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BRIGANTIUM VOLUME 12 2000

A ARQUEOLOXÍA GALEGA HOXE: DE 1988 A 1998 A CORUÑA, OUTUBRO-NOVEMBRO DE 1998

ACTAS

MUSEO ARQUEOLÓXICO E HISTÓRICO CASTELO DE SAN ANTÓN A CORUÑA


Ayuntamiento de La Coruña

Museo Arqueolóxico e Histórico Castelo de San Antón

Concello de A Coruña

BRIGANTruM

Volume: 12 Ano: 2000 Dirección: José Ma Bello Diéguez Begoña Bas López

Correspondencia, orixinais e intercambios: Brigantium Museo Arqueolóxico e Histórico Caste10 de San Antón E-1500l A Coruña (España) Tel.-Fax: 981 18 98 50 E-Mail: sananton@ctv.es Deseño das cubertas: Barro, Salgado, Santana [Grupo Revisión Deseño]

ISSN: 0211-318X Dep. Legal: C- 308 - 1980 Imprime: Vía Láctea, S. 1.

Este volume edítase coa colaboración de

• FUNDACION • • <9 CAIXAGAllCIA


ÍNDICE

• EL ABRIGO DE PENA XrBOI (PARGA, LUGo),

M.A. López-Felpeto, R. Villar Quinteiro

9

• EXCAVACIÓN DE URXENCIA NO TÚMULO DE Os CANEIROS (MOECHE, A CORUÑA)

Emilio Ramil González, Víctor Tomás Botella

17

• INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN A MOTA GRANDE: APROXIMACIÓN A SU ARQUITECTURA

Francisco Javier Chao Álvarez

23

• A MADORRA DA GRANXA: ¿O TÚMULO MÁIS GRANDE GALICIA?

Francisco Javier Chao Álvarez, loán A. Álvarez Merayo

41

• INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN LOS TÚMULOS DEL ALTO DE CASTIÑEIRAS, BUEU (PONTEVEDRA)

65

Manuel Alfonsín So liño • ACTUACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA NECRÓPOLIS TUMULAR DE COTOGRANDE (CABRAL-VIGO) CAMPAÑAS

1989-1992, Xoán Carlos Abad Gallego

75

• EL TÚMULO DE Os CONSELLOS (NIGRÁN, PONTEVEDRA)

Juan Cano, Miguel Vidal Lojo, Pablo Vázquez Liz

85

• INTERVENCIÓN ARQUEOLÓXICA DE URXENCIA NO XACEMENTO DE ENTREPIÑEIRO (MOS-PONTEVEDRA),

Santiago Vázquez Collazo

93

• SONDAXES ARQUEOLÓXICAS NOS XACEMENTOS DE A TOUZA (SANDIÁS-OURENSE) E As MOREIRAS (ALLARIZ-OURENSE),

Santiago Vázquez Collazo

• CASTRO DE TORROSO (Mos, PONTEVEDRA),

Antonio de la Peña Santos

• CASTRO DE As CROAS (SALCEDO, PONTEVEDRA),

Antonio de la Peña Santos

123 141

153

• SÍNTESIS DE LOS TRABAJOS DE EXCAVACIÓN EN EL YACIMIENTO CASTREÑO DE ALTO DO CASTRO (CUNTIS, PONTEVEDRA),

César Parcero Oubiña

161

• INTERVENCIÓN ARQUEOLÓXICA NO CASTRO DOS PRADOS, ESPASANTE (ORTIGUEIRA-A CORUÑA)

Emilio Ramil González

175


• CASTROMAO (CELANOVA, OURENSE),

Luis Orero Grandal..

179

• Os ÚLTIMOS TRABALLOS ARQUEOLÓXICOS NO CASTRO DE VILADONGA (CASTRO DE REI, LUGo):

1988-1998, Felipe Arias Vilas

• EXCAVACIONES EN EL CAMPAMENTO DE CIDADELA

187

(A CORUÑA)

José Manuel Caamaño Gesto, Carlos Fernández Rodríguez

199

• BREVE HISTORIA DE LAS EXCAVACIONES SISTEMÁTICAS EN AQws QUERQUENNIS

Antonio Rodríguez Colmenero

209

• 1 CAMPAÑA DE EXCAVACIÓN ARQUEOLÓXICA NA EIREXA VELLA-BARES (MAÑÓN)

Emilio Ramil González

215

• XACEMENTO DE NOVILLE: UNHA VILLA ROMANA COSTEIRA NA RíA DE FERROL

Fermín Pérez Losada

219

• A VILA ROMANA DE RrOCALDO: ESTADO DA CUESTIÓN, Manuel Xusto Rodríguez

227

• TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS EN LA IGLESIA DE S. ROMÁN DAS ENCROBAS (CERCEDA, LA CORUÑA)

Andrés Bonilla Rodríguez

247

• TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS EN EL MONASTERIO E IGLESIA DE S. LORENZO DE CARBOEIRO (SILLEDA, PONTEVEDRA). CAMPAÑA DE

1991:

RESUMEN DE LOS TRABAJOS Y HALLAZGOS REALIZADOS

Andrés Bonilla Rodríguez • O CASTELO DE MOECHE

253

(A CORUÑA), Emilio Ramil González, Víctor Tomás Botella

• EXCAVACIÓNS NO PATIO DO CLAUSTRO DA CATEDRAL DE SANTIAGO

José Suárez Otero • LEXISLACIÓN DE ARQUEOLOXÍA,

257

0991-92)

261 Roberto Pena Puentes

271


7

PRÓLOGO

Tiene el lector en sus manos la primera entrega de las actas del curso "Arqueoloxía galega hoxe", celebrado de octubre a diciembre de 1998. En los artículos que las componen se da un repaso a las más importantes intervenciones arqueológicas de la última década del pasado siglo. Por supuesto, no están todos los que son. Algunos autores (entre los que se incluye el firmante) no habían entregado sus textos en el momento de dar este volumen a la imprenta: saldrán, esperemos, en un segundo volumen. Otros, no lo negaremos, no han querido estar presentes, sea por no haber merecido esta iniciativa un aprecio suficiente, sea por temor a sufrir inconvenientes e incomodidades en su vida profesional (huyamos mejor del término "represalias", tan anacrónico en deseo). Para todos ellos nuestro respeto así es si así os parece-, aunque reservemos nuestra gratitud para los primeros. Ya fueron unas cuantas las aventuras que estos papeles pasaron antes de hoy; y tal vez no fue la menor el haberse visto volando, cerca de Niort, en la autopista Burdeos-París, en una asombrosa tormenta de nieve formada por folios, fotos y disquetes, con motivo de un accidente que afortunadamente no tuvo mayor gravedad. Antes al contrario, nos hizo saber de la impresionante capacidad de aguante de los disquetes, capaces de devolver su información cuando eran casi irreconocibles en su forma, y de la grata amabilidad de los gendarmes y personal de autopistas del país vecino, quienes no pararon hasta conseguir recuperar todos los trozos de folio, y doy fe de que eran muchos. En fin, a accidentes, a tardanzas y a propias impericias, añadidas al hecho fundamental de que el tiempo vuela, se deben estos dos años de retraso, pues con uno se ha de contar, aun en el mejor de los casos, para la preparación del volumen. Llegados aquí nos planteamos muy en serio si valía la pena publicarlo todavía. Después de estudiar la situación, llegamos a la sorprendente conclusión de que seguía valiéndola como el primer día, dado el estado enfermo, gravemente enfermo de la arqueología gallega. Vaya por fin al aire la modesta aportación de este Museo y de las personas que han querido colaborar en esta iniciativa para que la arqueología de Galicia salga de su mutismo. Un pequeño paso para que los intentos de construir conocimiento histórico, que a pesar de los pesares los sigue habiendo, puedan llegar a todos los interesados. Atrévase el lector, por lo tanto, a abrir el libro y, si es posible, a leerlo: en él se encontrará con lo que hay. Y deje que, como una sombra o una brisa, planee sobre él el recuerdo sonriente de Jean l'Helgouac'h, ese sabio amigo del Atlántico más norteño al que ya nunca podremos dar en San Antón ese abrazo tantas veces aplazado.

A Coruña, 31 de diciembre de 2001 José María Bello Diéguez



BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 9-15

EL ABRIGO DE PENA xmOI (PARGA, LUGO) M.A. LÓPEZ-FELPETO*, R. VILLAR QUINTEIRO**

* Avda. de Lugo, 105- 3°C. 15702-Santiago. ** Sr Liberata, 6-1°B. Baiona. 36300-Pontevedra. l

Resumen: Se presentan los resultados de la intervención arqueológica de urgencia en el yacimiento del abrigo de Pena Xiboi (Parga, Lugo) prestando especial atención a la estratigrafía y la localización cronológica de la ocupación documentada. Otros aspectos relacionados con el análisis de la industria y economía de las materias primas se ofrecen de forma más sumaria por haber sido tratados con profundidad en anteriores trabajos. Palabras clave: industria lítica, policidismo, holoceno.

Abstraet: The Shelter 01 Pena Xiboi (Parga, Lugo). This artide presents the results of an emergency archaeological excavation at the Shelter of Pena Xiboi (Parga, Lugo), with special attention being paid to the stratigraphy and the time sequence of the location studied. Other aspects related to the analysis of the industry and economy of the raw material are discussed only briefly as they have been dealt with in depth in previous papers. Key words: lithic industry, polycydic, holocene.

Localización del yacimiento El abrigo de Pena Xiboi se encuentra en la parroquia de San Estebo de Parga, en el municipio de Guitiriz (Lugo), a una altitud de 460 m.s.n.m., correspondiendo con las coordenadas UTM X = 591.836, y= 4.777.110, hoja 71 del Mapa Topográfico Nacional. La propiedad de los terrenos sobre los que se ubica corresponde a la Xunta de Montes de la mencionada parroquia (Fig. 1). Este yacimiento se inserta en una zona dedicada a la extracción de granito, concretamente al borde de una de las pistas que dan acceso a varias canteras en explotación. La presencia en superficie de materiales líticos facetados ha permitido a M. A. López-Felpeto su localización, procediendo a la recogida del material. Posteriormente, el análisis de estas piezas le sugiere la posible presencia de un depósito arqueológico, que se confirma tras la realización de un sondeo. La ocupación documentada parece que se puede adscribir a momentos finales del Paleolítico superior/Epipaleolítico (López-Felpeto 1990).

En 1994 la Dirección Xeral do Patrimonio Histórico e Documental de la Xunta de Galicia autoriza la realización de una nueva intervención (GA27022043) que, a pesar del enorme interés científico, es concebida fundamentalmente con carácter de urgencia debido a la ampliación de la pista, para determinar el impacto sobre el yacimiento de estos trabajos así como de la repoblación forestal. Desde la perspectiva prehistórica, los objetivos se centraban en la caracterización del depósito, el incremento de restos industriales y la recuperación de restos vegetales, colorantes, etc. susceptibles de aportar información medioambiental y sobre la relación hombre-medio.

Caracterización del depósito arqueológico Existe ya una abundante y detallada información acerca de las características del depósito de Pena Xiboi (Martínez Cortizas, Moares Domínguez 1995; Moares Domínguez et alii 1994; Llana, Villar, López-Felpeto 1996; Villar, Llana, López-


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Felpeto 1997; Villar 1998), en este trabajo destacaremos que se trata de un suelo policíclico que también presenta importantes variaciones en la horizontal. Tomando como referencia la secuencia en los cuadros 6B y 7B (Fig. 2) se compone de tres unidades deposicionales separadas por líneas de piedras, la unidad más reciente contiene restos de industria lítica prehistórica y materiales contemporáneos. La segunda unidad contiene industria lítica, algún resto de. colorante y fragmentos de granito rubefactados. La tercera unidad deposicional también presenta restos de industria lítica en la parte superior. Según las características del depósito así como el hecho de que la industria lítica tallada aparezca repartida prácticamente a lo largo de toda la secuencia -excepto en la zona profunda del último ciclo-, sugieren que las condiciones de formación del mismo pasarían por diversos y sucesivos procesos importantes de desmantelamiento del suelo existente y redeposición del mismo, aspecto éste relacionado con el hecho de que la tercera unidad deposicional se haya formado a partir de un coluvio (Martínez Cortizas, Moares Domínguez 1995). La línea de piedras que

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separa la segunda unidad deposicional de la tercera supone un referente temporal estrictamente posterior a la formación de este tramo más profundo del depósito. En cuanto a la presencia de industria lítica en la parte alta del tercer ciclo de este suelo, a la luz de la información disponible, es obvio que la industria lítica tallada es anterior a la formación del último tramo del coluvio del ciclo más profundo, viéndose involucrada en el mismo por las condiciones que llevaron a la erosión del suelo sobre el que quedó depositada. De esta forma, la línea de piedras entre los ciclos III y II nos proporciona un referente temporal a techo para esta ocupación. Posteriormente, la formación del segundo ciclo -representado solamente por un horizonte 1A-, con restos de la ocupación, así como manchas carbonosas aleatoriamente distribuidas, parece obedecer nuevamente a un proceso similar: desmantelamiento del suelo existente y redeposición, dando origen a un nuevo coluvio que como en el caso anterior, se edafizará con el tiempo. Y así hasta el suelo actual, que sigue sujeto a la misma dinámica por la existencia de unas condiciones climáticas similares -en cuanto a la abundancia de precipitaciones- y la ligera inclinación del terreno, como se observa en la Fig. 1. Las implicaciones que semejante dinámica de formación de este depósito tienen para la interpretación de los restos de la ocupación, nos remiten a una industria en posición secundaria si bien el desplazamiento sufrido se considera que fue mínimo, incluso sin llegar a traspasar los límites del ámbito del propio abrigo, por lo que hemos de

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Zona excavada (a) -0.5

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Fig. 1. Planta (a) y alzado (b) del abrigo de Pena Xiboi.

Fig. 2. Secuencia edáfica en los cuadros 6B y 7B de Pena Xiboi.


El abrigo de Pena Xiboi (Parga, Lugo)

considerarla in loco. Las razones de tal consideración se apoyan en el aspecto de la propia industria, al no aportar ningún indicio de desgaste externo -pulido de superficies, redondeado de aristas, fracturas, etc.que pudieran sugerir un traslado de la misma desde larga distancia.

La industria lítica La caracterización del conjunto lítico recuperado ya ha sido expuesta de forma detallada y en extensión en anteriores trabajos (Llana, Villar, López-Felpeto 1996; Villar, Llana, López-Felpeto 1997; Villar 1998), por lo que ahora nos parece importante destacar algunos de sus aspectos fundamentales para su comprensión. Constituido por un total de 3.152 elementos -lo que representa un volumen muy importante para el área intervenida-, los restos de talla y productos no retocados suponen el 91 % del conjunto. Por su parte, las piezas retocadas (203 efectivos) representan e17%, completándose el lote con un 2% aportado por los restos de núcleos. Además se han dejado fuera del cómputo un gran lote de esquirlas .y débris, así como un percutor y numerosos pequeños fragmentos de ocre; todo ello indica que la mayor parte de la cadena operativa se ha realizado en el mismo asentamiento. Se observa una importante variabilidad en relación tanto a las materias primas utilizadas como los cuarzos (64%), las cuarcitas (24%), cristales prismáticos de cuarzo (6%), sílex (4%), pórfido, etc.-, como a otras rocas que fueron llevadas al lugar si bien aparentemente no parece que jugasen un papel en el proceso de producción lítico, como puede ser la turmalina o ciertos tipos de granitos y cuarcitas foráneas. Los porcentajes de utilización o rentabilidad en cuanto a su transformación mediante el retoque nos indican que son precisamente más rentables aquellas producciones obtenidas con las materias primas de menor representación: prismas de cuarzo y sílex, ambos de procedencia no estrictamente local, frente a las de masivo consumo -cuarzos y cuarcitas-, de disponibilidad inmediatamente local en gran abundancia y presentando diversidad de variedades y calidades que se traducen en diferentes aptitudes para el facetado.

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Además, se observan diferencias en las cadenas operativas seguidas con estas materias primas, que van más allá de la diversificación en el aprovisionamiento no sólo en los tipos seleccionados sino también en la procedencia geográfica de las mismas-o Estas diferencias en la gestión técnica se manifiestan a través del análisis de ciertas variables tecnológicas, así como de la propia estructura interna del conjunto industrial. Podemos resumir las observaciones realizadas en los siguientes puntos: - En general, todas estas materias primas presentan un facetado apurado con importante producción de soportes limpios de restos de pátina natural. - La presencia de lascas primarias -totalmente patinadas- de cuarzos, cuarcitas y de prismas de cuarzo señalan que las cadenas operativas seguidas con estos materiales tuvieron lugar en el mismo asentamiento desde las primeras fases. - La ausencia de estas lascas primarias en la producción de sílex señala que, por el contrario, las primeras fases de esta cadena operativa se realizó fuera del asentamiento, por lo que los nódulos debieron de llegar al mismo previamente configurados, como mínimo, o en plena fase de explotación. Esta cadena operativa se desarrolla en el tiempo y posiblemente en espacios diferentes, pues tampoco están representadas las fases finales de la misma. Así, se supone que se transportaban los núcleos ya configurados y se iban consumiendo según las necesidades. Este comportamiento económico se corresponde con un criterio de bien valioso y escaso destinado a unas funciones muy concretas, como veremos al analizar la producción. El análisis de la estructura tecnológica interna de esta industria señala: - Fuerte tendencia a la microlitización en todas las producciones. - Diferentes fines tecnológicos en cada tipo de materia prima. Mientras que las producciones de cuarzos y cuarcitas se orientan a la obtención de lascas, las realizadas con prismas de cuarzos y sílex se especializan en el producto laminar y en este caso, concretamente en el microlaminar. - El análisis de los índices laminares -ILam.señala valores moderados entre cuarzos y cuarcitas. Para el caso de prismas y sílex, estos valores aumentan considerablemente superando incluso el 50% de sus respectivas producciones.


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- En conjunto, estos valores del llamo se incrementan si tenemos en cuenta únicamente el conjunto de piezas retocadas. En resumen, se perfila un modelo económico diversificado y complejo, tanto en los métodos como en las técnicas empleadas, lo que nos viene a especialización de tal señalar la gran comportamiento. En cuanto al conjunto de piezas retocadas, se ofrece la lista de tipos identificados según la metodología de D. de Sonneville-Bordes y J. Perrot (1954, 1955, 1956a, 1956b):

Tipo

1 Raspador simple 5 Raspador sobre lasca retocada 7 Raspador en abanico 8 Raspador sobre lasca 10 Raspador unguiforme 11 Raspador carenado 12 Raspador carenado atípico 13 Raspador espeso en hocico 15 Raspador nucleiforme 19 Buril-lámina truncada 21 Perforador-Raspador 22 Perforador-Buril 23 Perforador 24 Bec 26 Microperforador 27 Buril diedro recto 28 Buril diedro desviado 29 Buril diedro de ángulo 30 Buril simple de ángulo 31 Buril múltiple diedro 34 Buril sobre truncadura recta 35 Buril sobre truncadura oblicua 57 Pieza de muesca 58 Pieza de dorso 60 Pieza con truncadura recta 61 Pieza con truncadura oblicua 62 Pieza con truncadura cóncava 63 Pieza con truncadura convexa 64 Pieza bitruncada 65 Pieza con reto cont. en un borde 74 Pieza con escotadura 75 Denticulado 76 Pieza estillada 77 Raedera 78 Raclette 80 Rectángulo

4 1,9 1,9 2 0,9 2,9 1 0,4 3,4 23 11,3 14,7 6 2,9 17,7 1 0,4 18,2 1 0,4 18,7 3 1,4 20,1 1 0,4 20,6 1 0,4 21,1 1 0,4 21,6 1 0,4 22,1 7 3,4 25,5 2 0,9 26,5 7 3,4 29,9 13 6,4 36,3 3 1,4 37,8 4,4 42,2 9 2,4 44,7 5 2 0,9 45,7 1 0,4 46,2 1,4 47,6 3 1 0,4 48,1 1 0,4 48,6 4 1,9 50,5 2,4 53 5 1 0,4 53,5 1 0,4 54 0,4 54,5 1 2,4 56,9 5 16 7,8 64,8 4 1,9 66,8 1 0,4 67,2 6 2,9 70,2 1 0,4 70,7 1 0,4 71,2

% %Ac.

R.

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Tipo 81 84 85 86 88 89 90 92

Trapecio Laminilla truncada Laminilla de dorso Laminilla de dorso truncada Laminilla denticulada Laminilla con escotadura Laminilla Dufour Diversos

Total

N° 4 6 15 1 7 3 11 101 203

% %Ac. 1,9 2,9 7,3 0,4 3,4 1,4 5,4 4,9

73,2 76,1 83,5 84 87,5 88,9 94,3 99,3

El análisis de la estructura interna de la industria de Pena Xiboi señala un conjunto claramente dominado por el utillaje microlaminar, seguido por raspadores, buriles y elementos de sustrato escotaduras, denticulados, piezas estilladas, raederas y raclettes-. Estos cuatro grupos primarios constituyen un bloque dominante en el conjunto lítico, si bien entre ellos se observa, y por ese orden, una distancia constante. A partir de aquí la secuencia estructural interna muestra una distancia o ruptura mayor respecto de los grupos primarios que completan la secuencia aunque con una presencia decreciente. Así, a continuación aparecen los perforadores y piezas truncadas ocupando una posición intermedia y a cierta distancia de las piezas con retoques continuos, útiles compuestos y piezas diversas, que constituyen el tramo final de la secuencia estructural interna de esta industria. El estudio de las estructuras internas industriales de yacimientos cantábricos presumiblemente similares indica que los paralelos más directos se establecen con las ocupaciones azilienses, entre otros, de los niveles 2 y 3 de los Azules (FernándezTresguerres 1980), niveles 1, 2 Y 3 del Piélago II (García Guinea 1985), niveles 26 y 27 de la Riera (Straus, Clark 1986), nivel 1 del Pendo (González Sáinz 1989) y con los recientes yacimientos azilienses excavados como la Peña del Perro, niveles 2a y 2b (González Morales, Díaz Casado 1991-92) y nivel III-3 .de la cueva de la Pila (lagüera García 1991). Todas estas industrias muestran una gran y pertinaz homogeneidad en las secuencias estructurales internas de sus industrias líticas:


El abrigo de Pena Xiboi (Parga, Lugo)

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3cm Lámina 1. Industria lítica de Pena Xiboi: Buriles (1, 2, 3); Raspadores (4,5,6,7,8,9,10); Lasca con retoque inverso (11); Laminillas de dorso (12, 13, 14, 15, 16); Laminillas sin retoque 07, 18); Laminilla con retoque marginal (9); Trapecios (20,21).


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fuerte desarrollo del utillaje microlaminar de forma que este grupo domina los conjuntos, marcado desequilibrio entre raspadores y buriles, favorable a los primeros, el sustrato se manifiesta como un grupo de importante desarrollo. Al contrario, las piezas con retoques continuos se perfila como un grupo muy moderado que ocupa lugares en el tramos final de las secuencias. Finalmente, aparecen las truncaduras, piezas diversas y perforadores como grupos minoritarios. Tipológicamente también se encuentran ciertas tendencias características comunes en estas industrias: los raspadores son tipos cortos con frentes de tendencia circular, pueden ser abultados; por su parte los buriles son predominantemente diedros de dos facetas, siendo raros los realizados sobre truncaduras u otros tipos de retoques. Entre el utillaje microlaminar se señala la rarificación de las microgravettes frente a la frecuencia importante de dorsos espesos y curvos. Este grupo se hace monótono en el sentido de que se nutre principalmente de dorsos aunque con la particularidad de que suelen producir el apuntamiento de la laminilla. También es habitual encontrar algunos geométricos -generalmente trapecios-, no muy abundantes en número pero bien caracterizados, con retoque abrupto. El grupo de sustrato está integrado fundamentalmente por escotaduras (Lám. I). Estas características manifestadas tras nuestro análisis coinciden con el momento industrial denominado por Fernández-Treguerres (995) como Aziliense clásico, registrándose escasas alteraciones de las estructuras internas industriales, al menos, en las hasta ahora conocidas. Otros aspectos de cronología relativa Ante la ausencia de restos orgánicos susceptibles de ofrecer una datación radiocarbónica, debemos acudir a los aspectos que pueden aportarnos información de cara a una datación relativa de la ocupación de Pena Xiboi. En la actualidad conocemos la cronosecuenCla edáfica del

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Tardiglaciar y el Holoceno para nuestra reglOn (Martínez Cortizas, Moares Domínguez 1995), de modo que el estudio de la génesis del depósito de Pena Xiboi nos aporta elementos significativos para poder establecer relaciones con alguno de los ciclos de formación de suelo o, por contra, con alguna de las fases de crisis erosivas identificadas en este período. Desgraciadamente, en esta ocasión no podemos tomar en consideración los resultados de los análisis polínicos, pues una vez establecidas las condiciones de formación del depósito que en la actualidad contiene la industria prehistórica, es de esperar que el espectro polínico que se refleja se corresponda con el existente durante y después de la formación de los sucesivos coluvios; es decir, se refleja una situación vegetal muy posterior a la ocupación (Ramil Rego 1992, 1993), tal y como aconsejan las características de la industria recuperada en relación con las secuencias industriales generales conocidas en la Península para el Tardiglaciar y comienzos del Holoceno (v.p.e. Fortea Pérez 1973; Cava Almuzara 1986; .Fernández-Tresguerres 1980, 1995; González Sáinz 1989, 1994; González Morales 1982, 1995). Las ocupaciones que hemos visto relacionadas con esta de Pena Xiboi se sitúan al final del Tardiglaciar, en las fases Cantábrico IX/X (Hoyos Gómez 1995), lo que cronológicamente se traduce en el entorno del 10.500-10.000BP. Para el caso de Pena Xiboi hemos apreciado determinados rasgos técnicos y económicos que nos sugieren quizá un momento algo más avanzado de aziliense (Villar Quinteiro 1998). Si además tenemos en cuenta que la línea de piedras entre los ciclos II y III del suelo actual podría corresponder, bien con la fuerte crisis erosiva de inicios del Holoceno, entorno al 10.000BP de la cronosecuencia edáfica regional (Martínez Cortizas, Moares Domínguez 1995), bien con la crisis registrada hacia el 9.500BP, resultaría una localización aproximada al Tardiglaciar o quizá más propio, a momentos holocenos iniciales Preboreal- para los comienzos de la ocupación del abrigo de Pena Xiboi.


El abrigo de Pena Xiboi (Parga, Lugo)

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BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 17-22

EXCAVACIÓN DE URXENCIA NO TúMULO DE OS CANEmOS (MOECHE, A CORUÑA)

EMILIO RAMIL GONZÁLEZ* VíCTOR TOMÁS BOTELLA** * Avda. de Vigo, 162-2° E; 15403 O Ferrol **Avda. dos Caídos, 3-7" D; 15009 A Coruña

Resumo: No mes de abril de 1991, a roturación dunha finca na paraxe de A Serra (Labacengos, Moeche) provocou o achádego do coñecido como Machado de Os Caneiros (Ramil González et aL, 1992) e a localización conseguinte do túmulo obxecto deste traballo. A excavación de urxencia levada a cabo en xuño dese mesmo ano permitíu examinar parcialmente un xacemento dasificable na etapa final do período cultural megalítico.

01 Os Caneiros (Moeche, A Coruña). In April of 1991, the tilling a field in the area of A Serra (Labacengos, Moeche) led to the discovery of the find known as Machado de Os Caneiros (Ramil González, et.al., 1992) and the subsequent location of the burialmound studied in this artide. The emergency excavation that took place in June, 1991 allowed for the partial examination of a site dassified to be in the late period of Megalithic culture.

Abstraet: An Emergency Excavation olthe Burial Chamber

Circunstancias da intervención A realización destes traballos arqueolóxicos foi posible gracias á subvención económica da Consellería de Cultura da Xunta de Galicia e do Concello de Moeche a través da súa EscolaObradoiro. Co seu alcalde daquela, D. Fernando Campos, abrimos unha menClOn de agradecimentos que ternos que facer extensiva en primeiro lugar a D. José Veiga, propietario dos terreos e doante ó Museo Arqueolóxico de San Antón do Machado de Os Caneiros; a Santi, arqueólogo que desinteresadamente puxo os seus coñecimentos e experiencia á nosa disposición; ó Servicio de Fotogrametría Terrestre de ENDESA, que realizou de xeito igualmente desinteresado a planimetría da excavación e, finalmente, ó profesorado e alumnos da Escola -Obradoiro de Moeche poIa súa colaboura.

Contexto xeográfico e arqueolóxico O túmulo de Os Caneiros sitúase na paraxe de A Serra, na parroquia de Labacengos no Concello de

Moeche, nunha zona intermedia entre a bisbarra de O Ferrol e as terras altas nororientais da provincia de A Coruña, no conxunto xeográficamente coñecido como "franja de transición litoral-sierras occidentales que componen el prelitoral atlántico ... " (TORRES LUNA, 1986), que morfolóxicamente se define como un escalonamento de superficies de erosión entre os 200 e os 400 m de altitude que provoca unha paixase suave e ondulada pechada entre estribacións montañosas e que ven rematar cara Ó norte na mole de A Capelada e cara ó oeste pola Serra de Forgoselo. A parroquia de Labacengos ocupa o chanzo aplanado dos 200-300 m e no medio da mesma xurde a pequena dorsal do Monte Ventueiro (314 m s.n.m.), que se prolonga cara ó sul nunha estreita penichaira onde ubícase ó túmulo de Os caneuos Arqueolóxicamente son coñecidos dous monumentos cercanos a éste: un sito a 150 m ó SO, a unha cota máis baixa e na mesma finca de Os Caneiros, e o chamado Medoña, que atopamos ó NO, á dereita da mesma pista coa que se


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relacionan os outros dous (Labacengos-A Barqueira), a uns 1.200 m en liña recta. A relación de visibilidade existente entre eles se establece a través do túmulo excavado, en virtude do seu emplazamento elevado. N un entorno inmediato non existen máis túmulos conservados, aínda que sí é posible facer referencia a topónimos con clara relación a súa presencia, poidendo estar hoxe destruídos ou non visíbeis. É o caso de As Medoñas, finca na mesma parroquia, e do Alto do Tesouro, na veciña de Abade. Nunha visión espacial a meirande escala, é posible relacionalos cos focos megalíticos occidentales da provincia (Capelada, Forgoselo, Faladoira, Cubela das Pontes...), sen esquece-lo coñecimento actual da importante presencia desta cultura na bisbarra ferrolán (concellos de O Ferrol, Fene, Narón, Neda, San Sadurniño...) (CARNEIRO REY; 1995) (PENA GRAÑA, 1991).

Descripción do túmulo O túmulo cuia excavación irnos pasar a describir se caracteriza polo seu pequeno tamaño e volume. Cun diámetro máximo de 12,50 m, presenta unha forma sensiblemente ovoide, provocada polo alargamento do eixe N -S, que gaña unha forma apuntada fronte ó semicírculo case perfecto que forma a metade norte. Esta disposición en planta ven motivada polo emprazamento do túmulo no punto de rotura da pendente na que remata a chaira onde sitúase, o que obriga a un reforzamento da contención da masa tumular no sector sul, desviando esta carga cara ó cadrante SO e alixerando ó SI. Como consecuencia deste xogo, o anel no primeiro sector se adapta á forma recta, rompendo o esquema circular. A superficie ocupada é de 18,7 m 2.

O perfil é semiesférico moi achatado, presentándose como unha terraza semicircular sobor a pendente. O resalte respecto do entorno varía dos 0,11 m no N ós 0,52 m no S. A masa tumular está delimitada por un anel pétreo en todo o seu perímetro, irregularmente conservado, que podería se-lo resto dunha coiraza que cubrira totalmente a superficie daquela, o que semellan insinuar certos detalles da súa estructura e a presencia de abondosa pedra rodada na vertente

inferior da chaira, que poidera provir do monumento. O anel delimitador está formado por bloques de roca ultrabásica serpentinizada de cor verde grisácea de tamaño entre os 0,25 m e 1 m de grosor variable; roca desta natureza é visible no entorno inmediato do túmulo en numerosos afloramentos. A composición e estructura deste anel varía ó longo do perímetro en función das necesidades: No semicírculo norte é dunha gran sinxeleza, composto por bloques aillados de gran tamaño dispostos en sentido radial á vertente ou caída do túmulo, neste punto mínima, polo que se chega, mesmo , á horizontalidade. Na metade sul, dada a pendente que gaña o terreo, ademáis dunha función delimitadora, ten que servir de contención á masa tumular, que centra aquí as suas presións. A súa complexidade é maior e podémola describir en base á seguinte composición: 1° Liñas de pedras cravadas no túmulo en sentido contrario á pendente. 2° Pedras en disposición radial na base da pendente, cun buzamento de 45° e acomodadas á mesma; imbrican coas anteriores, servíndolles de contraforte. Estas dúas liñas son intratumulares e as pedras aparecen traballadas con forma rectangular. 3° Pedras menores que se dispón horizontalmente sobor as anteriores e cubrindo os seus ocos. Asomarían á superficie e a liña máis exterior delas, dispostas transversalmente, cumpren a función delimitadora do monumento. A masa tumular está composta por terra de cor marrón con vetas ou manchas vermellas, propia do solo xistoso sobor o que se sitúa, que amosa características plásticas. Presenta unha gran limpeza de pedras, que pode indica-la realización do cribado da mesma previo á súa utilización, dado que nos terreos que puideron ser recoñecidos no entorno e baixo do mesmo monumento a presencia de pedra desmembrada por erosión da roca é moi abondosa.

Traballos realizados A metodoloxía utilizada para afronta-lo recoñecemento do monumento se baseou no


Excavación de urxencia no túmulo de Os Caneiros (Moeche, A Coruña)

encadramento do túmulo nun rectángulo de 18 x 14 m, que se cadriculou internamente en cadrados de 2x2 m A partir de aquí, a excavación realizouse en dúas fases: 10 Definíronse catro zanxas, agrupadas en dous "L" que se xuntaban no punto coidado como central e orientadas ós puntos cardinais, aplicándose a cada unha delas diversas lonxitudes en función do sector, pero unha mesma largura de 2 m Tiña como función o recoñecemento estratigráfico das diversas zonas, con mantenimento, nun principio, de testemuños centrais de división entre elas, zona primada para o recoñecemento de posibles estructuras. 20 Excavación en área das zonas que puideran supoñer un meirande interese en función dos datos obtidos na profundización, mediante a ampliación modular destas zanxas primarias. A profundización en cada un dos sectores ía ser tamén variable en función das necesidades. Os obxectivos que foron coidados como preferentes para o seu recoñecimento foron o sector central, a fin de comproba-las posibles estructuras ou os seus vestixios e unha área de posible intrusión recoñecida na superficie do túmulo ó SL, ó tempo que a zanxa sul se alongaba ata máis aló do límite do monumento, a fin de recoñece-la estructura do anel periférico, a extensión real da masa tumular e o subsolo do terreo.

Resultados A excavación realizada permitíu recoñece-las principais características do túmulo de Os Caneiros no que respecta ós seus diferentes compoñentes estructurais. Túmulo: a compoñente principal do túmulo, que poderíamos coidar como o seu núcleo, está realizado cun tipo de terra plástica, arxilosa, dunha certa resistencia mecánica en condicións de humidade, que aparece moi limpa da presencia de pedra. Todas estas características, que contrastan coa terra provinte do escaso solo do entorno do monumento, fai pensar que ten sido percurada dalgunha mina cercana con presencia dun substrato máis potente polas suas condicións xeolóxicas, probablemente da cercanía dun curso de auga.

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Xunto con esta terra, coa que se realiza o túmulo, constátase a presencia en menor cantidade de terra superficial, máis escura e solta, semellante ó paleosolo detectado, visible non só no recheo das alteracións recoñecidas, senon que supón a porción máis exterior do túmulo sobor o que apoia o anel periférico e na terra que colmata o sector Si. Pódese, pois, afirmar que existe unha selección de terras en relación coa súa función, utilizando terra máis plástica e consistente nas zonas sometidas a meirandes presións e terra máis solta nos puntos de menor necesidade. Estructura central: aínda que totalmente desaparecida debido ós expolios sufridos polo monumento, en base a unha violación neste sector de 1,7 x 2 m, é posible asegura-la existencia en orixe dunha cámara, dada-las pegadas deixadas polos ortostatos da mesma no piso do túmulo, visibles por manchas de diferente terra que, unha vez excavadas, valeiraban a fosa de apoio daqueles deixando os seus negativos. Nun destas fosas fica aínda unha cuña in situ. As características da cámara son difíceis de definir a partir dos restos detectados, xa que foron recoñecidos parcialmente. Poron documentados un total de 5 improntas de ortostatos , que, coas necesarias reservas, semellan indica-la existencia dunha cámara poligonal pechada sinxela de pequeno tamaño, descentrada cara ó norte e oeste respecto do centro xeométrico do túmulo, menor ós 2 m no eixe O-L, único reconstruíble. Ademáis disto, foi recoñecido un contraforte intratumular que servía de sostén á mesma, contraforte máis complexo no sul e oeste e que presenta a mesma disposición neste punto có anel periférico. É moi posible que, como naquél, o contraforte non tivera función sustentante no leste e norte, polas características do terreo, limitándose aquí á colocación dunhas pedras delimitadoras, tanto no teito como na base da cámara, e que, mesmo, desaparecera no cadrante SL en función dunha posible entrada. Sen que tiñamos excavado en fondura o sector sudeste do anel periférico, a excavación do túmulo realizada para deixar ó descuberto a súa composición, permitíu constata-lo cambio de radio que aquí efectúa o cinto lítico, introducíndose cara ó interior, aínda que conserva a súa aliñeación


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externa. Esta ganancia de largura e espesura do anel neste punto podémolo interpretar, dada-las súas características, como o peche do túmulo, do acceso á cámara central, a través deste amoraemento de pedras con función claramente contenedora. En relación, tamén , con esta posible zona ou pasillo de acceso desde o exterior, foi detectado, a nivel de pavimento, en posición externa á posible cámara e inminente a ela, un empedrado irregular que semella facer de vestíbulo, cunha largura aproximada recoñecida de 1,3 m e unha lonxitude de 1,7 m. Máis cara ó sul, nesta zona central, entre os posibles vestíbulo e cámara, foi examinada unha mancha moi homoxénea de terra vermella, de forma alongada no sentido L-O, de 1,65 m por 0,56 m e que podería ter algún sentido ritual. Intrusión surleste: en superficie, no momento da limpeza preliminar realizada, foi visible un área con pedras encastradas no túmulo. Dada-las suas características, posto que aparecían envoltas nunha terra vermella allea á da masa tumular, considerouse desde o principio a súa excavación como elemento singular. O que podía observarse sobor o túmulo era que entre estas pedras existían unha serie delas que formaban un pequeno espacio rectangular, aberto ó sudeste; en fondura, sen que fose detectado ningún tipo de obxecto ou irregularidade, a pedra perdía esta disposición, ó tempo que disminuía de tamaño, espallándose e sen chegar a concentrarse nunha área concreta que delimitara a fosa ou intrusión. Aterra vermella que as envolvía sufría o mesmo proceso, diluíndose irregularmente en profundidade. Isto fixo pensar na posibilidade de que, de se tratar dunha intrusión, fose moi superficial e atoparamos únicamente o remate da mesma, ou ben, non foi posible interpreta-la súa estructura e función correctamente. Esta intrusión entra en contacto coa posible zona de acceso aberta no túmulo neste sector sudeste. Como ficou dito, neste cadrante a coiraza periférica se introduce cara ó interior, o que podería indicar que se procede ó entullamento dunha área aberta; neste sector sudeste, a masa tumular cambia de composición e se realiza cunha terra menos cribada, cunha gran cantidade de cachote de pedra sen orde aparente no que

aparece envolto o enxoval recollido "in situ". Poderíamos estar diante dun pozo de acceso posterior ó selado da estructura. Enxoval: o enxoval que puido ser recollido no proceso de excavación é, básicamente, cerámico e lítico, asemade da presencia de abondosos núcleos de ocre vermello, lascas de seixo branco sen restos de talla e material orgánico, principalmente madeira carbonizada en moi pequenos fragmentos, algunha dela "in situ". O contexto de aparición do material cerámico, entre o que destacan tres anacos de campaniforme internacional) non presenta contextualización estratigráfica, polo seu espallamento en terras tumulares, poidéndose, únicamente, salientar unha certa concentración de restos dun mesmo cacharro, de perfil cóncavo-convexo, no sector SL , na posible zona de entrada á cámara, en cuio interior removido non foi recollida ningunha peza. Asemade deste tipo cerámico, están presentes tamén formas convexas simples e, no único caso no que pode concretarse, de tipo aberto. O material lítico consta dun machado puimentado, co puimento reservado á zona activa do fío, dúas azuelas, unha tipo 1, coas mesmas caractenstlcas que o machado, e outra tipo na de Fábregas de moi pequeno tamaño, 40 mm (FÁBREGAS VALCARCE et aL, 1988), cun puimento moi perfecto, e unha punta de seta en cristal de rocha traslúcida de base triangular con lengüeta e aletas incipientes. Agás a azuela tipo 1, o restante enxoval lítico foi depositado no sector SL, no túmulo, poidendo considerarse "in situ". Este conxunto material, aínda que escaso e pouco contextualizado, sí presenta unha certa homoxeneidade cultural. Todos estes materiais poden centrarse perfectamente, polo datos coñecidos referentes a outros túmulos, nun momento final da etapa megalítica. Pola súa posición estratigráfica, a vaxilla concavo-convexa lisa e unha forma convexa aberta semellan estar presentes no momento de peche da mámoa, entre as terras utilizadas para o seu selado, compartindo esta posición coas terras que acompañan ó contraforte da estructura central; un anaco de campaniforme foi recollido no paleosolo, moi perto da cabeceira da cámara. Poderiamos ter, pois, un principio e un fin de uso do monumento.


Excavación de urxencia no túmulo de Os Caneiros (Moeche, A Coruña)

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EMILIO RAMIL & VíCTOR TOMÁS

Consideracións fInais A excavación do túmulo de Os Caneiros permitíu recoñecer e rescatar parcialmente un monumento da fase final da cultura megalítica, ó tempo que, neste proceso, se documentaba a presencia desta etapa cultural nesta zona xeográfica intermedia entre os grandes focos orientais da provincia coruñesa. Os resultados finais se ven limitados polas perdas de información provocadas polas alteracións sufridas, fundamentalmente en dous aspectos: 1°. Imposibilidade de caracterización do modelo de cámara existente, dada a súa total desaparición. A pesar disto, é posible afirmar que nos atopamos diante dunha estructura dun período evoluído da fase megalítica, cercana, probablemente, ás cistas. 2°. A roturación sufrida, causa da intervención, desmantelou as capas superiores do túmulo, o que plantexa problemas de interpretación estratigráfica e, sobre todo, non nos permitíu coñece-lo esquema orixinal da coiraza supratumular. Polo examinado, estamos ante un monumento dunha cerra complexidade estructural, con presencia de elementos acostumados noutros exemplos investigados desta cultura, na liña, coas diferencias puntuais lóxicas, dos túmulos tipo Pedra da Xesta na Serra da Barbanza (CRIADO BOADO, 1986) ou da Mámoa 2 de Cabritos} na Serra da Aboboreira (OLIVEIRA JORGE, 1983), por citar algunhas non próximas, puidéndose afirmar que é un modelo presente nunha gran área xeográfica. O encadramento feito nun momento final da arquitectura megalítica ven suxerido, igualmente, polo enxoval indicado. A presencia dun exemplar de campaniforme internacional, nos achega de seguido

ata o enclave megalítico de As Pontes, onde este estilo de cerámica está presente en varios túmulos da Veiga de Vilavella, asociados a estructuras megalíticas progresivas (MACIÑEIRA y PARDO DE LAMA, 1941). A compaña de outro vaso cóncavo-convexo, neste caso liso, plantexa o problema da súa posterior datación e da súa relación co campaniforme (FÁBREGAS VALCARCE et al., 1988), o que aínda é, polo momento, unha cuestión aberra.

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BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 23-40

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN A MOTA GRANDE: APROXIMACIÓN A SU ARQUITECTURA

Fco. JAVIER CHAO ÁLVAREZ RI Rosalía de Castro 10, 3° 1 27850 Viveiro - Lugo. Te!.: 670523 590

Para Sandra, desde la modestia del debutante, por su gran capacidad profesional y su amistad.

Resumen: Presentamos la intervención arqueológica llevada a cabo en A Mota Grande (Verea, Ourense). Con una finalidad puramente patrimonial realizamos la limpieza y desescombro del dolmen presente en el yacimiento para evitar la continuidad de su deterioro y para poder estudiar y tratar sus grabados y pinturas. La consecución de estos objetivos nos permite hacer una aproximación, limitada y distorsionada, a la interpretación y comprensión del yacimiento. En este sentido ofrece una serie de indicios que apuntan hacia una retumulación del mismo. Sin embargo, la limitada excavación llevada a cabo no nos permite confirmar plenamente este hecho.

Abstraet: An Archaeological Excavation at A Mota Grande: Understanding its Architecture. This anide presents the results of an archaeological excavation carried out at A Mota Grande (Verea, Ourense). For the sole purpose of preserving a national heritage, we deared the site of the dolmen to Cllrb the process of deterioration in order to be able to study and preserve its engravings and paintings. The successful completion of our objectives has led the way to the interpretation and understanding -albeit limited and distorted- of the site. In keeping with this, we present evidence implying that there was a reorganization of the burial chamber. However, due to the limited excavation work done, this is unable to be confirmed as yet.

Presentación del yacimiento LOCALIZACIÓN

El túmulo objeto de este trabajo es conocido por A Mota Grande. Se localiza en la Serra do Laboreiro en el extremo suroccidental de la provincia de Ourense. Pertenece a la parroquia de S. Miguel de Bangueses en el término municipal de Verea. Los lugares de A Fraga en el término vecino de Lobeira y el propio Bangueses son los núcleos habitados más cercanos. U na de sus características más destacables desde el punto de vista administrativo-territorial es la inmediatez con el territorio portugués puesto que se halla apenas a unos 100 m al E. del límite fronterizo y, si bien el túmulo se halla en territorio gallego, la necrópolis de la que formaría parte se

extiende a ambos lados de la línea fronteriza. De hecho el mojón de demarcación indicado con el n° 23 está emplazado precisamente encima de uno de los túmulos de este conjunto, a unos 75 m al NO del estudiado en este trabajo. Su situación física dentro del relieve inmediato se caracteriza por hallarse en el borde oriental de una planicie ondulada, limitada por el O por una pequeña elevación en la que se emplazan otros túmulos y comunicada al sur con amplios y suaves valles abiertos. Éstos se introducen hacia Portugal descendiendo muy suave y progresivamente. Al norte contacta con una extensa turbera drenada por torrentes encajados y profundos. El hecho de estar emplazado en el límite de la llanura, inmediato a la línea de ruptura de pendiente, le ofrece unas posibilidades de visualización idóneas desde una gran área hacia el sureste siguiendo las


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Feo. JAVIER CHAO ALVAREZ

estribaciones más bajas de la sierra en las que a su vez se localizan otros muchos yacimientos tumulares 1 . CARACTERÍSTICAS ARQUEOLÓGICAS

A Mota Grande presenta una arquitectura tumular megalítica. Sus elementos constructivos son los propios de este tipo de yacimientos, un espacio interior delimitado por grandes ortostatos hincados que constituyen la cámara megalítica y en torno a ella y recubriéndola una importante acumulación de tierra y piedras que forman la elevación tumular. Ésta tiene una planta de base circular prácticamente perfecta con un diámetro de 42 m en el eje NO-SE frente a los 40 m en el eje NE-SO La altura máxima, alcanzada en la parte central, es de 4 m y su pendiente es regular y uniforme en todo su perímetro integrándose con la propia pendiente natural del terreno en la parte oriental. Se halla recubierta exteriormente por una capa de piedras de formas y tamaños muy variables y que parecen tener una distribución muy regular ocupando toda la superficie de la elevación. Por su parte, la cámara se dispone en la parte central de la arquitectura y oculta en el interior de la tumulación. Está formada por seis bloques hincados de gran tamaño sobre los que se asienta otro gran bloque de cubierta. Se distribuyen de forma aproximadamente semicircular apoyándose de forma imbricada y delimitando un espacio abierto hacia el SE En los extremos aparecen también hincados otros dos bloques más pequeños que son parte del inicio del corredor de acceso que tenía la arquitectura. En varios de los ortostatos se podían apreciar grabados y restos de pinturas difícilmente caracterizables en el momento de iniciar la actuación, siendo su tratamiento y estudio uno de los objetivos fundamentales del proyecto. Atendiendo a su entorno más proxlmo son conocidos fundamentalmente tres tipos de yacimientos: túmulos funerarios, asentamientos castrexos y petroglifos (LOURENZO & FARIÑA, 1933). De estos tres tipos destacan, por su abundante presencia, los túmulos. Se localizan no sólo en lo alto de la sierra sino también en las estribaciones de menor altitud, extendiéndose, como decíamos, hacia el E a través dH Monte das Motas y hacia el S en los montes de Lobeira y Monte do Viso (CUEVILLAS 1927).

ESTADO DE CONSERVACIÓN

El yacimiento presentaba un notable estado de deterioro causado por dos alteraciones fundamentales, una excavación en la parte central que dejaba al descubierto la cámara megalítica y un corte superficial de disposición radial que desmantelaba toda la cubrición pétrea. Si bien ya se apreciaba que los daños sufridos por la arquitectura eran muy importantes, no era posible calibrar su verdadera repercusión, siendo ésta finalmente muchísimo mayor de lo que cabía esperar en un principio. La excavación central tenía una forma cónica irregular con el fondo vertiente hacia el interior de la cámara. El borde superficial era aproximadamente circular con un diámetro máximo de 4 m y formaba unos amplios voladizos con salientes de hasta 1 m sobre el fondo del hoyo quedando un perfil en forma de S. Las paredes del hoyo presentaban derrumbes de tierra y piedras que convergían en el fondo con una importante inclinación hacia el interior de la cámara y ocasionaban una gran acumulación de piedras sueltas tanto en su interior como frente a ella. En el exterior del hoyo y circundándolo parcialmente se acumulaban tierra y piedras fruto de su excavación que le ofrecían cierto aspecto de cráter volcánico. En el momento de iniciar los trabajos, la cámara presentaba cinco ortostatos visibles, algunos de ellos con pequeñas fracturas en sus extremos, y la gran losa de cubierta estaba fracturada y apoyada únicamente en tres de ellos. Dentro de la cámara se acumulaba un relleno de tierra y piedras una de las cuales tenía el mismo grosor que la propia cubierta y se apoyaba sobre uno de sus cantos. Por la parte de atrás de uno de los ortostatos del extremo y encajada en el corte del hoyo de expoliación apareció otra gran piedra de proporciones similares a esta de cubierta y que es una de las piezas clave para la interpretación de la arquitectura tal como veremos más adelante. Por lo que respecta a la otra zona alterada del túmulo se trata de una zanja superficial de disposición aproximadamente radial con respecto a la planta circular de la construcción. Tiene una orientación NO-SE y su anchura máxima es de 4


Intervención arqueológica en A Mota Grande: aproximación a su arquitectura

m con una longitud aproximada de 22 m. Se inicia prácticamente en el borde del túmulo donde apenas levanta más que la tierra vegetal para ir progresivamente ahondando en la masa tumular a medida que se acerca al centro. Su profundidad máxima, alcanzada hacia la mitad de su extensión, es de unos 80 cm. En la parte final vuelve a hacerse más superficial y acaba en lo alto de la tumulación sin alterar la pendiente del lado opuesto. En esta parte central contacta con el cráter y se halla parcialmente rellenada por la tierra extraída del mismo. El borde oriental presenta una gran acumulación de piedras en toda su extensión, fruto de la acumulación resultante al abrirla. Dichas piedras son parte de las de cubrición del túmulo que han sido completamente removidas y desplazadas. El borde opuesto presenta un corte limpio que deja al descubierto parte de la tierra tumular y de la capa de piedras que la recubre. Además de estas alteraciones que acabamos de describir, el yacimiento presentaba en la parte central un hundimiento de forma aproximadamente semiesférica en donde todo parece indicar que no es fruto de expoliaciones recientes sino que se trata de "violaciones" antiguas.

Antecedentes Como parte de nuestro planteamiento metodológico en la realización del proyecto, nos propusimos la revisión de información y documentación existente referida al yacimiento y de este modo poder extraer de ella el apoyo necesario para una mejor y más fácil comprensión y contextualización de los resultados. En este sentido nos centramos sobre todo en el intento de una reconstrucción de los hechos que nos diese una visión global de los procesos sufridos por el yacimiento y que provocaron su actual estado de deterioro. Nuestra principal fuente de información fueron los trabajos realizados por Celso Rodríguez (RODRÍGUEZ CAO, 1993) a quien queremos agradecerle su imprescindible y decisiva colaboración al facilitarnos, a través de varias entrevistas personales, datos y documentación fundamentales para la contextualización de los resultados obtenidos.

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Este arqueólogo viene realizando desde hace años diversos trabajos de prospección, localización y estudio de yacimientos arqueológicos en la comarca de la Baixa Limia (EGUILETA & RODRIGUEZ & XUSTO, 1988). Uno de estos trabajos consistió en la prospección sistemática de túmulos funerarios en la Serra do Laboreiro y el contiguo Monte das Motas (RODRÍGUEZ CAO, 1988). A raíz del mismo en 1983 localizó, entre otros, el túmulo A Mota Grande. En aquel momento presentaba ya una importante alteración. En su parte central se apreciaba una excavación de aproximadamente 1 m de diámetro que dejaba al descubierto la cámara megalítica y permitía el acceso a ella. Dos años más tarde, en 1985, realizó una segunda visita al yacimiento. En esta ocasión ya había sufrido una alteración mayor (RODRÍGUEZ CAO, 1985?). La excavación de la parte central había sido ampliada hacia la parte occidental. Como consecuencia apareció una importante acumulación de piedras adyacente al lateral de la cámara que formaba una limitación a modo de muro hacia su parte frontal. Además de esto el túmulo presentaba un corte radial en su superficie realizado con una excavadora mecánica (Fig. 1)2. Según la opinión de Celso Rodríguez, atendiendo a los indicios visibles en aquel momento, la acción de esta máquina excavadora se limitaría exclusivamente al corte superficial y no afectó directamente al área central del túmulo. Es importante destacar este aspecto y, sobre todo, el hecho de que ya existiese un acceso al interior de la cámara antes de esta expoliación porque, como veremos más adelante, contribuye a esclarecer las causas de su destrozo. A partir de este año 1985 y hasta el momento de iniciar nosotros el proyecto, todo parece indicar que las alteraciones, si bien no cesaron, sí disminuyeron y ocasionaron menores destrozos en la estructura. Básicamente se produjo una ligera ampliación en la excavación central y como consecuencia de ello y, posiblemente, de la propia alteración de los agentes erosivos, se produjo también un mayor rellenado del interior de la cámara y se desmoronó y rellenó parcialmente el 2 Los montajes fotográficos y las representaciones gráficas fueron elaboradas por Alejandra Vázquez Grabas.


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1985

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1994

B

e

Fig. 1: Secuencia comparativa del estado del yacimiento en 1985 (fotos cedidas por Celso Rodríguez) y al inicio de la intervención.


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muro adyacente a ella. El corte superficial se mantuvo aproximadamente en las mIsmas condiciones.

Proyecto de actuación En 1994 acometimos una intervención arqueológica en el yacimiento por encargo de la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta de Galicia marcada por un claro carácter patrimonial para su preservación y consolidación. Los objetivos planteados por la propia administración estuvieron determinados por la necesidad de detener el grave proceso de degradación que venía sufriendo el yacimiento y se orientaron hacia dos aspectos principales, la documentación y consolidación de los grabados y pinturas de la cámara y la regularización y protección de las zonas alteradas para evitar que continuase su expoliación y deterioro. Es necesario señalar también que las exigencias administrativas, en cuanto a las condiciones técnicas, económicas y temporales para la intervención, determinaron la puesta en práctica del proyecto, tanto en su planteamiento como posterior desarrollo, otorgándole un marcado carácter de urgencia y no permitieron la ampliación de los trabajos y objetivos fuera del marco estrictamente patrimonial. Por lo que respecta a la primera de las líneas de actuación, y aunque una de las características definitorias del yacimiento es precisamente la presencia de pinturas y grabados en los ortostatos de su cámara funeraria, no abordaré el tema puesto que está siendo estudiado y desarrollado por Fernando Carrera Ramírez, director del proyecto y de la actuación técnica de restauración 3. En cuanto a la actuación técnica de excavación, podemos establecer una gradación de los objetivos pretendidos diferenciando entre unos más generales y prioritarios y otros puntuales y concretos que no son más que los medios a través de los que intentamos alcanzar los primeros. De 3 Únicamente pretendo ofrecer una perspectiva de algunos de los aspectos arquitectónicos más destacados de la construcción que sea complementaria del trabajo que este investigador viene realizando y contribuir así al conocimiento del yacimiento en su totalidad.

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este modo, las malas condiciones de conservación en las que se encontraba el yacimiento resultaron un imperativo ineludible a la hora de fijar las finalidades principales de la intervención: evitar que continuase el proceso de degradación que estaba soportando y al mismo tiempo, protegerlo para conservarlo en las mejores condiciones posibles Para alcanzar estas pretensiones, los objetivos concretos de la actuación planteada se centraron en cuatro puntos fundamentales: - Desescombro y limpieza de las áreas alteradas. - Regularización de los límites de la alteración. - Estabilización de las estructuras componentes del conjunto arquitectónico. - Cubrición de las áreas excavadas. Además de éstos, caracterizados por su clara orientación patrimonial y que dan prioridad a la protección y conservación del yacimiento, se plantearon otros encaminados hacia su estudio y documentación. Debido a ese carácter de urgenCIa que mencionábamos, este estudio y documentación abarca únicamente aquellos elementos y estructuras puestas al descubierto por la alteración y nunca nos planteamos llevarlos a cabo para el yacimiento en su totalidad. Establecimos, así, vanos objetivos mínimos a cubrir: - Hacer una delimitación de las áreas alteradas diferenciándolas de la parte intacta. - Determinar la importancia e intensidad de la alteración para poder, de este modo, comprobar la estabilidad y posibilidades de conservación de las estructuras afectadas. - Obtener perfiles estratigráficos del yacimiento. - Describir y definir las estructuras que fuesen halladas. - Elaborar un registro documental y gráfico tanto de las características arquitectónicas del yacimiento como de las características técnicas de la intervención. No considero necesario en este escrito hacer referencia al desarrollo de la intervención porque no hay nada especialmente reseñable ni de interés para el presente artículo. Baste decir que dentro de las limitaciones impuestas por el carácter de urgencia con que fueron realizados todos los trabajos, la actuación alcanzó plenamente los objetivos pretendidos.


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Resultados de la actuación Nuestra intención en este apartado es exponer de forma descriptiva los principales elementos arquitectónicos que forman el yacimiento. En realidad, no podemos hacer mucho más debido al tipo de intervención exigido. Una actuación de urgencia y con objetivos puramente patrimoniales no permite abordar una excavación significativa del yacimiento y limita considerablemente las posibilidades de interpretación de sus características arquitectónicas y constructivas. Por otra parte, tampoco permite un trabajo posterior de investigación que ahonde en los resultados y documentación obtenidos. Dado el escaso trabajo realizado en la zanja radial, una mera limpieza superficial de uno de los cortes, y el mínimo valor estratigráfico que de ella se puede obtener, apenas profundiza en la tumulación alterando únicamente su cobertura de piedras, la obviaremos a la hora de analizar los resultados obtenidos. Analizaremos, por lo tanto, la parte central de la arquitectura a partir de la estratigrafía obtenida al regularizar los taludes del hoyo central de expoliación: - La estratigrafía. En esta parte central del túmulo aparecen dos zonas bien diferenciadas con perfiles estratigráficos opuestos. De este modo, podemos pues establecer, a partir de la cámara, un eje divisorio entre la mitad occidental, donde las estructuras están firmemente consolidadas y diferenciadas (Foto 1), y la mitad oriental donde no hay esta diferenciación y donde las estructuras están destruidas apareciendo un relleno todo removido en todo el desarrollo del perfil. El contraste entre ambas partes es evidente y como generalización inicial para el análisis de cada una consideramos que está intacta la primera, manteniendo las estructuras in situ, frente a la mitad oriental que está totalmente alterada (Foto 2). Sobre el ortostato de cubierta de la cámara una tierra oscura con forma aparece marcadamente cóncava evidenciada superficialmente. Se trata de un típico cono de violación fruto de una expoliación anterior al gran hoyo actual. Alcanza la cubierta del dolmen por lo que tuvo necesariamente que dejarla al descubierto y por ello debemos tener en cuenta la posibilidad

de que pudiese haber sido la causa de su fractura. A partir de este punto y hacia el frente de la cámara podemos establecer el eje divisorio referido anteriormente. En la parte occidental del eje aparecen todas las estructuras arquitectónicas perfectamente consolidadas y dispuestas en su posición constructiva original. En la parte superior del perfil aparece dispuesta una estrecha capa de piedras que forman una estructura a modo de cubrición visible en toda la superficie del túmulo. En la mitad inferior del corte se acumulan una enorme cantidad de piedras que rodean la cámara y que aparentemente continúan más allá de la cota alcanzada en los trabajos de limpieza llegando muy probablemente hasta la base de la construcción. En la parte media de la estratigrafía, entre ambas estructuras pétreas, aparece un relleno de tierra muy homogénea y tremendamente compactada. En la parte oriental desde el borde superior del corte hasta su base aparece un revuelto caótico de tierra y piedras fruto de la expoliación del yacimiento y posterior deposición del material extraído. Encajado de canto en este corte aparece una enorme piedra que bien pudiera ser parte de la cubierta del dolmen puesto que coincide en grosor con los restos conservados in situ. - La estructura de cubrición. El túmulo se halla recubierto por una capa de piedras, graníticas prácticamente en su totalidad, que se distribuye regularmente por toda su superficie. Está formada por bloques de tamaños muy variables, desde pequeños fragmentos hasta importantes lajas con ejes de casi 1 m, aunque haciendo una generalización observamos que la gran mayoría son de dimensiones reducidas. Al igual que en el tamaño varían en cuanto a la forma sin que parezcan presentar ninguna regularidad significativa. Tiene un grosor de unos 5O cm formando una acumulación de varias capas de piedras amontonadas unas sobre otras, aunque no parecen presentar una colocación determinada sino una disposición caótica fruto de una deposición azarosa. Aún así, algunas presentan inclinación y superposiciones imbricadas como en el perfil de la zanja, se aprecian varias en el extremo sur y en su parte central, y algunos puntos del sector central.


Intervención arqueológica en A Mota Grande: aproximación a su arquitectura

Foto 1: Estratigrafía del lado occidental de la cámara al finalizar los trabajos.

Foto 2: Estratigrafía del lado oriental de la cámara al finalizar los trabajos.

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En todo caso desconocemos su caracterización para la generalidad del túmulo porque superficialmente no es posible observar si mantienen esta disposición. Las piedras se apoyan directamente unas sobre otras sin ningún relleno de tierra entre ellas salvo el propio provocado por la sedimentación y formación natural del suelo. - La tierra tumular. Aparece como una masa muy homogénea de aproximadamente 1 m de espesor y extraordinariamente compactada y endurecida. Es una tierra de textura muy fina, casi polvorienta al estar totalmente tamizada y no tener gravas mezcladas, y es de un color gris claro, ceniciento. Presenta un ligero veteado negro de franjas muy estrechas, paralelas entre sí y paralelas también con respecto a la capa de piedra inmediatamente superior. En la zona de contacto con estas piedras se incrementa la presencia de las vetas dándole un tono más oscuro. La tierra, pese a permanecer expuesta a la intemperie, parece no filtrar el agua permaneciendo completamente seca lo que nos da una idea de su alto grado de compacidad. - La acumulación de piedra en torno a la cámara. Inmediatamente por debajo de la tierra tumular, en la parte occidental del perfil, se sitúa una impresionante acumulación de piedras. Al igual que las de la capa superficial son de pequeño tamaño aunque en general ligeramente más grandes que aquellas. Aparecen superpuestas unas sobre otras careciendo por completo de relleno alguno. La tierra tumular está fuertemente compactada y adherida a las piedras superiores de modo que apenas hay desprendimientos que vayan rellenando los escasos huecos existentes entre ellas. En este caso sí se observa una deposición .intencionada, una colocación individualizada de cada una de las piedras en contacto directo entre sí. Están dispuestas en hileras regulares, con una marcada horizontalidad y distribuídas en torno a la cámara y tocando directamente con sus ortostatos. El alcance real de esta estructura es imposible determinarlo a través de una excavación de este tipo. Lo que pudimos apreciar es que se distribuye desde el frente de la cámara, por detrás de las piedras del corredor, a lo largo de todo el lateral occidental y alrededor de ella puesto que puede verse en algunos puntos entre los ortostatos. Su

límite superior lo establece la laja de cubierta de la cámara pero lo que no podemos diferenciar son sus límites tanto en profundidad como en su desarrollo hacia el perímetro de la arquitectura. En todo caso, aparentemente continuaba más allá de los límites del área de trabajo en ambas direcciones. - La cámara megalítica. El espacio que podríamos definir como cámara propiamente dicha está delimitado por seis ortostatos hincados (números 2 a 7) sobre los que se dispone otro horizontalmente a modo de cubierta y que está fracturado (Fig. 2). En el interior y encajados en los perfiles oriental y occidental aparecen tres grandes bloques que en su grosor coinciden con la losa de cubierta y, aunque no pudimos comprobar el encaje de las fracturas, a buen seguro fueron parte de dicha cubierta. La lógica arquitectónica necesaria en una construcción de este tipo nos lleva a hacer esta afirmación puesto que unas piedras de semejante' tamaño de ningún modo pueden ser aportadas al dolmen sin una imprescindible finalidad constructiva y no es tampoco verosímil que aparezcan en la posición en la que están si no es debido a un desplazamiento provocado por la alteración de la arquitectura. Las lajas hincadas que delimitan el espacio de la cámara forma una planta a modo de U abierta hacia el SE y se colocan inclinadas hacia el interior apoyándose de forma imbricada. Su apariencia externa y sus características formales, salvo en cuanto a dimensiones, presentan una cierta homogeneidad con superficies interiores regularizadas y planas y los bordes redondeados. Todos ellos parecen ser de granito y tienen múltiples e importantes fracturas destacando en este sentido los indicados con los números 2 y 4 que están partidos por la mitad. El primero de ellos (n° 2) es una piedra con los bordes muy redondeados y su parte interior perfectamente lisa en un único plano pero rugosa debido a su tipo de grano. Aparece partido con una fractura completa que se ha producido hacia el interior de la cámara al estar ligeramente desplazada su parte superior modificándose sus ángulos de orientación e inclinación con respecto a la base. Pese a ello logra mantenerse apoyado sobre la arista de la cara exterior. La fractura provoca una grieta de unos 5 cm de ancho y está orientada


Intervenci贸n arqueol贸gica en A Mota Grande: aproximaci贸n a su arquitectura

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Fig. 2: Elementos constructivos de la c谩mara.

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diagonalmente hacia la base de la piedra por lo que permanece parcialmente oculta detrás del ortostato inmediatamente anterior. Su parte superior es plana ofreciendo una gran superficie para el apoyo de la cubierta siendo el peso de la misma lo que evita su caída y lo que al tiempo provoca un grave riesgo para la estabilidad del dolmen. El bloque n° 3 tiene una configuración similar aunque en este caso su cara interna es ligeramente más rugosa y menos regularizada. Es de un tamaño notablemente menor quedándose a casi 1 m de alcanzar la losa de cubierta. Pese a presentar un aspecto redondeado en la parte superior con pequeñas aristas desbastadas frente a las de los demás ortostatos en que son vivas y cortantes, consideramos que está partido faltándole su extremo. En cuanto al número 4 tiene una fractura completa como en el caso del n° 2 pero a una profundidad mayor que la del límite excavado por lo que no aparece reflejado en la documentación. Pudimos, sin embargo, verificar su existencia a través de las grietas existentes entre la tierra de relleno y el ortostato. Al igual que aquel, en este caso también tiene una fractura similar que forma una especie de cuña entre los dos fragmentos evidenciando que están ligeramente desplazados uno con respecto al otro. Las características formales de esta piedra son parecidas a la n° 2 aunque la superficie de apoyo que ofrece a la cubierta es muy reducida. El bloque n° 5 es el que funciona como cabecera del dolmen y parece estar en buenas condiciones puesto que es el único al que no se le aprecian alteraciones significativas. Tiene una dimensión ligeramente mayor que los demás destacando significativamente por su grosor y su forma cúbica frente a la aplanada de los demás. Es el que presenta una superficie interna más irregular con múltiples planos de corte y su extremo es robusto y puntiagudo. Finalmente los indicados con los números 6 y 7 presentan también fuertes aristas en la parte superior de sus bordes. Ninguno de ellos llega a hacer contacto con la cubierta. El primero está muy inclinado y se sitúa por delante de los que tiene a sus costados estando por tanto exento de apoyos laterales. En la zona inferior de su parte visible existen una serie de piedras completamente

encajadas entre él y el gran bloque del interior de la cámara estando fuertemente apoyado en ese punto, que de hecho es su único sustento. Por su parte el número 7 ha quedado fuera de la vertical de la cubierta y tiene aristas muy vivas todo a lo largo del extremo superior. El ortostato de cubierta tiene un grosor notablemente mayor que los hincados hasta ahora descritos. Se apoya únicamente en tres de ellos 2, 4 y 5 de los que apenas sobresale quedando por tanto muy poco voladizo sobre la vertical de los apoyos. En la parte occidental de la cámara aparece un bloque (n° 11) que, a nuestro entender, es una parte de la cubierta, precisamente la qile originalmente sobresalía sobre los apoyos (Fig. 3). Se sitúa encajada inmediatamente detrás del lado occidental de la cámara e inmediatamente por debajo de dicha cubierta. Atendiendo a la pequeña parte visible de esta· piedra, su presencia en esta posición no se justifica de ningún otro modo, máxime si tenemos en cuenta que su grosor coincide con el de la parte de tapa que permanece colocada. En su cara superior y directamente apoyadas en ella hay varias piedras pequeñas, correspondientes a la estructura de acumulación que rodea al dolmen, sobre las que se compacta sin fisuras la tierra tumular. Tiene una ligera inclinación lateral en el sentido de los ortostatos y está alineada prácticamente en paralelo con los dos del extremo pero sobresaliendo por encima del último hacia el centro del hoyo. Se prolonga bajo la masa tumular siguiendo la misma alineación que el borde de la cubierta y tiene una fractura a escasos centímetros en el interior del perfil. Más hacia el extremo oculto parece tener diversas roturas a modo de exfoliaciones pero es imposible saberlo con certeza porque se halla parcialmente oculta por la tierra tumular. Como ya indicamos anteriormente, además de ésta a la que acabamos de referirnos, existen otras dos piedras (n° 10 y 11) que por sus características formales pueden ser también parte de la laja de cubierta. Presentan un enorme tamaño a pesar de que sólo están parcialmente excavadas. El grosor es idéntico entre ambas y también con respecto al de la tapa. Sus bordes son muy rectos, muy lineales y con aristas muy vivas en todas ellas lo que evidencia el mismo tipo de fracturas . No pudimos


Intervención arqueológica en A Mota Grande: aproximación a su arquitectura

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2M

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1M

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Fig. 3: Estado final de la excavación con los bloques adyacentes a la cámara y los restos del corredor. Detalle de la disposición de algunas de sus piedras.


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comprobar si dichas fracturas encajan pero aún así opinamos que no es posible explicar su presencia si no la interpretamos como parte de la cubierta del dolmen. - El corredor. Por lo que respecta al acceso a la cámara, la solución arquitectónica adoptada consiste en un corredor formado por lajas de menor tamaño que las de la propia cámara pero de similares características: cantos redondeados, caras interiores lisas y proporciones uniformes en todas ellas. Los ortostatos de arranque del corredor (nO 1 y n° 8) aún permanecen in situ, hincados a ambos lados de la cámara y se disponen apoyados oblicuamente sobre los de sus extremos, con la misma inclinación de éstos pero con una alineación ligeramente más cruzada hacia el centro. En la parte de enfrente de la cámara, localizamos otra serie de piedras de las mismas características que las de arranque citadas, con igual tamaño, proporción y aspecto. Dos de ellas (12 Y 13) están caídas hacia el interior del espacio del corredor, apoyadas una sobre otra solapándose ligeramente. Se disponen en el lado oriental de la cámara inmediatamente a continuación de la n° 1 siguiendo su misma orientación. En la parte opuesta, la n° 16 se halla en una posición similar con respecto a la 8, es decir, inmediata a ella y siguiendo su misma orientación. Y; finalmente, las dos restantes (14 y 15) se localizan en medio de este espacio justo enfrente de la cámara. En cuanto a las piedras en sí poco podemos indicar porque están escasamente destapadas y apenas asoman sobre el fondo del espacio de excavación 4 . A pesar de ello su parte visible evidencia unas características formales muy similares a los dos ortostatos pequeños hincados en los extremos de la cámara. Por lo que respecta a las características de la propia estructura de acceso tampoco podemos ser más explícitos. Desconocemos si se trataría de un corredor largo, a modo de pasillo, o si es un acceso corto como una prolongación de la propia cámara. Los ortostatos localizados están completamente alterados y desplazados de su colocación original y 4 Las limitaciones del proyecto y la peligrosa inestabilidad de la cámara determinaron la detención de los trabajos.

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es posible que haya aún más elementos constructivos de los hallados por lo que sólo podemos hacer meras conjeturas. En este sentido, por la disposición con respecto a la propia cámara podríamos pensar en la segunda posibilidad porque cuatro se alinean entre sus extremos inmediatamente enfrente y otro se localiza por debajo del muro adyacente a su lado occidental y por detrás del último ortostato, Otro indicio podría ser la propia equivalencia o simetría entre cámara y corredor en el número de elementos constructivos utilizados, seis y seis. En cualquier caso resulta evidente la incapacidad para poder interpretarlo sin un trabajo de excavación adecuado para la documentación y registro del yacimiento. - Restos materiales. En las tierras más superficiales del interior del hoyo aparecieron gran cantidad de basuras de diverso tipo, cristales, maderas, clavos, plásticos, etc., todas ellas localizadas en el área de enfrente a la cámara. En cuanto a material arqueográfico propiamente dicho aparecieron únicamente un disco de piedra, un fragmento de piedra pulimentada, una pequeña loseta con una perforación cónica en una de sus caras, un prisma cristalino negro y un fragmento de cuarzo con retoques en el borde. Además de éstos tenemos noticia de que se hallaron, en el momento de la expoliación más reciente, algún fragmento cerámico, una punta de flecha, un microlito y restos de ocre en pequeñas concreciones esféricas. Todo este material parece estar asociado a la parte central del túmulo excepto el microlito, aparecido en la zanja. Por lo que respecta a lo hallado durante la excavaClOn, destaca el disco por su propia representatividad como pieza 5. Se trata de una placa circular realizada en piedra de tipo esquisto sin ningún tipo de perforación central (disco simple; FÁBREGAS, 1990). Sus caras son completamente lisas y está recortada por medio de un trabajo de percusión realizado únicamente en una de ellas. El borde presenta un acabado regularizado a través de un suave pulimento que incluso pudiera ser producto de la erosión.

5 Quiero agradecer a Santiago Vázquez su colaboración en la memoria técnica de la intervención al elaborar el apartado correspondiente a los materiales.


Intervención arqueológica en A Mota Grande: aproximación a su arquitectura

Aparece en el relleno del interior de la cámara al pie del ortostato nO 2 y asociado a una pequeña acumulación diferenciada de tierra, circundada por piedras inclinadas hacia el centro de la mancha. Puesto que todo el relleno está completamente removido es muy poco probable que se trate de una estructura significativa y de una deposición intencionada de la pieza. Por lo que respecta a los otros materiales no nos ofrecen tampoco una información especialmente relevante puesto que se trata de fragmentos de muy pequeño tamaño o de piezas de difícil catalogación como resto arqueológico. Son en todo caso, un testimonio más de la fuerte alteración sufrida por el yacimiento puesto que aparecen en medio del relleno removido del interior del hoyo de expoliación. La destrucción del dohnen. Indicios y

causas Una de nuestras intenciones al iniciar los trabajos en el yacimiento fue la de hacer una reconstrucción de los hechos que provocaron la alteración del mismo. El tipo de trabajo llevado a cabo no fue en ningún caso el idóneo pero aún así, podemos apuntar algunas consideraciones al respecto. Como punto inicial tenemos en cuenta las alteraciones que ha sufrido el yacimiento y partimos de la idea de que, cuando menos ha tenido tres momentos diferentes de expoliación, el más reciente desde el año 1985, anteriormente el de 1983 y, a juzgar por el hundimiento semiesférico localizado sobre la cubierta de la cámara, otro aún anterior que no podemos precisar. Como se comprenderá es evidente que interpretar la existencia de éste último obliga a otra interpretación anterior, la de que el perfil de la mitad occidental está efectivamente in situ frente al resto del contorno, removido. Como dijimos en su momento el contraste entre ambos partes es evidente; frente a la primera estructurada y compactada, la oriental está completamente rellenada de piedras que no guardan ningún orden y su compactibilidad es mucho menor, tanto en el propio perfil como en el fondo de la excavación. Además, si admitimos que la gran piedra incrustada en ese borde oriental y la del interior de

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la cámara ocupan una posición que no sería la original resulta más que evidente, a nuestro entender, que efectivamente ese sector está removido. Por su parte la mitad opuesta es obvio que mantiene unas estructuras muy diferenciadas y ordenadas y a juzgar por su fuerte consolidación y sobre todo la gran solidez y dureza de la tierra tumular, podemos afirmar su disposición original desde el momento de su construcción. Por lo que respecta a las destrucciones más recientes atendiendo a la información que nos ofreció Celso Rodríguez junto con las evidencias actuales, podemos afirmar que no fueron las que provocaron la fragmentación de los ortostatos de la cámara ni la remoción del perfil oriental. En el primer caso así lo atestigua un estudio sobre la estabilidad de la arquitectura realizado por el ingeniero de caminos D. Juan Manuel Calvo Rodríguez. Tras una visita realizada al yacimiento y el estudio de la documentación generada por la excavación, el informe por él elaborado verifica una serie de indicios que descartan la posibilidad de que fuese la máquina excavadora la que provocó la rotura de los ortostatos: "Se comprobaron detenidamente las condiciones de apoyo de la piedra de cubierta sobre las laterales, estando éstas materializadas puntualmente sobre las mismas, sin puntos aplastados que indicarían una remoción de las piedras justificante de la fractura de la losa de cubierta". La fractura de la piedra n° 2 "se ha producido hacia el interior de la cámara como si se debiera al empuje horizontal de las tierras de relleno. La poca entidad de dicho empuje convierte en prácticamente imposible dicha suposición". A este respecto señala también que "lo que resulta menos probable es que ésta se debiera a la acción de una máquina excavadora ya que el terreno del trasdós no ha sido removido y, además, la máquina habría producido la fractura al revés de como ésta se presenta". Por lo que respecta a la remoción completa de todo el perfil estratigráfico de la parte oriental resulta también inverosímil que lo efectuase la máquina. Si bien la zanja y el hoyo central tienen un punto de contacto precisamente en ese lado oriental, no es más que un contacto a un nivel muy superficial que de ningún modo justifica la


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remoción del perfil en toda su profundidad. Este hecho puede observarse claramente en la documentación cedida por Celso Rodríguez en la que se aprecia el yacimiento en un momento muy reciente posterior a la alteración. La zanja no profundiza en el túmulo sino que se practica superficialmente hasta el hoyo central y a una cota muy superior a la base del corte estratigráfico. Además, la entidad del volumen de tierra removida no se corresponde con la exigencia que conlleva la alteración de este perfil y es precisamente encima de el en donde se deposita el material extraído del centro del hoyo. La máquina necesitaría situarse sobre el propio perfil, excavar hasta la base del corte (más hondo de lo documentado) y rellenar de nuevo. Si bien la extracción de la tierra del hoyo es probable que fuese efectuada por medios mecánicos, a juzgar por la forma de cráter de su deposición, la envergadura de la alteración no es suficiente para justificar la remoción completa del corte oriental. Debemos recordar para concluir que la parte central del túmulo ya estaba alterada antes de 1985 y 1983 Y todo parece indicar que la cámara ya estaba destrozada porque era accesible antes de la acción de la máquina excavadora. Por lo tanto, las causas más probables de la rotura de los apoyos verticales se deben a la propia desestabilización del dolmen y las fuerzas generadas por el peso de la cubierta en el momento de su fractura. En este sentido en el informe aludido se señala que "conviene hacer notar que las piedras son graníticas, estando estas formaciones caracterizadas por la existencia de microfisuras y diaclasas que pudo haber dado lugar a una rotura frágil por flexión". Determinar las causas de esta fractura y precisar cuando se produjo resulta realmente complejo, por -no decir imposible, con los datos de los que disponemos pero a la vez nos ofrece la oportunidad de desarrollar un interesante juego sobre las posibilidades al respecto.

Aproximación interpretativa de arquitectura

la

Tal y como apuntamos al referir los objetivos de la actuación nuestro deseo hubiese sido poder

desarrollar una excavación que nos facilitase la comprensión del conjunto arquitectónico en su totalidad y poder interpretarlo convenientemente. A falta de resultados más esclarecedores deberemos conformarnos con apuntar ideas o aproximaciones que nos acerquen a esa interpretación. Sinceramente opino que existen una serie de indicios interesantes que vale la pena desmenuzar aunque luego no sea capaz de recomponerlos. Si atendemos a la estratigrafía del yacimiento se refleja muy claramente el contraste radical entre el corte oriental y el occidental del hoyo de expoliación. Ya anticipamos en el apartado correspondiente que podemos establecer, a partir de la cámara, un eje divisorio entre la mitad occidental, donde las estructuras están firmemente consolidadas y diferenciadas, y la mitad oriental donde no hay esta diferenciación y donde las estructuras están destruidas apareciendo un relleno removido en todo el desarrollo del perfil. Consideramos que está intacta la primera, manteniendo las estructuras in situ, frente a la mitad oriental que está totalmente alterada. El contraste entre ambas partes es tan evidente que la valoración de cada una no necesita ningún tipo de explicación. En cuanto a los tres grandes bloques 9, 10 y 11, del interior y adyacentes a la cámara respectivamente, parece, cuando menos, razonable considerarlos como elementos arquitectónicos. Debemos partir de la idea de que una construcción de este tipo tiene necesariamente que seguir unas pautas constructivas y tener una coherencia arquitectónica evidente, máxime tratándose de piedras de semejante volumen y peso. Los números 9 y lOse hallan en áreas removidas y de relleno, con una disposición anárquica fuera de toda lógica constructiva. Ninguna de las dos tiene una colocación estructurada ni funcional dentro del conjunto arquitectonlco y nos resulta incomprensible la presencia de bloques tan grandes que estén actuando precisamente como relleno dentro del túmulo y no como partes estructurales. Admitiendo que estos tres bloques son elementos arquitectonlcos desplazados lo más coherente es interpretarlos como partes de la


Intervención arqueológica en A Mota Grande: aproximación a su arquitectura

cubierta del dolmen puesto que presentan características muy semejantes a la parte de tapa conservada, coincidiendo sus grosores y el tipo de aristas, y totalmente diferentes de las piedras verticales de soporte. Este indicio resulta especialmente significativo en dos de ellos si atendemos a su disposición con respecto a la cámara. El n° 10 está caído de canto encima de dos de las piedras del corredor invitando a pensar que la fractura de la tapa provoco una basculación de este fragmento sobre el corredor derribando las piedras inmediatas. Además si nos fijamos en la disposición de éstas últimas vemos como se disponen solapadas, pegadas a la hincada de arranque y conservando su misma alineación por lo que parece que sólo fueron derribadas pero no desplazadas significativamente (Foto 3). El n° 11 evidencia una gran complejidad interpretativa. Se halla también en una posición que no parece en absoluto acorde con los demás elementos de la arquitectura al estar encajado en el

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lado occidental de la cámara, encima del ortostato de ese extremo y colgando sobre el espacio inmediato de acceso. Presenta una alineación y desarrollo bajo la masa tumular no excavada que parecen coincidir con la del borde de la cubierta y se halla ligeramente inclinada con la parte más próxima a la cámara más elevada. Estos indicios podrían indicar su desprendimiento de la cubierta. Sin embargo, el perfil estratigráfico de encima no presenta ninguna irregularidad por la que podamos pensar que está removido; al contrario acabamos de dar por cierto que mantiene su disposición constructiva original. Podríamos buscar una posible explicación al hecho pensando que la capa de piedras que rodea la cámara hubiese asumido la remoción de la piedra o su desprendimiento de la de cubierta. Sin embargo, la solidez con que la tierra se compacta sobre la piedra, la ausencia de fisuras en su contacto y la perfecta continuidad sobre ella de esta acumulación de piedras que rodea la cámara, indican que también ésta última estructura estaría in situ con lo que, en principio,

Foto 3: Detalle de las piedras del corredor (12 y 13) bajo el bloque n° 10.


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invalida la idea (Foto 4). En todo caso, resulta evidente que la mitad superior del corte estratigráfico está directamente asentada sobre la piedra y se mantiene intacta desde el momento de la construcción. Toda la relación de factores evaluados hasta ahora nos obligan a descartar la idea de que los bloques referidos sean ajenos a la construcción, aportados arbitrariamente en un momento de expoliación. Siendo así y aceptando que el fragmento n° 11 está desplazado de su punto original, ¿por qué se asientan sobre él las piedras que rodean la cámara y el relleno de tierra tumular? ¿Es esto la evidencia de una reconstrucción del túmulo, de un realzamiento de su volumen? De ser así parece también acertado decir que esta retumulación sería posterior a la propia

desarticulación de la cámara puesto que se asienta sobre elementos arquitectónicos correspondientes a ella y desplazados de su posición original. Y si en el juego interpretativo introducimos la variante temporal surgen inmediatamente dos posibilidades, una fractura en el proceso constructivo original o una intrusión posterior, que pudo acarrear la destrucción de la cámara, que conlleva la retumulación del yacimiento. Llegado el razonamiento a este extremo existen una serie de consideraciones que debemos aceptar. La primera de ellas y más determinante es la propia limitación impuesta por el tipo de trabajo realizado y la inadecuada documentación del yacimiento. A partir de aquí podemos intentar reconstruir su proceso evolutivo atendiendo a los indicios hallados. En cualquier caso debemos tener

Foto 4: Detalle de la disposición de la piedra na 11 durante el proceso de regularización del talud.


Intervención arqueológica en A Mota Grande: aproximación a su arquitectura

presente que es una interpretación a partir de una perspectiva muy puntual y distorsionada de un primer testimonio estratigráfico que necesita ser contrastado a través de la excavación adecuada del yacimiento. Pasando pues a las consideraciones arquitectónicas hay varias evidencias documentadas que sirven como reglas del juego interpretativo: - Las grandes piedras del interior de la cámara y las encajadas en los perfiles a ambos lados de ella son partes esenciales de la arquitectura. La racionalidad constructiva que necesariamente debe tener el dolmen así lo atestigua. Por el tamaño, las características formales y la disposición parecen ser partes de su cubierta. - El bloque encajado en la parte oriental está directamente apoyado sobre dos de los ortostatos del corredor derribándolos en el momento de su fractura. - El corte estratigráfico del lado occidental de la cámara está intacto y mantiene sus estructuras en las condiciones de deposición derivadas de la construcción de la arquitectura. - La piedra n° 11 encajada en ese perfil es un elemento constructivo desplazado de su localización original sobre el que se asientan partes estructurales del yacimiento. Quiere esto decir que algunas de las piedras que rodean la cámara y el relleno de tierra del túmulo le fueron depositadas directamente encima estando ya fragmentada y desplazada. A partir de estas premisas podemos intentar dar coherencia al conjunto. Como ya hemos dicho la clave interpretativa es, a nuestro entender, la piedra 11. Además de las premisas básicas que con respecto a ella acabamos de definir existen aún una serie de interrogantes. Si es un fragmento desprendido de la cubierta y apoyado sobre las piedras que rodean a la cámara, ¿por qué parte de estas mismas piedras se depositan sobre ella? ¿Estamos ante una construcción fallida y aún así rematada o estamos ante una posterior reconstrucción sobre una estructura anterior seriamente alterada? A juzgar por todo el conjunto de indicios resulta más verosímil esta segunda interpretación. Es posible que la arquitectura inicial estuviese construida con un dolmen rodeado de una gran

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acumulación de piedras hasta la altura de su cubierté y que posteriormente, tras su desestabilización, fuese reconstruido con un relleno de tierra y una capa pétrea externa7 . Como nota final para este escrito debo reconocer con sinceridad y frustración la evidencia con la que se manifiesta el vacío argumental para establecer una interpretación certera, quedando patente pues la necesidad de realizar una excavación que permita documentar convenientemente el yacimiento si queremos conseguir este objetivo. En todo caso mi pretensión no es ni mucho menos ofrecer una explicación absoluta sobre la verdad del yacimiento sino ofrecer una perspectiva arquitectónica del mismo que contribuya a aportar alguna información más que nos acerque a su comprensión. No quiero desentrañar ningún misterio sino aportar una ficha al juego interpretativo.

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6 En otras zonas de Galicia existen ejemplos de yacimientos en los que el túmulo se construye por medio dela acumulación de piedras como en As Pontes (VÁZQUEZ & CHAO, 1993) o en Muras. 7 En otros yacimientos se ha documentado la reutilización de un mismo espacio o arquitectura para estfucturasdiferentes, confirmada en algunos casos (BELLO 1992-93; CAAMAÑO & CRIADO, 1991-1992) o sugerida en otros (CHAO & ÁLVAREZ, 1999).


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BRIGANTrUM,

2000, vol. 12, pp. 41-63

A MADORRA DA GRANXA: ¿O TúMULO MÁIs GRANDE DE GALICIA?

Feo.

JAVIER CHAO ÁLVAREZ*,

IvÁN A. ÁLVAREZ MERAYO**

* 27746 BRETOÑA-LUGO; Tel.: 670 523 590

** R/ Reboredo7, 3°.

27400 MONFORTE (LUGO). Tel.: 606 642 337

Resumo: Presentamos os primeiros traballos de escavación realizados na Madorra da Granxa (Castro Ribeiras de Lea, Castro de Rei, Lugo), o túmulo prehistórico máis grande documentado en Galicia con 70 m de diámetro e 4 m de altura. Ó longo do texto expoñemos as principais características da actuación desenvolvida e os seus resultados. Analizamos os distintos elementos constructivos e características arquitectónicas documentadas no xacemento que seguen as mesmas pautas presentes no común dos túmulos galegos: estructura central, delimitación perimetral, "couraza" interna, selección e deposición significativa da terra e preparación do espacio no que se constrúe. Ofrecemos unha contextualización cronolóxica do túmulo a partir dos materiais e os resultados das datacións radiocarbónicas e como achegamento á interpretación da arquitectura, a falta dun estudio exhaustivo do rexistro, apuntamos unha serie de indicios sobre a posible presencia de dúas estructuras diferentes na parte central do túmulo.

Palabras clave: Madorra da Granxa. Túmulos prehistóricos. Abstraet: A Madorra Da Granxa. The Largest Burial Chamber in Galicia? In this article we present the preliminary excavation work done at Madorra da Granxa (Castro Ribeiras de Lea, Castro de Rei, Lugo), the largest prehistoric burial chamber documented in Galicia, measuring 70 m in diameter and 4 m high. Throughout the text we discuss the main aspects of the intervention and the results obtained. There is an analysis of the different elements of construction and architectural characteristics documented in the site, which follow the same patterns as those commonly found in Galician burial chambers: a central structure, a perimetric boundary, an inner "core", the significant selection and arrangement of the earth and the preparation of the spot where it is constructed. We present a time sequence of the burial chamber based on the material and the radiocarbon dating method. In addition, as an approach to the interpretation of the architecture, and for want of an in-depth study of the records, we offer up evidence regarding the possible presence of two different structures in the central part of the chamber.

Key words: Madorra da Granxa. Prehistoric Burial Chambers.

Introducción Por iniciativa da Excma. Deputación Provincial de Lugo e avalado polos plans de investigación do Museo Provincial de Lugo xurdiu un proxecto de actuación arqueolóxica que intenta rendabilizar este tipo de actividade dende unha perspectiva cultural, social e mesmo económica. Ideamos unha actuaclOn buscando que concurrisen inicialmente o maior número posible de circunstancias favorables que axudasen a reducir os atrancos propios deste traballo e que, ó mesmo tempo, tivese a capacidade de ofrecer un

alto grao de interese a nivel científico, histórico e patrimonial, educativo e turístico. Deste xeito, A Madorra da Granxa (Castro de Rei, Lugo), o túmulo prehistórico máis grande coñecido ata agora en Galicia, e o grupo de Roza das Madorras foron os xacementos elexidos para levar a cabo o proxecto. No primeiro caso o interese é obvio posto que esta arquitectura é unlca no rexistro arqueolóxico galego; ten unha altura de 4 m e un diámetro de 70 m, practicamente o dobre ca dos túmulos meirandes documentados ata agora en Galicia. No segundo caso, a necrópole Roza das Madorras semella ser un bo elemento de contraste


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posto que é un grupo formado por oito túmulos que van dende os 1.8 m ata apenas 0.4 m de altura e de 8 m a case 30 m de diámetro. Contrastan notablemente xa non só coa Madorra da Granxa senon mesmo entre eles e, daquela, son unha base documental perfecta para o estudio deste tipo de xacementos. Pretendemos contribuir Ó enriquecemento dos coñecementos e valores histórico-patrimoniais da comarca a través de tres programas de traballo que están pensados para tratar a información tanto nunha faceta puramente técnica dentro da disciplina arqueolóxica coma dende unha perspectiva divulgadora para o conxunto da sociedade. primeiro des tes programas (programa de investigación) ten como obxectivo a investigación sobre aspectos moi diversos dos túmulos: estudios de emprazamento, análise dos tipos de estructuras internas, análises edafolóxicas das terras tumularias, análise dos diferentes materiais asociados a cada tipo de arquitectura, etc. Está fundamentado principalmente nas labores técnicas propias da escavación e prospección arqueolóxicas. autro dos programas de traballo (programa de conservación) reffrese á conservaClOn dos xacementos establecendo diferentes tarefas encamiñadas cara a súa limpeza, último restauración, protección e sinalización. programa recollido nesta liña de actuación (programa de difusión) está adicado á difusión dos aspectos máis destacados de todo o estudio e traballo arqueolóxico. Abrangue diferentes actividades coma poden ser a realización de visitas guiadas ós xacementos, deseño de rutas de sendeirismo nas que se potencia o compoñente patrimonial, elaboración de distintas publicacións (folletos, vídeos, artigos) ou realización de conferencias. Precisamente nesta última liña de actuación debe encadrarse o presente artigo. Con el pretendemos unicamente continuar a labor divulgativa encetada ó longo da primeira campaña de traballo, dando a coñecer algunhas das características principais do único xacemento do proxecto estudiado ata agora. Coidamos que, malia que aínda non está rematada a súa escavación, é necesaria esta publicación para satisfacer en parte as grandes espectativas e interese que se xerou arredor da Madorra da

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Granxa, reflexada ampliamente en distintos medios de comunicación. Esta necesidade está aínda máis xustificada, e motivada ó mesmo tempo, polo feito de ser o túmulo meirande coñecido ata o momento en Galicia. Daquela é un exemplo único dentro do noso rexistro arqueolóxico que pode abrir novas espectativas no eido investigador da Prehistoria neste pais. Por tratarse dunha investigación en curso que levamos pouco máis ca encetada e dunha escavación sen rematar na súa parte esencial, resúltanos imposible neste momento ofrecer unha visión e mesmo unha versión interpretativa definitiva das características do xacemento. Sen embargo, si podemos expoñer unha serie de aspectos xerais que serven para trazar unha caracterización arquitectónica e arqueolóxica precisas e para resolver unha das dúbidas principais que tiñamos antes de empezar os traballos: o tipo de xacemento do que se trataba. Por todo esto, o presente texto vai ter un carácter principalmente descriptivo e ocuparémonos en menor medida de interpretar os resultados ata agora acadados.

Presentación do xacemento A Madorra da Granxa atópase nos terreos da Granxa Gaioso Castro que a Excma. Deputación Provincial de Lugo posúe no lugar de Castro Ribeiras de Lea, no concello lugués de Castro de Rei. Trátase dunha típica forma tumularia con unha pranta perfectamente circular de 70 m de diámetro e 4 m de altura máxima sobre o chan actual. Presenta moitísimas zonas gravemente alteradas e destruídas espalladas por toda a súa superficie pero resultan especialmente significativas no cadrante noroeste e na parte perimetral do lado leste. En ámbolos casos está arrasado ata o nivel do chan actual co que desapareceu completamente todo o volumen da arquitectura nesas dúas áreas. Na primeira ten unha escavación de forma rectangular e disposición aproximadamente diametral que dende o perímetro avanza cara o interior do túmulo destruíndo uns 140 m 2 chegando a formar un corte frontal de 2.45 m de alto. Na parte leste ten unha destrucción en forma de media lúa que afecta a uns 275 m 2 . (fig. 1).


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Outras alteracións considerables son un furado 2

de forma rectangular irregular duns 8 m • de extensión e de 1.5 m de fondura máxima localizado no centro do túmulo e dúas gabias superficiais de disposición radial que dende esta parre central se orientan unha en dirección norte e a outra en dirección sueste. Ten visibles ademáis unha gran cantidade de alteracións menores espalladas por toda a súa superficie que, aínda que teñen unha repercusión menor sobre o estado de conservación do xacemento, alteran significativamente algunhas das súas estructuras e dificultan moito o desenrolo cómodo dos traballos de escavación e documentación. (' Un túmulo? Antes de empeza-Ios traballos unha das dúbidas principais que recolliamos no proxecto de actuación, e de feito un dos seus motores principais, era saber que tipo de xacemento era realmente a Madorra da Granxa. En todo caso resulta evidente que é unha elevación imposible de formar a través de procesos naturais dadas as características topográficas da zona, área completamente cha e lixeiramente inclinada, e as propias formais da arquitectura, elevación mOl regularizada e ben definida. Estabamos cerros da súa OrIxe antrópica pero non da súa caracterización, mesmo nen sequera coma xacemento arqueolóxico. Para entender estas dúbidas previas ó comenzo dos traballos debemos ter en conta a influencia de varios factores. Por unha banda, naquel momento a súa visualización estaba moi dificultada por mor da abundantísima vexetación que o cubría e o mesta e medrada que estaba nalgunhas partes, mesmo facéndoas inaccesibles. Ó mesmo tempo as importantes alteracións e destruccións existentes non revelaban ningunha estructura recoñecible e contribuían a deformar a elevación. Estas dúas circunstancias facíannos moi complicado poder ter unha percepción axeitada das características externas do xacemento e, daquela, entorpecían unha primeira interpretación formal. Para achegar unha maior confusión algúns dos habitantes da zona afirmáronnos que a elevación existente era froito da acumulación de tódolos

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restos producidos polas diferentes tarefas de acondicionamento e limpeza dos terreos circundantes no momento de poñelos en explotación. Esta afirmación resultaba perfectamente concordante coa presencia abundante e espallada de lixo, escombro e cepas de árbores. Por último, o desmesurado tamaño da elevación en relación co da maioría dos túmulos que forman o rexistro arqueolóxico galego era outro factor máis que nos facía dubidar de que fose un xacemento deste tipo. Fronte a estes elementos que achegaban dúbidas, existían pola contra unha serie de indicios que apoiaban a interpretación como túmulo: A propia forma semiesférica semellaba ser moi regular e coidada co que induciamos unha intencionalidade e unha inversión de traballo para facela precisamente así e non doutro xeito, resultando, daquela, acorde coa caracterización principal deste tipo de xacementos. Outro indicio a ter en conta é a toponimia propia da elevación e a da zona inmediata. O nome de madorra non é máis ca o reflexo lingüístico dun determinado aspecto formal co "que se denominan unha serie de elementos presentes na paisaxe pero que non teñen por que coincidir necesariamente con xacementos arqueolóxicos. Daquela, dunha forma descontextualizada, o topónimo en si non nos valería como indicio de nada máis ca da existencia precisamente dunha elevación de determinadas características físicas. Sen embargo, contextualizandoo dentro dun conxunto máis amplo si resulta válido e, deste xeito, vemos que o nome xeral da zona é A Costa Moura e a ela e á propia Madorra vencéllanse diferentes lendas semellantes ás comúns para estes xacementos. Finalmente, a referencia á existencia doutras madorras preto da actual é un dato coherente coa distribución que presentan a codo este tipo de arquitecturas agrupándose en conxuntos de varios túmulos l . Segundo diversas fontes, información dos veciños da zona, cartografía antiga e referencias bibliográficas (VAZQUEZ SEIJAS 1953), existiron varios túmulos máis preto da Madorra que foron destruídos polos traballos de acondiconamento dos terreos de "Colonización" e da propia Granxa Gaioso.


A Madorra da Granxa: ¿O túmulo máis grande de Galicia?

Con unha perspectiva xeralizadora e global para todos os indicios manexados coidamos que tiñamos abondos elementos de xuízo para poder darIles coherencia e interpretalos con unha significación especial e relevante, que, finalmente, resultou ser acertada.

Intervención arqueolóxica Ata agora levamos desevolvidas unicamente dúas campañas de actuación no xacemento e malia que o trabaIlo resulta aínda insuficiente para poder caracterizalo completa e axeitadamente abonda para acadar unha perspectiva xeral da súas características constructivas. Na primeira campaña adicámonos a tarefas de deforestación e limpeza da superficie do túmulo, regularización de zonas alteradas e sondaxes nalgunhas partes da arquitectura. A segunda campaña adicámola á escavación dalgunha das estructuras evidenciadas na primeira. Sen embargo, por diferentes motivos non puidemos rematar os trabaIlos previstos e non ternos completado o seu rexistro. Os trabaIlos feitos na primeira campaña, no ano 1996, estiveron completamente determinados poIa necesidade de limpeza e de regularización das zonas alteradas e destruídas para evitar que continuase o proceso de degradación. O noso principal obxectivo foi, sen embargo, o de poder establecer unha caracterización tipolóxica do xacemento e aproveitamos ese trabaIlo de limpeza para acadalo. A actuación que levamos a cabo respondeu polo tanto ás circunstancias especiais do propio xacemento. Adaptamos o plantexamento da escavación ó estado de conservación do túmulo predeterminando en función desto as áreas a trabaIlar. Deste xeito, unha vez deforestado poidemos definir varios sectores de actuación, correspondentes a outras tantas áreas destruídas ou especialmente alteradas, e trabaIlamos neles dun xeito superficial, con tarefas de regularización dos cortes máis ca de escavación propiamente dita. Definimos uns sectores norte e leste, as zonas destruídas ata o rasante do chan actual, onde fixemos perfís verticais nos taludes que presentaban buscando unicamente a súa regularización e poder deste xeito obter seccións

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estratigráficas da tumulación nestas dúas zonas periféricas. Coa idea de facer un primeiro achegamento ás características arquitectónicas e constructivas do xacemento e para que estas mostras estratigráficas fosen completas realizamos varias sondaxes. Unhas situámolas nos frontes dos perfís afondando nelas ata o substrato e outras nos seus extremos alongando os cortes existentes para poder ter unha mostra do límite constructivo da arquitectura e tentar documentalo. Seguindo esta mesma intencionalidade, na parte sueste e no norte, a carón da área destruída, aproveitamos as alteracións existentes para trazar gabias de disposición radial que unha vez afondadas nos desen unha sección tanto en plano coma estratigráfica de todo o conxunto arquitectónico xuncindo o centro coa periferia. Na zona central proxectamos o trabaIlo atendendo á disposición habitual das arquitecturas deste tipo, caracterizadas na súa meirande parte pola presencia aquí dunha estructura constructiva. Daquela, aproveitamos a regularización do furado existente para iniciar unha escavación en área que nos permitise documentala e ó mesmo tempo combinámola coa realización dunha sondaxe que nos favorecese e avanzase a súa localización. Na segunda campaña de escavación, no ano 1997, cambiamos os plans de trabaIlo e fronte á limpeza e sondaxes desenroladas na primeira, nesta segunda intervención comezamos os trabaIlos de escavación propiamente ditos. O noso principal obxectivo foi completar o rexistro das distintas estructuras arquitectónicas atopadas priorizando a escavación en área da parte central do túmulo para poder ver e documentar axeitadamente a estructura evidenciada na sondaxe do ano anterior.

Documentación do xacemento Como xa indicamos anteriormente, a escavaClon do xacemento está pouco desenvolvida e non ternos un rexistro o suficientemente amplio como para poder interpretalo completa e axeitadamente. De calquera maneira, coa información da que dispoñemos actualmente estamos en condicións de ofrecer unha valoración xeral da súa arquitectura.


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Neste senso, as caractenstlcas constructivas da Madorra da Granxa e os distintos elementos ou estructuras arquitectónicas que evidencia son tamén as habituais presentes no rexistro arqueolóxico dos túmulos prehistóricos galegos. Simplificando o rexistro acadado podemos determinar a presenCIa dunha estructura diferenciada construída na parte central da arquitectura e dunha delimitación perimetral do túmulo. Así mesmo evidéncianse a existencia dunha capa interna de pedras situada no medio da terra tumularia, a deposición diferenciada desta terra coa que se formou o túmulo e a preparación do chan sobre o que se construiu.

Estructura centra! No sector central puidemos documentar a existencia dun primeiro nivel de recheo extendido sobre toda esta zona da arquitectura froito de sucesivas accións destructivas sobrepostas. Trátase dunha capa de revolto que chega a acadar máis de dous metros de espesor nalgúns puntos e está composta pola propia terra tumularia, que foi escavada, remexida e depositada outra vez, e por aportacións doutras bolsadas de terra con moita materia vexetal e mesmo lixo. Presenta unha forma irregular que tende a ser aproximadamente cónica e pódense diferenciar claramente distintos momentos de alteración sobre o propio recheo. Por debaixo deste nivel de revolto superficial existe unha alteración anterior. Trátase dunha escavación con forma circular moi regular, a modo de pozo, que acada a base do túmulo alterando significativamente a estructura constructiva orixinal. Evidénciase cun recheo bastante compactado de distintas terras, arxilas, area, materia orgánica e substrato, mesturadas con pedras procedentes posiblemente dos restos constructivos da propia estructura (foto 1). Atendendo ós restos arquitectónicos atopados, a estructura central estaría formada por unha fosa circular escavada no substrato natural do terreo e rodeada na súa metade occidental por unha serie de bloques de pedra, de distintas características formais e de distinta composición xeolóxica, fincados en buratos individuais. Pola contra, na metade oriental distribúense unha serie de

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pequenas perforacións, duns 3 a 6 cm de diámetro, localizadas xusto no bordo da fosa e dispostas non verticalmente senon inclinadas cara o seu· centro. Toda a estructura está rodeada por unha banda delgada e irregular de substrato e limitada pola parte sueste por unha gran bolsada de arxila gris (fig. 2). Como xa indicamos, atópase moi alterada e dentro da fosa podemos diferenciar claramente tres tipos de recheo; unha banda perimetral polo norte e leste ande a terra se presenta de cor moi escura, case negra, lixeiramente compactada e cunha textura moi fina, a parte central ande aparece con tonalidades marróns claras e está moi compactada, endurecida e mesturada con gravas, e o límite suroeste por detrás dunha das pedras da construcción ande aparece terra negra, totalmente salta e con textura tamén moi fina. A xulgar por estas diferencias a disposición dos restos aparecidos semella que se corresponden de xeito respectivo con unha zona sen alterar nesa banda do perímetro nororiental, unha zona central alterada que sería o fondo do pozo circular do que falamos con anterioridade e unha terceira área tamén alterada pero con recheo totalmente diferente. Asociadas a cada un destes tipos de recheo aparecen as diferentes pedras que se conservan da estructura. O meirande dos bloques (2) ten 210 cm de longo, 95 cm de ancho máximo e uns 40 cm de espesor maXImo. É de forma rectangular presentando nun dos extremos dous rebaixes laterais que lle dan un lixeiro aspecto antropomórfico. Orixinalmente semella que estaba fincado pero nos atopámolo caído cara o interior da fosa aínda que coa súa base sen desprazar do burato no que se atoparía (foto 2). Ó seu carón polo lado sur existe outra (3) de menor tamaño e do mesmo tipo de material xeolóxico, cuarcita. Ten unha forma moi irregular semellante a un rombo e atopábase inclinada cara o interior da fosa e apoiada nun dos seus lados directamente sobre o substrato pero posiblemente movida do seu emprazamento orixinal, a xulgar polo recheo na súa base. En varios puntos do seu bordo está esnaquizada e os restos espallados ó seu arredar. Pala parte interior aparece o mesmo tipo de terra clara compactada ca no caso anterior, pero pola exterior é completamente distinta, negra, sin


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MG'9719: Delimitase peñectamente unha escavación no substrato con un recheo sen alterar (tramas esCurllS), unbe parte remexida (sen tramar) e dÚ8S manchas de substrato sen a capa SUperfICial.

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Foto 1: Recheo do pozo de espoliación

compacidade ningunha e de textura moi fina que semella evidenciar unha alteración distinta da motivada polo pozo no centro da fosa. Nesta zona e asociada a este último tipo de terra, atopamos unha terceira pedra de gran tamaño (1) situada no bordo da fosa, relativamente illada das anteriores e a unha cota lixeiramente superior, por enriba da bolsada de arxila gris. É de material esquistoso, con unha forma prismática elipsoidal e semella estar redondeada polos laterais. Estaba apoiada nun dos laterais e xusto na zona de contacto entre a parte negra remexida e a gris conservada. Por debaixo dela, á mesma cota do substrato natural do terreo, e por detrás da indicada coma n° 3, sÍtúanse outras tres pedras malS. Están amontoadas e sobrepostas unhas nas outras evidenciando unha maior fondura (con respecto ó resto da estructura) do furado no que se atopan. U nha é unha pequena laxe plana (4) de forma alongada e as outras dúas son dous bloques (5 e 6) aparentemente de forma prismática moi regular.

Foto 2: Estructura central escavada no substrato


A Madorra da Granxa: (,O túmulo máis grande de Galicia?

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Foto 3: Estado da escavación ó final dos traballos

Vencéllanse claramente con terra negra remexida e, a xulgar pala súa disposición e inclinación, están totalmente descolocadas con respecto á súa posición orixinal. Finalmente, no momento de ter que dete-Ios traballos de escavación, estaba a asomar no centro da fosa outro gran bloque (8). Atópase dentro da terra remexida e compactada froito do recheo do pozo de espoliación e, aínda que non puidemos confirmalo, podería ser unha cuarcita igual ca semella no caso das tres anteriores (foto 3). Fronte a todos estes restos e zonas alteradas e modificadas, no límite norte da fosa apareceron as únicas pedras "in situ" da estructura, Trátase dun pequeno bloque de granito (7) perfectamente encaixado no substrato e calzado con pedras pequenas que funcionan coma cuñas de recheo entre el e o bordo do furado no que se atopa. Dito furado ten unha forma curva con perfil en U alongándose cara o leste. Na parte central presenta unha deformación circular ande atopamos unha acumulación de pedras pequenas dispostas directamente sobre o substrato a modo de

revestimento, aparentemente a xeito de calzos, no seu fondo (foto 4). Polo lado oeste deste furado descrito disponse pegado outro semellante en forma e tamaño. Neste caso non se conserva ningunha laxe encaixada nel pero si aparecen un par de pedras de pequeno tamaño apoiadas directamente no substrato. De igual maneira ca no outro furado, este tamén presenta o mesmo tipo de deformación circular central pero aquí sen resto ningún, simplemente recheo de terra remexida e compactada. Polo que respecta ás perforacións inicialmente citadas semella que podemos diferenciar dous tipos. Por unha banda, existen unha serie delas situadas xusto no límite superior da fosa e distribuidas ó langa do seu perímetro pala parte leste, ocupando precisamente a parte na que non atopamos, polo de agora, restos constructivos da estructura. Dispóñense inclinadas cara o centro e evidéncianse a través de pequenas manchas circulares, de 3 a 5 cm de diámetro, existentes no substrato natural formadas pala mesma terra que serve de recheo á fosa (foto 5).


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Outro tipo de perforacións atópanse mal concentradas dentro da propia estructura pola parte interna dos furados que conservan restos "in situ". Están feitas verticalmente sobre o substrato que aparece aquí parcialmente escavado e non teñen recheo de ningún tipo. Por enriba delas atopamos terra remexida, moi compactada que durante o proceso de escavación chegaba a desprenderse deixando ó descuberto as perforacións. Son tamén circulares, do mesmo diámetro que as anteriores e a súa parede interna está perfectamente lisa.

Delimitación perimetral En dúas das sondaxes realizadas nas áreas perimetrais do túmulo atopamos unha estructura formada por unha serie de pedras de pequeno tamaño dispostas en ringleira que marcan o límite da construcción e que seguen a orientación do seu contorno. Recubrindo esta liña de pedras hai unha capa fina de grava composta por pequenos cantiños rolados que se extende cara o centro da arquitectura formando unha banda duns 2.5 m de ancho. Na parte media aparece a unha cota un pouco maior dispoñéndose así con unha lixeira Foto 4: Laxe n° 7 conservada no seu furado de cimentación

Foto 5: Perforacións do substrato no bordo leste da fosa


A Madorra da Granxa: ('0 túmulo máis grande de Galicia?

inclinación cara os extremos resultando polo tanto unha forma lixeiramente abombada (foto 6). Existe unha clara diferenciación na cor e na textura das terras nesta parte do xacemento según estean dun lado e do outro da fiada de pedras e por enriba ou por debaixo da capa de cantiñas rolados. Polo interior e por debaixo dos cantos aparece de cores máis mesturadas, marelas, negras e mesmo grises pero con unha tonalidade marcadamente escura. É moi fina e plástica e está limpa de pedras. Pala parte exterior hai unha capa de terra dun marelo máis uniforme, con moitos compoñentes orgánicos e algunhas pedras que se corresponde ca chan agrícola actual. Finalmente, por enriba dos cantos e hacia o centro do túmulo, aparece unha terra con zonas de diferentes tonalidades e cores, preferentemente marelas e vermellas, de textura pouco compactada e bastante pedregosa que se corresponde neste caso coa terra aportada para facer a elevación tumularia. Ca escaso traballo de escavación realizado ata o momento nas áreas perimetrais do xacemento, non podemos determinar se esta estructura se desenrola ó langa de todo o perímetro do túmulo e, de ser así, se mantén estas mesmas características descritas en toda a súa extensión.

Foto 6: Delimitación perimetral do túmulo

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Capa pétrea interna

En tódolos sectores escavados apareceron distintas acumulacións de pedras situadas no medio da terra que forma o túmulo a unha fondura variable entre uns 30 cm no perímetro da arquitectura a algo máis de 1 m na parte central. Trátase dun nivel interno de pedra formado por unha serie de acumulacións individuais con unha aparente continuidade por toda a superficie do xacemento. En xeral está composto por pedras de pequeno tamaño tratándose na meirande parte de cantos de cuarcita e algún seixo branco. As pedras dispóñense pegadas unhas a outras sen superposición de ningún tipo, agás algunhas imbricadas de xeito excepcional, polo que o grosor deste nivel pétreo é moi escaso, marcado polo propio tamaño das pedras. A terra coa que aparecen mesturadas é de cor máis escura que o resto da estratigrafía do túmulo pero de características semellantes en canto a texturas e compacidade. En distintos puntos do xacemento e mesturados coas acumulacións de pedra que acabamos de sinalar aparecen carbóns vexetais formando pequenas concentracións nos ocas entre pedras ou


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mesmo enriba delas. Polo xeral son de texturas duras conservando aínda visible a estructura da madeira e aparecen dispersos a modo de fogueiras con un núcleo central dun ou varios anacos de considerable tamaño e ó seu arredor pequenos tizóns espallados. Dúas mostras destes carbóns utilizámolas para datar o xacemento como explicaremos posteriormente.

A terra do túmulo Aterra tumularia é moi heteroxénea presentando unha considerable diferencia dunhas partes a outras do xacemento. Aínda que na meirande parte dos cortes estratigráficos feitos, agás na área central da arquitectura, aparece unha terra de cor marelo claro, con pouca grava e lixeiramente compactada, mestúranse con ela diferentes bolsadas doutro tipo de terras con características totalmente distintas. Neste senso, entre a parte central do túmulo e o corte do sector leste apareceunos unha terra completamente vermella e excepcionalmente pedregosa con cantiños de pequeno tamaño. Atopámola lixeiramente representada nas capas superficiais do sector central e ocupando unha gran área na metade inferior do perfil estratigráfico do sector leste. Polo que respecta á zona central do xacemento presenta unhas características completamente distintas das dos cortes perimetrais. Resulta especialmente chamativa a bolsada de terra gris que aparece o sueste dos restos da estructura e que mencionamos ó facer a súa caracterización xeral. Trátase dunha acumulación de arxila gris moi homoxénea, completamente tamizada e dunha textura extremadamente compacta. Aparece únicamente nesta parte da construcción, claramente vencellada á fosa e as pedras que a rodean semellando estar disposta arredor da estructura formando unha especie de casquete que a recubre, a lo menos parcialmente. Distribúese dun xeito continuado pero moi irregular variando moito o seu espesor dunhas zonas a outras; deste xeito, na súa base e na parte superior forma unhas importantes bolsadas fronte á parte intermedia onde non é máis ca unha película moi fina. Destaca especialmente a grande acumulación que forma no perímetro sueste da estructura limitándoa por ese lado (foto 7).

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ÁLVAREZ

A diferencia tamén do resto do xacemento, nesta parte central predomina unha terra de aparencia veada moi regular con pequenas manchas marelas e negras moi entremesturadas que recordan a apariencia dunha pel de serpente (foto 8). Malia que se presenta con esta caractenstlca en todo o sector, podemos diferenciala a través dunha diagonal noroeste sueste sendo moitísimo máis escura dun lado ca do outro e con unha zona de transición no medio. Deste xeito, a parte nordés da superficie de escavación ten una tonalidade moi escura xa dende as capas máis superficiais e a medida que afondamos cara a base da construcción intensifícase chegando a ser completamente negra nas capas inferiores pero sen perder en ningún momento esa mestura veada. Na parte sudoeste preséntase moito máis clara en todo o desenrolo estratigráfico aínda que ten zonas máis escuras canto máis hacia o fondo dos perfís. Fronte ós tons marelos e negros da outra parte, nesta predominan os vermellos.

A base da construcción Outra das características documentadas é a preparación do espacio sobre o que se constrúe o túmulo. Evidénciase pola existencia dunha capa de terra negra el contacto co substrato e dun espesor moi regular duns 15 cm Semella ocupar toda a base da construcción posto que a localizamos en todo o sector central e nas distintas sondaxes perimetrais do sector leste e sueste. Na zona norte sen embargo non puidemos documentala por mor da paralización dos traballos. Amósase coma unha capa de terra mOl homoxénea, lixeiramente granulosa pero totalmente libre de pedras e dunha textura plástica moi suave. Pola súa disposición perfectamente integrada sobre o substrato semella que se trata duha preparación do chan existente no momento da construcción e non dunha terra aportada a este espacio. A perfecta homoxeneidade coa que aparece, sen cambios de cor e sen impurezas ou restos de ningún tipo, e o seu escaso grosor fannos pensar nunha escavación parcial, a lo menos a retirada da capa vexetal, do espacio sobre o que se constrúe o túmulo.


A Madorra da Granxa: ¿O túmulo máis grande de Galicia?

Foto 7: Estratigrafía do sector central coa arxila gris na base do corte

Foto 8: Tetra veada por debaixo da capa de arxila gris

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Materiais. En capítulos anteriores explicamos os resultados obtidos na área de comprensión e interpretación da estructura tumularia e dos seus compoñentes para o momento da investigación no que nos atopamos. Este mesmo obxectivo é o pretendido para este capítulo adicado ós materiais arqueolóxicos. Deste xeito, partimos dende tres perspectivas básicas de estudio forzosamente relacionadas: - Descripción dos materiais no relativo á sua composición, natureza e morfoloxía. - Relación dos materiais coas estructuras ou partes das estructuras nas que foron depositados. - Comparación e comprensión dos materiais en relación a outros xacementos de similares características investigados en Galicia ou nas súas zonas de "influencia". Os tres apartados son desenrolados en distinta medida deixando para futuros traballos unha maior profundización nalgúns deles, unha vez maduradas as ideas de investigación manexadas no momento actual.

Materiais líticos Tres son os elementos definibles dentro desta categoria de matenalS líticos adaptables perfectamente á ergoloxía propia diste tipo de xacementos, considérando coma un só elemento á industria tallada por mor da súa homoxeneidade. Un muiño en artesa, un canto rolado adaptado coma cortador ou raspador e unha colección de 17 xeométricos de sílex. Un cuarto elemento, unha arenisca con múltiples caras alisadas, non o consideramos relacionado co túmulo, xa que a súa aparición no nivel superficial e as súas características, fannola considerar coma un útil máis ou menos actuaF. O muiño: reaproveitado coma material de construcción, estaba formando parte da capa de pedras intratumularia. O reaproveitamento de muiños coma materia prima para a elaboración de estructuras nos túmulos é un feito considerado

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Debuxos realizados por Nuria Calo Ramos.

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ÁLVAREZ

cotiá, coma o demostra a súa descoberta en numerosos xacementos (FABREGAS VALCARCE, R. e FUENTE ANDRES, F de la , 1991-1992; CRUZ, D.]. e GON~ALVES, A.A.H.B., 1994), o que chama a atención do achado na Madorra da Granxa e que, a parte de non estar fracturado, tiña un reavivado mediante un piqueteado na súa cara activa. Xeométricos: un total de 16 trapecios e 1 segmento realizados en sílex recuperáronse na sondaxe central do túmulo. Por mor das alteracións sufridas polo xacemento, a totalidade dos xeometncos recuperados estaban totalmente descontextualizados, aparecendo mezcolados entre as distintas terras que tapaban o pozo da violación do espacio deposicional, existindo entre eles unha diferencia de cotas de ata 167 cm De todolos xeitos, pensamos estar no certo Ó relacionalos coa estructura, ou con algunha das estructuras que conformarian o lugar deposicional. Sen embargo, estes xeométricos apórtannos un dato que consideramos interesante: Pegado a varios dos trapecios había unha sustancia blanquecina de textura semellante á arxila, pero ó analiza-la comprobamos que se trataba dunha sustancia orgánica mesturada con mínimos fragmentiños de seixo, unha especie de amalgama. De momento non ternos os datos definitivos desta análise, e o que poidamos dicir desto é mera conxetura, pero podería tratarse dun composto que actuase a modo de pegamento entre os xeométricos e o seu soporte. (fig. 3-4) O canto rolado: apareceu mezcolado coa terra tumularia pero nunha zoa non alterada, polo que o consideramos "in situ". A aparición de industria lítica nas masas tumularias é un feito relativamente común no contexto tumulario, sen embargo non podemos desbotar a idea de que se trate dun aporte ocasional levado coas terras que conforman o túmulo (fig. 5).

Materiais cerámicos No decorrer das dúas campañas de intervención no xacemento recuperouse unha gran cantidade de fragmentos cerámicos, os máis deles de pequenas dimensións e bastante rolados, pero que denotaban unha hetereoxeneidade no seu conxunto marcada


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A Madorra da Granxa: ¿O túmulo máis grande de Galicia?

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tanto palas súas facturas como palas súas compOSlClOns ou formas. Así distinguimos claramente fragmentos de factura manual doutros feitos con torno rápido, pastas con desgraxantes grosos e abundantes fronte a outras malS decantadas, acabados mediante un sinxelo alisado contra outros engobados, formas globulares xunto a perfiles en "S" ou carenas moi marcadas 3 . Cerámica a torno: iste grupo de vasos son os máis homoxéneos e de mellar calidade de entre o material cerámico, sen deixar por elo de ter diferencias nas calidades das súas pastas e acabados. Así un primeiro grupo estaría constituido polos fragmentos de pastas menos elaboradas con desgraxantes máis ou menos finos, compactas e acabados mediante alisados, e o segundo grupo formado por vasos moi compactos de pastas decantadas ou con desgraxantes practicamente inapreciables e acabados realizados con engobes vermellos e/ou puidos, distinguindo así entre recipientes de cociña, para ir ó lume, os primeiros e vaixela de mesa, os segundos. (fig. 6) A adscripción ó mundo romano destes vasos a torno é clara, tendo os seus paralelos máis cercanos na mesma cidade de Lugo, en niveis baixo imperiais. Cerámica a man: dentro da cerámica aman, atopámonos, coma no caso das cerámicas romanas, con diversidade de formas e natureza de pasta, sempre de peor calidade que as anteriores, só que neste caso o estar varios fragmentos relacionados con algunhas das estructuras arquitectónicas do túmulo podemos concretizar un pouco máis sobre elas. Por un lado ternos algúns fragmentos de moi reducido tamaño e mal cocidos, con pastas negras, con abundante desgrasante e moi pouco compactas que apareceron depositadas sobar do chan preparado no que se asenta o túmulo, pero dos que ó non ter unha superficie escavada suficientemente representativa non podemos precisar máis, inda que parecen pertencer ÓS momentos máis antigos da súa construcción. (fig. 7b) A cotas superiores, e sen relación aparente con estes primeiros, aparecen novas fragmentos de maior tamaño con pastas máis compactas inda que 3 Debuxos realizados por Nuria Calo Ramos.

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tamen groseiras, con moito desgrasante, con acabados que van dende o alisado ó puido pasando polo espatulado e decorados alguns deles. Dentro destes últimos fragmentos atopámos certa variedade de vasos con morfoloxías e decoracións diferentes, dos que destacaríamos 5 exemplos: O primeiro deles sería un galbo de pasta homoxénea e abundante desgraxante cun acabado mediante alisado e que coma decoración conta coa incisión de 5 acanaladuras paralelas, realizadas cun punzón de punta roma. Apareceu en superficie na boca dunha raposeira. (fig. 7c)


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A Madorra da Cranxa: ¿O túmulo máis grande de Calicia?

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Outro exemplo estaría representado polos 40 fragmentos dun mesmo vaso de pasta non moi homoxénea con abundante desgraxante medio e un puido coma acabado. Iste vaso é de fondo plano e carpo globular cun mamelón, en moi mal estado, pegado no seu borde, probablemente con función de asa ou sustentación (fig. Be). Os seus fragmentos apareceron bastante concentrados, pero mezcolados con outros romanos, inda así pensamos que esa sería a súa deposición orixinal inda que estivera removido. Un terceiro vaso decorado, o mellar conservado, é de pasta pouco compacta e pouco homoxénea con desgraxante abundante e por regla xeral de calibre medio. O seu acabado caracterízase por un alisado, moito máis bruto polo interior que polo exterior. O perfil deste recipiente ven definido por unha carena media-baixa e está provisto dunha asa. A decoración xurde a partires da zona superior da carena cun friso realizado mediante a incisión de 4 líneas con idea de paralelismo, pero moi sinuosas e entrecortadas entre si, cando menos na súa parte central que é a que conservamos. Inmediatamente a estas líneas, ternos unha franxa de zigs-zags realizada mediante dúas incisións paralelas á que se lle superpón outro friso composto pala sucesión de 4 parellas de líneas máis ou menos paralelas entre si e entre elas mesmas, rematando cun último friso de zigs-zags no que ternos xa a fractura, impedíndonos coñecer o borde, do que non ternos fragmento algún, ou a continuación doutro posible friso. Istes frisos non dan a volta completa ó carpo do recipiente, xa que á altura do arranque do asa xurden cara a parte superior do carpo dúas líneas incisas paralelas formando un pequeño arco nas que teñen a orixe todolos frisos, quedando o outro lado das líneas ascendentes, neste caso o dereito, sen decoración, correspondendo xusto á zona sobar da que vai a asa. Da carena para abaixo non ten decoración, e do fondo, ó igual que pasara có borde, non ternos fragmento algún. (fig. 9) En canto á asa, é de tipo de cinta e foi pegada ó carpo do vaso. A súa decoración percorre lonxitudinalmente a totalidade da súa superficie exterior e consiste na creación, mediante a incisión de líneas, dunha especie de escaleira na parte central do seu carpo, ocupando máis ou menos a súa metade. Comenzando polo lado dereito, según

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ÁLVAREZ

iría a asa situada no vaso, iníciase a decoración coa delimitación lonxitudinal do que é o espacio central mediante a incisión de dúas líneas paralelas, que chegando á zona de unión coa parte superior do vaso xiran lixeiramente cara a dereita. Para limitar o lado esquerdo obsérvase o mesmo recurso, pero no canto de dúas líneas paralelas, a incisión comprende unha única línea que, a súa vez, xira cara a esquerda. No espacio delimitado por estas incisións complérase a decoración da asa, mediante a creación de 9 parellas de líneas incisas tanxentes ás incisións lonxitudinais e paralelas entre si, pero non entre o conxunto delas; a. separación entre as parellas tampouco é equidistante, e algunhas destas incisións tanxentes rebasan o límite imposto palas líneas lonxitudinais, cando menos polo lado dereito. A asa está separada do carpo do recipiente, pala súa parte inferior, por unha línea incisa. (fig. 10) Iste é o único vaso exhumado "in situ", perfectamente relacionado coa capa de pedras intratumularia, polo que estamos convencidos de que a fractura do mesmo foi intencional no momento da súa deposición, soterrándose unicamente a parte recuperada do recipiente por razóns que obviamente descañecemas . O cuarto exemplo está definido por un borde exvasado e decorado. A súa pasta é compacta e homoxénea con abundante desgraxante fino. O elemento decorativo está constituido por dous motivos de diferente natureza. O primeiro consiste na incisión suave dun peine de puas finas no que podemos contar un total de seis líneas paralelas antes de chegar á fragmentación, correspondendo a súa ubicación á zona de unión da panza có borde; segue a ésta o borde propiamente dito sobar do que se asenta o segundo motivo decorativo, definido polo estampado de parellas de círculos concéntricos, neste caso consérvanse tres, apreciándose parte doutra. Xusto na unión do borde coa cara interna do recipiente levántase un labio de moi escaso grosor que está separado por unha pequena incisión lonxitudinal e remata directamente na cara interior do vaso. (fig: 7a) O naso derradeiro exemplo o constitue un fragmento de pasta pouco compacta e abundante desgraxante fino e acabado cun lixeiro espatulado.


A Madorra da Granxa: ¿ O túmulo máis grande de Galicia?

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Figura 9: Cerámica aman

Figura 10: Cerámica aman

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A súa caractenstlca fundamental está nunha carena, só apreciable na superficie exterior do vaso, realizada pellizcando a arxila da superficie exterior ata darlle o volume desexado. (fig. 8b) Coma comentario final para o material cerámico feito aman dicir que tódolos fragmentos, agás os aparecidos no chan preparado da base do túmulo, semellan pertencer a un mesmo momento de ocupación do xacemento, ou a momentos moi próximos entre sí, visto sempre dende un punto de vista arqueográfico.

Cronoloxía Co fin de contextualizar cronolóxicamente o xacemento enviamos tres mostras de carbón vexetal ó Instituto Rocasolano do CSIC para facerlles a análise do C-14. Dúas delas correspóndense cos restos de fogueiras presentes no medio das pedras da capa interna do túmulo e recollémolas en dous puntos diferentes no sector perimetral leste (MG'96 - M3) e sueste (MG'97 M1). Nos dous casos tratábase de carbóns localizados á mesma cota das pedras da estructura ocupando espacios valeiros entre elas. A súa relación con este nivel interno de pedras é clara posto que aparecen coa mesma disposición en tódolas zonas do xacemento. A terceira mostra (MG'96 - M5) recollémola na base do corte frontal do sector leste, esto é, a uns 10 m hacia o interior da arquitectura nunha zona sen alterar. Son uns anacos de carbón vexetal moi endurecidos e compactados situados xustamente á mesma cota na que aparece a delimitación perimetral da arquitectura. Estaban mesturados con unha terra escura das mesmas características ca documentada na parte interna desta estructura perimetra!. En calquera caso, a contextualización desta mostra dentro de todo o conxunto arquitectónico non é todo o precisa que desexariamos. Sería necesario continuar a escavación e comprobar se existe continuidade neste tipo de terra dende o bordo do túmulo e se estes carbóns están vencellados á súa delimitación, a outro tipo de estructura ou se están illados e son unha apartación accidental no momento da construcción. As datas que ofreceron as análises son as seguintes:

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MG'96 - M3 / CSIC-1375: Convencional: 3329 ± 27 anos BP Calibrada: cal BC 1673 - 1525 MG'96 - M5 / CSIC-1376: Convencional: 5106 ± 30 anos BP Calibrada: cal BC 3971 - 3802 MG'97 - M1 / CSIC-1377: Convencional: 3246 ± 28 anos BP Calibrada: cal BC 1600 - 1428 Resulta máis ca evidente o contraste entre a mostra da base do xacemento e as vencelladas á capa de pedras interna e, ó mesmo tempo, a coincidencia de datacións entre estas dúas últimas. Malia que somos conscientes de que os carbóns da mostra número 5 poden ser un aporte accidental dentro da terra utilizada na construcción do túmulo, a valoración que facemos destas datacións é moi positiva en tanto que nos contextualiza perfectamente unha parte estructural do xacemento e apunta a unha posible utilización do mesmo espacio en épocas diferentes, apoiada por outra parte a traves dos materiais arqueolóxicos rexistrados. Baixo esta perspectiva coidamos que é posible facer unha aproximación interpretativa ós restos constructivos atopados na parte central do xacemento. Polo que respecta á contextualización cronolóxica aportada polos materiais atopados, en xeral, agás a cerámica romana, resulta acorde coas datas C-14. Así o vaso carenado (DELIBES DE CASTRO, G., ROJO GUERRA, M. e REPRESA BERMEJO, ]., 1993; MALUQUER DE MOTES, ]., 1942), e o borde exvasado serían perfectamente relacionables coas datacións extraidas das mostras MG'96 - M3 / CSIC-1375 e MG'97 - M1 / CSIC-1377, tanto pola súa morfoloxía como pola súa decoración, mentres que o recipiente cun mamelón no borde e o teñen longas decorado con acanaladuras perduracións no tempo. Ademáis non podemos esquecer, que o vaso carenado, e máis dubidosamente o recipiente co mamelón no borde e o fragmento de carena exterior, pertencen Ó mesmo nivel do que foron recollidas istas dúas mostras de carbón e a deposición destas e as do vaso carenado non sufrirón alteración algunha ata a nosa chegada.


A Madorra da Granxa: ¿O túmulo máis grande de Galicia?

Con relación ós fragmentos cerámicos recollidos no chan preparado da base do túmulo, o seu escaso tamaño e a limitada extensión da sondaxe na que apareceron non nos permiten relaciona-los coa seriedade precisa á datación máis antiga optida, se ben tanto a mostra de carbón recollida e a cerámica pertencen a un mesmo nivel intacto. A aparición de cerámicas romanas en túmulos prehistóricos non é en sí un dato novedoso no panorama do megalitismo (CAAMAÑO GESTO, M. e CRIADO BOADO, E, 1991-1992; DELIBES DE CASTRO, G., ROJO GUERRA, M. e REPRESA BERMEJO,]', 1993), pero a cantidade destas, xunto co feito de non ter ningunha estructura vinculable a elas é un dato que, a lo menos, consideramos significativo. En calquera caso resulta evidente que non se debe a unha aportación casual, xa non só pola extarordinaria cantidade de fragmentos recuperados, senon tamen pola súa variedade e concentración espacial.

Valoración interpretativa da arquitectura As posibles interpretacións que manexamos do conxunto da arquitectura non están ata o momento respaldadas por un traballo de investigación suficientemente desenvolvido para seren serias e rigorosas e precisarían non só un amplo e intenso estudio de todo o rexistro arqueolóxico acadado senón tamén o remate do traballo de escavación e documentación do xacemento. Como punto interpretativo inicial e a modo orientativo, traballamos sobre os restos da estructura central do xacemento tentando facer a reconstrucción dos seus procesos constructivo e destructivo. A partir de aquí poderemos interpretar se existe unha única estructura circular presidida por unha pedra fincada a modo de estela (bloque 2) e delimitada por pedras de menor tamaño, ou poderiamos ter dúas ou vanas estructuras diferentes ocupando o mesmo espacio, sobrepoñéndose ou reutilizando elementos constructivos. Para poder determinalo será fundamental rematar a escavación das cimentacións das pedras e ver se as deformacións circulares e alteracións que presentan os furados do perímetro nororiental son froito da espoliación ou dunha reutilización.

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En calquera caso hai unha serie de indicios que apuntan a esta última posibilidade porque deixan intuir dous sistemas constructivos distintos, dúas concepcións diferentes da estructura: * Existe unha enorme diferencia de tamaño, forma e composición das distintas laxes atopadas que semella pouco xustificable arquitectónicamente se aceptamos que todas sexan restos orixinais da construcción. Especialmente significativo resulta o contraste entre a estela e a pedra conservada "in situ" no bordo norte da fosa. A primeira destaca precisamente pola súa proxección vertical sobre o chan fronte á segunda, asentada con unha lixeira inclinación e (aparentemente sen fracturar) totalmente enterrada por debaixo do substrato. * A forma dos furados que conservan precisamente as pedras "in situ", é dicir, directamente apoiadas no substrato, é alongada con perfil en U e curva, seguendo perfectamente o contorno da fosa central. A diferencia deles, o da estela é moito máis pequeno e fondo, axústase perfectamente á base da pedra e non presenta indicios de calzos ou apoios. * Finalmente, se atendemos ó furado situado entre a estela e a laxe conservada "in situ" vemos que a deformación circular que presenta acada unha maior fondura que as zonas laterais e daquela, malia que o substrato e o propio recheo se presentan alterados, non semella ser froito da espoliación para arrancar a pedra ou pedras do primeiro furado senón que máis ben parece tratarse da cimentación dun elemento arquitectónico posterior (foto 9). Á marxe destas hipóteses de traballo, outros aspectos do sistema constructivo resultan moi evidentes, como pode ser por exemplo a escavaClOn individualizada da fosa e as cimentacións circundantes e a deposición do substrato escavado arredor da toda a estructura. Pero tamén hai indicios dos que non ternos unha interpretación tan clara. N este senso, a presencia das perforacións do contorno da fosa e a súa inclinación hacia o centro lévanos a pensar na utilización dalgún tipo de entramado vexetal que podería estar recubrindo a estructura. As perforacións interiores da fosa, sen embargo, máis ben parecen froito da espoliación ca de ningún tipo de elemento constructivo.


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Feo.

JAVIER CHAO & IVÁN

A.

ÁLVAREZ

Foto 9: Furado no perímetro norte coa deformación central

Polo que respecta ó resto de estructuras documentadas, será fundamental poder interpretalas en conxunto e poñéndoas en relación cos restos da zona central para ter unha comprensión global do xacemento.

Conclusións Dos resultados obtidos con estas dúas campañas de escavación podemos tirar, sen dúbida de ningún tipo, a certificación de que o xacemento é un túmulo con características propIas destas arqu~tecturas e en nada, agás no seu tamaño, discordante co resto do rexistro galego. Sen embargo, é necesario puntualizar esta apreciación xeralizadora por razóns obvias da súa especial significación e singularidade. Dende un punto de vista arqueolóxico resulta evidente a extraordinaria importancia da Madorra da Granxa e a súa transcendencia para a futura investigación dos túmulos galegos. Neste senso, abre novas expectativas xa que queda documentada a existencia en Galicia de arquitecturas tumularias de gran tamaño ata agora

descoñecidas aquí e vencelladas unicamente ó rexistro arqueolóxico doutras rexións. Ó mesmo tempo servirá sen dúbida como punto de atención para o desenrolo de futuros traballos de localización des tes xacementos e podería permitir novas perspectivas sobre elementos ata agora considerados paisaxísticos. Dende unha perspectiva puramente arquitecto nI ca confírmase a presencia dos elementos constructivos propios dos túmulos galegos. Ó longo das dúas campañas desenroladas documentamos a existencia dunha estructura central que, simplificando a súa interpretación, estaría formada por unha serie de bloques ou laxes de pedra distribuidas en furados individuais arredor dunha fosa escavada no substrato natural do terreo. Coñecemos algunhas das súas principais características constructivas como poden ser a deposición dunha capa de substrato arredor desta estructura central ou a presencia de perforacións no seu perímetro, sen embargo, non ternos unha base de estudio suficiente para ofrecer unha interpretación axeitada do seu proceso de


A Madorra da Granxa: (,O túmulo máis grande de Galicia?

construcclOn e posterior evolución. A ela asóciase unha capa de arxila gris que racha a relativa regularidade estratigráfica da arquitectura na zona central e que aparece, polo de agora, unicamente nesta parte do xacemento. Documentamos tamén algunhas das súas principais estructuras, a delimitación perimetral do espacio arquitectónico, unha capa interna de pedras á que están asociadas fogueiras, e constatamos a preparación previa do chan no espacio que ocupa a arquitectura. En canto ó desenrolo do proxecto, como xa indicamos en diferentes ocasións ó longo deste escrito, o traballo feito no xacemento é insuficiente para poder caracterizar e interpretar axeitadamente estes resultados. A única zona escavada sistemáticamente é a central e está aínda sen rematar. N os sectores perimetrais desenrolamos tan só traballos de regularización e limpeza que non permiten ter unha perspectiva xeral das estructuras atopadas. Así pois, atendendo ó que acabamos de dicir, resulta evidente a necesidade de rematar os traballos de escavación do xacemento, non só na súa parte central senon selectivamente en áreas perimetrais para chegar a compoñer unha perspectiva o máis completa posible de toda a arquitectura no seu conxunto. Sen este traballo non é posible facer unha caracterización nin unha

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descripción unitarias e coherentes para as distintas estructuras atopadas no xacemento. Neste aspecto delata novamente a súa especial singularidade porque ó tratarse dunha arquitectura tan grande precisa un traballo maior do acostumbrado neste tipo de xacementos e non podemos xeralizar esa caracterización a partir de pequenas sondaxes ou mostras espalladas e illadas.

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BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 65-74

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN LOS TúMULOS DEL ALTO DE CASTIÑEIRAS, BUEU (PONTEVEDRA)

MANUEL ALFONSÍN SOLIÑO

Arqueólogo. el Casimiro Gómez, 14, 3°A 36002-PONTEVEDRA

Situación Los túmulos del Alto de Castiñeiras se encuentran integrados en el ámbito del Parque Empresarial de Bueu. El polígono se situa al S del término municipal de Bueu, en el límite con el ayuntamiento de Cangas. El emplazamiento del parque y, por tanto, de los túmulos es una penillanura de suave relieve que ocupa la cima de una dorsal de dirección SSE-NNO, en la parte N de la Sierra de la Magdalena. La penillanura actua como collado depaso entre el Alto de Castiñeiras y el Monte Liboreiro. El Parque Empresarial tiene unasdimensiones aproximadas de 210m x 180 m en los ejes N-S y E-O respectivamente, y una superficie de casi 13 Ha. La penillanura es un terreno de forma irregular, más o menos rectangular, de relieve accidentado suave. Presenta dos pequeñas elevaciones: un outeiro de dimensiones medias situado al N del parque, y una pequeña elevación situada al SE, fuera incluso del límite del polígono; esta última se encuentra cerca de los túmulos, especialmente el extremo N de la misma, donde se encontraba el Cristo de Castiñeiras, crucero significativo, situado en una encrucijada y desmantelado provisionalmente. Geológicamente el entorno de la penillanura tiene características primarias, predominando los granitos hercínicos ricos en feldespatos alcalinos, con una capa superior descompuesta, y depósitos aluviales arenosos en la cabecera del Rio Nosedo que nace al NO de la penillanura.

Antecedentes arqueológica

de

la

intervención

Debido a la existencia de dos túmulos catalogados por la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural desde el año 1991 en el ámbito del Parque Empresarial de Bueu, la construcción del mismo estuvo condicionada a la ejecución de un proyecto de control arqueológico y seguimiento de los trabajos de movimiento de tierras. Este proyecto de control arqueológico tenía dos objetivos fundamentales: 1- Señalización, delimitación y protección de los túmulos catalogados. 2- Seguimiento de los trabajos de movimiento de tierras ante la presumible aparición de otros restos arqueológicos de interés. Estos trabajos se llevaron a cabo paralelamente a las obras de construcción del Parque Empresarial, de Octubre de 1996 a Febrero de 1997. Los resultados de este control arqueológico fueron los siguientes: 1- Balizamiento de los túmulos catalogados (GA36004003 y GA36004018) con un área de protección de unos 10m de diámetro, medidos desde el perímetro exterior de los mismos. Este balizamiento se corrigió posteriormente, disminuyéndolo o aumentándolo según las necesidades de las obras de urbanización del Parque, pero respetando siempre la integridad de los túmulos.


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MANUEL ALFONSÍN SOLIÑO

2- Aparición 1 de un tercer túmulo (GA36004S/N) situado unos 10 m al E del 003, balizamiento del mismo y unión de las dos áreas balizadas en un único entorno de protección. 3- Aparición de diversos restos cerámicos y líticos de época prehistórica e histórica en varios puntos del Parque Empresarial. Especialmente destacados son los puntos 2 y 3 de la figura 1. Situados unos 100 m al N del túmulo SIN, en el corte producido por la vieja carretera CC- 531 y en la superficie inmediatamente superior, consistentes en un buen número de fragmentos cerámicos de época prehistórica, posiblemente coetáneos a los túmulos, y dos líticos 2 . Se trata de cerámicas lisas de factura tosca, modelado manual, cocción oxidante y con abundantes degrasantes de cuarzo de mediano y gran tamaño. Los líticos son un fragmento de base de molino de granito y un artefacto esferoide, semipulido, de tipología indeterminada. En el perímetro de la superficie balizada de protección de los túmulos, puntos 1, 4, 5, 6 y 7 de la figura 1, se recogieron también bastantes restos cerámicos y algunos líticos, especialmente el punto 6 (ver nota 1). Otros restos arqueológicos de menor importancia serían algunos fragmentos cerámicos de época moderna y contemporánea recogidos bajo el Cristo de Castiñeiras, en el centro de la penillanura (punto 10 de la figura 1), y al pie del muro del cementerio, situado al S del Parque (punto 11 de la figura 1); un fragmento de un posible sarcófago de granito, formando parte de un muro de división de fincas, en el centro de la penillanura (punto 9 de la figura 1); y un mojón

Teníamos una referencia verbal de D. Angel Acuña, arqueólogo que realizó la catalogación del ayuntamiento de Bueu, en 1991, para la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural, sobre su posible existencia, aunque no confirmada. En superficie se recogió algún fragmento cerámico, poco significativos, durante los trabajos de seguimiento de las obras. Finalmente quedó confirmada su existencia porque las palas excavadoras dejaron al descubierto la parte mas externa del perímetro de la coraza del mismo, recogiéndose en el corte numerosos restos cerámicos. 2 La mayoría de estos restos habían sido recogidos por D. Antonio Nares y otrosaficionados de Cangas, quien nos los entregó y dió noticia del lugar de su aparición cuando realizábamos los trabajos de control y seguimiento de las obras del parque.

divisorio de parroquias y ayuntamientos 4 , de muy buena factura y muy bien conserbado, en lacima del outeiro situado al N del Parque Empresarial (punto 8 de la figura 1). Teniendo en cuenta los resultados obtenidos con los trabajos de control arqueológico del Parque Empresarial, y dado que dos de los túmulos situados en su ámbito ocupaban la superficie destinada a una parcela de suelo industrial, la empresa promotora del polígono, Xestur Pontevedra, S.A., optó por su excavación. El proyecto que presentamos pretendía la excavación integral de los dos túmulos (GA36004003 y GA36004S/N), la superficie peritumular que los rodeaba y la superficie intratumular, hasta completar el total de la superficie balizada de proteccción. Esta superficie ascendía a unos 1270 m 2 • El plazo de ejecución debería ser de 2 meses. U na vez terminado el tiempo previsto de excavación los trabajos se encontraban de la siguiente manera: 1- Del túmulo GA36004S/N se había excavado un 90%, dejando al descubierto latotalidad de la coraza petrea conservada, y la cámara dolménica, faltando por desmontar parte de los testigos y por completar la excavación del suelo de preparación de la cámara dolménica. 2- Del túmulo GA36004003 se había excavado un 35%, dejando al descubierto latotalidad del anillo pétreo que lo rodea, faltando por excavar más de las fl partes de la masa tumular y la cámara dolménica, si la tuviere. 3- De la superficie peritumular se había excavado apenas un 10%, todo entorno al túmulo GA36004S/N. 4- De la superficie intratumular se había excavado un 20%. Antes de terminar el plazo de ejecución y, especialmente, tras su finalización, se negoció con la empresa promotora un nuevo período de excavación así como la asignación presupuestaria necesaria para llevarlo a cabo. Xestur Pontevedra, 3 En una cara tiene grabado la leyenda "Coto de Aldao ", perteneciente a la parroquiade Aldán (Cangas), y en la otra "Coto de Bon", perteneciente a la parroquia de Beluso (Bueu). Hoy en día la divisoria de ayuntamientos pasa unos 400m. al S. del punto dondese encontró en mojón.


Figura 1: Parque Empresarial de Bueu, Topografía original.

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MANUEL ALFoNsÍN SOLIÑO

E5CAVACIÓN DOS TÚMULOS DO ALTO DE CA5TIÑElRA5 - 1997 Microtopografía dos túmulos

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Figura 2: Microtopografía del área balizada de protección.

S.A. se comprometió a estudiar el problema para el ejercicio del año 1998. Paralelamente al desarrollo de los trabajos de excavación surge en el seno del pueblo de Bueu4 una inquietud acuciante sobre el futuro de los trabajos arqueológicos y, especialmente, sobre el destino final de los restos exhumados en la excavación. A diario son muchos los vecinos que visitan la excavación y manifiestan su interés por que los restos no desaparezcan, se destruyan o se trasladen. Finalmente el propio alcalde de Bueu, D.

José Novás, visita vanas veces la excavaClOn haciéndose eco de la inquietud vecinal, interesándose por el desarrollo de los trabajos y 4 Inicialmente son miembros de asociaciones culturales y juveniles de Bueu los quemanifiestan sus inquietudes sobre el destino final de las estrucruras y restos exhumados; después, representantes de asociaciones vecinales y miembros de algunos partidos políticos locales. Algunas de estas asociaciones comenzaron una campaña en defensa de los túmulos y en contra de la excavación, mediante notas de prensa en periódicos locales y regionales y con cartas dirigidas a los responsables del patrimonio histórico.


Intervención arqueológica en los túmulos del Alto de CastiñeirasJ Bueu (Pontevedra)

por el destino final de las estructuras y restos recuperados. Consecuencia de todo esto fue el acuerdo del Pleno Municipal de Bueu, por unanimidad de todos los grupos, de comprar la parcela del Parque Empresarial en la que se encuentran los túmulos y cargar con la responsabilidad de las futuras ampliaciones de los trabajos arqueológicos. Dado que la idea básica del gobierno local pasa por la conservaClOn de los túmulos y la musealización de los restos y estructuras descubiertas "in situ" en un futuro a medio-largo plazo, las partes inplicadas (Ayuntamiento, promotor, arqueólogo) acuerdan proceder al tapado de las estructuras exhumadas mediante un recubrimiento de fibra geotextil y un relleno de tierra vegetal hasta recuperar las dimensiones originales de los túmulos.

Estructuras El túmulo GA36004003 (figura 4) tiene una forma circular casi perfecta, con un ligero apuntamiento al N, lo que podría deberse a un defecto constructivo. Tiene unas dimensiones de 20 m x 21 m en los ejes E-O y N-S respectivamente. Está recubierto en su perímetro por un anillo pétreo de anchura variable entre 1'20 m y 3 m, conservado desigualmente, puesto que ha desaparecido totalmente en el lado O, debido posiblemente a la mayor pendiente del terren0 5 , y parcialmente al N y SE. Este anillo, en su conjunto,no mantiene una cota horizontal, sino que al O se curva y desciende con la pendiente natural del terreno. Allí donde está mejor conservado el anillo (E y S), las piedras que lo componen adquieren una disposición "escamosa", imbricándose unas con otras; además aquéllas que delimitan el perímetro del anillo tienen un tamaño mayor y están bien hincadas en el suelo, siendo algunas pequeñas lajas colocadas horizontalmente o ligeramente inclinadas hacia el interior del túmulo. Esta característica constructiva del anillo contribuye a una mejor fijación de la masa tumular. En el cuadrante SO del túmulo el anillo parece 5 La fuerte pendiente del lado O. del túmulo se puede apreciar en la microtopografíadel conjunto del area balizada protegida (figuras 2 y 3).

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estar desmantelado intencionalmente, apareciendo las piedras que formaban parte del mismo diseminadas en una ancha banda. Esta supuesta intencionalidad estaría apoyada por la presencia de una gran concentración de restos cerámicos y líticos en este sector6 . Quizá se trate de una zona de acceso al interior del túmulo. La masa tumular está compuesta por una tierra de color marrón claro, muy compacta y granulosa, con pocas piedras; bien diferenciada de la tierra vegetal que cubría el anillo y el exterior del túmulo, negra, porosa y con abundantes piedras. Dado que apenas se ha excavado la masa tumular, desconocemos si el túmulo tiene, o no, cámara dolménica. El túmulo GA36004S/N (figura 5) está conservado en poco mas de la mitad. Tendría una forma circular, de la que se conserva un segmento de círculo de 155° aproximadamente. El diámetro aproximado del túmulo sería de unos 13 150 m. Estaba cubierto en toda su superficie por una coraza de piedras desigualmente conservada; la mitad NO y O está mejor conservada que el resto, habiendo desaparecido totalmente en el centro del túmulo y al S Al igual que sucedía con el anillo pétreo del túmulo anterior, las piedras que forman parte de la coraza de éste, allí donde está mejor conservada, presentan una disposición "escamosa" similar, imbricándose unas en otras. Esta semejanza constructivaes especialmente evidente, y muy bien conservada, en la delimitación perimetral del túmulo mediante lajas de buen tamaño hincadas horizontalmente en el suelo. En este caso el dibujo del perímetro es perfecto. Exterior a la coraza, en los lados NO, O y SO tenemos los restos de lo que pudiera ser una segunda coraza. Pese a que en principio pensamos que pudiera tratarse del derrumbe de la primera, desplazado de ella por la propia pendiente del túmulo, pudimos constatar como, de nuevo, se repetía el sistema constructivo de imbricación y delimi tación perimetral por piedras hincadas. horizontalmente. Esta segunda coraza quizá responda a la necesidad de ampliación del túmulo

6 En varios casos un numeroso grupo de fragmentos cerámicos, posiblementepertenecientes al mismo vaso, aparecían bajo piedras de buen tamaño del anillo desmantelado, como si literalmente fuesen aplastados por ellas.


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MANUEL ALFON5ÍN SOLIÑO

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Figura 3: Túmulo GA36004003, Planta del anillo pétreo.

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Intervención arqueológica en los túmulos del Alto de Castiñeiras, Bueu (Pontevedra)

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Figura 4: Túmulo GA36üü4S/N, Planta de la coraza pétrea.

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MANUEL ALFONSÍN SOLIÑO

lo que pone de relieve la modificación y transformación del mismo. La masa tumular está compuesta por una tierra de color marrón clara o grisácea, en su mitad superior, muy compacta, granulosa y sin piedras; la mitad inferior tiene un color marrón claro o pardo, también muy compacta, granulosa y con algunas piedras. Irregularmente distribuidas y con dimensiones variables aparecen bolsadas de tierras de coloración diferente a las mencionadas (amarillenta tipo "xabre ll , rojizas o anaranjadas como las arcillas, o negras), pero conservando las mismas características de compacidad y granulosidad; por lo que no parecen un intrusismo, sino de procedencia distinta de la mayormente utilizada para la construcción del túmulo. En el centro de la masa tumular tenemos un cono de violación, inapreciable en superficie, pero que se define perfectamente en planta por el conjunto de piedras pertenecientes al derrumbe de la coraza que delimitan su perímetro. Tiene forma ligeramente elíptica con el eje mayor de dirección E-O. Este cono de violación está perfectamente dibujado en la estratigrafía, traspasando incluso el suelo de preparación de la cámara dolménica. El centro del túmulo lo ocupa la cámara dolménica que conserva, al menos, cuatro ortostatos en su posición original (figura 5), con calzos tanto al exterior como al interior. El quinto, el de mayores dimensiones, parece más bien ser la cubierta de la cámara; apoyan esta idea la forma discoide que tiene, la ausencia de calzos exteriores e interiores y el estar hincado en una gran mancha de tierra de color negro que define la linea del cono de violación. Durante la excavación de la masa tumular se contabilizaron hasta un total de nueve ortostatos o fragmentos de estos desplazados y retirados de su posición original. Las dimensiones de los ortostatos son muy semejantes, entre 0 70 m y l' 10m de longitud (aunque no se ha podido determinar la profundidad a la que están hincados) y todos presentan una acusada inclinación al interior de la cámara. Puesto que no se pudo completar la excavación del suelo de preparación de la cámara no se han encontrado los negativos del resto de los ortostatos recuperados, ni de los que pudieran faltar. Sería aventurado, pues, indicar la forma de la cámara dolménica, determinar si esta 1

era abierta o cerrada, y mas aun plantearse la existencia o no de corredor, teniendo en cuenta además que se ha perdido la mitad del túmulo.

Materiales El conjunto de la excavación ha aportado un total de 2.833 unidades de registro, entre cerámicas, líticos, muestras, etc., lo que supone un número aún mucho mayor de fragmentos y/o piezas totales. El estudio de los materiales está todavía poco avanzado, por lo que no se dispone de un estudio estadístico interersante, ni dibujos, ni fotografías. Pese a todo intentaremos dar una información lo más precisa posible. Respecto del material lítico recogido, la inmensa mayoría está tallado, siendo sólo 7 las piezas o fragmentos líticos pulidos. En todos los casos se recogieron sobre la coraza o entre ella. En el túmulo GA36004003 se recogieron 4 fragmentos de granito pulidos en parte, posiblemente pertenecientes a molinos de mano, de diferentes tamaños. En el túmulo GA36004S/N se recuperaron 2 fragmentos de machados pulidos, uno de ellos de sección rectangular; y un pulidor. De entre el material lítico tallado destacaremos los de sílex, 29 en total, En el túmulo GA36004003 se hallaron 12, todos ellos sobre la coraza o entre ella. Son 6 láminas, 2 raspadores, 2 lascas sin determinar, 1 trapecio y 1 perforador. En el túmulo GA36004S/N se recuperaron 17 piezas o fragmentos líticos, todos ellos igualmente sobre la coraza o entre ella: 7 láminas, 8 lascas indeterminadas y 2 esquirlas. Son también abundantes las laminitas de cristal de roca en los dos túmulos, así como la materia prima para obtenerlos, ya que se recogieron 10 prismas (todos ellos sobre la coraza o entre ella), 7 de los cuales estaban en el túmulo GA36004003. Finalmente anotar la presencia de la punta de un bifaz sobre la coraza del túmulo GA36004S;:~T. Por lo que respecta al material cerámico, decir que es muy similar en ambos túmulos. De factura tosca, modelado manual, cocción predominantemente oxidante, degrasantes de cuarzo abundantes y de notable tamaño, acabados sencillos (fundamentalmente alisados) y lisas.


Intervención arqueológica en los túmulos del Alto de Castiñeiras, Buett (Pontevedra)

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Figura 5: Túmulo GA36004S/N, Planta de la cámara dolménica.


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MANUEL ALFONSÍN SOLIÑO

Por elementos predominan, naturalmente, los galbos, seguidos de los bordes, de los que se han hallado 34 (5 de ellos con decoración incisa); las asas, que son dos (una tipo mamila); y los fondos, también dos. De las formas sólo hemos podido reconstruir parcialmente vasos hemiesféricos o globulares; de ahí quizá la ausencia de fondos y asas. Los acabados son sencillos, basicamente alisados para la mayoría de los fragmentos o simplemente sin tratamiento. Pese a todo se recuperaron algunos fragmentos con escobillado exterior y, especialmente, varios fragmentos bruñidos en la cara exterior, alguno de muy buena factura, combinado con decoración incisa. Las decoraciones no son abundantes, 20 fragmentos en total, de los que 12 han aparecido en el túmulo GA36004003, y de los que 4 son bordes decorados. La técnica utilizada es en todos los casos incisa, normalmente con punzón romo. Los motivos, muy sencillos, forman lineas paralelas que se agrupan en bandas perpendiculares u oblicuas. También hay algún reticulado.

Conclusiones De todo lo anteriormente expuesto podemos concluir lo siguiente: 1- Que muy posiblemente los dos túmulos son coetáneos en su momento constructivo, ya que, aunque adoptan soluciones diferentes a la hora de diseñar sus corazas, la técnica constructiva de las mismas es similar. 2- La técnica constructiva de las corazas o anillos se basa en la imbricación de las piedras y en la delimitación perimetral mediante lajas hincadas en el suelo. 3- La similitud entre los materiales líticos y cerámicos recogidos en ambos túmulos apoyaría la idea de coetaneidad para el momento constructivo. 4- La presencia de una segunda coraza en el túmulo GA36004S/N, como ampliación del tamaño del mismo, nos induce a pensar en su transformación en el tiempo y por tanto en una prolongada utilización.


BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 75-84

ACTUACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA NECRÓPOLIS TUMUIAR DE COTOGRANDE (CABRAL-VIGO). CAMPAÑAS 1989-1992

XOÁN CARLOS ABAD GALLEGO

R/ Pino 40-4° A 36206 - Vigo

Resumen: Balance de las actuaciones llevadas a cabo en los túmulos n° 1, 2 Y 5 de la necrópolis tumular de Cotogrande que nos permiten plantear nuevas ópticas a la hora de valorar el fenómeno megalítico en el Sudoeste de la provincia de Pontevedra. Archaeofogicaf Interventions at the Necropofis 01 Cotogrande (Cabraf-Vigo). Excavations 1989-1992. The result of the excavations carried out in burial chambers no. 1,2, and 5 at the necropolis of Cotogrande has led to a new way of focusing the Megalithic phenomenon in the southeastern zone of the province of Pontevedra.

Abstraet:

Introducción En el mes de Febrero del año 1992 presentábamos ante la Dirección Xeral do Patrimonio de la Xunta de Galicia un proyecto de actuación arqueológica a realizar en la zona de Cotogrande (Cabral-Vigo), lugar donde se erigía una necrópolis megalítica consistente en 5 monumentos tumulares; en ese proyecto pretendíamos realizar un trabajo que nos permitiese tanto acercarnos al fenómeno megalítico en sí (donde a partir de los elementos mortuorios asociados a la construcción de los túmulos pudiésemos conocer algo mejor la realidad social de su época) como analizar la relación de este fenómeno cultural con su entorno natural más inmediato. El proyecto presentado lo que pretendía era tanto plantear actuaciones arqueológicas nuevas como también reorganizar una serie de actuaciones puntuales que ya veníamos realizando desde algunos años antes en esa misma zona. Nuestra primera toma de contacto con la necrópolis de Cotogrande databa

del verano de 1989 cuando tuvimos que actuar mediante una excavación de urgencia en uno de sus túmulos (el que denominamos n° 1) que corría el riesgo de ser afectado por un proyecto de construcción de un polígono de expansión industrial (proyecto que posteriormente se frustraría y que no se llevaría a cabo); al año siguiente continuamos la excavación de dicho túmulo, ante el interés que habían despertado los datos obtenidos; con posterioridad se llevó a cabo otra actuación de urgencia en un túmulo vecino (el nO 2) que había sido afectado por unos destierres así como por actuaciones de excavadores furtivos. Por lo tanto el proyecto presentado en 1992 quería reorganizar la información obtenida en esas actuaciones puntuales anteriores, conjugar estos datos con la excavación de otro túmulo (el denominado n° 5) y completar la prospección del lugar de Cotogrande y sus alrededores (que habíamos comenzado ya en 1989) buscando nuevos yacimientos y prestando especial interés en los posibles lugares de habitación y de canteras de extracción de las piedras. y tierras que se habrían


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utilizado para la confección de los túmulos), contábamos para ello con la posibilidad de aprovechar los cortes y zanjas que se preveían realizar en la zona durante la construcción del antes mencionado recinto de expansión industrial. El hecho de que finalmente no se llevase a cabo el proyecto de construcción del recinto industrial así como el cambio de estrategia ante las actuaciones arqueológicas llevado a cabo por el Servicio de Arqueoloxía de la Dirección Xeral do Patrimonio a partir del año 1992 nos complicó los problemas de tipo organizativo por lo que se decidió aparcar temporalmente ¿? la continuación del proyecto en los años sucesivos (pues en un principio se pensaba que las actuaciones arqueológicas continuasen hasta 1993 o incluso 1994).

El marco geográfico La necrópolis megalítica de Cotogrande se encuentra localizada dentro de los límites del Concello de Vigo pero, justo, en sus mismos márgenes ya que, según parece, el conjunto de túmulos funcionó como linde de demarcación, pues durante mucho tiempo la carretera que pasa a muy escasos metros de estos túmulos señalaba el inicio del vecino Concello de Mos. El lugar donde se encuentran localizados pertenece a la parroquia de Santa Mariña de Cabral, conociéndose el sitio por los diferentes nombres de Coto Lousado, Coto das Lousas (lo que parece hacer referencia clara al aprovechamiento económico del sustrato rocoso del monte) y, sobre todo, como Cotogrande o Coto Grande. Por lo que respecta a las coordenadas cartográficas del lugar donde se alzan los monumentos, según el Mapa Topográfico Nacional N° 223-IV correspondiente a la Hoja de Mos en la escala 1:25 .000, son las siguientes: 42° 13' 10" de Latitud Norte y 8° 38' 20" de Longitud Oeste. Su altitud máxima está en 330 metros sobre el nivel del mar aunque los diversos túmulos se sitúan entre los 291 metros del que está en un nivel más bajo y los 322 del que se encuentra más alto, siendo su localización tanto en la vertiente oriental como en la meridional del coto que da nombre al lugar,

justo en la zona donde comIenza el declive que suavemente no parará hasta llegar al valle donde se encaja el río Louro; la proximidad a la cumbre de Cotogrande los sitúa en la línea de delimitación de la vertiente de aguas, ya que las laderas norte y Oeste de Cotogrande evacúan sus aguas hacia la corriente hídrica que conforma el río Lagares. Realmente Cotogrande forma parte de un gran conjunto de altiplanicies que se extiende tanto en dirección Norte como en dirección Sur. Hacia el Norte, a través del Alto de Peinador, se dirige por la zona de San Esteban de Negros y el Alto del Vixiador hasta Monte Penide, lugar donde se corta abruptamente por la falla en la cual se encajó la actual Ría de Rande (úamo interior de la Ría de Vigo); esta meseta continuaría por los Montes del Xaxán y de Faro Domaio donde se nos volvería a interrumpir por encima de la villa de Marín, esta vez debido a la falla en la que se encaja la Ría de Pontevedra. Hacia el Sur la altiplanicie de Cotogrande se extendería a través del Alto de Puxeiros, a lo largo de los Altos de San Colmado, Xesteira y el repecho descendente que supone el Alto de San Cosme, hasta alcanzar la Sierra del Galiñeiro, donde la recorrería de parte a parte en sentido meridiano, terminando cortada de forma brutal por la falla en la que hoy en día discurre encajado el río Miño. Las alturas que llega a alcanzar esta altiplanicie meridiana rondan la franja que se extiende entre los seiscientos y los setecientos metros, alturas estas que se alcanzan en sus más importantes cumbres: Galiñeiro (705 mts), Aloia (631 mts), Faro Domaio (622 mts), disminuyendo, por el contrario, hasta la cota de los trescientos metros, situándose los puntos más bajos en las proximidades de Cotogrande, en los Altos de Puxeiros y del Requeixo (por lo que no es simple casualidad que los carreteras del interior accedan por estos dos puntos a Vigo). Por lo que respecta al sustrato litológico que se encuentra en la zona se puede decir que la mayoría de los metasedimentos que aparecen son de una gran antigüedad (como es bastante corriente en toda esta zona), englobables dentro del extenso período primario y anteriores, de todas formas, a la orogenia herciniana, por lo que se podría encuadrar dentro de unos momentos que se


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situarían entre el Cámbrico Inferior (± 500 millones de años) y el Silúrico (± 350 millones de años), e incluso podrían preceder a estos momentos (por lo tanto Precámbricos); posteriormente estos materiales fueron alterados durante las convulsiones de la orogenia hercínica (durante el período Carbonífero, ± 250 millones de años) siendo intensamente afectados y deformados; con posterioridad fueron sometidos a un proceso erosivo que perdura hasta la actualidad no llegando a sufrir, debido a su situación próxima al mar y alejada de los focos de plegamiento, las fuertes alteraciones que se dieron en otros lugares como pueden ser la orogenia alpina o el fenómeno del glaciarismo. El tipo de materiales que se encuentran en esta zona se conoce con el nombre del "Complejo Vigo-Pontevedra" que encuadra tanto a gneis de biotita, plagioclasas, micasquistos y anfibolitas; en concreto en Cotogrande destacan los gneis de biotita, cuyo aspecto es muy característico debido a su textura lineal o plano-lineal, resultado de la orientación de los agregados de cuarzo, feldespatos y biotita, que se han producido por la recristalización metablástica; la composición del mineral es de cuarzo, microclina, plagioclasa, biotita, moscovita y diversos materiales accesorios; la disposición laminar de los afloramientos de este gneis lo convierten en óptimo para su extracción y utilización para pequeños trabajos de cantería como se puede observar claramente durante las prospecciones llevadas a cabo en la zona. En cuanto a las características climatológicas podemos decir que, aunque prácticamente toda Galicia, sobre todo la zona más próxima a la costa, presenta un clima Oceánico, tanto la zona de las Rias Bajas como el tramo final por donde discurre el río Miño presentan unas características de mayor benignidad en las temperaturas así como una mayor distribución estacional de las precipitaciones que llegan a ser, en ocasiones, casi torrenciales, por lo que podemos hablar de un subclima denominado "Oceánico-húmedo presentando una fuerte tendencia a la aridez estival"; las temperaturas medias rondan los 15° y las precipitaciones, concentradas por regla general entre los meses de Otoño e Invierno (aunque en Primavera y Verano no son nada despreciables) se

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acercan bastante a los 1.500 litros anuales. La estación típica que se suele estudiar para entender este subclima es la de Vigo; lo que ocurre es que en la zona de Cotogrande, a pesar de encontrarse apenas a 8 Km de Vigo, los datos varían bastante ya que, debido a la altitud que presenta, se observa un claro proceso de degradación interior o "continentalización" climática; por lo que respecta a las temperaturas estas suelen presentar unos valores mas extremos que los de la costa en torno a unos 5° ( más altos en verano, más bajos en el invierno lo que provoca que sean en esta estación muy corrientes las heladas); por regla general las precipitaciones suelen ser también bastante más abundantes que justo al lado de la costa; junto a esto hay un fenómeno que se da mucho en la zona y es la persistencia de las nieblas, lo que le da un índice de humedad relativa del aire muy elevado (debido tanto al efecto Foehn producido por su elevada altitud próxima a la costa como por el ascenso de las nieblas encajadas en el valle del Louro al aumentar las temperaturas a lo largo del día) fenómeno fácilmente observable en el Alto de Puxeiros y en el propio aeropuerto de Peinador. La altitud de esta meseta así como su disposición meridiana y su elevada pluviosidad convierten a este lugar tanto en zona de divisoria de aguas (como ya dijimos anteriormente) como lugar de nacimiento de innumerables arroyos y regatos; de acuerdo con lo dicho podemos ver como en el caso de Cotogrande en dirección del Oeste discurre tanto el rio Lagares (que nace en las inmediaciones de Cotogrande en la zona fronteriza de "Os Lagos" perteneciente ya al Concello de Redondela) así como varios de sus afluentes (en su mayoría de tan escasa entidad que ni vienen recogidos en los mapas de la zona) y que conforman el caudal básico del llamado Valle del Fragoso en el que se ubica la urbe de Vigo; por lo que respecta a su margen oriental es aquí donde nacen algunos de los regatos y arroyos que ampliarán el caudal del río Louro que, discurriendo por el valle encajado que delimitan tanto esta misma meseta como la Sierra del Galleiro, posteriormente se convertirá en un afluente del río Miño. Por lo que respecta a la vegetaclOn esta se encuentra bastante degradada; durante mucho


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tiempo y debido a que era una zona escasamente habitada (al estar los principales núcleos de población en ambas vertientes de la meseta más expuestas al sol y por lo tanto de mayor rentabilidad agropecuaria: Cabral, Guizán, Torroso, etc., por lo que apenas fue afectada por la intervención humana; últimamente, debido sobre todo a la construcción de naves industriales, desarrolladas en la década de los 60 y 70 , a las repoblaciones forestales, a la instalación de torretas para el tendido eléctrico y, más recientemente, a la red de gasificación, se ha visto transformada notablemente. Hoy en día destaca la vegetación arbórea compuesta a base de pino, eucalipto, y algún escaso representante de roble o castaño; tiene también una gran importancia la vegetación arbustiva y herbácea a base, sobre todo, de tojo, helecho, zarza, retama, etc. Hoy en día aún se observa un cierto aprovechamiento productivo del bosque ya que sigue recogiéndose leña, así como se sigue llevando tojo y helecho y espículas de los pinos (frouma) para las cuadras de la vecindad, como cama de los animales y base para el aprovechamiento del estiércol; así como también se ha observado que sigue aprovechándose como zona de pasto de cabras y ovejas, base de una pequeña producción ganadera familiar (en este lugar se han contabilizado varias docenas de ovejas pastando de forma habitual).

El Túmulo n° 1 Las actuaciones sobre este monumento megalítico comenzaron en agosto de 1989 como una actuación de urgencia ante el peligro suscitado por el proyecto de creación de un recinto ferial y de expansión industrial en la zona de Cotogrande; la amenaza de destrucción era grande, no solo al ser englobado dentro del recinto, sino también por haber sufrido el túmulo una destrucción parcial por parte de una pala excavadora durante unos "estudios" sobre la consistencia de las tierras. Ante el interés que suscitaron los datos obtenidos en esta campaña se solicitó una segunda actuación que se llevó a cabo en el verano del año siguiente que confirmaron la complejidad y singularidad de este monumento, a la vez que permitían solucionar algunas de las dudas aparecidas durante la primera campaña.

Este túmulo se encuentra a 313 m sobre el nivel del mar con un diámetro de unos 20 m y sobresaliendo en altura con respecto a su entorno casi un metro y medio. Dentro de los elementos constructivos a destacar hay que indicar la existencia de una cámara lítica interior de planta rectangular de una curiosa tipología sin ningún ejemplo parejo en todo el Noroeste peninsular (para localizar una cámara con alguna similitud nos tendríamos que alejar hasta el País Vasco con el dolmen de Trikuaitzi 1 de la estación de Murumendi); la singularidad de esta cámara reside en la presencia de una gran losa hincada en el terreno sobre uno de sus lados mayores pero de tal forma que presenta una inclinación acusada de unos 45° por la cual esta losa se convierte tanto en losa que cierra un lateral como en la propia cubierta de la cámara presentando caída a una vertiente; aunque del resto de las losas que conformarían la cámara no conservamos ninguna muestra, la presencia de sus improntas dejadas sobre el "suelo de preparación" del túmulo (en número de 5 ya que falta por estar destruida la que se localizaría en el lado oriental que cerraría la cámara por este lado) nos confirman su estructura real; como característica destacable indicar que estas losas son de un tamaño sensiblemente inferior a la losa-cubierta. La cámara cuenta, además, de con unas escasas proporciones interiores (menos de 1'5 m el eje más largo y menos de 1 m en el más corto) con la existencia de un complejo rebaje en el suelo de la misma que parece recordar (y de hecho coincide como nosotros comprobamos posteriormente) la forma de un cuerpo humano en posición lateral flexionada estando su cabeza dirigida hacia el lado del naciente. La peculiaridad del monumento no solo residía en su cámara sino que los otros elementos constructivos presentaban notable interés; sobre el túmulo de tierra (de un intenso color homogéneo pardo-rojizo carente de piedras y/o materiales de cualquier tipo) y como envoltura protectora se encontraba una muy elaborada coraza lítica que la cubría completamente como si fuese un casquete hemisférico, realizado a base de losas planas de gneis especialmente escogidas y retocadas en sus bordes, que se apoyaba en su base directamente sobre el suelo de preparación, siendo mucho más grandes las que estaban cerca de la base disminuyendo notablemente


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su tamaño conforme se iba ascendiendo; además estas losas estaban perfectamente ensambladas entre sí de forma intrincada observándose, en muchas zonas, como se superponían hasta cuatro losas en un mismo punto; la pendiente que presentaba esta coraza era, especialmente, llamativa lo que no es nada corriente en los túmulos megalíticos del Noroeste peninsular, y el riesgo que esto supone de desmoronamiento se compensó con una técnica elaborada de construcción en la que lo intrincado de la capa de losas y la disposición de algunas de ellas en dirección contraria a la pendiente de la coraza serían las claves. El otro elemento constructivo presente es el anillo periférico, en este caso también bastante peculiar ya que que aparece en dos niveles aunque mejor dicho se puede hablar de dos anillos periféricos superpuestos; el inferior, próximo a la base del túmulo y que en algunos puntos llega a estar descansando sobre el arranque de la coraza, esta compuesto por un reducido número de losas planas de gneis (semejantes a las que conforman la coraza) colocadas con esmero y presentando un cierto orden; el segundo anillo se halla a un nivel mucho más elevado que el anterior y está compuesto por un número mucho mayor de piedras heterogéneas tanto en forma como en tipos (se combina el granito, con el gneis y el cuarzo) o tamaños, colocadas de forma bastante desmañada. Además de la diferencia formal entre ambos anillos periféricos la existencia de algunos fragmentarios restos de suelos pisados entre ambos nos hace pensar que no son contemporáneos, sino que hubo un hiato temporal entre la construcción de ambos y el segundo supondría una especie de remoción del perímetro tumular mediante el cual se amplia en algo el diámetro original del monumento. La información de este yacimiento se completó con un ajuar bastante abundante compuesto por diversas láminas, laminillas, lascas y microlitos realizados en sílex, tres puntas de flecha de base triangular (dos en esquisto pizarroso y una en cuarzo cristalino), una pequeña y curiosa punta fruto de una reutilización de otra pieza, tres hachas pulimentadas (una muy fragmentada), una pequeña azuela, diversos cantos rodados (algunos con señales de uso), y una mano de molino en cuanto al material lítico; por lo que respecta al material cerámico decir

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que fue muy abundante tanto en número de fragmentos como en número de piezas diferentes destacando un cacharro hemisférico liso bastante completo, un cuenco con labio ligeramente abierto, un cuenco con decoración impresa de tradición campaniforme y varios fragmentos de decoración incisa (alguno muy reducido pero que podría estar en relación con la tradición de tipo Penha). Ante los datos obtenidos en base a una cámara rectangular de reducidas dimensiones, con una posible impronta que parecía remarcar la idea de un tipo de enterramiento individual y la presencia de materiales tardíos (cerámica campaniforme y la de posible tradición tipo Penha) nuestras primeras conjeturas apuntaban hacia un enterramiento tardío que tal vez estaba indicando el fin de los enterramientos tumulares colectivos y la aparición de enterramientos individuales de tradición en cista (al aparecer presentes elementos de las dos tradiciones funerarias), pero dos dataciones carbonométricas obtenidas respectivamente en el suelo de preparación bajo la cámara y en la base de la coraza, concordantes entre sí, dieron al traste con esta idea. La datación obtenida en el nivel inferior a la cámara (por lo tanto presuntamente anterior a su erección) es en fechas sin calibrar: Muestra GrN17698 CGr89 5.230 ± 80 bp; por lo que respecta a la muestra obtenida a partir de una rama carbonizada encontrada justo sobre el arranque de la coraza es: Muestra GrN-18420 CGr90 4.940 ± 80 bp, por lo tanto nos encontramos con un enterramiento a todas luces muy ¡curioso! tanto a nivel tipológico como a nivel cronológico. Las curiosidades que nos deparó el túmulo n° 1 no se quedaron ahí ya que pudimos también documentar que, tras su abandono y antes de sufrir diversos saqueos, el túmulo fue utilizado como lugar de ocupación ya que en su zona oriental se construyó una cabaña rectangular de reducidas dimensiones para lo que se rebajó longitudinalmente el túmulo de forma que los laterales y la parte posterior de la cabaña quedaban protegidos por la propia masa tumular al estar rehundida la cabaña en ella; de esta forma la zona de entrada de la misma estaría hacia el oriente que era el lugar en el que el túmulo iba descendiendo en altura. Esta cabaña fue realizada en materiales


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perecederos, pues no ha dejado huella manifiesta de los mismos; su utilización fue muy continuada ya que se encontraron hasta cinco suelos pisados superpuestos lo que indicaría al menos 5 momentos diferentes de utilización. El tipo de materiales, por cierto muy escasos y especialmente humildes, parecen apuntar a que estas ocupaciones ocurrieron durante la Edad Media e incluso se podría aventurar que en la Alta Edad Media (debido a la presencia de formas cerámicas que estaban en la tradición de sigillatas romanas tardías así como en la ausencia de cerámicas vidriadas).

El Túmulo n° 2 Se encuentra situado muy cerca del anterior, a menos de 50 metros en dirección Sudeste; se encuentra a 304 m sobre el nivel del mar y tanto en el diámetro como en lo que destaca sobre el entorno es muy semejante al túmulo anterior, la única característica diferenciable, a nivel superficial, es que según las vertientes del túmulo su altura variaba, observándose un claro arrasamiento hacia el poniente. Como indicamos antes se llevó a cabo en el túmulo una excavación de urgencia en el verano de 1991 localizándose en el momento de comenzar la misma un gran pozo de saqueo muy reciente que alcanzaba una gran profundidad y dejaba algo exhumado el extremo de una losa de la cámara. En el interior del montículo funerario encontramos, a pesar de estar muy alterada por las diversas destrucciones, restos de lo que habría sido una cámara lítica de planta, probablemente, poligonal, compuesta por grandes losas (que sobrepasarían escasamente el metro de altura) de las que solamente se conservaban dos (una de ellas aún hincada en su lugar original y afirmada al terreno por sus calzos de sujeción, la otra, notablemente más baja y delgada [lo que puede hacernos pensar que era la posible zona de acceso a la cámara lo cual también podía ser avalado por el hecho de que en esta zona haya una cierta inflexión en la superficie de la coraza que no parece estar asociada con el saqueo del túmulo} ligeramente removida de su sitio original durante los saqueos de forma que quedó algo vencida hacia el exterior de la cámara) pero además se intuía al

menos la presencia de otras tres o cuatro losas más (debido a que una de ellas había dejado su impronta en el suelo de preparación de la cámara así como los calzos de refuerzo exteriores, de otra conservamos un largo calzo exterior y de otra aún puede observarse en el perfil una importante profundización contemporánea con el momento de saqueo que parece apuntar a la extracción de una losa) esto a falta de exhumar la zona norte de la cámara donde no se llevó a cabo la excavación y donde calculamos que podrían haber estado otras tres losas de un tamaño semejante. Esta cámara estaría construida sobre un suelo de preparación hecho a base de tierras de coloración pardo-rojiza donde se hincarían las losas y reposaría el túmulo funerario, sobre dicho suelo, con una superficie notablemente compactada y endurecida se encontraron importantes manchas de carbón e incluso en la zona sur restos de una hoguera protegida por pequeños bloques de cuarzo blanco (estas acumulaciones de carbón selladas por la masa tumular nos fueron de gran utilidad para fechar el momento de erección del monumento pues la muestra GrN-19374 (Cotogrande-91) nos dio en fechas sin calibrar la del 4.875 ± 40 bp). En cuanto al túmulo, como ya dijimos, se levanta sobre el suelo de preparación y está compuesto por una serie de tierras bastante homogéneas tanto en el color, en la textura o en la característica común de su limpieza al estar carente de cualquier tipo de piedras, lo que hace pensar que vengan de un mismo lugar todo este aporte de tierras; por encima de esta masa de tierras que conforma el montículo se encontró lo que, con una cierta prevención, podemos llamar coraza lítica; lo indicamos así ya que debido al estado de gran destrucción que presenta podría ser tanto una coraza lítica muy desmantelada o un simple anillo, más que perimetral medial, de gran extensión; esta coraza estaría compuesta por una serie de pequeñas piedras que más que imbricadas habría que decir que están amalgamadas o mezcladas sin mucho orden, es su mayoría son fragmentos de esquisto pero también se constató la presencia de bloques de cuarzo de diversos tonos claros e incluso fragmentos de gneis; hay que señalar que, mientras que en los lados norte y sur se localizó


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el arranque de esta cubrición lítica sobre el suelo de preparación ascendiendo en altura sobre el túmulo de tierra, en el lado este, que por cierto es donde tiene más pendiente el túmulo, se iniciaba a media altura del túmulo (no quedando restos de que originalmente arrancase desde más atrás) en la zona oeste debido al gran arrasamiento no se localizaron, apenas, vestigios de la coraza. En este túmulo se cumplió la circunstancia habitual en los monumentos funerarios megalíticos de que el ajuar localizado no fue muy amplio y apareció asociado a los niveles de violación posteriores; en este caso además de cumplirse esta regla debemos indicar que fueron, por lo menos, variados. En cuanto a los materiales líticos debemos de incluir dos puntas de flecha (con una técnica de fabricación y soportes materiales distintos ya que mientras una es de base triangular y realizada en esquisto pizarroso la otra está realizada en cuarzo de base plana y elaborada de forma muy curiosa sobre una sola de sus caras), además una larga lámina o cuchillo de sílex y un fragmento de lámina de este mismo material, dos grandes lascas elaboradas sobre un canto rodado de cuarcita que corresponden tipológicamente a las denominadas en "gajo de naranja", así como un prisma de cristal de cuarzo, un alisador y lo que podría ser una piedra de afilar en cuarcita, una mano de molino en granito y un hacha . pulimentada que presentaba grandes extracciones, posiblemente fruto de un uso reiterado, realizada sobre una piedra metamórfica; por lo que. respecta al material cerámico que pudiese corresponder con la utilización del monumento fue muy escaso y fragmentario por lo que salvo un extraño borde recto no hay nada destacable. Como último dato indicar que tres de las piezas localizadas durante las labores de excavación: la gran lámina de sílex, un alisador en cuarcita y el prisma de cristal de cuarzo, aparecieron depositados muy próximos entre sí y en un nivel que parecía corresponder con el original suelo de la cámara por lo que habrá que considerarlos como piezas bastante excepcionales ya que lo normal es que este nivel haya sido saqueado y, por lo tanto, el ajuar del monumento suela aparecer asociado a los niveles de saqueo del monumento.

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El Túmulo n° 5 Se encuentra situado a unos pocos cientos de metros de los túmulos anteriores pero en otra de las vertientes de la elevación de Cotogrande, pues mientras aquellos se situaban en el sudoeste este se encuentra en el naciente, en la zona donde la caída del monte se dirige no ya hacia el valle del Fragoso sino hacia el valle del Lauro. El túmulo, aparentemente, presentaba una mayor envergadura que los anteriores de forma que el diámetro alcanzaba, por lo menos, los 25 metros y, en algunos puntos, se alzaba en casi dos metros (esto se debe a la zona de pendiente donde se encuentra enclavado, de forma que es hacia el Este y hacia el Sur donde alcanza mayor altura, o sea la zona hacia donde cae el monte, en cambio hacia el Oeste el túmulo se encuentra bastante arrasado, tal vez como fruto de antiguas actividades agrícolas). La excavación se desarrolló en el verano de 1992 y nos confirmó la existencia de un túmulo muy interesante así como altamente complejo a la hora de tener que analizar su evolución constructiva. En primer lugar constatar la existencia de una cámara lítica central (posiblemente poligonal) a base de lajas de importante grosor y altura; de la misma se localizó una sola laja "in situ" (algo vencida hacia el interior) así como otra losa completamente desplazada de su lugar original pues descansaba sobre el propio cráter de violación lo que denotaba que había sido extraída con intención de llevársela pero, por algún motivo, desistieron cuando estaban en plena labor; el gran tamaño de esta losa nos puede dar idea de como sería la cámara original pues mide sobre 1'90 m de altura, por 1 m de ancho y 0'30 m de espesor. En cuanto a las otras losas pudimos localizar la totalidad de los calzos externos e internos de otra situada en el lado sur de la cámara, los calzos exteriores de otra que delimitaría la zona Oeste, el calzo exterior de otra en el Sudeste y los calzos exteriores de otra de la zona Este, que debido a su tamaño y distribución hacen pensar más en un contrafuerte que en un mero calzo; a falta de exhumar la zona Norte de la cámara pensamos que esta habría sido poligonal, tal vez compuesta de 7 gruesas losas y que tendría un diámetro interior de


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unos 2 m. La cámara estaba cubierta por un gran túmulo de tierra de un color pardo-rojizo (al igual que en los dos casos anteriores) que presentaba la peculiaridad de que en su interior se localizaron claramente diversos suelos pisados y endurecidos con una gran consistencia además, aunque en algunos tramos estaban dispuestos en posición horizontal, en la zona próxima al perímetro exterior de la cámara descendían hacia ella, estos suelos parecían indicar diversos momentos de construcción del túmulo aunque las tierras que había tanto por encima como por debajo de estos suelos eran completamente similares; el proceso de excavación también nos permitió documentar la presencia de una coraza lítica que aunque en la actualidad se encuentra muy desmantelada, sobre todo en la zona occidental, fue construida con bastante esmero (sin llegar a alcanzar el nivel de calidad de la del túmulo n° 1) arrancando sobre el suelo de preparación, en el que descansa la cámara, a base de losas más grandes en la base que disminuyen en tamaño conforme se asciende en altura, para evitar el peligro de desmoronamiento se lleva a cabo un cuidado proceso de imbricación entre las losas llegando en algunos tramos a colocarla de forma contraria al de la caída del túmulo. Además de estos elementos constructivos, de por sí bastante comunes dentro del mundo megalítico, localizamos otros dos elementos que enriquecieron notablemente la información del túmulo. En primer lugar bajo el suelo de preparación del túmulo (nivel que suele ser habitual en los túmulos de la zona) se localizó una fosa excavada en la propia roca base, dicha fosa (que lamentablemente no pudo ser excavada por problemas de tiempo) estaba cubierta por una enorme losa que debido a su propio peso se partió "in situ", esta fosa parece corresponder con un nivel anterior a la construcción de la cámara lítica antes descrita. La excavación se complicó más ya que en plena masa tumular, en la zona oriental, en una masa en la que, como suele ser habitual, se puso mucho esmero por parte de sus constructores para preservarla de todo tipo de piedras o cualquier otro tipo de resto material extraño, localizamos, al menos, dos pequeñas y delgadas losas aparentemente depositadas allí junto

a una serie de materiales fragmentados que parecían indicar que eran los restos de una cámara anterior que había sido desmantelada a pesar de lo cual aquellas piezas seguían teniendo un cierto valor religioso por lo cual en vez de ser arrojadas lejos se depositaron con un cierto cuidado en la propia masa tumular en una zona muy próxima al "sancta sanctorum" . El ajuar fue especialmente escaso pero de un gran interés dándose la circunstancia de que, salvo el material asociado a las labores de saqueo y algún pequeño fragmento cerámico muy rodado, el resto de las piezas apareció depositado, en una superficie muy reducida, en la masa tumular junto a las pequeñas losas antes indicadas; este ajuar se componía de una gran punta de flecha de base triangular realizada en esquisto pizarroso que presentaba la peculiaridad de tener los filos completamente dentados, una pequeña punta de flecha en cuarzo cristalino de una tipología ajena a las conocidas en todo el Noroeste peninsular (de base triangular, acusadas aletas a media altura de la pieza y bordes cóncavos), un cincel pulimentado en ¿fibrolita? con claras señales de haber sido utilizado con gran intensidad, un borde cerámico con decoración de tradición campaniforme a base de bandas puntilladas paralelas, restos de un gran cacharro hemisférico, fragmentado, decorado con un complejo entramado de líneas incisas e impresas desarrolladas en fase a grandes metopas que lo ponen en relación con la cerámica de tradición Penha, así como dos pequeños bordes que no permiten señalar nada destacable debido a su pequeño tamaño. La excavación nos proporcionó también dos interesantes dataciones carbonométricas a partir de sendas muestras de madera carbonizada; la primera (GrN-19565 Coto Grande 3A) procedente del mismo contexto donde se localizaron las losas y el resto del material en plena base tumular que dio el 4.065 ± 45 bp lo que parece estar dando una fecha asociada al desmantelamiento de la pequeña cámara lítica, y una segunda muestra (GrN-19566 Coto Grande 3 B) correspondiente a pequeños carbones extraídos de la base de la masa tumular que pueden estarnos hablando del momento de erección del túmulo y que correspondería con el


Actuaciones arqueológicas en la necrópolis tumular de Cotogrande (Cabral- Vigo). Campañas 1989-1992

4.390 ± 50 bp. Tras analizar los datos llegamos a la conclusión de que en un primer lugar una vez preparado el terreno se construyó una fosa excavada en la propia roca base sobre la que posteriormente se levantó un túmulo (en torno a mediados del nI milenio); con toda probabilidad se construyó sobre la fosa anterior una pequeña cámara lítica que sería desmantelada a finales del In milenio, de esta cámara desaparecida nos quedarían las losas arrinconadas, el ajuar retirado y enterrado en la masa tumular, así como diversos suelos pisados en la masa tumular en el lado oriental que parecen señalar que se horadó la zona central y después se volvió a levantar el túmulo con aportes de tierra similares; el lugar de esta pequeña cámara fue ocupado por una cámara poligonal construida por piedras de un tamaño considerablemente mayor que las anteriores. Como último dato sobre este yacimiento queremos señalar que además de todo lo dicho anteriormente pudimos localizar, en la zona occidental del túmulo, una intromisión en la masa tumular anterior al saqueo, tal vez de época prehistórica aunque esto no lo podamos precisar, con un fondo de cabaña de planta circular y que presenta la existencia de varios huecos de poste y algunas piedras planas que parecen conformar un posible enlosado; también en la zona oriental del túmulo observamos otra intromisión de menor tamaño de difícil explicación.

A modo de epílogo La excavación de los túmulos de Cotogrande, además de cubrir un vacío importante a nivel geográfico en cuanto a actuaciones arqueológicas correspondientes al fenómeno megalítico en el sur de la provincia de Pontevedra nos ha aportado una serie de datos que nos están permitiendo confirmar que son coincidentes con gran parte de las informaciones que las recientes excavaciones llevadas a cabo en toda Galicia y en el Norte de Portugal en aspectos tales como la vinculación económica agro-pastoril de estas gentes, o en la contextualización de este fenómeno de enterramientos tumulares de forma primordial entre el IV y el nI milenio antes de Cristo (a pesar

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de la posible constancia de precedentes en el milenio anterior), así como el documentar la utilización de materiales del entorno más próximo para la construcción de los monumentos tumulares sin por ello dejar de constatar la presencia de diferentes materiales de "importación" entre los ajuares conservados (sílex, cristal de cuarzo principalmente) que fueron depositados en el interior del túmulo, o incluso la reutilización sucesiva de este tipo de monumentos a lo largo de un período muy laso de tiempo, llegando a documentarse ocupaciones (no siempre de carácter funerario) incluso en épocas históricas, así como también la combinación dentro de los ajuares depositados tanto de piezas que ya habían sido utilizadas de forma reiterada con anterioridad, por lo que se encontraban en un avanzado estado de uso , junto con otros materiales nuevos. fabricados expresamente con la única intención de ser depositados como ofrendas funerarias con todo lo que de inversión económica esto supone. A pesar de estas evidentes coincidencias las excavaciones de Cotogrande nos han aportado nuevos e interesantes elementos de juicio que plantean nuevas ópticas a la hora de valorar el fenómeno megalítico lo que nos puede aportar matices diferentes a aspectos como podrían ser la existencia de tipos de enterramientos muy distintos a los que han venido siendo documentados hasta ahora en el Noroeste peninsular (nos referimos en concreto al túmulo n° 1 de Cotogrande) que nos pueden hacer plantear la existencia de enterramientos individuales en pleno proceso de construcción de enterramientos tumulares colectivos o, por lo menos, a replantearnos en algunos casos concretos la idea de ¿qué es lo que se entiende por un enterramiento colectivo? ya que tal vez pueda también considerarse como tal a un enterramiento individual utilizado de forma continuada a lo largo del tiempo, o también la posibilidad de que enterramientos contemporáneos y muy próximos entre sí físicamente tengan sistemas constructivos completamente diferentes lo que complicaría la visión que tenemos de la variabilidad formal de los enterramientos tumulares, o la posible pervivencia en la construcción del sistema de enterramiento tumular hasta fechas mucho más modernas de las que se tiene habitualmente barajado


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XOÁN CARLOS ABAD GALLEGO

(bien entrado el II milenio), la presencia de materiales no muy habituales entre los ajuares conocidos en el Noroeste Peninsular (algunas tipologías de puntas de flecha y la "cerámica tipo Penha", tipo cerámico este último que además empieza a aparecer claramente asociado a la "cerámica campaniforme"), la constatación de la presencia de lugares de habitación en las proximidades de donde se alzan los túmulos megalíticos como parecen indicar la presencia de materiales domésticos localizados bien bajo la superficie tumular o formando parte de la propia masa tumular (normalmente a base de pequeñísimos fragmentos cerámicos muy rodados) o, incluso, conformado la coraza lítica mediante la presencia de instrumentos de la vida cotidiana reutilizados como elementos constructivos ("molinos naviculares"), la posibilidad de que la utilización de tipos de tierras muy determinadas estén en función de su coloración y por lo tanto con fines muy concretos por lo que la acumulación de tierras de color pardo-rojizo en las masas tumulares de todos estos túmulos no sea solo una simple coincidencia, la constatación de que ha sido seguido un proceso constructivo similar en todos los túmulos a pesar de que se utilizasen en cada uno de ellos técnicas distintas -mediante este sistema se prepararía previamente el terreno alcanzando la roca base que se igualaría horizontalmente, se crearía sobre ella un suelo artificial de preparación muy compactado sobre el que se harían una serie de grandes hogueras para endurecer el suelo y después se levantarían los diversos elementos que componen el monumento-, la documentación de que se han llevado a cabo diferentes restauraciones y reformas en los túmulos que pueden afectar tanto al tipo de cámara interior, a la coraza o a los anillos líticos o al propio perímetro del recinto tumular, etc. Por último para contextualizar mejor lo que representa a nivel cronológico la necrópolis de Cotogrande en el largo período en que fue utilizado como recinto funerario queremos señalar que cuando son erigidos los diversos túmulos de Cotogrande otro tanto estaba ocurriendo por todo el solar noroccidental peninsular donde se estaban

construyendo túmulos de diferentes formas, elementos constructivos y tamaños; por ejemplo indicar que cuando se estaban alzando los túmulos n° 1 y 2 de Cotogrande (que prácticamente son contemporáneos) se estaban levantando los de Outeiro de Gregos n° 2 y 3, los de Meninas do Castro n° 2 y 3, los de Cha de Santinhos n° 1 y 2, el de Monte da Olheira, los de Furnas n° 1 y 2, el de Chan da Cruz, el de As Rozas n° 1, el de Cha da Parada n° 4 o el de Pena Mosqueira n° 3, etc. y cuando, bastante tiempo después, se estaba erigiendo la última de las cámaras del túmulo n° 5 de Cotogrande otro tanto se estaba llevando a cabo, por ejemplo, en el túmulo n° 4 de Meninas do Castro.

Bibilografía complementaria ABAD GALLEGO, x.e, 1991: La excavación de la Mámoa n° 2 de Cotogrande (Cabral-Vigo). Castrelos nO 3-4: pp. 9-43. ABAD GALLEGO, x.e, 1993a : El contexto cronológico de la Mámoa n° 1 de Cotogrande (Cabral-Vigo). Arqueología n° 22: pp 21-27. ABAD GALLEGO, X.e,1993b: La variabilidad en las estructuras funerarias tumulares del Noroeste peninsular: el ejemplo de la gran necrópolis Peinador-Galiñeiro. Actas del

XXII Congreso Nacional de Arqueología: pp. 391-398. ABAD GALLEGO, X. e, 1994: Balance de las actuaciones arqueológicas llevadas a cabo en la necrópolis megalítica de Cotogrande (Cabral). Castrelos n° 5-6: pp. 7-28. ABAD

GALLEGO,

X.

e,

1995a:

Un

ejemplo

de

readaptaciones constructivas en un enterramiento tumular: Cotogrande n° 5. Minius IV, pp. 13-30. ABAD GALLEGO, X. e, 1995b: Escavación arqueolóxica de urxencia na mámoa n° 1 de Cotogrande (Vigo,Pontevedra).

Arqueoloxía / Informes n° 3 Campañas de 1989, pp. 155-158. ABAD GALLEGO, X. e, 1996: El fenómeno Megalítico y su presencia en la comarca de Vigo. Boletín del Instituto de

Estudios Vigueses n° 2, pp. 129-145. ABAD GALLEGO, x.e e HIDALGO CUÑARRO, J.M., 1997: Excavación de urgencia en la "mámoa" de Cotogrande (Vigo-España). Castrelos n° 9-10 , pp. 17-35.


BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 85-92

EL TúMULO DE OS CONSELLOS (NIGRÁN, PONTEVEDRA)

JUAN CANO, MIGUEL VIDAL

Laja, PABLO VAZQUEZ LIZ

Ambiotec S.L. Plaza de Europa lOa, 7" B 15.073 Santiago (A Coruña)

Resumen: Se presentan los resultados de una intervención de urgencia que ha permitido excavar completamente una estructura tumular que ha proporcionado datos sobre un proceso diacrónico en su formación así como sobre las actividades de trabajo y rituales de varios grupos sociales que interactuaron sobre el mismo.

Palabras clave: emplazamiento, diacronía, ritual, proceso tumulización.

Abstract: The Burial Chamber olas Consellos Nigrán, Pontevedra). This article presents the results of an emergency intervention in which an entire burial structure was able to be excavated. It offers data on a diachronic process in its formation as well as on the work activities and rituals of several social groups that interacted there.

Key words: site, diachrony, ritual, burial mound process.

Introducción El interés de La Consellería de Política Territorial, Obras Publicas e Vivenda y Autoestradas de Galicia por respetar y preservar el Patrimonio Cultura, llevó a que en la construcción de la Autoestrada do Val Miñor se planificará un detallado proyecto de intervenciones arqueológicas que permitieran salvaguardar dicho patrimonio cultural. Este proyecto se concretizó y se desarrollo en tres fases: 1a Fase: prospección intensiva de la traza, identificando los elementos que se verían impactados por las obras. 2a Fase: intervenciones valorativas realizando sondeos para verificar la presencia de yacimientos arqueológicos en la superficie que se vería afectada por las obras. 3a Fase: seguimiento y control arqueológico de los movimientos de tierras e intervenciones valorativas.

En el desarrollo de una de las intervenciones valorativas de la segunda fase, la llevada a cabo en el elemento n° 17, Prospección con sondeos de materiales líticos, se localizó lo que vendría a ser el elemento n° 44 "O Túmulo de Os Consellos". Su localización fue posible gracias a la aparición de una BN2G (Punta de fecha) en el corte de un camino de acceso a los elementos n° 14,15 y 16 que también fueron intervenidos. La identificación de este elemento llevó a que se realizaran tres sondeos valorativos localizando una estructura pétrea y un conjunto de artefactos tallados y abrasionados que encajaban bien con los que normalmente se recuperan en las estructuras tumulares, por lo que se planifico la intervención como la de una estructura tumular a pesar de que su morfología externa no permitía que se pudiera encuadrar con absoluta seguridad dentro de esta categoría de estructura arqueológica.


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JUAN CANO & MIGUEL VIDAL & PABLO V AzQUEZ

Situación El elemento se encontraba en el lugar de Os Consellos, no monte da Carrasca, parroquia de Parada, en el Concello de Nigrán, Pontevedra. Geográficamente se localiza a 135 m de altitud, en una dorsal que con dirección NE-SO, permite el acceso, a través de un collado, desde las tierras bajas del litoral de la bahía de Baiona a las tierras altas que se configuran al Oeste en el Pico do Castelo, con 400 metros de altitud. El túmulo se emplaza en una penillanura que se configura en la parte más alta del monte. Fisiograficamente se encuentra en un llano al pie de una pequeña ladera, en la ruptura de pendiente cóncava que se forma entre el llano y el fin de la ladera.

Fig. 1: Situación general y emplazamiento de túmulo

Esta ubicación provocó la indefinicion del túmulo sobre todo en su parte oriental, debido a la deposición de sedimentos producto de la dinámica de ladera que fundió el diseño original del túmulo con el de la ladera. La presencia de un afloramiento conspicuo al Norte del túmulo hace que la visibilidad se vea interrumpida hacia el arco N-S, por lo que su visibilidad se proyecta hacia el arco S-SO, visibilidad que se relaciona con la percepción de la parte occidental de la penillanura y con una vaguada que se conforma a escasos metros al Sur. Esta proyección es lógica si se pone en relación con la "vía de tránsito" que discurre en sentido O-E, que fue aprovechada con posterioridad por un camino tradicional que se correspondía con un ramal del Camino Real de Vigo a Baiona (Vidal Laja 1997).


El túmulo de Os Consellos (Nigrán, Pontevedra)

Este emplazamiento vincula al túmulo con los elementos naturales del entorno, como son el afloramiento conspicuo, la vaguada y parte de la penillanura perceptible desde el túmulo, siendo el túmulo el producto final de un proceso, que se iniciaría con la vinculación de un grupo social con esos elementos naturales y culminaría con la creación de una nueva morfología en el paisaje que sería la estructura tumular ya en un contexto social diferente. Desde un punto de vista más amplio estos aspectos permiten pensar en la existencia, en un primer momento, de una relación a lo largo del tiempo de distintos grupos sociales con elementos propios del paisaje natural, lo que implicaría una socialización de ese espacio desde épocas muy antiguas, siendo el túmulo, en sus distintas fases, un reflejo de esta vinculación, independientemente de su adscripción crono-social, como ocurre con los restos de los vestigios que documentan la presencia de otros grupos sociales con modos de vida muy diferentes que pertenecerían a distintos momentos del proceso histórico de esa zona. *

La intervención La intervenclOn se enmarca bajo unos presupuestos teóricos que defienden que la arqueología es una disciplina humanística que pretende conocer, dentro de su contexto paleoambiental, los modos de vida de las sociedades pasadas a través de los vestigios dejados producto de su comportamiento. Bajo esta premisa de partida se concretizaron una serie de objetivos básicos que fueron: - Definir la naturaleza precisa del elemento, aunque se partía de la hipótesis de que se trataba de una estructura tumular. - Documentar el registro arqueológico. - Establecer el proceso de formación del yacimiento. - Reconstruir, a través del registro arqueológico, el contexto y comportamiento social del grupo o grupos humanos que interactuaron en ese lugar. Para la obtención de los citados objetivos se optó por una orientación metodológica que se basa en el concepto de sincronía por lo que se excavaron los diferentes niveles sedimentológicos o

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arqueológicos de forma extensiva. Cada nivel o unidad estratigráfica recibió un tratamiento individualizado, articulando el registro arqueológico presente en el mismo. DESARROLLO DE LA INTERVENCIÓN

Primera fase Teniendo en cuenta que el primer objetivo de cara a un planteamiento riguroso de la intervención era delimitar de forma clara el elemento se procedió a excavar aquellas cuadrículas en las que se presumía que se extendía el nivel de piedras que formaba la estructura pétrea que se observó a la luz del sondeo efectuado durante la intervención anterior realizada en el elemento nOl 7. Por lo que se extrajo el sedimento que cubría dicho nivel de piedras, dando como resultado la exhumación de un contorno más o menos circular de 17 metros de diámetro que morfológicamente constituye un anillo periférico formado por piedras de pequeño y mediano tamaño de granito, cuarzo, esquisto y arenisca, que circunscribían una parte central de unos 9"5 metros de diámetro en los que esta morfología anular desaparecía. En el Sudeste de este recinto central se constató una acumulación de piedras, de similar morfología a las de la estructura anular, que ocupa un espacio de 2.5 x 2 metros y que se corresponde, en parte, con las cuadrículas abiertas durante el sondeo en la intervención del elemento nOl 7. Esta acumulación de piedras o empedrado, de composición similar a recinto periférico, que se diferenciaba e individualizaba de la estructura anular, y en ella pudimos diferenciar dos niveles de piedras entre los cuales aparece un alto índice de objetos, tanto líticos como cerámicos.

* Sobre el concepto de emplazamiento y sus posibilidades de aplicación al estudio arqueológico en lo que se refiere al "fenómeno tumular" de Galicia se pueden consultar los Criado Boado, F. y Vaquero Lastres, J. 1993; Vaquero Lastres, J. 1990; 1995a y 1995b). Para el análisis de los recipientes cerámicos se siguió el sistema analítico desarrollado por Llanos, Ade y Vargas, J. 1. (Llanos, Ade y Vargas, J. 1. 1974).


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JUAN CANO & MIGUEL VIDAL & PABLO V AZQUEZ

Segzmda fase

Una vez delimitada y limpiada toda la estructura se procedió la realización de dos zanjas transversales para seCCIOnar y tener una visión estratigráfica de la estructura tumular del elemento. Estas zanjas se corresponden en la planimetría con el eje de las "H" y con el eje" 16".

Tercera fase Retirada de las estructuras de piedras central y periférica y excavación extensiva por niveles del interior de la estructura tumular.

Resultados Los recursos metodológicos empleados permiten establecer las incidencias que se desarrollaron sucesivamente en el elemento hasta llegar a constituir su morfología final. Estas incidencias se concretizan en una serie de fases constructivas que, a falta de dataciones de C-14, se establecen de forma provisional dentro de una concepción diacrónica que se basa en las diferencias existentes entre procesos de ruptura claros que implican un factor diacrónico más o menos largo, y otras diacronías que se pueden denominar cortas y que incluso se podrían considerar subfases dentro de una misma fase constructiva.

Fig. 2: Primera fase constructiva. Situación de las fosas en relación con la morfología final de la estructura tumular.

FASES CONSTRUCTIVAS

La descripción de las fases se estructuran siguiendo un orden cronológico tal y como fue la actividad sobre el elemento.

Primera fase constructiva U n grupo social determinado dentro de las primeras sociedades productoras, que interactúan en ese lugar que ocupa una vía de tránsito y que tienen como referencia simbólica la morfología del afloramiento que está al Norte, aprovecha ese espacio para abrir unas fosas, de las que al menos una posiblemente se podría corresponder con una fosa de inhumación. Estas dos Fosas estaban rellenas de un sedimento de alto contenido

Fig. 3: Segunda fase constructiva. Situación de los ortostatos y estructura de combustión en relación con la morfología final de la estructura tumular.

orgamco, (una de estas fosas, la que podría ser de inhumación, abarca parte de las cuadrículas G 16 I 17 Y H 16 I 17. La otra fosa de menor tamaño ocupa las cuadrículas H 15 I 16 e I 15 Y 16). Segunda fase constructiva

Implantación de ortostatos, de los que se definen claramente dos y de forma menos precisa un


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El túmulo de Os Consellos (Nigrán, Pontevedra)

tercero, en lo que es la parte central del túmulo. (G 15 Y H 14). Estos ortostatos están asociados de forma directa a una estructura de combustión, perfectamente delimitada que abarca los cuadros (H 13 Y 14 e 1 13 Y 14). Posteriormente a la realización de las fosas se produce un vacío en la ocupación de ese espacio, hasta que otro grupo social con una concepción ritual diferente, pero que mantiene la sacralización de ese espacio reocupa ese espacio mediante la implantación de una estructura pétrea con ortostatos, de los que se definen claramente dos y de forma menos precisa un tercero, que se introducen de forma vertical o subvertical en el sedimento. Esta estructura que está algo desplazada hacia el cuadrante Sudoeste de lo que será la parte central de la morfología tumular final (G 15 Y H14). Estos ortostatos que estarían exentos en su época de utilización ritual, están asociados de forma directa a una estructura de combustión, perfectamente delimitada que abarca las cuadriculas (H 13 / 14 e 1 13 / 14).

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Fig. 4: Tercera fase constructiva. Siruación de las superficies afectadas por la combustión en relación con la estructura final de la estructura rumular.

Tercera fase constructiva Con posterioridad se documenta la llegada de un nuevo grupo social o incluso podría ser el mismo grupo pero que ya tendría un ritual completamente diferente. En este nuevo ritual la estructura pétrea, de la fase anterior, ha perdido su significado, por lo que se procede a la destrucción de dicha estructura, tal y como se documenta por el estado de los ortostatos. U na vez destruida la estructura se mIC1a el proceso de tumulización del elemento mediante el relleno de sedimento, que se alterna, dentro de un concepto de sincronía corta, con la formación de varias estructuras de combustión, algunas definidas, otras ya diseminadas entre el sedimento de forma que se configura un sedimento con una importante cantidad de fragmentos de carbón formando varias capas en la matriz del sedimento tumular.

Cuarta fase constructiva Posiblemente se corresponda con el mIsmo

Fig. 5: Cuarta fase constructiva. Morfología final de la estrucrura tumular con el estructura pétrea periférica e interna.

grupo social de la fase anterior, por lo que podría ser una subfase que se caracteriza por la finalización del relleno que constituye el sedimento tumular, aunque disminuyen los signos de combustión (salvo una pequeña estructura de combustión en la cuadrícula L17), lo que podría implicar una disminución del ritual vinculado al


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JUAN CANO & MIGUEL VIDAL & PABLO V AZQUEZ

fuego y se produce el sellado del sedimento tumular con los niveles de piedras de la estructura central, en la que se recuperó un abundante repertorio de objetos arqueológicos, y el establecimiento de un anillo periférico. Estos objetos habría que dividirlos entre los objetos con una función ritual y otros que se derivan del proceso de trabajo de construcción de la estructura final, que serían herramientas de trabajo. Dentro de los objetos rituales están algunos recipientes que se arrojan y por tanto fracturan "in situ", puntas de flecha cuya funcionalidad es nula e incluso algunas que se fracturan por flexión sobre la estructura y se arrojan, al igual que sucede con alguna lámina. Junto a estos elementos hay otros que no se hacen inservibles artificialmente. Ello implica un doble ritual en el que se combinan objetos funcionales que son susceptibles de ser empleados en el "más allá" con otros que o no son funcionales por su morfología o intencionalmente se hacen inservibles. Entre las herramientas de trabajo estarían algunos morfotipos como "hachas pulidas", y distintas bases que se emplearon en trabajos de cantería y de tratamiento de madera en lo que sería la base tecnológica de construcción de la estructura y de ejecución del ritual.

Quinta fase Esta fase implica ya un proceso de destrucción del elemento y está constituida por una fosa central de alteración que no llegó a tocar los restos de los ortostatos aunque sí alteró la morfología de las zonas de combustión. Esta fosa de alteración debió de ser bastante antigua por la homogeneidad del sedimento y debido a que no se apreciaba en el primer nivel que había debajo de la capa húmica contemporánea.

Sexta fase Esta sexta fase se podría constituir sobre la base del mismo proceso de investigación del elemento, que a la vez que lleva a conocer y poder explicar lo que allí sucedió también supone, como es inherente en la investigación arqueológica, a la desaparición física del elemento estudiado.

EL REGISTRO MATERIAL

La excavación del túmulo proporcionó un amplio repertorio de objetos arqueológicos que en su mayor parte estaban en conexión con las estructuras pétreas de la cuarta fase de construcción o con el sedimento tumular vinculado a esta fase. Sobre estos objetos que se están analizando sólo haremos una primera aproximación general. En total se han inventariado 1.232 objetos, sin incluir la materia vegetal carbonizada. Estos objetos se distribuyen entre:

Líticos Cerámicos

Total

Número 336 896

O/o

27'27 72'72

1.232

99~99

Objetos Líticos: los objetos líticos se subdividen en:

Tallados Abrasionados Mixtos

Totales

Número 314 13 9

336

O/o

93'45 3'86 2'67 99~98

Abrasionados: los elementos abrasionados se subdividen entre los siguientes morfotipos:

Morfotipos

Número

Fragmentos molinos Hachas pulidas Esferas Esferoide Ídolos

3 6

Totales

13

2 1 1

Mixtos: el grupo de mixtos se constituye con elementos que presentan evidencias claras de haber estado expuestos a los dos procesos técnicos, y son Bases positivas que se extrajeron de hachas pulidas y algunas Bases neutras que sirvieron a la vez de percutores y alisadores. Dentro de esta categoría se excluyen algunas hachas pulidas que se podrían también considerar BN1G debido a que teniendo en cuenta la naturaleza del objeto se privilegia la técnica de la abrasión sobre la de la talla.


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El túmulo de Os Consellos (Nigrán, Pontevedra)

Categorías

morfotipos concretos cuya lista (provisional) es la siguiente:

Número

BP Percutores/alisadores

6 3

Total

9

Morfotipos principales

Tallados: los objetos líticos tallados se expondrán siguiendo los criterios del sistema lógico analítico (Carbonell et al. 1983, Terradas, X. 1995).

Categorías morfotécnicas Número Fragmentos (Frg) Bases Naturales (Bn) Bases Naturales utilizadas (Bo) Bases Negativas de 1 Generación (BN1G) Bases Negativas de 2 Generación (BN2G) Bases Positivas (BP) Termoclasas (Tr)

Totales

O/o

32 17 3

10/19 5/45 0/95

43

13/69

145 68 6

46/17 21/65 1/91

314

99'97

33

Totales

65

4 5 12

5 3 1

La cerámica: se han recuperado un total de 896

En este conjunto es preciso destacar la utilización de cuarcita, sílex, arenisca, pizarra, cristal de roca y fundamentalmente cuarzo en la consecución de los diferentes objetos. Dentro de este conjunto se podría destacar que se puede reconstruir completamente la cadena operativa que emplea como soporte el cuarzo, que se documenta completa, mientras que la que tiene por soporte otras materias primas es incompleta o bien se presenta en productos acabados, como sucede fundamentalmente con el sílex y la pizarra que se emplearon para la consecución de un tipo de

--

o Fig. 6: Recipientes fracturados "in situ" ,

Número

Puntas de flecha Fragmentos de Lámina Armaturas Buriles Raspadores Perforadores Muesca

5 CMS

fragmentos cerámicos, una buena parte de los mismos se pueden adscribir a 19 recipientes, de los que se pueden reconstruir prácticamente en su totalidad 17 formas mientras que las dos restantes se documentan por escasos fragmentos. La morfología general de los recipientes, muy homogénea, se corresponde con formas convexas simples con unos diámetros medios aproximados, en la boca, de 14 cm., aunque en dos casos se rondan los 25 cm. Tecnológicamente la cerámica se realizó a mano, constatándose en algunos casos la técnica del urdido, con pastas de calidad media y desgrasantes, de entre 0/5 y 1 mm., de origen granítico. Las superficies externas se tratan mediante el alisamiento, en su mayoría, y la cocción reductora irregular es la predominante. Cuatro de los recipientes estudiados presentan un tratamiento decorativo en su superficie externa.


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JUAN CANO & MIGUEL VIDAL & PABLO V AZQUEZ

En tres casos la decoración es incisa, grabando líneas paralelas horizontales y el caso restante se corresponde con un recipiente con restos de un pigmento de color rojo.

Consideraciones f"males U na vez finalizada la intervención se pueden en principio dilucidar los siguientes razonamientos: a.- El elemento no ha sufrido significativas modificaciones en los últimos tiempos, de esta manera, el cono de alteración tiene una apariencia antigua, y otras alteraciones como las de los ortostatos hay que enmarcarlas en el mismo proceso de formación del elemento en la Prehistoria. A excepción de la parte correspondiente a la zona del cono de alteración y algunas partes del anillo pétreo, coincidiendo con la zona Este, por la que atraviesa un pequeño camino, el resto de la estructura no presenta señales importantes de alteración. b.- Este estado de conservación, avalado también por el desconocimiento del lugar por parte de los vecinos, hace que este elemento sea interesante de cara a reconstruir el proceso de formación del mismo y el ritual empleado. c.- Los materiales arqueológicos parece que confirman esta afirmación de un yacimiento poco alterado y sin excesivas intromisiones, por lo que este elemento podría corresponderse a un conjunto homogéneo, aunque dentro de procesos rituales diacrónicos realizados por distintos grupos sociales. d.- Se documentan diferentes fases rituales que culminaron con la tumulización del elemento en un proceso diacrónico.

e.- La cronología, a la espera de poder datar el yacimiento, podría ser muy amplia aunque la culminación del proceso de tumulización se podría corresponder con un momento tardío, dentro de eso que se viene en llamar "fenómeno tumular", apoyándose esta afirmación en las características morfológicas y en los objetos exhumados de esta última fase. f. - Los materiales localizados permi ten reconstruir formas cerámicas así como la cadena lítica operativa, documentando procesos de trabajo en el túmulo y gestos rituales.

Bibliografía CARBONELL, E. et al. 1983. Utilización de la lógica analítica para el estudio de tecno-complejos a cantos tallados. Cahier Naire, 1: 1-64 CRIADO BOADO, F. y VAQUERO LASTRES, ]., 1993. Monumentos, nudos en el pañuelo. Megalitos nudos en el espacio. Espacio, Tiempo, Forma. Serie J, Prehistoria y Arqueología, 6:205-248. LLANOS, A. de y VARGAS,]. 1., 1974. Ensayo de un método para el estudio y la clasificación tipológico de la cerámica. Estudios de Arqueología Alavesa, tomo VI: 265-313. TERRADAS BATLLE, X., 1995. Las estrategias de gestión de los recursos líticos del Prepirineo catalán en el IX milenio BP: el asentamiento prehistórico de la Font del Ros (Berga, Barcelona). Treballs d'Arqueología, 3. Bellaterra VAQUERO LASTRES, ]., 1990. Del análisis del emplazamiento al estudio de la distribución de los túmulos del noroeste. Brigantium, 7: 151-176. VAQUERO LASTRES, ]., 1995a. Túmulos del Noroeste peninsular: escenarios. Actas del XXII Congreso Nacional de Arqueología. Vigo. Vol. :33-37. VAQUERO LASTRES, ]., 1995b. Túmulos del Noroeste peninsular: escenas. Actas del XXII Congreso Nacional de Arqueología. Vigo. Vol. :39-45.


BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 93-122

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓXICA DE URXENCIA NO XACEMENTO DE ENTREPIÑEIRO (MOS - PONTEVEDRA)

V AZQUEZ COLLAZO Rúa da Torre, 44- 1"

SANTIAGO

(15002 - A Coruña)

Resume: Ó langa do texto expóñense os resultados acadados durante a intervención arqueolóxica de urxencia realizada no xacemento de Entrepiñeiro (Mos - Pontevedra), que ten como principal característica o feito de atoparse emprazado no entorno inmediato a varios túmulos funerarios pertencentes á coñecida zona arqueolóxica de San Colmado: As Pereiras.

Abstract: An Emergency Archaeological Excavation at the Site 01 Entrepiñeiro (Mos-Pontevedra). This text presents the results of an emergency archaeological excavation carried out at the site of Entrepiñeiro (Mos - Pontevedra). The most important characteristic is the fact that it is located in the vicinity of several burial chambers belonging to the well-known archaeological area of San Colmado: As Pereiras.

Contexto CONTEXTO XEOGRÁFICO

Emprazamento xeográfico. Xeográfica e administrativamente o lugar de Entrepiñeiro, tamén coñecido polo significativo topónimo arqueolóxico de A Mina, sitúase dentro do Término Municipal de Mos (aínda que en terreos limítrofes co Concello de Vigo), na parroquia de San Pedro de Cela, provincia de Pontevedra. As coordenadas xeográficas do xacemento onde se realizou a intervención son: 8°40'04" de lonxitude de latitude norte; oeste e 42°10'34 11 correspondéndose as U.T.M. cos puntos X527.420 e Y-4.669.450 (Folla 223-43 da Consellería de Ordenación do Territorio-Xunta de Galicia; 1981 - escala 1:10.000).

°

Emprazamento topográfico. emprazamento topográfico da zona de traballo concrétase nunha penichaira relativamente estreita (dorsal de orientación norleste), xusto na ruptura da

pendente que mira cara ó oriente, cunha altitude de 475 metros sobre o nivel do mar (lámina 1). Esta elevación e a súa prolongación en dirección norte (co Alto de Puxeiros, Coto Lousado, etc.) delimita o chamado Val do Fragoso (onde se empraza a cidade de Vigo) pola súa banda sudeste. Cara á parte meridional sitúanse os Altos de A Xesteira, San Cosme e todavía máis ó sur atopámonos coa Serra do Galiñeiro. CONTEXTO ARQUEOLÓXICO

Contexto Arqueolóxico Xeral. Este pódese calificar como moi importante, xa que o lugar da intervención atópase situado nunha das áreas tumulares que conforman a recoñecida zona arqueolóxica de San Colmado: As Pereiras (entre outros, PATIÑO, R.; 1985-86); conxunto funerario que está composto por varios monumentos tumulares de grandes dimensións. Hai que significar que algunhas destas tumbas foron destruídas nos últimos anos por mor das continuas alteracións paisaxísticas que está a sufrir


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Lรกmina 1


Intervención arqueolóxica de urxencia no xacemento de Entrepiñeiro (Mos, Pontevedra)

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Foto 1

esta zona cercana á cidade de Vigo. Con todo, aínda que con evidente perigo de desaparición, todavía se poden atopar un bo número destas mámoas felizmente conservadas (salientar entre estas últimas, o monumento de corredor situado dentro das instalacións do Círculo Mercantil e Industrial de Vigo). A riqueza megalítica do entorno non pasou desapercibida para moitos investigadores e, dende antigo, autores como G. ÁLVAREZ LIMESES, C. MERGELINA LUNA,]. FILGUEIRA VALVERDE - A. GARCÍA ALÉN ou R. PATIÑO GÓMEZ publicaron diferentes estudios sobre este conxunto arqueolóxico. Sen embargo, aínda que os datos aportados son de gran relevancia, estes non deixan de ser ás veces algo imprecisos e confusos en canto Ó número total e situación concreta dos túmulos, debido ás modificacións que a zona sufriu nos

últimos anos (construcción do citado C. Mercantil, vivendas, etc.) e que actualmente dificultan unha correcta interpretación deses datos. Contexto Arqueolóxico Puntual. De igual forma que o xeral, o contexto arqueolóxico puntual adquire unha gran relevancia xa que o terreo onde se realizaron as sondaxes atópase no espacio existente entre tres das tumbas do mencionado conxunto de As Pereiras: as designadas cos números 6, 7 e 8 1 (lámina 1- fotografía 1). Destas tres mámoas a n° 6 está completa, pero alterada por un gran cráter de expoliación non recente. A n° 7 está totalmente destruída, se ben

A numeración dada a cada un dos túmulos e que sirve para referencialos no texto, tomouse da información e os planos facilitados no seu momento pala Delegación Provincial de Cultura da Xunta de Galicia en Pontevedra.


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Foto 2

todavía pódese observar dentro do recinto do Círculo Mercantil unha acumulación de pedras de gran tamaño que puideron ter formado parte da súa estructura megalítica2 • 2 Sen embargo, a través de informacións proporcionadas de forma persoal por Ramón PATIÑO GÓMEZ, parece ser que esta acumulación de pedras correspondería a máis de un monumento, xa que nos terreos que hoxe ocupa o citado C. Mercantil de Vigo foron destruídas varias mámoas. Incluso, segundo estes datos, o denominado túmulo na 7 non estaría aí situado. O Sr. Patiño Gómez tamén nos comunicou que entre os túmulos na 6 e na 8 podería ter habido un terceiro monumento, que foi arrasado para achaiar a finca na que se realizou a intervención. Estes datos fóronnos facilitados bastante tempo despois de finalizada a intervención, no momento de rematar esta Memoria Técnica, e se ben non hai dúbida da súa importancia arqueolóxica (sobre todo patrimonial), non cremos que fagan variar as principais conclusións do traballo. Por outra banda, esta circunstancia serve para reafirmar o feito sinalado en párrafos anteriores: a confusión que produce a consulta das diferentes referencias bibliográficas que hai sobre o megalitismo desta zona, chegando a existir datos contradictorios en canto Ó número e situación dos túmulos.

Finalmente, a mámoa n° 8, atópase gravemente alterada xa que foi destruída en máis da súa metade pala construcción dunha pista de terra. Como consecuencia desta alteración, en marzo de 1983, foille realizada unha pequena intervenClOn arqueolóxica consistente no estudio da masa tumular e a zona da cámara (PEÑA SANTOS, A. de la; 1985-86). CONDICIÓNS DE OBRA

Orixe da intervención. Durante o movemento de terras derivado das obras de construcción dunha casa 3 , apareceron un bo número de fragmentos cerámicos de diversa factura entre os que destacaban algúns pertencentes a vasos campaniformes. Por este motivo o Servicio de 3 Dentro da finca propiedade de D. Servando RODRÍGUEZ PAZO, ó cal agradecemos a colaboración e facilidades prestadas durante os traballos de campo.


Intervención arqueolóxica de urxencia no xacemento de Entrepiñeiro (M os, Pontevedra)

Arqueoloxía da Dirección Xeral de Patrimonio da Consellería de Cultura da Xunta de Galicia a través da súa Delegación Provincial de Pontevedra4 , promoveu e financiou un proxecto de intervención arqueolóxica de urxencia baseado na realización dunha serie de catas de sondaxe na mesma finca, co obxecto de verificar a existencia dun asentamento prehistórico e calibrar o estado de conservación do mesmo. Da realización deste proxecto e da actuación de campo subseguinte (realizada entre o 1 e o 17 de xuño de 1993) fíxose cargo a empresa de arqueoloxía TOMOS, S.C., baixo a dirección do que subscribe o presente documento.

o

terreo. A superficie da finca sobre a que se levou a cabo a intervención rondaba os 1.200 metros cadrados de extensión. Atopábase rodeada dun muro de cerre, a parte norte do cal discorre moi preto do túmulo n° 6 antes referido. U nha boa parte deste terreo estaba gravemente alterada por remocións de diversa índole que, como logo se verá, afectaron dun xeito moi negativo á conservación dos elementos constitutivos do xacemento (posibles estructuras e material arqueolóxico) (fotografía 2): 1.- Alteracións recentes (producto das obras de construcción que deron orixe á intervención): escavación de alicerces para a casa, zona de empedrado, zanxas de conducción eléctrica, árbores de recente plantación, etc. A pesar desto aínda quedaban pequenos sectores da finca que non sufriran ningún tipo de remocións recentes, en teoría as máis perxudiciais para unha óptima conservación do xacemento. O muro de cerre continuábase cara Ó extremo oriental da altiplanicie, ata completar os preto de 2.000 m 2 de superficie total; sen embargo nesta parte do terreo, aínda máis alterada, non houbo que intervir arqueoloxicamente. 2.- Alteracións antigas: a través dalgúns veciños da zona soubemos que no monte onde se empraza a finca, véñense realizando importantes e intensas reforestacións de piñeiros dende hai máis de 35 anos. 4

Por medio do seu arqueólogo territorial D. Xulio CARBALLO ARCEO, a quen tamén queremos agradecer o apoio e consellos dados durante o desenvolvemento da intervención arqueolóxica.

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Esas mesmas fontes informaron da aparición, no lugar onde se levou a cabo a intervención, de fragmentos cerámicos e útiles de pedra (as descricións destes ultimos semellan corresponder a machados pulimentados, agora en paradeiro descoñecido). Os achados tiveron lugar durante a época na que aínda se traballaba a terra mediante o sistema de roza (antes do comezo do proceso reforestador).

Outros condicionantes. Tal vez a circunstancia máis significativa e determinante, por todo o que conleva na arqueoloxía de intervención, foi o carácter de urxencia da obra. Este feito propiciou a presencia de dous condicionantes básicos que casi sempre fan que a tarefa investigadora (premisa inicial e ideal) vaia trocando ó longo dos traballos pola puramente 'Idetectivesca" (situación final e real): 1.- Tempo: a premura de prazos para finalizar a obra foi un lastre difícil de contrarrestar xa que a penas se contou con 10 xornadas hábiles de traballo efectivo. A isto houbo que lle engadir a mala fortuna co tempo climatolóxico, ó ter que sufrir unhas adversas condicións ambientais (con fortes ventos e chuvia case tódolos días). 2.- Espacio: a superficie de terreo a sondear (tendo en conta os prazos mencionados e o presuposto establecido) non podía superar inicialmente os 5O metros cadrados de área arqueolóxica aberta. N o apartado metodolóxico concretarase con máis detalle este aspecto da intervención.

Metodoloxía PLANEAMENTO-REXISTRO

O planeamento da intervención deseñouse sobre un gran rectángulo de 70 por 14 metros, que practicamente coincidía cos límites de cerre da finca (lámina 2). Toda esta superficie dividiuse planimetricamente en 980 Unidades de Rexistro dun metro cadrado cada unha, fraccionadas a súa vez en nove subsectores de 33.33 centímetros. A cada esquina deste rectángulo foille asignada unha letra, comezando polo ángulo inferior esquerdo


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(segundo se mira cara ó norte arqueolóxico) e seguindo a dirección das agullas do reloxio (de forma correlativa A-B-C-D). Este mesmo planeamento foi seguido individualmente para cada cata de sondaxe á hora de representar gráficamente o rexistro dos perfís arqueolóxicos resultantes da escavación. O norte arqueolóxico, que coincide co eixe marcado polos lados menores do rectángulo, está orientado 18 0 ó oeste do norte xeográfico. Tendo en conta esta mesma orientación, o Punto sitúase no ángulo inferior esquerdo do rectángulo xeral (ángulo A), onde tamén está a U.R. número 1 (correspondendo a 980 á situada na esquina superior dereita: ángulo C).

°

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Rexistro Gráfico Durante a intervención levouse a cabo un minucioso rexistro gráfico consistente en: 1- Planimetría: tomáronse datos planimétricos precisos (cotas de altura) tan só nos oito sectores ou catas onde se realizaron labores de escavación. 2- U nha serie de debuxos en planta, a modo de diario gráfico, do desenvolvemento dos traballos e dos perfís estratigráficos máis significativos (escalas empregadas: 1:10, 1:20, 1:50 e 1:100). 3- Toma de fotografías, xerais e de detalle, das diferentes fases da intervención. En laboratorio, fixéronse novas tomas fotográficas de tódalas pezas arqueográficas, xa lavadas e sigladas, rexistradas durante a intervención 5.

Escavación Mostreo Analizable Como ben se deduce da súa propia denominación, cada unha das Unidades de Rexistro ven a representar a unidade básica de escavación, control e rexistro dentro da zona de intervención (referencias gráficas e planimétricas, recollida de materiais e mostras analizables, etc.). De feito, cada peza arqueográfica recuperada, cada mostra tomada ou calquera outra circunstancia que se quera referenciar na planimetría xeral da escavación, sinálase en primeiro lugar coa U.R. correspondente (é o elemento esencial) seguido, aínda que non sempre, do subsector. Esta información complétase, na maior parte das ocasións, a través dos datos obtidos polo habitual sistema de coordenadas cartesianas: eixes X - Y - Z de cada U.R. (segundo a orientación xa sinalada). O proceso de escavación estivo condicionado poIa alta probabilidade de que foran achadas evidencias e/ou estructuras pouco definidas. A limpeza nestes casos resulta esencial para o correcto rexistro arqueolóxico; por esta razón, para o traballo específico de escavación foi utilizado un sistema de táboas, a modo de entarimado por encima do terreo, co fin de non pisar e alterar así o menos posible a zona de intervención.

Esta parte do rexistro estivo centrada sobre tres elementos: terras, pedras e carbóns. Deste último recolléronse dúas mostras, unha das cales foi utilizada para a súa datación polo método do Carbono-14 6.

Material Arqueográfico Depositado no Museo de Pontevedra, adicaremoslle un apartado específico máis adiante. OBXECTIVOS-PLANEAMENTO

Antes de abordar en profundidade este tema, é necesario sinalar que o planeamento exposto no proxecto de obra inicial foi alterándose en función dos resultados que se ían acadando durante o traballo de campo. Estes trocos non afectaron ó número de sondaxes previstas (oito catas de Esta actividade xunto coa completa delineación de tódolos debuxos, hai que enmarcala dentro do proxecto Ayuda de investigación en el yacimiento de Entrepiñeiro (Mos-Pontevedra), patrocinado pola Dirección Xeral do Patrimonio Histórico e Documental (Consellería de Cultura-Xunta de Galicia). 6 Trátase da mostra con sigla EP93.755.Cl, enviada a través dos Servicios de Arqueoloxía da Xunta de Galicia ao CS.I.CInstituto de Química Física "Rocasolano", Laboratorio de Geocronología (Madrid). A súa referencia de laboratorio é CSIC-113ü. No capítulo de CONCLUSIÓNS, ofrécense daros concretos dos resultados da análise.


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diferente superficie), pero si ó total de metros cadrados que ocupou cada un dos sondeos.

Obxectivos

o que non variou foi o obxectivo básico, e por outro lado obvio, da intervención: resolver a procedencia dos primeiros restos matenalS atopados. En segundo termo, relacionado con esa primeira premisa, intentar confirmar a presencia doutras estructuras diferentes ós túmulos funerarios do entorno, e se esto fose posible rexistrar as características das mesmas, calibrar o seu estado de conservación, etc. Con todo elo intentaríase precisar a tipoloxía do xacemento arqueolóxico ante o cal nos estabamos a enfrentar. Como punto de partida para solucionar eses interrogantes principais, tivéronse en canta tres posibilidades: 1.- Os' materiais poderían vir de arrastres procedentes dos túmulos adxacentes, como consecuenCia das remocións de terra existentes dende antigo no lugar. Hai que insistir no feito xa sinalado de que as mámoas do entorno atópanse alteradas en maior ou menor medida (destruccións, saqueos, etc.). 2.- Rexistrar a existencia doutras estructuras e/ou indicios de actividades (actos funerarios, rituais, etc.) relacionados coa construcción dos túmulos. 3.- Rexistrar a existencia doutras estructuras e/ou indicios de actividades non relacionados coa construcción dos túmulos: por exemplo os sitios de habitación. Estes últimos poderían ser contemporáneos ou non á utilización dos monumentos como áreas sepulcrais. Como segundo gran obxectivo, aínda que tamén derivado do principal, propusímonos delimitar o espacio arqueolóxicamente fértil: era moi importante comprobar se os diversos restos arqueográficos (materiais e posibles estructuras) aparecían por toda a superficie da finca. Planeamento Despois do sinalado no apartado anterior, pódese comprender mellar o deseño xeral

proposto para esta actuación arqueolóxica, e para o cal se diferenciaron no espacio total do solar tres zonas a sondear (lámina 2). 1.- A primeira zona, tal e como se pode comprobar no croquis xeral, estableceuse no sector ande tiñamos a máis grande concentración de material arqueográfico antes de comezar a intervenClOn. Nun primeiro momento, esta circunstancia interpretouse como un indicio de que poderíamos estar nun área de especial aetividade por parte das xentes que alí deixaron os seus restos. A principal referencia viña dada na parte ande se escavaron os alicerces da casa (bastante cercana ó túmulo 6) pasto que alí é ande máis fragmentos cerámicos se recolleron en superficie. Nese lugar planeáronse as sondaxes n° 3 e n° 4. 2.- A segunda gran zona de interese proporcionábaa o espacio existente, máis ou menos en líña recta, entre as tumbas 6 e 7-8. Aquí foron planeados os sondeos n° 1, 2, 5 e 8 7. 3.- Na terceira zona, definida pala porción de terreo situada ó leste da sondaxe número 4, establecéronse outras dúas pequenas catas de 1 metro cadrado cada unha (sondeos n° 6 e n° 7) ca fin de determinar se seguían aparecendo materiais arqueolóxicos por toda a superficie da finca. Así pois, en total abríronse 41 metros cuadrados, planeados en oito catas arqueolóxicas: tres de 1 m 2 (números 6, 7 e 8), unha de 4 m 2 (n° 1), outras tres de 6 m 2 (n° 2, 3 e 5) e unha máis de 16 m 2 (n° 4) (ver lámina 2). Esto supón aproximadamente o 3.5% da superficie total do terreo.

Resultados Ó langa deste terceiro capítulo van ser amasados os resultados referentes a tres dos grandes aspectos da intervención: as estructuras, os materiais arqueográficos e a estratigrafía resultante da escavación. Derivado de todo elo tamén serán analizadas outras cuestións de relevancia como o problema cronolóxico, aspectos 7

Recordar que cando se levou a cabo a intervención non contabamos coas informacións sinaladas na nota a pé de páxina n° 2. Aínda así reafirmámonos na crenza de que os resultados e conclusións que aquí se están a expoñer non deben variar despois da obtención deses novas datos.


Intervención arqueolóxica de urxencia no xacemento de Entrepiñeiro (M os, Pontevedra)

tipolóxicos da cerámica, etc., quedando para o seguinte capítulo as conclusións máis significativas referentes á interpretación dos resultados expostos neste. A modo de introducción xeral, débense anticipar e salientar unha serie de feitos tales como que en tódalas catas de sondaxe abertas, menos na número 8 de só 1 m 2 de extensión, foi rexistrada algunha peza arqueolóxica (lámina 2). Ademais, toda a potencia estratigráfica do terreo (uns 35 cm de media, ata o comezo da zona de alteración natural da rocha base) resultou ser arqueolóxicamente fértil. Tamén é importante significar que o sector onde se estableceu a sondaxe n° 3 resultou estar totalmente alterado, ó proxectarse aí a entrada dun garaxe, para o cal foi escavado o subsolo; posteriomente, ó se trocar a idea orixinal, volveuse a reencher o furado coa mesma terra8 . Este feito ven a significar que as cerámicas aparecidas nesa cata, aínda que pertenzan a esa mesma zona, se encontren totalmente removidas e fóra de contexto, e as estructuras que puidese ter habido, destruídas por completo. ESTRUCTURAS

Se ben en tódalas as catas de sondaxe realizadas chegouse á rocha base (xabre), ó comezo dos traballos xa intuiamos que dous factores ían a determinar de forma negativa o posible rexistro de estructuras arquitectónicas: 1.- Por un lado, o feito de non poder abrir áreas de escavación máis amplas dificultaría a definición, de forma precisa, das posibles estructuras. 2.- Por outra banda, o lugar de maior alteración e remoción no terreo coincidía co punto máis álxido no que a número de fragmentos cerámicos rexistrados se refire, co que a destrucción de cualquera vestixio arquitectónico ou doutro tipo sería prácticamente total nesa zona.

8

Información facilitada polos propietarios da finca. O feito de que esa información se nos proporcionase cando xa avanzáramos bastante na escavación desa cata, supuxo unha considerable perda de tempo tendo en conta a urxencia da intervención.

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Este segundo factor negativo compréndese mellor ó presupoñer, gracias ós diversos paralelos establecidos con outros xacementos da Prehistoria recente, que as estructuras estarían conformadas por elementos endebles dificiles de rexistrar incluso con mellores condicións de traballo: pavimentos apenas perceptibles, pequenos furados de poste, zanxas, etc., que se corresponden con construccións de reducido tamaño e nas que abunda o emprego de materiais perecedoiros como a madeira. Como veremos a continuación, a pesar da total confirmación destas sospeitas previas, hai que facer referencia ó rexistro dunha serIe de deposicións de difícil definición (con seguridade moi alteradas), nas que a súa xénese semella totalmente artificial (se ben descoñecemos o seu fin ou funcionalidade). Estas últimas atópanse nas sondaxes n° 4 e n° 5, polo que non faremos referencia máis concreta Ó resto das catas.

Sondaxe n° 4 Cunha superficie de 16 metros cadrados, supón o sector de maior tamaño dos oito abertos. Para o seu planeamento aproveitouse a escavación feita para os alicerces da casa en construcClOn, que proporcionaba tamén unha referencia estratigráfica moi interesante antes de comezar a intervención. Nas fotografías n° 2, 3 e 4 amósase esta cata número 4 durante tres das fases máis significativas da intervención. Estas vistas xerais pódense utilizar como referencia gráfica daqueles aspectos e estructuras concretas que máis adiante serán descritas neste mesmo capítulo. Hai que destacar unha zona, que afecta ás Unidades de Rexistro 685 e 756, na que se localizou unha gran concentración de pequenas pizarras i esquistos dispostos de forma máis ou menos plana, aínda que cun lixeiro buzamento (casi con toda seguridade, producto das remocións e arrastres realizados no terreo -fotografía 3-). Estas pizarras estaban situadas, cunha potencia variable, xusto por encima do nivel da rocha natural alterada prácticamente formando unha (xabre), continuidade estructural coa parte superior do mesmo. Entre elas rexistráronse un bo número


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Foto 3

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Intervención arqueolóxica de urxencia no xacemento de Entrepiñeiro (Mos, Pontevedra)

de fragmentos cerámicos que, como as pedras, aparecían cun lixeiro buzamento; algunhas incluso fincadas en posición vertical (este dato confirma as remocións de terra antes mencionadas). Noutros sectores desta cata só apareceron seixos, excepto na esquina inferior dereita da U.R. 752 onde pouco antes de aparecer o estrato de xabre foi rexistrada unha pequena e curiosa acumulación de pedras, composta por fragmentos de cuarzo e esquistos, de dificil definición cos datos obtidos (fotografía 4). A pouca distancia, ó oeste da primeira concentración de pizarras descrita, foro n rexistradas dúas bandas paralelas (separadas entre si uns 100-125 centímetros segundo a zona), que estaban formadas por unha terra de cor grisácea mOl endurecida e fortemente compactada (fotografía 3 - lámina 2). Estas franxas de terra, duns 2 metros de lonxitude, atravesaban a cata n° 4 de lado a lado en dirección nodeste-suroeste. Ó quedaren cortadas polos extremos de dita cata, foi imposible averiguar os seus límites reais. A súa potencia variaba entre os 5 e 10 cm e a súa anchura media estaba en torno aos 30 cm. A mostra de carbón enviada para a súa datación polo método do C-14, foi recollida ó carón da banda de terra situada máis ó leste. Tamén hai que sinalar que sobre estas bandas e por debaixo delas (onde a terra parecía atoparse algo máis solta) rexistráronse algúns fragmentos cerámicos: moitos deles apareceron fincados, nunha posición vertical. Tanto en porcentaxe (algo máis do 88%) como en números absolutos (434 sobre un total de 492) a sondaxe n° 4 é a que ofrece máis fragmentos cerámicos e pezas líticas rexistradas. Estes aparecían tamén por debaixo das bandas endurecidas, onde a terra en xeral atopábase bastante máis solta e menos compactada. É dificil presentar unha interpretación válida para todo o descrito cos datos de que dispoñemos. Sobre todo tendo en conta a evidente e profunda alteración, producto de arrastres e remocións (labouras agrícolas de cavado para a roza, reforestacións, etc.), sufrida polo terreo (feito que tamén parece demostrar a presencia de moi tos fragmentos cerámicos e pedras en posición vertical).

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Sondaxe n° 5 A escavación deste sector permitiu localizar unha nova acumulación de pedras composta por seixos, esquistos, etc. de tamaño medio, a deposición dos cales parece totalmente intencionada (fotografía 5). A uns 60 cm ó sudeste, na esquina inferior dereita da cata, foi localizada un área de terra fortemente compactada e endurecida que podería corresponderse cun posible pavimento. Para a súa interpretación, o maior hándicap co que aquí nos enfrentamos é a pouca superficie de terreo aberta nesta cata (apenas 6 metros cadrados) (lámina 2 - fotografía 5), que non nos permitiu facer unha delimitación precisa do agrupamento pétreo nin saber cómo e ata ónde continuaba a área de terra compactada. Hai que recordar que nesta zona (ou moi cercana a ela) parece que puido ter sido arrasado un túmulo funerario. Sen embargo cos datos obtidos na escavación non podemos confirmar que as "estructuras" descritas sexan restos dalgunha arquitectura tumular destruída. O número de pezas rexistradas nesta sondaxe foi menor que na n° 4 antes descrita, pero igualmente significativo para a súa definición como probable área de actividade humana durante época prehistórica. - Despois do exposto nos párrafos precedentes parécenos moi arriscado falar de estructuras, se consideramos estas como un elemento arquitectonlco ou constructivo perfectamente definido e comprobado, xa que non é posible facer tal aseveración cos datos e características dos restos localizados nas sondaxes n° 4 e n° 5. Sen embargo, é obvio que esto non implica descartalo como posibilidade ó valorar os resultados da intervención no seu conxunto (contexto arqueolóxico, emprazamiento do xacemento, materiais cerámicos recuperados, paralelos noutras zonas xeográficas, etc.). De aí que ó longo do texto refirámonos a elas con ese termo: estructura. No capítulo final de conclusións volveremos a incidir sobre esta importante cuestión.


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MATERIAL ARQUEOGRÁFIC0 9

En total foron rexistradas 492 pezas, entre as que predominan de maneira abrumadora os fragmentos cerámicos con 483 exemplares 10 (máis do 98% do total); de feito só 9 son encadrables dentro do conxunto lítico.

Cerámica A pesar de que a cerámica é, cuantitativa e cualitativamente, a parte do rexistro de materiais máis destacable, atopámonos cunha seria dificultade á hora de facer un mínimo estudio da mesma: a súa gran fragmentación (algo máis do 72% do total mide igual ou menos de 3.5 cm). A este feito, polo demais tan habitual en Galicia,

9 Tódalas as pezas quedaron depositadas no Museo de Pontevedra. 10 Das que 10 pertencen a pezas recollidas fóra de contexto antes da intervención (en niveis superficiais e zonas alteradas polas obras).

debemos engadir a forre diseminación dos restos, xa que algunhas pezas encaixan cunha separación no seu rexistro de ata máis de dous metros de distancia entre unha e a outra. Son novas datos que confirman a alteración sufrida polo terreo. Estes dous factores inciden de forma moi negativa en aspectos tales como o estado de conservación dos fragmentos (en xeral, salvo excepcións, bastante malo ou regular), o intento de reconstrucción dos recipientes (que conleva un descoñecemento xeral das formas e dificulta un estudio tipolóxico correcto), etc. Para unha análise algo máis pormenorizada da cerámica dividimos as pezas en dous grupos diferentes, partindo dun feito tan significativo nos estudios ergolóxicos cerámicos como é a presencia ou ausencia de elementos decorativos. Este apartado será rematado cun estudio formal das partes diferenciadas ou parciais dos recipientes, facendo un especial fincapé nos bordos e fondos. 1.- Cerámica lisa (lámina 8). Supón casi o 78% dos fragmentos recuperados. Elo non significa que


Intervención arquealóxica de urxencia na xacementa de Entrepiñeira (Mas, Pantevedra)

todos tivesen formado parte de recipientes sen ornamentación (de feito constatamos a presencia de varios fragmentos lisos claramente pertencentes a partes sen decorar de vasos campaniformes) pero, na inmensa maioría dos casos, a tan repetida fragmentación impide facer unha mellar clasificación a partir da presencia ou ausencia de motivos decorativos. Por tanto tódalas pezas sen decoración serán tratadas dentro dun mesmo conxunto. - Estudio tipolóxico: semella clara a existencia de formas rectas (en xeral abertas) e convexas simples (hemisféricas e tal vez globulares). Tamén parece constatarse a presencia dun recipiente liso con perfil en S moi suavizado (se ben non cremas que se poda catalogar dentro dos denominados campaniformes sen decoración). Polo menos en tres casos pódense relacionar con vasillas de medio ou gran tamaño e con paredes bastante grosas (unha acada os 20 mm. de grosor máximo; n° de rexistro 685.8). - Estudio tecnolóxico: a técnica de elaboración parece en todos os casos manual, e a compacidade das pastas bastante homoxénea en xeral. O tratamento das superficies é moi variado e vai dende as perfectamente alisadas ou afinadas (n° de rexistro 752.38 ou 753.18) ata as moi rugosas, ca desgraxante á vista (en moitos casos debido ó efecto de alteracións postdeposicionais). Tamén obsérvase a presencia de restos de cinza nalgunhas pezas (n° 757.26), moi probablemente como consecuencia lóxica das queimas realizadas no monte (roza), xa que eses restos de queimado aparecen tanto nas superficies exteriores como interiores e nalgún caso nas zonas de fractura (sen embargo, noutros casos, non se debe descartar a presencia de fungos ou concrecións de características similares). Aínda que non foi realizado un estudio mineralóxico preCISO, a materia pnma dos desgraxantes parece pertencer á zona: cuarzo, esquistos e mica; e o tamaño dos mesmos é en xeral medio-groso. A cor, ou mellar dito, as tonalidades que maIS abundan son as claras, en especial as alaranxadas; as cores máis escuras (grises, pardas, negruzcas) aparecen sobre todo nas superficies interiores e no

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corazón dos fragmentos (probablemente como consecuencia das baixas temperaturas na cocción). En relación con esto último, debemos facer unha aclaración final sobre a análise doutro aspecto técnico da elaboración das cerámicas (e que serve tamén para as decoradas), que é o que afecta á cocción ou forneado das mesmas: soamente baseámonos na cor para diferenciar nesta clasificación entre fogos reductores (tonalidades máis escuras) ou oxidantes (tonos vermellosalaranxados) [LLANOS, A.-VEGAS J.!.; 1974]; [FUENTE, F. de la; 1988]. Somos conscentes de que para unha correcta ordenación dentro deste apartado sería necesario un estudio moito máis completo de laboratorio, ca fin de obter datos aproximativos de temperatura, condicións e tempo de cocción das diferentes pezas cerámicas. En liñas xerais parece constatarse a presencia de polo menos oito recipientes diferentes sen decoración, aínda qu~ con toda probabilidade non podemos descartar restos de máis que, ben pala súa fragmentación ou polo seu pequeno tamaño orixinal, non puideron ser individualizados. Esta particularización de vasillas fíxose comparando os diversos parámetros técnolóxicos como a cor, características de superficies, etc. e non a través de reconstruccións, xa que estas non foron posibles en ningún caso (só conseguíronse formas moi parciais e pouco significativas). 2.- Cerámica decorada (láminas 3-4-5-6-7-9-10). Moitas das premisas empregadas no apartado das cerámicas lisas son aplicables ás ornamentadas. Así, sofren igual grao de fragmentación que as primeiras, aínda que este feito vese agravado pala circunstancia do menor tamaño, en xeral, dos decorados. Rexistráronse 107 piezas (22% do total), correspondendo a Inmensa maioría (98) a recipientes con decoración típica campaniforme; o resto son: tres de dubidosa pero moi probable adscrición campanifome; CinCO con cordóns horizontais aplicados, casi todos de sección triangular, e cercanos ós bordes (n° 751.6); e un bordo con incisións que afectan ó mesmo labio (n° de rexistro 140.1). U nha vez vistos estes datos de aproximación ó tema, abordaremos o estudio da cerámica


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140.1

303.4

684. 12

V AZQUEZ COLLAZO

683.3

683 . 14

686路34

686 . 32

687 . 8

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L谩mina 3

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715.2

\

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\ 752.37

754.35

980.3


Intervención arqueolóxica de urxencia no xacemento de Entrepiñeiro (Mos, Pontevedra)

107

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108

SANTIAGO

V ร ZQUEZ COLLAZO

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J 751 .5

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I 753 . 21

Lรกmina 5

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Intervención arqueolóxica de urxencia no xacemento de Entrepiñeiro (Mos, Pontevedra)

591 .1

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I

I

687 . 11 - 757 . 2

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1

Lámina 6

I

O

6CM

109


110

SANTIAGO

V ÁZQUEZ COLLAZO

campaniforme l l seguindo, en liñas xerais, as mesmas pautas e esquemas que se usaron para a descrición da cerámica lisa. Nun posterior apartado, ande se emprenderá a análise das denominadas formas parciais (bordos e fondos), serán analizados estoutros aspectos do grupo cerámico, se ben somos conscientes de que quedarán moitos máis temas sen tratar. - Estudio tipolóxico: a habitual clasificación de cuncas, cazolas e vasos para os campaniformes é prácticamente imposible de realizar neste caso. Aquí o problema da fragmentación é moito malS acusado debido a que estes recipientes soen ser, xeralmente, de pequeno tamaño 12 . Sen embargo parece haber unha presencia maioritaria de vasos, aínda que non descartamos a existencia de restos que puideran pertencer a algunha cazola (hai fragmentos que posúen carenas moi acusadas: números de rexistro 683.12; 685.14 -lámina 9) e a algunha cunca. - Estudio tecnolóxico: en canto á calidade e tratamento das pastas obsérvase un lixeiro cambio cualitativo, senda estas bastante máis homoxéneas e compactas que nas lisas (igual que sucede con paralelos observados noutros xacementos). O tratamento das superficies, como na cerámica sen decorar, é bastante variado, se ben hai unha maior preocupación polos afinados das mesmas (incluso hai algunha peza brunida); outras amasan superficies máis rugosas, pero tal vez como consecuencia dun deterioro postdeposicional. Tampouco se observa un cambio significativo na composición dos desgraxantes (continúa o predomino do cuarzo, esquisto e mica); aínda que no tamaño dos mesmos o fino-medio pasa a ser o maioritario.

11 Como se poderá comprobar ó langa da lectura do texto, a maior parte do mesmo é eminentemente descritiva. Por elo non se entrará a fondo na complicada (e apaixonante) problemática que, dende fai anos, ten a investigación arqueolóxica con respecto Ó fenómeno campaniforme: os diversos aspectos tipolóxicos, decorativos, cronolóxicos, relacións megalitismocampaniforme, etc. non serán obviados pero si analizados de forma bastante sucinta. 12 Máis do 52% dos fragmentos con decoración non superan os 25 mm de lonxitude máxima e case o 32% non acada nin os 20 mm.

A cor (tonalidade) que predomina de forma abrumadora é a alaranxada, coas súas diferentes variedades, e os tonos avermellados (habituais neste tipo de recipientes); aínda que polo menos hai un caso de cor gris escura-negra. En canto a análise sobre a cocción serven as mesmas aclaracións que as realizadas para a cerámica lisa. U nha observación máis en detalle dos aspectos técnicos mencionados, permitiu identificar alomenos oito fragmentos cerámicos (moi probablemente haxa máis) que sen posuir restos de decoración campaniforme, foron clasificados dentro deste tipo por teren similares características de factura. Trátase de fragmentos de moi pequeno tamaño, sen dúbida pertencentes a partes do recipiente que ás veces quedan sen decorar, tales como carenas (moi acusadas), fondos, etc. (por exemplo os n° de rexistro 303.6, 686.16 ou 757.38). - Decoración. É evidente que a denominación de cerámica campaniforme, en principio puramente tipolóxica ou formal, pasou ca tempo a definir un grupo de recipientes cunhas caractenstlcas decorativas moi concretas. Dentro do conxunto que estamos a tratar a técnica decorativa predominante é, con diferencia, a do puntillado mediante a utilización dun instrumento dentado (un peite o unha estampilla) e, ás veces, a base de incisións "individuais" cun punzón (números 681.1, 755.47) que neste caso soen deixar improntas de forma rectangular. Aínda que en menor medida, tamén temas exemplos de incisión corrida (n° 687.111757.2). Os motivos decorativos son múltiples e variados, se ben a maior porcentaxe téñenna as diferentes combinacións de liñas puntilladas; sen nos esquecer das liñas ou rectángulos incisos, os ziguezagues puntillados (p.e. o n° 396.4) ou incisos formando re ti culadas (n° 756.28), etc. A disposición xeral destes motivos é básicamente horizontal, en bandas, ocupando a ornamentación a maior parte da superficie do recipiente (algúns fragmentos presentan un verdadeiro "horror vacui": n° 687.20, 754.1) aínda que outras veces altérnanse zonas decoradas con zonas lisas (n° 683.12).


Intervención arqueolóxica de urxencia no xacemento de Entrepiñeiro (M os} Pontevedra)

En canto aos tipos decorativos 13 hai un predominio absoluto do Internacional, tal e como é habitual en Galicia, tanto nas súas variedades clásica (p.e. o n° de rexistro 683.5), lineal (tamén de maneira maioritaria; n° 683.8,755.7, etc.) ou mixta 14 (n° 754.1). Dentro do grupo dos denominados Puntillados Xeométricos pódese incluir algún fragmento como o número 756.45/46/50. Máis problemas orixina o falar de campaniformes incisos como tipo decorativo, aínda que como xa se indica máis arriba si ternos constatado o emprego desa técnica na realización dalgúns motivos ornamentais. U n aspecto importante a destacar é a presencia de pasta branca de recheo na decoración de tres dos fragmentos campaniformes rexistrados: n° 303.5, 754.32 e 757.35. Xa foi abordado nalgún caso a orixe non humana desta pasta branca, confirmándose posteriormente como precipitacións minerais postdeposicionais de orixe natural (in BLASCO, Ma.c. coord., et al.; 1994). Non afirmamos con elo que nos tres casos que nos incumben se dea a mesma situación (para elo sería necesario realizar análises de microscopía electrónica, etc.; ademais, as condicións xeolóxicas e edafolóxicas son completamente diferentes ó caso madrileño tratado na publicación citada), pero si queremos expoñer un problema que ata o momento non parece que fora emprendido de forma contundente polos investigadores galegos. 3.- Formas parciais. A análise do que denominamos formas parciais consiste no estudio máis específico dunhas partes moi concretas (en especial bordos e bases) dos recipientes cerámicos. Trátase dun examen eminentemente descritivo e, por outra banda, habitual en casi tódalas taxonomías tipolóxicas cerámicas. 13 Eleximos esta denominación en vez da de estilo xa que para elaborar esta pequena clasificación coincidimos con de la FUENTE en que lino se puede determinar la manera personal de hacer del alfarero en cada pieza, de tal modo que se pueda llegar a la identificación de autores o grupos" (in FABREGAS R. y de la FUENTE F; 1988). Ademais, ó non poder contar con reconstruccións, non só formais senón tamén da estructura ornamental dos recipientes, baseámonos sobre todo nos motivos decorativos (evidentemente aillados) para establecer esa diferenciación de tipos. 14 Así consideramos á combinación das dúas variedades anteriores, que tal e como apuntan CRIADO e VAZQUEZ; 1982 (p. 62) semellan estar íntimamente asociadas en Galicia.

111

- Bordos. En total foron clasificados 30 fragmentos baixo este epígrafe. 19 deles posúen algunha decoración: cordóns aplicados (en 5 pezas, como por exemplo a n° 751.6); incisións (n° 140.1); puntillado (n° 752.37) (láminas 3-4-5). Cada bordo cerámico está composto polo labio e a unión ó colo (LLANOS, A. YVEGAS, 1.; 1974), aínda que para este traballo fundamentamos a clasificación, sobre todo, na descrición do primeiro elemento citado. Deste estudio xeral destacamos o predominio dos labios apuntados e/ou redondeados convexos con 17 exemplares, dos cales nove corresponden a cerámicas campaniformes (por exemplo os n° 751.10/17 e 980.3); de feito só hai dous bordos máis con ornamentación campaniforme, pero encadrables dentro do grupo dos labios planos (n° 685.20 e 686.32). É precisamente este conxunto dos labios planos (coas súas diferentes subvariantes: presencia dun pequeno reborde exterior ou interior, decorado ou non, etc.) o que segue en número aos anteriores, con 12 pezas. Finalmente, ternos un caso de labio oblicuo, que posúe un lixeirísimo reborde cara a superficie exterior da vasilla (n° 687.21). - Bases. N este sub-apartado foron clasificados 18 fragmentos, 5 dos cales atópanse decorados. Destes últimos, todos corresponden a recipientes campaniformes (lámina 10). Dentro da tipoloxía de bases identificadas predomina, con catorce exemplos, a dos fondos planos (o n° 303.4, aínda que dubidoso, cremas que tamén pode ser encadrado neste grupo). O número de fondos convexos (bastante suavizados, prácticamente pódense considerar planos) é de catro, dos que tres pertencen a cerámicas con decoración campaniforme (por exemplo o n° 752.17). Como sinalabamos ao inicio deste mesmo punto, realmente todos os fondos con ornamentación (cinco casos) poden ser clasificados dentro dese tipo decorativo: en tódalas ocasións hai un predomino das liñas puntilladas horizontais e paralelas formando bandas.

Líticos. Durante a intervención rexistráronse só nove pezas de natureza lítica. A materia prima utilizada (sobre todo cuarzo e cuarcita) é posible atopala no entorno inmediato ó xacemento arqueolóxico.


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SANTIAGO

V AZQUEZ COLLAZO

, 752. 32

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Intervenci贸n arqueol贸xica de urxencia no xacemento de Entrepi帽eiro (Mos, Pontevedra)

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L谩mina 8

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SANTIAGO

V ร ZQUEZ COLLAZO

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756 .18

6CM


Intervenci贸n arqueol贸xica de urxencia no xacemento de Entrepi帽eiro (M os, Pontevedra)

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303.4

686.20

751.11

752.10

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753 .18

753.20

756.52

755.21

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L谩mina 10

752.16

6 CM

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SANTIAGO

V AZQUEZ COLLAZO

Hai que salientar a presencia de dous cantos rodados de cuarcita, un deles fragmentado (n° de rexistro 683.1 e 683.3), que evidentemente deberon ser trasladados ata o lugar elevado que ocupa o xacemento dende outra zona máis cercana a un val ou terraza fluvial. O resto de pezas líticas está composto por seis lascas, algunha das cales é probable que posúa algún tipo de retoque ou muesca intencionada (n° 753.1); destas, dúas son de cuarcita (n° 682.1 e 754.1) e catro en cuarzo bastante cristalino. Finalmente, casi a modo de mostreo, foi recollido un fragmento de pedra de cor verde (n° 756.1). Se ben non parece ofrecer indicios de ter sido traballada, o material base semella corresponder a unha anfibolita 15, materia prima utilizada en épocas prehistóricas para a elaboración de útiles pulimentados como machados, aixolas, etc. Aínda que máis arriba mencionabamos algunhas informacións que nos falaban sobre a probable presencia na zona doutro tipo de útiles líticos (encontrados durante as labouras agrícolas) máis reconocibles culturalmente e máis fácilmente adscribibles á época prehistórica á que se supón pertence o xacemento, nesta intervenclOn arqueolóxica non foron rexistradas outras pezas que as descritas neste apartado do texto. ESTRATIGRAFÍA

A potencia estratigráfica do terreo non é moi grande, oscilando, segundo a zona, entre os 35 e 45 cm dende o nivel superficial ata o de alteración da rocha base. En xeral trátase dun esquema estratigráfico moi simple (fotografía 6): un nivel superficial, na súa inmensa maior parte revolto, ao que seguía un primeiro e único nivel arqueolóxico, para rematar con outro estrato inferior formado pola meteorización da rocha base (xabre). Debemos significar que se ben as alteracións do terreo antes descritas foron moi negativas de cara ós resultados da intervención, houbo un aspecto 15 Hai que sinalar que xeolóxicamente estamos nunha zona de transición entre os terreas precámbricos, con serpentinas e anfibolitas, e as rachas ácidas de gneis graníticos blastomiloníticos (PEÑA SANTOS, A. de la; 1985-86, p. 7).

destas que puido ser aproveitado de forma positiva: trátase das zanxas feitas para as bases de cimentación da casa, que ofreceron a posibilidade de observar a potencia e a estructura estratigráfica do terreo (alomenos na sondaxe n° 4) antes de comezar a escavación (fotografía 2). É precisamente alí onde se levou a cabo un mellor e máis completo rexistro desa estructura estratigráfica, composta de tres niveis: O. Nivel superficial. Conformado por outros tres estratos diferenciados. 0.1. Recheo-revolto. Nivel recente, de xénese artificial, duns 10 cm que só cubría unha parte do terreo da finca, xa que noutras zonas non aparece. A terra que o conformaba, de cor amarelenta e apariencia II p lástica ll é producto da mestura dos outros estratos; procede da terra das zanxas escavadas para a cimentación do edificio, de aí que apareza algún material cerámico (totalmente descontextualizado) . 0.2. Capa vexetal. De a penas 2 cm de grosor, aparece soterrada baixo o recheo anterior (noutras zonas da finca supón, lóxicamente, a primeira capa estratigráfica). Non se rexistran materiais arqueográficos . 0.3. Terra marrón. Formada pola descomposición natural que sufre a capa vexetal anterior; duns 5 cm de potencia, aínda que noutras zonas casi chega ós 10 cm. De novo comezan a aparecer algúns materiais arqueográficos. 1. Nivel arqueolóxico. Composto por unha terra bastante compactada e cunha potencia variable de 10-12 cm; ofrece unha coloración marrón moi escura, casi negra. Neste nivel foron rexistrados a inmensa maioría dos materiais e tódalas posibles estructuras. 2. Nivel de alteración natural da rocha base (transición ó xabre). De cor amarelenta e unha potencia bastante variable segundo a zona (de O a 15 cm). Neste nivel ternos abundancia de pequenos seixos que moitas veces 11 separan 11 e diferencian claramente este estrato do anterior (n° 1), se ben na zona de concentración de pizarras xa descritas (sondaxe n° 4), estas sitúanse directamente sobre o xabre. Non se rexistrou material arqueolóxico.


Intervención arqtteolóxica de ttrxencia no xacemento de Entrepiñeiro (Mos, Pontevedra)

117

Foto 6

Conclusións Aínda que neste texto, a modo de resume da escavación realizada, se fai mención máis ós elementos descritivos e técnicos da mesma que ós puramente interpretativos debido, entre outras cousas, ás condicións da propia intervención (antes expostos) e á falla de datos máis concretos (igualmente amosados), non esquivaremos neste último capítulo unha certa dose de responsabilidade ó abordar, alomenos, algunhas hipóteses de traballo que poden servir para futuras intervencións de características semellantes. Tamén consideramos que o máis importante deste traballo arqueolóxico sigue sendo o feito, en si mesmo, de telo realizado no espacio en que se levou a cabo, máis alá dos datos concretos obtidos e sen restarlle a importancia que eses datos merecen (máis abaixo incidiremos neste mesmo asunto).

TIPOLOXÍA DO XACEMENTO

Vistos os resultados da intervención en canto ó rexistro (sobre todo de materiais arqueolóxicos) e como consecuencia deses mesmos resultados, é evidente que, das tres opcións expostas, podemos desvotar a primeira delas ("0S restos rexistrados poderían proceder de arrastres dos túmulos do entorno, producto das alteracións sufridas por estes"), dado que: 1.- Consideramos que o número de fragmentos cerámicos localizados é demasiado elevado, tendo en canta o pequeno espacio aberto (41 m 2 ), como para que a súa procedencia sexa algo fortuito ou producto das remocións sufridas polos túmulos (incluso pensando na posibilidade de que algún fora totalmente arrasado). 2.- Realizáronse oito sondaxes de diferente tamaño por toda a finca intentando abarcar a maior extensión posible, e en todos, excepto na n° 8


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SANTIAGO

V AZQUEZ COLLAZO

de só 1 m 2 , aparecen restos arqueolóxicos en maior o menor cantidade. Ademais, a zona con máis concentración de pezas (sondaxe n° 4: en 16 m 2 abertos algo máis de 400) é amáis alonxada dos túmulos máis alterados: os posiblemente destruídos e o n° 8 (cortado por unha pista); pola contra é a cata máis próxima á tumba n° 6, a menos alterada. 3.- Finalmente, ternos que se rexistran materiais arqueolóxicos en toda a potencia estratigráfica do terreo (ata as zonas de meteorización natural da rocha): entre 30 e 40 cm. En canto ás outras dúas opcións mencionadas anteriormente, é evidente que non se pode confirmar ningunha delas por medio dos datos obtidos. Non obstante, en canto ás estructuras localizadas, parece claro que aínda que se trate de elementos de dificil non dicir impodefinición (por sible, debido ó grao de alteración existente en toda a zona de escavación), a súa orixe semella totalmente antrópica. É moi posible que os restos teñan relación con aspectos funerarios, pero tampouco puidemos rexistrar ningunha evidencia que avale de forma sólida esta posibilidade. Aínda así non se debe descartar a existencia de deposicións de carácter funerario e/ou ¿ritual? 16, imposibles de rexistrar debido a alteración sufrida polo terreo, ocupando o mesmo espacio que outros enterramentos de probable construcción anterior (os propios túmulos), xa que tamén somos da opinión de que a introducción do campaniforme en Galicia non supuxo unha ruptura coa tradición megalítica anterior. Existen, sen embargo, exemplos sobrados por todo o continente europeo (incluída, por suposto, a Península Ibérica), que confirman a utilización dos espacios funerarios adxacentes ós túmulos para prácticas tan diversas como as eminentemente funerarias (fosas de deposición), rituais (de complicada definición) ou incluso habitacionais (previas ou posteriores á construcción das tumbas). 16 A cursiva e os signos de interrogación veñen dados porque nos "rechina" o uso e abuso que deste termo (a modo de caixón de sastre) tense feito na investigación arqueolóxica, ca fin de englobar un ha serie de actividades e/ou evidencias arqueolóxicas que non poden ser interpretadas polos propios investigadores. Como nós tampoueo famas quen de determinar con máis precisión esas supostas actividades ou interpretar esas confusas evidencias arqueolóxicas, empregamos, non sen cerro pesar, ese mesmo vocablo.

Algúns destes casos corresponden a xacementos de gran prest!xlO arqueolóxico: Newgrange (O'KELLY, M.].; 1989, p. 72) ou Knowth (EOGAN, G.; 1986) en Irlanda; outros na Península de Jutlandia (LICHARDUS, J. et al; 1987, p.283); Alemania Central ou as illas escocesas de Orkney (WHITTLE, A.; 1988). Na Península Ibérica ternos, entre outros, o caso significativo do xacemento campaniforme de Aldeagordillo en Avila (FABIAN GARCIA, ].F.; 1994), ou xacementos da área de Madrid con campaniformes Ciempozuelos (VV.AA-edic. de BLASCO, Ma.c.; 1994). Moito máis cercano, en Galicia, no entorno do túmulo n° 5 do Alto de Cotogrande ou Coto Lousado (formando parte do mesmo sistema xeográfico que San Colmado) parece terse rexitrado unha posible cabana pegada á mámoa, aínda que todavía sen definir cronolóxica e culturalmente (ABAD GALLEGO,

J.C.; 1992-93). Todos os datos expostos ata o momento serven para considerar que o máis relevante da intervención non só se encontra en solucionar iste (tipoloxía do xacemento) e outros aspectos importantes da investigación, senón en confirmar arqueolóxicamente o feito de que máis alá dos límites marcados pola arquitectura visible dos túmulos, e no espacio adxacente ós mesmos, foron realizadas diferentes actividades por xentes anteriores, contemporáneas ou inmediatamente posteriores ós constructores deses monumentos. É evidente que a construcción dunha mámoa tivo que supoñer a alteración do espacio e o entorno físico no que esta se levantou (e non só do que ocupa a arquitectura visible da tumba, senón tamén do terreo máis inmediato: deforestación da zona, etc.). Por outra banda, a elevada presencia de restos campaniformes no espacio inmediato ó conxunto tumular de As Pereiras pode ser unha das novas vías polas que dirixir a investigación en Galicia cara a outro encontro con este tipo cerámico que non sexa a mera (aínda que necesaria) descrición tipolóxica. CAMPANIFORME

Continuando coa cerámica campaniforme e analizando as relacións existentes entre esta e o


Intervención arqueolóxica de urxencia no xacemento de Entrepiñeiro (Mos, Pontevedra)

megalitismo, hai que sinalar que durante a intervención realizada na adxacente mámoa de As Pereiras (PEÑA, A. de la; 1985-86 - túmulo n° 8 do conxunto) non foi recuperado ningún fragmento cerámico encadrable nesa tipoloxía. A pesar de tratarse só dunha intervención de limpeza e non dunha escavación (coa consecuente merma na obtención de información e no rexistro de materiais), este dato pode resultar interesante se ternos en conta que, apenas 50 metros ao norte, foron rexistrados toda esa gran cantidade de fragmentos campaniformes antes citados. Diversos estudios demostran que no NW peninsular este tipo de cerámica aparece sobre todo en sepulcros de cámara con corredor desenvolvido, pero tamén en cistas e túmulos sen cámara (FUENTE ANDRÉS, E de la; 1988, p. 142). Tendo en conta este último dato, sería de gran interese poder saber que tipo de arquitecturas se encontran baixo os túmulos do conxunto de San Colmado-As Pereiras. EMPRAZAMENTO

Algúns dos estudios realizados en Galicia (por exemplo na área Bocelo-Furelos, A Coruña) sobre a situación topográfica dos lugares de habitación con cerámicas campaniformes, falan dun patrón de emprazamiento en lugares elevados, pero en áreas máis cercanas aos vales interiores (en comparación cos asentamentos do momento anterior megalítico; GONZÁLEZ MÉNDEZ, M.; 1991), e posteriormente nestes mesmos vales de forma periférica en torno Ó seu elxe (MÉNDEZ FERNÁNDEZ, E; 1991). Se ben consideramos que estas características topográficas non se cumpren no xacemento de Entrepiñeiro, debemos incidir de novo que noutros destacados sitios arqueolóxicos da Península e sobre todo europeos, rexístranse asentamentos campaniformes no entorno inmediato a túmulos funerarios: por exemplo nas tumbas irlandesas de Knowth, Newgrange ou Monknewtown, nas que se constata a utilización do espacio adxacente ás mesmas como lugar de habitación por xentes que portaban esta clase de recipientes (WHITTLE, A.; 1988, p. 170); ou

119

tumbas da provincia de Madrid (en xacementos como o de Arenero Soto, con cerámica Ciempozuelos), onde é probable que os enterramentos se atoparan dentro do propio espacio doméstico (VVAA-edic. de BLASCO, Ma.c.; 1994, p. 94). Aínda que hai referencias en territorio galego doutros xacementos tumulares con restos habitacionais ou similares no seu entorno inmediato, como as xa citadas mámoas 1 e 5 de Cotogrande (ABAD GALLEGO, J.C.; 1992-93) ou a mámoa 28 da Cruz do Bocelo (CRIADO BOADO, E Y VAQUERO LASTRES, X.; 1991), estes coinciden con asentamentos cultural e temporalmente indeterminados ou de épocas cronolóxicamente moi diferentes ó momento de utilización da cerámica campaniforme. Somos conscientes de que hai que tomar con certa cautela estas informacións e paralelos (sobre todo os procedentes de sitios europeos), pero tampouco pretendemos aplicalas de forma directa ao caso que nos ocupa. Sen embargo, considerámolas bastante válidas como punto de partida e como unha axuda para establecer certas hipóteses de traballo. CRONOLOXÍA

En canto á cuestión cronolóxica, a datación absoluta obtida por medio da análise feita a través do método do Carbono-14, non axuda ao establecemento dunha cronoloxía real, nin siquera aproximada, para o xacemento. Os resultados son os seguintes: - Idade Carbono-14 Convencional: 484 +- 29 anos BP. - Idade Carbono-14 Calibrada (2 sigma): cal AD 1410-1450 17. A pesar desta circunstancia negativa, que non fai senón confirmar unha vez máis o estado de remoción e alteración no que se atopaba a zona de intervención, a presencia do material cerámico,

17 Curva de calibración: Stuiver, M. and Pearson, G.W.; 1993, Radiocarbon, 35, 1-23.


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SANTIAGO

V ÁZQUEZ COLLAZO

sobre todo campaniforme, serve de gran axuda, alomenos para barallar uns certos eixes temporais relativos. A maior parte dos estudios que se fixeron en Galicia sobre a cerámica campaniforme, falan dun marco cronolóxico e temporal para ela que abarca dende o Calcolítico medio-final (megalitismo tardío) ata a Idade do Bronce iniciaP8. Tal e como foi sinalado no anterior estudio do material cerámico, se se teñen en conta os diferentes tipos decorativos campaniformes, ternos que durante a intervención rexistráronse fragmentos cerámicos cunha ornamentación moi variada. A maior parte des tes pódense encadrar nos denominados Internacionais ou Marítimos (en torno ao 72% do total de campaniformes), nas súas variedades clásica, lineal e mixta, con claro predominio da segunda (65%)19; tamén hai puntillados xeométricos (en torno o 3.7 % del total); e incluso incisos (senón como tipo, alomenos hai presencia desta técnica decorativa imitando motivos campaniformes: tamén en torno ao 3.7 % do conxunto). O primeiro grupo, o Internacional coas súas tres variedades, está considerado como o que primeiro aparece en Galicia, en contextos megalíticos tardíos, e polo tanto sería o máis antigo (hacia o 2.000 a.C., en datas sen calibrar; Calcolítico mediofinal); a continuación aparecerían o chamado puntillado xeométrico e algo máis tarde o inciso (hacia o 2.000-1.800 a.C.). Non obstante está constatado nalgúns xacementos, e un exemplo supono este de Entrepiñeiro, que todos estes tipos poden chegar a convivir nos mesmos contextos arqueolóxicos. En canto aos modelos cerámicos lisos vinculados ao fenómeno tumular, os de formas rectas semellan encadrables na fase final de 18 Pódense consultar, entre outras, as publicacións xa clásicas de CRIADO BOADO, F. e VAZQUEZ VARELA, ].M.; 1982, e FUENTE ANDRES, F. de la; 1988. Desta bibliografía entresacamos gran parte da información que a continuación se referencia. 19 Se ben deste total xeral o 21.6% corresponde a fragmentos de Variedade Lineal "comprobada", o 43.4% restante (que completa o 65% mencionado no texto) pertence a pezas con presencia de liñas puntilladas, normalmente formando bandas, que nos fan pensar en que se trate de recipientes co tipo de decoración tratado.

utilización das tumbas megalíticas, incluso como deposicións secundarias en sepulcros xa clausurados i en contextos moi similares ás formas cóncavoconvexas lisas: Calcolítico final-Bronce inicial, perdurando toda a Idade do Bronce (primeira metade do segundo milenio). As outras formas, como as globulares ou hemiesféricas, teñen unha cronoloxía moi ampla dende os comezos do fenómeno tumular (ademais, aparecen en todo tipo de sepulcros megalíticos). Toda esta información, que implica unha indefinición cronolóxica constatada a través dos materiais arqueolóxicos, podería ser interpretada como a evidencia dunha utilización prolongada no tempo do mesmo espacio. Sen embargo, a causa da forte alteración producida polas múltiples remocións do terreo nunha zona con moi pouca potencia estratigráfica, non se pode constatar unha secuencia cronolóxico-cultural concreta, Ó rexistrarse unha gran mistura entre os materiais arqueolóxicos recuperados. Tal vez o predominio da cerámica campaniforme de variedade lineal pode levarnos a avanzar, evidentemente con moitísima cautela, unha cronoloxía relativa en torno ó Calcolítico final (aprox. 2.000-1.800 a.C.) como término na utilización dese espacio por grupos prehistóricos. Outra data, esta vez para establecer a primeira ocupación do lugar, probablemente poida vir determinada pola propia construcción dos túmulos, aínda que esa cuestión sáese por completo dos límites marcados neste traballo. REFLEXIÓN

A través de todo o exposto ata este momento e como conclusión primordial, non se pretende outra cosa que avalar a urxente necesidade de replantexar estes aspectos da investigación sobre o fenómeno tumular no Noroeste peninsular, e definir unha área maior que os límites marcados pola arquitectura visible da tumba, isto é: o seu entorno inmediato, como parte dun mesmo xacemento arqueolóxico. Este é o motivo polo cal a importancia, tanto do achado como da intervención realizada, radica en dúas circunstancias moi concretas:


Intervención arqueolóxica de urxencia no xacemento de Entrepiñeiro (Mos, Pontevedra)

1.- Por unha banda no feito mesmo dos materiais recuperados, pois o coñecemento de xacementos con restos destas características (en especial con cerámica campaniforme) segue senda un dos maiores vacíos da investigación prehistórica no NW da Península Ibérica. 2.- Pero sobre todo por tratarse dun dos pouquísimos casos destas caractenstlcas en territorio galego (unha zona tan concreta e especial dentro dun conxunto tumular), no que se puido levar a cabo unha escavación arqueolóxica. Xeralmente, por motivos de diversa índole (e normalmente alleos ó puramente arqueolóxico, como son os presupostarios, falla de tempo, etc.), non é posible "acceder" ó espacio que rebasa os límites marcados polo propio túmulo. Cremas que a información recabada nesta intervención permite confirmar que toda esta área tumular de As Pereiras (e por extensión outros conxuntos tumulares), constitúe un único sitio arqueolóxico, e probablemente non só funerario. Así debe ser considerado, para que o estudio do fenómeno tumular abarque máis alá da propia tumba, ós seus espacios adxacentes ande se obtería unha peculiar, polo novedosa, e útil, polo valiosa, información. De todo elo derívanse unha serie de cuestións a resolver de aquí en adiante por parte dos investigadores. De entre estas destacan: - que tipo de actividades e, consecuentemente, de estructuras derivadas das mesmas, foron realizadas dentro destas áreas; é evidente que a construcción dos túmulos orixinou unha serie de accións e ocupaciós (por exemplo lugares de habitación temporais namentres era levantada a tumba, etc.) que tivieron que deixar numerosos restos e pegadas de alteración no terreo circundante; - definir os límites físicos (espaciais) nos que tiveron lugar esas actividades; - averiguar se existiu unha continuidade na utilización dese entorno como un lugar exclusivamente funerario, ou se polo contrario producíuse algún traca no uso que se fixo do mesmo; e - se houbese ocaSlOn para elo, establecer a secuencia cronolóxica des a utilización con independencia do carácter que esta teña.

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Evidentemente son preguntas imposibles de responder tras unha escavaClon como a que acabamos de presentar, e na que ademais había outros obxectivos de partida. Sen embargo, agardamos que sirva para abrir unha nova vía na investigación da Prehistoria recente do NW. Para elo faise ineludible emprender novas proxectos que abarquen con máis intensidade, máis tempo e outro planeamento, o realizado nesta intervención de urxenCla.

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BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 123-139

SONDAXES ARQUEOLÓXICAS NOS XACEMENTOS DE A TOUZA (SANDIÁS - OURENSE) E AS MOREIRAS (ALLARIZ - OURENSE)

SANTIAGO

V AZQUEZ COLLAZO

Rúa da Torre,

44 - 10

15002 A CORUÑA

Resumen: Nesta breve comunicación damos a coñecer un antICIpo dos resultados acadados durante a realización de dúas intervencións de urxencia, durante o verán do ano 1996, en sendos xacementos arqueolóxicos afectados poia construcción da Aurovía das Rías Baixas na provincia de Ourense. Se ben nen dende o punto de vista tipolóxico nen cronolóxico semellan ser xacementos moi similares, as circunstancias e as características técnicas da intervención fan que as consideramos nun único texto (aínda que de xeito individualizado).

Abstract: Archaeological Surveys at the Sites olA Touza (Sandiás-Ourense) and As Moreiras (Allaríz-Ourense). This short paper presents a preview of the results of two emergency archaeological interventions during the summer of 1996 at two archaelogical sites affected by the construction of the Motorway, "Autovía das Rías Baixas" in the province of Ourense. Although the two sites bear very little similarity from either a typological or chronological point of view, the circumstances and technical characteristics of the intervention justify their inclusion in a single text, dealt with on an individual basis.

As dúas intervencións arqueolóxicas que irnos tratar Ó longo deste texto teñen a súa orixe nun mesmo factor, a afección que ían sufrir como consecuencia da construcción da Autovía das Rías Baixas, e ámbalas dúas foron realizadas cun planeamento e metodoloxía moi similares. Por outra banda o feíto de que sexan comentadas dun xeito tan breve (sobre todo a segunda delas), ven dado porque todavía o estudio e o grao de investigación á que están sometidas non vai todo o avanzado que sería desexable, a pesares do tempo pasado dende a realización da escavación (meses de xuño-agosto de 1996). Por esta mesma circunstancia farase unha exposición meramente arqueográfica e descrítiva, pasando moi por enriba doutros aspectos máis arqueolóxicos (e que deberan afectar á interpretación dos resultados acadados). Un terceiro elemento a destacar nesta introducción é o carácter de urxencia que tiveron as intervencións realizadas, con toda a problemática que este xeito de traballar implica: premura de tempo, actuación sobre unha parte das áreas arqueolóxicamente fértiles, etc. Como é

obvio esta circunstancia soe repercurtir de xeito negativo na obtención de resultados significativos e, en certo modo, na interpretación que deses resultados se poida facer. SONDAXES ARQUEOLÓXICAS NO XACEMENTO DE

A TOUZA (SANDIÁS - OURENSE). Autovía das Rías Baixas; Treito Vilavella-San Cibrao das Viñas; Subtreito Estivadas-Alto de Allariz. Entidade promotora: Rías Bajas U.T.E. 1 Entidade contratista: Tomos Conservación Restauración S.L. Localización: Concello de Sandiás (Ourense). P.K. 203 +080/203 +400 do Subtreito EstivadasAlto de Allariz; Treito Vilavella-San Cibrao das Viñas (Autoestrada das Rías Baixas). Datas de realización: 12-06-96/12-07-96.

Queremos agradecer ó persoal da U.T.E. RIAS BAIXAS e ó seu Xefe de Obra, D. Ignacio SEGURA SURIÑACH, as facilidades prestadas para a correcta realización dos traballos.


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Contexto CONTEXTO XEOGRÁFICO (lámina 1) A zona de intervención, coñecida polos seus habitantes co topónimo de A Touza, sitúase preto do lugar de Piñeira de Arcos (freguesía de San Xoán; Concello de Sandiás; Comarca da Limia-Alta Limia; Provincia de Ourense). As coordenadas xeográficas do xacemento son 42° 08' 29 11 de latitude N e 44 1 23" de lonxitude W; sendo as U.T.M. X: 603.840 e Y: 4.666.140. (Folla 264-12; Consellería de Ordenación do Territorio-Xunta de Galicia, 1980; escala 1:10.000). O xacemento emprázase nunha zona totalmente chan dentro da extensa chaira polo que discorre o río da Lagoa de Antela e preto da antiga extensión de auga (agora desecada) que leva ese mesmo nome. Sen embargo a altitude absoluta é bastante elevada, en torno ós 570 metros sobre o nivel do mar.

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ANTECEDENTES No transcurso da prospecclOn realizada nos terreos afectados polo trazado da Autoestrada das Rías Baixas no ano 1993 2 , foron atopados numerosos materiais arqueolóxicos consistentes en fragmentos cerámicos (decorados e lisos) que parecían indicar a presencia dun xacemento, probablemente de carácter habitacional, encadrable cronolóxicamente en momentos Calcolíticos ou do Bronce Inicial. Aínda que durante esta primeira fase de prospección os indicios arqueolóxicos non foron descubertos no tronco (trazado real) da autoestrada, si foron rexistrados restos apenas a medio metro da mesma. Con posterioridade, nunha segunda fase de control de obra, o equipo de seguimento arqueolóxic0 3 localizou na zona central do trazado un número considerable de fragmentos cerámicos Traballos realizados polos arqueólogos Yolanda ÁLVAREZ e Luís F. LÓPEZ (TERRA ARQUEOS). 3 Formado polos arqueólogos Santiago FERRER SIERRA e Francisco HERVES RAIGOSO da empresa GROMA S.e., ós que tamén queremos agredecer a axuda facilitada durante a intervención. 2

(fotografía 4) e algún material lítico (entre o que destaca a presencia de varias puntas de frecha de cuarzo cristalino e sílex fotografía 5). Evidentemente, a decapaxe do manto vexetal facilitou esa localización de novos restos e consecuentemente a ampliación cara o tronco da autovía do terreo a considerar como "xacemento ll • Finalmente, ademais destes antecedentes tan cercanos no tempo ó que foi o desenvolvemento da intervención, tampouco debemos esquecer que a zona xa foi obxecto de artigos publicados nos anos cincuenta, nos que se sinala a presencia de abundantes restos arqueolóxicos (CONDEVALVÍS, E; LÓPEZ CUEVILLAS, E).

Obxectivos da intervención Tal e como quedou dito en párrafos precedentes a intervención veu motivada polas obras de construcción da Autovía das Rías Baixas (Treito Vilavella-San Cibrao das Viñas; Subtreito Estivadas-Alto de Allariz), co fin de intentar correxi-Io impacto que istes traballos chegan a producir sobre o patrimonio arqueolóxico. Tendo en conta as circunstancias dos achados previos e a imposibilidade de variación no trazado da autoestrada, fíxose necesaria a realización dunha intervención arqueolóxica cuio obxectivo primordial consistiría en definir as características do xacemento e avaliar patrimonialmente toda a zona cautelada, como paso previo para a liberación do tramo afectado. Aínda que pouco a pouco esta circunstancia negativa vai sendo corrixida, non debemos esquecer que en Galicia (en especial nesta zona do sur-interior ourensá) son todavía escasos os xacementos arqueolóxicos de tipoloxía similar ó aquí tratado que teñen sido estudiados ou escavados; entre outras cousas, poIa súa dificil localización. A partir de aquí a proposta elaborada e executada finalmente, consistiu na combinación de tres actividades arqueolóxicas básicas: prospección intensiva da zona cautelada, realización de sondaxes mecánicas e apertura de varias catas de sondeo de xeito manual, de cara a avaliar os posibles restos que alí poidesen aparecer.


Sondaxes arqueolรณxicas nos xacementos de A Touza (Sandiรกs - Ourense) e As Moreiras (Allariz - Ourense)

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Metodoloxía Tendo en conta a enorme superficie de terreo a sondear (320 metros lineais do trazado por 30-40 de anchura no mesmo), a metodoloxía utilizada neste traballo combinou ata tres modalidades de sondaxe arqueolóxica co fin, sobre todo, de delimitar o xacemento (lámina 1). PLANO DA INTERVENCIÓN

de aquí deseñamos un cuadriculado xeral para toda a superficie afectada poIa intervención, baseado en Unidades de Rexistro (U.R.) de 1 m 2 que, tal e como se deduce fácilmente da súa propia denominación, supoñen as unidades básicas de intervención, control gráfico e rexistro. Rexistro xeral. Dado o contexto de aparición dos restos (a maioría non relacionados con estructuras ou áreas de actividade ben definidas) o procedemento de rexistro utilizado para as pezas arqueolóxicas foi tomar a súa cota de

Prospección intensiva. Foi o primeiro labor realizado. O seu fin era intentar localizar e concretar sectores onde se dera unha especial concentración de material arqueográfico. Sondaxes mecanlcas. Cunha máquina retroescavadora foron abertas tres zanxas, noutras tantas zonas do sector cautelado, de forma transversal á liña da traza e ocupando toda a anchura da mesma. Sondaxes manuais. Centráronse nas áreas de maior concentración de restos atopados en superficie: as situadas no P.K. 203+080/140 (onde se traballou en cinco catas de sondeo _n° 1 a n° 5- e que denominaremos sector 1) e no entorno do P.K. 203 +220/240 (con dúas catas máis, n° 6 e n° 7, que denominaremos sector 2). As sondaxes manuais significaron un total de 95 metros cadrados abertos, repartidos en sete catas de

profundidade, a U.R. e o subsector4 . Para a toma das mostras analizables (terras e carbóns), seguimos o habitual sistema cartesiano de coordenadas (X - Y - Z), tomando como referencia principal as Unidades de Rexistro antes mencionadas. Rexistro gráfico. Se levaron a cabo debuxos e diversas tomas fotográficas de tódolos elementos salientables rexistrados durante a intervención, así como dos perfiles estratigráficos resultantes durante os traballos. As escalas empregadas neste rexistro gráfico foron 1:5, 1:10 e 1:20 segundo a importancia dos achados atopados.

variada extensión (entre 12 e 16 m 2 cada unha). A potencia de terra escavada tamén foi variable, oscilando entre os 35 e 55 centímetros segundo a cata. Dentro dos aspectos técnicos (máis que metodolóxicos) sinalaremos que, co fin de manter o máis limpa posible a área de escavación, procedeuse a realiza-los traballos dende un entarimado de tablas. Así pódese evitar que os mesmos participantes na escavaClOn poidan formar "pavimentos de ocupación" (debido ó pisado continuo do chan) ou alteren as débiles estructuras que se poidan atopar (fotografía 1).

Prospección intensiva. Os resultados obtidos viñeron a confirmar as informacións facilitadas polos técnicos do seguimento en canto ás dúas grandes zonas de concentración de materiais en superficie. Foi aH onde se planearon as sondaxes manuais que máis adiante describiremos. Hai que salientar a abundante presencia de restos cerámicos de época moderna atopados tamén na superficie do terreo. Sondaxes mecánicas. En ningunha das tres zanxas abertas (lámina 1), cunha lonxitude de aproximadamente 30 metros cada unha (por 1 m de anchura), se documentou algunha estructura ou circunstancia especial de orixe ou carácter arqueolóxico, e só se rexistraron dous fragmentos cerámicos moi rodados.

REXISTRO

Topografía e Planimetría. Como base de partida procedeuse ó establecemento dunha estación topográfica de referencia denominada EO. A partir

Resultados A

INTERVENCIÓN

4 Cada Unidade de Rexistro está subdividada en nove cadradas ou subsectores de 33.33 cm de lado.


Sondaxes arqueolóxicas nos xacementos de A Touza (Sandiás - Ourense) e As Moreiras (Aliará - Ourense)

A potencia de terreo escavado non foi moi elevada (entre 50-70 cm) excepto en zonas concretas da zanxa n° 2 (en torno a 1.80 m de profundidade) e da n° 3 (aproximadamente 2 metros), nas que pronto apareceron os niveis de encharcamento, cubríndose de auga as zonas baixas das gabi~s. Este mismo tipo de sondaxe con medios mecánicos realizouse ó remate da escavación manual nas catas n° 1, 5, 6 e 7 ca fin de facer un rexistro en profundidade da estructura estratigráfica do terreo Sondaxes manuais (lámina 1). Hai que salientar que a configuración xeolóxica do terreo, coa inexistencia dunha base rochosa evidente e compacta, tamén supuxo unha dificultade engadida para o posible rexistro de estructuras tales como furados de poste ou fosas (neste caso os seus negativos eran prácticamente imposibles de detectar no sustrato existente). - Sector 1: é a zona máis interesante dende o punto de vista arqueolóxico xa que nela foi rexistrada a única evidencia de estructuras do xacemento. Esto acorre en concreto nas catas número 1,2 e 3. N a cata n° 3 temas a existencia de varias manchas circulares que semellan pertencer a furados de poste (fotografía 3), pero que as circunstancias inherentes á propia "filosofía" da intervención (urxencia, limitación de tempo, etc.) impediron seguir definindo con máis precisión. Tamén, a presencia de zonas de terra compactada pode ser outro indicio a considerar (¿pavimento?). O mesmo sucede na sondaxe n° 2, na que ademais apareceron dous fragmentos cerámicos de considerable tamaño (un deles decorado) (fotografía 6) e que poderían estar relacionados con outras zonas de compactación (posible chan de ocupación). N a cata n° 1 rexistramos unha antiga zanxa colmatada ou banda conformada por terra de similares características á que nós definimos como nivel arqueolóxico (ver punto 4.2.); polo de agora, e cos datos obtidos durante a escavación é imposible interpretar esta evidencia arqueolóxica (fotografía 2). - Sector 2: correspóndese coa zona que menos información e restos arqueolóxicos ofreceu. En principio debería ser interpretada como un área

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marxinal, ou en todo caso moito máis alterada (por non dicir destruída), do xacemento. ESTRATIGRAFÍA

Aínda que en principio a estructura estratigráfica parecía relativamente sinxela, ista ofreceu unha certa complexidade cunha grande variabilidade dunhas zonas a outras (a pesares de estaren cercanas entre si). Basicamente temas: - Un nivel inicial de terra vexetal (nalgunhas zonas casi inexistente a causa dos desbroces producidos pala construcción da autoestrada), de cor marrón moi escuro. Rexistranse algunhas pezas arqueolóxicas, pero bastante rodadas. - Por debaixo segue o que nos irnos definir agora como nivel arqueolóxico, consistente nun estrato de potencia variable (15 -3 O cm), de cor grisácea, con presencia de grava-area de groso calibre (aínda que non sempre), e pequenas manchiñas de cor alaranxada (aparentemente como consecuencia de oxidacións por precipitación no terreo). É aquí ande se rexistra a inmensa maioría do material arqueográfico (en xeral pouco rodado). - A partires de aquí os estratos varían segundo as zonas: niveis de gravas, niveis de terras moi compactadas, niveis de limos, etc. Hai que destacar a case total ausencia de pedras de medio ou gran tamaño en calquera dos niveis rexistrados.

Os

MATERIAIS

O número total de pezas arqueolóxicas rescatadas durante a escavación foi bastante elevado (en torno ás 525), sobre todo se temas en canta os metros cadrados sondeados e a potencia estratigráfica do nivel arqueolóxico. - Os fragmentos cerámicos son a variedade de restos máis numerosa: 511 fragmentos, ós que hai que engadir os recollidos en superficie (todavía sen cuantificar de forma precisa pero que non deben variar en número cos da escavación propiamente dita). En canto á valoración provisional deste conxunto cerámic0 5

o

hai

que

comenzar

dicindo

que

trabaBa de clasificación do material cerámico está senda realizado pala Dra. Beatriz COMENDADOR REY, a quen agradecemos este pequeno avance de resultados do seu estudio.


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Fotografía 1

Fotografía 2

SANTIAGO V AZQUEZ COLLAZO


Sondaxes arqueolóxicas nos xacementos de A Touza (Sandiás - Ourense) e As Moreiras (Allariz - Ourense)

Fotografía 3

Fotografía 4

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Fotografía 5

Fotografía 6

SANTIAGO

V AZQUEZ COLLAZO


Sondaxes arqueolóxicas nos xacementos de A Touza (Sandiás - Ourense) e As Moreiras (Allariz - Ourense)

presentan un elevado estado de fragmentación, así como o efecto de fenómenos postdeposicionais especialmente asociados a auga e a oxidación (probablemente orixinadas polas sucesivas inundacións ás que se ve sometida toda esta zona), que alteran a superficie dos fragmentos e dificultan o estudio dos mesmos. Tras unha primeira revisión pódese sinalar, en canto a formas, que predominan os bordos rectos e adelgazados, coñecéndose alomenos unha vasillla de perfil globular, aínda que tamén é singular a presencia dun fragmento cunha marcada carena. Semella haber un claro predominio de recipientes de pequeño tamaño. En canto ás decoracións, no conxunto están presentes vanas técnicas decorativas que englobamos en dúas principais, realizadas antes da cocción da arxila: a incisión (simple e peiteada) que é a predominante, e a impresión (a peite e punzonamento) en menor cantidade. Tamén está representada a incisión peiteada formando ondas; finalmente, cabe salientar un fragmento que podería estar relacionado coa técnica de punzonamento arrastrado. Dado o estado de fragmentación do conxunto, non é doado sinalar organizacións decorativas predominando as secuencias específicas, horizontais con motivos incisos, especialmente zigue-zagues e retículas, aínda que tamén se combinan motivos impresos e incisos. Non se puido identificar nesta primeira aproximación a presencia de patróns metopados, se ben algún fragmento de bordo-colo presenta este caractenstlco esquema, delimitando un espacio baixo o bordo por liñas paralelas das que parte unha retícula. Tamén é preciso revisar cunha maior atención un anaco de bordo pertencente a unha vasilla de boca aberta e labio exvasado, que amosa varias liñas horizontais paralelas, cun recheo doutras liñas oblicuas incisas, que podería apuntar ós esquemas decorativos do Campaniforme Inciso Xeométrico. Aínda que todavía non podemos ofrecer datos moi concretos sobre a adscrición cultural ou cronolóxica desta cerámica, de xeito provisional e ata obter novos datos, pódese propoñer, alomenos para a meirande parte co conxunto, un contexto calcolítico dos inicios do III milenio A.C., sendo

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directamente relacionable co grupo de xacementos libre estudiados por EGUILETA FRANCO na Baixa Limia galega e por S. JORGE no norte de Portugal. - Tamén foron rexistradas varias pezas líticas, entre as que destaca unha punta de frecha de base recta, un núcleo de sílex, unha laminiña retocada e varios fragmentos de seixo cristalino (moi abundante na zona, polo menos en superficie) que semellan ter sido manipulados intencionadamente. Ó ar

Conclusións U nha das conclusións máis salientables desta intervenClOn é o feito de ter localizados varios indicios de estructuras arquitectónicas (alomenos nas catas n° 1, 2 e 3), pero ningunha delas puido ser definida e/ou interpretada dun xeito mOl preciso. Semella evidente que os restos materiais atopados en superficie non corresponden a ningún tipo de arrastre de zonas máis alonxadas, senon que son froito das diversas remocións sufridas polo terreo, tanto antigas (cultivos, inundacións, etc.) como recentes (desbroce na zona do trazado). As dúas áreas sondeadas indican que, sobre todo no sector 1, parece demostrada a existencia dun xacemento arqueolóxico baixo o estreito nivel de terra vexetal, pero en estado de grave alteración (a pesar de que a cerámica rexistrada non ofrece signos dun rodamento extremo). A falla dun estudio máis detallado dos datos obtidos na intervención, todavía non podemos establecer conclusións definitivas que atinxan á definición cultural ou cronolóxica do xacemento. De tódolos xeitos aínda deben estar presentes as ideas 1ll1ClalS sobre a presencia dun lugar habitacional encadrable en momentos calcolíticos: o inicial estudio do conxunto cerámico, así como as características do material lítico tallado (puntas de frecha de base recta e cóncava, etc.) non fan máis que confirmar esta teoríé.

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Hai que salientar que foron recollidas dúas mostras de carbón vexetal en dúas das catas abertas que aínda están sen datar. Sen embargo, cremas que non aportarán nada significativo xa que son mastras moi pequenas e recollidas en lugares pouco significativos dentro da escavación.


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SONDAXES ARQUEOLÓXICAS NO XACEMENTO DE

As MOREIRAS (AuAIuz-OURENSE)

Autovía das Rías Baixas; Treito Vilavella-San Cibrao das Viñas; Subtreito Alto de Allariz-San Cibrao. Entidades promotoras: Dirección Xeral do Patrimonio Cultural e Documental da Consellería de Cultura (Xunta de Galicia), e U.T.E. P.C.C. 7 Entidade contratista: Tomos Conservación Restauración S.L. Localización: Concello de Allariz (Ourense). P.K. 117 +700/117 +980 do Subtreito Alto de AllarizSan Cibrao; Treito Vilavella-San Cibrao das Viñas (Autoestrada das Rías Baixas). Datas de intervención: 22-07-96/09-08-96.

Santiago de Compostela8 nos terreos afectados polo trazado da Autoestrada das Rías Baixas. Na prospección superficial intensiva atopouse numeroso material arqueolóxico consistente en fragmentos cerámicos (na súa maioría lisos, con presencia dalgún anaco decorado) e varias pezas líticas que parecían indicar a presencia dun xacemento, probablemente de carácter habitacional, encadrable cronolóxicamente en momentos do Bronce Final-comezos da Idade do Ferro. Por outra banda tamén debemos salientar que, no entorno máis inmediato a este xacemento, foron rexistradas outras estructuras arqueolóxicas: ata dez penedos graníticos con abundantes representacións gráficas de cazoletas, e varias referencias orais sobre una posible calzada romana (tal vez un ramal secundario dunha vía principal).

Contexto Obxectivos da intervención CONTEXTO XEOGRAFICO (lámina 2) A zona de intervención, coñecida co topommo xenérico de As Moreiras, está situada preto do lugar de Roiriz de Abaixo, no Concello ourensán de Allariz. As coordenadas xeográficas do xacemento son 42° 12' 23'1 de latitude N e 04° 11 1 54" de lonxitude W; sendo as U.T.M. X: 598.942 e Y: 4.673.494. (Folla 226-41; Consellería de Ordenación do Territorio-Xunta de Galicia, 1980; escala 1: 10.000). A altitude á que se atopa o xacemento está en torno ós 475 m s.n.m., nunha ampla dorsal delimitada por dous regatos. Nunha descrición máis polo miúdo destaca a presencia dun pequeno coto que se eleva sobre unha zona aterrazada que descende en dirección sudeste. ANTECEDENTES O xacemento foi localizado, no ano 1996, durante o transcurso dos traballos de seguimento arqueolóxico realizados polo Grupo de Traballo de Arqueoloxía da Paixase da U niversidade de

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Queremos agradecer ó persoal da U.T.E. EC.C. e ó seu Xefe de Obra, D. Julio E. PLATAS FERNANDEZ, as facilidades prestadas para a correcta realización dos traballos.

Como no caso precedente, a intervención veu motivada polas obras de construcción da Autovía das Rías Baixas (Treito Vilavella-San Cibrao das Viñas; Subtreito Alto de Allariz-San Cibrao), co fin de correxi-Io impacto que éstas producen sobre o patrimonio arqueolóxico. Dada a gran superficie de terreo a sondear, a proposta elaborada e posteriormente aceptada polos organismos correspondentes, consistiu na combinación de dúas modalidades de escavación arqueolóxica: realización de sondaxes mecánicas e sondaxes manuals. Tal e como se sinalaba no punto anterior, no xacemento destacaba a presencia de numerosos fragmentos cerámicos e algunhas pezas líticas que (unido ó seu emprazamento topográfico) facía pensar que se tratara dun asentamento encadrable na Idade do Bronce Final-comezos da Idade do Ferro. A parricularidade de ter atopado cerámica desta(s) época(s) (sobre todo da Idade do Ferro) en contextos non castrexos convertía, a priori, ó xacemento de As Moreiras nun punto de gran importancia para o estudo da transición entre estes dous períodos da pre-protohistoria en Galicia.

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M" Carmen MARTINEZ LOPEZ e Mar LOPEZ CORDElRO foran as arqueólogas responsables deste seguimento.


Sondaxes arqueolรณxicas nos xacementos de A Touza (Sandiรกs - Ourense) e As Moreiras (Attariz - Ourense)

Lรกmina 2

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Tendo en conta estas circunstancias e a imposibilidade de variaClOn no trazado da autoestrada, fixóse necesaria a realización dunha intervención arqueolóxica encamiñada a definir as características do xacemento e avaliar patrimonialmente toda a zona cautelada, como paso previo para a liberación do tramo afectado.

Metodoloxía Tendo en conta a enorme superficie de territorio a sondear (en torno ós 280 metros lineais do trazado por 30-40 metros de anchura do mesmo lámina 2), a metodoloxía utilizada neste traballo, como no caso anterior do xacemento de A Touza, combinou dúas modalidades de sondaxe arqueolóxica co fin, sobre todo, de delimitar o xacemento e atopar algunha área de actividade definible e concreta. Tamén debemos destacar que toda a zona de intervención atopábase xa moi alterada polo trazado de dúas pistas auxiliares e o desbroce-desmonte da maior parte do terreo. PLANO DA INTERVENCIÓN

Sondaxes mecánicas. Cunha máquina retroescavadora foron abertas ata sete zanxas, de diferente lonxitude, e unha pequena cata de sondaxe. Sondaxes manuais. Centráronse nos lugares coincidentes coas zonas de maior concentración de restos atopados en superficie durante o seguimento: as situadas no P.K. 117 +750/780 (onde se traballou nas primeiras tres catas de sondeo e que denominaremos sector 1 - fotografía 7); no P.K. 117 +850/940 (con cinco catas máis, na 4-8, que designaremos como sector 2 - fotografía 8); e no P.K. 117 + 720/740 (marxe dereito en dirección a Vigo, con outras tres catas de na 9-11, denominado sector 3 - fotografía 7). Así pois foron abertos, de xeito manual, un total de 168 metros cadrados, repartidos en once catas de variada extensión (entre 8 e 25 m2 cada unha). A poten~ia de terra escavada tamén é variable, oscilando entre os 10 e os 70 centímetros segundo a cata. Dentro dos aspectos técnicos (máis que metodolóxicos) sinalaremos que co fin de manter o máis limpa posible a área de escavación, igual que

no caso precedente e polas razóns xa argumentadas, procedeuse a realiza-los traballos sobre un entarimado de táboas (fotografía 8). REXISTRO

Topografía e Planimetría. Como base de partida procedeuse ó establecemento dunha estación topográfica de referencia denominada EO, aínda que as dificultades orográficas do terreo fixeron imprescindible a instalación de tres sub-bases máis, a partir das cales se deseñaron as once catas de sondaxe. A súa vez, a superficie de cada unha das catas dividuise en Unidades de Rexistro (U.R.) de 1 m2 que, tal e como se deduce fácilmente da súa propia denominación, supoñen as unidades básicas de intervención, control gráfico e rexistro. Rexistro xeral. Dado o contexto de aparición dos restos (non relacionados con estructuras ou áreas de actividade ben definidas) o procedemento de rexistro utilizado para as pezas arqueolóxicas foi tomar a súa cota de profundidade, a U.R. e o subsector. Para a recollida das mostras analizables (neste caso só terras), seguimos o habitual sistema cartesiano de coordenadas (X - Y - Z), tomando como referencia principal as Unidades de Rexistro antes mencionadas. Rexistro gráfico. Leváronse a cabo debuxos e diversas tomas fotográficas de tódolos elementos salientables rexistrados durante a intervención, así como dalgúns dos perfiles estratigráficos resultantes durante os traballos. A escala empregada neste rexistro gráfico foi 1:20.

Resultados A INTERVENCIÓN Sondaxes mecánicas. En ningunha das sete zanxas abertas, cunha lonxi tude variable de 10, 15 e 35 metros por 1 m de anchura, se documentou algunha estructura ou circunstancia especial (nin siquera materiais arqueolóxicos). Esta tarefa foi realizada en dúas xornadas de traballo (ó comezo e Ó remate da intervención). A potencia escavada non foi moi elevada (aproximadamente uns 50 cm de media), xa que


Sondaxes arqueolóxicas nos xacementos de A Touza (Sandiás - Ourense) e As Moreiras (Allariz - Ourense)

Fotografía 7

Fotografía 8

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Fotografía 9

Fotografía 10

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Sondaxes arqueolóxicas nos xacementos de A Touza (Sandiás - Ourense) e As Moreiras (Allariz - Ourense)

Fotografía 11

Fotografía 12

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moi pronto aparecía a rocha base do sustrato. Este mismo tipo de "complemento" mecánico realizouse ó remate da escavación manual nas catas n° 1, 2, 5, 6, 7, 8 e 10. Sondaxes manuais: - Sector 1: Denominamos así á area ocupada polo pequeno coto rochoso (lámina 2); a priori era a zona máis interesante dende o punto de vista arqueolóxico, polo que foi a primeira en ser sondeada. Aquí planeáronse as catas n° 1, 2 e 3. Ningunha das tres sondaxes ofreceu algún resultado arqueolóxicamente salientable: apenas cinco fragmentos de cerámica (non todos de orixe prehistórica) e ningún indicio de estructuras arquitectónicas. Esta zona, con abundantes penedíos, foi utilizada como pedreira ata hai uns 40 anos polo que ten sufrido un grave proceso de alteración. Este feito confirmouse ó detectar un estrato con abundantes fragmentos de granito (de pequeno, medio e gran tamaño) pertencentes con seguridade ó proceso de explotación da canteira (fotografía 9). Por debaixo des te nivel de pedra xa foi rexistrado o nivel de xabre. Na cata n° 3 observamos perfectamente as marcas de extracción de pedra sobre os afloramentos máis grandes. Aquí tamén destaca a presencia dunha especie de pía escavada na rocha (por piqueteado), de orixe e función descoñecidas. - Sector 2: Correspóndese coa zona de aterrazamentos situada ó sudeste da elevación (lámina 2). En principio interpretada como un área marxinal polos datos da prospección superficial. Neste sector estaban situadas as calicatas n° 4, 5, 6, 7 e 8. De igual xeito que no primeiro sector os resultados foro n totalmente negativos e desesperanzadores: a penas un par de fragmentos cerámicos máis ou menos significativos e ningún indicio de estructura arquitectónica. - Sector 3: Situado ó noroeste do coto (sector 1) nunha zona de lixeirísima pendente, aínda algo elevada, e orientada a un dos regatos que discorren pola zona (lámina 2). Tamén interpretada como área marxinal debido o grao de alteración ó que se vira sometida polas obras previas da autoestrada. A pesares desto, a pequenísima extensión de terreo que quedara menos removida ofreceu os resultados máis salientables da intervención.

Abríronse tres catas (n° 9, lOe 11) onde se rexistraron unha boa cantidade de restos cerámicos (en especial nas catas n° 9 e n° 11 - fotografías 10 e 11), aínda que ningunha estructura ou indicio arquitectónico. A pesares destes datos algo máis favorables, e ante á falla dun estudo máis detallado dos mesmos, os resultados obtidos neste sector tampouco ofreceron unha información mOl relevante. ESTRATIGRAFÍA

A estructura estratigráfica é moi sinxela en toda a área de intervención. Destaca a presencia dunha base rochosa evidente (granítica) en prácticamente tódolos lugares sondeados. Basicamente ternos: - Un nivel inicial de terra vexetal (na maioría das zonas casi inexistente por causa dos recentes desbroces); - Por debaixo segue un estrato de potencia variable e cor marrón escura, consistente en terra bastante fina e en xeral pouco compactada (segundo a zona); cando aparecen materiais arqueolóxicos, é aquí onde se rexistra a inmensa maioría dos mesmos. - A partires de aquí os estratos finais varían segundo a zona: xabre de cor amarelenta ou rocha base (ás veces estes dous niveis xuntos). Os

MATERIAIS

O número total de pezas arqueográficas rescatadas durante a escavación foi de aproximadamente 385 (hai que salientar que máis de 350 corresponderon ás catas nO 9 e n° 11). - Os fragmentos cerámicos son a variedade de restos máis numerosa. O grao de conservación desta cerámica é moi variado, con anacos que aparecen moi pouco rodados fronte a outros moito máis alterados polo tempo. En xeral predomina o tamaño pequeno dos fragmentos. Aínda que todavía non podemos ofrecer datos concretos sobre as características e a adscrición cultural ou cronolóxica desta cerámica, destaca a presencia moi maioritaria de cerámica lisa (fotografía 12). As poucas decoracións rexistradas son a base de incisións (unha posible con técnica de boquique) e algún elemento aplicado (cordóns,


Sondaxes arqueolóxicas nos xacementos de A Touza (Sandiás - Ourense) e As Moreiras (Alfariz - Ourense)

algún pezón), sen esquecer a presencia de posibles engobes negros na superficie exterior dalgún anaco. Rexístranse pastas de moi boa calidade, con tratamentos de afinado interior e exterior (sobre todo as da cata n° 9), pero tamén superficies bastante alteradas ou moi rugosas (en especial nas da cata n° 11); as coloracións son eminentemente escuras (marróns, castañas, negruzcas) que poden indicar unha técnica de cocción maioritariamente reductora. En canto ás formas semella haber unha boa presencia das rectas e perfís en "S", combinadas con algunha asa, fondos planos, bordos de labio redondeado e ancho (almendrado) e colas estrangulados. Polo xeral constátase a presencia de recipientes de tamaño medio-grande. - Aínda que foron rexistradas moi poucas pezas líticas, destaca, de entre istas, un canto de cuarcita tallado (a modo de bifaz ou pico) aparecido na cata n° 11.

Conclusións Lamentablemente, dentro das conclusións máis salientables desta intervención destaca o feito de non ter localizado ningún indicio de estructuras arquitectónicas, e que a presencia de elementos materiais (cerámicos na inmensa maioría) non puideron proporcionar algunha información que permitise definir áreas de actividade maís ou menos concretas. Parece claro que os restos rexistrados (por exemplo no sector 3) sufriron un forte proceso de alteración xa que non parecen atoparse in situ (¿ relación bifaz-cerámica?), non só en momentos recentes palas obras da autoestrada senon tamén en épocas pasadas debido os traballos de cantería levados a cabo en toda a zona. Ante a falla dun estuda moito máis detallado dos datos obtidos na intervención, todavía non

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podemos establecer conclusións precisas que atinxan á definición cultural ou cronolóxica dos restos atopados. De todos modos, a partir das características da cerámica (xa que non se atoparon restos orgánicos susceptibles de seren datados por C-14), non deben ser desbotada a hipótese de partida sobre a presencia dun lugar arqueolóxico encadrable en momentos da Idade do Bronce Finalcomezos da Idade do Ferro.

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BRIGANTIUM, 2000, vol. 12, pp. 141-151

CASTRO DE TORROSO (MOS, PONTEVEDRA)

ANTONIO DE lA PEÑA SANTOS

Museo de Pontevedra

Situación geográfica El yacimiento se ubica en terrenos de la feligresía de San Mamede de Torroso muy próximos al límite con la de San Mamede de Petelos, pertenecientes ambas al municipio de Mos, provincia de Pontevedra. Sus coordenadas geográficas son 8°31"40"" de Longitud Oeste y 42°11"54"" de Latitud Norte l . Ocupa un cerro de 135m de altura sobre el nivel del mar inmediato a la margen derecha de la cuenca alta del río Louro, tributario del Miño, que discurre por el extremo meridional de la Depresión Meridiana. Ocho kilómetros lineales y el Alto de Puxeiros lo separan del litoral de la ría de Vigo. El paisaje circundante se abre al sur y cierra al oriente por la cadena montañosa del Galleiro y al poniente por los montes de las estribaciones septentrionales de la sierra del Galiñeiro, dorsales que separan la Depresión Meridiana de la cuenca fluvial del Tea-Borbén y de la ría de Vigo respectivamente.

Características

metros sobre el terreno circundante. En líneas generales se trata de un emplazamiento de modelo C dentro de la clasificación de Carballo Arce0 2 . El yacimiento se emplaza en medio de terrenos de alta capacidad agrícola, sobre los que muestra unas muy favorables condiciones de control visual. Es perceptible un recinto superior muy alterado por la erosión natural, por la acción de canteras y por la reciente repoblación forestal. Inmediatamente más abajo y salvando el desnivel que supone la presencia de los restos del terraplén que lo circunda, se encuentra una zona explanada que en su parte más ancha alcanza los 25-30 m y remata por el exterior en el terraplén que delimita el poblado. La superficie de terreno útil como espacio habitacional no parece superar las 1"1 Has. La propia orografía natural del terreno ofrece buenas condiciones defensivas en las dos terceras partes del perímetro; sin embargo, la colina presenta facilidades de acceso por el SSO, donde hubo necesidad de disponer el trazado de vanas líneas de fosos con parapetos intermedios.

Excavaciones 1984-1990

Los restos del poblado castrexo se asientan sobre una colina de 180 x 200 m de eje en su base, sensiblemente alterada en su topografía por efecto de su adaptación para acoger el espacio habitacional; por su lado SO se eleva unos veinte

Descubierto de manera casual en 1983, el yacimiento fue rápidamente incluido en el Plan Anual de investigación arqueológica del Museo de Pontevedra, que avaló las sucesivas campañas de excavación desarrolladas desde 1984. Estas

Hoja 223-IV, liMos 11 , del Mapa Topográfico Nacional de España, escala 1:25.000. Madrid, Instituto Geográfico Nacional.

2 CARBAllO ARCEO, L.X.: IIlos castros de la cuenca media del río Ulla y sus relaciones con el medio físico ll . Trabajos de Prehistoria, 47. Madrid, 1990, pp. 161-199, esp. 175.


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ANTONIO DE LA PEÑA SANTOS

excavaclOnes se sucedieron sin interrupción hasta 1990; tras la campaña de este último año se cancelaron los trabajos por los motivos que más adelante relataremos. ESTRATIGRAFÍA

Las zonas excavadas en profundidad presentan una sucesión estratigráfica bastante nítida aunque su formación plantee no pocos interrogantes, ya que es únicamente perceptible en las áreas de relleno inmediatas al terraplén exterior; es éste un detalle que, en conjunción con otros aspectos de la excavación, nos plantea la posibilidad de que no estemos ante una sucesión de poblados en sentido estricto sino ante el resultado de los trabajos de desmonte y relleno necesarios para la edificación del recinto defensivo exterior y la nivelación del espacio destinado a acoger el área habitacional. Apenas se han podido documentar con una mínima extensión los dos niveles más profundos· del yacimiento, y tampoco se ha podido por el momento vincular a los mismos cualquier resto de estructura habitacional. Sí se han recuperado restos de molinos planos y abundantes fragmentos de recipientes cerámicos del tipo más común en el asentamiento y sobre cuyas características volveremos más adelante. Disponemos de una datación absoluta para el más reciente de ambos niveles: GrN 14.589: 2645+/-30 b.p. = 827-791 cal.B.C. La fase siguiente se corresponde con el nivel IV, del que tampoco se cuenta con una extensión superficial significativa por el momento. Se compone de una capa de rellenos que descansa sobre un suelo de ocupación poco consistente al que se vincula un tosco murete de función desconocida integrado por piedras de variado tamaño poco concertadas entre las que se observan algunas bases de molino de vaivén. Los únicos hallazgos asociados son fragmentos de recipientes cerámicos comunes y restos de molinos planos. Se ha obtenido una datación absoluta: GrN 14.588: 2580+/-30 b.p. = 806-608 cal.B.C. El nivel III se asienta sobre un suelo pisado que en puntos alcanza la categoría de pavimento y que por zonas queda cubierto por una espesa capa de tierras de relleno de diversa procedencia. Aparecen

estructuras arquitectónicas de dos tipos: toscos muros de sostén y aterrazamiento de mampostería y fondos de cabaña de materiales perecederos delimitados por alineaciones de piedras. Junto a las típicas producciones cerámicas encontramos los primeros objetos de bronce -una conterita cónica-, de plomo -una pieza circular remachada- y de piedra un hacha pulida, una pesa con escotaduras laterales y varios molinos planos. También se ha podido obtener una datación absoluta para este nivel: GrN 14.587: 2435 +/-30 b.p.= 761-401 cal.B.C. Del nivel II se ha podido documentar bastante extensión superficial. Se trata de un nuevo suelo ocupacional de escasa consistencia en el que se abren frecuentes zanjas y fosas de función difícil de precisar por el momento. Se asocian estructuras arquitectónicas semejantes a las del nivel anterior: toscos muros de sostén y aterrazamiento de mampostería y fondos de cabaña de materiales perecederos con huecos de poste y reborde perimetral formado por alineación de piedras. La densidad de hallazgos asociados es muy superior a las vistas hasta ahora: sobresalen los objetos de bronce -un puñal de lengüeta taladrada, restos de recipientes de remaches cónicos, un fragmento de una conterita contca, colgantes hacha, atrompetados, una cabeza plana de alfiler y la mitad de un brazalete decorado de botones terminales- y los restos de metalurgia del bronce -fragmentos de crisoles de fundición y de lingotes-torta planoconvexos-, además de piezas líticas -azuelita pulida y molinos planos-; junto a todo ello, los primeros objetos de hierro -un cuchillito afalcatado y fragmentos indetermnados de láminas-o Dos dataciones absolutas para este nivel: GrN 13.678: 2515+/-30 b.p.= 797-520 cal.B.C., y GrN 13.706: 2555+/-30 b.p.= 801-549 cal.B.C. Por fin, el nivel I se presenta bastante uniforme y generalizado en todos los cuadros abiertos durante las excavaciones. Descansa sobre un suelo de ocupación de escasa consistencia sobre el que puntualmente se aprecian curiosas aglomeraciones de masas de barro. Gran densidad de hallazgos, sobre todo cerámicos, en los que a los tradicionales recipientes se asocian varias fichas de juego (?) y un disco; buena cantidad de objetos de bronce -asas de sítulas, colgantes amorcillados, atrompetados,


Castro de Torroso (M os, Pontevedra}

Fig. 1: Topografía del yacimiento con indicación del área excavada.

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Fig. 2: Secuencia estratigráfica del yacimiento.

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ANTONIO DE LA PEÑA SANTOS

fusiformes y esféricos, aros, anillas, una cuenta de collar de tipo barrilete, restos de una fíbula de doble resorte, fragmentos de hachas de tope con anillas y tubulares, un trozo de contera de lanza, una aguja de cabeza plana enrollada, una pieza de arnés, trozos de recipientes de láminas de remaches planos ... -, evidencias de actividades relacionadas con la metalurgia del bronce fragmentos de moldes y crisoles de fundición, de lingotes en barra y en torta, de mazarotas, goterones, etc.-, objetos de hierro -restos de cuchillos afalcatados, de hoces o podones y de láminas-, de plomo -una laña para cerámica- y de piedra -azuelas pulidas de varios tamaños, raspadores de sílex, cuentas tubulares para collar, una fusayola plano-convexa, pesas de escotaduras laterales, pulidores, fichas, molinos planos...-. Una datación absoluta contribuye a precisar la fecha de formación de este nivel: GrN 13.705: 2540+/-30 b.p. = 798-538 cal.B.C.

ARQUITECTURA

Las estructuras de tipo defensivo conocidas consisten, como ya hemos avanzado más arriba, en un terraplén en el límite del espacio habitacional formado por la acumulación de tierras ocasionada por la necesaria nivelación del espacio,destinado a acoger la zona residencial, reforzado al sudoeste por tres líneas de parapetos con fosos intermedios. El terraplén lo forma, como hemos dicho, una gran acumulación de tierras de relleno en las que se perciben los diferentes niveles estratigráficos. Estos niveles se interrumpen en un punto a partir del que la tierra se vuelve uniforme y con señales claras de derrumbe, lo que indicaría la presencia en el lugar de una estructura vertical (?) de sujeción de los rellenos, que con posterioridad se habría derrumbado dejando caer parte de la masa de tierras. Restos poco concertados de piedras de buen tamaño asentadas sobre el terreno natural,

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Fig. 3: Estructuras arquitectónicas de la última fase de ocupación.


Castro de Torroso (Mos, Pontevedra)

junto a la abundante cascotería y piedras de diferentes dimensiones que colmatan el foso inmediato, es posible que haya que ponerlos en relación con esa presumible estructura arquitectónica que no nos atrevemos a denominar muralla en sentido estricto en tanto no se puedan reanudar las excavaciones. Inmediato al punto donde se detectan las bases de la estructura se abre un foso de cerca de unos tres metros de profundidad excavado en el sustrato geológico; si consideramos que el suelo de ocupación de la última fase se encuentra a unos siete metros de altura con respecto del fondo. del foso, nos podemos hacer una idea de las dimensiones originales del recinto defensivo. En general, ya en los niveles más profundos alcanzados por las excavaciones comprobamos el uso de la mampostería para la edificación de muretes de sostén y aterrazamiento, si bien con escasa pericia en cuanto a la disposición de los mampuestos. Este va a ser un detalle recurrente a lo largo de los diferentes niveles de ocupación del que sólo se apartarán, aunque de forma limitada, las construcciones de presumible función habitacional. Salvo en el nivel 1, correspondiente a la presunta última fase ocupacional, las estructuras habitacionales se detectan por la presencia de huecos de poste -a veces con los calzos o cuñas de piedradispuestos delimitando espacios semicirculares o circulares con restos de estructuras de combustión; muy frecuentemente, se conservan las piedras que reforzarían el exterior de estas cabañas construidas con materiales orgánicos perecederos. La presencia de fosas y zanjas de considerables dimensiones asociadas a los fondos de cabaña no ha podido por el momento ser explicada debido a la ausencia de restos materiales significativos en su interior y a las limitadas dimensiones superficiales del área del poblado intervenida. Pero uno de los aspectos más relevantes de la investigación del yacimiento ha sido constatar la presencia en su última fase de ocupación de numerosas construcciones de mampostería en las que ya están presentes algunos de los rasgos técnicos que serán peculiares durante el proceso de

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desarrollo del fenómeno castrexo. U na gran cabaña de planta circular, una de planta aproximadamente espiral, y una gran construcción de planta mixta que combina una estructura ultrasemicircular con otra rectangular, además de varios muros de diferente funcionalidad, muestran la implantación plena en el poblado de la técnica de la mampostería aunque con ciertas limitaciones -como la ausencia de cimentación en sentido estricto- impuestas por la falta de tradición y el poco adecuado instrumental de cantería. Es decir, que en un momento que culturalmente podemos vincular a la transición Bronce-Hierro en el área galaica, y que cronológicamente podemos establecer hacia los siglos VIII-VII a.C, hallamos plenamente establecidas las bases de la arquitectura castrexa, tanto la presumiblemente defensiva como la de función doméstica 3. Por tanto, hoy por hoy el castro de Torroso sigue siendo el asentamiento castrexo en sentido estricto más antiguo entre los conocidos. CULTURA MATERIAL

De los restos de los objetos utilizados por los habitantes del poblado, son los fragmentos de recipientes cerámicos los más numerosos. Los intentos llevados a cabo para la restitución formal conducen a dos modelos básicos: las formas de perfil sinuoso simple y las fuentes de a~as interiores. Los recipientes de perfil sinuoso se refieren a vasos de tamaño pequeño o mediano y base plana y cuerpo de paredes levemente ovaladas con hombro de perfil suave al que sigue un cuello ligeramente rehundido de diámetro semejante al de la base, con borde recto rematado en labio plano levemente vuelto al exterior; cuando aparecen as~:;, son de sección más o menos circular, to.seas, arrancando del labio para incrustarse en el cuerpo del recipiente. 3 Sin embargo, todavía ciertos autores siguen negando no sólo la existencia de esta arquitectura tan temprana sino incluso la propia existencia de poblados castrexos en la época en que nos movemos: CALO LOURIDO,F.: A Cultura Castrexa. Ed.A Nasa Terra, col. "Historia de Galicia", 3. Vigo, 1993, p.77; Id.: Prehistoria e Idade Amiga. Historia Xeral de Galicia. Ed.A Nasa Terra. Vigo, 1997, p.45.


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ANTONIO DE LA PEÑA SANTOS

Las fuentes de asas interiores son mucho menos frecuentes. De considerables dimensiones, sus paredes son rectas y cortas dispuestas casi verticalmente, y las asas interiores pueden estar colocadas en vertical o en horizontal. La posición interior de las asas y las capas de hollín que cubren el exterior de estos recipientes indican su frecuente exposición a la acción del fuego como utensilios de cocina. En, general, las pastas de las producciones cerámicas del poblado son de tipo grosero y con fuerte apariencia de emplear materias locales; sin embargo, las fuentes suelen presentar pastas diferentes, muy decantadas y ligeras, de tonalidad clara y aspecto hojaldrado. En cuanto a la técnica de fabricación, es manual en todos los casos constatados, por el sistema de los cordones superpuestos, con acabados por alisado y/o espatulado, con cocciones oxidantes bastante desiguales. Algunos recipientes conservan restos de su decoración. En estos casos, la técnica más empleada es la incisión, mediante la que se

dibujaron sobre los hombros sencillas fajas de triángulos con líneas o puntos internos, reticulados, metopas con rayado interno, etc. Ocasionalmente, estas incisiones se convierten en verdaderos acanalados o se limitan a tenues bruñidos; mucho menores en número son las evidencias de decoraciones por impresión o por aplicación de mamilos. Resumiendo, las cerámicas del poblado responden con claridad en sus aspectos técnicos y formales a una clara tradición autóctona vinculable con las producciones de los momentos finales de la Edad del Bronce en el área galaica; en cuanto a los estilos decorativos, si bien hemos de tener muy presente que por su sencillez están presentes en contextos culturales muy diferentes en el espacio y en el tiempo, no por ello hemos de negar sus puntos de contacto con modelos bien conocidos de los primeros tiempos del Hierro en el Centro-Norte de Portugal. La mayor parte de los objetos de bronce se localizó sobre el último suelo de ocupación. AlIado de piezas presumiblemente en uso, completas, encontramos abundantes fragmentos de elementos

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Castro de Torroso (M os} Pontevedra)

amortizados que seguramente estaban destinados a la refundición tal y como ponen de relieve las manifestaciones de actividad metalúrgica recuperadas en las excavaciones. En general, vuelven a ponernos ante evidencias de la adscripción sociocultural propia de los tiempos de transición Bronce-Hierro en que parece integrarse la población del castro y de la conjunción de influencias que se deja sentir en el área galaica durante la fase formativa del mundo castrexo: una poderosa base formada por la tradición local vinculada con el mundo atlántico de la fase final de la Edad del Bronce, sobre la que se perciben fuertes contactos meridionales y afinidades mucho menos significativas con el mundo continental. U na parte relevante de estos objetos de bronce pudo haber sido producida en el poblado, como ponen de relieve no sólo los abundantes restos de elementos propios de las actividades relacionadas con la metalurgia del bronce recuperados hasta ahora -fragmentos de crisoles, de lingotes en barra y en torta, de goterones e incluso de piezas a medio fundir-, la existencia de numerosos trozos de objetos amortizados que seguramente tendrían consideración de pura chatarra destinada al reciclado, y los análisis espectrográficos y metalográficos de la totalidad de los hallazgos de bronce, cuyos resultados apuntan en la misma dirección. Todo ello, al tiempo que pone de relieve una actividad de cierta incidencia en la economía del poblado, integra a éste en el conflictivo ambiente de los intercambios de materias primas de la transición Bronce-Hierro, y vuelve a apuntar de cara al carácter básicamente autóctono de la población del castro. Pero este carácter autóctono no indica un ensimismamiento sino todo lo contrario. Abundan los testimonios que hablan de la permeabilidad del componente humano de nuestro poblado a los estímulos exteriores, sin duda gracias al mantenimiento de ciertos contactos a larga distancia de orientación meridional, mediterránea. En tal sentido, la presencia de manufacturas de hierro -cuchillitos afalcatados, hoces y podones, etc.- en los niveles superiores del castro hemos de entenderla necesariamente como efecto de contactos comerciales con el mundo orientalizante

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del sur peninsular mantenidos a través de las rutas marítimas en manos de navegantes fenicios. La clara tipología de los objetos recuperados, junto con la ausencia de cualquier tipo de evidencia de actividad siderúrgica en el mundo castrexo hasta los tiempos inmediatos del cambio de Era, no deja otra opción sensata que otorgar a estos elementos el carácter de objeto exótico. Naturalmente, el valor histórico de los hierros de nuestro poblado es extraordinario por cuanto pone de relieve no sólo una cierta capacidad adquisitiva sino la existencia tan temprana de contactos con el mundo mediterráneo, algo a lo que tradicionalmente ha sido refractaria la historiografía arqueológica gallega. Se supone para la mayor parte de los objetos de hierro recuperados en el yacimiento una función relacionada más o menos directamente con la agricultura, algo que puede afirmarse sin mayores problemas cuando revisamos los útiles líticos presentes en el poblado. Numerosos fragmentos de molinos planos de vaivén, de hachas y azuelas pulidas, incluso las láminas de sílex retocadas es probable que formasen parte de instrumentos de siega; todo ello, sumado a otras evidencias que más adelante comentaremos, indican la fuerte incidencia de la agricultura en el régimen económico del poblado. Si las pesas de escotaduras laterales podrían relacionarse con actividades textiles -lo mismo que la fusayola subtroncocónica, las cuentas de collar de piedras duras de tonalidad azulada estarían destinadas al adorno personal y las fichas a actividades lúdicas. Es significativa la selección de materia prima para cada instrumento lítico en función de su destino final: granito fino para los molinos, sílex para las láminas talladas, piedras metamórficas duras para las hachas, azuelas y cuentas de collar, esquistos para las pesas... Si no todas -falta una prospección geológica intensiva-, sí la mayor parte de estas variedades se encuentran presentes en los alrededores del poblado.

Comentario final Si las excavaciones desarrolladas en este castro han servido para algo positivo ha sido por


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ANTONIO DE LA PEÑA SANTOS

... .=-=-Fig. 8: Algunos de los objetos de hierro recuperados.

ponernos en presencia de una comunidad de campesinos asentada sobre un poblado que ya reúne gran parte de las características esenciales de lo que a partir de esos momentos de la transición BronceHierro y hasta bien adelantado el proceso romanizador constituirán las señas de identidad de la llamada Cultura Castrexa Galaica; en tal sentido, hoy por hoy el castro de Torroso supone la muestra más antigua de la presencia en esta zona geográfica de un asentamiento de carácter estable en sentido estricto, o, lo que es lo mismo, de las transformaciones socioeconómicas que derivaron en el cambio radical que supuso la sustitución progresiva del tradicional régimen itinerante de explotación del medio por los sistemas agrícolas que favorecieron la sedentarización del hábitat. Tanto las propias condiciones de emplazamiento del poblado, claramente condicionadas por la inmediatez de los terrenos de aprovechamiento agrícola, como el destino de la mayor parte del

utillaje recuperado en las excavaciones, como las numerosas semillas de trigo y bellotas carbonizados recuperadas en los diferentes niveles, como los datos que ponen de relieve los análisis edafológicos y palinológicos, no dejan lugar a dudas en cuanto a la vinculación económica de la población del castro con respecto a las actividades relacionadas con la agricultura y la recolección. Pero con ser eso cierto, sin que tengamos que modificar nuestra impresión general por ello, la base campesina se vería complementada por otras actividades de amplio espectro, entre las que las más palpables en el registro arqueológico serían las derivadas de la metalurgia del bronce y de los intercambios a corta y larga distancia, que nos apuntan indicios del dinamismo de la población. y es que, salvo el cambio que supone la adopción de un modelo de asentamiento totalmente nuevo, la realidad es que la mayor parte de la cultura material evidenciada hasta ahora nos pone de lleno ante un componente humano claramente autóctono. Apenas encontramos diferencias entre los objetos de uso común presentes en el poblado y las producciones típicas de los momentos finales de la Edad del Bronce en el área galaica; ni siquiera en la arqui tectura doméstica podemos rastrear influencias foráneas: los fondos de cabañas de materiales perecederos son semejantes a los que se conocen en esta zona geográfica en contextos precastrexos, y su sustitución por estructuras de mampostería no hemos de achacarla a aportes étnicos foráneos sino a una simple evolución directamente relacionada con la estabilidad del hábitat. Sin duda mucha más información esconde este yacimiento, del que tan sólo se ha podido estudiar una mínima parte. La no concreción de las promesas de compra o permuta de los terrenos del castro por parte del Ayuntamiento de Mas provocó la cancelación de permisos de investigación por parte de los propietarios de los terrenos, que para presionar formularon a finales de 1990 demanda penal contra el arqueólogo director de los trabajos aduciendo invasión y deterioro de propiedades privadas. Aunque tras el juicio oral la demanda fue sustanciada en abril de 1997 por el Juzgado de lo Penal N 2 de Vigo con D


Castro de Torroso (M os, Pontevedra)

todos los pronunciamientos favorables para el arqueólogo, la realidad es que el desinterés de la Administración y la cancelación de permiso de los propietarios sigue impidiendo la continuación de las investigaciones en un yacimiento que hemos de considerar clave para entender el proceso de implantación del fenómeno castrexo.

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Prehistoria, 1. Universidad Nacional de Educación a Distancia. Madrid, 1988, pp. 339-360. Id.. Los objetos metálicos del Castro de Torroso (Mos, Pontevedra). Trabalhos de Antropologia e Etnologia, XXVIII, n03-4. Sociedade Portuguesa de Antropologia e Etnologia, Actas do Colóquio de Arqueologia do Noroeste Peninsular (Porto 1988). Porto, 1988, pp. 113-132. Id.. Castro de Torroso (Monte do Castro, Torroso, Mos, Pontevedra) 1987. Arqueoloxía-Informes, 1. Xunta de

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Trabalhos de Antropologia e Etnologia, XXVII. Sociedade Portuguesa de Antropologia e Etnologia. Porto, 1987, pp. 113-136. Id.. Castro de Torroso (Mos). Campaña· de excavaciones 1987. El Museo de Pontevedra, XLI. Museo de Pontevedra. Pontevedra, 1987, pp. 77-95. Id.. Metalurgia gallega de la transición Bronce-Hierro: El Castro de Torroso. Espacio, Tiempo y Forma. Serie I,

Memorias de las campañas de excavaciones 1984-1990. Arqueoloxía-Memorias, 11. Xunta de galicia. Santiago de Compostela, 1992. Id.. Escavación arqueolóxica no Castro de Torroso (Mos, Pontevedra). Arqueoloxía-Informes, 3. Xunta de Galicia. Santiago de Compostela, 1995, pp. 31-34.



BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 153-160

CASTRO DE AS CROAS (SALCEDO, PONTEVEDRA)

ANTONIO DE LA PEÑA SANTOS

Museo de Pontevedra

Situación geográfica El castro del Monte das Croas se localiza a 4 km escasos del centro de la ciudad de Pontevedra, inmediato al margen izquierdo de la carretera que desde Pontevedra conduce al cuartel de la BRILAT (antiguo CIR-13) de Figueirido. Pertenece a la feligresía de San Martiño de Salcedo, y la entidad de población más próxima es el lugar de O Birrete. Las coordenadas geográficas son 8°38'55"de Longitud Oeste y 42° 34' 53" de Latitud Norte l . Se ubica sobre un cerro a 123 m. de altura sobre el nivel del mar, en la vertiente nororiental del Alto da Graña, extremo occidental de la Dorsal del Morrazo, a caballo de la Depresión Meridiana, sobre la que ejerce un claro dominio visual. El Rego da Ponte bordea el cerro por el norte.

Antecedentes El lugar de Monte das Croas es conocido de antiguo. El propio topónimo, alusivo con claridad al aspecto y magnitud de los elementos defensivos del poblado, y la abundancia de tradiciones y leyendas que se vinculan al cerro2 , movieron a los autores de la "Carta Arqueológica de la Provincia de Pontevedra"3 a incluir el lugar como posible castro.

Hoja 184-IV, "Sotomayorll, del Mapa Topográfico Nacional de España, escala 1:25.000. Madrid, Instituto Geográfico Nacional.. 2 Recogidas principalmente por MURGUÍA, M.: Galicia. Barcelona, 1888; CARRÉ ALVARELLOS, 1.: Las leyendas tradicionales gallegas. Madrid, Espasa-Calpe, 1977. 3 FILGUEIRA VALVERDE,]. y GARCÍA ALÉN, A.: Materiales para la Carta Arqueológica de la provincia de Pontevedra. Museo de Pontevedra, Pontevedra, 1956.

Si tanto la toponimia como la tradición oral apuntaban la existencia de un yacimiento arqueológico, la abundante vegetación que cubría el lugar y la carencia de hallazgos en superficie4 , no permitían su confirmación y su adscripción cronocultural. Para ello habría que- esperar al año 1991. A última hora de la tarde del día 28 de agosto de 1991, con ocasión de las obras promovidas por la Comunidad de Montes Vecinales en Mano Común de Salcedo para la adaptación del lugar como parque público, una máquina excavadora puso al descubierto una roca exenta, de forma alargada, de unos cuatro metros de longitud y 70 cm de ancho, que presentaba restos de grabados por una de sus caras. Haciendo gala de una sensibilidad cultural poco menos que inédita por estos pagos y que merecería público reconocimiento, los responsables de la Comunidad de Montes ordenaron la paralización inmediata de los trabajos y pusieron el hallazgo en conocimiento de la Delegación Provincial de Cultura de Pontevedra. Enseguida, todos los medios de comunicación gallegos -prensa5 , radio y televisión- se hicieron amplísimo eco del hallazgo, con lo que el lugar se llenó de visitantes durante las semanas siguientes. 4 Anotaremos como curiosidad que la dificultad de localizar hallazgos en superficie es un detalle común a los castros de la fase de formación que hemos podido comprobar personalmente tanto en Penalba como en Torroso, Dornelas o Perdecanai. Sólo se encuentran restos materiales con ocasión de remociones profundas del terreno, bien por desmontes, caída de árboles, etc. 5 Diario de Pontevedra de 30 de agosto; Xornal Diario de 30 de agosto y 7 de septiembre; Faro de Vigo de 30 de agosto; La Voz de Galicia de 30 de agosto y 23 de noviembre; El Correo Gallego de 30 de agosto.


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ANTONIO DE LA PEÑA SANTOS

Lo que en un prinClplO fue identificado como menhir, pronto pudo comprobarse que en realidad se trataba de un desecho de cantería. Los grabados que presentaba en una de sus caras eran, eso sí, los restos de un petroglifo de caracter tardío que ocupaba originariamente la superficie de la roca de la que se desgajó. La aparición del presunto "menhir", y el consiguiente revuelo social que generó, motivaron que la Dirección Xeral do Patrimonio Histórico e Documental de la Xunta de Galicia promoviera una campaña valorativa de sondeos arqueológicos en el entorno bajo la dirección de Víctor Barbi Alonso y que se llevó a cabo en junio de 1992. Esta campaña es la que sirvió para dejar perfectamente claras las características crono-culturales del yacimiento, confirmando la presencia de un interesantísimo poblado castrexo de la fase de formación con claras semejanzas con los entonces conocidos de Penalba en Campolameiro y Torroso en Mos. Estos breves trabajos tuvieron también amplio eco en los Medios de Comunicación6.

Características En su aspecto puramente morfológico, el modelo de emplazamiento castrexo del Monte das Croas puede encuadrarse en el grupo C de la clasificación de Carballo Arce07 , muy semejante al que ofrecen otros castros de la transición Bronce-Hierro en el área de la Depresión Meridiana: Perdecanai en Barro y Torroso y Dornelas en Mos. La estructura del cerro es también muy semejante a la de los mencionados castros coetáneos y a la del de Penalba en Campolameiro, con una extensión aproximada del espacio habitacional de una hectárea, y dos elementos estructurales muy bien definidos: un 6 Diario de Pontevedra de 21 de junio; Xornal Diario de 21 de junio; Atlántico Diario de 21 de junio; Faro de Vigo de 22 de junio y 13 de julio; El Correo Gallego de 23 de junio; Diario 16 de Galicia de 23 de junio; La Voz de Galicia de 5 de julio y 27 de enero de 1993. 7 CARBALLO ARCEO,L.X.: Los castros de la cuenca media del rio Ulla y sus relaciones con el medio físico. Trabajos de Prehistoria, 47. Instituto Español de Prehistoria. Madrid, 1990, pp. 161-199, esp. 175.

recinto superior muy alterado por canteras y antiguas explotaciones agrícolas, y una terraza concéntrica en plano inferior sobre la que se ubicaría parte sustancial del espacio habitacional. Esta terraza queda definida y delimitada al exterior por un fuerte parapeto -particularmente poderoso en la parte que mIra a la Depresión Meridiana, donde se complementa con otros dos recintos defensivos concéntricos- que en realidad está integrado por los restos de una magnífica muralla de mampostería de cerca de dos metros de espesor y de la que hablaremos más adelante. En la unión del poblado con la ladera de la sierra -precisamente la zona de peores condiciones naturales de defensa- aparecen señales de al menos un foso por el que discurre la carretera ya mencionada. El yacimiento se enclava en medio de terrenos de alta capacidad agrícola, sobre los que muestra unas muy favorables condiciones de control visual.

La campaña de excavaciones 1993 Desarrollada entre los dias 5 de septiembre y 2 de octubre, contó con el aval del Museo Provincial de Pontevedra y estuvo integrada en el Plan Anual de investigación arqueológica de esta institución. En ella participaron licenciados y estudiantes de las U niversidades de Santiago de Compostela y Complutense de Madrid, Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Pontevedra y un grupo seleccionado de alumnos de los últimos cursos de los Institutos de Bachillerato de Pontevedra. La incidencia más destacable fueron las adversas condiciones meteorológicas que acompañaron la realización de los trabajos. La lluvia -en ocasiones acompañada de fuerte temporal- dificultó la perfecta consecución de los fines previstos, no obstante lo cual el plan inicial previsto pudo ser sobrepasado con creces SIn menoscabo alguno de la estricta metodología arqueológica. Se abrieron y concluyeron, total o parcialmente, diez cuadros de cinco metros de lado con pasillos ocasionales intermedios, lo que totaliza unos 185 m2 de extensión superficial.


Castro de As Croas (Salcedo, Pontevedra) ARQUITECTURA

Los cuadros abiertos sobre el presunto parapeto revelaron la existencia de una potente muralla de espesor medio de 180 cm y una altura conservada de alrededor del metro y medio. Presenta dos caras vistas desde la base, y su aparejo es, al interior, ciclópeo con mampostería intermedia, y de mampostería de regular calidad por el exterior. Su estado de conservación es perfecto pese a los numerosos árboles que arraigaron sobre ella. Esta muralla presenta como particularidad más relevante que todavía estaba siendo edificada cuando el poblado fue abandonado. La disposición de la estratigrafía adosada, en la que se distinguen con claridad dos acumulaciones de piedras separadas en vertical por una tenue línea de tierra estéril: la superior corresponde al derrumbe del muro y adopta una disposición en ángulo agudo con respecto al plano, mientras que la inferior se dispone en el mismo sentido que la pendiente del monte y correspondería al acarreo de piedras para la edificación. Otro dato que nos llevan a mantener la hipótesis apuntada es la ausencia de cualquier evidencia de suelo ocupacional junto a la muralla, sustituido por una amplia zona de cantera en plena actividad cuando fue abandonada. Esta cantera aprovecha un sustrato rocoso pluridiaclasado que facilita enormemente la extracción de la piedra para la edificación. Se trata sin lugar a dudas de un detalle de extraordinaria importancia para poder estudiar los sistemas constructivos utilizados durante los primeros tiempos del mundo castrexo galaico. La casi total ausencia de hallazgos en la terraza inmediata a la muralla abunda en la dirección apuntada. Otro detalle que la premura de tiempo causada por las inclemencias meteorológicas impidió comprobar en el transcurso de esta campaña fue la función de un potente muro, de más de dos metros de espesor, que parte del exterior de la muralla en plano más bajo y sigue un trazado presuntamente semicircular. Se hace necesario que en futuras campañas se procure observar con precisión este detalle para comprobar si se trata de un muro de refuerzo exterior o de un verdadero bastión o cubo de muralla, lo que de confirmarse obligaría a modificar muchas de las hipótesis

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manejadas en la actualidad sobre las tradiciones que confluyen en el área galaica a lo largo de los tiempos de la transición Bronce-Hierro. Dos cuadros de sondeo abiertos en la zona superior del recinto central supusieron la aparición de un muro de trazado circular, de alrededor de cuarenta centímetros de espesor y de bastante buena factura, que hay que relacionar con los restos de una estructura de carácter habitacional semejante a las descubiertas en el castro de Torroso. Aunque apenas pudo ser excavada, se observa un pavimento de tierra pisada en el interior y un suelo preparado con piedras de pequeño tamaño al exterior. En esta zona habitacional, al contrario de lo que sucedía en la terraza junto a la muralla, los hallazgos fueron numerosos. Todas las estructuras arquitectónicas descubiertas presentan ese detalle tan característico de la fase formativa del mundo castrexo galaico cual es la ausencia de cimentación, reducida todo lo más a una simple nivelación previa del terreno. MATERIAlES

Las cerámicas descubiertas en esta campaña presentan, como particularidad más relevante, su extraordinaria semejanza técnica y formal a las procedentes de los castros de Torroso y de Dornelas, difiriendo en cambio bastante de las producciones de otros castros de la misma época como pudieran ser los de Penalba y Perdecanai, en los que predominan las pastas micáceas. En nuestro caso las pastas son poco decantadas, aplicadas a mano por el sistema de los cordones superpuestos, alisadas posteriormente por bruñido y/o espatulado; por su parte, las formas remiten a las típicas producciones de perfil sinuoso con fondo plano y borde liso con labio plano más o menos biselado; la cocción es desigual, con ciertas alteraciones cromáticas pero con predominio de las derivadas de una acción oxidante. Las decoraciones descubiertas en As Croas son muy escasas por el momento y encajan bien con las propias de la época, predominando las bandas incisas de tema geométrico y los mamilas y cordones aplicados. Curiosamente, por el momento se percibe muy poca dispersión en los hallazgos cerámicos, lo que ha permitido la detección de formas precisas.


ANTONIO DE LA PEÑA SANTOS

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Castro de As Croas (Salcedo, Pontevedra)

Detalle de la muralla de cierre desde el interior.

Detalle de la tĂŠcnica del paramento interior de la muralla.

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La muralla por el exterior junto a los restos del posible refuerzo externo.

Aspecto general de la parte excavada de la cabaña de planta circular.


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Castro de As Croas (Salcedo, Pontevedra)

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Los hallazgos metálicos se reducen por ahora a dos pequeños fragmentos de recipiente de bronce remachado y una conterita cónica también de bronce que presenta en su interior la madera carbonizada del ástil en que estaba encajada; todo ello con amplias referencias en otros poblados de la misma fase. Por último, constatar la existencia de los consabidos molinos planos de vaivén. Todos estos materiales nos remiten con seguridad a la fase formativa del mundo castrexo galaico durante la transición Bronce-Hierro. En este sentido, cada vez se percibe con mayor claridad la existencia de un relativo polimorfismo en los asentamientos de esta fase, tanto en lo puramente estructural como en aspectos más precisos como puede ser la arquitectura, bien la defensiva, bien la doméstica.

Con base en todos estos aspectos, preferentemente en los derivados del análisis de las producciones materiales, estimamos que la cronología del castro de As Croas habrá de ser encajada entre los siglos VII-VI a.e. cuando menos. En nuestro auxilio a este respecto acude una datación radiocarbónica obtenida sobre una muestra de carbón vegetal recogida durante la campaña de sondeos dirigida por Víctor Barbi Alons08 : CSIC 1.403: 2410+/-25 b.p.= 530-400 cal B.C., resultado provisional que habrá de ser refrendado o modificado por nuevas dataciones.

8 Aprovechamos la ocasión para agradecerle desinteresada de este y otros daros.

la

cesión


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ANTONIO DE LA PEÑA SANTOS

Comentario rmal Tras esta primera campaña de excavaciones, todos los datos apuntan la existencia de un asentamiento castrexo inicial de extraordinario interés por ofrecer la posibilidad de estudiar un poblado de la fase formativa ocupado por una comunidad de campesinos y abandonado en plena construcción. Al más que evidente reto que supone establecer una hipótesis coherente acerca de las causas por las que se produjo el abandono, hemos de sumar la oportunidad que se nos ofrece de estudiar los sistemas tecnológicos constructivos para una fase tan temprana de la arquitectura galaica. Por si lo anterior no fuese suficiente, vuelve este yacimiento a demostrar la existencia de arquitectura en mampostería, tanto defensiva como doméstica, en

el mundo castrexo desde sus orígenes y su flagrante polimorfismo. No olvidemos al respecto que todavía recientísimas publicaciones niegan la posibilidad de construcciones de mampostería en el mundo castrexo -incluso de la propia existencia de castros- antes del siglo V a.C9 . La suspensión de los permisos para proyectos de excavación arqueológica que padece Galicia desde 1993 ha impedido la continuación de los trabajos de investigación en este interesante yacimiento pese a figurar desde entonces incluidos en la planificación anual del Museo de Pontevedra.

9 CALO LODRIDO, F.: A Cultura Castrexa. Ed. A Nasa Terra, Col. "Historia de Galicia", n° 3. Vigo, 1993, p. 77. Id.: Prehistoria e Idade Antiga. Historia Xeral de Galicia. Ed. A Nasa Terra. Vigo, 1997, p. 45.


BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 161-174

SÍNTESIS DE LOS TRABAJOS DE EXCAVACIÓN EN EL YACIMIENTO CASTREÑO DE ALTO DO CASTRO (CUNTIS, PONTEVEDRA)

CÉSAR PARCERO OUBIÑA

Grupo de Investigación en Arqueología del Paisaje Universidad de Santiago de Compostela

Resumen: Se presentan sintéticamente los resultados de la intervención arqueológica desarrollada en el yacimiento castreño de Alto do Castro (Cuntis, Pontevedra) en el año 1993. Tras presentar las condiciones en que se planteó la intervención, motivadas por la afección directa del oleoducto Coruña-Vigo sobre el yacimiento, se sintetizan brevemente los rasgos que caracterizan a las tres fases de ocupación del yacimiento, así como las dataciones disponibles para ellas. Finalmente se establecen las relaciones más significativas entre estos datos y las dinámicas generales del mundo castreño.

Palabras elave: Edad del Hierro. Castro. Excavación. Arqueología del Paisaje. Paleoambiente. Fases de ocupación. Impacto Arqueológico.

Abstraet: A Summary 01the Excavation Work at the Hill-Fort Site 01Alto do Castro (Cuntis, Pontevedra). This article presents a synthesis of the results of the archaeological dig carried out at the Hill-Fort of Alto do Castro (Cuntis, Pontevedra) in 1993. First, there is a presentation of the conditions under which the dig took place, spurred by the direct impact of the Coruña-Vigo pipeline which crosses over the site. There is also a brief summary of the characteristics of the three stages of occupation of the site in addition to a revision of the dates. Lastly, the most significant links between these data as well as the general dynamics of the hill-fort world are discussed.

Key wordS: Iron Age. Hill-fort. Excavation. Landscape Archaeology. Paleo-Environment. Stages of occupation. Archaeological impacto

Presentación del yacimiento El yacimiento de Alto do Castro se localiza en un outeiro que ocupa una posición en espolón sobre el valle del río Gallo, con muy buena visibilidad respecto a las tierras bajas y cercana al núcleo actual de Cuntis (Fig. 1). El emplazamiento ofrece muchos de los rasgos usualmente definidos para los castros: zona de media ladera, en el límite entre los terrenos de cultivo (ager) y de monte (saltus), en estrecha proximidad al hábitat tradicional, en este caso la aldea de Laxos (Fig. 1). La vinculación con el área de valle y tierras bajas no exime de la existencia de un muy notable componente defensivo, notorio desde dos puntos de vista: uno de ellos son sus estructuras artificiales, que veremos en los párrafos

siguientes, y el otro es el propio emplazamiento. Éste se caracteriza por la maximización del componente monumental, traducido en una notable visibilidad centrada en las tierras bajas, y por una visibilización hoy día muy reducida por la vegetación pero que sin duda debió de ser importante, tanto desde la base del valle como desde la divisoria. Sin embargo, el factor que más parece haber condicionado la elección del emplazamiento es el de las condiciones de defensa. Las pronunciadas pendientes que rodean casi todo el perímetro del yacimiento introducen un componente de inaccesibilidad que es potenciado por las propias estructuras defensivas artificiales (Fig. 2). La importancia otorgada al componente defensivo es tal que las propias formas y dimensiones del


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CÉSAR PARCERO GUBIÑA

Figura 1: Localización del yacimiento en relación al trazado del oleoducto Coruña-Vigo. Mapa de detalle del entorno inmediato.

Alto do Castro

300;

¡

w

Alto do Castro

!

E -::::=-==100 metros

Figura 2: Perfiles topográficos del yacimiento y su entorno más inmediato


Síntesis de los trabajos de excavación en el yacimiento castreño de Alto do Castro (Cuntis, Pontevedra)

outeiro en que se localiza el yacimiento imponen unos estrictos límites a su superficie, de forma que recinto central es de tamaño reducido y tan sólo pudo ser ampliado por el oeste, que es la única dirección que ofrece pendientes moderadas aunque, eso sí, necesitasen ser aterrazadas. Tomando la totalidad de estructuras, (incluidos perímetros exteriores de las defensas y terrazas) las dimensiones del yacimiento visible (todas ellas norte-sur y este-oeste) son de 120x140 m. aproximadamente; la croa tiene unos 50x40, con una primera terraza al oeste de 35m y una segunda de 20 m. de diámetro aproximado (Fig. 2, 3). El recinto central aparece defendido y delimitado por un parapeto que se extiende de oeste a sur; no es, pues, totalmente perimetral. En el arco restante el recinto viene definido por terraplenes o por aterrazamientos del terreno. Estos últimos se abren hacia el oeste, cara en la que la pendiente es menos abrupta, y conforman un total de al menos tres recintos, perceptibles con claridad (hay que tener en cuenta que a partir de este punto se inician las construcciones de la aldea de Laxos). Los aterrazamientos parecen de carácter habitacional, pues en alguno de ellos se encontraron materiales en superficie e incluso es visible la planta de una característica vivienda circular. El parapeto posee una considerable altitud y anchura, especialmente visto desde fuera del castro y en su lado N de forma más marcada. La altura media actual ronda los 6 m. y se incrementa con la existencia de un foso que rodea la práctica totalidad del recinto. Hacia el sur la caída natural del terreno conforma un terraplén de notables pendiente y altura (superior a los 6 metros) que se continuaría con un nuevo foso de considerable profundidad, hoy colmatado e imperceptible en superficie, pero muy claro en el corte del terreno. A unos 100 metros lineales al sur de Alto do Castro se localiza la zona en que aparecieron fortuitamente una serie de materiales, al ser removida la tierra por el accidente de una pala excavadora. Este lugar es conocido como Cortiñas (Figs. 2, 3). A pesar de la proximidad al yacimiento castreño de Alto do Castro, Cortiñas responde a un patrón de emplazamiento muy distinto de aquél. Se trata de una pequeña cuenca encerrada entre dos elevaciones mayores, claramente abierta hacia las tierras bajas de Cuntis, de la que dista

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apenas 1 km lineal. Esta cuenca está hoy ocupada por prados artificiales creados sobre suelos muy húmedos, casi hidromorfos. En concreto en el perfil dejado por el accidente de la pala se puede observar cómo, sobre los restos de estructuras y materiales que luego describiremos como yacimiento, se ha desarrollado una especie de turbera, sin duda en relación con la acción humana en esta zona. Por debajo, pues, de esta formación húmeda se localizan una serie de materiales cerámicos (cerámica indeterminada y tégula), así como gran cantidad de escombro (piedra fundamentalmente). Sondeos aquí ejecutados confirmarán la existencia de un yacimiento en este punto, de cronología imprecisa pero probablemente bajorromano. Dado el carácter no visible en superficie del yacimiento y que éste sólo se puede definir por la aparición de materiales y la pequeña zona sondeada, resulta prácticamente imposible describir su extensión. No obstante lo que los sondeos van desvelar es que posiblemente esta zona no sea sino un área extrema del yacimiento, que debería extenderse ladera arriba.

Condiciones y diseño de la intervención Entre los meses de junio y noviembre de 1993 se asiste en Galicia al proceso de construcción de la primera de las grandes conducciones lineales proyectadas hasta el momento: el oleoducto CoruñaVigo. Fruto de la colaboración entre las empresas promotora (Compañía Logística de Hidrocarburos, CLH) y constructoras (OSHSA y Ferpi-Picandsa), la Dirección Xeral do Patrimonio Histórico e Documental de la Xunta de Galicia y el Departamento de Historia 1 de la Universidad de Santiago de Compostela, el Grupo de Investigación en Arqueología del Paisaje, bajo la dirección del profesor Felipe Criado Boado, se encargó de coordinar y ejecutar el seguimiento arqueológico de esta construcciónl . El oleoducto Coruña-Vigo es una vasta trinchera lineal que se extiende a lo largo de 155 km. entre ambas ciudades, cruzando de Norte a Sur una A partir de las premisas y bases de trabajo establecidas por este mismo equipo durante las fases de evaluación y corrección de impacto arqueológico desarrolladas de forma previa al inicio de las obras (Méndez et alii 1995). Un extracto de las bases metodológicas para el desarrollo del seguimiento pueden consultarse en Criado et alii 1995.


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CÉSAR PARCERO OUBIÑA

Figura 3: Croquis del castro mostrando el impacto del oleoducto y la distribución de sectores de trabajo.

amplia variedad de ambientes y paisajes (Amado 1995). Durante las distintas fases de trabajo arqueológico que se involucraron el la obra (evaluación previa, seguimiento, ... ) se pudieron detectar y corregir gran cantidad de impactos sobre elementos de distinta entidad. Sin embargo en el caso de Alto do Castro el impacto se detectó demasiado tarde, cuando el yacimiento ya había sido afectado por las obras (Méndez et alii 1995). El impacto de las obras sobre el yacimiento resultó ser especialmente llamativo por dos razones: en primer lugar su propia naturaleza, un castro de la Edad del Hierro que, si bien en este caso no es especialmente grande, es siempre un elemento de naturaleza visible y monumental. En segundo lugar, y debido a razones técnicas que obligan a las máquinas a atacar frontalmente las pendientes, el yacimiento fue atravesado por el centro, con lo que el impacto resulta especialmente amplio, afectando tanto a estructuras defensivas como habitacionales, etc. (Fig. 4). Tras una rápida evaluación inicial de la afección sobre el yacimiento, y una vez que su destrucción parcial era ya un hecho inevitable, la lógica aconsejaba tratar de obtener al menos una compensación a lo ocurrido, y la única forma posible era plantear una intervención que

Figura 4: Cabaña de la fase antigua localizada en el sector 2, con sus niveles de incendio y derrumbe en el perfil.


Síntesis de los trabajos de excavación en el yacimiento castreño de Alto do Castro (Cuntis} Pontevedra)

permitIeSe obtener, a cambio de una destrucción parcial que ya no puede corregirse, un bagaje de información acerca del yacimiento que, cuando menos, permita rentabilizar en lo posible el desafortunado acontecimiento. En estas condiciones se plantea el desarrollo de una serie de trabajos arqueológicos sobre el yacimiento 2. El tipo de afección que el castro había sufrido determinó en gran medida el trabajo que se iba a desarrollar. U na obra como la que nos ocupa es en condiciones normales, frente a lo que pueda parecer, escasamente destructiva. Las condiciones de construcción (Criado et alii 1995) implican la apertura de una zanja de apenas 1,5-2 metros de profundidad por 0,5-1 de ancho (dependiendo de las condiciones del terreno), obra que supone una remoción de tierra bastante escasa y que, a cambio, ofrece la posibilidad de contar con un amplio perfil que contiene gran cantidad de información que no se debe despreciar. Además de cantidad, esta información es peculiar por su calidad, pues permite examinar áreas y cortes que, en otras condiciones, nunca serían analizados. Por otra parte, el hecho de involucrar este trabajo dentro de un proyecto más amplio, como es el de seguimiento arqueológico, aporta la necesaria cobertura en recursos como para que el registro no quede infrautilizado 3. No obstante debe señalarse que, al margen de la destrucción que implica la zanja, hay un segundo elemento como es la pista de obra (para la circulación de maquinaria) que, normalmente, se limita a un desbroce del terreno y rebaje de la capa vegetal. Sin embargo en puntos de cambios de rasante bruscos, el desnivel también se elimina. Desgraciadamente éstas eran las condiciones del parapeto defensivo del castro que, por ello, fue arrasado en una anchura de unos 9 metros. Esto constituyó el impacto más notable sobre el yacimiento y la principal problemática patrimonial a resolver. Sobre estas condiciones se fundamenta el diseño de la actuación, en la que no sólo se trataba de recuperar información sino .que debía resolverse también la problemática patrimonial generada. Según esto, la última fase de trabajo fue la de restitución final del yacimiento, fase con entidad propia y con una problemática peculiar que no trataremos aquí (vid. Cobas y Parcero 1995).

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PLANTEAMIENTO DE LA INTERVENCIÓN

Se planteó el desarrollo de dos tipos de trabajo complementarios: la documentación de los perfiles de la zanja y la excavación de algunas áreas a mayores cuyo registro, más contextualizado y minucioso, sirva no sólo en sí mismo sino como clave de lectura del amplio perfil ofrecido por la zanja. De esta manera se dividió el yacimiento en varios sectores de trabajo, numerados correlativamente y que responden a uno de los dos tipos comentados (Fig. 4): Sectores de excavación. Un examen valorativo de los perfiles de zanja y pista de obra permitió localizar tres puntos en los que se habían cortado o dejado a la vista algún tipo de estr,uctura, y en ellos se plantea la apertura de los tres sectores de excavación (Sectores 1, 2 Y 4). Sectores de limpieza y documentación de perfiles. Comprenden la totalidad de los perfiles de la zanja y pista de obra en el interior del yacimiento (excepto los sectores de excavación), incluyendo las defensas (Sectores 3, 5 y 6). Además, fuera ya de los límites del yacimiento, se han limpiado y documentado aquellos puntos del perfil que presentaban alguna estructura, en previsión de una posible vinculación con el castro. SONDEOS EN CORTIÑAS

El planteamiento de la intervención no difiere en líneas generales de lo descrito para el caso de Alto do Castro. En Cortiñas se acotó un área de 8 x 2 metros a partir del perfil dejado tras el accidente de la pala mecánica. Debido a dificultades prácticas (encharcamiento del terreno e inestabilidad de perfiles) y a la propia disposición de tiempo, el área definida no se llegó a excavar en su totalidad, sino que se restringió a un área de 1,5 metros de ancho y 7,5 metros de longitud.

Síntesis estratigráfica del yacimiento El yacimiento presenta tres fases de ocupación bastante bien definidas. Para todas ellas se dispone de elementos de datación absoluta tanto arqueológicos (abundancia de materiales) como radiocarbónicos. Lo que exponemos a conti-


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CÉSAR PARCERO OUBIÑA

nuaClOn es tan sólo una síntesis de lo más significativo; para una exposición más detallada remitimos a la memoria de la excavación (Cobas y Parcero, 1995). FASE ANTIGUA

En la base se documentó la existencia de una primera ocupación muy nítidamente separada de las otras. Las evidencias de esta primera fase no se localizan en todo el castro y, si bien aparecen con claridad en varios lugares, en otros sólo lo hacen de forma vaga. En concreto, y como elementos más significativos, se asocian a esta etapa los restos de una vivienda presumiblemente circular (Sector 2 de excavación, Fig. 5) y un primer estadio constructivo de las defensas del N arte del recinto: un primer foso y parapeto, éste probablemente dotado de alguna estructura vertical de contención en sus dos caras. Se documentan restos más dispersos de esta fase en el Sector 1 de excavación, en el que aparece un canal excavado en la roca e improntas de dos agujeros de poste y en el Sector 6, con restos de un suelo de ocupación. Como se puede deducir de un análisis inicial de la dispersión de estas evidencias, la ocupación en este primer momento parece haberse concentrado en la mitad norte del yacimiento. Es posible que el castro fuese entonces de un tamaño menor al que más

Figura 5: Hoguera de la fase media localizada en el sector 2.

tarde adopta, como apunta el análisis de los Sectores 1 y 3. Aunque no disponemos de dataciones directas de ningún suelo de ocupación de este momento, sí que se han podido obtener fechas inmediatamente posteriores a su abandono 4. En concreto se ha datado el incendio de la techumbre de una casa en el Sector 2 (CSIC-1034) y un pequeño nivel de quemado, posiblemente natural, por encima del parapeto defensivo (CSIC-1032), que fue sellado por una posterior remodelación. Las dataciones, casi idénticas, ofrecen los siguientes resultados: Referencia: CSIC-1034 Edad C-14 convencional: 2330+-30 BP Edad C-14 calibrada (2 sigma): cal BC 410-370 Referencia: CSIC-1032 Edad C-14 convencional: 2320±25 BP Edad C-14 calibrada (2 sigma): cal BC 400-370 Esto implica que la construcción y habitación de esta primera fase debe ser anterior a ese final del siglo V. Los materiales asociados a esta primera etapa no son demasiado numerosos: sólo contamos con cerámica y algunas piezas líticas (pequeños cuarzos con restos de extracciones y alguna pieza granítica, molinos planos fundamentalmente), estando ausente el metal. De todas maneras el


Síntesis de los trabajos de excavación en el yacimiento castreño de Alto do Castro (Cttntis, Pontevedra)

análisis de los materiales cerámicos (Cobas 1997) los muestra plenamente coherentes con las dataciones radiocarbónicas obtenidas, algo que se mantendrá en los restantes niveles. FASE MEDIA

Por encima de esta primera ocupaclOn del yacimiento se documentan dos nuevas fases constructivas, que van a remodelar el castro de forma notable. La separación entre ellas y la inicial es bastante evidente; sin embargo inicialmente encontramos ciertas dificultades para aclarar el carácter de las dos últimas, muy semejantes en extensión, potencia y tipo de estructuras asociadas. El problema estribaba en distinguir si se trata de dos ocupaciones diferentes o de simples reformas constructivas dentro de una misma. Como se verá, la primera opción parece la correcta. Inmediatamente sobre la ocupación inicial se atestigua una profunda reforma del castro. La ocupación se generaliza con claridad a la totalidad del recinto actualmente conocido. A este .momento corresponde la construcción y uso de estructuras como una vivienda circular en el Sector 1, una hoguera con base pétrea en el Sector 2 (Fig. 5) o pequeñas hogueras en el Sector 1. Asimismo se

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asiste a una notable ampliación del sistema defensivo en el lado Norte del poblado: si bien se mantiene el esquema de parapeto + foso que ya existía antes, ahora el parapeto duplica sus dimensiones tanto en altura como en anchura; se añade un nuevo foso, también mayor, más alejado del castro. De esta forma el sistema defensivo adquiere una apariencia que se corresponde casi exactamente con la que tendrá al final (Fig. 7). Los materiales también multiplican su aparición en este momento: la cerámica se hace mucho más numerosa (Cobas 1997) y aparecen una gran parte de los escasos fragmentos metálicos recuperados durante la excavación: bronce y, sobre todo, hierro, así como otros testimonios de actividad metalúrgica (un fragmento de crisol de fundición y otro de molde lítico). Los niveles de ocupación se documentan ya en todo el yacimiento, sin que aparezca una tendencia a la concentración de evidencias como en la etapa inicial. Además de más generalizados, los niveles de ocupación se hacen también más potentes, implican un mayor trabajo de preparación y nivelación del terreno. Para este momento disponemos también de dos dataciones. Una, de contexto equivalente a una de las de la primera fase, se localiza sobre el nuevo parapeto (CSIC-1ü31). La segunda procede, por el

Figura 6: Típica construcción circular de la fase 3 situada en el sector 1.


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CÉSAR PARCERO OUBIÑA

contrario, de un nivel de ocupación; en concreto se extrajo de los restos de quemado asociados a la hoguera de base pétrea localizada en el Sector 2 (Fig. 19). Su referencia es CSIC-1035. Los resultados son, de nuevo, muy coherentes entre sí: Referencia: CSIC-1 03 5 Edad C-14 convencional: 2250+-40 BP Edad C-14 calibrada (2 sigma): cal BC 390-190 Referencia: CSIC-1031 Edad C-14 convencional: 2230±40 BP Edad C-14 calibrada (2 sigma): cal BC 390-180 El análisis del material cerámico ofrece también en este caso total verosimilitud para esta fecha. Debe reseñarse la perfecta coherencia que las dataciones muestran también en relación con las de la fase anterior. FASE FINAL

La última fase de ocupación del poblado es, como ya se avanzó, semejante a la intermedia en extensión y composición estratigráfica. Las estructuras son ahora más numerosas que las anteriormente documentadas, aunque hay que tener en cuenta que en uno de los sectores de trabajo (Sector 4) sólo se excavó esta última fase. La casa circular del Sector 1 sigue en uso (Fig. 6), aparece el conjunto de construcciones del Sector 4 (casa, murete y una estructura de difícil interpretación). A esta fase pertenece también la construcción (probablemente una nueva casa) reflejada en el Sector 6. En esta última fase se registra la aparición de uno de los elementos más llamativos del castro: una gran acumulación de cerámica muy fragmentada. Se localiza en una pequeña zona de 1,5 x 1 metro dentro del Sector 1. Debido a su posición y al estado de fragmentación que presentan las piezas parece tratarse de un basurero, únicamente destinado a cerámica (entre los fragmentos apenas hay tierra u otro tipo de elemento no cerámico). Lo más problemático es que buena parte del material depositado se relaciona con la fase intermedia de ocupación, y no la final. Entre los fragmentos allí localizados (alrededor de 10.000) se han registrado sobre todo panzas, siendo escasas las formas

(bordes especialmente) y las piezas decoradas, tanto de la última fase como, especialmente, de la intermedia (Cobas 1997). Se mantiene, pues, una ocupación amplia y generalizada de todo el yacimiento. El parapeto Norte es de nuevo retocado, pero esta vez sólo se trata de una pequeña ampliación en altura y adición de un muro de contención en su cara interna. Los materiales mantienen la tendencia de la etapa anterior, con gran cantidad de cerámica y escasos restos de otro tipo, especialmente por lo que hace al metal (cabe mencionar un fragmento de molde de sítula). El análisis de estos materiales es determinante para concluir que existe una significativa variación respecto a la etapa anterior y que estamos ante una ocupación nueva. Para corroborarlo disponemos de una última datación de radiocarbono, obtenida de un pequeño nivel de quemado dentro de la nueva reforma del parapeto (CSIC-1033): Referencia: CSIC-1033 Edad C-14 convencional: 2100±25 BP Edad C-14 calibrada (2 sigma): cal BC 180-40 Aunque no es demasiado precisa, es claramente posterior a las obtenidas para la fase media. Por otra parte es, una vez más, perfectamente coherente con los materiales asociados y mantiene la línea sucesiva con el resto de las dataciones ya mencionadas. El material no indígena localizado en Alto do Castro es muy escaso. Se han recogido alrededor de una docena de fragmentos de cerámica importada en un nivel asociado con la fase media y apenas una veintena de fragmentos de dos ánforas en niveles claramente recientes (todos en el Sector 4). Esta escasez de material romano, unido al análisis del propio material indígena y a la datación obtenida para la última fase de ocupación, invitan a pensar en un abandono del castro relativamente temprano, alrededor del cambio de era.

Valoración El análisis de la documentación estratigráfica, conjugado con las dataciones absolutas y el estudio de los materiales, permite concluir la existencia de tres fases de ocupación en Alto do Castro, claramente reflejadas en el perfil del yacimiento


Síntesis de los trabajos de excavación en el yacimiento castreño de Alto do Castro (Cuntis, Pontevedra)

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Fase'

Fase 11

Fase "'

Figura 7: Perfil general del castro y perfiles de las unidades estratigráficas pertenecientes a cada fase.

(Fig. 7). El lapso temporal que abarcaría cada una de ellas es, aproximadamente, el siguiente: Primera ocupación: anterior al s. V a.C. Segunda ocupación: ss. IV-III a.C. Tercera ocupación: ss. II-IU) a.C. Tenemos de esta forma una secuencia global de poblamiento muy amplia que abarcaría la mayor parte de lo que tradicionalmente se viene considerando como "época castreña", y desde luego la casi todo su período prerromano. En este sentido es especialmente digno de destacar el alto grado de coincidencia de cada una de las fases de ocupación del yacimiento con las divisiones establecidas en muchas de las periodizaciones del mundo castreño habitualmente manejadas (p.e. Martins 1988; Silva 1986; Peña 1992). Así pues, el proceso de ocupación de Alto do Castro no sólo muestra una gran coherencia en sí mismo sino que, además, parece reflejar de forma clara las tendencias generales que sigue el mundo castreño en el Noroeste. Sin embargo, a lo largo de este texto hemos ido remarcando cómo se detecta una importante variación en los matices de personalidad de cada una de las fases identificadas en Alto do Castro, cómo se aprecian diferencias tanto entre cada una de ellas como entre cada uno de los momentos de transición. En relación con esto

creemos importante destacar dos aspectos: la secuencia de ocupación, las diferencias entre fases pero también las semejanzas y puntos comunes. SECUENCIA

En primer lugar, a pesar de que sí es posible hallar varios puntos de inflexión durante el período de vigencia del poblamiento fortificado en el Noroeste, no creemos que pueda otorgarse la misma importancia a todos ellos porque, por otra parte, no todos se manifiestan con igual significación. En este sentido Alto do Castro muestra perfectamente lo que parece empezar a ser una constante: la existencia de una cierta transformación, localizada hacia el siglo VIV a.e. Las verdaderas implicaciones de este cambio están todavía por analizar, pero sus manifestaciones son muy claras en todo el contexto castreño, por ejemplo en la modificación de los patrones de emplazamiento (Carballo 1990), o la variabilidad en el registro cerámico (Rey 1993), por referirnos a los aspectos mejor conocidos en los que se observa un cambio significativo. Este punto de inflexión, que en el Noroeste ha vivido permanentemente marginado por la preponderancia otorgada a la romanización como factor de cambio, no es algo en absoluto revolucionario, pues coincidiría con la transición entre la Primera y Segunda Edades del Hierro, perfectamente identificadas y asumidas en toda


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CÉSAR PARCERO OUBIÑA

Europa (vid. p.e., y al margen de las interpretaciones que da para ese cambio, Collis 1989: 215 y ss.). El paso de la segunda a la tercera fases de ocupación del yacimiento viene a coincidir también con el momento en que habitualmente se establece un segundo punto de inflexión en el mundo castreño: los siglos II-I a.C. De todas formas, como hemos venido señalando, los datos recogidos en AOC no son tan elocuentes como para el caso anterior: si bien no puede negarse la aparición de una nueva fase de ocupación en este momento, con una remodelación del poblado y diferencias en el registro material, tampoco podemos equiparar en absoluto este segundo momento de transición con el primero. En efecto, el poblado conserva en esencia una misma extensión y estructura, las áreas de ocupación siguen siendo prácticamente las mismas, las estructuras habitacionales que se habían ocupado en la fase media permanecen en uso ahora, las defensas apenas se remodelan,... Igualmente el registro material muestra novedades y diferencias pero mucho menos evidentes que en relación a la primera fase de ocupación (Cobas 1997): se mantienen en esencia los tipos de pastas y cocción cerámica, acabados, decoraciones, pero también los tipos de piezas líticas, la presencia constante del metal y elementos asociados a su fabricación, etc. La mayor sutileza de este segundo momento de cambio creemos que no es algo peculiar de AOC sino general dentro del mundo castreño, reflejo probablemente de una transformación mucho más coyuntural que aquella localizada hacia el s. IV. En relación con las dinámicas evolutivas del mundo castreño y el tema de la romanización, creemos significativo notar que Alto do Castro es un buen ejemplo de yacimiento activo, que muestra una clara evolución y desarrollo internos a lo largo de las tres fases esenciales definidas para el mundo castreño sin que se perciban muestras de influencia exterior directa en el paso de una a otra. En otras palabras, Alto do Castro ejemplifica la posibilidad de que la secuencia evolutiva generalmente admitida para el mundo castreño funcione sin que necesariamente haya que recurrir al factor explicativo de la ocupación romana como el elemento que activa el cambio. U na vez que parece claro que la ocupación romana no supuso el final del mundo castreño (p.e. Rodríguez 1994), lo que la evidencia de Alto do

Castro demuestra es que tampoco es el factor necesario e imprescindible de su desarrollo, según argumento ya clásico aún con amplio respaldo (Almeida 1983, Calo 1994); demuestra cómo la evolución y progresivo perfeccionamiento del mundo castreño desde un punto de vista estrictamente arqueológico (esto es, material) no es necesariamente un proceso sometido a los impulsos exteriores aplicados sobre unas comunidades pasivas, incapaces de desarrollarse por sí mismas, como muchas veces se ha querido hacer ver. N o proponemos una argumentación totalmente contraria, sino únicamente relativizar la importancia de ciertos acontecimientos o procesos históricos cuya relevancia estructural está lejos de ser evidente. PERMANENCIAS

En segundo lugar y a pesar de lo que venimos comentando, conviene no olvidar que por encima de todos los episodios de innovación o transformación puntual y coyuntural está la permanencia de un elemento ciertamente estructural y sustantivo: la fortificación, la ordenación del poblamiento y del espacio a partir de un tipo de hábitat muy concreto como es el fortificado. Este elemento es el que caracteriza y permite hablar de un "mundo castreño" internamente compartimentado y no de varios momentos culturales distintos, principio éste que está implícito en la mayor parte de los autores (p.e. Carballo 1990). En el caso de Alto do Castro esta permanencia es clara: más allá de la sucesión de fases de ocupación, de la existencia de períodos indeterminadamente amplios de abandono, de las reformas y alteraciones en el castro y la cultura material, el hecho es que durante más de 500 años un mismo lugar, un mismo modelo de poblamiento, un semejante esquema y tipo de ocupación se mantienen en vigor, mostrando la ineludible persistencia de una misma forma de racionalidad cultural, matizada con el paso del tiempo pero no abandonada ni transformada hasta (como veremos) bastante más tarde. EL POBLAMIENTO A PARTIR DE ALTO DO CASTRO

U n desarrollo paralelo del proceso que acabamos de exponer en el apartado anterior se sigue tomando


Síntesis de los trabajos de excavación en el yacimiento castreño de Alto do Castro (Cztntis, Pontevedra)

como argumento la secuencia de poblamiento y uso del medio en la zona aneja a Alto do Castro. A partir básicamente de los datos extraídos de la excavación del yacimiento castreño y de los sondeos en Cortiñas podemos dibujar a grandes rasgos lo que pudo haber sido la sucesión de formas de ocupación del espacio en esta zona puntual desde aproximadamente el s. VI a. C. hasta la actualidad. En un momento no concreto, pero en cualquier caso anterior al siglo V a.e., se documenta la primera instalación de pobladores en el lugar, fundando lo que hemos venido definiendo como primera fase de ocupación de Alto do Castro. Carecemos de referencias acerca del modo en que el poblamiento se articulaba en esta zona con anterioridad; no obstante podemos suponer con certeza que la instalación de un poblado fortificado supone la manifestación de la existencia no sólo de una nueva forma de estructurar el poblamiento sino sobre todo de un nuevo tipo de orden cultural, reflejado en la existencia de una nueva voluntad de visibilización: el lugar de habitación se convierte, por primera vez, en referente que señala la presencia humana en el espacio (Penedo y Rodríguez 1991). y lo hace de forma consciente, con una voluntad, además, de permanencia en el tiempo. Y lo hace, por fin, de forma peculiar, a través de un tipo concreto de poblado como es una fortificación (Parcero 1995). Este nuevo modelo de asentamiento opta, además, por una localización y un emplazamiento particulares, que no nos parecen en absoluto aleatorios. La elección de un determinado emplazamiento puede justificarse, como ya se apuntó en otros lugares (Parcero 1995), por la conjunción de tres factores: visibilidad sobre el entorno y visibilización desde ese mismo entorno, en íntima relación con la aparición de una nueva racionalidad, de una distinta voluntad de visibilización, opuesta a lo que es propio de épocas anteriores (Méndez 1994) (y posteriores, como veremos) y que hace que el asentamiento pase a ser referente conspicuo y permanente en el paisaje. El tercer factor en juego, la existencia de condiciones defensivas propicias, se relaciona con el hecho de que esa voluntad de visibilización se concreta en forma de fortificación, lo cual introduce nuevos elementos de particularidad. La elección de un modelo de emplazamiento como el que acabamos de exponer, ejemplificada

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en Alto do Castro desde esta primera fase de ocupación, se matiza y completa con el de la localización. En este sentido lo más digno de destacar es la relación entre la posición del poblado y la proximidad a las tierras bajas del valle, aquellas de mayor potencialidad agrícola (Fig. 1). Esta asociación entre yacimientos castreños y tierras de potencial para el cultivo ha sido señalada numerosas veces, tanto para yacimientos concretos (Peña 1992) como dentro de planteamientos más generales (Carballo 1990, Parcero 1995). Este tipo de localización se relaciona con el hecho de que en el mundo castreño, como novedad significativa respecto a etapas anteriores, la existencia de nuevas posibilidades tecnológicas y de un diferente contexto social hará posible la conquista de tierras más fértiles y pesadas, como las de los valles. En ellas se sitúan, también por primera vez, campos de cultivo permanentes, y es en relación con ello cómo el hábitat se hace también permanente. La fundación de Alto do Castro parece producirse en un contexto ambiental propio del subatlántico en el que un paisaje caracterizado por el predominio de la vegetación boscosa de frondosas, va siendo paulatinamente reemplazado por formaciones más abiertas, en las que las praderas de Gramíneas empiezan a ser lo predominante. Esto, que es una tendencia general para el mundo castreño (Ramil 1994), puede verse también en Alto do Castro, a través del análisis polínico realizado sobre un paleosuelo inmediatamente anterior a la erección del más antiguo parapeto del castro 5. Los resultados (Fig. 8) muestran todavía un importante porcentaje de Quercus, aunque los indicadores de acción humana sobre el entorno (en un momento, recordemos, todavía fundacional del poblado) empiezan a ser evidentes. Esta paulatina acción humana sobre el medio fue sin duda en aumento durante las sucesivas fases de ocupación del castro, como demuestran los numerosos granos de cereal carbonizado, trigo sobre todo (Triticum dicoccum) pero también cebada (Hordeum vztlgare nudum), localizados en contextos de la última fase de ocupación en el Sector 4 6. Todo ello constituye otra de las manifestaciones, tal vez la más notable, de la aparición de esa nueva racionalidad cultural antes mencionada: ya no es sólo el lugar de habitación (castro) el que se hace visible y evidente en el


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CÉSAR PARCERO OUBIÑA

entorno, sino que también lo son las actividades de producción (cultivo). Y lo son de dos maneras: a través de la transformación del ambiente, como acabamos de ver, y a través de la probable construcción de elementos artificiales para el cultivo, como veremos más adelante. El incremento de la presión y el efecto de la actividad humana sobre el entorno se sitúa en la misma racionalidad que hace que el lugar de habitación, el poblado, se convierta también ahora en una construcción prominente, permanente en el medio. Por debajo de esta tendencia general se documenta, como ya se ha visto, una modificación de cierta entidad a la altura del s. IV a.C. En este momento, además de las novedades en el registro que se han analizado, se produce una remodelación del poblado: se amplían las defensas, se generaliza la ocupación y es muy probable que el tamaño del recinto aumente también, hasta alcanzar su forma actual (Fig. 7). Dentro de este proceso es especialmente notable la aparición hacia el oeste de adiciones al recinto central en forma de aterrazamientos, sin duda de carácter habitacional. Sin embargo esta evidencia no debe ocultar el hecho de que, a continuación de las terrazas intramuros hoy visibles, hubiesen existido otras estructuras exteriores al recinto dedicadas a actividades no habitacionales (cultivo), como los aterrazamientos enmascarados actualmente por la aldea de Laxos o el foso lineal que se documenta al Sur del yacimiento. Las líneas maestras de ocupación y uso del castro se van a mantener casi inalteradas desde este momento hasta su abandono (hacia el cambio de era), a pesar de la existencia de una tercera fase de ocupación que, en lo esencial, no alterará la estructura del poblado. Cuando el castro deja de ser habitado se asiste al final de un período documentado de ocupaClOn (discontinua) de más de 500 años en el cual, pese a las variaciones analizadas, se registra un hecho capital: la persistencia de un mismo tipo de hábitat, en un mismo emplazamiento y, lo que es más importante, de un mismo tipo de racionalidad, la del paisaje fortificado. Tras un lapso temporal poco concreto, pero que podría rondar los trescientos años, volvemos a tener evidencias de poblamiento en la zona. Se trata del yacimiento de Cortiñas, un punto de tipología y

mal conocidas pero ocupado cronología probablemente desde época bajorromana. A pesar de los pocos datos de que disponemos para evaluar este yacimiento, lo que sí es claro es que su aparición obedece a patrones culturales totalmente diferentes: El emplazamiento es ahora completamente distinto (Fig. 2), Y ello es aún más significativo considerando la proximidad (apenas 100 metros lineales) con Alto do Castro. Se abandona un lugar prominente, bien defendido y con amplio dominio visual y se ocupa una zona relativamente deprimida, escasamente señalada en el paisaje y con un control visual limitado. Todo ello, de por sí ya elocuente, se completa con el hecho de que el poblamiento que representa Cortiñas carece de cualquier asomo de fortificación, es un poblamiento abierto. Las novedades en el registro son significativas, y sin duda se relacionan con modificaciones ahora sí sustantivas en las prácticas sociales y concepciones culturales que se esconden detrás. La localización, sin embargo, es semejante. Por tanto puede sostenerse que los factores que empujaban al hábitat castreño a centrarse en torno a los valles se mantienen ahora vigentes; esto es, que el modelo de aprovechamiento económico que rige en este momento bajorromano - altomedieval no debió diferir en esencia de lo practicado en el mundo castreño. Por supuesto que existirían diferencias tanto en la forma de explotación del medio (sobre todo en cuanto a su intensidad) como en las estructuras organizativas que las regían, pero lo que se va a mantener es un modelo de producción económica centrado en torno al valle como unidad significativa y a la conquista de las tierras bajas. En cuanto a la evolución posterior de la presencia humana en la zona, carecemos ya de evidencias importantes para evaluarla. Tan sólo sabemos que, en un momento inconcreto, se abandona el yacimiento de Cortiñas. La presión antrópica sobre el entorno se incrementa, y fruto de ello el lugar se convierte progresivamente en una zona húmeda, casi hidromorfa, sobre la que se desarrolla una especie de pequeña turbera. Su base ha sido datada por C-14, con el siguiente resultado: Referencia: Beta 74273 Edad C-14 convencional: 980 ± SO BP Edad C-14 calibrada (2 sigma): cal AD 990-1180


Síntesis de los trabajos de excavación en el yacimiento castreño de Alto do Castro (Cuntis, Pontevedra)

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Figura 8: Resultados del análisis de la columna polínica.

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En un prinClplO se pensó que la formación de esta turbera podía ser más antigua, tal vez cercana a la ocupación de alguno de los yacimientos; por ello se tomaron muestras para un análisis polínico cuya realización, finalmente y ante la tardía datación, se desechó. De hecho la formación de esta zona húmeda nos indica un cambio sustancial en el uso del suelo en esta zona, que por descontado incluye el abandono definitivo del yacimiento, tal vez desde bastante tiempo atrás, a juzgar por el amplio volumen de sedimento acumulado. En relación con ello hay que situar, muy probablemente, el traspaso de la zona de asentamiento al lugar abierto tradicional que todavía hoy perdura: la aldea de Laxos. Según los datos disponibles este paso habría que situarlo en los años centrales de la Alta Edad Media.

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BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 175-178

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓXICA NO CASTRO DOS PRADOS ESPASANTE (ORTIGUEIRA-A CORUÑA)

EMILIO RAMIL GONZÁLEZ Avenida de Vigo, 162-164,2° D. Ferrol15403

Resumo: O resultado de cinco campañas de intervención arqueolóxica, subvencionadas pola Dirección Xeral do Patrimonio Cutural da Consellería de Cultura, no primeiro foxo do xacemento Castro dos Prados de Espasante, permitíu a exhumación e consolidación dun Monumento con Fomo ou Pedra Formosa. Finalizada a investigación da construcción hipogea, plantexamos a necesidade da súa rentabilización socio-culrural observando as solucións aportadas para este tipo de estructuras no norte de Portugal e occidente de Asturias.

Abstraet: An Archaeological Excavation at the Site 01 the Hill-Fort Castro Dos Prados-Espasante (Ortigtteira-A Coruña). The result of five archaeological excavations, funded by the General Directorate of Cultural Heritage of the Autonomous Ministry of Culture carried out in the first ditch at the site of the Hill-Fort Os Prados in Espasante has led to the exhumation and consolidation of a Monumento con Fomo o Pedra Formosa. After finishing out research on the hypogeal construction, we raised the issue of the need ro make use of it in socio-cultural terms. The solutions used for these types of sttuctutes in the North of Portugal and West of Asturias are discussed.

Entre os anos 1988-1993 realizamos cinco intervencións arqueolóxicas no xacemento Castro dos Prados, tres campañas de excavación, anos 1988-90-92, e dúas campañas de consolidación, 1989-93, con dous obxetivos moi claros, rematar a investigación arqueolóxica da estructura hipogea cuia excavación no primeiro foxo do castro InlClaramos no ano 1987, e conseguí-la consolidación da construcción. N esta derradeira intervención do ano 93, co obxetivo final de plantexarnos uns adecuados criterios de actuación, xa que finalizada a excavación en área do Monumento con Forno propoñíamonos acometer a consolidación integral da construcción, quixemos observar o resultado das excavacións realizadas neste tipo de estructuras nas áreas portuguesa e asturiana, o seu estado de conservación, e sobre todo os diferentes plantexamentos de carácter patrimonial, caso de existir, nos diferentes xacementos. Coidamos que unha actuación de carácter investigador debe continuarse cunha adecuada intervención dende o punto de vista patrimonial, para garantir desta forma a conservación do xacemento.

No norte de Portugal, concretamente en Briteiros, aparece a finais do século pasado un monolito de pedra granítica moi decorada denominándose Pedra Formosa -actualmente atópase no Museo Arqueolóxico de Guimaraes-, que provoca numerosos artigos de diferentes investigadores especulando sobre o seu uso e función. No ano 1930 atópase excavando o Castro de Briteiros unha nova Pedra Formosa "in si tu 11 , na área intramuros do castro, separando a cámara da antecámara dunha nova tipoloxía de construcción castrexa; o achádego aclara a finalidade da Pedra Formosa dentro da construcción, pero provoca un novo debate sobre a funcionalidade do conxunto. As intervencións arqueolóxicas en Briteiros realizáronnas Martíns Sarmiento e Mario Cardozo. Ferreira de Almeida atopa en Sanfíns unha nova Pedra Formosa situada entre a entrada ó xacemento e a muralla exterior. Actualmente está incluido no programa de conservación da Citania de Sanfíns, presentado moi bó estado de conservación. N ovos xacementos do norte de Portugal van a presentar restos do tipo de construcción onde se sitúan as Pedras Formosas como Santa María de


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EMILIO RAMIL GONZÁLEZ

Galegos, que conserva toda a estructura en bó estado, Castro de Sabroso, Castro de Sardoura e Castelo de Vermoim, hoxe desaparecidos, Castro das Eiras en Famalicao, en bó estado, e Citania de Tongóbriga, situada na área intramuros do castro, forma parte dun proxecto integral que dirixe a Escola de Arqueoloxía e Restauración de Marco de Canaveses. Nos castros asturiáns de Pendía e Coaña as excavacións de García e Bellido e Jordá Cerdá, exhumaron as únicas Pedras Formosas desta comunidade. En Coaña está situado moi cerca da porta de acceso á croa. Hai un Plan Especial para todo o xacemento. En Pendía atopáronse restos de dúas construccións, cerca da entrada ó castro, pero semellan abandonados. Finalmente en Galicia Chamoso Lamas excavóu en Santa Mariña de Augas Santas, na cripta da basílica románica da Ascensión, que nunca chegóu a finalizarse na súa construcción, pero que afectóu á estructura da Pedra Formosa, permanecendo casi invisible para o visitante. No ano 1987 mIC1amos as excavacións arqueolóxicas no Castro dos Prados. O xacemento ten un emprazamento topográfico costeiro, localízase nunha península sobre o peirao de Espasante, defendido por outos cantís, agás unhas defensas artificiais consistentes en dous foxos intercalados por dúas espectaculares murallas que se completan cun parapeto exterior. O resultado das excavacións amosaron dous momentos de ocupación definidos por dous tipos de construcClOns, habitacións en ángulo sobre construccións circulares, sin que conservemos estratigrafía desta superposición de estructuras relacionado con material ergolóxico. A superficie de ocupación do castro estaba moi arrasada, agás o primeiro foxo onde se exhumou o Monumento con Forno, Pedra Formosa. Sigue o modelo común a este tipo de constmccións, localizándose entre murallas, soterrada, con presencia constante de auga. Arquitectura complexa dentro do urbanismo castrexo, presentan todas las Pedras Formosas unha clara división entre un atrio, antecámara, cámara e forno, así como elementos constructivos como piscinas de auga, canles de desaguadoiros, bancos corridos na antecámara, chán pulimentado na cámara.

O Monumento de Espasante aporta dúas novidades que crarexan todavía maís a funcionalidade deste tipo de construccións, como é a división do forno que conta cunha zona de alimentación separada, a presencia dunha piscina e dúas arquetas na cámara. Sobre a función dos Monumentos asistimos a un longo debate dende o achádego de Briteiros, resumindo así as distintas opinións: carácter funerario, relixioso, fornos crematorios, sepulcros de galería, carácter sepulcral, culto ao auga, fundición de metáis, matadeiro de animais, fornos cerámicos, fornos de cocción de pan, e finalmente monumentos cunha función termal, opinión defendida por Chamoso Lamas (1955, 41), Conde Valvís (1953, 432), Romero Masiá (1976), Ferreira de Almeida (1974), Coelho (1987), Maya (1989), Ramil (1989, 64; 1991, 63), Queiroga (1990), Acuña (1992,8), Almagro i Alvarez (1993), confirmándose a utilización dos Monumento como baños de vapor nas derradeiras excavacións de Galegos, Prados e Famalicao. A excavación de Prados establece perfectamente a división de funcións das distintas habitacións que forman a complexa estructura. A cámara está construída en falsa bóveda, accedéndose somentes dende a antecámara a través do oco inferior central da Pedra Formosa. Tanto a cámara como a antecámara teñen un enlousado pulimentado que permite camiñar descalzo. Na antecámara consérvase a pegada do lugar onde estaba colocado o banco corrido. Accédese a esta habitación dende o atrio que conserva un empedrado irregular, baixo o que pasa o canle de desaguadoiro da piscina situada na cámara. A zoa de alimentación do forno é un espacio útil e cómodo para mantenimento e limpeza así como para labores de depósito de materia prima, e cantos rolados; estes quéntanse para botalos seguidamente na piscina de auga da cámara, producíndose vapor nesta habitación absolutamene pechada. Coidamos que estamos diante de baños de vapor húmedo por mor da utilización do vapor conseguido ó provocar o contacto entre pedras sometidas a elevadas temperaturas e auga fría, o que provoca unha elevada porcentaxe de humidade ambiental. O Monumento con Forno utilízase no segundo momento de ocupación do Castro dos Prados,


Intervención arqueolóxica no Castro dos Prados) Espasante (Ortigueira) A Coruña)

Foto 1: Fama e zoa de alimentación do Monumento con Fama de Espasante

Foto 2: Cámara, antecámara, atrio, empedrado exterior e canle de desagüe da piscina

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EMILIO RAMIL GONZÁlEZ

coetáneo coas habitacións en ángulo da superficie ocupacional, nun momento galaico-romano, (o material ergolóxico recuperado é siñificativo como a abundante cerámica común, un fragmento de Drag. 37, un as de bronce de época imperial, anacos de ánfora), no que o foxo perde a súa función orixinal como elemento defensivo. Queremos incidir no aspecto patrimonial dunha estructura arquitectónica singular como é o Monumento con Forno. Rematada a intervención de caracter investigador, procedeuse á consolidación integral do elemento pétreo, en tódalas habitacións que forman a estructura, muros e pisos. Ó tempo realizóuse a limpeza do entorno, e a plantación arbórea o longo do perímetro e acceso Ó xacemento, así como a súa correcta sinalización. Indicabamos nesta derradeira campaña de intervención a necesidade de acometer a compra dos terreos, que pasarán a ser propiedade municipal, para completar, con panéis explicativos e publicación de trípticos, a promoción e proxección socio-cultural do Monumento, co obxetivo final de garantir deste xeito a correcta conservación do xacemento.

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BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 179-185

CASTROMAO (CELANOVA, OURENSE)

LUIS ORERO GRANDAL

Rlia Mercado 6, 2° esq. 32001 OURENSE

Resumo: Trátase de facer un breve percorrido polas actuacións arqueolóxicas realizadas neste xacementocastrexo-romano durante os últimos sete anos, que desembocaron na consideración de "zona arqueolóxica de CASTRüMAü", así como na tramitación do expediente para a declaración como B.I.e. e a redacción dun Plan Especial de Protección da zona. Previamente, se describe o xacemenro e se relatan os primeiros traballos arqueolóxicos alí realizados, nos que xa se determina a importancia do asentamento cas trexo-romano. Palabras clave: Castro, zona arqueolóxica.

Abstract: Castromao (Celanova, Ourense). This article rakes a quick look at the archaeological excavations carried out at this Romanhill-fort site over the last seven years which led ro its being declared "Archaeological Area of Castromao". Steps have also been taken rowards its declaration as a B.I.e. and the drawing up of a Special Plan for the Protection of the Area. The site is described and there is a discussion of the early archaeological work carried out in the area. This early work highlights the importance of this Roman hill-fort settlement.

Key words: Hill-fort, Archaeological Area

Castromao é un outeiro dominante situado no Concello de Celanova, ó SW da provincia de Ourense, onde se empraza un coñecido xacemento arqueolóxico castrexo tamén ocupado en época romana. Nas terras baixas que o circundan, ó leste, localízase o lugar de Sta. María de Castromao a menos de 3 km ó NW da capitalidade do municipio. O recinto castrexo-romano está todo él rodeado e protexido por unha muralla case circular, duns 490 m de lonxitude, que envolve unha superficie de máis de 20.000 metros cadrados (2'26 Ha). O eixe máis largo vai en sentido E-W e chega ós 175 m. O castro está formado por unha plataforma superior chaira (a 732 m de altitude) cunhas prominencias rochosas na súa esquina sur-leste, alí quedan vestixios da cimentación dunha antiga ermida medieval de planta pequena e rectangular.

Polas ladeiras norte e suroeste, o terreo descende máis suavemente formando unha especie de semicírculos protexidos por muros de contención e/ou nivelación que, a súa vez, forman plataformas escalonadas onde se localizaron restos de estructuras. Baixo estes escalóns, dando a volta a todo o cume do monte a modo de anel máis estreito na cara norte, está a plataforma máis baixa que se encontra toda protexida por unha forte muralla de dúas caras de pedra, reconstruída e consolidada en parte pola zona norte. Dende a esquina noroeste ata a mitade da cara leste, e onde se concentran o maior número de estructuras escubertas, unhas setenta. Hai que indicar que pola cara sur e parte da cara leste, ata sobrepasa-la esquina, consérvase un treito da cimentación doutra liña de muralla, que vai máis baixa e que sería aparentemente máis


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LUIS ORERO GRANDAL

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Figura 1: Situación de Castromao dentro da provincia de Ourense

débil ca outra. N a mesma metade da cara sur do monte, esta muralla vai cara ó interior ata apoiarse nun gran penedo no que hai pegadas de gravados rupestres (cazoletas) na súa parte superior. Ó pe deste penedo moi posiblemente estaría o único acceso ó recinto, e dende ahí cara ó oeste soamente se pode aprecia-lo desnivel que forma un corpo de muralla. Este posible acceso ven conformado por ser esta a única zona onde non hai un forte desnivel exterior á muralla, senon que se da unha zona chaira que, cunha pequena pendente, enlazaría esta parte baixa coa inmediata plataforma interior. Na esquina nor-Ieste do outeiro, hai unhas grandes rochas por riba do cruce que vai ó cemiterio e á casa rectoral, ternos unha zona chaira intermedia que enlaza a parte baixa da muralla cos penedos, anque esta zona está hoxe moi alterada xa que en tempos non moi lonxanos adicouse a canteira.

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"'~~~~~~ Figura 2: Plano actualizado do castro (Campaña 97). En trama escura, as esttucturas consolidadas.


Catromao (Celan ova, Ourense)

En Castromao realizáronse uns traballos de catalogación por parte de membros do grupo NÓS ó remate dos anos 20 (S.E.G., 1928), e non se lle prestou maior atención ata mediados os anos 60 nos que GARCÍA ROLLÁN realiza os primeiros traballos de escavación arqueolóxica no xacemento, anque vellos veciños do lugar xa falan de intervencións de furtivos con anterioridade. Nos primeiros 70 toman o testigo FERRO COUSELO e LORENZO FERNÁNDEZ, que continuaron as labores de escavación na mesma plataforma inmediata a muralla, abandoando a zona norte e índose máis cara ó leste, xusto por riba do pobo de Castromao. Máis adiante, a finais desta década, é FARIÑA BUSTO o encargado de dirixi-Ios traballos arqueolóxicos que se realizaron en diferentes partes do castro. Nos primeiros 80 SEARA CARBALLO realiza un corte radial que atravesa toda a cara sur, deixando ó descuberto varios treitos de paredes e cimentación da muralla baixa, e escava unha pequena zona intermedia ó oeste da plataforma superior onde localiza máis estructuras. Todas estas campañas arqueolóxicas permitiron recoller unha ampla mostra de material arqueolóxico de todo tipo, entre o que habería que destaca-la "tessera hospitalis" (Ferro Couselo e Lorenzo Fernández, 1971), un tesouriño e moedas varias (Ferro Couselo e Cavada Nieto, 1976), elementos arquitectónicos decorados (destaca un trisquel calado), úteis de ferro e bronce, obxectos de adorno de pasta vítrea ou bronce, muíños, cerámica castrexa e romana, etc. Tamén permitiron a descuberta dunha serie de estructuras en pedra: muralla; muros de contención e de nivelación; vivendas circulares, rectangulares ou cadradas , con ou sen vestíbulo, almacéns, ... con diferencias de aparello ou fases constructivas, etc. Tanto na plataforma superior como na cimentación da muralla, se recolleron materiais cerámicos (cerámica tipo Alpiarc;a, outras de pastas groseiras, e algunha con máis que probable procedencia grega) e úteis de bronce (agulla dunha fíbula de pivote e outra fíbula de longo travessao sem espira), que xuntamente con pegadas de postes de madeira (Fariña Busto, 1991), nos falarían das fases máis antigas de ocupación do recinto.

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Toda esta recuperación de elementos da cultura material do xacemento, así como as diferentes estructuras de todo tipo que se puxeron ó descuberto, levaríannos dende os séculos VII-VI a.C., ata o século II d.C. Por todo esto, o xacemento de CASTROMAO está incoado como Ben de Interese Cultural, segundo unha resolución do 26 de novembro de 1980. Xa antes, pero máis polos anos 1982-84, a superficie escavada se protexe con rede de arame, deixándose dúas portas de acceso, para salvagarda-Ia riqueza patrimonial do recinto castrexo-romano. Ó mesmo tempo reconstrúense e consolídanse case cen metros de muralla, polos dous lenzos. Pero a pesares de todo esto, CASTROMAO cae nuns anos de incomprensible e preocupante abandono. As estructuras descubertas sufren graves danos xa que se veñen abaixo parte das súas paredes; a maleza e vexetación medran de tal xeito, que non só non é posible camiñar polo recinto, senón que faise moi difícil o localiza-las estructuras descubertas ou diferencia-los cortes realizados. Así permanece ata o ano 1992 no que o Concello de Celanova, promove una convenio coa Consellería de Cultura da Xunta de Galicia, co obxectivo fundamental de rematar con case oito anos de abandono, e tratar de recupera-lo xacemento facendo unha posta Ó día do mesmo 1 . Dende esas datas ata o presente, véñense realizando sucesivas campañas no xacemento dirixidas todas elas por ORERO GRANDAL, e que teñen como fin inmediato a limpeza, consolidación das estructuras descubertas, consolidación de paramentos, perfilado dos cortes estratigráficos, novos levantamentos topográficos e planimétricos, recuperación fotogramétrica, realización de novos estudios arqueolóxicos,... en definitiva, a recuperación e actualización do recinto castrexo, así como unha posta do mesmo en rendabilidade sociocultural. Mediante estos convenIOS realízanse diferentes estudios tanto no castro propiamente dito, como en tódalas terras que o circundan. En base a eso, hoxe pódese afirmar que a riqueza arqueolóxica do lugar, sobrepasa en moito o monte no que se Convenios que se prorrogaron nos anos 93, 94 e 96-98, sempre avaliados e financiados por esa Consellería.


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LUIS ORERO GRANDAL

asenta O castro. Tódalas terras inmediatas, menos en parte da ladeira noroeste, están afectadas por unha forte romanización (estructuras no subsolo, aparición de materiais ó facerse unha remoción de terras, sinais de ocupación en mostras dos solos recollidas, análise de C-14, etc.) como ben indican a descuberta de parte dun ara, hoxe na parede da casa rectoral (Rodríguez González e Seara Carballo, 1983), e a localización de parte dunha estatua de guerrero galaico (Herves Reigoso, 1991). Todo esto incide en declarar que na actualidade, a importancia arqueolóxica de CASTROMAO non se restrinxe o seu recinto castrexo, senón que podemos falar dunha ben delimitada "zona arqueolóxica l' que, coa correspondente área de protección, abarcaría cercadas 60 Ha. A renovada importancia arqueolóxica de CASTROMAO fai que, a finais do ano 1.997, se leve a cabo a elaboración do Expediente para a declaración da "Zona Arqueolóxica de CASTROMA0 como Ben de Interese Cultural de Galicia. Por elo, establécese aobrigatoriedade por parte do Concello de Celanova de redactar un Plan Especial de Protección da zona arqueolóxica afectada; este Plan Especial se redacta pola arquitecto SOTO VÁZQUEZ e polo arqueólogo ORERO GRANDAL, e se entrega a principios de 1998, aínda que está pendente da súa aprobación definitiva. O Plan Especial delimita a superficie da zona arqueolóxica que se divide en dúas áreas: castro, e terras baixas romanizadas. Esta zona rodéase por unha área de protección, sendo a superficie total de tódolos terreos unhas 54'57 Ha, cun perímetro aproximado de 3 7 km; entre parcelas e subparcelas vense afectadas máis de 950 terras diferentes. Volvendo a cuestións puramente arqueolóxicas, hai que indicar que, durante as cinco campañas realizadas (en breves datas rematará a sexta), consolidáronse un total de corenta estructuras (máis outras catro ou cinco neste ano), de xeito que quedarán recuperadas a inmensa maioría das que estaban ó descuberto, e que se agrupaban claramente en "barrios" ou grupos ocupacionais. A consolidación (de estructuras e muros de contención), descuberta de novas estructuras, paredes, muros, etc., ofrecen unha nova perspectiva do recinto, e permiten ter unha idea moito máis clara tanto da ocupación como da 1 ',

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evolución constructiva no lugar. Aprécianse reaproveitamentos de vellas estructuras (sempre as estructuras circulares están por baixo das cadrangulares), inutilizacións de outras, reutilización de zonas, peculiaridades constructivas (formas circulares, rectangulares, cadradas, con ou sen vestíbulo, dependencias anexas; esquinas escadradas ou redondeadas, cimentacións e apoios escalonados, utilización de penedos como punto de apoio a muros e paredes, pisos superpostos, etc.), fogares, enlucido de paredes, etc. Cortes estratigráficos realizados en terreos da parte inferior a uns 75 m de distancia da base do outeiro e aproveitando a preparación dunha pista aberta con motivo da Concentración Parcelaria da zona, permitiron localizar paramentos e pisos de ocupación, así como recuperar materiais cerámicos (terra sigillata sudgálica, 11 marmorata", e terra sigillatahispánica) datables ata mediados ou finais do século lI; tamén unha moeda de Lucio Vero do ano 161 d.C. (Orero Grandal, 1994). Esto confirma que unha época da ocupación do castro coincidíu plenamente coa ocupación de parte da zona baixa; unha mostra de carbón vexetal analizado por C-14 recollida nun terreo xa dentro no núcleo rural de Castromao, deunos unha data proxlma Ó cambio de era. Á espera de novos estudios ou achados nas terras baixas, hoxe sabemos que alí houbo unha ocupación que abarcaría os séculos 1 e II d.C., e que podería chegar ós inicios do lII. U n corte realizado na parte baixa do recinto, na esquina SW, permite ter por primeira vez un rexistro desa zona do xacemento, xa que se trataba das únicas terras de particulares que se metían dentro do recinto castrexo (as Olltras terras son de propiedade comunal, cedidas ó Concello de Celanova para que se podan levar a cabo actuacións arqueolóxicas), e que foron adquiridas polo Concell0 2 tamén para ser utilizadas soamente con fins puramente arqueolóxicos, nos ofrecen unha interesante documentación. Nese lugar, a muralla estréitase na súa apertura cara Ó sur, e prácticamente envolve unha estructura circular descuberta. Aquí a muralla apenas se

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Compra financiada pola Consellería de Cultura, cuia previsión xa se recollía no convenio asinado para a campaña de 1993.


Catromao (Celanova, Ourense)

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Figura 3: Vista de estructuras consolidadas na Campa単a do 96. Plataforma intermedia, parte norte.

Figura 4: Vista do conxunto de estructuras consolidadas na Campa単a do 97, dende a muralla. Plataformas intermedias esquina NW.


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LUIS ORERO GRANDAL

Figura 5 Estructura circular descuberta na Campaña do 97, con vestíbulo, "soleira" e fogar central.

conserva en altura, dado que esa zona non ten moito desnivel (topográficamente sería o único lugar que permitiría situa-Ia porta de acceso ó recinto) xa que se utilizou ata hai uns anos como terra de labor. Esta estructura circular conserva a porta coa súa "soleira", e o pavimento 93 cm por baixo dela; polos extremos interiores da "soleirall hai como dous rebaixes que, xunto a aparición de cravos nesa parte, fai pensar en un descenso mediante escaleira interior. Na parte norte da parede, conserva pegadas de rebaque de barro, e sobre o pavimento apareceu un muíño romano de man (as dúas partes), cerámica común romana: olas, xerriñas de pasta cincenta, pratos (algúns con grafito), asas, etc.; terra sigillata hispánica (formas Drag. 15/1 7 , Drag. 27, Drag. 37); parte dun "couzón"; doas de pasta vítrea, etc. Por fóra apareceu máis material de época romana, así como parte doutra estructura circular maior que a anterior, e a continuación en sentido leste. Destacan dentre os matenalS recuperados, fragmentos de terra sigillata hispánica en formas Drag. 24/25, Drag. 46, Drag. 29, ademáis dos xa citados; fragmentos de cerámica castrexa de olas

con perfil en S e globulares, con decoración incisa e estampillada; un coitelo de ferro; parede dun vaso de vidro con liñas horizontais gravadas, (posiblemente da forma Isings 106), etc. Todo este material nos pode levar dende o século 1 ata finais do século II, ou principios do III; de ser así, falaríase da zona do recinto ocupada en época máis tardía. Fóra da muralla e por baixo da súa cimentación, realizamos unha cata, que na súa parte máis fonda (2 90 m) mostrou bordes abertos de grandes vasillas, de pastas moi groseiras e mala feitura. Por outra banda, os traballos de consolidación permltlron descubrir novas estructuras (destacamos unha circular na campaña do 97, por baixo dun forte desterro producto de escavacións anteriores, con "soleirall, vestíbulo, fogar central e pía de pedra), ver muros de contención levantados sobre estructuras que se inutilizaron entre as que se encontraba un forno, e deixar á vista máis treitos de muros de contenClOn. Ademais púidose recuperar unha escultura zoomorfa en vulto completo, un simio, á que soamente lle falta a cabeza, e que se encontraba na cimentación dun vestíbulo (Orero Grandal, 1994); un fragmento 1


Catromao (Celan ova, Ourense)

dun trisquel calado... Outros materiais recuperados serían doas de pasta vítrea de diferentes cores, fíbulas en omega, alfinetes de bronce coa cabeza decorada, moedas (épocas de Augusto e Tiberio), cerámica castrexa (con variedade de formas e decoracións: incisa e estampillada), lingote de ouro plano-convexo, etc. Nestas campañas recolléronse varias mostras de carbón vexetal e de sementes carbonizadas, que unha vez sometidas a análise polo método do C-14, proporcionan unha serie de datas estimadas que veñen a completa-los datos que se teñen sobre as diferentes etapas da ocupación do xacemento (303 a.C. amáis antiga e 69 d.C. a máis recente). Polo que respecta á consolidación das diferentes estructuras descubertas nas campañas arqueolóxicas realizadas no xacemento desde os anos 60 ata os primeiros 80, soamente resta dicir que, salvo algún caso puntual e estrictamente necesario, ningunha das paredes ou muros consolidáronse con máis altura da que tiñan, xa que o conservado é suficiente para dar unha clara idea da estructura orixinal; tamén débese indicar que, xeralmente, as campañas de escavación realizadas nos anos 60-70 (ás que corresponden a meirande parte das estructuras consolidadas que se estenden pola plataforma máis baixa ou inmediata superior, dende a esquina NW ata a esquina NE) levantaron os pisos de uso tanto polo interior como polo exterior das estructuras, dándose deste modo unha imaxe algo alterada de como serían na súa orixe. Tódolos traballos de restauración, ademais de necesarios xa que moitas paredes ou muros estaban a piques de caerse, inciden na importancia da recuperación do xacemento a nivel sociocultural. Hoxendía, os numerosos visitantes do lugar xa poden ter unha clara perspectiva da ocupación do recinto, das súas diferentes áreas, e da complexidade e variedade constructiva dos seus elementos. A limpeza periódica do recinto, e a permanente apertura de tres ocos de acceso á zona escavada, tamén apuntan neste senso. Na cara leste, a nivel máis formativo, distínguense na plataforma dous sistemas de escavación escavada en zanxas, ata localiza-los arqueolóxica: paramentos, rodealos e abrir cara outra parte (tal e como se facía nas campañas de principios dos 70), ou en cuadrícula, con testigos no medio (tal e

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como se fai en épocas posteriores). Algunha das zanxas abertas, dado que o seu emprazamento dificultaba o paseo polo recinto ademáis de non ter especial relevancia arqueolóxica, volveuse cubrir de terra, pero sempre deixando na parte máis fonda un elemento separador: unha fibra especial que permitirá, no seu momento, distinguir entre o escavado e o non escavado. Para rematar soamente queda resalta-la importancia que a nivel arqueolóxico e patrimonial teñen este tipo de traballos, que tratan de revalorizar e protexer un xacemento, profundizar no seu estudio, dalo a coñecer e mostralo á xente para que se sinta máis interesada na comprensión do noso rico pasado, esperando que CASTROMAO non volva caer no abandono, xa que a súa importancia, tanto monumental como patrimonial, o merece.

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BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp 187-198

OS ÚLTIMOS TRABALLOS ARQUEOLÓXICOS NO CASTRO DE VILADONGA (CASTRO DE REI, LUGO): 1988 - 1998

FELIPE ARIAS

V ILAS

Director do Museo do Castro de Viladonga

Resumo: Faise unha síntese dos resultados obtidos a partir das escavacións arqueolóxicas realizadas no xacemento castrexo e galaico-romano de Viladonga, en particular das campañas de 1988-1989, 1990, 1992 e 1996, cunha mención ós traballos de limpeza e consolidación anuais. Despois de dezaseis campañas de escavación, desde que en 1971 as iniciara Chamoso Lamas e coa continuidade das mesmas desde 1982 baixo a dirección do autor, resúmense os coñecementos e as potencialidades científica, cultural e patrimonial do Castro de Viladonga como conxunto arqueolóxico e museístico.

Palabras clave: Castro de Viladonga. Escavación. Limpeza. Consolidación. Castrexo. Galaico-romano. Abstraet: Recent Archaeological Work at the Hill-Fort ofViladonga (Castro de Rei, Lugo): 1988-1998. This article presents a summary of the results of the archaeological excavations carried out at the Galician-Roman hill-fort settlement of Viladonga, particularly the digs of 1988-89, 1990, 1992 and 1996. Also mentioned is the annual upkeep and consolidation work. Based on sixteen excavation campaigns first begun in 1971 by Chamoso Lamas and the continuation of these digs starting in 1982 under the direction of the author, there is a summary of the knowledge and scientific, cultural and heritage potential that the Hill-Fort of Viladonga has to offer as a museum and archaeological ensemble. Key words: Hill-Fort of Viladonga, Excavation, Clearing, Consolidation, Hill-fort. Galician-Roman.

Introducción Os traballos arqueolóxicos no Castro de Viladonga, que ocupa toda a coroa dun monte que domina aTerra Chá desde o seu ángulo NE, foron iniciados en 1971 baixo a dirección de Manuel Chamoso Lamas que, ata 1978, puxo ó descuberto case toda a croa central do Castro. Nesta primeira fase de escavacións quedaron á vista numerosas construccións, sempre feitas de pizarra ou xisto e de moi diversos tipos (circulares e oblongas, cadradas ou cadrangulares, alongadas ...), así coma outros elementos constructivos de moito interese (murallas, escaleiras, pavimentos lousados, lareiras ... ). Desde moi cedo, chamou a atención do seu primeiro escavador a inxente cantidade de materiais e obxectos achados, en moitos casos de clara cronoloxía romana, todo o cal, unido á súa

monumentalidade, fixeron do Castro de Viladonga un xacemento senlleiro e representativo da Cultura Castrexa pero, como logo se comprobou, habitado durante a etapa galaico-romana (Chamoso, 1977; Arias/Durán, 1996, 24-26). En 1982 iniciabamos nós a segunda fase dos traballos arqueolóxicos no Castro, que incluiron xa desde entón, non só as escavacións propiamente ditas senón tamén os labores de limpeza e consolidación do S1tlO, (considerando a súa importante función cultural, educativa e mesmo "turística" -ó cabo, social-), ademais dos pertinentes traballos de investigación sobre os diversos aspectos do xacemento, sobre os seus matenalS e tamén sobre o seu contexto histórico e contorno xeográfico. Nesta segunda etapa,que continúa no presente, a atención ós traballos no Castro (de investigación arqueolóxico-histórica, e de conser-


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FELIPE ARIAS VILAS

vación, mantemento e presentación do xacemento), compleméntase coa posta en marcha (en 1986) e posterior funcionamento integral e global do seu Museo monográfico (Arias/Durán, 1996). Deste xeito e desde aquel ano, vense procedendo á continuación e á ampliación, ou profundización nalgúns casos, das áreas anteriormente escavadas, tanto no recinto central ou croa coma noutras zonas máis periféricas do Castro (murallas e foxos do lado Leste, antecastro do lado Oeste, etc.). Continuouse así o descubrimento de máis estructuras habitacionais, murallas, áreas de expanSlOn, camiños de acceso, etc. e, por suposto, proseguiron os numerosos achados de materiais de todo tipo pero sempre de clara caracterización castrexa e galaico-romana.

O Castro de Viladonga constltue, pois, un exemplo ou modelo formal de castro do Noroeste, con varias murallas e foxos (sobre todo no lado E) que abranguen dous grandes antecastros ou socastros (no O e no SE) e unha ampla acrópole ou recinto central. Nesta croa é onde se atopan a maioría das construccións descubertas ata agora: vivendas, currais, algúns posibles almacéns e obradoiros, un edificio de probable carácter social ou comunal, etc.; todas elas estructúranse en grupos ou barrios artellados en torno a dous camiños cruzados e nunha ronda paralela á muralla principal (vid. plano e fotografía aérea, figs. 1 e 2). Precisamente as estructuras defensivas e de habitación, así coma os materiais que arreo ven proporcionando o xacemento, evidencian para o

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Figura 1: Plano do Castro de Viladonga (actualizado a data 1998)

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Os últimos traballos arqtteo/óxicos no Castro de Viladonga (Castro de Rei, Lttgo): 1988-1998

Castro de Viladonga un asentamento cunha ocupación duradeira e importante sobre todo entre fins do s. II e fins do s. V d.C., (sen prexuizo da existencia dun nivel máis antigo, probablemente moi reducido desde o punto de vista temporal e espacial, vid.infra), facendo del un sitio clave para estudiar e coñecer (así como comprender e divulgar) a evolución do mundo dos castros na etapa galaicoromana.

As campañas de escavaCl0n, limpeza e consolidación de 1988 e 1989

o feito de considerarmos conxuntamente estas dúas campañas débese a que, en realidade, a do ano 1989 non foi máis ca unha continuación da do ano anterior, pois consistiu fundamentalmente na retirada dos muros testemuños de terra deixados en 1988 (vid. Arias 1991 e Arias 1996). Os obxectivos eran sobre todo dous: por unha banda, facer unha grande zanxa ou corte transversal

Figura 2: Fotografía aérea do Castro de Viladonga (en 1994)

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ás murallas e foxos do lado Leste partindo desde o interior da mesma croa, co fin de comprobar a continuidade do xacemento por esta parte e ver a estructura e disposición daquel sistema defensivo. Por OLltra banda, e como xa é adoitado desde 1982, facíase a campaña anual de limpeza e consolidación da croa e muralla principal do Castro, que se "desgasta" inevitablemente polo seu continuado uso social e cultural. Sen referirnos de xeito demorado e polo miúdo ó desenvolvemento dos traballos (do que se prescindirá sempre nesta breve colaboración en aras dunha lectura máis leviá e clara e para non facela tan cargada de datos e detalles metodolóxicos e instrumentais como adoitan ser os chamados informes e memorias de escavación), as conclusións que se poideron extraer daquelas dúas campañas resumiríanse no que a seguir se sinala, tendo sempre en conta o seu carácter provisional dado que esta e OLltras áreas do xacemento non están nin moito menos esgotadas.


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FELIPE ARIAS VILAS

Figura 3: Vista xeral do corte feito en 1988-1989 sobre as murallas do lado E.

A muralla principal, polo menos neste lado Leste, ten un paramento pétreo polo seu interior, pero é unha enorme marea de terra e pedra pala cara exterior; terra e pedra presumiblemente extraída do primeiro gran foxo que ten Ó seu pé e que está (coma o segundo) escavado e picado no penedo pizarroso do monte (fig. 3). Este sistema defensivo revélase como particular deste lado do Castro, moi probablemente polo menor desnivel natural do terreo que aquí existe en comparanza coas zonas Norte e Oeste, defendidas cun só parapeito a continuación da muralla principal e do antecastro (vid. Figs. 1 e 2); de igual xeito, podemos falar dun sistema variable, coa conxunción e complementación

de murallas, foxos, un "bastión" semicircular e un espacio habitable intermedio (¿a xeito de "corpo de garda"?) na entrada Leste, etc. (fig. 4). Documentáronse nesta área Leste alomenos dous niveis anteriores á construcción daquel sistema defensivo. Un deles está pouco definido e mal localizado, sobre o mesmo penedo natural, e asóciase a algunha cerámica común castrexa, escorias e anacos de ferro e anacos de "pallabarro" (probablemente do revestimento dos teitos de palla ou colmo). O outro parece ser un claro nivel "de obra", contemporáneo da erección das defensas e do propio Castro tal como hoxe o entendemos.


Os últimos trabal/os arqueolóxicos no Castro de Viladonga (Castro de Rei, Lugo): 1988-1998

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Figura 4: O corte de 1988-1989 no segundo foxo.

Poderíase engadir que a especificidade do material aparecido fóra da croa ven dada poIa presencia exclusiva de cerámica de tradición castrexa e dalgúns elementos ligados ó traballo dos metais (ferro e bronce). Esta especificidade debe obedecer, máis cá unha anterioridade no tempo, a unha diferenciación ou especialización do grupo e/ou do traballo que se localiza nesta parte do Castro, mentres dentro da croa (pero na mesma zanxa ou corte) os materiais de filiación galaicoromana, como tégulas ou unha fíbula en omega, xa eran frecuentes. É dicir, en calquera caso aqueles niveis de ocupación defínense como moi seguidos no tempo e mal tipificados, e non chegan a alterar

a idea primordial dun asentamento castrexo importante en época tardía que é o que segue caracterizando a Viladonga. Con material orgánico (carbón vexetal e ósos de animais) destas campañas de 1988-1989 realizáronse unhas análises de Carbono 14 que permitiron complementar os resultados estrictamente arqueolóxicos daquelas (en especial as mostras CSIC-862, con data calibrada de 190 a.C.-111d.C. e CSIC-938, con data calibrada de 94 a.C.-22 d.C.), cun resultado combinado de entre o 66 a.C. e o 20 d.C. para aquel material (vid. Arias/Fábregas, 1997, n.p.). Este resultado pode complementarse agora cos datos de escavacións


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previas e posteriores a 1988-1989, os cales dan pé á idea da existencia no Castro dunha ocupación anterior ó momento do máximo desenvolvemento espacial e á etapa (tardía) de maior auxe poboacional de Viladonga. As conclusións tiradas das datas do C14 apuntan á presencia dunha actividade, polo menos neste sector do xacemento e desde o primeiro tercio do s. 1 a.c., sen rexeitar por completo a posibilidade dunha presencia quizais algo anterior a teor dalgúns materiais metálicos ou cerámicos recollidos na croa (ben que de xeito errático na maioría dos casos, Chamoso, 1977). Engádase que precisamente no ángulo NE da croa está documentada a existencia dalgúns restos de muretes e niveis subxacentes ós galaico-romanos hoxe visibles, e cuns materiais igualmente ruíns e esnaquizados coma os atopados no corte practicado no lado Leste en 1988 e 1989 (Arias/Durán, 1996, 56-58). Así, nesta parte do Castro, habería unha primeira ocupación entre os s. 1 a.C. e 1 d.C., probablemente moi limitada no espacio e no tempo e moi derramada por ulteriores utilizacións, que a arrombaría para proceder ó acondicionamento e organización espacial do poboado e do seu gran

Figura 5: A escavación de 1990 durante a súa realización

sistema defensivo, que pertencen á etapa tardorromana, espallada por todo o xacemento (Arias/Fábregas, 1997, n.p.). Os traballos de limpeza e rozado de vexetación así coma os de consolidación de estructuras acometéronse tamén en 1988 e, en menor medida, en 1989. Faremos aquí unha somera descrición do sistema e criterios seguidos neles e, para non insistir, o lector aplicaráa ós mesmos apartados referidos a outros anos, pois xa sinalabamos que este aspecto ven sendo atendido e coidado neste xacemento de xeito periódico (aproximadamente anual), dada a importancia da súa función sociocultural e educativa ou, se se prefire, patrimonial e turística ó mesmo tempo (pode verse para estes aspectos, Arias, 1997). O rozado da vexetación (sobre todo de leñosas e dicotiledóneas) realízase fundamentalmente sobre a croa, a muralla principal, o antecastro Oeste e os accesos e consiste no cortado, manual ou con máquina desbrozadora ou motosegadora, e co uso aparellado (e puntual) de herbicidas selectivos. A consolidación consiste sobre todo na reposición de pedras sobre os muros existentes,


Os últimos trabal/os arqueolóxicos no Castro de Viladonga (Castro de Rei, Lugo): 1988-1998

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utilizándose como material aglutinante a propia terra e, só cando é estrictamente imprescindible, unhas pingas de cemento no interior dos muros e nunca á vista, pero sinalado ó exterior cuns pequenos ripios de cuarzo branco do que existe no propio Castro. Os muros, que se deixan á súa distinta altura conservada, remátanse cunha cubrición de terróns de herba para protexelos fundamentalmente das xeadas pero tamén do uso e desgaste por parte do público visitante. U n último apunte a este respecto: o xacemento non está "musealizado" no sentido en que se conserva e se presenta nunhas condicións moi similares a como aparecen as súas estructuras, sen carteis nin indicadores de ningún tipo. Esta opción, sempre revisable, baséase en que, por un lado, o Castro, como tal poboado fortificado, é ben comprendido mesmo por persoas de baixo nivel cultural, e por outro, na existencia dun Museo monográfico ó seu pé que permite ofrecer todo tipo de informacións e reconstruccións sen necesidade de incidir nin "agredir" os restos patrimoniais que son xa "ruína consolidada" (Arias, n.p.).

acceso ó poboado por esta parte (a través da ladeira Sur do monte), camiño que coñeceu polo menos dúas refeituras, a segunda delas posiblemente en época máis moderna. Non houbo a penas achados materiais, e moito menos asociados, que permitisen a súa datación contextualizada, aínda que cómpre destacar a presencia dunha conteira de vaíña de bronce, moi similar ás atopadas nos castros de Borneiro e Fozara (Arias, 1990-1991), entre outros obxectos que permiten supoñer a coetaneidade deste camiño co momento de auxe do Castro. Por outro lado, os propios resultados da estratigrafía e as análises edafolóxicas e paleobotánicas realizadas (Ramil et al., 1992) levan a pensar que esta área onde hoxe se ergue o Museo foi utilizada en tempos galaico-romanos (s. IIIVd.C. polo menos, amais dos posteriores en que foi rechea e achaiada), como unha zona de "expansión" para usos agrícolas e/ou gandeiros ás beiras do devandito camiño.

A escavación previa ás obras de ampliación do Museo (1990)

No outono de 1992 (as xeiras de traballos arqueolóxicos no Castro de Viladonga adoitan ser nesta estación do ano por mor da disponibilidade de operarios e sen as "servidumes" do calendario docente), acometeuse a continuación das escavacións en dúas áreas que, críamos e críamos ben, podían dar importantes datos e informacións sobre a configuración e a mesma datación do xacemento (o ángulo NE da croa e o antecastro do lado Oeste), ademais de favorecer a utilización patrimonial e a propia comprensión do Castro. Nunha primeira fase, elimináronse os muros testemuños de terra que se deixaran, por razóns arqueolóxicas e "loxísticas ", na campaña de 1984 e que agora xa se podían retirar precisamente para poder entender mellor o xacemento nesta parte e pola propia seguridade dos visitantes. A escavación levouse a cabo a feito en dirección Norte-Sur e permitiu comprobar, no lado septentrional, a existencia dun nivel de ocupación moi desfeito e entullado, anterior ó do hábitat principal (tardío) do Castro. Localizáronse uns poucos restos de dous muretes moi desfeitos por baixo da cimentación das construccións hoxe visibles (fig. 6); naquel

Cando as necesidades do Museo obrigaron a facer unhas importantes obras de ampliación e reforma do seu edificio (Arias, 1992), sito na última plataforma ou aterrazamento fóra da croa do Castro no seu lado SE, foi preciso facermos unha escavación previa no mesmo lugar, aínda que non houbese noticias de achados anteriores nesta área (pero si no antecastro veciño). Foi, dalgún xeito, unha escavación "de oficio", e en previsión de que fose necesario modificar o proxecto constructivo a resultas de posibles achados de estructuras arqueolóxicas. A escavación abrangueu, pois, toda a zona que ía sofrir movemento de terras e seguindo a trama cuadriculada na que se organiza, a estes efectos, o xacemento (fig. 5). Se ben a cantidade de terra removida foi enorme (foron uns 250 m 2 escavados, cunha fondura media de 1'50/1'75 m), os resultados desta campaña confirmaron a ausencia de estructuras de calquera tipo nesta última plataforma do Castro e, en cambio, documentaron a existencia dun camiño de

A campaña de escavacións de 1992


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Figura 6: Plano do camiño descuberto no antecastro Oeste na campaña de 1992.


Os últimos traballos arqtteolóxicos no Castro de Viladonga (Castro de Rei, Lttgo); 1988-1998

momento, deixouse conservado e á vista un deles pero moi logo houbo que igualar e achaiar o terreo por mor da seguridade dos propios muros (e máis do público visitante). O material aparecido foi escaso e estaba constituído sobre todo por cerámica de tradición castrexa, lisa, ruín e moi esnaquizada, quizais correspondente a aquel nivel dos s. 1 a.C.-I d.C. que comentabamos ó citar as datacións do C14 e que xa se apuntara na campaña de 1984, que non procede tratar aquí. A segunda parte desta campaña de 1992 centrouse na ampliación e escavación en área (10x10 m) dunha pequena cata aberra por Chamoso Lamas en 1974 no centro do antecastro Oeste. Comprobouse a existencia de estructuras de groso aparello (coios de cuarzo na base e grandes laxas de pizarra por riba), que enmarcaban ou protexían un camiño de acceso en dirección á "porta" que ten a croa por este lado (fig. 7). Ás dúas beiras deste camiño, feito a modo dun rudus consistente de pequenos coios e terra moi apisonada, existían uns espacios cun nivel de barro pisado, a xeito de "bastións " sobre tal camiño e

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nun dos cales se apreciaba un refeitío ou reforma co adosado dun muro de mampostería máis coidado, quizais motivado por un cambio de disposición ou de sentido neste acceso. As informacións que deu esta campaña foron de tal interese que, en realidade, non fixeron máis que provocar unha continuación na mesma área no ano 1996, como agora se verá. O material aparecido nesta área do antecastro foi moi abundante, tanto en elementos de construcción (tégulas e ímbrices, cravos e tacholas, etc.) coma doutro tipo: moita cerámica común romana, algúns anacos de terra sigillata (entre eles o primeiro selo de oleiro de sixilata en Viladonga, magoadamente fragmentado pois só se pode ler OF. ..), e algúns bronces e fíbulas, tamén de cronoloxía galaicoromana avanzada. Coma todos os anos, procedeuse ó rozado e limpeza de todas as partes de Castro que son de propiedade pública (todo o xacemento salvo as murallas do NE e o antecastro SE) e, en todo caso, nas áreas escavadas e na muralla principal. O labor de consolidación, máis ou menos puntual, fíxose

Figura 7: Restos dun murete por baixo do nivel de habitación tardorromano (992).


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cos criterios e materiais xa anotados máis arriba, e permitiu deixar o conxunto do Castro nun bo estado de conservación e de visualización e comprensión por parte de toda clase de público.

A campaña de escavacións de 1996 Pódese dicir que este ano supón un punto de inflexión importante no desenvolvemento dos traballos arqueolóxicos neste xacemento de Viladonga. Deixando á parte a realización concreta dunha xeira de limpeza e consolidación, feita na forma acostumada en 1995 por M.Alfonsín Soliño, no ano 1996 e por primeira vez acometíase unha escavación por parte de persoal técnico alleo ó propio Museo do Castro, se ben a dirección deste elaboraba o proxecto de actuación e supervisaba de cerca a súa realización. Deste xeito, tratábase de especializar o traballo arqueolóxico por un lado e museístico por outro, pero con todas as garantías de intercomunicación e complementariedade esixibles. Os arqueólogos de Terra-Arqueos S.L., Luis López e B/'

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Yolanda Álvarez, foron os encargados de levar a bo porto esta empresa de colaboración, e da Memoria dos traballos realizados que se remitiu no seu día á Xunta de Galicia, extraemos as informacións que agora seguen. A escavación centrouse en dous sectores: por un lado, na ampliación da área escavada no antecastro Oeste en 1992, e por outro, na continuación dos traballos na croa, xusto fronte á entrada principal do Castro pero sen chegar a esta (fig. 8). Excúsase dicir xa que todo esto acompañouse dos labores de limpeza e consolidación no xacemento na forma e cos criterios adoitados desde os anos oitenta, se ben utilizando as melloras e os avances técnicos oportunos. As estructuras e os materiais aparecidos, as consideracións estratigráficas dos distintos espacios en que se dividiron as zonas escavadas, as análises radiocarbónicas obtidas e, en fin, a contextualización xeral destes últimos traballos de escavaClon realizados ata agora no Castro, permiten facer a seguinte valoración desta campaña de 1996:

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No interior da croa, comprobouse perfectamente a existencia de dúas rúas que esgallan desde a entrada ó recinto, e veuse como as construccións se artellan en torno a elas. Algunhas vivendas xa eran coñecidas ou supostas desde as escavacións de Chamoso Lamas e Felipe Senén López nos anos setenta, pero agora foron exhumadas por completo mentres aparecía outra tamén completa pero só a nivel de cimentación, de pequeno tamaño mais cun breve pórtico dianteiro, xusto fronte á porta da croa. Os espacios interiores e exteriores destas construccións están 'Iacondicionados" para aproveitar as características do terreo e a súa disposición (mesmo utilizando os propios penedos naturais), e así, no interior dunha casa circular con vestíbulo apareceu unha lareira con pedra fincada e cun pequeno poiete anexo e incluso con sinais do apoio para mover o guindastre sobre o lume. Os materiais máis abundantes nesta parte foron os cerámicos, maiormente castrexos pero tamén con bastante común romana (como un tipo de 'Ixerriña gris" ben coñecido en xacementos galaico-romanos e astur-romanos), amais dalgúns útiles de pedra e de metal. No antecastro ampliouse a beira Sur do camiño descuberto en 1992, e comprobouse a existencia dunha gran estructura de planta rectangular (non visible ata o momento), construída presumiblemente para servir de habitación pois se documentaron lareiras ó exterior e ó interior dela, así coma un silo con restos de sementes de cereais. U nha das paredes desta construcción estaba derrubada en posición horizontal pero practicamente intacta, co que supoñemos selará un nivel de ocupación de gran interese; de momento, deixouse in situ, como elemento didáctico e á espera de poder proseguir a escavación neste antecastro en tempo e cos medios oportunos. No fondo do camiño, que, en efecto, comunica a ladeira exterior Oeste do Castro coa mesma croa, exhumouse material cerámico e metálico de clara adscrición á época galaico-romana avanzada (fragmentos de sixilata, unha fíbula en omega, un pequeno bronce ilexible, etc.). Convirá sinalar que as análises radiocarbónicas, efectuadas sobre dous anacos de madeira, de cadanseu sector, ofreceron resultados dispares pero, ó seu xeito, coincidentes co que sabemos para outras zonas por separado ou para o Castro

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no seu conxunto. Unha delas (da croa, mostra CSIC-1321) corresponde a unha viga (á morte do árbore que deu esa viga...) sita por baixo do muro dunha vivenda e apunta a unha idade calibrada de 356-104 a.C., mentres a outra (sobre o camiño do antecastro, mostra CSIC-1220) ofrece unha datación calibrada de 448-623 d.C. En resume, sen coincidir nunca por completo e exactamente as datacións radiocarbónicas coa caracterización cronolóxica e cultural dos seus materiais, as informacións que ambos factores aportan tampouco nunca se repugnan entre elas e pódense asociar sen problemas. Eis outro aspecto que induce a seguir investigando as estructuras construídas e os materiais aparecidos no Castro de Viladonga, seleccionando as áreas e delimitando os problemas que máis luces poden aportar para o coñecemento, como diciamos ó comezo, da evolución da Cultura Castrexa Ó longo da etapa galaico-romana.

Conclusión Despois de 16 campañas de escavaClOn arqueolóxica (8 na segunda fase, desde 1982, e sen contar as de limpeza e/ou consolidación), os resultados obtidos, as características habitacionais e defensivas, e os materiais atopados comproban que o Castro de Viladonga tivo un asentamento amplo, continuado e estable, que é importante sobre todo en época tardorromana, entre os s. III e V d.C., se ben nos traballos de 1984 e 1992, realizados no ángulo NE da croa e fóra da muralla principal do lado Este, se puido apreciar un nivel de ocupación anterior, moi localizado no tempo e no espacio e moi arrasado posteriormente, que correspondería a un momento entre os s. I a.C. e I d.C., todo a reservas de futuras investigacións. Precisamente aquí haberá que insistir en que o Castro de Viladonga non é, como antes se dixo, un xacemento xa pechado e rematado de escavar, e son precisas novas e contínuas investigacións que aclaren e/ou delimiten moitos problemas pendentes aínda de resolución e que poderiamos resumir nos seguintes: - Completar a escavación de toda a croa ata o pé da muralla principal en todo o seu perímetro, tratando de definir mellor, na medida do posible


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dado o seu entullamento, o nivel anterior ás estructuras hoxe visibles. - Ampliar as escavacións nos dous grandes antecastros (o aterrazado do lado Oeste e - todavía de propiedade privada -, o situado ó SE da croa, onde existe unha cova ou galería de posible prospección mineira ou acuífera, todavía pendente dunha axeitada exploración. - Localizar zonas de utilización tan diversa como importante, a saber: a/s necrópole/s (loxicamente fóra do recinto amurallado principal e presumiblemente de inhumación), a/s posible/s fontes para o aprovisionamento interior de auga, quizais os espacios destinados á estabulación de gando (anque supoñemos que este tamén estaría en liberdade), etc. - Proseguir coa documentación e o estudio (por parte do propio Museo ou por investigadores alleos a este) dos materiais aparecidos ou aínda por aparecer, levando a cabo paralelamente e en íntima conexión co anterior, unha análise detallada da organziación espacial do Castro e da distribución funcional das súas partes e dos achados a elas asociados. - Intensificar as prospeccións arqueolóxicas en toda a ampla comarca que rodea Viladonga, tratando de definir o tipo de relacións deste Castro cos moi numerosos asentamentos do contorno e do seu mesmo contexto arqueolóxico-histórico (castros, algunha vila romana, explotacións mineiras, etc.). Prestar unha atención constante á boa conservación de todo o xacemento (incluídos os accesos e dotacións anexas), para potenciar así o seu valor patrimonial e cultural (e xa que logo, social), como complemento, ou mellor como primeira causa, do seu Museo monográfico. Pois é precisamente este último punto -que nos pon en relación coa utilización patrimonial, sociocultural, educativa, e mesmo de lecer e turística do

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conxunto de Viladonga-, a verdadeira razón de ser das investigacións desenvolvidas no xacemento. Os case 23.000 visitantes que recibiu o Castro no ultimo ano computado (1997) e os máis de 150.000 que pasaron polo Museo desde a súa apertura a fins de 1986, obrigan, para que calquera investimento e . traballo teña sentido social, a compaxinar perfectamente a investigación arqueolóxica e científica coa protección e a promoción do uso patrimonial e cultural do Castro de Viladonga e do seu Museo.

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BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 199-207

EXCAVACIONES EN EL CAMPAMENTO DE CIDADELA (A CORUÑA)

JOSÉ MANUEL CAAMAÑO GESTO*, CARLOS FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ** *Departamento de Historia l. Universidade de Santiago **Departamento de Estudios Clásicos. Universidad de León **Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de Vi/alba (Lugo)

Introducción El campamento romano de Cidadela se ubica al lado de la iglesia parroquial de Sta Ma de Cidadela (Sobrado dos Monxes - Coruña) (43°05'05" Lat. Norte y 8°02'31" Long. Oeste). Se asienta sobre una altiplanicie de 480 m. de altura limitada al Oeste por el río Cabalar y al Sudeste por el río Pequeno. Se halla rodeado por la Serra da Corda, una cadena montañosa cuya altura oscila entre los 522 y los 601 m. El yacimiento no fue dado a conocer hasta principios del presente siglo, cuando García Romero (1909) llega a Cidadela y localiza los restos del yacimiento que llega a identificar con Caranico, mansión viaria de la vía Per Loca Marítima que, según el Itinerario de Antonino, se ubica en el tramo Brigantium-Lucus. El recinto campamental es rectangular, con las esquinas redondeadas. Sus dimensiones son 172 m. de largo por 140 m. de ancho, lo que equivale a una extensión total de 2,40 Ha, medidas idóneas para el asentamiento de una unidad militar quinquenaria, es decir una cohorte (Caamaño, 1983/84; 1991). El sistema defensivo del campamento se basaba en una muralla que cerraba todo el recinto y un foso que discurría paralelo a la misma y que en la actualidad ha desaparecido en su parte Sur y Noroeste. Las campañas de excavación van a ser desarrolladas en distintos momentos y no van a presentar una continuidad sistemática hasta

épocas recientes, a partir de la década de los ochenta. De modo oficial fueron iniciadas por Ángel del Castillo en 1934, quien contará en esta labor con la colaboración de Sebastián González, y que será el primero en identificar el yacimiento como un campamento romano (Castillo, 1943). De estos trabajos de excavación no se tienen más datos que los proporcionados por un escueto artículo publicado en la Voz de Galicia (41111935), en el que no se hace referencia alguna a los resultados obtenidos. Sin embargo, y gracias a las informaciones dadas por personas que en su día formaron parte del equipo de trabajo, se sabe que se realizaron labores de limpieza en la parte Norte y Nordeste de la muralla, donde a 25 m. de la esquina de la misma, se excavó una de las torres adosadas, así como una extensa zona en la parte central del campamento. En las campañas desarrolladas en este yacimiento en los últimos diez años se han exhumado estructuras correspondientes a la muralla, al Principia y al Praetorio, así como se ha realizado una prospección del entorno campamental, continuación de la efectuada a principios de la década de los ochenta.

La muralla . De la muralla se excavaron 52 m. del lienzo Oeste de la parte central del campamento (Caamaño, 1997). Tiene una anchura media de 1,15 m., ya que, dadas las irregularidades del paramento, especialmente en su cara externa, esta


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medida no es idéntica a lo largo de todo el lienzo de la muralla. La altura máxima conservada es de 2,23 m., si bien no sabemos cómo iría rematada. Presenta dos caras bien diferenciadas, la interna bien cuidada y la externa descuidada. La cara interna está realizada con mampostería de gneis y esquistos de procedencia local, de no muy buena calidad, pero sí de fácil fractura, y colocados de forma que al exterior asoma la facies mejor trabajada. También se utilizó esporádicamente granito procedente de canteras ya más distantes del yacimiento. Las piedras del mampuesto son de tamaño pequeño y medio, y se traban entre sí mediante una arcilla de color ocre amarillento, de procedencia local. Para equilibrar las hiladas, así como para dar mayor solidez al paramento, además de la arcilla se utilizan pequeñas cuñas de esquisto. La muralla no presenta derrumbe interno, debido a la existencia de un nivel de relleno, realizado después del abandono campamental, en época germánica. La cara externa fue realizada sin ninguna preocupación de mantener la alineación y la estética. Está realizada con los mismos materiales que la cara interna, pero, a diferencia, estos materiales no presentan al exterior la cara trabajada, lo que origina un paramento irregular en el cual unos mampuestos sobresalen sobre los otros. Esta sensación de irregularidad se ve acentuada en los niveles de cimentación, en donde las piedras utilizadas son de mayor tamaño. El espacio interior de la muralla se encontraba rellenado con materiales heterogéneos unidos por arcilla, pero sin ningún enlace pétreo mediante soportes alargados entre el paramento interior y exterior, lo que originará un mayor derrumbe del paramento exterior, debido a su defectuosa construcción. Pensamos que la parte externa de la muralla iría recubierta de un terraplén de tierra, lo que facilitaría su conservación. Desgraciadamente la zona excavada, debido a las modernas alteraciones, no nos permitió comprobar este aspecto. En este lienzo de muralla se puso al descubierto una torre rectangular hecha a base de mampostería y cuñas, igual que el resto de la muralla, pero que presenta los esquinales construidos con sillares de granito de muy variadas dimensiones. Esta torre o

reforzamiento no es adosado, sino que forma parte del paramento de la muralla, sobresaliendo hacia el interior 0,50 m., lo que unido a la anchura de la muralla da una dimensión de 1,65 m. Tiene de largo 3,50 m. y la altura máxima conservada es de 1,90. U na torre similar fue descubierta en las excavaciones de 1934 de A. del Castillo, cerca del ángulo NE. También se ha excavado el espacio existente entre la cara interna de la muralla y el primer muro que delimita el área de construcciones internas del campamento. Nos referimos al Intervallurn, que estaba pavimentado con una capa irregular de arcilla amarillenta, de procedencia local, y que tenía un grosor medio de 0,10 m. La anchura del Intervallurn es de 11,39 m. En este Intervallurn, cerca de las torres que flanqueaban la puerta derecha de la Vía Principalis, se encontraron varios agujeros de poste y una plataforma pétrea de 3,50 m. de largo y 2 m. de ancho, que pensamos podía corresponder a la base para el asentamiento de una escalera o escalinata fija de madera que serviría para subir a las citadas torres y a la muralla. En la excavación de 1990 se localizó una de las cuatro puertas que tendría el campamento. Se trata de la puerta derecha de la Vía Principalis, y al igual que sucede en otros campamentos coetáneos estaba flanqueada por dos torres. Desgraciadamente sólo se encontró el derrumbe de estas torres y ni tan siquiera se pudo documentar su cimentación, aunque basándonos en algunos sillares pertenecientes a un esquinal de las mismas, yen las huellas del terreno, pensamos que eran de planta rectangular. La puerta también estaba arrasada, si bien los pocos restos conservados nos llevan a considerar que era de dos hojas, como se aprecia en los restos de una calzada dividida por una espina de pequeñas piedras. La calzada tiene un grosor de 0,50 m. y estaba constituida por tres capas. La primera de losetas de esquisto se asentaba sobre una capa de tejas que a su vez se apoyaba en una capa de tierra y piedras que servía para nivelar el suelo natural. Debido al grado de destrucción de este área, resulta difícil concretar su anchura, si bien los restos conservados nos hacen considerar que podría tener 2,50 m.


Excavaciones en el campamento de Cidadela (A Coruña)

La destrucción de la puerta y de las torres se produjo después del abandono campamental, y en especial en época germanlca, e incluso modernamente (como lo demuestra el hallazgo de una moneda de 1870), en que el material utilizado en estas construcciones, el granito, fue reaprovechado. Constante que se repite en otras edificaciones del campamento en las que se utilizó este mismo material. Frente a la Porta Principales Sinistra se practicó un sondeo con el fin de determinar el sistema de acceso al campamento, al exterior del mismo, y conocer el modo de evitar los posibles sistemas defensivos establecidos en dicho lugar, preferentemente en el supuesto de que existiese un foso. Los resultados pusieron de manifiesto la inexistencia de un foso en la zona exterior inmediata, frente a la puerta de acceso de la Vía Principalis. Por el contrario, en la escasa potencia sedimentaria existente se ha documentado una zona pavimentada de forma irregular, realizada mediante piedras de distintos tamaños y fragmentos de tégulas, que estaba fuertemente alterada, probablemente debido a labores agrícolas recientes, en la parte más próxima a la muralla. A la vista de los resultados obtenidos en este sondeo, parece lógico considerar que frente a la puerta de acceso al campamento, y ante la ausencia de un foso que se desarrollaría hasta las proximidades de la misma (como es posible apreciar en otras zonas del perímetro campamental), existiese un titulum, que realizaría las funciones de defensa necesarias en esta zona, del que todavía se pueden observar evidencias en forma de pequeño montículo alargado frente a la salida de esta puerta campamental.

El Principia Entre las construcciones interiores destaca el edificio central del campamento que es el Principia o cuartel general, cuya fachada da a la Via Principalis (Caamaño, 1995). Tiene planta rectangular de 29,50 m. de largo por 29,60 m. de ancho. Al interior de este edificio se accedía por una puerta que debió de ser monumental, pero que está arrasada debido a la reutilización de los sillares de granito con que estaba construida.

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A derecha e izquierda de esta puerta existen dos habitaciones rectangulares de 2,50 m. de ancho. A continuación, adentrándonos más en el edificio, nos encontramos con dos patios adosados de planta rectangular de 27 m. de largo (equivalente a la anchura del edificio) y de desigual anchura, 9,50 m. el primero y 8,25 m. el segundo. Del primer patio salen dos canales de desagüe que conducen el agua, pasando a derecha e izquierda de la puerta, a la cuneta de la Vía Principalis. Sus paredes están hechas con tejas y piedras planas y el fondo es de tejas. Al fondo del edificio existe un conjunto habitacional, destacando una habitación o estancia exenta que forma eje longitudinal con la puerta de entrada y que corresponde al Aedes, un local de tipo religioso y sacral. Es de planta rectangular de 10,35 x 8,10 m. Su paramento es de sillarejo con esquinales de grandes sillares de granito. A la derecha de esta habitación, en el ángulo NE del edificio, hay un grupo de seis habitaciones de distintas dimensiones y que ocupan una superficie de 14,70 x 11,10 m. A la izquierda de Aedes, en el ángulo NW del edificio, existen dos habitaciones adosadas rectangulares de 11,10 m. de largo, pero de distinta anchura, ya que la del lado Oeste tiene 4 m. y la contigua del Este tiene 4,30 m. Resulta difícil de saber la funcionalidad de estos dos grupos de habitaciones, ya que fueron excavadas en 1934 y nunca se publicaron los resultados. Tanto los muros exteriores como los del interior del Principia están hechos con mampostería de esquisto de procedencia local y colocada en hiladas horizontales. Están trabadas entre sí mediante argamasa y pequeñas cuñas de piedra, o simplemente asentadas en seco con la ayuda de pequeñas cuñas de piedra. Los muros exteriores de este edificio se rematan en los ángulos con grandes sillares de granito. La anchura de los distintos muros no es idéntica y oscila entre los 50 y los 60 cm. Los pavimentos son de tierra apelmazada mezclada con arcilla rojiza, que se asienta sobre una capa de pequeñas piedras, que a su vez se apoya sobre una capa de piedra descompuesta mezclada con arcilla. Estas tres capas no existen en el Aedes, cuyo pavimento es de una sola capa formada con arena de grano grueso. Excepcionalmente en el pasillo que iba de la puerta


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Figura 1: Campamento de Cidadela. Planta del Principia


Excavaciones en el campamento de Cidadela (A Coruña)

al Aedes se utilizó como pavimento grandes losetas cuadradas de granito y de cerámica, de las que sólo quedan restos en su tramo final.

El Praetorio El Praetorio se sitúa al Este del Principia, frente a la Vía Principalis, siguiendo la orientación del anterior edificio, y con su lateral derecho limitando el intervallum adosado a la muralla Oeste del recinto campamental. La fachada de este edificio tiene 23,50 m. de longitud y su fondo, al igual que el del Principia, 29,60 m .. La puerta de acceso, centrada en la fachada principal, tiene una anchura de 5,30 m. y aparece limitada por dos grandes sillares de granito en disposición transversal al muro, de los que parten dos muros de 3,70 m. de longitud: el de la derecha sirve de cierre para una estancia, mientras el occidental se encuentra arrasado casi totalmente, sin que presente solución de continuidad en ninguna dirección. U no de los aspectos más llamativos de este edificio es el reducido número de estancias que se registran en su interior. Recordemos que nos encontramos ante una construcción de carácter privado, que no presenta una distribución estereotipada. En la misma teóricamente se alojaría no sólo el jefe de la guarnición, sino también su familia más inmediata e incluso los sirvientes. En el caso del Praetorio de Cidadela, las habitaciones se restringen aproximadamente al cuadrante suroriental del edificio, donde se han constatado dos fases constructivas diferenciadas. Esta es también una característica que se repite en estos mismos edificios en otros recintos campamentales, donde se documentan numerosas evidencias de reconstrucciones y remodelaciones en el mismo lugar. En la primera fase constructiva se realizaron únicamente dos estancias: una adosada al muro oriental de cierre del Praetorio, de 2,10 x 7,30 m. dispuesta en sentido Norte-Sur; mientras la segunda se levantaba frente a ésta, orientada en sentido Este-Oeste, con un pasillo de separación de 1 m. aproximadamente y con unas dimensiones de 3,90 x 2,30 m .. Los muros de estas dos estancias presentan una anchura de 0,35 m., y ambas fueron

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arrasadas para levantar otras nuevas, por lo que de las mismas tan solo se ha conservado la cimentación de los muros. Las construcciones de la segunda fase son más numerosas, pero en ningún caso muy abundantes. El espacio construido se sitúa, como ya dijimos, en el ángulo suroriental del edificio, ocupando una superficie rectangular total de 9,10 m. de ancho por 15,0 m. de fondo adosada a la fachada y al muro oriental de cierre. Los muros en esta segunda fase son más robustos que en la anterior, con anchuras que varían entre los 0,40 y los 0,60 m. de espesor. Junto a la entrada del Praetorio, aprovechando el muro derecho de límite de la misma como cierre, y hasta el muro lateral del edificio, se delimita un espacio de 9,0 m. de largo por 3,70 m. de ancho dividido en dos estancias: la primera o más occidental, de 4,0 m. de largo, y la segunda, en la esquina del edificio, de 3,60 m.. Cabe la posibilidad de que alguna de estas habitaciones hubiera que ponerla en relación con el alojamiento de la guardia o con un lugar de recepción. El siguiente grupo de estancias se separa de éstas por un pasillo de 1,80 m. de anchura. Se trata de un cuerpo formado por cuatro huecos de dimensiones variables y un pasillo de separación de 1,40 m .. La primera habitación se sltua adosada longitudinalmente al muro oriental del Praetorio, con dimensiones de 4,80 x 2,90 m .. Frente a ésta, separada por un pasillo de 1,40 m., encontramos otra habitación de 3,50 x 2,80 m., orientada en sentido Norte-Sur; al Norte de ésta, y formando la esquina noroccidental del espacio construido, se sitúa otra estancia de 3,30 x 3,30 m., separada de la habitación adosada al muro de cierre lateral por un pasillo de 1,0 m. de anchura. La funcionalidad de estas habitaciones no es en absoluto fácil de precisar, al tratarse de espacios de carácter privado. La última estancia ocupa la esquina nororiental de las edificaciones interiores del Praetorio, adosada por tanto al muro oriental del mismo. Se trata de un espacio de 4,3 x 2,1 m. orientado en sentido Oeste-Este, en el que desemboca el pasillo de separación de esta zona. La presencia de una fosa de forma circular irregular, rellena con un sedimento muy orgánico, así como una pequeña abertura en la pared N arte y otra, a modo de canal de desagüe, en el muro lateral de cierre, nos hace


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Figura 2: Campamento de Cidadela. Planta del Praetorio.

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Excavaciones en el campamento de

considerar la posibilidad de que nos encontremos ante unas letrinas. Las restantes estructuras identificadas en el interior del Praetorio presentan un carácter menos definido, y en principio no podemos asociarlas de modo directo con ninguna de las fases constructivas señaladas con anterioridad. Se limitan las mismas a la parte más septentrional del espacio ocupado por el Praetorio, en una franja de unos 7,0 m. de anchura junto al muro de cierre norte del edificio. Adosada a la esquina nororiental se documenta una estructura circular de piedras, de 2,20 m. de diámetro, que en principio podemos considerar que se trata de la base de un horno. Al Sur de esta plataforma, en el muro oriental de cierre, se documentó la existencia de una "tubería" que lo atravesaba, formada mediante dos ímbrices contrapuestos, y cuya funcionalidad también desconocemos, aunque puede considerarse su uso como desagüe del patio del Praetorio. La presencia de abundantes tégulas y clavos en la parte Norte del edificio, así como áreas delimitadas por diferentes tipos de pavimentación, y sobre todo la existencia de un alineamiento de bloques y un pequeño murete de lajas paralelo al muro Norte, a 4,0 m. del mismo, así como otra línea de cinco bloques transversal a ambos y uniéndolos, a una distancia prácticamente equidistante entre el muro occidental de cierre y la plataforma circular (a unos 10,0 m. en ambos casos) nos hace considerar la existencia de un espacio cubierto por un tejado de tégulas, a modo de porche. Su estructura sería básicamente de madera y en la zona central se reforzaría mediante vigas verticales a modo de columnas asentadas sobre los bloques (uno de los mismos es una base de molino circular invertida) que actuarían de basas. A unos 7,0 m. del muro de cierre Norte, y centrado con la puerta de acceso al Praetorio se exhumó una estructura semicircular realizada a base de piedras de pequeño tamaño, de la que partía en dirección Este y Oeste un murete de 0,50 m. de anchura, prácticamente arrasado, cuya longitud varía: 2,75 m. hacia el Este y 3,5 m. hacia el Oeste. La función de esta estructura es por el momento una incógnita. En los patios se han localizado una serie de hogares. Todas presentan forma rectangular y están

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construidos mediante tégulas colocadas en posición invertida, excepto uno que se realizó con ladrillos. Entre el Principia y el Praetorio existe un amplio recinto rectangular que no presenta divisiones internas, situado a 5,70 m. del Principia y a 1,8 m. del Praetorio, encontrándose en la zona media de este último pasillo un canal de desagüe realizado con tégulas. Su fachada da a la Via Principalis, con una anchura de 12,0 m., si bien aparece unida a la del Praetorio formando un muro continuo. Su fondo, al igual que el del Principia y el del Praetorio, es de 29,60 m .. El muro de cierre oriental no parece haber llegado hasta el meridional, dejando un espacio abierto de unos 5,0 m .. En buena parte los muros de este recinto se reutilizaron en época germánica. Adosados por el interior a los muros laterales se han documentado una serie de grandes bloques graníticos espaciados de manera irregular (los tres del lado oriental entre los 5.0 y 7,0 m.) cuya función también se presenta como un problema difícil de resolver. La construcción de este recinto ha sido posterior a la del canal existente entre el mismo y el Praetorio, ya que su esquina nororiental destruyó dicho canal en dos lugares, por lo que se procedió a realizar una reforma del mismo que sustituyó el trazado curvilíneo en sentido noroeste existente en esta zona por otro recto en dirección Norte. Consideramos que este recinto debe asociarse al Praetorio, al igual que otros similares documentados en diferentes campamentos romanos. Su funcionalidad no está clara en ningún caso, planteándose hipótesis muy diversas que varían desde almacenes de provisiones, jardines, lugares de trabajo, áreas de entrenamiento, etc ..

El entorno campamental La realización de una prospección en el entorno campamental vino a complementar la efectuada a principios de los años ochenta (Caamaño, 1984), teniendo como objetivo principal el establecer el patrón de ocupación del espacio durante la presencia militar romana. Los resultados obtenidos nos han permitido alcanzar al menos en parte este objetivo (Caamaño et a!., en prensa). En primer término, nos encontramos con una franja de terreno que parece haber sido dejada libre


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de ocupaciones; en la misma tan solo se ha documentado un basurero aparentemente relacionado con la ocupación militar y un depósito que puede estar reflejando obras de acondicionamiento del terreno. No debe sorprender la existencia de este "área libre" inmediata a las murallas, tanto por cuestiones estratégicas (defensa y visibilidad) como por la existencia de "campos de armas" (campus) en las cercanías de los campamentos Qohnson, 1983) en donde los soldados realizarían parte de sus entrenamientos militares y desarrollarían otras actividades de tipo ceremonial. Evidentemente una unidad equitata, como es el caso de la Cohors 1 Celtiberorum, también utilizaría un lugar de estas características para el adiestramiento, al menos parcial, de los caballos. La población civil parece haber establecido su núcleo principal de habitación en torno a la actual aldea de Insua. No se trata en absoluto de un lugar elegido al azar: la proximidad al agua y la protección de los vientos son dos de sus características principales, y de gran importancia en el área geográfica en que nos encontramos. Por otra parte, su situación no constituye ningún obstáculo visual para el campamento, al encontrarse a una cota sensiblemente inferior, lo cual no habría sucedido de haberse asentado al Norte del mismo, donde por otra parte también habría sufrido plenamente las inclemencias de los fuertes vientos dominantes. Problema éste que se repetiría hacia el Este, si bien aquí también habría que sumar la existencia de una gran braña que le confiere a estos terrenos un carácter pantanoso poco favorable para un asentamiento de estas características. El Sur, una vez superada la poca distancia que separa el centro militar del río Pequeno, se encuentra reservado para una necrópolis, la Necrópolis de A Areosa, situada, como es tradicional, junto a una vía de acceso al núcleo de habitación, a las afueras del mismo. En la misma únicamente se ha excavado un tumba, que deparó como resultado el hallazgo de una fosa posiblemente circular excavada en la roca base, a modo de cubeta, rellena de madera carbonizada y que contenía una tumba tipo cista que consistía en una estructura cuadrangular realizada con tégulas

de doble pestaña, de 40 cm. de lado, que no conservaba la tapa y que albergaba en su interior una urna de incineración en cerámica común, con cenizas, esquirlas de hueso calcinadas y pequeños fragmentos de vidrio, situada sobre un fondo también de tégula. Los paralelos más próximos para enterramientos de este mismo tipo proceden de la necrópolis de la Plaza do Ferrol, en Lugo (VV.AA., 1995); datados, en función de los ajuares asociados (fundamentalmente a partir de las lucernas), entre finales del s. II y la primera mitad del s. III d.C .. Cronología que, para el caso de Cidadela, no se contradice con la registrada para la ocupación campamental ni con la datación radiocarbónica (1751±39 BP, CSIC-1239) obtenida de la madera carbonizada que rodeaba la estructura de tégulas. Por lo que se refiere a su extensión, y teniendo en cuenta la necesidad de disponer de un mayor número de evidencias arqueológicas para precisarla con mayor detalle, es posible que el área de estos hallazgos se corresponda con la zona más septentrional de la misma, ya que en puntos más elevados de esta misma ladera, y a pesar de las actividades extractivas y de remoción de tierras llevadas a cabo, no se han documentado más restos que pudieran hacer pensar en la existencia de otras estructuras de carácter funerario, ni como la descrita ni de otro tipo. Se completa este paisaje con una serie de puestos de vigilancia, a modo de torres, a veces reaprovechando los túmulos megalíticos, que se levantan en las partes más altas de las estribaciones de la Serra da Corda que, por el Norte y el Sur, limitan el valle donde se ubica Cidadela. El lugar elegido para los mismos se ha realizado en función del control de las rutas de acceso y de los valles adyacentes no visibles desde el campamento. Es bien conocida la excavación realizada en uno de estos puestos de vigilancia, la Medorra de Fanegas (Caamaño & Criado, 1991192).

Conclusiones Los materiales hallados en el campamento son abundantes, destacando la cerámica común romana, sigillatas hispánicas procedentes de los talleres de Tricio (Rioja Alavesa), una amplia gama


Excavaciones en el campamento de Cidadela (A Coruña) de vidrios (Caamaño, 1990), monedas que abarcan desde la época de Vespasiano (una moneda acuñada en la ceca de Roma en el 72-73 d.C.) hasta Claudio II (270), bronces, objetos de hierro, materiales cerámicos de construcción, etc. La presencia del campamento en este lugar no se debe a motivos económicos, como hemos podido comprobar en las prospecciones realizadas en la zona, sino a móviles estratégicos, ya que desde este lugar se puede controlar el paso de la zona baja costera (Brigantium) hacia el interior (Lucus Augusti). Debido al hallazgo de vanos testimonios epigráficos, pero sobre todo de más de trescientas tejas con marcas legionarias, podemos conocer la unidad militar que se encontraba acantonada en este campamento: la Cohors 1 Celtiberorum. Las modalidades de sellos y grafías en las tejas varían, aunque predominan los sellos rectangulares con las esquinas redondeadas y que presentan distintas lecturas: COH 1 C; C P C y C 1 C (Caamaño, 1989) Esta unidad militar que conocíamos por varios testimonios epigráficos así como por una fuente escrita que es la Notitia Dignitatum (42,30), procedente del Norte de África (Mauritania), en donde se documenta su presencia a fines del siglo I d.C., se estableció en Cidadela a principios del siglo II d.C. y permanece en este lugar hasta el siglo IV, en que se traslada a luliobriga (Reinosa, Santander). Con posterioridad, en el s. VII, el campamento es reocupado por una población germánica que reaprovecha para sus construcciones algunos de los muros romanos que todavía se mantenían en pie, a la vez que construyen otros nuevos, reutilizando a menudo materiales de la época romana.

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BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 209-213

BREVE HISTORIA DE LAS EXCAVACIONES SISTEMÁTICAS EN AQUIS QUERQUENNIS

ANTONIO RODRÍGUEZ COLMENERO

Facttltad de Humanidades - Campus de Lugo Universidad de Santiago de Compostela

Nuestro particular interés por el yacimiento de Aquis Querquennis, se inicia a principios de la década de los años setenta con motivo de la elaboración de nuestra tesis doctoral. Como otros anteriormente, el lugar nos cautivó tanto por su especial encanto paisajístico como por su interés arqueológico.. Fue por ello que, para el verano de 1975, conseguimos permiso y dinero de la entonces Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas para llevar a cabo en el lugar una corta campaña de sondeos, no sin antes obtener también el imprescindible permiso de FENOSA, propietaria de los terrenos. Esta breve intervención arqueológica se efectuó durante los últimos diez días del mes de septiembre y se limitó a tres catas en otros tantos puntos del yacimiento. La primera en el terreno enjuto de los prados que limitan, por el este, con los manantiales de las termas. Consistió en una zanja de 3 x 1 x 1,25 m, que no dio estructura alguna, pero sí un claro nivel romano a los 0,75 m de profundidad y tras la remoción de una potentísima capa vegetal. Los hallazgos consistieron en mampuestos graníticos caídos, tégulas, fragmentos de vasijas de cerámica común y vástagos de hierro, preferentemente: todo ello acompañado de un gran bronce de Trajano. La segunda de las catas fue planteada en el esquinal redondeado del ángulo nororiental de la entonces reconocible muralla, que ya

posteriormente identificaríamos con la cerca de un campamento. Aunque sobre el plano y el terreno se trazaron varios cuadros de 5 por 5 m, tan sólo llegamos a excavar completamente uno de ellos, de cuyas resultas quedó al descubierto el fundamento de una torre de casi 5 por 4,30 m, 5 por 5 en el basamento, con el paramento exterior redondeado, debido a su posición angular, y ligeramente resaltado hacia afuera sobre el límite general de la muralla, así como el interior recto y acusadamente proyectado hacia el interior en más de veinte centímetros. Ambos paramentos ofrecían una ejecución similar, a base de pequeños sillares graníticos de imperfecto opus quadratum, asentados a hueso y trabados con pequeñas cunas del mismo material. Entre ambos, un apretado relleno de mampuestos pétreos amalgamados con arcilla del lugar. En la parte exterior se llegó con la excavación hasta el suelo fértil, antaño habitado, que se removió totalmente; en el interior se profundizó hasta el zócalo natural con el fin de determinar la profundidad de la banda de cimentación, que resultó de un metro. Sin embargo, los dos paramentos de este sector ofrecían ya una facies irregular, como corresponde a una construcción realizada en zanja, si bien con una mayor anchura, 5 metros en total en este caso, y un bien logrado aplomamiento de las paredes. Ningún hallazgo de excesivo interés, salvo numerosos fragmentos de sigillata de época flavia,


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que fueron exhumados en las proximidades del lienzo interior de la cerca. La tercera de las catas fue abierta en el interior del ámbito delimitado por la muralla, en una zona rehundida, que después resultaría el brocal de una cisterna con su canal. Y fue precisamente en esta nueva cuadrícula, de 5 por 5 m, que empezamos a descubrir una tupida maraña de muros que más tarde resultarían paredes de barracones campamentales. La cata quedó inconclusa hasta una nueva campaña siendo abundante la cantidad de cerámica hallada, especialmente cerámica común de cocma y mesa. No excavamos en 1976, ocupados como estábamos en poner a punto nuestro libro Galicia Meridional Romana, que salió a la luz en 1977, haciéndonos eco ya de los resultados de las catas mencionadas en las líneas anteriores. Creíamos entonces que la superficie urbana delimitada por la muralla podría constituir el solar de la ciudad o poblado de Aquis Querquennis, aunque reducida su área urbana por un recinto defensivo datable en el siglo lII, como había sucedido con otras ciudades romanas de la época ante la inminencia de las invasiones germánicas. Aquel mismo año, 1977, tampoco se excavó en Aquis Querquennis. Reanudamos las tareas arqueológicas en 1978. Con el pretexto de que el nivel del agua del pantano estaba demasiado alto todavía, elegimos como área de excavación un pequeño altozano, que destacaba a poniente sobre la supuesta línea de muralla y que, a la postre, habría de corresponder a uno de sus sectores más enteros. La excavación duró solamente 15 días, los indispensables para poner al descubierto un sector de la cerca amurallada, de 15 m de largo por cinco de anchura, la que dimos a una alineación de tres cuadros consecutivos. Se comprobó de nuevo la hechura de los paramentos, en un retazo exhumado, de 3,20 m, esta vez desprovisto de torres, y la envergadura de sus fundamentos, que resultaron una fiel réplica de los descubiertos en la primera campaña. Sorprendió, en fin, que no existiesen estructuras, de alguna forma contiguas al lienzo interior, interrogante que tendría satisfactoria respuesta durante las excavaciones de 1980.

Ahora bien, ya a esta altura de las investigaciones arqueológicas, y teniendo en cuenta los vestigios visibles y reconocibles del lugar, así como los posibles paralelos de otros yacimientos semejantes, más o menos cercanos, dimos en cavilar en si no se trataría de un campamento, semejante al de Rosinos de Vidriales (Zamora), por entonces puesto de actualidad por Delibes y Martín Vals, o a los abundantes de los limites renano o británico, en general bien prospectados y estudiados ya por aquellas datas. A tales dudas e inquietudes se debe el hecho de que, al año siguiente, sugiriésemos en nuestra monografía Augusto e Hispania. Conquista y organización del Norte Peninsular, la posibilidad de que se tratase de un campamento de un ala o cohorte del ejército romano, dadas sus reducidas dimensiones, para lo cual adjuntábamos un croquis del establecimiento sumamente revelador. Fue entonces también cuando nos planteamos la necesidad de iniciar una investigación ambiciosa en torno a la naturaleza del establecimiento. Y esa investigación se proyectó en 1980 en dos direcciones: en primer lugar, con una más demorada campaña de excavación, un mes de duración, esta vez ejecutada sobre la banda norte del establecimiento, y en un segundo término, y después de obtener una beca del DAAD del gobierno alemán, con mi participación en la excavación parcial de dos campamentos del limes renano, Aalen y Rottweil, aparte de la visita detenida a un sinfín de establecimientos del mismo género en las cuencas del Rhin y del N ékar. Además, aparte de la habitual subvención ordinaria concedida por la Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas, contamos desde este año con el apoyo incondicional de UNIÓNFENOSA, propietaria de los terrenos, por medio de su actual presidente honorario, y entonces Consejero-Delegado, Julián Trincado, quien nos suministró en todo momento el apoyo logístico necesano. Se rehizo, a partir de entonces y una vez más, la planimetría del yacimiento y empezaron a emplearse en su excavación, y a imitación del modelo alemán para establecimientos similares, cuadros amplios, de 20 por 10 metros, con testigos


Breve historia de las excavaciones sistemáticas en Aquis Querquennis

de 1 m. de anchura, que permitieron ir obteniendo unas más amplias perspectivas de lo excavado, ganando la estratigrafía horizontal sobre la vertical, en un lugar en donde esta última no resulta especialmente compleja. Elegimos a partir de entonces, como área de exploración prioritaria, el cuadrante noroeste del recinto murado y sus zonas adyacentes, iniciándose desde aquel momento una excavación sistemática y casi continua en dicho sector. Los resultados, para lo que pretendíamos, advinieron sorprendentes en aquella campaña del mes de julio de 1980, puesto que se comprobó la alternancia de las torres a lo largo del circuito defensivo, la existencia del perfil en V y la profundidad del foso en una longitud de 5 ms, extrayéndose sillares almenados de entre su relleno; la existencia del ámbito libre de edificaciones llamado intervallum, de 11 metros de anchura e interpuesto entre la muralla y las construcciones del interior, y la primera alineación de contubernia de la tropa. Ya no había dudas en lo que respecta a la naturaleza campamental del lugar, y máxime cuando entre los hallazgos cerámicos fue aislado un fragmento con grafito alusivo a la centuria de Camio. En el verano siguiente, el de 1981, la excavación prosiguió por los mismos derroteros. Se trazaron más cuadros hacia naciente, siguiendo la línea de las defensas y exhumándose nuevos retazos de muralla con sus torres correspondientes. Se vació, asimismo, otra cuadrícula, marcada a septentrión de la muralla, con la finalidad de comprobar tanto la existencia de un posible segundo foso, frecuente en establecimientos similares de otras latitudes, como de una posible canaba. Los resultados fueron negativos en ambos sentidos. Por otra parte, y en esta misma campaña, se prosiguió la excavación del sector abierto en 1978, con el fin de determinar o no la existencia de una entrada en aquel lugar. El intento fructificó en el descubrimiento de la porta decumana, por donde, durante la vida del campamento, entraba la Via Nova procedente de Bracara. Pero las plantas de sus dos torres rectangulares, comunicadas entre sí, cuando la muralla aún se encontraba erecta, por un

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sector de adarve que las unía, flanqueaban una estrecha entrada. Y; en contraste con la técnica constructiva empleada en el resto de la muralla (relleno de cantos informes amalgamados con cascajo y arcilla), las paredes de dichas torres estaban construidas con grandes sillares graníticos perfectamente escuadrados. De esta manera, la envergadura y tamaño de los sillares venía a compensar, con ventaja, la sencillez y el escaso grosor de las paredes de las torres. Se realizaron también algunos trabajos más en el sector de la cisterna descubierta en 1975 en el interior del campamento y, ante las estructuras completamente exhumadas, se pudo comprobar que lo que parecía, en un principio, pozo, era en realidad, la cisterna de un gran ámbito rectangular o impluvium en el que desaguaban dos canales centrales y opuestos, que recogerían las aguas de lluvia de los tejados de los barracones que enmarcaban dicho patio rectangular por sus costados. Las investigaciones arqueológicas de 1982 se desarrollaron en dos momentos: Julio- Agosto y Diciembre. Se trata ya, por otra parte, de trabajos realizados con mano de obra pagada mediante convenio INEM-Ministerio de Cultura y medios materiales y servicios facilitados desinteresadamente por la empresa hidroeléctrica UNIÓN ELÉCTRICA FENOSA. Se proyectaron en dos escenarios próximos y relacionados entre sí: el campamento romano, que veníamos ya excavando desde 1975, y el gran castro de Lebosendaos, ya en la montaña y a dos kilómetros de aquél. Se trataba con ello de descubrir la posible relación tipológica y cronológica entre ambos establecimientos. En el campamento llegó a concluirse la exhumación de la porta decumana, se descubrió un alfar próximo al cortinón norte de la muralla y se completó la excavación y consolidación de las estructuras adyacentes al impluvium y cisterna respectiva del año anterior. En el segundo, se llevó a cabo la excavación de una superficie de 128m 2 , ocho cuadros de cuatro metros de lado, en la parte cimera del castro, así como otras catas y sondeos en el resto de su ámbito, descubriéndose construcciones de planta castreña, pero también de naturaleza romana.


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Mil novecientos ochenta y tres fue año de importantes descubrimientos en el yacimiento de Aquis Querquennis. Se exhumó gran parte de la porta principalis sinistra, una gran entrada en la que cabe destacar dos torres semejantes a las de la porta decumana, pero con otros tantos gruesos pilastrones centrales y alineados en profundidad, que dividían en dos carriles el tránsi to de la vía, uno de ellos para la entrada y el otro para la salida. Fuera ya del recinto campamental, y con la finalidad de comprobar la existencia en las cercanías de la ciudad-mansión, se excavó un cuadro de 20 x 10 metros cerca del emplazamiento de la antigua iglesia parroquial de O Baño, encontrándose, aparte de algunas monedas de diferentes épocas, dos niveles de estructuras constructivas, basas de pilastras y cerámica abundante, tanto alto como bajo-imperial. También al exterior de la cerca del campamento, pero esta vez por la banda sur, vestigios observables de las antiguas construcciones nos determinaron a hacer algunas catas en los alrededores siendo puestas al descubierto estructuras constructivas muy deterioradas, así como dos pequeños suelos circulares pavimentados con tégulas, que semejaban ser, más que hogares, fondos de hornos, sin más determinación. La cerámica aquí encontrada resultó muy semejante a la del interior del campamento, prevaleciendo, entre la fina, la bracarense y la sigillata, de la que se encontraron bastantes fragmentos Drag. 29. Por ello, hemos concluido que las datas de construcción de estos edificios hubieron de ser muy similares a las de la época de vigencia del campamento, esto es, desde el 70 al 150 d. C., pudiendo haber funcionado como pequeña canaba del establecimiento campamental. A su vez, en el castro de Lebosendaos ejecutamos un corte sobre el retazo de su foso oriental, en el mismo punto en donde el camino inicia el ascenso hacia la terraza superior. Se determinaron las dimensiones exactas del foso en esta parte, comprobándose, a la vez, que el camino o calzada pertenece a una data posterior, puesto que se sobreimpone al foso, anulándolo por este lado.

En 1984 las tareas arqueológicas en el campamento se centraron en poner al descubierto un gran edificio con patio central y peristilo, con apeos para el compluvium consistentes en pies derechos de madera, al que se abrían compartimentos cuadrangulares sin vestigio alguno de hogar, a no ser en uno o dos de los casos. Queremos ver en' esta gran construcción el Praetorium o Quaestorium de un establecimiento campamental, aunque creemos que es temprano todavía para formular conclusiones definitivas. Por otra parte, en el castro el área de excavación elegida en esta ocasión se concretó a un recinto plano o pequeña terraza, aguas vertientes para mediodía y ya cerca de la muralla del anillo defensivo más alto. En un rectángulo de 80 m 2 fueron trazados 5 cuadros de 4 por 4 m, que, una vez excavados, dieron una apretada red de construcciones circulares, elípticas y compuestas, durante la excavación de las cuales fuimos descubriendo hasta tres niveles arqueológicos. Los hallazgos de todo género fueron abundantes, sobresaliendo un pequeño tesorillo de denarios de la época de Augusto y Tiberio, dos puñales de antenas y un fragmento de jamba de puerta moldurada con rosáceas y trisqueles. Durante 1985 los acuerdos INEM-Concello de Bande permitieron que los trabajos avanzasen a buen ritmo un año más, poniéndose al descubierto dos nuevas alineaciones de contubernia, que se abrían a un patio rectangular común, del que derivaba hacia poniente una vía. La disposición de las estancias era la acostumbrada, esto es, agrupadas a pares y comunicadas entre sí. Siempre en una de ellas aparecían vestigios de hogar. Por estas mismas fechas fueron exhumados también los primeros elementos de los horrea o almacenes militares, detectables a través de los característicos pilotes pétreos troncopiramidales que permitían su aislamiento del suelo. La campaña siguiente, 1986, fue continuación, en los objetivos, de la anterior, fijándose en la misma área su ámbito de actividad. Fruto de ello fue la exhumación total, no sólo del horreum descubierto en la campaña anterior sino de un segundo ejemplar contiguo al primero y de idénticas características. También fueron puestos al


Breve historia de las excavaciones sistemáticas en Aquis Querquennis

descubierto los espacios vacíos que los rodean a ambos almacenes, comprobándose que los horrea poseían chimeneas de ventilación a nivel de suelo y que su entrada principal daba a la via decumana. En 1987 las tareas arqueológicas fueron encaminadas a completar la excavación de los cuadros que se interponían entre los ya exhumados y a destruir los testigos de campañas anteriores. Fue de esta manera que acabaron por perfilarse dos calles romanas más, perpendiculares entre sí, así como un ámbito rectangular, que resultó ser otro patio de un conjunto de contubernia a medio exhumar. Y de la cisterna central que estos ámbitos acostumbran tener en el medio fueron extraídos gruesos fragmentos de un busto de bronce, entre los que destaca uno que corresponde a la nariz y ojo izquierdo de la faz. Se intentó también durante esta campaña llevar a cabo las obras de consolidación de estructuras, tanto en dos compartimentos próximos al pretorio como en la porta principalis sinistra. Se marcaban de esta manera las líneas provisionales de consolidación de un contexto arqueológico que puede tener ya aires de cierta monumentalidad. En 1988 se excavó tarde y mal. La Escuela-Taller que, mediante convenio INEM Concello de Bande, con tantos esfuerzos habíamos contribuido a crear y en la que tantas esperanzas habíamos puesto para la excavación y consolidación del yacimiento, tomó un giro brusco en su dirección y, tras cuatro meses de dilaciones y engaños por parte de las autoridades responsables, sólo a partir de Diciembre pudieron realizarse algunos trabajos, que vinieron a completar tareas iniciadas en campañas anteriores. En 1989, y ya bajo la dirección de otro miembro del grupo, Francisco Manuel Herves Reigoso, se consiguieron de la Dirección Xeral de Patrimonio

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cerca de cuatro millones de pesetas. El lugar elegido para la excavación estaba situado en un paraje anejo al campamento y topográficamente en declive, en donde ordinariamente tranquilas aguas del embalse ejercen su labor de zapa sobre algunas de las estructuras ya visibles. Era obligado protegerlas. Durante las siguientes campañas, los resultados fueron plenamente satisfactorios, ya que se descubrió la mayor parte de un edificio de gruesos muros hecho de sillarejos, que poseía una gran estancia con horno en una de las esquinas, un gran umbral de puerta, a la que se accedía por un atrio enlosado, y habitaciones de tamaño más pequeño, algunas de ellas dotadas de hogar; basas, capiteles, vasijas cerámicas enteras, monedas ... , o sea, todo un conjunto de hallazgos que hablan de la indudable importancia que la ciudad debió haber alcanzado en su momento. Después del relato de todos estos trabajos y descubrimientos, sólo resta añadir que existen algunos investigadores y algún que otro erudito que, en publicaciones aparecidas a principios de la pasada década, no se muestran de acuerdo en la conclusión de que en Aquis Querquennis existió un campamento romano, considerando las estructuras que nosotros atribuimos a una función militar como integrantes de lo esencial de la mansión viaria siguiendo, de alguna manera, el pensamiento de Cuevillas sobre la cuestión. Por lo ya expuesto creemos que no se puede negar la evidencia que defendemos y, tras haberlo dado a conocer en diferentes foros, nacionales e internacionales, nuestras tesis son aceptadas por la generalidad de los especialistas en la materia. Nuestros oponentes deberían presentar contrapruebas convincentes; pero, como no las poseen, sus asertos se convierten en afirmaciones gratuitas.



BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 215-218

I CAMPAÑA DE EXCAVACIÓN ARQUEOLÓXICA NA EIREXA VELLA - BARES (MAÑÓN)

EMILIO RAMIL GONZÁLEZ

Avenida de Vigo, 162-164,2° D. Ferro! 15403

Resumo: A excavación arqueolóxica con metodoloxía de sondaxes estratigráficos na Eirexa-Vella deBares decháu como resultado a exhumación dunha vila romana con mosaico, alterada pola construcción dunha igrexa alromedieval que pervive reconstruída ata o século XVIII, e unha necrópole de exhumación poliestrarigráfica cunha cronoloxía funcional dende os séculos VII-VIII ata o século XVIII.

Abstraet: The First Archaeological Excavation in Eirexa-Vella-Bares (Mañón). This article presents the results of the archaeological excavarion in Eirexa-Vella de Bares, in which the merhodology of stratum test-drilling was used. Unearthed was a Roman villa with mosaics, modified by the construction of a church in the late Middle Ages, which survived in a rebuilt state until the XVIIIth century. Also excavated by stratum was a necropolis with a functional chronology ranging from the VII-VIIIth ro the XVIIIth centuries.

o Porto de Bares pertence ó concello de Mañón, provincia de A Coruña, sendo o extremo septentrional da Península Ibérica. O Peñón da Eirexa-Vella, peñasco de cuarzo situado sobre a praia de Bares no extremo oposto ó Coído, famosa escolleira estudada por Federico Maciñeira (947) atribuíndolle unha cronoloxía relacionada co mundo fenicio, coñécese no concello polos topónimos Eirexa-Vella e a Torre. O achádego dunha moeda de Claudio el Gótico no peñón e a constatación de restos de muros mixturados con tégula, cerámica, un nivel de opus caementicium, teselas de mosaico, e fragmentos óseos, nunhas viseras que sobresaen no corte orientado hacia o leste, sobre a praia, motivou a realización da excavación arqueolóxica. O obxetivo desta campaña foi valorar o estado de conservación da vila romana, prioritariamente o seu mosaico, e o grado de alteración provocado pola reutilización do peñón, coa construcción da igrexa parroquial e a necrópole. Plantexouse inicialmente a excavación dunha superficie centrada na zoa situada sobre as teselas que se podían apreciar no corte do terreo sobre a praia, marcando catas de 4x4 metros cadrados. Os primeiros resultados da intervención obrigáronnos

a reprantexar o sistema de traballo así como a superficie que se debía sondear. O nivel do mosaico semellaba atoparse absolutamente alterado por mor dos sucesivos enterramentos. A imposibilidade de realizar unha excavación da necrópole para alcanzar o chan romano, pois evidentemente plantexaría unha excavación con metodoloxía e obxetivos absolutamente diferentes ó que nos propoñíamos no proxecto, obligounos a intentar valorar a situación da maior superficie posible do peñón con sondaxes máis reducidos de 2x2 metros cadrados, sendo moi conscientes que non podíamos baixar aquelas catas que amosaran niveis de enterramentos. U nha potencia estratigráfica máxima de 1,88 metros amosa unha superposición de inhumacións dende o abandono da vila romana ata o século XVIII. Baixo o manto vexetal hai un nivel de sedimentación de area de praia. Despois de retirar unha pequena capa de revolto composto de tella curva, restos óseos humáns, e algún anaco de cerámica, a 65 cm situamos un primer nivel de enterramentos in situ con orientación L-O, situados sobre fosa de area. Estas inhumacións realízanse entre un momento baixomedieval e moderno, séculas XIVXVII, pleno funcionamento da igrexa parroquial


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EMILIO RAMIL GONZÁLEZ

reconstruída, e abandoada segundo a documentación escrita no ano 1617. A cerámica e numismática recuperadas na excavación confirman esta cronoloxía. Separado por un pequeno sedimento areoso mixturado con restos óseos, tella, derrube, aparece un novo nivel de enterramentos. A estructura arquitectónica dos mismos, tipo arcos de paréntese similar ó xacemento Adro Vello excavado por Carro Otero (1987, 88), sitúanos nun momento altomedieval no que estaba funcionando a igrexa orixinal da que exhumamos parte da súa cimentación e o solado da misma. O aparello e a materia prima difiere da posterior reconstrucción, con muros mellor acabados e recebados con estuco pintado. A cimentación dos muros da igrexa están alterando un nivel anterior de inhumacións, con estructura arquitectónica tamén, pero sensiblemente diferentes, utilizan laxas pétreas, reutilizan material de construcción perteñecente á vila romana como sillares graníticos e ladrillo, flanqueando con calzos pétreos a cabeza dos mortos. Probablemente a cronoloxía destas primeiras inhumacións non é moi posterior ó abandono da vila, a partir do século VII. O derradeiro nivel corresponde ós muros da vila romana, que aparecen, non somentes neste espacio alterado pola sucesiva reutilización, sinon tamén nunha área que semella non verse afectada pola necrópole, concretamente os muros dunha habitación cuia cara externa presenta doble banqueta de cimentación, cun aparello en moi bo estado de conservación. Neste nivel recuperouse material ergolóxico como sigillata, cerámica común, material de construcción, ostras e osos de animáis. En capas superiores, en nivel revolto, recuperouse material moi variado, como tégulas e ímbrices, teselas de mosaico, tella da igrexa, cerámica medieval, maravedís, vidrios, osos humáns, etc., en definitiva material de distinta cronoloxía que indica as continuas remocións de terras realizadas na superficie do xacemento. Nunha cata marcada dende o límite da visera que sobresaía sobre a praia de Bares comprobouse que se conservaba unha superficie de 3xO,50 m de mosaico, delimitado polos perfís da cata. A posibilidade de que este chan musivario se extendera plantexou a necesidade de abrir unha maior superficie en área nesta zona, concretamente

11x4 metros dende a liña do cantil sobre a praia, situado hacia o leste do xacemento. O resultado da excavación amosou unha estancia cuio chan musivario atópase alterado por mor dos enterramentos en fosa realizados dende a época baixomedieval. A necrópole afectou a unha gran parte do mosaico que aparece fragmentado. Os primeiros enterramentos in situ, con orientación leste-oeste, atópanse depositados directamente sobre o mosaico, observándose nalgún caso unha maior preocupación polo apoio da cabeza, xa que non aparecen sobre o chan musivario, feito que non se repite en ocasións co resto do corpo. É fácil constatar en determinados casos, unha destrucción casi circular no lugar onde estaba depositada a cabeza do difunto. A estancia ten unha orientación norte-sur; está cortada en dirección leste polo cantil sobre a praia (cunha altura de cinco metros), como consecuencia dos derrubes da rocha nai, moi castigada ó longo dos séculos pola erosión mariña. Finalizada a intervención aparecen tres rexistros de mosaico, continuando moi fragmentado en dirección norte-sur e oeste, introducíndose algún anaco no perfil. Denominaremos mosaico número 1 ó que aparece nunha maior superficie e semella mellor conservado. A organización do mosaico de fóra a dentro ten unha banda de teselas blancas facendo unha composición de escamas adxacentes monocromas, seguida de doble filete de teselas grises azuladas enmarcando unha alfombra de composición ortogonal. A composición ortogonal ven motivada por círculos denticulados da mesma cor, de teselas grises azuladas, secantes e non contiguos, formando pequenos cadrados cóncavos, inscritos nos octógonos curvilíneos e irregulares. Cada cadrado está recargado cunha floreciña en cruz. A composición de círculos secantes fórmase polo feito de que cada catro círculos hai un central que os corta formando husos; cada huso presenta denticulados enfrentados a follas de acanto e zarzillos unilaterias ou volutas. A capa cimenticia sobre a que se sitúa o mosaico está formada de cal, tella machacada e fragmentada, e diminutos cantos rodados de río. O mosaico número 2, indicado por un novo rexistro, está situado a continuación do anterior, en


1 campaña de excavación arqueolóxica na Eirexa Vella - Bares (Mañón)

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Foto 1: Muros da igrexa superpostos ás primeiras inhumacións da necrópole

Foto 2: Mosaico


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EMILIO RAMIL GONZÁLEZ

dirección sur, do que SOlO se aprecia o mIC1O, variando o esquema xeométrico. Presenta un soio filete de teselas grises azuladas, iniciando dúas liñas rectas diverxentes. O mosaico número 3 aparece a continuación do primeiro rexistro en dirección norte, pero somentes apreciamos un fragmento de teselas blancas, sin composición. A materia prima utilizada para a fabricación das teselas é pedra caliza, e as cores usadas son o blanco e o gris azulado. A técnica de construcción é opus tessellatum. As teselas miden un centímetro de lado e son de forma cúbica. Entre o material ergolóxico recuperado durante a excavación destacaremos a cerámica, os metais, e os restos óseos, que nos indican a existencia de dous períodos ocupacionais básicos, o tardorromano e o medieval-moderno, relacionados respectivamente coa vila romana e a igrexa-necrópole. Da cerámica romana 1 escasa e selecta, xa que na súa maioría procede da parte residencial da vila, sector do mosaico, destacaremos a cerámica fina Sigillata Hispánica Tardía, con media ducia de fragmentos, e unha pequena asa horizontal decorada con rosetas estampadas de pasta gris, Gris estampillada ou Paleocristiana gris. A cronoloxía do material é aproximadamente do século V d.C. Entre a cerámica común romana destacaremos os productos de engobe roxo, platos de borde engrosado, tipo pompeyano, e os fragmentos de finas pezas de vasos de paredes sinuosas ou xarriñas. Entre as cerámicas grises destacamos productos finos de mesa ou tocador, de aspecto e morfoloxía influenciada polas paleocristianas grises. Hai formas máis groseiras, envases de almacenamento, predominando as olas globulares, cunha cronoloxía entre os séculos V-VI d.C. Os escasos anacos de ánforas corresponden a pezas coa superficie estriada ou acanalada típica do Mediterráneo Oriental, séculos V-VI d.C. A cerámica correspondente ós niveis de ocupación medieval e moderno é basicamente cerámica común, agás de pezas máis elaboradas, louzas e vidriados. Son escasas as pezas ás que se

o

estudo do material cerámico realizouno Juan Naveiro López

pode atribuir función litúrxica ou funeraria; a maior parte son envases cerámicos que formaron parte do enxoval doméstico, cociña, recuperado en niveis orixinais de ocupación, que está indicando un uso habitacional do lugar. A abundancia de material metálico procedente da excavación non permite neste artigo profundizar no seu estudo; ceñirémonos ás 97 moedas 2 atopadas, 7 pezas portuguesas e 90 casteláns, relacionadas coa necrópole, mixturadas cos restos óseos, diferenciando os períodos medieval e o moderno. Da época medieval hai 5 numismas de vellón cun alto contido en plata, dos reinados de Alfonso IX, Alfonso X, e Fernando IV. Do período moderno hai 85 pezas perteñecentes ós reinados de Enrique IV, Reyes Católicos, Fernando El Católico, Felipe II, Felipe III, Felipe IV, Carlos II. As sete pezas portuguesas, 1 Real de 10 soldos e 6 Ceitís, son dos séculos XV-XVI. Os lugares de acuñación son Segovia, Coruña, Burgos e Valladolid. Non queremos rematar sin citar os restos óseos de macromamíferos 3 , Bos taurus, Ovis aries, Capra hircus, recuperados na excavación, relacionados coa vila romana, así como tres vértebras de peces, Mugilidae sp., ademais dun importante conxunto de restos malacolóxicos, en estudo, que sinalan un aproveitamento do medio marino. En resume, unha complexa estratigrafía que abrangue unha amplia cronoloxía dende o século IV-V ata o XVIII; é preciso continuar· os traballos de excavación arqueolóxica, xa que sondeamos un porcentaxe mínimo da súa superficie, sendo necesario ampliar a intervención para definir as distintas secuencias culturais que forman o xacemento.

Bibliografia MACIÑEIRA Y PARDO DE LAMA, E, 1947. Bares. Puerto Hispánico de la PrimitivaNavegación Occidental. Consejo Superior de Investigaciones Científicas., Santiago deCompostela, p.p. 425. CARRO OTERO, X., 1987. Xacemento AntropoArqueolóxico de Adro Vello. Arqueoloxía, Informes 1, Campaña 1987, p.p. 86-92. 2 O estudo das moedas realizouno Mar Zabaleta. 3 A análise dos restos óseos realizouno Carlos Fernández Rodríguez.


BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 219-226

XACEMENTO DE NOVILLE: UNHA VILLA ROMANA COSTEIRA NA RíA DE FERROL

FERMÍN PÉREZ LOSADA

Fac. Humanidades Ourense Universidade de Vigo

o

xacemento romano de Noville está situado sobre o fondo dunha pequena enseada da marxe norte da península de Ares, xusto enfrente de Ferrol; ocupa o sector máis chairo e baixo da pequena depresión por onde discurre o regato de nome homónimo, hoxe en parte terras litorais e en parte área de dominio intermareal. Administrativamente pertence ó lugar de Monte, parroquia de Santiago de Franza, concello de Mugardos, e cartográficamente localizase na folla n° 21 do Mapa Topográfico Nacional 1:50.000, coordenadas 29TN]627120 (U.T.M.) e 43° 27 1 24' IN, 8° 13' 26' I W (xeográficas). Foi escavado baixo a dirección do que suscribe en dúas campañas sucesivas (la campaña do l/VII a 3/VIII de 1988; 2a campaña do 26/VII a 8/IX de 1989), das últimas realizadas en Galicia polo "sistema antigo", ou sexa, aquel onde se escollía o xacemento dentro dun proxecto de investigación e a intervención era sufragada mediante subvención concedida pola Dirección Xeral do Patrimonio da Xunta de Galicia. A área escavada ascende a 430 m2 (29° m2 en zona intermareal e 140 m2 en 'terra firme''''), o cal significa a penas unha pequena porcentaxe, quizais un 15 %, do tamaño total que calculamos para o conxunto do xacemento. Amáis dos traballos de escavación arqueolóxica propiamente ditos, a intervención tamén inc1uíu diversas obras de protección e consolidación, así como a realización de sendas campañas de prospección xeofísica en toda a área envolvente do xacemento. A existencia de vestixios arqueolóxicos

romanos no lugar é xa era coñecida desde os anos 20 do noso século (referencia de Carré Aldao no vol. II da Geografía Genera! de! Reino de Galícía) , tendo sido obxecto de alomenos dúas "exploracións arqueolóxicas" previas á nosa intervención: contra fínais dos anos 40 a cargo do capellán castrense ferrolán A. Rodríquez Fraíz (RODRIGUEZ FRAIZ 1948) e a mediados dos 60 polo Cronista Oficial de Neda, A.Vázquez Rey (COUCEIRO 1966). Tódolos resultados da intervención arqueolóxica foron publicados 6 longo dos primeiros anos 90, resultando na actualidade prácticamente esgotada a parte intervida do xacemento a nivel de información científica e patrimonial, feito infelizmente pouco frecuente na arqueoloxía galega actual. Estratigrafías e estructuras están publicadas esencialmente en PÉREZ LOSADA 1990-91, complementado con algunhas nótulas xenéricas e preliminares (PÉREZ LOSADA 1991a, 1995a), unha análise específica do hipocausto (PÉREZ LOSADA 1992) e a contextualización arqueohistórica xeral des tes datos a un nivel máis amplo (PÉREZ LOSADA 1991b, 1995b e 1996); o estudio de materíais está contido en PÉREZ LOSADA et alii 1992, tendo sido obxecto de análise específica unha curiosa peza epigráfica aparecida na escavación (PÉREZ LOSADA 1993); a primeira campaña de prospecclOn xeofísica foi pr~sentada en PÉREZ/ALMEIDA/SENOS 1989, ficando aínda inéditos os resultados da segunda


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FERMÍN PÉREZ LOSADA

(ALMEIDA 1990); por último, máis recentemente ten sido publicado un amplo resume divulgativo de toda esta información científica acompañado dunha primeira valoración do xacemento a nivel patrimonial (PEREZ LOSADA 1997). Unha relación bibliográfica completa de todo o publicado ata hoxe sobre Noville acompaña a estas páxinas, útil e necesaria para aqueles que desexen adentrarse nun coñecemento máis aprofundado sobre o xacemento. O obxectivo deste texto non consiste polo tanto en presentar ningunha grande novedade sobre o mesmo, senón simplemente un breve resume do investigado ata o momento coa privilexiada perspectiva que proporcionan os dez anos xa pasados desde o início da intervención. Sen dúbida, unha das meirandes aportacións de Noville foi a execución de prospeccións xeofísicas previas, as primeiras realizadas en Galicia e, aínda hoxe, prácticamente as únicas levadas a cabo neste interesante campo da metodoloxía arqueolóxica. Consistiron en medicións da resistividade eléctrica e campo magnético do terreo, dírixidas por un equipo do Depto. de Xeociencia da Universidade de Aveiro, e foron executadas en dúas fases sucesivas coetáneas ás das dúas campañas arqueoióxicas; a área total prospectada ascendeu á nada despreciable cifra de 3.328 m 2 • Independentemente do que supuxeron a nivel de innovación metodolóxica, queremos destacalas aquí sobre todo pola súa magnífica rentabilidade. Por unha banda, a localización de múltiples anomalías eléctricas e magnéticas permitíu no seu día unha axeitada programación e selección das áreas a exhumar, todas elas de "éxito" previamente asegurado; por outra, unha vez exhumadas as sondaxes e, polo tanto, comprobada a orixe arqueolóxica das anomalías xeofísicas, foi posible extrapolar esta información para todo o conxunto do xacemento: delimitamos así non só a forma e ubicación do edificio principal da villa -tres naves en U dispostas sobre un patio central-, senón que tamén localizamos outras probables edificacións e construccións dispersas polas inmediacións sur e oeste. As prospeccións, polo tanto, despois de seren correlacionadas cos datos arqueolóxicos, permiten coñecer coa suficiente seguridade a planimetría e articulación xeral do xacemento, algo

que, de ter feito unha escavación convencional "a cegas", nunca poderían ter solucionado os limitados 140 m 2 exhumados. Gracias a elas podemos dar un enorme salto cualitativo e falar de Noville como conxunto a pesar de que a inmensa maioria do xacemento aínda estea oculto e enterrado. Tódalas estructuras escavadas corresponden ó edificio principal do xacemento que nós interpretamos como a villa urbana, ou sexa, o sector residencial da mesma. A súa distribución xeral, tal como se deduce das prospeccións xeofísicas e máis da propia escavación, consiste nunha planta en U centrada sobre un patio aberto e porticado cara a ría, franqueado éste por dúas importantes naves laterais parellas en anchura pero de desigual estructura e lonxitude, e pechado polo sur por outro corpo constructivo de menor entidade que consideramos unha galería transversal de unión de ámbalas dúas naves. A fachada sur, ou sexa a que mira terra adentro, está constituida pola propia galería transversal, neste caso franqueada por sendos corpos sobresaíntes laterais. A nave oeste é a máis extensamente escavada, aínda que non por esto satisfactoriamente coñecida e comprendida. Esto é debido a que boa parte da mesma foi atopada en área actualmente de dominio intermareal (sector B), moi por baixo do presumible nivel de pavimento ou ocupación e, polo tanto, conservada a puro nivel de alicerce da construcción. Nin siquera foi posible delimitar a cabeceira norte da nave, malia que suponemos que non debe andar moi lonxe da linde septentrional escavada: a localización aquí dunha grande estructura careada de sillares granl tlCOS moi erosionados interpretándoa como os restos dun antigo muro ou malecón de contención mariña, quizais con funcións de porto ou embarcadeiro, en todo caso necesarIO para a protección e cimentación das diversas construccións supraxacentes. Fóra do que se observa en planta, pouco máis podemos dicir sobre as dúas curiosas estancias septentrionais, intuíndo para as mesmas quizais unha dedicación funcional -p.e. almacénsen relación coa presumible construcción portuaria. O sector medio desta nave oeste (sector B e cata 1) está constituido ben sexa por un pequeno


Xacemento de Noville: unha villa romana costeira na ría de Ferro!

complexo termal privado, ben por un conxunto de privilexiadas estancias residenciais dotadas de calefacción "en seco". Coa reducida área escavada ata a data non é posible decantarse taxativamente por calquera delas; non obstante, así como nun principio optabamos pala segunda hipótese, agora, pasado o tempo, consideramos máis probable a primeira, baseándonos tanto en aspectos constructivos (tamaño atinxido pala fornalla, distribución e organización das estancias) como en próximos paralelos arqueolóxicos recentemente exhumados (villa de Baños de Riocaldo en LobiosOurense). O sistema de aquecemento empregado é o que se coñece como hipocausys ou hipocaustum, consistente en que as estancias calefactadas cantan baixo o seu pavimento (suspensura) cunha cámara subterránea oca pala que circulan as chamas e mailo producido nunha fornalla externa calor (praefurníum). Esta fornalla é aquí de tipo monumental construída íntegramente, tanto o solo como os alzados, en grandes sillares graníticos-, albergada nunha cámara parcialmente escavada na rocha que canta cunha porta directa ó exterior; este detalle é ben indicativo do uso exclusivamente funcional e "servil" da estancia (acceso externo e independente dos fogoneiros, abastecemento de leña e retirada de cinzas), confirmado por outros aspectos do rexistro arqueolóxico como por exemplo tres buracos de poste situados fronte á porta (probablemente un pendello para garda-lo combustible) ou ben a abundancia de material moble (cerámicas, lixos alimentarlos, etc.), especialmente concentrado no sector exterior encostado ó muro, seguramente usado como basureiro. Fronte ó monumental praefurnium están as estancias aquecidas, constituídas por dúas cámaras xemelgas de hipocausto de tipo clásico, ou sexa, unha suspensura feita íntegramente en morteiro estanco (opus signinum) soportada por liñas de columníñas (pilae) de ladrillo que asentan nun solo (area) tamén pavimentado de ladrillos. Un detalle constructivo específico e singular consiste na presencia de grandes ladrillos curvos en semitubo imbricados baixo o morteiro da suspensura, liberando así de peso e grosor á mesma e

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permitindo en consecuencia un aquecemento moito máis rápido e efectivo das estancias superiores; polos escasos paralelos existentes, todos eles concentrados na metade occidental peninsular (Xixón, Quintanilla de la Cueza, Conímbriga e Miróbriga), quizais sexa posible falar dunha innovación técnica exclusiva e característica desta área concreta, senda descoñecido o seu uso no resto do Imperio. A estancia superior caldeada ía rematada cun coidado acabado interior: paredes recebadas e enlucidas en branco (quizais tamén con decoración pictórica, malia que non apareceron restos de pintura polícroma) e, en puntos determinados (cornixas, xambas, etc.) tamén estucadas con molduras en altorrelevo das que se recuperaron algúns anacos de frisos de ovas e outros motivos decorativos de tipo xeométrico-vexetal. Se fose un complexo termal, obviamente esta sala sería o caldarium, da que suponemos que pala súa banda occidental máis próxima á fornalla debéu contar cun alveus ou bañeira de auga quente. A estancia colindante coa anterior polo leste tamén canta con calefacción por hipocausto, neste caso do denominado "de canais", ou sexa, ande a calor circula por unha sinxela rede de canles ocas dispostas baixo o pavimento (compacto aglomerado de tellas e ladrillos machacados misturados con grava de seixo, unha especie de versión pobre do opus signinum). Polo sistema empregado, así como pala distancia á fornalla, obviamente o aquecemento da estancia sería moito menos efectivo que o da veciña, razón pala cal interpretándola como o tepidarium (sala morna) do presumible complexo termal. Queda así por identificar o frigidarium ou sala fría das termas. Supoñemos que debe ser a grande estancia rectangular que pecha polo norte as dúas anteriores, malia que infelizmente o seu total arrasamento ata o alicerce (atópase en área intermareal) fai moi difícil verificar esta hipótese. A súa ubicación dentro do circuito de circulación das termas resulta axei tada, así como a súa forma e tamaño: a ábside na que orixinariamente remataba polo oeste quizais albergóu no seu día unha piscina de auga fría. Sexa como fose, a relación desta estancia coas dúas adxacentes de hipocausto clásico parece clara: ambas sofriron en época


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FERMÍN PÉREZ LOSADA

indeterminada unha ampliación conxunta pola banda occidental (daí o aparente muro dobre que as delimita), constituíndo de momento a única remodelación interna do edificio que ternos documentada. Tal reforma quizais sexa indicativa da reconversión das termas en aquecemento "en seco" ou viceversa. O cuadrante suroccidental do edificio, ou sexa, a esquina onde converxen a nave oeste e a galería transversal, semella definirse como unha zona funcional e de servicio en relación con labores de cociña. Foron exhumadas moi parcialmente (cata 2) dúas estancias con esta finalidade: amáis extensamente escavada presenta .un sinxelo pavimento de terra pisada (cheo de abondosos lixos alimentarios e anacos cerámicos) e, encostado na esquina suroriental, os restos do que foi un forno doméstico culinario -basamento circular sobreelevado sobre o pavimento e cuberto con bóveda-, prácticamente idéntico ós fornos de pan da

arquitectura tradicional galega e con claros paralelos noutros xacementos rurals galaicorromanos (Baños de Riocaldo, Agro de Nogueira, Porto Quintela, Alvarelhos, etc.); a outra, mínimamente escavada, tamén presenta pavimento térreo e unha pequena lareira rectangular de ladrillos encostada ó muro. A gran galería ou corredor transversal de unión das dúas naves do edificio foi atinxido nesta mesma cata 2 e, especialmente, na cata 4. En principio amósase como un espacio lonxitudinal corrido, sen divisións internas, dotado dun descoidado e irregular pavimento de arxila amarela; a súa funcionalidade resulta incerta, quizais almacén ou depósito. Felizmente, a cata 4 cadróu xustamente sobre dous grandes vanos, enfrentados e simétricos, denotados polas suas respectivas soleiras (grandes sillares graníticos con couzón de xiro a do sur; basamento de mampostería a do norte) e machóns do muro (xambas graníticas na

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cerámicas na nave leste e un coidado solo de pedriñas de seíxo branco tomadas sobre arxila fronte á entrada principal. A nave leste, por último, semella ser a área máis propiamente residencial e de prestixio de toda a construcción. Así se deduce da escavación da súa cabecera norte onde, amáis do corredor porticado xa citado, aparecéu unha grande estancia rematada en ábside semicircular e dotada dunha coidadosa obra de cimentación (statumenlruduslnucleus) sobre a que apoiaría o totalmente desaparecido pavimento final, posiblemente mosaico ou similar. De acordo con estes elementos -tamaño, ábside, pavimento- non ternos dúbida de que se trata dun oecus -salón de recepción e audiencia-, plasmación arquitectónica directa do poder, riqueza e prestixio do propietario da villa. Por primeira vez documentado en Galicia, os paralelos arquitectónicos son múltiples, especialmente nas grandes villae latifundistas da Meseta ou Lusitania en época baixoimperial.

do sur; rebaixe corrido vertical para encastre do marco de madeira da porta na do norte). O seu considerable tamaño (2,5 mts.) -válido non só para o acceso de persoas senón tamén para carromatos e cabalgaduras-, unido á súa ubicación centrada e axial sobre o edificio, indica claramente que se trata da porta principal de acceso, posiblemente monumental, comunicando así o patio central interno coa área exterior do sur. O patio central funciona como elemento distribuidor e organizador do edificio, permitindo o acceso ás diversas estancias das naves leste e oeste mediante un estreito corredor aberto perimetral. Este probablemente foi porticado con columnas (tres basaslcapi teis toscanos apareceron descontextualizados no corte costeiro do sector B) ou pilastras, fornecéndolle así un aspecto moi semellante ó dun peristilo. A escavación Ull1camente puido exhumar sectores puntuais do seu pavimento: arxila pisada con gravas e anacos

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Feito así este pequeno recorrido polos veSt1xlOS arquitectónicos, compre agora facer unha viaxe similar polos restos mobles. Exceptuando o material de construcción, non foron excesivamente abundantes -restos de comida (cunchas e osos), anacos cerámicos (ca. 1.300), esporádicos achados vítreos, pétreos e metálicos-, prácticamente todos eles concentrados nas áreas "suxas" de carácter funcional: cociña, cámara do praefurnium e basureiro exterior adxacente. Malia á relativamente reducida cantidade, a calidade da información proporcionada é considerable, tanto no que se refire a cronoloxía como a caracterización socioeconómica do xacemento. Entre a cerámica, o grupo dominante é obviamente o das vasillas comúns de producción local/rexional, cociña/mesa e contabilizándose formas e facturas que van desde a tradición alfareira "castrexa" ata outras máis típicamente romanas como son por exemplo os pratos/fontes de engobe vermello ou a cerámica pulida/engobada, nalgún caso grisácea considerada como de imitación "paleocristiana". Menos abundantes son as cerámicas importadas, especialmente ánforas e terra sigillata. Entre as primeiras identifícanse con seguridade envases salazoneiros lusitanos e béticos; con dúbidas, tamén vinarios norteafricanos ou orientáis. Entre as segundas está representada a producción hispánica rioxana altoimperíai, a hispánica tardía e, sobre todo, as de procedencia ultramarina: norteafricanas (clara D) e focenses tardías. Completa o lote cerámico un único fragmento de lucerna. A vaixela cerámica de mesa complementase coa feita en vidro; os recipientes identificados son unha botella cuadrangular decorada, típicamente altoimperial, e, sobre todo, as formas características do vid ro tardío: botellas ungüentarios globulares e vasos/cuncas de paredes moi finas e borde en "cabeza de fósforo". Os materiais pétreos (un pondus, un probable peso de rede, varias fichas de xogo) e metálicos (unha degradadísima moeda e un anaco de anel de ferro) foron escasísimos, destacando sen embargo dous achados excepcionais: o primeiro é un elemento de orfebrería, concretamente un fragmento de colar

feito en arame de ouro con doas de pasta vítrea azul; o segundo é unha pequena placa de pizarra, formalmente unha coticula (loseta de uso médico e cosmético), sobre a que se inscribiron diversos textos (un nome persoal e outras liñas de difícil interpretación, quizais de finalidade máxicoprotectora) nun primeiro momento e posteriormente foi reconvertida nunha tabula latrunculata, ou sexa, un útil e divertido taboleiro de xogo portátil. A nivel cronolóxico, o estudio de conxunto destes materiais xunto coa análise estratigráfica e de estructuras indica unha ocupación datable entre mediados/finais da terceira centuria ata inícios/mediados da sexta, especialmente nos ss. IV e V d.C. Non obstante, a presencia dalgúns materias altoimperiais podería reflexa-la existencia dunha fase anterior, entre mediados do II e mediados do III: quizais sexa a etapa fundacional do edificio, unha fase previa de ocupación non directamente atinxida na escavación ou simplemente perduracións ocaSlOnalS de determinadas pezas. O rexistro arqueolóxico permite entrever asemade algúns aspectos da vida cotiá e clase social dos habitantes da villa: o persoal de servicio (cocina e fornalla das termas) amosa unha clara componente cultural romana pero popular (crenzas máxicorelixiosas, afección ós xogos de azar), sendo posible incluso individualiza-la presencia de obreiros especializados (médico, carniceiro/ traballador da lá), quizais escravos ou libertos; o dominus da villa amosa en cambio o seu considerable nivel de riqueza, prestixio e poder mediante a arquitectura (oecus absidiado, termas) e algúns materiais (vaixela importada, colar de ouro). Mellor representadas semellan estar as bases económicas. Éstas sen dúbida están en relación directa co mar, ben sexa como principal vía de comunicación comercial e cultural co exterior (tódolos materiais importados o son por vía marítima, incluso posiblemente tamén as sixilatas hispánicas), ben como base productiva primaria. Así, en efecto, o achado de múltiples restos malacolóxicos indica claramente unha intensa actividade marisqueira tanto na costa rocosa (lapas, mexilóns) como nos sedimentos mariños (ostras,


Xacemento de Noville: unha villa romana costeira na ría de Ferrol

ameixas), amáis de actividades pesqueiras na ría con artes de fondo (presencia de astraea rugosa, actualmente extinta das augas galegas, e dun probable peso de rede). A cantidade e calidade dos moluscos atopados permite incluso suxerí-la hipótese de que parte da producción marisqueira fose exportada cara ó interior comarcal, por exemplo á cidade de Lugo. Xunto á pesca/marisqueo tamén están representadas outras actividades productivas primarias agricultura (forno de pan, muiño barquiforme), gandeiría menor (restos de ovicápridos domésticos) e tecido (pondera), que neste caso non creemos que sobrepasasen o sinxelo nivel de economía de subsistencia alimentaria da villa. En resume, e a xeito de conclusión, Noville amosa a nivel arquitectónico un bó exemplo das villae denominadas "de patio aberto" (courtyard houses), o modelo máis elaborado e desenvolvido dentro da tradición constructiva das chamadas "villae nórdicas", típicas da área atlántica do Imperio; de feito, os paralelos máis semellantes atopámolos precisamente nas rexións costeras norte/oeste da Galía e sur de Britania, sendo polo de agora máis Desde unha escasos na propia Hispania. perspectiva socioeconómica e a nivel do mundo rural galaicorromano, Noville representa un modelo de casa de campo acomodada e moderadamente rica, ou sexa propiamente unha villa e non unha simple granxa ou casal agropecuario que son precisamente os tipos máis comúns e difundidos pola xeografía da Gallaecia. A súa considerable especialización productiva, marítima neste caso, excede claramente do marco de economía de subsistencia que caracteriza a granxas e casais, habilitando así ó xacemento como unha auténtica "célula productiva" que xenera moderados excedentes destinados á súa comercialización a nivel comarcal ou rexional.

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BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 227-246

A VILA ROMANA DE RIOCALDO: ESTADO DA CUESTIÓN

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Museo Arqueolóxico de Ourense

A celebración dunhas xornadas nas que se reflieta o decorrer da argueoloxía en Galicia con motivo do trixésimo aniversario do Museo Arqueolóxico de A Coruña é, dende logo, a mellar materialización dunha praxe de divulgación arqueolóxica na que, evidentemente, se conxugan dous ámbitos indisolublemente complementarios, pero hoxe desgraciadamente diverxentes por mor dunha oficialidade onde a "investigación arqueolóxica " se sustitúe polo ambiguo concepto de "control arqueolóxico" que, á súa vez, se tipifica como elemento definidor dunha denominada "arqueoloxía de xestión". Estes dous ámbitos, tamizados pola praxe da investigación, non son outros que o xacemento e o museo arqueolóxico, entendido este último como o marco legal, orgánico e referencial no que se depositan os obxectos mobles procedentes das intervencións arqueolóxicas. Así pois, xacemento e museo son tamén, respectivamente, restos arquitectónicos e cultura material que, en canto elementos parciais dunha mesma realidade, necesitan imprescindiblemente dun discurso museográfico complementario e ó tempo unitario. Esta asociación entre Museo Arqueolóxico e Histórico de A Coruña e práctica arqueolóxica fixo, por iso, que ante a invitación para participar nestas xornadas de actualización arqueolóxica, ademáis de receptivos e agradecidos nos sentísemos tamén persoalmente gratificados máxime cando, primeiramente, nunha reflexión

1 Debuxos: Francisco Boluda. Topografía: SERTOP S.C.Ltda.

sobre o aproveitamento integral dos restos romanos no val do río Caldo, e logo na redacción do Proxecto de consolidación e posta en valor sociocultural da vi/a romana de Riocaldo (Lobios. Ourense) -encargado a nós no ano 1996 por parte da Consellería de Cultura-, dous eran os criterios básicos que establecíamos como rectores da actuación: por unha banda, a consideración da villa e da estrada de traza romana inmediata como dúas realidades indisolubles que respostan a unha determinada arquitectura da paisaxe, e por outra, esa xa referida consideración do xacemento e do museo onde se depositaron os elementos mobles procedentes das escavacións neste caso o Museo Arqueolóxico de Ourensecomo dúas realidades tamén indisolublemente complementarias (XUSTO, 1993,9-14 e XUSTO, 1996a, 8-10). A villa romana de Baños de Riocaldo localízase ó SO da provincia de Ourense, na subcomarca galega coñecida como A Baixa Limia e dentro do concello de Lobios (Ourense), onde, na bacia central do río Caldo e na súa marxe dereita, ocupa unha pequena plataforma ou escalón de aterrazamento en torno á curva de nivel dos 400 m de altitude. Localízase, por iso, na parroquia de Santa María do Val de Riocaldo e na paraxe coñecida como Cobelos; este microtopónimo o mesmo que Cova, Covas, Palla e Pela, xeralmente, garda relación coa existencia de minas ou canteiras na antigua Gallaecia, e nese senso non podemos esquencer a presencia de cortas na ladeira por riba deste xacemento de Baños de Riocaldo que puideren relacionarse, ben coa presencia de actividade mineira, ou ben simplemente coa


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existencia dunha canteira de pedra granlt1ca. Finalmente a vila localízase tamén moi perto tanto do abrollamento de augas termais que dan nome ó río, como da traza correspondente á estrada romana coñecida como Vía Nova ou Vía XVIII do Itinerario de Antonino, a cal decorre por unha cota lixeiramente superior á do xacemento; vía esta, que na Idade Media seguiu exercendo un papel fundamental na relación con Portugal cicais tamén por ser camiño interior de peregrinación a Santiago baixo o nome de Caminho da Rainha Santa (GALLEGO, 1976,207). O acceso Ó xacemento faise, dende Lobios, pola estrada OU-312 á Portela do Home. Pasado o qm. 8 e inmediatamente antes de cruza-la Ponte de Bubaces sobre o río Caldo, tómase un desvío á esquerda que conduce ó antigo balneario e hoxe piscina termal e tamén praia fluvial, para dende dita piscina seguir un camiño que, paralelo ó curso do Caldo, se dirixe, en dirección ó paso natural de A Portela, cara a Fonte do Rouco, atopándose o xacemento á 600 m dende a piscina termal. No que respecta ás súas coordenadas xeográficas estas corresponden ós 410 51 1 28 11 lato N e ós 080 06' 22" lonx. O da folla 301.III do Mapa Topográfico Nacional de España 1:25 .000. O xacemento localízase mOl preto do abrollamento de augas termais que lle dan nome ó río; abrollamento que a súa vez se asocia coa localización da antiga Aquis Originis que non é senón o nome dunha mansio da Via XVIII do Itinerario de Antonino (CAAMAÑO, 1979, 110112). A identificación da mansio co abrollamento de augas termais prodúcese xa a finais do século XVIII con Cornide Saavedra (citado por CAAMAÑO, 1979, 111, nota 15), quen ademáis de criticar a FLOREZ (1763, t. XVII, 9) por identificar Aquis Originis cos Baños de Bande, aSOCIa explicitamente Aquis Originis co abrollamento de Baños de Riocaldo, e así nos di:"Estos baños no son los de Bande sino los del valle que aún subsisten hoy y se dixeron así por estar en la parroquia de este nombre y en ellos corresponden las aguas ogirinis o originis de ellos a los de Bande que son los Quarquernos hay las 14 millas o tres leguas y medio que propone el Itinerario" .

Sen embargo, e pese a que posteriormente a maior parte dos investigadores tamén situaron Aquis Originis nos Baños de Riocaldo, o certo é que as diferentes noticias, polo seu carácter xenérico, cicais non haxa que velas tanto como identificadoras da mansio co abrollamento de augas termais senón máis ben co xenérico locus ocupado poIa parroquia de Riocaldo. Este é, por exemplo, o caso de Barros Sivelo, quen percorreu a calzada romana a finais do século XIX e atopou en Riocaldo "vestigios de antigüedades romanas (BARROS, 1875, 154). Algo semellante acontece con Díez Sanjurjo, quen circulou por esta calzada uns anos despois de Barros Sivelo, e referíndose, entendemos, tamén xenericamente a Riocaldo, sinala: "En Riocaldo se han encontrado restos de fábrica, teja, ladrillos y una lápida cuya copia nos ha ofrecido obtener el señor cura párroco" (DIEZ, 1904, 319). Angel del Castillo, pola súa banda, referíndose novamente a Riocaldo, nos di: "Vestigios romanos, así como varios miliarios de la vía número 18 de Braga a Astorga, del Itinerario de Antonino, lo que unido a la situación de este lugar, hace suponer que aquí estuvo la segunda mansión de dicha vía, Aquis OriginiJIl (CASTILLO, 1972, 511). Non parece, pois, lóxico seguir a manter, a partir da vaguidade informativa, a identificación do todo a parroquia de Riocaldo- cunha das súas partes -o abrollamento de augas termais-. De ahí tamén que CAAMAÑO, se ben identifica a mansio co abrollamento de augas termais, sen embargo o fai xa con certa reserva tendo en conta a escasa presencia de restos arqueolóxicos no lugar: "Nosotros que visitamos varias veces este lugar a la búsqueda de restos de arqueológicos, pudimos observar la existencia de restos de construcciones y canalizaciones, pero sin una excavación arqueológica resulta difícil determinar a que época corresponden. Por esta misma razón no podemos dicir nada de la existencia de cerámica o cualquier otro material ya que el lugar donde estaría asentada la mansión se halla cubierto de césped lo que dificulta cualquier hallazgo de superficie. De todas formas creemos que nunca existió una gran ciudad sino sólo una pequeña mansión nacida en torno al lugar donde brotan las aguas termales, lo que explicaría la escasez de restos arqueológicos" (1979, 112).


A vila romana de Riocaldo: Estado da cuestión

Figura 1. Traza da Vía XVIII na bacia do río Caldo, coas reduccións de milla segura (inscrita en cuadrado) e aproximada (inscrita en círculo), e localización da villa romana de Riocaldo (asterisco).

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Escaseza de restos arqueolóxicos que, evidentemente, contrasta coa información xenérica xa referida por Diez Sanjurjo a comezos deste século, polo que non parece lóxico pensar nunha desaparición fugaz do xacemento, máxime cando, por unha banda, esa referencia de Diez Sanjurjo sobre os restos arqueolóxicos de Riocaldo, por ser de comezos de século, está aínda temporalmente moi próxima como para pensar, en base ó proceso evolutivo desenvolto na área, nunha desaparición de restos sen deixar a máis mínima pegada -a pesares do asulagamento cíclico anual que provoca o río Caldo coas súas crecidas-, e por outra banda, a demolición, a comezos da década dos 90, da antiga casa de baños tampouco nos puxo de manifesto o máis mínimo indicio que nos fixera sospeitar sobre a presencia dunha edificación anterior de onxe romana. É, sen embargo, a lectura detallada de Díez Sanjurjo a que, de xeito explícito, nos pon de

manifesto esa non coincidencia locacional entre Aquis Originis e o abrollamento de augas termais. E así, ó abordar a traza da Via XVIII na zona, sinálanos: 11 ••• marchaba por la orilla derecha del río (referíndose ó Limia) a Aquis Querquennis (Baños de Bande); pasaba a la izquierda por el puente Pedriña que aún se conserva, aunque en deplorable estado, para ir a Aquis Originis (Riocaldo), no lejos de los baños de este nombre, situados en el fondo del valle; internábase luego en la abrupta sierra del Gerez, subiendo del campo de las Mourugas a la Porrela, en la frontera portuguesa, formando antes y después de aquella numerosos codos a que se da el nombre de Geira... " (DIEZ, 1898, 75-76). Díez Sanjurjo dinos, pois, claramente, e en primeiro lugar, como Aquis Originis non se localizaba no abrollamento de aguas termais senón nas súas proximidades, e en segundo lugar polo feito de referenciar que os baños estaban no fondo do val, parece lóxico tamén supór que a vía pasase non


A vi/a romana de Riocaldo: Estado da cuestión

inmediata ó abrollamento e á antiga casa de baños senón a unha cota superior, na que aínda hoxe -e especialmente por riba da vifla- é claramente identificable a súa traza (XUSTO, 1996a, 20, fig. 4; XUSTO, 1996b, 46 e XUSTO, 1998,20 e 22), similar á que, tamén neste val do río Caldo, ten lugar entre as millas 35 e 37. Cota superior por riba da vila de Riocaldo que, finalmente, nas inmediacións do abrollamento de augas termais se enmarcaría na curva de nivel dos 430 m -fronte ós 390 do abrollamento de augas termaiscoincidindo así a nasa traza coa proposta tanto por cAAMAÑo (1995/96, 51) como por GONZALEZ (e outros, 1995,41 e 43), aínda que esa coincidencia non se da xa no tramo anterior, entre a Carga da Fecha e as proximidades de Os Baños. Parece, pois, estar clara a non localización da mansto na surxencia de augas termais, máxime se ternos en canta que os manantiais abrollan no mesmo leito do río (RODRIGUEZ MIGUEZ, 1995, 274), ca cal se verían afectados polo éncharcamento cíclico que esta área sofre anualmente coincidindo coas crecidas do río Caldo; encharcamento ó que tamén se refire RISCO cando nos di: "...Están sus manantiales en el mismo río y sólo se aprovechan durante el estiaje, cuando reducido el caudal de agua corriente, quedan al descubierto los manantiales. Por esta circunstancia, sólo en verano pueden permanecer armadas las casetas de madera que allí sirven para los bañistas ... (1980, 140). No Tambo de Celanova, nun documento do ano 955 no que o rei Ordoño III entrega ó bispo Rosendo tódalas mandationes que o seu pai Gutier tivera, de Geurres usque in rivo Ca/ido, para que detente nestes lugares a delegación do poder rexio, ternos unhaprimeira referencia ó rivo Ca/ido (ANDRADE, 1995, t. I, 86, n° 54). Pero á fama das súas augas tamén se refire, no século XVI, Ambrosio de Morales na súa viaxe ós reinos de León e Galicia (RODRIGUEZ COLMENERO, 1976,50). Por iso que estas augas fosen utilizadas polos viaxeiros da Vía XVIII dende as súas orixes e polos ocupantes da vila romana de Riocaldo, está dentro de toda lóxica, e mesmo non se pode descartar que a vila vivise tamén da explotación estacional das augas termais. Pero outra causa é

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que o lugar fose elexido precisamente polo abrollamento de augas termais para trazar inmediato a ela tanto a Vía XVIII, coma para establecer as estructuras correspondentes á mansio, pasto que como xa sinalamos, por estaren as surxencias inmediatas ó río, estas en inverno, como aínda hoxe acontece, estarían en moitas ocasións asulagadas. Por iso seguir a facer hoxe da surxencia de augas termais unha mansio ou statio non é senón unha hipótese suxerente pero pouco viable, non só polos problemas de encharcamento, senón tamén pala ausencia real de restos arqueolóxicos en torno a ela. E se ben non se pode esquencer tampouco a posibilidade dalgúns trocos no punto de abrollamento, por efecto seguramente dos movementos oroxénicos, sen embargo parece evidente que nos tempos históricos di to abrollamento estivo sempre, aproximadamente, na zona na que se atopa na actualidade. Cabe, xa que lago, pensar para o abrollamento de Riocaldo, ó igual que para o situado na cidade de Lugo á beira do Miño, na existencia de establecementos termais con similar problemática, derivada das crecidas dos respectivos ríos por estaren ditas surxencias inmediatas a eles; sen embargo, mentres as termas de Lugo se verían protexidas por grandes paredóns de argamasa destinados a conteren as crecidas do Miño (CARREÑO, 1992, 347-348, e ARIAS e VEGA, 1997, 346), eso non debeu acontecer en Riocaldo, ande o establecemento termal sería moito máis modesto -a principios deste século aínda se fala de casetas de madeira tan só operativas no verán- e consistente simplemente en bañeiras, ben escavadas no leito do río, ou ben de madeira, pero sen nengunha outra estructura máis complexa ou monumental. Bañeiras ou piscinas que se atoparían, por iso, en relación coa fonte termal, dado que a auga perdía calor e efectividade se era conducida mediante canalizacións, que nin de chumbo, bronce, cerámicas ou de argamasa apareceron en torno ó abrollamento, no que tampouco existía evidencia de calquer estructura romana. Segundo Contador de Argote existía xunto á casa de baños un miliario marcando a milla 38 (citado por RODRIGUEZ COLMENERO, 199596, 91), pero, dado que, por unha banda, nesta área


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non se reduce a milla 38 senón a 39, e por outra, a Vía XVIII non decorre pala plataforma na que ten lugar o abrollamento de augas termais senón a unha cota superior, a ubicación ou recolocación des te miliario xunto á casa de baños, probablemente aconteceu non antes do século XVIII, a raíz de Matos Ferreira proceder a inventariar os vestixios da Geira no macizo do Geres; inventario do que, en 1728, resultou o Thesouro de Braga descuberto no Campo do Gerez no que ademáis de comezar un importante labor científico e patrimonial -seguido en Galicia por Contador de Argote-, serviu para establecer unha posterior correspondencia con Contador, da que Matos Ferreira nos di: 1I ••• 0 S Gallegos me tem prometido darem volta a algums Padroes (miliarios), q. por Galliza estado deytados, havendo algua couza de novid. em suas inscripcoes avisareyll (MATOS, 1982, 88). Díez Sanjurjo, pala súa banda, referíndose a Contador de Argote tamén nos di: IIEn el año 1728 se hicieron diligencias públicas para desenterrar columnas miliares. Contador pone las muchas que se descubrieron de nuevo en esta vía, y, en especial, en la montaña de Geres 'l (DIEZ, 1907, 156). Probablemente, pois, esa labor patrimonial tanto en Portugal como en Galicia conlevou a reubicación de moitos miliarios en torno a estructuras ou edificacións moi posteriores, como acontece cos que no parque do Geres corresponderían á milla 32, agrupados en torno ó que puidese ser unha antiga casa de xelo (LEMOS e BAPTISTA, 1995/96, 118). Reubicacións nas que, en calquer caso, terían tamén un papel destacado os autarcas locais, aínda que estas non deberon afectar ós dous miliarios que, descubertos no ano 1989, estaban soterrados e caídos ó pé da Vía XVIII nos puntos ande se reducían as millas 35 e 36 dende Braga (XUSTO, 1991, 27-28). Estos dous miliarios, adicados respectivamente a Constancia Cloro e a Constantino 1 o Grande -fillo do anterior-, presentan a típica caracterización tardía tanto no que respecta á súa morfoloxía ou aspecto físico -moi irregular ou pouco cuidado- coma no relativo á grafía -con caracteres tamén descuidados, inclinados, de altura irregular...-, e as transcripcións das respectivas pezas -tamén abordadas por

RODRIGUEZ COLMENERO (1997, 368-370 ), quen, sen embargo, fronte á nasa lectura, identifica novas letras- son as seguintes: D (omino) N (ostro) FL (avio) . VAL (erio) CONSTANTIO ...(invi) CTO D (omino) N (ostro) FLAVIO VA (1erio) CONSTANTINO P (io) F (elice) INVICT (o) AVG (usto) XXXVI Feita pois, esta reflexión sobre a dubidosa identificación Aquis Originis-abrollamento de Baños de Riocaldo, parece máis lóxico, no momento actual da investigación, identificar Aquis Originis cos restos que na bibliografia arqueolóxica vimos considerando como correspondentes á vila romana de Riocaldo, dado que dentro deste val a presencia dos restos de Cobelos semella ser o suficientemente importante como para non ter dúbidas sobre dita identificación. Vila esta para a que, xa no ano 1991 e no que facía á súa relación Aquis Originis, plantexábamos tres con posibilidades: a) que a vila baixoimperial se edificase nas proximidades de dita mansio coma un establecemento organizado ó seu redor; b) que a propia vila na súa fase inicial -tan só esbozada ata o ano 1991, pero claramente confirmada na de 1996- se correspondese coa referida mansio, e c) que tanto na etapa altoimperial coma na baixoimperial a vila exercese igualmente funcións de mansio, servindo de punto de apoio ó transporte (XUSTO, 1991,30). Punto de apoio ó transporte para o que, se ben coinciden as distancias establecidas no Itinerario de Antonino -localízase un pouco antes e baixo o punto ande se cumplirían 39 millas dende Braga-, sen embargo ternos que dicir que non se situaría directamente sobre a traza principal da vía -a pesar de que algúns investigadores identifican neste punto a traza de dita vía ca camiño actual de acceso Ó xacemento de Cobelos (GONZALEZ e outros, 1995, 41 e CAAMAÑO, 1995-96, 50)-, polo que para chegar a ela sería preciso desviarse. Estaríamos, pois, ante unha realidade que tamén acontece no val


A vila romana de Riocaldo: Estado da cuestión

Lámina 1: Localización da vila romana de Riocaldo con respecto á traza da Vía XVIII, e visión dende esta de dita vila.

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Figura 3: Miliarios de Constancia Cloro e Constantino localizados in situ, respectivamente, nas millas 35 e 36 dende Braga.

do Ebro dentro dos roteiros descritos no Itinerario de Antonino como vías Ab Asturica Terracone e De Italia in H ispanias, onde nos atopamos con mansións non localizadas a pe da vía ou atravesadas por esta senón situadas nas súas proximidades e para as que dende a traza principal existe, como acceso a e1as, unha desviación de camiños segundo un esquema triangular. Este é o caso de Mendiculeia na primeira das vías citadas anteriormente e de Vareia e Tritium

Magallum na vía De Italia in Hispanitas (ARIÑO e outros, 1997, 249-250). No caso de Riocaldo, dado que a vía pasaba lixeiramente ó este da vila e a unha cota superior plantexamento este que, sen embargo, non é compartido por González (e outros) nin por Caamaño-, para acceder á devandita vila e probable mansio existirían, cando menos, dous desvíos dende a traza principal. O primeiro desvío de acceso coincidiría co punto onde se reducía a milla 39, dende onde xurdiría un camiño do que a súa traza antiga aínda se conserva parcialmente fosilizada, se ben a maior parte de1a xa foi desfeita por unha ampliación recente; camiño este que GONZALEZ (e outros, 1995,41) e CAAMAÑO 0995-96, 5051) fan coincidir coa vía principal, de xeito que pasada a zona actualmente en escavaClOn, ascendería dende a cota dos 400 á dos 420 m. Este desvío tería correspondencia simétrica con outro localizado ó sur da Corga da Cabreira, nas inmediacións do punto onde se reduce a milla 38, de tal xeito que no entorno do xacemento a rede viaria conformaría unha figura de deseño romboidal. O xacemento de Cobelos foi descuberto a raíz dunha prospección arqueolóxica feita no ano 1988 (XUSTO, 1991,28-31), se ben, probablemente a el xa se refiren -como xa plantexábamos no comezo desta comunicación-, primeiramente Barros Sivelo a finais do século XIX, e con posterioridade Díez Sanjurjo e Angel del Castillo. A súa existencia confirmouse mediante sondaxes efectuadas no ano 1989, e dende entón coñeceu varias campañas de escavación e consolidación, a última das cales tivo lugar ano 1996 en base a un convenio de colaboración subscrito entre o Concello de Lobios e a Consellería de Cultura. Campaña esta última de 1996 especialmente centrada en facer visitable o xacemento para o que, por encargo da Consellería de Cultura, redactamos un cobizoso plan de actuacións (XUSTO, 1996a) apenas executado na actualidade nunha mínima parte e no que a súa viabilidade garda estreita relación cun feito de vital importancia para o xacemento, acontecido en dúas fases durante os anos 1990 e 1996: a compra, por parte do Concello de Lobios, dos terreos sobre os que actualmente se centra a investigación. Sen


A vi/a romana de Riocaldo: Estado da cuestión

embargo, e malia estas iniciativas, o xacemento, Ó igual que outros galegos pasou tamén por periodos de aspecto lamentable, afogado pola vexetación, abandonado á súa sorte e mesmo maltratado por desaprensivos que saquearon parte dos seus restos, aínda que para iso fose preciso desmontar algunhas das súas fábricas. Chegados ó xacemento, observamos como, ademáis da súa proximidade ó abrollamento de augas termais e á Vía XVIII, este localízase tamén nunha zona de paso natural e en posición dominante respecto das terras máis fértiles do val. E ás boas comunicacións e á capacidade productiva do entorno debemos igualmente engadir o cumprimento dos requisitos indispensables de habitabilidade -amoenitas- que os agrónomos latinos do momento crían necesarios para o ámbito locacional dunha villa -salubridade e agradabilidade da paraxe, amplo dominio visual e beleza da paisaxe, orientación adecuada...ademáis da proximidade ó abrollamento de augas termais-, aínda que RODRIGUEZ COLMENERO referíndose á localización da mansio Aquis Originis nos sinala: "Presumimos que en lugar tan agreste existirían las instalaciones mínimas correspondientes a una simple mansión de la vía" (1977, 100). Malia á escasa superficie aínda hoxe escavada é, sen embargo, xa posible distinguir toda unha serie de estancias correspondentes á pars urbana dunha casa de campo ou mansión rural -que, como vimos, probablemente desenvolveu tamén funcións de mansio- na que o elevado nível de vida do seu propietario se nos reflicte hoxe tanto en contruccións complexas, entre as que se atopan unhas termas privadas, coma en suntuosos materiais arqueolóxicos, como acontece cun pendente áureo de deseño trilobular ou mesmo cunha fíbula cruciforme sobredourada e con apéndices bulbosos datada a finais do século IV ou comezos do V dC .. E así debemos sinalar como as estructuras visibles desta vila de Riocaldo corresponden a unha fase de ocupación baixoimperial datada entre finais do século IIcomezos do III dC. e os primeiros anos do V dC. Sen embargo o xacemento tamén presenta un nível de ocupación altoimperial estructuralmente

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arrasado pola edificación baixoimperial e ergolóxicamente datado nos anos finais do século 1 e durante o século II dC. -cerámica bracarense, cerámica pintada... -; nível ó que tamén cronolóxicamente correspondería un fragmento de estela adicada aFronto, aínda que xa reutilizada como laxeado de asento dunha cimentación baixoimperial. Estela na que nos atopamos coa seguinte caracterización: no rexisto inferior e roto aparece o campo epigráfico no que se le a adicatoria a Fronto; o segundo rexisto disponse en torno a unha rosácea de seis pétalos de perfil lanceolado e enmarcados por un círculo, e nas esquinas presenta ademáis os respectivos escuadros; finalmente no terceiro rexisto ou superior aparécenos un crecente luar ((XUSTO, 1996b, 46-55 e XUSTO, 1998,2024). Na pars urbana da vila de Riocaldo podemos, dous ambientes ben ademáis, observar diferenciados: un adicado ó servicio de cociña (culina) e outro termal de tipo privado inmediato ó anterior, polo que a súa disposición se atén á sinalada por Marco Lucio Vitruvio no seu tratado de Arquitectura (cap. IX -De la disposición de las casas de campo-) , quen ó referirse á esta disposición nos di como as sas de baño deben estar contiguas á cociña; algo que tamén está presente, de xeito xeral, na casa pompelana. ambiente de cociña, na actualidade tan só parcialmente escavado, presenta duas estancias claramente definidas. Amáis pequena, cunha superficie interior de 10'35m 2 , e con morfoloxía en "P" presenta en posición central unha lareira ou fogar circular, sobreelevado con respecto ó pavimento da estancia e separado deste por unha lixeira e ampla concavidade de seguridade que, en conxunto, fai que o fogar conforme unha área circular de algo máis de 1 m de diámetro, como a tamén presente no fogar correspondente á forxa da ferrería romana de Vilarenc (Tarragona) (REVILLA e outros, 1996, 22-29); área cuberta toda ela no momento da escavación por unha importante camada de cinzas. A outra estancia deste ambiente de culina, de planta rectangular, tamén cuberta por unha camada de cinzas, e cunha superficie lixeiramente superior ós 15 m, presenta no seu angulo NO. un forno

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Figura 4: Planta e ambientes escavados na vila romana de Riocaldo.

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MANUEL XUSTO RODRÍGUEZ

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Figura 6: Fíbula cruciforme sobredourada de Riocaldo

doméstico (jurnus) , de planta rectangular -1 '55 x 1 70/1 80 m-, semellante ós da arquitectura popular galega e con claros paralelismos noutros fornos recentemente escavados en xacementos relacionados coa romanización do NO. peninsular. Deste furntts, con boca de alimentación ó sur -onde, ó seu pé, se daba a maior concentración de cinzas dentro da estancia-, apareceunos o lar e mailo inicio da cámara abovedada, e o seu solo estaba fei to con tégulas de 0 ' 55 x 0 ' 39 m dispostas en posición invertida, baixo as cales, para impedir unha perda de 1

1

calor, se dispuxo unha capa de area que, á súa vez, repousaba sobre o laxeado -hoxe visible- que delimita a estructura maciza de dito forno. Neste ambiente de cociña apareceron, ademáis, varios fragmentos de muiños manuais -algúns deles mesmo reutilizados na fábrica dos muros, pero logo da escavación saqueados polos desaprensivos- de tal xeito que aquí se daría o ciclo completo de traballo propio dun muiño-forno (pistrinum). Nel, probablemente, non só desenvolvería o seu traballo o pistor ou panadeiro, posto que a aparición dun fragmento de molde de barro de repostería -con escea mitolóxica en relevo negativo- estános a sinalar tamén aquí o probable traballo de pasteleiros (clibanarii), como acontece, por exemplo, na Vila dos Misterios de Pompeia, onde os dous fornos da cociña aH descubertos (MAULUCCI, 1987, 86-87) estarían adicados, un á cocción de pan e o outro, máis pequeno, á de pasteis. En Riocaldo é, sen embargo, o ambiente termal o mellor reflexo dos costumes que Roma transm1tlU por todo o Imperio, máxime cando a importancia das termas na vida romana non só nos vén dada polo seu número senón tamén polas normativas que se referen á arquitectura termal. Por iso no NO., ademáis das termas públicas e urbanas como as da cidade de Lugo, de tipo salutífero e medicinal, a actividade arqueolóxica ponnos,cada vez máis, de manifesto a presencia de termas domésticas ou privadas, incluso inmediatas a abrollamentos salutíferos e medicinais, aínda que sen aproveitalos mediante estructuras arquitectónicas, como acontece no caso de Riocaldo, onde polo feito de localizarse o abrollamento no mesmo leito do río, tan só cabe supor para el, como xa plantexamos, un modesto aproveitamento estacional, cicais mediante pequenas bañeiras ou pozas escavadas nese mesmo leito do río. Termas de carácter privado onde tamén parecen enmarcarse as recentemente descubertas no patio do colexio das Josefinas de Ourense (ORERO, 1997, 107-146) -e incomprensiblemente privadas dunha posta en valor logo de recoñecerse publicamente o seu estado de conservación e a súa significación cultural- xa que malia á súa proximidade ás fontes termais das Burgas -e mesmo a funcionar


A vila romana de Riocaldo: Estado da cuestión

aprovei tanda as súas augas quentes- non se pode dicir que resposten ó tipo de conxunto termal público de tipo canónico e urbano, como sería o caso das xa citadas de Lugo. O ambiente termal de Riocaldo é hoxe un dos mellar conservados da Gallaecia -o que incide, lago dos recentes traballos de posta en valor, no seu carácter visitable- e está composto por un carpo alongado, orientado en dirección NO-SE e disposto dacordo a un langa pórtico ou corredor .(ambulacrum) , situado na parte máis occidental da terraza dende a cal o possesor ou propietario da vila observaría a controlaría a pars rustica e os seus dominios sobre o fértil val de Riocaldo. Neste carpo alongado recoñecense varias estancias, nas que a súa denominación ven dada tanto pala proximidade ó centro emisor de calor ou praefurnium, como pala circulación dentro do edificio; por iso se clasificamos este ambiente termal en función da planta e do itinerario de uso podemos falar dun ambiente termal de "plan angular en liña con itinerario retrógrado". Da disposición das distintas estructuras podemos supoñer como a estancia rectangular máis pequena cunha superficie tan só de 8'5 m 2 _ funcionaría como vestibulum ou antecámara con escaleira interior -a base de chanzas de pedra xa non conservados, pero con caracterización similar ós si presentes no tamén ourensán conxunto arqueolóxico de Santomé- para así superar a diferencia de cota existente entre o pórtico de acceso e o piso das termas propiamente dito. Escaleira de acceso que, por outra banda, respostaría a un esquema similar ben coñecido no norte de Italia, ande, no caso dos baños privados dunha domus de Aosta 1, nos atopamos tamén cun pequeno espacio rectangular que no seu interior acolle unha escaleira de tránsito entre o apoditeryum e un caldarium calefactado este último mediante sistema de hypocausis ; escaleira que permite así salvar a diferencia de cota que a cámara de calor da estancia calefactada crea con respecto Ó piso do apodyterium (GEORGE, 1997, 3839 e 68-69; fig. 4a e 4b). En Riocaldo, a través, pois, desa escaleira interior accederíase á estancia de maiores dimensións -21 m 2 _ e non caldeada do percorrido termal; sá que, por iso, hai que entendela como vestiario ou apodyterium. E dado que no naso caso falta un

verdadeiro

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e propio ambiente destinado a frigidarium, o apodyterium ó non estar caldeado puido tamén funcionar como frigidarium, xa que se ben nos ambientes termais públicos a existencia destas duas estancias era cáseque imprescindible, sen embargo nos ambientes privados a reducción de espacio podía dar lugar a esta doble funcionalidade da estancia fría. E para iso, neste caso, simplemente se paría no apodyterium-frigidarium unha tina con auga fría, sobre todo se ternos en canta que no mundo antigo despois do baño quente era imprescindible bañarse en auga fría para deter a suor e ó tempo para tonificar e fortalecer o carpo. Xa que lago, daríase tamén unha utilización do apodyterium como frigidarium, como acontece nas termas femininas do Foro de Pompeia (CONNOLLY, 1991, 51 _n° 25 e 26-) ou nas termas suburbanas de Herculano; e de dita utilización e da presencia da tina con auga fría parece, 1).0 naso caso, dar canta unha mancha escura circular existente no centro da estancia, ande non aparece o restante pavimento de xábrego que a caracteriza. Sen embargo tal mancha tamén puidese respostar ó negativo deixado pala colocación dun labrum para ablucións parciais de auga fría, máxime se ternos en canta que nas termas masculinas do Foro de Herculano, o apodyterium presenta tamén dito labrum, aínda que non en posición central, senón dentro dun abside con arco rebaixado. Ó sur das estancias anteriores edificouse un piso sobreelevado -chamada por esta razon suspensura-, o cal asenta sobre arquiños de ladrillo, creándose deste xeito un subsolo de 96 cm. de alto que servía de cámara de calor e recibía o nome de hipocausto. E tamén por razóns de aproveitamento do calor natural as estancias calefactadas mediante hipocausto orientáronse ó SO. para un mellar disfrute e aproveitamento dos ralOS solares provintes precisamente do oeste. A estancia que, xa con subestructura de hipocaustum, recibiría menos aIre quente relacionaríase ca tepidarium -cunha superficie interior de algo máis de 11 m 2 , similar á da estancia quente-, e dende este tepidarium accederíase á estancia máis cálida do conxunto ou caldarium, xa que inmediato a ela polo seu lado este se ubica o


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Lรกmina II: Escavaciรณn das cรกmaras aquecidas mediante hypocausis no ambiente termal, e detalle das pilae nas cรกmaras de caloe


A vila romana de Riocaldo: Estado da cuestión

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Lámina III: Estela de Fronto reutilizada nas cimentacións das estructuras baixoimperiais.

praefurnium ou caldeira central de calefacción. Mentres, polo seu lado sur aparece, dentro dunha estancia de planta absidiada típica nas vilas do Baixo Imperio, unha pequena bañeira semicircular (balneum ou alveus), que no momento da súa escavación conservaba un sumidoiro de desaugue no fondo, así como a delimitación perimetral mediante moldura de cuarto de círculo, típica das dependencias romanas relacionadas coa presencia de auga. Finalmente o caldarium polo seu lado norte limita ca apodyterium/frigidarium; é dicir, que o caldarium se nos presenta en disposición paralela ó

frigidarium, como tamén acontece nas xa citadas termas femininas do Foro de Pompeia. N o que respecta á caracterización das subestructuras correspondentes ó tepidarium e caldarium, debemos sinalar como as súas cámaras de calor estaban comunicadas entre si e compostas por un solo ou area de xábrego moi pisado sobre o que asentaba un entramado de arquiños composto en cada estancia por sete fileiras de tres arcos en senso SO-NE; fileiras das que se ben xa en ningún caso se conservaban ditos arquiños, si o facían, ben os seus arranques -pilae de ladrillos de tipo bessalis 09-22


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cm de lado) asentadas sobre un ladrillo de 30 x 30 cm ou de 1 pé de lado disposto a xeito de basa- ou ben as súas pegadas en negativo sobre a area. Arquiños de medio punto nos que a súa fábrica consistiría en ladrillos de tipo cuneati artellados cos xa citados ladrillos bessalis; e sobre o entramado de arquiños asentaría o verdadeiro piso sobreelevado da estancia ou suspensura, á súa vez conformada por ladrillos bipedalis (60 cm. de lado) e por un morteiro de opus signinum como pavimento, que se ben se quentaba con lentitude, tardaba aínda máis en enfriarse, a pesares de que a fornalla ou caldeira central de calefacción funcionase ó mínimo. N o balneum ou alveus a súa cámara de calor estaba composta tamén por un solo ou area de xábrego sobre o que se asentarían as pilae de ladrillos de tipo bessalis xunto a ladrillos de 1 pé de lado dispostos a xeito de basa e de capitel. Cámara de calor na que tamén é visible un pequeno oca cadrangular que pode interpretarse como o inicio dunha cheminea de evacuación de fumes residuais, ascendente a través do muro. Se nos referimos ó funcionamento deste ambiente termal, primeiramente, os bañistas procederían a espirse no apodyterium, para lago entrar na sá tibia ou tepidarium, ande, sentados en bancos, comenzaban propiamente a tomar os baños, pasto que nesta sá a temperatura oscilaría entre os 25-30° e a higrometría entre o 20-40%. U nha vez comezada a transpiración o bañista pasaría ó caldarium ande a temperatura acadaría os 55° e a humidade o 80%, e alí se atopaba finalmente coa bañeira con auga quente, mantida a unha temperatura constante, xeralmente, de 40° e tamén chamada, ben alveus pala súa forma cóncava ou ben descensio en canto que para introducirse nela había que descender lago de pasar por riba do reborde ou pluteus. Rematado o baño en auga quente -procedente do depósito colocado sobre a caldeira central de calefacción- retornábase á sá temperada ande se pasaba un período de aclimatación antes de retornar á sá fría. Tepidarium que nun primeiro momento contaría tamén cunha pequena cabeceira absidiada a xeito de nicho (schola), cicais ocupado por un labrum ou pila na que mediante ablucións se podía refrescar o bañista en auga fría; aínda que na etapa final de vida

do ambiente termal, coincidindo cun programa de reforma, dita cabeceira ou nicho se anula ó tempo que tamén se reduce o ancho do praefurnium, e cicais o probable labrum se recoloca no frigidarium-apodyterium, ande finalmente remataría o proceso de baño. O aire quente chegaría ás cámaras de calor procedente dunha cámara de aquecemento ou propnigeum que, con acceso distinto e independente respecto das estancias antes vistas, e tamaño considerable -36'08 m 2 de superficie interior, en relación ca seu uso tamén como almacén para o combustible-, ocupa toda a zona este do ambiente termal. No momento da súa escavación estaba cuberto por unha importante camada de cinzas procedentes da fornalla ou caldeira central de calefacción (praefurnium), ubicada no sector SO desta estancia, e na que a súa manutención correría a cargo do fornalleiro ou fornacator. Fornalla ou praefurnium sobre o cal iría asentado o depósito de auga quente (milliarium) , a ande a auga, probablemente xa temperada, entraría procedente de senllos depósitos colocados a carón do da auga quente, e que por estar asentados sobre os laterais da fornalla ou praefurnium, aproveitarían a súa irradiación indirecta. Así pois, o praefurnium desenvolvería unha doble funcionalidade: por unha banda, e en vertical, sería o encargado de aquecer a auga do milliarium, e por outra, en horizontal, aquecería por irradiación os ambitos con hypocausis. Riocaldo, malia a escasa superficie escavada, presenta xa, un ámbito termal e outro de cociña que se enmarcan dentro dos mellor conservados na arqueoloxía galaicorromana, o que incide, evidentemente, no seu carácter visitable, máxime se ternos en conta que é a través da visita pública cando un xacemento arqueolóxico se reintegra verdadeiramente na vida social como elemento vivo e singular da nosa Historia, potenciando así as actitudes individuais e colectivas no relativo á demanda de coñecemento e o respeto polos bens patrimoniais legados. Nesta vila romana cúmplense, pois, os tres criterios básicos que deben rexer á hora de abordar a musealización dun xacemento: a) ser significativo no seu horizonte cultural; b) presentar estructuras cunha volumetría o suficientemente aceptable como para ser intelixibles, ou o que é o mesmo presentar un grau elevado de


A vila romana de Riocaldo: Estado da cuestión

dispoñibilidade para ser musealizado, e finalmente c) contar tamén cun bo grau de accesibilidade para o visitante (XUSTO, 1993, 9-14). Así entendido Riocaldo -ou cando menos así o entendíamos nós a hora de redactar o proxecto de posta en valor- é tamén unha mostra de amortización dos recursos económicos e técnicos investidos, que deben voltar á sociedade non como imaxe cativa e parcelar do vestixio arqueolóxico senón en clave de comprensión e lectura histórica. E evidente que, ante o carácter incompleto dos restos arquitectónicos alí exhumados, a visita presenta un nível de comprensión xeral bastante complexo, polo que un disfrute culturalmente rendible requere da orientación e información in situ, ademáis de certos medios auxiliares que faciliten o itinerario de visita, incluso para persoas con discapacidades locomotrices. O proxecto de posta en valor redactado no ano 1996 tiña, pois, ese obxectivo e conlevaba un ambicioso plan de traballos no que os plantexamentos de consolidación e restauración se asociaban ós de musealización. Tratábase, en síntese de orientar a actuación, tanto cara unha eficaz preservación dos restos arqueolóxicos, coma cara un mellor entendemento da súa configuración espacial. Nese senso, a actuación de 1996 ademáis de abordar aspectos puntuais da investigación, contemplaba igualmente traballos de preparación previa da consolidación -eliminación das fértiles colonias vexetais, retirada de acumulacións de terra procedentes de campañas anteriores ... -, de actualización completa da topografía do xacemento, e de consolidación e reconstrucción volumétrica propiamente dita, mediante os cales, como xa dixemos, non só se trataba de protexer o xacemento senón tamén de facelo lexible. Lexibilidade que hoxe é xa unha realidade no que respecta á intervención física sobre os restos mesmos, aínda que, desgraciadamente, carece dos medios auxiliares de información dispostos Ó longo do itinerario de visita que mediante contidos textuais e gráficos complementasen e/ou completasen a experiencia visual e parcelar que o visitante percebe. Tendo, pois, en conta esa carencia, a VIsIta hoxendía tan só se estructura en base a dous

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equipamentos para o visitante: por unha banda, unha pasarela-mirador sobreelevada destinada á observación do ambiente termal, e por outra unha barreira-mirador sobre o ámbito de cociña, concebida, neste último caso como delimitador físico da visita e que por ser unha baliza de doada variaclOn, permite a súa retirada cando a continuación das escavacións neste ambiente de cociña así o requira. O carácter incompleto dos restos arquitectónicos da vila levounos a abordar prioritariamente -aínda que sen descuidar outros ámbitoso funcionamento do ambiente termal, para o que entendíamos que unha mellor comprensión del pasaba por unha mínima recreación física da súa hypocausis naqueles puntos -maioritarios- onde os orixinais xa non se conservaban. Recreación mImIma que, dado o preciso coñecemento estructural e funcional que dela tíñamos, consistiu nunha reposición parcial e en ruina, principalmente, das pilae e dos arquiños que conformaban as cámaras de calor do tepidarium e do caldarium, e en menor medida, da suspensura que conformaba o verdadeiro piso destas estancias, como tamén se fixo, no baixo Rhin, nas termas 'Idell l albergo '1 dentro Parque Arqueolóxico de Xanten (Colonia Ulpia Traiana) (RIECHE, 1994, 370-379) ou máis recentemente nas chamadas "Termas de la Muralla" na cidade ibero-romana de Lucentum (El Tossal de Manises, Alicante) (OLCINA e PEREZ, 1998, 72-75). E para iso recorreuse á fabricación de ladrillos semellantes ós orixinais en canto a metroloxía, aínda que cunha coración e textura, se ben próxima, sen embargo claramente diferenciada deles. Fíxose, pois, unha actuación de lexibilidade sobre o mesmo soporte físico do xacemento -ó tempo que de consolidación e protección-, se ben é esta una actuación suceptible tanto de modificación como de doada eliminación sen comprometer a integridade dos restos orixinais, dacordo co principio de reversibilidade que debe presidir toda intervención sobre o Patrimonio Histórico. Principio que por iso está tamén presente nas consolidacións e/ou reconstruccións volumétricas diferentes restos levadas a cabo nos arquitectónicos, sobre os que para cumprir o


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MANUEL XUSTO RODRÍGUEZ

Lámina IV: Traballos de "reposición en ruina" do hipocausto correspondente ó tepidariuffi e caldarium do ambiente termal.


A vila romana de Riocaldo: Estado da cuestión

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Lámina V: Recreación en ruina das cámaras de calor e da suspensura do ambiente termal, e visión xeral da escavación logo da campaña de 1996.

referido principio de reversibilidade na actuación se practicou a inclusión de elementos separadores. Elementos que no naso caso son de dous tipos: por unha banda, no que respecta Ó interior ou alma dos muros, extendeuse grava sen aglutinante para evitar o contacto coas fábricas antigas ou orixinais, e por outra, exteriormente procedeuse a colocar pequenas lascas de pizarra de aproximadamente 10 cm. de lonxitude e equidistantes cada 50 cm. o que nos permite seguir unha liña de recontrucción con trazo discontinuo e mínimo impacto visual, de xeito que é posible distinguir a zona orixinaria da zona intervida sen recorrer á documentación gráfica proporcionada polos traballos de escavación; e en ámbolos dous casos é doadamente reversible tal actuación, sen afectar á zona orixinal conservada. Pódese, en síntese, concluir dicindo que Riocaldo, como xa plantexábamos no ano 1993 cando reflexionábamos sobre o seu aproveitamento integral, permite un aproveitamento máis amplo que o meramente científico: esto é, o educativo e o social. Permite, xa que logo, non só a investigación histórica, senón tamén unha reintegración na vida social dos seus restos a través da conservación e

ordenación das ruinas e do seu entorno en función da visita e da comprensión histórica. Sen embargo, a súa reintegración educativa e social implica unha necesaria continuación das escavaClOns en extensión, posto que só así comprenderemos verdadeiramente a caracterización e evolución dun xacemento no que a investigación xera un, cada vez máis, importante volume de información; volume do que, finalmente, deriva que algunhas das hipóteses por nós expostas quedaren ás veces matizadas mentres que outras se viren plenamente confirmadas.

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MANUEL XUSTO RODRÍGUEZ

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BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 247-251

TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS EN LA IGLESIA DE S. ROMÁN DAS ENCROBAS (CERCEDA, LA CORUÑA)

ANDRÉS BONILLA RODRÍGUEZ Prospeetiva y Análisis Arqueólogos SL

Resumen: La presente colaboración describe, de forma sintética, los trabajos de excavación en área realizados desde el 16 de junio hasta el 8 de agosto de 1995 en el solar de la iglesia de S. Román das Encrobas (Cerceda, La Coruña), así como los principales resultados obtenidos. El objetivo fundamental de dichos trabajos consistió en el esrudio arqueológico completo del subsuelo de la iglesia, que había sido previamente desmontada y trasladada a un lugar próximo, a consecuencia de la expansión de la mina asociada a la central térmica de Meirama, dentro de cuyo ámbito se encuentra el citado monumento.

Abstraet: Archaeological Work in the Church 01 S. Román das Encrobas (Cerceda, A Coruña). This article summarizes the excavation work done from]une 16th to August 8th, 1995 on the site where the Church ofS. Román das Encrobas (Cerceda, A Coruña) was located. It also presents the most important results. The main purpose of the excavation was to carry out an in-depth study of the sub-soil of the church, which had previously been disassembled and moved to a nearby location, because of the expansion of the mine belonging to the power plant of Meirama, where this monument was found.

La iglesia de S. Román das Encrobas Se trata de una iglesia de una sola nave y ábside rectangular, cuya fábrica original se sitúa a finales del siglo XII. El acceso al presbiterio se realizaba a través de un arco apuntado, con un arco fajón hacia el centro del mismo, ambos sobre semicolumnas adosadas con basamentos y capiteles románicos. En el lado N presentaba una puerta antigua, de arco de medio punto sobre jambas de arista viva, adornada en el tímpano con dos rosetas y una cruz flanqueada por bastones o báculos. De procedencia antigua era, asimismo, una cruz de entrelazos que coronaba la fachada actual. Este edificio fue objeto de reformas en 1720, atribuyéndose a esta fase un aumento en las dimensiones de la planta original. En 1949-50 se sitúa otro momento de reformas, que afectaron fundamentalmente a la fachada W, aumentando la longitud total de la iglesia, así como a la cubrición del edificio, cuya bóveda de cañón apuntada, ya en ruinas, fue sustituida por otra de ladrillo.

Hipótesis de trabajo previas De la información obtenida mediante el control arqueológico realizado durante las labores de desmontaje del edificio se dedujeron una serie de hipótesis de trabajo previas al inicio de la excavación en área del solar de la iglesia: - Existían indicios de que ningún tramo del edificio se correspondía en su totalidad con la fábrica románica original. En este sentido, la zona del presbiterio parecía ser una reconstrucción inmediata a la primera fase de obras románica, realizada posiblemente en época gótica después de un episodio de incendio cuyo alcance no era posible valorar por el momento. - A raiz de lo anterior, existía la posibilidad de que la cabecera plana actual no se correspondiera en planta con la cabecera original. Por razones parecidas, tampoco se podía asegurar que la iglesia románica hubiese estado totalmente abovedada, pudiendo haber adoptado una solución mixta de abovedamiento hacia el altar y cubierta de madera en la superficie restante.


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- Los tramos correspondientes a los laterales N y S parecían ser producto de las obras documentadas en 1720, fase en la que, caída la cubrición y semiderruidos los paramentos del lado S, se aprovechó para alargar en un tramo hacia el W la planta del edificio, a la vez que se reconstruyeron el muro de la cabecera y parte de los contrafuertes. En este momento se produjo, además, la cubrición por abovedamiento de toda la iglesia.

Objetivos El objetivo general de los trabajos de excavación en área consistía en el reconocimiento y estudio del subsuelo de la iglesia y zonas adyacentes, a fin de: - Identificar en profundidad los niveles correspondientes a las distintas reformas reconocidas en planta, perfeccionando y completando su caracterización preliminar. - Dejar al descubierto las cimentaciones antiguas del edificio, con un doble objetivo: por un lado, intentar identificar, mediante el estudio de los restos que pudieran conservarse, la planta románica original y, por otro, hacer posible que, mediante el trabajo arqueológico, se pudiera valorar la relevancia de las estructuras presentes en el subsuelo, a fin de permitir su posible integración en la reconstrucción de la iglesia, prevista en el proyecto arquitectónico después de la finalización de los trabajos de excavación. - Recuperar elementos antiguos que posiblemente hubieran sido utilizados como material de construcción en las cimentaciones de las distintas fases constructivas posteriores a la fábrica románica, a fin de permitir su posible integración en el proyecto arquitectónico de reedificación.

Trabajos obtenidos

efectuados

y

resultados

Previamente al comienzo de la excavaClOn se instaló en el solar de la iglesia una cubrición semipermanente, acotando una superficie de 30 x 15 m. en torno a las cimentaciones del edificio. El área de excavación abierta inicialmente poseía unas medidas de 28 x 12 m., abarcando la totalidad de la iglesia y la zona posterior a la cabecera, ocupada por la sacristía contemporánea.

Los trabajos previstos se desglosaban en dos fases de excavación. Un primer periodo valorativo de la potencia y características generales del yacimiento, y una segunda fase en la que se completaría la excavación en área de la iglesia y su entorno inmediato. TRABAJOS VALORATIVOS (FASE 1)

Cumpliendo este programa, durante las dos primeras semanas de trabajos fueron excavados el lateral N del presbiterio/cabecera y primer tramo de la nave (Sector 1), así como el tramo W de la iglesia (Sector 2). Lateral W de la iglesia

Los trabajos en esta zona dejaron al descubierto la cimentación de la fachada barroca, que servía parcialmente de basamento a la actual, debido a obras realizadas en 1950. El subsuelo de este tramo del edificio poseía una potencia mInlma, constatándose que el sustrato había sido rebajado, posiblemente en la fase de obras de 1715. Dicho rebaje supuso el arrasamiento parcial de un nivel de enterramientos excavados en la roca. Este nivel de necrópolis se correspondía con las fases románica y gótica de la iglesia, apareciendo por encima del mismo un osario cronológicamente posterior a la reconstrucción barroca y diversos revueltos de material óseo producto de remociones recientes. Zona exterior al lateral N del edificio

Otro sector excavado en esta fase abarcaba el espacio exterior a las cimentaciones del lado N (Sector 3). En esta zona el sustrato apareció casi a nivel superficial, habiendo sido nivelado con rellenos y pavimentos de xabre y posteriormente ocupado con múltiples tumbas excavadas en la roca, algunas de las cuales presentaban factura antropomorfa. Asimismo se registró la aparición in situ de un sarcófago de granito que tipológicamente ofrecía una cronología bajomedieval, posiblemente correspondiente a la fase gótica de la iglesia. En la zona anexa a la cabecera por el lado N se localizó una gruesa cimentación adosada a la


Trabajos arqueológicos en la iglesia de S. Román das Encrobas (Cerceda, La Coruña)

esquina NE del edificio, atribuible a un muro de contención de tierras, sin que existan indicios de que esta estructura pudiera poseer una función más significativa.

Zonas de la cabecera y presbiterio En la zona del presbiterio y cabecera (Sectores 1 y 4) el reconocimiento efectuado supuso el descubrimiento parcial de las cimentaciones y niveles constructivos románicos (lateral N), por debajo de un nivel de quemado que afectaba, asimismo, a la zona interna del presbiterio. Respecto a la cabecera del edificio, la excavación y desmontaje de los niveles constructivos modernos dejó al descubierto los horizontes medievales, observándose indicios que indicaban la existencia de un ábside románico semicircular, embutido en el paramento de cierre que conformaba la cabecera plana de la iglesia actual. Los trabajos a realizar en esta zona previeron, a partir de ese momento, el desmontaje de los niveles constructivos modernos y góticos, a fin de estudiar las características de la planta románica original.

Interior de la nave En el interior de la nave se comprobó la existencia de varios niveles de enterramientos de época moderna parcialmente afectados por remociones superficiales debidas a obras y reformas del suelo de la iglesia. Solicitada la colaboración de un antropólogo físico, los trabajos valorativos concluyeron con la preparación de esa zona con vistas a una excavación en área de los tramos central y oriental de la nave. AMPLIACIÓN DE LA EXCAVACIÓN A TODO EL SOLAR DE LA IGLESIA (FASE 2)

Una vez completados los trabajos valorativos, se procedió a la ampliación de la zona objeto de estudio, aumentando la anchura de la superficie de excavación hacia el N. Definida la extensión total del área de trabajo, el proceso de excavación fue organizado en base a dos sectores principales: por un lado, el interior de la iglesia, distinguiendo entre la zona de la cabecera! presbiterio y la nave y, por otro, la periferia del templo.

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Interior de la iglesia: zona de la cabecera y presbiterio La excavación de los restos del edificio actual tuvo varias fases de trabajo, entre las que se incluyó el desmontaje de las cimentaciones barrocas correspondientes a los muros de la nave reformados en la obra de 1715, a fin de dejar exentas las cimentaciones correspondientes a la fábrica románica original. Dichos restos antiguos definen la planta primitiva de la iglesia, así como una fase posterior de reconstrucción: - Estructuras de cronología románica. De la planta románica se conservaban íntegramente las cimentaciones correspondientes a la zona del presbiterio, así como el basamento del muro N de la nave primitiva. Estas estructuras se caracterizaban por una disposición peculiar de los elementos que conformaban su aparejo, formado por sillarejo y piedra irregular de tamaño pequeño y mediano, cementados con argamasa, que utilizaban como base de apoyo su lado más estrecho. La zona central del presbiterio aparecía ocupada por un relleno de piedra y argamasa, similar al empleado en las cimentaciones, cuyo trazado curvo se imbricaba con los laterales románicos. Asimismo, se conservaban restos de la cabecera románica, de forma semicircular, formada por los restos de un paramento curvo dotado de dos contrafuertes en las zonas de contacto con los muros del presbiterio. Respecto al umbral de la iglesia románica, la transición entre los tramos occidental y central del edificio barroco presentaban, en el espacio ocupado por la nave, un rebaje trasversal con huecos y apoyos de cimentación que indicaban el emplazamiento de la primitiva fachada W románica, destruida durante la reforma barroca, durante cuya obra se alargó en un tramo la nave de la iglesia. - Estructuras de cronología gótica. La existencia de un nivel homogéneo de quemado en la zona de la cabecera y presbiterio del edificio denotó la existencia de un episodio de incendio causante del derrumbe de, al menos, el tramo de muro existente entre los dos contrafuertes de la cabecera. La datación por e 14 calibrado de ese nivel ha determinado que dicho incendio tuvo lugar entre 1285 y 1420, Teniendo


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ANDRÉS BONILLA RODRÍGUEZ

en cuenta la fecha fundacional admitida para la iglesia (1184) y la evidencia cronológica de algunos elementos decorativos de factura gótica aparecidos como material reutilizado durante las obras de desmontaje, parece factible suponer que la reconstrucción del edificio se efectuó poco después de su CnSIS, recurriéndose a una solución constructiva diferente para levantar la nueva cabecera. Dicha solución consistió en la prolongación de las cimentaciones laterales del presbiterio y su unión lateral mediante un muro recto que conforma el ábside del edificio actual. Paralelamente, en esta fase se construyó otro paramento para unir los restos N y S de la cabecera románica, y el espacio existente entre ambas estructuras se rellenó con el material procedente del edificio incendiado, macizando de esta manera la zona del altar hasta el muro E exterior. - Estructuras y restos localizados anteriores a la construcción de la iglesia románica. La excavación de la base de las estructuras románicas de la cabecera supuso el descubrimiento de un nivel de tumbas antropomorfas excavadas en la roca, dispuestas bajo los restos del antiguo ábside semicircular y el relleno existente en la zona del altar. Dichas tumbas, como indica su aparición bajo las cimentaciones románicas, expresaban la existencia de un área de inhumación anterior a la propia iglesia, fechable a priori por su factura entre los siglos IX-X y la época de construcción del edificio. Entre dichos enterramientos destaca por su conservación una tumba cubierta con tégulas, dispuesta frente al presbiterio románico. Asimismo, es de destacar el descubrimiento durante el transcurso de los trabajos arqueológicos de dos pequeñas aras romanas dedicadas a los lares viales, aparecida una de ellas en el interior del muro S barroco y la segunda de modo casual en las inmediaciones de la iglesia. Interior de la iglesia: zona de la nave

En esta zona, una vez levantados los restos del enlosado barroco, se procedió a la excavación de los enterramientos ligados a esa fase del edificio, comprobando que las inhumaciones allí practicadas aparecían dispuestas en filas o hileras, expresando el orden seguido por las piedras del

enlosado. Por debajo de este nivel se disponía el sustrato, con las improntas de las tumbas medievales muy arrasadas por las obras de 1715. Exterior de la iglesia

En esta zona la roca aparecía inmediatamente por debajo de un nivel revuelto producto de las obras de 1950. Dicho nivel fue, además, arrasado parcialmente hace algunos años al ser retirados del entorno de la iglesia los enterramientos hoy dispuestos en el cementerio anejo. Una vez descubierto el sustrato en todos los puntos, se documentaron los siguientes aspectos: - El entorno de la iglesia, utilizado como necrópolis asociada al edificio, presentaba una ocupación funeraria exhaustiva, no existiendo prácticamente ninguna zona libre de enterramientos, a no ser los umbrales de las puertas antiguas y modernas. - Por debajo de un nivel de inhumaciones postbarrocas (siglos XVIII al XX), realizadas mediante fosas abiertas en la tierra, se localizó la necrópolis medieval, atribuible a las fases románica y gótica del edificio, consistentes en sepulturas excavadas en la roca, de tamaño y forma variable, apareciendo tumbas de hueco antropomorfo, relacionables fundamentalmente con el periodo romanrco, enterramientos de cabecera oval, pertenecientes en su mayoría a la fase gótica, y tumbas de cabecera cuadrangular de adscripción más moderna. - Como consecuencia del alto nivel de ocupación se producían frecuentes intrusiones de unas tumbas sobre otras más antiguas, así como la reutilización de una misma fosa para varios enterramientos, dándose en varios casos reconstrucciones puntuales de tumbas para una utilización posterior.

Consideraciones finales Los trabajos de control arqueológico y de excavación en área efectuados han permitido el análisis de los diferentes momentos de construcción, reconstrucción, reforma y ampliaciones experimentadas por la iglesia, desde su primitiva fábrica románica hasta el presente.


Trabajos arqueológicos en la iglesia de S. Román das Encrobas (Cerceda, La Coruña)

Asimismo, se ha documentado un momento de crisis en la historia del edificio, evidenciado en la existencia de un nivel de destrucción por incendio cuya reparación propició algunos de los cambios posteriores observados en la planta de la iglesia. La más significativa de estas reformas posiblemente sea el cambio de trazado de la cabecera, cuya nueva planta rectangular responde sin duda al influjo de los modelos formales de la zona en época gótica. Finalmente, se ha comprobado la presencia de un área de necrópolis asociada al interior y entorno del edificio. El estudio de estas inhumaciones ha puesto de manifiesto, fundamentalmente dos hechos:

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La existencia de una evolución morfológica en las estructuras funerarias, visibles, por ejemplo, en las formas y materiales constitutivos de las tumbas a lo largo de las diferentes fases de ocupación del yacimiento. La presencia de un nivel de inhumación anterior a la construcción de la iglesia románica, localizado en la zona del presbiterio y por debajo de la cimentación de la cabecera curva primitiva. Este hallazgo, junto a la aparición de las dos aras mencionadas, permite suponer para el solar de la iglesia una antigüedad mucho mayor que la de los propios restos arquitectónicos estudiados.



BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 253-255

TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS EN EL MONASTERIO E IGLESIA DE S. LORENZO DE CARBOEIRO (SILLEDA, PONTEVEDRA). CAMPAÑA DE 1991: RESUMEN DE LOS TRABAJOS Y HALLAZGOS REALIZADOS

ANDRÉS BONILLA RODRÍGUEZ Prospectiva y Análisis Arqueólogos S.L.

Resumen: Se presentan, de forma sintética, la descripción y resultados de los trabajos arqueológicos realizados en el conjunto de la Iglesia y Monasterio de San Lorenzo de Carboeiro durante el mes de julio de 1991. Dichos trabajos tenían como objetivo básico la realización de sondeos que permitieran calibrar la potencialidad arqueológica del yacimiento.

Abstract: Archaeological Work in the Monastery and Church ofS. Lorenzo de Carboeiro (Silleda, Pontevedra). 1991 Campaign: A Summary of the Excavation and the Findings. This article describes, in brief, the results of the archaeological workcarried out on the ensemble of the Church and Monastery of San Lorenzo de Carboeiro during July of 1991. The purpose of this project was ro test-drill the site to assess its archaeological potential.

Situación y descripción del yacimiento La iglesia-monasterio de S. Lorenzo de Carboeiro y sus edificaciones anejas se localizan en la parroquia de Carboeiro (Silleda, Pontevedra), asentada sobre un espolón rocoso, en un meandro del río Deza que con sus afluentes riega la comarca conocida como A Terra de Trasdeza. De orígenes prerrománicos, el monasterio se funda en una donación del año 936 otorgada a la Orden Benedictina por los condes Gonzalo y Teresa, ubicándose en el lugar donde anteriormente había una ermita con igual advocación. Este conjunto primitivo fue destruido por Almanzor en el 997, lo que obligó a una segunda consagración en el año 999. Desde entonces Carboeiro tuvo una próspera existencia, interrumpida en 1500 al quedar anexionado como priorato a S. Martín Pinario. A partir de la Exclaustración el monasterio fue abandonado, iniciándose la ruina de sus dependencias.

En la actualidad, el conjunto está formado por una iglesia de estilo románico ojival e influjo compostelano, construida a finales del siglo XII y comienzos del XIII, con planta de cruz latina, tres naves en el eje mayor y otra formando el crucero en la que se abren dos capillas semicirculares. La cabecera está formada por una girola que se extiende alrededor de la capilla central del presbiterio y tres capillas absidiales que se corresponden con cada una de las naves del brazo mayor de la iglesia. Debajo de la girola, una cripta con tres capillas reproduce el modelo visto en el ábside. Al N de la iglesia, y unida a ella, se localiza un recinto rectangular, testimonio del priorato de época moderna, en cuyo interior se encuentran los restos derruidos de un total de nueve estancias. Al N de este recinto, en la zona más elevada del espolón rocoso, se ubican una serie de estructuras, poco definidas en el momento de la intervención, enmascaradas por la vegetación y masas de derrumbes.


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ANDRÉS BONILLA RODRÍGUEZ

Objetivos generales y planteamiento de los trabajos Como ya se ha señalado, los trabajos consistieron en la apertura de catas de sondeo en diferentes lugares del yacimiento con objeto de poder calibrar su potencial estratigráfico y arqueológico. Para ello, y de acuerdo con la estructura del conjunto, se establecieron tres zonas independientes, centradas en la iglesia, el priorato y un sector situado, respectivamente, al S y al W de ambos elementos. ZONA DE LA IGLESIA

En este sector se buscaba obtener una visión global del subsuelo del yacimiento, distribuyéndose los sondeos en el transepto y naves de la iglesia (primer y segundo tramo). PRIORATO

El objetivo en este sector era, por un lado, definir y caracterizar las estructuras que lo conforman y, por otro, establecer qué posición ocupaban en relación con la iglesia. Para ello los sondeos se localizaron en el centro y una de las estancias del patio, así como en el exterior del muro N de la iglesia. EXTERIOR

En la zona exterior al conjunto formado por la iglesia y el priorato se realizaron varios sondeos destinados a establecer la existencia de otras estructuras y su relación con las edificaciones principales, centrándose los trabajos en el exterior de la puerta N del templo y frente a los muros N y W del priorato.

Síntesis de resultados De forma resumida, la información más significativa obtenida en la campaña de 1991 fue la siguiente:

iglesia, situado en un nivel superficial, inmediatamente por debajo de la capa de escombro existente antes del inicio de los trabajos. - Excavación de un área de inhumación en el lado S del edificio, correspondiente a un nivel de tumbas de lajas, que proporcionó información sobre la existencia de diferentes tipos constructivos de enterramientos, cronológicamente coetáneos al edificio, dentro de un contexto estratigráficamente homogéneo. - Reconocimiento y estudio de las cimentaciones románicas, y su relación constructiva con el sustrato rocoso, documentándose las técnicas de nivelación y compactación del subsuelo utilizadas durante la construcción de la iglesia. - Localización en los lados S y N de una o varias estructuras anteriores al edificio románico, consistentes en restos de muros reaprovechados como cimentación de la iglesia, cuya disposición y orientación difieren de la planta románica, registrándose además, en clara asociación con los elementos anteriores, la aparición en la esquina NW de un pavimento de chapacuña perfectamante conservado al menos en la zona afectada por el sondeo. ZONA DEL PRIORATO

- Se constató la presencia de vanos niveles de pavimentos, la existencia de estructuras bajo o postmedievales, posiblemente correspondientes al periodo posterior a la decadencia del monasterio benedictino, y la utilización, con fines que aún están por determinar, de elementos constructivos que pudieron haber pertenecido al antiguo claustro románico con que se supone estuvo dotado el monasterio. - Contiguos al lado N de la iglesia, fueron excavados varios enterramientos pertenecientes a un momento bajomedieval. En uno de ellos se realizó el descubrimiento de un tes orillo de monedas depositadas en la tumba junto con el muerto. EXTERIOR DEL CONJUNTO

INTERIOR DE LA IGLESIA

- Localización y delimitación en varios sectores de restos pertenecientes a un antiguo enlosado de la

- Delimitación de un nuevo sector de enterramientos de lajas, situados en la actual explanada de acceso (lado S).


Trabajos arqueológicos en el monasterio e iglesia de S. Lorenzo de Carboeiro (Silleda, Pontevedra). Campaña de 1991: resumen de los trabajos y hallazgos realizados

- Localización en el exterior de la iglesia (esquina W, a la que se adosa por ese lado el muro del priorato) de nuevas estructuras bajo el suelo actual. Estos restos, consistentes en paramentos de diverso tipo y restos de un enlosado, mostraban relación con los detectados en el interior de la iglesia, testimoniando diversos periodos constructivos.

Consideraciones 1males De los resul tados obtenidos en 1991, creemos que se deducen, a modo de hipótesis de partida para posibles trabajos futuros, las siguientes consecuenClas: La iglesia románica de Carboeiro fue construida sobre una o varias construcciones de mayor antigüedad que, al menos en zonas concretas,

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muestran un buen estado de conservación. El carácter funcional concreto de estas estructuras es todavía desconocido. Las edificaciones correspondientes al priorato de época moderna posiblemente difieren de la planta original del monasterio benedictino, algunos de cuyos restos se corresponden con estructuras presentes bajo el suelo actual. Bajo el subsuelo de la iglesia y sus inmediaciones se localiza una amplia necrópolis utilizada desde la Edad Media al menos hasta época moderna. Se extiende por diferentes sectores del conjunto edificado y ofrece una interesante visión acerca tanto de la utilización de tipos de tumbas diferentes en un mismo periodo, como sobre el proceso de ocupación del suelo con fines funerarios a lo largo de un espacio cronológico continuado.



BRIGANTIUM,

o

2000, vol. 12, pp. 257-260

CASTELO DE MOECHE CA CORUÑA)

EMILIO RAMIL GONZÁLEZ

* VíCTOR TOMÁS BOTELLA **

* Avenida de Vigo, 162-164,2° D. 15403 Ferrol ** Avenida de los Caidos, 3-7" D. A Coruña

Resumo: O proxecto arquitectónico de restauración do elemento pétreo, cantería e mampostería, do Castelo de Moeche permitiu a realización previa dunha excavación arqueolóxica combinando a metodoloxía de traballo de excavación en área, que respetou os nivéis habitacionais, e as sondaxes estratigráficas que permitía achegarnos tanto ós aspectos constructivos da edificación como ás fases de ocupación.

Abstraet: The Castle 01 Moeche (A Coruña). The architectural project for the restoration of the stonework and masonty of the Castle of Moeche made it possible to carry out a prior archaeological excavation, combining the methodology of large-scale excavation, which respected the range of the sites, and stratum test-drilling, which allowed us to gain insight not only into the structural aspects of the building but also the stages of occupation.

o Castelo de Moeche localízase na parroquia de San Xurxo, dominando o val, emprazado nunha elevación rochosa moi perto da igrexa parroquial. A documentación sobre este monumento histórico é moi pobre. Ata o momento da actual intervención do ano 1991, tódo-Ios estudos realizados básanse nunha primeira obra xeral de Avelino Comerma e Batalla (1903), un traballo loable pero que non subsana a insuficiencia de datos existentes nin resposta axeitadamente ás interrogantes que hai que plantexarse encol de diferentes aspectos: data de construcción e posibeis reformas ó longo do tempo, distribución e tipoloxía de cubertas e pisos, funcionalidade das súas diferentes dependencias, etc. Hai que engadir o clarexamento dos acontecementos históricos que o tiveron como protagonista, principalmente no referente á súa hipotética destrucción durante o movemento irmandiño. O Castelo presenta planta poligonal adaptada ó espolón onde se ubica, cunha clara inclinación lesteoeste, ocupando unha superficie de 1.350 metros cadrados. Deféndese do entorno mediante un foxo excavado na rocha, de 5 metros de ancho e 3 metros de altura, que vai disminuíndo cara ó oeste; polo que sabemos, este foxo cumpría unha meirande lonxitude en orixe, xa que hai uns 17 anos

recheouse no seu sector NO. Rodearía, pois, todo o perímetro da construcción, agás o frente da porta principal, no oeste. Entre o foxo e os muros exteriores discorre un paseo de circunvalación dende o que se accede ó baluarte ó traverso de dúas poternas. Dende ese baluarte, de planta irregular que define a súa capacidade defensiva e o seu control do entorno, accédese ó interior da edificación ó traverso da Torre de Homenaxe, de planta cadrada e porta con rastrillo. Arredor do Patio de Armas central articúlanse as catro dependencias que conforman a edificación; nunha delas, situada no oeste, vemos unha escaleira helicoidal en cantería que sube ata o Paseo de Ronda, que discurre polas almenas superiores. Non se ten aínda unha idea clara da funcionalidade concreta das diferentes habitacións, que se repartirían en dúas plantas en alzado, sendo tres no caso da Torre, que gaña en altura. Ás superiores habería que facerlles corresponder unha función nobre, como o denuncia nunha delas a presencia dunha chimenea de cantería imbuída no muro; para as restantes, as hipóteses son moitas, mais non sería prudente ningunha especulación ata realizar un estudo histórico riguroso, froito dunha exhaustiva recollida de datos.


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EMILIO RAMIL & VíCTOR TOMÁS

A oportunidade da excavación no Castelo, en conexión con outras tarefas de urxente realización como os traballos puntuais de consolidación dado o deficiente estado de conservación que presentaba nalgunhas zonas, obrigaron a realizar unha urxente primeira campaña. A intención, dado o volume de obra previsto, que se extendía a toda a construcción e mesmo ó seu entorno, situounos diante dunha ampla superficie, que fixo necesaria a fixación de criterios de selección dos puntos concretos a excavar, en orden a facer posible combinar os intereses que propiciaban o proxecto de restauración centrado en estructura.s internas e as zonas que, segundo criterio arqueolóxico fixeron supoñer unha máis rentable recollida de materiais. O método a empregar tivo en conta estos dous enfoques, utilizando a excavación en área, que respeta os niveis habitacionais, e a de sondaxes estratigráficos que, acadando a rocha natural, permite unha axeitada lectura estratigráfica que globaliza os coñecementos sobre esta edificación, tanto nos aspectos constructivos como en posibles fases de ocupación. As sondaxes e as cadrículas en área distribuíronse segundo unha cadriculación cartesiana na que un dos eixos levou orientación N -s. Cada un dos cadrados base cumpriu 16 metros cadrados, ata un total a excavar de 320 metros cadrados. A planificación dos traballos, en relación cos fins propostos, cobrou as seguintes características: a- A selección das zonas para sondaxe estratigráfica estivo en función da inclusión dentro do cadrado base dalgunha estructura que permitiu o recoñecemento das súas cimentacións. Foron elexidas tendo en conta as preferencias expostas polo arquitecto responsable do proxecto de restauración. b- Os cadrados de excavación en área repartíronse homoxeneamente por todo o recinto naquelas zonas dunha meirande potencia suposta. Nalgún caso foron limítrofes coas sondaxes estratigráficas, co fín de facer máis doada calqueira ampliación destes cando se fixo necesario. A recollida de material ergolóxico, para a súa agrupación, tratándose dun recinto habitacional, tivo en conta as divisións das diversas dependencias, con acotacións que marcaron as concentracións siñificativas que aXlIdan a clarexar a funcionalidade

das estancias, ún dos fíns desta intervención arqueolóxica. A estratigrafía é moi uniforme ó longo da área excavada. Varían os niveis en potencia segundo a zona, por mor do desnivel da rocha na que se asenta a cimentación, xa que vai gañando en altura, en dirección N-S. Retirada a capa vexetal aparece a capa 1. Este primeiro nivel consiste nunha terra de revolto mixturada con pedra miúda; a súa potencia varía entre 10-50 cms. É unha capa moi alterada ó longo dos anos, onde se misturan materiais da época cos modernos. Nalgúns casos, nas zonas de menor potencia o nivel 1 sitúase directamente sobre a rocha nai. Normalmente está sobre a capa 2, consistindo este nivel nunha estructura horizontal Ca base do que sería o piso do Castelo), construída esta preparación do empedrado utilizando elementos pétreos xistosos sen traballar, colocados de xeito absolutamente irregular. Hai zonas nas que a preparación do empedrado mixturouse coa derradeira fiada de cimentación dalgún muro. Os muros exhumados non teñen máis de tres fiadas e a súa cimentación está directamente sobre a rocha nai. En tódalas catas saen derrubes procedentes dos muros do Castelo. Exhumáronse, como datos estructurais máis salientables, agás da preparación do empedrado: 1- A cimentación de dous grosos muros que fan esquina en ángulo; conservan tres fiadas de mampostería, cimentándose directamente sobre a rocha. O seu tamaño e apariencia recordan a cimentación dunha torre, anterior á actual construcción. A altura dos muros varía entre 20- 50 cm, e o ancho é de 150 cm. Está construído en mampostería de lousa e xistos. 2- O pozo do Castelo. Atópase adosado á cara externa dun muro que separa unha das habitacións do Patio de Armas. Tén forma circular, pero moi irregular, cun diámetro medio de 140 cm, e unha profundidade de 9, 90 m. Excavado na rocha, rematouse en mampostería, agás a derradeira fiada construída con sillares de cantería, material utilizado para face-Io broca,. 3- Canle. Exhumouse parte dunha canle feita con pezas de cantería de diferente lonxitude.


o Castelo de Moeche (A

Coruña)

Fig. 1. Muros en ángulo dunha torre anterior ó actual castelo.

Fig. 2. Canle de pezas de cantería e preparación do piso do Patio de Armas.

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EMILIO RAMIL & VíCTOR TOMÁS

Consérvanse 285 cm de lonxitudena zona do patio que se corresponde a 4 pezas ademais doutra situada na habitación próxima ó pozo, cunha lonxitude de 69 cm. A altura de cada unha das pezas é de 22 cm, e o ancho de 30 cm; o ancho interior da canle é de 11 cm. Ó longo do patio, en dirección á porta interior de acceso á Torre de Homenaxe, continúa a canle, pero construída en mampostería. Exhumáronse nesta zona do patio varias cimentacións de muros, mOl alteradas, que se entrecruzan, pero a súa función non puido determinarse. Entre o material ergolóxico máis siñificativo destacaremos a cerámica, vidrios, metáis, ÓSOS e cunchas. Extraéronse unha cantidade superior a 4.000 fragmentos cerámicos, recoñecéndose a tipoloxía das pezas, a forma exacta dalgún cacharro por recuperarse fondo, panza e borde. Predominan as vasixas globulares e as xarras sobre outras formas como cuncas ou fontes, vasixas de colos cortos e bordes con espesamento externo semicircular, vasixas con colos exvasados e bordes rectos ou lixeiramente apuntados, ou bordes en bisel, apestañados por unha moldura, e bordes rectangulares con moldura cóncava na cara superior. Os fondos son rectos, planos, cóncavos, ou de pé realzado. As asas son de cinta decoradas con incisións profundas ou incisións estreitas e alongadas; hai decoracións bruñidas, impresas por dixitación ou estriadas. Hai fragmentos vidridados por toda a superficie da peza ou ben somentes no interior. As pastas varían de moi finas a groseiras, mesmo os desgrasantes, fundamentalmente micáceos e de seixo, variando a cor da pezas entre negro, marrón, castaño, laranxa, vermellas e ocres, pero sobre todo grises. A fabricación varía dende as pezas feitas aman que presentan numerosas irregularidades no grosor das paredes, a torno lento con estrías irregulares sinuosas, e a torno rápido con estrías regulares e paralelas circundando o contorno da peza. O tipo de cocción tamén varía sendo fundamentalmente a reductora pero variando durante a postcocción a atmósfera, dende a saturada de fume, á apertura do forno durante a

mesma ou ben somentes Ó rematar a postcocción, provocando as variacións de coro Os anacos de vidrio son escasos, predominando algún borde, e a decoración de liñas incisas. Entre os restos metálicos destacaremos materiais en cobre, bronce e ferro; numismas de cobre, maravedís dos Reis Católicos, Felipe IV, Carlos II. Alfinetes de bronce, variada tipoloxía de cravos, tachuelas, bisagras, ferraduras, piquetas, azadas, destacando unha pequena chave de baúl, moi ben conservada. Mención especial merece o achádego no fondo do pozo do Castelo, sobre a propia rocha, misturado con cerámica e terra enfangada, dun puñal de ferro (RAMIL GONZÁLEZ, 1994/94); fáltalle a empuñadura, conservando o espigo de ferro, tendo insertado a garda na inflexión que hai no extremo da folla, oposta á punta, un óvalo decorativo en bronce; nos extremos do eixo maior ten soldados sendos botóns de sección semicircular, conformando a guarnición; a folla é de sección triangular. Hai unha gran variedade e cantidade de fragmentos óseos, cráneos, queixadas, colmillos, costelas, etc, pertencentes a xabarín, cocho, mula, cabalo, ovella, vaca; nembargantes somentes recuperamos cunchas de ostras. Ó remata-la campaña de excavación, plantexamos a necesidade de continuar sondeando tódalas habitacións do Castelo, o exterior do mesmo e o foxo; a escasa potencia estratigráfica, a mínima porcentaxe habitacional excavada, non nos permitía valorar adecuadamente hipóteses relativas a sistemas constructivos, funcionalidade das dependencias, contextualización estratigráfica. O material ergolóxico, fundamentalmente a cerámica, sitúanos nunha cronoloxía entre os séculos XIII-XVII, pero as remodelacións ou reconstruccións realizadas no Castelo, a escasa potencia estratigráfica, provocaron unhas profundas alteracións nos niveis arqueolóxicos, indicándonos a necesidade dunha segunda campaña de excavación.

Bibliografía COMERMA y BATALLA, A., 1903. Los Castillos Feudales de Moeche, Narahío y Andrade, Ferrol. RAMIL GONZÁLEZ, E., 1993/94.0 Puñal Medieval do Castelo de Moeche (A Coruña). Brigantium, Volume 8, p.p. 301-306.


BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 261-270

EXCAVACIÓNS NO PATIO DO CIAUSTRO DA CATEDRAL DE SANTIAGO (1991-92)

JOSÉ SUÁREZ OTERO

Con motivo da realización dunhas obras de saneamento da área claustral da basílica compostelana plantexouse a posibilidade de retomar os traballos arqueolóxicos na mesma, que permitirían paliar a posible perda de información, pero tamén posibilitar o cada vez máis necesario reencontro da arqueoloxía coa catredral. Os anos que nos separaban das intervencións de M. Chamoso Lamas, as múltiples eivas tanto metodolóxicas coma informativas que nos quedaron delas e a intensificación da sensibilidade co tema xacobeo, impulsaban o desenrolo deses traballos, mesmo máis alá da urxencia xenerada por unhas obras puntuais. A solución adoptada foi a realización dunha ampla sondaxe no patio do claustro para coñecer e valorar ó potencial informativo e a problemática estructura que o seu interior agachaba, o cal serviría de referencia para intervencións futuras, ó tempo que ofrecía a posibilidade de obter novos datos sobre distintos aspectos nun marco arqueolóxicamente estancado, salvo intervencións puntuais, dende facía xa bastantes anos. Non era menos importante como oportunidade de resituar a disciplina arqueolóxica, mediante a aportación de novas perspectivas teórico-metodolóxicas e posibilidades técnicas, no eido da investigación encol da catedral e do fenómeno xacobeo. Os resultados dos traballos, realizados entre setembro de 1991 e febreiro de 1992, expresaron a complexidade estructural do enclave, pero tamén a súa riqueza en tódolos campos.

Intervención no claustro no contexto arqueolóxico da Catedral Despois de bastantes anos sen unha intervención arqueolóxica sistemática na catedral, a perspectiva de poder afrontar nesas condicións á área ocupada polo patio do claustro preséntase especialmente atractiva para calquer estudioso no tema xacobeo, e mesmo para quen non adicándose a esa concreta temática son sensibles á súa importancia. Se ben é certo que a arqueoloxía estivo abundantemente presente ó longo dos anos transcurridos dende as excavacións no interior da basílica, tamén o é que esa presencia foi irregular tanto na súa distribución coma na caracterización: distintas intervencións, polo xeral, de reducidas dimensións e debidas case sempre a realización de obras. As limitacións deses traballos e as escasas noticias que ternos deles colocaron a arqueoloxía na catedral nunha extraña situación, na que destaca a discrepancia entre a intensidade da actividade e a parquedade dos resultados. Esta nova intervención co seu caracter de sondaxe preliminar a unha excavación de máis entidade no patio do claustro, plantexada dun xeito sistemático ainda que a realizar en distintas fases, sitúanos diante da posibilidade de cambiar a dinámica da actuación arqueolóxica na catedral. U n cambio que ten que afectar ós distintos aspectos desa actuación. Como máisadiante teremos ocasión de especificar a historia da arqueoloxía na catedral, non daremos agora unha


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JOSÉ SUÁREZ OTERO

explicación detallada dos aspectos que entendemos necesitados de renovación, pero si adicaremos algunhas liñas a consideralos na medida que permitan entender o significado profundo dos traballos levados a cabo no claustro. A primeira das eivas das intervencións arqueolóxicas na catedral é a da súa deficente publicación, cando esta existe que non sempre é o caso. Esta memoria vai directamente dirixida a superar por vez primeira esa limitación que impediu a valoración nos ámbitos da investigación dos resultados das distintas intervencións, o tempo que mermou para a reconstrucción histórica a posible información obtida. Tentamos que este sexa un primeiro paso na recuperación da arqueoloxía na catedral para a investigación, tanto aquela centrada no seu estudo, como as que tendo uns intereses máis amplos, necesiten do seu concurso. E por qué non, dado o especial interés do caso, para a investigación arqueolóxica en xeral. Outra importante limitación foi a constante dependencia da arqueoloxía con respecto a realización de obras na catedral. Polo xeral estamos diante dunha arqueoloxía de urxencia, fose esta real ou un mero argumento para a realización de traballos que case sempre se consideraron oportunos. De calquera xeito ditos traballos estiveron condicionados por 'uns plantexamentos espaciais e temporais que non lle eran propios, por unhas esixencias de adaptación da investigación arqueolóxica á dinámica de necesidades provintes das obras que se ían sucedendo na catedral. Sen embargo, a investigación arqueolóxica ten unha dinámica propia, así como un tempo, a súa falla somete a ésta a unha forte tensión en primeiro lugar consigo mesma e, despois, coas circunstancias nas que se atopa implicada, cun deterioro continuo da súa potencialidade e da súa identidade. Máis adiante veremos cómo esta foi a situación de partida do proxecto que agora tratamos, pero cómo tamén se modificaron esas condicións para abrir un camiño a unha praxis arqueolóxica que se desenrole segundo unhas motivacións e lóxicas propias e que poida reivindicar a súa necesidade no marco catedralicio, e por extensión compostelán. Outro problema debeuse á aplicación de metodoloxías sospeitosas de debilidade nos seus

plantexamentos e inadecuación ó marco. U nha situación que se refire ás intervencións debidas a M. Chamoso, e se falamos de sospeitas, e non de certezas, débese á carencia de información sobre o desenrolo desas intervencións. De calquera xeito, o que si é seguro é o carácter hoxe obsoleto desas posibles metodoloxías. Os novos traballos abren a posibilidade de proponer novos plantexamentos tanto metodolóxicos como técnicos, nun intre, ademáis, no que se está a producir unha importante renovación en ambas cuestións. Por un lado, contamos cun cada vez maior avance nas técnicas aplicadas a arqueoloxía así como un sensible avance na técnica arqueolóxica. Este último aspecto é especialmente claro nas intervencións que como a aquí tratada afectan a un marco arquitectónico e están inscritas nun ámbito urbano, pois asistimos hoxe a un forte pulo na arqueoloxía urbán na península Ibérica. Por outro lado, e vencellado a ese forte desenrolo da arqueoloxía urbana, contamos tamén cunha nova vagaxe metodolóxica para intervencións dese tipo, o cal inscríbese, ademáis, nos importantes replantexamentos que nas últimas décadas fixo nese eido a arqueoloxía a nivel mundial. A derradeira cuestión atañe ó feito conceptual. Detrás das limitacións que sinalamos atópase un determinado xeito de concebir a arqueoloxía, e foi en gran medida esa formulación conceptual da arqueoloxía a causa, por acción ou omisión, desas eivas. Así a arqueoloxía plantéxase en todo momento non como unha forma de achegamento ó pasado, senón como fonte para formas, como a historia ou a historia da arte, xa establecidas. Este plantexamento revirte praxeolóxicamente na valoración de feitos ou fenómenos con perspectivas non arqueolóxicas, ó menos non directa ou inmediatamente arqueolóxicas, senón seguindo as inquedanzas ou necesidades que xurden nas outras disciplinas polas limitacións das súas fontes específicas. A expresión desta situación atopámola nas preguntas que o arqueólogo pretende responder ou na valoración que fai dos distintos elementos do rexistro que descubre, e se repasamos o publicado a raíz das excavacións na catedral podemos ver cómo esas preguntas son as da historia con respecto ás


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Excavacións no patio do claustro da catedral de Santiago (1991-92)

pasaxes malS escuras do feito xacobeo, ou cómo destacan nas valoracións dos restos atopados aqueles que se inscriben na evolución artística do locus catedralicio, especialmente os que corresponden ós considerados momentos estelares desa evolución. Se poIa contra buscamos preguntas feitas dende a arqueoloxía, exclusivamente con criterios propios, ou se atendemos no que se veu dando a coñecer ós que soen ser considerados como materiais arqueolóxicos, é decir aqueles que reflexan a cultura material e as circunstancias cotiás dos distintos momentos da historia do fenómeno xacobeo, atopámonos cun gran valeiro tan só esporádicamente atendido. Resulta en boa medida sorprendente que unha arqueoloxía que foi nos seus primeiros momentos unha punta de lanza na aplicación desta disciplina a un marco como o da catedral compostelana, e estándonos a referir a intervención levada a cabo polo coengo López Ferreiro a fins do século pasado, derivara despois nun exemplo dunha arqueoloxía que non é capaz de tomar consciencia da súa especificidade dentro da investigación sobre o marco catedralicio, e compostelán, nen de seguir a forte evolución que como disciplina desenrolou nos derradeiros tempos. Hai unha importante razón que permite se non xustificar, si ó menos explicar, dita situación. Razón que radica na propia importancia da catedral de Santiago como feito artístico e do feito xacobco como fenómeno histórico, agravado pola pronta consciencia que se toma de ambos. A arqueoloxía chega tarde, a pesares de que, como indicaremos no capítulo adicado á Historia da arqueoloxía na catedral, estivo implicita ó longo de todo o proceso, e vese atrapada polos discursos que a Historia e a Historia do Arte xa viñan elaborando sobre a catedral e o culto apostólico. A resposta que pareceu adoptar a arqueoloxía diante desta situación foi a dunha adaptación a eses discursos con respecto dos cales o seu ficaba subordinando. A excavación no claustro non debe ser entendida como unha intervención máis na catedral, senón como a plataforma que permita reivindicar o verdadeiro sentido e significado da disciplina arqueolóxica nese marco.

Sondaxe resultados

no

claustro:

síntese

dos

A pesares do escaso desenrolo no estudo dos materiais, especialmente no rico e complexo apartado da cerámica, podemos esbozar xa unhas liñas xerais da comprensión global do rexistro arqueolóxico constatado nQ claustro. Resultará necesariamente xenérico e adoecerá de certos apriorismos, pero será expresivo das distintas realidades arqueolóxicas presentes e da súa interrelación, nunha valoración, pois, sincrónica e diacrónica das mesmas, ou o que é o mesmo, contextual e procesual. 1. O primeiro horizonte maniféstase nidiamente coma un recheo intencional, basado nos restos do traballo de cantería, U.E. 1, e que funcionaría como capa de drenaxe das augas de orixen pluvial que afectan a unha área a ceo aberto. En relación directa co mesmo están as estructuras encargadas da evacuación cara o exterior do claustro desas augas. Carecemos polo de agora de elementos definitivos para datar este horizonte, pero cabe supoñerlle unha data non moi lonxe do remate oficial, que non real, das obras do claustro a fins do s. XVI.

n. Nun segundo horizonte, U.E. 3, 4 e 5, atopámonos tamén coa configuración dun recheo, pero cunha función queresposta estrictamente a esa condición, e que expresa a necesidade de drenar o amplo oco xurdido no centro do edificio claustral e destinado a servir coma patio do mesmo. Para a súa conformación acudirase ós derrubos de estructuras urbanas que aconteceron Ó mesmo tempo que as obras do claustro, e boa parte dos cales debíanse incluso as necesidades de ditas obras: ocupación por parte do novo claustro de áreas inscritas ata ese momento no tecido urbano colindante á catedral. As consecuencias desa conformación será un estrato, a U.E. 3, rico ergolóxicamente, onde se recollen as condicións materiais de vida da Compostela de fins do s.XV e primeira metade do XVI. A riqueza expresada pola cultura material deste horizonte: ampla presencia de cerámicas vidriadas importadas, louza fina no servicio de mesa, etc.,


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JOSÉ SUÁREZ OTERO

sinala un ambiente de alto estatus socioeconómico, como era o caso da corte catedralicia ou da nobreza e burguesía que optaba polo entorno da catedral á hora de instalarse. Por outra banda, as abundantes escorias de ferro, bronce e, posiblemente vidrio, situannos naquel mundo artesanal tamén próximo, ó menos nalgunha das súas especialidades, ó conxunto catedralicio. Por último, as moitas moedas de baixo valor e os abundantes restos organlcos relacionados co consumo alimenticio parecen remitirnos a funcións mercantís ligadas ó cotidiano; posible presencia dun mercado. O segundo horizonte ofrécenos, en fin, a plasmación arqueolóxica dunha realidade que xa estaba constatada documentalmente: a importancia do locus catedralicio no artellamento das actividades e a disposición das entidades urbanas. A cronoloxía da situación reflexada móvese na indefinición global dun recheo, pero manifesta o predominio dos contextos próximos á realización do mesmo, polo que ternos que centrar este horizonte na primeira metade do S.XVI, cunha extensión indefinida, pero de calquer xeito escasa, cara á segunda metade de dita centuria e, en menor medida se cabe, á tamén segunda metade da centuria precedente: s. xv. lII. O terceiro horizonte, constituido polas U.E. 6, 7, 8 e 9, é o resultado dos traballos de construcción do claustro actual, especialmente no que afecta á parte interior do seu ángulo SW. A mesa de canteiro e os abondosos restos do seu traballo, por un lado, e a presencia dunha estructura de andamiaxe contra o muro W, por outro, son unha patente expresión desa condición que lle atribuimos. A significativa presencia de ferralla e a aparición dun punteiro son outros elementos coadxuvantes na definición proposta. Atopámonos diante dun taller de canteiro cunha materia prima baseada de xeito importante na destrucción do claustro precedente, evidenciando un reaproveitamento exhaustivo que chega a afectar incluso ós elementos arquitectónicos menores, tanto estructurais como decorativos. O resultado foi convertir en esquirlas toda a rica decoración que aqueles contiñan, única expresión dunha obra de

gran calidade artlStlCa, e que manifesta, na diferenciada calidade e caracterización dos seus distintos restos, ter sufrido importantes intervencións ó longo da súa existencia. Pouco é o material arqueolóxico estricto sensu, pero especialmente significativo pois non adoece de remocións posdeposicionais ó que lle otorga a coetaneidade coa propia conformación do horizonte. A datación ten que estar vencellada directamente ó proceso constructivo do claustro, polo que podemos nestes intres propor unhas datas a cabalo entre os últimos anos da intervención de Juan de Álava e os primeiros de Rodrigo Gil de Hontañón, ca. 1530155 O. U nha cronoloxía que poderá precisar nun futuro a investigación documental do problema da construcción do claustro. IV. O cuarto horizonte, configurado unicamente pola U.E. 10, volta a ser un recheo que presenta unha superficie regular e endurecida, o cal parece indicar que na sua formación existe unha intencionalidade dirixida a crear un basamento adecuado á continuación en altura das obras do claustro. Outro argumento a favor desta hipótese é a aparición dos buratos onde se fincaron os pilares da andamiaxe que debía servir o mencionado fin. Non esquenzamos, por último, que vai ser sobre este horizonte onde se desenrole o traballo dos canteiros, artífices principais da obra claustral. O principal matiz diferenciador deste recheo, á marxe desa súa posición específica no evoluir da construcción do claustro, vai ser a clara presencia de contextos baixomedievais na configuración das componentes, e, tamén, unha meirande incidencia daqueles que tiñan carácter cimeteria!' Por outra banda, cabe percibir certas modificacións no que respecta ós contextos modernos, como pode ser a non aparición de louzas de Talavera. Os contextos medievais sinalados parecen referirse únicamente o s. XV, ainda que pode ser contemplada unha escasa proxección a fins do s. XIV: cerámica pintada bícroma ou moedas de Pedro I de Portugal e Xoan I de Castela. Proxección mesmo dubidosa se atendemos a que en ambos casos pódese tratar de remocións no s. XV de contextos anteriores, situación probable no caso da cerámica dado o seu rodamento, ou a


Excavacións no patio do claustro da catedral de Santiago (1991-92)

perduración do numerario máis alá dos tempos da súa emisión, o que está comprobado nos "dinheiros novos" portugueses. Outra matización a facer con respecto á composición ergolóxica deste horizonte refírese o da problemática diferenciación dos elementos que poidan corresponder á transición entre os ss. XV e XVI, o que nos remite á cuestión arqueolóxica, e tamén histórica, do establecemento dunha cronoloxía precisa dos cambios que acontecen nese tránsito, e dos que o rexistro arqueolóxico do claustro da comprida conta; un problema que afecta tanto ás transformacións ou perduracións na cultura material medieval, como á implantación dos novos rasgos que van definir a nova etapa nese eido. Nesas expresións, inmersas e representativas ó mesmo tempo dos cambios que están a acontecer, destaca a presencia dunha moeda de Hamburgo cunha cronoloxía, último tercio do s. XV e primeiro do XVI, bastante coincidente coa que estamos a traballar. Esta peza, polo de agora única no ámbito hispánico, ten un significado, sin embargo, que non nos remite tanto a problemática do cambio da cultura local, canto a importancia que aínda reviste Santiago como centro de peregrinación, sen esquencer tampouco a que lle correspondería como centro urbán afecto ás importantes relacións comerciáis atlánticas, nas que Hamburgo, en tanto que cidade hanseática, intervén de xeito destacado. Este cuarto horizonte conserva, con respecto ó segundo, a importancia das produccións vidradas e das escorias, decrecen sen embargo os restos faunísticos e as moedas, o cal semella expresar un alonxamento dos ámbitos mercantís na sua expresión cotián, frente a unha perduración da presencia das clases altas da sociedade compostelán, v. gr. o clero catedralicio, e o artesanado. Esta reflexión ten que ser tomada, polo de agora, con certas reservas pois pode verse afectada por cambios nas características deses marcos e tamén por limitacións do propio rexistro arqueolóxico. Para rematar non podemos esquencer valorar a clara incidencia na configuración deste horizonte de restos derivados da destrucción dunha área cemiterial, pois si ben os restos óseos humáns xa estaban presentes no segundo horizonte é agora

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cando van adquirir unha verdadeira relevancia. O importante deste dato e que ó unilo ó feito da presencia da ergoloxía tardomedieval e a proximidade espacial á disposición do claustro medieval, fai plausible a interpretación deste horizonte como un derivado da destrucción dese edificio, polo cal as súas componentes reflexarían o seu contido en tanto que contexto arqueolóxico. Non nos é posible, a pesares do dito, a reconstrucción exacta deses contextos xa que no proceso de remoción foron alterados, pero podemos ó menos acercarnos a aquel que definiría os últimos tempos da existencia de dito edificio.

v. O

derradeiro horizonte constatado só se pode entender de forma unitaria nun senso vertical, pois atópase escindido horizontalmente en duas entidades estratigráficas totalmente diferenciadas. O eixo artellador desta ruptura está constituido pola aparición dunha estructura constructiva configurada por un gran muro de sillares graníticos, con dirección E-W, e ó que se adosou unha estructura en ángulo de mampostería de esquisto local e cunha disposición que configura un pozo. Na cara interna do muro de sillares, onde se situaría a terraza, atopamos unha estratigrafía complexa na sua disposición pero de claro continuismo, con respecto ó anterior horizonte, na sua composición. Pola contra na cara externa, cubrindo e rodeando o pozo, atopamos unha sucesión máis complexa de estratos que rompen no seu contido co aquel que lles precedía e configuraba o cuarto horizonte. Ternos, pois, un subhorizonte norte que se adscribe ás consideracións feitas para ese horizonte anterior, e un subhorizonte sul que nos sitúa nuha nova problemática. O primeiro deses subhorizontes está configurado polas U.E. 13 e 17, ambas manifestación da continuidade da composición da U.E. 10 co matiz dunha meirande heteroxeneidade. A ergoloxía constata o continuismo coa aparición de manifestacións como as cerámicas grises medievais e a numismática do s. XV: moeda de Enrique IV, e as distintas bolsadas e subdivisións estratigráficas non semellan reflexar malS que unha dinámica deposicional distinta para uns mesmos contidos. O artellamento dependente do gran muro de sillares


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reafirma a relación deses contidos co claustro medieval, dado que neste edificio está a única interpretación posible para unha estructura desa entidade: constituiría o muro de peche dun gran aterrazamento sobre o que se erguería o edificio claustral, o cal salvaría dese xeito parte do acusado desnivel entre os seus contornos e o piso da catedral. a subhorizonte sul, pola súa banda, rompe co precedente para ofrecernos unha serie de niveis: U.E. 11, 12, 14, 15, 16 e 18, onde alternan os recheos cos derivados das obras de cimentación do claustro actual. Pero neste caso os recheos, U.E. 11 e 14, expresan unha orixe vencellable a realidades coetáneas ou inmediatamente precedentes á súa formación, como amosa unha ergoloxía máis próxima ó segundo horizonte e a falla de elementos de claro cariz medieval: volta a aparecer un numerario basado nos "ceitís" portugueses, o predominio das cerámicas comúns de carácter moderno ou a tímida presencia de maiólicas aínda por definir. Non podemos deixar de sinalar unhas certas diferencias de matiz entre estes niveis e o horizonte II, como pode ser unha malOr homoxeneidade e mellor conservaClOn dos materiais, así como unha lixeira maior antigüedade dos mesmos, debida, posiblemente, a unha orixe en destruccións recentes e próximas espacialmente: as vivendas que ocupaban os solares polos que se vai a espallar o novo claustro, as mesmas das que nas excavacións na "Buchería" apareceron os alicerces, dispostos en torno á desaparecida rua de Valladares. A construcción dos basamentos do claustro resultou unha obra de gran envergadura e complexidade, e como tal tivo unha gran incidencia na configuración do seu entorno inmediato. As principais manifestacións desa incidencia atopámolas neste subhorizonte. En primeiro termo na súa conformación global, pois esta resulta da alteración do que era o entorno do primitivo claustro medieval, coa destrucción das estructuras e o chan existente. En segundo lugar na formación de boa parte dos niveis que componen este conxunto estratigráfico, tendo como principal exponente a U.E. 12, que consiste na acumulación dos elementos utilizados para a elaboración da argamasa e, probablemente, na superficie onde estes se

autra boa proba da orixe deste mezclaban. subhorizonte nos traballos de cimentación do claustro é a vinculación que se pode establecer co do pozo construido contra o muro de sillares, como o demostra o que este careza de cara externa e as paredes morran directamente contra os estratos máis baixos do conxunto que estamos a tratar, estratos, U.E. 16 e 18, que ademais teñen a su orixen na propia construcción do pozo. A explicación desta relación pode estar na necesidade de auga para a elaboración da argamasa empregada na obra de cimentación, co que teríamos tódalas componentes, tanto matenais como estructurais, desa obra. A cronoloxía dos traballos na cimentación e parte baixa do claustro está definida pola primeira etapa de construcción do claustro, aquela que corresponde á intervención de Juan de Álava: 1522-1537. VI. Aínda que non puidemos acceder a el, xa que a excavación rematou cando descobríamos a súa superficie superior, ternos que citar un sexto horizonte. a interés de crear esta nova subdivisión estratigráfica cando realmente non a coñecemos está na certeza da importancia do seu posible contido. Trátase do recheo do basamento do claustro medieval, aquela terraza que definía a importante estructura de sillares posta ó descoberto no anterior horizonte, cun aspecto, a tenor da súa superficie, semellante ó do horizonte IV, pero cunha cronoloxía que nos remite a momentos totalmente distintos e dependentes da construcción do claustro medieval. a interés radica na falla de datos con que contamos para a construcción do claustro medieval, diante do que nos atopamos coa posibilidade de establecer unha data "post quem" segundo nolo indique o contido arqueolóxico dese recheo. autro elemento para o mencionado interés é a posibilidade de achegarnos a unha etapa arqueolóxicamente pouco coñecida e de primeira importancia para o feito xacobeo: os ss. XI e XII. Una derradeira posibilidade a ter en conta con respecto a este VI horizonte é a da súa función como acceso a horizontes anteriores, ós que permitiría conservarse a colmatación do espacio que ocupan.


Excavacións no patio do claustro da catedral de Santiago (1991-92)

Estes son os principais resultados da excavación levada a cabo no claustro, entendidos éstos dende unha perspectiva exclusivamente arqueolóxica e tendo en canta que están suxeitos a revisión polo estuda detallado que se está a levar a cabo ca seu contido ergolóxico. Trátase por elo das liñas xerais da información arqueolóxica que o claustro contén, pero só dos seus niveis superiores, pois como indicábamos ó falar do VI horizonte quedan por coñecer os primeiros horizontes do que sin duda é unha potente e rica estratigrafía. As posibilidades que esta información, plantexada aquí dun xeito resumido, ofrece para o coñecemento do pasado do culto xacobeo, da evolución da catedral e da cidade, así como para o coñecemento da Historia de Galicia, coidamos merece, dada a entidade e importancia, un tratamento aparte que revele o verdadeiro significado destes traballos.

o rexistro interpretación

arqueolóxico:

a

o coñecemento do proceso tecnolóxico que supón unha construcción no s. XVI, o descubrimento da configuración e características do pouco coñecido claustro do s. XIII, o acercamento á cotidianeidade no tránsito entre a Edade Media e a Moderna, e a posibilidade non realizada de acceder en boas condicións ás etapas máis escuras e controvertidas da historia do lugar no que se desenvolve o culto xacobeo, son algunhas desas consecuencias, cecais as máis relevantes pero en ningún caso as únicas. Nelas centraremos un primeiro achegamento a unha lectura máis fonda do significado histórico do rexistro arqueolóxico. A

o

CONSTRUCCIÓN DUN CLAUSTRO

desenrolo da construcción xenerou as súas propias estructuras que respostan a necesidades coxunturales dentro dos distintos momentos desa evolución. Estamos pois diante dunha arquitectura efímera, dado que se abandona ou se destrue unha vez superada a coxuntura que a crea. O primeiro exemplo aparece no primeiro nivel, e polo tanto o máis superficial, do claustro, en forma

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dun pequeno murete de sillares irregulares asentados en seco que configuraba un ángulo de disposición contraposta ó NW do cadro excavado, no que aproximadamente se situaba. A aparición en torno a esta estructura dunha zanxa de cimentación indica que esta era a función do mesmo, ó tempo que expresa a súa posterioridade con respecto o estrato no que aparece. A interpretación posible desta estructura está nunha construcción ligada ás obras que se realizan no claustro con posterioridade á súa terminación oficial, pensamos na continuidade das obras no primeiro tercio do XVIII ou as remodelacións interiores no XVIII. O segundo exemplo está no taller de cantería que aparece no cadrante SE da área excavada, e que consistía nunha "mesa de canteiro" e unha superficie de traballo ó redor dela, dentro do horizonte caracterizado polos subproductos dese traballo. A preexistencia dese tipo de restos, así como a rápida cubrición desa estructura polos mesmos, fálanos da provisionalidade deste taller, explicable pala dinámica das obras á que nos referimos no último apartado do capítulo anterior. As datas para esta estructura son polo de agora descoñecidas pero hai que situalas en relación os datos referentes á construcción do interior do lado W que nos levan ós anos 1529 e 153l. O terceiro caso de estructura para a obra está na andamiaxe de madeira da que atopamos a impronta. Os datos para a súa reconstrucción son os negativos dos postes que constituían a armazón e as bases dos mesmos, así coma os mechinales visibles nos muros de cimentaclOn pastos ó descuberto pala prolongación da área excavada. Os resultados definen unha estructura adosada ós muros de cimentación con dúas series paralelas de puntais, unha delas pegada os mencionados muros, unidas por travesas oblícuas e posiblemente tamén horizontaes, estás últimas irían apoiadas nos citados mechinales, mentras que as pritneiras poderían A formar parte dunha apoiatura en tixeira. cronoloxía deste andamio debe ser semellante á da anterior estructura, aínda que cunha vixencia maior. O cuarto exemplo remítenos ó pozo atopado no fondo da estratigrafía. N on podemos saber se foi construído ex profeso ou trátase dun


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reaproveitamento, O que si é seguro é o seu uso e configuración definitiva en relación ás primeiras obras na cimentación do claustro. Dado que xa o describimos noutro momento non nos irnos reiterar agora, tan só indicar que a súa cronoloxía debe estar próxima á data de escomenzo das obras do claustro: 1522.

o CLAUSTRO MEDIEVAL Cecais onde radique o maior interés deste apartado do contido arqueolóxico do claustro non sexa nunha estructura conservada, senón nos restos dunha ou varias desaparecidas: a entidade artística dos fragmentos arquitectónicos presentes nos restos do traballo de cantería, así como a súa relativa abundancia, fan deles un dos principais focos de atención dos resultados da excavación no claustro. Existen xa precedentes nos traballos de M. Chamoso baixo o ángulo NE do deambulatorio do claustro desa riqueza de restos do claustro medieval. Unha riqueza neste caso se cabe aínda máis significativa, posto que o estado dos restos descobertos polo mencionado investigador é sensiblemente mellor que nos atopados por nós no patio. Os fragmentos son maiores e inclúen algunha peza enteira, o que permitiu plantexar a reconstrucción do arranque das arcadas do deambulatorio (in situ, baixo o extremo norte da cruxía Este) ou dalgún arco (no Museo das Peregrinacións). Esta situación diferenciada con respecto á que nós irnos expoñer ten a súa explicación no desenrolo das obras do claustro actual, cunha intervención inicial e prioritaria no lado norte, o contiguo á catedral, onde iban a situarse as capelas do tesouro e reliquias, as cales urxían dada a desaparición das súas antecesoras. A urxencia motivou un rápido recheo de esta zona nun intre no que posiblemente tan só estivese construida a parte inferior dos tres lados restantes, polo que moitos dos elementos do edificio precedente pasaron a formar parte dese recheo, pero sen sofrir o proceso de reaproveitamento que se intensificaría conforme avanzaran as obras, cando estas foron cobrando toda a súa magnitude en dimensións, ó tempo que en costes. O certo é que na área que excavamos o estado dos restos resulta sumamente fragmentario, e

destacan no elemento decorativo fronte á maior presencia do estructural nos anteriores. O exemplo máis expresivo por mellor conservado é un fragmento de capitel coa representación do "bautismo", resolto iconográficarnente coa presencia dunha pila bautismal en lugar da representación do "Xordán" e conservando boa parte das figuras de Xesús e do Bautista. A este engádense unha serie de figuras antropomorfas, tamén incluídas en capiteis historiados, e representacións de animais fantásticos. Nun arte distinto, de menos calidade, parecen estar unha serie de cabezas antropomorfas, algunhas das cales polo seu pequeno tamaño poidesen pertencer a sartegos baixomedievais do tipo rexistrado nas anteriores excavacións no claustro. A abundancia da decoración historiada pode considerarse como novedosa na comprensión existente sobre o claustro medieval, dado que no ata agora coñecido do mesmo parecía dominar unha decoración basada nos motivos vexetais. Motivos que tamén foron rexistrados con certa intensidade na sondaxe do patio, pero que non chegan a marxinalizar ós anteriores. Entre os principais cabe citar os restos de capiteis cunha decoración a base de follas ou as flores sinxelas que decoraban o intradós dos arcos. No aspecto estructural aparecen principalmente os fragmentos de nervaduras e de columnas, mentras que os capiteis están tan só presentes a través da súa xa mencionada decoración; circunstancia parella noutras componentes de carácter estructural: dovelas de arco, claves de bóveda, etc. Si no anterior apartado referíamonos a unha latencia do claustro medieval detrás dos restos do trabarlo da pedra para o hoxe existente, agora farémolo dos restos in situ dese mesmo edificio que atopabamos nun horizonte sensiblemente inferior da estratigrafía. U n importante muro de sillería cunha estructura a soga e tizón que serve de parede ó pozo utilizado nos primeiros traballos da construcción do novo claustro, e que define en realidade un gran espacio aterrazado, constitúe parte do basamento do claustro medieval. As razóns para esta interpretación están na posición e configuración de dito muro, que coincide coa proxección dos restos atopados por M. Chamoso e


Excavacións no patio do claustro da catedral de Santiago (1991-92)

cunha relación idónea coas estructuras circumclaustrais aparecidas na "Buchería". Outra razón para identificar esta estructura está na súa propia disposición. Ó configurar unha ampla terraza, á que pecha co reforzo de contrafortes, expresa a súa condición de basamento dun gran edificio necesitado dunha adecuación da topografía da área que ocupa e dun sobreelevamento con respecto ás circundantes. Características que se adecúan ás presumibles para o claustro medieval, que se tivo que enfrentar como o renacentista ó problema dunha zona en ladeira con pendente acusada e a posición da basílica coa que debía comunicar na parte superior desa ladeira. Sabemos que unha das solucións que adoptan os artífices deste edificio para a súa relación coa catedral é a comunicación mediante escaleiras, o que permitía situar o nivel do claustro algo máis baixo que o da catedral. Pero esa solución non acaba co problema pois a diferencia de nivel no terreo é gradual, intensificándose cara o SW, polo que as escadas só solucionan unha parte do desnivel entre o chan da catedral e o do claustro. Faise, pois, necesario elevar tamén o nivel do claustro, cunha especial incidencia no seu ángulo sudoccidental, para o que unha posible saída é a construcción dunha gran terraza que sirva de base o edificio. En definitiva, estamos diante dun novo e importante dato sobre o claustro medieval, que nos indica cómo este afrontou as complexas circunstancias topográficas da área na que se iba a asentar. E así diante da inxente obra do nivel inferior do claustro actual, o seu antecesor optou pola suma de varias solucións que permitisen solventar o problema sen violentar nin estructural nin económicamentre as posibilidades para a obra. Renunciar a un chan ó mesmo nivel co da catedral, construir un gran basamento aterrazado e, cecais, acudir a un nivel inferior na configuración do edificio, son as manifestacións desa saída gradual ó problema.

A

VIDA EN COMPOSTELA NOS FINS DO MEDIEVO

A posición social de aqueles que vivían perto da catedral queda reflexada na posesión dunha vaixela de luxo, producto nun primeiro intre dos alfares mudéxares peninsulares, especialmente os

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levantinos (Manises) e menos os aragoneses e cataláns, para posteriormente sufrir a competencia da maiólica renacentista italiana, como expresa o plato de Monteluppo ou as referencias documentais a outras produccións desa orixe. Tamén son relevantes as importacións de cerámicas europeas de especial calidade, como unha copa de gres do Beauvaisis ou as produccións vidriadas inglesas, Pero o francesas e incluso mesmo alemanas. refinamento queda aínda máis marcado se cabe pola adquisición de louzas de aspecto sinxelo para necesidades máis cotiás ou a sustitución parcial das produccións locais incluso na cerámica que soporta un uso máis prosaico (cociña, almacenaxe etc.) por especies de orixe meseteña. Estas expresións de luxo no ámbito doméstico, ó que hai que engadir outros elementos de referencia arqueolóxica: cf. a espátula de óso; ou documental: vaixelas de prata ou tecidos de importación, sitúan a unha pequena cidade como Compostela en consonancia coas grandes cidades europeas do norte de Europa -inglesas, francesas, flamencas o alemanas- nas que se rexistra un semellante repertorio cerámico aínda que dunha meirande entidade cuantitativa, ó que acompaña unha desenvolvida alfarería local con productos de gran calidade e difusión, algúns tamén presentes na propia Compostela. En definitiva, parece existir unha adecuación desta última ós modos e modas da Europa do momento. A explicación da situación exposta pasa polos dous nexos fundamentais entre Compostela e Europa. O primeiro, de longa tradición medieval, é o fenómeno da peregrinación xacobea, coa forte puxanza baixomedieval dos camiños marítimos, que aportaban principalmente pelegríns do norte de Europa, como reflexa a moeda de Hamburgo, e que arrancaba ou pasaba polas vilas antes referidas. O segundo resulta eminentemente baixomedieval e trátase do amplo desenvolvemento do comercio entre a Europa nórdica e o Mediterráneo. A participación galega, directa ou indirecta, posibilita a chegada das importacións que aparecen no rexistro arqueolóxico, as cales, de outra banda, aparecen pouco reflexadas na documentación escrita. Ambos fenómenos están en gran medida interconectados. E mesmo, comercio e peregrinación van en moitas


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ocasións unidos. Nun, a peregrinación, ternos que buscar, fundamentalmente, a incidencia na transformación das mentalidades: novas modas, cambios na estética, impulso e canalización da ostentación; non hai que esquencer a forte presencia de extranxeiros en Compostela. No outro, a posibilidade da plasmación material das súas expresions máis elevadas: as importacións lonxanas, que foron máis importantes do que as fontes arqueolóxicas deixan entrever, como o amosan no caso da cerámica italiana os naufraxios de barcos con este tipo de cargamento atopados ó longo das costas mediterráneas ou o seu almacenamento nos núcleos comerciais portugueses do estreito de Xibraltar. Así estes modestos "cacharros'l resultan unha interesante mostra dos cambios de Compostela a fins da Idade Media. U nha fenomenoloxía parella á transformación artística e cultural que emprende arcebispo Fonseca, que confirma ó mesmo tempo a profundidade dun fenómeno que ten que entenderse nun sentido cultural global e a súa inclusión nun proceso que se iniciaría algún tempo antes, por máis que os avatares socio-políticos o dificultasen (crisis de fins do s.XV). Ademais evidencian unha realidade que non foi suficientemente destacada dende a historia, como é o apoxeo do cosmopolitismo inherente á Compostela medieval, ata o punto de orixinar certo rexeitamento das tradicións locais que deriva, por exemplo, no retraso do despegue da alfareiría local.

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BRIGANTIUM,

2000, vol. 12, pp. 271-276

LEXISLACIÓN DE ARQUEOLOXÍA

ROBERTO PENA PUENTES

Xefe de Servicio de Protección Xunta de Galicia

Regulamentación nacional e autonómica. Antecedentes A arqueoloxía como diría Sánchez-Palencia, é: lI a ciencia que estudia todo tipo de evidencia que sirva para coñecer mellor o marco global no que viviu o home ó longo da historia} dende as características ambientais do medio que ocupa ata as extremas transformacións do mesmo para o seu aproveitamento industrial" que representa unha clara evolución con respecto a definición do diccionario da lingua, que di que é: lI a ciencia que estudia a antigiiidade e todo o que se refire as artes e monumentos da antigiiidade ll , máis acorde cunha tradición entroncada nos tempos do Renacemento, e do Humanismo, na que a arqueoloxía é sinónimo de arte antigo, e debía consagrarse ó estudio dos vestixios monumentais e das obras de arte da antigüidade clásica. O patrimonio arqueolóxico, como parte que é do patrimonio histórico, cultural e artístico se atopa recollido como punto de partida para a consideración da tutela do mesmo como valor fundamental, no artigo 46 da constitución española de 1978, onde di que: 1I0S poderes públicos garantiran a conservación e promoverán o seu enriquecemento} calquera que sexa oseu réxime xurídico e a súa titularidade e a lei penal sancionar os atentados contra este patrimonio 11 , sendo transferido con plenitude de funcións por medio do artigo 148.16 da constitución, que di que as comunidades autónomas poderán asumir as competencias en materia de patrimonio monumental de interese para a comunidade autónoma, so quedando (artigo 149.28) con competencia exclusiva o estado no

tocante o espolio, e sendo reflectida esa asunción de competencias no patrimonio arqueolóxico de interese para Galicia (artigo 27.18) no Estatuto de Autonomía de Galicia. Anteriormente na lexislación, a arqueoloxía ten xogado un papel importante como se reflexa na Lei de escavacións e antigüidades de 7 de xullo de 1911, onde chega a converterse no centro de gravidade da actuación do Estado neste campo, posteriormente, así como vemos que a lei de 1911 miraba cara o pasado, na medida que o obxectivo a protexer eran as antigüidades, a lei de monumentos de 1915 foi dictada coa intención de mirar cara o futuro, enfocada mais cara a catalogación. O Real Decreto Lei de 1926 sobre protección e conservación da riqueza artística, é sen dúbida, o precedente mals importante da normativa actual, pois o coñecido como DecretoLei Callejo, supuxo o establecemento dunha ponte entre o artístico e o urbanístico. Ademais da súa declaración engadía unha serie de previsións para que adscribíndoos ó solo da nación, se permitise coordinar unha protección sectorial do ben. Máis adiante a Lei de 13 de maio de 1933 sobre defensa, conservación e acrecentamento do Patrimonio Histórico-artístico Nacional, que estivo vixente mais de 50 anos (período no que ocurríron as máis importantes causas de destrucción e deterioro do noso patrimonio, pois aínda que recoñecía os conxuntos histórico-artísticos ó sometelos a idéntica regulación que os monumentos, de maneira illada, sen dar entrada a ningunha medida de coordinación entre as técnicas de lexislación do patrimonio histórico. e a lexislación urbanística),


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fallaba ó non considerar a perspectiva urbanística dos mesmos. - Decreto do Ministerio de Gobernación de 10 de abril de 1942 polo que se crea a Comisión de urbanismo da cidade de Toledo. - Lei de 22 de decembro de 1955, sobre conservación do Patrimonio Histórico (para control dos usos dos monumentos, etc). - Lei do solo e ordenación urbana de 12 de maio de 1956. - Decreto de 22 de xullo de 1958, polo que se crea a categoría de monumentos provinciais e locais. - Orden de 20 de novembro de 1964, pola que se aproban as instruccións formuladas pola Dirección Xeral de Belas Artes para a aprobación dos proxectos de obras nas poboacións declaradas Conxunto hco artístico. - Reforma de 1975 da Lei do Solo e texto refundido de 9 de abril de 1976. Cronoloxicamente toda esta evolución desembocou na Lei de 25 de xuño do Patrimonio Histórico Español, desenvolvida parcialmente polo Real Decreto 111/1986 de 10 de xaneiro, que intentou rematar coa incomunicación tradicional entre a normativa artística e a urbanística, en relación ó patrimonio hco inmobiliario, mediante a instrumentación de plans especiais de protección como técnica específica de intervención en cascos hcos, sitios hcos e zonas arqueolóxicas, incorporando, cun afán unificador, os bens relativos o patrimonio arqueolóxico, bibliográfico e etnográfico, co fin de conseguir, como di a lei de patrimonio estatal: "que un número cada vez maior de cidadáns poda contemplar e disfrutar as obras que son herdade da capacidade colectiva dun pobo, no convencemento de que co seu disfrute se facilita o acceso a cultura ll •

Posteriormente as diversas comunidades autónomas desenvolveron unha normativa propia: PAís VASCO.: - Lei 7/1990, de 3 de xullo do Patrimonio cultural vasco.

CATALUÑA: - Lei 9/1993 de 30 de setembro do Patrimonio cultural catalán. - Decreto 231/1991 de 28 de outubro sobre intervencións arqueolóxicas. ANDALUCÍA: - Lei 1/1991 de 3 de xullo do Patrimonio Histórico de Andalucía. - Decreto 321/1993 de 16 de marzo polo que se aproba o regulamento de actividades arqueolóxicas. CANTABRIA: - Decreto 72/1985 de 27 de setembro polo que se aproba o regulamento de escavacións arqueolóxicas e investigacións de campo. MURCIA: - Lei 4/1990 de 11 de abril, de medidas de fomento do patrimonio histórico da rexión de Murcia. - Decreto 180/1987 de 26 de novembro sobre actuacións arqueolóxicas. ARAGÓN: - Decreto 611990 de 23 de xaneiro polo que se aproba o réxime de Autorizacións para-la realización de actividades arqueolóxicas e paleontolóxicas na Comunidade Autónoma. CASTILLA- LA MANCHA: - Lei 4/1990 de 30 de maio do Patrimonio Histórico de Castilla-la Mancha. CANARIAS: - Lei 3/1990 de 22 de febreiro de patrimonio documental e arquivos de Canarias. NAVARRA: - Decreto Foral 218/1986 de 3 de outubro polo que se regula a concesión de licencias para-la realización de escavacións e prospeccións arqueolóxicas. CASTILLA Y LEÓN: - Decreto 37/1985 de 11 de abril polo que se establece a normativa de escavacións arqueolóxicas e paleontolóxicas da Comunidade.


Lexislación de Arqueoloxía

Que en Galicia plasmouse na Lei 8/1995, de 30 de outubro, do Patrimonio Cultural de Galicia, desenvolvida a nivel de actividade arqueolóxica polo Decreto 199/1997 de 10 de xul1o, polo que se regula a actividade arqueolóxica na Comunidade autónoma de Galicia (cunha corrección de erros publicada o 4 de novembro de 1997), que sustituiu o anterior Decreto 62/1989, de 31 de marzo, polo que se regulaba a actividade arqueolóxica na Comunidade autónoma de Galicia.

Regulamentación internacional Ademais das súas normas intrínsecas de funcionamento, a UNESCO, creada en novembro de 1945 para resolver os problemas que subseguiron ó fin da II guerra mundial, para a conservación e a protección do patrimonio universal, o 5 de decembro de 1965 realizou unha recomendación que regulaba os principios básicos que debían rexer as escavacións arqueolóxicas. Convenio europeo de Londres para a protección do Patrimonio arqueolóxico de 1969, basease "en que o patrimonio arqueolóxico, é esencial para o coñecemento do pasado das civilizacións, e que a responsabilidade moral da súa protección, fonte da historia europea más antiga, gravemente ameazada de destrucción, ademais de o propio estado interesado, concirne ó conxunto de estados europeos, igualmente procede prohibir as escavacións clandestinas, establecer un control de carácter científico dos bens arqueolóxicos, así como mediante unha actuación educativa dar ás escavacións a súa plena significación científica e que opunto de partida desa protección debería se-la aplicación dos métodos científicos máis rigorosos, as investigacións ou descubrimentos arqueolóxicos co fin de preservar a súa plena significación hco, e que calquera escavación clandestina, o ser causa de destrucción irremediable de informacións científicas, debe, polo tanto, evitarse en absoluto". Insertada nesta liña está a Convención Europea para a protección do Patrimonio Arqueolóxico asinada na Valeta o 16 de xaneiro de 1992, "que busca instituír, alí onde non existan, os procedementos de control administrativo e científico necesarios, integrando, as preocupacións de salvagarda arqueolóxica nas políticas de desenvolvemento urbano, rural, así como cultural, e que

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a responsabilidade da salvagarda do patrimonio arqueolóxico, non incumbe so ó estado implicado directamente, senón o conxunto de tódolos países europeos, a fin de reducir riscos de degradación e de promove-la súa conservación, favorecendo os intercambios de expertos e de experiencias'! . Como queira que o convenio de Londres de 1969, o da Haya de 1954 (protección de bens en caso de guerra que foi ratificado por instrumento o 9 de xuño de 1960) e de Paris de 1970 e 1972 (relativo a defensa do patrimonio cultural e natural, definición obxectivos, medidas a adoptar etc) , foron ratificados ou subscritos polo Estado, é polo que obrigan e se erixen en normas de Dereito interno de acordo co sinalado nos artigos 1.5 do Código civil e 96.1 da Constitución, normas por tanto de plena alegación ante os tribunais e de inescusable aplicación pola administración.

Regulamentación galega En primeiro lugar ternos a Lei 8/1995, de 30 de outubro, do Patrimonio Cultural de Galicia, que ten por obxectivo a protección, a conservaclOn, o acrecentamento, a difusión e o fomento do Patrimonio cultural de Galicia, así como a súa investigación e transmisión a xeracións futuras. En dita Lei ternos un enfoque encamiñado á protección dós bens mobles e inmobles, que podemos dividir: - Bens declarados de interese cultural: aqui ternos dúas figuras nas que se poden englobar os elementos arqueolóxicos, como son os monumentos e as zonas arqueolóxicas. A súa declaración se pode facer de oficio ou de instancia de parte, por calquera persoa física ou xurídica, neste caso a denegación de inicio do oportuno expediente de declaración deberá ser motivada e debe ser notificada ós solicitantes. No expediente de incoación deberá constar informe favorable de dous órganos consultivos (Consel1o da cultura, Reais academias, Universidades de Galicia, Instituto de estudios Padre Sarmiento,ou cantos outros considérense con carácter xeral ou especifico), a resolución de incoación deberá ser publicada no DOG, dita incoación a nivel de protección ten efectos inmediatos e provisionais, sendo declarado polo consello a proposta do


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conselleiro (si non se resolve en 20 meses prodúcese caducidade). - Catálogo do patrimonio cultural de Galicia: son os bens que sen ser BIC posúen unha especial singularidade; a súa inclusión pode realizarse de forma individual ou como colección, correspondéndolle a súa xestión á Consellería de Cultura Comunicación Social e Turismo. A tramitación para a inclusión dun ben, é a mesma que nos BIC, e a súa inclusión correspóndelle o conselleiro a proposta do Director Xeral de Patrimonio Cultural. - Inventario xeral do patrimonio cultural: son os bens que sen estar incluídos entre os anteriores, son merecentes de ser conservados, sendo o instrumento básico de protecclOn, correspondéndolle o director xeral a súa inclusión. a titulo In da lei esta dedicado ó patrimonio arqueolóxico que define como integrado polos bens mobles e inmobles de carácter hco susceptibles de ser estudiados con metodoloxía arqueolóxica, fosen ou non extraídos, e tanto si se atopan na superficie como no subsolo ou nas augas, formando parte igualmente os elementos xeolóxicos e paleontolóxicos relacionados coa historia humana, os seus orixes, os antecedentes e o desenvolvemento sobre o medio. No artigo 57, relaciónanse as actividades arqueolóxicas reguladas, como son a prospección; os sondaxes; a escavación arqueolóxica; o estudio do arte rupestre; as labouras de protección, consolidación e restauración; e finalmente a manipulación con técnicas agresivas de materiais arqueolóxicos. Igualmente esta lei contempla as intervencións de urxencia cando exista risco de destrucción inmediata. Ós achados casuais, que deberán ser comunicados á consellería con carácter inmediato ata que o obxecto sexa entregado seranlle aplicables as normas de deposito legal, podendo a consellería interromper as obras por un prazo máximo dun mes, tendo o descubridor ou o propietario do terreo dereito a premio, que será a metade do valor de tasación da comisión superior de valoración de bens culturais de interese para Galicia; o incumprimento diso privara o descubridor do dereito o premio, con independencia das sanciones que procedan.

Esta lei foi desenvolvida a nivel de actividade arqueolóxica polo Decreto 199/1997, de 10 de xullo, polo que se regula a actividade arqueolóxica na Comunidade autónoma de Galicia (cunha corrección de erros publicada o 4 de novembro de 1997), que sustituiu o anterior Decreto 62/1989 polo que se regulaba a actividade arqueolóxica, onde ademais de definir para que actividades é preciso obter autorización da d. x., fai unha clasificación das actividades en: - Preventivas - Rescate - Conservación e revalorización do patrimonio - Ligadas a un programa de investigación Adícanse o capitulo n ó tema de tramitación, o nI ó desenrolo da actividade e finalmente o IV á Comisión Técnica de Arqueoloxía.

Arqueoloxía subacuática En canto a lexislación de subacuática, ternos normas do Estado, como son: - A arde de 9 de xullo de 1947, dando instrucción ós comandantes de mariña sobre achados de obxectos no mar (para que, o ter noticias de calquera obxecto arqueolóxico aparecido en achados submarinos dentro dos limites da súa provincia marítima,o comuniquen as dependencias provinciais, ós efectos do seu depósito no museo máis próximo). - a Decreto 205511969 de 25 de setembro, polo que se regula o exerClClO de actividades subacuáticas (sobre achados de obxectos polos mergulladores, a obriga de dar conta as autoridades e a mariña, quendeberá comunicalo á delegación de cultura, e temas relativos a sancións polo seu incumprimento con ama o á Li 168/1971, de 23 de decembro, sobre sancións cometidas contra as leis, regulamentos e regulamentos xerais de navegación das industrias marítimas e dos portos, non comprendidas na lei penal da mariña mercante). -Artigo 62.2, da Lei 2711992, do 24 de novembro, de Portos do Estado e da Mari a Mercante, que di que os dragados portuarios cando proceda, incluirán un estudio sobre a posible localización de restos arqueolóxicos, e que


Lexislación de Arqueoloxía

deberase solicitar informe das Administracións competentes en materia de arqueoloxía. 1°._ As competencias da comunidade en materias nas que poida haber algunha relación con temas de subacuática, as podemos enumerar do seguinte xeito:

- Competencias exclusivas da C omunidade Autónoma Galega (Art.27 do Estatuto de Autonomía) · Ordenación do litoral. · Portos non calificados de interese xeral polo estado e portos de refuxio e deportivos. · A pesca nas rias e demais augas interiores, o marisqueo a acuicultura, e a pesca fluvial e lacustre. · As augas minerais, termais e soterradas. · Cofradías de pescadores. - Competencias da Comunidade Autónoma Galega para o desenrolo lexislativo e a execución da lexislación do estado nos termos que a mesma estableza (Art. 28 do Estatuto de Autonomía) · Ordenación do sector pesqueiro. · Portos pesqueiros. · Execución da lexislación do Estado (Art. 29 do Estatuto de Autonomía) · Salvamento marítimo. · Vertidos industriais e contaminantes nas augas territoriais do estado correspondente o litoral galego. (sendo ata as 12 millas da costa competencia do estado, e dende as 12 ata as 200 competencia da CEE.) De todo elo pode deducirse, que non existe ningunha competencia na comunidade autónoma, en materia de subacuática relacionada co noso patrimonio, sendo de suliñar que non existe ningún decreto de transferencia nese sentido, nin de aceptación dalgunha transferencia como sería obrigatorio. De tódolos xeitos suliñar que a comunidade si ten competencias exclusivas en materia de arqueoloxía, pero como indica o Estatuto de Autonomía no artigo 2.1, o territorio de Galicia é o abranguido polas actuais provincias da Coruña, Lugo, Ourense e Pontevedra, e tendo en conta a clara delimitación que fai das

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competencias sobre as augas vese que non ternos dentro dun xeito claro competencias, en temas de subacuática, salvo a extrapolación interpretativa de que as competencias sobre zonas de pesca son extrapolables ó patrimonio asolagado. De tódolos xeitos esta claro que dita deficiencia debería ser subsanada á maior brevidade posible, tendo en conta a deixación de funcións do goberno central nesta materia. 2°._ O artigo 18 do Estatuto de Autonomía de Galicia danos a competencia en patrimonio arqueolóxico, pero debe terse presente o reseñado enriba, téndose concedido autorizaClOns de solicitudes, conforme a criterios de investigación científica, e denegando as peticións feitas con criterios de explotación económica, sempre en función de criterios interpretativos, (e de subrogación de funcións) dentro das denominadas augas interiores (puntas para dentro). Habendo sido remitido no seu día (24-2-1988) en relación con este tema, por parte do Ministerio de Cultura un informe da súa Secretaria Xeral co seguinte texto: "a) A quén pertence la titularidade o el dominio de los bienes. Segundo establece el artigo 132.2 de la Constitución, son bienes de dominio público el Estado "en todo caso, la zona marítimo terrestre, las playas, el mar territorial y los recursos naturales de la zona económica y la plataforma continental". La vigente Ley sobre costas de 26 de abril de 1969, en su artículo 1, apartado 3 , afirma que el mar territorial es un bien de dominio público, sin pronunciarse sobre la titularidad del bien. El proyecto de Ley e costas publicado en el Boletín Oficial de las Cortes Generales de 17 de diciembre de 1987, en su Exposición de Motivos afirma que la "Ley viene, además, a cumplir el mandato expreso contenido en el artículo 132.2 de la Constitución" y, en consecuencia, el artículo 3 , apartado 2, del citado proyecto de ley establece que "son bienes de dominio público marítimo- terrestre estatal.... El mar territorial y las aguas interiores, con su lecho y subsuelo, definidos y regulados por su legislación especifica": Por todo lo expuesto, podemos afirmar que el mar territorial con su lecho es un bien de dominio público estatal; luego la propiedad o titularidad del mismo la ostenta el Estado".


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Neste informe explícase dun xeito meridiano, de quen é a competencia en temas relativos a subacuática. Posteriormente o Consello de Ministros na sua reunión do día 15 de decembro de 1989, relativo, ó requerimento da Junta de Andalucia de 27 de xullo dese ano, sobre incompetencia do Ministerio para autorizar excavacións arqueolóxicas en Punta del Nao, estima dito requerimento, inda que esto é un feito puntual, e dirixido ó goberno autónomo de Andalucia. De todo elo, ternos claro que é preciso conquerir a transferencia da arqueoloxía subacuática, co fin de lograr unha maior definición e resposta nos

temas plantexados. A pesares de todo dentro das posibilidades reais, intrínsecas e a complexidade desta especialidade, realízanse labouras de protección, informando ó Ministerio de Educación e Cultura, forzas de seguridade, etcétera, de canta noticia se ten sobre posibles alteracións ó patrimonio cultural asolagado, co fin de que se adopten as medidas oportunas para a salvagarda do mesmo. Asimesmo é de suliñar que estase en negociación para a adquisición dun fondo documental sobre pecios na comunidade, co fin de ter inventariado unha gran cantidade de pecios, ós efectos da súa protección coa colaboración das forzas de seguridade.




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