El juego y el juguete para el desarrollo de la personalidad Juan Antonio Planas. Presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía. Jefe del Departamento de Orientación del IES Tiempos Modernos El juego y el juguete son importantísimos para que se desarrolle la capacidad cognitiva de los niños, pero también es necesario para que sus relaciones afectivas y emocionales sean correctas. Está demostrado que aquellos niños que se han criado sin apenas estímulos y carentes de todo afecto son más proclives a sufrir trastornos psicológicos e incluso intelectuales. Actualmente los juegos más demandados son las videoconsolas y programas informáticos. Este tipo de juguetes satisfacen a una demanda real de ocio, y por tanto no tiene sentido oponerse frontalmente a ellos. Simulan situaciones parecidas a las reales, estimulan las aptitudes perceptivas, sirven para mejorar la coordinación psicomotora y son altamente motivantes. Sin embargo, también tienen otros efectos negativos: son muy adictivos, estimulan el afán competitivo, no permiten el juego cooperativo y roban tiempo para otras actividades lúdicas, deportivas, educativas o turísticas. Tanto los profesionales de la orientación como el resto del profesorado recomendamos que se combinen estos juguetes tecnológicos con otros que potencien capacidades necesarias para el correcto desarrollo del niño tal como los juegos de mesa, los educativos o simplemente los que permiten volar la imaginación. Es muy importante que sirvan para jugar con otros niños o con la familia, que con ellos se aprenda a respetar las normas y, sobre todo, que sirvan para tolerar la frustración cuando se pierde. A través de los juegos se aprenden roles sociales y valores morales. Es muy educativo que se acostumbren a que no siempre se gana que hay que saber perder con deportividad, que la vida es un camino
tortuoso con multitud de experiencias positivas pero también con muchas dificultades. Las personas más inteligentes son precisamente aquellas que mejor se adaptan a las situaciones cambiantes e imprevistas. Precisamente por eso es tan importante el valor simbólico del juego. Muchas de las actitudes violentas, xenófobas o machistas se han alimentado precisamente en esas primeras etapas de la infancia. Las madres y los padres deben estar muy atentos al tipo de juegos, aficiones y amistades que tienen sus hijos. Es muy importante estimularles y fomentar en ellos los valores que queramos inculcar. Por otro lado, se constata que los niños y adolescentes están cada vez más estimulados, tienen más conocimientos, pero son cada vez más inmaduros emocionalmente. Y, posiblemente, una de las razones es el consentirles demasiado y darles todo lo que piden. La obligación de los padres es educar el ocio, los valores y los hábitos. Al fin y al cabo el mejor juguete que podemos regalarles es nuestro tiempo para jugar con ellos, si pretendemos sustituir nuestro escaso tiempo de dedicación con multitud de regalos les estaremos un flaco favor. Desde la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía recomendamos que las familias estén más tiempo con sus hijos interactuando cuando están jugando con la videoconsola, el ordenador o la televisión e incluso jugando con una amplia gama de juguetes adaptados a cada etapa evolutiva.