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Fiestas del calendario católico
de lluvias en la serranía, el carnaval andino marca el inicio de un nuevo período agrícola y, por ello, define el tiempo de homenaje a las divinidades del mundo natural –la tierra y las montañas–, pidiendo con rituales y ofrendas la productividad y la protección de cultivos y animales. Período de renovación de los elementos vitales de la naturaleza y de invocación a las fuerzas de la fecundidad, es también un período de cambios en el ciclo vital humano, dentro de la lógica de equiparamiento de la vida humana con el ciclo natural. Como parte de esta concepción, es el tiempo para el cortejo entre los jóvenes y la formación de parejas y futuras familias.
El carácter lúdico del carnaval europeo, de relajamiento de las normas sociales, fue traducido en el carnaval andino como el pukllay o juego, que excede su caracterización original y se convierte en un canal para el contacto directo entre los jóvenes, a saber, de dos formas: la primera es el juego propiamente dicho, en el que los asistentes se mojan y manchan con diversas sustancias –agua, pinturas, harina de maíz– y se arrojan frutos que simbolizan la fertilidad. La segunda consiste en competencias físicas, de fuerza, resistencia y habilidad para llamar la atención de los jóvenes casaderos y facilitar la elección de pareja. Por último, la música y la danza son formas de acercamiento que viabilizan esta dinámica y, en este contexto específico, se han convertido en versiones musicales locales del carnaval.
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El carnaval en el área chopcca da expresa importancia a la renovación de los vínculos sobre los que se funda esta sociedad: al interior de la familia, entre las unidades familiares y la sociedad local en conjunto. Simultáneamente, se restituyen los lazos entre la sociedad humana y el mundo circundante a través del pagapu o pago ritual ofrecido al Taita Wamani, nombre genérico dando a los dioses de los cerros locales, y a la Pachamama.
El carnaval es organizado y monitoreado por las autoridades tradicionales de vara, campos e inspectores. La fiesta se inicia con el quñukuy o reunión de las familias para coordinar los preparativos del domingo de carnaval. Los mayordomos se encargan de contratar el servicio de cocineras y despenseras. En la noche, las autoridades mayores visitan a los mayordomos para la juramentación de los músicos, quienes hacen un compromiso formal, ante la Cruz y las autoridades locales, de cumplir con lo que pide el mayordomo o maizu. 46
46 Quechuización de la palabra maestro, designa al encargado de controlar el cumplimiento de los músicos.