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LA VIDA ES UN CONSTANTE CAMBIO

y a veces desde la sed de venganza, que solo me enfermaban, me colocaban en el papel de víctima y amargaban mi existir, aporque la pena de perder lo que damos por sentado para siempre provoca un vacío que duele, y no queda más que sanar esas pérdidas, dejando de mirar el pasado, soltar lo que fue, y con ello el personaje que alimentamos para ser eso que ya simplemente no es.

Descubrir la bendición que viene acompañada del cambio, es difícil de principio y mucho menos y casi imposible entender la frase “a veces perdiendo se gana”, y es que muchos no estamos preparad@s para el cambio, si no para no renunciar y seguir a pesar de, y no hablo de merecimiento que ese es otro tema, hablo del cambio que se da a veces circunstancialmente, ajeno a nosotros o aquel que se da paulatinamente y no lo percibimos porque estamos inmers@s en el día a día en la trivialidad del mundo material o del ego, de nuestras heridas de la infancia, en la necesidad de ser vist@s, reconocid@s, elegid@s, aceptad@s, admirad@s en el hacer, en el

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