La escuela en diálogo. Pensar la transformación de las prácticas desde lo comunicacional. Elena M. Génova 12
elenamgenova@gmail.com Introducción Está la creencia que los espacios silenciosos o silenciados parecieran ser aquellos que promueven aprendizajes. En el marco de la cátedra de Didáctica General de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata, desde el momento en que se reconstituyó en el año 2014, se han vivido interrupciones en las dinámicas de las clases por parte de otros docentes de aulas contiguas pidiendo silencio porque ellos “estaban dando clase”, sin percibir que, tal vez, en el marco de Didáctica General estaban sucediendo procesos de enseñanza y de aprendizaje, y también se estaba “dando clase” o mejor dicho, se estaban generando prácticas que buscaban repensar las aulas, y producen risas, aplausos y sensación de disfrute. El Grupo de Extensión en Innovación Educativa se plantea desde su origen repensar las prácticas docentes, para transformar las escuelas y lograr habitarlas. Pensando la historización de la escuela, esta se construyó en el imaginario pedagógico como un templo, un espacio de “cerrazón y separación tajante del espacio mundano” (Pineau, 2001, p. 31), y en esa construcción de los futuros sistemas educativos nacionales, la pedagogía lasalleana propuso una práctica que se encarnó en las instituciones educativas: el silencio. Mariano Narodowski (1994) en su libro Infancia y Poder, sostiene que: el silencio es un instrumento de control en la medida en que es el maestro el único capaz de romperlo en ciertas circunstancias, dejando en evidencia al niño que no se somete a estas claúsulas. (…) El control metódico de la sala de clase hace que el silencio sea un valor de respeto absoluto. Hablar es un atributo permanente que los profesores (permanente, pero no discrecional, como se verá prontamente) y los alumnos sólo pueden hacer uso de esa capacidad en el momento en que se les es encomendado. Pero el hacer silencio no se restringe simplemente a la interdicción del habla. El cuidado de su propio cuerpo por parte de los educandos debe ser tal que de los mismos no puede emanar sonido alguno, ni del cuerpo en movimiento ni del cuerpo estático. (Narodowski, 1994, pp. 110-111).
Profesora en Historia (UNLP). Especialista en Docencia Universitaria (UNMDP). Ayudante graduada de Didáctica General (UNMDP), integrante del Grupo de Extensión en Innovación Educativa (GEIE) y del Grupo de Investigación en Didáctica de la Historia y las Ciencias Sociales (GIEDHICS). 12
Puentes de la Innovación. Diálogos inmersivos entre la escuela y la universidad
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