Music machine magazine edición # 30

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MUSICMACHINE NÚMERO 30

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EDITORIAL Por Adolfo Lemos

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EDITORIAL

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contra todo pronóstico hemos llegado a nuestra edición impresa número 30. ¡Sí señores! Todo un logro dentro de los medios independientes impresos que hablan de música independiente hecha en Colombia, eso dicen. A punta de terquedad e intuición hemos logrado vencer adversidades, envidias y malas leches; estamos en Colombia, amigos, el país donde nadie hace ni deja hacer, donde no se presta el hacha pero tampoco se usa… ¡qué vamos a hacer! Seguir adelante y tomar aire en esta parada técnica para pensar un poco en lo que vendrá: nuestro Festival Music Machine, las sesiones acústicas realizadas en una bella terraza en el centro bogotano, fiestas itinerantes de salsa y otras más de rock n roll en un espacio fijo; webcast donde hablaremos -mientras nos ven- de música local; vamos a hablar, dar palo, criticar mirando de frente y sin miedo. La edición impresa sigue, por supuesto. ¡Estén atentos a nuestra web y redes porque el 2018 vendrá con toda! Dicen por ahí que el carácter de nuestro medio es romanticón, quijotesco, y la verdad no somos ni lo uno ni lo otro; la desesperanza del colombiano se puede resumir en una frase: “Ese Sol es de aguacero” y ni yo ni los que hacemos parte de este medio pensamos de esa manera tan básica. Alguien me preguntó que por qué no le ponía precio a ‘la revistica, pa ganarle platica’…Tenemos este medio para colaborar, difundir, ser solidarios con los músicos locales y luchar limpiamente contra el monopolio de los medios existentes en Colombia. Eso le respondí. ¡Seguimos! ¡Felices fiestas!

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Pdt: Cuando algún gringo dispara contra otros dentro de su país lo catalogan como un caso aislado de un desequilibrado mental; pero cuando es un inmigrante el que atenta es catalogado de terrorista y se habla de reforzar las leyes migratorias para que no entre más ‘gente loca’ a su país. En ninguno de los dos casos se habla de fortalecer la legislación para el porte de armas o de lo perturbados que están muchos de sus habitantes por ese ‘american way of life’ depredador y sociópata. El futuro no puede ser más oscuro para Estados Unidos. Pdt 2: Aplausos para los que votaron por Enrique Peñalosa en el 98 y en 2015... Gracias a ustedes este señor tuvo el dinero -dos veces- para hacer el Metro pero decidió condenar a la ciudad a un sistema de transporte que según él hace lo mismo que un Metro pero más barato... Para rematar, el servicio es privado pero la ciudad tiene que mantenerle las vías (de 100 pesos que le entran al sistema tan sólo 5 le quedan a la ciudad, adivinen a quién le quedan los otros 95). Durante la visita del Papa el Concejo de Bogotá aprovechó para dar luz verde a Transmilenio por la carrera séptima... TransMilenio no sólo condenó a Bogotá sino a Cali (Mio), Bucaramaga (Metrolinea), Barranquilla (Transmetro) y Pereira (Megabus) a implementar y usar este desastroso sistema.

• Ganador Convocatoria Mercado de Industrias Culturales del Sur – MICSUR- Programa Nacional de Estímulos del Ministerio de Cultura de Colombia (2016).

@musicmachinemagazine

• Ganador Beca de circulación internacional – ExiB, Expo Iberoamericana de la música. Bilbao (España) – Secretaría de Cultura de Bogotá (2015).

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• Ganador Premio a Medios de Comunicación Comunitaria de Bogotá – Secretaría de Cultura de Bogotá (2014).

@musicmachinemag

• Ganador Convocatoria ‘Rock al Parque rueda por Latinoamérica’ México DF y Guadalajara – Idartes (2013).

Dirección General Adolfo Lemos adolfolemos@musicmachine. com.co Corrector de Estilo Miguel Corzo redaccion@musicmachine.com. co Columnistas invitados en esta edición Chucky García, Pedro Garzón, Andrés Gómez, Julián Gutiérrez, Juan Sebastián Molina, Luisa Piñeros, Mauricio Rodríguez, y Luis Daniel Vega. Portada & Dirección de Arte Omar Alarcón MotDesing www.lacremestudio.com Diseño, diagramación, Preprensa e Impresión Héctor García @el_favelero hec.crea@icloud.com Depto. Comercial comercial@musicmachine.com.co Para envío de material, Eventos y Alianzas info@musicmachine.com.co Web y redes info@musicmachine.com.co

Las opiniones expresadas en esta revista no son compartidas necesariamente por el equipo de trabajo de Music Machine Magazine. La reproducción total o parcial de los artículos, imágenes y diseños publicados en esta o demás ediciones está expresamente prohibida a menos que se conceda previa autorización. Music Machine Magazine ®, Octubre 2017. www.musicmachine.com.co



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Reseñas Rock Colombiano Por Andrés Gómez Morales TW: @dres_canavil

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Discos colombianos

de 2017

Despegue LA CHIVA GANTIVA El tercer álbum de la banda colombo-belga, bajo la producción de Iván Benavides (Bloque de Búsqueda, Sidestepper), es una explosión de ritmos tradicionales afrocolombianos: cumbia con percusiones y gaitas del pacífico, envueltos en atmósferas contemporáneas de ritmos sintetizados y guitarras eléctricas. A la altura del 2017, cuando las estructuras de la música tradicional y de vanguardia, coinciden encontrando coherencia en la música bajo la etiqueta del world music, las once canciones que componen el disco, abren un nuevo horizonte en el campo de las fusiones de lo autóctono y contemporáneo. Cada canción de “Despegue”, plantea un panorama particular bajo el mismo concepto que combina la diversidad instrumental; el carácter de cada músico (ya sea colombiano, belga o vietnamita), la propuesta escénica y el humor lírico. Una invitación a despegar etiquetas y entregarse al goce de lo inesperado, de lo cadencioso a lo frenético. Hay una distancia prudente entre cada canción que no dejan al escucha despegarse de la primera hasta la última, dejando una experiencia significativa: la de haber sido parte de una expedición sonora donde se vislumbra una clave de la identidad afrolatino-europea, la de lo hibrido. Esta hibridación entre ritmos deja espacio a la sorpresa, guiños al funk noventero en “Cuero”, al estallido de una fiesta ácida en “Tripeo”, a la alegre melancolía en “Fantasmas”, a los cantos palenqueros pidiendo una respuesta en francés en “Fais Comme Si”. La Chiva Gantiva muestra en “Despegue” una continuidad con los dos trabajos anteriores “Vivo” (2014) y “Pelao” (2011), haciendo gala de una progresión evolutiva que los hace sonar mejor, más cercanos a sí mismos y cercanos a su público.

FLYING BANANAS Empanadas Junkies Luego de un discreto debut de seis canciones que los integrantes del grupo no reconocen como propias y adjudican a un suicida que se lanzó al vacío vestido de banana; este año, los Flying Bananas presentaron un disco coherente, cargado de canciones en clave de funk latino, con una base y una superficie de sonidos eclécticos, bien grabados y producidos por Sebastián Zúñiga, tecladista de la banda conocido en el circuito rap como Ciudadano Z. El sencillo de lanzamiento “Mundo Fantástico” cuenta con la colaboración del grupo 4 Cabezas con los que siempre han mantenido una profunda cercanía rítmica y lírica, por eso aquí no les cuestan fusionarse en las voces, rapeando y coreando como MC’S, sobre una columna instrumental rodeada de matices eléctricos y de viento que dan pie a diferentes episodios rítmicos. “Tarde otra vez”, otra canción insignia, la segunda del disco, es una travesía urbana donde el virtuosismo instrumental se pone en contrapunto con la energía expresiva de las letras y la precisión percusiva. Todos los temas están en consonancia, logrando una constante estilística y un color local que refleja en sus sonidos la influencia de Primus, RHCP y las bandas bogotanas que desaparecen dejando una estela que persiste gracias a canciones como “Unión”, donde los los Flying Bananas se resuelven y se repiten como promesa de lo que vendrá.

LAURA Y LA MÁQUINA DE ESCRIBIR Diarios de distracción y desastre Este disco en clave de diario íntimo transmite la experiencia de Laura Torres, envuelta en la composición de diez canciones que llegaron a buen término bajo la producción de Héctor Buitrago (Aterciopelados), en un proceso bello de distracción y desastre. Hay mucho de poético en el título y la portada: la máquina de escribir, Laura fotografiada con los ojos cerrados en puntos rojos bajo un fondo minimal, rumores de hojas en un bosque imaginario de donde surgen sus canciones. Su trabajo anterior “Laberinto” tiene momentos reveladores, atmósferas densas, un premio a la mejor composición en el John Lennon songwriting contest de Nueva York, ruido blanco de una vieja radio de donde sale su voz nítida dibujando imágenes cargadas de melancolía. Aquí en los “Diarios de distracción y desastre”, no se desdibuja lo alcanzado en el disco precedente, pero se abre un nuevo espectro de atmósferas donde Laura comunica una experiencia mucho más íntima, un sonido persistente en la singularidad, menos parecido a sus influencias y más cercana a su voz que se hace corporal, orgánica y definida. El disco se abre con el acordeón de Diana Osorio, integrante de Burning Caravan y sirve de preludio a un acto de magia que parece el sacrificio de un conejo blanco sacado de un sombrero (“La función va a comenzar”). Laura se sostiene en el teclado con la voz en alto, a veces por debajo de su registro, para confundirse en los instrumentos y volverse a imponer en “Saltar” donde cuenta con el apoyo de Mateo París de Ohlaville y el vértigo de una caída que da espacio para el fraseo donde invita a saltar de un avión. Sin duda un trabajo bien logrado, una lección de producción y mezcla al servicio de un concepto en el que el talento lírico se engrana al virtuosismo musical.


CUATROESPANTOS La Máquina Silente “Un cancionero para el fin del mundo”, propone en su cuarto trabajo, el colectivo musical Bizarra, ahora bajo el nombre de Cuatroespantos. Continúan fusionando la improvisación jazzística con la tradición de la música colombiana sobre texturas de guitarra y distorsión propias del post rock vanguardista, que no necesita de letras para darle contenido a las canciones. Sin embargo, cada canción tiene un nombre que enfatiza de manera significativa la variación del mismo ruido que en sus giros no hace otra cosa que invocar al silencio. El disco es un objeto, una caja que al abrirse expulsa un disco grabado con figuras tribales, claves que sirven para abrir puertas a otras dimensiones donde habitan los muertos de las tradiciones de las leyendas colombianas de terror: “La Matraca y los cuatro espantos”. Cada canción es una historia sonora, en unos casos “Una canción de amor en miniatura” en otros una “Caja de música” de la que sale una melodía de cumbia envuelta en atmósferas sintetizadas por el ruido. Por momentos, se piensa en la inmersión progresiva de un disco de Joe Satriani o de Medeski, Martin and Wood, en un viaje sin retorno a una región ártica donde se distinguen más de treinta tonalidades del blanco. Pero hay retorno, una pregunta retórica “Para qué fumar si no puedes ver el humo”, un elogio a la vida “Un suicida con déficit de atención”; un juego de palabras que se integra a la música en clave de sinestesia. Una invitación a abrir portales astrales para dejar que la música trascienda como lenguaje y la tradición se integre a la vanguardia como en un mensaje al pasado que se despliega al futuro.

SALIDOS DE LA CRIPTA Enemigos de la humanidad

VANEGAS BLUES Volumen 2. Blues de mi ciudad

En este, el segundo trabajo de La Cripta, hay variaciones significativas en el sonido con el que debutaron en 2012 con “Como Alma que Lleva el Diablo”. Un disco esencial para nuestra escena, en clave de psycobilly; variación del protopunk desarrollado en los años setenta por las bandas de garaje que volvieron a las raíces crudas del rock and roll americano, luego del boom comercial de las grandes bandas de los años setenta. Un disco crudo que evocaba la locura de ultratumba de bandas pioneras en el sonido como The Cramps o Flamin Groovies, pero también trazaba filiaciones con bandas locales como Triple X o Los Plankton.

Jorge Luis Vanegas, el guitarrista de la banda Vulgarxito, se lanza como solista en un proyecto alternativo, sumergiéndose en las raíces del blues. El disco es una tentativa de darle forma sonora a las imágenes de su ciudad natal, Cali, desde el género que ha venido cultivando con su banda primigenia. Vanegas se expresa con fluidez desde la guitarra, rayando la base rítmica con largos y virtuosos punteos, donde canta proyectando en las letras recuerdos de la infancia, experiencias de la calle y frases desgarradas, que cobran sentido en la triada instrumental básica que ha servido de base a todas las variaciones del rock and roll.

Hay mucho de lo anterior en “Enemigos de la humanidad”, un disco que estaba proyectado para el 2015 y fue dilatado por la muerte del baterista Sergio Urrutia, más conocido como Zergio Cervezas, reemplazado a su vez por Nicolás Pardo alias Walking Dead, trayendo otro swing a la banda. Cervezas participa en tres temas de manera póstuma, “El blues del vicio”, “El efecto de la oscura oración” y “La ruta del infierno”, manteniendo la continuidad entre los dos trabajos. En los demás temas la banda se consolida como un trío sólido que ensambla la percusión con el contrabajo de Jeisson Ramírez, en escena Jeisson Dead, y los desgarrados punteos de guitarra de Mauricio Vela A.K.A Mortis.

En cada tema, Vanegas, se apropia del género nativo del delta del Misisipi y de los márgenes urbanos de Chicago, sin reparar en ninguna noción de lo autóctono, pasando de largo por la tradición pachanguera de su ciudad, sin preocuparse por fusionar la tradición local, el caribe o el pacífico con la música negra americana de la que se apropiaron también los ingleses, los argentinos y hasta los polacos. No trata de forzar filiaciones haciéndole justicia a Leandro Diaz, Escalona o Jorge Varela para hacerse familiar al gran público. Es grato escucharlo cantar en español en lugar de en inglés, que si bien hace parte del género no aporta nada a las imágenes locales que Vanegas se esfuerza en expresar.

La canción que le da título al disco, “Enemigos de la humanidad” es un divertimento donde un corrido norteño se sostiene sobre la base rítmica cercana al surf y da paso al swing en “La meretriz del diablo”. “Esquizofrenia” es un guiño a la rabia punk de The Stooges y en “Otro día”, hacen un denso lamento blues que le da cuerpo al disco. En cierre “Diles que no me maten”, hacen un homenaje al escritor mexicano Juan Rulfo y a las pequeñas revoluciones latinoamericanas. A pesar del bache que abrieron entre un trabajo y otro, Salidos de la Cripta sigue traduciendo las raíces del punk a la escena local, aportando matices e historia al género.

“Cali Boogie”, “Borojó”, “De Univalle a Junín”; sostienen el disco en su singularidad sin dejar de evocar al legendario Pappo’s Blues o al mismo Muddy Waters. Puede que sea un disco difícil de escuchar para los que solo beben de las fuentes, pero si deja guiar por la guitarra de Vanegas, seguro va a encontrarlas con nuevas filiaciones, nadando en ese río que, aunque se desborda siempre regresa al cauce. Lo nuevo de Vulgarxito también trae piedras memorables.

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Suena Colombia Por Luisa Piñeros TW: RadiandoAndo IG: LaPitonisadelRitmo

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sue na colombia

TOP

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DE LOS DISCOS

DEL

AñO

LOS PETIT FELLAS ÁLBUM: Formas Para perderse o I.D.E.A.S Frenético, arriesgado y lleno de imágenes visuales, Los Petit Fellas abren una puerta a la música a partir de la literatura. Su propuesta va más allá del entretenimiento y en este disco invitan a hacer una sana reconciliación con lo humano. Jazz, hip hop, rock, funk, muchos géneros presentes para dejarse seducir. El arte definitivamente es una herramienta para construir I.D.E.A.S

SALSA N GROOVE Álbum: Salsa N´Groove

El tumbao del piano, la descarga de tambores y un buen repertorio de clásicos de la salsa que reversionan en su propio estilo, hacen de este álbum debut una joya para el buen bailador y el buen escucha. Su nominación al Grammy Latino en la categoría de Mejor Álbum Fusión le dan un valor adicional. ¡Póngale mucho volumen ¡

REVOLVER PLATEADO Álbum: Rojo

Hay algo de rabia en el tercer disco de una de las grandes bandas de rock de este siglo. Una rabia que se cataliza a través del sonido de la guitarra, que toma matices con cada una de las nuevas historias que cantan y una rabia que finalmente se transforma en amor. Como siempre, las letras son uno de los puntos fuertes, así como el engranaje de los músicos que respiran más que música.


MARÍA MULATA Álbum: idas y vueltas Año: 2017 Sello: Independiente

Cuatro años se tomó María Mulata para decantar sus búsquedas musicales y sentimientos en este nuevo álbum de 11 canciones. Conservando una cierta familiaridad con su disco antecesor “De Cantos y Vuelos” (2013), en esta nueva entrega las letras y el texto como tal juegan un papel importante en el concepto general. Héctor Abad Faciolince (Conjuro) , Alejandra Pizarnik, Alfonsina Storni (Hombre Pequeñito), Ignacio Izcaray (Tonada para dos tristezas) son algunos referentes literarios que aparecen, sumado al aporte de María Mulata como compositora. En general, es un disco reposado, con una prevalencia importante de la guitarra acústica, una cierta evocación a ritmos flamencos, tonada, boleros y el sello indiscutible de Iván Benavides en la producción, quien de nuevo acompaña a la artista santandereana . Recomendadas: Cumbia Salá, Calla y De idas y vueltas, con la participación de Maite Hontelé en la trompeta.

ESTEBAN COPETE Y SU KINTETO PACÍFICO Álbum: Encuentro Año: 2017 Sello: Independiente

De entrada es un disco que atrapa. Encuentro es el cuarto trabajo en la carrera de Esteban Copete y su Kinteto Pacífico. En un acertado intento por experimentar y hacer algo diferente a sus tres discos anteriores. Es así como el nieto del mítico Patricio Romano Petronio Álvarez, convocó a artistas de diferentes géneros a la música del pacífico, para que con su voz le aportaran un nuevo color. A la prueba está el arranque con la voz de Anddy Caicedo en la canción “Para mí” , una declaración de amor, como muchas de las otras que hay a lo largo del disco. Copete se metió de lleno en la producción, composición y arreglos de cada una de las ocho canciones, corroborando una vez más su compromiso con la música, especialmente la del pacífico que empieza a salir a flote. Amparado en el legado de sus ancestros, este álbum es una apuesta por marcar la diferencia, es así como aparecen otros nombres como Catalina García (Tú), Mauro Castillo (Ni un paso atrás), Vicente García Mi sueño), William Angulo (¿Dónde Está?) y Edson Velandia; todos ellos representantes de una nueva generación de músicos colombianos y latinoamericanos. “Encuentro” es eso, la excusa perfecta para hacer buena música y contagiarse de ritmos como tan significativos como el aguabajo, levantapolvo, afroson, entre otros. Recomendadas: Mi sueño, Balada, Ni un paso atrás.


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ARS FUTURA Por Mauricio Andrés Rodriguez - @IgorVersusIgor

El Cantante y los efectos Un buen día en la tarima…

Hola Cantante, bienvenido a la tarima ¿trajiste tu propio micrófono? ¡Sí claro! Yo me leí la MusicMachine #29 donde hablaban de la importancia de tener micrófono- Recordó esto porque además le acababan de entregar la edición #30 de la revista y de hecho la tenía en la mano. Pues me alegra, ya te conecto… Espera.. - dice el Cantante - también traje estos pedales para la voz… Todo el mundo de repente se queda en silencio ¿que pasó? - pregunta desconcertado el cantante En el fondo de la sala se levanta un figura oscura y camina hacia el cantante. El cantante observa al ingeniero de sala caminar decidido hacia él, como un leopardo que va incrementando su velocidad mientras se acerca a su presa. ¿Qué pedales son? - dice el Ingeniero con voz fría como de lápida. El Cantante pasa saliva y sus compañeros de banda lo miran con lástima mientras ellos cuadran sus instrumentos. No, no.. - titubea - no es nada del otro mundo, es una reverberación y un compresor. Una vez más hubo un silencio. Uno de los roadies que estaba mirando todo el asunto le hizo señas a otro para que se fueran, con esa expresión que hace la gente cuando sabe que algo muy malo va a ocurrir. “Nada del otro mundo…” - murmuró para sí mismo el Ingeniero mientras

se frotaba el cuello con sus enormes manos peludas. Compresión y reverberación son nada del otro mundo. -repetía mientras caminaba en círculos y se sacaba “yucas” de las manos. El ingeniero se detuvo y lo miró a los ojos. Sus ojos eran enormes y negros como los del alma de alguien que ha hecho cosas muy malas. El Ingeniero pregunto con un aliento helado que cortaba el aire como agua fría en la espalda: ¿Y sabes usar esos efectos perfectamente? El Cantante nervioso comenzó a sudar en frío. Suficiente tenía con la presión del concierto, con cantar afinado, aplicar la técnica, recordar las letras, conectar con la gente, tener buena expresión corporal. Encima de todo esa noche iban a ir su novia y también esa mesera divina del toque de hace 8 días ¿qué hacer? ¿la novia o la mesera? Qué lío. Y para completar tenía a un posible asesino en seria detrás de la consola. ¿Qué tiene de malo un poquito compresión y reverberación? ¿todo el mundo le pone eso a la voz, no? Mientras pensaba esa última frase sintió como el mundo se detenía y todo se volvió negro y en un segundo más estaba otra vez subiéndose a la tarima. Hola Cantante, bienvenido a la tarima ¿trajiste tu propio micrófono? Uff que raro dijo el Cantante, tuve un deja vú… Cantante ¿trajiste micrófono o no? preguntó un poco más serio el Stage Manager. Eh… sí, sí tengo micrófono. Y además traje un compresor y una reverberación. Observó como el Ingeniero se levantaba de la silla. Mira son estos - dijo el cantante

- mientras sacaba dos pedales de guitarra con unos adaptadores “hechizos” para pasar de XLR a cable de guitarra. Lo siguiente que vio el Cantante fue su propio cuerpo caer al piso, su cabeza ensangrentada por el botellazo que le acababa de propinar el Ingeniero. Negro total. Hola Cantante, bienvenido a la tarima ¿trajiste tu propio micrófono? El Cantante permaneció en silencio, en terror. Estaba atrapado en un loop de tiempo. Decidió seguir la corriente y volvió a pasar lo mismo. Esta vez llegó un poco más lejos, el Ingeniero lo descalabró en las escaleras y no en la tarima. Intentó varias veces sin poder seguir adelante. Incluso intentó no hacer ni decir nada, pero después de esos 5 minutos todo empezaba de nuevo. El terror se convirtió en tedio y después de revivir la escena muchas veces comenzó a pensar en otras cosas. Recordó que en la entrada le habían regalado la MusicMachine #30 y la tenía en su mano al entrar a la tarima. Pensó que podía significar algo y decidió leerla, o por lo menos la iba leyendo en los 5 minutos que le daba su loop temporal. Cuando volvía a empezar seguía leyendo desde donde había quedado antes. Cuando llegó a la columna de ArsFutura se horrorizó. Oyó al Stage manager decir “Hola Cantante, bienvenido a la tarima ¿trajiste tu propio micrófono?” mientras leía sus palabras en la revista. La cosa empeoró, la revista narraba sus palabras y todo lo que pasaba. Le tomó dos repeticiones más para procesar lo que estaba pasando. Pero tomó valor y decidió seguir leyendo, el secreto quizás estaba en el final de ese artículo. Hola Cantante, Soy tu guía espirito-musical. Estoy aquí para ayudarte. La razón por la que estás acá es porque crees que la compresión y la reverberación son cualquier cosa. De hecho la voz no es


cualquier instrumento, es especial. Siempre la tratamos como algo especial, tanto así que la mayoría de la población prefiere la música vocal sobre la instrumental. La voz es muy importante. No sólo tiene un papel musical como el de cualquier otro instrumento, además tiene la capacidad de transmitir ideas, es un puente directo entre lo musical y lo cultural. Y sí, como es especial usamos procesos especiales para resaltarla, no obstante, tienes que tener en cuenta una cosa: la voz no es un instrumento electro-acústico. Quizás los humanos del futuro vengan con micrófonos piezo-eléctricos instalados en sus cuerdas vocales, pero mientras tanto la única forma de amplificar una voz es con un micrófono. Esto implica que hay cosas que sí podemos hacer con instrumentos como una guitarra eléctrica o un bajo electro-acústico que no podemos hacer con un micrófono, en especial si es en una tarima como en la que te encuentras. Mira la compresión por ejemplo, en la música moderna es usual encontrar un montón de compresión en las voces. En especial, géneros urbanos como el rock y el HipHop aplastan las voces para darle esa cualidad agresiva propia de estos géneros. Sin embargo, esa cantidad de compresión no se puede aplicar en vivo por el riesgo tan alto que tiene esto de causar feedback. Recuerda que un compresor lo que hace es recibir una señal y nivelar su contenido dinámico, es decir, cortar los extremos entre forte y piano. Cuando cantas pasito suena igual de fuerte a cuando cantas duro. Esto quiere decir que por un lado le quita volumen a las partes fuerte y por otra le añade volumen a las partes suaves. Sin embargo el compresor no sabe diferenciar entre la voz y el resto de cosas que le pueden entrar, como por ejemplo el sonido de los retornos. Esto resultaría en un feedback incontrolable, y lo peor, el ingeniero de sala no puede hacer nada para arreglarlo. Lo único que puede hacer es bajarle a tu voz, y nadie te va a oír así. Ahora, la reverberación tiene también sus temas a considerar. Claro, los cantantes se sienten maravillosos cuando oyen su voz con una buena cola de reverberación, sin embargo, la reverberación es un efecto natural. Nuestro cerebro procesa la reverberación como una forma de medir el espacio en que nos encontramos. Cualquier persona, guiándose sólo por el sonido puede identificar fácilmente si está en una habitación pequeña o en una catedral. Esto quiere decir que la reverberación nos da una sensación de profundidad, y una voz con mucha reverberación puede parecer que está muy lejos. Y al igual que el compresor, una reverberación mal usada puede causar muchos problemas de feedback. No quiero decirte que estas cosas no se usan en la tarima. Sí se usan, y hay cantantes que usan muchos efectos exitosamente, el secreto es que ellos saben muy bien lo que están haciendo con sus efectos. Piensa que cantar es ya de por si algo difícil, requiere concentración y preparación. Por otro lado hacer la ingeniería de sonido de un concierto es también difícil, requiere concentración y preparación. Con el agravante que tú, el Cantante, oyes lo que sale de los monitores, pero no oyes lo que suena en la sala. La voz es delicada e importante por ello es mejor que alguien diferente a ti decida cuanta compresión y reverberación se va a aplicar. Mejor dialoga con el ingeniero y dile lo que quieres, trabaja con él con anticipación para que sea él quien ponga a sonar tu voz como tu la quieres y deja que él haga su trabajo. Y mi querido Cantante, en las próximas ediciones de ArsFutura vamos a estar hablando de efectos y sus aplicaciones para ti, para el Guitarro, para el Bajista, para todos. Si entendemos como funcionan los efectos entenderemos como aplicarlos a los diferentes instrumentos. Espero todo este episodio no sea muy raro para ti y espero que ya tengas la información para poder salir de ese loop temporal. Quizás para una próxima oportunidad te animes a meterle un pedal de efecto a la voz, pero cuando lo hagas vas a saber muy bien como usarlo. Sigue cantando cantante,


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SONIDO STUDIO Por Pedro Garzón @garzonproductor www.sonidostudio.co

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EQ en la Batería….sin miedo a esas perillas.

Sin importar el género musical, la base rítmica en una canción cumple un papel fundamental en el éxito de la misma; aún más notable cuando abordamos géneros como el rock, pop o mezclas con el folclor de nuestras regiones pero con una presencia relevante de bombo y redoblante.

L

ógicamente debemos partir de lo básico, debe ser una buena canción, acompañada de un buen instrumento y sin lugar a dudas interpretada por un excelente instrumentista; si eso es clave, no solo uno bueno, tiene que ser excelente, uno de esos con callos en sus manos, que al verlo llegar al estudio su baquetero sea igual de grande a sus platos, de aquellos que entienden de dinámicas, que tienen claro su propio color y sobre todo uno que haga del metrónomo un órgano más de su cuerpo.

En el país de las maravillas del mundo de la producción contaríamos con un equipamiento ideal, tener siempre a la mano un Subkick Yamaha SKRM-100, Shure Beta 52 para bombo, SM 57 para el redo, Dinámicos Beta para el ataque de los toms y KSM 44A para la profundidad; no menos llamativos unos AKG 414 como overheads, debemos esforzarnos por contar con una microfonería ideal para nuestras capturas de Batería, con el tiempo y mayor experiencia no debe ser negociable no contar con lo adecuado. He insistido en artículos anteriores que decisiones fundamentales en la ecualización del instrumento parten en las técnicas de captura, escogencia de micrófonos, distancia con la fuente sonora, aprovechamiento del espacio, etc; pero asumiendo que nuestra captura es buena, que tenemos 2 micrófonos en los canales más importantes de nuestra batería, como es el bombo, redo y overs; vamos a dar unos consejos en cada uno de los canales e intente aplicar sin ningún tipo de temor un movimiento agresivo en las perillas del EQ de la batería, recordar que esto no es una verdad absoluta, es tan solo un camino que posiblemente pueda funcionarles. Kick Out (Beta 52). Con un filtro de campana subir 7.0 dB entre 60-65 Hz, bajar en - 9 dB en 370 Hz, subir 5.0 dB en 4.60 kHz y 6.0 kKz. Kick In (PG 52, Takstar, Samson ó similares).

Con un filtro de campana subir 4.0 dB entre 60-65 Hz, bajar en - 9 dB en 370 Hz, subir 8.0 dB en 4.60 kHz y 6.0 kKz Snare Up (SM 57). Con un filtro de campana subir 4.0 dB entre 180 Hz, bajar en - 14 dB en 620 Hz, subir 5.0 dB en 5.0 kHz. Aplicar un LPF en 9 kHz hacia delante para minimizar filtraciones del hihat. Snare Down (SM 57 ó cualquier dinámico del kit). Aplicar un HPF de 100 Hz hacia atrás, con un filtro de campana subir 4.0 dB en medios altos en aproximadamente 4 kHz, y con un filtro high-shelf acentuar en 6 kHz en adelante. Toms 1 y 2 (SM 57 ó cualquier dinámico del kit). Aplicar un HPF de 50 Hz hacia atrás, con un filtro de campana subir 7.0 dB en medios bajos en 180 Hz, bajar en – 13 dB en 1 k con un Q en 1.75, en medios altos en 4.50 kHz subir 4.0 dB. Floor Tom (SM 57 ó cualquier dinámico del kit). Con un filtro de campana con un Q en 1.55 bajar - 13 dB en 500 Hz, bajar – 13 dB, en 6 kHz subir 8 dB para reforzar el brillo y ataque del tom. Hihat & Overheads (SM 57 ó cualquier dinámico del kit). Aplicar un HPF de 140 Hz hacia atrás, con un filtro de campana subir 4.0 dB en medios altos en aproximadamente 4 kHz, y con un filtro high-shelf acentuar en 6 kHz en adelante.

Intentemos probar estas sugerencias en las siguientes mezclas de nuestras canciones, comparemos y tomemos las decisiones que más convengan de acuerdo al color, dinámicas y contexto; lo importante es perder el miedo al ecualizador, si pretendemos mejorar el sonido de las capturas la utilización acertada del EQ hará que nuestra Batería suene tan grande como lo imaginamos.




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CENTRAL Por: Chucky García @chuckygarcia

Impresiones irresponsables

sobre los 30 números de

Music Machine Magazine Qué otra cosa puede describir mejor el hacer una revista impresa de música a estas alturas de la vida que la irresponsabilidad. Son irresponsables quienes la hacen, la financian y la leen, porque quien se lanza al agua para nadar contra la corriente y finalmente sale a flote a la otra orilla en todo caso conserva un 99% de posibilidades de morir ahogado y poner a sus seres queridos y conocidos en la penosa labor de ir luego a buscar su cuerpo inflado y frío kilómetros abajo de su chapuzón. La psicóloga Donna Dawson, una señora que yo sepa nadie conoce y cuyas impresiones me llegaron vía Google, dice que a los 30 uno ya ha tenido tiempo de sobra para librarse de la ingenuidad de la infancia, de las “maquinaciones alocadas de los años adolescentes”, pero sin haber perdido “la energía y el entusiasmo de la juventud”. Pensando en los 30 números que ha sacado Music Machine Magazine me dio por crear una relación no menos irresponsable entre su hazaña y lo que dice la señora Dawson, encontrando finalmente que algo hay de cierto en todo caso al establecer este parangón y que sin duda el equipo de colaboradores de la revista –como su Director mismo– ya han pasado por muchas y aunque no se las saben todas pues no adolecen de criterio y mucho menos de las ganas entusiastas que se necesitan para no dar a torcer el brazo con el que escriben, ilustran, diseñan y fotografían los contenidos del magazín. De lo anterior, como impulsado por un trampolín de balneario salté a un término que los argentinos han acuñado como el “viejazo”, y que no es otra cosa que una palabra usada allá para referirse al síndrome existencial que le da a uno justamente después de los 30 y al ver que el tiempo está pasando, que los 20 ya fueron, que uno no se ve ni se siente adulto y que dicha falta de aceptación de la edad comienza a llenarse con una nueva rebeldía frente a la realidad que nos rodea, de lo personal a lo local y global. Posiblemente con esta no surgen cambios sustanciales en la vida de uno, pero uno se convence de que a la incertidumbre no hay que temerle ni comerle tanto y que un segundo aire de desobediencia no está de más y no sobra en la ruta hacia los 40. Ojalá a Music Machine Magazine le alcance este segundo aire para llegar hasta allá, a las 40 ediciones, de momento está partiendo la torta de celebración de las 30, que no son pocas en todo caso y que tan bien hablan de un impreso autogestionado y propositivo, en un medio o comunidad de músicos, periodistas, gestores y profesionales de muchas otras ramas en la que se lee poco, se apoya menos, se debate más y todos parecen más interesados en alzar su voz por encima de los otros y sin entender si lo que están diciendo es un aporte, una arenga o el sonido de la tapa de una olla cuando se cae al piso de la cocina.


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Reseñas Rock Colombiano II Por Andrés Gómez Morales TW: @dres_canavil

LA MALA SANGRE Indeleble

TREMOR Fractal

Más que una banda convencional se trata de un colectivo, donde cada integrante se incorpora con su instrumento, trayendo consigo su bagaje musical y sus influencias. Se trata de una banda trashumante que recorre géneros latinoamericanos en busca de su identidad, ofreciendo una experiencia cercana al rock progresivo, de firme cadencia, texturas rítmicas y armonías persistentes a pesar de la distorsión. Como la formación que son ahora, la voz de Karen Castilblanco, la guitarra de Fernando Bautista y Oscar Méndez, el bajo de William Fonseca, la percusión de Javier Villaseca; tienen hasta el momento dos discos. Aunque la historia tiene sus inicios en Chile en 2011.

Esta banda bogotana de Black Death Metal, cuyo nombre apela a movimiento del magma de los volcanes como al comienzo de un temblor, al igual, hace referencia a espasmos nerviosos del cuerpo humano; trae un disco cargado de sonidos guturales y primarios que revelan un mensaje reivindicativo de la cultura indígena ancestral. Una amalgama de sonidos andinos encajados perfectamente entre las oscilaciones densas de guitarra rítmica y los largos punteos llenos de virtuosismo propios del heavy metal, para elevarse sin dificultad a las cumbres donde reina un macho cabrío.

“Indeleble” cuenta con la participación de Jona Camacho en el acordeón y los arreglos y de Natalia Borbón en el violonchelo, suavizando y abriendo nuevas dimensiones al sonido ecléctico que integra el disco, dividido en cuatro partes como una suite sinfónica: “Al vaivén de un mar de azares”, “Nosotros los de a pie”, “La memoria del fuego y el tiempo” y “Bonus Tracks”. Cada parte plantea un motivo donde se repiten en otra dimensión canciones de su disco anterior: “La tercera persona” y “Fiel a mí”. “La tercera persona” es un motivo que enlaza los demás temas en un mismo concepto, sobre todo, en la primera y segunda parte; mientras que “Taciturna” hace lo propio como una coda que vuelve al inicio.

La opción de las letras en inglés produce extrañeza en un contexto donde se exalta la tradición indígena, y se piensa lo que aportaría lingüísticamente una lengua americana nativa a las atmósferas tan bien logradas por la percusión, las voces y los vientos de madera a lo largo del disco. Tremor demuestra con creces la afinidad entre el Death Metal con los mantras chamánicos de los rituales indios. No en vano cantan en el tema que abre, “Tremor and Arrows”: The tribe starts to yelling ‘abya yala’ is rebelling, aludiendo al nombre de la tierra americana antes de la conquista española. También gritan Chakana, Chakana / a sign of equilibrium / Chakana, Chakana / there´s no pain or suffering, en el tema de cierre trayendo la imagen de la cruz andina que simbolizaba la unión del mundo humano con los dioses.

Hay una comunicación entre las guitarras que aumentan o disminuyen la cadencia de los temas, mientras que los demás instrumentos crean atmósferas densas desde donde irrumpe el timbre de la voz de Karen Castilblanco. Las letras son un instrumento que eleva con dramatismo el tono de canciones como “Bravo”, un bolero clásico del cancionero mexicano interpretado por Celia Cruz, a la que se le hace justicia. La participación de Lula Bertoldi, cantante del grupo argentino Eruca Sativa, en “Contracorriente”, da un tono introspectivo y coral que oscila entre la introspección y el frenetismo. Quizás la virtud de este disco es la promesa de extenderse en otro como una continuación de lo mismo transmutado en otro.

Las palabras en quechua alternadas con las líricas en inglés aparecen como un punto de fuga entre el idioma español y el colonialismo occidental, hacia los episodios instrumentales que evocan las fuerzas ancestrales y la armonía con la naturaleza. Sin duda “Fractal” abre una senda poco transitada por las bandas de metal pesado, subrayando su afinidad con el sonido elemental y primario que reposa en toda cultura.

INDIO Requiem Comprometidos con la historia crítica del país, la contada a contrapelo por las voces silenciadas por la violencia, también histórica, desde tiempos en que el ruido del patriotismo ingenuo borra la memoria de los despojados y hundidos; aparecen los integrantes de Indio tocando un “Requiem” por los que no tienen un lugar en la construcción del orden actual y son condenados a la exclusión: los indios, los campesinos, los pobres sin tierra. Inscritos en una propuesta propia y unos principios musicales alejados de la etiqueta pop, intercambiable de forma y contenido como lo exige el mercado, que puede denominarse como FUC o folclor urbano contemporáneo; Indio presenta unas canciones coherentes con la realidad que subyace a la realidad creada para perpetuar en el poder a los que han acaparado la riqueza que pertenece a todos: la tierra. Y así en “Tierra” evaden el lugar común de los cantos que enervan en vano esa pertenencia, convirtiéndolo en una entelequia ligada a iconos de los mass media. Musicalmente, este cuarteto de guitarras, batería, bajo y voz, integrado por Pablo Russi, Patricio Stiglilich, Andrés Rojas y Luis Ramírez; tienen el rigor académico y el oído sintonizado en los sonidos contemporáneos para que las canciones se expandan y se contraigan transmitiendo tonalidades, unas veces optimistas, otras sin esperanza como reflejos de una historia silenciada para el caso, la de Jaime Garzón y el pueblo Wayúu en “Balabalá”. La combinación de lo acústico y lo eléctrico, el ritmo sincopado que sorprende con distintas atmósferas en una misma canción y a lo largo del disco, mantiene un concepto. La distancia entre “A veces” y “Bahía” puede ser máxima ó mínima dependiendo del estado de ánimo y de la atención con que se siga la continuidad del disco. Finalmente, “Requiem” es una tentativa de contar la historia reciente desde el lenguaje de la música.


MOIRAS Ataúdes de luz Desde el sonido extremo, Moiras, busca y encuentra formas de expresión sonora para dibujar paisajes introspectivos sobre los abismos que se abren en lo profundo del alma humana. En principio, la experiencia comienza con un canto tribal que puede ser africano, del pacífico o de las profundidades de la selva brasilera. Se ve interrumpido por un riff de guitarra que resiste a los embates del golpe de la batería. Comienza el viaje con “Tantra Violento”, una larga canción de once minutos en el que un cuerpo se sostiene haciendo equilibrio, presa de percepciones ultrasensoriales. La voz de Javier Alemán parece la de un brujo de una secta ancestral a la que somos iniciados desde el primer corte del disco. No debe ser fácil para los expertos en las clasificaciones del metal, determinar donde se ubica Moiras. Una propuesta de Metal alternativo donde los medios de expresión justifican el fin, el género aquí desafía las poses de los personajes monstruosos de juegos de video en los que se han convertido algunas bandas que adoptan el metal para montar su espectáculo. “Ataudes de luz”, apela al ritual que sustenta a cualquier mito, sólo que aquí se trata de un rito desmitificador que nos pone de frente con el vacío de la existencia y en el que únicamente se apela a la creación para sostenerse en pie. “Cabaret Místico”, “La forma del vacío” o “Espectrofilia” sugieren estos paisajes sonoros como rituales de iniciación. Hay drama en este proyecto que se construye canción a canción en clave teatral. Puede que sea una invitación a verlos en vivo, aunque el paroxismo al que se llega por momentos en el disco parece ser suficiente. Al final queda la sensación de haber sido parte de algo, de haber presenciado una ceremonia que se repite rara vez en los escenarios del heavy metal.

EN VELA Viajero Con una fuerte carga lírica, como el testimonio de un viaje a las orillas del caos, aparece el primer disco de En Vela, bajo el sello español Dromedario Records; con ocho baladas duras que consolidan al cuarteto bogotano en su proyección internacional, sin perder su esencia local, al lado de artistas de trayectoria como Extremoduro o del poeta Manolillo Chinato. Lo que les garantiza ser un descubrimiento grato para un público que sabe de la escena musical colombiana por los medios oficiales en alianza con las revistas del Jet Set. El sonido logrado en el disco, el tono baladista denso, apoyado por las desencantadas letras hacen pensar en el debut de Robi Draco Rosa, aunque también en grupos ochenteros colombianos, como Ana y Jaime o Los Flippers que exploraron por primera vez en nuestro medio los matices de la voz que canta en español en clave de rock. La imagen del halcón de la carátula y los edificios desolados junto a las letras hacen que el concepto entre en consonancia con el contenido del disco. Música y letra se integran de manera equilibrada, sin que un elemento predomine sobre el otro, logrando un sonido compacto en cada canción que aspira a ser tanto un poema juvenil como una pieza musical compatible con la radio. La limpieza instrumental también armoniza con la densidad de ciertos pasajes como en “Rectificar”, “Viajero” y “Sin alas”. El nombre del grupo se confunde con el del disco y viceversa sin lugar a confusiones,

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RESENAS HIP HOP COLOMBIANO Por Juan Sebastián Molina G. @zehtyan

discos hip hop del 2017 TSH SUDACA Álbum: Equilátero “…Olvida el mainstream, vuelve a escuchar a Mind Tricks, así comprenderás el poder de la escritura a oscuras; he visto flotar palabras que conocerán la luz,

Este año el Hip Hop colombiano inundó las calles con una avalancha de rimas, flows y beats para todos los gustos. En tiempos donde hacer un disco es de valientes, les presentamos una selección de álbumes que cautivaron nuestros oídos y que hicieron latir el corazón a ritmo de boom bap, hardcore, funk y mucho más.

Anyone/Cualkiera (EL ARKEÓLOGO CON CUALKIERA) Un día menos

cuando el rap me pague las facturas…”

ya diferencio entre el temor y nervios;

Canción: Hemisferio de Akbar

yo ya aprendí a hacer mi vuelta sin los medios,

Este disco nos remonta a esa época dorada del Hip Hop, donde nos encontramos con una exquisita selección de sonidos y samples que encajan perfectos sobre la voz de este MC bogotano, que con versos cuidados y muy bien elaborados nos presenta su lado más existencial y personal. El álbum cuenta con colaboraciones de Pezcatore, N. Hardem, Mós y Laura Cortés. Es una exploración de sonidos que va desde el jazz, el funk y el blues.

ya diferencio entre panas y poco serios…”

De seguro en unos años al volverlo a escuchar, el disco sonará tan clásico y tan actual como hoy en día.

Acompañado del título de las canciones, cada corte del álbum tiene asignada una hora del día, la cual nos insinúa en qué momento del día fue escrita, o quizás, dando una pista de cuál es la mejor hora para escuchar cada canción.

CRHAM El Niño Vuelve a Casa “… Consciente del empeño en lo que falta por lograr, es que nací para ser historia no para ser un esclavo más; el rap salvó mi vida y eso es algo inexplicable, sudo la camiseta e intento hacerlo impecable…”

Canción: Sin Pausa Este álbum es el resultado de la constancia de un joven artista de la capital, el cual se ha caracterizado por el profesionalismo en cada una de sus producciones y por llevar un mensaje positivo con sus letras. Esta vez Crham nos presenta un disco fresco, con sonidos de saxofón que acompañan varias de sus canciones y mensajes de la vida cotidiana, donde regresa a sus inicios explorando sus raíces, esta vez mostrando una gran madurez en su sonido. “…Busco sabiduría y no leyendo los proverbios,

Canción: Motherno (10:30 A.M)

Desde Medellín nace este disco, una bomba explosiva que sale de juntar a un beatmaker amante de los boleros y a un MC que tiene la trova impregnada en su ADN. Un álbum que suena al rap paisa que se está tomando el país, un rap que habla de la cotidianidad, de lo que se vive en la calle; pero también en la fiesta.

El álbum cuenta con la colaboración de diferentes Dj´s como Crow the Selektor, Dj Z-Kruel y Dj D Moe y el disco se despide con un “Outro” en el cual diferentes artistas de la escena manifiestan su apoyo a este proyecto, enviándole saludos y la mejor energía a estos dos artistas: Anyone/Cualkiera y El Arkeólogo.

Este disco es una muestra de cómo en 15 canciones podemos perdernos, encontrarnos y después volvernos a perder una y otra vez, todo esto consecuencia de versos cargados de rabia, dolor, fuerza y escritos con un ingenio sobresaliente. La música es la banda sonora de todos esos sentimientos que transmiten las letras, con guitarras, sintetizadores, baterías potentes y distorsiones precisas que generan un ambiente denso y con el carácter de una banda madura, con el alma del Hip Hop y toda la actitud del Rock & Roll. El invitado especial a este disco es Mario Mendoza, reconocido escritor colombiano, que crea un personaje llamado “Marco”, del cual hace una narración y descripción detallada, convirtiéndose este personaje en una ficha clave para interpretar todo el álbum. Porque como el mismo escritor afirma en una entrevista “Marco somos todos”.

DA STEEZ BROTHAZ B.O.G (Brothaz Onda Ground ) “… No pongo obstáculos si el espectáculo es mi sueño, es un artículo que lleva más pasión que empeño; Es la herencia, la sucesión de esencias, unos son dinero: primero dejo creencias…”

LOSPETITFELLAS Formas para Perderse o I.D.E.A.S “…Que mala suerte atesorar la mala suerte, y haber tomado justo este como rumbo; vas a bailar conmigo el tango de la muerte, vas a escucharte todo mi dolor del mundo…” Canción: Polyrics

Canción: El Legado

Para los amantes del rap en su estado más puro, en este trabajo discográfico el grupo bogotano resalta ese sonido clásico y lo trae de vuelta a nuestros oídos, y por si fuera poco, lo presentan en un vinilo de siete pulgadas. En este álbum sus canciones mezclan la fuerza de las letras en español y de la realidad capitalina, con invitados internacionales como Mc Gel de New York en el tema “C2Actions” y El Da Sensei,


de New Jersey, del recordado grupo de los 90`s Artifacts, colaborando en la canción “Hip Hop Disciples”, en la cual Ecks MDC los acompaña en las tornamesas. El disco es un homenaje a sus influencias, que se ven marcadas en cada beat y en cada rima, logrando transportarnos a diferentes escenarios y épocas con tan solo poner la aguja en el vinilo.

MËLMAK 69 Abducción “…Pienso en la gente que sé bien que está cansada de esa historia repetida de crimen, drogas y balas; sabemos que el barrio es caliente y pasan cosas raras, pero hacer mil temas de eso no hará que mejore nada…” Canción: Somos Mëlmak

“Abducción” es el primer trabajo discográfico de este nuevo proyecto que presentan Dj Pho y XarXuPlex, con el cual dan a conocer esta propuesta musical llamada Mëlmak 69. En el disco nos podemos encontrar con ritmos modernos, actuales y arriesgados, al cual se le suman letras con un toque de humor negro, flows y juegos de palabras que sorprenden por su creatividad. Este disco es una apuesta necesaria para la escena, que refresca los oídos y busca abrir las mentes hacia la exploración de nuevas posibilidades dentro del Hip Hop, es música que aterrizó directamente a romper prejuicios y estereotipos.


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Reseñas Jazz Colombiano Por Luis Daniel Vega festinalentediscos@ gmail.com

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La buena salud del

jazz en Colombia

Los de afuera El arpista bogotano Édmar Castañeda se encumbró este año en lo más alto del panorama internacional del jazz con un registro en vivo al lado de la pianista Hiromi. Juntos interactuaron en Live in Montreal (Telarc), un disco suntuoso donde le rinden tributo a Jaco Pastorious, Piazzolla y John Williams. Desde Barcelona, el contrabajista Juan Pablo Balcázar despedazó viejos recuerdos musicales en el soberbio Unmentionable plagiarism, debut oficial de la banda Skruffy Backpacks. Su guiño, que parece un collage nostálgico e hiperactivo, juega con fragmentos de canciones de Pixies, Massive Attack, The Cure y The Beatles. Por su parte, la pianista Tatiana Castro se consolida como una de las artistas más activas de la escena porteña de la música creativa y la improvisación con Giro, vuelvo y giro (Croqueta Records), placa en trío -más la voz de Rocío Luz Mehtce- en la que interactúan jazz y fragmentos poéticos de Oliverio Girondo, Rilke y María Gómez Lara. En una misma línea que podríamos llamar “experimental”, el bajista Carlos Quebrada, también apostado en Buenos Aires, nos dejó dos proyectos de carácter insurgente que rezuman humor corrosivo e insolencia: Hurto calificado con el quinteto Cabeza de Termo e Infierno piso 6 junto al dueto de improvisación libre Monótonos Truenos. Ambos fueron publicados bajo la égida de su sello TVL REC.

Los más “rockeros” El hiperactivo bajista Santiago Botero corroboró su tendencia al ruido atmosférico con Resiliente (Matik Matik), el segundo larga duración de Mula, una banda que se sintoniza perfectamente con el joven trío Hermanos Menores, quienes presentaron Campoamalia, disco intenso, catártico y primordial. En la línea equidistante entre rock, noise, improvisación y vuelos jazzeros se encuentra, también, el cuarteto Cuatroespantos que presentó su tercer disco en una carrera que ya va por la década: se trata del enigmático La máquina silente o un cancionero para el fin del mundo. Por último, Suricato editó Detrás del sol (La Distritofónica), grabación en la que, finalmente, se revela todo el potencial rockero que había reposado tímidamente en sus dos discos anteriores. Jazz de cámara El jazz y la música de cámara han tenido una estrecha relación que en los últimos años se ha consolidado como un estilo al que ya le acuñaron un nombre propio: jazz de cámara. En esta zona limítrofe –que tiene aristas en el rock, la abstracción de músicas étnicas, la improvisación libre y la música académica se encuentran los discos de Kike Mendoza, Bauxite y Dinosaur. De carácter volcánico y agitado resulta Tinnitus (Matik Matik),

la más reciente incursión del inquieto guitarrista Kike Mendoza quien, al lado de un trío vigoroso y el cuarteto de cuerdas Q-Arte, pisa duro en los terrenos del noise y el hard-core. Más sosegado y entronizado con la tradición del jazz latino, el sexteto Bauxite presentó Difuminaciones, un disco elegante en el que resalta el vibráfono de Gabriel Galvis. Por su parte, el baterista manizalita Mauricio Ramírez desempolvó una vieja grabación de su trío Dinosaur, integrado por un guitarrista y una chelista europeos. El disco en cuestión, titulado Dinosaur, contiene melancólicas canciones sin letra que parecen extraídas de la banda sonora de una película. Bambuco, pasillos y tangos Junto al violinista venezolano Alexis Cárdenas y un par de músicos españoles, el tiplista Lucas Saboya estrenó Cita en París un disco fronterizo que, anclado en la tradición colombiana de bambucos y pasillos, extiende sus alas al jazz y a pasajes de alto vuelo improvisativo. En esta misma dirección camina el pianista Juan Pablo Cediel, quien con Ambivalencia (Masai) confirma que la suya es una de las propuestas más robustas y novedosas en el campo del jazz con raíces en la música andina colombiana. Vale la pena mencionar dos combos entroncados con el tango moderno de Piazzolla: nos referimos


Pese a la torpezas burocráticas, a la apatía de buena parte del público–que aún sigue convencido de que el jazz en Colombia es un asunto septembrino-, a la desaparición de sitios emblemáticos como B&L Pub y, en general, al escepticismo habitual, podemos afirmar que el jazz en estos tórridos pagos goza de muy buena salud. De eso da cuenta la heterogénea actividad discográfica en el 2017

a los quintetos Leopoldo Federico de Bogotá y el F-31 de Medellín, quienes presentaron, respectivamente, dos exquisitas grabaciones: Pa´qué más (Hoot/ Wisdom) y Medellín downtango (Música Corriente). Caribe atómico Mantecablue, la orquesta caleña que nació hace un par de años como homenaje al gran Wilson Viveros, debutó con ¡Si suena!, disco que va y viene entre el currulao con ribetes de blues, la timba, el mambo y, en general, el sabor de jazz afroantillano. Conectada de igual forma con el 6x8 de la marimba de chonta y, en especial con el bullerengue y la champeta, la pianista cartagenera Melissa Pinto vuelve a sorprendernos gratamente con un disco festivo titulado Familia Caribe. Aunque fue publicado originalmente en 2015, vale la pena resaltar que la grabación Canción psicotrópica y jaleo Vol. 2 (Festina Lente) de El Ombligo –un proyecto de Santiago Botero en el que explora las conexiones entre el free jazz y la cumbia sabanera- fue reeditada en una vistosa edición en vinilo por el sello francés Metiola. Los más “jazzeros” En la línea más rigurosa del género, algunos de los protagonistas más notables de la escena del jazz en Bogotá y Medellín sacaron a relucir todo su ar-

que sobresale por el amplio rango de posibilidades sonoras. El sumario que a continuación ponemos a disposición de los entusiastas, los incautos y los recelosos le huye a los juicios de valor taxativos y se concentra, más bien, en el panorama. El mapa ilustrativo, dividido en categorías subjetivas, arbitrarias y cuestionables, incluye el trabajo de algunos coterráneos que no viven en Colombia.

senal con discos virtuosos y exigentes. La meta de un largo viaje (Masai), el debut del guitarrista Santiago Sandoval, es un guiño a la literatura de Michel Ende en coordenada reposada y surrealista. Mucho más experimental y aventado resulta Madaya (Masai), una grabación abiertamente política del guitarrista Juan David Arango, quien se revela como un compositor de gran calibre. Por su parte, el experimentado panista santandereano Óscar Acevedo regresó a la palestra con A toda costa, un elegante registro que condensa sensibilidad andina, música para cine, estándares norteamericanos y blues. Ese mismo trecho recorre el guitarrista Camilo Vásquez y su trío Tres Butacas con su segunda placa titulada Los pajarillos de Popocho. Finalmente, uno de los secretos mejor guardados del jazz nacional: se trata del baterista y compositor medellinense Santiago Restrepo que con Senderos, nos transportó a lugares que son, pintados con su música, sinuosos, líricos y vertiginosos. Zonas grises: la nueva generación Los más jóvenes transitaron líneas de sombra y se alejaron del confort. Deliberadamente subversivo y alejado del retoque y el artificio digital resulta el caso de La Vendimia Records, un naciente sello bogotano que este año estrenó los primeros discos de su catálogo atrevido, enfocado en la

improvisación libre. Su cosecha nos dejó Albur de Holman Álvarez, Alai Hup Ey del trío Musgo y Saipaje del dueto Los Margaretos. El guitarrista Andrés Corredor, por su parte, presentó Umbral, un introspectivo viaje en solitario donde explora la música de marimba de chonta, la chirimía, el joropo y la rumba campesina. En otros linderos, el guitarrista Juan Sebastián Aguilar y su agrupación Arrabalero presentaron los tres primeros sencillos de lo que será No me cortes el bonsái, su segundo disco que se perfila más rockero y potente que su debut en 2016. De talante más sutil, Balandra es un laboratorio de canciones creado en 2013 por la pianista Andrea Hoyos y la cantante Ana María Romero. El estreno homónimo del que hoy es un quinteto va y viene tranquilamente entre jazz, pop luminoso y tímidas –pero eficaces- pinceladas andinas. En contraste a la lírica candorosa de Balandra, aparecieron en la escena Conjuro Epiléptico y el cuarteto W.Y.K, dos proyectos atrevidos que intentan saldar la deuda histórica del jazz en Colombia con el hip hop. Mientras los primeros agitaron los reductos subterráneos con HODI! -una colección de cantinelas descaradas y corrosivas que reposan sobre una base jazzera disparatada y funkera- los segundos, más bien oscuros y deliberadamente crípticos, mostraron “La flema”, apenas el abrebocas de lo que podría ser una de las propuestas más osadas y llamativas del año que viene.


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ENLACES EL SEMILLERO www.facebook.com/ MamaKunkReggaeBeat/

EL SEMILLERO

NUEVOS PROYECTOS QUE EMERGEN DE LA URBE, PRESENTA:

MAMA KUNK El disco debut de esta banda nariñense tiene un aire de revelación. Parece que Mama Kunk inventara, en los diez cortes que conforman “Sobrevolar” algo nuevo, a pesar de la familiaridad con que suena el reggae en el país y la manera con la que lo hemos apropiado: apelando al Caribe, a la cultura antillana, a la denuncia social, a la ganya y a la afinidad de la cultura rasta con las tribus urbanas. Sin embargo, la agrupación parece, más que situarse en el camino recorrido por bandas como Alerta, Nawal o Profetas; sumergirse en el género de manera espontánea,

resignificando las convenciones que caracterizan al género. El bajo y la batería le dan un soporte firme a la guitarra rítmica, a los sintetizadores, a las voces y los vientos que se mantienen en segundo plano, evocando atmósferas dub y reggae rock en una mezcla bien elaborada. Las letras logran un contrapunto interesante entre el inglés y el español respondiendo a la armonía instrumental y a los mensajes característicos del género: “The nice´s music / style we are la fuerza warning/ no queremos más / que blood ruede en la calle/ busca tu libertad, busca en tu mente

/ the original vibration, reggae, music love…”, dicen en el tercer corte ‘Blood Gonna Run’. Todos los cortes se mantienen fieles a la cadencia, cercanos a las raíces tradicionales con sutiles arreglos y matices que le dan identidad a la banda. Vale la pena dejar sonar el disco completo y dejarse envolver en la continuidad que comunica cada uno de los temas. Mama Kunk es una propuesta auténtica que demuestra que para innovar no falta ir muy lejos sino de responder a las influencias volviendo a las fuentes.



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Reseñas Rock Colombiano III Por Andrés Gómez Morales TW: @dres_canavil

BENT Twisted Metal pues la banda se funde en la música sin otra pretensión que presentar unas canciones bien logradas, respondiendo más a la necesidad de expresión que a la moda pasajera. A pesar de ser su primer disco, Bent, suena como una banda de larga trayectoria. “Realidad Bent”, nunca fue grabado, por eso “Twisted Metal” tiene ese aire de disco seguridad en lo que propone, una descarga de thrash con concesiones melódicas y guiños a la música que les gusta a los integrantes. Comandado por la bajista MadKat y secundada por Kristo-1 en la guitarra y Dini en la batería, la banda bogotana hace lo suyo, conectando la sensibilidad del escucha a esta montaña rusa de sonidos extremos. La voz de MadKat sostiene a la de Kristo de la misma manera en la que el bajo sostiene a la guitarra y la batería, como una presencia omnipresente. Hay momentos para los sonidos guturales como para la claridad de las voces. Una alternancia que le da dinamismo y fluidez a cada tema donde la base rítmica y las superficies eléctricas están bien alineadas. Hay aquí momentos para el humor y la ligereza en “Experience” y “I want to be a mass murder” con guiños a Jimi Hendrix o parodias de canciones pop; como lugar a la solemnidad y trascendencia en “Satanic sugar” y “El diablo”. Bent sabe hacer su trabajo, conoce el género e interpreta con virtuosismo los instrumentos en “Only this time” o “Give Blood”, demostrando que muchas bandas internacionales reconocidas por la radio están sobrevaloradas, y, que todo hit es una fórmula que coarta la complejidad que le da vida a una canción, sin importar el género. “Twisted Metal”, deja la sensación de haber sido testigo de la génesis de cada una de las canciones.

PATRICIO STIGLICH PROJECT No Reaction El guitarrista traza líneas de fuga descubriendo texturas y timbres sobre un tinglado delimitado con exactitud por su banda. Se descubren formas sobre un plano que se desdibuja a medida que se dibuja, una visión que pudo tener Joe Satriani o Steve Vai, se plasma en el instrumental “Allowed in metal”, el segundo tema del tercer disco de la agrupación de Patricio Stiglich. El preludio de un trabajo de calidad interpretativa y alto desempeño instrumental como si se tratara del engranaje de un motor de Fórmula 1. La velocidad de los riffs y los punteos de guitarra no dan lugar a las concesiones en ninguno de los ocho temas que componen el disco, sobre todo en “No reaction”, allí hay una sensación de elevación, como cuando se escucha por primera vez a un grupo que se puede seguir con los ojos cerrados, sin tener que justificarlo. Hay momentos líricos bien logrados en “Hasta desfallecer” y “En otro día más”, que no se parecen entre sí, aunque están respaldados por el potente ensamble instrumental. Se puede afirmar que cada canción tiene vida propia sin que el disco pierda identidad conceptual. A pesar de su complejidad el tiempo pasa rápido escuchando, “No reaction”, en su totalidad, lo que amerita varias oídas para

CIELO ROJO Bitácora del silencio que no pasen desapercibidos los detalles que adornan el disco y dejan la sensación de que puede volver a descubrir cada tema con el mismo extrañamiento que la primera vez. El tercer trabajo de la banda aparece luego de un largo hiato de doce años fuera de los estudios, lo que le da un aire de regreso, en donde tuvieron tiempo de reinventarse, condensando su experiencia en una clara propuesta new wave, distante de las expresiones punk y metal características del fin de milenio resueltas en el rock alternativo. El sintetizador les devuelve la frescura revival ochentera que cae bien en estos días como un retorno a un lugar seguro. Sin embargo, no Cielo Rojo, no se queda en el lugar seguro, sino que propone de manera sutil, variaciones afectando el esquema pop con diferentes tonalidades en la misma escala sonora. “Tiempo al tiempo” corta al disco a la manera de lado b, proponiendo ligeras progresiones rítmicas acompañado de variadas atmósferas de sintetizador que dejan espacio a cortantes acordes de guitarra y a la velocidad rítmica. El trío conformado por Carlos Restrepo en la voz, Luis Ruiz en el bajo y Diego Florez en la batería, cuentan con el apoyo oportuno de Cristian Pascalazza en los teclados. Traen consigo una actitud conciliadora como si las rupturas



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26 Por Julián Gutiérrez @jackmulligan

HÁGALO USTED MISMO

Todos los intentos que se han hecho por documentar la historia del punk han subrayado el punto que define al género como una respuesta a los artificios que imperaban en el rock en la primera mitad de los años setenta; músicos que cansados de los solos autoindulgentes y maratónicos quisieron volver a las canciones que se tomaban menos de tres minutos para decir lo que tenían que decir. Esta afirmación artística se ve enmarcada en el discurso político de la época: En los Estados Unidos, el escándalo de Watergate, la debacle de Vietnam, y el caos de ciudades como Nueva York estaban armando el caldo de cultivo para una hegemonía republicana, mientras que en el Reino Unido estaba pasando algo similar con la llegada de Margaret Thatcher.

S

i bien había una serie de diferencias determinadas por las circunstancias de cada país, la idea que se estaba gestando en un sector cada vez más grande de la población se estaba haciendo cada vez más y más clara: La prosperidad y la riqueza que se supone era para todos, solo llega para algunos, y la idea de poder lograr todo a punta de trabajo duro tenía la frase “Aplican términos y condiciones” escrita en letra menuda. Y esos términos y condiciones tenían mucho que ver con el color de la piel, y el origen de los apellidos de cada quien; aquellos para quienes esa prosperidad y riqueza no iba a llegar se dieron cuenta rápidamente que la única manera en la que podían romper el ciclo y empezar a ser oídos y verse representados era si lo hacían ellos mismos. El mejor ejemplo de ello llegó en 1971. Las pandillas del Bronx en Nueva York se reunieron en el club juvenil de la avenida Hoe para prevenir una guerra civil en el barrio tras la muerte de Black Benjie, un prominente miembro de los Ghetto Brothers, pandilla compuesta principalmente por inmigrantes puertorriqueños. Acompañados por autoridades civiles y policiales de la ciudad, los líderes de 39 pandillas establecieron una tregua y sentaron las bases para una alianza entre pandillas que empezara a tener un efecto positivo y significativo en la comunidad. Rubble Kings, el docu-

mental de 2015 sobre el tema realizado por Sam Nicholson, muestra cómo esta alianza fue crucial para el desarrollo del Hip Hop; al quitar las fronteras invisibles, quienes serían los pioneros del género podían moverse de una calle a otra para tocar y colaborar con otros artistas sin miedo a represalias. De hecho, los Ghetto Brothers terminarían grabando un disco, Ghetto Brothers Power-Fuerza, un disco que, cuando es oído con atención al detalle, puede ser puesto en la línea de tiempo de los antecedentes que nos llevaron a la salsa neoyorquina de los años setenta. Si bien la tregua de la avenida Hoe y el surgimiento del hip hop son procesos que conciernen a las comunidades latinas y negras, mientras que el nacimiento del punk fue, en su momento, un proceso fundamentalmente blanco, hay más similitudes de las que uno podría creer en un principio. A fin de cuentas, son intentos de comunidades marginadas por ser escuchadas y hacer algo con lo que se sientan representados; esa idea, en principio sencilla pero muy poderosa, terminó por ser apropiada y desarrollada no solo por músicos sino por cualquiera que quería expresarse de una manera u otra. La aparición de la fotocopiadora como una tecnología viable se convirtió en el vehículo que necesitaban los creadores de los zines como John Holmstrom y Legs McNeil en Nueva York o Mark Perry

en Londres para convertirse, con sus publicaciones como Punk y Sniffin’ Glue en los historiadores de la revolución cultural que estaba pasando en esos momentos. Libres de cualquier presión o interés corporativo, los creadores de estas publicaciones y otras similares le hablaban a su audiencia sobre aquello que realmente valía la pena ser escuchado, siendo además el escenario para artistas gráficos, poetas y escritores que envalentonados por el ethos del punk estaban saliendo a hacer lo que querían y encontraban una audiencia. Mientras escribo estas líneas, una imagen de Donald Trump vaciando una caja de alimento para peces en su visita a Japón es usada como una prueba más de su bajísima estatura política para el cargo que ocupa. La verdad es que el vació toda la caja solo después de que el primer ministro de Japón hiciera lo mismo. La controversia que se ha armado por una imagen recortada es una prueba de cómo se puede jugar con la manera en la que se presentan los hechos para poder generar opiniones (Más allá de la absoluta carencia de virtudes del actual presidente de EEUU). Quizá, en la lucha que se lleva a cabo contra las mentiras disfrazadas de ‘noticias falsas’, quizá quienes pueden decir la verdad de lo que pasa deben adoptar la mentalidad punk de ‘Hágalo usted mismo’.




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