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EL RINCÓN DE GABY

tener, olvidándonos del propio ser, y un día se nos cae el lazo que nos pusimos en los ojos y vemos por primera vez que esa relación que asumíamos tener solida se esfumó, que la salud de a poco a poco mermó, que la tristeza se volvió melancolía, el estrés en depresión y ansiedad, que ya no encajamos en muchos lados, que el amor y el deseo por mi pareja se acabó, se volvió costumbre y monotonía, que ya no nos gustan las mismas cosas, un día nos damos cuenta que la vida que teníamos simplemente cambió y no lo percibimos y mucho menos estamos atent@s a las constantes elecciones que hacemos día a día en nuestro actuar y que invariablemente impactan en nuestro existir, y simplemente de cara al cambio sin la venda en los ojos, nos preguntamos ¿qué paso?, ¿en qué momento llegue a aquí?; sorprendid@s con mucho dolor, sentimos la injusticia a flor de piel, el rechazo, el abandono e incluso nos sentimos perdid@s, sin rumbo, como si ese cambio emergiera de la nada, tan ausentes del presente y anclados al pasado o con la mirada fija en el futuro, y es como si de pronto viéramos por primera vez donde estamos colocad@s, descubrimos que ya no somos los mism@s, que evolucionamos y con ello damos paso a las emociones encapsuladas y escondidas incluso de nosotros mism@s que a gritos piden ser liberadas y nos preparamos para aceptar nuestra realidad producto de esos cambios y elecciones hech@s a cuenta gota o de imprevisto.

Es cierto los cambios pueden producir incertidumbre, inquietud, ansiedad, dolor, estrés o ahondar las heridas, porque implican una modificación en las circunstancias del entorno al que ya estamos acostumbrados y aunque creamos tener controlado cualquier hecho o suceso, en un instante puede surgir un cambio inesperado, pero resistirnos a él es más doloroso, por ello, es importe cerrar etapas, capítulos o historias de nuestra vida, porque precisamente eso es vivir, vivir es renovación, permanencia, mudar de piel, vivir es cambio.

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Parece una práctica fácil el “aceptar los cambios y soltar”, pero para quien esta en medio del cambio, no lo es, porque además, también hay que tener el valor de perdonar… pero la vida para vivirla y no solo sobrevivirla, hay que ser valientes, aceptar nuestras decisiones, respetarlas, sernos fieles, asumir lo que es, lo que fue , que todo cambia, que todo pasa, que todo se reinventa y que siempre, siempre, siempre detrás de todo lo que de inicio parece una tragedia y un gran dolor, viene una bendición, si asumimos, abrazamos y aceptamos los cambios.

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