LO HUNDIERON CONVERSACIONES TELEFÓNICAS INTERVENIDAS.
sentencia. El expresidente no hizo declaraciones. El tribunal ha establecido que podrá cumplir la pena “bajo régimen de detención domiciliaria bajo vigilancia electrónica”, con un brazalete, por ejemplo. Y de los tres años de la sentencia solo se le aplicará uno. Sarkozy, de 66 años, llegó al poder con un aura de reformista que iba a modernizar Francia, pero la crisis financiera de 2008 y su estilo personalista e impulsivo marcaron un mandato de cinco años que terminó con su derrota ante el socialista François Hollande en 2012. Desde entonces, los escándalos han perseguido a quien fue último tótem de la derecha francesa, el último capaz de unificarla, su último presidente. El antiguo jefe de Estado nunca abandonó los sueños de regresar al palacio del Elíseo, y coqueteaba con la idea de aparecer como el hombre providencial si en 2022, año de las próximas elecciones presidenciales, por cualquier motivo Macron debiese renunciar o si Francia viviera una situación de crisis profunda. Personas que han tratado con él le atribuyen esta frase: “Si hay caos, es Sarko”. Más allá de estas hipótesis, que ya antes de la condena parecían improbables, Sarkozy seguía siendo el referente, el político a quien cualquiera con ambiciones iba a visitar en su
MILED 48
07 DE MARZO DE 2021
despacho de la rue Miromesnil, cerca del Elíseo, para recibir sus consejos o su bendición. La influencia del expresidente se extiende más allá de su partido, Los Republicanos (LR): uno de sus discípulos avanzados es el ministro del Interior de Emmanuel Macron, Gérald Darmanin, quien tras conocerse la condena le transmitió su “apoyo amistoso”. La condena no es definitiva, y el expresidente difícilmente tirará la toalla ante lo que él considera una conspiración de jueces y fiscales en su contra, una instrumentalización de la justicia para acabar con él como figura pública. La batalla no ha hecho más que empezar. El 17 de marzo afronta otro juicio por los gastos de la campaña para la reelección en 2012. Y carga con una imputación por la posible financiación por parte de la Libia de Muamar el Gadafi de la campaña de 2012. En vídeo, la reacción de Frederik Karel Canoy, abogado de las acusaciones civiles, que asegura que esta sentencia sirve para confirmar que la justicia francesa es independiente. (REUTERS) Pero, tras la sentencia de este lunes, le puede resultar más difícil mantener su ascendente en el campo conservador, cada vez más fragmentado, y amenazado por partida doble. De un lado, por una extrema derecha que atrae a sus votantes más