LUZ NATURAL. LUZ CENITAL. El tema de la luz es extenso, y nos centraremos en el estudio de la luz natural, en concreto la luz cenital. Generalmente, los muros de fachada cuentan con las aberturas necesarias para proveer de luz los espacios interiores con los que estan en contacto directo. La perspectiva que ofrece esta opción al usuario interior es generalmente la vista horizontal, la vista que un individuo abarca desde una posición sentada o de pie... es decir, la perspectiva habitual. La luz cenital, es aquella que viene desde lo alto, que se hace especialmente mágica y sugerente cuando la habitación no cuenta con otras aberturas. Un poco recordando a la cultura oriental que refleja Junichiro Tanizaqui en su libro el “Elogio de la sombra”. Tanizaqui nos habla de los claro-oscuros, de la semi-sombra, de la penumbra, de lo oculto a la vista como una parte intrínseca de la cultura oriental en la cual es mejor intuir que enseñar, dejar espacio para la imaginación o como él mismo dice, “para la ensoñación” y que a través de ella, tanto la arquitectura, el arte, la pintura, la artesanía, la decoración o la misma sociedad se vean claramente influenciadas... aunque con la llegada de la electricidad proveniente de occidente, la cultura nipona tiende a transformarse también en otra cultura de luz.
Ventanas en la fachada, entrada de luz natural. Foto: Jardí de les bruixes, Mahón.
“Toko no ma”, referente de la casa japonesa tradicional donde se crea un rincón sumido en la penumbra, apenas iluminado por una ventana lateral, creando así un lugar único para rezar, pensar, y contemplar obras de arte…
-1-