MISIÓN Y MEMORIA
Oro de orar
“De mis 50 años de sacerdocio que se cumplen en este 2021, el Señor me ha concedido siete de ellos para que los dedicara a las Misiones. Fueron en Santa Clara, Cuba, entre el 2003 y el 2010. Mi amigo y paisano, Félix Ferre, misionero él por los cuatro costados, fue la mediación de la que se sirvió el Señor. Había viajado dos veranos anteriores allí para impartir unas conferencias sobre Bioética, mi trabajo de por entonces, que se convirtieron en la semilla que fructificaría para dar pie a esos siete años. Mi agradecimiento a Félix continúa vivo y más ahora que lo tengo cerca en Ayelo de Malferit a pocos kilómetros de nuestro pueblo Bocairent. He de confesar que mi trabajo misionero tuvo su particularidad. El Obispo de Santa Clara, Moseñor Arturo González me solicitó que, dada mi especialidad en Bioética les echara una mano
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para asesorar a sacerdotes diocesanos y titulados sanitarios en los problemas éticos en torno a la vida desde su inicio en el vientre materno hasta su final. Me entregué a la tarea y disfruté con profesionales cubanos en Santa Clara, Sancti Spiritus, Cienfuegos, la Habana y Santiago de Cuba. Una misión no directamente misionera pero que gracias a Dios dejó su sello. El fin de semana tenía a mi cargo una capilla de misión a las afueras de Santa Clara con lo que completaba el retrato de mi presencia en la para mí ya siempre querida ciudad villaclareña. En su momento la Universidad Católica de Valencia asumió el alumnado que a los tres años conseguía el título oficial del Estado español de Máster en bioética. De Santa Clara se extendió a la Habana y a Santiago de Cuba. En la actualidad los mismos cubanos primeramente formados siguen con la tarea agradecidos a la UCV por su generosidad y competencia. Los que nos jubilamos nos alegramos por la continuidad y el buen hacer y damos paso a los nuevos profesores y titulados. La obra bien hecha debe continuar con la mano de Dios que todo lo sostiene”. Blas Silvestre, 2021