EDICIÓN 31

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EDITORIAL Por Adolfo Lemos

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icen que Colombia es un platanal, ¿será por la masacre de las bananeras? Dicen que es un peladero, ¿será por los desastres ambientales de la mega minería y el fracking? Dicen que es un moridero, ¿será por la cantidad de personas asesinadas o desaparecidas porque pensaban diferente? Dicen que el país del sagrado corazón es un mierdero, ¿será por todo lo que prometen sus candidatos en elecciones? Dicen que es el mejor vividero del mundo, ¿será porque sus habitantes no se han dado cuenta de que podría serlo si hubiera menos ignorancia política? Dicen que es uno de los países más felices del mundo, ¿será porque no entendemos lo que son el cinismo y el sarcasmo de los medios masivos de comunicación? Dicen que es uno de los países donde la gente sale muy poco a votar, ¿será por eso que siempre nos quejamos, arreglamos el país tras una botella de licor y descargamos toda nuestra frustración como nación en la selección nacional de fútbol? La gran mayoría de nosotros los colombianos se queja y se queja pero casi nadie se informa, en términos políticos muchos argumentan sólo con memes lo cual indica un nivel de inocencia que produce hasta ternura. Se acerca la primera vuelta de las elecciones presidenciales en un país donde no hay tarjetones suficientes en las urnas y donde es válido por la Registraduría Nacional sacarle fotocopias para poder votar; un país polarizado por la desinformación donde amenazan a jueces por tratar de destapar ollas podridas, a caricaturistas como Matador por criticar con humor e

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inteligencia a los que nos gobiernan, un país donde se amenaza a toda la oposición y asesinan a líderes sociales casi a diario. Se acerca también el Mundial de Fútbol, y algunos están más interesados en llenar el álbum de Panini que en informarse acerca de los planes de gobierno de los candidatos presidenciales; ya empezaron los debates en directo, una excelente oportunidad para escucharlos y ver quién luce acartonado repitiendo palabras cual muñeco de ventrílocuo y quiénes tienen conceptos y propuestas claras para que Colombia deje de ser uno de los países más desiguales del mundo en términos sociales. Salga a votar si usted está cansado de la inseguridad, del desempleo, del sistema de salud, de los altos impuestos; no es necesario lucir la camiseta de la selección el día de elecciones, al votar no se busca el reemplazo de Pekerman pero sí un cambio de 180 grados, no de 360 como aseguró Iván Duque (se le abona la sinceridad).

Dirección General Adolfo Lemos adolfolemos@musicmachine. com.co Corrector de Estilo Miguel Corzo redaccion@musicmachine.com. co Columnistas invitados en esta edición Alejandro Álvarez, Miguel Corzo, Pedro Garzón, Ishkur, Margarita Juliá, Harold Pardey, Luisa Piñeros, y Mauricio Rodríguez Portada & Dirección de Arte Omar Alarcón MotDesing www.lacremestudio.com Diseño, diagramación, Preprensa e Impresión Héctor García @el_favelero hec.crea@icloud.com Depto. Comercial comercial@musicmachine.com.co Para envío de material, Eventos y Alianzas

Adolfo Lemos Pdt: Aplausos para los que bautizaron unas angostas y destartaladas calles bogotanas con los sugestivos nombres ‘Autopista Norte’, ‘Autopista Sur’, y ‘Autopista a Medellín’... El subdesarrollo del ‘mejor vividero del mundo’ se refleja en esas tres mega estructuras. Pdt 2: Uribistas fanáticos de Rage Against The Machine: ¡A estudiar en English Live! (¡Con prontitud!)

• Ganador Convocatoria Mercado de Industrias Culturales del Sur – MICSUR- Programa Nacional de Estímulos del Ministerio de Cultura de Colombia (2016).

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• Ganador Beca de circulación internacional – ExiB, Expo Iberoamericana de la música. Bilbao (España) – Secretaría de Cultura de Bogotá (2015).

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• Ganador Premio a Medios de Comunicación Comunitaria de Bogotá – Secretaría de Cultura de Bogotá (2014).

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• Ganador Convocatoria ‘Rock al Parque rueda por Latinoamérica’ México DF y Guadalajara – Idartes (2013).

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Las opiniones expresadas en esta revista no son compartidas necesariamente por el equipo de trabajo de Music Machine Magazine. La reproducción total o parcial de los artículos, imágenes y diseños publicados en esta o demás ediciones está expresamente prohibida a menos que se conceda previa autorización. Music Machine Magazine ®, Abril 2018 www.musicmachine.com.co


Disco Jaguar abrió sus puertas en 2009 con la intención de crear un espacio para brindar una experiencia que hiciera salir de la cotidianidad a sus asistentes mezclando música, baile, arte, video, gastronomía y buena onda.

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ara celebrar su noveno año, Disco Jaguar tiene un nuevo concepto gráfico plasmado en las paredes del lugar basado en el color, no solamente en el sentido literal de la palabra, sino en los colores de la noche, de la música, del cuerpo y la naturaleza. Gris One, Franco, PapoArt, así como Will y su combo fueron los artistas que colaboraron en esta nueva imagen plasmada con increíbles grafittis. Disco jaguar cuenta con dos ambientes: Sala Jaguar: Debido a la naturaleza tropical de nuestra cultura, sus propietarios decidieron crear una sala pensada para menear las caderas donde se mezclan Salsa, Champeta, música antillana, algo de Reggaetón viejo y folclor colombiano.

Dirección: Cra 7 # 59-30, Bogotá. discojaguar@gmail.com Redes sociales: /DiscoJaguarBta/ @DiscoJaguarBTA @discojaguar.bta

Sala Disco: Un lugar más ecléctico e internacional, y mucho más variado; se programan ritmos electrónicos con Dancehall, Reggae, Rock, Funk y Hip Hop con pequeñas dosis de ritmos tropicales; un sin fin de sabores para los oídos que sin duda hacen mover el esqueleto. Con cierta frecuencia se realizan fiestas donde se elaboran temáticas que hagan más rica la experiencia de sus asistentes, y en estas involucran artistas en vivo. En Disco Jaguar se han presentado artistas como Bomba Estéreo, Systema Solar, Dante Espineta, La 33, 1280 almas, Guetto Kumbé, entre otros. Disco Jaguar es un espacio alternativo con una mezcla atemporal de estética y música brindando percepciones que alegran los sentidos llegando en algunos casos hasta la euforia; Music Machine te recomienda visitar este lugar ubicado en el corazón de Chapinero.


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Reseña Por El Zudaca, Cronista de la Literalleca Soundsystem TW:@HaroldPardey

salto cuantico “un viaje al centro del corazon musical del cosmos “ Ciento ciento ciento punto nada es una emisora que llevo en el alma llevo emociones una canción sin letra con buena melodía y no cargo maleta llevo canciones una cumbia magnética un sonido bien cargado de tambora eléctrica ando caminando ando por este mundo propagando“ Camilo Plaza, “La cumbia del loco“

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ay espíritus destinados a fluir como mantras sonoros. Existen artistas que en su extravío esencial por las carreteras del alma nos abren las puertas de la percepción para leer el mundo de formas distintas. Uno de ellos, es el músico, compositor, y productor caleño Camilo Plaza, quien a lo mejor ahora está en la calle, persiguiendo el viento, o tal vez padece una fiebre creativa que no cura, de esas que brotan en el trópico buziraco, mixtura de selva urbana y palenque citadino, cuando uno quiere conocer el continente. A lo mejor es rebelión, y se está tejiendo en el pentagrama con nuestros ancestros, con el viento demente que cruza las fronteras del planeta trampa para danzar una cumbia con la Mamá Killa o alucinar hasta el infinito con la poesía cantada de un Son jarocho. Estas cualidades esenciales que perseguimos en el arte, están reunidas en su primer álbum como solista, “Salto cuántico”. Cuarenta minutos de alucinantes paisajes sonoros que condensan un viaje de 4 años, en chancla, a dedo, en bus y en moto por México, Chile, Colombia, Bolivia, Brasil, Ecuador y Perú, celebrando la libre sensualidad del mestizaje musical, y la fuerza espiritual de los pueblos mesoamericanos, amazónicos, y andinos en ese espiral de ritmos, voces, cantos, que habitan nuestra América, en sus selvas, ríos, desiertos, montañas y rayuelas cósmicas de energía milenaria. En la cartografía festiva de la Calicalentura, los acordes

mestizos con sabor a maracuviche del pacífico sur, que brotan de la guitarra de Camilo Plaza, tienen un lugar muy especial en nuestra memoria musical. Caminando en clave de surfista, en el segundo año del tercer milenio, lo conocí en un bar clandestino llamado “El Trashumante”, haciendo gozar a un público delirante, consciente y danzante que se hizo comunidad alrededor de las canciones de los grupos “Flor del Hito” y “Mani Son Brothers”, un sonidero tan enérgico como una banda de rock, y tan cercano como una orquesta de algún pueblo del pacífico sur o el caribe macondiano, que propicia un diálogo lúdico con la cosmogonía, los elementales de la naturaleza, sus paisajes y sus habitantes urbanos. Algunas tertulias dionisiacas en Univalle y San Fernando me llevaron a identificar sus influencias artísticas primordiales, bandas como Mano Negra y Bloque de búsqueda, juglares como Carlos Vives, Manu Chao, Sergent García, el gaitero y percusionista Urián Sarmiento. Luego las vibraciones de la resistencia cultural, y el encuentro con maestros en el Petronio Álvarez lo contagian de los venenos afro diaspóricos del Pacífico Sur, y le posibilitan comprender que las ondas sonoras se desplazan en diferentes direcciones viajando libremente y transfiriendo energía. Es así como podemos sentir su vibración, aunque no la veamos. Puro malungaje y tejido orgánico, que lo fortalecen como gestor cultural del Festival Reciclando Sonoridades, antes de emprender en 2014 la travesía sonora por América Latina. A principios del mes de marzo del 2015 en Leticia, el rugido del Jaguar con su magia chamánica, nos convocó


a los nietos del maíz, para tejer una nueva conciencia colectiva, en unidad y movimiento por el río-mar Amazonas. Un canto por la sanación universal, encendió la memoria de los mundos ancestrales y no inventados, conjurando a la América nativa que habita en los ecosistemas de Colombia, Brasil y Perú, con el agua que mata la muerte, y donde Camilo Plaza tuvo la oportunidad de cantar junto a Manu Chao y La Ventura, en un precioso momento ceremonial de sanación universal de la húmeda selva tropical , que se multiplicó en la concha acústica del Parque Orellana, para celebrar el grito del Colectivo Jaguar por el agua, por la tierra y por la humanidad entera. Allí estaba Camilo Plaza, ebrio de felicidad con su equipo rodante y autogestivo, en pleno trabajo de campo creativo de la canción “La cumbia estratosférica”, y que hace parte de su disco Salto Cuántico, al cual define como “un viaje sonoro que nació a orillas del río Amazonas, y se fue alimentando de la energía de los seres y los lugares que se cruzaron sin ser buscados. Un camino que se construyó a cada paso, como una posibilidad de encontrarme con mi voz, con el mundo, con seres que no conozco pero se aparecen y se vuelven parte de mi existencia, y quedan para siempre allí, a través de siete canciones. Perderse para encontrarse, sumergirse y compartir con la gente sencilla, que ama la música con la única pretensión de acompañar sus días, con la melodía de la vida, es un regalo que no tiene precio. Un gran rompecabezas geográfico y cultural que se va armando para viajar por desiertos, mares y montañas…para así llegar a tus oídos como una gran voz, donde músicos clandestinos dieron conmigo un Salto cuántico musical”.

Bonus track https://soundcloud.com/ camilo-plaza-salto-cuantico/sets/ salto-cuantico

LEE también ‘Gualajo, eterno griot del folklore Afropacífico’, acá


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Suena Colombia Por Luisa Piñeros TW: RadiandoAndo IG: LaPitonisadelRitmo

BAMBARABANDA

Álbum: Cordillera Sello: independiente Año: 2018 Web: www.facebook.com/ bambarabanda/

MÓNICA GIRALDO

Álbum: Bajo el mismo Cielo Sello: Independiente Año: 2018 Web: www.facebook.com/ MonicaGiraldo01/

GRUPO CAGÜINGA Álbum : Revivir Ancestral Sello : Resistencia Music Año: 2018 Web: Álbum disponible en formato físico a través de: resistenciamusic@ yahoo.com.co

La historia de la Bambarabanda arranca en el año de 1999, en medio del hip hop, los tambores, la música andina, el funk, el rock, el punk; una búsqueda personal entre un sonido regional que apela a la música campesina nariñense y se abre en un abanico multicultural para integrar, como es el caso de este quinto disco (ya son 3 en estudio y 2 compilados), una porción genuina de América Latina. El viaje es una travesía por dos de los tres brazos de la imponente cordillera de los Andes, que atraviesa en su geografía a siete países. La brújula señala el punto de partida por el brazo occidental y se abre hacia la cordillera central, donde se encuentra el departamento de Nariño, epicentro del Carnaval de Negros y Blancos y cuna de esta agrupación, símbolo de una nueva generación que encarna el latir andino desde una mirada que no se limita a los patriotismos, si no por el contrario, reconoce, reafirma y recrea un bello universo sonoro, reflejado en esta entrega discográfica que le ofrendan al mundo. Sin duda, una exploración que nos lleva a escuchar bomba ecuatoriana, donde los ritmos afros de Colombia

Hay algo de astronómico en la manera como la cantautora colombiana Mónica Giraldo abordó su nuevo álbum. Astronómico porque bajo un mismo cielo reunió nueve canciones que la han acompañado a lo largo de su vida. Cuidadosamente las juntó y las abrazó en una nueva bóveda celeste de música, donde les dio vida a partir de la guitarra, instrumento que toca desde los cinco años. Este es su cuarto disco y las canciones que aquí se incluyen responden a su gusto personal de cantarlas y tocarlas por años. Espontáneamente buscó la comunión entre la guitarra, la voz y el sentido de las letras. Todas las canciones celebran la vida, su vida como cantante y compositora y son temas que permanecen en el tiempo a lo largo de los años. Es por eso que aquí se escucha el popular paseo sabanero colombiano adaptado a la guitarra “La aventurera”, original de Pablo Flórez. Hay también un punto de encuentro entre el caribe colombiano y Cuba en “Junto al palmar del Bajío”

Los alabaos del sur del Pacífico Colombiano, son cantos ´A capella´, de varias personas, con una estructura sencilla de un verso y una respuesta. Pocos saben que este legado que llegó a través de los misioneros franciscanos a una de las zonas más afro del país, está en riesgo de desaparecer. De ahí nació la urgente necesidad de grabar el disco, con el llamado que hizo Emeterio Balanta y Esperanza Bonilla, músicos tradicionales de Timbiquí, Cauca, a Resistencia Music, una productora audio-visual, experta en la música del pacífico y con un sentido muy loable por la memoria y el patrimonio. ¿Qué hay en este precioso disco? Magia, misticismo, años de ancestralidad, hay vida, hay muerte, y hay 10 poderosos alabaos, cantos de adoración, cantos fúnebres, según la ocasión y la intención, y que no es más que un entretejido de voces, una polifonía que comandan las mujeres, pero que en muchos casos también involucra a los hombres. Es la armonía sonora de los negros del pacífico y eso se siente al escuchar de principio a fin el álbum, ojalá sea de noche y con solo la luz de una vela encendida para evocar la mística

y Ecuador se unen; está, el raimy, legado inca musical, hay tango, rock, mucho rock. Es quizá un sonido que responde a la evolución natural de los discos anteriores “El baile de los obligaditos” (2008), “Surestar”(2012),”Compilado Itinerancias Musicales por Nariño”, “Proyecto Músicas del Agua), y que en casi 20 años de historia ha mantenido un mismo espíritu en el concepto general de la banda y es la identidad . Cordillera es un álbum maduro desde las letras, sólido en la producción, con generosas colaboraciones como las de Tim O´Connell, Puerto Candelaria, La Toquilla; y muy rico en la interpretación. Es sentir a Bambrabanda vestido con un nuevo traje para andar un camino montañoso y descubrir que en las alturas soplan nuevos vientos para la agrupación colombiana Canciones recomendadas: Isabel Candela, Pueblo Arriba, Sra sociedad (Ft. Puerto Candelaria) Álbum disponible en todas las plataformas digitales y de manera física.

autoría de Enrique Ponce de León y que para esta versión estuvo acompañada de Calixto Mindiola, guitarrista de vieja data en nuestro país. Se suman al repertorio “La Flor de la Canela” (Chabuca Granda), No lloraré (Sidestepper) , entre otras. Estos son nuevos clásicos populares que han desfilado por el cielo de Perú, México, Argentina, Brasil, y Colombia. Lugares distintos, momentos distintos pero un mismo sentimiento de pisar tierra firme en la que la unión de unas canciones pueden expresar el sentimiento y momento por el que atraviesa la artista, quien además incluyó una canción propia “Tú”, una particular cumbia compuesta a tres manos y que es una declaración al amor que trasciende con los años. Un gran álbum, acústico, sencillo, sin tantos arreglos y maquillaje. Un manifiesto al gusto por la guitarra, las buenas canciones, un regresar al sentido atento de la escucha bajo la mirada del cielo que nos acompaña a todos, sin importar la latitud. Es sólo música.

de sus padres y abuelos que es latente en cada interpretación. Los protagonistas del grupo Cagüinga son: Esperanza Bonilla (Santa Bárbara), Emeterio Balanta (Santa Bárbara), Diego Balanta (Santa Bárbara), Ninfa Ocoro (San José), Timotea Luango (San José), Carlina Bonilla (Santa María), Modesta Torres (Santa Bárbara) y Jacquelin Sinisterra (Santa María). Muchas velas tuvieron que ser encendidas para que el proyecto viera la luz; con recursos propios, los productores viajaron a la cabecera municipal de Timbiquí donde se encontraron con estas gloriosas voces de 3 corregimientos diferentes atravesados por el río Timbiquí. Durante 4 días grabaron, capturaron los temas y hoy, por primera vez, podemos disfrutar de un álbum físico, profesional, donde está salvaguardada una música, una cultura y una identidad que está en una inminente delgada línea de extinción; así como ya sucedió con otras expresiones. Métale alabaos a sus oídos y corazón : “Sangrada Santa María”, “Adiós mi querida madre”, “ Desde que empezaste”.



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ARS FUTURA Por Mauricio Andrés Rodriguez @IgorVersusIgor

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Aféctame:

El arte de cambiar el sonido

ace unos días un amigo me dice:

– Estoy buscando un buen delay de cinta ¿cómo se cual es bueno? Mi respuesta fue: – Pues si necesita hacer esa pregunta tal vez no tenga sentido que compre un delay de cinta. ¿Porque necesita un delay en primer lugar? ¿Ud. reconoce el sonido de un delay vs una reverb con pre-delay? Mejor aún, ¿Ud. reconoce el sonido de un delay de cinta? . Los músicos somos muy dados a querer cosas que en realidad no necesitamos o de pronto no sabemos ni para qué sirven. Es mejor tener poco, y bien usado, que mucho y sin saber exactamente para qué es. Es curioso… piensen en esto: Jorge va al concesionario de la BMW y saca un modelo 2018, pero antes de mostrárselo a familia y amigos va a un taller en las afueras de la ciudad y hace que lo pinten de otro color con la pintura dorada más económica posible, que le cambien las sillas de cuero por forros “Gamín” (los que parecen calzoncillo de persona muy obesa) y por supuesto, que le pongan luces neón debajo del carro. Ahora… Pedro no lleva el BMW a ese sitio sino donde su amigo Pablo Picasso, (quien gracias a la tecnología revivió y ahora se dedica a pintar carros) y el man le hace el diseño más impresionante de la historia y el carro se convierte en una obra de arte. Mientras tanto Margarita no hizo nada. Salió con el BMW de fábrica. Jorge desvalorizó el carro, Pedro lo volvió invaluable, y Margarita conservó el valor original (que para empezar ya era alto). Es lo mismo que pasa en el sonido y es el mismo criterio que hay que tener al emplear efectos en la cadena de audio. Al emplear efectos podemos crear sonidos icónicos, como

la batería de When the levee breaks de Led Zeppelin, las guitarras de Tom Morello y The Edge, las “voces” sintetizadas de Kraftwerk y Daft Punk. Por otro lado si los efectos se aplican de forma desordenada podemos tirarnos el sonido original. Y es que hay que tener en cuenta que la idea de los efectos no es poner por poner. Si el efecto mejora el sonido original lo conservamos, pero si lo empeora lo quitamos. Es como los políticos en este país, si una línea ideológica ha cagado al país por 200 años uno la cambia por una diferente ¿cierto? Bueno mentiras… mal ejemplo, en Colombia no hay lógica. El problema del bien y del mal El lío está en el criterio con el cual decidimos qué suena bien y qué suena mal. Y eso mis queridos amigos es lo más bonito y polémico de la música: es subjetivo. La música está construida en lo que los teoristas de medios han llamado “discursos”. Según Tim Wall (2003), un “discurso” en música es un grupo de entendimientos compartidos entre músicos y oyentes que constituyen formas de tocar, de oír la música, de baile y movimiento, incluso de lenguaje. Un buen ejemplo de un discurso es el cabeceo propio de los conciertos de rock: nadie puso de acuerdo a a todos los greñudos para que movieran la cabeza al mismo tiempo. Al ser fans de el estilo rock ya saben cómo vestirse, moverse, y comportarse en el concierto. Y eso también aplica para las formas de tocar y los sonidos que la audiencia espera oír. Cada género tiene una estética que tiene tanto que ver con, por ejemplo, la forma como se toca la guitarra con la forma como suena esa guitarra. Como músicos y productores tenemos que desarrollar un sentido estético para aplicar nuestros efectos. Esto se hace parando oreja, oyendo nuestra música favorita con mucho mucho cuidado. Algo que los ingenieros de sonido llaman audición crítica. Es

pasar de oír como músicos y comenzar a oír como productores. La idea es oír muy cuidadosamente a nuestros referentes artísticos y como detectives tratar de decodificar las cosas que hacen que eso suene como suena. ¿la voz tiene o no reverberación? ¿eso es una reverberación o un delay? ¿es corto o largo? ¿la batería suena natural o modificada? ¿el ataque del bombo es pronunciado o atenuado? Las respuestas a veces no nos gustan. Un ejemplo común que encontré produciendo cantantes es que muchos de ellos se sienten más cómodos con reverberaciones largas y difusas, sin embargo si uno pregunta por sus referencias encuentra uno voces con muy poquita reverb y quizás una reverb corta con un pre-delay largo. La cuestión no es poner unos efectos para uno sentirse mejor, no se trata que a mi me ‘sode’ tal efecto. Se trata de que ese efecto funcione dentro de la estética que queremos crear. Desarrollando la estética Dicho esto, mi humilde opinión es esta: para aprender hay que jugar. Si quieres aprender sobre delays, la cosa no es ver todos los tutoriales de youtube. David Bowie decía que lo primero que hacía con un sintetizador o efecto era botar el manual a la caneca y comenzar a mover todas las perillas a ver qué pasaba. Pasar horas y horas tocando con el efecto y alterándolo, conociendo sus límites y posibilidades. Hoy en día hay cientos de efectos en versión plug in que uno puede descargar legalmente y usar por un periodo limitado de tiempo, uno puede usar eso como una herramienta totalmente gratuita para aprender sobre algunos efectos. No importa que la licencia expire, lo importante es aprender. Después de probar muchas cosas uno va desarrollando un gusto por ciertos sonidos y uno va aprendiendo cómo crear los sonidos de otros artistas reconocidos. Y cuando uno ya está más seguro de lo


que quiere ya mira a ver en qué equipo invertir. Cierto, hace mucha falta un Guitar Center en Colombia donde uno pueda ir y jugar con una gama gigante de pedales, ampletos y guitarras, un sitio donde uno pueda probar las cosas con toda tranquilidad antes de comprar (¿ya existe?). Mientras tanto, pienso que el mercado del usado es una buena opción, en grupos de Facebook es común ver gente comprando/vendiendo todo tipo de equipos de audio. Comprar, probar, si no funciona para nuestras necesidades, vender. Y ojo, todos somos músicos y estamos en la misma tragedia de hacer arte en el tercer mundo, tratémonos bonito al comprar y vender. Efectos para todos El ‘Vomit-Death-To-My-Mother Distortion Pedal’ no es necesariamente el mejor pedal de distorsión. Muchos pedales del mercado vienen en llamativas cajas y vienen con flamboyantes nombres y colores, pero no se deje engañar: a nadie en el público le va a importar el nombre del pedal que ud. usó, lo que importa es cómo suena. Nunca se deje llevar por la empatía con cierto diseño, tenga en cuenta que ese color y ese nombre fueron diseñados para que Ud. compre ese pedal y seguramente no tiene nada que ver con el sonido real del efecto. Otro detalle a considerar cuando se quieren usar efectos en hardware son las entradas y salidas disponibles al equipo. Si el efecto va para una guitarra o bajo, hay equipos con entradas adecuadas para esa función, tanto por el tipo de plug como por la impedancia de esos instrumentos. Hay también efectos con entradas dedicadas en XLR para aplicar efectos a micrófonos. A veces se cree que los efectos son sólo para guitarros y bajistas, pero hoy día no hay limitaciones. El batero perfectamente puede experimentar con un delay en la línea del micrófono del redoblante, y si ese delay está ajustado al mismo tempo que el groove que el batero hace, ufff…. Limpio también es una opción Vale resaltar que tocar sin ningún efecto casi que podría ser considerado un “efecto” como tal. La estética moderna está tan recargada de efectos sintéticos que cuando algo está al desnudo llama mucho la atención. Es cuestión de encontrar un balance con los otros instrumentos, una batería puede tener una reverberación que la haga un poco difusa para que la voz principal se sienta en primer plano muy seca. En fin… como ya dije, es cuestión de la estética de cada género. Sigan jugando.

LEE también ‘Anatomía de la canción’

Bibliografia Wall, T. (2003). Studying Popular Music Culture: Hodder & Stoughton Educational.


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SONIDO STUDIO TIPS Por Pedro Garzón @garzonproductor www.sonidostudio.co

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Termine la mezcla!

Estas seguro?

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se maravilloso momento de la vida de un productor musical o ingeniero de sonido al mover por última vez el master fader de tu sesión y das por sentado que los días invertidos en la preproducción, sesiones interminables de capturas, y horas agotadoras frente a tu DAW tomando las decisiones cruciales en la mezcla llegaron a su final, inclusive al leer este artículo es innegable que cada momento de esos lo tienes grabado en tu mente en cámara lenta, con aquella sonrisa de triunfador…pero realmente ¿estás seguro?. Es normal sentirnos agotados como si hubiéramos preparado un transbordador espacial, no es lo menos; después de canalizar las energías de un grupo de 6 músicos o para el mejor de los casos, 12 a 14 músicos de una orquesta con su staff de producción, de lidiar con las decisiones técnicas, que ‘par espaciado’, que ‘x/y’, que la ecualización, la compresión, las reverberaciones, el posicionamiento de los músicos y transductores, que la espacialidad, cuantizaciones, los gates, los niveles, los clips, la saturación, las fases, las frecuencias, la interconexión de todo el equipamiento, el tiempo, el presupuesto; son tan solo algunas cosas que hemos manejado al terminar el proceso; en retrospectiva si se ve un poco difícil, es porque efectivamente lo es. Por lo general cuando damos por terminado el proceso de mezcla, es seguido por lo menos de dos correcciones con el artista o la banda; es importante hacer la retroalimentación con 1 ó 2 integrantes del grupo (pueden ser el arreglista y el director), porque puedes enloquecer si 10 miembros del equipo te dicen a qué subirle o bajarle, y en la mayoría de esos casos, diferentes miembros del grupo piden cosas opuestas y llegan a contradecirse. En este punto sólo te puedo decir, paciencia, seguridad al exponer tus criterios, siempre a favor del lenguaje que acordaron al inicio del proyecto. Revisar cada pequeño detalle, cuando tenemos sesiones con demasiados tracks verificar que alguna sección o canal no haya quedado en mute o con alguna inserción indeseada, que haya sido la toma escogida, etc. (Hacer las anotaciones respectivas en los comentarios de cada canal te ayudará minimizar esos errores). Sacar ese bounce y hacer las pruebas pertinentes en cualquier cantidad de speakers, reproductores, sistemas de audio, pruebas en mono ó audífonos tengas a la mano. Después de ese ejercicio seguramente harás algún otro pequeño ajuste a la mezcla. No voy a entrar en la discusión de los parámetros de lo que hace buena a una mezcla, pero sí en lo que la hace mala: No puedes escuchar uno ó más instrumentos o voces adecuadamente. La fidelidad es pobre, se pierden frecuencias o hay tracks fuera de fase.

La mezcla no traduce, es posible que suene bien en tus audífonos pero no de esa manera en otro sistema. Problemas de fase, si algunas voces desaparecen al reproducir en mono. Pérdida del rango dinámico. Recuerda que en la etapa final del proceso al mezclar un disco o canción, cualquier ajuste que soliciten por pequeño que sea, hará necesario que reajustes algunos otros canales o plugins que ya tenías bien, por eso es muy delicado hacer cambios bruscos en la parte definitiva. Después de revisar con lupa todos estos detalles artísticos y técnicos, ahora sí podrás tener una “última” revisión con tu artista y el equipo,


seguramente en ese instante si llegara a salir alguna corrección será muy pequeña y se hará en ese mismo momento, aquí entra muy bien una frase que le escuché al reconocido productor Juancho Valencia de Puerto Candelaria “Un disco nunca se termina, uno simplemente lo abandona”. Por último con calma, en la soledad del estudio re escucha nuevamente todo el disco antes de enviarlo al estudio de masterización. Sólo después de que ese álbum o canción esté de regreso del mastering, con los discos prensados, subido a las plataformas digitales y con el trabajo de comunicaciones iniciado, solo…solo en ese momento podrás afirmar categóricamente: ¡Terminé la mezcla!.

LEE también ‘A Grabar el disco, ¡necesitamos un productor!’


Systema Solar:


Trรณpico Sideral


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SYSTEMA SOLAR: TRÓPICO SIDERAL

letra, un beat o un elemento visual?

ás de una década ha pasado desde que el Systema Solar se conformó, y a pesar de la fuerte atracción que toda su música genera, es descubrir y (re)conocer sus motivos y conceptos lo que nos lleva a inevitablemente caer dentro de su campo gravitacional y orbitar su mundo. En una nutrida conversación con Índigo, “la voz del despegue”, logramos recorrer un poco toda la nebulosa que los rodea y escudriñar y visitar a fondo lo que hay dentro del trópico sideral de Systema Solar.

No todos vivimos en la misma ciudad así que siempre cuando estamos reunidos es porque hemos acordado hacerlo, y siempre hay algo que es un común denominador que creo que es el que ha facilitado que podamos estar ya casi once años juntos, es el siempre tener una actitud muy abierta a la broma, a mamar gallo, a no criticarnos entre nosotros mismos sino todo lo contrario, entonces así surgen las ideas, alguien dijo algo o compartió algo y de eso surge un beat, surge una frase, y a eso cada quien le va complementando y cuando venimos a darnos cuenta ya está la canción hecha. Y también se da mucho en las sesiones de improvisación, empezamos a hacer música sin saber para donde vamos y en el camino vamos encontrando lo que luego se convierte en una maqueta, en una canción.

¿Cómo están, cómo va todo por la atmósfera del Systema Solar?

Ya pasó más de una década, ¿se imaginaron que en el año 2018 estarían donde están?

Bueno, bien hermano, este en un momento en el que hemos estado en una combinación de acciones, unas de seguir conectados a visitas, a festivales, a conciertos tanto en Colombia como en otros países cercanos. Seguimos optimizando algunos procesos internos de trabajo en cuanto a organización de las canciones y su distribución, con quiénes hacemos sincronizaciones y opciones de que la música se mueva más allá de los conciertos. También por otro lado preparándonos, ya estamos en este punto de construir nuevo material. Nosotros en el álbum “Rumbo a Tierra”, que es el tercero, hicimos canciones que no quedaron incluidas en este disco, que están todavía sin conocer, entonces esas canciones junto a otras nuevas que vamos construyendo constituirían el cuarto álbum de la banda. Y otra faceta que hace parte de lo que hacemos es impulsar y estar acompañando diferentes causas sociales, hemos sido nombrados como embajadores de una campaña que se llama Alianza contra la deforestación. Es sumar y no quedarnos criticando sin saber sino meternos en el asunto.

(Risas) Tremendo. Creo que no. Realmente lo que ha sido es que nos conectamos con esa primera presentación ante cuatro mil personas que realmente fue como un ensayo general que tuvimos porque nosotros no teníamos en la mente crear una agrupación así hasta cuando surgió la oportunidad con una invitación que no era ni para nosotros, era para dos personas de lo que hoy es la banda. Entonces saber que ese día que nos presentamos y sentimos que hubo una conexión, nos hizo continuar y lo que ha pasado es que ha sido como una cadena que no ha parado y una cosa llevó a la otra. Ha trascendido las fronteras en las formas de nombrar lo que somos, podemos estar en un festival de rock de esos más convencionales, más conservadores, paradójico decirle al rock eso (risas), podemos estar en un festival de corte electrónico, de world music y en todos encajamos porque la música nuestra no habla de géneros, cada canción es una exploración. No nos imaginábamos que esto iba a pasar, lo que hemos sido es muy conscientes de que lo que hacemos nos divierte y sabemos que conecta con las personas, entonces esa es la justificación.

Por Ishkur @_ishkur

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Además de la gozadera, la música, la creación artística ¿por qué tan fuerte esa iniciativa social en la banda? Creo que las iniciativas de conciencia social no están en ningún momento para nosotros desligadas del quehacer artístico. Nosotros somos un colectivo músico-visual, entonces todo el material de conciencia que se mueve a nivel visual y sonoro así como las acciones de apoyo a las organizaciones están conectadas al contenido de lo que hacemos; no está detrás, no está delante, es parte del texto completo de lo que hacemos. En nuestro entorno en general está el reto de vivir con el ejemplo. Cada quien en la banda aporta a que se entienda que la música no es entretenimiento vacío, esa sabrosura no tiene que ser sinónimo de no ser consciente, el vacile es efectivo en tanto tú estás aterrizado, estás conectado, en cuanto tú te desconectas realmente no te la estás vacilando porque estás es generando más problemas. Un vacile real, que es un disfrute pleno de tus derechos, un vacile que te lleva al éxtasis con la música, a la catarsis, a sentirte libre. Ese es el viaje, no abrirse del parche sino estar en la jugada. ¿Cómo es el proceso en la banda desde que surge una idea hasta que se materializa y se vuelve una canción, una

Ustedes giran mucho por fuera del país ¿en qué momentos se sienten más lejanos de Colombia y en qué momentos más cerca de ella? Cuando hemos estado por fuera siempre llega gente de Colombia, es impresionante. Eso nos hace conectarnos mucho con el país y sentir que somos un combo que está en el mundo representando lo colombiano. Y con lo otro, afuera creo que te sientes lejano cuando ya pasa mucho tiempo (risas) empiezas a extrañar tu familia, la comida. Somos una banda que gira y nos gusta hacerlo a una escala humana (risas), hay artistas que se pasan un año de gira y nosotros no lo queremos hacer así tanto porque tenemos familias, somos padres y madres y sabemos que el tiempo con ellos no se devuelve. Y en Colombia nos sentimos alejados de entornos, incluso de nuestras propias ciudades a veces, lo positivo es que nosotros hemos ido construyendo una circulación alternativa a la radio comercial, a los circuitos comerciales. La gente llena nuestros conciertos es porque está conectada con nosotros más allá de la radio comercial, sin embargo eso nos aleja de personas que, aunque estemos cerca, no nos conocen (risas). Creo que la ciudad más clave, que nosotros sentimos como


la casa casa es Bogotá. Aunque yo viva en Barranquilla sé que hay un gran sector en la ciudad que no está conectado con Systema Solar, que no es porque no le guste, es porque todavía no ha llegado a conectarse porque no lo conocen. Estamos en el futuro, hace 20 años quizá nadie podría haber imagino que la música se consumiría de la manera en que hoy se hace, tenemos dispositivos en los que podemos almacenar toneladas de música y acceder a ella muy fácil. ¿Cómo crees que se creará y se consumirá la música dentro de 10 o 20 años, cómo se descubrirá un artista o cuál será el género de moda en el 2028? (Risas) Yo siento que cada vez sigue teniendo fuerza fundamental la relación directa, cuanta más prótesis nos pongamos cada vez más fuerte también será el intento de estar conectados directamente, es decir, toda la parafernalia de los equipos es alta fidelidad, 3D no sé qué, lo que significa eso es tratar de ser lo más fiel posible a como es en la realidad. La alta definición no es más que tratar que tú veas como es ¿y cómo es? Pues como es sin pantallas (risas) o sea, teatro en casa es como tratar de hacerte sentir como tú escuchas en la vida real que viene algo de un lado, que te das cuenta del otro, que puede venir algo de arriba que te atrapa que te envuelve porque en la realidad eso es así. Y la música estará a la carta. Creo que esa estrategia de los playlists seguirá mandando la parada y cada vez serán más especializados. El mundo DJ sigue vigente, la cultura picotera sigue vigente porque ellos se atreven a proponer, a explorar en lo que hay. ¿De qué se nutre Systema Solar actualmente, qué están escuchando sus miembros? Cada uno de nosotros tiene diferentes contextos, DaniBoom es muy del techno y del house pero él todo el día escucha lo que hay en el bus, escucha mucha música regional. En nuestros tiempos libres siempre buscamos lo del campo, lo rural, estamos pendientes de qué es lo que pasa en el pueblo. En mi rol de radio estoy pendiente de impulsar lo local, lo que pasa en mi barrio, ahora estoy ayudando a impulsar varias propuestas, una es la de Dalio Marson que se llama Karibetroniko. Y así mismo estoy muy pendiente de todo lo que pasa con la música de contexto afro mundial, lo que pasa con las nuevas agrupaciones de países africanos, lo que pasa con la escena del reggae, el hip hop, el soul, el R&B. Recojo discos en los pueblos para samplear, para tocar como dj o para usarlos con Systema Solar. El vallenato, tanto en el contexto comercial como lo menos conocido. Oímos de todo, Jhonpri ahora está de dj, está explorando el universo del drum and bass y del house pero también está buscando la música que él escuchaba antes. Andrés, nuestro percusionista, es músico de sesión, entonces él puede grabarte hoy con Iván Villazón y después te graba con un grupo de rock o un grupo de nueva música colombiana. Hablamos del futuro y el presente, pero ahora una pregunta hacia el pasado ¿Si pudieras viajar al pasado a ver a cualquier artista en vivo, a quién verías, en qué época y por qué? Uy tremendo (risas), creo que hay varios por diferentes épocas, imagínate estar ahí mientras la conciencia de la danza y del sonido de una comunidad es llevado a esa dimensión chamánica en que la música de manera fuerte

se constituye en esa conexión ancestral, ahí todavía no se había ni grabado, era una experiencia directa. Está muy bueno pegarse un viajecito de esos para llegar a esa parte en que una comunidad vibra con su entorno. Luego, toda esta época de los cantos de trabajo, pasando por el jazz, el blues. Me hubiera gustado estar presente en ese periodo de emancipación antiesclavista. Mágico debió ser ver a Muddy Waters. Después, en África hay una agrupación que me gusta mucho que se llama Soul Brothers que vienen del periodo anti Apartheid. Me hubiese gustado estar ahí, de hecho, tengo un proyecto que implica que tengo que ir allá, a Johannesburgo, a Soweto a recoger unas historias. Y me hubiese gustado estar ahí en ese pleno momento en el que la música sirvió de código de liberación. Ya que hablamos de la antigüedad de la música, ¿cuál es tu recuerdo más temprano de música? Hay dos cosas que me marcaron, una, saber que en mi casa había una radiola Phillips. Y ahí había discos y había una radio, por eso mi gusto por la radio como ese lugar donde uno mueve una perilla y empiezan a aparecer diferentes universos y eso me marcó porque podía descubrir cosas. Y otro momento clave para mí fue cuando me llevó mi mamá al Festival de Música del Caribe en Cartagena. Yo tenía diez años, y pude ver en vivo a agrupaciones como Freddie McGregor de Jamaica, a la Original de Manzanillo de Cuba, la agrupación de soca Arrow y también de Barbados a la agrupación de calipso Burning Flames. En un principio yo ni sabía cómo se llamaban esas agrupaciones, pero eso me marcó porque era una experiencia de música de esta energía del Caribe en un entorno meramente colectivo y abierto al público, era de entrada gratuita el festival el último día y lo hacían al lado de la playa, entonces era una experiencia poderosa (risas). Eso me marcó mucho. Te digo el año y el nombre de cada uno de los álbumes de Systema Solar y tú me dices una palabra o una frase que defina el estado en que la banda se encontraba en ese momento. Año 2010, disco Systema Solar Cada quien poniendo lo suyo y sorprendiéndonos entre nosotros. Samplers. 2013, La revancha del burro Conexión con el mundo de los sintetizadores análogos. Lo clave ahí es en vivo, la conciencia de lo que fuimos construyendo en vivo fue lo que garantizó que ese disco se hiciera grabado en bloque como si estuviéramos en concierto. 2016, Rumbo a tierra La búsqueda de instrumentos más acústicos. Una reconexión con los elementos básicos. Y vamos más hacia allá, lo que viene ahora es quizá un poco más hacia allá. Y para finalizar, ¿algo que quisieras decirle a cualquier persona, fanático, detractor, desconocido que lea esta entrevista? Que escuchen y se dejen llevar por lo que escuchan y no tengan una fórmula única para conectarse con ello. Sin juicios. Siéntanlo.


ENLACES https://www.facebook.com/elfreaky/ https://www.instagram.com/freakycolectivo/ https://www.soundcloud.com/elfreaky

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stán cerca de cumplir su primera década, empezaron como una “fiesta” y ahora son además de una agrupación “una experiencia” según su fundador Andrés Shaq quien, en compañía de Mike Style, Kmmy Ranks y FatSuggarDaddy conforman El Freaky Colectivo. Son la agrupación colombiana más excelsa en ese tan fallidamente replicado arte de combinar, reinventar y mezclar sonidos folclóricos y autóctonos de nuestro país con sonidos modernos. Lo que crean permite ser escuchado en cualquier momento, apreciado y situado a los más altos niveles de producción y descomponer e identificar cada elemento sonoro de lo que estos cuatro hacen da prueba de toda la inmensa heterogeneidad de sus mezclas. Ahora, una cosa es escucharlos y otra verlos en vivo y vivir la experiencia de sus presentaciones y sus fiestas. Si tiene la oportunidad hágalo, el único arrepentimiento que puede tener será no haber bailado suficiente. Las pistas que ellos producen son como

condimentos, de por sí sabrosos solos, pero siempre listos para ser cocinados en recetas más complejas y consumidos por los oídos en cada una de las presentaciones de estos chefs de la música. Ya sea preparando sus recetas en el Festival Glastonbury en el Reino Unido, o el Estéreo Picnic, el Evento 40 o Rock Al Parque en Bogotá, en South By Southwest en Texas, en las fiestas del Passa Passa Sound System en Cartagena, en el Vive Latino en México o en el Carnaval de Barranquilla, la música del Freaky, inclasificable bajo un solo rótulo, es global y se adapta a cualquier paladar auditivo. Con un álbum, muchos sencillos, remixes y colaboraciones bajo su nombre, el listado de artistas con quienes han cocinado es interminable y no deja de crecer. Pendientes de lo nuevo que traerán porque desde Juanes hasta Damian Marley y Alfredo Gutierrez están aderezando con El Freaky.



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ARTISTA Por Margarita Juliá @julia_contilde

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Juan Carlos Rivas

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“El CHATO” EN EL TIEMPO DEL FEELING

Un homenaje a la música propia, a composiciones del corazón inspiradas por un alto contenido de realidad; a las canciones que escribió mientras dedicó sus días para acompañar y enriquecer el mundo de un sin número de artistas en el país.

Algunos han decidido pasar sus días entre sonidos, tarimas, estudios e incluso los gritos de la academia sin ser propiamente académicos. La vocación y necesidad de transferir conocimiento teniendo como principio la entereza y la pasión, hacen de Juan Carlos Rivas un ser humano en quien habita una buena parte de la historia rock, pop y forclore nacional; una carrera de la que han sido testigos estudiantes que confiesan haber dejado su primera elección de pregrado para seguir el camino de la música…

FOTOGRAFIA Sebastián Rodríguez - @Sebcreativo

Y sabiendo que en ella, la música, hay espacio para todos y que cada uno es responsable de encontrarlo, El Chato se ha dado a la tarea de guiar e intervenir en este proceso individual como maestro de diferentes instrumentos y ensambles musicales a lo largo de su carrera en instituciones educativas como la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad Jorge Tadeo Lozano o la Escuela de Música Fernando Sor “El chato” ha sido un elemento clave y disímil dentro de los músicos de Colombia pues ha sido su capacidad de


trabajo en equipo lo que le ha permitido ser reconocido dentro del circuito compartiendo su talento como bajista y/o productor de más de 50 artistas emergentes de todos los géneros y también de algunos referentes nacionales como: Shakira, La Derecha, Totó La Momposina, Poligamia, Sidestepper, Distrito Especial, Carlos Vives y hasta el Binomio de Oro entre otros. Ser compositor es más que tener algo que decir, saber tocar un instrumento o gozar de una base teórica… Componer es también conjugar la expresión, la memoria sonora, el entorno y la naturalidad en un sólo lugar; esta es la razón por la que agrupaciones como: las 1280 Almas, Ultrageno, Aterciopelados e incluso La Derecha y La Chatoband (su proyecto personal) han sido claves para la construcción de los imaginarios del asfalto, la política, el romance, la noción de ciudad Latinoamericana y el sonido del rock capitalino. ¡Chiqui cha! ¡Chiqui cha! ¡Dizque ya! Dizque ya… Es una anécdota de honestidad compositiva, la historia de un balbuceo infantil que inspiró un funky sentimental que a cuenta de la tecnología del año 2000 y el destino, hizo de una grabación un producto final con métrica de soul. “Nos reunimos con Pablo Bernal, Arnold Rodriguez y Sergio Solano a grabar la canción en una grabadora de casete pero al otro día, cuando fuimos a terminar las voces nos dimos cuenta de que se había movido el pitch de la máquina y entonces se bajó la velocidad del tema, ese accidente hizo que encontráramos la onda que en realidad queríamos para la canción” Sumando el tiempo, contado historias El tiempo del feeling es el nombre con el que Juan Carlos Rivas tituló hace 15 años lo que hoy sería su más reciente hazaña musical, un encuentro que reconcilia la edad con la experiencia; 50 de vida más 30 de carrera... De alguna manera son 80 años recorridos. Pareciera que el universo conspira en forma de sonido alrededor de este músico que si bien pasó una vida cargada de momentos de contraste, ha enfrentado el por qué de su vocación entre personas de diferentes tonos emocionales, académicos y espirituales. “Quiero lograr que muchas personas canten a un mismo coro para mostrar que la música es una sola, que podemos hacerla juntos y la diferencia está en la interpretación pero todo el mundo puede tocar lo que quiera y no hay barreras religiosas ni políticas” Puede o no ser un disco, puede o no ser un gran evento, lo cierto es que cuando el tiempo del feeling llegue, estaremos aquí para escucharlo. “(…) El tiempo del feeling es el momento de entregar toda la sensibilidad, es el momento para que el arte realmente nos toque y para que el propósito espiritual de la música se recupere un poco, para hacer música consciente, música del corazón”

ENLACES www.facebook.com/elchatorivas


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Artista Por Miguel Angel Corzo Fajardoå miguelcorzo@gmail. com

Juan Nativo: Música, Fusión y Evolución E

ntre los incontables músicos colombianos que abandonan sus territorios natales construyendo sus proyectos en la capital, muchos claudican ante el inexorable desinterés de una metrópoli donde abundan la oferta y la imposición mediática. Sin embargo, hay unos pocos de ellos cuya perseverancia incuba propuestas innovadoras y transformadoras, que resultan de procesos de arraigo desde la lejanía; esos artistas son más valiosos que los surgidos del azar o la payola. Por eso, para Music Machine Magazine, estos protagonistas de la cultura son susceptibles de visibilización y engrandecimiento, porque lo merecen. Así es Juan Henao, un paisa nacido en el municipio de Carepa en el Urabá antioqueño, donde se matiza, junto a la cultura cordobesa y chocoana, un territorio dolido por su pasado de violencia y narcotráfico, pero enriquecido de progreso por su gente. Él es un ejemplo de ese matiz, de la mezcla de influencias, quien junto a los músicos que lo acompañaron desde principios del siglo XXI, jamás fue estigmatizado

en su entorno artístico nativo, porque era tan versátil que despertaba admiración: “Con la mente abierta desde aquella época, teniendo una banda de rock, compartíamos escenario junto a agrupaciones de bullerengue, de reggae y de pop. Considero que la música es una y no hay porqué radicalizarse”. Y es que llevar el nombre de Sobredozis era fuerte, como su música, con la que estos músicos buscaron un espacio en Bogotá, dejando todo lo que conocían y sentían. Luís en la voz, los hermanos Villegas en la guitarra y el bajo, alinearon la banda en ese momento teniendo a Juan Nativo en la batería. “En 2003 decidimos trasladarnos a la ciudad de Bogotá buscando más horizontes y nuevas oportunidades por el tipo de música que hacíamos; un hardcore mezclado con acentos latinos como la salsa y el son. Lo que hacíamos estaba fuera de contexto en nuestra ciudad y todo era limitado”, asegura Nativo con una nostalgia evocadora cargada de orgullo, pues no solo lograría abrirse un espacio en la escena del rock en aquella época, sino también reafirmar su esencia y hallar su futuro: “Cuando llegamos a Bogotá encontramos gente que manejaba nuestros mismos gustos e influencias. Nos dimos cuenta de que había una escena, bares, bandas, medios, proyectos; por eso nuestra percepción fue que sí estábamos dando el paso acertado, que sí íbamos en la dirección correcta”. Sin embargo, su llegada a la implacable urbe capitalina tuvo más inconvenientes que facilidades, situación que no fue un obstáculo para que él y sus coterráneos siguieran adelante. “En un principio no teníamos donde quedarnos, por ejemplo, pero siempre hubo gente que nos tendió la mano; recuerdo que Cataldo Florentino, un amigo de un ensayadero llamado Música Libre, nos ofreció su espacio para alojarnos y ensayar… fue un man elegante. Con el tiempo logramos una estabilidad en la ciudad. En lo personal, fui mesero, barman, dj, roadie, stage manager, ingeniero de sonido aprendiz, hice de todo para salir adelante sin abandonar la música”. Sostiene Juan. Gracias a las personas que acogieron a Sobredozis en Bogotá, la banda comenzó a obtener logros, a cumplir sus expectativas; se presentó incontables ocasiones en bares, festivales y eventos. Montaron una sala de ensayo que era frecuentada por diversos artistas, entre vallenateros, cristianos y rockeros, llamada Camina Records (por las largas caminatas en Urabá). Durante sus cuatro años de lucha en Bogotá, estos músicos obtuvieron experiencia y se vincularon a la escena bogotana: “Una muestra fue Proyecto Virus, gestado por Donny Rubiano (QEPD) donde convergieron muchas bandas como No Silence, Raíz, Etil Butano, Humo, Pr1mal y un montón más. De ese parche, cuando vimos tocar en Rock al Parque a De2 y Koyi-K-Utho, nos dimos cuenta que teníamos que estudiar más, que debíamos buscar un sonido propio. Esas experiencias nos ayudaron a madurar. Ahí nos dimos cuenta de que la música era nuestro destino y nuestro proyecto de vida. Así superamos las situaciones no gratas”. Tras disolverse Sobredozis por conflictos internos, Juan continuó su exploración, su construcción personal con distintos artistas que marcaron su camino como músico y productor: “Trabajamos con Pielmantra tres años, grabamos un EP, ‘Volúmen 1’, de siete canciones, experimentando sonidos colombianos con electro, rock y algo de pop. Después estuve como baterista en bandas de reggae, rock y hip-hop. Empecé a estudiar música tradicional influenciándome de otros géneros. Participé en los talleres del programa distrital Tejedores de Sociedad; allí aprendí percusión colombiana y latinoamericana, toqué Samba, participé en comparsas. Además me gané una beca para estudiar en la Sinfónica Juvenil de Colombia, donde conocí estudiantes y profesores muy talentosos con quienes


creamos el grupo El Manzano, de latin jazz, montando estándares del Real Book. Luego, también armamos el grupo Metropolitan Reggae con Roni Rasbarule, paisano y amigo muy cercano que actualmente toca conmigo. Ahí supe que era posible tener un sonido propio”. La experiencia y la formación de este carepense en Bogotá, dieron un giro evolutivo después de diez años de arribo. Con autenticidad, él quería volver a sus raíces. Entonces decidió emprender sus propios proyectos, sus ideas; y retornó a su pueblo natal para comenzar un trabajo de gestión cultural con artistas de música tradicional, particularmente con Bananeras de Urabá, un grupo de bullerengue que lleva más de cuarenta años representando la región. Al respecto, Juan Nativo señala: “Comencé esta labor de gestión con un amigo de la Universidad de Antioquia, a partir de la idea que me venía rondando hacía un tiempo, de aportar a la música en Urabá. Sabía que debía proyectar mi tierra. Grabé a esta agrupación un EP de cuatro canciones. Y en vista de esa riqueza que visualicé, nació URABÁ CONEXIÓN, y con ella, mi carrera como productor musical; monté mi estudio y seguí formándome. Actualmente, co produzco artistas urabeños, como Yesid El Perseverante, Mr Felix y ADN”. URABÁ CONEXIÓN articula el aprendizaje de la esencia capitalina con las prácticas, costumbres y destrezas de la música tradicional de la costa norte colombiana; es positiva, constructiva y empoderada, como Juan Nativo, a quien no le da pena decir que Bogotá es un fundamento en su vida: “Sigo siendo artista en gran parte por esta ciudad y, porque donde nací, es lo que soy. A Bogotá le debo mucho, es muy raro dicho de un paisa, pero yo sí digo que es una chimba y que es la capital musical de Colombia, se mueven todo tipo de géneros y hay espacios para su promoción. Si no hubiera sido por Bogotá, yo seguramente tendría un negocio o trabajaría en una oficina. Esta ciudad me dio las bases para seguir el camino de la música”. Conectar un país es lo que hace Juan Henao desde su gestión cultural, desde su música; está escribiendo una parte de la historia y fortaleciendo los orígenes de su identidad, tras tomar riesgos fuera del círculo de confort y seguir sus sueños, que hoy siguen evolucionando, adaptándose como un organismo vivo que lucha por reproducir lo mejor de su material genético y creando nuevos lenguajes disruptivos, en un entorno feroz y cada vez más deshumanizado, polarizado. Se trata, según Juan Henao, de “Ubicar una propuesta en el mapa musical colombiano, y por qué no, en el mundo, investigando la música tradicional y transmitiendo un conocimiento a los artistas futuros para demostrar que es posible hacer música contemporánea con identidad cultural, desde las raíces”. En homenaje a Sofía del Mar, la prioridad de Nativo, su hija.

ENLACES http://urabaconexion.wixsite.com/urabaconexion https://m.soundcloud.com/juan-nativo-1

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Opinión Por Alejo Álvarez TW: @alejoelcachorro

laura Millenial ¿N

o han notado que desde hace unos años todas las “peladas bien” de ahora en Bogotá, de entre 20 y 25 se llaman Laura? Puede ser qué todas las mamás bautizaran esas peladas porque vieron mucha perubolica: Laura en América. O puede ser que vieron demasiado “Laura por favor”, por allá en los 90s. Nada mas váyase para la 85 en Bogotá y grite Laura y vera que todas cabecean tipo The Walking Dead, como cuando esos zombies escuchan un ruido. La señorita Colombia se llama Laura. También somos adictos a Laura Tobón y Laura Acuña. Entre otro millar de Lauras que hay en el país. Laura Millenial; le llamo yo. Laura Millenial, divina e inteligente, sagaz. Si, salgo con una Laura. Laura Millenial, me ama cuando le da la gana, me escribe cuando le da la gana (porque nunca llama), hace conmigo lo que quiere. Viaja, viaja mucho.

*Este texto hace parte del standup que presentará el autor próximamente en la capital. Un día en Cartagena, otro en Miami y termina la semana en Bogotá. Se enoja si no le doy like a sus publicaciones en Instagram pero no sabe que yo eso lo abrí por seguir la corriente y que se me dificulta hacer stories y manejar cada cosa. Laura estudia, estudia mucho. Solo me ve cuando tiene algo de tiempo. Luego vuelve y estudia. No hay casi tiempo, el mundo es muy competitivo, dice ella. Ahora quiero escribirle algo. Querida Laura: ya el tren me está dejando (porque eso dicen ustedes cuando uno va llegando a los cuarenta) y a duras penas pude con el Facebook y en Twitter sigo a Adolfo Zableh y el perfil falso de Carolina Sanin, por estar “datiao”. Laura, todos los días aumenta el vértigo cuando entro a Facebook y un grupo del que hago parte, que se llama “Los Ochenteros”, me recuerda los cabezotes de series cómo “Manimal”, “El Auto Fantástico”, “Los Magnificos” y decenas de comerciales de productos que ni te imaginas. Había uno que se llamaba “Quipitos” y era la locura. Un polvo blanco delicioso (como el otro polvo que tanto les encantaba a los ochenteros). Y ni hablar de las canciones, esas que tanto te


gustan y que salen en “Stranger Thinngs” y que me has mostrado con tanto entusiasmo diciéndome que creciste escuchándolas porque tu mamá escuchaba eso a diario. Yo sonrío suave, como para adentro porque es lo que escucho a diario, desde que despierto, hace quince o más años. Eres fanática de una muchacha que se llama Greeicy Rendón y de la relación perfecta que tiene con este man de Cali, Mike Bahía. Me dices: “que relación tan bacana tienen ellos” y que por qué no hacemos unas stories al levantarnos o preparando el desayuno como unos tales Tatán y Maleja, para que aumente seguidores. En ese momento miro para otro lado porque lo que no sabes es que intenté comprar seguidores y me estafaron. Yo tan ochentero y abeja porque dizque soy de la generación de “Los Victorinos” me embaucó un peladito como de 19 años, un influencer que le llaman. Aún sigo esperando la horda de seguidores que me validarán en Instagram, para inflar mi ego y chicanearte y decirte: mira, yo también existo. A vos te gusta una banda que se llama Tame Impala y mueres por un pelado que hace música electrónica que se llama Kygo, los escuchas en tu celular en una aplicación. Yo a media noche pongo un disco (si, un vinilo) de FletwoodMac y termino cantando a todo pulmón canciones de U2. Fue, lo recuerdo, en Estero Picnic donde nos vimos por segunda vez. Yo fui porque iba Pixies que también me gusta pero me dió duro el frio y ese puto barro. Chocheras que le llaman. Sabes que soy de esos que disfruta el concierto en casa en el proyector y la calefacción. Fui además a ese festival porque venía de un desencuentro en Tinder. Otra locura de un solitario desesperado. Me metí en esa “cosa” para ver si salía del verano pero solo conseguí reunirme con una muchacha que no le gustaba la poesía, ni yo. Me dijo que conservará la foto de perfil, que nunca, pero nunca la cambiara. No es culpa tuya ni mía, es la época. Es “lo que hay”. Lo que suenan las emisoras “es lo que hay”. Así lo quiso Alejandro Villalobos. Te gusta el reggaetón y bailas, digamos, delicioso. No como yo que a duras penas coordino unos pasos de salsa. En mis tiempos en que lo mas atrevido lo hacía Dr. Albam y El General, no imaginé unos pasos como los de hoy. Te encantan Ozuna, J. Balvin, Bad Bunny y mueres por esa canción que dice “baby nooo”. Ya ves, voy aprendiendo. Yo en esas fiestas me hago al ambiente, lo sabes. Me entretengo viendo los pasos o bebiendo y casi siempre hay alguien como yo, mirando alrededor como el meme ese de John Travolta, con quién se puede conversar. Creo que te quiero. ¿Qué hago? La brecha generacional no me trasnocha, intento ser sincero. Creo que a ti tampoco. Eso si, no me gusta que me la montes por darle like a fotos de otras viejas, o si una prima o una ex compañera de la universidad me comentan un estado. He intentado de mil formas hacerte entender mi enfoque: que dar un like no es como dar un beso o tocar una teta. Aún estamos lejos de eso. Pero tú insistes: un like es la cuota inicial de un polvo. Y allí comienza la pelea y viene eso que tanto nos horroriza, el bloqueo. Y no sé nada de ti por días y me provoca irte a buscar o llamarte al fijo pero recuerdo que ni se bien dónde vives, si con tu

mamá o con tu papá, porque todo pasa por WhatsApp y por supuesto no tienes fijo. Yo me refugio en unos poemas de un muerto, un tal Borges y vos me hablás de una viva, una tal Luisa Fernanda W. A veces me divierto un montón con esas historias de esa pelada. Lo que me cuentas o que hemos visto en tu celular en algunas tardes de paz. Te ríes un montón y yo también de las bobadas esas y de cómo editan de bueno las imagines y como aparece ella con otros y todos se “dan la mano” o se ayudan para hacer sus videos. Este con el otro en el video del otro. “El Mindo” y estas modelos y este otro man y el pelado Mario Ruiz con el otro, mas el otro y así. Y luego Daniel Samper con este y viceversa y ¿por qué no abres tu propio canal de YouTube? A la larga intento no polemizar tanto. De nada me sirven ahora mis argumentos, como dije antes, eres sagaz, inteligente y bella. Prefiero ser discreto y mantener la dulce calma, esperar el fin de semana a ver si nos vemos por algún recoveco de la ciudad, mi querida millenial. Laura Millenial. Ahora mismo veo que estás online, eso te lo aprendí. Online y no “hablas” (escribes diría yo). Me pregunto qué haces. Pienso en todas las Lauras que están a esta hora online. Pienso en muchas cosas y vuelvo y te stalkeo. No logro concentrarme pero eso si, tendré algo de sosiego ahora que salga el álbum Panini del mundial, tal como en México 86 e Italia 90, volverá la emoción de salir a la calle a buscar esas monas. Por ahora vuelve la sensación de soledad absoluta y esa cosa en el pecho que no se sabe ni que es. Eso que caracteriza a los de mi generación. En este momento, amigos, es donde subo el volumen de la radio (porque aún escucho radio) y vuelvo al escritorio, a las labores del día. Y suena: Laura no está, Laura se fue Laura se escapa de mi vida Y tu que si estás, preguntas porqué La amo a pesar de las heridas…

LEE también ‘¿Dónde te sentabas en el colegio?’


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ENLACES EL SEMILLERO

https://www.facebook. com/PatricioStiglichProject/

el semillero nuevos proyectos que emergen de la urbe, presenta:

patricio stiglich project “No reaction” cuarto lanzamiento de estudio de Patricio Stiglich Project condensa varios tipos de música que decantan en un sonido muy propio a lo que esta banda es y desde el primer momento está listo para estallar y hacernos estallar. Pero no va dirigido exclusivamente al nicho de los seguidores de lo progresivo, género por el cual han sido reconocidos en sus ocho años de trayectoria. Se siente un concepto creativo más colectivo, la autoría de los temas se reparte entre todos los miembros, marca un regreso a la raíz de “guitarrear en forma” donde “lo que prima

es el poder de la canción” como lo dice Patricio, resaltando las capacidades de todos los músicos que conforman el proyecto y a los invitados a este trabajo, sabiendo darle protagonismo a cada uno. En esta producción debuta como segundo guitarrista Ricardo Stiglich, hermano de Patricio, quien además es autor del tema que titula un álbum que cuenta con letras en inglés y español a veces introspectivas, a veces con mensajes muy directos. Con composiciones en las que a veces el riff es el protagonista y a veces los solos son quienes se vuelven el centro

de atención, muy al estilo Stiglich. “No Reaction” contiene canciones muy pegajosas, de esas con melodías que se quedan todo el día en la cabeza y hacen querer volver a escucharlas, y también canciones intrincadas de esas que mantienen al oyente pegado al botón de “repetir”. Por todo lo que le compone, es un disco para cualquier amante del Rock y el Metal, pero también para cualquier amante de la guitarra y la música en general. Candidato indiscutible a lo mejor del año en el país. Y para quienes saben esperar, hay un bonus track oculto.




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