huai-kan y Genku,11 de la escuela Tierra Pura. Estas figuras destacadas de las diversas corrientes budistas, basadas en los sutras y tratados parKculares que cada escuela prefiere, sosKenen que «su escuela» comprende la miríada de sutras y que «su escuela» ha captado en profundidad el significado más recóndito de las enseñanzas budistas. Así pues, algunos de estos hombres afirman: «El Sutra de la guirnalda de flores ocupa el primer lugar entre todas las enseñanzas; otras escrituras como el Sutra del loto y el Sutra Mahavairochana son subsidiarias». Por su parte, los líderes de la escuela Palabra Verdadera sosKenen: «El Sutra Mahavairochana está en primer lugar en el conjunto de todos los sutras; los demás son como un enjambre de pequeñas estrellas». Los hombres de la escuela Zen dicen: «El Sutra Lankavatara es superior a todos los sutras». Y así, de idénKco modo,

proceden los hombres de las demás escuelas. Los numerosos maestros budistas cuyos nombres he mencionado antes son respetados por la población de nuestra época, que les rinde tributo tal como las deidades celesKales veneran al señor Shakra, y que los sigue del mismo modo que la infinidad de estrellas siguen al Sol y a la Luna. Para las personas comunes, como nosotros, el hecho de tener fe en un maestro —quienquiera sea el que uno adopte— es razón suficiente para no considerar que ese mentor sea inadecuado. Pero aunque otros sigan venerándolos [a los maestros de sus respecKvas escuelas] y creyendo en ellos, a Nichiren le ha resultado didcil disipar sus dudas. Cuando contemplamos el mundo, vemos que cada una de las muchas escuelas afirma: «¡Somos la única! ¡Somos la única!». Pero en el territorio de un país puede haber sólo un soberano. Si dos hombres se disputan el gobierno, el país no tendrá paz. Del mismo modo, si un clan posee dos amos, seguramente se expondrá a la destrucción. ¿No ocurre lo mismo, acaso, con los sutras? 40


En el vasto conjunto de todos los sutras, Kene que haber uno que sea el monarca. Así y todo, las diez escuelas y las siete escuelas mencionadas pelean entre sí para establecer cuál texto es supremo sin poder llegar a un consenso. Es como si siete o diez hombres trataran de ser el único gobernante de un país y mantuvieran al pueblo sumido en un caos sin fin. Mientras me preguntaba cómo resolver este dilema, hice un juramento. Decidí que no tendría en cuenta los argumentos de esas ocho o diez escuelas, sino que haría como el gran maestro T’ien-t’ai y dejaría que los sutras fuesen mi único mentor, para así establecer cuáles de las muchas enseñanzas predicadas por el Buda a lo largo de su vida eran superiores y cuáles, inferiores. Con este propósito, me consagré a leer exhausKvamente los sutras. En una escritura conocida como el Sutra del nirvana, el Buda sosKene: «Seguid la Ley y no a las personas». En este contexto, seguir la Ley significa basarse en los diversos sutras. No seguir a las personas significa no confiar en nadie más que en el Buda; es decir, no fiarse de personas como los

bodhisayvas Sabio Universal y Manjushri, ni en los numerosos maestros budistas que he enumerado antes. En este mismo sutra, el Buda también afirma: «Sólo confiad en sutras completos y finales, mas no en aquellos que no lo sean». Cuando habla de «sutras completos y finales», se refiere al Sutra del loto, y cuando menciona a «aquellos que no lo sean», alude al Sutra de la guirnalda de flores, al Sutra Mahavairochana, al Sutra del nirvana y a las demás enseñanzas predicadas antes, durante y después del Sutra del loto. Si hemos de creer en estas palabras testamentarias del Buda, debemos concluir que el Sutra del loto es el único espejo brillante que deberíamos emplear, y que sólo mediante sus enseñanzas podremos comprender la esencia de todos los sutras. En consecuencia, centrémonos en el texto mismo del Sutra del loto. Allí se dice que «Este Sutra del loto es el arca secreta de los budas, de Los Que Así Llegan. Ocupa el siKo más elevado entre los sutras».12 Si aceptamos estas palabras del sutra, el Sutra del loto se erige como una joya que concede los 41


deseos coronando el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra Mahavairochana, el Sutra del nirvana y todas las demás escrituras, así como el señor Shakra habita en la cumbre del monte Sumeru, así como la joya de los deseos corona a los reyes que hacen girar la rueda; así como la Luna mora por encima del bosque, o como sobresale la protuberancia carnosa13 en la coronilla del Buda. Si ponemos a un lado las declaraciones de los eruditos y maestros, y nos centramos sólo en el texto del sutra, vemos que el Sutra del loto es superior al Sutra de la guirnalda de flores, al Sutra Mahavairochana y a otras enseñanzas, de manera tan clara y evidente como una persona de buena vista es capaz de disKnguir el cielo de la Kerra en un día totalmente despejado y a plena luz del Sol. Y si examinamos los textos del Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra Mahavairochana y los demás sutras, encontraremos que allí no hay una sola palabra o un solo trazo siquiera que se asemeje al citado pasaje del Sutra del loto. Es cierto que, por momentos, mencionan la superioridad de los sutras del Mahayana frente a los del

Hinayana, o la supremacía de la verdad budista en oposición a las seculares, o que elogian la verdad del Camino Medio comparada con las diversas nociones, como, por ejemplo, que los fenómenos carecen de sustancia o que sólo poseen existencia temporal.14 Pero, en realidad, son como gobernantes de reinos minúsculos que, en su trato con los súbditos, hablan como si fuesen grandes monarcas. En cambio, el Sutra del loto es, en verdad, un genuino gran rey en comparación con otros soberanos menores. De todas las escrituras, el Sutra del nirvana es la única que posee pasajes semejantes a los del Sutra del loto. Por tal razón, los eruditos budistas que precedieron a T’ien-t’ai en la China meridional y septentrional se confundieron al afirmar que el Sutra del loto era inferior al Sutra del nirvana. Pero si examinamos el texto de este úlKmo, vemos que, como ocurre en el Sutra de los infinitos significados, lo que se compara es el Sutra del nirvana con los sutras de los períodos Guirnalda de Flores, Agama, Correcto e Igual y de la Sabiduría, expuestos durante los primeros cuarenta y tantos años de prédica del Buda. El Sutra del 42


nirvana se declara superior sólo cuando la comparación se establece con estos sutras tempranos. Por otro lado, y en comparación con el Sutra del loto, en el Sutra del nirvana se sosKene lo siguiente: «Cuando este sutra [del Nirvana] se predicó, [...] en el Sutra del loto ya se había predicho que los ocho mil discípulos que escuchaban la voz lograrían la Budeidad, predicción que fue como una generosa cosecha. Así pues, la cosecha del otoño había llegado a su fin, y la mies ya se encontraba almacenada para el invierno [cuando se predicó el Sutra del nirvana] y no había quedado nada para él [más que unas pocas espigas]». Esta frase del Sutra del nirvana nos dice que este sutra es inferior al Sutra del loto. Los pasajes mencionados [del Sutra del loto y del Sutra del nirvana] son harto claros con respecto a este punto. No obstante, aun cuando los grandes eruditos del norte y del sur de la China se hayan confundido en su evaluación, los estudiosos de las épocas posteriores deberían tener el cuidado de examinar la cuesKón con mucho mayor detenimiento. Pues la cita [del Sutra del loto] no sólo establece la superioridad del Sutra del loto sobre el

Sutra del nirvana, sino que lo declara superior a todos los otros sutras de los mundos de las diez direcciones. AnKguamente, hubo estudiosos que se equivocaron con respecto a estos pasajes, pero desde el momento en que los grandes maestros T’ien-t’ai, Miao-lo y Dengyo esclarecieron su significado, es de suponer que cualquier persona dotada de ojos estaría en condiciones de entenderlos. Y sin embargo, ni siquiera hombres como Jikaku y Chisho, de la escuela Tendai, lograron comprenderlos de manera correcta. ¿Qué cabría esperar, entonces, de los miembros de otras escuelas? Es posible que alguien dude de mis palabras y diga que aunque el del loto">Sutra del loto sea el mejor de todos los sutras traídos a la China y al Japón, con seguridad en la India, en los palacios de los reyes dragones, en los reinos de los cuatro reyes celesKales, en los reinos del Sol y de la Luna, en el cielo de las treinta y tres deidades o en el cielo de Tushita, por ejemplo, ha de haber tantos sutras como granos de arena hay en el Ganges. ¿No podría ser que alguno de ellos superara al Sutra del loto? 43


Yo respondo que mirando una sola cosa es posible inferir diez mil. Por eso se afirma que uno puede llegar a conocer todo lo que hay bajo los cielos sin jamás cruzar la verja de su jardín. Pero los tontos seguirán dudando y pensarán: «Yo he visto el cielo del sur, pero no el de oriente, de occidente o del norte. Tal vez en el cielo de estas direcciones haya un sol diferente del que conozco...». O acaso vea elevarse una columna de humo detrás de las colinas y, aunque el humo se disKnga de manera inconfundible, piense que el fuego probablemente no exista, por no tener las llamas a la vista. ¡Mis interlocutores son gente así: icchanKkas o personas de incredulidad incorregible, iguales a un hombre de ojos ciegos! En el capítulo «Maestro de la Ley» del Sutra del loto, Shakyamuni El Que Así Llega estableció el orden de superioridad comparaKva entre los diversos sutras expuestos en sus cincuenta años de prédica, y con palabras de absoluta sinceridad de su boca de oro, dijo: «Los sutras que prediqué suman infinidad de miles, decenas de miles, millones. De todos los sutras que he predicado, predico y

predicaré, este Sutra del loto es lo más didcil de creer y lo más didcil de comprender». Aunque esta declaración pertenece a un solo buda —Shakyamuni El Que Así Llega—, todos los bodhisayvas, desde el nivel de la iluminación casi perfecta para abajo, deberían respetarla y tener fe en ella. Pues el buda Muchos Tesoros vino desde el este y tesKmonió la verdad de esas palabras, y los budas [que eran manifestaciones corpóreas de Shakyamuni] acudieron desde las diez direcciones y extendieron sus anchas y largas lenguas hasta tocar el cielo de Brahma, tal como lo hizo el buda Shakyamuni. Y luego, todos retornaron a la Kerra de la que habían venido. Las palabras «he predicado, predico y predicaré»15 no sólo abarcan los sutras predicados por Shakyamuni en sus cincuenta años de enseñanza, sino también todos los sutras expuestos por los budas de las diez direcciones y de las tres existencias, sin omiKr un solo ideograma o un solo trazo siquiera. Y, justamente, el Sutra del loto se proclamó superior en comparación con todos ellos. En ese momento, los budas de las diez direcciones indicaron su 44


aprobación, sin asomo de dudas. Si de regreso en sus Kerras de origen hubieran dicho a sus discípulos que exisea un sutra superior al Sutra del loto, ¿creen acaso que sus seguidores les habrían creído? Pero si algunos, aun sin haberlo visto con sus propios ojos, sospechasen que pudiera exisKr una enseñanza superior al Sutra del loto en algún lugar de la India o en los palacios de los reyes dragones, de los cuatro reyes celesKales o de las deidades del Sol y de la Luna, yo le preguntaría lo siguiente. «¿Acaso Brahma, Shakra, las deidades del Sol y de la Luna, los cuatro reyes celesKales y los reyes dragones no estuvieron presentes cuando Shakyamuni predicó el Sutra del loto?». Si el Sol, la Luna y las demás deidades afirmasen: «Hay un sutra superior al Sutra del loto, pero ustedes no Kenen conocimiento de él», ¡entonces serían un Sol y una Luna que dicen grandes menKras! En tal caso, los reprendería de este modo: «Sol y Luna, ustedes que habitan en los cielos y no aquí sobre la Kerra, como nosotros; ustedes, que nunca caen, se lo deben al poder que les brinda la estricta observancia del

precepto de no menKr jamás. Pero si ahora incurren en semejante embuste y afirman que existe un sutra superior al Sutra del loto, yo aseguro que antes de que llegue el kalpa de declinación, se desplomarán sobre la Kerra. ¡Más aún, su caída sólo cesará cuando se hayan hundido en la gran ciudadela del infierno del sufrimiento incesante, rodeada de hierro en estado sólido! ¡A los seres que proclaman menKras semejantes no debería permierseles seguir en el cielo un segundo más ni orbitar sobre los cuatro conKnentes terrestres!». Con palabras así, los reprendería. Sin embargo, hombres de gran sabiduría y grandes instructores y maestros del Tripitaka, como Ch’engkuan de la escuela Guirnalda de Flores o Shan-wu-wei, Chin-kang-chih, Puk’ung, Kobo, Jikaku y Chisho, de la escuela Palabra Verdadera, proclaman que el Sutra de la guirnalda de flores y el Sutra Mahavairochana son superiores al Sutra del loto. Aunque no me corresponda juzgar tales cuesKones, diría que, en vista de los principios superiores del budismo, esos hombres parecen ser archienemigos de los budas, ¿no es así? Al lado de ellos, 45


seres malvados como Devadaya y Kokalika no son nada. En efecto, pertenecen a la calaña de Mahadeva y del Gran Brahmán Arrogante. Y los que crean en las enseñanzas de dichos hombres también serán de temer. Pregunta: ¿De verdad está diciendo que todos son enemigos del Buda, no sólo Ch’eng-kuan, de la escuela Guirnalda de Flores; Chia-hsiang, de Tr e s Tr a t a d o s ; Tz ’ u - e n , d e CaracterísKcas del Dharma y Shan-wuwei y los demás de la escuela Palabra Verdadera, sino también Kobo, Jikaku y Chisho? Respuesta: Es un asunto de importancia primordial, que atañe profundamente a las enseñanzas del Buda. Sin embargo, examinando el texto del sutra, veo que si alguien dijese que hay un sutra superior al del Loto, sea quien fuere esa persona, no podría eludir la acusación de estar actuando contra la Ley. Por ende, si nos atenemos a lo que establece el sutra, a las personas así hay que considerarlas enemigas del Buda. Y si, por miedo, no señalo este hecho, todas las diferencias comparaKvas de mérito establecidas entre los sutras habrán sido en vano.

Si, por respeto a estos grandes maestros del pasado, sólo denuncio a sus seguidores de esta úlKma época y los llamo enemigos del buda, en tal caso estos creyentes de las diversas escuelas en la úlKma época dirán: «Que el Sutra Mahavairochana es superior al Sutra del loto no es algo que hayamos inventado nosotros; consKtuye la doctrina expuesta por los patriarcas de nuestra escuela. Aunque no estemos a su altura en la observancia de preceptos, en sabiduría o comprensión, o en grado de reconocimiento social, podemos asegurar que en lo concerniente a las doctrinas que ellos enseñaron, jamás nos hemos apartado un ápice de ellas». Y en tal caso, uno se vería forzado a admiKr que no son culpables de ninguna falta. No obstante, si sé que esta aseveración es falsa y, por miedo a los demás, no lo digo, en tal caso estaré ignorando la severa advertencia del Buda, quien sentenció: «[Es como un enviado real que] finalmente no calla ninguna de las palabras de su soberano, aunque ello le cueste la vida».16 ¿Qué hacer, entonces? Si hablo, me expongo a la oposición del mundo en general. Pero 46


si callo, me expongo a ser condenado por no haber obedecido la severa admonición del Buda. En uno o en otro senKdo, hay algo que obstruye mi camino. Pero, tal vez, esto sea inevitable. Pues, como afirma el Sutra del loto, «puesto que el odio y los celos hacia este sutra abundan incluso durante la vida de El Que Así Llega, ¡cuánto peor será después de su muerte!».17 Y en otro párrafo, leemos: «[El Sutra del loto] generará mucha hosKlidad en el mundo y será didcil creer en él».18 Cuando el buda Shakyamuni fue concebido por su madre, la dama Maya, el Rey Demonio del Sexto Cielo contempló su útero y dijo: «Ha sido concebido mi archienemigo, la filosa espada del Sutra del loto. ¡Debo destruirlo, antes de que el alumbramiento tenga lugar!». Entonces, el Rey Demonio del Sexto Cielo se manifestó en el cuerpo de un médico presKgioso, entró en el palacio del rey Shuddhodana y se anunció así: «Soy un médico ilustre; he traído conmigo excelentes medicamentos que asegurarán al niño un parto sin inconvenientes».

Y de ese modo intentó envenenar a la dama Maya. Cuando, finalmente, el Buda nació, el Rey Demonio hizo que llovieran piedras sobre él, y emponzoñó su leche. Y Kempo después, cuando el Buda abandonó la vida de palacio para dedicarse a la religión, el Rey Demonio se convirKó en una negra serpiente venenosa e intentó interponerse en su camino. Además, se apoderó del cuerpo de hombres malvados, como Devadaya, Kokalika, el rey Virudhaka y el rey Ajatashatru, y los incitó a arrojar contra el Buda una gran peña que le causó una herida sangrante, o a matar a muchos integrantes del clan Shakya, al que aquel pertenecía, o a asesinar a sus discípulos. Estas grandes hosKlidades fueron urdidas mucho Kempo atrás, con el fin de impedir que el Buda, el Honrado por el Mundo, predicara el Sutra del loto. Cuando el sutra dice: «El odio y los celos hacia este sutra abundan incluso durante la vida de El Que Así Llega», se está refiriendo a persecuciones de esta índole. Además de tales complicaciones acaecidas mucho Kempo antes de que el Buda predicara el Sutra del loto, 47


hubo otras que ocurrieron más adelante, cuando expuso dicha enseñanza. [Con ello me refiero a las dudas que cundieron cuando Shakyamuni reveló que] durante unos cuarenta años, Shariputra, Maudgalyayana y los grandes bodhisayvas habían sido, en realidad, archienemigos del Sutra del loto.19 Pero el sutra expresa: «¿Cuánto peor será después de su muerte?». Esto nos permite saber que, en la época futura posterior a la muerte del Buda, habrá persecuciones y dificultades aún más temibles y graves que las ocurridas durante su existencia. Si hasta al Buda le costó perseverar en medio de esas adversidades, ¿cómo esperar que lo hagan las personas comunes, parKcularmente cuando esos obstáculos están desKnados a ser mucho peores que los acaecidos en vida del Buda? Cabría preguntarse qué otras persecuciones hay más atroces que la inmensa roca de diez metros de largo por casi cinco metros de ancho que Devadaya arrojó al Buda, o la estampida de elefantes ebrios que el rey Ajatashatru soltó en dirección a él para aplastarlo; pero si a una persona

inocente de toda falta le tocase e n f r e n t a r, u n a y o t r a v e z , p e rs e c u c i o n e s p e o r e s q u e l a s perpetradas en vida del Buda, debe entenderse que esa persona es un verdadero devoto del Sutra del loto en la época posterior a la muerte del Buda. Los sucesores del Buda20 fueron mensajeros de El Que Así Llega, integrantes de los cuatro grupos de bodhisayvas. Así y todo, el bodhisayva Aryadeva fue asesinado por una persona no budista; el honorable Aryasimha murió decapitado por orden del rey Dammira; Buddhamitra debió permanecer doce años bajo un estandarte rojo [hasta que, por fin, el gobernante reparó en él], y el bodhisayva Nagarjuna tuvo que pasar siete años bajo una bandera semejante. El bodhisayva Ashvaghosha fue vendido a un país enemigo por trescientas mil monedas,21 y el erudito M a n o rat h a m u r i ó a ca u s a d e l desencanto.22 Estos ejemplos muestran los problemas surgidos durante el milenio del Primer Día de la Ley. Ahora centrémonos en el segundo período de quinientos años del Día 48


Medio de la Ley, es decir, mil quinientos años después de la muerte del Buda. En esa época vivió en la China un sabio que, al principio, respondió al nombre de Chih-i y que, más tarde, fue conocido como el gran maestro T’ien-t’ai Chih-che. Determinó propagar las enseñanzas del Sutra del loto en su verdadera forma. Antes que él hubo miles y miles de hombres sabios que opinaron de muy diversas formas sobre las enseñanzas expuestas por el Buda a lo largo de su vida. Pero, en general, se agruparon en diez escuelas o tradiciones: las llamadas tres escuelas del sur y siete escuelas del norte de la China. Una de ellas surgió con preponderancia: la tercera de las tres escuelas del sur, fundada por el maestro del Dharma Fa-yün, del templo Kuang-che-ssu. Fa-yün dividió las doctrinas expuestas por el Buda durante toda su vida en cinco períodos. Y de las enseñanzas de estos cinco períodos, escogió tres: el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra del nirvana y el Sutra del loto. Declaró que, de todas las escrituras, el Sutra de la guirnalda de flores ocupaba el primer lugar, y que cabía compararlo con el monarca de un reino. El Sutra del

nirvana venía en segundo lugar y era como el regente o primer ministro. Y el Sutra del loto merecía el tercer puesto, y era como uno de los aristócratas de la Corte. Todos los demás sutras eran inferiores y debían compararse con la plebe. Fa-yün fue un hombre muy sagaz por naturaleza. No sólo estudió con maestros de gran sapiencia, como Hui-kuan, Hui-yen, Seng-jou y Hui-tz’u, 23 sino que además refutó las doctrinas de diversos maestros de las escuelas del norte y del sur, y se reKró a un bosque de montaña, donde vivió en reclusión, entregado al estudio del Sutra del loto, el Sutra del nirvana y el Sutra de la guirnalda de flores. A raíz de ello, el emperador Wu de la dinasea Liang lo incorporó a la Corte con grandes honores e hizo que le construyeran un templo llamado Kuang-che-ssu en Kerras del palacio. Cuando Fa-yün disertaba sobre el Sutra del loto, del cielo caían flores, como ocurrió la primera vez que el buda Shakyamuni expuso esta enseñanza. En el quinto año de la era T’ien-chien (506 d. C.), hubo una gran sequía. El Emperador pidió al maestro del Dharma Fa-yün que disertara sobre el Sutra del loto, y cuando este llegó a la 49


estrofa del capítulo «La parábola de las hierbas medicinales» que dice «La lluvia cae por doquier y desciende por los cuatro flancos», comenzó a caer una tenue llovizna. Tan pasmado de admiración quedó el Emperador, que allí en el acto nombró a Fa-yün administrador sacerdotal y le prestó servicio en persona como las deidades celesKales sirven al señor Shakra o como la población rinde pleitesía a su soberano. Por añadidura, alguien dijo haber soñado, a modo de revelación, que Fa-yün había disertado sobre el Sutra del loto desde las épocas del buda Brillo del Sol y de la Luna, en el remoto pasado. Fa-yün escribió un comentario de cuatro volúmenes sobre el Sutra del loto. En esa obra,24 refirió: «Este sutra, en realidad, no es eminente», y añadió que consKtuía «un infrecuente medio preparatorio». Con ello dio a entender que el Sutra del loto no revelaba en forma cabal la verdad del budismo. ¿Las flores y la lluvia cayeron del cielo porque las enseñanzas de Fa-yün merecieron la aprobación del Buda? Sea como fuere, a raíz de los prodigios y sucesos extraordinarios que le ocurrieron, el pueblo chino dio en

creer que el Sutra del loto probablemente fuera inferior al Sutra de la guirnalda de flores y al Sutra del nirvana. Con el Kempo, este comentario de Fa-yün fue divulgado a los reinos de Silla, Paekche y Koguryǒ, y también al Japón,25 donde la gente, en general, terminó sosteniendo la misma idea que prevalecía en la China. Poco después de la muerte de Fa-yün, en los úlKmos días de la dinasea Liang y en los primeros años de la dinasea Ch’en, surgió un joven monje conocido como el maestro del Dharma Chih-i, discípulo del gran maestro Nan-yüeh. Acaso con el ánimo de esclarecer hasta qué punto había comprendido las enseñanzas de su maestro, entró en el recinto donde se conservaban las escrituras y examinó los textos en forma sistemáKca. Concluyó que el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra del nirvana y el Sutra del loto eran los que merecían especial consideración, y, de los tres, se dedicó a disertar sobre el primero. Además, compiló un libro de ejercicios religiosos26 en honor del buda Vairochana del Sutra de la guirnalda de flores, y día tras día ahondó en su comprensión de esta escritura. Las personas de su época 50


supusieron que lo hacía porque consideraba que el Sutra de la guirnalda de flores era el sutra más excelso. Sin embargo, se dedicó a estudiarlo porque tenía serias dudas sobre la opinión de Fa-yün, que ponía el Sutra de la guirnalda de flores en el primer lugar, el Sutra del nirvana en el segundo, y el Sutra del loto en el tercero. Así pues, su propósito era estudiar el Sutra de la guirnalda de flores de manera especialmente exhausKva. Cuando concluyó este examen, dictaminó que, de todos los sutras, el primer lugar le correspondía al Sutra del loto, el segundo lugar al Sutra del nirvana, y el tercer lugar al Sutra de la guirnalda de flores. También observó, apesadumbrado, que aunque las enseñanzas sagradas de El Que Así Llega se habían propagado en el territorio de la China, no habían podido dar beneficios a sus habitantes; a la inversa, habían servido para confundir a la gente y desviarla a los malos caminos. Y concluyó que esto se debía a los errores de sus maestros. Fue como si los líderes de la nación hubieran dicho al pueblo que el este era el oeste y que el cielo era la Kerra,

y como si la gente común hubiera tomado sus afirmaciones por válidas y ciertas. Si, Kempo después, alguien llegara y dijera que eso que llamaban oeste, en realidad, era el este, o que eso que denominaban cielo en verdad era la Kerra, no sólo rechazarían sus palabras sino que, además, lo maldecirían y atacarían para congraciarse con las autoridades. Chih-i evaluó qué hacer con respecto a la situación. SinKó que no podía permanecer callado y decidió expresar su enérgica condena al maestro del Dharma Fa-yün, del templo Kuang-chessu, diciendo que había caído al infierno a causa de sus actos contra la enseñanza correcta. Y fue suficiente para que los maestros budistas del norte y del sur se alzaran como abejorros furibundos y cayeran sobre él como bandada de cuervos. Algunos propusieron que le parKeran la cabeza; otros, que lo expulsaran del país. Pero el monarca de la dinasea Ch’en, al enterarse de estos sucesos, convocó a numerosas figuras budistas del norte y del sur, y los hizo comparecer frente a Chih-i para escuchar por sí mismo la confrontación. Allí estaban Hui-jung, 51


discípulo del maestro del Dharma Fayün, y Fa-sui, Hui-k’uang y Hui-heng, y con ellos más de cien varones, entre los cuales había administradores y supervisores sacerdotales. Pugnaron entre sí para ver quién denostaba a Chih-i con mayor elocuencia, unos frunciendo el ceño, otros lanzándole miradas de furia y algunos mostrando su fasKdio con palmadas impacientes. El maestro del Dharma Chih-i, sentado en humilde posición, muy por debajo de los otros, no dio señales de inquietud ni de agitación verbal. Con serena dignidad, tomó nota de cada una de las acusaciones y los dichos de los demás prelados y consiguió refutar a todos. Habiendo hecho esto, procedió a atacar a sus detractores diciendo: —Según las enseñanzas del maestro del Dharma Fa-yün, el Sutra de la guirnalda de flores ocupa el primer lugar; el Sutra del nirvana, el segundo, y el Sutra del loto, el tercero. ¿En qué sutra existen pruebas que así lo demuestren? ¡Por favor, quiero ver algún pasaje que aporte evidencias claras y concluyentes! Urgidos de este modo, los otros s a c e rd o t e s b a j a ro n l a c a b e za ,

empalidecieron y no fueron capaces de responder una sola palabra. Luego, conKnuó interrogándolos de este modo: — E n e l S u t ra d e l o s i n fi n i t o s significados, el Buda dice: «Entonces, prediqué las doce divisiones de los sutras correctos e iguales,27 la enseñanza de la gran sabiduría, y la enseñanza de la meditación sobre la impronta oceánica de la guirnalda de flores, que describe los muchos kalpas de prácKca de los bodhisayvas».28 Así pues, el Buda menciona por su nombre el Sutra de la guirnalda de flores y niega su valor, diciendo que en esas enseñanzas predicadas antes que el Sutra de los infinitos significados, «todavía no había revelado la verdad». 29 Si en el Sutra de los infinitos significados, que es inferior al Sutra del loto, ya se ataca de ese modo al Sutra de la guirnalda de flores, ¿con qué fundamento se afirma que este úlKmo representa la cumbre de todas las enseñanzas expuestas por el Buda a lo largo de su vida? ¡Señores, si queréis ser leales a vuestro maestro, por favor mostrad algún pasaje de las escrituras que refute e invalide el que yo cité del Sutra de los infinitos significados, y 52


reivindicad las doctrinas de vuestro mentor! »Por otro lado, ¿en qué pasaje documental os basáis cuando decís que el Sutra del nirvana es superior al Sutra del loto? —conKnuó exponiendo—. En el volumen catorce del Sutra del nirvana se analizan los méritos comparaKvos de dicha enseñanza con respecto a las de los períodos Guirnalda de Flores, Agama, Correcto e Igual y de la Sabiduría, pero nada se dice sobre la superioridad del Sutra del nirvana con respecto al Sutra del loto. »Sin embargo, en el noveno volumen de dicha escritura, se esclarecen con lujo de detalles las virtudes comparaKvas entre estas dos enseñanzas. Allí leemos: «Cuando este sutra [del Nirvana] se predicó, [...] en el Sutra del loto ya se había predicho que los ocho mil discípulos que escuchaban la voz lograrían la Budeidad, predicción que fue como una generosa cosecha. Así pues, la cosecha del otoño había llegado a su fin, y la mies ya se encontraba almacenada para el invierno [cuando se predicó el Sutra del nirvana] y no había quedado nada para él [más que unas pocas espigas]». Este pasaje esclarece que los demás sutras

fueron obras vernales y esKvales, mientras que el Sutra del nirvana y el Sutra del loto fueron como la mies lista para cosechar. Pero este úlKmo fue la generosa cosecha que se recoge en otoño y se almacena para el invierno, mientras que el Sutra del nirvana fue como la recolección final de las espigas caídas que se lleva a cabo a fines del otoño y a comienzos del invierno. »En esta cita, se está reconociendo que el Sutra del nirvana es inferior al Sutra del loto. Y este úlKmo, por su parte, habla de sutras que ya se han predicado, se predican en ese momento y se predicarán después. Con ello, el Buda está señalando que el Sutra del loto no sólo es superior a las enseñanzas expuestas con anterioridad, sino también a las que predica al mismo Kempo y a las que expondrá a conKnuación. »Si el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, lo hizo constar de manera tan clara, ¿cabe acaso algún lugar para la duda? No obstante, preocupado por lo que pudiera llegar a suceder después de su muerte, decidió que el buda Muchos Tesoros del Mundo de la Pureza de los Tesoros, situado en la región oriental, acudiese a tesKmoniar 53


la veracidad de sus palabras. Por eso, el buda Muchos Tesoros surgió de la Kerra y dio tesKmonio de la veracidad del Sutra del loto diciendo: «[Acerca del Sutra del loto de la Ley prodigiosa] ¡todo lo que has expuesto es la verdad!».30 Además, a su alrededor se congregaron los budas de las diez direcciones, que eran manifestaciones corpóreas de Shakyamuni, y extendieron sus anchas y largas lenguas hasta tocar el cielo de Brahma con la punta, como lo hizo Shakyamuni, para corroborar la verdad de sus enseñanzas. »Después de eso, el buda Muchos Tesoros regresó al Mundo de la Pureza de los Tesoros, y los diversos budas que eran manifestaciones corpóreas de Shakyamuni regresaron a sus re s p e c K va s K e r ra s e n l a s d i ez direcciones. Luego, cuando ya no estuvieron presentes ni Muchos Tesoros ni las manifestaciones corpóreas de Shakyamuni, este predicó el Sutra del nirvana. Si hubiera dicho que esta úlKma enseñanza era superior al Sutra del loto, ¿alguno de sus discípulos le hubiera creído? Así los refutó Chih-i, el gran maestro T’ien-t’ai Chih-che. Fue como cuando la

luz brillante del Sol y de la Luna cegó a los asuras,31 o cuando la espada del Emperador de Han,32 de punta contra el cuello de sus barones, los hizo cerrar los ojos con fuerza y bajar la cabeza. En su aspecto y proceder, el gran maestro T’ien-t’ai fue como el rey león que ruge a los zorros y conejos, o como un águila o un halcón que se lanza en picada hacia los faisanes y palomas. A parKr de entonces, en todo el territorio de la China se supo que el Sutra del loto era superior al Sutra de la guirnalda de flores y al Sutra del nirvana; y este conocimiento, además, se transmiKó a las cinco regiones de la India. Allí, los tratados indios sobre las divisiones budistas del Hinayana y el Mahayana demostraron ser inferiores a la doctrina del gran maestro Chih-che; por eso el pueblo elogió a T’ien-t’ai y pensó que tal vez el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, había reaparecido en el mundo, o que el budismo estaba viviendo un segundo albor. Al cabo del Kempo, el gran maestro T’ien-t’ai falleció; los linajes reales de Ch’en y Sui dieron paso a la dinasea T’ang. El gran maestro Chang-an murió también, y quedaron muy pocos que 54


conKnuasen estudiando la clase de budismo expuesta por T’ien-t’ai. Entonces, durante el reinado del emperador T’ai-tsung, surgió un sacerdote conocido como el maestro del Tripitaka Hsüan-tsang. Viajó a la India en el tercer año de la era Chenkuan (629) y regresó el decimonoveno año de la misma era. Durante su travesía, emprendió una minuciosa invesKgación sobre el budismo indio y, a su regreso, difundió en la China la escuela llamada CaracterísKcas del Dharma. Esta corriente es tan disKnta de la escuela T’ien-t’ai como el fuego lo es del agua. Hsüan-tsang llevó consigo obras como el Sutra de los profundos secretos, el Tratado sobre los niveles de la prácKca del yoga y el Tratado sobre la doctrina de la conciencia como origen, desconocidos para T’ien-t’ai. Y sostuvo que aunque el Sutra del loto era superior a otras escrituras, a la vez era inferior al Sutra de los profundos secretos. Como se trataba de un texto que T’ien-t’ai nunca había visto, sus seguidores de épocas posteriores, hombres de escasa comprensión y sabiduría, se inclinaron a aceptar este argumento.

Por otro lado, el emperador T’ai-tsung era un monarca sabio, pero confió en exceso en las enseñanzas de Hsüantsang. A raíz de ello, aunque había personas que hubieran querido alzar voces de protesta, apabulladas por la autoridad del trono, prefirieron callar, como suele suceder tan a menudo en estos casos. Y de este modo, por mucho que duela decirlo, el Sutra del loto quedó descartado. Hsüan-tsang enseñó que la doctrina de los tres vehículos representaba la verdad y que la doctrina del vehículo único expuesta en el Sutra del loto era un medio hábil; además, expuso la teoría de las cinco naturalezas en las cuales se dividían inherentemente todos los seres vivos. Aunque estos nuevos conceptos eran oriundos de la India, fue como si las e ns e ñanzas no budistas indias hubiesen invadido el territorio chino. El Sutra del loto quedó relegado al lugar de un simple medio hábil, y el Sutra de los profundos secretos fue consagrado como encarnación de la verdad. De tal suerte, el pueblo ignoró por completo el tesKmonio de Shakyamuni, Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones y, en cambio, veneró a

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Hsüang-tsang y a su discípulo Tz’u-en como a budas vivientes. Tiempo después, durante el reinado de la emperatriz Wu, vivió un sacerdote conocido como el maestro del Dharma Fa - t s a n g q u e , p a r a r e s a r c i r s e vengaKvamente de los ataques que el gran maestro T’ien-t’ai había lanzado antes al Sutra de la guirnalda de flores, fundó una nueva escuela, a la cual dio este mismo nombre. Para ello, uKlizó una nueva traducción del Sutra de la guirnalda de flores,33 finalizada en épocas recientes, y con ella complementó la versión anterior sobre la cual había efectuado sus críKcas T’ien-t’ai. Esta escuela proclamó que el Sutra de la guirnalda de flores representaba la «raíz de la enseñanza» del Buda, mientras que el Sutra del loto representaba las «ramas de la enseñanza». En síntesis, los maestros de la China del norte y del sur pusieron el Sutra de la guirnalda de flores en primer lugar; el Sutra del nirvana en segundo término, y el Sutra del loto en tercer lugar. El gran maestro T’ien-t’ai situó primero el Sutra del loto; segundo, el Sutra del nirvana y tercero, el Sutra de la guirnalda de flores. Y la escuela

Guirnalda de Flores, de aparición posterior, colocó primero el Sutra de la guirnalda de flores; a conKnuación, el Sutra del loto, y en tercer lugar, el Sutra del nirvana. Luego, durante el reinado del emperador Hsüan-tsung, el maestro del Tripitaka Shan-wu-wei viajó desde la India a la China llevando consigo el Sutra Mahavairochana y el Sutra del susiddhikara. Por otro lado, apareció el maestro del Tripitaka Chin-kang-chih con el Sutra de la corona de diamantes. Y, además, Chin-kang-chih tuvo un discípulo conocido como el maestro del Tripitaka Pu-k’ung. Estos tres hombres eran oriundos de la India, nacidos en familias de rancia esKrpe y muy disKntos de los sacerdotes de la China en cuanto a su personalidad. Y las doctrinas que enseñaron causaron una honda impresión, porque incluían mudras y mantras, algo que en la China jamás se había visto desde que el budismo fuera introducido en el país en Kempos de la dinasea Han posterior. En presencia de este nuevo budismo, el Emperador inclinó la cabeza y la plebe unió las palmas de las manos en gesto reverente. 56


Estos hombres expusieron que el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra de los profundos secretos, los Sutras de la sabiduría, el Sutra del nirvana y el Sutra del loto, al margen del grado de superioridad comparaKva que hubiera entre ellos, eran enseñanzas exotéricas, predicadas por Shakyamuni El Que Así Llega. Pero, en cambio, el Sutra Mahavairochana que ellos acababan de transmiKr representaba la declaración majestuosa de Mahavairochana, rey del Dharma. Los otros sutras estaban consKtuidos por los numerosos dichos de las personas comunes; ese sutra, en cambio, era la proclama incomparable del Hijo del Cielo en la Kerra. Obras como el Sutra de la guirnalda de flores y el Sutra del nirvana no podrían alcanzar jamás las alturas del Sutra Mahavairochana, ni siquiera con la ayuda de una escalera. Sólo el Sutra del loto tenía cierta semejanza con él. No obstante, dijeron, el Sutra del loto fue predicado por Shakyamuni El Que Así Llega y, por tal razón, representa sólo la verdad expuesta por un plebeyo, mientras que el Sutra Mahavairochana consKtuye la verdad expuesta por el Hijo del Cielo. Así pues,

aunque las palabras se asemejan entre sí, las personas que las pronuncian son tan disKntas como las nubes celesKales lo son del fango terrenal. La diferencia entre uno y otro es como la que hay entre la Luna reflejada sobre el agua lodosa y la Luna reflejada sobre agua transparente. Ambas son imágenes del astro, pero la naturaleza del agua que captura el reflejo es totalmente disKnta. De ese tenor fueron las afirmaciones de los hombres antedichos; nadie intentó examinarlas en profundidad ni esclarecer su verdadera índole. En cambio, las demás escuelas budistas inclinaron la cabeza y se subordinaron a esa nueva corriente llamada Palabra Verdadera. Tras la muerte de Shan-wu-wei y de Chin-kang-chih, el maestro del Tripitaka Pu-k’ung viajó a la India y trajo de regreso a la China un texto llamado Tratado sobre la mente que aspira a la iluminación, que dio mayor hegemonía incluso a la escuela Palabra Verdadera. Sin embargo, en la escuela T’ien-t’ai surgió un sacerdote que pasó a la historia como el gran maestro Miao-lo. Aunque vivió doscientos años después que el gran maestro T’ien-t’ai, gracias a 57


su notable sabiduría y a su clara comprensión de las enseñanzas de T’ien-t’ai, interpretó que este, en sus comentarios, había dejado bien establecida la superioridad del Sutra del loto con respecto al Sutra de los profundos secretos y a la escuela CaracterísKcas del Dharma, ambos difundidos en la China después de la época de T’ien-t’ai, y con respecto a las escuelas Guirnalda de Flores y Palabra Verdadera, con su Sutra Mahavairochana, surgidas por primera vez en la China. Hasta ese momento, lo cierto es que nadie había hablado de ese modo, ya fuese porque a los seguidores de T’ient’ai les faltó la sabiduría necesaria para descubrir el error, porque temieron a otros o porque se dejaron inKmidar por el poder del gobernante. Fue así como la interpretación correcta de las enseñanzas de T’ien-t’ai estuvo a punto de perderse, y las doctrinas erróneas que cundieron en esa época llegaron a ser más numerosas que las que habían prevalecido en la China del norte y del sur, en el período anterior a las dinaseas Ch’en y Sui. Por eso, Miao-lo escribió treinta volúmenes sobre las obras de T’ien-t’ai, conocidos como

Comentario sobre «Gran concentración e introspección», Comentario sobre «Profundo significado del “Sutra del loto”» y Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”». Estos treinta volúmenes no sólo sirvieron para eliminar los pasajes reiteraKvos en las obras de T’ien-t’ai y esclarecer sus puntos oscuros, sino también para refutar, de una sola vez, las escuelas CaracterísKcas del Dharma, Guirnalda de Flores y Palabra Verdadera, que se habían salvado de la impugnación de T’ien-t’ai por no exisKr en la China cuando este úlKmo vivió. En el caso del Japón, vemos que durante el reinado del emperador Kimmei, trigésimo soberano, el decimotercer día del décimo mes, en el decimotercer año de su mandato (552), bajo el signo cíclico mizunoesaru, llegaron al territorio japonés una estatua del buda Shakyamuni y una transcripción de las escrituras budistas, procedentes del reino coreano de Paekche. Y durante el reinado del emperador Yomei, el príncipe Shotoku inició el estudio del budismo. Despachó a un funcionario de la Corte llamado Wake no Imoko rumbo a la China, para que trajera a su regreso un ejemplar 58


del Sutra del loto —en un volumen— que había pertenecido a aquel en una existencia anterior,34 y expresó su determinación de honrar y proteger este sutra. Luego, durante el reinado del trigésimo sépKmo soberano, el emperador Kotoku, en el Japón se difundieron las escuelas Tres Tratados, Guirnalda de Flores, CaracterísKcas del Dharma, Tesoro del Análisis del Dharma y Establecimiento de la Verdad; en Kempos del emperador Shomu, cuadragésimo quinto soberano, se dio a conocer la escuela Preceptos, lo cual elevó a seis el total de escuelas. Pero en los ciento veinte años transcurridos a lo largo de catorce reinados, desde el Kempo del emperador Kotoku hasta la época del quincuagésimo emperador Kammu, no tuvieron difusión ni la escuela T’ien-t’ai ni la escuela Palabra Verdadera. Durante el reinado del emperador Kammu, vivió un joven sacerdote llamado Saicho, discípulo del administrador sacerdotal Gyohyo, del templo Yamashina-dera. Efectuó un estudio profundo de la escuela CaracterísKcas del Dharma y de las cinco escuelas restantes, pero sinKó

que aún no había logrado una comprensión esencial del budismo. Entonces, dio con un comentario sobre El despertar de la fe en el Mahayana, escrito por el maestro del Dharma Fatsang, de la escuela Guirnalda de Flores. Allí encontró citas de las obras del gran maestro T’ien-t’ai. Estas obras de T’ien-t’ai parecieron dignas de especial atención, pero Saicho ni siquiera sabía si estaban disponibles en el Japón o no. Cuando interrogó a alguien sobre este parKcular, le respondieron que en un templo de la China llamado Lung-hsingssu y situado en Yang-chou había vivido un sacerdote conocido como el reverendo Chien-chen [cuyo nombre, en el Japón, se difundió como Ganjin], quien había estudiado las enseñanzas de T’ien-t’ai bajo la guía del maestro de la Disciplina Tao-hsien. A fines de la era T’ien-pao (742-756), viajó al Japón, donde se empeñó en divulgar el conocimiento de las reglas de disciplina monásKca del Hinayana. Este monje trajo consigo copias de las obras de T’ien-t’ai, aunque no intentó dar a conocer sus enseñanzas. Y todo esto tuvo lugar, supo Saicho, durante el

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reinado del cuadragésimo quinto soberano, el emperador Shomu. Cuando Saicho pidió que le permiKeran leer esos escritos, se los trajeron y se los pusieron frente a los ojos. Y ya en esa primera lectura superficial, sinKó como si despertara de las ilusiones del nacimiento y de la muerte. Cuando procedió a examinar las doctrinas básicas de las seis escuelas del budismo anterior, a la luz de lo que halló en dichos escritos, comprendió claramente que cada una de esas escuelas incurría en errores doctrinales. De inmediato, juró hacer algo al respecto. Se dijo: «La nación con toda seguridad caerá en el caos, porque la población del Japón está patrocinando a personas que actúan contra la enseñanza correcta». A parKr de ese momento, se abocó a impugnar las seis escuelas, lo cual provocó una airada reacción en los grandes eruditos de estas corrientes y en los siete templos principales de Nara, que acudieron en masa a la capital causando un gran revuelo. Estos hombres de las seis escuelas y de los siete templos principales no ocultaron su más profunda animosidad

hacia Saicho. Pero resultó ser que el decimonoveno día del primer mes, en el vigésimo primer año de la era Enryaku (802), el emperador Kammu visitó el templo Takao-dera e hizo comparecer a catorce prelados eminentes —Zengi, Shoyu, Hoki, Chonin, Kengyoku, Ampuku, Gonso, Shuen, Jiko, Gen’yo, Saiko, Dosho, Kosho y Kambin— a quienes se les ordenó debaKr con Saicho. Estas diversas figuras de las escuelas Guirnalda de Flores, Tres Tratados y CaracterísKcas del Dharma, entre otras, expusieron las enseñanzas de sus respecKvos fundadores, tal como las habían aprendido. Pero el honorable Saicho tomó nota de cada argumento expresado por los hombres de las seis escuelas y los refutó a todos basándose en el Sutra del loto, las obras de T’ient’ai y otros sutras y tratados. Sus contrincantes no aKnaron a dar respuesta, y quedaron tan mudos como si su boca fuese una nariz. El Emperador, azorado, interrogó a Saicho sobre varios temas. Y después proclamó un edicto criKcando a los catorce hombres que habían confrontado a Saicho.

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Ellos, a su vez, redactaron un documento donde admiKeron su derrota y presentaron sus disculpas. Y expresaron en él: «Nosotros, los estudiosos de los siete templos principales y de las seis escuelas [...] por primera vez hemos comprendido la verdad suprema». También asentaron: «En los más de doscientos años transcurridos desde que el príncipe Shotoku dio a conocer las enseñanzas budistas en este país, se han dado disertaciones sobre muchos sutras y tratados, y sus principios han sido objeto de extensos debates. Pero, hasta ahora, quedaban muchas cuesKones por dirimir. Además, tampoco había sido cabalmente explicada y divulgada la noble y perfecta doctrina del Sutra del loto». Asimismo, escribieron: «Ahora, al fin, la prolongada disputa entre las escuelas Tres Tratados y CaracterísKcas del Dharma ha quedado zanjada de manera definiKva como el deshielo. La verdad ha quedado a la vista, como si las nubes y la niebla se hubiesen disipado para dejar paso a la luz del Sol, la Luna y las estrellas». Y el reverendo Saicho, puesto a valorar las enseñanzas de sus catorce

oponentes, escribió lo siguiente: «Cada uno se explaya sobre una sola escritura [la de su propia escuela], y aunque en las hondonadas se escucha el tambor de las enseñanzas, disertantes y oyentes por igual siguen extraviados por los caminos de los tres vehículos. Aunque hacen flamear los estandartes de la doctrina desde las altas cumbres, aunque maestros y discípulos por igual han cortado el yugo de los tres mundos, persisten en el Camino a la iluminación que lleva incontables kalpas recorrer, y confunden las tres clases de carros con el gran carruaje del buey blanco que aguarda al otro lado del portal.35 ¿Cómo podríais lograr el primer nivel de seguridad y llegar a la perfecta iluminación en este mundo que es como una casa en llamas?». Los dos oficiales de la Corte [Wake no] Hiroyo y Matsuna36 [los hermanos que estaban presentes en el debate] comentaron lo siguiente: —A través de Nan-yüeh, se dio a conocer la Ley prodigiosa del Pico del Águila; gracias a T’ien-t’ai, se abrió la prodigiosa iluminación del monte Tasu.37 Pero uno lamenta que el vehículo único del Loto esté obstruido por las 61


enseñanzas provisionales, y deplora que la unificación de las tres verdades todavía no se haya manifestado. —Zengi y otros miembros de nuestro grupo adquirieron gran buena fortuna a causa de sus lazos kármicos, y han tenido el privilegio de escuchar estas palabras extraordinarias —observaron los catorce sacerdotes—; de no ser por una profunda relación kármica, ¿cómo habríamos podido nacer en esta época sagrada? Estos catorce hombres, en el pasado, habían transmiKdo las enseñanzas de diversos patriarcas chinos y japoneses de sus respecKvas escuelas, como Fatsang y Shinjo, de la escuela Guirnalda de Flores; Chia-hsiang y Kanroku, de la escuela Tres Tratados; Tz’u-en y Dosho, de la escuela CaracterísKcas del Dharma, o Tao-hsüan y Ganjin, de la escuela Preceptos. Así pues, aunque la vasija que contenía el agua de la doctrina había cambiado de generación en generación, el agua no varió. Pero estos catorce hombres abandonaron las doctrinas erróneas que habían mantenido con anterioridad y abrazaron las enseñanzas del Sutra del loto tal como las expuso Saicho, el gran maestro

Dengyo. Por lo tanto, ¿cómo podría alguien, en épocas posteriores, afirmar que el Sutra de la guirnalda de flores, los Sutras de la sabiduría, o el Sutra de los profundos secretos superan al Sutra del loto? Desde luego, estos catorce hombres habían estudiado las doctrinas de las tres escuelas del Hinayana [Establecimiento de la Verdad, Tesoro del Análisis del Dharma y Preceptos]. Pero habiendo sufrido una derrota doctrinal las tres escuelas del Mahayana [Guirnalda de Flores, Tres Tratados y CaracterísKcas del Dharma], ni siquiera vale la pena mencionar las escuelas del Hinayana. Con todo, en la actualidad todavía hay quienes, ignorando la verdad de lo sucedido, creen que alguna de las seis escuelas no fue derrotada doctrinalmente. Son como el ciego que, impedido de ver el Sol o la Luna, cree que los astros no existen en la bóveda celeste, o como el sordo que, incapaz de oír el retumbar del trueno, concluye que el cielo no emite sonidos. Con respecto a la escuela Palabra Verdadera, durante el reinado de la emperatriz Gensho, cuadragésima cuarta soberana, el maestro del 62


Tripitaka Shan-wu-wei trajo al Japón el Sutra Mahavairochana, pero regresó a la China sin haber difundido el conocimiento de esta enseñanza.38 Por otro lado, Gembo y otros trajeron de la China el Comentario sobre el significado del «Sutra Mahavairochana», en catorce volúmenes, como lo hizo el preceptor Tokusei del templo Todai-ji. Estas obras fueron estudiadas por el gran maestro Dengyo, quien no obstante puso en duda lo que decían sobre el valor del Sutra Mahavairochana comparado con el Sutra del loto. Por eso, en el sépKmo mes del vigésimo tercer año de la era Enryaku (804), viajó a la China, donde conoció al reverendo Tao-sui del templo Hsi-ming-ssu, y a Hsing-man del templo Fo-lung-ssu. Allí recibió las enseñanzas sobre la concentración y la introspección,39 y los grandes preceptos de la iluminación perfecta e inmediata. También se reunió con el reverendo Shun-hsiao, del templo Lingkan-ssu, y recibió instrucción sobre las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera. Regresó al Japón en el sexto mes del vigésimo cuarto año, durante la era Enryaku. Le concedieron una

audiencia con el emperador Kammu, tras la cual el monarca promulgó un edicto donde ordenaba a los estudiosos de las seis escuelas aprender las enseñanzas sobre la concentración y la introspección, y las doctrinas de la escuela Palabra Verdadera, y donde establecía que estas fueran preservadas en los siete templos principales de Nara. En la China, hubo diversas teorías sobre la superioridad relaKva de Palabra Verdadera frente a las doctrinas sobre la concentración y la introspección. Además, el Comentario sobre el significado del «Sutra Mahavairochana» sosKene que, aunque ambas son iguales en cuanto a sus principios, las enseñanzas de Palabra Verdadera son superiores en cuanto a la prácKca. El gran maestro Dengyo, sin embargo, comprendió que el maestro del Tripitaka Shan-wu-wei se equivocaba en este punto, y entendió que el Sutra Mahavairochana era inferior al Sutra del loto. Por eso, no estableció las enseñanzas de Palabra Verdadera como una octava escuela, sino que las incorporó a las de la sépKma escuela, la del Loto, después de haberles 63


quitado el rótulo de «escuela Palabra Verdadera». Declaró que el Sutra Mahavairochana debía ser visto como un texto complementario de la escuela Tendai del Loto, y lo clasificó junto con el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra de la sabiduría mayor y el Sutra del nirvana. No obstante, en ese momento se discuKó mucho si se debía establecer o no en el Japón una plataforma de ordenación específica de la iluminación perfecta e inmediata, considerada de vital importancia. Tal vez por la agitación que esto provocó, al parecer el gran maestro Dengyo no dio a sus discípulos instrucciones claras con respecto a la superioridad comparaKva entre las enseñanzas de Palabra Verdadera y las de la escuela Tendai. Así y todo, en una obra llamada Clarificación de las escuelas basadas en la doctrina de T’ien-t’ai, señala con claridad meridiana que la escuela Palabra Verdadera robó a la escuela Tendai del Loto sus doctrinas correctas y las introdujo en su interpretación del Sutra Mahavairochana, a parKr de lo cual postuló que ambas eran iguales en cuanto a sus principios. Este proceder de parte de la escuela Palabra

Verdadera, en realidad, fue como haber admiKdo su derrota ante la escuela Tendai. Y queda aún más claro cuando recordamos que, tras la muerte de Shan-wu-wei y de Chin-kang-chih, el maestro del Tripitaka Pu-k’ung fue a la India, donde conoció al bodhisayva Nagabodhi. Este le informó que en la India no había tratados o comentarios que establecieran la intención del Buda, pero que en la China exisea una obra escrita por un hombre llamado T’ien-t’ai, que permiea discernir las enseñanzas correctas de las incorrectas, y entender la diferencia entre las doctrinas parciales y las que eran completas. Lo expresó en tono de admiración y suplicó reiteradamente que le hicieran llegar hasta la India una copia de dicho comentario. El incidente fue comunicado al gran maestro Miao-lo por Han-kuang, discípulo de Pu-k’ung, tal como consta al final del décimo volumen de Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”». También está consignado por Dengyo en Clarificación de las escuelas basadas en la doctrina de T’ien-t’ai. A juzgar por todo esto, es harto evidente que en opinión del gran 64


maestro Dengyo, el Sutra Mahavairochana era inferior al Sutra del loto. De tal modo, es obvio que Shakyamuni El Que Así Llega y los grandes maestros T’ien-t’ai, Miao-lo y Dengyo tuvieron una misma posición con respecto al Sutra del loto, y que lo consideraron el más elevado de todos, superior incluso al Sutra Mahavairochana. Además, el bodhisayva Nagarjuna, considerado fundador de la escuela Palabra Verdadera, sostuvo la misma opinión, como resulta evidente si examinamos con atención su Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría. Por desventura, el Tratado sobre la mente que aspira a la iluminación, traído desde la India por P’u-kung, está lleno de errores y ha arrastrado a todos a la actual confusión. Pasemos ahora a un discípulo del administrador sacerdotal Gonso, de Iwabuchi, llamado Kukai, que en épocas posteriores fue conocido como el gran maestro Kobo. En el duodécimo día del quinto mes, vigésimo tercer año de la era Enryaku, parKó rumbo a la China de la dinasea T’ang. A poco de llegar, conoció al reverendo Hui-kuo, cuyo maestro integraba la tercera

generación del linaje de la escuela Palabra Verdadera iniciado por los maestros del Tripitaka Shan-wu-wei y Chin-kang-chih. De Hui-kuo recibió la transmisión de los dos mandalas de Palabra Verdadera.40 Regresó al Japón el vigésimo segundo día del décimo mes, segundo año de Daido (807). En ese momento, reinaba el emperador Heizei, ya que el emperador Kammu había fallecido poco Kempo antes. A Kobo se le concedió una audiencia con el emperador Heizei, quien confió en él y adoptó sus enseñanzas, a las cuales dio amplias prerrogaKvas. Enseguida, el monarca debió ceder el trono al emperador Saga, con quien Kobo también logró congraciarse. El gran maestro Dengyo falleció el cuarto día del sexto mes, año decimotercero de Konin (822), durante el reinado del emperador Saga. Desde el decimocuarto año de esta misma era, Kobo se desempeñó como maestro del soberano. Estableció la escuela Palabra Verdadera, de la cual fue reconocido como supremo sacerdote, y consiguió que se le otorgara la supervisión del templo To-ji. De ese modo, inició sus acKvidades Palabra Verdadera, octava 65


escuela budista del Japón. Kobo comentó del siguiente modo el mérito comparaKvo de las enseñanzas expuestas por el Buda durante su existencia: «En primer lugar, está el Sutra Mahavairochana de la escuela Palabra Verdadera; en segundo lugar, el Sutra de la guirnalda de flores, y en tercer término, el Sutra del loto y el Sutra del nirvana. »Comparado con los sutras de los períodos Agama, Correcto e Igual y de la Sabiduría, el Sutra del loto es una enseñanza verdadera; pero desde el punto de vista del Sutra de la guirnalda de flores y del Sutra Mahavairochana, es una doctrina de teorías pueriles. »Aunque Shakyamuni fue un buda, comparado con Mahavairochana El Que Así Llega, todavía se encontraba en la región de la oscuridad. A Mahavairochana se lo exalta como a un emperador; Shakyamuni, frente a él, es ta n i n fe r i o r co m o u n b á r b a ro sojuzgado. »El gran maestro T’ien-t’ai es un ladrón. Robó la mantequilla clarificada de Palabra Verdadera y afirmó que el Sutra del loto era mantequilla clarificada».

De este jaez han sido las cosas escritas por Kobo. Y la población que, hasta ese momento, había creído que el Sutra del loto era la enseñanza suprema, dejó de considerarlo digno de atención después de tomar contacto con el gran maestro Kobo. Dejaré a un lado las doctrinas erróneas postuladas por los seguidores no budistas de la India. Las declaraciones de Kobo son mucho peores que las enseñanzas propuestas por los sacerdotes de la China meridional y septentrional, quienes afirmaron que el Sutra del loto, comparado con el Sutra del nirvana, contenía nociones distorsionadas. Los dichos de Kobo son más graves que las proclamas de los miembros de la escuela Guirnalda de Flores, según quienes el Sutra del loto, comparado con el Sutra de la guirnalda de flores, representa «las ramas de la enseñanza». Uno invariablemente piensa en el Gran Brahmán Arrogante de la India, quien mandó hacer un alto estrado y, a modo de patas, usó tallas de las deidades Maheshvara, Narayana y Vishnu, y del buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas. Y luego, allí encaramado, se lanzó a predicar sus doctrinas falaces. 66


Si el gran maestro Dengyo hubiera estado vivo en ese momento, sin falta se habría explayado al respecto. Pero es lamentable que discípulos suyos como Gishin, Encho, Jikaku o Chisho no hayan indagado la cuesKón con mayor profundidad. ¡Fue una verdadera desgracia para el mundo! El gran maestro Jikaku fue a la China de la dinasea T’ang en el quinto año de Jowa (838) y pasó allí una década estudiando las doctrinas de las escuelas T’ien-t’ai y Palabra Verdadera. Con respecto al mérito comparaKvo entre el Sutra del loto y el Sutra Mahavairochana, estudió bajo la tutela de Fa-ch’üan, Yüan-cheng y otros —en total, ocho maestros de la escuela Palabra Verdadera—41 y todos ellos le enseñaron que, aunque el Sutra del loto y el Sutra Mahavairochana eran iguales en cuanto a sus principios, el úlKmo era superior en cuanto a la prácKca. También estudió bajo la guía de Chihyüan, Kuang-hsiu y Wei-chüan,42 de la escuela T’ien-t’ai, y aprendió de ellos que el Sutra Mahavairochana pertenecía al grupo de los sutras Correctos e Iguales [que son inferiores al Sutra del loto].

El décimo día del noveno mes, decimotercer año de Jowa, retornó al Japón; el decimocuarto día del sexto mes, primer año de Kasho (848), se promulgó un edicto imperial [que lo autorizaba a efectuar ceremonias de iniciación de la escuela Palabra Verdadera]. Acaso porque le había costado mucho establecer el mérito comparaKvo entre el Sutra del loto y el Sutra Mahavairochana durante su estadía en la China, se dedicó a escribir catorce volúmenes: un comentario en siete volúmenes sobre el Sutra de la corona de diamantes y un comentario en siete volúmenes sobre el Sutra del susiddhikara. La esencia de estas obras es que las doctrinas expuestas en el Sutra Mahavairochana, el Sutra de la corona de diamantes y el Sutra del susiddhikara, en úlKma instancia, indican los mismos principios que enseña el Sutra del loto. Pero debido a la inclusión de mudras y mantras en sus rituales, los mencionados tres sutras de la Palabra Verdadera eran superiores al Sutra del loto. En esencia, esto concuerda exactamente con las ideas de Shan-wuwei, Chin-kang-chih y Pu-k’ung esKpuladas en su comentario sobre el 67


Sutra Mahavairochana. Pero tal vez Jikaku siguiera dudando en su fuero interno. O, si llegó a aclarar sus dudas, acaso quisiera disipar los cuesKonamientos ajenos. Sea como fuere, lo cierto es que depositó sus comentarios en catorce volúmenes frente al objeto de devoción, en el templo donde residía, y oró con esta declaración en mente: «Es verdad que escribí estas obras, pero así y todo la intención del Buda es muy didcil de esclarecer. ¿Son superiores el Sutra Mahavairochana y los otros dos sutras relacionados con la escuela Palabra Verdadera? ¿O hay que otorgar el lugar supremo al Sutra del loto y a los dos sutras43 asociados a él?». Mientras se encontraba orando de este modo, el quinto día, a primera hora de la mañana, durante la quinta guardia, 44 de pronto se le presentó una señal en sueños. Soñó que el Sol brillaba en el cenit, en lo alto del firmamento, y que él le disparaba una flecha. La saeta cobraba altura y se clavaba en el astro, y este tornaba a rodar y rodar. Y cuando el Sol estaba a punto de caer sobre la Kerra, Jikaku despertó. Encantado, se dijo: «He tenido un sueño de lo más auspicioso. ¡Estos

escritos, donde declaré que los sutras de Palabra Verdadera eran superiores al Sutra del loto, concuerdan con la voluntad del Buda!». Entonces, solicitó que se promulgara un edicto imperial refrendando esta conclusión, y difundió sus enseñanzas en toda la Kerra del Japón. Pero el edicto promulgado a raíz de esta solicitud decía más o menos lo siguiente: «Por fin se ha sabido que las doctrinas de concentración e introspección expuestas por la escuela Tendai concuerdan a la perfección, en sus principios, con las doctrinas de la escuela Palabra Verdadera». Jikaku había orado para confirmar que el Sutra del loto era inferior al Sutra Mahavairochana, ¡pero el edicto emiKdo decía que ambas enseñanzas eran lo mismo! En su juventud en el Japón, el gran maestro Chisho fue discípulo del reverendo Gishin, del gran maestro Encho, del superintendente [Kojo] y de Jikaku. Así pues, fue instruido en las doctrinas esotéricas y exotéricas tal como se las enseñaba en el Japón de esa época. Pero, presuntamente, como tenía dudas sobre la superioridad comparaKva entre las escuelas Tendai y 68


Palabra Verdadera, decidió ir a la China. Llegó a la China T’ang en el segundo año de Ninju (852),45 donde estudió con maestros de la escuela Palabra Verdadera como Fa-ch’üan y Yüancheng. En general, sus enseñanzas refrendaron las ideas de Jikaku: que el Sutra Mahavairochana y el Sutra del loto eran equivalentes en cuanto a sus principios, pero que el primero superaba al segundo en cuanto a la prácKca. Chisho también estudió bajo la tutela del reverendo Liang-hsü, de la escuela T’ien-t’ai, quien le enseñó que, con respecto a los méritos comparaKvos entre las escuelas Palabra Verdadera y T’ien-t’ai, el Sutra Mahavairochana de la escuela Palabra Verdadera no podía compararse con el Sutra de la guirnalda de flores ni con el Sutra del loto. Habiendo permanecido siete años en la China, Chisho regresó al Japón el sépKmo día del quinto mes, en el primer año de Jogan (859).46 En su obra Elementos esenciales del «Sutra Mahavairochana», Chisho señala: «Ni siquiera el Sutra del loto puede compararse [con el Sutra Mahavairochana], así que mucho menos pueden hacerlo otras

doctrinas». Por ende, en este trabajo sosKene que el Sutra del loto es inferior al Sutra Mahavairochana. Por otro lado, en otro volumen Ktulado Colección de enseñanzas transmiKdas oralmente, afirma que las doctrinas del Zen, de Palabra Verdadera y de otras escuelas, comparadas con el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra del loto y el Sutra del nirvana, en el mejor de los casos sirven a modo de introducción en estas úlKmas enseñanzas. Y reitera esta noción en su Comentario sobre el «Sutra Sabio Universal» y en su Comentario sobre el «Tratado sobre el “Sutra del loto”». El vigésimo noveno día —signo cíclico mizunoe-saru— del cuarto mes, en el octavo año de Jogan (866) —año hinoe-inu—, se promulgó un edicto imperial que establecía: «Hemos sabido que la escuela Palabra Verdadera y la escuela Tendai, así como sus respecKvas enseñanzas, merecen ser consideradas la mantequilla clarificada del budismo y ser descritas como profundas y recónditas». Asimismo, el tercer día del sexto mes, un edicto sentenció: «Desde que el Gran Maestro de Kempos pretéritos [Dengyo] estableció las dos 69


disciplinas47 como prácKca correcta de la escuela Tendai, las sucesivas autoridades de esta escuela, generación tras generación, han seguido esa prácKca y transmiKdo ambas clases de doctrinas. ¿Por qué, entonces, sus sucesores se apartaron de esta tradición añeja y consolidada? »Así y todo, vemos que los sacerdotes del monte Hiei no hacen más que contradecir las enseñanzas del patriarca y seguir los prejuicios y las inclinaciones de su propio pensamiento. Parecería que se consagran casi por completo a promulgar las doctrinas de otras escuelas y que no hacen el menor intento de restaurar las anKguas disciplinas de la escuela Tendai. »En el Camino heredado del maestro, no se puede menoscabar la concentración y la introspección, ni tampoco las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera. A la hora de transmiKr y propagar con diligencia la doctrina, ¿no habría que ser competente en ambas clases de enseñanzas? De ahora en adelante, sólo deberá nombrarse al frente del templo Enryaku-ji, como máxima autoridad de la escuela Tendai, a

alguien cabalmente versado en ambas enseñanzas; esta será, en lo sucesivo, la prácKca habitual para los Kempos futuros». Como hemos visto, estos dos hombres —Jikaku y Chisho— fueron discípulos de Dengyo y de Gishin; después, viajaron a la China y conocieron a los eminentes eruditos de las escuelas T’ien-t’ai y Palabra Verdadera en ese país. Sin embargo, al parecer no pudieron decidir cuál de ambas escuelas era superior. A veces afirmaron que Palabra Verdadera superaba a la otra; en ocasiones, dijeron lo contrario, y por momentos sentenciaron que las dos eran equivalentes en sus principios, pero que Palabra Verdadera era superior en cuanto a la prácKca. Mientras tanto, un edicto advirKó que todo aquel que intentara debaKr sobre los méritos comparaKvos entre las escuelas Palabra Verdadera y Tendai sería declarado culpable de violar un decreto imperial. A las claras, estas afirmaciones de Jikaku y de Chisho eran inconsistentes; todo parece indicar que los seguidores de las demás escuelas no confiaron en ellas en lo más mínimo. Así y todo, 70


como ya vimos, un decreto imperial estableció que ambas escuelas eran iguales, y que esta postura derivaba de las doctrinas del patriarca de Tendai, el gran maestro Dengyo. Pero ¿en qué obra del gran maestro Dengyo aparecen declaraciones semejantes? Es a l go q u e co nve n d r í a exa m i n a r minuciosamente. Que yo, Nichiren, ponga en duda a Jikaku y a Chisho por un asunto referido al gran maestro Dengyo es como si una persona, enfrentada a sus padres, discuKera para ver quién es mayor, o como si alguien, frente a la Diosa del Sol, dijera que sus ojos son más brillantes que el astro. No obstante, los que se sientan proclives a defender las ideas de Jikaku y de Chisho deberían aportar a modo de prueba algún pasaje claro de las escrituras en el cual basar su posición. Sólo entonces estarían en condiciones de pedir crédito a sus ideas. El maestro del Tripitaka Hsüan-tsang había ido a la India para ver una copia d e l G ra n co m e nta r i o s o b re e l Abhidharma, pero eso no impidió las críKcas que le hizo el maestro del Dharma Fa-pao, quien jamás había estado en ese país. El maestro del

Tripitaka Dharmaraksha tuvo frente a los ojos una copia del Sutra del loto cuando estuvo en la India, pero eso no impidió que un hombre de la China48 le señalara que, en su traducción, había puesto fuera de orden el capítulo «La transferencia». Y eso que el hombre en cuesKón nunca había visto el texto original. Del mismo modo, aunque Jikaku haya estudiado a las órdenes del gran maestro Dengyo y haya sido instruido por él, y aunque Chisho haya obtenido la transmisión oral del reverendo Gishin, si ambos contradijeron las enseñanzas registradas en los escritos genuinos de Dengyo y de Gishin, ¿ có m o n o h a b r í a n d e ge n e ra r sospechas? La enseñanza más secreta de Dengyo es su obra Clarificación de las escuelas basadas en la doctrina de T’ien-t’ai. En su prefacio, escribe: «La escuela b u d i sta Pa l a b ra Ve rd a d e ra , recientemente introducida en el Japón, oculta en forma deliberada la manera en que su transmisión fue falseada en los registros escritos [de I-Hsing, engañado por Shan-wu-wei],49 en tanto que la escuela Guirnalda de Flores, introducida con anterioridad, 71


trata de esconder la influencia recibida de las doctrinas de T’ien-t’ai.50 La escuela Tres Tratados, encandilada con el concepto del vacío, ha olvidado la humillación de Chia-hsiang51 y no hace saber que este fue completamente cauKvado por las enseñanzas de T’ient’ai, a manos de Chang-an. La escuela CaracterísKcas del Dharma, que se aferra al concepto del ser,52 niega que su principal autoridad, Chih-chou, se convirKó a las enseñanzas de la escuela T’ien-t’ai, y que Liang-pi usó dichas enseñanzas para interpretar el Sutra de los reyes benevolentes.53 [...] Ahora, con la debida circunspección, escribí en un volumen la obra Clarificación de las escuelas basadas en la doctrina de T’ien-t’ai, desKnada a los hombres s a b i o s d e é p o ca s f u t u ra s q u e compartan mis convicciones. La fecha corresponde al reinado del quincuagésimo segundo soberano del Japón, sépKmo año de la era Konin (816), año hinoe-saru».54 Más adelante, en el texto central de este mismo trabajo, leemos: «Hubo en la India un monje eminente que, habiendo sabido que las enseñanzas del sacerdote T’ien-t’ai de la China T’ang eran las más adecuadas para

disKnguir las doctrinas correctas de las incorrectas, expresó el deseo de conocerlas más profundamente». Prosigue: «¿Acaso no significa esto que el budismo se ha perdido en la India, su país de origen, y que debe buscárselo en las regiones circundantes? Pero aun en la China hay pocos que reconozcan la grandeza de las enseñanzas expuestas por T’ien-t’ai. Son como el pueblo de Lu».55 Esta obra, como ponen de manifiesto las citas precedentes, criKca a las escuelas CaracterísKcas del Dharma, Tres Tratados, Guirnalda de Flores y Palabra Verdadera. Ahora bien, si el gran maestro Dengyo hubiera pensado que las escuelas Tendai y Palabra Verdadera tenían el mismo valor, ¿por qué habría criKcado a esta úlKma? Por otro lado, compara al maestro del Tripitaka Pu-k’ung y a otros con el pueblo ignorante del estado de Lu. Si, en verdad, hubiera aprobado las enseñanzas de Palabra Verdadera tal como las formularon Shan-wu-wei, Chin-kang-chih y Pu-k’ung, ¿por qué entonces habría denostado a estos hombres comparándolos con la población de Lu? Y si las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera en la India 72


fueran idénKcas a las de la escuela T’ien-t’ai o superiores a ellas, ¿por qué el eminente monje de la India interrogó a Pu-k’ung sobre ellas y afirmó que la enseñanza correcta ya no se encontraba en la India? Sea como fuere, estos dos hombres, Jikaku y Chisho, de palabra decían ser discípulos del gran maestro Dengyo, pero en profundidad no lo eran. Por eso, Dengyo escribió en el prefacio de su obra «Ahora, con la debida circunspección, escribí en un volumen la obra Clarificación de las escuelas basadas en la doctrina de T’ien-t’ai, desKnada a los hombres sabios de épocas futuras que compartan mis convicciones». Las palabras «que compartan mis convicciones» en realidad significan los «que compartan mis convicciones de que la escuela Palabra Verdadera es inferior a la escuela Tendai». En el edicto que he mencionado antes —y que había sido solicitado justamente por Chisho— se establece que ellos [los sacerdotes del monte Hiei] no hacen «más que contradecir las enseñanzas del patriarca [Dengyo] y seguir las inclinaciones prejuiciosas de su propio pensamiento». También

señala: «En el Camino heredado del maestro, no se puede menoscabar la concentración y la introspección, ni tampoco las enseñanzas de la escuela Pa l a b ra Ve r d a d e ra » . Pe ro s i aceptáramos las palabras del edicto, tendríamos que concluir que Jikaku y Chisho son los que se opusieron a su maestro Dengyo. Tal vez parezca i m p e r K n e n t e q u e y o p re s e n t e acusaciones de esta índole, pero si no lo hago, el mérito comparaKvo entre el Sutra Mahavairochana y el Sutra del l o to s e g u i rá s i e n d o o b j eto d e interpretaciones erróneas, como ocurre hoy. Por eso, expongo estas imputaciones aun poniendo en riesgo mi vida. [Ya que ellos mismos estaban errados,] es totalmente natural que Jikaku y Chisho no se aventuraran a acusar al gran maestro Kobo de errores doctrinales. ¡En lugar de desperdiciar tantos recursos y trabajar para otras personas insisKendo en viajar hasta la China, tendrían que haber estudiado con más aplicación y cuidado las doctrinas del gran maestro Dengyo, su propio maestro! La doctrina correcta sólo se enseñó en el monte Hiei en la época de los 73


primeros tres patriarcas de la escuela Tendai: el gran maestro Dengyo, el reverendo Gishin y el gran maestro Encho. A parKr de entonces, las autoridades de la escuela Tendai se convirKeron en líderes de la escuela Palabra Verdadera. La región siguió llamándose Monte Tendai, pero estuvo presidida por un maestro de Palabra Verdadera. Los grandes maestros Jikaku y Chisho, como ya vimos, contradicen el pasaje del Sutra del loto referido a todos los sutras que el Buda ha «predicado, predica y predicará».56 Dado que contravienen esa parte de las escrituras, ¿no debería considerárselos archienemigos de Shakyamuni, Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones? Podría haberse pensado que el gran maestro Kobo era el máximo denigrador de la Ley, pero en realidad Jikaku y Chisho enseñaron errores harto más graves que los de Kobo. Cuando un error es tan notoriamente disKnto de la verdad como el agua lo es del fuego, o la Kerra, del cielo, la gente rehúsa darle crédito; y por tal moKvo dichos errores no Kenen la menor posibilidad de ser aceptados. Por

ejemplo, las doctrinas del gran maestro Kobo están tan plagadas de errores que ni sus propios discípulos las aceptan. En cuanto a las prácKcas y ceremonias de su escuela, tomaron en cuenta sus instrucciones, pero no sus doctrinas referidas a los méritos comparaKvos entre los sutras. Por tal razón, las reemplazaron por las doctrinas de Shan-wu-wei, Chin-kang-chih, Pu-k’ung, Jikaku y Chisho. La doctrina que afirma que las escuelas Palabra Verdadera y Tendai son idénKcas en sus principios pertenece a Jikaku y Chisho; y todas las personas la dieron por válida. Conscientes de esta situación, hasta los seguidores de la escuela Tendai, esperando que se les solicite la ejecución de ceremonias de apertura de los ojos para consagrar imágenes talladas o pintadas del Buda, adoptan los mudras y mantras por los cuales se destaca la escuela Palabra Verdadera, según se cree. Y así, en los hechos, todo el Japón se vuelca a la escuela Palabra Verdadera, mientras que la escuela Tendai queda sin un solo adepto. Un monje y una monja, un objeto negro y un objeto azul oscuro, son tan fáciles de confundir que alguien miope 74


podría equivocarse y tomar a uno por el otro. Pero un sacerdote y un laico, un objeto blanco y otro rojo, son inconfundibles, no sólo para alguien de buena vista, sino incluso para una persona cegata. Ahora bien, es tan fácil confundir las doctrinas de Jikaku y de Chisho con la verdad como lo es no disKnguir entre un monje y una monja, o entre un objeto negro y otro azul oscuro. Por eso, hasta los sabios se enredan, y los ignorantes caen en el error. A raíz de ello, durante los úlKmos cuatrocientos años o más, en el monte Hiei, en el Onjo-ji y el To-ji, en Nara, en las cinco provincias que rodean la capital, en las siete regiones fronterizas57 y, a decir verdad, en todo el territorio japonés, los habitantes se han converKdo en personas que actúan contra la Ley. En el quinto volumen del Sutra del loto, el Buda señala: «Manjushri, este Sutra del loto es el arca secreta de los budas, de Los Que Así Llegan. Ocupa el siKo más elevado entre los sutras».58 Si hemos de creer en este pasaje de las escrituras, el Sutra del loto Kene que representar la enseñanza correcta que se erige por encima del Sutra Mahavairochana y de todas las muchas

otras enseñanzas. ¿Cómo entonces — se pregunta uno— pudieron Shan-wuwei, Chin-kang-chih, Pu-k’ung, Kobo, Jikaku y Chisho interpretar esta frase del sutra según sus propias creencias? Por su parte, en el sépKmo volumen del Sutra del loto se expone: «Del mismo modo, el que puede aceptar y pracKcar este sutra es superior a todos los seres vivos».59 Si hemos de creer en esta cita del sutra, el devoto del Sutra del loto ha de ser como el gran océano comparado con los muchos ríos y arroyos; como el monte Sumeru ante la mulKtud de promontorios; como la deidad de la Luna frente a la pléyade estelar; como la gran deidad del Sol comparado con las demás luces refulgentes; como los reyes que hacen girar la rueda, el señor Shakra y el gran rey Brahma ante los muchos otros reyes celesKales. El gran maestro Dengyo cita en su obra Principios sobresalientes del «Sutra del loto»: «Del mismo modo, este sutra es el primero entre todas las enseñanzas [...] Del mismo modo, el que puede aceptar y pracKcar este sutra es superior a todos los seres vivos». Después de citar esta frase del Sutra del loto, Dengyo hace constar un 75


pasaje de Profundo significado del «Sutra del loto», de T’ien-t’ai, que interpreta esa misma cita del sutra, y explica del siguiente modo su significado: «Debéis entender que los sutras en los que basan sus enseñanzas las demás escuelas no son las escrituras supremas, y que las personas que las pracKcan no son superiores al resto de la gente. Pero el Sutra del loto, proclamado por la escuela Tendai del Loto, es superior a todos los sutras, y por tal razón los que pueden pracKcar el Sutra del loto son superiores a todos los seres vivos. Esto surge de las propias palabras del Buda. ¿Cómo podría tratarse de una alabanza a mí mismo?». Luego, en la obra mencionada, Dengyo agrega: «En un volumen separado se explica en detalle cómo las diversas escuelas basan sus enseñanzas en la doctrina de T’ien-t’ai». Ese «volumen separado» al cual se refiere Dengyo es Clarificación de las escuelas basadas en la doctrina de T’ien-t’ai; allí leemos: «El fundador de nuestra escuela, el gran maestro T’ien-t’ai, predicó el Sutra del loto y lo interpretó de un modo que lo puso por encima de toda la mulKtud; no tuvo parangón en toda la China.

Debe entenderse claramente que fue un mensajero de El Que Así Llega. Aquellos que lo elogien recibirán una acumulación de beneficios más alta que el monte Sereno y Brillante, mientras que aquellos que actúen contra él cometerán una falta que los condenará al infierno del sufrimiento incesante». Si nos atenemos al del loto">Sutra del loto y a las interpretaciones de su contenido propuestas por T’ien-t’ai, Miao-lo y Dengyo, en tal caso concluimos que en el Japón actual, ¡no hay un solo devoto del Sutra del loto! En la India, cuando el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, predicó el Sutra del loto tal como se describe en el capítulo «La Torre de los Tesoros», convocó a los numerosos budas en su totalidad, y los hizo tomar asiento sobre el suelo. Sólo Mahavairochana El Que Así Llega60 se sentó en la Torre de los Tesoros, en un asiento inferior en dirección al sur,61 mientras que el buda Shakyamuni se sentó en el siKal superior en dirección al norte. Este Mahavairochana El Que Así Llega es el maestro del Mahavairochana del Mundo de la Matriz descrito en el Sutra 76


Mahavairochana, y de Mahavairochana del Mundo de Diamante descrito en el Sutra de la corona de diamantes. Este Mahavairochana o buda Muchos Tesoros —quien Kene por vasallos a Los Que Así Llegan Mahavairochanas de los dos reinos que acabo de mencionar— a su vez es eclipsado por el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, quien se sienta en un siKal más elevado que el suyo. Este buda Shakyamuni es un verdadero pracKcante del Sutra del loto. Tal era la situación en la India. En la China, en los Kempos del emperador Ch’en [Shu-pao], el gran maestro T’ien-t’ai venció en debate a los líderes budistas de la China del norte y del sur, y fue honrado en vida con el etulo de Gran Maestro. Como Dengyo dijo de él, estuvo «por encima de toda la mulKtud; no tuvo parangón en toda la China». En el Japón, el gran maestro Dengyo venció en debate a los líderes de las seis escuelas, y se erigió como primer y supremo gran maestro del país: el gran maestro Kompon. En la India, la China y el Japón, estas tres personas —Shakyamuni, T’ien-t’ai y Dengyo— fueron «superiores a todos

los seres vivos», como describe el Sutra del loto. De tal suerte, Principios sobresalientes d e l « S u t ra d e l l o to » s o sK e n e : «Shakyamuni enseñó que lo superficial es fácil de creer, pero lo profundo es didcil de abrazar. Descartar lo superficial e ir en pos de lo profundo es propio de una persona valiente. El gran m a e s t r o T ’ i e n - t ’a i c o n fi ó e n Shakyamuni y le obedeció, y trabajó para sostener la escuela del Loto difundiendo sus enseñanzas en toda la China. Nosotros, los del monte Hiei, heredamos la doctrina de T’ien-t’ai y trabajamos para sostener la escuela del Loto y diseminar sus enseñanzas en todo el Japón». En los mil ochocientos años o más transcurridos desde la muerte del Buda, hubo sólo un devoto del Sutra del loto en la China y uno en el Japón. Si se agrega al buda Shakyamuni a esta lista, en total son tres personas. Los clásicos seculares chinos sosKenen que aparece un venerable cada mil años, y un sabio, cada quinientos. En la cuenca del río Amarillo, allí donde confluyen los ríos Ching y Wei,62 los cauces de ambos tributarios se manKenen separados; no obstante, se 77


dice que una vez cada quinientos años, un lado del río fluye transparente, y una vez cada mil años, se ponen claras las aguas de ambos lados. [Del mismo modo, los venerables y sabios aparecen a intervalos fijos.] En el Japón, como hemos visto, sólo hubo un devoto del Sutra del loto en el monte Hiei, en Kempos del gran m a e st ro D e n g yo . A D e n g yo l e sucedieron Gishin y Encho, primer y segundo priores de la escuela. Pero sólo el primer prior, Gishin, siguió las enseñanzas del gran maestro Dengyo. El segundo, Encho, fue mitad discípulo de Dengyo y mitad seguidor de Kobo. El tercer prior, el gran maestro Jikaku, al principio actuó como discípulo del gran maestro Dengyo. Pero a los cuarenta años fue a la China y, desde entonces, aunque siguió llamándose discípulo de Dengyo y actuando por fuera como tal, en realidad enseñó una clase de budismo absolutamente impropia de un verdadero sucesor de Dengyo. Sólo se comportó como un genuino discípulo en lo concerniente a los preceptos de la iluminación perfecta e inmediata establecidos por Dengyo.

Fue como un murciélago, que se parece a un ave sin serlo y se asemeja a un ratón aunque no lo es. Y también fue como un búho o un hakei.63 Devoró a su padre —el Sutra del loto— y engulló a su madre —los pracKcantes del Sutra del loto—; cuando soñó que había atravesado el Sol con una flecha, seguramente se trató de un portento que delató esas faltas. Y debe de haber sido a causa de estas ofensas que, después de morir, no se le dio digna sepultura. El templo Onjo-ji, que representaba la rama Chisho de la escuela Tendai, luchó sin cesar contra el templo Enryaku-ji del monte Hiei, que representaba la rama Jikaku de esa misma escuela,64 atacándose como asuras o dragones maléficos. Primero, fue incendiado el Onjo-ji; luego, los edificios del monte Hiei. Como resultado de ello, el fuego destruyó la imagen del bodhisayva Maitreya, que había sido especial objeto de devoción del gran maestro Chisho y especial objeto de devoción del gran maestro Jikaku, así como el Gran Salón de Disertaciones del monte Hiei. Los sacerdotes de ambos templos deben de haber senKdo como si cayeran en 78


vida en el infierno del sufrimiento incesante. Sólo se mantuvo en pie el salón principal del monte Hiei. El linaje del gran maestro Kobo ya no es lo que debería haber sido. Kobo dejó instrucciones escritas prohibiendo que se nombrase prior del To-ji a quien no hubiera recibido los preceptos en la plataforma de ordenación [establecida por Ganjin] en el Todai-ji. El emperador reKrado Kampyo,65 sin embargo, fundó el templo Ninna-ji [en Kioto] y asignó a ese lugar a numerosos sacerdotes del To-ji; y, además, promulgó un decreto que prohibía la residencia en el Ninna-ji a todo aquel que no hubiera recibido los preceptos de la iluminación perfecta e inmediata en la plataforma de ordenación del monte Hiei. De resultas de ello, los sacerdotes del To-ji no son discípulos de Ganjin ni de Kobo. Desde el punto de vista de los preceptos, su maestro es Dengyo, pero no se comportan como discípulos suyos, ya que vuelven las espaldas al Sutra del loto, que para Dengyo era la escritura suprema. Kobo murió el vigésimo primer día del tercer mes, segundo año de la era Jowa (835); la Corte Imperial envió un representante para que ofrendara plegarias en su

funeral. Con todo, Kempo después sus discípulos se congregaron y, presas del engaño, anunciaron que él [no había muerto sino que] se encontraba en un estado de profunda meditación; algunos de ellos incluso adujeron que le habían tenido que afeitar la cabeza porque le había crecido el pelo. Otros sostuvieron que, durante su estancia en la China, había arrojado un mazo de diamante de tres puntas a través del océano, en dirección al Japón;66 que en respuesta a sus oraciones, el Sol había salido en mitad de la noche; que Kobo se había transformado en Mahavairochana El Que Así Llega; o que había instruido al gran maestro Dengyo en los dieciocho caminos67 del budismo esotérico. Así pues, con esa enunciación de los supuestos poderes y virtudes de su maestro, buscaron darle un aura de sabiduría para respaldar sus d o c t r i n a s fa l s a s , y e n ga ñ a r a l gobernante y a sus ministros. Por añadidura, en el monte Koya hay dos templos principales: el templo original68 y el Dembo-in. El primero, que alberga la Gran Pagoda, fue fundado por Kobo y dedicado a Mahavairochana El Que Así Llega [del Reino de la Matriz]. El templo llamado 79


Dembo-in fue fundado por Shokaku-bo y dedicado a Mahavairochana del Reino de Diamante. Ambos templos han librado batallas día y noche, como el Onjo-ji al pie del monte Hiei y el Enryaku-ji sobre su cumbre. ¿Fue la acumulación de engaños lo que provocó en el Japón la aparición de semejantes calamidades? Uno podrá amontonar excremento y decir que es madera de sándalo, pero cuando lo haga arder, olerá únicamente a esKércol. Uno podrá apilar grandes menKras y afirmar que son enseñanzas del Buda, pero sólo servirán para conducir a la gran fortaleza del infierno del sufrimiento incesante. El stupa construido por Nirgrantha Jnataputra confirió, durante varios años, grandes beneficios a los seres vivos; pero cuando el bodhisayva Ashvaghosha se inclinó ante él, se desplomó en un instante.69 El brahmán Elocuencia Demoníaca enseñaba oculto tras una corKna; durante varios años logró engañar a la gente, pero el bodhisayva Ashvaghosha lo reprendió y dejó al descubierto sus embustes.70 El maestro no budista Uluka se convirKó en piedra y permaneció así durante

ochocientos años, pero bastó que el bodhisayva Dignaga lo refutara para que se transformara en agua. Los sacerdotes taoístas engañaron al pueblo chino durante varios siglos, pero cuando fueron impugnados por los monjes budistas Kashyapa Matanga y Chu Fa-lan, quemaron sus propias escrituras que afirmaban enseñar la vía de los inmortales. Así como Chao Kao tomó el control del país y Wang Mang71 usurpó el trono imperial, así los líderes de la escuela Palabra Verdadera han quitado al Sutra del loto el rango que merecía y han declarado que sus dominios pertenecían, en cambio, al Sutra Mahavairochana. Si el monarca de la Ley ha sido privado de su reino de este modo, ¿puede el monarca del pueblo creer que vivirá en paz y a salvo? El Japón de hoy está poblado de seguidores de Jikaku, Chisho y Kobo; no hay aquí un solo habitante que no actúe contra la Ley. Si nos detenemos a contemplar la situación, es muy semejante a la que prevalecía en el ÚlKmo Día de la Ley del buda Gran Adorno, o en el ÚlKmo Día de la Ley del buda Rey Íntegramente Brillante.72 En el ÚlKmo 80


Día de la Ley del buda Rey del Sonido Imponente, aun cuando la gente se arrepenea de sus malas acciones, igual debía sufrir durante mil kalpas en el infierno Avichi.73 ¿Qué podemos decir, entonces, de la situación actual? Los maestros de Palabra Verdadera, los seguidores de la escuela Zen y los sacerdotes del Nembutsu no muestran la más ínfima señal de arrepenKmiento en su corazón. ¿Puede haber dudas, acaso, de que seguirán «repiKendo este ciclo durante incontable número de kalpas»?74 Como el Japón es un país donde se denigra la enseñanza correcta, ha sido abandonado por los cielos. Y dado que estos lo han abandonado, las muchas deidades benevolentes que antaño habían protegido y custodiado la nación quemaron sus santuarios y regresaron a la Capital de la Luz Tranquila. Ahora sólo quedo yo, Nichiren, para proclamar estos anuncios y advertencias. Pero, si lo hago, los gobernantes del país me tratan como a un enemigo. Los japoneses me maldicen de a cientos y hablan mal de mí, me atacan con palos y varas, espadas y cuchillos. Ante mí se cierra

una puerta tras otra, y se me expulsa de todas las moradas. Y cuando las autoridades descubren que ni siquiera ese tratamiento me deKene, toman cartas en el asunto. Dos veces me han condenado al desKerro, y en una ocasión, el duodécimo día del noveno mes, octavo año de Bun’ei (1271), estuvieron a punto de decapitarme. \\ El Sutra de la declinación de la Ley refiere que las buenas personas serán apenas una o dos; en el Sutra del nirvana se afirma que los creyentes pueden caber en la superficie de una uña. Si aceptamos lo que dicen los sutras, en tal caso, Nichiren es la única buena persona del Japón, el único que cabe sobre una uña. Por lo tanto, espero que aquellos seriamente preocupados por la cuesKón piensen bien si van a aceptar lo que afirman los sutras o lo que dice la gente. Alguien tal vez pretenda objetar diciendo que, según el Sutra del nirvana, los que son pocos como los granos de Kerra que caben en una uña son los devotos de ese sutra, mientras que yo me estoy refiriendo al Sutra del loto. Pero a estos argumentos yo respondo lo siguiente. 81


En el Sutra del nirvana se dice: «[Cuando este sutra del Nirvana se predicó] en el Sutra del loto [ya se había predicho que los ocho mil discípulos que escuchaban la voz lograrían la Budeidad]». El gran maestro Miao-lo sosKene: «El Sutra del nirvana, en sí mismo, remite al Sutra del loto y afirma que este es la enseñanza suprema».79 El Sutra del nirvana dice que el Sutra del loto es supremo. Por ende, cuando los seguidores de la escuela del Nirvana dicen que el Sutra del nirvana es superior al Sutra del loto, es como si llamaran amo a un vasallo o sirviente a un señor. Leer el Sutra del nirvana significa leer el Sutra del loto. Pues el primero es como un sabio que se regocija al ver que otro esKma a su soberano, aun cuando él mismo sea tratado con desprecio. Así pues, el Sutra del nirvana despreciaría y consideraría enemigo a todo aquel que intentara rebajar el Sutra del loto y, en cambio, ensalzara al Sutra del nirvana. Con este ejemplo en mente, hay que comprender el aspecto siguiente. Si, en forma similar, algunos leen el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra de la

meditación, el Sutra Mahavairochana o cualquier otro sutra, y lo hacen con la idea de que el Sutra del loto es inferior a esas enseñanzas, están desvirtuando la esencia de todos esos sutras. Y hay o tro punto que tambié n de be entenderse. Aunque uno lea el Sutra del loto y dé la impresión de creer en él, si uno piensa que también puede acceder al Camino mediante cualquier otro sutra, en realidad no está leyendo el Sutra del loto. Por ejemplo, el gran maestro Chiahsiang escribió una obra en diez volúmenes Ktulada Tratado sobre la profundidad del «Sutra del loto», donde ensalzó el Sutra del loto. Pero Miao-lo criKcó este tratado diciendo: «¿Cómo puede considerárselo un elogio sincero, cuando en él se transgrede la Ley?».80 Chia-hsiang, en realidad, era un detractor del Sutra del loto. Así pues, cuando fue vencido por T’ien-t’ai y le prestó servicio, dejó de disertar sobre dicha enseñanza. «Si disertara sobre el Sutra del loto — declaró—, no podría evitar volver a caer en los caminos del mal».

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Y durante siete años, hizo de su cuerpo un puente [para que T’ien-t’ai caminara sobre él]. En forma semejante, el gran maestro Tz’u-en escribió un comentario en diez volúmenes Ktulado Elogio a la profundidad del «Sutra del loto», pero el gran maestro Dengyo lo criKcó sentenciando: «Aunque él alaba el Sutra del loto, destruye su corazón».81 Si consideramos estos ejemplos atentamente, vemos que, de todos aquellos que leen el Sutra del loto y le cantan loas, hay muchos desKnados a caer en el infierno del sufrimiento incesante. Incluso hombres como Chiahsiang y Tz’u-en en realidad fueron detractores del vehículo único del Sutra del loto; si personas así denigraron la Ley, ¿cuánto más lo habrán hecho hombres como Kobo, Jikaku y Chisho, quienes no ocultaron su desprecio al Sutra del loto? Hubo personas como el gran maestro Chia-hsiang, quien dejó de disertar, disolvió la congregación de discípulos que se había formado a su alrededor y hasta usó su propio cuerpo como puente para T’ien-t’ai. Pero, en mi opinión, pese a estas acciones meritorias, sus faltas contra el Sutra del

loto no desaparecieron fácilmente. La muchedumbre que menospreció e insultó al bodhisayva Jamás Despreciar, aunque luego llegó a creer en sus enseñanzas y se convirKó a ellas, siguió cargando el peso de sus anteriores faltas y debió pasar mil kalpas en el infierno Avichi por esa causa. En consecuencia, si hombres como Kobo, Jikaku y Chisho hubieran disertado sobre el Sutra del loto, aun arrepinKéndose de sus errores, les habría sido didcil compensar sus graves faltas. Y desde luego, como bien sabemos, ninguno de ellos tuvo este cambio de acKtud. Antes bien, ignoraron por completo el Sutra del loto y pasaron día y noche enfrascados en las prácKcas de la escuela Palabra Ve rdade ra, y m añana y tarde , predicando sus doctrinas. Los bodhisayvas Vasubandhu y Ashvaghosha estuvieron a punto de cortarse la lengua por la falta que ambos habían comeKdo cuando siguieron las doctrinas del Hinayana y criKcaron al Mahayana. Vasubandhu declaró que, aunque los Sutras agama del Hinayana contenían palabras del Buda, no iba a permiKr que su lengua los pronunciara, ni en broma. Y 83


Ashvaghosha, en un acto de contrición, escribió El despertar de la fe en el Mahayana para refutar las enseñanzas del Hinayana. El gran maestro Chia-hsiang, a su vez, fue al encuentro del gran maestro T ’ i e n - t ’a i r o g a n d o p o r s u s disertaciones. En presencia de cien o más disKnguidos budistas, se arrojó al suelo y, derramando sudor por todo su cuerpo y lágrimas de sangre por los ojos, declaró que a parKr de ese momento no recibiría más a sus discípulos y dejaría de disertar sobre el Sutra del loto. Pues, como expresó: «Si frente a mis discípulos me pusiera a enseñar el Sutra del loto, ellos podrían suponer que he adquirido la capacidad de entender el sutra correctamente, cuando en realidad no es así». Chiahsiang era más eminente que T’ien-t’ai y contaba más años que él; sin embargo, en presencia de otros, con toda intención cargaba a T’ien-t’ai a las espaldas y lo transportaba a través del río. Cuando T’ien-t’ai se disponía a ascender a la plataforma de disertaciones, Chia-hsiang lo sujetaba por el espaldar y lo llevaba hasta arriba de este modo. Y cuando, tras la muerte de T’ien-t’ai, Chia-hsiang fue citado a

comparecer ante el emperador de la dinasea Sui,82 se dice que lo hizo llorando y arrastrando los pies como un niño que acabase de perder a su madre. Cuando se examina el Tratado sobre la profundidad del «Sutra del loto», del gran maestro Chia-hsiang, se ve que no es la clase de comentario que habla del Sutra del loto con ánimo de difamación. Sólo dice que, aunque el Sutra del loto y los demás sutras del Mahayana difieren en cuanto a la profundidad de sus enseñanzas, en su esencia todos son iguales. ¿Habrá sido esta declaración la causa por la cual se dice que esa obra calumnia la Ley? Tanto Ch’eng-kuan, de la escuela Guirnalda de Flores, como Shan-wuwei, de Palabra Verdadera, declararon que el Sutra del loto y el Sutra Mahavairochana revelaban los mismos principios. Por lo tanto, si al gran maestro Chia-hsiang se le atribuye la declaración injuriosa que acabo de citar, didcilmente el maestro del Tripitaka Shan-wu-wei pueda eludir una acusación semejante. En su juventud, el maestro del Tripitaka Shan-wu-wei fue soberano de un reino de la India central. Pero abdicó el trono 84


y viajó a otras Kerras, donde conoció a dos hombres llamados Shusho y Shodai, quienes le enseñaron el Sutra del loto.83 Construyó cientos y miles de stupas de piedra y dio la impresión de ser un devoto del Sutra del loto. Pero Kempo después, habiendo estudiado el Sutra Mahavairochana, al parecer llegó a la conclusión de que aquel era inferior a este úlKmo. Al principio no insisKó en este argumento; con todo, sí lo hizo después, cuando fue a la China y llegó a ser maestro del emperador Hsüan-tsung de la dinasea T’ang. Tal vez consumido por la envidia que le provocaba la escuela T’ien-t’ai, murió en forma repenKna y se vio sujeto por siete cadenas de hierro y arrastrado por dos guardianes del infierno a la corte de Yama, amo de los infiernos. Mas supo entonces que la duración de su vida no se había agotado, y que regresaría al mundo humano. Mientras permanecía en el infierno, sospechó que lo habían llevado ante Yama a causa de sus actos contra el Sutra del loto; por lo tanto, abandonó sin más trámite los mudras, mantras y métodos de concentración de la escuela Palabra Verdadera, y en cambio

entonó el pasaje del Sutra del loto que comienza: «Estos tres mundos son mis d o m i n i o s [ e s d e c i r, d e l b u d a Shakyamuni]»;84 esto hizo que se cortaran las cadenas que lo sujetaban y que pudiera retornar a la vida. En otra ocasión, la Corte Imperial le ordenó que recitara plegarias para hacer llover, y, por cierto, llovió en forma repenKna, sólo que al mismo Kempo se desató un violento huracán que causó graves daños al país. Y Kempo después, cuando en verdad murió, sus discípulos se reunieron en torno a su lecho de muerte y elogiaron la forma notable en que había fallecido, pero la verdad es que había caído en la gran ciudadela del infierno del sufrimiento incesante. Posiblemente se pregunten ustedes cómo supe todas estas cosas. Y yo respondo que, si e xa m i n a n s u b i o g ra d a , a l l í l o encontrarán escrito: «Si uno observa el cadáver de Shan-wu-wei, ve que este se encoge a medida que pasa el Kempo, que la piel se vuelve más negra y que los huesos quedan expuestos». 85 Los discípulos de Shan-wu-wei tal vez no supieron inferir de este indicio que su maestro había renacido en el 85


infierno después de la muerte; en cambio, creyeron que era manifestación de su virtud. Sin embargo, en la simple descripción, el biógrafo de Shan-wu-wei puso en evidencia sus graves faltas, al revelar que su cadáver se fue encogiendo con el paso de las horas, que la piel se ennegreció y que los huesos quedaron al descubierto. Las propias palabras de oro del Buda nos muestran que cuando la piel de una persona se vuelve negra después de la muerte, es señal de que alguna grave acción la ha condenado al infierno. ¿Qué fue lo que hizo el maestro del Tripitaka Shan-wu-wei, entonces, para condenarse al infierno? En su juventud, renunció al poder gubernamental; con ello mostró una incomparable determinación de buscar el Camino. Recorrió más de cincuenta territorios disKntos a través de la India, en el curso de su prácKca religiosa. Su abnegación ilimitada lo llevó, incluso, a internarse en la China. ¿Acaso no se debe a las virtudes de este hombre que las enseñanzas de Palabra Verdadera se hayan transmiKdo por la India, la China y el Japón, y por otras Kerras de J a m b u d v i p a , y q u e n u m e ro s o s

pracKcantes hagan repicar sus campanas a la hora de la oración? Aquellos a quienes preocupe su propio desKno después de la muerte tendrían que averiguar cuidadosamente por qué razón Shan-wu-wei cayó en el infierno. Y después tenemos al maestro del Tripitaka Chin-kang-chih, hijo del gobernante de un reino en la India meridional. Difundió en la China el Sutra de la corona de diamantes, y su virtud era comparable con la de Shanwu-wei. Él y Shan-wu-wei fueron como maestros el uno del otro. El maestro del Tripitaka Chin-kang-chih recibió la orden imperial de orar para producir lluvias. En el término de siete días, efecKvamente llovió, y el Emperador se mostró muy complacido. Pero, de pronto, se desataron fuertes vendavales. Entonces, el soberano y sus ministros, muy desencantados, despacharon hombres para que expulsaran a Chin-kang-chih del país; con todo, echando mano de un pretexto u otro, este consiguió permanecer en la China. Tiempo después, una de las hijas predilectas del Emperador cayó moribunda, y entonces a Chin-kangchih se le volvió a ordenar que orara, 86


esta vez por su recuperación. Escogió a dos niñas de siete años que prestaban servicio en la Corte como susKtutas de la dama enferma y mandó encender piras en torno a las pequeñas, que murieron quemadas. Fue un acto de terrible crueldad. Y además ineficaz, pues la hija del Emperador no conKnuó con vida. El maestro del Tripitaka Pu-k’ung había viajado a la China junto con Chin-kangchih.86 Pero tal vez asaltado por las sospechas que le habían inspirado los acontecimientos recientes, tras la muerte de Shan-wu-wei y de Chinkang-chih retornó a la India y se puso a estudiar de nuevo las doctrinas de la escuela Palabra Verdadera, esta vez bajo la instrucción de Nagabodhi. Por fin, decidió converKrse a las enseñanzas de la escuela T’ien-t’ai. Pero aunque en su fuero interno adoptó estas doctrinas, jamás lo dejó entrever en su conducta exterior. El Emperador también ordenó a Puk’ung que orara para que lloviese, lo cual ocurrió, en efecto, al tercer día. El Emperador se mostró saKsfecho y lo colmó de recompensas con sus propias manos. Pero poco después descendió de los cielos un terrible huracán que

causó estragos en el Palacio Imperial y derribó el ala desKnada a la nobleza más ilustre y a los altos ministros, y pareció que no quedaría en pie un solo edificio. Atónito, el soberano promulgó un edicto imperial ordenando que se elevaran plegarias para detener los fuertes vientos. Pero aunque cesaron brevemente, volvieron a soplar una y otra vez, hasta que, por fin, los vendavales se hicieron constantes, ininterrumpidos, por el término de varios días. Tiempo después, el gobierno envió emisarios para que expulsaran a Pu-k’ung del país, y sólo entonces el viento se aplacó. Los ventarrones perversos de estos tres hombres se han converKdo en el poderoso vendaval representado por los líderes de la escuela Palabra Verdadera, que hoy sopla en todo el territorio de la China y el Japón. Si es así, el gran vendaval que se produjo el duodécimo día del cuarto mes, undécimo año de Bun’ei (1274), debe de haber sido un viento adverso producido por Kaga Sello del Dharma del Centro Amida, uno de los sacerdotes más doctos del templo To-ji, cuando se puso a orar para que lloviera. Debemos concluir que las 87


malas enseñanzas de Shan-wu-wei, Chin-kang-chih y Pu-k’ung han sido transmiKdas sin la menor alteración. ¡Qué extraña coincidencia, en verdad! Ahora, pasemos al gran maestro Kobo. En ocasión de la gran sequía que hubo en el segundo mes del primer año de Tencho (824), el Emperador ordenó a Shubin que orara para producir lluvias y, en siete días, Shubin hizo que lloviera. Pero las precipitaciones sólo cayeron en la capital y no se extendieron a las zonas rurales. Entonces, Kobo recibió la orden de tomar a su cargo las oraciones para hacer llover. Pero pasaron siete días y no hubo resultado alguno. Transcurrió una semana más y el cielo ni siquiera se nubló. Al cabo de otros siete días, el Emperador ordenó a Wake no Matsuna que fuese al jardín de Shinsen’en87 a depositar ofrendas, tras lo cual hubo tres días de lluvias. Entonces, el gran maestro Kobo y sus discípulos se apropiaron del resultado y se lo atribuyeron, y desde hace más de cuatrocientos años se viene hablando de la «lluvia de Kobo». El gran maestro Jikaku dijo que había tenido un sueño, y que en ese sueño derribaba al Sol de un flechazo. Y el

gran maestro Kobo contó una gran menKra: sostuvo que, en la primavera del noveno año de la era Konin (818), cuando estaba orando para poner fin a una gran epidemia, el Sol salió en medio de la noche. Desde el kalpa de formación, cuando la Kerra cobró forma, hasta el noveno período de disminución,88 en el kalpa de conKnuación, han transcurrido veinKnueve kalpas. Pero en todo este Kempo, ¡nunca se ha sabido que el Sol saliese de noche! Y con respecto al sueño del gran maestro Jikaku sobre el Sol, ¿en qué parte de los cinco mil o siete mil volúmenes de escrituras budistas, en qué lugar de los más de tres mil volúmenes de literatura confuciana o taoísta está dicho que soñar con arrojar una flecha al Sol es un signo auspicioso? El rey de los asuras, enfurecido con la deidad Shakra, disparó una saeta a la Diosa del Sol, pero la flecha cayó y se le hundió al rey en el ojo. El rey Chou89 de la dinasea Yin disparó sus flechas al Sol tomándolo como blanco, y por fin fue destruido. En el Japón, durante el reinado del emperador Jimmu, un hermano mayor del soberano llamado Itsuse no Mikoto 88


combaKó contra el caudillo de Tomi,90 y en el transcurso de la batalla, a Itsuse no Mikoto le clavaron una flecha en la mano. «Soy descendiente de la Diosa del Sol —dijo—. Pero como tendí mi arco mirando al astro, he recibido de la deidad este casKgo». En la India, el rey Ajatashatru renunció a sus ideas erradas y decidió converKrse en seguidor del Buda. Regresó a su palacio y se echó a dormir, pero al poco Kempo despertó alarmado e informó a sus ministros: —¡He soñado que el Sol abandonaba el firmamento y caía sobre la Kerra! —Tal vez esto signifique la muerte del Buda —propusieron sus ministros. Subhadra91 también tuvo un sueño semejante justo antes de que el Buda falleciera. En el Japón, sería especialmente nefasto soñar que uno dispara a ese astro [como Jikaku dice haber hecho], ya que en este país la divinidad suprema es la Diosa del Sol, y el nombre del país, Japón, significa «origen del Sol». Además, el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, se denomina Simiente Solar porque su madre, la dama Maya, soñó que

concebía al Sol y, Kempo después, dio a luz a ese hijo, el Príncipe heredero. El gran maestro Jikaku estableció como objeto de devoción del monte Hiei a Mahavairochana El Que Así Llega y rechazó al buda Shakyamuni. Rindió honor a los tres sutras de la Palabra Verdadera y actuó como enemigo del Sutra del loto y de sus dos sutras subsidiarios. Esa fue, sin duda, la razón por la cual soñó que disparaba una flecha al Sol. En cuanto a la cuesKón de los sueños, también está el caso del sacerdote Shan-tao, en la China. De joven, conoció a un sacerdote llamado Mingsheng92 de Mi-chou, quien lo instruyó en el estudio del Sutra del loto. Sin embargo, Kempo más tarde, cuando conoció a Tao-ch’o, Shan-tao abandonó el Sutra del loto y depositó toda su confianza en el Sutra de la meditación. Incluso escribió un comentario sobre el sutra donde afirmaba que ni una sola persona en mil podía ser salvada mediante el Sutra del loto, mientras q u e l a p rá c K ca d e l N e m b u t s u aseguraba que diez personas de cada diez, y cien personas de cada cien renacerían en la Tierra Pura. Con el afán de demostrar esta aseveración, 89


oró ante el buda Amida para confirmar si sus ideas concordaban con el propósito del Buda. Su comentario sosKene: «Cada noche, en un sueño, aparecía un sacerdote y me indicaba qué escribir». Y: «Por lo tanto, este comentario debería ser respetado como si fuera el Buda». También afirma: «El Sutra de la enseñanza sobre la meditación también debe ser venerado como si fuera un sutra». En el Sutra del loto leemos: «Si hay personas que escuchan la Ley, ni una sola dejará de lograr la iluminación».93 Pero Shan-tao afirma que ni una sola en mil será salvada.94 El Sutra del loto y Shan-tao son tan disKntos entre sí como el fuego y el agua. Shan-tao declara que, con el Sutra de la meditación, diez personas de cada diez, y cien personas de cada cien, renacerán en la Tierra Pura. Pero en el Sutra de los infinitos significados, el Buda sosKene que en el Sutra de la meditación él «todavía no ha revelado la verdad».95 El Sutra de los infinitos significados y este sacerdote del Sauce96 están tan lejos el uno del otro como el cielo y la Kerra. En vista de todo esto, ¿realmente podemos creer que el buda Amida

adoptó la forma de un sacerdote y se presentó a Shan-tao en sueños para asegurarle que su comentario reflejaba la verdad? ¿Acaso Amida no formaba parte de la asamblea en la cual se predicó el Sutra del loto, y acaso no extendió su lengua junto a los demás budas para tesKmoniar la veracidad del sutra? ¿No estuvieron allí presentes, también, sus asistentes, los bodhisayvas Percibir los Sonidos del Mundo y Gran Poder, durante la prédica del Sutra del loto? Las respuestas a estas preguntas son evidentes; del mismo modo, si nos detenemos a pensarlo, vemos que el sueño de Jikaku fue un portento del mal. Pregunta: El gran maestro Kobo, en su obra La llave secreta del «Sutra del corazón», escribe: «En la primavera del noveno año de Konin, el imperio se vio afectado por una grave plaga. Al ver esta calamidad, el Emperador en persona humedeció su pincel de escritura en oro, tomó un rollo de papel de color índigo y copió allí, en un solo rollo, el Sutra del corazón. El Emperador me había dado la responsabilidad de disertar sobre ese sutra. Habiendo compilado mis 90


explicaciones sobre su significado, [aún me encontraba dando las conferencias, pero] sin haber llegado todavía a las conclusiones finales, de pronto las calles comenzaron a llenarse de personas que se habían recuperado de la plaga. Más aún, cuando oscureció, el Sol siguió resplandeciendo, rojo y brillante. »Esto, por cierto, no se debió a ninguna observancia virtuosa de los preceptos que hubiese realizado un individuo ignorante como yo, sino más bien al poder de la fe desplegada por el soberano, como un rey que hace girar la rueda de oro.97 No obstante, los que van a orar a los santuarios de las deidades deberían recitar este comentario de mi autoría. Pues yo estuve presente en el Pico del Águila, antaño, cuando el Buda predicó el Sutra del corazón, y personalmente lo escuché exponer sus profundas doctrinas. ¿Cómo, entonces, podría no entender su significado?». Además, en la obra Ktulada Comentario sobre el «Sutra del pavo real», leemos: «Cuando el gran maestro Kobo regresó de la China, quiso establecer en el Japón la escuela Palabra Verdadera; de tal suerte, se

convocó ante la Corte a representantes de diversas escuelas. Pero muchos de ellos tenían dudas acerca de la doctrina expuesta por la escuela Palabra Verdadera sobre el logro de la Budeidad con la forma que uno posee. Entonces, el Gran Maestro formó con sus manos el mudra de la sabiduría mirando al sur. De pronto, abrió la boca y se convirKó en el buda Mahavairochana de color dorado. Es decir que retornó a su forma original. De ese modo, demostró que el Buda está presente en el individuo y que el individuo está presente en el Buda, y que uno puede, de inmediato, lograr la Budeidad con la forma dsica que posee. Ese día, se disiparon por completo todas las dudas sobre la cuesKón. Y a parKr de ese momento, quedó establecida la escuela Palabra Verdadera o Yoga,98 con sus doctrinas de mandalas secretos». En la misma obra se expone: «En ese momento, todos los estudiosos de las otras escuelas se inclinaron a favor de la opinión del gran maestro Kobo y, por primera vez, recibieron instrucción sobre las doctrinas de Palabra Verdadera, buscaron su beneficio y las pracKcaron. Dosho, de la escuela Tres 91


Tratados; Gennin, de la escuela CaracterísKcas del Dharma; Doyu,99 de la escuela Guirnalda de Flores, y Encho, de la escuela Tendai, se contaron entre ellos». Por añadidura, la biograda del Gran Maestro describe: «El día en que se embarcó desde la China, hizo una predicción: “Si hubiera un punto parKcularmente adecuado para la enseñanza de estas doctrinas que he aprendido, ¡que allí caiga y lo señale este mazo de diamante de tres puntas!”. A conKnuación miró en dirección al Japón y arrojó el mazo a los vientos. Y este remontó vuelo y desapareció entre las nubes. En el décimo mes, Kobo regresó al Japón». La misma obra señala: «Viajó a las estribaciones del monte Koya y determinó establecer allí su lugar de meditación. [...] Luego, se descubrió que el mazo de diamante de tres puntas que había arrojado a través del mar se encontraba allí, en esa montaña». A juzgar por estos dos o tres incidentes, el gran maestro Kobo fue una persona de inesKmable poder y virtud. Ya que fue un hombre tan poderoso, ¿por qué dice que uno no debería creer en sus

enseñanzas y que todo aquel que lo haga caerá en el infierno Avichi? Respuesta: Yo también admiro estos logros de Kobo y creo en ellos. Hay otros hombres de la AnKgüedad que tuvieron estos poderes asombrosos. Pero la posesión de tales facultades no significa que esa persona tenga una comprensión correcta de las enseñanzas budistas. Entre los creyentes no budistas de la India hubo hombres capaces de introducir en un oído todas las aguas del río Ganges y mantenerlas allí durante doce años, o personas que podían tragarse toda el agua del océano, aferrar el Sol y la Luna en sus manos, o converKr a los discípulos del buda Shakyamuni en bueyes o carneros. Pero tales poderes sólo sirvieron para acentuar más aún su arrogancia y agravar más aún su karma negaKvo, lo cual los confinó a los sufrimientos del nacimiento y la muerte. A hombres como estos se refería T’ien-t’ai cuando expresó: «Van en pos de fama y de riquezas, y aumentan sus ilusiones del pensamiento y del deseo».100 El sacerdote chino Fa-yün, del templo Kuang-che-ssu, tenía el don de hacer llover al instante; también provocaba la 92


floración de las plantas de inmediato. Pero Miao-lo escribe acerca de él: «Aunque fue capaz de provocar semejante respuesta, su comprensión no concuerda con la verdad [del Sutra del loto]».101 Cuando el gran maestro T’ien-t’ai leyó el Sutra del loto, al instante comenzó a caer una agradable llovizna, y el gran maestro Dengyo hizo que lloviera dulcemente en el término de tres días. Sin embargo, no dijeron que su comprensión de la verdad fuese coincidente con la del Buda a causa de semejantes poderes. Cualesquiera hayan sido los inusitados poderes del gran maestro Kobo, él declaró que el Sutra del loto era una doctrina de teorías pueriles y escribió que el buda Shakyamuni todavía se encontraba en la región de la oscuridad. Las personas de sabiduría y de comprensión no deberían involucrarse con estos escritos bajo ningún concepto. Diga lo que diga, es seguro que hay puntos dudosos en los relatos que usted acaba de citar sobre los poderes de Kobo. El texto afirma: «En la primavera del noveno año de Konin, el imperio se vio afectado por una grave plaga». Pero la primavera dura noventa

días.102 ¿En cuál día de qué mes vernal ocurrió esto? He aquí el primer punto cuesKonable. En segundo lugar, ¿hubo en realidad una plaga en el noveno año de Konin? En tercer término, el texto sosKene: «El Sol siguió resplandeciendo, rojo y brillante». Si en verdad fue así, estamos ante un hecho de no poca importancia. Durante el noveno año de Konin, reinó el emperador Saga. Pero ¿registraron algún hecho de esta naturaleza los historiadores de la Corte, de la Izquierda y de la Derecha?103 Aunque lo hubieran hecho, sería didcil de creer. Durante los veinte kalpas del kalpa de formación y los nueve kalpas del kalpa de conKnuación —es decir, un total de veinKnueve kalpas—, ni una sola vez aconteció nada semejante. ¿Qué es esto de que el Sol haya salido en mitad de la noche? En todas las enseñanzas sagradas expuestas por Shakyamuni El Que Así Llega durante su existencia, no se menciona nada semejante. Y en los Tres registros y en los Cinco cánones de la China, que describen a los Tres Soberanos y los cinco emperadores de la AnKgüedad, no se predice que el Sol vaya a salir en mitad de la noche, en ninguna época 93


futura. En las escrituras budistas, leemos que en el kalpa de declinación, se verán dos, tres y hasta siete soles. Pero siempre en horas diurnas, y jamás de noche. Y si el Sol llegase a aparecer de noche en nuestra propia región, el conKnente meridional de Jambudvipa, ¿qué hay de las otras tres regiones, situadas al este, al oeste y al norte? Al margen de todo lo que puedan decir las escrituras budistas o las obras seculares acerca de un caso como ese, tal vez podríamos darle crédito, si en verdad exisKera alguna mención en los registros diarios de las cortes, de las otras familias de la capital o de los sacerdotes del monte Hiei, donde constara que el Sol salió de noche en la primavera del noveno año de Konin, en tal día de tal mes, a tales horas nocturnas. [Pero no existe ningún registro semejante.] Más adelante, el texto señala: «Pues yo estuve presente en el Pico del Águila, antaño, cuando el Buda predicó el Sutra del corazón, y personalmente lo escuché exponer sus profundas d o c t r i n a s » . E sto e s , co n to d a seguridad, una disparatada menKra, pergeñada para hacer que la gente tenga fe en su comentario. Si no,

¿hemos de creer que el Buda, en el Pico del Águila, anunció que el Sutra del loto era un conjunto de teorías pueriles y que el Sutra Mahavairochana representaba la verdad? ¿Y que Ananda y Manjushri se equivocaron sin más al decir que el Sutra del loto de la Ley prodigiosa representaba la verdad? En lo que concierne a hacer llover, hasta una mujer de vida licenciosa y un sacerdote que no observaba los preceptos104 pudieron provocar lluvias con sus poemas. Sin embargo, Kobo oró durante veinKún días y ni siquiera así hizo llover. ¿Qué clase de poderes pudo haber tenido? Este es el cuarto punto en duda. El Comentario sobre el «Sutra del pavo real» declara: «El Gran Maestro [Kobo] formó con sus manos el mudra de la sabiduría mirando al sur. De pronto, abrió la boca y se convirKó en el buda Mahavairochana de color dorado». Pues bien, ¿en qué año del reinado de qué soberano ocurrieron estos hechos? En la China, desde los Kempos de la era Chien-yüan (140-134 a. C.), y en el Japón, desde la era Taiho (701-704), en los registros de los hechos históricos llevados por sacerdotes y laicos, los acontecimientos importantes siempre 94


han sido acompañados por el nombre de la era en la cual han tenido lugar. Con un acontecimiento tan importante como el descrito, ¿por qué no se menciona quién era el soberano, quiénes eran sus altos ministros, en qué era sucedieron los hechos, qué día y a qué horas? El pasaje conKnúa citando: «Dosho, de la escuela Tres Tratados; Gennin, de la escuela CaracterísKcas del Dharma; Doyu, de la escuela Guirnalda de Flores, y Encho, de la escuela Tendai, se contaron entre ellos» [así como los que aprendieron de Kobo las doctrinas de la escuela Palabra Verdadera]. A Encho se lo conoce con el nombre póstumo de gran maestro Jakko; fue segundo prior de la escuela Tendai. Ahora bien, en esa época, ¿por qué no fueron invitados a parKcipar Gishin —el primer prior de dicha escuela— ni el gran maestro Dengyo, su fundador? Encho, segundo prior de la escuela Tendai, era discípulo del gran maestro Dengyo, pero también lo fue del gran maestro Kobo. En vez de invitar a un discípulo o en vez de convocar a hombres de las escuelas Tres Tratados, CaracterísKcas del Dharma y Guirnalda de Flores, ¿por qué Kobo no invitó a las

dos figuras más eminentes de la escuela Tendai: Dengyo y Gishin? Acerca de la época en que dichos hombres fueron invitados, el Comentario sobre el «Sutra del pavo real» señala: «A parKr de ese momento, quedó establecida la escuela Palabra Verdadera o Yoga, con sus doctrinas de mandalas secretos». El párrafo parece aludir a una época en la cual tanto Dengyo como Gishin todavía vivían. Desde el segundo año de Daido ( 8 0 7 ) , d u ra n t e e l re i n a d o d e l emperador Heizei, hasta el decimotercer año de Konin (822) [en que Dengyo murió], Kobo desplegó una intensa acKvidad propagando las doctrinas de la escuela Palabra Verdadera; durante ese período tanto Dengyo como Gishin aún vivían. Es más, Gishin murió en el décimo año de Tencho (833). ¿Acaso en esa época aún no se habían difundido las enseñanzas de Kobo sobre la escuela Palabra Verdadera? Todo el asunto resulta muy extraño. El Comentario sobre el «Sutra del pavo real» fue escrito por Shinzei,105 discípulo de Kobo. Por lo tanto, cuesta dar crédito a lo que sosKene. ¿Es probable que un hombre así, de ideas 95


tan distorsionadas, se haya tomado la molesKa de leer los escritos de letrados de la Corte, de otras familias prominentes o de Encho para basar en ellos sus aseveraciones? Habría que leer, también, los escritos de Dosho, Gennin y Doyu, para ver qué dicen ellos sobre esta cuesKón. El texto sosKene: «De pronto, abrió la boca y se convirKó en el buda Mahavairochana de color dorado». ¿Qué quiere decir la expresión «abrió la boca»? Probablemente, el autor haya querido escribir los ideogramas que significan «el entrecejo»,106 pero, por error, incluyó los caracteres con que se escribe «boca». Dado que su libro es una obra de invención, es probable que haya comeKdo errores de esta naturaleza. El pasaje sigue diciendo: «Entonces, el Gran Maestro formó con sus manos el mudra de la sabiduría mirando al sur. De pronto, abrió la boca y se convirKó en el buda Mahavairochana de color dorado». Ahora bien, en el quinto volumen del Sutra del nirvana leemos: «Kashyapa habló al Buda y dijo: “Honrado por el Mundo, ya no seguiré a las cuatro clases de venerables. ¿Por qué? Porque

en el Sutra Ghoshila, que el buda predicó en bien de Ghoshila,107 se dice que el Rey Demonio de los Cielos se converKrá en alguien semejante al Buda, en su resuelto afán de destruir las enseñanzas budistas. Exhibirá los treinta y dos rasgos, y las ochenta caracterísKcas de un buda, y adoptará un aspecto dsico imponente; en su cabeza brillará un nimbo refulgente que irradiará luz a tres metros de distancia en todas las direcciones. Y su rostro será redondo y lleno, como el plenilunio en su punto culminante, y el mechón blanco de su entrecejo será más blanco que la nieve. [...] De su flanco izquierdo brotará agua; de su lado derecho saldrá fuego”». Además, en el sexto volumen del Sutra del nirvana se lee: «El Buda anunció a Kashyapa: “Cuando yo haya entrado en el nirvana [...] este demonio, el rey Papiyas, con el Kempo tratará de destruir mi enseñanza correcta. [...] Cambiará de forma y adoptará la de un arhat o un buda. El Rey Demonio, aun sujeto a la ilusión, adoptará la forma de alguien libre de ilusiones e intentará destruir mi enseñanza correcta”». El gran maestro Kobo declaró que, en comparación con el Sutra de la 96


guirnalda de flores y el Sutra Mahavairochana, el Sutra del loto era un conjunto de teorías pueriles. Y ese mismo hombre, se nos dice, cobró la forma de un buda. Ha de ser el demonio que, como indica el Sutra del nirvana, cambiará su forma aún sujeta a la ilusión y adoptará la de un buda, con el afán de destruir la enseñanza correcta de Shakyamuni. Esa «enseñanza correcta» a la cual se refiere el Sutra del nirvana es el Sutra del loto. Por lo tanto, más adelante, en el Sutra del nirvana, leemos las palabras: «Ya ha pasado largo Kempo desde que logré la Budeidad». El texto también señala: «[Cuando este sutra {del Nirvana} se predicó,] en el Sutra del loto [ya se había predicho que los ocho mil discípulos que escuchaban la voz lograrían la Budeidad]». Shakyamuni, Muchos Tesoros y los b u d a s d e l a s d i ez d i re c c i o n e s declararon con respecto a los diversos sutras que el Sutra del loto representaba la verdad; que el Sutra Mahavairochana y todas las demás enseñanzas no representaban la verdad. Sin embargo, el gran maestro Kobo se mostró con la apariencia de un buda y anunció que el Sutra del loto,

comparado con el Sutra de la guirnalda de flores y con el Sutra Mahavairochana, era una obra de teorías pueriles. Si las palabras del Buda son ciertas, en tal caso Kobo no puede ser otro más que el Rey Demonio de los cielos, ¿no es así? Otra cuesKón parKcularmente sospechosa es la del mazo de diamante de tres puntas. Resultaría didcil de creer, aun cuando un chino [ignorante de las circunstancias] hubiera venido al Japón y hubiese acertado a desenterrar aquí el mazo por ventura. Con seguridad, habrá enviado antes a alguien para depositarlo en un lugar determinado. Dado que Kobo era japonés, pudo haber arreglado algo semejante. Hubo muchas otras historias absurdas y disparatadas relacionadas con su nombre. Tales incidentes apenas brindan respaldo a la aseveración de que sus enseñanzas concuerdan con la voluntad del Buda. Así pues, las doctrinas de las escuelas Palabra Verdadera, Zen y Nembutsu se propagaron y prosperaron en el Japón. Con el Kempo, Takahira, emperador reKrado de Oki y octogésimo segundo soberano, comenzó a hacer m o v i m i e n t o s p a ra d e r ro c a r a l 97


administrador actuante.108 Como era el soberano y el líder de la nación, el pueblo suponía que, aun sin ayuda, le sería tan fácil como a un león perseguir una liebre o a un halcón atrapar un faisán. Además, desde hacía varios años, se venían haciendo peKciones en el monte Hiei, en los templos de To-ji y Onjo-ji, y en los siete templos principales de Nara, y elevándose ruegos a la Diosa del Sol, al gran bodhisayva Hachiman y a las deidades de los santuarios de Sanno, Kamo y Kasuga,109 pidiendo que los enemigos del Emperador fuesen vencidos y que las deidades brindaran su ayuda. Sin embargo, cuando la guerra estalló, las fuerzas imperiales no pudieron resisKr más de dos o tres días. Por fin, los tres emperadores reKrados fueron exiliados a las provincias de Sado, Awa y Oki, respecKvamente,110 donde concluyeron su vida. Además, el prelado de Omuro,111 que encabezaba las oraciones para derrotar a los enemigos de la Corte, fue expulsado del templo To-ji; y su favorito, el paje Setaka,112 que era la luz de sus ojos, murió decapitado. De ese modo, tal como afirma el Sutra del loto, las maldiciones en úlKma

instancia «recayeron en aquellos que las habían generado».113 Pero esto es un asunto de poca monta, comparado con lo que vendrá. De aquí en adelante, no tengo dudas de que los oficiales y los incontables habitantes del Japón sin falta habrán de sufrir la misma suerte que un pajar al que se arroja una antorcha, y serán como montañas que se desploman y llenan de rocas los valles, pues nuestro país será atacado por enemigos extranjeros. Yo, Nichiren, soy la única persona en todo el Japón que comprende por qué ocurrirán estas cosas. Pero si hablo, seré tratado como el rey Chou de la dinasea Yin trató a Pi Kan, cuyo pecho abrió de un tajo; como el rey Chieh de la dinasea Hsia trató a Kuan Lung-feng, a quien decapitó; o como el rey Dammira trató al honorable Aryasimha, cuya cabeza cercenó. Seré desterrado como el sacerdote Chu Tao-sheng o marcado en el rostro como el maestro del Tripitaka Fa-tao. Sin embargo, en el Sutra del loto está escrito: «No nos preocupa el cuerpo o la existencia; sólo vivimos pendientes del Camino insuperable».114 Y el Sutra del nirvana advierte: «[Es como un enviado real que] finalmente no calla 98


ninguna de las palabras de su soberano, aunque ello le cueste la vida». Si en esta existencia actual, por miedo a perder la vida, no digo lo que debo, ¿en qué otra existencia futura podré lograr la Budeidad? ¿En qué existencia futura podré dar la salvación a mis padres y a mi maestro? Con pensamientos como estos en primer plano, decidí que debía empezar por decir lo que debía. Tal como esperaba, fui expulsado, calumniado, atacado y herido. Por fin, el duodécimo día del quinto mes, primer año de la era Kocho (1261), con el signo cíclico kanoto-tori, fui objeto de la ira de las autoridades, quienes me desterraron a Ito, en la provincia de Izu. Al cabo de un Kempo, el vigésimo segundo día del segundo mes, tercer año de Kocho, signo cíclico mizunoto-i, fui indultado y pude regresar. Después de eso, resolví más que nunca que lograría la Budeidad y seguiría esgrimiendo la palabra. En consecuencia, las dificultades que afronté fueron cada vez más graves, como las olas gigantescas que provoca una borrasca. Experimenté con mi propio cuerpo la clase de ataque con

palos y espadas que había soportado el bodhisayva Jamás Despreciar en Kempos pretéritos. Parecería incluso que ni siquiera las persecuciones sufridas por el monje Concreción de la Virtud en la úlKma época tras la muerte del buda Alegría Creciente podrían compararse con mis tribulaciones. Ni un solo día, ni una sola hora, pude hallar un lugar donde descansar a salvo en las sesenta y seis provincias, y en las dos islas costeras del Japón. Hoy, cuando toman conocimiento de Nichiren, hablan mal de él incluso hombres venerables que perseveran en su prácKca con la misma seriedad con que lo hizo Rahula en las épocas anKguas y que observan los doscientos cincuenta preceptos en su totalidad, o incluso hombres sabios como Purna. E incluso sabios honestos y rectos como los oficiales de la corte Wei Cheng115 y Fujiwara no Yoshifusa,116 cuando ven a Nichiren olvidan toda razón y lo tratan injustamente. ¡Cómo no harán lo mismo las personas comunes de nuestra época! Se comportan como perros cuando ven un mono, o como cazadores tras las huellas de un venado. En todo el Japón, 99


no hay una sola persona que diga: «Tal vez este hombre tenga razones que fundamenten su conducta». Pero todo esto es de esperar. Pues cada vez que me cruzo con una persona que recita el Nembutsu, le digo que los que creen en el Nembutsu caerán en el infierno del sufrimiento incesante. Cada vez que me encuentro con una persona que honra las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera, le digo que es una doctrina perversa que destruirá la nación. Y al gobernante del país, que pracKca la escuela Zen, le declaro que el Zen es un invento del demonio celesKal. Ya que yo mismo me ocasiono estas tribulaciones en forma voluntaria y consciente, cuando los otros me insultan no los reprendo. Y aunque quisiera hacerlo, de todas formas son demasiados. Cuando me azotan, no siento dolor, pues desde el primer momento me he venido preparando para esos golpes. Así, avancé con energía cada vez más firme y con preocupación cada vez menor por mi seguridad personal, tratando de persuadir a otros a que modificaran sus creencias. A raíz de este esfuerzo, varios cientos de

sacerdotes del Zen, varios miles de creyentes del Nembutsu e incluso un número mayor de maestros de Palabra Verdadera han acudido al magistrado o a los jefes de los clanes poderosos, a sus esposas o a sus viudas converKdas en monjas laicas, y les han llenado la cabeza con un sindn de calumnias referidas a mí. Por fin, todos quedaron convencidos de que yo era el más inveterado perpetrador de faltas de todo el país, ya que en mi condición de sacerdote estaba pronunciando rezos y conjuros por la destrucción del Japón, y había informado que los difuntos sacerdotes laicos del Saimyo-ji y del Gokuraku-ji se encontraban en el infierno del sufrimiento incesante. Las viudas consagradas a la vida como monjas laicas recalcaron que no era necesario efectuar invesKgación alguna; antes bien, lo mejor era decapitarme de inmediato y condenar a mis discípulos a la misma suerte, o bien al desKerro en lejanas provincias o a la reclusión. Tan intensa era su furia, que lograron dar curso veloz a sus demandas de casKgo. La noche del duodécimo día del noveno mes, octavo año de Bun’ei 100


(1271), con el signo cíclico kanotohitsuji, debí haber sido decapitado en Tatsunokuchi, provincia de Sagami. Pero, por cierta razón, la ejecución fue pospuesta y, esa noche, fui llevado a un lugar conocido como Echi. La noche del decimotercer día hubo un encendido clamor, pues la gente comentaba que yo había sido indultado. Pero, una vez más, por razones que no están claras, se me ordenó marchar al desKerro en la provincia de Sado. Mientras la muchedumbre especulaba cada día con la posibilidad de que yo fuera ejecutado, fueron transcurriendo para mí cuatro años117 en Sado. Entonces, fui indultado, el decimocuarto día del segundo mes, undécimo año de Bun’ei, con el signo cíclico kinoe-inu. El vigésimo sexto día del tercer mes de ese mismo año, volví a Kamakura, y el octavo día del cuarto mes, me reuní con Hei no Saemon-nojo. Respondí sobre diversas cuesKones y le informé que, en el plazo de un año, los mongoles invadirían el Japón sin falta. Después, el duodécimo día del quinto mes, me marché de Kamakura y llegué a esta montaña donde hoy vivo. Hice todas estas cosas sólo para saldar lo que debo a mis padres, lo que debo

a mi maestro, lo que debo a los tres tesoros del budismo y lo que debo a mi país. En bien de todos ellos, estuve dispuesto a destruir mi cuerpo y a renunciar a la vida, aunque en definiKva, como se ve, después de todo no fui ejecutado. Si un sabio intenta tres veces adverKr a los gobernantes de la nación y estos se niegan a escuchar sus consejos, debe reKrarse a un bosque de montaña. Decidí seguir esta costumbre, que data de viejas épocas, y actuar en consecuencia. Estoy seguro de que el mérito que adquirí a través de mi lucha es reconocido por todos, desde los tres tesoros hasta Brahma, Shakra y las deidades del Sol y de la Luna. A través de esta virtud, seguramente conduciré a la iluminación a mis padres y a mi fallecido maestro Dozen-bo. Pero hay ciertas dudas que me afligen. El honorable Maudgalyayana intentó salvar a su madre, Shodai-nyo, pero no pudo lograrlo, y ella tuvo que permanecer en el reino de las enKdades hambrientas. El monje Sunakshatra fue hijo del Gran Iluminado Honrado por el Mundo, pero sin embargo cayó en el infierno Avichi. 101


Así pues, aunque uno ejerza un supremo esfuerzo por salvar a otros, es muy didcil evitarles la retribución kármica que ellos mismos han generado en su propia vida. El fallecido Dozen-bo me trató como a uno de sus discípulos favoritos; por eso, no puedo creer que haya albergado senKmientos de odio hacia mí. Pero era un hombre apocado, y nunca se avino a abandonar su posición en el templo en que vivía, el Seicho-ji. Además, temía las represalias que pudiese tomar Kagenobu, el administrador de la región, si se decidía a seguir mis enseñanzas. En Seicho-ji, por otro lado, debía vivir rodeado de sacerdotes como Enchi y Jitsujo, malos como Devadaya o Kokalika, que lo someean a sus inKmidaciones. Todo esto lo hizo más temeroso que nunca. Como resultado, se volvió sordo a los discípulos de toda una vida a quienes tanto apreciaba. Me pregunto qué será de este hombre en su próxima existencia. Hay algo que corresponde agradecer. Kagenobu, Enchi y Jitsujo murieron antes que Dozen-bo, y esto en cierto modo ayudó. Todos esos hombres fallecieron en forma prematura por

intervención de las diez demonios, funciones protectoras del Sutra del loto. Y a parKr de la muerte de estas personas, Dozen-bo comenzó a albergar cierta fe en el Sutra del loto. Así y todo, fue como armarse de un palo cuando la pelea ya ha acabado o como encender un farol a plena luz del día: el Kempo propicio ya había pasado. Además, aun en las peores circunstancias, uno debe senKr compasión por sus hijos o sus discípulos, y velar por ellos. Dozen-bo no era un hombre carente de recursos. Y sin embargo, durante mi desKerro en la remota provincia de Sado ni una sola vez intentó visitarme. Esta no es, de ningún modo, la conducta de alguien que cree en el Sutra del loto. Pese a todo ello, pensé mucho en él, y cuando me enteré de su muerte, sene la necesidad de correr a su tumba, inclinarme ante ella y recitar un volumen del Sutra del loto en su memoria, aunque tuviera que caminar a través del fuego o abrirme paso entre las aguas. Sin embargo, suele suceder que aunque los sabios no se consideran 102


personalmente distanciados o reKrados del mundo, el resto de la gente sí supone que lo están. Por eso, si un sabio sale corriendo de su reKro por cualquier moKvo que no sea de absoluta necesidad, los demás deducen que ha fracasado en su propósito. Así las cosas, sene que no podía visitar su tumba, pese a lo mucho que quería hacerlo. Ustedes dos, Joken-bo y Gijo-bo, fueron mis maestros en mi juventud. S o n co m o l o s a d m i n i st ra d o re s sacerdotales Gonso y Gyohyo, que siendo al comienzo mentores del gran maestro Dengyo, luego se convirKeron en sus discípulos. Cuando Kagenobu se propuso hacerme daño y sene que debía irme del monte Kiyosumi [donde está emplazado el templo Seicho-ji], ustedes me ayudaron a escapar en secreto. Han prestado un servicio incomparable al Sutra del loto. No puede haber duda de las recompensas que les esperan cuando vuelvan a nacer. Pregunta: De los ocho volúmenes y los veinKocho capítulos que consKtuyen la totalidad del Sutra del loto, ¿qué parte representa el verdadero corazón de la obra?

Respuesta: El corazón del Sutra de la guirnalda de flores es su etulo: Sutra de la guirnalda de flores del buda Grande e Inmenso. El corazón del Sutra agama yace en su etulo: Sutra agama de mediana extensión tal como lo expresó el Buda. El corazón del Sutra de la gran compilación existe en su etulo: Gran sutra correcto e igual de la gran compilación. El corazón del Sutra de la sabiduría palpita en su etulo: Sutra de la gran perfección de la sabiduría. El corazón del Sutra en dos volúmenes está en su etulo: Sutra del buda Vida Infinita tal como lo expresó el Buda. El corazón del Sutra de la meditación existe en su etulo: Sutra de la meditación sobre el buda Vida Infinita tal como lo expresó el Buda. El corazón del Sutra Amida es su etulo: Sutra Amida tal como lo expresó el Buda. El corazón del Sutra del nirvana se encuentra en su etulo: Sutra Mahaparinirvana. Y lo mismo sucede con todos los sutras. El daimoku o etulo, que aparece antes de las palabras «Esto es lo que escuché», es en todos los casos el verdadero corazón del sutra. Y esto es válido ya sea que se trate de sutras del Mahayana o del Hinayana. En lo que 103


concierne al Sutra Mahavairochana, al Sutra de la corona de diamantes, al Sutra del susiddhikara y a los demás, en todos los casos el etulo consKtuye su corazón. Lo mismo cabe decir de los budas. En el caso de Mahavairochana El Que Así Llega, el buda Brillante como el Sol y la Luna, el buda Antorcha Ardiente, el buda Excelencia de la Gran Sabiduría Universal, el buda Rey del Sonido del Trueno Nebuloso y todos los budas, el nombre conKene en sí las diversas virtudes que caracterizan a ese buda en parKcular. Lo mismo se aplica, entonces, al Sutra del loto. Los cinco caracteres Myohorenge-kyo que anteceden a las palabras iniciales «Esto es lo que escuché» abarcan el verdadero corazón de los ocho volúmenes de la obra. Es más, ellos son el corazón de todos los sutras, y la enseñanza correcta que se erige sobre todos los budas y bodhisayvas, sobre las personas de los dos vehículos, sobre todos los seres celesKales y humanos, los asuras y las deidades dragonas. Pregunta: Si una persona entona Nammyoho-renge-kyo sin entender su significado, y otra persona recita las p a l a b ra s N a m u - d a i h o ko - b u t s u -

kegonkyo («Devoción al Sutra de la guirnalda de flores del buda Grande e Inmenso») sin entender lo que ellas significan, ¿el mérito adquirido por ambas personas sería igual o uno sería superior al otro? Respuesta: Uno obtendría mayor mérito que el otro. Pregunta: ¿Por qué lo dice? Respuesta: Un riachuelo puede dar cabida a las aguas procedentes del rocío y de arroyos, verKentes, pozos y pequeños torrentes, pero no puede albergar el caudal de un gran río. Un gran río puede dar cabida a las aguas de un riachuelo, con su rocío, sus arroyos y sus demás tributarios, pero no puede contener el agua del gran océano. Ahora bien, los Sutras agama son como el riachuelo con sus fuentes, arroyos, vados y rocío, mientras que los sutras del período Correcto e Igual, el Sutra Amida, el Sutra Mahavairochana y el Sutra de la guirnalda de flores son como el gran río que acepta las aguas del riachuelo. Pero el Sutra del loto es como el gran océano que puede recibir las aguas del rocío, de los arroyos y corrientes, de las fuentes y riachuelos, de los grandes ríos y de la lluvia que

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cae del cielo, sin que se le escape una sola gota. Supongamos que alguien arde de fiebre. Si se sienta al lado de un gran volumen de agua fría y permanece allí durante un Kempo, la fiebre disminuirá. Pero si se queda al lado de una pequeña canKdad de agua, seguirá sufriendo igual que antes. De la misma forma, si un icchanKka o persona de incredulidad incorregible, que ha comeKdo las cinco faltas capitales y ha denigrado la Ley, intentara refrescarse frente a pequeñas canKdades de agua como el Sutra de la guirnalda de flores, los Sutras agama, el Sutra de la meditación y el Sutra Mahavairochana, la fiebre galopante producida por sus graves faltas jamás descendería. Pero si se tendiera sobre la gran montaña nevada del Sutra del loto, al instante desaparecería la intensa fiebre causada por las cinco faltas capitales, sus actos contra la Ley y su incredulidad incorregible. Por lo tanto, las personas ignorantes deberían, por todos los medios, tener fe en el Sutra del loto. Pues aunque uno crea que todos los etulos de los sutras son prácKcamente iguales y que es tan fácil entonar uno como otro, ¡en

realidad el mérito que adquiere un hombre ignorante cuando recita el etulo del Sutra del loto es muy superior al que adquiere un hombre sabio al recitar cualquier otro etulo, del mismo modo que el cielo, sin duda, está por encima de la Kerra! Para dar un ejemplo, ni siquiera una persona de gran fuerza dsica puede romper una gruesa cuerda con las manos desnudas. Pero si Kene un pequeño cuchillo, hasta una persona poco fuerte podrá cortar la cuerda con facilidad. Con una espada desafilada, ni siquiera un individuo robusto podrá cortar un gran trozo de piedra dura. Pero, con una espada filosa, hasta un hombre débil cortará la piedra en dos. O, para dar otro ejemplo, si uno está enfermo y toma un remedio, sanará, aunque no sepa lo que el medicamento conKene. Pero si ingiere un alimento cualquiera, jamás recobrará la salud. En el mismo tenor, un elixir es capaz de prolongar la vida, pero un remedio común, aun siendo apto para curar enfermedades, no sirve para extender la duración de nuestra existencia. Pregunta: De los veinKocho capítulos del Sutra del loto, ¿cuál es el más

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esencial y el que representa su corazón? Respuesta: Algunos dicen que cada capítulo es esencial en relación con el tema que trata. Otros sosKenen que los capítulos «Medios hábiles» y «Duración de la vida» son el corazón, o que cada uno de ellos lo es por sí solo. Para unos, el corazón es la frase que dice que los budas abren la puerta de la sabiduría de buda a todos los seres vivos, la revelan, les hacen tomar conciencia de ella y los instan a entrar en su camino;118 otros afirman que el corazón es el pasaje sobre el «verdadero aspecto de todos los fenómenos».119 Pregunta: ¿Cuál es su opinión? Respuesta: Creo que las palabras Nammyoho-renge-kyo consKtuyen su corazón. Pregunta: ¿Qué prueba puede ofrecer? Respuesta: El hecho de que Ananda, Manjushri y los demás hayan escrito: «Esto es lo que escuché». Pregunta: ¿Qué quiere decir con eso? Respuesta: Durante ocho años, Ananda, Manjushri y los demás discípulos escucharon los infinitos significados del Sutra del loto sin pasar por alto una sola frase, una sola

estrofa, una sola palabra. Sin embargo, tras la muerte del Buda, cuando llegó el momento de compilar sus enseñanzas, cuando los novecientos noventa y nueve arhats tomaron sus pinceles y los humedecieron en Knta, lo primero que escribieron todos ellos fue «Myoho-renge-kyo» y, después, pronunciaron las palabras «Esto es lo que escuché». Así pues, los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo han de ser el corazón de los ocho volúmenes y veinKocho capítulos que integran la obra, ¿no es así? Por tal razón, el maestro del Dharma Fa-yün del templo Kuang-che-ssu, quien, según se dice ha disertado sobre el Sutra del loto desde la era remota del buda Brillante como el Sol y la Luna, señala: «Las palabras “Esto es lo que escuché” indican que uno se dispone a transmiKr las doctrinas que ha escuchado predicar. El etulo, que precede a tales palabras, condensa el sutra en su totalidad».120 El gran maestro T’ien-t’ai, presente en el Pico del Águila cuando se predicó el Sutra del loto, y que lo escuchó en p e rs o n a , e s c r i b e : « L a p a l a b ra “esto” [de “Esto es lo que escuché”] indica la esencia de una doctrina que 106


se oyó del Buda».121 Y el gran maestro Chang-an escribe: «El autor de la transcripción [Chang-an] comenta la explicación de T’ien-t’ai sobre el etulo del Sutra del loto diciendo: “Así pues, [la explicación de T’ien-t’ai sobre el etulo contenida en] el prefacio transmite el profundo significado del sutra. El profundo significado indica el corazón del texto”».122 En este pasaje, «el corazón del texto» significa que el daimoku o etulo del texto es la esencia del Sutra del loto. Como señala el gran maestro Miao-lo: «Es el corazón del Sutra del loto lo que abarca todas las doctrinas predicadas por el Buda en el transcurso de su existencia».123 La India abarca setenta estados, pero a todos se los conoce colecKvamente con el nombre «India». El Japón comprende sesenta provincias,124 pero todas ellas responden, en conjunto, al nombre «Japón». En la palabra «India» están incluidos los setenta estados, así como sus habitantes, animales, tesoros y demás bienes. En el nombre «Japón» están contenidas las sesenta y seis provincias. Las plumas enviadas como tributo desde Dewa, el oro de la provincia de

Mutsu125 y todos los demás tesoros del país, así como su población y su fauna, y sus templos y santuarios, todos están comprendidos en los dos ideogramas que forman la palabra «Japón». Quien posee la visión celesKal puede examinar los dos caracteres del nombre «Japón» y ver allí las sesenta y s e i s p rov i n c i a s , j u nto co n s u s habitantes y animales. El que posee el ojo del Dharma puede ver a todas las personas y animales que mueren en determinado lugar y también puede verlos renacer en otro siKo. Es como oír la voz de alguien y saber qué aspecto dsico Kene, o como ver las pisadas de un hombre e inferir si es alto o bajo. O como esKmar el tamaño de un estanque a parKr de los lotos que crecen en él, o imaginar el tamaño de los dragones observando la lluvia que provocan. Cada uno de estos ejemplos ilustra el principio de que todas las cosas son expresadas en una. A juzgar por esto, parecería ser que el daimoku o etulo de cualquiera de los Sutras agama debe contener todas las enseñanzas de los budas, pero en realidad sólo abarca las enseñanzas de un buda, el Shakyamuni de las 107


e n s e ñ a n za s H i n aya n a . Ta m b i é n parecería ser que los etulos del Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra de la meditación y el Sutra Mahavairochana deben contener todas las enseñanzas de los budas, pero en realidad no incluyen la doctrina referida al logro de la Budeidad por parte de las personas de los dos vehículos ni conKenen al buda Shakyamuni que ha obtenido la iluminación en el remoesimo pasado. Son como flores que se abren, pero luego no dan fruto, como trueno que suena pero no produce lluvias, como tambor sin sonido, como ojos que no ven, como mujer sin hijos o persona sin vida ni espíritu. Los mantras asociados con los budas Mahavairochana, Maestro de la Medicina y Amida, y con el bodhisayva Percibir los Sonidos del Mundo son de la misma naturaleza. Aunque en los diversos sutras que conKenen dichos mantras se diga que ellos son como un gran rey, como el monte Sumeru, como el Sol y la Luna, como un buen medicamento o una joya que concede los deseos, o una filosa espada, lo cierto es que están tan lejos del daimoku del Sutra del loto como el fango lo está de las nubes.

No sólo son inmensamente inferiores, sino que todos ellos han perdido sus funciones intrínsecas. Cuando el Sol sale, eclipsa por completo la luz de las constelaciones estelares; cuando se colocan trozos de hierro cerca de un imán, pierden sus propiedades. Cuando una gran espada se expone al fuego, aunque este sea reducido, deja de prestar uKlidad; y la leche de vaca o de burra, al lado de la leche de una leona reina, parece agua. Cuando los zorros en manada se topan con un perro, olvidan todas sus mañas; asimismo, los perros en jauría echan a temblar cuando se cruzan con un cachorro de Kgre. De este mismo modo, cuando uno e n t o n a N a m - my o h o - r e n g e - k y o, desaparece al instante el poder de las palabras Namu-Amida-Butsu, de los mantras que invocan a Mahavairochana, del bodhisayva Percibir los Sonidos del Mundo y de todos los budas, sutras y bodhisayvas, sin excepción, frente al poder de Myoho-renge-kyo. Todos esos sutras serán inúKles, a menos que consigan tomar prestado el poder de Myoho-renge-kyo. Es un

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hecho que salta a simple vista en la época actual. Porque yo, Nichiren, entono y propago Nam-myoho-renge-kyo, el poder de Namu-Amida-Butsu será como la luna menguante, como marea que decrece, como hierba que se marchita en otoño e invierno, como hielo que se derrite bajo el Sol. ¡Observen y ya verán! Pregunta: Si esta Ley que usted describe es, realmente, tan prodigiosa, ¿por qué no se la conoce más? ¿Por qué no la han difundido en otras Kerras Mahakashyapa, Ananda, Ashvaghosha, Nagarjuna, Asanga, Vasubandhu, Nanyüeh, T’ien-t’ai, Miao-lo y Dengyo, tal como Shan-tao propagó la prácKca de recitar Namu-Amida-Butsu en toda la China o como Eshin, Yokan126 y Honen la dieron a conocer en el Japón, convirKendo la nación entera a la veneración del buda Amida? Respuesta: Esta es una vieja críKca; no es la primera vez que me cuesKonan algo semejante. Los bodhisayvas Ashvaghosha y Nagarjuna fueron grandes eruditos que vivieron el primero, seiscientos años, y el segundo, setecientos años después de la muerte del buda Shakyamuni. Cuando estos hombres aparecieron en

el mundo y comenzaron a difundir las doctrinas de los sutras del Mahayana, tuvieron que enfrentar las objeciones de diversos seguidores del Hinayana. «Mahakashyapa y Ananda», dijeron estos hombres, «vivieron veinte o cuarenta años más después de la muerte del Buda predicando la enseñanza correcta. Se cree que transmiKeron el corazón de todas las enseñanzas que el Buda había expuesto a lo largo de su vida. Ahora vemos que lo que esos dos hombres habían recalcado, fue sencillamente una serie de conceptos como el sufrimiento, el vacío, la transitoriedad y el no yo. Ashvaghosha y Nagarjuna tal vez tengan una gran sabiduría, pero ¿debemos creer que superan a Mahakashyapa y a Ananda? Esta es nuestra primera objeción. »Mahakashyapa obtuvo su iluminación mediante el contacto directo con el Buda. Pero estos dos hombres, Ashvaghosha y Nagarjuna, jamás han estado junto al Buda. Esta es nuestra segunda objeción. »Los filósofos no budistas que precedieron al Buda enseñaron que la vida es permanente, jubilosa, pura y dotada de yo. Tiempo después, cuando 109


el Buda advino a este mundo, declaró que la vida estaba signada por el sufrimiento, el vacío, la transitoriedad y el no yo. Y ahora Ashvaghosha y Nagarjuna afirman que es permanente, jubilosa, pura y dotada de yo. En tal caso, debemos suponer que como el Buda y Mahakashyapa ya no están en este mundo, el Rey Demonio del Sexto Cielo tomó posesión de estos dos hombres con el fin de destruir las enseñanzas budistas y reemplazarlas por doctrinas no budistas. »En este caso, ambos hombres son enemigos del budismo. Debemos aplastarles el cráneo, cortarles la cabeza, poner fin a su existencia, ocuparnos de que no reciban más alimento. ¡Expulsémoslos del país!». Tales fueron las declaraciones de los seguidores del Hinayana. Y Ashvaghosha y Nagarjuna, al tener muy pocos aliados, se vieron obligados día y noche a escuchar estos gritos de difamación, forzados mañana y tarde a soportar ataques con palos y varas. Pero en realidad esos dos hombres eran emisarios del Buda. Pues en el Sutra Maya se predice que Ashvaghosha aparecerá seiscientos años después, y Nagarjuna, setecientos

años después de la muerte del Buda. La misma predicción aparece en el Sutra Lankavatara y, por supuesto, también en el Sutra de los sucesores del Buda. Pero los creyentes del Hinayana no dieron crédito a estas predicciones y, en cambio, atacaron a los pracKcantes del Mahayana ciegamente y sin razón. «Puesto que el odio y los celos hacia este sutra abundan incluso durante la vida de El Que Así Llega, ¡cuánto peor será después de su muerte!», afirma el Sutra del loto. Si uno examina la época de Ashvaghosha y Nagarjuna, comienza a comprender un poco a qué se refieren en verdad esas palabras del sutra. El bodhisayva Aryadeva, además, fue asesinado por una persona no budista; el honorable Aryasimha murió decapitado. Estos acontecimientos también deberían hacernos reflexionar. Y co n p o ste r i o r i d a d , u n o s m i l quinientos años o más después de la muerte del Buda, en una Kerra situada al este de la India llamada China, apareció en este mundo el gran maestro T’ien-t’ai, durante los Kempos de las dinaseas Ch’en y Sui. Declaró que en el conjunto de las muchas 110


enseñanzas sagradas expuestas por El Que Así Llega, exisean el Mahayana y el Hinayana, las doctrinas exotéricas y las esotéricas, las provisionales y la verdadera. Mahakashyapa y Ananda se centraron en propagar las enseñanzas del Hinayana, explicó. En cambio, Ashvaghosha, Nagarjuna, Asanga y Vasubandhu habían difundido las del Mahayana provisional. Pero con respecto a la enseñanza del Mahayana verdadero, el Sutra del loto, apenas la habían mencionado someramente, aunque ocultando su significado; o bien la habían descrito en forma superficial, pero sin analizar todo el conjunto de las enseñanzas que expuso el Buda durante su existencia. O bien habían descrito la enseñanza teórica, mas no la esencial; o habían comprendido las enseñanzas teórica y esencial, pero no la enseñanza para observar la vida. Cuando el gran maestro T’ien-t’ai expuso estos conceptos, los millones de seguidores de las diez escuelas budistas, tres de la China meridional y siete de la China septentrional, se burlaron al unísono con una gran carcajada de desdén.

«¡Vemos que aquí, en esta úlKma época, ha aparecido entre nosotros un sacerdote realmente asombroso! Aunque en ocasiones ha habido personas que adhirieron a conceptos distorsionados y se nos opusieron — exclamaron—, nunca nadie había sostenido la ignorancia de los doscientos sesenta y tantos maestros e instructores budistas del Tripitaka, que vivieron desde que se introdujo esta filosoda [en la China], en el décimo año de la era Yung-p’ing (67 d. C.) de la dinasea Han posterior, año con el signo cíclico hinoto-u, hasta la época actual, durante el transcurso de las dinaseas Ch’en y Sui. Y encima de todo, dice que ellos actúan contra la Ley y que están desKnados a caer en los malos caminos. ¡De esta calaña es la persona que ha aparecido entre nosotros! »Es tan insensato que afirma, incluso, q u e e l m a e s t r o d e l Tr i p i t a k a Kumarajiva, el hombre que trajo el Sutra del loto a la China, fue un necio ignorante. Y además de todo lo que dijo sobre los hombres de la China, imaginaos que sosKene que los grandes eruditos de la India, como Nagarjuna y Vasubandhu, y varios otros cientos, todos ellos bodhisayvas de las 111


cuatro categorías, no enseñaron la doctrina verdadera. Cualquiera que matase a este hombre no estaría comeKendo una falta peor que matar a un halcón. De hecho, ¡sería más encomiable que alguien que matara a un demonio!». De esa forma se ensañaron con el gran maestro T’ien-t’ai. Y Kempo después, en la época del gran maestro Miao-lo, cuando llegaron desde la India las doctrinas de CaracterísKcas del Dharma y de Palabra Verdadera, y se estableció por primera vez la escuela Guirnalda de Flores en la China, Miaolo denunció estas enseñanzas y se expuso a un alboroto semejante. En el Japón, el gran maestro Dengyo hizo su advenimiento mil ochocientos años después de la muerte del Buda. Al cabo de estudiar los comentarios de T’ien-t’ai, comenzó a refutar las seis escuelas que habían florecido en el Japón en los doscientos sesenta años o más transcurridos desde la época del emperador Kimmei. La gente reaccionó calumniándolo y diciendo que habían renacido en el Japón los brahmanistas que vivieron en los Kempos del Buda o los taoístas de la China. Dengyo propuso, además, crear una plataforma

de ordenación para administrar los grandes preceptos de la iluminación perfecta e inmediata, como nunca había exisKdo en la India, la China o el Japón en los mil ochocientos años transcurridos desde la muerte del Buda. En verdad, fue incluso mucho más allá, pues dijo que la plataforma de ordenación del templo Kannon-ji en la región occidental [de Tsukushi], la plataforma de ordenación del templo Ono-dera en la provincia oriental de Shimotsuke y la plataforma de ordenación del templo Todai-ji, en la provincia central de Yamato,127 apestaban con el féKdo olor de los preceptos del Hinayana y eran tan poco valiosas como escombros o lajas rotas. Y los sacerdotes que pracKcaban esos preceptos, dijo, no eran mejores que zorros o monos. —¡Pero qué sorprendente! Esto que parece un sacerdote —declararon sus detractores en respuesta— en realidad Kene que ser una manga de langostas que ha aparecido en el Japón para engullir los Kernos brotes del budismo de un solo bocado. O tal vez este individuo sea Chou, de la dinasea Yin, o Chieh, de los Hsia, renacidos en el país con la apariencia de un sacerdote. O 112


acaso haya reaparecido en este mundo el emperador Wu de la dinasea Chou septentrional, o el emperador Wutsung128 de la dinasea T’ang. Así las cosas, en cualquier momento el budismo será destruido y la nación caerá en la ruina. Por su parte, la plebe se estrujaba las manos alarmada y revoleaba la lengua al decir: —Cuando en un mismo lugar aparecen sacerdotes de estas dos clases de budismo (el Hinayana y el Mahayana), se traban en combate como el señor Shakra y los asuras, como Hsiang Yü y Kao-tsu,129 disputándose la posesión del reino. Los enemigos de Dengyo conKnuaron atacándolo: —En los Kempos del Buda —alegaron — , h a b í a d o s p l a t a fo r m a s d e ordenación:130 una perteneciente al Buda y otra a Devadaya; muchas personas murieron en la disputa que surgió entre ambas. Este hombre podrá provocar a las demás escuelas, pero, además, declara que debe establecer una plataforma de ordenación para administrar los preceptos de la iluminación perfecta e inmediata, como ni siquiera su mentor, el gran

maestro T’ien-t’ai, pudo hacer. ¡Qué extraño! ¡Y qué temible, qué temible! Con todo, Dengyo tenía pasajes de las escrituras en que fundarse y, como bien saben, al cabo del Kempo logró establecer la plataforma de ordenación del Mahayana, que lleva un Kempo funcionando en el monte Hiei. Así pues, aunque la iluminación de todos ellos quizás haya sido la misma, desde el punto de vista de la enseñanza que propagaron, Ashvaghosha y Nagarjuna fueron superiores a Mahakashyapa y Ananda; T’ien-t’ai fue superior a Ashvaghosha y Nagarjuna; y Dengyo superó a T’ient’ai. En estas úlKmas épocas, la sabiduría de los hombres ha sido escasa, mientras que la enseñanza budista se ha vuelto más profunda. Para dar una analogía, una enfermedad leve puede curarse con un remedio común, pero una grave dolencia requiere un elixir. Un hombre débil debe rodearse de fuertes aliados. Pregunta: ¿Hay una enseñanza correcta que no hayan propagado ni siquiera T’ien-t’ai o Dengyo? Respuesta: Sí, la hay. Pregunta: ¿Y qué clase de enseñanza es? 113


Respuesta: Consta de tres elementos. La dejó el Buda para las personas del ÚlKmo Día de la Ley. Es la enseñanza correcta que no propagaron jamás Mahakashyapa o Ananda, Ashvaghosha o Nagarjuna, T’ien-t’ai o Dengyo. Pregunta: ¿Qué forma posee? Respuesta: En primer lugar, el Japón y todos los demás países de Jambudvipa deberán adoptar como objeto de devoción al buda Shakyamuni de la enseñanza esencial.131 En otras palabras, Shakyamuni y Muchos Tesoros que aparecen en la Torre de los Tesoros, todos los demás budas, y los cuatro bodhisayvas, incluso PrácKcas Superiores, serán asistentes de este buda. En segundo término, está el santuario de la enseñanza esencial. En tercer lugar, en el Japón, la China, la India y los demás países de Jambudvipa, todas las personas, sabias o ignorantes, deberán hacer a un lado o tras prác Kcas y unirse e n la entonación de Nam-myoho-renge-kyo. Esta enseñanza no había sido expuesta jamás con anterioridad. En todo el territorio de Jambudvipa, en los dos mil doscientos veinKcinco años transcurridos desde la muerte del Buda, ni una sola persona lo había

entonado jamás. Hoy, sin escaKmar la voz, Nichiren es el único que entona Nam-myoho-renge-kyo, Nam-myohorenge-kyo. El volumen de las olas depende del viento que las provoca; la altura de las llamas depende de la canKdad de leña que se echa al fuego; el tamaño de los lotos depende del estanque en que crecen, y la magnitud de las lluvias depende de los dragones que las hacen caer. Cuanto más profundas son las raíces, más frondosas son las ramas. Cuanto más lejana es la fuente, más largo es el curso de agua. La dinasea Chou duró setecientos años, gracias al decoro y a la devoción filial de su fundador, el rey Wen. A la inversa, la dinasea Ch’in (221-206 a. C.) declinó en forma inmediata por la perversidad del hombre que la fundó, el primer emperador de los Ch’in. Si el amor compasivo de Nichiren es realmente grande y amplio, Nammyoho-renge-kyo se propagará durante diez mil años y más aún, por toda la eternidad, pues posee el poder benéfico de abrir los ojos ciegos de todos los seres vivos en la Kerra del Japón, y puede obstruir el camino que conduce al infierno del sufrimiento 114


incesante. Sus beneficios superan incluso los de Dengyo y T’ien-t’ai, y son superiores a los de Nagarjuna y Mahakashyapa. Cien años de prácKca en la Tierra de la Perfecta Felicidad no se comparan con el beneficio de un solo día de prácKca en el mundo impuro. Dos mil años de propagar el budismo en los días Primero y Medio de la Ley no se equiparan a una sola hora de propagación en el ÚlKmo Día. Y esto no se debe, de ningún modo, a la sabiduría de Nichiren, sino a que así lo establecen los Kempos. Los capullos florecen en primavera, y los frutos aparecen en otoño. En verano hace calor; y en invierno, frío. Así lo determina el orden de las estaciones, ¿no es verdad? «Cuando yo [el Buda] haya pasado a la exKnción, en el úlKmo período de quinientos años, debéis propagar [el Sutra del loto] en todas partes ampliamente, en todo Jambudvipa, y jamás dejar que se exKnga, ¡ni debéis dejar que saquen ventaja los demonios malignos, la gente del demonio, los seres celesKales, dragones, yakshas, demonios kumbhandas y otras funciones!».132

Si este pasaje del Sutra del loto resultara ser falso, Shariputra jamás llegará a ser Fulgor de Flor El Que Así Llega; el honorable Mahakashyapa nunca será Brillo de Luz El Que Así Llega; Maudgalyayana jamás será el buda Tamalapayra Fragancia de Sándalo; Ananda nunca llegará a ser el buda Rey del Poder Ilimitado de la Sabiduría del Mar y de la Montaña; la monja MahaprajapaK nunca será La Que Así Llega Contemplada con Agrado por Todos los Seres; y la monja Yashodhara jamás llegará a ser La Que Así Llega Dotada de Mil Veces Diez Mil Marcas Resplandecientes. En tal caso, los kalpas numerosos como las pareculas de polvo de un gran sistema planetario serán teorías pueriles, y los kalpas numerosos como las pareculas de polvo de incontables grandes sistemas planetarios también serán pura menKra. Muy probablemente, el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, caerá en el infierno del sufrimiento incesante; el buda Muchos Tesoros jadeará asfixiado entre las llamas del infierno Avichi; los budas de las diez direcciones establecerán su morada en los ocho grandes infiernos, y la mulKtud de bodhisayvas se verá 115


obligada a sufrir en los ciento treinta y seis infiernos. ¿Pero podría acaso suceder algo semejante? ¡Ya que la predicción del sutra no puede haber sido en vano, es seguro que todo el pueblo del Japón entonará Nam-myoho-renge-kyo! Así pues, la flor retornará a la raíz, y la esencia de la planta permanecerá en la Kerra. El beneficio que he venido mencionando, con seguridad, se acumulará en la vida del fallecido Dozen-bo. Nam-myoho-renge-kyo, Nam-myoho-renge-kyo.

Kenen fe, ya sean ínKmos amigos, familiares o desconocidos. Es algo que deberá tener presente. He inscrito el Gohonzon para usted. Los enemigos del Sutra del loto serán cada vez más poderosos: más todavía en las épocas posteriores a la muerte del Buda que cuando el Buda vivía; más todavía en el Día Medio de la Ley que en el Primer Día; más aún ahora, a comienzos del ÚlKmo Día de la Ley, que en el Día Medio. Si logra entenderlo, usted y todos los demás comprenderán que en el Japón no hay ningún otro devoto verdadero del Sutra del loto más que yo. El mes pasado recibí un escueto informe sobre el fallecimiento del reverendo Dozen-bo. Sene que debía ir personalmente, lo antes posible, y también enviar al sacerdote133 que porta esta carta. Sin embargo, aunque no me considero una persona reKrada del mundo, al parecer así me ven los demás; por tal moKvo, he adoptado la norma de no abandonar jamás esta montaña. Este sacerdote me transmiKó informes privados de varias personas, según los cuales es probable que haya debates doctrinales con las demás escuelas en

Escrito el vigésimo primer día del sépKmo mes, segundo año de Kenji (1276), signo cíclico hinoe-ne. Respetuosamente enviado desde el monte Minobu, aldea de Hakiri, provincia de Kai, a Joken-bo y Gijo-bo, del monte Kiyosumi, distrito de Tojo, provincia de Awa.

Portada HE recibido su carta. Nunca se debe hablar de cuesKones referidas a la doctrina budista con personas que no 116


el futuro cercano. Ante esa perspecKva, he estado enviando gente a varios templos de las provincias para estudiar los sutras y tratados que hay en todo el país. Con esa precisa misión había enviado a la provincia de Suruga al sacerdote que acaba de regresar [y a quien, por eso, ahora le encargo que lleve esta carta]. En el tratado adjunto, he explicado cuesKones de suprema importancia. Por lo tanto, sería un error mostrar su c o n t e n i d o a p e rs o n a s q u e n o comprendan la esencia del budismo. Pero en caso de que quiera mostrárselo a aquellos que sí la comprenden, piense que si hay muchas personas involucradas será fácil que su contenido trascienda a oídos de gente extraña. Y eso no será provechoso para usted ni para mí. Por todo lo expuesto, le pido que sólo usted y Gijo-bo —los dos y nadie más — lo hagan leer en voz alta dos o tres veces en la cumbre de Kasagamori, y que encomienden la lectura al sacerdote portador de esta carta. Por favor, hagan que él, además, la lea en voz alta una vez ante la tumba del fallecido Dozen-bo. Después, dejen que este sacerdote la conserve en su poder

y pídanle a él que se la lea reiteradamente. Si la escuchan una y o t ra vez , c re o q u e l l e ga rá n a entenderla y a valorar su significado. Con mi profundo respeto, Nichiren En el vigésimo sexto día del sépKmo mes. Al sacerdote del Kiyosumi134

Antecedentes Este largo tratado es uno de los cinco escritos principales de Nichiren Daishonin. Está fechado el vigésimo primer día del sépKmo mes de 1276, cuando el Daishonin llevaba poco más de dos años residiendo en Minobu. Lo que moKvó la redacción de esta obra fue la noKcia de que había muerto Dozen-bo, sacerdote del templo Seicho-ji en la provincia de Awa. Dozen-bo había sido maestro del Daishonin cuando este, a los doce años, ingresó en el templo. Escribió 117


entonces este tratado para expresar su agradecimiento al que había sido su mentor y se lo envió a Joken-bo y a Gijo-bo, dos sacerdotes que eran superiores del Daishonin cuando este se incorporó al templo, pero que, luego, se convirKeron en discípulos suyos. El texto fue confiado a Niko, uno de los sacerdotes discípulos de Nichiren Daishonin, con el encargo de que lo llevara al Seicho-ji de parte de él y lo leyera en voz alta en Kasagamori, en la cumbre del monte Kiyosumi, donde el Daishonin había entonado por primera vez Nam-myoho-renge-kyo. Asimismo, le encargó que volviese a hacerlo frente a la tumba de su fallecido maestro. En 1233, Nichiren Daishonin ingresó en el templo Seicho-ji para estudiar bajo la guía de Dozen-bo. En ese momento, los te m p l o s s e r v í a n co m o c e nt ro s religiosos, pero también como insKtuciones educaKvas. Durante su estancia en el templo, desarrolló las extraordinarias dotes literarias que luego le serían tan úKles para propagar sus enseñanzas. También emprendió una larguísima travesía para hallar y proclamar la verdad única del budismo,

oscurecida por la aparición de diversas escuelas distorsionadas. En el vigésimo octavo día del cuarto mes, en 1253, proclamó ante la población que Nam-myoho-renge-kyo era la única enseñanza que conducía directamente a la iluminación en el ÚlKmo Día de la Ley. Asimismo, denunció las doctrinas de la escuela Tierra Pura, que era la más difundida en aquel entonces. Tojo Kagenobu, administrador del área y fervoroso creyente de dicha escuela, se enfureció al enterarse y envió a sus hombres al templo para arrestar al Daishonin. Dozen-bo, devoto de las enseñanzas de la Tierra Pura, no podía defenderlo en forma abierta, pero ordenó a estos dos sacerdotes veteranos, Joken-bo y Gijobo, que guiaran al joven discípulo para que escapara ileso. Nichiren Daishonin y su viejo maestro se reencontraron en 1264, cuando el primero retornó a su hogar en Awa, tras regresar de su exilio en la península de Izu. Luego, escribiría que, en esa oportunidad, Dozen-bo le preguntó si era cierto que su prácKca de la escuela Tierra Pura lo conduciría al infierno del sufrimiento incesante. El Daishonin le respondió que no podría 118


liberarse de los efectos de sus actos contra la Ley a menos que venerara el Sutra del loto como enseñanza fundamental. A parKr de ese momento, aunque Dozen-bo no abandonó totalmente su fe en Amida, talló una estatua del buda Shakyamuni. El Daishonin se alegró de que su viejo maestro pareciera estar viendo sus errores, porque senea una enorme deuda de graKtud con el hombre que lo había iniciado en el sacerdocio; de todo corazón, quería conducirlo a la enseñanza correcta. Nichiren Daishonin comienza este tratado destacando la necesidad de saldar las deudas de graKtud con los padres, con el maestro, con los tres tesoros del budismo y con el soberano. Enseña la importancia de retribuir a las personas con quienes uno está en deuda, como un aspecto primordial de la conducta humana. De esas cuatro deudas de graKtud, este trabajo hace especial hincapié en la forma de saldar las que uno contrae con su maestro. A conKnuación, afirma que para hacerlo, uno Kene que dominar la verdad del budismo y lograr la iluminación. Para ello, es necesario dedicarse a la prácKca budista en forma absoluta y

con un corazón libre de dudas. Sin embargo, para lograr la iluminación, es menester, además, pracKcar la enseñanza budista correcta. Esboza el desarrollo de las diversas escuelas budistas en la India, la China y el Japón, y examina sus doctrinas comparando los sutras en los cuales se basan y estableciendo su superioridad relaKva. Entonces, declara que, de todos ellos, el Sutra del loto es el más elevado. En parKcular, refuta las doctrinas erróneas de la escuela Palabra Verdadera. Denuncia con vehemencia a Jikaku y a Chisho, quienes, pese a ser patriarcas de la escuela japonesa Tendai, corrompieron las profundas enseñanzas de esta corriente, basadas en el Sutra del loto, mezclándolas con elementos esotéricos. El Daishonin concluye que sólo el Sutra del loto conKene la verdad úlKma, y que la esencia de dicho sutra y de todo el budismo es Nam-myoho-renge-kyo. Esta es la enseñanza que debe ser propagada en el ÚlKmo Día de la Ley. La úlKma parte de este trabajo esclarece que el Buda del ÚlKmo Día de la Ley no es otro que Nichiren Daishonin, y que el budismo que él expone abarca tres grandes leyes 119


secretas —la entonación de Nammyoho-renge-kyo, el objeto de devoción y el santuario—, implícitas en el capítulo «Duración de la vida» del Sutra del loto, pero que hasta ese momento nunca habían sido reveladas. También deja claro que, al establecer las tres grandes leyes secretas para la iluminación de todas las personas, a la vez está saldando su deuda de graKtud con el fallecido Dozen-bo. El escrito Florecer y dar grano, redactado dos años después, señala: «Los beneficios que Nichiren obKene por propagar el Sutra del loto regresarán siempre a Dozen-bo» (pág. 952). Esta cita recalca el mensaje de la úlKma parte de este tratado. Saldar las deudas de graKtud es una obra de gran importancia porque es el primer escrito que se conserva donde Nichiren Daishonin especifica cada una de las tres grandes leyes secretas y declara que su enseñanza salvará a toda la población durante los diez mil años del ÚlKmo Día de la Ley y, más aún, durante toda la eternidad. Estas tres leyes, que consKtuyen la médula de la enseñanza del Daishonin, representan la Ley que fue transferida a los Bodhisayvas de la Tierra en el

capítulo «Poderes sobrenaturales» para que ellos la propagaran en el ÚlKmo Día. El objeto de devoción es el Gohonzon que permite a todas las personas lograr la Budeidad; el daimoku es la entonación de Nammyoho-renge-kyo con fe en el objeto de devoción; y el santuario es el lugar donde está entronizado el objeto de devoción y donde se entona el daimoku. Notas 1. Este dato se menciona en «Nueve piezas» de Elegías de Ch’u y en otras obras chinas. En un comentario de Chu Hsi, de la dinasea Sung, sobre las Elegías de Ch’u, se lee: «El viejo zorro muere, invariablemente, girando la cabeza hacia la colina. Esto se debe a que jamás olvida el lugar donde nació». 2. Esta historia figura en Colección de relatos y de poemas. Cuando el joven Mao Pao —quien Kempo después llegaría a ser general de la dinasea Chin — caminaba por la ribera del río Yangtze, vio que un pescador se disponía a matar una tortuga que había capturado. Apiadado del animal, dio al pescador sus ropas a cambio de la 120


tortuga, y de ese modo le salvó la vida. En otra ocasión, perseguido por sus enemigos, Mao Pao llegó a las márgenes del Yangtze. Allí apareció aquella tortuga salvada por él en su juventud y lo transportó hasta la orilla opuesta. 3. Según las Crónicas del historiador, Yü Jang de la dinasea Chin prestó servicio a las familias Fan y Chung-hang, pero sin ascender a un cargo importante. Con posterioridad, trabajó a las órdenes de Chih Po, quien le concedió un lugar de reconocimiento. Más tarde, Chih Po fue asesinado por Hsiang-tzu, señor feudal de Chao. Para vengar a su amo, Yü Jang se disfrazó de leproso cubriendo su cuerpo con laca, bebió lejía para enmudecer y, de ese modo, intentó aproximarse a Hsiang-tzu. Pero su complot fracasó y fue capturado. Hsiang-tzu supo valorar el corazón leal de Yü Jang y le dio su túnica. Sin embargo, este la hizo jirones tres veces con su cuchillo para declararle su enemistad al hombre que había matado a su amo, y después se suicidó. 4. El relato aparece en las Crónicas del historiador. Mientras Hung Yen se encontraba de viaje, sus enemigos atacaron el estado de Wei y mataron a

su amo, el duque Yi; lo devoraron y sólo dejaron intacto el hígado del noble, y después se alejaron del lugar. Cuando Hung Yen retornó y vio la triste escena, rompió a llorar. Se abrió el vientre e introdujo en él el hígado de su amo, para salvarlo del escarnio, pero esto le costó la vida. 5. Sutra de la salvación lograda por hombres de fe pura. Si bien no se ha conservado el texto de esta escritura, el pasaje mencionado por el Daishonin aparece citado en Bosque de gemas en el jardín de la Ley. La expresión «vida budista», en el contexto del sutra, se refiere a la vida monacal. Pero el Daishonin la interpreta como una vida basada en la fe en la Ley MísKca. 6. El relato se menciona en las Crónicas del historiador. El rey Chou de la dinasea Yin se encontraba tan cauKvado por el amor a su consorte Ta Chi, que descuidó por completo sus deberes como gobernante. Cuando su ministro Pi Kan lo llamó al orden, el rey Chou enfureció y lo mató. 7. Tu-shun (557-640), Chih-yen (602-668), Fa-tsang (643-712) y Ch’eng-kuan (738-839) fueron los primeros cuatro patriarcas de la

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escuela Guirnalda de Flores en la China. 8. Hsüan-tsang (602-664), Tz’u-en (632-682), Chih-chou (678-733) y Chisho fueron eruditos de la escuela CaracterísKcas del Dharma. En general, se considera a Hsüan-tsang fundador de la escuela, y a Tz’u-en, quien la estableció formalmente, se lo reconoce como su sucesor. Chih-chou es el cuarto patriarca a parKr de Hsüantsang. Suele atribuirse el nombre Chisho a Chiho (en coreano, Chipong), quien estudió la doctrina CaracterísKcas del Dharma bajo la tutela de Chih-chou, o también a Dosho, quien estudió a las órdenes de Hsüan-tsang y fundó la escuela en el Japón. 9. Hsing-huang, más conocido como Fa-lang (507-581), y Chia-hsiang, también llamado Chi-tsang (549-623), fueron los fundadores de la escuela Tres Tratados. 10. Bodhidharma (s. f.), Hui-k’o (487-593) y Hui-neng (638-713) fueron, respecKvamente, el primero, el segundo y el sexto patriarca de la escuela Zen en la China. 11. Tao-ch’o (562-645) y Shan-tao (613-681) figuran como el segundo y el

tercer patriarca de la escuela Tierra Pura en la China. Huai-kan (s. vii) estudió bajo la guía de Shan-tao. Genku es otro de los nombres con que se conoció a Honen, fundador de la escuela Tierra Pura en el Japón. 12. Sutra del loto, cap. 14. 13. Esta callosidad o protuberancia es uno de los treinta y dos rasgos disKnKvos de un buda. 14. Referencia a las tres verdades —la no sustancialidad, la existencia temporal y el Camino Medio—, que las enseñanzas provisionales postulan como aspectos independientes y separados entre sí. 15. Sutra del loto, cap. 13. 16. Parte del siguiente pasaje del Sutra del nirvana: «Por ejemplo, es como un enviado real experto en la conversación y diestro en el empleo de medios hábiles, que, despachado a otras Kerras para cumplir una misión, finalmente no calla ninguna de las palabras de su soberano, aunque ello le cueste la vida. Las personas sabias actúan igual. Sin escaKmar la vida, en medio de las personas comunes, los sabios deben proclamar, sin falta, la preciada enseñanza de El Que Así Llega de los sutras correctos e iguales del 122


gran vehículo; es decir, que todos los seres vivos poseen la naturaleza de Buda por igual». 17. Sutra del loto, cap. 10. 18. Ib., pág. 14. 19. Se ha ampliado la traducción en beneficio de la claridad. Las dos revelaciones principales del Sutra del loto —que las personas de los dos vehículos podían lograr la Budeidad y que Shakyamuni había sido buda desde el remoto pasado— suscitaron grandes dudas en los discípulos que escuchaban la voz (representados por Shariputra y Maudgalyayana) y en los grandes bodhisayvas, respecKvamente. Como ambos grupos no habían tenido conciencia de estas enseñanzas cruciales antes de que se predicara el Sutra del loto, el Daishonin dice aquí que eran sus «archienemigos». 20. Los «sucesores del Buda» son los veinKcuatro sucesores que heredaron el linaje del budismo de Shakyamuni y lo propagaron en la India en el Primer D í a d e l a L ey. Vé a s e ta m b i é n «veinKcuatro sucesores» en el Glosario. 21. El relato aparece en Crónica de las re g i o n e s o c c i d e nta l e s . C u a n d o Ashvaghosha, duodécimo sucesor, se

hallaba predicando el budismo en Pataliputra, Magadha, el rey Kanishka atacó dicha ciudad con sus ejércitos y exigió el pago de un importante tributo. El vencido monarca ofreció entregar a Ashvaghosha en lugar del dinero. Tiempo después, con el apoyo de Kanishka, Ashvaghosha propagó el budismo en la India septentrional. 22. Esta historia se menciona en Crónica de las regiones occidentales. Se cree que Manoratha fue maestro de Vasubandhu. Vikramaditya, rey de ShravasK, senea animosidad hacia Manoratha y urdió un complot para humillarlo. Reunió a cien eruditos de diversas escuelas para que debaKeran con él. Noventa y nueve se rindieron, pero el úlKmo, en connivencia con el Rey, no aceptó haber sido derrotado por Manoratha. Se dice que a raíz de esta acKtud, Manoratha se cortó la lengua de un mordisco y murió. 23. Hui-kuan (368-438), Hui-yen (363-443), Seng-jou (431-494) y Huitz ’u (434-490) fueron célebres sacerdotes que vivieron en el período de las Dinaseas del Norte y del Sur. 24. Presunta referencia a la obra Significado del «Sutra del loto», de Fa-

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yün, aunque las dos citas siguientes no aparecen en dicho comentario. 25. Esto significa que Comentario sobre «Significado del “Sutra del loto”», atribuido al príncipe Shotoku, se basa en Significado del «Sutra del loto», de Fa-yün. 26. El cuarto volumen de Los cien registros del gran maestro T’ien-t’ai, que establece formas de veneración diurna y nocturna del buda Vairochana y de todos los demás budas. 27. «Doce divisiones de los sutras correctos e iguales» es un término g e n é r i co a p l i ca d o a to d a s l a s enseñanzas del Mahayana. En general, estos sutras refutan los apegos al Hinayana. 28. Clase de meditación expuesta en el Sutra de la guirnalda de flores. En esta prácKca, todos los fenómenos de las tres existencias aparecen en la mente con claridad, así como todas las cosas se reflejan con claridad en la superficie del océano cuando el oleaje se aquieta. 29. La conjugación verbal de la cita ha sido adecuada al contexto. 30. Sutra del loto, cap. 11. 31. Se dice que el rey de los asuras fue cegado por la luz del Sol y de la Luna

cuando trató de pelear contra la deidad Shakra. 32. «Emperador de Han» se refiere a Liu Pang (247-195 a. C.), fundador de la dinasea Han anterior. Se decía que había dominado a los demás señores feudales esgrimiendo una espada de noventa cenemetros de largo. 33. Sutra de la guirnalda de flores de ochenta volúmenes, traducido por Shikshananda durante la dinasea T’ang. 34. Esta historia aparece en Biogradas de sacerdotes eminentes de la era Genko, obra escrita en el Japón por el sacerdote Kokan Shiren (1278-1346), de la escuela Zen. La tradición afirma que Shotoku, en una existencia anterior, había sido Nan-yüeh, maestro de T’ien-t’ai. 35. Referencia a la parábola de las tres carretas y la casa en llamas, que aparece en el tercer capítulo del Sutra del loto. 36. Hiroyo y Matsuna fueron hijos de Wake no Kiyomaro, oficial de la Corte. En 802, en respuesta a una orden imperial, reunieron en el monte Takao a catorce doctos sacerdotes de los siete templos principales de Nara para que debaKeran con Dengyo. Tiempo

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después, ayudaron a Dengyo a establecer la escuela Tendai. 37. Lugar donde T’ien-t’ai estudió bajo la tutela de Nan-yüeh y donde se dice que tomó conciencia de la verdad del Sutra del loto. 38. La leyenda según la cual Shan-wuwei viajó al Japón figura en Biogradas de sacerdotes eminentes de la era Genko. 39. «Enseñanzas sobre la concentración y la introspección» se refiere a todo el sistema de meditación expuesto por T’ien-t’ai. 40. El mandala del Reino de Diamante y el mandala del Reino de la Matriz. 41. Además de los dos sacerdotes mencionados en el texto, Tsung-jui, Ch’üan-ya, I-chen, Pao-yüeh, K’an y Wei-chin. 42. Chih-yüan (768-844) fue un sacerdote de la escuela T’ien-t’ai que vivió en el templo Hua-yen-ssu, sobre el monte Wu-t’ai. Kuang-hsiu (771-843) fue octavo patriarca del linaje de la escuela T’ien-t’ai, que se cuenta a parKr de T’ien-t’ai. También fue discípulo de Tao-sui, quien enseñó la doctrina de T’ien-t’ai a Dengyo. Weichüan fue un destacado discípulo de Kuang-hsiu.

43. Los «dos sutras» se refieren al Sutra de los infinitos significados y al Sutra Sabio Universal, que son la introducción y el epílogo del Sutra del loto, respecKvamente. A veces, se menciona estos dos sutras y el Sutra del loto, en conjunto, como el «triple Sutra del loto». 44. Quinto turno: La hora del Kgre (entre las tres y las cinco de la mañana). 45. En general, suele afirmarse que el viaje de Chisho a la China tuvo lugar en el tercer año de Ninju (853). 46. La fecha que suele aceptarse es el sexto mes del segundo año de Ten’an (858). 47. Alusión a la «concentración e introspección» de Tendai y a las prácKcas de Mahavairochana. 48. «Un hombre de la China» se refiere a Miao-lo, quien en Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”» afirmó que el orden dado por Kumarajiva al capítulo «La transferencia» era correcto. 49. En Comentario sobre el «Sutra Mahavairochana», formulado por Shan-wu-wei, fundador de la escuela d e b u d i s m o e s o t é r i c o Pa l a b ra Verdadera en la China, I-hsing se 125


apropió de la doctrina de T’ien-t’ai sobre los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital e interpretó que pertenecía a las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera. 50. Fa-tsang estableció una clasificación de los sutras budistas que los dividía en cinco grupos, de acuerdo con su nivel de enseñanza: las enseñanzas del Hinayana, las del Mahayana elemental, las del Mahayana final, la enseñanza repenKna y la enseñanza perfecta. Este sistema de cinco categorías fue configurado a parKr de la clasificación de T’ien-t’ai en cinco períodos. 51. Mientras Chia-hsiang daba una conferencia, fue criKcado por Fa-sheng, un estudiosos de la escuela T’ien-t’ai, de diecisiete años de edad. 52. La doctrina de CaracterísKcas del Dharma sosKene que todos los dharmas o fenómenos derivan de la co n c i e n c i a a l aya y q u e K e n e n existencia real. De las tres verdades, sólo se ocupa de la existencia temporal, porque su interés son las caracterísKcas de los dharmas. 53. Chih-chou (678-733) fue el tercer patriarca de la escuela CaracterísKcas del Dharma; vivió en P’u-yang y

escribió un comentario sobre el Sutra de la red de Brahma basado en las enseñanzas de T’ien-t’ai. Liang-pi, del templo Ch’ing-lung-ssu, interpretó el Sutra de los reyes benevolentes — úlKmo de los Sutras de la sabiduría— en base a los comentarios de T’ien-t’ai sobre dicha enseñanza. 54. El texto original en japonés se ha extendido en beneficio de la claridad. 55. En realidad, este comentario pertenece a Miao-lo y figura en su Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”», pero lo cita Dengyo en su Clarificación de las escuelas basadas en la doctrina de T’ien-t’ai. «Lu», mencionado en este pasaje, es el estado natal de Confucio en la China. Se dice que el pueblo de Lu no supo valorar la grandeza de Confucio. 56. Sutra del loto, cap. 10. 57. Las «cinco provincias» son Yamashiro, Yamato, Kawachi, Izumi y Seysu. Las «siete regiones fronterizas» son Tokaido, Tosando, Hokurikudo, San’indo, San’yodo, Nankaido y Saikaido. 58. Sutra del loto, cap. 14. 59. Ib., cap. 23.

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60. «Mahavairochana», en este contexto, se refiere al buda Muchos Tesoros. 61. Aquí, el «sur» corresponde a la izquierda, dado que la Torre de los Tesoros mira al oeste. El asiento del sur es «inferior» porque, según la usanza india, la izquierda es inferior a la derecha. 62. Ríos de la provincia de Shansi, en la China. El río Ching siempre era turbio, y el río Wei, siempre límpido. 63. Se decía que el búho devoraba a su madre, y que el legendario hakei —un animal semejante al Kgre— comía a su padre. 64. Tiempo después de la muerte de Chisho, surgieron fricciones por divergencias doctrinales entre los seguidores de aquel y los de la línea de Jikaku, que culminaron en una violenta disputa por la sucesión al priorato del templo Enryaku-ji, tras la muerte de Ryogen, su decimoctavo prior. En 993, los seguidores de Chisho se marcharon del Enryaku-ji para establecerse en el templo Onjo-ji. Los sacerdotes de ambos templos se enfrentaron y atacaron en forma reiterada. 65. «Kampyo» se refiere a Uda (867-931), quincuagésimo noveno

emperador del Japón. Abdicó en 897, adoptó la vida religiosa budista y, a parKr de entonces, fue conocido como el emperador reKrado Kampyo. 66. Implemento ritual uKlizado para orar en el budismo esotérico de la escuela Palabra Verdadera. La historia aparece en Biograda del gran maestro Kobo, del sacerdote Ken’i (1072-1145) de Palabra Verdadera. Según este libro, antes de que Kobo se marchara de la China, arrojó al aire un mazo de diamante de tres puntas. Cuando regresó al Japón, fue al monte Koya a emprender la prácKca de las enseñanzas esotéricas y allí encontró el mismo mazo de tres puntas posado sobre las ramas de un árbol. 67. PrácKcas esotéricas que emplean dieciocho mudras diferentes: nueve para el Reino de Diamante y nueve para el Reino de la Matriz. 68. El «templo original» se refiere al Kongobu-ji, templo principal de la escuela Palabra Verdadera, situado en el monte Koya. 69. El relato aparece en Historia de los sucesores del Buda. El rey Kanishka pasó frente al stupa adornado con siete clases de tesoros que había erigido Nirgrantha Jnataputra, uno de los seis 127


maestros no budistas y fundador del jainismo. Creyó que era un stupa budista y lo veneró, y esto hizo que el stupa se desplomara. El Daishonin dice que Ashvaghosha fue quien causó el derrumbe del stupa, probablemente porque el rey Kanishka se había converKdo al budismo por intermedio de aquel. 70. La historia figura en Crónica de las regiones occidentales. En la India vivió un pedante brahmán conocido como Elocuencia Demoníaca, quien veneraba demonios y se diverea con teorías paradójicas. Se mantenía lejos de la compañía humana, en un bosque apartado, y como debaea detrás de una corKna, nadie había visto su verdadero aspecto dsico. Un día, Ashvaghosha fue a debaKr con él, acompañado del gobernante. Sus argumentos lo hicieron enmudecer. Entonces, Ashvaghosha corrió la corKna y puso en evidencia su aspecto demoníaco. 71. Wang Mang (45 a. C.-23 d. C.) fue un importante funcionario que vivió hacia fines de la dinasea Han anterior y controló el gobierno designando en el trono al emperador P’ing, un infante de apenas nueve años. Tiempo después,

envenenó a P’ing y se apoderó del trono, tras lo cual fundó una nueva dinasea, que llamó Hsin. 72. Según el Sutra de los tesoros del Buda, en el remoto pasado, tras la muerte del Buda Gran Adorno, sus seguidores se dividieron en cinco escuelas; sólo el monje PrácKca Universal mantuvo en forma correcta lo que el Buda había enseñado. Las autoridades de las otras cuatro escuelas, que mantenían ideas erróneas, persiguieron a PrácKca Universal. Por tal razón, ellos y sus seguidores cayeron en el infierno, donde sufrieron durante largo Kempo. Después, pudieron tomar contacto con la enseñanza del buda Rey Íntegramente Brillante y pracKcarlas. Sin embargo, a causa de sus graves acciones pasadas, ninguno de ellos pudo lograr el nirvana en esa ocasión, sino que todos debieron volver a soportar los padecimientos del infierno. El Sutra de los tesoros del Buda no menciona de manera concreta que renacieron en el ÚlKmo Día de la Ley del buda Rey Íntegramente Brillante. 73. Alusión a los que persiguieron al bodhisayva Jamás Despreciar tras la 128


muerte del Buda Rey del Sonido Imponente, tal como describe el Sutra del loto en el vigésimo capítulo. 74. Sutra del loto, cap. 3. 75. Hojo Tokisuke (1247-1272), medio hermano mayor del regente Hojo Tokimune, en vano intentó apoderarse del gobierno. En las luchas armadas que se produjeron en Kioto y en Kamakura, murieron muchas personas. 76. Referencia a las rogaKvas para hacer llover realizadas por el sacerdote Kaga Sello del Dharma, perteneciente a la escuela Palabra Verdadera, que en lugar de propiciar lluvias causaron un vendaval destrucKvo. El episodio se describe en forma detallada en El comportamiento del devoto del «Sutra del loto» (véanse págs. 814-816). 77. Taira no Kiyomori (1118-1181), guerrero y líder del clan Heike. 78. Tropas que viajan a pie, a caballo, en elefantes y carros de combate. 79. Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”». 80. Ib. 81. Principios sobresalientes del «Sutra del loto». 82. El «emperador de la dinasea Sui» se refiere al segundo monarca, el emperador Yang (569-618).

83. La historia aparece en Biogradas de sacerdotes eminentes de la dinasea Sung. Shusho y Shodai fueron oriundos de la India, aunque no se han conservado sus nombres originales en sánscrito. 84. Sutra del loto, cap. 3. El verso siguiente dice: «Los seres vivos que habitan allí son, todos, mis hijos». 85. Biogradas de sacerdotes eminentes de la dinasea Sung. 86. La comparación de las fechas parecería indicar que Pu-k’ung no conoció a Chin-kang-chih ni se convirKó en su discípulo hasta después de haber llegado a la China, pero es posible que en la época del Daishonin no se conociera este dato. 87. El Shinsen’en fue un jardín construido por el emperador Kammu en el Palacio Imperial de Kioto. Allí había un inmenso estanque donde se llevaban a cabo oraciones para provocar lluvias. Según Biogradas de sacerdotes eminentes de la era Genko, en dicho estanque habitaba un dragón, y cuando se dejaba ver, llovía. Las ofrendas de Matsuna estuvieron desKnadas a este dragón. 88. El «noveno período de disminución» corresponde a la época 129


actual. Véase en el Glosario«kalpa de conKnuación». 89. Gobernante disoluto que fue vencido por el rey Wu de la dinasea Chou. Según Crónicas del historiador, mandó hacer una figura humana y la llamó deidad celesKal, e hizo que el pueblo la tratara con desprecio. Además, se dice que disparaba flechas a un odre de cuero lleno de sangre y decía haber derribado a la Diosa del Sol. 90. «Caudillo de Tomi» se refiere a Nagasunebiko, poderoso cabecilla de Yamato. Según Crónicas del Japón, el legendario y primer emperador del país, Jimmu, marchó hacia el sur para invadir la región de Yamato, donde Nagasunebiko lo enfrentó en combate y logró repelerlo. 91. ÚlKma persona a quien convirKó el buda Shakyamuni. Según el Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría, soñó que todas las personas quedaban ciegas y desnudas en la oscuridad, y que el Sol caía del cielo, la Kerra se resquebrajaba, los océanos se secaban y el monte Sumeru se desplomaba abaKdo por un huracán. A la mañana siguiente, cuando supo que el Buda entraría en el nirvana antes de

que terminara el día, fue en busca de Shakyamuni y se unió a la Orden budista; esa noche, alcanzó el nivel de arhat. 92. Ming-sheng (s. f.) fue un sacerdote de la escuela Tres Tratados que vivió durante la dinasea T’ang. Fue discípulo de Fa-lang; Chia-hsiang fue uno de sus compañeros de sacerdocio. 93. Sutra del loto, cap. 2. 94. Elogio al renacimiento en la Tierra Pura. 95. El Kempo verbal ha sido ajustado al contexto, en beneficio de la redacción. 96. «El sacerdote del Sauce» se refiere a Shan-tao, quien recibió ese apodo porque, deseoso de renacer en la T i e r ra P u ra , i nte ntó a h o rca rs e colgándose de la rama de un sauce que crecía frente al templo donde vivía. Pero, ya sea porque la rama se quebró o porque la cuerda se rompió, cayó al suelo y murió una semana después, atormentado por el dolor que le causaron las heridas. 97. Una de las cuatro clases de reyes que hacen girar la rueda. Se aplica al gobernante que rige los cuatro conKnentes alrededor del monte Sumeru.

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98. La escuela Palabra Verdadera también es denominada Yoga (sánsc.), que significa «unión». El budismo esotérico recalca la unión del cuerpo, la voz y la mente de las personas comunes con los del buda Mahavairochana. Desde el punto de vista de la prácKca, los mudras representan el cuerpo; los mantras, la voz, y la meditación sobre los mandalas, la mente. 99. Dosho (799-875) al principio estudió las doctrinas de la escuela Tres Tratados, pero luego se hizo seguidor de Kobo. Gennin (818-887) estudió, en principio, las doctrinas de la escuela CaracterísKcas del Dharma, pero después se volcó a las enseñanzas esotéricas, a las órdenes de Shinga. En 885, pasó a ser prior del templo To-ji. Doyu (m. 851) estudió primero las enseñanzas de CaracterísKcas del Dharma, pero luego se inclinó por la escuela Guirnalda de Flores. Fue el sépKmo patriarca de la escuela homónima. 100. Profundo significado del «Sutra del loto». 101. Comentario sobre «Profundo significado del “Sutra del loto”».

102. Período de noventa días que va desde el inicio del primer mes hasta finales del tercero. En el calendario lunar, se consideraba que el primer día del primer mes marcaba el comienzo de la primavera. 103. «Historiador de la Corte» era un cargo oficial dentro del Gran Consejo de Estado. Había ocho funcionarios que cumplían esa tarea: cuatro de la Izquierda y cuatro de la Derecha. Los historiadores de la Izquierda consignaban acontecimientos; los de la Derecha, registraban las palabras del Emperador. 104. Referencia a la poeKsa y doncella de la corte Izumi Shikibu (n. c. 976) y al sacerdote Noin (n. 988), cuyas obras incluyen poemas con oraciones para provocar lluvias. 105. Shinzei (800-860) fue sacerdote de la escuela Palabra Verdadera. Se le confirió la posición de acharya, que permite a la persona transmiKr las doctrinas secretas de la escuela Palabra Verdadera. 106. Alusión a uno de los treinta y dos rasgos caracterísKcos de un buda: el mechón de pelos blancos en el entrecejo.

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107. Ghoshila fue un rico terrateniente de Kaushambi que construyó el monasterio de Ghoshilavana para invitar a Shakyamuni a predicar en ese lugar. 108. Hojo Yoshitoki (1163-1224), segundo regente del gobierno de Kamakura. 109. El Santuario de Sanno, situado en el monte Hiei, está dedicado a la deidad Rey de la Montaña. Los Santuarios de Kamo son dos santuarios independientes pero estrechamente relacionados, situados en el río Kamo, en Kioto. Según la tradición, fueron erigidos en el año 678. Contaron con el patrocinio de la Corte Imperial y del sogunato. El Santuario de Kasuga, en Nara, fue fundado en 709 por Fujiwara Fuhito y dedicado a las deidades vinculadas con el clan Fujiwara. Por tal moKvo, funcionó como santuario nacional y familiar. 110. Gotoba fue exiliado a la isla de Oki; Juntoku, a la de Sado. Tsuchimikado fue desterrado a la provincia de Tosa, en Shikoku, y trasladado con posterioridad a la provincia aledaña de Awa (disKnta de la otra provincia homónima situada en la

región oriental, donde nació el Daishonin). 111. El «prelado de Omuro» aquí mencionado es el príncipe Dojo, hijo del emperador Gotoba, quien adoptó la vida religiosa y vivió en el templo Ninna-ji de la escuela Palabra Verdadera, en Kioto. 112. Setaka (m. 1221) fue hijo de Sasaki Hirotsuna, condestable de Omi que se sumó a la causa imperial durante los disturbios de Jokyu. Setaka prestó servicio a Dojo en el templo Ninna-ji, pero fue asesinado después de dichos disturbios. 113. Sutra del loto, cap. 25. 114. Ib., cap. 13. 115. Wei Cheng (580-643) fue un ministro que sirvió lealmente al emperador T’ai-tsung, de la dinasea T’ang, y llegó a ser asesor de su gobierno. 116. Fujiwara no Yoshifusa (804-872) fue ministro de la Izquierda y abuelo del quincuagésimo sexto emperador Seiwa. A temprana edad se incorporó a la Corte como funcionario, y estableció las bases de la prosperidad que alcanzaría la familia Fujiwara.

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117. El Daishonin quiere decir aquí que su exilio a Sado fue desde 1271 hasta 1274. 118. Sutra del loto, cap. 2. 119. Referencia al «verdadero aspecto de todos los fenómenos», tal como se lo revela en el segundo capítulo del Sutra del loto. 120. Este pasaje aparece citado en Compilación de enseñanzas transmiKdas oralmente, de Chisho, quien atribuye tales palabras a Fa-yün. 121. Palabras y frases del «Sutra del loto». 122. Profundo significado del «Sutra del loto». 123. Comentario sobre «Profundo significado del “Sutra del loto”». 124. El texto dice «sesenta», aunque en realidad el Japón tenía sesenta y seis provincias, como se indica en la frase subsiguiente. 125. La provincia de Dewa, situada al norte del Japón, era famosa por sus plumas de halcón y de águila. El oro fue descubierto por primera vez en el Japón en el vigésimo primer año de la era Tempyo (750), en la provincia septentrional de Mutsu. 126. Eshin (942-1017) fue un sacerdote de la escuela Tendai famoso por haber

compilado Elementos esenciales del renacimiento en la Tierra Pura. Yokan (1032-1111) fue un precursor de la escuela Nembutsu que propagó la enseñanza de la escuela Tierra Pura y centró sus acKvidades en el área de Kioto. 127. Los templos Kannon-ji, Ono-dera (también conocido como Yakushi-ji) y To d a i - j i f u e r o n s e d e d e t r e s plataformas de ordenación del Hinayana establecidas en forma oficial por Ganjin en 754, 761 y 762, respecKvamente. 128. El emperador Wu (542-578) y el emperador Wu-tsung (814-846) fueron responsables de orquestar persecuciones contra el budismo en 574 y 845. Wu, que abrazaba el confucianismo, y trató de abolir las enseñanzas budistas. Wu-tsung se hizo taoísta después de ascender al trono, e impuso medidas represivas contra la comunidad de pracKcantes budistas. 129. Hsiang Yü (232-202 a. C.) y Kao-tsu (247-195 a. C.) fueron guerreros que se disputaron el poder durante el período de caos instalado tras la muerte del primer emperador de la dinasea Ch’in. Al cabo de una prolongada lucha armada, Kao-tsu (Liu Pang) resultó 133


vencedor y fundó la dinasea Han en el año 202 a. C. 130. Unos diez años después de haber logrado la iluminación, el buda Shakyamuni estableció una plataforma de ordenación en el monasterio de Jetavana, en ShravasK. Para oponérsele, Devadaya fundó una p l a t a fo r m a r i v a l e n e l m o n t e Gayashirsha. 131. La expresión «buda Shakyamuni de la enseñanza esencial» se refiere al buda de Nam-myoho-renge-kyo que corporifica la Ley suprema (Nammyoho-renge-kyo) implícita en el capítulo «Duración de la vida» del Sutra del loto. Aquí, «enseñanza esencial» se refiere a Nam-myoho-renge-kyo, no a los úlKmos catorce capítulos del Sutra del loto. 132. Sutra del loto, cap. 23. 133. «Sacerdote», en esta frase, es una referencia a Niko, uno de los seis discípulos principales del Daishonin. 134. Joken-bo, uno de los sacerdotes que fue superior del Daishonin cuando este estudiaba en el templo Seicho-ji.

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GOSHO: Las cuatro deudas de gratitud

las diez malas acciones o las cinco faltas capitales, por calumniar a los sabios y venerables, por haber tratado a sus padres sin el debido amor filial, o a los sacerdotes, sin el debido respeto. Por tales ofensas, estos hombres caen en los tres malos caminos y, sólo después de haber morado allí durante kalpas incontables, finalmente acaban renaciendo en este mundo. Así y todo, como aún no han eliminado los residuos de su mal karma creado en existencias anteriores, conservan la tendencia a perpetrar las diez malas acciones o las cinco faltas capitales, a vilipendiar a los sabios y venerables, a tratar a sus padres sin devoción filial, y a ser irreverentes con los monjes. Por dichas razones, cuando Shakyamuni El Que Así Llega hizo su advenimiento a este mundo, algunos le ofrecieron alimentos mezclados con veneno; otros trataron de herirlo con palos y espadas, con elefantes enloquecidos, con leones, toros furiosos o perros salvajes. Otros, a su vez, lo acusaron [falsamente] de haber violado mujeres, dijeron que era un hombre de baja calaña, y le endilgaron homicidios. Algunos, al cruzarse con él, se cubrían los ojos para no tener que

Con respecto a mi actual exilio,1 hay dos cuesKones importantes que debo mencionar. Una es que siento una inmensa alegría. Y la razón es que esta Kerra se denomina «mundo saha», y saha significa «resisKr». Por eso, al Buda también se lo llama «El Que Puede ResisKr». En el mundo saha,2 hay mil millones de montes Sumeru, mil millones de soles y de lunas, y mil m i l l o n e s d e g r u p o s d e c u at ro conKnentes. Entre todos esos mundos, fue en el del centro —con su monte Sumeru, su Sol y su Luna, y sus cuatro conKnentes— donde el Buda hizo su advenimiento. El Japón es una diminuta Kerra de islas situada en un lejano rincón de ese mundo, al noreste del país en que el Buda nació. Ya que todos los mundos de las diez direcciones, excepto este mundo saha, son Kerras puras, sus habitantes de buen corazón no insultan ni odian a los sabios y venerables. En cambio, este m u n d o e stá p o b l a d o d e s e re s rechazados en las Kerras puras de las diez direcciones, por haber comeKdo 135


verlo; otros cerraban las puertas o trancaban las ventanas. Y hubo quienes informaron a los reyes y ministros que [Shakyamuni] propugnaba ideas erróneas y era proclive a hablar mal de personajes excelsos. Tales incidentes se describen en el Sutra de la gran compilación, en el Sutra del nirvana y en otras escrituras. El Buda era inocente de todas esas malas acciones; pero este mundo adolece de una deficiencia peculiar: en él nacen las personas dotadas de un mal karma, que lo pueblan en gran número. Además, el Rey Demonio del Sexto Cielo conspira para impedir que los habitantes de este mundo lo abandonen y se marchen a otras Kerras puras, y por eso se vale de la menor oportunidad para ejecutar sus depravadas acciones. Todo parece indicar que el fin úlKmo de estas maquinaciones es impedir que el Buda exponga el Sutra del loto. Porque este Rey Demonio, por naturaleza, se deleita cuando la gente crea el karma de los tres malos caminos y sufre cuando las personas crean el karma de los tres buenos caminos.3 Sin embargo, no es esto úlKmo lo que más lo aflige, sino las personas que aspiran a los tres

vehículos, quienes, en realidad, lo abruman de dolor. Así y todo, no son estas personas que aspiran a los tres vehículos las que más lo hacen sufrir, sino quienes crean el karma que les permite llegar a ser budas; por eso, aprovecha la menor oportunidad para impedir que estos avancen. Sabe que aquellos que escuchan una sola frase u oración del Sutra del loto sin falta lograrán la Budeidad. Terriblemente contrariado por esta perspecKva, concibe los planes más diversos y se dedica a reprimir y perseguir a los creyentes, con la intención de que abandonen la fe. Aunque la época en que vivió el Buda fue en verdad corrupta, las cinco impurezas recién habían comenzado a manifestarse; además, el Demonio se detenía, pasmado y sobrecogido ante los poderes del Buda. Pero, incluso en esa época, cuando la codicia, el odio y la estupidez de la gente todavía no c u n d í a n d e s e nf re n a d a m e nte , y tampoco proliferaban las ideas erróneas, un grupo de brahmanes de la escuela Bastón de Bambú asesinó al honorable Maudgalyayana, conocido por dominar como nadie los poderes trascendentales; y el rey Ajatashatru 136


soltó una estampida de elefantes enloquecidos para acabar con la vida de la única persona digna de honor en los tres mundos.4 Devadaya mató a la m o n j a U t p a l ava r n a , q u e h a b í a alcanzado el estado de arhat, y el honorable Kokalika echó a correr rumores maliciosos sobre Shariputra, conocido por ser el de mayor sabiduría. ¡Cuánto empeoraron las cosas en este mundo, a medida que las cinco impurezas fueron extendiéndose! Y ahora, en esta úlKma época, serán aun más terribles los celos y el odio hacia los que creen incluso mínimamente en el Sutra del loto. Al respecto, el Sutra del loto dice: «Puesto que el odio y los celos hacia este sutra abundan incluso durante la vida de El Que Así Llega, ¡cuánto peor será después de su muerte!».5 Cuando leí este pasaje por primera vez, no pensé que la situación llegaría a ser tan grave como allí se vaKcina. Pero ahora me impacta la precisión infalible de las palabras del Buda, en especial viendo mis circunstancias actuales. Yo, Nichiren, no observo los preceptos con mi cuerpo; mi corazón tampoco está exento de los tres venenos. No obstante, dado que creo en este Sutra

[del loto] y permito que otros se relacionen con él, pensé que, tal vez, la sociedad me trataría con mayor genKleza. Probablemente porque el mundo ha ingresado en la úlKma época, hoy hay quienes siguen incluso a monjes casados y con hijos, y a sacerdotes que comen aves y pescado. Yo no tengo esposa ni hijos, y tampoco como aves o pescado; he sido censurado sólo por propagar el Sutra del loto. Aunque no poseo hijos ni mujer, todo el país cree que soy un monje que transgrede el código de conducta, y aunque jamás di muerte a una sola hormiga o langosta, mi mala reputación se ha diseminado por toda la nación. Esto Kene mucho en común con la situación del buda Shakyamuni, calumniado en vida por una m u c h e d u m b re d e p e rs o n a s n o budistas. Al parecer, tan sólo porque mi fe en el Sutra del loto concuerda con sus enseñanzas un poco más que la del resto dela gente, los demonios malignos se valen del cuerpo de los demás y hacen que estos me odien. Soy sólo un monje sin preceptos, humilde e ignorante. Pero cuando pienso que el Sutra del loto —expuesto 137


hace más de dos mil años— menciona a alguien como yo, y que, según profeKza el Buda, esa persona tendrá que enfrentar persecuciones, no encuentro palabras con que expresar mi alegría. Ya han transcurrido veinKcuatro o veinKcinco años desde que comencé a estudiar el budismo. Sin embargo, sólo en los úlKmos seis o siete creí en el Sutra del loto con todo mi corazón. Además, aunque tenía fe en este sutra, debido a mi negligencia, a mis estudios o a las interrupciones de los asuntos mundanos, diariamente recitaba apenas un solo rollo, un solo capítulo o el etulo. Pero ahora, en los úlKmos doscientos cuarenta días —desde el duodécimo día del quinto mes del año pasado, hasta el decimosexto día del primer mes de este año— creo que he pracKcado el Sutra del loto las veinKcuatro horas, de día y de noche. Y lo digo porque, habiendo sufrido el exilio por causa del Sutra del loto, ahora lo leo y lo pracKco en forma conKnua, mientras camino o cuando estoy de pie, sentado o recostado. Para cualquiera que haya nacido como ser humano, ¿podría haber acaso una dicha más grande?

Es habitual que las personas comunes apenas se esfuercen una o dos horas por día —y esto sólo cuando se acuerdan de hacerlo—, aun cuando ellas mismas se incenKvan para albergar el deseo de la iluminación y el anhelo de la felicidad en su próxima existencia. En lo que a mí concierne, leo el Sutra del loto sin que haya que recordármelo, y lo pracKco incluso mientras no leo sus palabras en voz alta. Durante el transcurso de incontables kalpas, mientras transmigré por los seis caminos y las cuatro formas de nacer, es posible que a veces haya parKcipado en alzamientos, que haya robado, que haya irrumpido en viviendas ajenas durante la noche y que, a causa de tales delitos, el gobernante me haya sentenciado y condenado al exilio o la muerte. Pero esta vez, personas de mal ka r m a h a n p r e s e n t a d o c a r g o s fraguados contra mí tan sólo por mi firme determinación a propagar el Sutra del loto; he aquí la causa de mi exilio. Seguramente, esto obrará en mi favor en existencias futuras. En esta úlKma época, no puede haber nadie más que esté pracKcando el Sutra del loto las veinKcuatro horas, de día y de 138


noche, sin tener que hacer un esfuerzo deliberado para ello. Hay otra cosa que despierta mi profundo agradecimiento. Es posible que, durante incontables kalpas transmigrando por los seis caminos, haya conocido a numerosos soberanos y haya llegado a ser su regente o ministro favorito. En tal caso, puede que me hayan concedido feudos, te so ro s y rem u n e ra c i o nes. S in embargo, ni una sola vez conocí a un soberano en cuyo país se hubiera propagado el Sutra del loto, donde pudiese yo escuchar su nombre, pracKcarlo y, debido a esta causa, ser calumniado por otros o incluso desterrado por las autoridades. El Sutra del loto dice: «Con respecto a este Sutra del loto, a través de Kerras incontables uno no puede oír su nombre siquiera y mucho menos verlo, aceptarlo, creer en él, leerlo y recitarlo».6 Así pues, las personas que me calumniaron y el gobernante [que me exilió] son las personas a quienes les debo mi graKtud más profunda. El que estudia las enseñanzas del budismo no debe dejar de saldar las cuatro deudas de graKtud. De acuerdo con el Sutra sobre la contemplación de

la mente como terreno, la primera de las cuatro deudas es la que uno Kene con todos los seres vivos. De no ser por ellos, a uno le sería imposible sostener el juramento de salvar a innumerables seres vivientes. Además, ¿cómo podrían los bodhisayvas incrementar su mérito si no hubiera malas personas que los persiguiesen? La segunda de las cuatro deudas de graKtud es la que uno Kene con su padre y su madre. Sin progenitores, nadie podría nacer en los seis caminos. Si uno nace en la familia de un asesino, un ladrón, un transgresor de las normas de conducta o alguien que actúa contra la Ley, aunque uno mismo no cometa esas faltas, en cierta manera genera el mismo karma que quienes sí lo hacen. Sin embargo, en lo que concierne a mis padres en esta existencia, ellos no sólo me dieron la vida, sino que, además, me condujeron a pracKcar el Sutra del loto. Por eso, la deuda que tengo con ellos es mucho más grande que si hubiera nacido en la familia de Brahma, de Shakra, de uno de los cuatro reyes celesKales o de un rey que hace girar la rueda, y por tal moKvo hubiese heredado los tres mundos en los cuatro conKnentes para 139


que me veneraran las cuatro clases de creyentes en los mundos de los seres humanos y celesKales. La tercera es la deuda que uno Kene con el soberano. Gracias a él, uno puede calentar su cuerpo bajo las tres clases de luz celesKal7 y mantener su vida con las cinco clases de granos8 que crecen en la Kerra. Por añadidura, en esta existencia he abrazado la fe en el Sutra del loto y he encontrado un gobernante que me permiKrá liberarme en esta vida de los sufrimientos del nacimiento y la muerte. Así pues, ¿cómo podría vivir recordando el daño insignificante que él me ha causado y pasar por alto lo mucho que le debo? La cuarta es la deuda de graKtud con los tres tesoros. Cuando Shakyamuni El Que Así Llega se dedicó a la prácKca de bodhisayva durante incontables kalpas, acumuló toda la buena fortuna y las virtudes obtenidas por ese medio, y las dividió en sesenta y cuatro partes, con sus respecKvos méritos. De las sesenta y cuatro, reservó una sola para sí mismo y dejó en este mundo las sesenta y tres restantes, con el siguiente juramento: «Habrá una época en que cundirán las cinco impurezas,

florecerán las enseñanzas erróneas, y los difamadores poblarán la Kerra. En ese momento, como las innumerables deidades benevolentes y guardianas ya no podrán deleitarse con el sabor de la Ley, su majestad y fortaleza irán menguando. El Sol y la Luna perderán su fulgor, los dragones celesKales ya no provocarán más lluvias, y las deidades terrenales harán decrecer la ferKlidad de los suelos. Las raíces y tallos, ramas y hojas, flores y frutos perderán sus propiedades medicinales y sus siete sabores.9 Y hasta aquellos que llegaron al trono por haber observado en existencias anteriores los diez buenos preceptos se entregarán a la codicia, el odio y la estupidez. Los seres humanos ya no brindarán a sus padres el debido amor filial, y la discordia reinará entre las seis clases de parientes.10 En un momento así, mis discípulos serán personas sin erudición y sin preceptos. Por esta razón, aunque lleven la cabeza rapada, serán abandonados por las deidades tutelares y se verán privados de todos los medios de subsistencia. Para mantener a esos monjes y monjas [ahora dejo aquí estas sesenta y tres partes]».

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Por otro lado, con respecto a los beneficios que el Buda había adquirido como resultado de su prácKca, los dividió en tres partes, de las cuales sólo uKlizó dos. Así pues, aunque podría haber vivido en este mundo ciento veinte años, falleció al cabo de ochenta y nos entregó a nosotros los cuarenta años restantes de la duración de su vida.11 Aunque pudiésemos juntar toda el agua de los cuatro grandes océanos para humedecer en ella piedras de Knta, aunque quemásemos todos los árboles y plantas para hacer barras de Knta, aunque recogiésemos las cerdas de todos los animales para fabricar pinceles, aunque uKlizáramos como papel la superficie entera de todos los mundos de las diez direcciones y, con ello, escribiésemos palabras de agradecimiento, ni aun así podríamos saldar nuestra deuda con el Buda. Con respecto a la deuda de graKtud con la Ley, esta es el maestro de todos los budas. Si los budas son dignos de respeto, se debe a la Ley. Por ende, los que deseen saldar su deuda con el Buda deberán, primero, retribuir los favores recibidos de la Ley.

Y con respecto a la deuda de graKtud con la Orden budista, tanto el tesoro del Buda como el tesoro de la Ley pueden perpetuarse, invariablemente, gracias a que existe una Orden. Para dar un ejemplo, sin leña no puede haber fuego, y sin Kerra, no pueden crecer las plantas o los árboles. Del mismo modo, aunque exisKera el budismo, sin miembros de la Orden que lo estudiaran y lo difundieran, jamás podría haberse transmiKdo durante los dos milenios del Primer Día y del Día Medio de la Ley, y llegar hasta el ÚlKmo Día. En consecuencia, el Sutra de la gran compilación dice: «Si, en el úlKmo de los cinco períodos de quinientos años, alguien hosKgara a los monjes sin erudición y sin preceptos, y los acusara de algún delito, esa persona estará exKnguiendo la gran antorcha del budismo». Por lo tanto, la inmensa deuda que uno Kene con la Orden es didcil de saldar. Por tal razón, es imperioso retribuir los favores recibidos de los tres tesoros. En Kempos anKguos, hubo venerables como el niño Montañas Nevadas, el bodhisayva Lamento Perpetuo, el bodhisayva Rey de la Medicina, y el rey Brillo Universal [que ofrendaron su vida 141


para saldar dicha deuda]. El primero dio su cuerpo como alimento a un demonio; el segundo vendió su carne y su médula; el tercero se quemó los brazos, y el cuarto se ofreció para que le cortaran la cabeza. Con todo, las personas comunes de esta úlKma época, aunque reciben beneficios de los tres tesoros, se muestran reacias a retribuirlos. ¿Cómo piensan, entonces, acceder al Camino del Buda? El Sutra sobre la contemplación de la mente como terreno, el Sutra de la red de Brahma y otras enseñanzas afirman que los que estudian el budismo y reciben los preceptos de la iluminación perfecta e inmediata deben, sin falta, saldar las cuatro deudas de graKtud. Yo soy sólo una persona común e ignorante, y mi cuerpo es de carne y sangre; no me he liberado, ni siquiera un poco, de las tres categorías de ilusiones. Y sin embargo, en bien del Sutra del loto he sido difamado, calumniado, atacado con palos y espadas, y enviado al desKerro. En vista de tales persecuciones, creo que se me podría comparar con los grandes venerables que se quemaron los brazos, se aplastaron la médula o aceptaron ser decapitados. A esto me

refiero cuando hablo de mi inmensa alegría. La segunda de las dos cuesKones importantes es que siento un hondo pesar. El cuarto volumen del Sutra del loto dice: «Si una mala persona, con el corazón vacío de bondad, apareciera durante el término de un kalpa en presencia del Buda y lo vilipendiara y lo maldijera sin cesar, la falta comeKda por dicha persona sería relaKvamente leve. Pero si una persona dijese una única palabra malvada para difamar o maldecir a la persona laica, o al monje o monja que lee y recita el Sutra del loto, en tal caso su falta sería muy grave».12 Cuando leo este y otros pasajes, mi convicción se enciende, el sudor baña mi cuerpo y un torrente de lágrimas brota de mis ojos. Me duele que, por haber nacido yo en este país, tantas personas de esta Kerra hayan creado, en una sola existencia, el peor de todos los karmas posibles. Los que golpearon y azotaron al bodhisayva Jamás Despreciar pudieron arrepenKrse mientras aún vivían; así y todo, sus faltas fueron tan didciles de erradicar, que cayeron en el infierno Avichi y tuvieron que permanecer allí durante mil kalpas. Pero los que me 142


hicieron daño a mí todavía no han mostrado asomos de arrepenKmiento. El Sutra de la gran compilación, al describir la retribución kármica que deben recibir estas personas, dice: «[El Buda preguntó:] “Si una persona derrama sangre del cuerpo de mil, diez mil o un millón de budas, ¿qué pensaríais vosotros? ¿Que ha comeKdo una grave falta o no?”. »El gran rey Brahma respondió: “Si una persona derramara sangre de un solo buda, su falta sería tan seria que lo llevaría a caer en el infierno del sufrimiento incesante. Su ofensa sería insondablemente grave, y debería permanecer en el gran infierno Avichi durante tantos kalpas, que un ábaco no serviría para calcular tamaña medida. Peor aún sería la falta de alguien que hiciera sangrar a diez mil o un millón de budas. Nadie podría explicar cabalmente la falta de esa persona, ni tampoco su retribución. Nadie, salvo El Que Así Llega”. “Gran rey Brahma — dijo el Buda—, supongamos que alguien, por mi bien, adoptase la tonsura y el hábito sacerdotal. Aunque no hubiese recibido nunca los preceptos y, por ende, no observara ni uno sólo de ellos, si alguien lo

hosKgara, lo insultara o lo golpease con un palo, la falta comeKda por esa persona sería aún más grave que aquella [de lasKmar a mil o a un millón de budas]”». Nichiren En el decimosexto día del primer mes, segundo año de Kocho (1262), signo cíclico mizunoe-inu. A Kudo Sakon-no-jo

Antecedentes Nichiren Daishonin escribió esta carta mientras se hallaba exiliado en Ito, península de Izu, y se la dirigió a Kudo Sakon-no-jo Yoshitaka, también conocido como Kudo Yoshitaka, señor de Amatsu, en la provincia de Awa. Se dice que Kudo Yoshitaka adoptó las enseñanzas de Nichiren Daishonin alrededor de 1256, aproximadamente en la misma época que Shijo Kingo y que Ikegami Munenaka, y cuando hacía pocos años que el Daishonin había comenzado a propagarlas. Durante el desKerro de su maestro en Izu, 143


Yoshitaka le envió ofrendas y siguió pracKcando siempre la fe con pureza. Murió en combate, defendiendo al Daishonin de un atentado conocido como la persecución de Komatsubara, en el undécimo mes de 1264. Las cuatro deudas de graKtud es la única carta del Daishonin dirigida a Yoshitaka que se ha conservado hasta hoy. En el texto, considerando el moKvo de su exilio, Nichiren Daishonin expresa la convicción de ser un verdadero pracKcante del Sutra del loto. Menciona «dos cuesKones importantes» referidas a su exilio en Izu. «Una es que siento una inmensa alegría», afirma, y procede a explicar la razón de su júbilo. La mayor parte de la carta se ocupa de este punto. A conKnuación, señala: «La segunda de las dos cuesKones importantes es que siento un hondo pesar». Cita pasajes del Sutra del loto y del Sutra de la gran compilación que revelan la grave falta de actuar contra la Ley y contra sus devotos, y explica que lo acongoja pensar en la gran retribución kármica que tendrán que sobrellevar sus perseguidores. Esta es la parte final de la carta.

A lo largo del texto, el Daishonin menciona dos razones de su «inmensa alegría». Una: haber demostrado que es el devoto del Sutra del loto, en la medida en que fue cumpliendo las predicciones del sutra referidas a las persecuciones que habría de enfrentar su devoto en el ÚlKmo Día de la Ley. La otra es que soportar un desKerro por causa del sutra le permite saldar las cuatro deudas de graKtud. Declara que el gobernante que lo condenó al exilio es la persona a la cual más le debe; gracias a él, ha podido vivir las palabras del Sutra del loto y demostrar que es su verdadero devoto. A conKnuación, recalca la importancia de saldar las cuatro deudas de graKtud enunciadas en el Sutra sobre la contemplación de la mente como terreno. Estas indican el agradecimiento que se debe a todos los seres vivos, a los padres, al soberano y a los tres tesoros: el Buda, la Ley y la Orden budista. El Daishonin considera que lo más importante es saldar la deuda de graKtud con los tres tesoros, pues de otro modo uno no podría lograr la Budeidad.

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los hijos. Otra clasificación toma en cuenta al padre, los hijos, el hermano mayor, el hermano menor, el esposo y la esposa. 11. No se ha podido rastrear el origen de esta afirmación; presuntamente, se basa en un pasaje del de la gran co m p i l a c i ó n " > S u t ra d e l a g ra n compilación. 12. Sutra del loto, cap. 10.

Notas 1. Referencia al exilio del Daishonin a Ito, península de Izu, desde el duodécimo día del quinto mes, 1261, hasta el vigésimo segundo día del segundo mes, 1263. 2. Aquí, la expresión «mundo saha» indica el gran sistema planetario que rodea nuestro mundo. 3. Los «tres buenos caminos» son los de los asuras, los seres humanos y los seres celesKales, en contraste con los «tres malos caminos»: el infierno, el estado de las enKdades hambrientas y la animalidad. 4. La historia de Ajatashatru se cuenta entre las nueve grandes persecuciones sufridas por Shakyamuni. 5. Sutra del loto, cap. 10. 6. Ib., cap. 14. 7. La luz del Sol, la Luna y las estrellas. 8. Trigo, arroz, frijoles y dos clases de mijo. También, término genérico que se aplica a todos los granos. 9. Dulce, picante, agrio, amargo, salado, astringente y suKl. 10. Las seis clases de parientes se refieren al padre, la madre, el hermano mayor, el hermano menor, la esposa y 145


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