DIARIOS DE CLASE ZABALZA ANÁLISIS EN PROFUNDIDAD DE LOS DILEMAS DE UN DOCENTE A TRAVÉS DE LOS DIARIOS Los diarios son instrumentos aptos para aproximarnos a la perspectiva que los profesores poseen de su trabajo. Los dilemas que habían aparecido en el diario de un profesor son: 1. Un dilema relacional-disciplinar que recogía la ambivalencia entre las posturas de afectuosidad y relación cordial con los niños y la exigencia del mantenimiento del orden para que el trabajo del grupo pudiera desarrollarse sin inferencias. 2. Un dilema organizativo que enfrentaba la atención especial a algunos niños más necesitados y la atención al grupo general de la clase. 3. Un dilema referido a la propia competencia para abordar las distintas áreas de desarrollo de los sujetos. 4. Un dilema curricular. Se trata de un nivel aun poco definido, sometido a muchas tensiones contrapuestas Dilema 1. Afectuosidad vs. Orden Se trata de un conflicto claramente planteado en torno a una dicotomía básica que podría expresarse en los siguientes términos generales: Al profesor le gusta estar con los niños en plan afectuoso, condescendiente y en un contacto personal individualizado, cargado de disponibilidad mutua; pero esto acaba trayendo consigo un mayor agotamiento personal y un cierto desbarajuste en las condiciones de trabajo. Los indicadores que el profesor maneja para situar la cuestión en un polo u otro del dilema son: 1) Utiliza como adjetivos aplicables al polo positivo del dilema los de: “afectivos”, “alegres”, “próximos”, “desinhibidos”, “sentirse a gusto”. 2) El polo negativo del dilema viene connotado por adjetivos como “desatentos”, “tensos”, “descuidados”, “desobedientes” de las normas.
¿Cómo afronta cognitiva y prácticamente el dilema este profesor? En primer lugar, conviene tener en cuenta dos aspectos importantes referidos a todo dilema: Los dilemas tienen una dimensión intelectual y cognitiva, y otra parte afectiva. No se trata de un problema, tensión o conflicto puramente racional. La segunda cuestión es el dilema en sí mismo irresoluble. Lo es, bien porque ambos polos reflejan valores igualmente aceptables, bien porque se trata de una tensión hacia una expectativa nunca obtenible del todo, o bien porque no hay forma posible de integrar las dimensiones del dilema en una estructura de acción que satisfaga la presión ejercida por todas ellas.