cinco miradas visitantes al
Proyecto Cosecha Julieta G贸mez Alfonsina Bri贸n Chimpa Juanjo Guerra Alejandra Sagu铆
Guía de análisis y reflexión Cosecha por Julieta Gómez Guía de lectura Si la cosecha es tanto el conjunto de productos que se recolectan, como también el tiempo y la acción misma de recolectar, podemos preguntarnos: a ¿Qué es lo que se cosecha? ¿Cuáles son los resultados posibles de un proceso de producción artística? ¿Sólo las obras pueden pensarse como frutos? ¿Qué es lo que madura? b ¿Cuáles son los síntomas de maduración de una obra? ¿Y un artista? ¿Pueden estos sobremadurar? ¿Cuándo una obra está apta para hacer salsa o mermelada? c ¿Con qué porción vegetal identificará su obra cada artista? ¿Frutos, raíces, tubérculos, hojas, semillas u inflorescencias? ¿Y a sí mismo? d ¿Cuáles y cómo son los terrenos donde se cosechó? ¿Cómo se delimitaron los diferentes cultivos? ¿Habrá cultivos que ampliaron o trasgredieron sus límites? ¿Habrá habido cultivos invasivos? e ¿Qué interacciones químicas se dieron? ¿Qué obras y qué artistas funcionaron como atrayentes y estimulantes de otros artistas? ¿Y del público? ¿Cuáles como inhibidores y repelentes? f ¿Cómo se manipula una obra? ¿Qué cuidados requiere? ¿Cómo se manipula un artista? ¿Qué cuidados requiere? Las obras y los artistas ¿son delicados? g ¿Quiénes son los trabajadores? ¿Cuál fue el arreglo contractual que se estableció? ¿Cuáles habrán sido las condiciones (tiempos, espacios, retribución, equipos, división de tareas, público, etc.) y cómo influenciaron en lo cosechado? h ¿Habrá obras o artistas que resultaron dañados? ¿Cuáles son las marcas que dejó la cosecha?
Derecho de medianería por Alfonsina Brión Proyecto Cosecha y el derecho de medianería John Berger: ¿Qué significa para ti la palabra “límite”? Yves Berger: Los límites distinguen el interior del exterior, lo que no puede cruzarse. La piel, por ejemplo. Al mismo tiempo, estos límites siempre dejan pasar algo; la piel deja pasar el sudor… Lo que resulta fascinante en la relación entre el cuerpo y el lugar es precisamente lo que se produce desde el punto de vista de los límites, lo que los atraviesa y lo que queda al margen. Este espacio intermedio es muy misterioso. John Berger: Cuando una superficie toca otra superficie, también podemos hablar de proximidad o intimidad. Es una paradoja, ya que los límites sugieren la idea de frontera. Ahora bien, sin frontera, la proximidad y la intimidad no pueden existir. 1
Proyecto Cosecha implica desmontar el taller y renunciar por un mes a la intimidad, a un hábitat en que las condiciones palpables y simbólicas configuran un ambiente de trabajo e investigación deseado y propio. Emplazarse en un espacio con tres paredes menos, en que algunos elementos escogidos (herramientas y no) intentan recrear aquella zona privada a la que reemplazaron por solo un mes. En este lugar de producción como es la residencia, me interesa el modo de habitarlo y buscar esos sectores de los que los artistas supieron y/o pudieron apropiarse. También, en tanto reunión de producciones de obras diversas me capta, no la idea de producción reticular analógica (porque el formato de atelier individual se mantuvo), sino ese derecho a la medianería, esa frontera invisible que por un lado delimita: “estos 15 cm me corresponden y los 15 contiguos al vecino”, pero se esboza como una línea, un territorio tabicado que implica a dos artistas colindantes y los hace conscientes de la concomitancia. Si pensamos o incursionamos en conflictos vecinales relativos al derecho de medianería, encontraremos que hay miles de situaciones que implican a algo tan simple como un muro divisorio entre dos partes. Y es ahí, en la vida cotidiana de cualquier par de vecinos, en que un tabique oficia de algo más que concreto, simbólico. Es un territorio fronterizo cargado de derechos, responsabilidades, cuidados, historias diversas y pautas. No me interesa una 1 Berger John. Desde el taller. Diálogo entre Yves y John Berger con Emmanuel Favre, Gustavo Gili, Barcelona, 2015, pág 21.
medianera imaginaria entre dos talleres de un Museo como muro de conflicto porque no estaría registrando lo que sucedió en el proyecto de residencia. Sí me lleva a pensarlo como una delgada pero real forma de pautar simbólicamente un espacio, como cuando uno de niño jugaba creando sitios de una casa y se animaba a respetar esa pared invisible: esta es la pieza, este el patio. En ese sentido, y confrontando la experiencia con el Proyecto Cosecha 2013, podría llegar a pensar que cada artista conservó en mayor medida su taller. Abrió puertas a las visitas de Instituciones Educativas y al visitante curioso, pero fueron puertas. Cuando refiero a esas medianeras invisibles estoy pensando en la producción de obra. No se generó el desguace de un taller para unirse con otro y generar obra conjunta. Algunos artistas interactuaron con obras de otro, pero quizás desde el lugar de visitante, no de co-productor. Como visitante, creo que se pudo apreciar cómo “lo colectivo” en Cosecha 2015, pasó por lo anímico. Las presentaciones de artistas, las conversaciones en el patio, lo compartido desde lo afectivo. Quizás es interesante pensar en todo lo afín a dos artistas que puede reunir un espacio de producción común y alternativo. Las presentaciones a los visitantes de los Museos abrieron un lugar histórico compartido por muchos de los artistas residentes y diversos puntos en común de su trayectoria. Algunos sectores de las instalaciones se convirtieron en sitio de reunión, charla amistosa, debate, o simplemente momentos compartidos como una comida. Así como esos espacios de convivencia fueron propicios gracias al encuentro en un proyecto de residencia, creo más relevante aún el derecho a una medianería invisible, histórica y simbólica en un Museo, a partir del emplazamiento de talleres diferenciados. No solo porque la producción no fue mancomunada en sí, sino porque esa geografía interna y pautada, permitió que los artistas sean vecinos, pero tuvieran una atmósfera que, lejos del taller propio, les fuera conveniente y oficiara por varias semanas a modo de un inquilinato “de palabra”. Posiblemente esta cartografía que se conservó a lo largo de la residencia, da lugar a una muestra en la podemos observar obra de cada artista y no de una producción fusionada, a modo de exposición heterogénea pero con condiciones ambientales compartidas y tatuadas por una experiencia común. Y es en esa sutileza: lo verbal, lo acompañado en este juego de habitar un espacio distinto, en dónde quede la mística de Cosecha 2015.
Registro de Cosecha 2015 - Chimpa
Proyecto Cosecha por Juanjo Guerra Las presentaciones de los artistas del Proyecto Cosecha 2015 constituyeron un espacio propicio para la discusión y el intercambio. Durante estos encuentros, que se realizaron a razón de uno por semana, aproximadamente seis artistas exponían por unos minutos las líneas centrales de su proyecto actual y, a la vez, hacían un breve repaso de su trayectoria. Las preguntas del público y de los propios colegas estimularon una discusión no solamente acerca de las producciones individuales sino también sobre los modos de circulación del arte en la ciudad de Bahía Blanca. Instancias de formación, circuitos de legitimación e instituciones de referencia. Pero, especialmente, me gustaría llamar la atención sobre un aspecto que sobresalió en los encuentros: muchos artistas coincidieron en que no tenían una idea clara de su biografía artística hasta que se pusieron a organizar el material para las presentaciones solicitadas por el staff del Museo. No sabían que todo aquello que habían hecho podía ser comprendido como una unidad y, sin embargo, ahora lo leían en ese sentido. De pronto, descubrieron líneas de continuidad, momentos de quiebre o ruptura, acontecimientos fundantes. La mirada de los maestros, en muchos casos, les sirvió para tomar plena consciencia de su actividad y definir los núcleos de interés, afinar las técnicas y comenzar a explorar un determinado territorio. En definitiva, les permitió disponer los elementos de cierta manera –hasta ese momento inadvertida– para armar su mesa de trabajo. A medida que las imágenes de obras del pasado se
sucedían en la pantalla, se articulaba una narrativa precisa en la voz de quien hacía su presentación. ¿Es que la biografía artística es un puro caos ordenado simplemente por la mirada retrospectiva, escrutadora, que encuentra un relato donde no había más que azar? ¿O, efectivamente, existe en todo proyecto de vida artística un hilo de obsesiones, intereses, técnicas, materiales con los que cada uno mantiene una particular relación de afinidad? ¿Todo esto se encuentra en cada momento, desde el comienzo? Quiero decir, ¿en qué sentido los sucesivos presentes que componen ese pasado que llamamos trayectoria tienen un significado pleno en cada momento? ¿No habría algo de ficcional en la ordenación de una trayectoria? ¿Cuál es el lugar que tienen los retrocesos, los cambios de dirección o, incluso, el ensayo fallido? Una de las artistas dijo en un momento de su presentación que ella va siempre un paso detrás de la obra. Desde esta perspectiva, la producción artística se regiría, entonces, por un principio de incertidumbre. De camino a la obra: como si el artefacto artístico estuviera siempre corriéndose, como si no se definiese más que por su lejanía. Pero, además, como si fuese algo incompleto. Esta idea puede servir para pensar una trayectoria a partir de aquello que salió mal, de un boceto que fue abandonado, de un cuadro sin terminar o de una escultura que se perdió en una mudanza.
Cosecha por Alejandra Saguí
Debajo de la casa del árbol, la mesa larga, a la canasta. ¿No comés más? Quedate, quedate. Yo solo levanto estas cositas, por el calor. En el mazo museo, se mezcla, se corta y se da todo de nuevo. Un modo de juego: imaginar el punto donde pudo arrancar una constelación o una línea. Desandar el relato en la textura, el gesto milimétrico y mecánico, la mano sobre la mano sobre la mano. Sobresalir en figuras. Del bastidor saltar al objeto. Dar protagonismo a los materiales: Maples de cartón para la fruta, potes de crema para la piel, Casancrem, pickles Castell.
al sujeto:
Hay recortes que encontré en el taller de mi marido.
Fue con Tulio el quiebre
de nuestra formación. Entramos
en diálogo
¿Puedo decir una cosa? Era una época
de mucha convulsión. Fue ahí, de hecho,
que se creó este espacio y empezaron a pasar
artistas por acá
con la obra.
Centrada, ingresa la cresta
del pincel a la ola.
Va la carga, deja en el lienzo su energía: A mis obras, tóquenlas. Suceden otros modos: por las tramas del pelo, los accesorios de ocasión, por el ojo entrar a una cara del papel.
Se va enredando, enredando
O disponerlo de nuevo en la pared. Dar pista del gérmen
como en el muro la hiedra,
del paso amarillo
y va brotando, brotando
de quienes postean
como el musguito en la piedra
como el musguito en la piedra ¡ay! sí, sí, sí... Hace el jardín la vertical: lo desintegrado, a superficie. Es pasar de tiempo, de temperatura: Cuando abrís, nunca sabés qué puede haber quedado: pieza entera o polvo. Va por el brote, con la pava, corta ramitas para quemarlas. Rebeldía es sentarse ocho horas a bordar, mientras el mundo corre. Calca en crochet, empasta estadíos de crecimiento y floración. Sugiere desde una semilla expuesta hasta volver su naturaleza, relativa. ¿Qué es lo que media entre una y otra que se confunde de quién, la puesta de un choclo? Hay que tener en cuenta que muchos de nosotros
somos, ya, cosecha tardía. Lo dirás por vos, ja.
(Ladra un caniche)
Retirar lo dicho, entramarlo. El hierro cede y deja pasar la puntada de tul.
Alguien mandó la telaraña al rincón.
Reducir la paleta, ocupar solo un casillero.
Alguien obliga mirar hacia arriba.
¿Me acompañan a hablarle? Un poco, me intimida
(Retumban los brochazos en los rojos)
Siempre viene unos minutos y se va.
Vigilia
El ruberoid no admite filtraciones.
Patina la carbonilla las cintas cuelgan en la baranda, dibujan borrando el papel sobre pared.
¿Adónde irá parar? ¿Por dónde se mueven? ¿Quién las mueve?
Luces semáforo esperan al que viene.
Entra, en concreto, todo lo que habla
ahí afuera,
anuncio o fresco.
Paso a nivel: la prioridad para quien prosigue un impulso.
Líneas en fuga.
Museos de Arte: MBA-MAC Museo de Bellas Artes Museo de Arte Contemporáneo Bahía Blanca / Buenos Aires / Argentina Sarmiento 450 (8000) / (0291) 4594006
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Autoridades Municipales Intendente Municipal Sr. Héctor Gay Director del Instituto Cultural Sr. Ricardo Margo Directora Museos de Arte: MBA-MAC Sra. Cecilia Miconi