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El Museo Universitario de la Universidad de Antioquia cuenta entre sus colecciones con una valiosa recopilación de material étnico perteneciente a algunas de las comunidades más representativas de Chocó. Estos objetos son el legado que se mezcla en nuestra sociedad para escribir con letra imborrable el transcurrir histórico y a la vez cotidiano de pueblos que todavía hoy pasan desapercibidos, pero que siguen haciendo uso de la incondicional Madre Tierra, de la cual sustraen la materia prima que enriquece tanto el gusto, como la vida de todo aquel que disfruta con el arte y el sentido de los grupos étnicos. Al ahondar en la historia, encontramos el sentido con que se entrelazan una a una las fibras, las chaquiras, o la sutileza con que se acaricia la madera para lograr que nos regale la belleza de una talla, un bastón, un canalete. Cada objeto esconde tras de sí las manos del artista; seres que a través de sus creencias llegan a crear toda una amalgama de formas, estilos, usos y colores; estos objetos están ligados al mundo porque sólo en él encuentran su sentido. Los pueblos y su material etnográfico no se miran simplemente con los ojos, es necesario mirado s mediante los otros sentidos; ellos construyen su esencia a medida que van tejiendo su existencia. En esta edición queremos resaltar ese legado cultural de un pasado olvidado, de costumbres que han formado un desarrollo pleno de estas poblaciones y que hoy continúan en el anonimato. Por esta razón presentamos a nuestros lectores los textos "Entre colecciones y legados culturales. Don Leocadio María Arango y su particular herencia", escrito por John Fernando Palacio Pérez, estudiante de antropología de la Universidad de Antioquia. Un artículo que más que hacer un recuento histórico, pretende reconocer la importancia cultural de las piezas arqueológicas poco valoradas en su tiempo por una sociedad creciente. Por su parte, las antropólogas Catherine Arboleda y Pámela Múnera han escrito un artículo denominado "Contextualización del material etnográfico indígena de Chocó". Allí podemos encontrar un arduo trabajo investigativo para la clasificación de los objetos que han sido un verdadero valor cultural y a su vez patrimonial, el cual nos permite vinculamos con un pasado y presente constante que nos habla de quiénes somos y qué nos integra con sociedades que habitan y habitaron nuestro territorio. Finalmente, los antropólogos Connie Paola López Gómez y HernánAlberto Pimienta Buriticá, luego de realizar una investigación arqueológica acerca de la iconografía de algunas comunidades del departamento de Antioquia, han compartido su artículo "Estudio iconográfico del complejo cultural Urabá- Tierralta", cuyo contenido hace referencia a las expectativas de concebir desde otras miradas las colecciones arqueológicas que se conservan en los museos, de contemplar diversas posibilidades que lleven a desarrollar preguntas de investigación, y de contribuir en la contextualización de los materiales arqueológicos. Esperamos que nuestros lectores reflexionen acerca del legado cultural y poder contribuir desde el Museo en la tarea de conservación y divulgación de este material que hace parte del patrimonio cultural del país. Juan Esteban Maya Toro Coordinador editorial
CÓDICE
Museo Universitario
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2
CII 67 No 53-108 Bloque 15
Museo Universitario
Tel: (057) (04) 210 51 80 Medellín • Colombia
museo@quimbaya.udea.edu.co
Entre colecciones y legados culturales Don Leocadio María Arango y su particular herencia
4
John Fernando Palacio Pérez.
Contextualización del material etnográfico indígena de Chocó. Colección San Pío X
11
Ornaira Catherine Arboleda Velásquez y Párnela Isabel Múnera López.
Estudio iconográfico del complejo cultural Urabá- Tierralta Connie Paola López Górnez y Hernán Alberto Pirnienta Buriticá.
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Museo Universitario
28
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Arango • rencia Por John Fernando Palacio Pérez.
Archivo fotográfico Museo Universitario. Universidad de Antioquia.
cipales rutas fluviales, representadas
Introducción
por el río Magdalena.
Sin duda alguna, don Leocadio María Arango representa a uno de los más importantes empresarios que fortalecieron las bases de la economía antioqueña
durante el siglo
XIX.
El comercio se convirtió en la actividad primordial para un hombre que ofreció exclusividad y prestigio en sus productos como la relojería y la joyería en la región. Pero más allá del reconocimiento
en este caso particular
económico y empresarial, don Leocadio
María Arango dedicó especial interés a la colección de ele-
Muchos de estos empresarios se dedicaron esencialmente a la explotación de la tierra por medio de actividades agrarias, mineras y comerciales. Llegaron a acumular enormes fortunas que garantizaban un estatus social, canalizando todo tipo de esfuerzo en permitir el acceso rápido y cómodo de las mercancías locales, a los diferentes destinos. Durante la segunda mitad del siglo
XIX
se aprobaron im-
mentos prehispánicos de todo tipo, entre los que se resaltan la orfebrería, la cerámica y los líticos.' De la misma manera,
portantes proyectos como la construcción del ferrocarril de
se preocupó por ejemplares de diversas especies animales y
ser considerada una empresa heroica, en donde el esfuerzo y el trabajo de muchas personas rindió frutos de crecimiento
minerales, que en la actualidad forman parte de los montajes
Antioquia, el cual fue sinónimo de la pujanza antioqueña, tras
económico y de desarrollo en zonas casi inaccesibles. El obje-
permanentes en las colecciones de antropología y ciencias naturales del Museo Universitario de la Universidad de An-
tivo principal de dicha obra era la comunicación de Medellín
tioquia (Medellín).
con Puerto Berrío, de esta forma los productos se desplazarían
Este artículo pretende no sólo hacer un recuento histórico sobre la vida de un hombre que participó directamente desarrollo socio económico del departamento sino, también, reconocer la importancia
del
de Antioquia
cultural que en su
ágilmente a los diferentes destinos no sólo nacionales, sino también internacionales,
garantizando la salida y el ingreso
de todo tipo de mercancías. La construcción del ferrocarril de Antioquia tuvo sus ini-
poco valoradas
cios el14 de febrero de 1874 con la firma del contrato. En
en su tiempo por una sociedad creciente, y que en nuestros
ese entonces el ingeniero de origen cubano, Francisco Javier
días son la herencia visible de aquellos que estuvieron antes que nosotros.
Cisneros ya se encontraba en el país estudiando el proyecto
momento daría a las piezas arqueológicas
De empresas notorias, hombres de pujanza
con todo un equipo de trabajo; un hombre que igualmente dejó su huella en el departamento
como artífice de la obra
ferroviaria. Esta labor beneficiaría
enormemente
presas que solventaban del departamento
los capitales necesarios para hacer
uno de los más importantes de Colombia
durante la segunda mitad del siglo El siglo
XIX
a las em-
XIX.
representa, para el departamento de Antioquia,
el inicio de una construcción socioindustrial que instauró las
Con el paso del tiempo el ferrocarril de Antioquia enfrentó
bases económicas reflejadas en nuestros días. Imaginemos
algunas crisis, como las huelgas sindicales entre la década de
por un instante los caminos de herradura, las largas jornadas de los arrieros, el esfuerzo de las mulas y bestias que en sus
la demanda del transporte ferroviario,
lomos sostuvieron la creciente y sólida economía del departamento. Durante este siglo, la inversión de capital privado por
1930 y 1940. El desarrollo de las carreteras ayudó a disminuir y en 1961 obligó la
venta de la importante obra antioqueña a la nación. Con el
parte de las familias pudientes, con apellidos que hacían eco
dinero producto de la traJ;sacción se crea el Instituto para el Desarrollo de Antioquia, IDEA. En 1988 se pone en funcio-
no sólo en el ámbito local, sino también nacional, permitió
namiento la Empresa Colombiana de Vías Férreas (Ferrovías)
que en este departamento se lograra la estabilidad soñada por
con el objeto de modernizar y administrar correctamente los
otras regiones del país. En aquel entonces fueron algunos
equipos y locomotoras, labor que duró hasta 1999.
empresarios con una visión profunda, los que gestionaron la construcción
de vías de comunicación
directa con las prin-
Las empresas mineras del siglo
XIX
se beneficiaron de los
servicios ofrecidos por el ferrocarril de Antioquia, que hizo posible el transporte de los minerales tras su proceso indus-
John Fernando Palacio Pérez. Estudiante de Antropología. Auxiliar Administrativo, Museo Universitario de la Universidad de Antíoquia,
CÓDICE
trial. Entre de las empresas mineras más grandes y productivas del departamento se pueden mencionar "la mina de Santa
Museo Universitario
Ana en Anori, las Sociedades Mineras de El Zancudo, Los Chorros y La Hacienda de fundición de Tuiribi"?
Según el historiador Luis Fernando Molina Londoño,' uno de los grupos más sobresalientes de la primera mitad del siglo XIX fue el de las Sociedades Mineras de El Zancudo , fundado en 1848 por los señores José María Uribe, Luis Arango Trujillo y Sinforiano Hemández con sus correspondientes esposas. Esta importante empresa llegó a representar un alto nivel del capital privado en el departamento, administrado por diferentes accionistas que durante los tiempos de mayor despliegue económico, lograron captar la solidez en la explotación de los minerales." Uno de esos notables socios fue el señor Luis María.Arango Trujillo, respetado empresario antioqueño. Trabajó durante mucho tiempo en Remedios como minero destacado y logró ocupar algunos cargos políticos como senador. Paradójicamente don Luis María Arango Trujillo murió en el mismo año en que se firmó el contrato de construcción del ferrocarril de Antioquia (1874), dejando a sus cinco hijos los derechos correspondientes a la sólida empresa minera de El Zancudo. Más tarde el mayor de sus hijos, Leocadio María Arango, compraría los derechos correspondientes a sus cuatro hermanos y pasaría a representar la generación de mayor auge de El Zancudo, junto a los señores Juan Bautista Mainero y Coriolano Amador, empresarios igualmente notorios. Don Leocadio María Arango inscribiría nombre en la historia, no sólo por su notable participación en el campo empresarial, sino también en el cultural.
del manejo de las florecientes empresas con capital privado, especialmente las dedicadas a la explotación de minerales. Al igual que su padre, la madre de don Leocadio María Arango, también perteneció a una familia muy pudiente, se dice que a edad temprana recibió una importante herencia dejada por su tía Catalina Uribe, esposa del señor José María Uribe , quien instituyó en 1848 las Sociedades Mineras de El Zancudo. Desde joven, don Leocadio María Arango mostró un profundo interés por las piezas prehispánicas, incluso "se dice que las empezó a coleccionar a la edad de nueve años; de tal manera que 78 años de su vida los pasó entregado por completo a esta su afición que tanto beneficia hoy nuestra
cultura'? y que pueden ser apreciadas en las instalaciones del Museo Universitario de la Universidad de Antioquia. La educación recibida desde joven cimentó las bases de una persona que valoró enormemente aspectos de orden científico y cultural. Estudió en el Colegio de Antioquia, adquirió conocimientos en metalurgia, química, matemáticas, contabilidad y mineralogía, entre otros. Después de culminar sus estudios, se dedicó a administrar contablemente los ingresos producidos por la explotación de las minas, en especial las pertenecientes a la sociedad de El Zancudo.
su
Intereses particulares que construyen historia La ciudad de Medellín vio nacer a don Leocadio María Arango en el año 1831. Fue el primero de cinco hijos que conformaron la familia de don Luis María Arango y su esposa, la señora Rita Uribe. Su padre llegó a ser un personaje importante y conocedor
La descendencia que dejó don Leocadio María Arango fue numerosa, pues contrajo matrimonio en dos oportunidades. Con su primera esposa, la señora Ana JoaquinaArango, concibió 18 hijos. De su segundo matrimonio con la señora María Ortiz tuvo siete hijos más. Nunca dejó de coleccionar piezas provenientes del saqueo de tumbas indígenas y con el paso del tiempo obtuvo reconocimiento nacional e internacional por los certificados de autenticidad emitidos a coleccionistas y museos internacionales, quienes confiaron enormemente en su conocimiento. Sus principales almacenes de comercio estaban ubicados en el Parque Berrío y, muy probablemente, a ellos llegaron Archivo fotográfico Museo Universitario. Universidad de Antioquia.
CÓDICE
Museo Universitario
elementos indígenas que rápidamente formaron parte de su
comenzaron a aparecer en la colección de don Leocadio nu-
colección particular. Sin embargo, el nombre de don Leocadio
triendo enormemente el interesante museo. Mucho después,
MaríaArango
en el siglo xx se denunció el fraude de las piezas en el ámbito
llegaría a ser conocido en su círculo comercial
directo por ofrecer todo tipo de productos de calidad como jo-
internacional, pues enormes colecciones fueron compradas a
yas y relojes. El historiador Luis Femando Molina nos cuenta
los hijos de Julián Alzate (Luis, Miguel y Pascual) y fueron
que "desde 1867 vendió allí el lujo traído del extranjero. Sus mostradores exhibían para la élite todo aquello refinado y de buen gusto de moda en Europa ",6 incluso ese buen gusto le
de Nueva York. Sin embargo, también se dice que don Leo-
a parar a algunos sitios como el Museo de Historia Natural cadio defendió hasta el final de sus días la autenticidad
de
permitió traer por primera vez a Medellín, las máquinas de
estas interesantes piezas cerámicas, de las cuales poseía gran
coser domésticas de marcas Wheeler y Wilson Mfg Ca.
número en su colección.
Además,
En el año 1905 fue publi-
se prestaban
cado el Catálogo del Museo
servicios que incluían la re-
de Leocadio María A rango ,
paración de joyas y relojería. Cuando
falleció
--
REPUBLIOA DE COLOMBIA
su padre
Luis María Arango en el año
ACADEMIA DEPARTAMENTAL
con descripciones de las piezas en oro, cerámica y líticos.
DE HISTORIA
En 1906 don Leocadio vendió
1874, don Leocadio María asume directamente
los de-
rechos obtenidos de su padre tras comprar a sus hermanos Francisco de Paula, Fermín, Daniel y Matilde, las partes correspondientes a la empre-
sus derechos de la compañía
CERTIFICADO Los subscritos, comisionados por la Acarlemia de Historia, á solicitud del Sr. D. Leocadio }l~ Arango, para examinar los objetos arqueológleos que existen en su museo, informar respecto á la autenticidad de ellos, certificamos, después de una inspección minuciosa y concienzuda que, según nuestro leal saber y entender, todos los objetos mencionados son genuinos, 3' exactas las procedencias que se les atribuyen en el eatálog» formado por el Sr. Araugo. é
sa de El Zancudo. En 1883
}Iedellín,
aumentó su influencia en la
TULlo
Septiembre
2 de 1905.
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PSPlNA.
JliONTOT
A
y
fLÓREz..
El Zancudo a inversionistas extranjeros interesados en la explotación de minerales en suelo antioqueño. Su hijo David Arango, se dedicó a administrar los negocios de su padre, incluso, hasta después
nocida empresa de fundición
de su muerte en el año 1918. Don Leocadio María Arango
pagó una considerable multa
dejó una fortuna estimada en
sociedad, ya que una reco-
:pDUARDO
Catálogo Leocadio Maria Arango. Museo Universitario.
por explotar terrenos que le pertenecían.
fULETA..
50.943 pesos, además de sus casas y fincas. Un importante
Don Leocadio
siempre estuvo al frente de sus almacenes y de sus obligacio-
álbum de sellos postales y su particular colección prehispánica
nes en la compañía de El Zancudo, aunque dedicó igualmente
llegó a cotizarse como sinónimo cultural no sólo en el ámbito
mucho tiempo a valoración de sus elementos prehispánicos
regional, sino también nacional.
en oro y cerámica.
de una
Describiendo entre las líneas de la cultura
historia picaresca que involucra un tipo de cerámica especial,
Durante los últimos años de su vida, don Leocadio María
Con el paso del tiempo, la colección se incrementó notablemente, posibilitando
la estructuración
de su museo per-
sonal. Algunas de estas piezas están acompañadas
Arango se dedicó fielmente a documentar y registrar cada una
que en la actualidad se llama Alzate. Es así como entra en escena el señor Julián Alzate, quien trabajó para don Leocadio María, interviniendo con técnicas de taxidermia las delicadas especies animales que se incluían periódicamente
en su museo. Se cuenta que JuliánAlzate vio
un interés particular en las piezas cerámicas que valoraba constantemente
don Leocadio María y se puso en la tarea de
elaborar algunas con características de su imaginación. Estas
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de las piezas que componian su interesante museo. Esta labor comenzó con la invitación realizada por la naciente Academia Antioqueña de Historia, la cual se interesó abiertamente en la divulgación de los elementos culturales pertenecientes
a
coleccionistas privados. Tres importantes personajes de la vida social antioqueña de aquel entonces, firmaron el certificado emitido por la Aca-
Museo Universitario
demiaAntioqueña de Historia e12 de septiembre de 1905, en el cual consta la autenticidad de las piezas prehispánicas pertenecientes a don Leocadio. La primera firma es del señorTulio Ospina (1857 -1921), reconocido escritor científico, historiador e ingeniero; rector de la Universidad de Antioquia y de la conocida Escuela de Minas, donde también se desempeñó como profesor durante mucho tiempo. La segunda firma es del señor Juan Bautista Montoya y Flórez (1867-1937), importante médico y catedrático antioqueño; perteneció a la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de París y a la Academia de Medicina de Medellín.
Antigüedades
de madera de los indígenas. Se mencio-
nan algunas barras, una cuchara, una cabeza de bastón y un canalete. En esta sección sólo se describen cinco elementos registrados con letras.
Antigüedades en cerámica. Corresponde a la mayor cantidad de piezas de la colección con un total de 2.219 registros. Don Leocadio acostumbraba a marcar las piezas en el centro con un número consecutivo y el municipio al cual pertenecía. Muchas de estas piezas se asocian a culturas prehispánicas que habitaron el Cauca medio y el sur del departamento Antioquia.
de
La tercera es del señor Eduardo Zuleta (1864-1937), destacado médico, representante a la Cámara, diputado a la Asamblea de Antioquia, rector de la Universidad de Antioquia y de
tidad de pequeñas vasijas, ollas, husos, sellos y fragmentos
la Escuela de Minas.
antropomorfo s y zoomorfos de piezas completas. Se pueden
Don Leocadio María Arango llegó a colaborar en múltiples oportunidades con estos importantes personajes, quienes conocían la colección de piezas prehispánicas y compartían un interés particular por la conservación de elementos históricos.
Piezas pequeñas.
Bajo este título se describe gran can-
consultar un total de 49 registros marcados con letras.
Instrumentos y adornos en piedra de los aborígenes. En esta sección figuran once registros en letras, que describen alta variedad de elementos líticos. Don Leocadio los agrupa
El catálogo en mención inicia con una interesante refe-
igualmente por municipios y describe cinceles, formones,
rencia bajo el título "El Museo de D. Leocadio" escrita por
regatones, bruñidores, husos, cuentas de collar, hachas y pi-
el señor Sebastián Hoyos, e124 de abril de 1905; luego se
tos. Cabe destacar en estos registros algunos metates y una
puede leer claramente el certificado expedido por la Acade-
importantísima
mia Antioqueña
de Historia, constatando
la legitimidad de
los elementos que lo componen. Acto seguido, don Leocadio María Arango a modo de "Advertencia"
reconoce algunas
limitaciones de su trabajo y nos introduce en la dinámica que él mismo implementó para marcar, contextualizar y describir las piezas. Entre los títulos que se pueden consultar en su catálogo se encuentran:
de los conquistadores.
Nuestro personaje
también se interesó por algunos elementos
europeos que
datan de la época de la Conquista y la Colonia españolas. Tal es el caso de algunas piezas que incorporó
en su mu-
seo y que describe como martillos para la minería, dagas, vasijas, estatuillas de santos, un atril de madera, herraduras, estribos de metal y una espuela encontrada en Buriticá
Antigüedades de oro de los aborígenes. Se describen unas 167 piezas en oro, incorporando
Antigüedades
urna cineraria labrada en piedra.
datos como el tamaño, el
peso y la región a la cual pertenecen. Algunos de los motivos más importantes aluden a figuras antropomorfas, tanto femeninas como masculinas, se describen algunos poporos muy típicos del Cauca medio y todo tipo de elementos corporales como brazaletes y narigueras, entre otros.
a brazaletes hechos
con un fino y delgado alambre, procedentes
Colección de muestras de oro. En esta parte del catálogo se describen dos cajas hechas en madera, que contienen muestras de oro provenientes
de filones y lechos de río. La
primera caja contenía 405 muestras de los departamentos
de
Antioquia, Tolima y Cauca. Cada muestra llegó a ser almacenada en un pequeño frasco de vidrio, marcado con el nombre
Antigüedades de plata. En esta parte del catálogo sólo se describen dos piezas correspondientes
(Antioquia).
del municipio
de Jericó en Antioquia.
de la mina y el distrito (municipio)
al cual pertenecía.
La
segunda caja, de acuerdo con lo descrito por don Leocadio, contiene sólo la quinta parte ocupada por muestras. Sin duda alguna, el catálogo de don Leocadio María Aran-
Antigüedades de cobre de los indígenas. Compuesto por
go representa uno de los primeros intentos organizados en la
seis registros, el autor describe cascabeles, una placa circular
región y quizás en el país, por describir elementos con alto valor social y cultural.
llamada "patena", algunos arete s y brazaletes.
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Museo Universitario
La importancia reconocimiento
de esta magnífica colección inscribe su
con las sinceras intenciones de permitir cre-
cimiento científico e histórico al alcance de todas aquellas personas interesadas: Muchas de las antigüedades de los aborígenes de que se
definitivamente
la permanencia en Colombia del importante
museo. En el año 1942 por disposiciones legales el Museo del Oro recibe las piezas orfebres que rápidamente pasaron a ser parte de su montaje permanente,
dividiendo en dos la colección
compone este Museo, no tendrán una descripción tan exacta
original. La restante parte de la colección es ofrecida a un
como se requiere, debido a que carezco de los conocimientos
almacén en el año 1956, facilitando con apuros la aplicación
necesarios para esta clase de trabajos, y el haber emprendido
de las leyes correspondientes
el catálogo estando muy enfermo y sin un colaborador, impulsado solamente por el deseo de hacer/as conocer; he mostrado los borradores a personas muy entendidas en la materia y aficionadas al estudio de las antigüedades,
como son los
Dres. Manuel Uribe Angel (q. e. p. d.), Andrés Posada Aran-
para su protección.
El14 de junio de 1957 se hizo entrega formal de gran parte de este museo al Instituto de Antropología de la Universidad de Antioquia, representado en aquel entonces por el Dr. Graciliano Arcila V élez, quien hizo de secuestre en el trámite legal. Un año antes fue aplicada la Ley "103 de 1931 que
go y D. Tulio Ospina, quienes me han dado su aprobación, y el último me ha instado para que lo publique'. [SIC}
prohíbe la venta y exportación de los objetos arqueológicos'".
La herencia que labra conocimiento
ron almacenadas hasta su entrega formal en el Juzgado Sexto
De esta manera las piezas se trasladaron provisionalmente
al
creciente museo del Instituto de Antropología, en donde fueCivil Municipal. Es así como la rica colección patrimonial Luego de la muerte de don Leocadio María Arango en
comienza a escribir un nuevo capítulo en su historia.
1918, su museo estuvo en riesgo de ser vendido en varias ocasiones. En 1922 la Asamblea Departamental compra, pero por falta de recursos el gobernador
dispuso su
Don Leocadio María Arango siempre estuvo interesado en
no pudo
que su obra rindiera frutos de conocimiento. En la actualidad es
adquirido. Más tarde, en 1924, el Congreso de aquel enton-
el Museo Universitario de la Universidad de Antioquia, quien
ces, declaró reliquia histórica dicha colección garantizando su permanencia en el país.
custodia este importante patrimonio nacional, permitiendo su
En 1933 la Universidad de Nueva York se interesó enormemente en adquirido a través de gestiones realizadas por el cónsul colombiano el señor Germán Olano. Dichas negociaciones no rindieron frutos y afortunadamente
el Museo
no pudo ser retirado del territorio nacional. Después de tres años del último intento directo de sacar el valioso museo del país, el Congreso colombiano aprobó la Ley 14 de 1936 que vela por la protección de muebles históricos, garantizando
conservación, estudio y divulgación. En el montaje permanente de la Sala de Antropología se exhiben piezas arqueológicas en cerámica y líticos, que en su tiempo llegaron a ser parte fundamental del Museo de don Leocadio. De la misma forma, en el montaje permanente de la colección de ciencias naturales se pueden observar algunos ejemplares de animales y aves que con tanto empeño conservó el respetado ciudadano. Las exposiciones transitorias, itinerantes y los proyectos de incentivos a la investigación estudiantil a partir de las colecciones del museo, se nutren de este legado cultural haciendo posible que el conocimiento teórico no sea estático, sino más bien dinámico, llegando a las diferentes instituciones educativas en el ámbito regional y nacional. Igualmente, a través de los cursos, talleres y seminarios, el Museo Universitario de la Universidad de Antioquia, ofrece la posibilidad a sus visitantes de profundizar en el conocimiento de todos aquellos pueblos que habitaron Antioquia y el territorio nacional, antes de la llegada de los conquistadores.
Leocadio María Arango y su familia. Archivo fotográfico Biblioteca Pública Piloto.
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La obra que enriquece, es la obra que permite crecer, y sin duda alguna la obra de don Leocadio María Arango produce frutos en la actualidad. ~
Museo Universitario
Notas 1
En el glosario para la documentación de piezas arqueológicas de la colección de antropología, Museo Uníversitario Universidad de Antioquia, se define litico como el término empleado para referirse a los trabajos elaborados en piedra por el hombre.
2
Molina Londoño, Luis. "Empresas y empresarios del siglo XIX en Antioquia. El caso de don Leocadio María Arango". En: Revista Antioqueña de Economía y Desarrollo. N.o 32. Mayo-Agosto de 1990. 62 p.
3
4
MUSEO DE lEOGADIO M~ AIlANGO
Historiador de la Universidad Nacional, seccional Medellin. La industria minera durante el siglo XIX, llegó a representar la base económica más sólida en todo el departamento, convirtiéndose en el primer productor nacional de oro y plata en aquel entonces.
5
Cerezo López, Ida. "Museo Don Leocadio Máría Arango". En: Boletín del Instituto de Antropología Universidad de Antioquia. Vol. 2, N.o 7. Mayo de 1960. 9 p.
6
Molina Londoño, Luis. Op. Cit., 10 p.
7
Tomado textualmente del Catálogo del Museo de Leocadio María Arango. 9 p.
8
Cerezo López, Ida. Op. Cit., 11 p.
Bibliografía Arango, L. M. Catálogo del Museo de Leocadio María A rango. Medellín: Academia Antioqueña de Historia, 1905. 218 p. Ballart. 1. El patrimonio histórico y arqueológico paña: Ariel, 1997.268 p.
valor y uso. Es-
Cerezo López, 1. "Museo de don Leocadio María Arango". En: Boletín del Instituto de Antropología Universidad de Antioquia. Vol. 2, N.o 7. Mayo de 1960. pp. 157-159. Echeverría,1. Glosario Arqueológico. Ecuador: Gallocapitan, 342p.
1981.
Molina Londoño, L. "Empresas y empresarios del siglo XIX en Antioquia. El caso de don Leocadio MariaArango. En: Revista Antioqueña de Economía y Desarrollo. N. ° 32. Mayo-agosto de1990. pp. 60-70. Ortiz Aristizábal, S.; Cruz, A. 1. La Guaquearia: El oro que marcó la historia. Medellín: Imprenta Departamental. 1994. 35 p. Ortiz Aristizábal, S.; Pimienta Buriticá, H. Glosario para la documentación de piezas arqueológicas de la colección de Antropología. Medellín: Museo Universitario Universidad de Antioquia. 2006. 16 p. Sánchez Gómez, G.; Wills Obregón, M. Museo, memoria y nación. Bogotá: Ministerio de Cultura, 2000. 483 p. Tisnes, R.; Zapata, H. El Ferrocarril de Antioquia: Historia de una empresa heroica. Medellín: Imprenta Departamental. 1980. Uribe de Correa, c.; Delgado González,A. La colección de cerámicaAlzate: Reconstrucción y valoración de un patrimonio cultural. Medellín. Trabajo de Grado (Antropología) Universidad de Antioquia. Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento de Antropología. 1989,205 p. V é1ez, L. F. "Apuntes anecdóticos para la historia de la cerámica Alzate". En: Colección CerámicaAlzate Universidad de Antioquia. Medellín, 1981. pp. 5-25.
CÓDICE
N! 2H)O
Imágenes tomadas del Catálogo Leocadio María Arango. Museo Universitario.
Museo Universitario
Pieza en comodato. Diócesis Itsmina-Tadó. Museo Universitario.
San Pío X Por Omaira Calherine Arboleda Velásquez y Pámela Isabel Múnera López.
Introducción Las producciones culturales de las distintas sociedades son el reflejo de toda una historia de pensamiento y de acciones elaboradas por un colectivo. Los materiales resultantes de este "pensar-actuar" permiten realizar una lectura acerca de la cultura a la que pertenecen o pertenecieron dichos objetos; es así como detrás de cada uno de ellos se hallan rasgos de identidad, tradición, historias de los orígenes, creatividad, relaciones con el entorno, entre otras. Cada objeto posee este sinnúmero de rasgos que le dan su verdadero valor cultural y a su vez patrimonial, propiedad quepermite vinculamos con un pasado y con un presente vivo que nos habla de quiénes somos y nos integra con sociedades que habitan y habitaron nuestro territorio. El valor de un museo, como institución que protege esta cultura material, no reposa en el número de piezas que posea su colección; su riqueza será relativa al conocimiento que cada una de ellas pueda transmitir a un usuario del mismo. Su labor debe ser en esencia educativa: enseñar, y no sólo preservar el patrimonio de una nación o de una región. Desde hace cincuenta años el Museo Universitario de la Universidad de Antioquia ha tratado de desarrollar una labor de enseñanza, promoción y preservación del patrimonio tangible de la nación. El área de antropología, por su parte, ha contado con amplia colección, básicamente arqueológica; la ampliación de dicha colección hacia una muestra representativa de piezas etnográficas es una tarea que se desarrolla en el presente. Los objetos etnográficos permiten conocer la cotidianidad de las comunidades que los elaboraron, culturas vivas que a través de sus creaciones nos dejan conocer el entrañado mundo de sus creencias, costumbres y desarrollos; los museos se convierten pues, en un "posibilitador" para acceder a nuestra cultura y a la de otros lugares. Un museo divulga todo este conocimiento por medio de sus exhibiciones; es decir, un museo educa, transmite y conserva el legado cultural de los grupos que labraron cada una de las piezas que habitan en el espacio museal. Sin embargo, para que los objetos hablen y comuniquen todo su significado, el museo como "posibilitador" debe poseer un registro de la historia de cada pieza: datos sobre la etnia que la elaboró, datos sobre el fabricante, formas de Omaira Calherine Arboleda Velásquez y Pámela Isabel Múnera López. Antropólogas programa Proyecto Incentivos. Universidad de Antioquia.
CÓDICE
utilización, elaboración, decoración, ubicación geográfica, significado para el grupo, etc., todo aquello que llamamos contextualización. Es decir, ubicar el objeto dentro del grupo humano que lo elaboró, para así, desde la labor educativa del museo, dar a conocer la verdadera historia del material etnográfico, de sus fabricantes, y de los diversos procesos que enmarcan cada una de las colecciones. La colección San Pío X, adquirida en calidad de comodato por el Museo Universitario en 1995, conforma con sus 1.500 piezas chocoanas (1.260 de material embera, 240 de material afrocolombiano) una de las más importantes muestras etnográficas dentro de la mencionada sección. Si bien su valor es incalculable en términos patrimoniales, entre otros elementos, se carecía de la información suficiente sobre cada una de las piezas, sus usos, denominaciones, materiales, factor que impedía en muchos casos la promoción y la exposición de la colección etnográfica.
Sistema de producción Durante su historia, las comunidades chocó han practicado la agricultura itinerante con el sistema de "tumbe y pudre", cultivando maíz, plátano y caña de azúcar. Poco a poco han incorporado a sus parcelas el cultivo de la yuca y del cacao. Por las características de la región, también cuentan con áreas destinadas para los árboles frutales, como el chontaduro (Bactris gasipaes), la guanábana (Annona muricata), la papaya (Cariea papaya), el borojó (Borojoa patinoi) y cítricos, entre otros. Complementan su dieta diaria con prácticas de caza y pesca aún vigentes. La actividad de la caza es masculina, se practica en el día, aunque algunos prefieren salir en la noche para cazar perros de monte en las regiones de cordillera; sin embargo, los animales favoritos son el pecarí (Tayassu pecan), el venado (Odocuielus virginianus) y la guagua. En la actualidad la caza se practica con escopeta y con perros que cada cazador entrena para que le ayuden en la búsqueda de la presa; la introducción de esta arma ha desplazado el uso de la cerbatana o bodoquera. Pescan con varas, anzuelos, arpones, atarraya y caretas elaboradas por ellos o compradas en los mercados.
Museo Universitario
Entre los instrumentos
más usados para las actividades
agrícolas están el machete, el hacha (utilizada para abrir ca-
familia logra fabricar su nueva casa. La tierra es hereditaria por consanguinidad.
minos, cortar leña y labrar champas), el azadón y el palín.
Organización política
Se utiliza la figura del convite (reunión por lo general de carácter festivo donde se proporcionan y bebidas) para compensar
comidas
al grupo de personas que
participaron de una actividad cualquiera, como limpiar el monte para cultivar, cortar madera, arreglar casas, recoger maíz, etc. El papel femenino lleva un sinnúmero
La población chocó presenta un patrón disperso tanto territorial como políticamente. La disolución del poder colonial y la posterior libertad de los esclavos negros acrecentaron la diseminación de los indígenas por la selva del Pacífico, lo que impidió cada vez más la posibilidad de cohesión política.
de tareas
importantes dentro de la sociedad chocó. La mujer es quien recoge el plátano, corta y carga la leña, lleva el agua hasta el tambo, cuida a los niños, prepara los alimentos y realiza actividades tradicionales,
Los médicos chamanes tjaibanás en embera, benhunas en waunana) no ejercen poder político ni cuentan con un conjunto estable de seguidores, nado o delegado
como la cestería, alfarería y tejido de chaquiras.
fuerzas que producen
Las actividades
espíritus o jais.
masculinas
son la talla de ma-
dera, el acarreo de productos agrícolas, la caza y la pesca.
pues su oficio se ha incli-
en las últimas
épocas al control de las
la enfermedad
La carencia de instituciones
y al control de sus
políticas centralizadas
ha
dificultado en cierta medida la adopción del cabildo como autoridad representativa de la comunidad, fomentado en los
Organización social
últimos años en casi todas las zonas por las nuevas organizaciones indígenas departamentales
El sistema de parentesco de los chocó reconoce parientes tanto por línea paterna como materna. El conjunto de familiares de una persona con varios grados conforma lo que llamamos parentela. La familia es la base de la organización social. De todo el conjunto de la parentela (toda la familia del padre y toda la de la madre) hay subconjuntos que viven en una misma localidad; estas parentelas locales constituyen la base de la formación social de los chocó: éstos se organizan en un sector del río o en una vereda habitada por una serie de familias emparentadas entre sí. La iglesia tuvo una influencia muy grande en la conformación de poblados, con el fin de agrupados por medio de la educación contratada con fines evangelizadores.'
entre los chocó; hacía siglo y medio que no se practicaba, y la historia de la administración colonial muestra una gran inestabilidad y discontinuidad
en sus poblados y en los res-
guardos indígenas. Los indígenas acogen con facilidad los aspectos formales del cabildo: elección, asistencia o reuniones. Pero el afianzamiento de esta institución de origen colonial, que la ley colombiana independiente
aún reconoce, debe salvar primero el sentido y la tendencia
a la división de la sociedad
embera y waunana. Desde los años sesenta los indígenas han respondido a un proceso organizativo en pos de la defensa de sus territorios y la conservación de su-cultura; esto lo han logrado por medio de la Orewa (Organización
Cada vivienda es ocupada por una familia que atraviesa algún momento del ciclo vital de la familia extensa:
y regionales. El cabildo
de indios no fue una institución con muchos antecedentes
Regional Indígena embera-
waunana). De esta manera, las comunidades
se han confor-
mado en cabildos.
una pareja construye una casa, y con el tiempo los hijos o hijas mayores se unen en matrimonio y siguen residiendo allí con los hijos que van naciendo, hasta que cada
Sistema de representaciones El chamán existe entre los embera (jaibaná) y los wauna-
Pieza en comodato. Diócesis Itsmina-Tadó. Museo Universitario.
na (benhuna). Éste controla a ciertos espíritus o jais, quienes
CÓDICE
Museo Universitario
son los causantes de las enfermedades,
de la abundancia o
de la carencia de los animales y de otros elementos;
ade-
más presta sus servicios a quien se lo solicite y convenga en pagarle y llevar bebidas alcohólicas
para la ceremonia
de curación. Serjaibaná
toca el tambor o la tonoa; el resto de personas danzan al ritmo de los instrumentos. Otras manifestaciones
culturales importantísimas
chocó son el arte de la cestería, utilizando fibras naturales, como la iraca (Carludovica palmata),
no es un oficio hereditario necesariamente;
caryum standleyanam),
cualquier persona puede ser jaibaná siempre y cuando tenga
en los
el guérregue (Cstro-
el potré, el sinsu, entre otros; y la
alfarería, esta última en decadencia, debido a la dificil con-
un maestro que le enseñe el oficio. Los chamanes cobran a su
secución de la materia prima, al desinterés de las jóvenes en
aprendiz por la transmisión de su conocimiento. Él es quien le
aprender el oficio y, por último, a la introducción de utensilios
enseña a tallar los bastones que le servirán para curar durante
de cocina plásticos o de aluminio.
toda su vida. En esta etapa de iniciación, el nuevo jaibaná recibe un bastón tallado en madera, que concentra el poder recibido. El chamán va aumentando su poder a medida que va aprendiendo
con sucesivos maestros, de manera que un
jaibaná poderoso dispone de varios bastones que señalan su experiencia.
La talla en madera es una actividad masculina consistente en labrar principalmente
bastones en maderas duras y finas;
éstos tienen representacionesjaibanísticas,
antropomorfas
o zoomorfas. La bisutería (adornos en chaquiras) puede ser elaborada
Los rituales de curación son reuniones realizadas en horas
por cualquier persona, aunque se nota que es un oficio más
de la noche en la que el jaibaná ofrece a los jais bebidas al-
femenino. Las mujeres también adornan su cuerpo con mone-
cohólicas que él mismo también va consumiendo,
das de plata martillada con las que fabrican anillos, pulseras,
mientras
interpreta cantos acompañados de movimientos de su cuerpo,
aretes, entre otros.
batiendo hojas o tocando un tambor. La mitología
chocó se puede dividir entre historias de
creación, protagonizadas
por seres primordiales, y las de los
héroes culturales que participaron en la actual configuración del mundo, además de jais que aparecen en la actualidad y entran a conformar su sistema de creencias.
Clasificación del material etnográfico en el formato de colecciones virtuales Teniendo en cuenta que el material indígena de la colección San Pío X está conformado por un amplio número de
Vestimenta El atuendo tradicional ha sido el del guayuco para los hombres y la paruma (una pieza de tela amarrada en la cintura) para las mujeres. Hombres y mujeres complementaban
su
a la misma, y así dar
cumplimiento a uno de los objetivos de la propuesta de investigación consistente en "Actualizar las fichas de clasificación Virtuales".
celebrar fiestas, como el bau-
tizo, la iniciación de los adolescentes, la inauguración de las casas, entre otras. Estas celebraciones
para fichar cada una de
las clases de objetos pertenecientes
del material etnográfico en el nuevo formato de Colecciones
arreglo con abundantes collares y tejidos de chaquira. Los chocó acostumbraban
piezas, se diseñó una metodología
estaban llenas de un
carácter festivo con música, danzas, consumo de chicha, donde la gran cantidad de asistentes lucían sus mejores atuendos, estaban adornados con gran cantidad de objetos elaborados con chaquiras y piezas labradas en monedas de plata, y pintura corporal.
Este diseño permitió la cobertura general de los objetos, organizados en grupos, discriminados
por área geográfica,
tipo de objeto y tipo de material, ya que por su cantidad se hacía dificil fichar cada una de las piezas en el tiempo estipulado para la investigación,
teniendo como base que el
mismo material fue anteriormente
clasificado
en otro for-
mato, proceso que tuvo duración aproximada de cinco años. El sistema clasificatorio elegido permitió agrupar las piezas
La música tradicional consiste en la ejecución de la flauta por parte de los hombres, mientras que una de las mujeres
CÓDICE
según diferentes características que las hacen comunes y, por tanto, pertenecientes
Museo Universitario
al mismo grupo.
Clasificación del material etnográfico GRUPO MADERA
GRUPO CALABAZO S y TOTUMOS
l. Elementos para la pesca
1. Zuzungas 2. Cucharas 3. Calabazo de cuerpo doble 4. Mates o totumos "comunes"
1.1 Canaletes 1.2 Caretas 1.3 Arpones 2. Elementos para la caza 2.1 Carcaj 2.2 Cerbatana 2.3 Arco 2.4 Punta de flecha 3. Utensilios 3.1 Batea 3.2 Plato de madera 3.3 Desgranador de maíz 3.4 Mecedor 3.5 Molinillo 3.6 Mazo 3.7 Rodillo 3.8 Batea para macerar aliños 3.9 Macerador 3.10 Pesa artesanal 3.11 Soporte para colar chicha 3.12 Taladro artes anal 4. Objetos de uso ceremonial 4.1 Banco de Jaibaná 4.2 Canoa pequeña 4.3Embarcaciones semejantes a las actuales 4.4Embarcaciones tripuladas 4.5 Bastones de jaibaná: 4.5.1 Bastón antropomorfo masculino 4.5.2 Bastón antropomorfo masculino con quepis 4.5.3 Bastón antropomorfo masculino con lanza 4.5.4 Bastón con remate indeterminado
1. Tambor de doble membrana 2. Maracas 3. Flautas
GRUPO CESTERÍA
GRUPO CERÁMICA
1. Korá 2. Jabarás 3. Borosulcas 4. Petás 5. Inpurr 6.InpUITÚ 7. Inpurr jabará 8.E 9. Echaké 10. Otros canastos 11. Sombreros: 11.1 Sombreros en enrollado circular 12. Pepenas o ventiladores 13. Teteras 14. Esterillas 15. Werregue
1. Kurus 2. Tono o chokó 3. Platos 4.U 5. Vasija en forma de cacao 6. Jarra 7. Vasija arqueológica
GRUPO ADORNOS 1. Tejidos de chaquiras 1.1 Collares sencillos 1.2 Okamás 1.3 Okamás dobles y triples 1.4 Corbata de chaquiras 1.5 Balaka de chaquiras o "siri" 1.6 Pampanilla 2. Piezas trabajadas con monedas de plata 2.1 Collares 2.1.1 Collares con monedas 2.1.2 Collares con cuentas de metal 2.2 Aretes y orejeras 2.2.1 Orejeras 2.2.2 Chiri chiri 2.2.3 Aretes con chaquiras 2.3 Anillos o sortijas 2.4 Pulseras 2.5 Chaleco de monedas 3. Collares con semillas 4. Collares con colmillos y dientes de animales GRUPO INSTRUMENTOS
GRUPO OTROS l. 2. 3. 4. 5.
CÓDICE
Damagua Sombreros de yarumo Saleros Red de pesca Hamacas para bebés
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MUSICALES
Grupo madera Utensilios Bateas Generalmente son talladas en forma ovalada y destinadas a uso doméstico; al igual que el resto de objetos de madera, es elaborada por los hombres. Las bateas son utilizadas por las comunidades
indígenas
en diferentes tamaños para preparar chicha, para lavar, para uso en la cocina, y también como cuna para los niños.'
Desgranador de maíz Objeto utilizado para desgranar la mazorca, elaborado de madera tallada en forma de pez; en su parte posterior lleva cinco hileras de clavos, martillados en forma oblicua. Para utilizarlo, basta con sujetarlo de la parte más delgada o asa, y con la otra mano se pasa la mazorca que, a la fricción con los clavos, se va desgranando.'
allí porque allí está la guardia, y yo no puedo manejar esas herramientas porque me hago daño, uno no puede jugar con eso porque es una bomba que estalla y uno puede morir, sólo el jaibaná lo usa en la ceremonia, o en algunos casos según la forma del banco, es usado como almohada para dormir, pero esos generalmente son de balsa. 4
Bastones Llamados también "jai duma", "jai aré" (embera) y "purmía" (waunana). Los bastones son varas de sección circular, tallados de madera dura y pesada, generalmente de color negro o rojizo, el extremo inferior se adelgaza gradualmente aunque no termine en punta, y el superior se adorna por una talla que corresponde al uso específico del objeto. La forma más importante es la antropomorfa, que representa antepasados. Son figuras de pie, con las rodillas dobladas, a veces con una abertura entre ellas, con los brazos en relieve, cara plana y alargada, con nariz puntiaguda y picuda. Principalmente hay dos clases: los que representan espíritus ancestrales, y los que representan espíritus ayudantes que curan enfermedades.
Batea para macerar aliños Los waunana denominan este tipo de objeto batetdama. Consiste en un instrumento de madera, que se talla de forma ovalada hasta obtener una cavidad que sirva de recipiente o contenedor de los alimentos; en la parte exterior lleva un mango o agarradera decorada con talla ornitomorfa; estas bateas también son empleadas para amasar los alimentos. En la actualidad sólo algunos pocos saben trabajar bien la madera, conocimiento que han adquirido en algunos casos gracias a cursos dictados en la zona por instituciones gubernamentales y no gubernamentales interesadas en la recuperación del conocimiento tradicional.
Taladro artes anal Pieza formada por un tronco delgado central con terminación en una pequeña puntilla de metal, que se une por medio de dos cuerdas a una estructura circular que al ponerse a girar consigue la perforación sobre superficies delgadas.
Objetos de uso ceremonial Banco dejaibaná Los embera los llaman ankau, mientras que los waunana los llaman purkao. Consiste en un banco de madera con cuatro patas horizontales de forma ligeramente curva. Es utilizado por eljaibaná para la noche de la ceremonia, en cada ritual están los espíritus y uno no se puede sentar
CÓDICE
Pieza en comodato. Diócesis Itsmina-Tadó. Museo Universitario.
Los bastones están siempre en el altar de la casa del jaibaná; éste los emplea en la iniciación, para sobar con ellos el cuerpo del aprendiz apretando bien para que "el jai quede bien en el cuerpo". Se denomina: anyi.jaia ara, otros xái-dumá.jai-aré, el primero es el bastón principal con el que duerme toda la noche. El bastón es residencia de los ais (espíritus de las cosas) y en ellos reside el poder deljaibaná para ejecutar las ceremonias curativas. Eljaibaná sostiene el bastón en la mano izquierda, en tanto que en la derecha lleva una hoja de biao, de plátano, de palmas o un racimo de ramas.
Bastón antropomorfo masculino Se trata de un bastón de madera rojiza con remate antropomorfo masculino de pie, con las rodillas flexionadas,
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brazos en relieve encogidos sobre el pecho, espalda y pies delineados, cara esquematizada y cabello tallado que forma un peinado.
Bastón antropomorfo masculino con quepis Este tipo de bastón lleva tallado en su extremo superior una figura masculina con un quepis (gorra militar ligeramente cónica y con visera horizontal). Según Lotero Villa (1997), este tipo de bastón representa aljefe de los familiares o espíritus. Los familiares obedecen al brujo cuando los manda
Las tallas de balso más comunes son las antropomorfas zoomorfas de serpientes, aves y armadillos.
Tallas en serpiente Las tallas en serpiente son utilizadas para curar la mordedura de culebra; se reconoce como bastón culebra, espíritu de culebra,jai de culebra. La culebra es como un perro: cuida la casa y obedece las indicaciones del "brujo".' Lotero Villa relata: Cuando son picados por una culebra venenosa, el brujo va chupando en la herida o en la parte donde duela, chupa el veneno y va botando, para esto mastica tabaco, hace una mezcla con una planta llamada Andrés que machaca y revuelve con otras hierbas y lo soba con el bastón que tiene figura de culebra.
a curar o a matar, dice eljaibaná.
Bastón antropomorfo masculino con lanza Comprende un bastón de madera con remate antropomorfo de pie, brazos en relieve, manos sobre el abdomen, sobre su cabeza lleva un sombrero en forma de lanza. Además lleva
Según informaciones recogidas en campo, algunas tallas de balsa son utilizadas por niños y niñas para jugar, desligándose así la trascendencia religiosa. Wassen (1988: 38) al respecto menciona:
dos aros metálicos en la parte inferior del bastón y en la parte inferior del remate. Se usaban antiguamente defenderse
para cazar, o para
cuando en la noche llegaban
espantos.
Si bien todas las manifestaciones artísticas de los indígenas del chocó son inseparables, este tipo de representaciones de las creencias religiosas (en mayor medida para las tallas en madera) se encuentra en tallas "profanas" como los juguetes; esta clase de muñecos son, de hecho, señalados, junto con las pequeñas ollas y canastos, como los únicos objetos dejuego
Bastón con remate indeterminado Algunas formas de los remates no son tan esquematizadas
como las anteriores;
en este caso la colección cuenta con varios bastones
de este tipo, con formas
aserradas, anguladas,
ligeramente
cur-
vas, etc. Según informaciones
y
que tienen los niños.
de campo, este
tipo de bastones obedece a la creatividad
Cruz de madera
deljaibaná,
En el Museo existe sólo una en su clase;
que lo talla a su antojo.
se trata de una maciza madera tallada en forma de cruz, con base cuadrada y cabeza dual humana. Este tipo de pieza era utilizado en la vivienda indígena tradicional y se colocaba en la parte superior del tambo,
Grupo tallas Las tallas de animales de balso encarnan un jai y son utilizadas en ceremonias especiales de curación. El tipo de curación que se pretende, y las capacidades
donde se unen los horcones.
especí-
Grupo cestería
ficas de cadajaibaná, determinarán qué jais deben utilizarse en la ceremonia.
Korá
Para los waunana las figuras antropomor-
Los korá, según la clasificación de Luis Guillermo Vasco, tienen formas y tamaños irregulares,
fas, junto con las zoomorfas de balso, son llamadas pachainas y se utilizan para el canto de jai, colgadas o amarradas a los pilares de la casa.
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Pieza en comodato. Diócesis Itsmina-Tadó. Museo Universitario.
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y se agrupan básicamente por su tejido hexagonal, el cual se logra al superponer dos capas diagonales por una capa horizontal. El tejido en hexágonos es de fácil y rápida elaboración ya que, al ser los orificios relativamente grandes, se acelera la
En la actualidad, este uso tradicional ha cambiado, y, de ser un cesto relacionado con una labor de subsistencia, ha pasado a convertirse en un producto de gran demanda en el mercado, factor que ha incidido en las transformaciones que
producción del canasto. Este tejido fue reconocido en campo por las entrevistadas, como tejido de colao.
hoy se ven tanto de forma como de tamaño.
La facilidad del tejido del korá, unida a que su realización puede hacerse con fibras verdes y sin secar, hace que éste
sos, en los cuales se carga toda clase de artículos personales, razón que obliga a tejer el cesto en dimensiones un poco más amplias. En este mismo sentido la gran variedad de diseños que en ellos se visualizan obedece a la demanda del mercado, al menos en la mayoría de los casos.
se caracterice como un canasto de ágil elaboración, y es de hecho uno de los primeros tejidos que aprenden las niñas guiadas por sus mamás. Su rápida elaboración se relaciona en buena medida con uno de sus usos principales, cargar gallinas, huevos, frutos y verduras, entre otros, es en este
Básicamente
los borosukas son considerados
ahora bol-
Sombreros Los sombreros son elaborados por algunos indígenas para
sentido de especial utilidad.
protegerse del sol en las jornadas de trabajo, pesca y caza. Existen diversos diseños, formas y técnicas de decoración, algunas de ellas tradicionales, otras de origen foráneo que poco a poco han sido apropiados por las artesanas. Los sombreros realizados con la técnica del asargado se reconocen como propios del conocimiento que en cestería tienen los grupos indígenas. Se encuentran en este tejido algunos con fibras teñidas y otros en su tonalidad natural; la terminación o el diseño final es el resultado de la sensibilidad propia de cada artesana.
estética
Werregue Los productos realizados en werregue pueden agruparse en una categoría específica, ya que poseen características que Pieza en comodato. Diócesis Itsmina-Tadó. Museo Universitario.
Jabarás Este tipo de canasto es reconocido por Vasco como uno de los más comunes; su forma es similar a un cubo con una base rectangular o cuadrada, la altura cercana al ancho de la base, y una terminación o boca redonda; la mayoría de ellos tienen decoraciones. Cada diseño o tipo de decoración puede ser resultado de dos elementos en juego: una técnica de decoración común, y el asargado o el teñido de las fibras, que permite en muchos casos la combinación de los colores negro, rojo y blanco en un mismo canasto.
Borosukas Son pequeños canastos asargados y pintados, muy planos y de frente rectangular, siempre con tapa. Algunos tienen una pequeña base rectangular, otros tienen una base como de lomo, muy estrecha. Este tipo de canasto estaba directamente relacionado con las actividades de pesca.
CÓDICE
hacen que se distingan de tal forma dentro de ese gran marco general de la cestería. El werregue es pues una fibra que necesita consecución, proceso y tejido totalmente diferentes de los que se realizan con las fibras y tejidos anteriormente mencionados. En términos generales, el trabajo en werregue se reconoce como uno de los más largos y complejos en la cestería. En primera instancia, esta fibra se extrae de una palma conocida con el mismo nombre, la cual, además de ser alta, es espinosa, situación que hace que su consecución sea un trabajo dificil y cuidadoso en el que generalmente participan los hombres. La fibra con la cual se teje el canasto proviene del cogollo de las hojas inmaduras o verdes de la palma. Luego de obtener los cogollos, se les retiran sus bordes un poco más gruesos, para así arrancarse totalmente de la palma, y queda finalmente una tira delgada y transparente, similar a un hilo. Las formas que se encuentran en werregue son diversas, y en algunos casos son relativas a la creatividad de ciertas artesanas que, buscando cubrir un amplio mercado, tratan de innovar cada vez más, tanto en el tipo del artículo como en
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los diseños utilizados en ellos. Las formas más comunes son,
mitológica. Ahora bien, a pesar de ser reconocida la riqueza
sin embargo, los bolsos, platos, cuencos y cestos en forma de cántaros de todos los tamaños; en el Museo se encuentran pequeños cántaros dobles que se podrían determinar como
simbólica de la mayoría de los diseños tradicionales, en la actualidad la mayoría de las mujeres que realizan los collares han olvidado este trasfondo, como resultado de las dinámicas
diseños poco comunes.
aculturadoras que poco a poco debilitan ciertos entramado s
Pepenas
O
del sistema de creencias.
ventiladores
Según la información obtenida en campo, la función original de las pepenas (/tápe/ en waunana) es la de ventilar los fogones, para así mantenerlos ardiendo. En la actualidad una gran cantidad de ellas son elaboradas para la venta, ya que en pueblos o ciudades aledañas a Quibdó son utilizadas como ventiladores personales. Hay dos tipos de pepenas: una romboidal cuya manija sale por el extremo del rombo y a la cual los indígenas asocian, por
Eljaibaná, en su accionar religioso, se convierte en uno de los personajes centrales en la conservación de costumbres y tradiciones. En esta línea, él cumple un importante papel con respecto a la significación de los diseños encontrados en la mayoría de los tejidos de chaquira, por lo cual se puede afirmar que, mientras es la mujer artesana quien sabe elaborados, es eljaibaná quien conoce e interpreta más acertadamente, basado en toda la mitología, las diferentes formas que se manejan en los diseños.
su forma, un miasú o lanza; la otra es rectangular como la manija tejida en forma de tubo, realizada con técnica de asagardo diagonal. Para decorados se usan tiras de dos colores, o se combinan tiras sin cocinar (las cuales quedan oscuras por un lado y claras por el otro); el as argado permite obtener dibujos semejantes a los de los canastos de la misma técnica, donde los más frecuentes son cuadrados o rombos concéntricos.
Grupo adornos Okamás Los okamás son tejidos rectangulares de chaquira, usados en el cuello. Según explicaciones de los embera chami de Cristianía, su significado es: 101de camino, /kal es de hacer, Imal que está. Es como el camino que está haciendo. Uno empieza a pensar en esa palabra, y okamá significa más el camino para tapar el cuello, o hacer el camino para tapar el camino del cuello. 6 Se podrian mencionar los okamás como uno de los adornos tradicionales
que más ha permanecido
en uso dentro de las
comunidades de la región. Usado por los noanamaes, como por los diferentes grupos embera, éste es un tipo de collar llamativo que plasma en sus diseños diferentes elementos del universo simbólico que se encuentra en estas culturas. Los diseños más comunes realizados en los okamás se constituyen de figuras geométricas, como rombos, triángulos, cuadrados y líneas que, al repetirse, ofrecen múltiples posibilidades de combinación. Los colores utilizados en cada uno de los diseños pueden variar según el gusto de la artesana. La mayoría de estos diseños aluden a un universo simbólico que muchas veces se hace presente en la tradición
Sombrero. Colección de Antropologia. Museo Universitario.
Diseños de animales • Abstractos: muchos de ellos son representaciones pientes; rombos unidos por su vértice.
de ser-
• Los figurativos: mediante la combinación de chaquiras se hace posible la representación de algunos animales de una forma más icónica. Se hallan animales asociados con el universo femenino, y que además son utilizados por eljaibaná en ceremonias de curación que se relacionan con el embarazo y la fertilidad, como son: arañas, sapos, cangrejos y búhos. También suelen aparecer animales asociados a las rutinas cotidianas, como gallinas, mariposas, los gusanos de los cultivos, entre otros.
Diseños de la naturaleza • Figurativos: árboles, flores, montañas, ríos, caminos, todos ellos considerados elementos que han tenido importancia en la historia de los embera. Continúa en la página 22
CÓDICE
Museo Universitario
Piezas en comodato. Di贸cesis Itsmina-Tad贸. Museo Universitario. UniverSidad de AntioqUia.
Viene de la página 19
Abstractos:
rayos, trueno, lluvia, arco iris, caminos y
montañas. Asociados con el poder del jai que el jaibaná descubre en ellos. De creación libre: en algunos casos se asocian más con la habilidad de la tejedora que se vale tanto de elementos culturales como de copias de diseños externos. La colección San Pío X del Museo Universitario de la Universidad de Antioquia cuenta con una variedad de okamás con dos y tres bandas adheridas a una misma vena o línea central de chaquiras. Cada una de las bandas tiene un diseño y combinación de colores particulares. En campo, esta clase de okarnás no fue diferenciada de las sencillas, con una sola banda; es decir, se manejarían con ellos los mismos diseños, modelos y usos. Se expresó, sin embargo, que se trataba de collares lujosos al representar cada uno de ellos tanto trabajo.
En campo uno de los entrevistados, al identificar la pieza, mencionó que eran utilizadas por los hombres en las fiestas y ceremomas.
Balaka de chaquiras o siri Esta balaka es una banda tejida de varios y vivos colores, que al ponerse sobre la cabeza deja un agujero en la coronilla. Estas bandas de chaquiras como piezas usadas por los indígenas noanamaes, son llamadas en su lengua como siri. Es de uso masculino. El siri, junto con la pintura corporal y otros adornos, hace parte del atuendo de gala utilizado generalmente en las ceremonias, o por los jóvenes que pretenden conquistar a una mujer,
Pampanilla Esta clase de tejido, similar a una pampanilla que se lleva
Corbata de chaquiras
bajo la cintura, es conocida por los noanamaes como /posiá/,
Este tipo de collar se asocia normalmente con una corbata, ya que se trata de una banda tejida en chaquiras que se porta verticalmente. En algunos casos, de su parte inferior penden unas pocas monedas. Ángela Maria Sampedro menciona, a partir del trabajo de campo que realizó en Cristianía (comunidad embera chaml ubicada en Antioquia), cómo collares de este tipo son reconocidos en la zona como /otapas/; sin embargo, esta designación no fue reconocida en la zona de Chocó; de hecho no se encontró ninguna referencia especialmente dirigida a este tipo de collares. Normalmente los dibujos que se encuentran en estas corbatas pueden identificarse como figurativos; en ellos se dibujan animales y elementos asociados a los quehaceres cotidianos.
y por los embera como /amburá/, y consiste en una banda rectangular elaborada en chaquira. Al igual que el siri, esta prenda es masculina y se lleva de tal manera que ajuste el guayuco tradicional. Hace además parte del atuendo de gala, utilizado en ocasiones especiales, como ceremonias, fiestas y rituales.
Piezas trabajadas con monedas de plata Los objetos elaborados en plata son muy entre el dentro del grupo de los adornos, ya que, además de sus características decorativas, según la cantidad que lleve su poseedor infieren poder adquisitivo. La materia prima utilizada por los indígenas para la elaboración de estas piezas proviene de las monedas de plata
Piezas en comodato. Diócesis Itsmina-Tadó. Museo Universitario.
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utilizadas en la nación, generalmente las de veinte centavos. Estas monedas pueden bien ser martilladas o necesitar el trabajo más complejo de un joyero, según el tipo de pieza. En Criaturas de Caragabí se menciona cómo en algunos casos se acude al trabajo de joyeros negros o blancos; sin embargo, en campo, los entrevistados declararon que eran los propios indígenas quienes trabajaban la plata. Se hace necesario hacer la salvedad de que ya prácticamente sólo se elaboran las pequeñas cuentas que se usan en los collares, y no las diademas, brazaletes pulseras y anillos, tan comunes en el pasado y que hacían necesario un trabajo de fundición.
Collares Este tipo de pieza se construye teniendo como base un collar sencillo, sobre el cual se va tejiendo un entramado en el cual se ensartan las monedas, a las que previamente se les ha hecho un orificio en la parte superior. De esta forma se construyen gruesos y pesados collares. Los collares con monedas son usados solamente por las mujeres, quienes los llevan generalmente en ceremonias y en fiestas. Una de las fiestas donde más se usa es la llamada, "bebida de chola" la cual consiste en una celebración dedicada a las jovencitas que están en transición a mujeres, fiesta a la que asisten tanto hombres como mujeres con sus más elegantes vestimentas.
Aretes y orejeras
Orejeras Las orejeras más comunes ya la vez más apreciadas por ellos están constituidas por un cilindro de madera de unos cinco centímetros de longitud por un centímetro de diámetro aproximadamente,
recubierta con una lámina de plata. En el
otro extremo del cilindro hay una incisión circular a la que se amarra una cuerda delgada, que al momento de ponerse las orejeras sirve como sostén de las mismas, amarrada por detrás al extremo de la otra orejera.
7
Este tipo de orejeras son de uso masculino, y, al igual que los adornos más elaborados, se portan en fechas especiales, en ceremonias o cuando se pretende conquistar a alguna joven. Las utilizan los noanamaes, quienes la llaman paxundeya. Se portan, bien solas o con unos largos aretes que penden de la parte de atrás, denominados chiri chiri. Para ser utilizadas este tipo de orejeras, es necesario deformar las orejas desde la niñez. La deformación de las orejas se consigue abriendo un orificio en ellas, en el cual se introducen poco a poco palitos, que con el tiempo aumentan de calibre hasta conseguir el ancho necesario. La perforación de los lóbulos de las orejas es descrita en Criaturas de Caragabí como uno de los ritos de paso más importantes para los hombres; como bien se menciona, la horadación de las orejas constituye para el niño la verdadera entrada en la vida de la comunidad, pues desde ese momento puede participar en las expediciones de caza familiar.
Existe una variedad de aretes con los cuales los indígenas se adornan; algunos de ellos son utilizados en fiestas y otros en la cotidianidad. El uso de aretes ha sido una costumbre arraigada en las comunidades de esta región.
Chiri chiri Nombrados
chiri chiri por los waunana, éstos son unos
aretes que se utilizan con las paxundeyas y están conformados
Piezas en comodato. Diócesis Itsmina- Tadó. Museo Universitario.
CÓDICE
Museo Universitario
por varias medialunas, de las que penden pequeños dijes; los
chiri chiri generalmente cuelgan hasta los hombros y son de uso exclusivo de los hombres, quienes los portan en fiestas y celebraciones.
Aretes con chaquiras Existe una clase de aretes utilizados por las mujeres jóvenes, que consisten en aros de plata que se enrollan con hilos, algunos de los cuales tienen ensartadas chaquiras de colores llamativos. En campo, una de las informantes estos aretes son utilizados por jovencitas
expresó que
que quieren estar
llamativas con el fin de conseguir novio. Son realizados por las mujeres, aunque son los hombres quienes trabajan la parte en plata.
Anillos o sortijas Los anillos son utilizados tanto por hombres como por mujeres. Igualmente puede reconocerse un uso generalizado en todas las comunidades indígenas de la región. Aunque puede reconocerse mayor uso en ceremonias y con atuendos de gala, no podría restringirse su utilización sólo a momentos especiales, ya que es normal que algunos indígenas los porten cotidianamente.
Pulseras Con respecto a las pulseras utilizadas en las muñecas, podría entenderse algo similar a lo mencionado con los anillos. Ambos adornos acompañan
normalmente
los recargados
trajes de gala utilizados por los indígenas, aunque su uso no podría restringirse solamente con trajes de gala.
Collares con semillas Si bien la mayoría de adornos utilizados tienen una función decorativa, los collares elaborados con semillas, tawa y madera tallada, han sido relacionados tradicionalmente con finalidad medicinal o ritual. La mayoría de ellos tienen tallados animales que se conectan al universo mítico indígena de la zona, cada uno de ellos con un jai o fuerza especial que es manejada por eljaibaná para la protección o cura de alguna enfermedad de quien lo porta. Según relatos encontrados
en campo, cuando se trata de
collares con diversas tallas de animales y semillas, se habla de un collar utilizado para la protección, generalmente de un niño, ya que uno de los animales está rezado por eljaibaná. Los rituales proferidos por éste lograban que alguno de los animales tuviera poder para así lograr un contra, por ejemplo Piezas en comodato. Diócesis Itsmina- Tadó. Museo Universitario.
hacia el "mal de ojo".
CÓDICE
Museo Universitario
Collares con colmillos y dientes de animales
Grupo cerámica
Aunque su uso era más frecuente en el pasado, los collares con colmillos de animales han sido tradicionalmente utilizados. La cadena está conformada por chaquiras, entre las cuales se van intercalando los colmillos o dientes. Esta clase de collares se ha asociado con fines mágico-religiosos, específicamente la protección contra fuerzas dañinas. En campo fue identificado como un elemento que protege al individuo (sobre todo al niño); algunos los recuerdan como collares que se les ponían a los niños para que tuvieran buena suerte en la caza; para otros, quien posea muchos de éstos es reconocido como buen cazador. En todos los casos es de uso masculino.
comunidades indígenas chocó. En la actualidad, muy pocas mujeres saben el oficio ya que prefieren objetos de plástico y aluminio que se encuentran en los mercados en los que ellas se han ido insertando.
Kurus Estos cántaros se caracterizan por tener la boca con un diámetro igualo mayor al de la base. La base es plana, paredes ligeramente curvadas, el cuello es corto y de diámetro similar al del cuerpo, algunos tienen un borde ligeramente evertido. Sirve para contener líquidos y colocarlo sobre el fogón; por esto llevan cera en su interior para impermeabilizarlo. Para su elaboración se hacen rollos cilíndricos con la ar-
Instrumentos musicales Tambor de doble membrana Es llamado tonoa por los embera; también se conoce como tondoa, membranófono de dos parches o cueros, y tamborcito. Está elaborado con un trozo de madera cilíndrica, ahuecada (en forma de barril). A cada extremo de la madera van dos parches de cuero fijados con una pita en tejido diagonal, y en el centro tejido en líneas rectas horizontales. Lleva dos pitas más gruesas en forma vertical, y al final con esas mismas pitas se realiza un remate en forma de agarradera. Normalmente pertenece a la familia de los membráfonos (una o más membranas se ponen en vibración). Los tambores en forma de barril, o con cintura, son variaciones importantes del tambor tubular simple. Los extremos tienen aproximadamente el mismo tamaño, y se encuentran tambores de una sola membrana y de doble membrana. El tonoa aparece clasificado como membranófono de dos parches; son muy abundantes en todo el ámbito musical colombiano, tanto en los núcleos indígenas, como en los mestizos, mulatos o negros. Los más populares son el tondoa de los embera o cholos, el de los camas, llamado tonoa. Sin embargo, este tipo de tambores de barril con dos parches es escaso en Colombia. Al parecer sólo lo tocaban las mujeres mientras iban cantando; lo percutían con los dedos únicamente sobre uno de sus dos parches de cuero, y se usaba durante la fiesta de pubertad de las jóvenes embera, celebración llamada paruka, la cual simboliza y transmite al grupo la trasformación de la niña en mujer.
CÓDICE
La alfarería ha sido siempre un oficio femenino en las
cilla, se superponen en anillos sucesivos y se van uniendo hasta formar el recipiente, que luego se somete a un proceso de cocción. Este tipo de cántaros se ha utilizado para contener agua o chicha.
Vasija en forma de cacao Los chocó se refieren a este tipo de recipientes como forma de tenho o fruto de la planta de cacao; un claro ejemplo de este tipo de vasijas es la de cuerpo doble, silueta compuesta, labio redondeado, cuello evertido y base convexa. El interior está cubierto con cera de abejas (brea).
Grupo otros Oamagua La damagua (Poulsemia armata) es una tela de fibra natural, muy común en toda la región de Chocó, no sólo para los indígenas sino también para las comunidades negras de la región. Esta tela es extraída de la corteza de un árbolllamado por los waunana/terujbé/: árbol de raíces tubulares, corteza gris y lisa, hojas alternadas, pecioladas y acanaladas en la parte superior-que se encuentra en toda la selva chocoana. Luego de seleccionar los árboles que tengan la corteza madura, es necesario tumbarlos separando la parte de la copa y la raíz; sólo es aprovechable una parte de su tronco, el cual se va golpeando con un tronco para que afloje su corteza; cuando ya está un poco más separada, se corta, generalmente en amplias extensiones. Se cree que el proceso realizado con la damagua debe realizarse durante la luna menguante, ya que sólo así se obtendrá una tela dócil, fina y durable.
Museo Universitario
Si bien en algunas comunidades se ha perdido la costum-
Si bien la bibliografía etnográfica que se encuentra sobre
bre, tradicionalmente esta tela vegetal cumple el papel de cobija para los indígenas de la zona, y es utilizada de esta forma sin ningún tipo de decoración. Si bien e! Museo Uni-
la zona no es realmente escasa, gran parte de ésta no ha tenido especial interés en su riqueza material; esta característica
versitario cuenta con varias damaguas pintadas, en campo
resultado de etnografías realizadas en la primera mitad de!
se desconocieron telas decoradas como originales de la costumbre indígena.
siglo xx o en épocas cercanas a ella; y, aunque es necesario
hizo que prácticamente
todo e! elemento de interés fuera e!
recordar que la recolección del material etnográfico que hoy
La tela de damagua anteriormente estaba asociada a la vestimenta femenina, ya que era utilizada como paruma; desde
se encuentra en el museo empezó a comienzos de la segun-
hace algo más de cincuenta años ésta se reemplazó por las telas corrientes que se encuentran en el mercado.
recolectada
da mitad del mismo siglo, la información
que hoy aparece
en algunos libros no concuerda
con la que se
consigue hoy en campo. El nuevo formato de colecciones virtuales, aunque ofrece
Consideraciones finales La contextualización
del material, como objetivo general,
determinaría e! desarrollo de dos objetivos específicos: la clasificación del material por medio del formato de "colecciones virtuales", y la realización del presente informe final, en el que se condensa el desarrollo y los resultados de! proyecto. La base sustancial que permitiría el cumplimiento de los objetivos propuestos era finalmente la cantidad y la calidad de la información recolectada,
afirmación que hace necesario
analizar la consecución de la misma.
muchas ventajas en tanto es sistematizado,
los suficientes datos para una contextualización
satisfactoria;
por ejemplo, la ficha de registro que se utilizaba anteriormente en el Museo Universitario
arroja muchos más datos
sobre el material, sobre el contexto cultural, e informaciones sobre técnicas de manufactura, contexto espacial, temporal, medioambiental,
entre otros. El formato de colecciones vir-
tuales deja mucha información por fuera, sólo recoge ciertos aspectos que en su momento pueden servir a los que la consultan, pero frente al contexto cultural creemos que le faltan campos qué complementar:
La recolección de la información fue realizada, como fue
no logra reunir
es importante saber la historia
de los objetos, aspectos de género en elaboración, uso y co-
propuesta desde e! comienzo, por medio de dos vías: revisión
mercialización,
de bibliografía
y transmisión de saberes, entre otros aspectos que incluía la
y realización
de un trabajo de campo en la
zona. La información adquirida por estas vías, en algunos casos difería, en otros se complementaba, situación que pone de presente la difícil labor de contextualizar el material cultural en un marco social de acelerada aculturación y consecuente
sistemas de creencias en tomo del material,
anterior ficha y en menos espacio. La etapa de campo, aunque sirvió para conocer mucha información "viva" sobre el material, mostró también la manera en que el cambio cultural que han atravesado las comunidades
pérdida de identidad con respecto a las costumbres, valores y conocimientos tradicionales.
de Chocó, marca una separación entre sus prácticas tradicionales y los nuevos estilos de vida asumidos por ellos. Muchas de las personas entrevistadas no conocían e! material, otros lo tenían en sus mentes ya que cuando eran niños veían a los mayores utilizar estos objetos; sin embargo, los más jóvenes definitivamente
tenían esa historia ancestral en el olvido,
mientras que los adultos aún rememoraban
y relacionaban
las fotografías con sus vivencias de la infancia. El fortalecimiento
de la Organización
Indígena también
determinó en gran parte los objetivos de nuestro trabajo. La Orewa, como centro organizativo
de las comunidades
del
departamento de Chocó, determinó desde hace dos años un no rotundo a las investigaciones, Pieza en comodato. Diócesis Itsmina-Tadó. Museo Universitario.
CÓDICE
con el fin de proteger a las co-
munidades del "asalto" que han sufrido con las informaciones otorgadas en años anteriores a estudiantes e investigadores.
Museo Universitario
Por tanto, cada una de las personas entrevistadas sólo accedía
ONIC. Memorias de los pueblos indígenas de Colombia: un reto
a hablar hasta cierto punto.
hacia el nuevo milenio. Santafé de Bogotá, 1998.65 p.
La interacción que siempre han tenido las comunidades ne-
Morales, León, et al. Palmas ornamentales.
gras con las indígenas también ha impedido que se determine
Nacional de Colombia, 2000. 255 p.
Medellín: Universidad
con exactitud el origen de ciertos objetos, o la exclusividad de
Pineda, Roberto y Gutiérrez de Pineda, Virginia. Criaturas de Ca-
uso y creación a uno y otro grupo humano; ambos comparten
ragabí. Medellín:
conocimientos sobre los materiales, imposible de separarlos.
16-80.
La metodología para elaborar este trabajo permitió abarcar todos los objetos reunidos en grupos; es decir, sacar una
Pinto, Constancio.
ficha base que representara un grupo de objetos similares para servir así de guía en posteriores clasificaciones. De no haber
Rivera Pérez, María Amparo. Rescate del patrimonio cultural indí-
escogido esta metodología, hubiese sido imposible incluir todas las clases de objetos para el tiempo tan corto que duró la clasificación. ~
Editorial Universidad
de Antioquia,
1999. pp.
Indios katio su cultura su lengua. Vol. 1. La
cultura katía. 296 p.
gena del municipio de Mistrató, Mistrató: n. s., 1991, 135 p. Sarmiento,
Patricia. Los embera, los waunana y los cuna: cinco
siglos de trasformaciones
territoriales
en la región del Chocó. En:
Leiva, Pablo. Colombia Pacífico. Santa Fe de Bogotá, 1993. pp. 292-309.
Notas 1
Sánchez, Enrique y Arango, Raúl. Los pueblos indigenas de Colombia 1997. TM Editores. Departamento Nacional de Planeación 1998, 334 p.
2
Lotero Villa, Luz, Monografía de los indigenas Noanarná, Medellín, 1997,
3
Sánchez, Enrique, Arango, Raúl. Los pueblos indígenas de Colombia. Tercer Mundo Editores. Julio de 1998. 418 p. Sandoval, Ana María y Sampedro Ángela. Vivienda indígena embera. Boletín de Antropología;
17 Información obtenida en campo, Febrero de 2002,
Universidad
de Antioquia.
1994.
pp. 119-132.
Testimonio oral de Arnubio Háchitan, en taller elaborado en el Museo Universitario, como complemento a la fase de campo en Chocó,
Sampedro Molina, Ángela María. Imaginando
5
Información de carnpo obtenida en el departamento de Chocó,
forme inédito. Medellín. 1995.
6
Sanpedro Molina, Ángela María, Imaginando con las manos, Informe inédito, Medellín, 1995,
presentar el mundo. UNAL. Bogotá. 1992. 350 p.
Pineda, Roberto y Gutiérrez, Virginia, Criaturas de Caragabí. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, 1999, 166 p,
Ulloa, A. et al. Trua Wandra. Estrategias para el manejo de fauna con
4
7
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CÓDICE
Museo
Universitario
de indígenas
Introducción
Un estudio iconográfico del complejo Urabá-Tierralta
La zona arqueológica del complejo cultural UrabáTierralta comprende principalmente el departamento de Antioquia, además de los departamentos de Chocó y Córdoba, y abarca diversas y contrastantes unidades geológicas, paisajísticas y medio ambientales. Este estudio nació bajo las expectativas de concebir desde otras miradas las colecciones arqueológicas que se conservan en los museos, de contemplar diversas posibilidades que lleven a desarrollar preguntas de investigación, y de contribuir en la contextualización de los materiales arqueológicos. La iconografía se ha destacado en revelar aspectos de carácter simbólico y cotidiano; por esta razón, trabajos en arqueología resaltan la importancia de la iconografía en la cerámica, en la orfebrería, entre otros. Se pretende entonces resaltar la frecuente aparición de esta iconografía y analizar ciertos rasgos que, correlacionados con estudios etnográficos, marcaron la posibilidad de generar interpretaciones orientadas a situaciones cotidianas, aisladas de connotaciones simbólicas. Igualmente, en tomo de las denominadas vasijas mocasín se genera una nueva postura relacionada con la fauna, teniendo en cuenta su distribución y su posible funcionalidad.
La figura humana ha sido representada
de diversas ma-
neras por los grupos que ocuparon las tierras del Caribe colombiano. La personificación
de la imagen se convirtió en
un elemento que permitía registrar en diferentes materiales los rasgos y los aspectos de una comunidad.
La frecuente
elaboración icono gráfica observada en la cerámica impulsó la elaboración de una nueva hipótesis que comprende aspectos sobre ciertos elementos repetitivo s o recurrentes para una zona arqueológica. En el caso de Urabá, los hallazgos de figuras antropomorfas o zoomorfas dan cuenta de la capacidad creativa que se establece entre la sociedad y el medio. El material arqueológico de Urabá sobresale por su profusa iconografía y decoración, a diferencia de otras regiones arqueológicas.
El abundante número de piezas femeninas
que se reportan para el golfo y sus regiones vecinas del Alto Sinú, Bajo y Medio San Jorge, y toda la costa Caribe, permite aproximamos
a una primera idea del papel de la mujer en
esta región. El registro arqueológico amplió la posibilidad de un detallado estudio de contexto; sin embargo, se genera la necesidad de recurrir a otras fuentes para la documentación y verificación de los datos observados.
N
Las precedentes
L\
descripciones
de los cronistas sobre las
personas registran las características y las actividades habituales de la gente, y resaltan la imagen y su participación en diferentes eventos. López de Gómara señala algunas costumbres de los indígenas del Darién, y se refiere a las tareas cotidianas de los pobladores. Las mujeres se cubren de la cintura a la rodilla, y si son nobles hasta el pie. Y estas últimas traen por el pecho unas barras de oro, algunas de las cuales pesan hasta doscientos pesos y que están primorosamente
Antioquia
labradas deflores, peces,
pájaros y otras cosas relevantes. Llevan ellas, y aun ellos, zarcillos en las orejas, anillas en las narices y bezotes en los bezos [ ...} Son ellos celosos, y ellas buenas de su cuerpo, según dicen algunos. [. ..} Van muchas veces con los maridos
-
o
a pelear las mujeres, que también saben tirar de un arco,
"
aunque más bien deben de ir para servicio y deleite (López
Localización la zona arqueológica del complejo cultural Urabá-Tierralta
de Gomara, 1985.' 114, 115). Son grandes pescadores
Connie Paola López Gómez y Hernán Alberto Pimienta Burilicá. Antropólogos de la Universidad de Antioquia.
CÓDICE
de red, todos los que viven a
la orilla de río o mar, pues se mantienen
así sin trabajo y
con abundancia. Nadan mucho y bien, hombres y mujeres.
Museo Universitario
Acostumbran lavarse dos o tres veces al día, especialmente ellas, que van por agua, pues de otra manera hederlan a sobaquina, según ellas confiesan (Lopez de Gómara, 1985: 115). Las fuentes históricas proporcionadas por el cronista Simón respecto de otras regiones cercanas al golfo de Urabá dan cuenta del rol de poder que se otorgaba a la mujer dentro de los eacicazgos. Es el caso de la hoya del río Sinú y San Jorge, donde se asentaron comunidades pertenecientes a un mismo grupo étnico, y que desarrollaron sistemas económicos conforme a los diferentes entornas ambientales en que habitaban. En este territorio se señala la permanencia de una estructura de poder que unificaba los territorios de Panzenú, Zenufana y Finzenú -El Gran Zenú-, bajo el control de tres señores de la misma familia. El cacicazgo Panzenú, localizado en el río San Jorge, era productor de alimentos ya que poseía suelos fértiles y riqueza en fauna acuática. Zenufana conformaba la sociedad de orfebres y se ubicaba en la región de los aluviones auríferos de los ríos Cauca y Nechí. Por
era tierra de especialistas en el labrado de oro y en textiles (Falchetti, 1995). De los tres señores, Zenufana era el de mayor poder y poseía las mej ores tierras; su hermana gobernaba en Finzenú y se exigía para ella igual respeto. En dicho territorio sólo se les daba sepultura a los caciques o a aquellos que enviaran la mitad de su riqueza en oro (Simón, 1981: T. V, 98). De modo que en Finzenú "estaban los mayores sepulcros de toda la tierra [... ], Yéstos eran tan altos de montones empinados sobre la tierra hechos a manos que se divisaban desde muy lejos, [oo.]" (Ibíd.: 104). Estas disposiciones establecidas por el cacique Zenufana son prueba de la importancia y de los privilegios que tenía la cacica en la región del Gran Zenú. Se dice que de esta tradición quedó la costumbre de gobernar, tanto el hombre como la mujer" pero la cacica era la más respetada. Conocer con certeza si el poder que ejercía esta figura no fue sólo simbólico, sino también de hecho
último, el Finzenú de la hoya del Sinú
en la toma de decisiones económicas, políticas o en la guerra, es difícil de asegurar, puesto que las referencias de la llegada de los españoles a Finzenú hablan de un cacique, esposo de la ea-
Complejo Urabá-Tierralta. Colección de Antropologia. Museo Universitario.
Complejo Betancí. Colección de Antropología. Museo Universitario.
CÓDICE
Museo Universitario
cica, que negociaría con éstos la entrega del oro (Ibíd.: 110-111). Aunque es indudable el papel central de la mujer, es necesario un estudio cuidadoso que permita aclarar la división de roles que sin duda debió existir en las sociedades prehispánicas. La cacica Finzenú es descrita por las crónicas como una señora respetada por todos sus súbditos, y que disfrutaba de muchos privilegios; así, relatan que cuando dormía en su hamaca no apoyaba los pies en el suelo; a su lado se echaban bocabajo dos muchachas jóvenes, y, cuando se levantaba o sentaba, apoyaba los pies sobre éstas, y el resto del suelo por donde caminaba estaba cubierto con paja (Ibíd.: 99), (Aguado, Tomo IV: 23). En los contextos funerarios la figura femenina es recurrente y está asociada a ajuares de gran tamaño y a cantidad de piezas. En el curso medio del río San Jorge, en la región de Montelíbano, se han localizado amplios cementerios en las partes altas de las colinas (plazas y Falchetti, 1981). Conocidos como túmulos funerarios, estos cementerios contienen numerosas piezas arqueológicas que forman parte de los ajuares funerarios que
Complejo Montelíbano Crema Friable. Colección de Antropología. Museo Universitario.
acompañan al difunto. Las ofrendas depositadas en túmulo s funerarios han sido el motivo para que en la zona se fomente la guaquería y la destrucción de este patrimonio. Localmente estas estructuras funerarias reciben nombres que diferencian el género del difunto, según la forma y la cantidad de piezas. Mientras los "túmulos hembra" contienen más piezas antropomorfas femeninas, pectorales mamiformes y pezoneras martilladas, los "túmulos macho" albergan menos cantidad de objetos (Sáenz, 1993). La excavación de un túmulo con forma de herradura, realizada por guaqueros en el corregimiento El Anclar, contenía más de cien piezas cerámicas; se trata de una estructura también conocida en la zona como "media luna", "pecho hundido" o "túmulo hembra" (plazas y Falchetti, 1981; Sáenz, 1993). Según Sáenz (1993), la presencia de numerosas piezas antropomorfas femeninas en la región de Montelíbano resalta la importancia de la mujer en de la organización política y religiosa, constatado en los ajuares de las tumbas que dan cuenta del alto rango al que pertenecieron. Asimismo, Sáenz (1993), Arboleda e Hinestroza (2005) proponen que la posición sentada de las figuras femeninas en los enterramiento s indica la participación pasiva y respetuosa de éstas duarante de los ritos funerarios. Las figuras del valle medio del río San Jorge, asociadas al complejo Montelíbano Crema Friable, representan en su mayoría mujeres con adornos y atuendos del difunto. Elaboradas a partir de rollos, generalmente huecas con una o varias perforaciones y en posición sentada sobre las piernas, estas piezas se encuentran con el cuerpo desnudo, resaltan la parte púbica por medio de puntos y líneas incisas, con los brazos sobre el pecho o sobre los muslos. En las figuras también se resaltan los objetos mediante deco-
Túmulo funerario. Ilustración: Ana Maria Falchetti, 1995.
raciones aplicadas e incisas, simulando diademas, orejeras, narigueras, collares, pectorales y pulseras. Las excavaciones efectuadas por Gerardo y Alicia Reichel-Dolmatoff (1956), en Momil, Córdoba, reportan mil setecientos fragmentos de figuras antropomorfas asociadas con piezas pequeñas, como bancos, maracas, entre otras piezas de iguales proporciones. La presencia de estos objetos en contextos de ocupación, mezclados
ra y noanamá de Chocó es la analogía etnoarqueológica
que plantea Gerardo
Reichel- Dolmatoff
(1997) para esta-
blecer una relación entre los indígenas anteriormente mencionados, con los hallazgos de Momil. Estos planteamientos han sido igualmente retornados en trabajos de orfebrería (Lleras, 2001), donde la relación entre las figuras con presencia
de cuencos, bastones,
etc.,
hace pensar en la realización de prácticas chamánicas.
con los desperdicios, sugiere, según Reichel- Dolmatoff (1997), las primeras manifestaciones religiosas atribuidas al manejo de prácticas chamánicas en ritos
comunes las figuras antropomorfas
de curación, demostrado en figuras con patologías, expresiones de dolencia y
sonajes. Un grupo de figuras asociadas
embarazos. En esta medida, la figura cumplía su función en el ritual, y posteriormente era descartada y reemplazada por una nueva pieza conforme a la ocasión. De acuerdo con Gerardo y Alicia
En la región de Urabá son asimismo en
las cuales se marcan prioritariamente los rasgos y las expresiones de los peral complejo cultural Urabá- Tierralta, de la Colección de Antropología
del Mu-
seo Universitario de la Universidad de Antioquia, representa a mujeres que sostienen un cuenco en sus manos, sentadas en bancos o con las piernas extendidas.
(1956), las figuras
El estudio de diecisiete piezas antropomorfas femeninas sedentes ha sido con-
antropomorfas de Momil I marcan una
templado para ahondar sobre una nueva
diferencia con relación a las de Momil
propuesta que busca consignar, median-
Il, Mientras en Momil I las figuras son macizas, estilizadas y carentes de rasgos
te la iconografia, elementos cotidianos a las sociedades prehispánicas.
Reichel-Dolmatoff
faciales, pero con eventual presencia de orejeras discoidales y uso de pintura facial, en Mornil Illas figuras humanas son huecas y con paredes delgadas, en posición sedente o parada, mostrando collares o brazaletes con expresiones realistas.
Elaboradas
mediante la técnica de
rollos y de modelado, las figuras antropomorfas de Urabá se dividen en tres grupos, de los cuales se contemplaron dos que corresponden
a las figuras
sentadas en bancos y sentadas con las
La elaboración de figuras talladas en
piernas extendidas. Trece figuras antro-
madera por los indígenas cuna, embe-
pomorfas femeninas reposan sentadas
CÓDICE
Museo Universitario
sobre un banco, de las cuales seis sostie-
jas o del abdomen, y suponen la posible
prácticas que marquen una distinción
nen un cuenco aplicado, dos un cuenco
circulación y evacuación del aire en el
social, la deformación
representado mediante la incisión, tres
proceso de cocción, para evitar su frac-
ser significativa dentro de los grupos que
un objeto indeterminado,
tura. Entre los dos grupos estudiados,
habitaron la costa Caribe. Independiente
dos no sostienen ningún objeto yexhi-
las figuras sedentes en banco son huecas
de los dos grupos de figuras analizados,
ben las manos sobre el vientre y sobre
tanto en la cabeza como en el tronco, y
se reporta un deformador con doble re-
las piernas. Las piezas sentadas con las
las figuras sentadas con piernas extendi-
presentación antropomorfa, en el cual se
piernas extendidas corresponden a cua-
das son huecas sólo en el tronco.
tro, diferenciadas
y las últimas
de la siguiente ma-
encuentra de manera aplicada una mujer
En las figuras son comunes los toca-
nera: dos presentan un cuenco inciso,
dos, deformadores,
orejeras circulares,
y dos mantienen
narices perforadas,
narigueras,
las manos juntas sin
lograrse identificar el objeto. En am-
res, colgantes
bos grupos se encuentran
que evidencian
figuras con
y diferentes
craneana pudo
colla-
peinados,
las características
de
que sostiene un cuenco en sus manos, y un hombre al parecer con manos empuñadas. Una figura femenina de pie, procedente de San Pedro de Urabá, con hombros y muslos voluminosos, exhibe, tanto en el frontal como hacia la parte
pequeños trozos de barro en su interior,
los grupos que habitaron el territorio.
utilizados a manera de sonajeros.
En la orfebreria de San Pedro de Urabá
res que estarian indicando la utilización
(Uribe, 1988), y a lo largo de las llanu-
de este tipo de objetos. Investigaciones
Las figuras igualmente
presentan
posterior de la cabeza, dos deformado-
adornos corporales y atuendos que in-
ras del Caribe colombiano
(Falchetti,
efectuadas en la región registran mate-
dican la manufactura y la utilización de
1995), igualmente se reportan elemen-
rial para deformar el cráneo, pero aún
vestidos que, según las descripciones de
tos que personifican la imagen humana,
es incierto su significado,
López de Gómara, Gonzalo Fernández
sentada en un banco con expresiones
sencia de restos óseos que posibiliten
de Oviedo, Pedro Cieza de León y Pedro
naturalistas,
un
contemplar diferentes hipótesis, según
Simón, eran utilizados desde la cintura
cuenco con las manos, y se repiten los
estudios previos desarrollados por Ana
componentes que se aprecian en las fi-
Maria Boada (1995).
hasta los tobillos. Tanto la indumentaria como los adornos son modelados y aplicados al cuerpo de la figura, en la que posteriormente
se culmina con
técnicas decorativas, como la incisión o
o de pie sosteniendo
guras de barro. Las orejeras con forma circular o de "carrete", representadas en las piezas, son usuales y se registran en la cerámica y en la orfebrería.
la impresión. Generalmente, las figuras
Aunque no se cuenta con la informa-
presentan orificios a la altura de las ore-
ción suficiente para registrar posibles
ante la au-
Santos (1989), que establece
una
relación estilística entre las figuras del complejo Urabá- Tierralta, con las figuras adosadas a las vasijas del complejo Betancí-Reichel-Dolmatoff
(1956),
anota que las figuras del río Sinú no fueron simples aditamentos
estéticos,
sino que, al igual que las vasijas, cumplieron una función propia, a pesar de ser una combinación de objetos. Reportadas sueltas o adosadas a una pieza, Reichel-Dolmatoff
(1997) sugiere que
las incisiones o escisiones marcadas en el cuerpo de las figuras Betancí son posiblemente el producto de tatuajes o de pintura corporal, elementos ausentes en las figuras de Urabá. Los rasgos faciales entre las figuras de los dos complejos son similares, aunque la posición y la forma del cuerpo no sean las mismas. Mientras las figuras de Betancí exhiColgante de concha ornitomorfo. Colección de Antropología Museo Universitario.
CÓDICE
Museo Universitario
ben una posición de pie con las manos
en el vientre o en la cintura, las figuras
las mujeres en de los grupos sociales,
necesidades
de Urabá se aprecian sedentes con las
y de cómo sus funciones
tiempo a esta labor, o por la incorpora-
piernas extendidas,
pueden ser entendidas y aplicadas a la
o sedentes en un
designadas
económicas que le restan
ción de otros productos que reemplazan
banco. Las piezas de pie, aunque del
cultura material que se posee arqueo-
a los objetos cerámicos, como es el caso
mismo modo revelan rostros similares a
lógicamente. Es dificil probar la espe-
de las ollas de barro que fueron sustitui-
los halladas en el río Sinú, poseen cuer-
cialización de un número de personas
das por ollas de aluminio. La alfarería
pos más voluptuosos, en los cuales las
dedicadas exclusivamente
es una actividad femenina que se trans-
manos y los muslos sobresalen del res-
ría, pero es presumible la persistencia
to de la pieza, y muestran una imagen
del género femenino en esta labor, re-
sólo en caso de enfermedad un esposo o
corporal desproporcionada.
presentada en los objetos, y que marca
un hermano puede llegar a ayudar en la
la arcilla y en los procesos de cocción
tendencias o capacidades de a quién se
manufactura. Igualmente, la propiedad
revelan diferencias
busca identificar.
de los objetos de barro es única de las
Factores en
entre las piezas,
posiblemente asociadas a elementos de manufactura
local. Colecciones, como
la del colegio Diocesano
San Pedro
Apóstol del municipio de San Pedro de Urabá, o colecciones
particulares
de
Turbo, Necoclí y Tierralta, evidencian la dispersión iconográfica
de las figu-
ras, sujetas a connotaciones simbólicas locales.
a la alfare-
Los estudios etnográficos a cabo para investigar
llevados
los grupos de
la etnia Chocó en Colombia
(Pineda
y Gutiérrez, 1999) o, específicamente, las comunidades
indígenas
embera-
chamí de Risaralda (Vasco, 1987) dan
mite entre las mujeres desde niñas, y
mujeres, que son quienes los utilizan, salvo algunas ocasiones como cuando eljaibaná
fuertea en ellos la chicha
de los jais para las curaciones (Vasco, 1987). La intencionalidad
de las vasijas
cuenta de los procesos sociales que és-
cerámicas
tradicionalmente
tos atraviesan en la interacción con la
comercio,
sino suplir las necesidades
población mestiza, transformando
sus
no es el
familiares y formar el ajuar culinario.
En arqueología, los aspectos rituales
costumbres culturales según las necesi-
han aislado elementos de carácter coti-
dades, señalando las que se conservan
"se afirma
diano, para transformarlos en conceptos
con el tiempo en la memoria colectiva
todas las mujeres hacían sus propios
trascendentales que marcan situaciones
cada vez más difusa, y evocando a los
o momentos relevantes y esporádicos.
antepasados prehispánicos.
Los estudios etnoarqueológicos
posibi-
litan visualizar ambas situaciones.
La
frecuente aparición de figuras femeni-
En general
en las comunidades
Entre los embera-chaml
de Risaralda
que [. ..}, antiguamente
cántaros dando satisfacción a las necesidades de su grupo" (Vasco, 1987: 75). Salvo que en algunos casos se convierte
embera, la alfarería se sigue practican-
en una actividad económica para lograr
do en menores proporciones, ya sea por
ingresos, en la cual se comercia con los
nas sentadas sobre un banco sosteniendo un cuenco en sus manos formaría la imagen participativa
de una mujer que
realizaba prácticas curativas y religiosas. Sin embargo, se propone que esta combinación de elementos estaría mostrando una labor natural de lo cotidiano, en relación con una actividad como la alfarería. La correlación etnoarqueológica las comunidades
indígenas
de
actuales
que habitan la zona de Urabá y áreas cercanas y afines, en relación con los habitantes
prehispánicos
de este mis-
mo territorio, permite hacer interpretaciones sobre los roles que cumplieron
Collar de cuentas rectangulares - Concha. Colección de Antropología Museo Universitario.
CÓDICE
Museo Universitario
pueblos cercanos, y los hombres cola-
resultado desarrollos locales con for-
boran con su transporte a los sitios de
mas particulares
mercado (Pineda y Gutiérrez, 1999).
uso de las figuras. Asimismo,
y de
Pineda
y Gutiérrez hacen referencia a que las
En la cerámica embera-chami se en-
mujeres embera, durante la elaboración
cuentran vasijas con representaciones
de la cerámica, para su comodidad
humanas, o de animales denominadas
"se
sirven de un pequeño banco de madera
chokó, usadas para fuertiar la chicha. También se elaboran encarrazas,
de apropiación
muy semejante
que
al que se acostumbra
son chokós de dos bocas. Una boca es
entre todos los indios para descansar
masculina y es utilizada para servirle la
la cabeza cuando duermen"
chicha a la mujer, mientras la otra ~s fe-
Gutiérrez, 1999: 59).
menina y por esta bebe el hombre. Los chokó antropomorfos
son usualmente
Figura antropomorfa. Complejo Urabá-Tierralta. Colección de Antropologia. Museo Universitario.
En la comunidadZenú drés de Sotavento,
(Pineda y
de San An-
departamento
de
femeninos, aunque no siempre estén los
Córdoba (Turbay y Jaramillo, 1986), se
rasgos bien definidos, y la decoración se
reafirma la actividad alfarera como un
localiza en la parte superior del cuerpo
oficio propio de las mujeres, el cual con
y en el cuello. No se observan figurines
el pasar de los años ha sido reemplaza-
estilizadas con forma humana (Vasco,
do por la adquisición de objetos de alu-
1987).
minio. Esta comunidad no fabrica sus
Los embera-chaml
implementos cerámicas en la casa, sino
aluden al signi-
ficado que poseen las representaciones
que éstos son comprados en mercados
antropomorfas
como
y en centros alfareros de la región, y se
objetos que identifican a los antiguos,
ven diferencias de formas, acabados y
de los chokó,
quienes son los que preparan la chicha.
calidades típicas de cada centro alfarero.
La chicha, según el pensamiento jaiba-
Entre las formas cerámicas recurrentes
ná, proviene del mundo de abajo, y es
se observan platos, floreros, alcancías y
la bebida de los seres de abajo Dojura
pitos ornitomorfos; asimismo, los niños
y de los jais de este mundo, de modo que "beber chicha hace a los indios se-
elaboran algunos juguetes en arcilla con Orejera circular - Arcilla. Colección de Antropología. Museo Universitario.
decorar con pintura.
mejantes a los dioses" (Ibíd.: 90). Las formas humanas poseen entonces un sentido simbólico
y religioso,
figuras de animales, que luego pasan a
Las características
por lo
de las figuras
asociadas al complejo Urabá- Tierralta
cual la cerámica trae esa relación con
marcan una amplia relación y distribu-
los antepasados.
ción iconográfica
con otras regiones,
Pineda y Gutiérrez (1999: 65), a di-
independientes
ferencia de los estudios de Vasco, rese-
connotaciones
ñan que, entre las mujeres embera de
tomo a ellas. Bray (1990: 41) anota que
Caramanta,
de diversos tamaños,
y de las
que se construyeron
en
"cuanto más neutro es un rasgo, mayor
es común la manufactura
de figuras antropomorfas
del manejo
es su distribución y mayor la probabi-
y zoomorfas
lidad de que sea aceptado. [ ...] los di-
las cuales sólo
bujos geométricos
cumplen la función de muñecos. Puede
viajan más rápido
pensarse en esta diferencia como disí-
y más lejos que los temas simbólicos o
miles re-significaciones que se dan a los
figurativos,
objetos, producto de nuevas prácticas culturales y comerciales,
y dan como
Orejera circular - Arcilla. Colección de Antropología. Museo Universitario.
CÓDICE
Museo Universitario
regionales".
los cuales suelen ser muy Se ha considerado en este
artículo la hipótesis
de entender
los
marcados rasgos iconográficos dentro de los aspectos recurrentes, en la idea de consignar nuevas miradas al registro arqueológico, sin pretender aislarse de los aspectos simbólicos, los cuales son relevantes, pero no son éstos los únicos para considerar. La construcción que postulamos, aunque se aísla de interpretaciones chamánicas, está sustentada sobre elementos comunes que probablemente cumplieron diferentes funciones según el contexto en el que fueron creadas. Es difícil concebir que, para una sociedad, todos los objetos tengan un valor agregado que represente exclusivamente los espacios y los momentos sujetos a acontecimientos trascendentales. Recrear lo cotidiano en la cerámica o en la orfebrería es resaltar y expresar en los grupos humanos las capacidades y tendencias que se imponen como virtud. Las vasijas mocasín, al igual que las figuras, se encuentran dentro de las piezas arqueológicas más frecuentes en la región de Urabá. Estas vasijas poseen un cuerpo prolongado horizontal, con una base plana o cóncava, y una protuberancia en la parte frontal, en algunos casos terminados en punta. La presencia de un soporte es. inusual para este tipo de piezas, aunque en la Colección de Antropología del Museo Universitario se reporta una pieza con base coronaria. L9S cuellos varían desde rectos hasta restringidos, con borde directo o evertido, en ocasiones reforzados. Adicionalrnente, algunas presentan un asa estribo con decoración aplicada e incisa, y acabados muy elaborados. La decoración en el cuerpo suele ser de volutas o de bandas aplicadas con incisiones e impresiones. Producidas a partir de rollos y trabajadas mediante el modelado según el tamaño, las vasijas
muestran terminados pulidos o bruñidos con representación doble, antropomorfa o zoomorfa, y muestran una especial función para este tipo de piezas. Un estudio preliminar sobre la dispersión de las vasijas mocasín fue elaborado por Lucía Rojas de Perdomo en el año 1976; con una funcionalidad que posiblemente se enmarca en contextos rituales debido a su presencia en los en-
Figura antropomorfa femenina. Colección de Antropologia. Museo Universitario.
terramientos. Perdomo propone que el habitual número de piezas encontradas como ajuar funerario supone una función ceremonial en la que se quemaban hojas o resinas durante el enterramiento. Para la región de Urabá, Santos (1989) reporta amplia distribución de las vasijas mocasín, y las incorpora a la cerámica funeraria. Las comunidades indígenas habitantes del Golfo de Urabá y de la región
CÓDICE
Museo Universítario
Caribe explotaron diversos recursos propios del hábitat en el que se encontraban. Diversificaron sus actividades económicas y desarrollaron estrategias adaptativas para la subsistencia. Eran cazadores, pescadores, recolectores y agricultores (Reichel-Dolrnatoff, 1997). En la caza interactuaban con toda clase de animales: mamíferos, aves, reptiles, peces, anfibios y moluscos, por lo cual son usuales las representaciones de estos seres en la cultura material. Procedentes de diferentes localidades, 77 vasijas mocasín de la Colección de Antropología del Museo Universitario se reportan provenientes de la región de Urabá, en varios casos con información sobre el área de hallazgo. A excepción de las diez vasijas del sitio El Estorbo (Santos, 1989), el 54,5% del total de las piezas suministra información concerniente a la vereda, corregimiento, municipio o departamento; mientras el 32,5% sólo provee la región a la cual se asocian las vasijas. Este estudio sobre la forma de los mocasines se ha contemplado teniendo en cuenta los contextos arqueológicos locales en los cuales se han reportado, sin desconocer su amplia dispersión por todo el territorio colombiano. Igualmente, se considera que las interpretaciones sobre su función dependen en cierta medida de su contexto y de su localización geográfica. En el noroccidente de Antioquia se han reportado del mismo modo vasijas de este tipo con representaciones antropomorfas. Y, en comparación con las vasijas del complejo Urabá-Tierralta, aquellas presentan un cuerpo más corto, con profundidades mayores. En el caso de las vasijas de Urabá, las formas son más diversas y su presencia más notable con relación a otras áreas. Su disposición en diferentes contextos hace considerar
que muchas de estas piezas no sólo pu-
sentando la relación existente entre los
dieron cumplir con una tarea ritual o
recursos que sirvieron como medio de
funeraria, sino funciones más comunes.
explotación, y su vinculación directa o
La aparición de esta forma mocasín en
indirecta en los espacios sociales. La
basureros conocidos como concheros
particular relación existente entre el ob-
hace suponer una estrecha relación entre
jeto y la fauna en buena medida se debe
los recursos explotados, y la forma y la
a la estrecha analogía que se ha logrado establecer entre el medio y la sociedad.
función de este tipo de vasijas. En el sitio ''El Estorbo",' munícipio de Turbo, o en el sitio "Piatra'',' munícipio de Necoclí, se hallaron numerosos fragmentos de vasijas, correspondientes
a
mocasines, lo cual estaría marcando una relación notoria con el tipo de recurso explotado. Las evidencias en ambos contextos resaltan la aparición de moluscos,
La diversidad estilística de las vasijas es un factor que posiblemente de la combinación
resultó
entre la forma y su
funcionalidad. Aunque es dificil constatar cuál fue el motivo para la elaboración de estas particulares vasijas, se ha propuesto, en cuanto a la forma, una extracción conceptual del objeto sobre su función.
entre los cuales prevalece el "chipi-chipi" (Donax sp.). La abundancia de este bivalvo indica una inclinación indudable
En el material
arqueológico
del
complejo Urabá- Tierralta se observan
Se considera,
con frecuencia figuras zoomorfas que
entonces, que las vasijas no sólo forma-
esquematizan la fauna de la zona; entre
ron parte de los ajuares funerarios que
ellas sobresalen las representaciones de mamíferos, anfibios y aves en las vasi-
por su aprovechamiento.
acompañaban al dífunto, sino que también cumplieron una función culinaria: en ellas posiblemente se depositaban los moluscos, que durante un corto o largo periodo de cocción permitiría obtener la parte interna de estos bivalvos. La presencia de caracoles en correlación con vasijas mocasín estaria repre-
jas cerámicas. Las aves aparecen como ÍConos y su presencia se observa en díferente s tipos de materiales. En el material estudiado se encuentra una vasija subglobular con forma de mono, una vasija lobulada con forma de murciélago, al igual que ranas aplicadas a figuras y a vasijas globulares. En una figura antro-
Deformador con doble representación antropomorfa. Colección de Antropología. Museo Universitario.
CÓDICE
Museo Universitario
pomorfa aplicada reportan concha,
femenina se observa una rana como colgante. Asimismo, se anfibios y aves elaborados en posiblemente utilizados como
colgantes. Reptiles, como la tortuga, son poco comunes en la Colección de Antropología del Museo Universitario de la Universidad de Antioquia. En la zona cercana a Momil es significativo el hallazgo de figuras ornitomorfas elaboradas en cerámica, con un estilo muy realista, y en concha figuras un poco más estilizadas o abstractas. Las figuras cerámicas ornitomorfas propias de la tradición Momil corresponden en su mayoría a pitos; esta característica marca la importancia de la musicalidad entre de los grupos prehispánicos. Saldarriaga (1991) aclara que estos instrumentos cumplieron diversas funcionalidades: no sólo eran representaciones que jugaban un papel ritual a la hora de entonar canciones durante las ceremonias, sino que cumplían una función más práctica al ser utilizados en la imitación de los sonidos de las aves como ayuda en el momento de la caza. Esta doble función probablemente cumplió diversas tareas, debido a que se ha observado etnográficamente que las comunidades indígenas acompañan con música gran cantidad de actividades diarias: "la música era un complemento de la caza, la pesca, el cultivo, el amor, el culto funerario, el nacimiento, el infortunio" (Saldarriaga, 1991: 17). En la región del Sinú se encuentra representada fauna variada compuesta por mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces, elaborados en oro, cerámica, concha y hueso (Legast, 1980). En ésta se hallan dos categorías de objetos: las figuras zoomorfas, y las representaciones de fauna que sirven como adornos en otros objetos. Aunque el estudio de Legast se enfocó principalmente en clasificar el material arqueológico e iden-
tificar las especies de fauna que fueron representadas por los grupos indígenas, se alcanza a visual izar la importancia económica y mágico-religiosa que tuvo la fauna. En orfebrería los objetos analizados consistían en orejeras, colgantes, remates de bastón y narigueras. En la cerámica corresponden a pitos con forma de aves y peces. En concha y hue-
mente aporta al rastreo de los significa-
se ha mencionado, se hallan evidencias
dos atribuidos por los grupos. En este
de restos de fauna de mamíferos, como
sentido, son significativos los trabajos
jaguar, venados,
monos, entre otros,
de Uribe (1988) en San Pedro de Urabá,
así como de peces y de reptiles, ade-
y de Falchetti (1995) en la región de las
más de la gran abundancia
llanuras del Caribe. Las figuras orfebres
coso Las aves se encuentran reiteradas
zoomorfas corresponden
veces, por lo cual debieron poseer un
a representaciones
básicamente
de aves en figuras
en molus-
valor significativo para los grupos en su
y en cuentas, además de colgantes en
economía y en otros ámbitos sociales.
forma de rana. El estudio de Falchetti
Las plumas de las aves siempre se han
reafirma la persistencia
de las figuras
considerado importantes para la elabo-
de aves, batracios y algunas formas que
ración de tocados y collares que hacen
fuente de alimentación de las comunidades indígenas Sinú, y tenían gran im-
al parecer mezclan diversas especies,
parte de la indumentaria
aunque considera que este tipo de ob-
también debieron usarse en otro tipo
portancia económica, como es el caso
jetos posee un carácter internacional
de actividades.
de los peces, aunque su presencia es escasa. Sin embargo, llama la atención
por su amplia dispersión. Teniendo en
en la mitología de los indígenas cuna
cuenta las características
de estos ob-
existen varias capas encima del mundo:
la abundancia de animales con rasgos
jetos, es claro que cumplen un papel
en las capas de arriba está un mundo
fuertes y agresivos,
tales como el ja-
ornamental; sumado a esto, y debido a
en el que habitan aves de plumas rojas,
guar, el caimán, las águilas, los galli-
su hallazgo en contextos funerarios, es
las cuales son utilizadas en la medicina
nazas, entre otros, relacionados con un
apropiado relacionados también con un
tradicional.
papel de orden simbólico, y señalando
significado ritual, en función de su uso
les se ubican en escala de importancia
entonces una preferencia por aquellos
como ofrendas dentro del ajuar fune-
alimentaria y medicinal, y en primera
animales
rario. Estos objetos, como manifiesta
so se observan básicamente ornitomorfos.
colgantes
Muchos de los animales del área eran
de gran tamaño y atractivo
por su piel o por sus plumas (Legast,
Falchetti, pueden señalar el papel de
1980).
algunos individuos que mediaban en-
La revisión del material orfebre asociado a la zona de Urabá permite ampliar la información zoomorfas
sobre las formas
observadas
en el material
cerámica del Complejo, que conjunta-
tre el mundo social y el sobrenatural, y llevaban estos objetos para que los acompañaran.
ritual, pero
Según Gómez (1969),
Para los cuna, los anima-
línea se hallan los mamiferos para caza, como el mono, el zaino, el tapir y otros, pero también existen otros tipos de clasificaciones. En la interacción con el medio ambiente por medio de las actividades so-
En el registro arqueológico
proce-
dente del sitio tipo El Estorbo, como
ciales y económicas, se logran establecer vínculos con el entorno, de manera que "en el mundo humano las relaciones se establecen teniendo en cuenta la reciprocidad con la naturaleza a través de los animales [... ] 10 natural está presente en lo humano y lo humano en lo natural, [... ]" (Ulloa, 1996: 88). En la cotidianidad
los animales
ocuparon un papel especial, de modo que impulsaron representados
a las comunidades
a
en su cultura material,
ya sea por su belleza estética, por su importancia económica, o por su expresión en el pensamiento Colgantes zoomorfos (Ranas) - Concha. Colección de Antropología. Museo Universitario.
CÓDICE
Museo Universitario
cosmogónico,
como es el caso de los espíritus buenos y malos en forma de animales según la
visión embera. Desde la etnografia se puede apoyar este tipo de interpretaciones, para comprender cómo la cultura material se convierte en una expresión de una sociedad que busca identificarse y plasmar el entorno en el cual habita. Aunque el campo de estudio aún debe ser más explorado, es acertado señalar que las comunidades indígenas en sus saberes ancestrales se han caracterizado
por el manejo sostenible
de la
fauna, no sólo cumpliendo con etapas de subsistencia, sino comportando otro tipo de significaciones sociales que hacen posible esa relación de respeto, y muestran la posibilidad de establecer identidades a partir de la representación de estos seres. Contemplar el medio, recreado y plasmado en la cerámica o en cualquier otro material, es representar las características más sobresalientes de un acontecimiento, objeto o animal, sin la necesidad de trascender Vasija mocasín. Colección de Antropología. Museo Universitario.
espacios horizontales, para convertidos en hechos de interés significativo y colectivo. La cotidianidad es una constante que evoca múltiples facetas de la vida social, que, expresada mediante los objetos, entran a valorarse según las circunstancias.
La iconografia
es la fuente
que posibilita acercarse a las interpretaciones y valorar con diferentes mecanismos o herramientas los hechos que acontecieron en el pasado. ~
Sitio Piatra. Gasterópodo - Recolección superficial. Colección de Antropología. Museo Universitario.
Figura ornitomorfa - Concha. Colección de Antropología. Museo Universitario.
CÓDICE
Museo
Universitario
Notas 1
2
El Estorbo: sitio arqueológico ubicado en el municipio de Turbo, Antioquia. Excavado por el Grupo de Investigación de Arqueologia y Patrimonio (GIAP) y dirigido por los profesores adscritos a la Universidad de Antioquia, Gustavo Adolfo Santos Vecino y Álvaro Botiva Contreras entre los años 1977 y 1985. Piatra: sitio arqueológico localizado en el municipio de Necocli, Antioquia. Reportado por el GIAP y contemplado en la investigación Prospección arqueológica en el litoral y cuencas hidrográficas del municipio de Necoclí. Sin publicar. 2004.
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CÓDICE
Museo Universitario
Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
Material destacado del Centro de Documentación del Museo Universitario Colección de Ciencias Naturales Universidad de Antioquia y Secretaría del Medio Ambiente, Cerro El Volador. Medellín: Universidad de Antioquia, 2006. 20 p. ISBN 958655920-3. E- MA 062. El material reseñado en esta ocasión es una cartilla producto del proceso de formulación de los "Planes de Manejo y Gestión Integral de los Cerros Tutelares de Medellín" desarroliado por la Secretaría del Medio Ambiente de Medellín en convenio con la Universidad de Antioquia. Esta cartilla, junto con otras cinco conforman la serie Cultura Verde Cerros Tutelares. El tema central de ésta es el Cerro el Volador: los atributos, cualidades y potencialidades que lo hacen único en el Sistema de Cerros Tutelares que adornan el relieve montañoso del Valle de Aburrá. Los temas que se tratan son: la sensibilización sobre la importancia del cerro, breve reseña histórica sobre su formación, una descripción de la composición del suelo, se hace referencia al patrimonio arqueológico que allí se encuentra, del valor cultural, su valor ambiental, las vías de acceso, formas para disfrutar del cerro responsablemente. Esta cartilla constituye un material didáctico, apta para el público en general ya que presenta la información con redacción muy sencilla que permite la comprensión del contenido a gran variedad de lectores. Además, contiene muchas ilustraciones y fotografías alusivas al cerro, su valor ambiental, arqueológico, histórico y recreativo. Es un material recomendado para aquellos lectores interesados en conocer más sobre su ciudad. Se recomienda consultar las demás cartillas de la serie donde encontrarán información sobre los otros cerros de la ciudad.
Otros títulos Cerro Nutibara. Medellín: Universidad de Antioquia, 2006. 20 p. ISBN 958-655920-3. E- MA 061. Cerro Pan de Azúcar. Medellín: Universidad de Antioquia, 2006. 20 p. ISBN 958-655-920-3. E- MA 063. Cerro El Picacho. Medellín: Universidad de Antioquia, 2006. 20 p. ISBN 958-655920-3. E- MA064.
Cerro Santo Domingo. Medellín: Universidad de Antioquia, 2006. 20 p. ISBN 958-655920-3 E- MA 065. Cerros El Salvador y La Asomadera. Medellín: Universidad de Antioquia, 2006. 23 p. ISBN 958-655920-3. E- MA 066. QUíMICA AMTEX. El hombre depredador desde siempre del ecosistema. Medellín: Colina, 1980.44 p. E- MA 023.
Colección de Artes Visuales Universidad Nacional de Colombia. Pensar, sentir, pintar. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2001. 20 p. [Catálogo]. Pensar, sentir, pintar es un catálogo que reúne las obras de cinco artistas indígenas de pueblos de origen inga, camentzá y guahibo. Los cinco fueron formados en la Universidad Nacional de Colombia de Bogotá. La exposición y el catálogo en sí son una oportunidad para presenciar un "encuentro con la diversidad y la inteculturalidad que enriquecen nuestro país" . En este espacio se reunieron los artistas indígenas Carlos Jacanamijoy, Vicente Álvarez, Juan Andrés Jamioy, Umar Cruz Pizarro y Benjamín Jacanamijoy. El catálogo, además de poseer algunas de las obras de estos artistas, trae también comentarios sobre ellos y sus respectivas hojas de vida y académicas. Esta exposición se realizó en el marco de la celebración del II Encuentro de Egresados Indígenas. Universidad Nacional de Colombia. Lugares así. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2002.6 hojas sueltas. [Catálogo] Este catálogo es consecuencia del anterior. A raíz de la exposición "pensar sentir, pintar", la Universidad Nacional de Colombia sede Leticia (Amazonas), realizó en 2002 la exposición "lugares así" como parte de su programa cultural. Esta exposición buscaba "dar testimonio de las posibilidades y aportes del talento de los indígenas"2. Contaron también con la presencia de los artistas indígenas Vicente Álvarez, Umar Cruz Pizarro, Andrés Jamioy Carlos Andrés Jacanamijoy y Bernardo Jacanamijoy. El Centro de Documentación tiene una existencia de dos ejemplares del primer catálogo y de
CÓDICE
Museo Universitario
un ejemplar del segundo. Sus referencias son CM 0162 Y CM 0163. Para ampliar sobre estos catálogos, la exposición y el encuentro puedes consultar en: http://www.unal.edu.co/paes/htmVexp.html. Consultada el14 de mayo de 2007.
Colección de Antropología GONZÁLEZ Escobar, Luis Fernando. Quibdó: Contexto histórico, desarrollo urbano y patrimonio arquitectónico. Medellín: Centro de Publicaciones Universidad Nacional de Colombia, 2003.362 p.ISBN: 9352-58-8. ETNO 1974. El materiat elegido en esta ocasión para reseñar es un texto de Luis Fernando González Escobar, quien se ha caracterizado por realizar interesantes estudios en Quibdó (Chocó). Se trata entonces de "Quibdó: contexto histórico, desarrollo urbano y patrimonio arquitectónico"; un texto que" ... contribuye a tener otra mirada sobre los procesos de doblamiento y urbanización en el Pacífico Norte, teniendo como epicentro la capital chocoana'". El libro hace referencia al contexto histórico de esta zona en los siglos IIl!]aI xx, haciendo hincapié en el desarrollo urbano y en el patrimonio arquitectónico. Gracias a los resultados obtenidos por la investigación se logró que el patrimonio cultural de Quibdó, su historia y su desarrollo urbano, asuntos olvidados por algunos y desconocidos por otro poco, fueran reconocidos en el ámbito nacional e internacional, suscitando así, el interés de muchos por una zona que empezó a ser reconocida como parte importante en la reconstrucción histórica de la historia de Colombia.
Notas 1
Martha Lilia Mayorga R. Asesora Vicerrectoría Académica, Coordinadora del Programa de Admisión Especial PAES. Universidad Nacional de Colombia.
2
Germán Palacio. Director Sede Leticia Universidad Nacional de Colombia.
3
Opinión emitida por el Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico.
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