GOBIERNO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
AUTORIDADES Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Horacio Rodríguez Larreta Jefe de Gabinete de Ministros Felipe Miguel Ministro de Cultura Enrique Avogadro Subsecretaria de Gestión Cultural Viviana Cantoni Directora del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires Victoria Noorthoorn
SERG IO AV EL L O JOVEN PROFESIONAL MULTIPROPÓSITO
Texto:
Sofía Dourron
MUSEO DE ARTE MODERNO DE BUENOS AIRES 2017 // 2020
Dourron, Sofía Sergio Avello: joven profesional multipropósito / Sofía Dourron; dirigido por Victoria Noorthoorn ... [et al.]. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, 2020. Libro digital, PDF Archivo Digital: online ISBN 978-987-1358-79-3 1. Arte Argentino. 2. Arte Contemporáneo. 3. Arte. I. Noorthoorn, Victoria, dir. II. Título. CDD 708
Esta publicación fue realizada para registrar la exposición Sergio Avello: joven profesional multipropósito, que se realizó en el Museo de Arte Moderno entre el 16 de septiembre de 2017 y el 18 de febrero de 2018.
Museo de Arte Moderno de Buenos Aires Av. San Juan 350 1147 Buenos Aires
Diseño Eduardo Rey Créditos fotográficos Fotografía de tapa: Viviana Gil Viviana Gil Pp. 45, 57, 59, 65, 80-81, 83, 85, 87, 102-103, 105, 107, 108, 109, 112-113, 115, 130-131, 148-149, 154, 155, 156, 157, 162, 176-177 Gustavo Lowry pp. 9, 10, 11, 13, 15- 43, 47-55, 61- 63, 66-79, 88-101, 104, 106, 110-111, 117, 119, 121, 123, 125, 127, 128-129, 132147, 150-153, 158, 159, 163 -175, 178-189
ÍNDICE
Obras
9
Sergio Avello: Joven profesional multipropósito por Sofía Dourron
191
Biografía
204
Lista de obras de la exposición
206
Sin tĂtulo, 1985
8
Alfredo Prior en La Zona, 1985 (Archivo Rafael Bueno) José Garófalo, Alfredo Prior y Martín Reyna en La Zona, 1985 (Archivo Rafael Bueno) Artistas en La Zona, 1985 (Archivo Rafael Bueno) 10
Afiche de la exposiciรณn Sauna en La Zona, La Zona, 1985 (Archivo Rafael Bueno)
12
Afiche de la exposición colectiva Arte Búsqueda Cambio, Galería del Mar, Mar del Plata, diciembre de 1983 (Archivo Rosana Fuertes y Daniel Ontiveros) 14
16
18
pp. 16-17 Afiche de la exposición Harte, Garófalo, Avello, organizada por Rosana Fuertes y Daniel Ontiveros en la Biblioteca Pública Municipal de Mar del Plata, julio de 1989 (Archivo Rosana Fuertes y Daniel Ontiveros) Afiche de la exposición Kriptonita verde, organizada por Sergio Avello y Alejandro de Ilzarbe en el Museo Municipal de Arte Juan Carlos Castagnino, noviembre de 1984 (Biblioteca Museo Municipal de Arte Juan Carlos Castagnino)
Volante de la ambientación Del código (prácticas compartidas), de Avello y Erika Escoda en la discoteca Rainbow, agosto de 1986 (Archivo Erika Escoda)
Ambientación Del código (prácticas compartidas), de Avello y Erika Escoda, en la discoteca Rainbow, agosto de 1986 (Archivo Erika Escoda) 20
Avello en el set de rodaje de la película Lo que vendrá, dirigida por Gustavo Mosquera, en la que realizó maquillaje y asistencia de vestuario, 1987 (Archivo Erika Escoda) 22
24
Avello cortándole el pelo a Charly García en el rodaje de la película Lo que vendrá, dirigida por Gustavo Mosquera, 1987 (Archivo Erika Escoda)
Avello en el set de rodaje de la película Lo que vendrá, dirigida por Gustavo Mosquera, en la que realizó maquillaje y asistencia de vestuario, 1987 (Archivo Erika Escoda) 26
Avello haciendo maquillaje para producciรณn de fotos con Ana Torrejรณn, Charly Nihenson y Nicolรกs Maza, sin fecha (Archivo Erika Escoda) 28
Pablo Siquier, Patricio Ballesteros y Sergio Avello, sin fecha (FotografĂa: Ernesto Ballesteros. Archivo Erika Escoda)
30
Invitación de la exposición Arte Argentino decorativo: nuevo exponente, Galería Adriana Rosenberg, 1989
Avello y Erika Escoda preparando la exposición Arte Argentino decorativo: nuevo exponente, en la casa de Erika Escoda, 1989 (Archivo Erika Escoda) Avello montando la exposición Arte Argentino decorativo: nuevo exponente, en la Galería Adriana Rosenberg, 1989 (Archivo Erika Escoda) 32
Abstracto, 1983
34
Ă“valos, 1986
36
LÃneas, 1987
38
Sin tĂtulo, 1989
40
Sin tĂtulo, 1989
42
Sin tĂtulo, 1989
44
Sin tĂtulo, 1989
46
Sin tĂtulo, 1989
48
Sin tĂtulo, sin fecha
Sin tĂtulo, 1989
50
Sin tĂtulo, 1989
52
Sin tĂtulo, 1989
Sin tĂtulo, 1988
54
Sin tĂtulo, 1989
56
Sin tĂtulo, 1989
58
Sin título (Círculos concéntricos), 1989
60
CĂrculos concĂŠntricos, 1989
62
Sin tĂtulo, 1990
64
66
Sin título, díptico, 1995
Sin tĂtulo, 1998
68
Sin tĂtulo, 1998
70
Sin tĂtulo, sin fecha
Sin tĂtulo, 1999
72
Sin tĂtulo, sin fecha
Sin tĂtulo, sin fecha
74
DegradĂŠ discontinuo, 1997
76
Sin tĂtulo, sin fecha
Sin tĂtulo, 2002
78
Campus, sin fecha
Sin tĂtulo, sin fecha
80
Sin tĂtulo, 2004
Adida, 2005
82
Peste rosa, 2006
84
Afiche de la exposiciรณn Los inocentes distractores, Instituto de Cooperaciรณn Iberoamericano, 1989 (Archivo Familia Avello) 86
88
Sergio Avello en Decadance, Teatro Opera, 1989 (Archivo Roberto Jacoby)
90
Volante de la fiesta VerdadEros, en Club Eros, 1991 (Archivo Roberto Jacoby) Sergio Avello como Stella Maris, Roberto Jacoby y Alejandro Kuropatwa en Club Eros, 1991 (Archivo Roberto Jacoby)
92
Fiesta en Club Eros, 1991 (Archivo Roberto Jacoby)
Fiesta en Club Eros, 1991 (Archivo Roberto Jacoby)
94
Fiesta Nรณmade, 1992 (Archivo Erika Escoda)
Guillermo Kuitca, José Garófalo, Sergio Avello, Guillermo Conte y Fernando Fagnani, Fiesta Nómade en el Club Estrella de Maldonado, 1991 (Archivo Erika Escoda) Avello en la Fiesta Nómade, 1992 (Archivo Erika Escoda) Fiesta Nómade, 1992 (Archivo Erika Escoda) 96
Afiche de la exposiciรณn colectiva Tres docenas de arte, organizada por Sergio Avello en la estaciรณn 3 de Febrero del ferrocarril Mitre, febrero de 1991 (Archivo Rosana Fuertes y Daniel Ontiveros) pp.100-101 Artistas y amigos en la estaciรณn 3 de Febrero
del ferrocarril Mitre, en la muestra Tres docenas de arte, organizada por Avello, 1991 (Archivo Erika Escoda) 98
100
Artistas en la exposición Tres docenas de arte organizada por Sergio Avello en la estación 3 de Febrero del ferrocarril Mitre, 1991 (Archivo Roberto Jacoby) Batato Barea en la exposición Tres docenas de arte, 1991 (Archivo Roberto Jacoby) Roberto Jacoby en la exposición Tres docenas de arte, 1991 (Archivo Roberto Jacoby) La obra Es la vida (Milanesa), 1989, de Pablo Suárez, en la exposición Tres docenas de arte, 1991 (Archivo Roberto Jacoby) 102
Sin tĂtulo, 1999
104
Caja lumĂnica, 1999
Sin tĂtulo, sin fecha
106
Sin tĂtulo, 2001
Sin tĂtulo, 1995
108
Sin tĂtulo, 1999
Sin tĂtulo, ca. 2002
110
Pons sisters, dĂptico, 1998
112
Sin tĂtulo, 1993
114
Sin tĂtulo, 1998
116
Sin tĂtulo, sin fecha
118
Sin tĂtulo, 1994
120
Malevich by Cambre, 2003
122
Caja lumĂnica, 1995
124
Sin tĂtulo, 1999
126
Sangre, sin fecha
128
Sin tĂtulo, sin fecha pp. 130-131 Comunisti, 2004
Comunisti, 2003
132
Sin tĂtulo, 2005
134
Sin título, de la serie “Polecelis”, 2001
Sin tĂtulo, sin fecha
136
Sin título, de la serie “Polecelis”, sin fecha
138
Sin título, de la serie “Polecelis”, 2006
Sin título, de la serie “Polecelis”, sin fecha
140
Sin título, de la serie “Polecelis”, sin fecha
Sin título, de la serie “Polecelis”, 2003 Sin título, de la serie “Polecelis”, sin fecha 142
Sin título, de la serie “Polecelis”, 2005 Sin título, de la serie “Polecelis”, 2005
Sin título, de la serie “Polecelis”, 2000
144
Sin título, de la serie “Polecelis”, 2003
Sin título, de la serie “Polecelis”, 2003
146
148
Sin título, de la serie “Polecelis”, sin fecha Sin título, de la serie “Polecelis”, 2006 Sin título, de la serie “Polecelis”, 2005
Sin título, de la serie “Polecelis”, 2005
150
Caja lumínica, 1999 Caja lumínica, 2001 152
Caja lumínica, 1999 pp. 154-155 Registro de la obra
Variaciones cromáticas by night, 2001 Realizada en la vidriera del Fondo Nacional de las Artes para la exposición Sortilegio (Fotografía: Miguel Ángel de Leon)
154
Entradas para los DJ’s Concerts [Conciertos de Djs] que organizaba Avello en la terraza de Fundación PROA, 2002 (Archivo Andrés Castro) 156
Avello en la terraza de Fundaciรณn PROA (Archivo Fundaciรณn PROA) 158
Avello pasando música en Fundación PROA (Archivo Fundación PROA)
Afiche de intervención en espacio público, 2006 (Cortesía Santiago Bengolea) 160
Afiche de la exposición In Situ, de Sergio Avello, en la galería Dabbah-Torrejón, 2006 (Colección Fernando Ezpeleta) pp. 164-165 Sin título, 2007
162
164
Vistas de la exposición In Situ, en la Galería Dabbah-Torrejón, 2006 (Archivo Galería Dabbah-Torrejón) 166
Sin título, de la serie “Homenaje a Sol LeWitt”, 2002 Sin título, de la serie “Homenaje a Sol LeWitt”, sin fecha Chorreado, de la serie “Homenaje a Sol LeWitt”, 2003 168
Sin título, de la serie “Homenaje a Sol LeWitt”, sin fecha 170
Caja lumĂnica, ca. 1999-2005
172
Microsoft Audio World, 2006
174
Tela, 2006 pp. 176-177
Bandera, 2003/2006/2017
176
Paisaje, 2006 Sin tĂtulo, sin fecha 178
Oblícua, 2003
180
Mediocre, 2008
182
Bandera, 2007
184
Sergio Avello y Daniel Joglar, Argentina bipolar, 2010 pp. 188-189 Argentina, hay quien te ama y hay quien te USA,
2006 186
188
SERGIO AVELLO: JOVEN PROFESIONAL MULTIPROPÓSITO Por Sofía Dourron Hoy miraba el cielo y pensaba qué genio, el cielo. Era como si lo hubiera visto por primera vez 1 Sergio Avello
Sergio Avello fue, durante mucho tiempo, un artista no-artista. Vivía su trabajo como una forma más de estar en el mundo, de encontrarse con la belleza de la cotidianidad, como una búsqueda de placer y encuentro con los otros. Pintor abstracto, DJ de ocasión, peluquero autodidacta, montajista, maquillador, asesor artístico, nómade empedernido, organizador de fiestas, shows, excursiones y muestras; a veces, era también Stella Maris. Ante todo, fue un gran promotor del hedonismo que vivió sumido en un caos impoluto, entre la ficción y la realidad, confundiendo su vida con su obra y su persona con un personaje de límites indefinibles.
Soy un picaflor. No hice carrera de artista. Hice cine, hice música. En el 83 me instalé en Buenos Aires. Empecé a hacer cine. Hacíamos decorados para el cine. Hice nubes y make-up. Peinados también. Siempre mucho arte. Artes aplicadas. Video clips.2
Había nacido en Mar del Plata, en 1964. En la escuela primaria, supo que iba a ser artista cuando dibujaba en su cuaderno de hojas rayadas, mientras aprendía el abecedario. En la secundaria era inquieto, le gustaba bailar y, 1 “Seamos autodidactas mientras podamos. Sergio Avello y Roberto Jacoby charlaron de bueyes perdidos y pinceles encontrados mientras anochecía bellamente”, Ramona, n° 19-20, 2001, p. 101. 2 Sergio Avello en conversación con Rafael Cippolini, 1999, publicada en AA. VV., Avello, Buenos Aires, Deriva Press, 2015, p. 141.
sobre todo, cantar. En la Escuela de Artes Visuales Martín A. Malharro era el peor y el mejor alumno, aprendió a mirar y a pintar, aunque en el fondo ya lo sabía todo. Atravesó los años más violentos de la dictadura militar escapándose con sus amigas para ir a bailar a Villa Gesell. Hacía performances espontáneas en la Av. Colón de su ciudad natal, cantaba en un coro, acumulaba información, compraba –con mucho esfuerzo– todos los discos que podía y difundía su amor por Michael Jackson. Militó en el Partido Obrero, en 1982. En 1983, llegó a Buenos Aires junto con la primavera democrática, en un acto de valentía adolescente. Se sumergió en una ciudad agitada entre el dolor colectivo y la creación compulsiva, entre los debates de la renovada participación política y la recuperación eufórica de la libertad. Avello siempre fue nómade, sus pertenencias cabían en un pequeño maletín que llevaba a todos lados. Desde el día en que abandonó la casa materna vivió al cobijo de sus amigos: en habitaciones, en casas, en hoteles y en catres desparramados por toda la ciudad. Tuvo una infinidad de talleres, en los que se instalaba como si fuera a quedarse para toda la vida. Con la ayuda de un ejército de amigos se trasladaba de un lugar a otro, con sus herramientas, su equipo de música y sus obras. El movimiento incesante fue una estrategia de supervivencia que se convirtió en un modo de vida y en su forma de trabajo: su obra siempre privilegió los formatos transportables. Su primer destino en Buenos Aires fue La Zona, un enorme y húmedo sótano/taller que el artista Rafael Bueno compartía con otros como Alfredo Prior, Martín Reyna, José Garófalo, Guillermo Conte, Guillermo Kuitca y Majo Okner. La Zona no era solo un espacio de trabajo; era, también, un espacio de encuentro, de fiestas, performances y muestras. Allí se inició el Trío Loc-son, formado por Bueno, Okner y Conte. Se hacían obras de Emeterio Cerro y Alicia Mouxaut, Omar Chabán y Vivi Tellas, algunos de los protagonistas de la renovación del teatro argentino en los años ochenta.3 Los espacios alternativos –como La Zona, Café Nexor y el Café Einstein– habían comenzado a surgir a comienzos de la década del ochenta, en un clima de distensión a medida que el gobierno dictatorial comenzaba a debilitarse.4 Para 1984 el under porteño tenía un circuito 3 Daniela Lucena, “La Zona-Loxon-Einstein: pintura en vivo y cooperación artística durante la última dictadura militar argentina”, en El genio maligno. Revista de humanidades y ciencias sociales, n° 14, marzo de 2014. 4 Viviana Usubiaga, Imágenes inestables. Artes visuales, dictadura y democracia en Buenos Aires, Buenos Aires, Edhasa, 2012, pp. 135-137.
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Sergio Avello
fluctuante e insomne. Los artistas pintaban telas de grandes formatos, espontáneas y expresivas; se debatían entre las influencias internacionales del neo-expresionismo y la tradición argentina de la Nueva Figuración. La teatralidad se expandía a todas las formas del arte y el cuerpo ocupaba el centro de la escena cultural. En medio del desborde pictórico de sus compañeros, Avello realizaba pequeñísimas esculturas con cartón corrugado que encontraba en la calle, pegaba con cinta adhesiva y pintaba con témperas. Ejercía un estricto “mínimo preciosista” que había comenzado a delinear tempranamente en sus épocas de estudiante en Mar del Plata. Su práctica se oponía a la de sus compañeros, ya que retomaba el minimalismo de Prior de los años setenta y arrastraba las influencias de Pablo Menicucci,5 leyenda pop marplatense, quien había sido su maestro y amigo. Sus gestos mínimos, que se materializaban con una simplicidad y despojo que poco tenían que ver con el contexto de la producción artística de los ochenta, buscaron siempre evocar una idea de belleza fundada en una percepción despreocupada de la realidad social y material.
La belleza es una idea que solo se puede sintetizar en figuras primarias: flores, circulitos. Nunca traté de contar nada. Me parecía mejor que el color o el objeto del cuadro transmitieran la belleza.6
Avello hizo un culto del arte preciosista y decorativo, mientras todo a su alrededor era puro acontecimiento pictórico. Sin embargo, siempre estuvo seguro de estar tomando el desvío correcto. En medio del surgimiento del punk, de la noche porteña desprolija y ruidosa, parecía venido de otro planeta: joven, pulcro y minimalista. A pesar de las diferencias estéticas, se integró sin esfuerzo a esa comunidad que surgía desde el under y se expandía rápidamente por la ciudad. Su amor por la geometría no le impedía compartir un espíritu de época que se fundaba en el encuentro y la acción continua. En ese contexto sucedieron
5 Pablo Menicucci (Mar del Plata, 1933-2012) fue el mayor representante del arte pop de Mar del Plata. Junto a Mercedes Esteves, realizó el primer happening de esa ciudad. Durante los años sesenta, Jorge Romero Brest lo invitó a participar en el Premio Ver y Estimar, el Premio Braque y, posteriormente, de Experiencias 69, en el Instituto Torcuato Di Tella. En los setenta realizó varias experiencias con diversos medios audiovisuales en su ciudad natal. 6 Op. cit. Conversación con Rafael Cippolini, Avello, 2015, p. 138.
dos exposiciones en La Zona: Los últimos pintores (1984) y Sauna en La Zona (1985). Como siempre, las obras de Avello llegaron a último momento, pero impecables, portadoras de una sensibilidad que se fugaba del neoexpresionismo hacia una estética aún desconocida: un degradé de grises en la escalera del baño, un templo de varillas y papel barrilete, pequeñas tramas en témpera y cubitos de colores. En el espíritu de los años ochenta, que llamaba a reunirse e inundar la calle, Avello apelaba a su comunidad cercana, a los artistas y a los amigos que lo rodeaban, para generar situaciones de encuentro a partir de la exposición. Algunas de ellas se realizaron en espacios institucionales: en Mar del Plata organizó Kriptonita verde (1984), en el Museo Municipal de Arte Juan Carlos Castagnino, una muestra colectiva que reunió a artistas locales y de la ciudad de Buenos Aires.7 Otras sucedieron en espacios alternativos, como las discotecas Cemento, Garage H y Rainbow, donde confluían arte, teatro y música, en un evento más cercano a una fiesta que a una exposición. Su amiga, la editora y traductora Amalia Sato, recuerda incluso una excursión a Mar del Plata en la que un grupo de artistas liderados por Avello se montó en una camioneta y partió hacia un campo en la provincia, solo para desplegar sus obras sobre el pasto durante algunas horas. En una conversación con Roberto Jacoby, Avello cuenta: La cosa para mí en ese momento era el arte para y con amigos. No tenía planeada una carrera y tampoco me hubiera salido, pero sí era una manera amistosa que tenía que ver con encontrarse y que cada uno mostrara su arte. Para esos eventos no elegía ‘artistas’, sino ‘amigos’.8
Con ese mismo espíritu, y asumiendo la necesidad de ocupar el espacio público, Avello organizó dos exposiciones que duraron solo un día, en la estación 3 de Febrero del Ferrocarril Mitre, en el barrio de Palermo. La primera, en diciembre de 1988, sucedió en un día caluroso y coincidió con el tercer levantamiento de los Carapintadas en Campo de Mayo. Según recuerda Roberto Jacoby,9 no funcionaba el transporte público, los artistas 7 Agustinelli, Sergio Avello, Juan José Cambre, Eliçabe, Luis Frangella, José Garófalo, Miguel Harte, Jorge Ihlenfeld, Alejandro de Ilzarbe, Guillermo Kuitca, Loscalzo, Liliana Maresca, Gustavo Marrone, Adrián Mena, Marcelo Nader, Daniel Ontiveros, Pagliere, Duilio Pierri, Alfredo Prior, Elisa Pritzker, Martín Reyna, Marianella Valinotti, María Vitali, y las “estrellas invitadas”: Pablo Suárez y Pablo Menicucci. 8 Op. cit., “Sergio Avello y Roberto Jacoby charlaron…”, Ramona, 2001, p. 99. 9 Ibid.
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Sergio Avello
llegaban como podían y allí, reunidos en una antigua estación de tren, vieron pasar el fallido golpe de Estado militar. La segunda exposición en el mismo espacio, titulada Tres docenas de arte10, sucedió en pleno proceso de privatización del ferrocarril iniciado por el gobierno de Carlos Menem. La estación 3 de Febrero había sido clausurada el año anterior, pero Avello logró su apertura y los artistas ubicaron sus obras en el andén, el baño y el hall. Pablo Suárez llevó su obra Es la vida (Milanesa), de 1989; Batato Barea pintaba enfundado en vestido de gala amarillo; alguien instaló una mesa con botellas de champagne en el centro del hall. Estas muestras fueron hechos sociales que tomaron la forma de exposiciones. Avello no construyó un relato sobre estas ocupaciones, solo hizo uso de su potencia para crear microcosmos de energía social. Como sostiene Jacoby: “No hay tecnología más fabulosa que las personas, su cerebro, sus manos, su cuerpo, sus relaciones”.11 Si desde mediados de los ochenta el encuentro era una demostración de libertad y recomposición de los lazos sociales, hacia fines de esa década y durante los noventa se transformó en una mezcla de desborde festivo y resistencia a los avatares del neoliberalismo. La búsqueda de la sociabilidad también llevó a Jacoby y Avello, en 1989, a organizar una fiesta en el Club Eros del barrio de Palermo, por aquel entonces un lugar de esparcimiento para los vecinos. Aburridos del ya tedioso panorama nocturno que ofrecía la ciudad, decidieron organizar una fiesta “anti-discoteca”, donde confluyeran djs y grupos de cumbia, artistas, travestis y fashionistas. Década Oferta sucedió en pleno estallido hiperinflacionario, entre Navidad y Año Nuevo.12 Todos los amigos fueron convocados: Dr. Trincado, Beto Botta, Gabriel Grippo y Sergio Lacroix, con Avello como “corazón artístico”.13 Hicieron de la fiesta un rito, como 10 De acuerdo a los volantes de la exposición, participaron los siguientes artistas: Aisenstein, b.a.d., Ballesteros, Batato Barea, Botta, Bunader, Bustillo, Cambre, Capilla, de Ilzarbe, de Loof, di Mario, Escoda, Fuertes, Galperín, Grandval, Garófalo, Grippo, Guadalupe, Harte, Herce, Hirsch, Jacoby, Kuitca, Kuropatwa, Linares, Lindner, Lucadamo, Luna, Monzo, Nijensohn, Oldemburg, Ontiveros, Prior, Revagliatti, Reyna, Sanders, Siquier, Spinoza, Suarez, Tomei. 11 Roberto Jacoby y Ana Longoni, El deseo nace del derrumbe - acciones, conceptos, escritos, Madrid, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, 2011. 12 Los dos picos hiperinflacionarios de la economía argentina sucedieron en dos momentos diferentes de 1989 y 1990. El segundo sucedió entre diciembre de 1989 y marzo de 1990, durante la presidencia de Carlos Menem. La hiperinflación afectó a todo el sistema productivo, deterioró las condiciones de vida de los sectores más vulnerables de la comunidad; generó un alto endeudamiento externo e interno, estancamiento, escasa inversión en bienes de capital e infraestructura y un grave desequilibrio fiscal. 13 Sergio Lacroix en conversación con María Gainza en “El príncipe vagabundo”, Avello, Buenos Aires, Deriva Press, 2015, p. 22.
explica la socióloga Daniela Lucena: “La fiesta interrumpe la rutinaria normalidad; con su jubiloso caos suspende temporalmente las responsabilidades de la vida diaria y propone un espacio para el movimiento, el desborde, la exaltación y el disfrute colectivo”.14 Lo que comenzó como un estallido eufórico de música, moda, drogas y drags, luego se convirtió en Club Nómade, una fiesta que, como Avello, recorría la ciudad buscando asilo. Años después recordaba: Sí, en mi vida he mezclado como loco. Recuerdo que Eros fue importante. Las Fiestas Nómades del Club Eros donde mixamos fashion, artistas, drags, djs y gente del barrio. Esas fiestas todavía resuenan. Muchas veces me encuentro con chicos que me dicen “¿Vos hacías Eros?”. Eso me encanta.15
Hacia finales de la década del ochenta la euforia de aquellos años de la recuperación democrática había comenzado a disiparse para dejar lugar al desenfreno y decadencia menemistas, el libre consumo y el remix cultural. En el campo de las artes visuales se delinearon nuevos espacios, que adoptaron la forma de flamantes instituciones, algunas más institucionales que otras. Avello pasó por casi todas ellas. En marzo de 1989 participó en la exposición Los Inocentes Distractores, en el Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI), junto a otros jóvenes artistas de la escena del arte local: Ernesto Ballesteros, Juan Paparella y Pablo Siquier. En el texto del folleto, el periodista Rodrigo Fresán lo delinea en pocas palabras: “El más fashion de todos. Emergente del gang de Los Últimos Pintores. Abre la boca y ahí nomás inquieta. Define su entorno natural como ‘el tipo discoteca’, pero le entusiasma aprovechar ‘la limpieza del ICI’. Con Avello la palabra limpieza parece ser la clave de su distracción. […] Avello, más cerca de definirse: ‘Me interesa lo portátil en el arte, aprovechar lo higiénico que va implícito con todo lo fácil de llevar. Digamos que soy un artista de intenciones limpias. Mi obra es como bañarse varias veces al día, casi como un acto virtuoso’”.16 Ese mismo año inauguró su primera exposición individual en la galería de Adriana Rosenberg: Arte Decorativo Argentino. Nuevo exponente. Muchas 14 Daniela Lucena, “Estéticas y políticas festivas en Argentina durante la última dictadura militar y los años 80”, en Estudios Avanzados, n° 18, diciembre de 2012. 15 Op. cit., “Sergio Avello y Roberto Jacoby charlaron…”, Ramona, 2001, p. 99. 16 Rodrigo Fresán, Los inocentes distractores, Buenos Aires, Instituto de Cooperación Iberoamericana, marzo de 1989, s/p.
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Sergio Avello
manos amigas lo ayudaron a terminar las obras: como en otras ocasiones, creó una línea de trabajo descentralizada: un grupo pintaba fondos en Palermo, mientras que, en La Boca, alguien se ocupaba de buscar los marcos o de pintar círculos concéntricos. Avello supervisaba por teléfono. En una época de crisis económica, de nuevo la estrategia nómade y la sociabilidad se puso al servicio de la producción artística. Arte decorativo argentino fue una muestra de cuadros pequeños, témperas sobre papel y cartón en su mayoría, algunas tintas, muchas flores de cerezo, círculos y semicírculos, variaciones sobre un mismo motivo en tonos rosados, algunos celestes y azules, siempre delimitados por gruesas líneas negras. Si bien algunas dejan ver reminiscencias del Art Deco de los años veinte y treinta, muchas evocan la decoración de la casa de cualquier tía marplatense. Los motivos, los colores, los formatos pequeños e incluso el montaje de la exposición –limpio y aireado– explicitaban una diferencia fundamental con su entorno. En medio de un grupo de pintores varones que ponían en escena su virilidad en cada tela, Avello se lanzó por completo a la liviandad de lo que él llamaba decorativo, rompió con las prerrogativas intelectuales de la pintura que lo rodeaba y puso en escena una nueva sensibilidad. Yo fabriqué la escuela de lo light. Creo haber roto una barrera. Quizás porque desde un principio fui muy adelante con la bandera gay. Me dediqué a ser más liviano. Decorativo. Una de mis mejores muestras se tituló: ‘Arte decorativo argentino’ Puede ser que haya sido el primer artista delicado.17
Durante la década del noventa la sexualidad y el género se posicionan como aspectos intrínsecos de lo artístico; sus valoraciones materiales y su historia aparecen como elementos con potencial desestabilizador de la escena instituida hasta el momento.18 Avello se inscribe en este momento de emergencia, no desde la militancia ni desde un discurso narrativo, sino desde una práctica que asume como propia la materialidad de “lo deli17 Op. cit. Conversación con Rafael Cippolini, Avello, 2015, p. 140. 18 Ver Natalia Pineau, “Género y sexualidad en el campo artístico de Buenos Aires de los años noventa. La emergencia de nuevos sujetos creativos”, Orillas. Revista D’ispanistica, Padova, n° 4, Universitá Digli Studi Di Padova, 2015, s/p.
cado”, los motivos de lo decorativo y una forma de hacer hasta el momento relegada a los márgenes del campo artístico. Uno de los hechos determinantes en esta transformación fue la inauguración de la Galería del Centro Cultural Ricardo Rojas, en julio de 1989, bajo el liderazgo curatorial del artista Jorge Gumier Maier. Como anticipo a la apertura del programa de exhibiciones, Gumier Maier publicó un texto titulado “Avatares del arte” en La hoja del Rojas, una suerte de boletín de la institución. Allí, el curador hace una declaración de principios de su proyecto: Un desplazamiento del imaginario artístico. Difuminación del arte en sus bordes, lo borroso de sus marcas. Ubicuidad y dispersión… Una práctica que se entiende como trabajo (creativo), más cope que pasión morbosa, ligado a la idea de disfrute, más cercano al oficio que a la creación, más próximo del ingenio que de la expresión subjetivada.19
La producción de Avello precedía a la prédica de Gumier Maier. Sutil, delicada, decorativa, junto a la obra de artistas como Marcelo Pombo, Alfredo Londaibere y Feliciano Centurión, rendía cuenta del desplazamiento del imaginario artístico al que se refería el curador, y le daba fundamento a su declaración. En 1992, Magdalena Jitrik había formado un dúo curatorial con Gumier Maier al frente de la institución que, a solo tres años de su apertura, comenzaba a instalarse como espacio de referencia para el arte de los años noventa. El dúo, por decisión unánime e indiscutida, invitó a Avello a exhibir su trabajo. Él, a pesar de haber aceptado, desapareció durante meses sin dar señal alguna sobre sus planes para la exposición, desatando lentamente la ira de Gumier Maier. Su obra nunca llegó al Rojas, pero la muestra sucedió de todos modos. El título es explícito: Avello y sus amigos es un conjunto de obras de los amigos de Avello, sin criterio de selección ni valoración alguno. Se trató de un gesto, sin dudas, anti-curatorial. Por primera vez exhibieron en el Rojas aquellos artistas que el curador había defenestrado en su manifiesto inaugural, a manos del artista modelo del arte “light”.20 Avello nunca mostró en el Rojas, pero sí fue invitado, 19 Jorge Gumier Maier, “Avatares del Arte”, La hoja del Rojas, año II, núm. 11, Buenos Aires, junio de 1989. 20 En 1992 se instala el epíteto “light” para describir un conjunto de prácticas artísticas
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años después, a participar de la exposición retrospectiva El Tao del arte, organizada por Gumier en el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires (actual Centro Cultural Recoleta), en un acto de reconciliación. Avello operó como un doble agente irreverente entre ambas generaciones; reunía una actitud de los años ochenta y una obra de los años noventa en un solo cuerpo. Cuando todo indicaba que era su momento de brillar, se negó a ser “otro artista más del Rojas”. Es posible pensar que esta actitud disruptiva no haya sido pura casualidad, sino un acto de posicionamiento crítico ante una escena en la que se disputaban dos formas de pensar el arte. SA: A mí “el espíritu Rojas” me da urticaria. RJ: ¿Por qué? SA: No me doy cuenta… yo fui más de la Zona, pero nunca digo “el espíritu de la Zona”.21
Los debates le interesaban muy poco, lo que importaba era el arte, los amigos, la noche, las fiestas. En ocasiones, todo esto confluía en un solo lugar. En 1993, Avello expuso en The Age of Communication, la discoteca, galería y biblioteca creada un año antes por Juan Calcarami en Reconquista y Marcelo T. de Alvear. La muestra se tituló Maderas recientes y presentó la producción de esos tempranos años noventa, teñida por su reciente fascinación por la tecnología y las computadoras: mímesis digitales y abstractas de texturas naturales, capas de óleo, a veces pesadas y aplicadas con espátula; otras, suaves y livianas, aplicadas con pincel. Es una pintura de la superficie, de hedonismo cromático, de fascinación táctil, sobre la cual rebotan todos los “ismos” de la historia del arte. En Avello, la filiación histórica funciona solo como apropiación amorosa y despreocupada. Me gustan mucho algunos pintores del pasado, de la ‘tradición’, pero nunca me involucré demasiado con
asociadas en su mayoría a los artistas vinculados a la Galería del Rojas. El término genera diversas polémicas en la crítica, al ser asociado por un lado al kitsch y a la cultura del consumo de la época, y por otro, según Fabián Lebenglik, a “una visión del mundo más que a una estética”. Asimismo, la polémica se extendió a la comunidad de artistas y generó una serie de debates que oponían light a político, nacional a internacional y década del ochenta a década del noventa. 21 Op. cit., “Sergio Avello y Roberto Jacoby charlaron...”, Ramona, 2001, p. 103.
la historia del arte argentino y menos con sus consecuencias en el presente. […] Quiero pintar un Nirvana, un monte en el medio. Quiero reencarnar en un alma pura. En mi Panteón hay solo tres artistas. Blinky Palermo, ese alemán que tomó su nombre de un boxeador norteamericano de los 40. Ellsworth Kelly. El último lo tendría que pensar.22
La de Avello es una pintura de vibraciones sensibles, un bucear en sus infinitas posibilidades, con sus materiales y sus herramientas como únicos aliados. Pero no se trata, sin embargo, de entes alienados, extirpados de su entorno. En sus pinturas se filtran las fiestas, la calle, la música: la fiesta puede ser un tono particular de violeta; la calle, una tela frotada en el pasto de una plaza; un paisaje puede convertirse en un degradé de tonos pastel; la música es siempre una combinación de colores intensos. Avello usaba los colores como versos que componen una poesía: se sostienen los unos a los otros, el primero anuncia al siguiente y así sucesivamente, en una cadencia a veces arrulladora, a veces llena de estridencias. Cada obra es un estímulo a los sentidos, parte de una atmósfera liviana que no debe ser confundida con inocencia ni frivolidad. Decía que “una obra de arte bien puede ser fumar y mirar el cielo”.23 Efectivamente, sus pinturas son un acto de percepción, como mirar el cielo. A mediados de los noventa, las búsquedas pictóricas lo llevaron a explorar otros medios. Buscaba siempre lo nuevo, lo último, lo ultimísimo. En la música, en las fiestas, en la vida. A comienzos de la década, en 1994, había hecho una ambientación en la disco El Living, de la que no queda registro alguno. Se llamó Azul e inundó todas las salas, rincones y pasillos del laberíntico local con atmósferas azuladas, interviniendo la iluminación, instalando objetos, creando climas que se profundizaban con la música.24 Poco después aparecieron sus cajas de luz: estructuras compuestas por una caja de madera, un aparato lumínico y una cubierta de color diseñada 22 Op. cit., Conversación con Rafael Cippolini, Avello, 2015, p. 140. 23 Ibid., p. 138. 24 Conversación de la autora con Jorge D’Agostini, 12 de mayo de 2017.
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digitalmente e impresa sobre acrílico. Pequeños ornamentos neobarrocos que se fugaron de la noche y las discotecas para hacerse un lugar entre las obras de Avello. En 1998, la galerista Gabriela Van Riel lo visitó en su taller de la Beca Kuitca y lo invitó a inaugurar un nuevo ciclo en la galería de su padre. La muestra se llamó Pinturas y cajas lumínicas: los cables de las cajas se enredaban en el piso de parquet, las pinturas se tiñeron con las luces de las cajas y la inauguración fue una gran fiesta. Un video filmado por el coleccionista Gustavo Bruzzone muestra una fauna diversa que se funde en los movimientos de la cámara. Avello sale de cuadro y vuelve para dejar registrada una entrada glamorosa. De aquí en más, en sus talleres todo se mezcla en un caos impoluto, se amontonan los cables y los óleos, las impresiones digitales, los esmaltes sintéticos, las banderas de cuerina. Pero gracias a su manía por la limpieza, el caos es pulcro y reluciente. En su vida se superponen los montajes en Fundación PROA,25 las ambientaciones en discotecas, las fiestas, la noche. Avello todo lo absorbe. En pleno momento de emergencia de la música electrónica creó los DJ’s Concerts en la terraza de PROA. Un ciclo que se convirtió en un lugar obligado para conocer a los nóveles músicos electrónicos, a la vez que oficiaba como lugar de encuentro social anti-domingo, a plena luz del día, entre las grúas del puerto y el tango de Caminito. Por allí pasaron Pommerenck, DJ Peggyn, D+D, Estupendo, Trineo, Daniel Melero, Trincado, Leo García, DJ Oliverio, Zig Zag y muchos más. Hasta entonces, su relación con la historia del arte había pendulado entre el desinterés apático y la admiración selectiva. En los 2000 nació en él un voraz apetito por la cita en sí, carente de todo interés conceptual de apropiación. Su serie de homenajes a Sol Lewitt se funda en un acto de admiración y de solvencia material. Con todos los restos de pintura de la exposición de la leyenda del minimalismo norteamericano en PROA, Avello creó una serie de tablas policromadas con bandas de colores primarios. Poco antes, y a modo de homenaje, creó “Polecelis”, cruza anómala entre Polesello y Pérez Celis, cuyo retoño es una extensa serie de pinturas abstractas en las que Avello pinta palimpsestos de bandas de colores, texturas y aguadas amorfas que se funden en un juego indescifrable de tensión y distensión, solo contenido por los límites del bastidor. En 2003, en ocasión de una exposición individual en el Fondo Nacional de las Artes (FNA), le encargó “un Malevich” a Juan José Cambre. Malevich by Cambre (2003) es un acto explícito y único de apropiación, sin indicios 25 Fundación PROA fue creada por Adriana Rosenberg en 1996. Sergio Avello trabajó allí desde su apertura hasta su fallecimiento.
de desdén o admiración y extrañamente desprovisto de ironía. Y al hablar del interés que puede provocar un artista en otro, le decía a Jacoby: Ese interés es el de estimularte para poder seguir estudiando a otros artistas y sus cruzadas. Tengo la suerte de conocer artistas increíbles cuyas obras nunca habría tocado de no ser por trabajar en la Fundación Proa desde la parte del montaje; es otro acercamiento más. Adriana [Rosenberg] dijo hace un tiempo “qué bárbaro que vos siendo artista no seas celoso de los demás y que les encuentres algo genial a todos…”26
Avello es amigo del arte, admirador amoroso de los artistas, esponja de información y de imágenes, que absorbe la imagen y la devuelve multiplicada y remixada. Se apropia con humor, como si las obras fueran un chiste interno entre él y Malevich o Polesello. A comienzos de los 2000, su abstracción lúdica encontró eje en los símbolos de la patria. La crisis que hizo temblar al país en 2001 resonó en muchos artistas como un llamado a la acción, a reaccionar y operar sobre la realidad. Como siempre, Avello optó por la vía tangencial: trasladó sus planos de color a la bandera de Estados Unidos, confeccionándola en cuerina; la primera fue negra y se llamó Oro negro (2003); la segunda la hizo roja, le puso estrellitas amarillas y la llamó Comunisti (2003); luego fue negra otra vez, pero con estrellas rojas y la llamó Anarquista (2004); la última la hizo rosa y la llamó Peste rosa (2006). Finalmente, superpuso los colores de la bandera argentina a las bandas y estrellas americanas, para crear Argentina, hay quien te ama y hay quien te USA (2008). La bandera argentina se repite una y otra vez, en cuero, en corderito, en esmalte, en tubos de luz, como una canción que no pudo sacarse de la cabeza. Aparentemente frívolo y nada sutil, el gesto es cien por ciento mordaz. Las banderas exudan el tono irónico del artista, cuyo compromiso político fue siempre elusivo. Avello nunca fue partidario de las causas ni de sus relatos, pero a su manera logró vehiculizar la temperatura del país, la tensión local e internacional, la tragedia social que inundaba las calles en 2001, los pedidos sofocantes del FMI, el dominó de ministros de economía, los conflictos bélicos que explotaron en todo el mundo. 26 Op. cit., “Sergio Avello y Roberto Jacoby charlaron...”, Ramona, 2001, p. 100.
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Esa actitud había hecho su primera aparición en 1989, en plena hiperinflación, cuando creó un mapa de la Argentina con pequeños cuadritos de colores en la galería de su gran amiga Adriana Rosenberg. En ese momento hizo del mapa de un país en crisis una Argentina de papelitos de colores, decorativos, bonitos, livianos. En 2003 creó una Argentina que agonizaba, pero que nunca se apagaba, y la presentó en la 4ª Bienal do Mercosul. Bandera es un enorme emblema de tubos de luz fluorescente, de cuatro metros de alto y siete de largo, en el que el signo se despliega e invade el espacio. Avello alcanzaba la monumentalidad y llegaba así a un nuevo lugar en su carrera. Tres años después recreó la bandera en el Palacio de Correos de Buenos Aires, donde el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires organizó la exposición Estudio Abierto.27 Sin presupuesto ni recursos, se robó todos los tubos que encontró en el antiguo edificio para la obra; una nueva versión, local y cartonera. Incluso cuando se anclan en un signo, sus obras se niegan a ser terrenales y erradican el peso de las cosas. Sergio Avello expresaba lo que estaba en el ambiente, reaccionaba a cada estímulo con gestos expansivos, como círculos concéntricos en el agua, como un dj que selecciona y mezcla melodías propias y ajenas. Componía situaciones con todo lo que encontraba a su alrededor: óleos, personas, canciones y lugares. Colorista impecable, ojo feroz, nómade elegante, minimalista en el vestir y en las palabras, cultor de placeres ínfimos, de excesos y contradicciones, apasionado del arte, fan de los artistas, turista de la vida. Con una gracia envolvente que enamoraba a quien lo conociera, contrapuso su levedad a la tragedia social, y lo hizo con absoluta libertad, emancipado del rigor teórico y las estrategias formales del arte y de la vida.
27 Entre junio de 2005 y diciembre de 2010, el edificio del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires permaneció cerrado por obras de refacción; sin embargo, gracias a las gestiones de su directora de entonces, Laura Buccellato, logró continuar con su programación realizando exposiciones temporarias en el Palacio de Correos.
AGRADECIMIENTOS
Colaboraron para hacer posible la exposición y este libro: María Giuliani de Avello, Adriana Rosenberg, Fundación PROA, Santiago Bengolea, Nicolás Gullota, Daniel Joglar, Roberto Jacoby, Gabriela Van Riel, Daniel Ontiveros, Rosana Fuertes, Erika Escoda, Cristian Trincado, Alejandro de Ilzarbe, Juan José Cambre y La Paraguaya.
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BIOGRAFÍA
Sergio Avello nació en Mar del Plata en 1964. Estudió Artes Visuales en la Escuela de Artes Visuales Martín A. Malharro de su ciudad natal. En 1983 se radicó en Buenos Aires; entre 1984 y 1985 participó en exposiciones colectivas en La Zona, junto a Rafael Bueno, Alfredo Prior, Martín Reyna y José Garófalo, entre otros. En 1985 viajó a San Pablo, Brasil, donde estudió Diseño Textil. Tuvo su primera exposición individual, titulada Arte decorativo argentino: nuevo exponente, en la Galería Adriana Rosenberg, en 1989. Ese mismo año organizó, junto con Roberto Jacoby, la mítica fiesta Década Oferta en el Club Eros del barrio de Palermo. En 1992 realizó una exposición en la Galería del Centro Cultural Rojas que llamó Avello y sus amigos, donde expuso obras de todos sus amigos. Durante los años ochenta y comienzos de los noventa, expuso y organizó exposiciones en discotecas y espacios alternativos de la ciudad de Buenos Aires como Cemento, La Age of Communications y Garage H. Entre 1997 y 1999 participó del Programa de Beca para Artistas Jóvenes dirigido por Guillermo Kuitca, en el Centro Cultural Borges. Desde 1996 fue Jefe de montaje de Fundación PROA, donde además organizó, desde 1999, los DJ’s Concerts, recitales de música electrónica. Ese mismo año creó el sello PROA (Rec) con el que editó tres discos. En el 2000 obtuvo subsidios a la creación del Fondo Nacional de las Artes, y el de la Fundación Antorchas en el 2003. Entre sus exposiciones individuales se destacan: Pinturas y cajas lumínicas, (Galería Van Riel, Buenos Aires, Argentina, 1998); Semana (Galería Dabbah Torrejón, Buenos Aires, Argentina, 2002); S/T (Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, Argentina, 2003); In situ (Galería Dabbah Torrejon, Buenos Aires, Argentina, 2006); Meta (Museo de Bellas Artes Timoteo Navarro, San Miguel de Tucumán, Argentina, 2008); ((( VOLUMEN ))) (Explanada del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Argentina, de noviembre de 2006 a marzo de 2010). También participó en exposiciones colectivas como: Sortilegio y Transliminares (ambas en el Fondo Nacional de las Artes, 2001 y 1999 respectivamente); Vértigo (Fundación Proa, Buenos Aires, 1997); Cromofagia (Centro Cultural Borges, Buenos Aires, 2003); Iluminaciones (Contemporáneo 17, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, 2006). En 2003 participó de la 4ª Bienal de Artes Visuais do Mercosul, en Porto Alegre, Brasil, donde presentó su obra Bandera. Sergio Avello falleció en Buenos Aires, el 24 de mayo de 2010.
LISTA DE OBRAS DE LA EXPOSICIÓN Campus, s/f Óleo sobre tela 18 × 24 cm Gentileza de Juan Manuel Lombardo/ Colección Familia Lombardo Sangre, s/f Óleo sobre tela 90 × 90 cm Colección Familia Setton Sin título, s/f Témpera sobre papel texturado y vidrio 17 cm de diámetro Gentileza de Juan Manuel Lombardo/ Colección Familia Lombardo Sin título, s/f Tinta china sobre papel 17 × 10 cm Gentileza de Juan Manuel Lombardo/ Colección Familia Lombardo Sin título, s/f Acuarela sobre papel 18 × 24 cm Gentileza de Santiago Bengolea Sin título, s/f Témpera sobre papel texturado y vidrio texturado 20,5 × 33,5 Colección Delmiro Méndez
Sin título, s/f Témpera sobre papel 25 × 25 cm Gentileza Amalia Sato Sin título, s/f Óleo sobre tela 25,5 × 51 cm Gentileza de Familia Avello Sin título, s/f Óleo sobre tela 26,5 × 33 cm Gentileza de Familia Avello Sin título, s/f Témpera sobre papel 29 × 35 cm Gentileza de Amalia Sato Sin título, s/f Óleo sobre tela 29 × 23,5 cm Colección Patricia Rizzo
Sin título, de la serie “Homenaje a Sol LeWitt”, s/f Esmalte sobre tablas de mdf ensambladas 258,5 × 24 cm Gentileza de Juan Manuel Lombardo/ Colección Familia Lombardo
Gentileza de Guillermina Rosenkrantz
Sin título, de la serie “Homenaje a Sol LeWitt”, s/f Esmalte sobre tablas de mdf ensambladas 260 × 25 cm Colección Esteban Tedesco
Sin título, de la serie “Polecelis” Óleo sobre cartón entelado 65 × 35,5 cm Colección privada
Sin título, de la serie “Polecelis”, s/f Óleo sobre cartón entelado 23 × 29 cm Colección privada
Sin título, s/f Óleo sobre tela 30 × 30 cm Colección Balanz Contemporánea
Sin título, de la serie “Polecelis”, s/f Óleo sobre cartón entelado 23 × 29 cm Colección privada
Sin título, s/f Esmalte sobre tablas de mdf ensambladas 30 × 250 cm Colección Horacio Dabbah
Sin título, de la serie “Polecelis”, sin fecha Óleo sobre cartón entelado 30 × 24 cm Colección privada
Sin título, s/f Acrílico sobre hardboard 215 × 25 cm Colección Balanz Contemporánea
Sin título, de la serie “Polecelis”, sin fecha Óleo sobre cartón entelado 35 × 20 cm
Sin título, de la serie “Polecelis”, sin fecha Óleo sobre cartón entelado 49 × 34 cm Colección privada
Sin título, de la serie “Polecelis”, sin fecha Óleo sobre cartón entelado 83,5 × 63,5 cm Gentileza de Familia Avello Abstracto, 1983 Acuarela sobre cartulina 10 × 13,5 cm Colección Gustavo Bruzzone Sin título, 1985 Cartón corrugado, cinta adhesiva schonflex y témpera 38,5 × 16,5 × 7,5 cm Colección Roberto Jacoby Óvalo, 1986 Marcador sobre papel 12 × 21 cm Colección Gustavo Bruzzone
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Líneas, 1987 Óleo sobre cartón entelado 24,5 × 24,5 cm Colección Gustavo Bruzzone Sin título, 1988 Témpera sobre papel negro 11 × 32 cm Gentileza de Rosana Fuertes y Daniel Ontiveros
Gentileza de Rosana Fuertes y Daniel Ontiveros Sin título, 1989 Témpera sobre cartón 16,5 × 19,5 cm Colección Alfredo Prior Sin título, 1989 Témpera sobre papel 18,5 × 18,5 cm Gentileza Santiago Bengolea
Sin título, ca. 1989 Témpera sobre papel 30 × 30 cm Colección Ana Torrejón
Sin título, 1989 Témpera sobre papel 18,5 × 18,5 cm Gentileza de Santiago Bengolea
Círculos concéntricos, 1989 Óleo sobre tela 24 × 53 cm Gentileza de Rosana Fuertes y Daniel Ontiveros
Sin título, 1989 Témpera sobre papel 19 × 21 cm Gentileza de Santiago Bengolea
Sin título, 1989 Marcador sobre papel [Marker on paper] 9 × 20 cm Gentileza Ulises Alemian
Sin título, 1989 Látex y tinta sobre papel 19 × 22 cm Gentileza de Eduardo Capilla
Sin título, 1989 Témpera sobre papel 13 × 22 cm Colección privada
Sin título, 1989 Témpera sobre papel 19 × 23 cm Gentileza de Amalia Sato
Sin título [Untitled], 1989 Tinta sobre cartulina rosa 14 × 17 cm
Sin título, 1989 Témpera sobre papel 22 × 22 cm Gentileza de Eduardo Capilla
Sin título, 1989 Témpera y tinta sobre cartón 22 × 25 cm Colección privada
Sin título, 1994 Óleo sobre tela 30 × 30 cm Colección Juan José Cambre
Sin título (Círculos concéntricos), 1989 Óleo sobre tela 43 × 43 cm Colección Gustavo Bruzzone
Sin título, 1994 Óleo sobre tela 40 × 40 cm Colección Juan José Cambre
Sin título, 1990 Témpera sobre papel 17,50 × 20,50 cm Gentileza de Ulises Alemian Sin título, 1990 Acuarela sobre papel 30 × 30 cm Gentileza de Santiago Bengolea
Sin título, díptico, 1995 Óleo sobre cartón 22 × 22 cm c/u Colección Horacio Dabbah Sin título, 1995 Óleo sobre tela 27,5 × 27,5 cm Gentileza de Santiago Bengolea
Sin título, 1993 Óleo sobre tela 44 × 44 cm Gentileza de Familia Avello
Degradé discontinuo, 1997 Telas sobre madera 243 × 19 cm Colección Juan José Cambre
Sin título, 1993 Óleo sobre tela 44 × 44 cm Gentileza de Familia Avello
Sin título, 1997 Óleo sobre cartón 30 × 30 cm Colección Ana Torrejón
Sin título, 1993 Óleo sobre tela 52 × 52 Colección Horacio Dabbah Sin título, 1993 Óleo sobre tela 62 × 62 cm Colección privada
Verde sapo, 1997 Óleo sobre tela 23,5 × 24, 6 cm Colección Delmiro Méndez Pons sisters, díptico,1998 Óleo sobre tela 20 × 20 cm c/u Colección Elena Bonatti
Sin título, 1998 Óleo sobre tela 70 × 70 cm Colección Alec Oxenford Sin título, 1998 Témpera sobre papel texturado y vidrio texturado 21 cm de diámetro Gentileza Guillermina Rosenkrantz Sin título, 1998 Témpera sobre papel texturado y vidrio texturado 18 cm de diámetro Colección Alfredo Prior Caja lumínica, ca. 19992005 Impresiones backlight, tubos fluorescentes y cajas de madera 154 × 25 × 15 cm Colección privada Caja lumínica, 1999 Impresiones backlight, tubos fluorescentes y cajas de madera 50 × 50 × 10 cm Colección privada Caja lumínica, 1999 Impresiones backlight, tubos fluorescentes y cajas de madera 50 × 50 × 11 cm Colección Fundación Jorge Federico Klemm
Caja lumínica, 1999 Impresiones backlight, tubos fluorescentes y cajas de madera 218 × 23,5 × 15 cm Colección privada
Sin título, de la serie “Polecelis”, 2000 Óleo sobre cartón entelado 30 × 20 cm Colección privada
Esmalte sobre tablas de mdf ensambladas 260 × 25 cm Gentileza de Guillermina Rosenkrantz
Sin título, 1999 Óleo sobre tela 20 × 20 cm Colección Daniel Joglar
Caja lumínica, 2001 Impresiones backlight, tubos fluorescentes y cajas de madera 200 × 23,5 × 15 cm Colección privada
Sin título, de la serie “Polecelis”, ca. 2003 Óleo sobre cartón entelado 40 × 40 cm Colección privada
Sin título, 2001 Óleo sobre cartón entelado 25 × 25 cm Gentileza de Santiago Bengolea
Bandera, 2003/2017 Tubos de luz y microprocesador Reconstrucción de la obra presentada en la IV Bienal del Mercosur 276 × 608 cm
Sin título, 1999 Pasto sobre tela 30 × 30 cm Gentileza de Santiago Bengolea Sin título, 1999 Óleo sobre tela 30 × 30 cm Colección Familia Setton Sin título, 1999 Acrílico sobre tela 40 × 40 cm Gentileza Vera Capilla Sin título, 1999 Óleo sobre tela 50 × 50 cm Colección privada Sin título, 1999 Óleo sobre tela 150 × 150 cm Colección Agustín Zbar Caja lumínica, 1999 Impresiones backlight, tubos fluorescentes y cajas de madera 155 × 25 × 11 cm Colección privada
Sin título, de la serie “Polecelis”, 2001 Óleo sobre cartón entelado 30 × 24 cm Colección Alec Oxenford Sin título, ca. 2002 Óleo sobre tela 23 × 17 cm Gentileza de Guillermina Rosenkrantz
Chorreado, de la serie “Homenaje a Sol LeWitt”, 2003 Esmalte sobre tablas de mdf ensambladas y goma 250 × 17,5 cm Colección MACBA – Fundación Rubino Comunisti, 2003 Cuerina cosida 250 × 130 cm Colección privada
Sin título, 2002 Óleo sobre cartón entelado 26 × 32 cm Gentileza de Amalia Sato
Malevich by Cambre, 2003 Acrílico sobre tela 106 × 70,5 cm Colección privada
Sin título, de la serie “Homenaje a Sol LeWitt”, 2002
Oblicua, 2003 Esmalte sobre tablas de mdf ensambladas 208
258,4 × 26,5 cm Colección Malba Fundación Costantini Oro negro, 2003 Cuerina cosida 120 × 198 cm Colección privada Sin título, 2003 Óleo sobre tela 20 × 30 cm Gentileza de Familia Avello Sin título, de la serie “Polecelis”, 2003 Óleo sobre cartón entelado 27 × 33 cm Colección privada Sin título, de la serie “Polecelis”, 2003 Óleo sobre cartón entelado 27 × 33 cm Colección privada Sin título, de la serie “Polecelis”, 2003 Óleo sobre cartón entelado 50 × 30 cm Colección Alec Oxenford Sin título, de la serie “Polecelis”, 2003 Óleo sobre cartón entelado 40 × 30 cm Colección privada Sin título (bandera de Boca), 2003 Mdf ensamblado
policromado 15 × 35 cm Colección Clemente Bruzzone Anarquista, 2004 Cuerina cosida 250 × 130 cm Colección privada Comunisti, 2004 Cuerina cosida y zapatos forrados de cuerina 250 × 130 cm Colección privada Sin título, 2004 Óleo sobre tela 36 × 30 cm Gentileza de Familia Avello Adida, 2005 Óleo sobre tela 50 × 40 cm Gentileza de Familia Avello Multiposicionable, de la serie “Polecelis”, 2005 Óleo sobre tela 70 × 33 cm Colección Familia Setton Sin título, 2005 Óleo sobre tela 200 × 20 cm Colección Sergio Quentín Sin título, de la serie “Polecelis”, 2005 Óleo sobre tela 20 × 267 cm Colección privada
Sin título, de la serie “Polecelis”, 2005 Óleo sobre cartón entelado 50 × 35 cm Gentileza de Santiago Bengolea
Peste rosa, 2006 Cuerina cosida 250 × 130 cm Colección privada, Nueva York. Cortesía de Henrique Faria New York & Buenos Aires
Sin título, de la serie “Polecelis”, 2005 Óleo sobre cartón entelado 50 × 35 cm Colección privada
Sin título, 2006 Tela 360 × 478 cm Gentileza de Santiago Bengolea
Sin título, de la serie “Polecelis”, 2005 Óleo sobre cartón entelado 70 × 50 cm Colección Ana Torrejón Argentina, hay quien te ama y hay quien te USA, 2006 Cuerina cosida 250 × 130 cm Colección Vivi y Marcelo Arguelles Microsoft Audio World, 2006 Canutillos plásticos bordados sobre pana 145 × 116 cm Gentileza Familia Avello Paisaje, 2006 Esmalte sobre tablas de mdf ensambladas 25 × 258 cm Colección Malba Fundación Costantini
Sin título, 2006 Tela 370 × 471 cm Gentileza de Santiago Bengolea Sin título, 2006 Tela 373 × 475 cm Gentileza de Santiago Bengolea Sin título, de la serie “Polecelis”, 2006 Óleo sobre cartón entelado 30 × 40 cm Colección Alec Oxenford Sin título, de la serie “Polecelis”, 2006 Óleo sobre cartón entelado 80 × 60 cm Gentileza de Santiago Bengolea Tela, 2006 Canutillos plásticos bordados sobre pana 145 × 116 cm Colección privada
Bandera, 2007 Tubos fluorescentes, microprocesador y caja de mdf 110 × 150 cm Colección privada Sin título, 2007 Acrílico sobre tela 266 × 459 cm Colección Carlos Braun Mediocre, 2008 Acrílico sobre tela 91 × 420 cm Colección privada Sin título, 2008 Acrílico sobre tela 20 cm de diámetro Gentileza de José Garófalo Sin título, de la serie “Polecelis”, 2008 Óleo sobre cartón entelado 50 × 30 cm Colección Alec Oxenford Argentina bipolar, 2010 Tinta china, marcador y lápiz sobre papel 20 papeles de 32 × 24 cm cada uno Colección Alec Oxenford
DOCUMENTACIÓN Fotografía de Pablo Siquier, Patricio Ballesteros y Sergio Avello, s/f Fotógrafo: Ernesto Ballesteros Archivo Erika Escoda Fotografía de Sergio Avello haciendo maquillaje para producción de fotos con Ana Torrejón, Charly Nihenson y Nicolás Maza, s/f Archivo Erika Escoda Afiche de la exposición colectiva Arte Búsqueda Cambio, realizada en la Galería del Mar, Mar del Plata, diciembre de 1983 Archivo Rosana Fuertes y Daniel Ontiveros Volante de la exposición Los últimos pintores, en La Zona, 1984 Archivo Rafael Bueno Fotografía de artistas en La Zona, 1985 Archivo Rafael Bueno Fotografía de José Garófalo, Alfredo Prior y Martín Reyna en La Zona, 1985 Archivo Rafael Bueno
Volante de la exposición Sauna en La Zona, en La Zona, 1985 Archivo Rafael Bueno Fotográfía de la ambientación Del código (prácticas compartidas), de Sergio Avello y Erika Escoda, en la disco Rainbow, agosto de 1986 Archivo Erika Escoda Volante de la ambientación Del código (prácticas compartidas), de Sergio Avello y Erika Escoda en la disco Rainbow, agosto de 1986 Archivo Erika Escoda Fotografía de Sergio Avello cortándole el pelo a Charly García en el rodaje de la película Lo que vendrá, dirigida por Gustavo Mosquera, 1987 Archivo Erika Escoda Fotografía de Sergio Avello en el set de rodaje de la película Lo que vendrá, dirigida por Gustavo Mosquera, 1987 Archivo Erika Escoda Fotografía de Sergio Avello en el set de rodaje de la película Lo que vendrá, dirigida por Gustavo Mosquera, 1987 Archivo Erika Escoda
Afiche de la exposición Harte, Garófalo, Avello, organizada por Rosana Fuertes y Daniel Ontiveros en la Biblioteca Pública Municipal de Mar del Plata, julio de 1989 Archivo Rosana Fuertes y Daniel Ontiveros Afiche de la exposición Los inocentes distractores, Instituto de Cooperación Iberoamericano, 1989 Archivo Familia Avello Fotografía de Sergio Avello y Erika Escoda preparando la muestra Arte Argentino decorativo: nuevo exponente, en la casa de Erika Escoda, 1989 Archivo Erika Escoda Fotografía de Sergio Avello montando la muestra Arte Argentino decorativo: nuevo exponente, en la Galería Adriana Rosenberg, 1989 Archivo Erika Escoda Volante de la exposición de Sergio Avello y Luis Frangella en Nave Jungla, 1989 Archivo Erika Escoda Programa de la obra Alfonsina y el mal (con L de Loca y L de Luz), de Batato Barea, con la participación de Sergio
Avello, realizada en el Centro Cultural Rojas, 1990 Archivo Batato Barea Afiche de la exposición colectiva Tres docenas de arte, organizada por Sergio Avello en la estación 3 de Febrero del Ferrocarril Mitre, febrero de 1991 Archivo Rosana Fuertes y Daniel Ontiveros Fotografía de artistas y amigos en la exposición colectiva Tres docenas de arte, organizada por Sergio Avello en la estación 3 de Febrero del Ferrocarril Mitre, febrero de 1991 Archivo Erika Escoda Fotografías de la exposición colectiva Tres docenas de arte, organizada por Sergio Avello en la estación 3 de Febrero del Ferrocarril Mitre, febrero de 1991 Archivo Roberto Jacoby Fotografía de fiesta en Club Eros, 1991 Archivo Roberto Jacoby
Fotografía de Guillermo Kuitca, José Garófalo, Sergio Avello, Guillermo Conte y Fernando Fagnani en la Fiesta Nómade, en el Club Estrella de Maldonado, 1991 Archivo Erika Escoda Fotografía de Sergio Avello como Stella Maris, Roberto Jacoby y Alejandro Kuropatwa en Club Eros, 1991 Archivo Roberto Jacoby Volante de la fiesta VerdadEros, en Club Eros, 1991 Archivo Roberto Jacoby Volante de Ambiente en El Living, donde Sergio Avello realiza la ambientación Azul, 1994 Archivo Jorge Agostini Discos editados por Sergio Avello con el sello PROA (Rec 001), 1998 Archivo Elizabeth Torres y Cristian Trincado “Los mecenas electrónicos”, Diario Página 12, Suplemento “No”, 18 de febrero de 1999 Archivo Familia Avello
Discos editados por Sergio Avello con el sello PROA (Terraza), 2000 Archivo Elizabeth Torres y Cristian Trincado Fotografía de la obra realizada en la vidriera del Fondo Nacional de las Artes para la exposición Sortilegio, 2001 Fotógrafo: Miguel Ángel de León Volante de los DJ’s Concerts organizados por Sergio Avello en la terraza de Fundación PROA desde 1999 Fotografíade la obra Variaciones cromáticas by night, 2001 Afiche de intervención de Sergio Avello en espacio público, 2006 Propiedad de Santiago Bengolea Afiche de la exposición In Situ de Sergio Avello en la galería DabbahTorrejón, 2006 Colección Fernando Ezpeleta
CRÉDITOS
EXPOSICIÓN Curaduría Sofía Dourron Coordinación general Micaela Bendersky Registro de obra Victoria Olivari Diseño museográfico Iván Rösler Coordinadora de producción Almendra Vilela
PUBLICACIÓN Montaje Juan de San Bruno Fernando Sucari Ignacio Valdez Santiago Licata
Edición general Gabriela Comte
Reconstrucción de la obra Bandera Nicolás Gullota Leandro Núñez Alexander Boyman Pirén Benaví dez Ortiz Luis Carlos Molina
Autora Sofía Dourron
Edición gráfica y diseño Eduardo Rey
Editor Martín Lojo Asistencia editorial Soledad Sobrino
Producción Ana Sarudiansky
Corrección de textos Julia Benseñor
Asistencia de producción Daniel Leber
Retoque fotográfico Guillermo Miguens
3D y render Gonzalo Silva Técnica e iluminación Soledad Manrique Goldsack Claudio Bajerski Jorge López Coordinación de montaje Luis María Ducasse
¡Gracias! PROGRAMA MECENAS DEL ARTE
CÍRCULO INTERNACIONAL / FUNDADORES
Mecenas Extraordinario Sergio Quattrini Gran Mecenas Erica Roberts Mecenas Douglas Albrecht María Rosa Andreani Maita Barrenechea Andrés Eduardo Brun Cecilia Duhau Nunzia Locatelli de Bulgheroni Gabriel Werthein Gabriela Yaceszen y aquellos que desean permanecer anónimos Padrinos Sofía Aldao de Areco Martín Caputto Silvana González Mariela y Mora Ivanier Sergio Molina Nahuel Ortiz Vidal Diego Ranea Paula Santillán y Juan de la Vega Florencia Valls de Ortiz María Eugenia Villegas
Benefactor Extraordinario Eloisa Haudenschild Gran Benefactor Vivian Pfeiffer Benefactor Lucila y Francisco Alvarez-Demalde María Estrany y Gendre Ana Gilligan Carmen y Martín Marron Marina Niceta Alex Sarian
CÍRCULO DE NIÑOS ENTUSIASTAS / FUNDADORES
Donación a nombre de: Zela y Ada Haudenschild Meier Vigo Haudenschild Nelson
COMITÉ DE ADQUISICIONES DE PATRIMONIO
Fundadores Maita Barrenechea Andrés Eduardo Brun Sergio Quattrini Erica Roberts Miembros Cecilia Duhau Eloisa Haudenschild Mariela Ivanier María Antonieta Testino Gabriela Yaceszen
COMITÉ ASESOR
Douglas Albrecht Roberto Álvarez Ana Gilligan Eduardo Mallea Emilio Ocampo Esteban Olivera Ferdinand Pórak Erica Roberts Alex Sarian
ALIADOS:
C O L A B O R A D O R E S E S T R AT É G I C O S :
MEDIO ASOCIADO:
ASOCIACIÓN AMIGOS DEL MUSEO DE ARTE MODERNO DE BUENOS AIRES
COMISIÓN DIRECTIVA Presidente Inés Etchebarne Vicepresidente primero Édouard de Royère Vicepresidente segundo Tomás Eurnekián Secretaria Violeta Quesada Prosecretaria Marisa Koifman Protesorero Diego Mohadeb Vocales titulares Douglas Albrecht Andrea Arditi Schwartz Maita Barrenechea Florencia Binder Sergio Cantarovici Chantal Erdozain Helena Estrada Martín Zanotti Andrés Zenarruza Vocales suplentes Florencia Valls Gabriela Yaceszen Revisora de cuentas Carolina Desteract
Av. San Juan 350 San Telmo - CABA