¿Contaminación y ventilar las aulas? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación atmosférica constituye un riesgo medioambiental para la salud y se estima que causa alrededor de dos millones de muertes prematuras al año en todo el mundo.Se calcula que la contaminación del aire de interiores causa aproximadamente 2 millones de muertes prematuras, la mayoría en los países en desarrollo. Casi la mitad de esas muertes se deben a neumonías en menores de 5 años.Se calcula que la contaminación atmosférica urbana causa en todo el mundo 1,3 millones de muertes al año, que afectan de forma desproporcionada a quienes viven en países de ingresos medios.Las Guías de calidad del aire de la OMS constituyen el análisis más consensuado y actualizado sobre los efectos de la contaminación en la salud, y recogen los parámetros de calidad del aire que se recomiendan para reducir de modo significativo los riesgos sanitarios. Dichas Guías señalan que una reducción de la contaminación por partículas (PM10) de 70 a 20 microgramos por metro cúbico permite reducir en aproximadamente un 15% las muertes relacionadas con la calidad del aire. Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, miembro de la OMS, incluyó la contaminación ambiental como uno de los elementos que causan cáncer en humanos. De acuerdo con el informe “La calidad del aire en el Estado español en 2012”, elaborado por Ecologistas en Acción en colaboración con la Fundación Biodiversidad (Ministerio de Medio Ambiente) 44 millones de españoles respiran aire sucio (94%) aplicándose los estándares de la OMS, que descienden hasta los 17,3 millones (37%) si se tiene en consideración la directiva de calidad del aire, actualmente en proceso de revisión.La mala calidad del aire repercute en 400.000 muertes prematuras al año en la Unión Europea, de los cuales casi 20.000 se registran en España. Ni las comunidades autónomas ni el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente están adoptando «acciones decididas» para afrontar este problema, y tampoco están ofreciendo suficiente información sobre este asunto a los ciudadanos. El número de muertes prematuras causadas por la mala calidad del aire se va a multiplicar por cuatro en las próximas dos décadas, si no se hace nada pronto para frenar la degradación del medio ambiente. A esta alarmante conclusión llega un informe, publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), acerca de las perspectivas medioambientales en 2030 y el modelo económico necesario para evitar un colapso. La utilización de combustibles fósiles es la primera fuente de gases de efecto invernadero. Si no se toman medidas, las emisiones de CO2 aumentarán un 52% en 2030 respecto a 1990. Se llama la atención a la contaminación provocada por el tráfico rodado y por las fábricas. Pero nada se dice sobre el hecho de que más del 50 % de las muertes por contaminación atmosférica se deben al interior de los edificios. Esto no se suele especificar en los informes.La contaminación interior de los inmuebles es el doble de la media de la contaminación exteriory cuatro veces por encima de la recomendable para la salud. El 90,9% de las oficinas presenta una concentración de partículas muy superior a las del aire existente en el exterior, el 6,8% presenta niveles de contaminación interior y exterior similares y sólo un 2,3% tiene un menor nivel de concentración de partículas contaminantes. Este tipo de contaminación suele ser consecuencia de unos "deficientes" sistemas de ventilación. Lo cual representa un riesgo potencial para la salud de las
personas y puede llegar a generar diferentes dolencias, como irritación y sequedad en garganta y ojos, náuseas y dolores de cabeza, fatiga y sensación de letargo, congestión nasal, alergias, contagios por gripe, hipersensibilidad pulmonar, asma, enfermedades cardiovasculares e, incluso, cáncer. Es más perjudicial para la salud la mala calidad de los ambientes en el interior de los edificios que la contaminación exterior de la que tanto se habla.Además, las personas pasan el 90 % del tiempo en el interior de los edificios. Por lo tanto, ¿hay que ventilar con la contaminación que hay en la calle? La respuesta es: sin duda, sí. La mayoría de las personas han podido experimentar la sensación de bienestar al salir a la calle después de haber estado varias horas en un edificio cerrado con aglomeración de gente. Cuando se está un cierto tiempo en un edificio cerrado uno puede sentir la necesidad de una bocanada de aire fresco. El aire de la calle aporta el oxígeno necesario para el buen funcionamiento del cerebro, para la claridad de ideas y en último término puede ser un factor importante para el rendimiento académico. De esto se deduce la importancia de ventilar bien los edificios. Y entre ellos las aulas de los centros educativos. Los centros educativos y el profesorado en general deberían tomar conciencia de la importancia de la ventilación en el interior de las aulas. Una persona en situación de descanso consume unos 400 litros de aire a la hora. Si calculamos los metros cúbicos de un aula llegaremos a la conclusión de la necesidad de ventilar como mínimo cada hora de clase. Esto es una acción que puede hacer todo el profesorado. Rafael Bisquerra