Valencia Misionera Abril- Junio 2023

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VALENCIA MISIONERA

Abril 2023 Número 158

Edita: Secretariado Diocesano de Misiones.

misiones-valencia@omp.es

C/ Avellanas 22-4

46003 Valencia

96 392 24 12 - 644 757 662

Dep. Legal: V-229-1984

Coeditores:

Arzobispado de Valencia

Director: Arturo Javier García

Colaboran en este número:

Juan López

María José Gimeno

Carmen Sancho

Ramón Cuenca

Daniel Ribes

AVAN

Sergio Cánovas Nohales

Imprime: Imprenta Nácher s.l.

@valenciamision

Delegación de Misiones Valencia

misionesvalencia.omp.es

VALENCIA MISIONERA

misionesvalencia

En esta misión encontrarás...

En portada: Misionero César Buendía en Los Olivos, Lima, Perú (Foto A. Sáiz)

4 Desde el origen:

La catolicidad, es decir, la universalidad, es intrínseca al ser cristiano y ello supone el ser misionero. ¿Lo sentimos así?¿Lo vivimos?¿lo compartimos?

6 Fundación Ad Gentes

Conocemos un proyecto de la misión en Indonesia que el misionero claretiano, Francisco Baeza, intenta llevar adelante.

8 Un ratito con...

Brasil acogió a este sacerdote jubilado, quien todavía pensaba que tenía algo que ofrecer, y ¡vaya si lo hace! Hoy cumple su “sueño misionero“.

9 Cartas desde la Misión

María José Gimeno nos escribe desde Perú, donde su presencia ha cumplido ya las “Bodas de oro“. Conocemos su misión.

12 Desde el seminario de Valencia

El Vicariato Apostólico de Requena volvió a recibir a un grupo de seminaristas de Valencia. Ramón Cuenca nos lo cuenta en dos partes.

14 La firma invitada

Mons. Alejandro Wiesse, nuevo obispo del Vicariato Apostólico de Requena, nos visitó y conversó sobre la unión de nuestras diócesis

16 Misionews

Nos hacemos eco de las noticias más destacadas de los últimos meses en el amplio campo de las misiones.

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Para pensar y rezar

A veces nos enredamos entre tantas palabras. Miremos al mundo desde la Palabra.

20 La voz de la experiencia

Una nueva carta nos llega desde la India, como cada año, y es que Carmen Sancho lleva allí ya 60 años. Conoce lo que nos cuenta en esta ocasión.

22 Jóvenes y Misión

Daniel Ribes vino a la Delegación de Misiones para vivir una experiencia misionera de verano. Tuvo que regresar 2 meses más...

Católicos o cristianos adulterados ¿Qué hacemos?

Cuando una Iglesia tiene un problema de cimentación es muy difícil encontrar la raíz de ese problema, todo son consecuencias, síntomas pero muchas veces la enfermedad se diagnostica mal porque los cimientos quedaron enterrados, casi olvidados. Y cuando ya se descubre el origen de las grietas y derrumbe, es muy difícil la solución pues está todo tapado, muy hondo y hay que quitar mucho para llegar. Pero es fundamental solucionarlo pues afecta a todo el edificio que descansa en los principios.

Nuestros fieles, los consejos de pastoral, las parroquias... parecen católicas porque tienen en consideración al Papa y les ayuda todo lo que el Papa nos dice para ser mejores cristianos. Además si les preguntan por su Iglesia dicen que son Católicos. Pero me temo que nuestra visión de pertenencia, como implicación, como responsabilidad es más bien de cristianos de Taifa, como Iglesia localista, ciudadela, pequeña, muy particular. Formamos parte de la Diócesis y por eso necesitamos que nos envíen un sacerdote para que sea párroco, nos gusta que venga el obispo para ciertos acontecimientos, nos ayuda alguna iniciativa de la Diócesis...

¿Pero nos sentimos responsables de la Iglesia en Alemania o Copiapó, en Chile? ¿Rezamos por la Iglesia en Perú o Tailandia? ¿Me creo que

soy una célula de un único cuerpo que es la Iglesia mundial y que su alimento llega a todos y su trabajo también es responsabilidad de todos?

Si no somos católicos no somos cristianos, católico es universal y así es Cristo, así es su misión, no viene solo para unos pocos sino para todo hombre; y bautizarse, incorporarse a este cuerpo con Cristo a la cabeza, es compartir al misión de evangelizar al mundo, y ser uno con todos los cristianos, tanto los de Zarra como los de Singapur. ¿Qué hacemos en común todos los cristianos?

La misión universal, la Iglesia con el Papa a la cabeza es la que evangeliza, misiona en el mundo. No lo hace una diócesis, un monasterio, ni una congregación, o un movimien-

DESDE EL ORIGEN
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to, ni un estilo de vida en la fe, ni un sistema de evangelizar, ni una fundación... Lo hace toda la Iglesia pero no es igual si la mitad lo hacen inconscientes, dormidos, incluso sin esforzarse, como una parte muerta del cuerpo, no es con la misma fuerza.

¿Está presente en nuestra catequesis, en nuestra formación, en la predicación que somos católicos, misioneros? El párroco, los catequistas, profesores, padres y padrinos... todos los que tenemos obligación de transmitir la fe debemos preocuparnos de que los cimientos estén bien, no importa si se tarda un poco más, porque ese esfuerzo de hoy puede salvar el edificio entero, puede conseguir un cristiano católico, auténtico. Tenemos que revisar si formamos en la misión, si alguien que va a recibir los sacramentos porque se ha encontrado con Cristo, le queda claro que recibe una misión de Cristo, anunciar a todo el

que pueda el Evangelio, ser otro apóstol. Y no sólo en su entorno, también en países donde casi no está presente la Iglesia.

La celebración de la Eucaristía nos hace Católicos porque es la misma en todo el mundo, puesto que es obra del Espíritu Santo. En ella nos une una misma Palabra de Dios que se proclama y se predica. La oración por el Papa, los obispos y todos los fieles del mundo. Memoria con un mismo rito que nos da un único pan, y hace uno a todos los que lo comen. Sin olvidar que de ahí surge el envío misionero, de la Eucaristía, por eso se llama Misa. Un envío que no es de un grupo, una parroquia o una diócesis, son de una Iglesia, única, unida en Cristo cabeza. Por eso quien nos garantiza esa unidad es el Papa, así ha recibido este encargo y este carisma de san Pedro que escuchó de Jesús. Por eso son misiones pontificias, del Papa.

“Les dijo: «Todo reino dividido internamente va a la ruina y toda ciudad o casa dividida internamente no se mantiene en pie” Mt 12, 25. Nosotros tenemos el gran don de Dios de ser una Iglesia única, unida. Fortalecer y hacer visible esta unión es imprescindible para la Misión. “Para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado” Jn 17, 23. Por la gracia de Dios la Iglesia de Cristo crece, demos gracias a Dios, sostengamos a nuestros misioneros con oraciones, sacrificios y pidamos al Señor que así como envió a Pablo y Bernabé de Antioquia a la misión, también de Valencia pueda seguir enviando nuevos misioneros.

Arturo Javier García Delegado diocesano

CUIDANDO LOS NUEVOS BROTES

Cuando la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales comenzó a expandir su área de influencia por la zona previamente colonizada por los portugueses aprovechando la Tregua de los Doce Años con España (que controlaba Portugal en aquellos días de 1609) y las Provincias Unidas, nada hacía sospechar que cuatrocientos años y pico más tarde iba a andar un valenciano, del Barrio de San José, por aquellas tierras organizando la formación de seminaristas de la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, los conocidos como Misioneros Claretianos, fundados por San Antonio María Claret justo cien años antes de que Indonesia, en 1949, consiguiera su independencia de los Países Bajos.

Sea casualidad o improbable consecuencia de la Tregua de los Doce Años de 1609, lo cierto es que al Fr. Francisco José Baeza (que así se llama nuestro valenciano del Barrio de S. José) le conocen como Opa Xiku en aquel rincón del planeta, en el que trabaja desde hace más de quince años, en la actualidad como Procurador de Misiones en la Delegación Independiente de Indonesia-Timor Leste, para hacer realidad aquello de ir por todo el mundo y predicar el Evangelio a toda criatura (Mc 16: 15).

Indonesia es un país formado por más de diecisiete mil islas. Si pensamos en los problemas de las Canarias o las Baleares, por aquello de la insularidad, a la hora de desplazamiento de personas y mercancías, caeremos en la cuenta de la complejidad que conlleva tener una nación tan geográficamente dividida. Un país compuesto por ese número de islas (algunas grandes y superpobladas, otras son meros islotes… pero aun así más de diecisiete mil, de las que unas seis mil están habitadas) tiene necesariamente que presentar también una fragmentación social importante. Por ello, desde la independencia, el Gobierno indonesio ha trabajado para presentar la nación como un acuerdo de cinco principios compartidos, representados en el escudo del país. El lema de “Unidad en la diversidad” (Bhinneka Tunggal Ikka, en javanés antiguo) resume la situación perfectamente.

FUNDACIÓN AD GENTES
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Y también fragmentación de tradiciones culturales y religiosas, claro: en Indonesia el Estado reconoce cinco religiones (islam, cristianismo, hinduismo, budismo y confucianismo), siendo el país con más población musulmana del mundo (más del 80% de sus doscientos setenta y siete millones de habitantes lo son). Los cristianos, con un importante 8.7%, suman hasta veintidós millones de almas, lo que es una cantidad nada desdeñable, pese a ser una minoría religiosa.

La fragmentación insular es también una dificultad añadida a la hora de cursar estudios. Tengamos en cuenta que, de las 6000 islas habitadas, solo algunas tienen la suficiente entidad como para contar con infraestructuras educacionales, sobre todo en lo tocante a la enseñanza secundaria y superior. Por eso, los religiosos que van pronunciando sus votos y ampliando estudios necesitan desplazarse y permanecer en casas de formación. Por otro lado, la frecuencia de los viajes, al ser un país tan dividido, hace que sea necesario para el resto de los hermanos contar con lugares de estancia en aquellos nodos de comunicaciones de relevancia, como la capital, Yakarta.

En los últimos años, la Congregación pudo adquirir una pequeña casa de dos alturas en la que alojar en la capital a los estudiantes y a los religiosos en tránsito, pero no en las mejores condiciones por falta de espacio. Ahora han conseguido comprarle al vecino su casita de una altura, con idea de elevarla y fusionarla con la casa anterior, para poder distribuir más adecuadamente a los estudiantes, que no necesitan únicamente un sitio donde dormir, sino donde hacer vida, estudiar y poder llevar sus prácticas comunitarias. Yakarta es la única ciudad donde pueden estudiar algunos de los cursos de idiomas necesarios para conseguir visados, por ejemplo, para Alemania: los jóvenes indonesios son ahora los misioneros en nuestra envejecida Europa.

Este proyecto nace de la primavera vocacional que están viviendo en el sudeste asiático, consecuencia de la cual aparece la urgencia de habilitar espacios donde poder dar cauce a los jóvenes que responden a la llamada del Espíritu, el mismo Espíritu que, en su soplar donde quiere (cfr. Jn 3: 8), llevó al P. Baeza desde la plaza Xúquer al otro lado del mundo, hace ya tantos años.

Si quieres saber más sobre la Fundación Ad Gentes y sus proyectos, puedes contactar al 96 392 24 12, escribiéndo a adgentes@fundacionadgentes.org o colabora en Banco Sabadell ES74

0081 5515 2900 0261 7863

En la vejez seguiré dando fruto

¿Cómo surge la vocación?

Desde pequeñito con mi abuelita íbamos a visitar la casa san Vicente Ferrer y después a la Mare de Deu, rezando el Rosario, y siemrpe dentro de la Iglesia. Yo, viendo películas de misioneros, quería serlo, quería ser como el padre Damián, como los jesuitas crucificados... pero me di cuenta de que “no valía”.

Una vez ordenado, pedí salir a misiones y se me pidió esperar. Me quedé en la Diócesis y todos los veranos dos meses iba a las misiones a ayudar a los misioneros. Estuve en Nicaragua, Honduras, El Salvador, Costa Rica…

Después de jubilarme me dijeron si estaba disponible para irme a Brasil a trabajar por las misiones. Estuve ocho años en Brasilia y ahora llevo un año en Rio de Janeiro.

¿Cuál es su misión allí?

En Brasilia estoy en el Seminario de formador, dando clases de Latín, con el propedéutico y dando algún curso de Derecho Canónico a los más adelantados. Luego también atendiendo la pastoral diocesana, con confesiones, misas... voy donde me llaman.

¿Cómo es la fe del pueblo brasileño?

Pues tienen una religiosidad natural, muy profunda, que todavía sirve como trampolín para poder evangelizar. Pero tal como van los acontecimientos, no va a durar mucho ese ‘status’.

Estoy entre la gente más pobre, los que no tienen nada que defender, donde se encontraba el Señor. Así cumplo su Palabra, y ellos son pobres de todo: moral, cultural… y acogen el Evangelio con el corazón.

¿Por qué es importante la misión hoy en día?

Es importante desde la experiencia personal, porque solo desde ahí se puede anunciar que Jesucristo llena la vida hasta el punto de poder dar- la; por eso Él dice en el Evangelio “he venido para que tengáis vida en abundancia”. De ahí que la misión es el lugar privilegiado en el que repartir a los demás esa plenitud que el Señor concede a aquellos que van a cualquier parte a anunciar el Evangelio.

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JMC UN RATITO CON

ADENTRARSE EN LA SELVA

Apreciada familia de la Delegación de Misiones :

Me presentaré un poco para que sepan quien soy y luego les comparto un relato de uno de tantos viajes realizados por este gran río Ucayali y sus muchos afluentes.

Me llamo Josefa Gimeno Sanz aunque todos me conocen por María José. Hace cincuenta años que vivo en Perú y de ellos 23 en la selva. Soy de Zucaina, un pueblito de la provincia de Castellón.

Vivo actualmente en San Juan, un caserío mestizo al lado del río Ucayali, a tres horas, o dos, o cuatro (según en qué bote viajes) de Pucallpa que es la capital del Departamento.

Mi tarea aquí, ha sido siempre educación y pastoral. La zona que nos encomienda el Vicariato comprende unos 45 caseríos y unas 7 comunidades indígenas. Visitar la escuelita del pueblo por la mañana y reunirse con la comunidad cristiana por la tarde es lo que se hace siempre que se puede.

Y ya no digo más porque les voy a enviar algo que escribí, no hace mucho tiempo en una visita a unos caseríos.

Me despido de ustedes con un fuerte abrazo y una oración.

Adentrarse en la selva es abrirse a la posibilidad de contemplar, admirar, gozar de paisajes maravillosos, de la belleza de esta naturaleza exuberante y… también prepararse para descubrir la realidad de la vida de las personas que la habitan y que, no siempre, por factores externos, pueden gozar de la paz que la naturaleza les ofrece. a

9 CARTAS DESDE LA MISIÓN

El rio Abujao ha sido una zona desconocida por nosotras porque esos ríos y quebradas eran visitados por los padres colombianos de Yarumal. Pero desde hace unos años, los padres dejaron su misión por estos lugares y, desde entonces, algunos Animadores y Animadoras de las Comunidades Cristianas de lo que era su zona, se unen a los encuentros que hacemos con los Animadores de nuestra zona.

Las Animadoras de dos caseríos de la quebrada “Shesha”, afluente del Abujao, prepararon a algunos niños y jóvenes para recibir el sacramento del bautismo y deseaban que, junto a algún sacerdote, fuéramos a visitarles. Y acordamos la fecha.

El día indicado salimos temprano de casa en un bote rápido y bastante grande y al cabo de dos horas estábamos en el caserío “Aguas negras”, en la boca del Abujao, donde desembarcamos con nuestros mosquiteros, colchonetas, mochilas, botas… con todo ese equipaje que es siempre nuestro compañero de viaje.

Ni bien desembarcamos, alguien nos reconoció, nos llevo a su casa nos invitó cafecito con pan y… comenzó la parte más importante de nuestra misión: escuchar. Escuchar cómo la gente se siente abandonada por la Iglesia que no llega por allí, escuchar los problemas con los profesores que no llegan a la escuela, escuchar sus problemas familiares, escuchar sus dificultades en el campo de la salud, etc., etc.

Después de unas horas de espera llegó el botecito pequeño que nos iba a trasladar río adentro para llegar a nuestra meta.

¿Cómo pensar en el riesgo que supone surcar el río en esa frágil embarcación en

un momento en que ríos y quebradas están crecidos por las lluvias y las corrientes son turbulentas?

No hay tiempo para pensar, solo contemplar, observar, oír, ver los árboles inmensos en las orillas, los nidos de los paucares colgando de las ramas más altas, ver las casitas de paja en las riberas del río, los pececitos saltando al lado del bote, oír el canto de los pájaros y saber que, como “todo está conectado”, esa naturaleza es nuestra hermana y que Dios es el fondo y la fuente de tanta belleza. Después de unas dos horas surcando el río entramos en la quebrada Shesha y llegamos a “nuevo Méjico” primera parada en nuestro viaje. Después de la alegría del encuentro con la Animadora y almorzar el arroz con pollo que nos habían preparado, otras dos horas de viaje hasta llegar a Nueva Vida.

De nuevo los abrazos y las expresiones “nunca pensé que las madrecitas llegarían a mi casa”. Con este pueblo no habíamos podido confirmar nues-

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tro viaje, por tanto hacía solo un rato que alguien les había avisado de nuestra llegada. De todos modos hicimos una pequeña celebración y proseguimos con la tarea de dialogar y escuchar. Aquí la escucha se hizo dolorosa: los sembríos de coca y la tala de madera en estos lugares donde no llega la ley, están invadiendo sus tierras, esas tierras que han cultivado y cuidado durante tantos años, donde han criado sus gallinas, sus vaquitas, donde han sabido defenderse del tigrillo que les roba sus animales, pero no pueden defenderse de estos invasores que, cuando se resisten a vender sus tierras, llegan las amenazas y las cumplen. Y las muertes quedan impunes y la gente vive con temor.

De todas formas no falta la alegría del encuentro, la comida compartida y el ánimo de seguir adelante con la comunidad cristiana a pesar de las dificultades.

Al día siguiente desandamos el camino hasta Nuevo Méjico. Aquí sí hubo

misa, celebración del Bautismo, almuerzo para todos, muchas fotos y mucha alegría, y mucho contar historias y anécdotas de todo tipo. Y seguir escuchando….como nos ha recomendado la Asamblea Eclesial.

“Templamos” nuestros mosquiteros, acomodamos la colchoneta en el suelo y dormimos tranquilos en la casa de la Animadora. A la mañana siguiente, después de desayunar chilcano de carachama, en el mismo botecito que habíamos llegado, emprendimos el regreso después de un montón de abrazos con las frases de despedida repetidas una y otra vez “has de regresar madrecita”.

No podemos olvidar que durante estos días, la compañía que no ha faltado, han sido los insectos grandes y pequeños que estaban deseosos de chupar sangre nueva y no han dejado tranquilos ni a la hermana Leonor, ni al padrecito que también es nuevo por estos lares; a mí, no sé porqué será pero me respetan mucho estas criaturitas de Dios.

Han sido solo tres días, pero las vivencias han llenado los ojos y el corazón. Y queda la alegría de haber compartido la vida y la amistad con estas personas sencillas que se sienten tan agradecidas de que visites su pueblo y su casa, que te obsequian lo mejor que tienen y se quedan con el recuerdo de que un día las madrecitas estuvieron en su casa. Y que siguen diciendo… “has de regresar madrecita”.

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DESDE EL SEMINARIO DE VALENCIA

El sentido de nuestra fe: la misión

Este verano Fabian –laico-, Don Arturo –delegado de misiones– y yo, Ramón Cuenca, seminarista de cuarto curso de Valencia, hemos tenido la suerte de haber ido juntos de experiencia misionera a la Amazonia Peruana, específicamente al pueblo de Jenaro Herrera. Allí trabajamos junto a las hermanas franciscanas del Rebaño de María y el hermano Antonio, sacerdote franciscano valenciano. Estábamos emocionados por la experiencia que nos esperaba, aunque no estábamos seguros de qué esperar en términos de trabajo y responsabilidades.

Fabian se encargó de impartir clases de lengua castellana, inglés y religión en secundaria. Don Arturo clases de lengua castellana y religión en otros cursos de secun-

(parte 1)

daria. Y, finalmente, a mí me encargaron ser el tutor de cuarto grado en el colegio del pueblo, lo cual significaba que estaría a cargo de la educación y cuidado de un grupo de niños de alrededor de 9 y 10 años, durante todas las horas lectivas.

En la experiencia en el colegio nos dimos cuenta de que el sistema educativo en el pueblo tenía muchas carencias, pero aun así había un gran interés de los niños y niñas por aprender. Fue una experiencia preciosa poder encontrarnos con los profesores y profesoras, compartir puntos de vista y los retos a los que se enfrentan. Después del colegio, servíamos en el comedor de niños y niñas, que alimenta a unos 180 niños al día.

Dábamos clase de apoyo en las aulas de refuerzo que existen. Otros días, después atendíamos las catequesis. También pudimos participar de la atención en el botiquín de medicamentos que también abrieron las hermanas franciscanas.

Por las tardes, nos dedicábamos a otras actividades de evangelización y servicio. En las misas, la gente cantaba con gran entusiasmo y devoción, lo cual nos conmovió profundamente. Los fines de semana, por la mañana aprovechábamos para realizar visitas a enfermos y ancianos en el pueblo. Muchas veces, estas personas se encontraban solas, sin sus familias, pero, aun así, nos recibían con los brazos abiertos y una gran sonrisa en su rostro. A través de estas visitas, aprendimos la importancia de la compañía y la empatía, especialmente en aquellos momentos en que alguien se encuentra enfermo o desamparado.

Durante nuestra estancia en el pueblo, tuvimos la oportunidad de coincidir

con el obispo Don Juan Oliver, o.f.m. Allí, pudimos visitar la intensa labor de evangelización y caridad que la Iglesia había desplegado desde su llegada. Además de hacer las veces de obispo, también era el único sacerdote de la ciudad, sacristán en la Catedral y catequista de un grupo de adultos.

Durante nuestra estancia en la Amazonia Peruana, tuvimos la oportunidad de conocer a muchas personas maravillosas que nos enseñaron mucho sobre la vida y la fe.

Pudimos comprobar que la labor del misionero va más allá de la evangelización, también incluye el servicio a los más necesitados.

Uno de los momentos más especiales de nuestra estancia en la Amazonia fue cuando visitamos la aldea de Flor de Castaña, una población de poco más de doscientos habitantes, donde hacía más de dos años que no asistía ningún sacerdote. La comunidad nos recibió con gran entusiasmo y alegría, y nos hicieron sentir como en casa. Fue una experiencia inolvidable poder ver como se apresuraron para poder confesarse, especialmente los más jóvenes; también poder experimentar con que delicadeza prepararon la Eucaristía.

Durante el tiempo que estuvimos en el pueblo de Jenaro Herrera, Fabián, Don Arturo y yo nos alojamos en la casa anexa a la iglesia. Por las noches después de la cena, nos reuníamos para compartir nuestras experiencias del día y reflexionar sobre lo que habíamos aprendido. Junto a las hermanas franciscanas y el padre Antonio.

Una de las cosas que más nos impactó fue la labor que la Iglesia estaba realizando en aquel lugar. A pesar de las dificultades, como la falta de recursos y la distancia, la Iglesia no solo se preocupaba por la dimensión espiritual de las personas, sino que también se preocupaba por su bienestar físico y material.

Cada uno de nosotros tenía diferentes labores misioneras, por lo que aprovechábamos espacios de descanso para retirarnos y dedicar tiempo a la oración, ya fuera en la capilla de la casa de las hermanas franciscanas o en algún lugar del bello pueblo inserto en la inmensidad de la Amazonia.

Después de las diversas actividades, solíamos regresar a la casa de las hermanas franciscanas para descansar y prepararnos para la cena. Allí, rezábamos juntos vísperas y charlábamos con las hermanas sobre la labor que realizaban en la misión. Más tarde, cenábamos todos juntos con las hermanas, donde siempre había chascarrillos, anécdotas, recuerdos, un tiempo para compartir y descansar con los hermanos y las hermanas.

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Hermandad con Requena

El Arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, recibió en audiencia al nuevo Obispo del Vicariato Apostólico de Requena, en Perú, monseñor Alejandro Adolfo Wiesse León, territorio con el que la archidiócesis de Valencia asume un compromiso misionero desde hace varios años.

Monseñor Wiesse, franciscano peruano, asume este nombramiento por el papa Francisco -en sustitución del Obispo valenciano monseñor Juan Oliver- “con temor pero con la confianza de saber que no estoy solo” y con el deseo de “continuar la disposición y colaboración con la Iglesia en Valencia”.

Igualmente, anima a laicos y al clero de Valencia a “sumarse a este proyecto misionero para la evangelización de las comunidades más alejadas”. Les diría “que no tengan miedo, que la selva es un ambiente muy acogedor, de gente muy buena, y si nosotros respondemos, el Señor pondrá todas las condiciones para que nos vaya muy bien”, explica.

“El Papa nos impulsa, nos anima, nos da coraje y, sobre todo, es quien mira a esta Iglesia que está en las periferias”. Según el Obispo, en el Vicariato de Requena “vivimos un ambiente con mucha fe y contamos a nivel de Iglesia con la ayuda de los agentes pastorales”. En este territorio, cuentan con 6 sacerdotes, comunidades religiosas que trabajan día a día en la educación, salud, en comedores para niños y ancianos, y sacerdotes que también cumplen esa misma función, así como la atención de los sacramentos de los fieles.

Requena tiene 70.000 habitantes, con una extensión de 80.000 kilómetros cuadrados y el acceso a cada uno de los puestos de misión se hace a través del río. Para poder llegar a todos ellos se tarda, a veces, hasta 20 horas.

14 LA FIRMA INVITADA

Ante esta situación, los misioneros tienen un papel clave para llevar el Evangelio hasta los más alejados, “sobre todo, en materia educativa y en catequesis, pero fundamental es la formación de agentes de pastoral”. Precisamente, “esto el Papa lo tiene muy claro: (...) todos los bautizados tienen que entender que la evangelización es labor de todos”. De ahí, la importancia de “tener agentes preparados, laicos, personas que tengan esa responsabilidad, que den su tiempo y que cubran esta parte de las comunidades ribereñas y ya no sólo en la Amazonía sino a toda la Iglesia”. En este sentido, “hay mucho espacio para el voluntariado, el voluntariado de los laicos”, afirma monseñor Wiesse. “Tenemos que caminar todos juntos y sentir que somos hermanos en la fe para llevar el Evangelio”.

Con respecto al Vicariato de Requena, entre las carencias o problemáticas más duras figura la del narcotráfico, la trata de personas, la pobreza, la falta de educación, y

ante esto, “la evangelización de la Iglesia, tiene que llevar vida en abundancia”.

Otra de las necesidades en el Vicariato es el mantenimiento de las capillas, muchas de ellas muy deterioradas por las lluvias, y la necesidad de ayudas para poder visitar las comunida-

des porque «la gasolina cuesta bastante y las distancias para ir en lancha son importantes”.

En definitiva, éstas son carencias materiales pero lo más importante es que “ustedes se animen -y hago la invitación como pastor- para tener su presencia allí como voluntariado” y cita el buen ejemplo de la Universidad Católica de Valencia. “Se trata de enriquecerse mutuamente”, señala.

También el delegado de Misiones Arturo García lleva varios veranos acudiendo al Vicariato con seminaristas para colaborar con los misioneros que allí se encuentran. Él mismo, en consonancia con el sentir de nuestra Diócesis, insiste en la necesidad de pedir por nuevas vocaciones misioneras que puedan responder a esta llamada de nuestros hermanos peruanos y del mundo entero.

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Material litúrgico para las misiones

Como ya sabéis, en la Delegación de Misiones de Valencia trabajamos por la misión universal de la Iglesia y, de manera concreta, también lo hacemos por los misioneros valencianos. Esto incluye muchas cosas, entre ellas, animar a que la gente sea generosa y pueda donar cuantas cosas pudieran ser necesarias para nuestros hermanos en tierras de misión.

Por ello, hace años que recogemos medicamentos, ropa, material escolar, sellos... y ahora (aunque ya se hacía de manera “extraoficial”) también estamos recogiendo material litúrgico para poder enviar a las misiones.

Custodias, patenas, cálices... que son tan necesarios en nuevas capillas e iglesias o simplemente por no tener tanta facilidad para conseguir nuevos o en buen estado.

Por ello, este verano, aprovecharemos el viaje a Burundi de un grupo de seminaristas para una ordenación sacerdotal, para que transporten en su equipaje aquel material que podamos recoger hasta la fecha.

Si tienes o puedes conseguir alguno de estos elementos, puedes traerlos a nuestra delegación. ¡Gracias por tu generosidad!

Arzobispo de Tegucigalpa

El sábado 25 de marzo era consagrado obispo el misionero paúl valenciano José Vicente Nácher Tatay, que se convierte así en el sexto arzobispo de Tegucigalpa. El Papa Francisco lo había nombrado para este cargo el pasado 26 de enero. Hasta esa fecha fue párroco de San Vicente de Paúl en San Pedro Sula y Superior Regional de la Congregación de la Misión, los padres paúles, en Honduras. Su lema episcopal será “Humilis et simplex”, humilde y sencillo.

Nació el 10 de abril de 1964 en Valencia, España y lleva más de 20 años vinculado a la misión en Honduras, donde ha desarrollado diversos cargos y ha llevado a cabo numerosos proyectos, como la creación de una radio parroquial con energía renovable procedente de la luz solar como medio de evangelización, de formación y de comunicación entre los habitantes de la región de la Mosquitia o la creación de dos proyectos educativos en esta misma zona, que atienden aproximadamente a 1.100 jóvenes y niños al mes con meriendas, formación y actividades deportivas.

Él mismo reconoció durante su consagración que “solo con Dios de la mano, se puede lograr avanzar en los trabajos que se tienen en la arquidiócesis, sobre todo, el acompañamiento pastoral a los grupos y movimientos“. También afirmó que deberá de guiar a la grey arquidiocesana siempre buscando a las “ovejas” que han resultado heridas por la indiferencia y las crisis existenciales.

MISIONEWS
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Día del Misionero Diocesano

Un año más, celebramos el segundo domingo de mayo la Campaña de Valencia Misionera coincidiendo con la fiesta de la Virgen de los Desamparados. De esta manera, ponemos al amparo de nuestra Madre a aquellos quienes han respondido a la llamada del Señor para anunciarle en todo el mundo.

El lema este año es “Una corona de misioneros”, y el sub-lema “La Virgen, con la Iglesia en Valencia, sostiene a los misioneros valencianos”.

Como siempre, el objetivo de la campaña es sostener a los misioneros valencianos con nuestra generosidad y oración, así como suscitar nuevas vocaciones misioneras.

Pidamos por que dé abundantes frutos para el Reino.

Nueva web para la delegación

En enero de 2011 comenzaba la andadura de la página web para la Delegación de Misiones y OMP de Valencia. Desde entonces han sido casi 129 mil las visitas a las 1300 noticias publicadas, secciones creadas y contenido compartido. La dirección: www.misionesvalencia.blogspot.com

La misión ha sido siempre el eje vertebrador de lo que en la web se ha compartido, desde testimonios misioneros; noticias de la misión de la Iglesia universal y de la Iglesia en Valencia; actividades de animación, oración y formación misionera para niños, jóvenes y adultos… y muchas cosas más. Y es que 12 años dan para mucho.

Por eso no podemos cerrar la página sin más, tanto vivido y compartido en el Blogger nos sirve para recordar, conocer y descubrir más sobre la misión a la que todos estamos llamados, y esta mirada al “pasado” nos sirve para afrontar mejor el futuro. Así pues, la página seguirá abierta para que se pueda acceder y bucear por sus contenidos, lo cuales ya no se actualizarán. Para eso tenemos una nueva web que inauguramos ahora, más moderna y funcional, que pretende seguir brindando el servicio de animación misionera adaptándonos a los nuevos retos y necesidades del mundo digitalizado en el que vivimos. Conócela: www.misionesvalencia.omp.es

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PARA PENSAR Y REZAR
“Vosotrasnotemáis, ya Jesúselcrucificado. ¡ha resucitado!”

temáis,

yaséquebuscáisa

crucificado.

Noestáaquí:

Mt 28, 5-6

Cristo vale la vida

Mis queridos amigos, En octubre la Iglesia Católica con el mundo, celebraba el Domund, Domingo Mundial de la Propagación de la Fe.

Aún recuerdo cuando de colegiala en Valencia salíamos con las huchas del chinito o el negrito a poner banderitas y pedir una limosnita para las misiones.

También en misiones los cristianos católicos celebramos el Domund dando gracias a Dios por el don de la fe y rogando para que la fe llegue a todos. En India hay gran devoción a la Virgen y durante el mes de octubre, en el atardecer, después de las 7 de la tarde vamos de casa en casa rezando el Rosario y el último domingo, llevan a la Virgen en procesión.

Estos meses de octubre y noviembre han sido de grandes celebraciones. La Diocesis de Shillong celebró los 100 años de la llegada, a esta zona de la India de los misioneros Salesianos.

Los primeros misioneros que llegaron a esta zona de la India nordes-

te, jungla y habitada por animales salvajes, fueron alemanes que al comienzo de la Guerra de Europa dejaron India. Luego vinieron salesianos italianos y españoles.

A finales de noviembre celebramos los 50 años de misión en Sonapahar, aldea en medio de la jungla, donde viví durante 21 años después de 30 años de encargada de la farmacia y laboratorio en el Nazareth Hospital en Shillong (Meghalaya). La misión de Sonapahar fue fundada por el padre Albizuri, salesiano vasco, que ayudó a las gentes de aquellas tierras que vivían del cultivo del arroz.

Los elefantes salvajes atacaban las cosechas y arrasaban los campos por lo que el padre Albizuri mató hasta 31 elefantes que con su carne daba de comer a la gente de los pueblos de alrededor, los colmillos los vendía y con ello pagaba a los catequistas. Mi vida allí consistió en hacer de médico y catequista atendiendo a 150 poblados en un radio de 50Km.

El 20 de noviembre, festividad de Cristo Rey, patrón de la misión, celebró sus bodas de oro. Fue una

LA VOZ DE LA EXPERIENCIA
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fiesta entrañable donde nos reencontramos con familias que han mejorado su situación económica gracias a la educación recibida. Todos juntos celebramos una Eucaristía de acción de gracias y nos sentimos uno en Cristo resucitado. También yo celebré allí en el 2009 mis bodas de oro en la congregación religiosa, a la que acudieron mi hermana María, dos de sus hijos, Inmaculada y Javier, el farmacéutico Darío Martín y su hija también farmacéutica. Me hizo mucha ilusión que incluyeran en la revista que editaron para la celebración de la misión una fotografía de aquel 14 de marzo del 2009.

Ahora vivo cerca de Shillong con jóvenes que quisieran ser Misioneras de Cristo Jesús. Las aceptamos como candidatas. El primer año mejoran su inglés, una hermana las dirige y les da clases de inglés. Yo les doy clase de Biblia y formación cristiana. Luego estudian dos años de Pre-universidad y, al terminar, si

realmente tiene vocación, comienzan la formación religiosa y universitaria.

El 1 de noviembre tuvimos el gran gozo de que una de ellas, Bidalin Lyngkhoi, hizo sus primeros votos de pobreza, obediencia y castidad e ir a las misiones.

El 11 de diciembre he cumplido 91 años, de los cuales 60 años en misiones; 59 en la india y un año en China. Quiero agradeceros vuestra gran ayuda recibida durante todos estos años.

Gracias a vuestra colaboración hemos podido hacer lo que sin vuestra ayuda hubiera sido imposible hacer.

Aprovecho para felicitaros las Pascuas. Deseo que disfrutéis con vuestras familias y amistades y pido a Dios que os bendiga y os ayude en el próximo año 2023.

Con cariño y agradecimiento.

Bendición en las lomas

Sabaneta se encuentra a unas 4 horas de la capital de Rep. Dominicana, Santo Domingo, en el centro de la isla La Española, a 90 km de la frontera con Haití. Está en la provincia de San Juan, cuya capital y catedral diocesana está en San Juan de la Maguana. Es una zona rural con multitud de pequeñas comunidades en las lomas. Pocas de ellas tienen servicios de salud y educación, y los accesos son difíciles (pocas personas disponen de todoterreno, las que pueden se trasladan en mulo).

Esta situación condiciona prácticamente todo: la oportunidad de completar la educación básica se pospone frente al salir adelante ayudando en casa y en el campo; muchos problemas de salud que no se atienden; partos lejos del hospital que además no se registran; muchas personas sin cédula de identidad; familias que migran a las capitales, muchas veces dejando los hijos con los abuelos o familias de crianza...

Como en tantos escenarios, la Iglesia aquí se está encargando de dar solución a muchas necesidades básicas, además de su acompañamiento espiritual: asesoramiento administrativo, créditos para construcción de casas, canalización de agua, carreteras, y tantas otras… pero el mayor proyecto es el Centro Educativo Vocacional Aventura.

Tiene un régimen de internado de lunes a viernes, lo cual facilita una educación integral que abarca todas las áreas de la persona: higiénica, alimentaria, espiritual, relacional, afectiva... aparte de la educativa y

vocacional, que son los pilares del Centro. Sin este recurso, tantas familias de las comunidades esparcidas por la zona (algunas a varias horas de distancia) no tendrían posibilidad de completar la educación. Desde su inicio en 2012 ya son varias generaciones que han podido optar a formación universitaria, y muchos con la determinación de volver a sus comunidades y poder participar de su desarrollo.

Al frente de todo está el párroco de Nuestra Señora de Guadalupe de Sabaneta y una misionera española de OCASHA-CCS. Tienen además un equipo parroquial muy comprometido para llevar adelante todas las tareas de catequesis, jóvenes, liturgia…

Y en este escenario viví mi experiencia misionera en dos periodos: agosto y luego abrilmayo. En verano fuimos un grupo de la diócesis de Valencia, y la misión fue prácticamente una visita por las pequeñas comunidades de las montañas con actividades de catequesis y juegos con los niños, encuentros y diálogo con los jóvenes, y formación digital con los mayores. Además de celebrar la fe con las familias.

22 JÓVENES & MISIÓN

La acogida en cada lugar nos desbordaba, realmente son agradecidos por la visita y hasta se “peleaban” por que entraras en sus casas y pudieran ofrecerte algo de comer y beber. Impresión especial dejaron

los mayores, algunos impedidos, que cogiendo tu mano te daban su bendición y, con los ojos casi velados por los años de fatigas, te sonreían inundando de esperanza cualquier duda de compasión que pudiera asaltarte al verte en su pequeña cabaña de madera y hojas de guineo. En el otro extremo, los niños, que nos perseguían al llegar a las aldeas como celebridades, o feriantes. Nos llamaban “americanos” y se acercaban con tremenda curiosidad y ningún prejuicio. Cierto también el interés de algunos, conocida la experiencia del que llega y regala cosas. Con ello, la naturalidad y verdad que esos encuentros provocaban, llenaban el corazón, sobrecogiendo cuando repetían nuestras canciones o enseñanzas de las parábolas de Jesús.

La segunda experiencia fue bastante diferente, más profunda, intensa y dura. Estar en la rutina habitual tenía otra riqueza, tuve una aproximación más extensa de cada dimensión, muchas más personas, y siempre más íntimo. El tiempo, que de normal allí tiene otra percepción, jugaba en ese sentido, muchas veces para perderse en cada encuentro, pero alguna que otra vez afectando a la mentalidad tan de aquí de no desaprovecharlo y sentirlo muerto. Fue lo que más me afectó en alguna fase, y me hacía fijarme más en las incomodidades fatuas que de otra manera no tendrían importancia (calor, dieta, bichos…).

La familia de acogida es espectacular, y toda la comunidad se vuelca en el visitante y su acogida. Colaborar en el funcionamiento de la escuela fue un aprendizaje grande, y lo mejor fue ver la ilusión del grupo de jóvenes que se acercaban a la catequesis semanal de la parroquia con ganas y sobre todo sed de conocer y compartir.

Seguimos conectados a la escuela, por lo que nos cuenta la misionera y con la intención de seguir aportando para sus necesidades de infraestructura y mantenimiento. También con los mayores graduados y el grupo de catequistas encargados de continuar con las tareas de pastoral con los niños de cada comunidad.

El grupo de “misioneros guadalupanos” sigue vivo, en comunión espiritual y por WhatsApp, y no hay semana sin contarnos cómo van las cosas, pero por encima de todo con la primera palabra con la que te reciben, “¡bendición!” y que tanto dice de su fe y vida, tanto nos dice, para poner la mirada y el corazón en la bendición, simplemente por despertar, nos enseñaron, pero aún más cuando puedes comparar sus necesidades a las tuyas de europeo. Por ello, ¡lluvia de bendiciones para ustedes!

¡Bendecidos por el Señor! ¡Amados por María! ¡Y ahí ahí con el Espíritu Santo!

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