literatura mutante
a modo de replanteo Esta breve introducción no podría ser breve, puesto que lo que tenemos que decir es bastante amplio. Mucho ha ocurrido en el ínterin entre la edición pasada y esta que tienes en tus manos, querido lector. Podríamos comenzar diciendo que sentimos la demora y podríamos citar los motivos por demás injustificados por los que no hemos podido sacar a tiempo la edición (en realidad, son los motivos de siempre: tiempo, dinero, flojera, etcétera), pero no; no vamos a hacer eso, en cambio, vamos a hablar brevemente de dos cuestiones que atañen al devenir último de la revista y algunos cambios importantes. Esta revista mutante ha salido de Lima (su espacio iniciático) y ha recorrido distintas provincias del país, traspasando las fronteras, llegando a Ecuador y México. Las fronteras son ilusiones y otras formas de privatización geográfica. Esta revista, para nada sedentaria, no cree en eso, tiene el culo inquieto. Los viajes por provincias del Perú y fuera de él se han debido a la generosidad de amigos y buenos receptores de nuestra propuesta. Nuestra gratitud y torpe cariño para ellos. Esto, descentrarnos, salir de Lima, nos ha llevado a conocer y recopilar un montón de trabajos de otros escritores que tienen en la literatura su manera de mantenerse vivos. Esta recopilación de trabajos nos ha servido, además de conocer sus propuestas, para armar la revista con, por lo menos, el doble de páginas, pero que, por cuestiones de dinero no podemos hacerlo. Sin embargo, sus textos están ahí y podrán formar parte de la siguiente edición. Esto también nos ha llevado a replantearnos la forma en que incluimos a los seleccionados: Hemos reducido el número de participantes por convocatoria abierta para aumentar los invitados que seleccionamos a dedo porque nos gusta su propuesta. Cambios que consideramos fundamentales. La extensión de la revista es la misma y su espíritu también: una luz brillante y etérea, aunque también confusa. Este número viene precedido de actividades disidentes que organizamos y organizaremos para reafirmar y despejar confusiones, o para destruirlo todo; incluyendo, por cierto, a nosotros mismos.
Año 4 - Número 5 - Abril 2014 MUTANTRES es editada por Viviana Barrios, Shirley Castañeda, Kevin Castro y Jorge Castillo. Es una publicación que pretende ser trimestral. Su tiraje es de 500 ejemplares. Colaboran: Crhistian Bafomec, Jorge Bracamonte, Filonilo Catalina, Jehú Coronado, Agustín Guambo, Omar Jasso, Óscar López, Mario Morquencho, Cristina Pavón, Daniela Rey, Sergio Ríos, Carlos Valle y Jorge Vargas. Ilustración de portada: Mutantres (ilustración intervenida) de Miguel Matute E-mail: tresmutan3@gmail.com Agradecimientos: Dilmar Alvarado, Mallinalli Balazo, Andrés Gonzales, Agustín Guambo, Gerardo Grande, Cristian López, Cristina Pavón, Daniela Rey, Enrique Verástegui, Jorge Vargas y la gente que organiza, en Cusco, Enero en la palabra. Papelería Autoadhe: Avenida José Gálvez 1660, Lince. Teléfono: 472-1907. WR Impresiones: Teléfono: 723-8089 E-mail: wr.peru@gmail.com Hecho en el Depósito Legal de la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2012-05060 Creemos en la piratería: fotocopia y difunde.
[voy a escribir la historia más jodida del mundo. será un film de 1h 30m] kevin castro
Opening: Kultura Babylon, Laguna Pai I. Fin de semana La primera parte irá de un tipo universitario que adora el cine ‘experimental’ y que odia todo lo que se ha producido en Hollywood después de los 90s. El tipo en cuestión vive despotricando contra todas las películas comerciales de Hollywood (y en general, en contra de cualquier película comercial que pueda ser vista en Cineplanet). En una de las escenas el tipo está intentando ligarse a una chica, hasta que comienzan a discutir de cine, porque a ella le aburre y asquea Viva la muerte de Arrabal y prefiere Saturday Night Fever con John Travolta. La discusión se torna innecesariamente ruda, así que la chica se va molesta y deja que él pague la cuenta. En otra escena el tipo está intentando ligarse a otra chica, pero vuelven a discutir porque ella quiere ver una comedia romántica en el cine y él una película de Woody Allen en un cineclub. Finalmente no se ponen de acuerdo y ella se va. El tipo pasa cada vez más tiempo mirando cine experimental raro y leyendo crítica de cine raro. Hasta que un día, mientras lee una revista de cine independiente, se da cuenta de que se ha quedado ciego. El tipo se asusta y acude a todas las clínicas caras de Lima a buscar un doctor u oftalmólogo o cirujano que le devuelva la visión. Pero todos los cirujanos y oftalmólogos de Lima han desaparecido misteriosamente, así que el tipo se deprime y decide pasarse el fin de semana durmiendo. El primer día del fin de semana sueña con su madre. En el sueño su madre es niña y ha matado un alacrán echándole desinfectante de baños encima. Le tiemblan las rodillas. El segundo día del fin de semana sueña que está solo en medio de un desierto en cuyo horizonte se avista el mar. Él camina rumbo al mar, pero luego de mucho tiempo caminando, el mar parece encontrarse a la misma distancia. Entonces desiste y abraza un cactus. El último día del fin de semana el tipo sueña con un cerdo gigante que come pastillas rosadas acumuladas en una montaña gigante de pastillas rosadas. El tipo lo espía con cuidado de no ser visto, pero sin darse cuenta patea una cucharita de metal mientras retrocede. Cuando el cerdo se da cuenta de que el tipo lo está mirando, corre hacia él para comérselo, entonces el tipo, asustado, comienza a correr hacia ningún lugar. Cuando el tipo despierta está empapado en sudor y ha recuperado un 20% de la visión, por lo que puede distinguir ciertas formas y colores, aunque sin nitidez. El tipo se emociona y va a la cocina a servirse un trago, pero descubre que en la cocina hay formas humanas con armas. Desesperado, trata de esconderse, pero las formas humanas descubren que ha despertado, sacan sus armas y le disparan por todos lados. El tipo muere. II. El desquite La segunda parte del film irá de la misma historia desde la perspectiva de uno de los matones, el jefe, que es en realidad un poderoso narcotraficante de cocaína que acaba de ser
estafado a lo grande —lo que es considerado más que una afrenta en el mundo del narcotráfico—, y quiere vengarse del afrentador, pero por algún motivo es imposible, así que decide desquitarse de todos modos con alguien inocente. Al tipo afrentador lo llama Afrentador. Hay una escena algo larga (aprox. 3’ 30’’) del narcotraficante rabiando mientras viaja en su auto por una carretera X. La música que suena de fondo es Fuck you de Lily Allen. Al final de esta larga escena el tipo llega a un grifo y se encuentra con otros cuatro tipos bien vestidos y con buenos carros, todos se saludan, encienden sus cigarrillos, conversan largo rato sobre ‘el desquite’. Al parecer todos ya han planeado algo que hacer para ejecutar ese desquite, así que hablan de algo que no se llega a entender del todo. Luego de esto, se suben a sus autos y manejan rumbo a Lima. En una de las escenas en los autos uno de los cuatro tipos colegas del narcotraficante principal le cuenta un chiste a su copiloto: «—¿Cómo terminas con tu esposa luego de diez años de matrimonio sin hacerla llorar ni perder tus propiedades? —¿Cómo? —Le disparas en las tetas. —¿...? —Sí, en las tetas. —… —¡Claro! Nadie le dispara en las tetas a su esposa. —… —¿...?». Cuando todos llegan a Lima se encuentran con un quinto tipo que tiene cara de oriental. El tipo oriental saca un teléfono móvil en el cual ha instalado una aplicación de desarrollo propio. Les explica que la aplicación se llama Kill the clone y es un juego que tiene dos funcionalidades principales: Primero, contrasta la cara de Afrentador con la base de datos de fotos del DNI de todos los ciudadanos limeños. El sistema elige a los cinco más parecidos y los asigna a los teléfonos móviles de cada uno de los cinco tipos que han acudido donde el tipo oriental, que funge de árbitro. Luego, los cinco tipos deben enfrentar a su personaje contra los otros (lanzando ataques mágicos, aplicando llaves, usando armas, etc.) hasta que uno solo quede vivo. Cuando esto sucede, el sistema revela los datos del sujeto de la foto del DNI para que los tipos narcotraficantes vayan a su casa y acometan su venganza. El tipo oriental ejecuta el programa en su teléfono, el sistema asigna a los teléfonos de los cinco sujetos un personaje y todos se ponen a competir. Mientras se desarrolla el juego, el primer narcotraficante se da cuenta que sienta placer al ver a su personaje recibir golpes, pero como se ha ensañado con su personaje no quiere perder, quiere ganar para matarlo en la vida real, entonces se desarrollan varios minutos de escenas de lucha virtual en la que uno de los personajes animados gana todas las peleas no sin antes dejarse atestar unos cuantos ataques brutales. La música de fondo de esta escena es No games de Rick Ross & Future. Cuando el jefe narcotraficante gana, enciende un cigarrillo y deja que el sistema le muestre los datos de su ahora víctima. El personaje corresponde al tipo ‘cinéfilo’ que odia el cine comercial. Luego de ver sus datos, los narcotraficantes se dirigen a su casa y lo encuentran dormido. El jefe narcotraficante decide que no es divertido matarlo si está dormido, así que ordena esperar a que despierte. Todos
los narcotraficantes toman un café en la cocina esperando a que esto suceda. Cuando el tipo despierta y ellos se dan cuenta, todos le disparan en todos lados y muere. III. El congreso La tercera y última parte de la película va de unos médicos que viajan en bus rumbo a algo así como un congreso nacional de médicos. Como ese, hay siete buses más llenos de médicos yendo en la misma dirección. Con el pasar de los minutos se hace más visible que se trata de un congreso de cirujanos oftalmólogos. Todos hablan de distintas cosas profesionales excepto uno de los grupos de médicos, sentados en la fila de asientos de atrás, que habla del negocio de la pornografía mientras el médico más joven de todos los escucha muy atento. Todos los de este grupo están de acuerdo en que, a diferencia de otras artes, la pornografía se mueve básicamente en torno al dinero, y que tonterías como el post-porno o el porno artístico o el porno mormón son puras mierdas o a lo mucho mierdas secundarias comparadas con el tipo de porno que mueve realmente la industria pornográfica. Todos coinciden en que la pornografía básicamente se ha quedado en lo mismo: rubias tetonas, enfermeras, colegialas, dancing bears y similares. Sin embargo, añaden, los videos caseros o amateur se han ido ganando el corazón de los espectadores hasta volverse las búsquedas más populares. El oftalmólogo cirujano más joven (veinticuatro años) pregunta si en realidad el Congreso es lo que todos le han dicho: rubias tetonas, enfermeras, colegialas, etc. Los médicos mayores que hablaban de la industria pornográfica ríen. Uno de ellos le dice: «Vas a tener que ponerte hielo allí abajo». Lo que sigue a esta escena es una serie de extractos de conferencias de oftalmólogos filmados con una cámara casera. Los extractos resumen el día uno y dos del congreso de oftalmólogos cirujanos. La siguiente escena es de los médicos en una discoteca enorme repleta de prostitutas desnudas bailando electro pop. Todos los médicos se están divirtiendo, especialmente el médico joven, que se ha prendido a una de las prostitutas y le toca los pechos. Lo siguiente que sucede es que decenas de tipos irrumpen en el local y empiezan a dispararle a las putas en las tetas y a los médicos que se interponen. Uno de los agresores es el jefe narcotraficante. Los médicos mayores sacan armas de sus bolsillos y comienzan a dispararle a los agresores, que se muestran sorprendidos. Todo se convierte en una gran balacera en la que muere mucha gente, aunque es obvio que los agresores son muchos más, así que se supone que matarán a todas las putas y médicos. En el piso hay muchos muertos. Uno de los caídos es el jefe narcotraficante. El médico joven se arrastra por el suelo tratando de esquivar los disparos y logra refugiarse en un rincón junto a una de las prostitutas que, llorando, le hace la señal de ‘shhh’ con el dedo índice en la boca. Se acurruca junto a ella y se abrazan y lloran hasta que la imagen se va desvaneciendo mientras empieza a sonar La Calor de Bareto y aparecen los créditos. Fin de la película.
iii caminábamos por el barrio chino de Lima El cielo era una larga escama quebrándose sobre nuestras sombras Ballenas borrachas aullaban en una ciudad prehistórica Ella cigarrillo labial rojo peces negros naciéndole de los ojos —you make me feel like a wild thing— Dije has pensado en el Tawantinsuyu [el sol limpiaba el rostro a una larga avenida donde personas rotas transitaban] Sonrió en cuanto le comente sobre si ha considerado esas innumerables parejas de amantes haciendo el amor en secreto (mientras la tribu escuchaba hablar al taita de como seres hechos de roca y pigmentos desconocidos atacarían nuestras almas hasta volverlas hierba amarillenta) de su sudor bajo una luna joven y subacuática de cuántos orgasmos se quedarían adheridos a los árboles de cuánto semen se hundiría en los ríos que alimentan la vía láctea en ese reino de rojo hielo donde no había moteles ni rincones oscuros y lo prohibido habitaba en toda la tierra Así franqueaba la noche —siglo XXII— el café se enfriaba el sexo iba floreciendo como nubes anunciando la tempestad y nosotros imaginábamos con qué frecuencia en el Tawantinsuyu (en tanto ballenas vomitaban almas tristes sobre cardumen hambriento) los amantes concebían nuevos amaneceres sobre sus espaldas —you make me feel like a wild thing— Con qué frecuencia la espuma del mar emergía de sus ingles y se abatía sobre ciegas aves —you make me feel like a wild thing— La ciudad se iluminaba la veíamos eclosionar desde el cerro san cristóbal y ella decía por cada cinco focos uno le pertenece a una pareja de amantes No como aquellos de tu país que parecen un mar a punto de sangrar sino amantes de verdad llenos de sed llenos de lluvia —reíamos— La ciudad resucitaba oscura y helada ángel al que dios le ha dado una nueva condena —you make me feel like a wild thing— y Lima nos comenzó a doler —una canción blasfema nacía— nos dolía como aquella costra que uno se gana en la niñez Nos dolía Lima y su cielo Lima y su mar canino Lima y su aire oscilantemente gris y nos abrazamos [luz y sonido congestionándose en los poros] esperando este u otro reino… you make me feel like a wild thing
Agustín Guambo (Quito, Ecuador. 1985) Psicólogo Clínico por la Universidad Central del Ecuador. Master en Antropología por FLACSO. Director de la Editorial Murcielagario Kartonera. Invitado a: Letrarte (Argentina, 2010); Festival Internacional de Poesía SUMPA-VIVE (Ecuador, 2012); Festival Internacional de Poesía de Lima (Lima, 2012). Ha publicado: POPEYE's Sea (Lima, 2011). Textos suyos aparecen en varias antologías y revistas dentro y fuera del país. bobston12@hotmail.com
amanecer farmacopornográfico: día cinco ding-dong: el amanecer farmacopornográfico un sitcom con karl marx capitalista y obrero compra/venta y dependencia esfuerzos orgásmicos uníos fuerzas orgásmicas uníos eyaculadores y facilitadores de eyaculación uníos yakult para los niños yegua para los machos potro para los invertidos potencia orgásmica potencia masturbatoria potencia productora de placeres nueva pantalla nuevo plasma software corporal hardware inasible ungüentos medievales el enfermo de la cama de a lado el enfermo de la cama del otro lado el enfermo que soy yo mismo cuerpo emigrante cuerpo deportado cuerpo colonizado cuerpo farmacopornográfico cuerpo animal de laboratorio cuerpo campo de concentración cuerpo campo de experimentación cuerpo bio-tech guantánamo playboy apando auschwitz fármacotopía esta noche instalan un panóptico entre mis células paranoia esta noche ni cuerpo vivo ni cuerpo muerto paranoia esta noche ni organismo ni máquina paranoia pequeña píldora llagada renovado casting las drogas los orgasmos los libros gran barata síndrome de cushing impotencia hirsutismo cara de lunita llena gran barata viene el doctor con el enfermo de a lado paranoia ¿cuál enfermo? el que sea da igual paranoia viene el doctor y dice usted no tiene dinero usted no está realmente enfermo oh no no no usted lo que tiene es un cáncer psicológico tome sus cosas tome estas pastillas y vaya a la puerta H la puerta de los putos y los pobres y las mujeres y los silenciados y los excluidos los ex los idos los culos los oscuros mudos tartamudos desnudos trotamundos sin mundo inmundos inmundos inmundos in mundo en este mundo y el resto
Óscar David López (Monterrey, México. 1982) Escritor y transformista. Su obra ha recibido algunos reconocimientos como el Premio Nacional de Literatura “Gilberto Owen” 2011. Ha publicado novela y poesía. Escribe para la edición mexicana de la revista Vice. El poema publicado aquí incluido en Farmacotopía que aparece en 2014.
todo se está destruyendo bien raro escribir sobre naturalezas es querer ahorrarse esfuerzo: cualquiera significa cosas naturales escribe sobre precipicios pero cae de cabeza en el tinaco de la colonia cuando quieras [rescatar un balón escribe sobre sangre pero deja que algo te muerda en la cabeza cuando quieras [rescatar tu balón verás que siempre que quieras rescatar algo verás luz no escribas indirectas la poesía no es indirecta un niño puede escribir pero lo hace esperando la recompensa de los dulces estás brillando porque mi tristeza baja por una escalera en [caracol en el bosque la inconsciencia es linda destruí porque destruir no era tan malo hasta que tú lo nombrabas todo lo mío era un cuadrado en el que yo giraba forzando las esquinas
el silencio El vuelo de un zancudo hacia las tres de la tarde. Lo único sobre lo que deberíamos hablar. Por qué me preguntas sobre la función del lenguaje si todo lo que quiero] es contarte la etopeya de un zancudo que vuela (arriba-abajo izquierda-derecha un poco aturdido por la falta de oxígeno) y zumba un verso mortecino cerca a mi oreja, única forma de transmitir sus pensamientos.] Pregunta: ¿Los insectos piensan? Posibles respuestas: 1.- No. No piensan: la ciencia les prohíbe pensar. 2.-Sí. La poesía permite que todo suceda. Incluso la disertación de las rocas.] Hay algo en ti que hoy promueve la colisión de razón y estupidez. No regreses sobre mi pensamiento más de dos veces puede que tu mente no soporte lo inconexo de mis elucubraciones Sé perfectamente que esto te resulta pesado Yo también perseguí a dos aves con la mirada y después pensé arrancarme los ojos] con un bisturí, pero preferí escribirlo porque no concibo el mundo sin la lectura.] «Los ojos como puertas con bisagras hacia dentro y fuera» (literatura: visión] cosmológica del mundo). Los poemas apretujados y deshidratados como libros en un anaquel de vieja biblioteca] pública. Mis manos pálidas y amarillentas por el exceso de tabaco. El poema se fue por donde jamás vino, sus pasos son el silencio compacto de miles de visiones.] y volvemos al problema del zancudo que se hizo poema (quizá sobre mi mente lluevan gotas] de silencio).
como una alfombra inspiro respeto porque cualquiera puede venir a tirarme y está bien visto
Jehú Coronado López (Monterrey, México, 1987).
Jorge Bracamonte (Lima, 1994). Está convencido de que sumará otro Nobel para este país y que se lo dedicará a todos los oprimidos del Perú y adictos a los fármacos del mundo. Se somete diaramente a terapias de psicoanálisis para reprimir (o evadir) su sueño más recurrente donde hace un trío con los escritores Bayly y Roncagliolo, mientras Vilas-Mata se masturba y Roberto Bolaño toma apuntes para su próxima novela en la que él es el nuevo García Madero, versión sodomita.
certificado policial manchado de café cargado Yo cometí ese crimen y lo pagué en un penal peruano de provincia tuve que regresarme de los andes a la costa por los caminos estrepitosos recogiendo los abismos mientras el ómnibus bajaba un río negro se perdía entre la bruma entre las montañas yo perdía el aliento pero tenía la libertad de sentir mi culo frío golpeado chuceado por las botas oscuras de los guardias calabozo sobre otro calabozo mis ojos también abren la reja para que una lágrima baje como este ómnibus mientras observo la fotografía familiar quebradiza deshielada como un ave sumisa que tirita porque han destruido su nido yo cometí ese crimen y lo pagué en un penal peruano de provincia busco trabajo en las fábricas y no lo encuentro —señor… lo vamos a llamar no se preocupe— dicen y mi hijo llora mi mujer llora mi madre llora y no suena el teléfono varón por eso salgo a las calles con mi culo chuceado por las botas oscuras de los guardias salgo a las calles y subo a los micros con mi certificado policial manchado de café cargado de barrio marginal con cara de desierto con pasadizos de smog y largas quintas tan largas como el río negro perdido entre la bruma un gusano vive mejor oculto en un choclo varón mi padre quería un hijo que lo supere y yo no sé estampar una escalara para la realidad mi realidad es 1 m2 enrejado por la soledad y mi soledad es a veces más grande que la libertad mi libertad es cachuelearme tapando los huecos de la Av. Gambetta y hay tantos baches varón tantos baches en la vida que nunca se podrán tapiar ten cuidado de las ráfagas de las explosiones de los girasoles rojos del infierno jalar ese gatillo y decir: ¡yo cometí ese crimen! ¡yo destruí ese nido! y lo pagué años meses días horas en un penal peruano de provincia toda mi vida varón toda mi vida la cosa fácil ¿para qué? Mario Morquencho (Los Órganos, Piura. 1982). Vivió toda su niñez y adolescencia cerca al mar, en su distrito natal. Formó parte del colectivo Heridita (Lima) y participó en el Grupo Literario Signos (Lambayeque). Ha participado en distintas ferias y recitales de poesía. Poemas suyos figuran en Me Usa, Brevísima Antología Arbitraria Perú - Uruguay (2012). Ha publicado Ciudadelirio (Sol negro, 2010) y Un Mar Alcoholizado (Paracaídas, 2013).
lapsus el azul es la luz que yace en el interior de lo oscuro Heidegger Despídete del sol mientras se desmaya sobre el agua El mar es más azul por la noche Corté la cabeza de varias sirenas Y nada me mostró el oráculo Solo brotaron algas de sus gargantas, Y peces bicéfalos que amenazaron arrebatarte de mi lado. Luz escondida bajo las aguas Lo apacible (dejó de existir) Lo femenino (soy yo) Lo pálido (la difunta yo) Lo humano (mi carne) Lo mortal (el cuerpo) Lo oscuro (el corazón) Lo dorado (el sol) Lo viril (otra vez el sol) Lo hostil (tu recuerdo) Lo extraño (yo también) Lo soñado (el mar) Lo sufrido (el amor) La muerte, La muerte es inocente Más inocente que un no nacido Ella Asiste de mi mano al funeral del sol El mar guardará la ceniza de mi voz El mar guardará al sol de la muerte El mar guardará a la muerte del sol El mar Esconderá Mi luz.
Cristina Pavón (Quito, Ecuador, 1991). Estudiante de periodismo de la Universidad Tecnológica Equinoccial. Productora y locutora de programas informativos y de entretenimiento en UTERadio. Colabora con artículos periodísticos para las revistas: Entérate Ecuador, Hombre de Éxito, Espejo y Q. Colaboró en la revista Pata Salada, en Salinas.
xi
Para Marco fonz (por la poetada vida) Vamos / por diversión o por costumbre A los mismos cuchitriles y congresos Con las mismas esperanzas Escuchamos entre ruidos y botellas Los mismos poemas y las mismas promesas A veces niñas distraídas nos alegran la vida Alargando más allá de las palabras sus cuerpos Pero solo a veces Llegan sin paracaídas y con las alas descubiertas/ Entonces Todo vuelve a ser inevitable y desde el principio Como aquel verso adolescente «eres imposible como el mar / pero todo es posible con tu sonrisa que disloca la lógica del tiempo» Vamos y volvemos / pero no te dejes engañar En una de esas y sin motivo aparente O como dirían muchos SOLO POR JODER Amanece muerto el cuerpo en uno de esos cuartos Y el poema deja de envejecer.
xii
Estamos muertos y es probable Porque el cielo abierto que soñamos De repente / es un caballo muerto en el desierto Hay momentos en que baja el sol A la altura de nuestros ojos Para humedecer sus recuerdos Hay momentos En que algo se nos va Dejándonos / con los sueños disecados Y con mariposas muertas sobre el pecho Es más que probable que estemos muertos Ahora que dejamos nuestra voz Como un pez que se ahoga en el desierto (Margaritas en tu pelo Más que saliva del cielo son tus senos Péinate sin sorprenderme de tras de los espejos) Ahora dormiremos con un pez atravesado en la garganta O tu nombre creciendo como una herida en mi recuerdo (Melodía infinita melodía tu voz es un viaje sin regreso) Solo me refiero a que yo entiendo el idioma de los muertos Es decir volver el rostro y no convertirse en sal Estamos muertos Y sin remedio porque ni siquiera El mismo sueño nos hermana. Filonilo Catalina (Coaza, Puno, 1974) Estudió Literatura y Lingüística en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. Ha publicado, entre otros libros: El Monstruo de los cerros (Lima, 2007) ―libro con el que obtuvo el Tercer lugar en la XIII Bienal de Poesía ‘Premio COPÉ 2005’―, Pájaros al viento (Puno, 2011), Estigmas (Arequipa, Cascahuesos, 2011) y Arquitectura de pájaros (Arequipa, Cascahuesos, 2013).
la sonrisa de tristán Ante todo, hay que saber que todas las novias nos han abandonado. De rodillas, he de decir que ahogada por un deseo marchito mi caricia sigue rezando, que los cerrojos se han quebrado en el reino de la imagen: las barcas están rotas, las cruces impostadas no van solas por el cielo, están llenas del negocio de la sangre. No hay ligereza en la muerte. El devenir oscuro, en vez de ensancharme, me ha dejado más solo y más pequeño. Me alimento de la pobreza, el amargo pan de los reyes de la carne. La tierra ha vencido. La tierra siempre vence, siempre pone a todos de rodillas. Y yo, que desprecié el silencio interminable, veo cómo los gusanos me roen el corazón. Isolda, que te velas el sueño con el cuerpo, que devanas tu cuerpo sobre el sexo de los espantapájaros, ¿dónde estás? ¡Dónde! Dime dónde estoy yo, si la multitud se ha quedado tan sola que no puedo mirarme, y siento los gritos subir por mi garganta y no hay boca que pueda alojarlos —ni siquiera la mía. Isolda, tú que me has enterrado junto al cielo, tú que me enterraste en el pequeño corazón de Dios, ¿por qué no puedo ya sentir los besos? El mar siempre está muerto, pero tú... ¿tú eras una lápida o sólo una boca cerrada por un beso? Venimos a yacer en el mundo inhabitable, el llano de las casas abandonadas, de las tumbas sin muertos. Yo nunca estuve vivo. La vida era un pájaro del cielo. Y los músicos de la ética del ocaso traficaron tu cuerpo para que lo abrazara: ¡arrodillado! Y yo mismo... ¡Dónde estás, dónde! [Encadenado como el novio al corazón de la nieve, el llanto por la tierra es también metafísica.] ¿Dónde está la tierra, Isolda, si he perdido el cuerpo con que podía sentirla? Apenas el rocío me confirmara, rezando la humedad de su silencio. Pero el secreto de tus manos sobre todas las cosas me ha alejado las cosas. No hay secreto, Isolda, pero tampoco puedo ver las cosas. Los muertos se agazapan en la oscura boca del universo, la cavidad de la tierra que es el alma, la tumba que germina cielos: pero no, Isolda, ése es el rostro que me han clavado en el costado. Y tu garganta, prolífica de márgenes y repisas, como un eco de bordes y de riscos, golpeada por el mar en su impotencia, tampoco es tu garganta. Mutilados, yacemos no ya como los muertos, no como la noche insignificante, que pensamos engrane del deseo Y no son los árboles un eco de nosotros, y tampoco tú misma con el cuerpo hecho añicos, tú que eres hombre cavando oscuro y lento. Y la falsa quietud de los motores, y la falsa impostura del oleaje. Yacemos no ya como los muertos, nunca estuvimos vivos, y nos creen evidente despojo de la eternidad. Isolda, las ciudades futuras son iglesias, el vino de los cuerpos separados hunde su aurora en los sueños. Añoro la altivez de la humildad, la muda rebelión de los santos, la material revelación de mi cuerpo. Pero se ha cerrado sobre mí el ruido del país desmoronado, los brazos de la hoguera son una estrella fácil, y el hastío naufraga en mí como antes yo naufragué entre los vencejos, que pronto se volvieron desiertos de un solo grano. Veo a los comerciantes de cabezas, a los trafagadores de oscuridades vivíficas y de todos los sexos que se abrieron como la existencia: no estabas en tu cuerpo herido de amapolas, en las costuras del rocío. Supe que no estabas porque no tenías una caricia para nadie en destino alguno. Isolda, la nada se ha vuelto el Dios de los engranes, la esperanza de los descorazonados. Y el espejo del sol es un brezo de la tierra, un despojo del parto interminable: los sueños quebrados no sólo anidan en las caricias, hay que saberlo bien, Isolda, hay que saber que las novias son muñecas de plástico que se ríen de que nosotros caigamos en la más profunda soledad, que recemos fingiendo no rezar, que no recemos fingiendo no rezar. Isolda, hoy más que nunca tu abandono tiene rostro de iglesia, y su profundo hastío parece estar cansado de tanto feligrés. La tierra, que es el cielo, contempla en la humillación de su carcajada cómo, lleno de fe, y con el vestido de haber abandonado la fe, rezo a un árbol oscuro perdido entre los bosques.
Omar Jasso (México DF, México, 1990). Estudia Letras clásicas. Actualmente escribe La música de Iyov.
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* Extracto.
¿Cansado de malgastar sus noches frente a una página en blanco? ¿O de arrojar bolitas de papel al basurero, diciéndose: BAH, esto suena a Arquíloco de Paros OH, esto parece Bukowski (o tal vez Papasquiaro) UPS, esto repite a Kavafis (y también a Ashbery) GRR, esto ya lo dijo Octavio Paz? ¿Y está a punto de convocar a todos los infiernos conocidos y desconocidos o aferrarse a una metafísica astringente y corrosiva? Por el amor de Dios, ¡no lo haga! Déjeme presentarle la solución a todos sus problemas: POETOL ¡La única fórmula infalible para artistas recomendada por artistas! POETOL actúa en dos niveles: Primero crea un debilitamiento ficticio en el sistema inmunológico (De tal manera que se alcanzan los límites personales a través de luces y sombras dionisíacas sin malestar alguno) Para después solidificarse en una creación auténtica, vital y original Así es: POETOL ¡La única fórmula infalible para artistas recomendada por artistas! ¡Y olvídese del Yo es otro! ¡Y de indagar en la tradición literaria y sus bordes filosos! ¡Y de la representación de la experiencia del artista como condición del arte moderno! ¡Y de buscar intersecciones entre diversas artes! ¡Y del temor a la libertad estructural del poema en prosa! «Yo tenía el corazón en un puño con palpitaciones y amagos (el mundo parecía salirse por mis ojos), Y al final tuve que aliviarme abriendo la llave del gas» (Sylvia Plath) «El lenguaje es incapaz de traducirme. Desierta de alucinaciones, decidí conocer el abismo de una vez por todas» (Alejandra Pizarnik) «No hay nada más hermoso que entregar mis creaciones al vacío. Y el último paso, el de la fragmentación completa, el único, será demostrar valentía frente a los monstruos del transporte» (Luis Hernández Camarero) «La belleza de la sangre es incomparable y misteriosa. Sentir cada órgano disolverse en mi cuerpo es todo un paraíso» (Conde de Lautréamont) «Dejaré para el mundo las cenizas de mi propio incendio. Lo que hagan con esa realidad verdadera, o falsa, repito, ya es cosa de todos ustedes» (Josemári Recalde) «Para atreverme necesito del abrigo de mi madre. El renombre, el éxito y la fama futura solo serán carcajadas de mi muerte» (Anne Sexton) «Déjenme darme un baño de mí mismo. Y para asegurar el éxtasis, que sea el último» (Rodrigo Lira) «¡Y a quién ya le importa un final de piloto kamikaze! Porque ante ustedes, tropas burlonas, demostraré el filo del que están hechas mis entrañas» (Yukio Mishima) Por el amor de Dios, ¡no lo hagan! POETOL está disponible en cremas, jarabes, pastillas e inyecciones (con dosis estándar de 300, 500 y 800mg) Y si llaman ahora al 1-800-666-POETOL ¡Le ofrecemos el segundo frasco a mitad de precio! Así como lo escuchan, ¡mitad de precio! «No le digan a Doris Moromisato, que se los compra todos» (Blanca Varela) Y por si fuera poco, incluiremos en su compra ¡EL SPRAY CORRECTOR (Y EDITOR) completamente gratis! ¡No más cháchara absurda para justificar palabritas extras! ¡No más crítica cruel e infundada! ¡No más libros púberes escondidos al final de la biblioteca! Ya saben, señores: ¡Un concepto de libro coherente y novedoso!
Carlos César Valle (Lima, 1982). Estudió Letras y Ciencias Humanas en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), donde formó parte de algunos talleres y revistas de literatura. Obtuvo el premio ‘Bienal de Poesía’, organizado por Estudios Generales Letras, en el año 2000. Y en el 2012 fue seleccionado para el NYFA Mentoring Program for Immigrant Artists como estudiante, y en 2013 como tutor. Sus poemas han aparecido en diversos medios físicos y virtuales de New York City, Colorado, Lima, Montevideo, Cali, Santiago de Chile y México D.F.
Qusqu llaqta yarqasqa kashanki, karahu. Qusqu llaqtamanta llinphiqkuna, rock takiqkuna, harawikuqkuna, paykuna qaparinku: I love the way we are. Incas no more, please, incas no more. Francés simipi, aswan allin israelí simipi. «I am a revolutionaire artist ―but these cusquenian cholos are too far away to understand my work», rimaspa vidioartita ruwanku, qispichanku, llaqwanku, llaqwanku, llaqwanku, llaqwanku, llaqwanku, llaqwanku, llaqwanku, llaqwanku. Imanaqtinchus qunqapunchis, utaq qunqayta yachachiwaranchis, llapanchis runa simi rimananchista, manachus ‘primer mundu’ta qukunmanchu huk chansata (huk chansachallata) ruwayta kanman maypichus upahina ―sapa p’unchay― urmayunchis. Huk yawar sut’u cemento ladrillopataman urmayuq hina. Ichaqa, Qusqu, ¿pitaq nin «llapanmi tukusqa» nispa?, nuqa sunquyta mast’aq hamuni. Nuqan kurkunkuta llamini imaynachus wayrata hapini hina, utaq huk chakillapi p’itani utaq kichasqa uqllayuqwan muyuni. Nuqaqa kurkunkuta llamini, wayllunirayku. Nuna phawakun, tusukun. Waqtakuna tinyan. Wasa tinyan. Sinchita wayllukunitaq, karahu, kay tutataraq hap’irachiyman. Ichaqa sinchitapunin wayllukuni, manataq qillqaq runakunata rikchachiyta munanichu. Paykunaqa k’usillu kanku, paykunaqa kay munakuyniyta phaqchirichinkuman matematicaspi hina numerucunawan. Imanaqtinmi, Qusqu, qunqarunchis, utaq qunqayta yachachiwarqanchis, kay pacha huk clasemanta yachakun nispa. Simiykupi ninakunawan yanachachiwarqanku: «brujeria». Nuqanchismantapura p’inqakuyta yachachiwarqanku . Paykunahina ruwayta munayku. Paykunahina ruwayta munayku. Llapan kawsayninchista qhatupunchis. Qusqu. K’anchay millmakuna k’uyuwachun! Puka umiñamanta warmikuna hamuchunku! Rimbaudpa ñawinkuna wiqikunapi wayt’aspa hamuchunku! Hay, barcoy t’uqyarichun! Hay, Máncora hatun quchapi chinkaypusun. Ichaqa chhaphchisqa sunquyuq lluqsirisun. Hinaspataq llapanchis q’alalla uqllanakuyta munallasunman. Qusqu, qan manaraq pipas hina tiqsimuyu mark’arikuyta munan. Hanpiyta munani. Hanpiyta munani. Hanpiyta munani. Hanpiyta munani. Llapankuña «¡indios de mierda!» niwasun chaypas, «¡cholos conchadesusmadres!», «¡serranos apestoso!» Llapankuña wañunanchista munanku chaypas, chayqa paykunaq wañuyllankutaqmi. ¿Pitaq nin «llapanmi tukusqa» nispa?, nuqa sunquyta mast’aq hamuni. Wayllunamanta t’uqyay Wayllunamanta t’uqyay Wayllunamanta t’uqyay Wayllunamanta t’uqyay Wayllunamanta t’uqyay Wayllunamanta t’uqyay Wayllunamanta t’uqyay Wayllunamanta t’uqyay Wayllunamanta t’uqyay Wayllunamanta t’uqyay
Jorge Alejandro Vargas Prado (Cusco, 1987). Licenciado en Literatura y Lingüística por la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. Ha publicado, entre otros, Para detener el tiempo (2008, Grupo editorial Dragostea), Kunan pop (2010, Cascahuesos editores) y T'ikray (2013, Grupo editorial Dragostea). Como recopilador y traductor destacan Déjame, otoño y otros poemas de la rumana Ana Blandiana (2008, Grupo editorial Dragostea) y Qosqo qhichwasimipi akllasqa rimaykuna / Antología quechua del Cusco junto a César Itier y Luis Nieto Degregori (2012, Centro Guaman Poma de Ayala). Su trabajo ha sido reconocido con publicaciones a nivel nacional e internacional y con premios en las categorías de cuento, poesía y videopoesía. Actualmente se dedica a la música en su banda Chintatá y lucha por el desarrollo de las lenguas originarias del Perú, en especial del quechua. Puedes encontrar la traducción del poema en www.revistamutantres.blogspot/santiagoycusco
* Este poema es parte del libro T'ikray. Fue traducido al quechua del español por Hayson Challco Cotohuanca y Jorge Alejandro Vargas Prado.
qusqu*
amapolaman amapolaman en una vacuna de zarzas helicoidales soñando a papá veraceae, el padre de la verdad. amapolaman entre una parvada de centauros y látigos y chimeneas, a solas, o desde el cielo, la ciudad es una monógama chimenea de monóxido de carbono. amapolaman el nunca esqueleto de adamantium, el nunca rayos gamma, el nunca araña radioctiva, el nunca espinaca. queridos amiguitos, los rayos gamma son los hermanos más jóvenes de nuestro hermano mayor el sol, son sus brotecitos, sus retoños, hijos-sobrinos, ¿conocen otros famosos hijos-sobrinos? así es: pato donald y hugo, paco y luis. el sol es un pato donald, también es mezquino y quisquilloso, y con esa voz de caracol en sal, ¿alguien entiende al sol? ¿alguien hace todavía maldades con insectos, cuáles son sus favoritos? ¿los rayos gamma son el origen de canguros verdes pigmeos con brazos de motosierra y nariz de lengua de rana y pendulares orejas acebradas y ojitos procelosos en la costa de christchurch? amapolaman canta a la ornitología de los planetas. amapolaman la transcarreterasónica. amapolaman y dos minutos de tábanos adentro de una máscara antigás de la primera guerra mundial. el himno de amapolaman es igual a dos minutos del mañana. vi a amapolaman galopar la fernsehturm como su verdadero centauro (o verdadero yo) desde siempre, desde guillermo segundo de alemania. amapolaman, un mono de cierzo, antropohálito. amapolaman dibujado por daniel johnston: el capitán américa y su hijo de pecho, satanás, son derrotados en un concurso de vencidas, en un bar de tejas. satanás convertido en escotilla. satanás convertido en meadero. satanás convertido en destapacaños. capitán américa el fofo silabario de párvulos protonazis. capitán américa el silbidito adiposo de barras y estrellas de aves de cadalso. capitán américa, el correcaminos guardián de misiles no tripulados. biiii biiiiiiiiip. cuenta regresiva. un tiovivo.un pianito psicótico. golosinas en forma de torsos ulcerados. cuenta regresiva a cero. amapolaman, su verdugo. se abre la nuca el bebé de la 666. amapolaman amado por la kgb, amado por los fontaneros ítaloasiáticos de sensei miyamoto. amapolaman en el sueño de una cobija voltaica, por diez mil años. amapolaman es el único que rescataría al hombre bañado en ácido muriático que embiste robocop en su patrulla taurus 1987. salve.
Sergio Ernesto Ríos (Toluca, México, 1981). Ha publicado los libros de poesía Piedrapizarnik, De cetrería, SEMEFO, Searching the toilet in juárez av., Mi nombre de guerra es albión y Muerte del dandysmo a quemarropa. Y como traductor: El matrimonio del verdugo de Margaret Atwood, Voy a moler tu cerebro y Paranoia de Roberto Piva, Escuela Brasileña de Antropofagia y Droguería de Éter y de Sombra de Luís Aranha.
[john, kenel y yo]* Conocí al gringo John en un bar que frecuentaba cuando salía del trabajo. Ahí tomaba con mi compañero de trabajo, Carlos, primero unos tragos colorinches de aguardiente de caña y luego cerveza en otro bar para quitar el dulzor de los tragos previos. [...] La noche en que me encontré al gringo John, me había fumado antes un cacho de ganya. Y la fama de buen clima de esta ciudad pude comprobarla cuando fumé ese porro. Tenía algo como de papagayo que vuela su reino pero que como su pico le pesa mucho, vuela siempre con el pico apuntando hacia arriba por lo que le impide disfrutar de paisaje de su reino. Pero que, sin embargo, mira el sol, un sol verde, verdísimo, que inocula su alma y le hace olvidar de todo para sentirse un poco más cerca a Dios. Signifique lo que signifique Dios. El gringo John tenía billete, se puso uno de los tragos más caros del bar y me dijo que trabajaba para una consultora gastronómica y que su trabajo consistía en visitar distintas ciudades probando frutos, verduras, platos, cocinas, métodos de cocción, en fin, todo lo relacionado a la cocina. Que venía ya haciendo eso por un mes y medio y pensaba llegar hasta la selva y hacerlo por mes y medio más. Le comenté que su trabajo me parecía fabuloso. ¿Y cuál es el tuyo?, me preguntó. Soy periodista, le dije. Ah, todos los periodistas son borrachos, me dijo. Su afirmación me pareció correcta y pensé agregar que yo solo era periodista por ocasión. Pasado un buen rato, le conté que tenía un poco de hierba en el bolsillo y si no quería fumar un rato. Accedió, amable, y nos fuimos a lanzar el cuete al parque Santo Domingo pero ya no volvimos. Una noche anterior o una noche después (ya no recuerdo bien el orden), invité a beber a Kenel a mi mesa. Bebía cerveza. Él trajo la suya y los dos bebimos un buen rato. Kenel era maquinista, trabajaba para una corporación minera a la que acaba de renunciar porque le habían ofrecido un mejor puesto de trabajo con mejor sueldo en esta ciudad. Había dejado a su mujer y dos hijos en una ciudad serrana, muy lejos de aquí. De baja estatura pero de contextura gruesa y fuerte, Kenel iba ser contratado después de rendir sus exámenes médicos. Era una persona bastante callada y se quedaba oyéndote con cara de no entender nada. Cuando ocurría una broma se reía por compromiso. Bebía muy rápido y tenía pinta de ser un tipo correcto, nada de correr riesgos, ni de asumir compromisos sin estar seguro. Tenía la sonrisa limpia y tímida. Un tipo buenote. [...] Bebimos hasta muy tarde. Cuando estuve aburrido le dije, vamos por ahí. Él accedió. La noches aquí son frescas. Afuera llueve, y el gringo John y el maquinista Kenel están dándose amor en la habitación contigua del hotel donde se hospeda uno de ellos. No sé cual. No sé cómo llegué aquí. No he tenido sexo con ninguno de los dos amantes que ahora gimen más y más fuerte. Me parece que Kenel hace de activo y John de pasivo. Cómo llegué aquí, ya no es un pregunta que me interese responder. Salgo sigilosamente de la habitación para no incomodarlos, pero me despierta una sospecha: creo que John es un animal, un mamífero de la selva, y Kenel es un ornitorrinco con pene. Imagino que John es un animal algo verde con un enorme y redondo culo, y Kenel está lleno de tierra, lo que produce una energía extraña, subterránea, pero que, en contraparte, hay una atmósfera casi musical, de texturas toscas a la vista pero suaves al tacto. La imagen me seduce y quiero corroborar lo que sospecho y abro despacio la puerta de la habitación donde
están ellos dos. En efecto, ambos están desnudos y tienen sexo. El maquinista Kenel penetra al gringo John. Su penetración es pausada pero vigorosa. Ninguno parece hacer demasiado ruido, lo que es sospechoso porque desde el otro cuarto me parecía la lucha de dos titanes. Es un penetración casi amorosa. Las fuertes piernas de Kenel sostienen las piernas del gringo John que, aunque de contextura gruesa, parece frágil, una paloma ligera que atraviesa cielos y continentes. El gringo John tiene una corona de plumas verdes y Kenel tiene una máscara marrón que me parece una máscara veneciana pero no estoy seguro. Parece una situación graciosa. Observo discreto y con curiosidad. Creo que imaginaba que eran animales por las drogas que llevaba encima. Mejor me retiro, pienso. Los amantes cambian de posición y es ahora que el maquinista Kenel comienza a masturbar al gringo John. Una sábana me impide ver el trasero del gringo John. Con discreción, la jalo y veo el enorme ojete del gringo John. «Hey, what the fuck...» intenta terminar la frase el gringo, mientras me observa medio incómodo; el rostro del maquinista Kenel es de completa felicidad. Me voy de ahí. El maquinista Kenel de la minera Pink Corporation me quiere asesinar. Desempleado, misio y homosexual, me culpa de todas sus miserias a mí. [...] El maquinista Kenel piensa que yo lo he intoxicado con todas esas sustancias, seducido homosexualmente para que después él haya tenido sexo con el gringo John con una máscara de la tribu Ototo (aún conserva la máscara). Supone que también le he robado el dinero que tenía ahorrado para vivir mientras formalizaba su entrada a Pink Corporation. Ahora me busca para matarme, luego piensa huir de este maldito y drogadicto pueblo. Ha pasado el ridículo también cuando sus compañeros de trabajo se han burlado de él llamándolo ‘maricón cacha gringos’. Ha tenido que pelearse con más de uno, a todos les ha dado su madriza. Por lo que es de suponer, acabar conmigo no le será nada difícil. No le huyo pero también tengo miedo de encontrarme con él y sin más acabe conmigo. Toda su mirada de timidez y niñote bueno se acabaron en él, lo imagino como un orangután descabezado lleno de furia para vengar su mancillado honor y su virilidad, la de él y sus antepasados mineros que, como él, trabajaron a puro pecho en las minas de cobre y plata desde tiempos de la Virreinato, con sus manos gruesas como salidas de los cuadros de Sabogal o de Camilo Blas, con sus pectorales inflados de dolor y orgullo aymara. Todos los días, por precaución, cargo una navaja con la que pelo la fruta que como o con la que abro la palta que hecho a mi pan en las noches que como en casa para evitar el gasto de la cena en un restaurant. Por otro lado, el gringo John me escribe mails, bastante cortos y directos, contándome lo feliz que está en Ambo, la región donde se inicia la selva más selva de esta parte del país. Que ha conocido una comunidad campesina que lo recibió de maravilla [...] ha probado las ‘ayuquías’, que son otras frutas parecidos al pomelo pero bastante más ricas. [...] Me cuenta que visitará unos caseríos cercanos con unos amigos comuneros que acaba de hacer y que, además, le harán de presentador y traductores porque son comunidades aborígenes no hispanohablantes. «Indians so lovely», agrega emocionado John. No le cuento que Kenel me busca para matarme para no arruinarle el viaje, en el mejor de los casos, porque es posible que Kenel también quiera matarlo. Mejor dejarlo ahí. Termina sus mails siempre con i love u.
* Nombre provisional. Extracto de un texto que formará parte de un libro que el autor piensa publicar próximamente.
jorge castillo
[sin título] Me largo playa alicaída / por siempre / mi madre ha muerto / la mancha borrosa de la que soy despojo / bella / nívea / como un cielo sagaz tajado por una parvada de gaviotas / Pinté mi rostro / sollozos de una noche / no te daré vergüenzas en tu catafalco / Voltear /quería voltear en el tiempo / escribiendo / amando / Él te ha halado el corazón / lo sabemos / te ha vedado la voz / la fuerza / la vista / Ya no / no puedes arrojarme más guijarros / Te escucho enfurecida / transpirando gritos que desgarran cualquier corteza / dejé de voltear sin saber que el hacerlo era un derrame de sosa en tus intestinos / Mis pasos / sin marca y solitarios desde el entresijo en mi sangre / Nunca me gustaron las muñecas ni lavar las tripas de los puercos / Perdón / de qué si nunca supe nada ni recuerdo más allá de los 1500 envueltos en tu última bendición / Te dejé viva y hoy te miro / te dejé muerta / jamás tan hermosa como / Estoy feliz / que no te mienta mi rostro ni el de los hipócritas que te mosquean la baba / lloraste tu postremo valor / te tengo escrita / Ya no poseo por quién virar / me amaste / más que a las sombras que pariste / Te quise / al escupirme / por acoger a esta bastarda de mácula y podredumbre Elvira / te ha ajado porque era el resistir preciso / supo tu padecer en esa choza desmoronándose / tu tristeza y soledad / Ese misógino que amé tanto cuanto duré niña / pero las niñas se rompen expulsando de un estallido este dragón ácido y cobarde / me largo / qué malagradecida la nieta ciega / pequeña nazi que despotrica letras como si sirviera de algo / o como si entendieran estos rostros sobre mi chillido / sobre tu muerte / Ya acabé / puede PEMEX explotar y borrar hasta la leyenda de Quetzalcóatl / vivirás en mi cuarto de 2 x 3 / en mis contornos ciegos / en la peste / No me llevo nada de ti salvo el corazón que arranqué / frío / como la noche del desierto / como los mares en Santiago / Tengo 20 años / soy joven / Tengo 20 años y el cuerpo de un toro / Soy joven y cargo los gritos de un siglo / Eres hermosa / ahí eres hermosa / como una hermafrodita / como un monstruo guardado bajo la dermis / Se quedan las ratas / Elvira / y el rancho se hunde al infierno / te lo quitamos todo / desnuda y al hueso libre / pobre / mendiga / tus infelices desaciertos / esta huérfana de pisadas flácidas y un espíritu rompecabezas / Mas nadie sabe viajar en una ciudad de lágrimas estando sola / desarmada / y con llagas en el pecho
*** Esto no es un poema / querida Son las vísceras que emergen con tu daga No es un poema / estúpida Mi corazón aterido construye la forma que tocas / sabes / no entiendes nada / nunca Piel incendiaria / entalles indicando la no inmortalidad / calamidades de un asta rota / símbolo desteñido He permanecido en pie / catorce horas de sueño que al despertar del mundo no echan siquiera un graznido ¡¿Qué miras?! ¡Ajá! Estoy recargada en las bombas petroleras / lágrimas que igual me miran desfilar con el derrame a las anginas de los peces Convaleciente / mi vida pende de una fécula dorada olor a chicle Los periódicos / todos los libros que exponen al cadáver / una parvada de oropéndolas atiburradas con manchitas de petróleo y arena Yo soy de arena y residuos de coral / Me teme el mundo y el diablo y las gaviotas que a las 6:00am se zambullen en las aguas y surgen vueltas auras o cangrejos azules atrapados en las redes / Los pescadores ríen / beben / se desfiguran los rostros ahí en sus lanchitas de colores / con sus vidas ululantes / la humillación de una clase medio-baja que le escupe cada charal recordando que jamás serán gobernantes de su propio camino Entristezco / caminar de madrugada / oyendo la costa lamentarse / el cielo escupiendo al sol y escupiéndome a mí al infierno que es mi hogar / con la guacamaya gritando PUTO a todo el viajero que le mira Esto no es un poema / es el cuento corto del paseo de ayer por la escollera / es un flujo / un vaivén del columpio o de las hamacas en los árboles de vaina / es también / quizá / la úlcera en la pared de mi estómago / tú mi absurda memoria / alucinaciones pictográficas
Daniela Alejandra Rey Serrata (Coatzacoalcos, Veracruz, México. Enero de 1993). He participado en antologías como Letras por Coatzacoalcos, Letras lascivas, Astronave, en diarios y programas de divulgación como Diario del Istmo, Imagen y Política y Palabras Urgentes de la Segob. No sé bailar ni servir café lechero pero sí inhalar cloruro de etilo.
2 = cuerpo (p. tierra) Mi madre me decía tocándose la panza: el universo tiene la forma de un ojo () con las pupilas desorbitadas. Yo era un frijol sin gravedad, suspendido en la más negra de las cápsulas, como un astronauta desnudo, algo perdido, antes de ser devorado por el agujero negro de mi madre, y ser arrastrado hasta este planeta que me hizo llorar desde que vi la luz. 0 = espíritu (p. luna) Cuerpo es la materia que sonríe. Mi alma es una sábana gigante, no blanca, poquita percudida, estirada entre tronco y tronco de árbol, volviéndose colorada por las tardes donde la sangre salpica por todas partes, medio celeste, medio violeta, medio naranja, el sol negro disfruta con la bandada de corazón-gallinazos que galopan las alas y dan su paseíto quitándole los huesos a la muerte, y yo camino por las calles en donde mi niñez me enseñó a no mirar al cielo, no vigiles los cielos, por favor, no vigiles los. Caminar por debajo de las piedras era mi futuro, y encontrar chanchitos que me lleven al subsuelo era cosa de todos los días. Ahí me crié, enterrado dejé mi castidad, ahí fumé mi primer canuto de yerba, antes del sol, antes de la luna, el humito blanco arrugaba mis pulmones y adormecía mi cuerpo, el humito blanco me llevó a la escuela y me dio de lactar, el humito blanco me reía, me enseñó lo que es la tos y la caca, me abrazó cuando dios me quemó el poto por mirar las estrellas, me dio clases de astrofísica para mi madurez, para buscar mi sol y mi planeta, humito blanco mi padre, humito calentura, recreo, niñez: cuerpo más espíritu () pureza. Mi alma comenzó a beber roncito cuando descubrí a mi madre teniendo sexo con un extraterrestre en pleno eclipse dizque cuando dios se queda ciego. Y es que mientras el sol se culeaba a la luna, todos fornicaban en nombre del pecado divino. Me fui de casa, me dio asma, me tragué una piedra, fumé más yerba, bebí más roncito hasta la inocencia que me devuelva la inocencia que perdí que no recuerdo que bebo que siento que me voy. 1 = dios (p. sol) El alma no es un fantasma, es la consciencia de la cognición empírica. Las madres de la tierra me miran como si yo hubiese creado el cosmos. Mi padre me envió a la tierra porque tuve asma, en mi planeta el oxígeno es muchísimo más escaso que en la tierra, acá abunda, por eso llegué en mi nave que esparce luz, por enfermedad. Me bajé del sol, en la tierra hay mucha más gravedad y es casi imposible volar, tuve que acostumbrarme. Acá nadie fuma yerba, aunque no tardé en conseguir algunos canutos, acá a los extranjeros nos tratan siempre con amor. Mi nave da luz cada doce horas terrestres y es que da vueltas como niñera vigilándome para que no me pierda. Acá los conquisté: cuerpo más espíritu más dios () revolución. Decreté sabiduría que es belleza más yerba. Fumar era la gloria, cosa bonita, masturbación del espíritu, fumar hasta los platillos voladores, fumar hasta la inocencia en busca de más inocencia, cielo blanco, amor que llueve, cuadro perfecto de necesidad sobre un árbol, fumar hasta la sábana tendida en los cordeles que me recuerda a mi alma de niño incendiándose bajo el sol negro que era dios castigándome, fumar hasta la madre con marcianos en la cama, fumar hasta perder la castidad, humito blanco padre todo poderoso que estás en el cielo y entre los chanchitos de mi corazón-gallinazo durmiendo que duerme ventrículo al suelo, volando ando, volando en busca de mi universo que está en nueva posición de eclipse. Fumar hasta mi muerte, hasta la luz que me apunta y levito volando ando y elevo los brazos y el resplandor de mi nave me baña de electricidad mientras los terrícolas me rezan. Fumar hasta la alineación órbita-cuerpo-dios-alma-eclipse-big-bang-agujeronegroquemedevuelvealútero.
En el eclipse nací un poquito volando un poquito tardío, dios está ciego pero los planetas miran y se sumergen en tu vientre, madre, de apocalipsis, y se esconden en mi vientre alma naciente, que es pureza más eternidad me anuncian las trompetas del amor para nacer dentro de ti como un sol rodeado por el calor de tu útero que es el universo /hasta incendiar contigo al universo. Crhistian Bafomec (Lima, 1993) Estudia Escultura en la Ensabap. Participó en Ese puerco existe (C.A.C.A. Editores, 2011).
* El cuerpo elevado a la potencia del alma da como anunciación al ser de dios, y en su conjunto florece la trinidad (2 + 0 + 1 = 3), que es mi nuevo universo.
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Puno y el Realismo Sucio Fronterizo Viajamos hasta la finita ciudad de Puno, impresionados después de terminar la lectura de Antiplano frenesí (Perro frío editores, 2013), relatos que reúnen a distintos autores puneños, jóvenes, inéditos e irreverentes, quienes vienen gestando una nueva y extraña literatura en esa parte del país. Estos relatos fueron recogidos y prologados por el profesor Gonzalo Luque, a quien buscamos para hacerle esta entrevista, un poco conmovidos por la temática y el estilo de los relatos, a lo que el profesor denomina ‘Realismo sucio fronterizo’. En medio de sus múltiples ocupaciones académicas, nos atendió amablemente y concedió una larga entrevista de la que publicamos, por cuestión de espacio, la primera parte. La entrevista se dio mientras comíamos una rica y generosa porción de choclo con queso. Va. –Profesor Gonzalo, ¿cómo surgió la idea de este libro? –Yo soy un estudioso de la literatura de mi región y siempre estoy atento a las nuevas formas de escritura y publicaciones que se dan en mi ciudad. He seguido de cerca este proceso de varios narradores cuya temática he denominado ‘Realismo sucio fronterizo’. –Cuéntenos de qué se trata. –Bien, la respuesta es amplia y requiere una explicación que creo necesaria. El ‘Realismo sucio fronterizo’ es un término que yo utilizo para denominar un grupo de poéticas que tocan distintos tópicos: primero, en esencia son realistas, trabajan una estética realista, desprovista de imaginaciones advenedizas, algo inusual en esta región, que, con variantes y excepciones, siempre tuvo tendencia a la imaginación mística, incluso mitológica, tanto así como una tensión romántica, de evocación y melancolía, aquí no, aquí se prescinde de eso y tiene, en contra de su tradición, una afectación más real y concreta, más cercana a la narrativa norteamericana contemporánea; segundo, son de temática ‘sucia’ en el sentido que tocan temas sórdidos y que son vistos muchas veces como sucios por vulgares, grotescos, esto tiene una explicación que responde a la situación de Puno y contextos determinados de los que, si quiere, podemos hablar más adelante; y, finalmente, es fronteriza en sus dos acepciones, primero porque son historias que suceden topográficamente en la frontera Perú-Bolivia, son relatos ubicados en ese espacio geográfico, un espacio de tránsito y movimiento, y es fronterizo en el sentido psicológico, quiero decir que son espacios mentales donde se pierde su centro y están en los márgenes, son historias, por así decirlo, ‘borderlines’. ‒Interesante. Los personajes de los relatos recopilados por usted son crípticos y oscuros en situaciones más bien sociales, de intercambio, de bulla y festividad. Yo diría que en realidad los personajes no son oscuros ni solitarios sino todo lo contrario. ¿Cómo se explica esto? ‒Es una observación interesante. Los relatos del libro están escritos por jóvenes que son un poco... lo que llamaría la Generación Posdictadura; es decir, escritores nacidos a mediados de los noventa que ya no vivieron ni les afectó de una manera directa la violencia sufrida en los 80 y parte de los 90. Claro que sufrieron otro tipo de violencia, pero de la que sufrimos, por parte de las fuerzas beligerantes, los más viejos, ya no, sino de otro tipo, de ese tipo de violencia producto del desencanto, la desilusión y la destrucción política que dejó nuestra clase gobernante. Esos jóvenes, a la vez, vivieron el boom económico que vivió este país en su última década, producto, aquí en Puno en particular, por ejemplo, de la actividad minera, del contrabando, el narcotráfico y un montón
de actividades delictivas que transcurrían a la par de la vida oficial, normal. Esa contradicción llevó a los narradores puneños a una marginación que los hizo, creo yo, crear una narrativa particular y que además está sedimentada con una ingesta abusiva de drogas. –¿Cómo así? En su prólogo, usted menciona que la ingesta abundante de drogas es determinante en la estética de estos narradores. Hasta cierto punto la determina y la recrudece. Usted mismo la ha probado, ¿no es cierto? –Sí, era necesario probar esas drogas para entender de qué iban los relatos y cómo se reconfiguran sus elementos para darles una nueva lectura, drogado hasta el tuétano. Algo así parece sugerir el escritor Feliciano Larra en su relato Camino & Desorden cuando sus personajes perciben de forma invertida esos tres estamentos del orden cósmico andino. El Uku Pacha, por ejemplo, parece estar en un burdel pedófilo; y el Janan Pacha parece ser el túnel de una cueva en una mina de cobre. –¿Qué descubrió cuando lo leyó drogado o qué lecturas se producen bajo los efectos de esas sustancias? –Eso depende porque las drogas de esta ciudad tienen también diferencias, influyen distintas cosas como el clima, aunque también la cantidad y su procedencia. Los puneños hemos sido alcohólicos y esa tradición no la han respetado los jóvenes, se han rebelado, ahora se han volcado al consumo masivo de drogas. Drogas de todo tipo, no solo las que se producen en otras zonas como el Vraem sino han comenzado a producirse aquí también. Drogas del antiplano, les dicen. Pero el solo hecho de poner en relevancia el antiplano tiene una significación morfológica y semántica distintas. Es decir, es también ‘antiplánico’ o ‘contraplánico’ porque, como se sabe, drogarse, volar, ya no es solo ‘planear’, cual piloto de avión sobre atmósferas etéreas o psicodélicas sino es darle la contra, es antiplanear, ¿será aterrizar, drogarse y tripear del lado de la pacha? Pero sobre todo, ¿qué efectos produce en sus usuarios? Y, vaya, en los lectores también. Pero, además, está el contexto social, político... –Perdone que le interrumpa, profesor, pero qué cree que le dirán sus colegas al utilizar estos métodos, digamos, poco científicos. –Fíjese: yo soy como un Daniel Alcides Carrión literario, me he inoculado sustancias tóxicas para experimentar sus resultados, para probar sus efectos. Y ahora las pruebo casi todos los días, incluso cuando no leo, porque creo que la experiencia me permite una relectura de todo mi campo de visión. Ahora a mí, por otra parte, me importa poco menos que un chuño lo que digan mis colegas. Yo, más bien, invitaría a toda la comunidad académica y científica a dejarse de cucufaterías y nimiedades, y probar estas nuevas formas de lectura, experimentación y trastocamiento de la realidad. Los invito a Puno a venir y descomponerse para recomponerse de otro modo.