LEER CONTRA LA NADA

Page 1

En estos tiempos de inteligencia más artificial que emocional la sociedad sufre la explotación de una nueva burbuja , la de la emoción, cada día parece una campaña interminable de compra – venta de emociones. Todo aquello que hacemos o decimos busca provocar reacciones, emociones positivas en aprobación a todo aquello que decimos o hacemos, de ahí que rápidamente toda actividad de ocio y aprendizaje sea compartida en las redes sociales más usadas del momento. Quizá es aquí el momento en el que tras acabar mi lectura de leer contra la nada me atrevo a reflexionar sobre conceptos como emoción líquida, fugaz, instantánea, todo lo contario de lo que me han enseñado a vender y mucho menos comprar. El turismo es felicidad, el turista busca momentos que duren para siempre en su retina, en su corazón, por eso el símil de la lectura de un libro con un viaje, pero sedentario, esto me hace pensar en la cantidad de historias que me están esperando en el escaparate, pero sin la promoción de oferta de ocasión. ¿Qué he aprendido de esta primera lectura de leer contra la nada? Esta pregunta después de mi primera reunión en el club de lectura me resulta menos compleja que hace unos meses y tiene una respuesta muy sencilla. He aprendido que el arte de leer, al igual que viajar, requiere una selección previa, una elaboración de itinerario, un precio que pagar y una experiencia que conservar. Resumiendo, he aprendido a que debo seleccionar cada libro que leo, elaborar un esquema de trabajo de comprensión y ampliación de vocabulario, pagar el coste del esfuerzo y el tiempo dedicado y aprender con el tiempo a disfrutar y sacar provecho de cada nueva historia. Esto parecía complejo hasta que precisamente una palabra me lo resuelve en un segundo, la nada como el todo, el objetivo principal de leer este libro no ha sido otro que entender la verdadera razón del hábito lector sin más pretensión que disfrutar con ese toque de ilusión infantil que Antonio Basanta me incita a retomar. Antonio Basanta sabe que se enfrenta a un muro, pues no hay tarea más complicada que hacer que un adulto deje de lado los prejuicios y no analice ni busque en su relato algo magistral que le haga ser el mejor lector o dinamizador de espacios de lectura en estos tiempos de velocidad y ácida imaginación. Por eso me ha gustado leer su discurso intacto que me invita ahora de adulta a afrontar la lectura no como una competición en la que demostrar que soy una lectora empedernida, la lectura según leer contra la nada se empieza a contaminar con el ego lector , con la ansiedad por hacer el mejor comentario crítico literario del momento , al igual que el turismo , la lectura y el viajar son actos que el ser humano ha convertido en un mero vicio sin sentido , donde todos leemos y viajamos pero es muy cuestionable si en verdad disfrutamos de ambos y si nos acaban mejorando en algo. Como bien dijo el gran Federico García Lorca , yo le daría a todo el mundo un pedazo de pan y un libro , como alimentos del alma , creo que a pesar de tantos recursos , de tanto empeño en infundir el hábito lector son muchos los Antonio Basanta y lorquianos que gritan que estamos convirtiendo la lectura en eso , en nada , en ese tiempo de reloj en cualquier rincón devorando una historia más o menos adaptada a nuestro humor y que luego descuartizaremos con gran


afán para demostrar lo bien que nos hemos aprendido la lección . Los grandes escritores de cabecera se rebelarían al ver tanta masificación de géneros, aplicaciones de lectura en teléfonos a los que se les presupone el don de la inteligencia y el auge de clubs de exacerbados lectores que creen leer tanto que se están acercando peligrosamente a esa nada, que es la de leer como mero acto rutinario. Basanta sigue apelando al niño, cuya inocencia no le permite hacer esa crítica literaria profunda y racionalizada, quiere que su libro sea ese instrumento incorruptible que mantenga al lector con la humildad de los pies en el suelo y flotando en un universo abierto, repleto de personajes, escenarios y mucho tiempo. Sigamos leyendo, pero no como sí nada, no como ese turista que ahora quiere ser viajero y reniega del primero, al que considera incapaz de abrazar la emoción y la aventura, no nos convirtamos en ese adulto en exceso científico reflexivo y matemos la pureza y el ansia de aprender del niño.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.