Nyoze gamon - Esto es lo que escuche

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FUNDAMENTOS BUDISTAS: Nyoze Gamon - Así lo Escuche

SOKA GAKKAI INTERNACIONAL DE CHILE Sharihotsu Enero 2018


INTRODUCCION: Una comparación entre el Sutra del loto y otros sutras

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Nyoze Gamon: Así Lo Escuche (Significado literal)

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"Esto es lo que yo escuché”: El latir de la inseparabilidad entre maestro y discípulo (Significado esencial)

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GOSHO: Esto es lo que escuche

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GOSHO: Carta a Akimoto

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Se ha esforzado con valentía y vigor

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INTRODUCCION: Una comparación entre el Sutra del loto y otros sutras Pregunta: En el cuarto volumen del Sutra del loto, el capítulo «Maestro de la Ley» declara: «[Este Sutra del loto] es lo más di@cil de creer y lo más di@cil de comprender». ¿Qué significa este pasaje? Respuesta: Han transcurrido más de dos mil años desde que el Buda expuso el Sutra del loto en la India. Debieron pasar poco más de mil doscientos años para que esta enseñanza se transmiRera a la China, y doscientos años más antes de que llegase al Japón, desde ese país. Y ya han transcurrido más de siete siglos a parRr de entonces. Desde el fallecimiento del Buda, ha habido sólo tres personas que comprendieron el verdadero significado de esa frase del Sutra del loto. En la India, el bodhisaYva Nagarjuna dijo en su Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría: «[El Sutra del loto] es como un gran médico capaz de converRr el veneno en remedio». Así explicó el significado de la frase «lo más di@cil de creer y lo más

di@cil de comprender». En la China, el gran maestro T’ien-t’ai Chih-che lo interpretó remiRéndose a su contexto: «De los sutras que [yo, Shakyamuni] he predicado, predico y predicaré, este Sutra del loto es lo más di@cil de creer y lo más di@cil de comprender».1 Y en el Japón, el gran maestro Dengyo lo expuso así: «Todos los sutras de los primeros cuatro períodos expuestos en el pasado, el Sutra de los infinitos significados predicado en ese momento, y el Sutra del nirvana que se predicaría después son fáciles de creer y fáciles de comprender. Porque el Buda expuso tales enseñanzas de acuerdo con la capacidad de quienes lo escuchaban. El Sutra del loto es el más di@cil de creer y de comprender, porque, en él, el Buda reveló directamente lo que había logrado».2 Pregunta: ¿Puede explicar a qué se refirió? Respuesta: La facilidad de creer y de comprender, en un caso, se debe a que el Buda enseñó de acuerdo con la capacidad de la población. Y la dificultad de creer y de comprender, en


otro caso, se debe a que predicó de acuerdo con su propia iluminación. El gran maestro Kobo y sus sucesores del templo To-ji, en el Japón, sosRenen q u e , d e to d a s l a s e n s e ñ a n za s exotéricas, el Sutra del loto es la más di@cil de creer y la más di@cil de comprender. Pero que, en comparación con las enseñanzas esotéricas, es fácil de creer y fácil de comprender. Jikaku, Chisho y sus seguidores argumentan que tanto el Sutra del loto como el Sutra Mahavairochana se cuentan entre las enseñanzas más di@ciles de creer y de comprender; pero que, de ambos, el úlRmo es holgadamente mucho más di@cil de creer y de comprender. Todas las personas del Japón coinciden c o n a m b a s a s e v e ra c i o n e s . S i n embargo, puesto a interpretar este pasaje, digo que las escrituras no budistas son más fáciles de creer y de comprender que los sutras del Hinayana; que los sutras del Hinayana son más fáciles [de creer y de comprender] que el Sutra Mahavairochana y que los otros sutras [correctos e iguales]; que el Sutra Mahavairochana y los Sutras correctos e iguales son más fáciles que los Sutras

de la sabiduría; que estos úlRmos son más fáciles de creer y de comprender que el Sutra de la guirnalda de flores; que este úlRmo es más fácil que el Sutra del nirvana; que el Sutra del nirvana es más fácil que el Sutra del loto, y que la enseñanza teórica del Sutra del loto es más fácil que la enseñanza esencial.3 Así pues, hay muchos niveles comparaRvos de facilidad y de dificultad. Pregunta: ¿Qué senRdo Rene conocerlos? Respuesta: La gran linterna que ilumina la larga noche de las aflicciones del nacimiento y la muerte, la filosa espada que corta la oscuridad fundamental inherente a la vida, no son otra cosa que el Sutra del loto. Las enseñanzas de escuelas como Palabra Verdadera, Guirnalda de Flores y otras fueron expuestas de acuerdo con la capacidad de la población. Por lo tanto, son fáciles de creer y de comprender. Las enseñanzas expuestas de acuerdo con la capacidad de la gente son los sutras que el Buda predicó en respuesta a los deseos de las personas de los nueve estados, así como un padre sabio


instruye a un hijo ignorante en una forma adecuada a la comprensión limitada del niño. Por otro lado, la enseñanza expuesta de acuerdo con la propia iluminación del Buda es el sutra que él predicó directamente desde el estado de Budeidad, tal como un padre venerable guía a su hijo ignorante hacia su propio nivel de comprensión. En vista de este principio, he estudiado en forma exhausRva el Sutra Mahavairochana, el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra del nirvana y otras enseñanzas [provisionales], sólo para descubrir que todas ellas eran doctrinas expuestas de acuerdo con la capacidad del pueblo. Pregunta: ¿Hay alguna prueba que fundamente esta afirmación? Respuesta: En el Sutra Shrimala se d e c l a ra : « E l B u d a p r o p i c i a l a maduración de todos aquellos que sólo han pracRcado enseñanzas no budistas, revelando la prácRca de las buenas causas para los estados de los seres humanos y de los seres celesRales. A los que quieren llegar a ser discípulos que escuchan la voz, el Buda les imparte el vehículo para los que

escuchan la voz. A los que quieren llegar a ser discípulos que toman conciencia de la causa, el Buda les expone el vehículo para los que toman conciencia de la causa. A los que buscan el gran vehículo, el Buda les revela el gran vehículo [para los bodhisaYvas]». Esta declaración se aplica a las enseñanzas fáciles de creer y fáciles de comprender, como el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra Mahavairochana, los Sutras de la sabiduría, el Sutra del nirvana y otros. En cambio, el Sutra del loto establece: «En ese momento, el Honrado por el Mundo se dirigió al bodhisaYva Rey de la Medicina y, a través de él, a los ochenta mil grandes hombres, y les dijo: “Rey de la Medicina, ¿ves en esta gran asamblea el inmensurable número de seres celesRales, reyes dragones, yakshas, gandharvas, asuras, garudas, kimnaras, mahoragas, seres humanos y no humanos, y también de monjes, monjas, laicos y laicas, de personas que buscan ser discípulos que escuchan la voz, que buscan ser pratyekabuddhas, o que buscan el Camino del Buda? Ante estas diversas clases de seres que, en presencia del Buda, escuchan aunque sea una


estrofa o una frase del Sutra del loto de la Ley prodigiosa y, por un instante, piensan en él con deleite, a todos ellos les otorgaré una profecía referida al logro de su iluminación perfecta y suprema”».4 En los muchos otros sutras, vemos que, para los seres humanos, se expusieron los cinco preceptos; para los seres celesRales, se enseñaron los diez buenos preceptos; para el dios Brahma, se imparReron [las cuatro virtudes infinitas de] la piedad, el amor compasivo, la alegría y la imparcialidad; para el Rey Demonio, la prácRca de la donación de ofrendas; para los monjes, los doscientos cincuenta preceptos; para las monjas, los quinientos preceptos; para los que escuchaban la voz, las cuatro nobles verdades; para los que tomaban conciencia de la causa, la cadena causal de doce eslabones; y para los bodhisaYvas, los seis paramitas. Este método de enseñanza se compara con el agua, que adopta la forma redonda o cuadrada del recipiente que la conRene; o con el elefante, que mide su fuerza en función del enemigo que debe vencer.

El Sutra del loto es totalmente disRnto. Fue predicado para todos en forma imparcial, aun para las ocho clases de seres no humanos y para las cuatro clases de creyentes. Este método de enseñanza se compara con una regla de rasar, empleada para eliminar las protuberancias del relieve, o con el león rey, que siempre despliega su máxima potencia en el ataque, sin especular con la fuerza de su oponente. Cuando uno observa las diversas escrituras en el límpido espejo del Sutra del loto, es evidente que los tres sutras de la Palabra Verdadera — incluso el Mahavairochana—; y los tres sutras de la Tierra Pura5 son enseñanzas expuestas de acuerdo con la capacidad de las personas. Y sin embargo, como el pueblo se basa en las doctrinas de Kobo, Jikaku y Chisho, esta verdad ha sido oscurecida en el Japón durante los úlRmos cuatrocientos años o más. Es como trocar una piedra preciosa por un guijarro, o cambiar madera de sándalo por leña ordinaria. Y dado que el budismo se ha ido subvirRendo en forma gradual, también el mundo secular se ve sumido en la corrupción y


en el caos. El budismo es como el cuerpo, y la sociedad, como la sombra. Cuando el cuerpo se inclina, la sombra también lo hace. ¡Qué buena fortuna es saber que todos mis discípulos, que siguen la verdadera intención del Buda, naturalmente serán conducidos hacia el océano de la amplia sabiduría! Pero los estudiosos budistas de nuestro Rempo depositan su fe en enseñanzas expuestas de acuerdo con la capacidad de la población, y por tal moRvo se condenan a naufragar en el mar del sufrimiento. En otra oportunidad, se lo explicaré con más detalle. Con mi profundo respeto, Nichiren En el vigésimo sexto día del quinto mes. Respuesta a Toki Antecedentes Esta carta fue escrita el quinto mes del tercer año de Koan (1280), desde Minobu, y dirigida a Toki Jonin, quien vivía en Shimosa. Nichiren Daishonin

explica a Toki el significado de un pasaje del capítulo «Maestro de la Ley», según el cual el Sutra del loto es «lo más di@cil de creer y lo más di@cil de comprender». Al inicio del texto, el Daishonin nombra a tres estudiosos budistas que interpretaron dicha cita del modo correcto: Nagarjuna, en la India; T’ien-t’ai, en la China, y Dengyo, en el Japón. A conRnuación, disRngue dos clases de enseñanzas: las provisionales, que el buda Shakyamuni expuso de acuerdo con la capacidad del pueblo, y el Sutra del loto, que revela en forma directa la propia iluminación del Buda. Dice que las primeras son fáciles de creer y fáciles de comprender, pero que sólo el Sutra del loto nos permite superar la oscuridad fundamental inherente a la vida. En la parte final, afirma que en el mundo del budismo reina la confusión, porque el pueblo japonés ha abrazado las doctrinas erróneas de Kobo y de otros sacerdotes; en consecuencia, la sociedad secular se ve sumida en el caos. Declara que la enseñanza correcta del budismo establece la base para la paz y la prosperidad del país, y concluye diciendo que sus seguidores


pueden manifestar la iluminación porque creen en esa doctrina correcta del Buda. Notas 1. Profundo significado del «Sutra del loto». 2. Principios sobresalientes del «Sutra del loto». 3. Se ha extendido la redacción del texto original en beneficio de la claridad. 4. Sutra del loto, cap. 10. 5. Los tres sutras de la escuela Palabra Verdadera son el Sutra Mahavairochana, el Sutra de la corona de diamantes y el Sutra del susiddhikara. Los tres sutras de la escuela Tierra Pura son el Sutra del buda Vida Infinita, el Sutra de la meditación sobre el buda Vida Infinita y el Sutra Amida.


Nyoze Gamon: Así Lo Escuche (Significado literal) «Nyoze gamón» es la frase que encabeza diversos sutras —entre ellos, el Sutra del Loto— y significa «así lo escuché». Es decir, «así escuché las enseñanzas del buda Shakyamunl».

Tras la muerte de Shakyamuni, sus discípulos se reunieron para determinar el modo más conveniente para transmiRr eternamente las enseñanzas de su maestro. Recordando cada palabra que éste había pronunciado en sus extensos sermones, se dedicaron a compilarlas en la forma de sutras. La reunión de los seguidores más prominentes de Shakyamuni se denominó «Concilio». Nichiren Daishonin destaca este hecho en el gosho «La verdadera enRdad de la vida»: «Los mil arhats derramaron lágrimas en memoria del Buda, y, con lágrimas en los ojos, el bodhisattva Monju Invocó Myoho-renge-kyo. Entre los mil arhats, el respetable Ananda replicó, llorando: 'Así lo escuché'. Entonces, los restantes novecientos noventa y nueve arhats humedecieron con sus lágrimas las piedras de Rnta y

escribieron 'Myoho-renge-kyo', seguido de las palabras ‘Así lo escuché’». Ananda, a quien el Daishonin cita en este fragmento, fue un discípulo que asisRó a Shakyamuni y se mantuvo siempre cerca de él. Se dice que fue quien más enseñanzas del Buda escuchó y quien memorizó cada uno de sus palabras; por ello, fue alabado como el «primero en la protección de la Ley». Allí donde Shakyamuni disertaba a c e r c a d e l a L e y, A n a n d a l o acompañaba, y grababa así las enseñanzas del Buda en lo profundo de su vida. En el Primer Concilio, fue, s e g u ra m e nte , q u i e n re c i tó l a s Innumerables enseñanzas de Shakyamuni. Pero ¿cuál era la más Importante, aquella que sus discípulos debían transmiRr para toda la posteridad?. Sin duda, el Sutra del Loto, que representa el propósito del advenimiento de Shakyamuni, pues es la enseñanza que permite que todas las personas alcancen el mismo estado iluminado que manifestó el Buda. Respecto del encabezamiento del Sutra del Loto (nyoze gamón), Nichiren Daishonin explica que se refiere al


daimoku de Myoho-renge-kyo», que es la esencia de todos los sutras ex p u e st o s p o r S h a k ya m u n i . E l Daishonin señala que en ese «nyoze» (de esta forma} está implícito el daimoku de Myoho-renge-kyo, es decir, Nam-myoho-renge-kyo de las Tres Grandes Leyes Secretas. Por lo tanto, Nam-myoho-renge-kyo es, en sí, el supremo principio que el Buda transmiRó a todos los seres humanos. Hasta aquí, nos hemos referido al significado de «nyoze gamón» desde el punto de vista de los discípulos de Shakyamuni, que escucharon la enseñanza del Buda y la perpetuaron a la perfección. Para quienes, como nosotros, están pracRcando esas enseñanzas, aunque no las escucharon directamente del Buda, el significado de este principio se amplia notablemente. El gran maestro Tient'ai, en su Hokke mongu explica que «nvoze» significa comprender las enseñanzas y forjarse a uno mismo, siguiendo el camino del maestro y el discípulo. Tien-t'ai también señala que «gamón» (yo escuché) se refiere a las personas que atesoran lo aprendido. Ello implica un compromiso, una

decisión de mantener la Ley y de conRnuar la prácRca. Acerca de este profundo principio budista, el presidente Ikeda explica: «El Primer Concilio fue una maravillosa escena donde se despliega el drama de la relación entre el mentor y el discípulo, donde los seguidores, conmovidos aún por la muerte de su maestro, deciden perpetuar y propagar correctamente las enseñanzas de Shakyamuni.'Nyoze gamón” (así lo escuché): en esas palabras de Ananda, vibran la sincera pasión por transmiPr correctamente el Budismo y el Inagotable agradecimiento hacia el buda Shakyamuni. Porque existe ese clamor de un discípulo —que ha honrado con su vida las enseñanzas de su mentor— y, también, las palabras y las acciones surgidas de la graPtud hacia el mentor, es que el Budismo se ha transmiPdo, superando todo Ppo de diferencias, por todo el mundo. Digan lo que digan, éste es el verdadero espíritu del Budismo, este es el corazón del maestro; mientras exista una persona que conPnúe clamando de esta manera, el oleaje de la Ley verdadera jamás se detendrá».


Aprendamos de la postura de Ananda, quien, después de la muerte del Shakyamuni, se levantó para transmiRr las enseñanzas de su maestro para la posteridad. Dediquémonos con pasión a expandir la comprensión acerca del Budismo del Daishonin, mientras transitamos por el camino del auténRco discípulo.


"Esto es lo que yo escuché”: El latir de la inseparabilidad entre maestro y discípulo (Significado esencial) Del libro La sabiduría de Sutra del Loto - Dialogo sobre la religión en el siglo XXI

Saito: El otro día, la filial de San Petersburgo del InsPtuto de Estudios Orientales de la Academia Rusa de C i e n c i a s l e o bs e q u i ó a u ste d , presidente Ikeda, con un microfilm donde está registrado el Sutra del Loto en la escritura de Xia Occidental (también llamada gra@a xi xia o tangut). Sé que es la primera vez que se hace público este importante manuscrito, que tantos académicos del mundo han aguardado poder estudiar. P r e s i d e n t e I k e d a : M e s i e n t o sumamente honrado de que se me haya dado a mí. Como fundador del InsPtuto de Filoso\a Oriental de Tokio, tengo grandes expectaMvas en que se desarrolle una mayor cooperación entre estas dos insMtuciones de invesMgación. Xia Occidental fue un reino establecido 1

por el pueblo tangut, de origen Mbetano, en la frontera noroeste de la China. El budismo era, allí, la religión predominante. El reino floreció desde el siglo XI hasta comienzos del siglo XIII; en sus breves doscientos años de existencia, Xia Occidental desarrollo su propio sistema de escritura, la gra@a tangut, y tradujo numerosos sutras. La versión del Sutra del Loto en gra@a tangut que he recibido se basa en la t r a d u c c i ó n a l c h i n o d e l g r a n Kumarajiva (344-413), tan familiar para nosotros.1 La anMgua ciudad de Dunhuang, famoso centro de arte y de filoso@a budistas, también fue parte de Xia Occidental. Suda: Cuando pienso en el pueblo de ese reino y lo imagino leyendo el Sutra del Loto, siento una profunda cercanía espiritual. Admito tener franca c u r i o s i d a d p o r s a b e r c ó m o interpretaban esa escritura y cómo estudiaban el budismo.

Endo: Aparentemente, tenían un

La traducción de Kumarajiva al chino del Sutra del Loto es el texto en el cual basó sus estudios Nichiren Daishonin y que se utiliza en la liturgia del gongyo. La traducción al inglés que ha hecho Burton Watson del Sutra del Loto también se funda en dicha versión.


proverbio que podría traducirse así: "El sabio habla de un modo genMl y consigue la lealtad de los demás, tal c o m o e l R í o A m a r i l l o fl u y e mansamente y arrastra todo a su paso".2 Saito: "Modo genMl" no se refiere a la simple muestra exterior de cortesía, sino a la sinceridad genuina. P re s i d e nte I ke d a : S í , e sta m o s hablando de una acMtud considerada y abierta, de una grandeza espiritual que abarca a los demás con calidez. Aun cuando el contenido de nuestras palabras sea estricto o incluso severo, cuando hay, por debajo, un corazón dotado de aquellas cualidades, uno puede seguir siendo amable en el más profundo senMdo del término. Diríase que el significado del proverbio es el siguiente: Las personas sabias hablan de un modo claro y razonable; por eso pueden ganar el acuerdo sincero de los demás, como el Río

Amarillo, que fluye con fuerza y conduce en sus aguas a numerosas personas. E l p u e b l o d e X i a Occidental era, sin duda, inteligente, digno y franco. Los japoneses, que tenemos tendencia a escabullirnos del compromiso personal y a dejarnos llevar fácilmente por la retórica engañosa, deberíamos tomarlo como modelo. Ahora, avancemos en nuestro viaje a través del Sutra del Loto como el Río Amarillo, siempre avanzando con firme impulso. A parMr de esta entrega, por fin iniciamos el análisis del capítulo primero del sutra, es decir, la "Introducción". Saito: Sí... Como lo indica el nombre, es el capítulo inaugural del Sutra del Loto. Se lo puede dividir en tres partes, según su contenido. La primera parte está dada por la frase "Esto es lo que yo escuché"3, tras lo cual se presenta la congregación de

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NISHIDA, Tatsuo: Saika Moji no Hanashi (Una visión de la escritura tangut), Taishukan Shoten, Tokio, 1989, pág. 167.

3

Nota del Editor: Todas las citas del Sutra del Loto han sido extraídas de The Lotus Sutra (El Sutra del Loto), trad. al inglés por Burton Watson, Editorial de la Universidad de Columbia, Nueva York, 1993, cap. 1, pág. 3. En adelante se abreviará como The Lotus Sutra.


seres vivientes de toda clase, reunida en el monte Gridhrakuta (Pico del Aguila), en la ciudad de Rajagriha. Suda: La frase "Esto es lo que yo escuché" o "Así lo escuché", como se la suele traducir, aparece al comienzo de casi todos los sutras. Sería como una frase hecha, ¿no? Presidente Ikeda: Sí, pero en el caso del Sutra del Loto, el acto de "escuchar" posee un profundo significado, y se insiste en ello a lo largo de toda la escritura. Entonces, aunque "Esto es lo que yo escuché" pueda tomarse como una fórmula establecida en casi todos los sutras, en el caso del Sutra del Loto es especialmente importante. Es un punto para tener en cuenta y que, además, guarda especial trascendencia en el Budismo de Nichiren Daishonin. Saito: La segunda parte del capítulo "Introducción" comienza cuando Shakyamuni entra en "el samadhi del lugar de los infinitos significados"4 y m a n i fi e s t a u n a d i v e r s i d a d d e extraordinarios fenómenos.

4

Ib., cap. 1, pág. 5.

Suda: "El samadhi del lugar de los infinitos significados" se refiere a un estado de meditación en el cual uno concentra la mente en la Ley fundamental que es origen de las inmensurables enseñanzas del buda. Presidente Ikeda: El nombre de esta meditación implica que el Sutra del Loto que el buda se dispone a enseñar es la enseñanza suprema, de la cual derivan y en la cual se basan todos los demás sutras. El Sutra de los Infinitos Significados o Sutra Muryogi, que sirve de prólogo al Sutra del Loto, señala: "De una sola Ley derivan infinitos significados". Esa Ley única, esa enseñanza suprema, es lo que se enseña en el Sutra del Loto. Endo: Shakyamuni va a despertar serenamente de esa meditación en el capítulo segundo, "Medios hábiles", en el cual comenzará de lleno la prédica del Sutra del Loto. Pero el primer capítulo Mene el fin de describir esta serie de fenómenos prodigiosos que manifiesta Shakyamuni con sus poderes trascendentales mientras se h a l l a e n e s t a d o d e p r o f u n d a meditación.


Suda: Del cielo, sobre el buda y la a s a m b l e a , l l u e v e n fl o r e s d e mandarava y de manjushaka, por ejemplo. La Merra se conmueve y Membla de seis formas disMntas. Y a raíz de tales acontecimientos, los seres reunidos en el Pico del Aguila se colman de deleite, pues han podido experimentar algo sin precedentes; con ese regocijo enorme, con un mismo corazón y pensamiento, la mirada de todos se posa sobre el buda. Entonces, del mechón de pelo blanco 5 que Mene entre las cejas, brota un haz de luz que ilumina por entero las dieciocho mil Merras que se exMenden en dirección al Este. Presidente Ikeda: Cualquier persona que escuche este episodio va a pensar que el Sutra del Loto es un cuento de hadas o, para decirlo con términos m á s a c t u a l e s , ¡ u n r e l a t o d e cienciaficción!

El presidente Josei Toda una vez discurrió sobre los seres que estaban reunidos en el Pico del Aguila, tal como se los describe en el capítulo "Introducción": Integraban la asamblea doce mil personas que escuchaban la voz, encabezadas por Shariputra; ochenta m i l b o d h i s a ^ v a s ; Ya s h o d h a ra 6 , acompañada por seis mil de sus seguidores y vasallos; Ajatashatru7, junto con varios miles de sus seguidores y vasallos, y cada una de las ocho clases de seres no humanos (seres celesMales, dragones, yakshas, g a n d h a r v a s , a s u r a s , g a r u d a s , kimnaras, mahoragas), acompañados todos de sus seguidores y sirvientes, en decenas de miles. El cálculo más elemental acerca de la concurrencia muestra que, en la asamblea del Pico del Aguila, Mene que haber habido cientos de miles de personas. ¡Había ochenta mil bodhisa^vas y doce mil discípulos que escuchaban la

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El mechón de pelo blanco es uno de los treinta y dos rasgos distintivos de un buda. Se decía que, entre las cejas, le crecía un mechón de cabello suave y blanco, que constantemente emitía luz.

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Yashodhara: Esposa de Shakyamuni. Luego éste la convirtió al Budismo y pasó a vivir como monja, dentro de la Orden Budista.

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Ajatashatru: Rey de Magadha en los tiempos de Shakyamuni. Bajo su mando, Magadha pasó a ser el estado más poderoso de la India. Luego, se convirtió al Budismo.


voz! ¿Cómo es posible que, en una época en que no había micrófonos, Shakyamuni hubiese reunido a una canMdad de tales proporciones y les haya hablado a todos? El Sutra del Loto nos dice que, en verdad, todos estaban allí y que todos los escucharon predicar. Es decir que hubo un enorme número de espectadores, cientos de miles de personas, allí reunidas y escuchando a Shakyamuni exponer la Ley. ¿Acaso fue menMra? No, por cierto que no. ¿Realmente se juntó tanta gente? ¿Cómo es posible que un buda diserte ante un grupo de personas tan mulMtudinario, sin micrófono? Por muy fuerte que haya hablado... El Sutra del Loto dice que el cónclave duró ocho años. Proveer comida a tantas personas durante ocho años habrá sido una labor Mtánica. ¿Cómo habrán hecho para organizar baños para que tanta canMdad de gente haga sus necesidades? Pero entonces, ¿el sutra miente? No, no miente. Estuvieron reunidos y no estuvieron reunidos...

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Los que se congregaron allí fueron los q u e e s c u c h a b a n l a v o z y l o s bodhisa^vas que habitaban en la propia vida de Shakyamuni. Por eso, no podía haber nada que fuese impedimento para que se reunieran incluso decenas de millones de bodhisa^vas y de discípulos que escuchaban la voz.8 El señor Toda no quería que el Sutra del Loto fuese tomado como una historia fantasiosa, alejada de la realidad. Ni que se creyera que el b u d i s m o e r a u n a a b s t r a c c i ó n inconsistente. Por otro lado, estaba convencido de que el Sutra del Loto y el budismo no tenían nada que ver con la fantasía ni con la abstracción. Sabía posiMvamente que el Sutra del Loto era la Ley de la vida, la Ley que existe en lo profundo del ser de cada persona. Entonces, si uno ve las cosas desde este punto de vista, se torna evidente que el rayo de luz que brotó del mechón de pelo blanco que había entre las cejas del buda y que iluminó toda la Merra hacia el Este era la profunda verdad de la vida. En el "Ongi

Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), Seikyo Shimbunsha, Tokio, 1986, vol. 6, págs. 591-92.


Kuden" (Registro de las enseñanzas transmiMdas oralmente), el Daishonin dice: "La luz que emanaba del mechón de pelo blanco es Nam-myoho-rengekyo".9 Precisamente porque es la luz de la Ley MísMca, iluminaba todas las Merras y todos los estados, desde el infierno del sufrimiento incesante (es decir, el Infierno Avichi) hasta el mundo celesMal más elevado (el Cielo Akanishtha). La Ley MísMca Mene el poder de conducir a la iluminación incluso a las personas que están en el infierno del sufrimiento incesante.

proyectada sobre la pantalla del universo entero. Todo el cosmos es el escenario del Sutra del Loto; todos los budas han logrado su iluminación basados en la Ley MísMca. Y es el Sutra del Loto el que revela esa Ley fundamental, Nammyoho-renge-kyo. Como preludio a la presentación de d i c h a L e y, s u c e d e n p r e s a g i o s sorprendentes en gran canMdad.

Endo: Cada uno de los mundos iluminados por dicha luz se describe con profusión de vívidos detalles; es como si uno estuviera viendo una película épica. El buda de cada Merra está predicando la Ley, y los que han a b r a z a d o l a e n s e ñ a n z a e s t á n pracMcándola de muchas formas disMntas. En ciertas Merras, el buda ya ha fallecido, y sus seguidores, por amor y respeto a él, erigen stupas o torres funerarias, como ofrenda de fe.

En relación con estos eventos, dice el Sutra del Loto: "En ese momento, Manjushri observó [...]: 'Supongo que el buda, el Honrado por el Mundo, ahora desea exponer la gran Ley, hacer caer la lluvia de la gran Ley, soplar en la caracola de la gran Ley, elucidar el significado de la gran Ley. [...] Desea hacer que todos los seres vivientes escuchen y comprendan la Ley, en la cual es tan di\cil creer para todos los seres del mundo. Por eso, ha manifestado este portento auspicioso [al hacer que salga un haz de luz del mechón de pelo blanco que Pene entre las cejas]'".10

Presidente Ikeda: Sí, es como una película, de dimensiones colosales,

Saito: La tercera y úlMma parte de la "Introducción" está dedicada a

9

Gosho Zenshu, pág. 712.

10

The Lotus Sutra, cap. 1, págs. 13-14.


describir dichos eventos auspiciosos. El b o d h i s a ^ v a M a i t r e y a , c o m o representante de todos los que están escuchando en la asamblea, es portavoz de la sorpresa y de la duda que sienten todos. Así pues, le pregunta a Shakyamuni por qué ha manifestado todos esos fenómenos impactantes. El bodhisa^va Manjushri responde las preguntas de Maitreya. En su contestación, Manjushri habla de experiencias vividas en existencias pasadas. Describe que, en el pasado, un buda llamado Brillo del Sol y de la Luna exhibió la misma clase de fenómenos prodigiosos, al predicar el Sutra del Loto. Sobre esa base, afirma Manjushri, hay que pensar que Shakyamuni está por predicar también el Sutra del Loto. Un Sutra del Loto universal Presidente Ikeda: Tanto la enseñanza suprema que predicó el buda Brillo del Sol y de la Luna como la enseñanza que Shakyamuni se disponía a transmiMr en ese momento eran el Sutra del Loto. Esto es un punto muy importante.

En ese mismo capítulo, Manjushri llega a decir que, además de ese buda Brillo del Sol y de la Luna, a quien había conocido en una existencia anterior, hubo veinte mil budas más, todos llamados Brillo del Sol y de la Luna, que vivieron con anterioridad. Con ello estaba diciendo que la gran enseñanza suprema que enseñaban todos esos budas era el Sutra del Loto. Pero no se deMene allí... En el capítulo sépMmo, "La parábola de la ciudad fantasma", aparece otro buda llamado Excelencia de la Gran Sabiduría Universal, que predicó el Sutra del Loto. Y en el capítulo vigésimo, "El bodhisa^va Fukyo (Jamás Despreciar)", aparece otro buda llamado Rey del Sonido Imponente, que también transmiMó dicho sutra. Tras la muerte del buda Brillo del Sol y de la Luna, predicó el Sutra del Loto su d i s c í p u l o , e l b o d h i s a ^ v a Espléndidamente Brillante. Tras la muerte del buda Excelencia de la Gran S a b i d u r í a U n i v e rs a l , s i g u i e ro n predicando el Sutra del Loto sus dieciséis discípulos bodhisa^vas. Tras la muerte del buda Rey del Sonido Imponente, recitó el llamado "Sutra


d e l L o t o d e l o s v e i n M c u a t r o caracteres" 11 el bodhisa^va Fukyo. Entonces, vemos que el Sutra del Loto es siempre una enseñanza para la época posterior a la muerte de los budas. El sutra también relata que los diversos Sutras del Loto predicados por esos budas del pasado fueron enseñanzas increíblemente largas. El Sutra del Loto del buda Brillo del Sol y de la Luna se predicó a lo largo del período inconcebiblemente largo de sesenta kalpas menores.12 El Sutra del Loto del buda Rey del Sonido Imponente estaba compuesto por "veinte mil, diez mil, un millón de versos".13 El Sutra del Loto del buda Excelencia de la Gran Sabiduría Universal se expuso durante más de ocho mil kalpas y estaba formado por versos numerosos como los granos de arena del río Ganges.

Todo esto significa que el Sutra del Loto no sólo es el sutra de veinMocho capítulos expuesto por Shakyamuni que hoy conocemos y leemos. Aunque las formas de la prédica eran muy disMntas, todas esas enseñanzas eran el Sutra del Loto. Saito: ...Lo cual nos lleva a concluir que hay un Sutra del Loto "universal". Presidente Ikeda: Sí. El señor Toda, que había captado su mismísima esencia, brinda una perspecMva muy notable sobre el Sutra del Loto: El mismo Sutra del Loto se expresa de formas disMntas, según el buda que lo predica, la época en que se lo expone y la capacidad de comprensión de las personas que reciben la enseñanza. Aunque la verdad esencial del Sutra del Loto es la misma en todos los casos, hay diferencias en la forma de exposición, según el lazo débil o fuerte

11

Sutra del Loto de los veinticuatro caracteres: "Siento profunda veneración por vosotros, y jamás me atrevería a trataros con desprecio o arrogancia. ¿Por qué? Porque todos estáis practicando el camino del bodhisattva y sin falta llegaréis a lograr la budeidad". (The Lotus Sutra, cap. 20, págs. 266-267.) Son las palabras que el bodhisattva Fukyo (Jamás Despreciar) decía a todas las personas. Como en chino abarcan veinticuatro ideogramas, de ahí viene el nombre que se le da.

12

Kalpa: (Pal. sánscrita.) Período de tiempo extremadamente largo. Las fuentes varían un poco en la forma de definirlo. Según cierta explicación, la duración de un kalpa menor es de aproximadamente dieciséis millones de años.

13

The Lotus Sutra, cap. 20, pág. 267.


que los seres vivientes de determinada época tengan con el budismo. La persona "promedio", con un conocimiento superficial del budismo, pensará que sólo Shakyamuni predicó el Sutra del Loto. Pero, en verdad, ese Sutra del Loto dice que el bodhisa^va Fukyo y el buda Excelencia de la Gran S a b i d u r í a U n i v e r s a l t a m b i é n enseñaron el Sutra del Loto. Y el gran maestro T'ien-t'ai también lo enseñó.14 La verdad suprema es una sola, pero se la expresa de muy diversas formas. No obstante ello, todas estas formas son el Sutra del Loto. El Sutra del Loto universal es la enseñanza en la cual un buda revela y hace accesible a la gente la Ley con respecto a la cual él mismo está iluminado, la Ley para poder lograr la budeidad, de tal forma que las personas logren la auténMca felicidad y la tranquilidad. Nichiren Daishonin habló del Sutra del Loto desde el punto de vista de tres formas: amplia, abreviada y esencial. La forma esencial del Sutra del Loto fue su propio Nam-myohorenge-kyo. Y 14

la prácMca más apropiada para la época de hoy es ésa, el Sutra del Loto esencial. E l D a i s h o n i n n o i d e n M fi c ó específicamente cuáles eran las formas amplia y abreviada del Sutra del Loto. Pero si pensamos en las enormes y extensísimas versiones del sutra que predicaron los budas del pasado, como formas "amplias", podría decirse que el Sutra del Loto de los veinMocho capítulos es la forma "abreviada". O, si consideramos el sutra de veinMocho capítulos como forma amplia, la forma abreviada sería el Sutra del Loto de veinMcuatro caracteres del bodhisa^va Fukyo. El señor Toda también hablaba de tres clases de Sutra del Loto. El primero era el Sutra del Loto de veinMocho capítulos; el segundo, el Maka Shikan de T'ien-t'ai (Profunda concentración e introspección), y el tercero, el Namm y o h o - r e n g e k y o d e N i c h i r e n Daishonin. Saito: Aunque nos apartemos un poco del tema central, creo que esta idea de

Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), Seikyo Shimbunsha, Tokio, 1983, vol. 3, pág. 54.


que el Sutra del Loto existe en versiones muy disMntas esclarece una cuesMón parMcular: en qué medida el Sutra del Loto de los veinMocho capítulos realmente conMene una enseñanza directa y personal de Shakyamuni o bien es creación de e d i t o r e s y c o m p i l a d o r e s q u e trabajaron después. En otras palabras, ¿podríamos considerar el pensamiento central del Sutra del Loto como una enseñanza directa de Shakyamuni aun cuando convengamos en que la forma en la cual está expuesto refleja las condiciones de la época en que se compiló el sutra?

Así cobra vida una filoso@a universal. También podríamos describirlo como el dinamismo de una filoso@a genuina. Cuando un sistema filosófico se presenta con una forma disMnta, lo hace porque, de ese modo, logra arMcular mejor la verdad de dicha fi l o s o @ a , d e a c u e r d o c o n l a s circunstancias parMculares de su época. En tal senMdo, creo estar respondiendo la pregunta que planteaste hace un momento, acerca de si el Sutra del Loto era la enseñanza directa de Shakyamuni o si era creación de los compiladores: para mí, es la enseñanza directa del buda.

Presidente Ikeda: Creo posible decir que el pensamiento de Shakyamuni, que consMtuye el núcleo del sutra, adoptó determinada forma en respuesta a la situación de la época y a la condición del pensamiento filosófico que prevalecía en la sociedad en que dicho sutra fue compilado.

Desde luego, la forma en la cual esa enseñanza halla expresión refleja las circunstancias históricas del período en el cual se llevó a cabo la compilación. La invesMgación histórica de dicha época puede revelar muchas cosas sobre el sutra; en tal senMdo, uno debería estar atento a los resultados de la labor historiográfica. Pero también estoy convencido de que las invesMgaciones no relaMvizan, de ningún modo, el valor filosófico del Sutra del Loto. De hecho, cualquier cosa que se descubra sólo podrá servir para hacerlo resplandecer con mayor

La época busca el pensamiento de Shakyamuni, y el pensamiento de Shakyamuni surge en respuesta a dicha necesidad. Lo que vemos en juego, aquí, es la respuesta mutua, la comunión, entre el pueblo y el buda.


brillo aún. Suda: Muchos académicos de hoy sosMenen la teoría de que el Sutra del Loto se recopiló alrededor del siglo I d.C., es decir, unos quinientos años después de la muerte del buda. En ese momento, los diversos estudiosos del Hinayana sostenían ser la rama ortodoxa del budismo, pero en verdad postulaban doctrinas cerradas, autoritarias y alejadas del espíritu del pueblo. Contra ese trasfondo, surgió en el laicado un movimiento para expresar la fe en el buda a través de venerar o de erigir stupas dedicados a su memoria. Esta fe conducía a las personas laicas a entablar un vínculo de comunicación directa con el buda, en lugar de aceptar la intermediación de monjes autoritarios. Esto pasó a ser el movimiento del budismo Mahayana; en esta época se compilaron los sutras Hannya, Kegon y el Sutra del Loto. Las escuelas del Hinayana criMcaron el nuevo movimiento del Mahayana con el argumento de que sus escrituras eran creaciones arbitrarias y no, enseñanzas del buda. La críMca de que el budismo Mahayana no era la

enseñanza de Shakyamuni exisMó desde el mismo inicio de sus acMvidades. Endo: El nuevo movimiento del Mahayana Mene que haber parecido una religión fraudulenta e impostora, para los tradicionalistas del budismo Hinayana. Pero aunque habían pasado siglos desde la muerte de Shakyamuni, ello no quiere decir que las escrituras c o m p i l a d a s e n e s a é p o c a , correspondientes al movimiento del Mahayana, hayan sido invenciones fraudulentas, sin relación con el buda. Si bien se las compiló Mempo después, respondían a la enseñanza que se había transmiMdo oralmente desde entonces. Esto no sólo es válido con respecto al Sutra del Loto, sino a todos los demás sutras del Mahayana registrados en forma escrita durante ese período. Pero incluso las enseñanzas del Hinayana fueron compiladas por los discípulos de Shakyamuni después de su muerte... Presidente Ikeda: En la India anMgua,


parece que no era costumbre asentar p o r e s c r i t o l a s e n s e ñ a n z a s importantes, sino memorizarlas y transmiMrlas por vía oral. El gran erudito budista Nagarjuna15 escribe en su Daichido Ron (Tratado sobre el Sutra de la Perfección de la Sabiduría): "Los discípulos del buda recitaban las enseñanzas del buda y las registraban en forma de escrituras". Dichas "escrituras" son los sutras del Mahayana. Sea como fuere, lo único que nos cabe e s a d m i r a r e l g e n i o d e l o s compiladores del Sutra del Loto. Pues pudieron extractar la esencia del pensamiento de Shakyamuni a parMr de las enseñanzas que se venían transmiMendo oralmente y por escrito, y revivirla magníficamente. No puedo s i n o p e n s a r q u e , e n t r e l o s compiladores, hubo un individuo brillante, que buscó y percibió con su ser la iluminación de Shakyamuni y q u e d e m o s t r ó u n l i d e r a z g o sobresaliente en la tarea de poner en palabras el contenido del sutra. S u d a : A m e d i d a q u e h a n i d o 15

progresando las invesMgaciones sobre textos budistas, los académicos hallaron las raíces de las enseñanzas del Mahayana -posteriores en el Mempo- en los primeros textos de Hinayana; así pues, llegaron a recalcar que, en verdad, el Mahayana surgió a parMr de desarrollar las ideas del buda de un modo correcto y ortodoxo. Como esto deja claro, ya no puede sostenerse la idea de que "sólo las e s c r i t u r a s d e l H i n a y a n a s o n enseñanzas del buda y que los textos del Mahayana son apócrifos". Tanto las escrituras del Hinayana como las del Mahayana derivan de una sola fuente: el buda Shakyamuni. Saito: De todas las escrituras del Mahayana, el Sutra del Loto no Mene parangón, en cuanto a la fe y la sabiduría que conMene, para tomar como modelo y referencia al propio buda Shakyamuni. En ciertos senMdos, hasta podría decirse que el Sutra del Loto es "un tratado del siglo I sobre el buda Shakyamuni". El significado de "Esto es lo que yo escuché"

Nagarjuna (? nac. y muerte): Destacado filósofo del movimiento Hinayana, que desarrolló su tarea en la India, entre el 150 y el 250 d.C.


Saito: Creo que también podemos interpretar el significado de "Esto es lo que yo escuché" -palabras iniciales del capítulo "Introducción"- desde el punto de vista del Sutra del Loto universal. La cuesMón sería a qué se refiere "esto", en otras palabras, cuál es el contenido real de eso que se escuchó. Por supuesto, superficialmente, alude a los veinMocho capítulos del Sutra del Loto. Pero en verdad va mucho más allá de eso. Endo: El gran maestro Miao-lo da una interpretación convencional de lo que se escuchó o de "la sustancia de una doctrina escuchada de boca del buda": dice que se refiere a la totalidad de los veinMocho capítulos del Sutra del Loto. Pero Nichiren Daishonin se adentra mucho más allá y declara que "la sustancia de la doctrina" se refiere al "corazón de todos los fenómenos".16 En otras palabras, a Myoho-renge-kyo. El Daishonin elucida este tema en el "Ongi Kuden", cuando se refiere a la

16

Gosho Zenshu, pág. 709.

17

Ib., pág. 708.

declaración de T'ien-t'ai en el Hokke Mongu (Palabras y frases del Sutra del Loto): "Esto" [de "Esto es lo que yo escuché"] indica "la sustancia de una doctrina escuchada de boca del buda", mientras que "lo que escuché" alude a "la persona capaz de sostener dicha doctrina".17 Presidente Ikeda: En este caso, para leer el sutra, el Daishonin aplica el principio de "texto, significado e intención". "Texto" se refiere al c o n t e n i d o l i t e r a l d e l s u t r a . "Significado" indica la doctrina o principio que dicho texto refleja. Cuando uno se restringe a examinar sólo el aspecto literal de una escritura, s e q u e d a e n e l u m b r a l d e l "significado". Pero de nada sirve analizar en detalle el "texto" y el "significado" del Sutra del Loto, si no llegamos a su corazón, es decir, a su verdadera "intención". El Daishonin llega a la conclusión de que "'la sustancia de la doctrina' no es otra


que Nam-myoho-renge-kyo".18 "La sustancia de la doctrina", "el corazón de todos los fenómenos" es la mismísima sabiduría del buda, que late y palpita en los veinMocho capítulos del sutra. Y esa sabiduría es Nammyoho-renge-kyo. "Esto es lo que yo escuché" -en otras palabras, haber escuchado dicha sabiduría tal como es- se refiere a la fe y al camino de maestro y discípulo. Sólo mediante la fe de los discípulos en el maestro aquellos pueden ingresar en el mundo de la sabiduría de buda. Como señaló T'ien-t'ai en su Maka Shikan, "el budismo es como un océano, en el cual sólo se ingresa por medio de la fe". Desde esta perspecMva, "esto es lo que yo escuché", desde el punto de vista del Sutra del Loto, significa concentrar todo nuestro ser en captar la resonancia palpitante de la vida del buda y conectarnos directamente con ella. "Esto" se refiere a la fe y a la comprensión, gracias a las cuales aquel

que recibe las enseñanzas puede "escucharlas exactamente como se las ha predicado" y grabarlas así en su corazón. Y ya que esta acMvidad involucra todo nuestro ser, se usa la expresión "lo que yo escuché", "lo que escuché 'yo'", y no lo que escucharon los oídos, pues esto no es un fenómeno audiMvo, sino algo que se lleva a cabo con toda la vida de uno. El "yo" de la frase suele referirse a Ananda19 , el discípulo de Shakyamuni a quien se le atribuye el papel central en la compilación de las escrituras. Pero hoy, en este UlMmo Día de la Ley, el "corazón" o verdadera esencia de ese "yo" es cada una de las personas. Cada uno de nosotros escucha la enseñanza del Daishonin de Nammyoho-renge-kyo con todo su ser y abraza la fe en él. He aquí el verdadero significado de "Esto es lo que yo escuché". El Daishonin afirma: El significado que hay detrás de cada palabra y frase de los veinMocho

18

Ib., pág. 709.

19

Ananda: Uno de los diez discípulos principales de Shakyamuni. Era el que mejor escuchaba las enseñanzas y, por eso, desempeñó un papel clave en la primera compilación de los sutras, tras la muerte del Buda.


capítulos del sutra se refiere a escuchar esta doctrina para aplicarla en la propia vida; esto queda resumido en las palabras "Esto es lo que yo escuché". Lo que se escucha es Nammyoho-renge-kyo. Por lo tanto, dice el sutra, "todos logran entrar en el Camino del buda".20 No debemos leer el sutra como si fuera algo separado de nosotros mismos. En cambio, deberíamos "escucharlo" para "aplicarlo a nuestra propia vida", como la "mismísima Ley de nuestro propio ser". Endo: Es una explicación muy clara... En el Daichido Ron, Nagarjuna escribe: "El significado de 'esto' [en 'Esto es lo que yo escuché'] es la fe". Y T'ient'ai escribe en su Hokke Mongu: "'Esto' [en la misma cita] indica tener fe y creer [en las enseñanzas del sutra, tal como son]". Nagarjuna uMliza una alegoría muy interesante con respecto a la fe. La fe, afirma, es como un cuero suave; pero la falta de fe es como el cuero duro. El cuero suave puede ser uMlizado en muchas aplicaciones prácMcas, pero el cuero duro, no. En 20

Gosho Zenshu, pág. 794.

otras palabras, los que poseen fe pueden seguir las enseñanzas del buda y escucharlas tal como él las ha proclamado; pero para los que no Menen fe, esto es imposible. T'ien-t'ai habla de "tener fe y seguir". C r e o q u e a q u í h a y a l g o m u y importante. Además, define qué es seguir: es cuando "uno avanza para seguir las enseñanzas del buda así co m o u n e st u d i a nte s i g u e l a s instrucciones de su profesor". Cuando uno manMene la fe con fidelidad, sin desviarse de lo correcto, se establece el camino de maestro y discípulo. Presidente Ikeda: La esencia de "Esto e s l o q u e y o e s c u c h é " e s l a inseparabilidad entre el maestro y el discípulo. Y esta es la quintaesencia de la transmisión budista. En esa gesta humana que es la relación de maestro y discípulo, existe mutua consonancia y respuesta entre el deseo de un buda de salvar a todas las personas y el deseo del discípulo que quiere corporificar y propagar las enseñanzas de su maestro. Y el epítome de esta coincidencia es la


frase "Esto es lo que yo escuché". Por otro lado, el Sutra del Loto es una escritura para la época posterior a la muerte del buda. Ya en el estadio del capítulo "Introducción" comienzan a desarrollarse los temas básicos del sutra: cómo salvar a los seres animados después de la muerte del buda y quiénes serán los que, en ese momento, mantengan y propaguen el Sutra del Loto. Un ejemplo de ello es el r e l a t o s o b r e e l b o d h i s a ^ v a Espléndidamente Brillante, discípulo del buda Brillo del Sol y de la Luna, quien predicó el Sutra del Loto después de la muerte del maestro y condujo a la iluminación a los demás, entre los cuales se contaban, precisamente, los ocho príncipes hijos del buda.

myoho-rengekyo se propagará durante diez mil años y más aún, durante toda la eternidad".21 En otro orden de cosas, también es cierto que la persona que realmente se preocupa por los demás Mene la capacidad de conmover el corazón de la gente aún después de haber muerto. Podemos poner el ejemplo del Mahatma Gandhi: él dijo una vez que, si su alma podía servir para iluminar a la humanidad, que él seguiría hablando aun desde la tumba.

Saito: El deseo de los budas es ayudar a los seres animados, durante toda la eternidad, a lograr la iluminación. Ese es el propósito con el cual hacen su advenimiento en el mundo.

Y la lucha de los discípulos que c o m p a r t e n l a d e t e r m i n a c i ó n apasionada de su maestro y desean salvar a las personas aun en el futuro contribuye enormemente a lograrlo. La Ley sin falta da origen a acciones misericordiosas. Ocurre que todo anda muy bien mientras el maestro está con vida. Pero cuando él ya no está, se pone a prueba realmente la fortaleza del vínculo entre maestro y discípulo. El budismo es así de estricto.

Presidente Ikeda: Sí. El Daishonin escribe: "Si la misericordia de Nichiren es realmente grande y amplia, Nam-

Cuando todos lloraban la muerte de Shakyamuni, un monje anciano se puso de pie:

21

The Major Writings of Nichiren Daishonin, vol. 4, pág. 271.


Deteneos, amigos. No estéis tristes. No os lamentéis. En buena hora nos h e m o s l i b ra d o d e e s e s e v e ro pracMcante. Siempre nos fasMdiaba diciéndonos qué era bueno hacer, qué era malo hacer... De ahora en más, hagamos lo que nos plazca. Y no hagamos más lo que no tenemos ganas de hacer.22 Estoy seguro de que no podrán creer los senMmientos que tenía ese monje. Pero, si hemos de ser honestos, así funciona la mente de la mayoría de las personas... Por esa razón, ustedes, como líderes del siglo XXI, son dueños de una misión realmente profunda. Saito: En efecto... Es algo que uno tendría que recordar a cada instante. P e r o v o l v a m o s a l c a p í t u l o "Introducción". Tras la muerte del buda Brillo del Sol y de la Luna, su d i s c í p u l o , e l b o d h i s a ^ v a Espléndidamente Brillante, predicó el Sutra del Loto del mismo modo que su maestro había hecho. Me pregunto si esto podría considerarse como la 22

prácMca de "Esto es lo que yo escuché". Presidente Ikeda: Sí, creo que sí. La muerte del buda fue un verdadero punto decisivo, en que el bodhisa^va Espléndidamente Brillante dejó de ser un discípulo "que buscaba ser conducido a la iluminación" y pasó a ser uno "que conducía a otros a la iluminación". He aquí el espíritu del Sutra del Loto. La esencia de "Esto es lo que yo escuché" es que el discípulo se ponga de pie con la determinación autónoma de guiar a los demás a la felicidad, así como su maestro hizo con él. Es la declaración de librar una lucha histórica, de asumir cualquier adversidad prontamente, con tal de poder llevar a los demás a la iluminación. La compilación del Sutra del Loto de los veinMocho capítulos, tras la muerte de Shakyamuni, fue posible gracias a sus discípulos, que se congregaron y comparMeron unos con otros "eso que ellos habían escuchado", por su puro

Genshi Bukkyo no Seiritsu (El establecimiento del Budismo temprano), edit. por Hajime Nakamura, Shunjusha, Tokio, 1992, pág. 307.


deseo de salvar a todos los seres vivientes, basados en el mismo estado de vida que el buda. En tal senMdo, podemos decir que el Sutra del Loto c o r p o r i fi c a e l e s p í r i t u d e l a inseparabilidad entre maestro y discípulo. Quizá desde cierta perspecMva, la iluminación del señor Toda en la cárcel también pueda describirse como su propia experiencia personal de "eso que él escuchó", mientras sufría persecuciones en nombre de la Ley. Allí, él "escuchó" las palabras del sutra "Yo siempre estoy aquí, predicando la Ley"23, tal como expuso el Buda original, Nichiren Daishonin. Suda: Hablando de discípulos que se ponen de pie para conMnuar con la misión de su maestro, hace poco volví a leer algunos fragmentos de Un diario juvenil, la crónica personal que usted escribió durante sus años de juventud. Esos pasajes consignaban los días posteriores a la muerte del señor Toda [el 2 de abril de 1958]. Una vez más, me conmovió su mensaje. Los registros de su diario dan cuenta de cómo usted, asumiendo el corazón de su 23

The Lotus Sutra, cap. 16, pág. 229.

maestro como propio, luchó noche y día e hizo lo imposible para hallar la mejor forma de proteger y desarrollar la Soka Gakkai. Por favor, si me permite, quisiera citar unos pocos párrafos: 8 de abril de 1958. Hoy, unas ciento veinte mil personas acudieron a ofrendar incienso [en memoria del señor Toda]. Son personas sinceras, que respetan a Sensei de todo corazón. He decidido que debo seguir guiándolas, de ahora en adelante, ilimitadamente, hacia la felicidad. En nombre de mi "padre". 25 de mayo de 1958. A veces, la acMtud de muchos de los responsables me indigna. ¿O acaso han olvidado la muerte de Sensei? Qué lasMmoso... 10 de noviembre de 1958. Cada día, siento que la misericordia de mi difunto maestro fluye y palpita en todo mi ser. 12 de diciembre de 1958.


L o s j ó v e n e s e s t á n a v a n z a n d o enérgicamente. Lucharé por ellos, toda mi vida, sacrificándome por su bien, si e s o e s n e c e s a r i o . E s t o e s , precisamente, lo que ha hecho mi mentor. 20 de febrero de 1959. El clamor de mi maestro, el mismísimo grito de su vida, parece desvanecerse con el paso del Mempo. Pero no debo permiMr que ello ocurra. Tenemos la organización, el estudio doctrinal, un lugar en la sociedad... p e r o l o i m p o r t a n t e e s t e n e r m i s e r i c o r d i a y p e r s o n a s misericordiosas; tener espíritu de búsqueda inquebrantable y personas de espíritu de búsqueda sin límites. 23 de julio de 1959. Los responsables más altos deberían pensar más seriamente en nuestros miembros. Tendrían que abandonar sus propios intereses y ponerse a servir a los miembros. Sólo entonces los demás los seguirán con alegría. Nuestros líderes no deben ser

taimados: sería muy infortunado para la gente... Presidente Ikeda: Mis senMmientos no han cambiado en absoluto hasta hoy. El espíritu del Sutra del Loto, desde el p r i n c i p i o a l fi n , e s e l d e l a inseparabilidad entre el maestro y el discípulo. El significado de escuchar la Ley: La voz cumple la función del buda Suda: Creo que escuchar Mene un significado muy profundo en relación con la vida humana. El oído se desarrolla antes que la vista o el olfato. Endo: David Burrows, profesor de Música en la Universidad de Nueva York, Mene una información muy interesante al respecto: El feto en el vientre materno se sobresalta ante el sonido de un portazo. Se ha podido registrar la rica y cálida cacofonía que reina en el útero: los laMdos del corazón de la madre y su respiración se cuentan entre los primeros indicios que Mene un bebe de que existe un mundo fuera de su


propia piel.24 Suda: Al parecer, el oído es el primero de los senMdos en desarrollarse. Pero, en senMdo más amplio, creo que escuchar no es exactamente lo mismo que oír. Se refiere al poder de la vida, capaz de percibir el misterioso ritmo que palpita en el universo. Nichiren Daishonin escribe: "En este mundo saha, colmado de conflictos, la iluminación se logra a través de escuchar".25 A parMr de mi propia experiencia, puedo decir que yo olvido fácilmente lo que leo en un libro, pero cuando escucho con atención una conferencia, la impresión que me provoca es muchas veces más fuerte que la de cualquier lectura. Y los contenidos quedan grabados en mi memoria.

Endo: El vigésimo sexto sumo prelado

Nichikan Shonin dijo que uno debía seguir invocando daimoku durante cierto Mempo, después de que la persona moría, para que el difunto pudiera escucharlo.26 Saito: En el Sutra del Loto, se le otorga gran importancia al acto de escuchar la Ley. Cada vez que Shakyamuni hace una declaración importante con respecto a la Ley, como ocurre en los capítulos "Medios hábiles" y "Duración de la vida", después se enumeran inmediatamente las virtudes de escuchar el Sutra del Loto. Presidente Ikeda: Nichiren Daishonin también dijo: "Escuchar es el modo más importante de captar este sutra".27 Por eso la voz del buda es tan importante. Con respecto al ideograma kyo (sutra), de Myoho-rengekyo, el Daishonin sosMene: "La voz cumple la función del

24

BURROWS, David: Sound, Speech and Music (El sonido, la voz y la música), Editorial de la Universidad de Massachusetts, Amherst, 1990, pág. 17.

25

Gosho Zenshu, pág. 415.

26

Fuji Shugaku Yoshu (Obras selectas de la escuela Fuji), Seikyo Shimbunsha, Tokio, 1977, vol. 3, pág. 264.

27

Gosho Zenshu, pág. 416.


buda. Este es el significado de kyo (sutra)".28 Endo: El Daishonin también ha dicho que, entre los treinta y dos rasgos notables del buda, el más prominente era "su voz pura y capaz de llegar a lo lejos", esa voz que podía alcanzar el Cielo Brahma.29 La "voz pura y capaz de llegar a lo lejos" es la que se escucha desde la distancia, la que suena clara y pura en su modulación, la que da placer escuchar. Creo que Shakyamuni Mene que haber tenido una voz de esta clase... Presidente Ikeda: Estoy seguro de que S h a k y a m u n i p u d o i n s p i r a r profundamente a las personas y revivir su espíritu porque tenía una voz tan maravillosa. Era la voz de la verdad, que corporificaba la Ley de la iluminación, con respecto a la cual él se había esclarecido en lo más profundo de su ser.

La voz es la vibración de toda la enMdad viviente. En la voz se revelan la personalidad y el ser de una persona. Un escritor francés dijo, en una oportunidad, que la voz es el segundo ro stro. Aunque uno o culte su verdadera apariencia, no puede esconder la voz. Suda: Hay un arvculo muy interesante que apareció en la publicación cienvfica británica Nature, donde se consignan los resultados de un experimento sobre la credibilidad de diversos medios de comunicación.30 Una misma persona llevó a cabo dos entrevistas: una, cierta; la otra, llena de falsedades. Ambas se volcaron a través de tres medios: la prensa, la radio y la televisión. Es decir que las dos entrevistas se publicaron, se transmiMeron y se televisaron, y entonces se les pidió a los públicos respecMvos, es decir, a los lectores, a la audiencia radial y a los televidentes, que decidieran cuál de las dos entrevistas, en cada medio, era falsa.

28

Ib., pág. 708

29

The Major Writings of Nichiren Daishonin, vol. 5, pág. 146.

30

WISEMAN, Richard: "The megalab truth test" (La prueba de la verdad en el "megalaboratorio"), en Nature, vol. 373, 2 de febrero de 1995, pág. 391.


La televisión consiguió engañar a la mayoría de la gente. Pero, entre los que escucharon la radio, un setenta y cinco por ciento pudo reconocer la falsa historia. Los lectores de diarios se ubicaron en el medio entre ambas p o s i c i o n e s . C re o q u e e s fá c i l interpretar esto: es más fácil ser engañado por las imágenes visuales que por la voz. Saito: En la recitación del daimoku de Nam-myoho-renge-kyo, yo percibo un ritmo maravilloso. Si se lo compara con el sonido débil y deprimente del cánMco del Nembutsu, el daimoku resulta un sonido poderoso, que infunde coraje y energía a la gente. Suda: El célebre violinista sir Yehudi Menuhin se refirió al sonido del daimoku en un encuentro con el presidente Ikeda. Dijo que el Nam, de Nam-myoho-renge-kyo, era un sonido fuerte. La "m" de Nam es la fuente de la vida, el sonido con el cual comienza la palabra "madre" y la sílaba "ma", que es la primera que aprende un niño. Declaró que esa "m" era muy

importante. Y también comentó que en el daimoku el sonido "re", de mucha relevancia, ocupaba un lugar central y crucial (en rengue).

Presidente Ikeda: El daimoku es el ritmo fundamental del universo, la más venerada entre las voces. El Daishonin escribe: Cuando pronunciamos Myoho-rengekyo una sola vez, con ese solo sonido convocamos y manifestamos la naturaleza de buda de todos los budas [...] y de todos los demás seres v i v i e n t e s . E s t e b e n e fi c i o e s inmensurable e ilimitado.31

Y también afirma:

Nosotros somos como el huevo, ignorantes y no iluminados, pero cuando nos nutre la invocación de Nam-myoho-renge-kyo [...] somos libres de surcar el firmamento de la realidad úlMma.32 En otro gosho, escribe: "Sólo yo,

31

The Major Writings of Nichiren Daishonin, vol. 6, pág. 207.

32

Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 1, pág. 264.


Nichiren, hoy invoco Nam-myohorenge-kyo, sin escaMmar la voz".33 No escaMmar la voz no quiere decir hablar a los gritos o con volumen muy fuerte. Se refiere a la gran voz misericordiosa, que busca conducir a toda la gente a la iluminación. Sin escaMmar la voz y el corazón, en inseparabilidad con el Daishonin, en la SGI estamos llevando a cabo nuestras a c M v i d a d e s p a ra p ro p a ga r l a s enseñanzas budistas. En la SGI resuenan muchas voces. La más fundamental es nuestra sincera invocación de daimoku. Pero también escuchamos la cálida voz del aliento, la vibrante voz del coraje, la honesta voz d e l a d i c h a , l a s e r i a v oz d e l compromiso, la clara voz de la sabiduría. Son, todas, fuente de un mananMal de beneficios sin límites. La SGI está llevando a cabo la gloriosa labor del buda: propagar ampliamente la Ley MísMca, con todas esas voces que se consagran sin reservas.

33

The Major Writings of Nichiren Daishonin, vol. 4, pág. 272.


GOSHO: Esto es lo que escuche He recibido el rollo con el texto completo del Sutra del loto de la Ley prodigiosa que usted transcribió en ideogramas pequeños, así como también dos túnicas acolchadas, diez mil monedas y cien abanicos plegables, a modo de ofrenda, para la consagración del mencionado rollo. En el primer volumen de Palabras y frases del «Sutra del loto» encontramos un pasaje que afirma: «La palabra “esto” [de “Esto es lo que escuché”] indica la esencia de una doctrina que se oyó del Buda». Y el primer volumen de Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”» afirma: «Si “esto” no es la doctrina que supera las ocho enseñanzas, entonces ¿cómo podría considerársela la enseñanza de este Sutra [del loto]?». El Sutra de la guirnalda de flores comienza así: «Sutra de la guirnalda de flores del buda Grande e Inmenso. Esto es lo que escuché». El Sutra de la sabiduría empieza diciendo: «Sutra de la gran perfección de la sabiduría. Esto e s l o q u e e s c u c h é » . E l S u t ra Mahavairochana comienza así: «Sutra de la protección de Mahavairochana a

través de los poderes sobrenaturales. Esto es lo que escuché». ¿Qué indica “esto” en estos y en otros sutras? Se refiere al xtulo de cada sutra. Cada vez que el Buda exponía una enseñanza, le asignaba un xtulo que revelaba su principio esencial. Después de la exRnción del Buda, cuando aquellos que lo habían escuchado —como Ananda, Manjushri y VajrasaYva— compilaron las enseñanzas recibidas de él, en primer lugar expresaron el xtulo de un sutra y, luego, «Esto es lo que escuché». El corazón de cada sutra está contenido en su xtulo. Por ejemplo, la Rerra de la India posee setenta estados, y sus fronteras miden noventa mil ris de longitud; sin embargo, todas las personas, animales, plantas, montañas, ríos y la Rerra que la integran están incluidos en esa sola palabra, «India». Todo lo que existe en los cuatro conRnentes del mundo se ve claramente reflejado en la faz de la Luna, sin excepción. De la misma manera, las enseñanzas de un sutra están contenidas en su xtulo. Los xtulos de los Sutras agama, por ejemplo, explican el principio esencial de tales enseñanzas, que es que todas


las cosas son transitorias. Estos xtulos son cien, mil y diez mil veces superiores a los dos ideogramas que significan «existencia» y «no existencia», empleados en los xtulos de las escrituras no budistas. Los seguidores de las noventa y cinco escuelas no budistas, al escuchar los xtulos de los Sutras agama, abandonaron sus ideas distorsionadas y abrazaron la verdad de la transitoriedad. Quienes escuchan los xtulos de los Sutras de la sabiduría comprenden las tres enseñanzas: que todas las cosas son no sustanciales en sí mismas(1); que el Camino Medio es independiente de la no sustancialidad y de la existencia temporaria(2), y que aquel está inseparablemente unido a ellas(3). Quienes escuchan el xtulo del Sutra de la guirnalda de flores perciben c u a l q u i e ra d e l a s ú l R m a s d o s enseñanzas anteriores. Quienes escuchan los xtulos del Sutra Mahavairochana, de los Sutras correctos e iguales, y de los Sutras de la sabiduría comprenden que todas las c o s a s , c u a n d o s e l a s a n a l i za , demuestran carecer de sustancia(4) o que son no sustanciales en sí

mismas(5); que la no sustancialidad es independiente del Camino Medio y de la existencia temporaria o que es inseparable de ellos(6); que el Camino Medio es independiente de la no sustancialidad y de la existencia temporaria, o que está inseparablemente unido a ellas. Sin embargo, quienes escuchan los xtulos de tales sutras provisionales no pueden comprender el beneficio de la iluminación perfecta que surge de las enseñanzas de la posesión mutua de los diez estados, los cien estados y mil factores, y los tres mil aspectos. A excepción del Sutra del loto, las demás enseñanzas no exponen esta doctrina esencial, y por eso, sus seguidores son como personas comunes en el nivel donde sólo se puede ser buda en teoría. Los budas y bodhisaYvas que aparecen en esos sutras no alcanzan el nivel en que se escucha el nombre y las palabras de la verdad, en la prácRca del Sutra del loto; y menos aún el nivel de la percepción y la acción, pues ni siquiera recitan el xtulo del Sutra del loto. Por esta razón, el gran maestro Miao-lo afirmó en Comentario sobre «Palabras y frases


del “Sutra del loto”»: «Si “esto” no es la d o c t r i n a q u e s u p e ra l a s o c h o enseñanzas, entonces ¿cómo podría considerársela la enseñanza de este Sutra [del loto]?». Los xtulos de los otros diversos sutras corresponden a la categoría de las ocho enseñanzas. Son como la malla de una red de pesca, mientras que el xtulo del Sutra del loto es como la cuerda principal de la red, que manRene unida la malla de las ocho enseñanzas. Quienes entonan Myoho-renge-kyo [el xtulo del Sutra del loto], incluso sin entender su significado, comprenden no sólo el corazón del Sutra del loto, sino también la «cuerda principal», es decir, el principio esencial de las enseñanzas expuestas por el Buda durante su vida. Un príncipe heredero de apenas uno, dos o tres años, aunque no tenga conciencia de su autoridad, cuando ascienda al trono reinará sobre el Imperio y será obedecido por el regente y los ministros imperiales. Un bebé crece en forma natural con sólo mamar la leche de su madre, aunque no lo comprenda en forma consciente. A la inversa, si un ministro arrogante menospreciara a un joven príncipe

heredero ocasionaría su propia ruina, como le sucedió a Chao Kao [de la dinasxa Ch’in]. Los eruditos de los otros sutras y de las demás escuelas, que desdeñan al príncipe que entona sólo el xtulo del Sutra del loto, finalmente se arruinarán, como le ocurrió a Chao Kao, quien cayó en el infierno del sufrimiento incesante. Sin embargo, si un devoto del Sutra del loto recita su xtulo sin conocer el significado e, inRmidado por sacerdotes instruidos de otras escuelas, abandona su fe, esa persona es como el joven emperador xtere Hu Hai, quien [reemplazó al Príncipe heredero pero] fue amenazado y asesinado por Chao Kao. Nam-myoho-renge-kyo no sólo es la esencia de las enseñanzas del Buda, sino también el corazón, la esencia y el principio supremo del Sutra del loto. Sin embargo, pese a ser una enseñanza maravillosa, nadie la ha propagado en los más de dos mil doscientos veinte años transcurridos desde la muerte del Buda. No la propagaron los veinRcuatro sucesores del Buda en la India, ni lo hicieron T’ien-t’ai y Miao-lo en la China, ni tampoco el príncipe Shotoku y


el gran maestro Dengyo en el Japón. Por lo tanto, cuando yo —un ignoto sacerdote— la expuse, las personas rehusaron creer en ella pensando que debía de ser una enseñanza falsa. Es algo por demás comprensible. Si, por ejemplo, un humilde soldado hubiese anunciado que sedujo a la hermosa cortesana Wang Chao-chün, nadie le habría creído. Del mismo modo, las personas no pueden creer que un humilde sacerdote haya expuesto el corazón del Sutra del loto, Nammyoho-renge-kyo, cuando ni siquiera lo hicieron T’ien-t’ai o Dengyo, personas tan respetadas como los ministros y nobles de la Corte. Tal vez usted no lo sepa, pero el cuervo —ave despreciada como ninguna— puede reconocer los presagios de los hechos malos y buenos que ocurrirán a lo largo del año, algo que ni el águila ni el halcón son capaces de hacer. La serpiente no está a la altura del dragón ni del elefante, y, sin embargo, siete días antes puede saber que ocurrirá una inundación. Aunque Nagarjuna y T’ien-t ’ai no hayan conocido la enseñanza que propago, si esta es clara a la luz del sutra nadie debería dudar

de ella. Quien me desprecia y no entona Nam-myoho-renge-kyo es como un bebé que duda de la leche de su madre y se niega a ser amamantado, o como un enfermo que sospecha de su médico y rehúsa tomar el remedio que este le indica. Nagarjuna y Vasubandhu tuvieron conciencia de esta enseñanza pero no la propagaron, quizá porque supieron que no era la época propicia y que las personas de su Rempo no tenían capacidad para comprenderla. Otros, muy probablemente, no la hayan propagado porque no llegaron a conocerla. El budismo se propaga según la época y la capacidad de las personas. Aunque, tal vez, yo no sea digno de esta enseñanza, la expongo porque es la época correcta. Nuestros contemporáneos consideran que los cinco ideogramas de Myohorenge-kyo son sólo un nombre, pero esto no es acertado. Myoho-renge-kyo es la esencia, es decir, el corazón del Sutra del loto. Chang-an afirmó: «Así pues, [la explicación de T’ien-t’ai sobre el xtulo contenida en] el prefacio transmite el profundo significado del sutra. El profundo significado indica el


corazón del texto»(7). Según esta explicación, Myoho-renge-kyo no es el texto de la escritura ni su significado, sino el corazón de todo el sutra. Quienes buscan el corazón del sutra fuera de su xtulo son tan necios como la tortuga que buscaba el hígado del mono fuera del mono(8), o como el mono que parRó del bosque para buscar frutas a orillas del mar. Nichiren En el vigésimo octavo día del undécimo mes, tercer año de Kenji (1277), signo cíclico hinoto-ushi. Al sacerdote laico Soya Jiro (9) Antecedentes «Esto es lo que escuché» es la frase con que comienzan muchos sutras. Los sutras son registros de las enseñanzas del buda Shakyamuni, memorizadas y luego consignadas por escrito por sus discípulos. Por lo tanto, la frase anterior tesRmonia la validez de lo que a conRnuación aparece escrito en el texto de un sutra. Sin embargo, aquí el Daishonin explica su significado desde

un enfoque más profundo. T’ien-t’ai dijo: «La palabra "esto” [de “Esto es lo que escuché”] indica la esencia de una doctrina que se oyó del Buda». La esencia de cada sutra está representada por su xtulo. Y el xtulo, o esencia, del Sutra del loto —Myoho-renge-kyo— es la enseñanza suprema del budismo. De ahí que Miao-lo haya explicado las palabras de T’ien-t’ai diciendo: «Si “esto” no es la d o c t r i n a q u e s u p e ra l a s o c h o enseñanzas, entonces, ¿cómo podría considerársela la enseñanza de este Sutra [del loto]?». En esta carta, Nichiren Daishonin destaca que Myoho-renge-kyo, el xtulo del Sutra del loto, es la esencia no sólo del Sutra del loto, sino también de todas las demás enseñanzas. Lo compara con la cuerda principal de una red, que une «la malla de las ocho enseñanzas». Esto significa también que, desde el punto de vista del Sutra del loto, todos los otros sutras y las enseñanzas que estos abarcan Renen valor y pueden usarse para explicar y propagar la esencia del Sutra del loto, o Nam-myoho-renge-kyo. Finalmente, cita la interpretación que hace Chang-an de las palabras de T’ien-


t’ai en Profundo significado del «Sutra del loto», y concluye diciendo:«Myohorenge-kyo no es el texto de la escritura ni su significado, sino el corazón de todo el Sutra [del loto]». Esta carta explica también la razón por la cual las personas no aceptaban creer en el xtulo del Sutra del loto, su principio más profundo: no lograban comprender su importancia, en base a la superioridad relaRva de las diversas enseñanzas; en cambio, lo juzgaban según la posición social de los sacerdotes que predicaban tales enseñanzas. Pero no fue ninguno de esos sacerdotes encumbrados del budismo sino un humilde monje, Nichiren, quien expuso la Ley de Myoho-renge-kyo. Ir al inicio Notas 1. Noción expuesta en la enseñanza de conexión, o Mahayana introductorio, que sosPene que, como todas las cosas surgen de un origen dependiente, su existencia, en sí misma, es no-sustancial. 2. Noción expuesta en la enseñanza específica, que sosPene que las tres verdades están separadas una de otra y son independientes entre sí. 3. Noción expuesta en la enseñanza perfecta, que establece la relación de inclusión mutua

entre la realidad esencial y todos los fenómenos, y la unificación de las tres verdades. En otras palabras, la idea de que las tres verdades se incluyen entre sí. 4. Noción expuesta en la enseñanza del Tripitaka según la cual todos los fenómenosp son considerados no sustanciales cuando se los analiza en relación con sus elementos consPtuPvos. Esto es contrario a la idea mencionada antes (véase nota 1) de que todos los fenómenos carecen de sustancia en sí mismos. Las enseñanzas de esta categoría fueron expuestas, principalmente, para las personas de los dos vehículos y, en forma secundaria, para los bodhisa^vas. 5. Noción de la no sustancialidad expuesta en la enseñanza del Tripitaka, que sosPene que dicha noción es la única realidad y excluye todas las otras ideas o verdades. 6. Noción expuesta en la enseñanza de c o n e x i ó n , q u e e x p l i c a q u e t o d o , esencialmente, carece de sustancia, aunque manifieste una realidad temporaria o un aspecto fenoménico. 7. Este pasaje aparece en el prefacio de Profundo significado del «Sutra del loto», de Chang-an, y se refiere al prefacio a la misma obra escrito por el propio T’ien-t’ai. 8. Esta historia se encuentra en el Sutra sobre el cofre de los muchos tesoros. Había una vez dos tortugas en el fondo del mar. La tortuga hembra, como estaba preñada, tenía deseos de comer hígado de mono. El macho salió a la superficie y engañó a un mono para que este se subiera al caparazón, diciéndole que lo llevaría a la otra orilla, donde la fruta era más abundante. Cuando la tortuga llevó al mono al océano y trató de quitarle el hígado,


el mono dijo que había dejado su hígado atrás en la copa de un árbol, y que, si podía regresar allí, se lo daría. Entonces, la tortuga llevó al simio de vuelta a la orilla. Al llegar, el mono saltó del caparazón y subió disparando a un árbol muy alto, desde donde se burló de la tortuga por su necedad. 9. Soya Jiro Hyoe-no-jo Kyoshin (1224-1291), quien vivió en la aldea de Soya, en la provincia de Shimosa, y fue uno de los principales creyentes del área. Se piensa que fue funcionario de la Corte, durante el sogunato de Kamakura..


GOSHO: Carta a Akimoto

He recibido las treinta vasijas cilíndricas y los sesenta platos que usted tuvo la genRleza de enviarme. Una vasija es un Rpo de recipiente. Porque la gran Rerra Rene concavidades, puede contener agua; y porque el cielo azul es puro, la Luna brilla en él. Cuando asciende la Luna, el agua refulge con luz pura; y cuando cae la lluvia, las plantas y los árboles florecen. Una vasija es cóncava como la Rerra, y puede contener agua en su interior, del mismo modo que esta se almacena en un estanque. Y el reflejo de la Luna flota sobre la superficie del agua, del mismo modo en que el Sutra del loto impregna nuestro ser. Pero toda vasija está expuesta a tener cuatro defectos. El primer caso es el de la vasija inverRda o tapada, que sucede cuando es puesta boca abajo o se le cubre la boca con una tapa. El segundo caso es el de la vasija rajada, por cuya grieta se escurre el líquido. El tercer caso es el de la vasija con impurezas, que hace que el contenido se contamine. Si la vasija está sucia,

aunque se le vierta agua pura, esta se tornará inservible. El cuarto caso es el de la vasija que mezcla los contenidos. Si el arroz se mezcla en el interior con Rerra, pedregullo, arena o suciedad, dejará de ser comesRble. La vasija, en este ejemplo, representa nuestro cuerpo y nuestra mente. La mente es una especie de recipiente, como también lo son la boca y las orejas. El Sutra del loto es el agua del Dharma de la sabiduría de Buda. Pero cuando esta agua ingresa en nuestra mente, podemos darla vuelta y hacer que se vuelque. O podemos impedir que entre cubriéndonos los oídos para no escucharla. O escupirla, decididos a no dejar que nuestra boca la entone. En tales casos, somos como la vasija inverRda o tapada. Por otro lado, aunque tengamos cierto grado de fe, tal vez recibamos malas influencias que la debiliten. En tal caso, terminaremos por abandonarla en forma intencional; o bien, por cada día que la mantengamos, la descartaremos durante un mes. En esos casos, somos como recipientes que pierden agua. O quizá seamos la clase de pracRcantes del Sutra del loto que entonan Nammyoho-renge-kyo con la boca en un


momento dado, pero invocan NamuAmida-Butsu al minuto siguiente. Este caso es como mezclar desperdicios con el arroz, o agregarle arena y guijarros. Sobre eso advierte el Sutra del loto cuando dice: «Con el único deseo de aceptar y abrazar el sutra del gran vehículo y no aceptar una sola estrofa de los demás sutras».1 Las eminencias de hoy en día suponen que no hay nada malo en mezclar la prácRca del Sutra del loto con otras prácRcas ajenas; en su momento, yo Nichiren, mantuve esta misma opinión. Pero el pasaje del sutra [que acabo de citar] no autoriza este Rpo de ideas. Supongamos que una mujer, consorte de un gran rey, engendrara un hijo de sangre real, pero decidiera volver las espaldas al monarca y casarse con un plebeyo. En tal caso, se mezclarían la descendencia del rey con la del hombre común; como resultado, el cielo y las deidades tutelares2 reRrarían su protección, y el reino quedaría expuesto a la ruina. Ese hijo de dos padres no sería rey ni plebeyo, sino un ser ajeno al mundo de los hombres. Este es uno de los puntos más importantes que expone el Sutra del

loto. La doctrina de la siembra, maduración y cosecha3 de la semilla es el corazón y la esencia del Sutra del loto. Todos los budas de las tres existencias y de las diez direcciones, en todos los casos, han logrado la Budeidad mediante la semilla representada por los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo. Las palabras Namu-Amida-Butsu no son semillas de la Budeidad; tampoco pueden cumplir esta función los diversos mantras o los cinco preceptos. Hay que tener este punto absolutamente claro, porque corresponde al defecto de mezclar los contenidos. Se considera recipiente perfecto a la vasija que no posee ninguna de estas cuatro fallas; es decir, que no está inverRda, no pierde líquido, no está sucia ni mezcla los contenidos. Si los tabiques que rodean un foso no Renen filtraciones, el agua jamás se escurrirá. Y si el corazón de la fe es perfecto, el agua de la sabiduría, de la gran sabiduría imparcial, jamás se secará. Ahora bien, las vasijas que usted me ha enviado son resistentes y gruesas, y, además, están recubiertas de pura laca. Simbolizan la firmeza y la tenacidad de su fe en el Sutra del loto.


Se dice que el rey celesRal Vaishravana obsequió cuatro cuencos al Buda, y, gracias a ello, llegó a ser la deidad suprema de la buena fortuna en los cuatro conRnentes del mundo. La dama Virtud Pura ofrendó ochenta y cuatro mil escudillas al buda Rey del Sonido del Trueno Nebuloso, y dicho acto le permiRó llegar a ser el bodhisaYva Sonido Maravilloso. Usted, por su parte, ha obsequiado al Sutra del loto treinta vasijas y sesenta platos; ¿cabe alguna duda de que será un buda? Al Japón se lo conoce con diez nombres disRntos, como Fuso, Yamato, Mizuho y Akitsushima. Y se lo puede definir, también, como un país de sesenta y seis provincias y dos islas, que mide más de tres mil ris de longitud, y entre cien y quinientos ris de ancho. Se divide en cinco regiones, que rodean la capital, y siete zonas fronterizas; Rene quinientos ochenta y seis distritos, y tres mil setecientos veinRnueve poblados. En cuanto a sus suelos, posee once mil ciento veinte chos de R e r ra s d e c a l i d a d s u p e r i o r, y ochocientos ochenta y cinco mil quinientos sesenta y siete chos de territorios de otras clases. Su población

es de cuatro millones novecientos ochenta y nueve mil seiscientos cincuenta y ocho habitantes. Hay tres mil ciento treinta y dos santuarios, y once mil treinta y siete templos. Los hombres suman un millón novecientos noventa y cuatro mil ochocientos veinRocho, y las mujeres, dos millones novecientos noventa y cuatro mil ochocientos treinta. De todos los hombres que hay en el país, debería considerarse a Nichiren, y sólo a él, como el más prominente. ¿En qué senRdo lo es? En el odio que le profesan hombres y mujeres. Y la razón es que, aunque las provincias del Japón s o n m u c h a s y s u s h a b i ta nte s , numerosos, todos Renen la misma acRtud interior y todos invocan NamuAmida-Butsu por igual. Como el buda Amida es su objeto de devoción, aborrecen todas las otras nueve direcciones, salvo el oeste.4 Así pues, los que pracRcan el Sutra del loto, los que siguen los procedimientos de la escuela Palabra Verdadera, los que observan los preceptos, los sabios y los necios consideran que todas esas disciplinas son secundarias y que el Nembutsu es su prácRca primordial; por eso recitan el nombre de ese Buda,


creyendo que así podrán expiar sus faltas. Algunos, entonces, lo recitan sesenta mil, ochenta mil o cuatrocientas ochenta mil veces, en tanto que otros lo hacen diez, cien o mil veces. Pero yo, Nichiren, soy el único en sostener que la invocación del buda Amida conduce a renacer en el infierno del sufrimiento incesante; que la escuela Zen es un invento del demonio celesRal; que la escuela Palabra Verdadera es una doctrina nociva que destruirá al país, y que tanto la escuela Preceptos como aquellos que observan los preceptos son traidores a la nación. Como actúo así, todos, desde el soberano hasta la gente común, me temen más que a un enemigo de sus padres, un adversario de existencias pasadas, un conspirador, un salteador nocturno o un bandido. Se enfurecen, me insultan y me atacan. Los que hablan mal de mí son recompensados con Rerras, mientras que aquellos que me elogian son expulsados de sus comarcas o casRgados con multas; a la hora de dar prebendas, los beneficiados son los que quieren eliminarme. Como si esto fuera poco,

en dos ocasiones fui objeto de la ira de las autoridades.5 Soy la persona más extraña que habita el mundo actual; pero, además, nunca ha habido alguien tan extraño como yo en los noventa reinos de los soberanos humanos,6 en los más de setecientos años transcurridos desde que las enseñanzas budistas comenzaron a difundirse en el Japón. Yo, Nichiren, soy como el gran cometa de la era Bun’ei (1264): una rareza celesRal como nunca antes se había visto en el Japón. Yo, Nichiren, soy como el gran terremoto de la era Shoka (1257), una anormalidad terrestre como jamás había acaecido en este lugar. Desde el comienzo de su historia, en el Japón ha habido veinRséis traidores. El primero fue el príncipe Oyama; el segundo, Oishi no Yamamaru, y así sucesivamente, hasta el vigésimo quinto, Yoritomo, y el vigésimo sexto, Yoshitoki. Los primeros veinRcuatro hombres fueron abaRdos por las tropas imperiales, que exhibieron sus cabezas en el portón de la cárcel o arrojaron sus cuerpos en las montañas para que allí se pudriesen. Pero los dos úlRmos lograron derrocar al soberano y tomaron el control absoluto de la


nación; así llegó a su fin el régimen imperial. Y sin embargo, la gran masa del pueblo no odia tanto a estos traidores como odia a Nichiren. Y si usted se pregunta por qué, yo puedo decírselo: el Sutra del loto afirma, en un pasaje, que es superior a todos los sutras.7 Sin embargo, el gran maestro Kobo declara que el Sutra del loto ocupa el tercer lugar,8 en tanto que el gran maestro Jikaku ubica el Sutra del loto en segundo término,9 y el gran maestro Chisho concuerda con Jikaku. Por ende hoy, cuando los sacerdotes del monte Hiei, del To-ji y del Onjo-ji ponderan el Sutra del loto, leen la frase que lo encumbra en el lugar primero, pero al leerlo interpretan que el Sutra del loto ocupa el segundo o tercer lugar. Ni los nobles ni los clanes guerreros poseen conocimientos detallados sobre este tema. Pero, como así opinan los eminentes sacerdotes en quienes ellos creen, terminan comparRendo la misma visión que sus maestros. En cuanto a los otros grupos, la escuela Zen se define como una enseñanza transmiRda por fuera de los sutras,10 y esto la lleva a hablar despecRvamente del Sutra del loto. La escuela Nembutsu

afirma que «ni una sola persona en mil» puede salvarse a través de las demás enseñanzas11 y que «ni una sola persona ha logrado jamás la Budeidad»12 por su intermedio; con ello infiere que hay que abandonar el Sutra del loto, porque es demasiado elevado en comparación con el Nembutsu. La escuela Preceptos está integrada por doctrinas del Hinayana. El Buda no condonó la propagación de estas enseñanzas ni siquiera el Primer Día de la Ley, así que mucho menos aprobaría su difusión en el ÚlRmo Día, dado que podrían confundir y desviar al gobernante. Tres mujeres de la AnRgüedad —Ta Chi, Mo Hsi y Pao Ssu— llevaron por el mal camino a los soberanos de tres dinasxas13 y les hicieron perder el trono. De la misma manera, estas doctrinas perniciosas se propagan por todo el país y hacen que el Sutra del loto pierda el lugar que le corresponde. Como consecuencia, la Diosa del Sol y el gran bodhisaYva Hachiman han abandonado a grandes soberanos como Antoku, Takahira y otros, que murieron ahogados en el mar o fueron desterrados a islas remotas. Y es así como, habiendo perdido la protección


de las deidades celesRales, fueron derrocados por familias que durante generaciones enteras habían estado a su servicio. Depositaron su fe en hombres que eran enemigos del Sutra del loto; pero al no haber nadie que lo comprendiera, tampoco hubo forma de que los soberanos advirReran su error. EfecRvamente, como dice la frase, los hombres sabios pueden percibir la causa de las cosas, así como las serpientes disRnguen los caminos de su propia especie.14 Yo, Nichiren, no seré sabio, pero así como las víboras enRenden lo que piensa un dragón, y los cuervos saben pronosRcar los buenos y los malos Rempos, yo fui capaz de prever el curso que tomarían los acontecimientos. Sabía que si me refería a esta cuesRón, sería sancionado de inmediato, pero también que si callaba, caería en el gran infierno Avichi. Para pracRcar las enseñanzas del Sutra del loto, hay que comprender tres principios. El primero concierne a los que denigran la Ley, como, por ejemplo, el monje Intención Superior, el monje Costa del Sufrimiento, el erudito Vimalamitra y el Gran Brahmán Arrogante. Estos hombres iban vesRdos

con las tres túnicas, sostenían a la altura de los ojos la escudilla de mendicante15 y observaban meRculosamente los doscientos cincuenta preceptos; pese a todo ello, como en realidad eran enemigos del Mahayana, terminaron cayendo en la gran ciudadela del infierno del sufrimiento incesante. En el Japón de épocas recientes hubo hombres como Kobo, Jikaku y Chisho, que observaron los preceptos como antes habían hecho esos monjes, y no les fueron en zaga en sabiduría. Pero como dijeron que el Sutra Mahavairochana —la enseñanza de la escuela Palabra Verdadera— ocupaba el primer lugar y relegaron el Sutra del loto a la segunda o tercera posición, si por ventura mi visión llegara a ser correcta, todos ellos han de estar ahora en la gran ciudadela del infierno del sufrimiento incesante. Es, en verdad, temible decir cosas como estas; mucho menos debería uno atreverse a exponerlas por escrito. Pero ya que fue el Buda quien declaró que el Sutra del loto era supremo, si uno se enterara de que alguien le asigna el segundo o tercer lugar y, por miedo a los demás o a las autoridades,


no dijera lo que debe, «en realidad es su enemigo»;16 es decir, estaría actuando como un temible enemigo de todos los seres vivos. Así lo establecen tanto los sutras como los comentarios, y es lo que me ha instado a expresarme con acRtud resuelta. Hablar sin miedo a los demás y sin flaquear ante la sociedad es lo que indica hacer el sutra cuando afirma: «No nos preocupan el cuerpo o la existencia; sólo vivimos pendientes del Camino insuperable».17 No es que uno haya olvidado las injurias y los ataques con palos y piedras que debió sufrir el bodhisaYva Jamás Despreciar; no es que uno carezca de temor a la reacción de la gente. Sencillamente, es que la condena del Sutra del loto será mucho más severa. Así les sucedió a Sukenari y Tokimune,18 quienes, aun en el campo del sogún, actuaron como lo hicieron porque ansiaban vengarse de su enemigo, y la sola idea de no poder lograrlo les producía una vergüenza atroz. Lo que acabo de expresar es el principio concerniente a los que actúan contra la Ley en forma individual.

En cuanto a las familias que denigran la Ley, puede que sus miembros pasen toda la vida sin oponerse al Sutra del loto. Pero, aunque lo pracRquen a cada hora del día y de la noche, por el solo hecho de haber nacido en una familia detractora del Sutra, renacerán sin excepción en el infierno del sufrimiento incesante.19 Por ejemplo, todas las personas nacidas en la familia del monje Intención Superior o del monje Costa del Sufrimiento, o que fueron sus discípulos y seguidores laicos, cayeron, muy a su pesar, en el infierno del sufrimiento incesante. Otro ejemplo es la familia de Yoshimori. Sin contar a los que murieron en enfrentamientos armados, fueron exterminados todos, hasta los hijos que las mujeres del clan llevaban en su vientre, arrancados del útero materno antes de nacer. Pues bien, yo, Nichiren, he mencionado a los tres grandes maestros Kobo, Jikaku y Chisho, que han tenido la osadía de afirmar en sus escritos que el Sutra del loto representaba la región de la oscuridad, lo cual es una doctrina tan falsa como engañosa. Si lo que afirma el Sutra del loto es correcto, ¿qué cree usted que les sucederá a los sacerdotes del monte Hiei, del To-ji, del Onjo-ji, de


los siete templos principales de Nara y, en definiRva, de los once mil treinta y siete templos de todo el Japón? Si nos atenemos a los ejemplos citados, no hay duda de que todos ellos caerán en la gran ciudadela del infierno del sufrimiento incesante. Ese es el principio que concierne a las fa m i l i a s q u e a c t ú a n co nt ra l a enseñanza. Luego, está el caso del país que denigra la Ley. Todos los habitantes de una nación donde abundan los detractores de la Ley —absolutamente todos— tendrán que caer en la gran ciudadela del infierno del sufrimiento incesante. Así como todas las corrientes de agua desembocan en el gran océano, del mismo modo, sobre ese país se abaRrán los más diversos infortunios, abundantes como la hierba y los árboles en las montañas. Cuando hayan acaecido, mes tras mes, las tres calamidades y, día tras día, los siete desastres, cundirán el hambre y la sed, y el país se converRrá en un reino de enRdades hambrientas. Cuando las plagas y enfermedades arrasen la Rerra, el país se transformará en un reino infernal. Cuando estalle la guerra, pasará a ser un reino de asuras. Y

cuando los padres, hermanos y hermanas, ignorando sus lazos de sangre, se tomen unos a otros por marido y mujer, el país será un reino animal. En tales circunstancias, no hace falta esperar la muerte para caer en los tres malos caminos. Pues el país donde uno habite en vida, se converRrá en alguno de esos cuatro reinos. Este es el principio concerniente al país cuya población actúa contra la Ley. Los habitantes de este Rpo de países son como los que vivieron durante el ÚlRmo Día de la Ley del buda Gran Adorno, o en la época impura del buda Rey del Sonido del León. Y si es verdad lo que dice el Sutra sobre la forma de saldar las deudas de graRtud, la gente se alimentará con la carne de sus propios padres y hermanos fallecidos, o de cualquier otra persona muerta; y también comerá criaturas vivas. Así es el Japón actual; el país está poblado de gente que come carne humana, como los maestros de la escuela Palabra Verdadera, los sacerdotes de la escuela Zen y los que observan los preceptos. Y esto es consecuencia, pura y exclusivamente, de las falsas doctrinas que expone la escuela Palabra Verdadera. Ryuzo-bo es


tan sólo uno de los incalculables antropófagos cuyo caso ha tomado estado público. Con una acRtud muy semejante a la de él, la gente consigue carne humana y la mezcla con carne de venado o de jabalí; o la trocea y, mezclándola con pescado o carne de ave, la machaca o conserva en vinagre, para luego venderla. Es imposible calcular cuánta gente ya ha comido esa carne. Y si las cosas han llegado hasta este punto es porque los dioses celesRales y las deidades benevolentes que cuidaban y protegían el país han abandonado esta Rerra. Finalmente, el Japón será atacado por otras naciones, sus habitantes terminarán peleando unos contra otros, y el territorio se converRrá en un verdadero infierno del sufrimiento incesante. Yo, Nichiren, vengo observando desde hace Rempo estos graves errores y no deseo ser cómplice, pues temo las recriminaciones del Buda, tengo conciencia de mis deberes y deseo saldar la deuda de graRtud que he contraído con mi país. Así pues, anuncié y di a conocer todas estas cosas al gobernante de la nación y a sus habitantes.

El primero de los muchos preceptos es el que prohíbe matar seres humanos. Los cinco preceptos comienzan con el mandato de no quitar la vida; también empiezan con la prohibición de suprimir la vida los ocho preceptos, los diez preceptos, los doscientos cincuenta, los quinientos, los diez preceptos principales del Sutra de la red de Brahma, los diez preceptos inagotables del Sutra de la guirnalda de flores y los diez del Sutra del collar alhajado. Y de los tres mil casRgos prohibidos por la escuela confuciana, la pena de muerte ocupa el primer lugar. La razón es que «ni siquiera los tesoros de un gran sistema planetario pueden igualar el valor del cuerpo y de la vida», 20 lo cual significa que la vida no puede ser reemplazada por todas las joyas y los tesoros que hay en el gran sistema planetario. Quien mata una ínfima hormiga caerá en el infierno, por no mencionar a los que matan peces o aves. Quien corta una sola brizna de hierba caerá en el infierno; con mucha más razón, quien trocee cadáveres. Así y todo, por severas que sean las prohibiciones de matar, se dice que si una persona actúa como enemiga del Sutra del loto, darle muerte es realizar


un acto de mérito encomiable. En tal caso, ¿cómo podría ser correcto dar limosnas y sustento material a alguien así? Por esa razón, el rey Sen’yo ejecutó a quinientos maestros brahmanes, el monje Concreción de la Virtud dio muerte a innumerables detractores de la enseñanza correcta, y el gran monarca Ashoka ajusRció a ciento ocho mil personas no budistas. Ambos gobernantes fueron considerados los reyes más sabios de toda la Rerra de Jambudvipa, y el monje, por su parte, fue reconocido como el más sabio de todos los que observaron los preceptos. El rey Sen’yo, Rempo después, renació como el buda Shakyamuni; el monje Concreción de la Virtud, como el buda Kashyapa, y el gran monarca Ashoka fue reconocido como un hombre que accedió al Camino. Hoy, el Japón se asemeja a las Rerras de estas figuras. Es un país donde, ya sea que las personas observen los preceptos, que los transgredan o que no tengan precepto alguno —se trate de gobernantes, de ministros o de gente común— todos se unen con un mismo propósito, que es actuar contra el Sutra del loto. La situación es tal que,

aunque alguien se arrancara la piel y transcribiera en ella el Sutra del loto, u ofreciera su propia carne como limosna,21 el país de todos modos se condenaría a perecer, y hasta esa persona caería en el infierno por su gran transgresión. El único remedio es detener el avance de las escuelas Palabra Verdadera, Nembutsu y Zen, y de los que observan los preceptos, y consagrarse al Sutra del loto. Los que saben de memoria los sesenta volúmenes de la escuela Tendai y son personas de sabiduría para el soberano y las autoridades, ¿alaban la escuela Palabra Verdadera y se unen a los seguidores del Nembutsu, Zen y Preceptos porque falla su sabiduría o porque, aun a sabiendas de la situación real, temen la reacción de la sociedad? Su responsabilidad es cien y mil veces mayor que la de dichos seguidores, y bien podría comparárselos con Shigeyoshi o Yoshimura.22 El gran maestro Tz’u-en escribió Elogio a la profundidad del «Sutra del loto», obra en diez volúmenes donde ensalzó el Sutra del loto; pero así y todo, cayó en el infierno. Este hombre fue un discípulo descollante del maestro del Tripitaka Hsüan-tsang, a su vez maestro


del emperador T’ai-tsung y, según dicen, reencarnación de Percibir los Sonidos del Mundo23 de los once rostros. El tema de sus escritos se asemejaba mucho al Sutra del loto, pero la esencia de ellos era idénRca a las enseñanzas anteriores al Sutra del loto; por esa razón, se precipitó en el infierno. El gran maestro Chia-hsiang escribió el Tratado sobre la profundidad del «Sutra del loto» en diez volúmenes; en circunstancias ordinarias, eso lo habría condenado a caer en el infierno del sufrimiento incesante. Pero él descartó su forma personal de leer el Sutra del loto y se puso a las órdenes del gran maestro T’ien-t’ai, lo cual le permiRó escapar de los tormentos infernales. Hoy en día, los hombres de la escuela del Loto son como aquellos hombres de antaño. El monte Hiei debería ser un basRón del Sutra del loto, y el Japón debería ser un país consagrado a las enseñanzas del vehículo único. No obstante, el gran maestro Jikaku usurpó el priorato de la escuela que debería haber estado dedicada al Sutra del loto y actuó como un prior de las enseñanzas de Palabra Verdadera; y los

tres mil sacerdotes de dicho monte lo siguieron como discípulos. El gran maestro Kobo robó a la escuela del Loto la lealtad del emperador Saga, quien antes pracRcaba estas enseñanzas, e hizo del Palacio Imperial un templo de la escuela Palabra Verdadera. El emperador Antoku, que respetaba como maestro al prior Myoun, hizo que este realizara conjuros para derrotar a Yoritomo, ministro de la Corte. Sin embargo, ambos fueron casRgados por el general de la Derecha Yoritomo; pero, además, el emperador Antoku murió ahogado en el mar occidental, y Myoun fue ejecutado por Yoshinaka. El soberano Takahira convocó al administrador sacerdotal Jien, prior de la escuela Tendai, y a otros eminentes sacerdotes del To-ji, de Omuro y de otros templos —cuarenta y un hombres en total—; los hizo erigir un gran altar en el Palacio Imperial y realizar conjuros para someter a Yoshitoki, administrador actuante del sector oeste de la capital. Pero a los siete días, el décimo cuarto día del sexto mes, la capital fue tomada por las tropas de Yoshitoki; los soberanos24 fueron desterrados a la provincia de


Oki y a la isla de Sado; el prior y el prelado de Omuro,25 al igual que los demás, recibieron duros casRgos, y en algunos casos, el disgusto les valió la muerte. La población de nuestra época no alcanza a comprender el verdadero origen de estos acontecimientos. Y la única causa es que confunden la superioridad del Sutra del loto con la del Sutra Mahavairochana. Y ahora, cuando el Japón se expone a ser atacado por el gran Imperio mongol, nos enteramos de que las autoridades piensan emplear las mismas doctrinas nefastas, con intención de derrotar a los mongoles mediante conjuros. Es algo que también confirman los registros a diario. ¿Cómo podría no angusRarse, entonces, el que comprende la verdadera situación? ¡Cuán trágico es que hayamos nacido en un país donde la gente denigra la enseñanza correcta y se condena a enfrentar semejantes tribulaciones! Aunque nosotros, en forma personal, no cometamos actos contra la Ley, ¿cómo eludir la retribución por pertenecer a una familia o a un país que sí lo hacen?

Si usted quiere evitar la censura por pertenecer a una familia donde se actúa contra la enseñanza correcta, hable con sus padres o hermanos de esta cuesRón. Tal vez lo odien por decir estas cosas, pero cabe la posibilidad de que crean en sus palabras. Si desea eludir la censura por vivir en un país que denigra la Ley, debe confrontar al soberano, aunque eso le valga la muerte o el desRerro. «No nos preocupan el cuerpo o la existencia; sólo vivimos pendientes del Camino insuperable», dice el Sutra del loto. Y el comentario afirma: «Nuestro cuerpo es insignificante, pero la Ley es suprema. Uno debería dar la vida con tal de propagar la Ley».26 La razón por la cual usted no ha podido lograr la Budeidad en los incontables kalpas transcurridos desde el pasado hasta el presente es que, cada vez que se vio ante una situación como esta, el miedo le impidió decir lo que debía. Este principio también tendrá vigencia en el futuro. Yo, Nichiren, comprendo estas cosas por todo lo que he debido sobrellevar. Pero aunque haya entre mis discípulos algunos que enRendan estas cuesRones, temen ser incriminados por


esta sociedad; se aferran a su vida como algo seguro, cuando en realidad es e@mera como el rocío, y por eso dudan de la fe, manRenen sus creencias ocultas o Renen acRtudes de esta índole. Un pasaje del Sutra del loto dice que ese sutra es «lo más di@cil de creer y lo más di@cil de comprender»;27 he aprendido el valor de esta frase por propia experiencia. Quienes actúan contra la Ley son numerosos como las parxculas de polvo; los que creen en ella son escasos como la Rerra que cabe sobre una uña. Los primeros son un inmenso mar, los segundos, una gota de agua. En el monte T’ien-t’ai, hay una cascada de trescientos metros de altura, conocida como el Portal del Dragón. Allí, al comienzo de la primavera, se dan cita los peces con el propósito de trepar la catarata. El pez que logre ascender, así sea uno sólo en cien o en un millar, se converRrá en dragón. La corriente de esa cascada es más veloz que una flecha o que el fulgor de un relámpago. Y ascender contra la corriente no es la única dificultad; a comienzos de la primavera, los pescadores se juntan alrededor de la

base y arrojan cientos y miles de redes para atrapar los peces; les disparan flechas o, simplemente, los recogen con la mano. Pero además, también acuden águilas, halcones, milanos, lechuzas, Rgres, lobos, perros y zorros, para capturarlos y devorarlos. De tal suerte, pasan veinte o treinta años sin que un solo pez consiga converRrse en dragón. Es como una persona pobre y sin alcurnia que sueña con ser admiRda en el palacio del emperador o como una mujer de origen humilde que anhela ser la consorte real. Comprenda, entonces, que depositar la fe en el Sutra del loto es aun más di@cil que todo esto. El Buda nos ha adverRdo una y otra vez que, si vemos a un enemigo del Sutra del loto y no hacemos nada por refutarlo, denunciarlo o ponerlo en evidencia ante el gobernante y, en cambio, callamos por miedo a los demás, aunque nos destaquemos en la observancia de preceptos, aunque tengamos una sabiduría excelsa o seamos versados en el Sutra del loto y en las otras escrituras, en todos los casos caeremos en la gran ciudadela del infierno del sufrimiento incesante. Imaginemos, a modo de ejemplo, que


sin haber comeRdo jamás un solo acto desleal, nos enteramos de que alguien está tramando una traición. Si no informáramos al gobernante, seríamos tan culpables del crimen como el traidor. El gran maestro Nan-yüeh afirmó: «Si uno ve a un detractor del Sutra del loto y no lo censura, se convierte en enemigo de la Ley y caerá en el infierno del sufrimiento incesante».28 Ni siquiera tendrá escapatoria un hombre de gran sabiduría, si ve a una persona así y no la denuncia: caerá en el profundo infierno del sufrimiento incesante, y mientras ese infierno exista, allí permanecerá. Temiendo tales admoniciones del Buda, yo, Nichiren, acusé a todos aquellos que, en este país, merecían ser denunciados; por ello, más de una vez fui condenado al exilio o a la muerte. Con la convicción de haber expiado mis faltas pasadas y de no tener culpa alguna, me marché de Kamakura para establecerme en esta montaña, y ya han pasado siete años. Le describiré esta montaña: se encuentra en Tokaido, que es una de las siete zonas fronterizas del Japón, formada por quince provincias. Una de

ellas es la de Kai, donde hay tres distritos denominados Iino, Mimaki y Hakiri; es en este úlRmo donde vivo, en una lejana región montañosa que abarca una superficie de más de veinte ris, al noroeste del distrito. Hacia el norte se eleva el monte Minobu; hacia el sur, el monte Takatori; al oeste, el monte Shichimen; y al este, el monte Tenshi. Son como tablones colocados a los cuatro lados. El área exterior está bordeada por cuatro corrientes fluviales. El río Fuji corre de norte a sur, y el río Haya, de oeste a este, por detrás de esta área. Al frente se encuentran el río Hakiri, que corre de oeste a este, y su tributario, el río Minobu, que forma una cascada. Es como si hubieran trasladado el Pico del Águila desde la India central hasta aquí, o como si hubiesen traído el monte T’ien-t’ai desde la China. En medio de estas cuatro montañas y de estos cuatro ríos, hay una planicie no más ancha que la palma de una mano; allí he construido una pequeña choza para protegerme de la lluvia. Hice las cuatro paredes con corteza que arranqué de los árboles y me confeccioné una túnica con pellejos de ciervos que hallé muertos en forma


natural. En primavera, me alimento de helechos, y en otoño, acopio frutas para mantenerme con vida. Pero la nieve no ha dejado de caer desde el undécimo mes del año pasado; ya estamos en el primer mes del nuevo año, y todavía sigue nevando. Mi choza mide poco más de dos metros de altura, pero la nieve acumulada supera los tres metros. Vivo escoltado por cuatro muros de hielo; afuera, los carámbanos que cuelgan de los aleros adornan como un collar de joyas el lugar donde realizo mi prácRca religiosa; dentro de mi choza, en lugar de arroz hay monxculos de nieve. Es muy raro que alguien se aventure hasta aquí, aun en épocas normales; pero ahora, con semejante acumulación de nieve y los caminos bloqueados, no ha venido a verme ni una sola persona. Así las cosas, en este momento estoy expiando el karma que me desRna a caer en los ocho infiernos helados y, lejos de lograr la Budeidad en esta existencia, soy como el ave atormentada por el frío. Ya no me afeito la cabeza, así que me veo como una codorniz, y mi túnica está tan Resa y dura por el hielo que parezco un pato mandarín con las alas escarchadas.

A este lugar, donde jamás vienen a visitarme mis amigos de antaño, y donde he sido abandonado incluso por mis propios discípulos, usted ha enviado estas vasijas, que lleno de nieve imaginando que es arroz y de las que bebo agua, imaginando que es gacha. Por favor, deténgase a pensar en l o s e fe c t o s d e s u b o n d a d o s a consideración. Quisiera decirle mucho más. Con mi profundo respeto, Nichiren En el vigésimo sépRmo día del primer mes, tercer año de Koan (1280). Respuesta a Akimoto Taro Hyoe Ir al inicio Antecedentes Esta carta fue enviada desde Minobu a Akimoto Taro Hyoe-no-jo, un creyente que vivía en el distrito de Imba, provincia de Shimosa. En 1260, después de la persecución de Matsubagayatsu, el Daishonin se marchó de Kamakura para alojarse en casa de Toki Jonin, en el distrito de


Katsushika, provincia de Shimosa. Allí, pronunció la llamada «disertación de los cien días», en un salón consagrado al Sutra del loto que había construido Toki Jonin dentro de su propiedad. Se cree que fue en esa época cuando Akimoto se convirRó a las enseñanzas del Daishonin, y que pudo haber sido pariente de Toki Jonin. Akimoto era amigo de Soya Kyoshin y de Ota Jomyo, dos creyentes laicos residentes de esta misma área que habían abrazado la Ley más o menos al mismo Rempo. La persecución de Atsuhara había acaecido tres meses antes de que el Daishonin escribiera la presente carta; además, el ejército mongol se disponía a lanzar una segunda invasión al Japón, y los habitantes del país vivían en un estado de conRnua zozobra. El invierno en Minobu, donde se hallaba la choza del Daishonin, era de un frío glacial, y costaba muchísimo conseguir alimentos y provisiones. En esta atmósfera de adversidad indescripRble, lejos de toda civilización y sin visitantes, el Daishonin recibió los obsequios de Akimoto. Comienza la carta refiriéndose a las vasijas cilíndricas, para ilustrar la importancia de culRvar una acRtud

perfecta en la fe. Destaca que las vasijas poseen cuatro Rpos de fallas intrínsecas: están expuestas a volcarse, a gotear por filtración, a ensuciarse por dentro y a que se mezclen sus contenidos; esto ofrece una analogía con los obstáculos que se interponen en el sendero de una persona hacia la iluminación. En la parte siguiente, el Daishonin esclarece la importancia de reprender los actos de denigración a la Ley. SosRene que sus refutaciones al Nembutsu y a otras escuelas lo han converRdo en el hombre más odiado del Japón, y han provocado como represalia persecuciones que pusieron en peligro su vida; destaca que él es el único que ha sufrido esa clase de hosRgamiento sin precedentes. Luego, menciona tres principios, referidos al individuo, a la familia y al país que denigran la Ley, y dice que uno debe comprender tales principios cuando pracRca el Sutra del loto; explica qué hay que hacer para evitar las consecuencias de pertenecer a cualquiera de esos tres grupos. Asimismo, revela los beneficios de refutar los actos contra la Ley y expone


la manera de garanRzar la paz y la tranquilidad en el país. Más adelante, narra la leyenda de una cascada conocida como el Portal del Dragón, para ilustrar la extrema dificultad de creer en el Sutra del loto y de lograr la Budeidad. A conRnuación, explica el estricto principio budista de amonestar a los enemigos del sutra. Dicha enseñanza esRpula que si vemos a un enemigo del Sutra del loto y no lo amonestamos por temor, caeremos en el infierno del sufrimiento incesante, pese a toda la erudición que podamos poseer. Afirma que él, habiendo actuado de acuerdo con este principio inequívoco, tuvo que sufrir grandes persecuciones, maltratos y calumnias; por úlRmo, dice que se ha radicado en el monte Minobu con la convicción de haber expiado todas sus faltas pasadas. Notas 1. Sutra del loto, cap. 3. 2. «Deidades tutelares» se refiere a las deidades protectoras de un clan. El clan Minamoto, por ejemplo, reverenciaba al gran bodhisaYva Hachiman.

3. Referencia a las tres fases que sigue un buda para conducir a la gente a la Budeidad, análogas al crecimiento y desarrollo de una planta. Primero, el buda planta las semillas de la Budeidad en la vida de las personas, luego nutre esas semillas ayudando a las personas a pracRcar la Ley, y por fin, les permite manifestar plenamente la Budeidad. 4. Según el Sutra del buda Vida Infinita, la Tierra Pura del buda Amida está situada en la región occidental del universo. Las otras nueve direcciones son norte, sur, este, noroeste, noreste, sudeste, sudoeste, cenit y nadir. 5. Referencia a los exilios a Izu y a Sado. 6. Referencia a los soberanos que reinaron desde el legendario primer emperador, Jimmu (r. 660-585 a. C., según las Crónicas del Japón), hasta el n o n a g é s i m o , K a m e y a m a ( r. 1259-1274). 7. Sutra del loto, cap. 10. Allí se expresa: «¡Digo que he predicado diversos sutras y que, de todos ellos, el Sutra del loto es el primero!». 8. Esta afirmación se encuentra en el Tratado sobre los diez niveles de la mente, de Kobo.


9. Esta declaración se halla en el comentario de Jikaku sobre el Sutra del susiddhikara. 10. La escuela Zen sosRene que la esencia del budismo se transmite de mente a mente y no a través de los sutras. 11. Esta frase aparece en Elogio al renacimiento en la Tierra Pura, de Shan-tao. 12. Declaración extraída de Ensayos compilados sobre el Mundo de la Paz y del Deleite, de Tao-ch’o. 13. Los «soberanos de tres dinasxas» son el rey Chou (c. s. xi a. C.), úlRmo rey de la dinasxa Yin; el rey Chieh (c. s. xvii y xvi a. C.), úlRmo soberano de la dinasxa Hsia, y el rey Yu (m. 771 a. C.), úlRmo soberano de la dinasxa Chou occidental. Estos tres monarcas profesaron un amor excesivo por sus respecRvas esposas, Ta Chi, Mo Hsi y Pao Ssu, en detrimento de sus deberes oficiales, lo que a la larga llevó a la caída de las tres dinasxas. 14. Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”». 15. Las «tres túnicas y una escudilla de mendicante» simbolizan la vida austera del monje; eran las únicas posesiones que se le permixa tener.

16. Comentario sobre el «Sutra del nirvana», de Chang-an. El pasaje completo expresa: «El que destruye las enseñanzas del Buda o genera confusión con respecto a ellas está traicionándolas. Si uno se considera amigo de alguien pero carece del amor compasivo necesario para corregirlo, en realidad es su enemigo». 17. Sutra del loto, cap. 13. 18. Sukenari (1172-1193) y Tokimune (1174-1193), también conocidos como los hermanos Soga, fueron guerreros cuyo padre había sido asesinado en 1176 por Kudo Suketsune, quien luego entró al servicio del sogún Minamoto no Yoritomo. En 1193, los hermanos vengaron a su padre asesinando a Kudo Suketsune, en una cacería organizada por Yoritomo. Sukenari fue ulRmado por un súbdito de Kudo, en tanto que Tokimune fue capturado y ejecutado. 19. Aquí se pone énfasis en la importancia de refutar los actos contra la Ley y de evitar toda complicidad con este Rpo de faltas. Aunque uno no sea directamente el perpetrador de una mala acción, si no amonesta a los miembros de su propia familia que actúan contra la Ley o si expresa


acuerdo con ellos, estará sujeto a la misma suerte que ellos correrán. p.1070 20. En el Comentario sobre el «Sutra de la red de Brahma», se menciona un pasaje similar diciendo que es una cita del Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría. 21. Mediante estos ejemplos, el Daishonin describe las austeridades de bodhisaYva pracRcadas por el asceta Aspiración a la Ley y el niño Montañas Nevadas; esas prácRcas, enseña el Daishonin, además de no brindar beneficios a los hombres del ÚlRmo Día de la Ley, tampoco son eficaces para impedir que la gente actúe contra la Ley. 22. Taguchi Shigeyoshi (s. xii) y Miura Yoshimura (m. 1239). Shigeyoshi fue jefe de una poderosa familia guerrera de Awa, provincia situada en la región meridional del Japón. Aunque era defensor declarado del clan Taira, informaba al clan rival Minamoto sobre los asuntos internos del ejército de los Taira y le hacía saber sus posiciones más débiles. Eso contribuyó a la caída de los Taira. Yoshimura fue un general perteneciente a una poderosa familia de guerreros de la provincia de Sagami,

conocido por su astucia políRca. PromeRó asisRr a Wada Yoshimori, también miembro del clan Miura, durante la úlRma revuelta contra el reinado del clan Hojo en 1213, pero se cambió de bando a úlRmo momento en favor de los Hojo, lo cual precipitó la derrota de Yoshimori. 23. Se creía que el bodhisaYva Percibir los Sonidos del Mundo adoptaba formas diversas para salvar a los seres vivos; por eso hay tantas descripciones disRntas de él, como las que aparecen en algunos sutras esotéricos, donde se habla del Percibir los Sonidos del Mundo de once rostros y del Percibir los Sonidos del Mundo de mil brazos. 24. Los «soberanos» que se mencionan son Takahira —es decir, el emperador reRrado Gotoba (1180-1239) —, y Morihira —el emperador reRrado Juntoku (1197-1242) —. 25. La expresión «prelado de Omuro» se refiere al príncipe Dojo, un hijo del emperador Gotoba que adoptó la vida sacerdotal. En general, se llamaba así a los emperadores o príncipes que ingresaban en el sacerdocio y vivían en el Ninna-ji, un templo de la escuela Palabra Verdadera en Kioto que también solía llamarse templo Omuro.


26. Comentario sobre el «Sutra del nirvana». 27. Sutra del loto, cap. 10. 28. Fuente desconocida. Un pasaje similar se encuentra en Sobre las prácRcas pacíficas del «Sutra del loto».


Se ha esforzado con valenPa y vigor


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