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Los textos e ilustraciones de este libro se realizaron en el proyecto “Talleres Literarios: Escribir es mi cuento para niños y niñas – A Puño y Letra para adolescentes y jóvenes”, Financiado por el Fondo Nacional del Fomento del Libro y la Lectura convocatoria 2018. Proyecto ejecutado por: Fabiola Bernal Díaz y Angela Bernal Díaz Colabora: Helena Ediciones Diseño y diagramación: Natalia Luarte Orellana Portada: Autorretratos ilustrados por las autoras y autores de este libro. Impreso por: Ediciones On Demand 700 ejemplares. Talca, Región del Maule, Chile. Derechos Reservados.
A las niñas y niños por soñar y crear, por pintar de bellos colores el mundo. A las familias por ser quienes sustentan estas mágicas letras. A la Biblioteca Pública La Florida de Talca, por ser cuna de tan maravillosa experiencia. Infinitas Gracias. Fabiola y Angela Bernal Díaz Gestoras del proyecto
Por: Mariano González Gavilán, 5 años. Colegio Santo Tomás
EL BOTONCITO SOLITARIO. Carlos Durán Aros ................................................... 6 SUSU, EL LOBO. Carolina Aguilera Amaya ................................................................. 8 LA CASCADA MÁGICA. Isidora Mejías Urra ............................................................ 10 JUANITO Y LUCÍA, SU SALVADORA. Amanda Soto Oyarzún ............................... 12 DESEOS DE ORO. Pía Contreras Rojas .................................................................... 14 VIDA DE HORMIGA. María Jesús Cleary Godoy ..................................................... 16 UNA GRAN AVENTURA. Nadia Vásquez Reyes ....................................................... 18 EL TESORO DE LOS MINEROS. Matilde Ávila Arellano ........................................ 20 EL LEÓN Y EL TIGRE. Lucas Salgado Acuña ............................................................ 22 SOFÍA QUIERE ENTRAR AL CIELO. Maite Gómez Ayala ...................................... 24 MI NIÑEZ. Matilda Moyano Pérez ............................................................................ 26 LA MEJOR AMIGA DE TOMÁS. Maricela Antileo Díaz .......................................... 28 MARAÑA, LA ARAÑA. Valentina Cisternas Ibáñez ................................................... 30 LADY ANIMAL. Sofía Pérez Bonvallet ....................................................................... 32 CRISTAL Y SUS PODERES. Emilia Verdugo Salgado ............................................... 34 EL ORIGEN DE LAS GALAXIAS. Martina Moraga Ramírez .................................... 36 SUEÑOS. Giorgio Giovanetti Navarro ....................................................................... 38 PRIMER AMOR. Josefa Moya Gálvez ........................................................................ 40 ¡ACELERA! Matilda Yáñez Moraga ............................................................................ 42 EL DEMONIO SIN CARA. Sofía González Morales ................................................. 44
El botoncito
solitario Carlos Durán Aros Escuela Prosperidad - Talca
Botón “Chico”, como le decían los demás botones, vivía dentro de una caja de latón. Cada vez que abrían la caja sentía un miedo enorme a lo desconocido y no quería que lo cosieran, porque creía que era muy doloroso, y siempre deseaba no ser elegido. Pasaba sus días muy solo en la caja, no tenía con quien compartir y los demás botones se burlaban de él porque era chiquito, y ellos eran muy grandes y gordos. Un día pensó: Ya no tendré miedo, dejaré que me cosan para estar con otros botones similares a mí. Pero cada vez que la caja se abría en busca de un botón, lo saltaban por ser chiquito. Cada día se iba sintiendo más solo y triste; cierta vez escuchó desde la caja que había un encargo para un bebé, y necesitaban un botón chiquito igual que él. Así fue como llegó su momento, lo escogieron y cosieron sobre un suave chalequito y, cuando miró a su alrededor, sonrío al ver que estaba junto a una hermosa botoncita “Chica” igual que él. Y así su tristeza desapareció, pues ya no estaría nunca más solo. 8
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Susu, el lobo Carolina Aguilera Amaya Escuela El Edén - Talca
En una manada de lobos las crías para ser reconocidas como mayores, debían hacer una serie de pruebas que le permitirían habitar en medio de su comunidad, como aprender a defender su comida de carroñeros, y matar a su primer oponente que sería un tigre de su misma edad. Los que salían intactos se convertían en lobos adultos, pero lo más lamentable era que los que no lograban la meta eran desterrados de la manada. Había un lobito de cinco meses que se llamaba Susu, y era algo inmaduro para esas exigencias; estaba a punto de pasar a los seis meses, pues llegando a los siete tenía que hacer las pruebas que imponía su familia. Su fiesta de cumple mes era el 4 de junio y ya se estaba aproximando.
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El lobito cada noche le aullaba a la luna con desesperación, porque tenía mucho miedo de las pruebas mortales. Había llegado el gran día, y la primera prueba era cazar su presa. Lo logró. Al igual que las siguientes, y también la última, aunque ésta con un poco más de dificultad, la que consistió en derrotar al tigre con un mordisco. Susu fue el mejor de todos, y su madre, una lobita blanca de ojos azules, llamada Luna, le dijo: —Te felicito. Mereces ser el próximo líder. Se alegró tanto que se fue a aullar en forma de agradecimiento a la luna. Después de un par de meses, se convirtió en el jefe de la manada, eliminó el destierro de los lobos y la lucha a muerte con el tigre. Y fue reconocido como el líder más bondadoso de todos los tiempos.
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La cascada mágica Isidora Mejías Urra Colegio Integrado San Pío X - Talca
Había una vez una niña llamada Caren, que fue a visitar a su abuela para almorzar. Al terminar salió a caminar y se internó en el bosque; encontró una cascada donde todos los animales iban a beber agua. Justo Caren se sentía un poco sedienta, se acercó, bebió un sorbo y de inmediato se convirtió en un conejo. Al mirarse se asustó mucho, no sabía que pasaba. Luego miró la cascada, se acercó y miró detrás del agua que caía; entonces se encontró con una puerta de su tamaño, la abrió y vio un mundo sin igual, era un mundo fantástico. —¡Esto no tiene comparación! —dijo Caren. De repente una reina apareció, y le dijo: —Bienvenida al reino fantástico. La reina la llevó a su castillo, pero Caren sólo quería volver a su casa. Le pidió a la reina que le ayudara a regresar, pero ella le dijo:
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—¡Todo aquel que entra aquí, se queda aquí! La reina la envió al calabozo. Caren estaba sola y muy triste, pero de pronto escuchó a un soldado tocar la trompeta anunciando que la princesa Angélica se acercaba. La princesa pasó al lado de Caren, y le preguntó: —¿Qué hace un lindo conejito en esta jaula? —Me capturaron, y extraño mucho a mi familia. —Mmmmmmm. No te preocupes, yo te ayudaré.
La princesa escondió a Caren en su vestido y la llevó a la puerta del castillo para que pudiera huir. Corrió muy rápido, lejos de ahí, hasta llegar a la salida del reino. Cruzó la puerta y se convirtió en la niña de antes. Cuando encontró a su familia se alegró mucho, y todos vivieron felices para siempre; excepto la reina. 13
JUANITO Y LUCIA, SU SALVADORA Amanda Soto Oyarzún Instituto Andrés Bello - Talca
Había una vez una carta llamada “Carta Juanito”, que le pertenecía al Mago Alfredo. Un día en uno de sus espectáculos, antes de desaparecer a Juanito, un niña gritó: —¡Noooooooo, no lo hagas desaparecer! —ella ya sabía que Alfredo maltrataba a Juanito, cuando entraba en el carro. La niña (que se llamaba Lucía) subió al escenario y sacó a Juanito de las manos de Alfredo, y se lo llevó muy lejos, a una casa muy bonita que estaba en el bosque; lo dejó en un cojín mientras le hacía una cama. Así se hizo de noche. Al otro día, cuando Juanito despertó, Lucía tenía preparado el desayuno con un vaso de leche y galletas; al recibirlas, Juanito exclamó: —¡Gracias! —¿Por qué? —preguntó Lucía. —Gracias porque me sacaste de las manos de ese horrible hombre y me trajiste a esta hermosa casita. —Aaaaaaaah. No hay de qué. Yo siempre veía los espectáculos y también te veía a ti por esa pequeña ventanita del carro de Alfredo. Bueno, para qué recordamos malos tiempos. Ahora vivamos mejor en este hermoso hogar. 14
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Deseos de Oro Pía Contreras Rojas Colegio Suyai - Maule
En un pueblo vivía una niña de once años llamada Yeni, ella estudiaba en la Escuela Santa María. Cierto día, yendo como de costumbre a la escuela, se dio cuenta que iba muy atrasada, por eso tomó un atajo por el bosque. En el camino se tropezó y cayó al suelo, cuando miró hacia atrás para ver qué fue lo que la hizo caer, vio dos monedas de oro; las recogió y se fue rápido hacia la escuela. —Más tarde estando en su casa muy aburrida, a Yeni se le ocurrió que le gustaría tener esa muñeca que salía en la televisión, así que lo deseó con todas sus fuerzas: —Deseo tener una muñeca con quien poder jugar. En ese momento, el bolsillo donde tenía las monedas de oro empezó a brillar como el sol, y cuando la luz se detuvo vio que en sus manos tenía lo deseado, y la moneda desapareció. Al otro día vio a dos granjeros discutir por la escasez de agua que afectaba al pueblo, y cómo los cultivos de la temporada se perderían. Ella pensó, ¿y si los ayudo?, ¿me sentiré mejor?, ¿se cumplirá mi deseo?, y así puso la moneda en su mano y con todas sus fuerzas Yeni pidió: 16
—Deseo que llueva para que las siembras y los campos tengan el agua necesaria para una buena cosecha. La moneda que tenía en sus manos empezó a brillar como el sol y poco a poco empezaron a caer gotas desde el Cielo, y el metal desapareció; de pronto empezó a llover muy fuerte, Yeni corrió muy feliz hasta su casa y comprendió que al ayudar a los demás te ayudas a ti también.
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VIDA DE HORMIGA María Jesús Cleary Godoy Escuela Juan Luis Sanfuentes - Talca
Había una vez una hormiga que quería hacerse famosa escribiendo un libro; era un libro muy particular, un libro con todos los secretos de las personas que había conocido, pero sin que ellas supieran. La cosa era así. Una persona comía y caían diminutos trozos y restos de alimentos en sus ropas, imperceptibles a la vista, pero para la hormiga eran el más bello tesoro. Cuando percibía comida, emprendía su viaje hasta llegar a su alimento. En el camino escuchaba las cosas que las personas hablaban, a veces con alegría, a veces con pena, a veces susurrando; entonces a la hormiga se le paraban las antenitas, y sin quererlo registraba toda la conversación. Todas las noches la hormiga llegaba a casa y traspasaba los secretos a su cuaderno, con la idea que en algún momento terminaría su libro. Juntó y juntó hojas con secretos, hasta que llegó el día; ya tenía suficiente para su libro. Se fue con todo lo escrito y mientras corría se dio cuenta que todos esos secretos no eran de ella, que eran de otras personas. Entonces pensó: ¿Será correcto hacer algo así? ¿Y si alguien se entera de cosas que nunca debió haber sabido? Lentamente, se fue dando cuenta de que no podía escribir ese libro que tanto había añorado, porque si lo hacía se haría 18
famosa a costa de los otros, y eso no correspondía. No debería contar los secretos de otras personas —se decía. No podía contar eso que no era de ella. La hormiga tomó todas las hojas, las metió en una bolsa y las tiró a la basura; fue al negocio de la esquina, compró un cuaderno y en la primera hoja escribió: Vida de hormiga.
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UNA GRAN AVENTURA Nadia Vásquez Reyes Colegio Los Alerces - Talca
Soy Amalia y hoy les contaré una historia que me ocurrió junto a mis amigos Sofía y Joaquín. Íbamos caminando por una oscura cueva; todo iba bien hasta que sonaron unas pisadas detrás de nosotros y, a pesar de que ya estábamos acostumbrados a andar en lugares terroríficos, nos asustamos mucho ya que los pasos nos seguían para todas partes. De repente, unas pequeñas luces empezaron a alumbrar la cueva; entonces Joaquín gritó: —¡¡Son ojos, son ojos de animales que nos quieren comer!! Se nos erizó la piel, pero llenos de valentía decidimos terminar el viaje; así, agarramos nuestras linternas y nos acercamos de a poco. Afortunadamente, sólo eran luciérnagas y nos echamos a reír. Seguimos caminando pero nos dio mucha hambre, así que sacamos nuestras colaciones y nos pusimos a comer, en eso me senté en el suelo y sentí algo raro, como un hueso y grité: 20
—¡¡¡Un hueso, un cadáver!!! Rápidamente, alumbré con la linterna y nos dimos cuenta que sólo eran ramas, y suspiramos de alivio. Al terminar de comer, seguimos caminando y de repente aparecieron tres sombras detrás de las nuestras; pensamos que no era nada, pero las sombras se empezaron a acercar rápidamente y nos echamos a correr muy rápido para poder salir luego de ese lugar. Cuando al fin salimos de la cueva miramos hacia atrás y nos dimos cuenta que sólo eran tres mapaches que nos seguían por el olor de nuestra comida; al darnos cuenta de esto nos pusimos a reír, y nos fuimos pensando que había sido la mejor aventura que habíamos vivido.
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EL TESORO DE LOS MINEROS Matilde Ávila Arellano Colegio Integrado San Pío X - Talca
Había una vez un grupo de mineros dividido en dos grupos: los buenos y los malos. Un día los llamaron para darles una gran misión: ir en busca del tesoro. Había muchos mitos en torno al tesoro. Los malos creían en la historia de Joni Sous, el mejor minero de todos los tiempos. Él decía que en una Mansión cerca de las montañas, abandonada hacía muchos años debido a un terrible aluvión, existía en su interior cofres llenos de oro. Los buenos conocían esta historia, pero, como “el secreto del minero”, ellos hablaban de la existencia de animales poseídos por un hechicero, que custodiaban el tesoro en la Mansión; por eso no era un lugar seguro. Así que decidieron ir a buscar en las montañas. Todos se fueron en busca del oro. Se hizo de noche; los malos fueron a dormir en la Mansión, y los buenos hicieron campamento a los pies de la montaña.
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Cuando dieron las dos de la mañana, uno de los malos escuchó un ruido de animales y creyó verlos; fue rápidamente a avisarle a sus compañeros, pero cuando éstos fueron a ver no había nada. La segunda noche se escuchó lo mismo, y él minero que los sintió se fue a dormir afuera de la Mansión por miedo. Llegó el último día, y los malos ya tenían diez bolsas con oro; había sido muy fácil para ellos. Salían de la Mansión sintiéndose triunfadores. Mientras que los buenos, sólo llevaban una bolsa. De repente, aparece una estampida de animales feroces que ataca a los malos para recuperar el oro, los mineros sueltan las bolsas y salen corriendo como cobardes. Los buenos, lentos pero seguros, se quedaron unos días más en la montaña, y lograron reunir un cofre con mucho oro sin tener que despertar ni desafiar a los guardianes de la Mansión. Así fue como los buenos terminaron ganando la misión a la que fueron encomendados.
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EL LEÓN Y EL TIGRE Lucas Salgado Acuña Instituto Andrés Bello - Talca
En la selva vivía un león que era agrandado, competitivo y que se creía superior a los demás; siempre organizaba carreras y nadie podía ganarle. Un día desde muy lejos llegó un tigre que quería retar al león. Una vez frente al él, le dijo: —Te vengo a retar y así dejarás de ser tan agrandado. El león miró al tigre y le dijo riéndose:
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—Primero tendrás que vencerme, y eso nunca pasará. Los dos fueron a la línea de partida y arrancaron hacia la meta. Durante casi toda la carrera fueron muy parejos, pero el tigre aceleró el paso y adelantó al león. Al tigre le faltaba muy poco para llegar a la meta y, como sabía de su ventaja, cuando pasó cerca del río decidió detenerse a tomar agua. El león por fin logró alcanzarlo y al verlo desprevenido tomando agua, se acercó a él y lo empujó al río. El león estaba a punto de cruzar la meta, pero escuchó al tigre que pedía ayuda; el león se sintió muy mal por lo que había hecho y regresó al río a ayudarlo. Una vez fuera del agua cruzaron la meta juntos y dejaron la carrera en un empate. El león se disculpó con el tigre y con todos a los que había hecho sentir mal, y prometió cambiar de actitud. Desde ese día empezó a hacer muy buenos amigos.
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Sofía quiere entrar al cielo Maite Gómez Ayala Colegio Piamarta - Talca
Una niña llamada Sofía se ha convertido en ángel, y le pide a Dios ver a su familia. Él le dice que debe auxiliar a otros para poder entrar al Cielo. Sofía va a la Tierra a ver quién necesitaba ayuda, y de repente vio un gatito; el pobrecito parecía sin hogar, era blanco y negro, estaba todo sucio y parecía tener hambre, ya que estaba muy flaco y dañado. El ángel Sofía le dijo: —¡Pobrecito! ¿Tienes hogar? El gatito sacudió la cabeza de un lado a otro. Sofía lo tomó en sus brazos y lo acarició. Le dio tanta tristeza verlo solo que, de repente, se le ocurrió una ingeniosa idea. Se acercó a un árbol, le sacó unas ramas, tomó unas flores y sus tallos, y creó una canasta. Luego escribió en un papel: “Este gatito no tiene hogar. Por favor, adóptelo”, y puso el mensaje en la canasta junto al gatito. Sofía tocó la puerta de una casa y se escondió. Cuando el dueño abrió la puerta, miró al gatito y leyó la carta. Luego lanzó un largo suspiro, y dijo: —Si este gatito no tiene a nadie que lo cuide, yo lo voy adoptar. Sofía se fue muy contenta en busca de quien más requiriera de su ayuda. En ese momento, escuchó un grito: 26
—¡Auxilio! ¡Mi hija se cae! La angelita se guió por los gritos llegando rápidamente al lugar. Vio a la niña colgando de un edificio, y los bomberos no lograban alcanzarla. Sofía voló rápidamente hacia la niña, la tomó y dejó en el balcón. Todos se sorprendieron al verla, pero estaban tan felices y aliviados que no pensaron en nada. Con su afán de seguir ayudando evitó un choque de muerte, le dio de comer a las palomas y llenó de agua los lagos y ríos secos. Al terminar el día, Sofía volvió para que le permitieran ir al Cielo con su familia. Dios la vio llegar, y le dijo: —Has ayudado a mucha gente. Ahora yo te ayudaré a ir con tu familia. Y le abrió las puertas del Cielo.
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MI NInEZ Matilda Moyano Pérez Colegio Integrado San Pío X - Talca
Desde chica caminaba por el jardín de mi abuela. Conocí las hormigas, caracoles y babosas. Qué grande me sentía al tocarlos con mis dedos. ¡Qué poco sabemos de ellos! ¡Tantas cosas que vemos!
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Intrusos son en casa, se meten donde no los llaman. No le temen al agua, al detergente ni a nada. TambiĂŠn vi como se alimentan los gusanos y mariposas. Y vi al maravilloso picaflor chupar nĂŠctar y aletear en las hojas. Revoloteando en el paisaje hace grandes piruetas la delicada golondrina, porque la primavera ya se acerca.
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LA MEJOR AMIGA DE TOMaS Maricela Antileo Díaz Escuela Prosperidad - Talca
Tomás es un compañero, un amigo en silencio y mi mascota. Hoy tiene tres años, y nuestra historia comienza así. Había una vez una niña del sur que tenía una vida casi perfecta, con familia y amigos; lo más normal para sus siete años de edad. Excelente alumna y de carácter un poco tímida. Era soñadora, alegre y en lo más profundo de ella sentía que algo le faltaba para completar su felicidad. Esto era tener su propia mascota. Corría el año 2016, vacaciones de verano para ser más exacto, cuando en un viaje a la capital y en un día de paseo junto a sus padres, conoció a quién la haría inmensamente feliz. Un perrito de no más de un mes de vida deambulaba solo por las calles. Le robó el corazón de inmediato, y desde ese mismo instante ambos supieron que serían amigos por siempre.
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Tommy, como es su apodo de cariño, hoy es el regalón de la casa, tiene su vivienda propia y es un integrante más de la familia. Hoy tengo diez años y soy más feliz que nunca al tener mi mascota soñada, el pequeño Tomás. Y sé que viviremos juntos, felices hasta la eternidad.
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Maraña, la araña Valentina Cisternas Ibáñez Instituto Andrés Bello - Talca
Había una vez una pequeña araña llamada Maraña que le tenía miedo a la oscuridad. Ella vivía en la habitación de Alicia, una niña que les temía a las arañas, pero no sabía que Maraña vivía ahí. La pequeña araña dormía debajo de la cama, hasta que un día descubrió que para el cumpleaños de la niña, le habían regalado un peluche con luces. Desde esa noche, Maraña intentó llegar a la cama; primero intentó subir por el velador, pero estaba muy alto. Luego intentó por la silla del escritorio, pero nuevamente no pudo porque estaba muy inclinada. Antes de rendirse intentó subir por la cama y, después de mucho esfuerzo, lo consiguió. Una vez arriba buscó el lugar más cómodo sobre el peluche para poder dormir, y así no tener miedo. El peluche tenía muchas luces, lo que le daba tranquilidad. Ya estaba amaneciendo. Alicia abrió los ojos y vio a la araña. —¡Ayyyyy, qué susto! —gritó. Al ver que la araña no se movía, que estaba tranquila y dormida, se calmó. Pasaron los días y Alicia se acostumbró a verla todas las mañanas, hasta que se hicieron muy buenas amigas.
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Un día la mamá de Alicia entró a su habitación y le preguntó con quién hablaba, y qué hacía una araña encima de su peluche. La niña le respondió: —Mamá, es mi amiga. Todas las mañanas converso con ella. Ya no les tengo miedo a las arañas. Alicia aprendió que no debe temer a las arañas, porque no hacen daño. Sólo quieren dormir y descansar.
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LADY ANIMAL Sofía Pérez Bonvallet Colegio Integrado San Pío X - Talca
Había una vez una niña llamada Carolina que estaba de vacaciones en su cabaña del bosque. Ella se destacaba en tocar la flauta, y lo hacía todo el tiempo. Un día Carolina se quedó sola y se fue a practicar al bosque. Detrás de los arbustos encontró un jardín secreto y se sentó ahí. Mientras tocaba, unos animales se acercaron a ver qué pasaba; vieron que era una niña y se sentaron juntos a escucharla. Estuvieron con ella una hora disfrutando de su música. Carolina les dijo:
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—Mañana volveré aquí. Les tocaré la flauta y les traeré pan. Todos los días vendré. Al día siguiente Carolina les tocó tres canciones, les enseñó a bailar y a cantar. Comieron pan y jamón, excepto los cerdos que comieron maíz. Pasaron tres meses de hermosa amistad, los animales esperaban muy felices a Carolina para bailar y cantar. Pero, un día no llegó. Estaban muy preocupados y tristes. Cuando de pronto encontraron una nota. ¡Volveré el próximo verano! Los animales prometieron volver a reunirse allí, en el jardín secreto, cuando el radiante sol traiga de vuelta a su amiga Carolina.
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CRISTAL Y
SUS PODERES Emilia Verdugo Salgado Liceo Santa Teresita - Talca
Cristal tenía diez años. Ella era diferente a los demás niños y niñas de su edad. Tenía poderes que no sabía controlar, eran muy bonitos pero también muy peligrosos. En su colegio la molestaban por tener poderes. Su poder de hielo era el favorito, pero el más odiado por sus compañeros. Ellos decían que Cristal era rara. Un día Emily, la niña nueva del curso, se le acercó y vio que jugaba con un poco de nieve que salía de su mano. La miró y le dijo: —¡Wow, qué genial! Cristal se sorprendió porque nunca nadie le había dicho algo así, menos por sus poderes. —¡Oh! Lo siento si te puse incomoda, pero tus poderes de verdad son geniales — insistió Emily. —Gracias, nunca me lo habían reconocido. 36
Emily se volvió la mejor amiga de Cristal. Jugaban juntas y hablaban de sus poderes. Cristal se sentía muy bien teniendo una compañera de juegos. Un día Cristal le hizo un regalo a Emily. Con su mano hizo un collar de copos de nieve y se lo dio. Emily se sintió feliz y mostró su poder; de su mano salió una flor muy bella. Cristal dijo: —¡Qué bella! Me encantaría tener ese poder. Emily y Cristal fueron amigas por mucho tiempo, pero un día Emily tuvo que irse a otro colegio; ambas estaban muy tristes. Cristal sonrió: —Somos amigas, eso significa que nunca nos olvidaremos. Fue en ese momento cuando Cristal supo que había hecho una amiga para toda la vida.
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EL ORIGEN DE
LAS GALAXIAS Martina Moraga Ramírez Colegio de La Salle - Talca
Vía Láctea era una galaxia muy buena. Tenía una hermana menor llamada Fugaz. Ésta era muy diferente a ella. Mientras Vía Láctea siempre ayudaba en los quehaceres de casa y se esmeraba por conseguir buenas calificaciones, Fugaz era floja y no estudiaba para los exámenes del colegio. Galáctico, el padre de las pequeñas, estaba muy orgulloso de Vía Láctea. Por esto le regaló muchos planetas, también estrellas y personas para que los habitaran. Y para que Fugaz no se sintiera mal, a ella también le obsequió un astro. Como el planeta regalado a Fugaz no tenía ocupantes, ella decidió robarle las personas a su hermana. Poco a poco comenzó a llevárselas. Pero el plan no resultó como esperaba, pues su planeta no estaba en condiciones de ser habitado. Sin embargo, Fugaz no se dio por vencida y empezó a hurtar también las cualidades de los planetas de Vía Láctea.
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Cuando a Fugaz le quedaba sólo un planeta por saquear, su padre Galáctico se enteró de lo que había estado sucediendo y se enfureció. Decidió darle una lección, y como castigo le impuso que ella nunca sería descubierta por parte de los habitantes del último planeta que le quedaba a su hermana: La Tierra. Para poder deshacer el castigo y salir del anonimato, Fugaz debía reparar todo el daño que había hecho. Hasta hoy, Fugaz aún no ha podido revertir el castigo de su padre y aún sigue sin ser reconocida. Pero para buena suerte de todos, Vía Láctea sigue cuidando y manteniendo saludables a todos sus planetas, estrellas y habitantes; entre ellos, nosotros.
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SUEÑOS Giorgio Giovanetti Navarro Colegio Suyai - Maule
Todos tenemos sueños. Un gran sueño hace que la vida valga la pena. Los sueños son para cumplirlos, o tratar. Los sueños te hacen viajar, viajar al pasado o al futuro. Yo sueño… sueño con el gran amor, sueño con visitar la Luna, e incluso con ir a Marte o que Einstein me ayude en física. 40
Sueño de sueños, todos tenemos uno; sueño de noche, sueño de día; sueños de la vida, sueño de familia.
Ahora te toca a ti; soñar no es malo, es parte de la vida… ¡Sueña!
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PRIMER AMOR Josefa Moya Gálvez Colegio María Mazzarello - Talca
Jackson y Jennie son muy buenos amigos, se conocen desde pequeños. Ahora ambos tienen quince años y van al mismo liceo. Se tienen mucho cariño. Jackson comenzó a enamorarse de Jennie hace ya algunos años, pero no se lo había dicho porque tenía miedo que su mejor amiga se alejara de él, lo que le rompería el corazón. Había pasado un tiempo y Jackson vio a su mejor amiga conversando con otro chico, ambos reían y jugaban. Jackson se empezó a sentir extraño, no quería que su amiga estuviera con otro chico, le molestaba. Un día Jennie y Jackson discutieron por el tema del chico, y se alejaron. 42
Jackson se sentía terrible, iba y regresaba solo y triste del colegio, y cuando tenía un problema en casa lloraba y extrañaba el consuelo de su amiga. Jennie, por otro lado, también estaba muy triste. Comía poco y se sentía muy sola. Extrañaba la voz de Jackson, las divertidas historias que le contaba y que siempre la hacían reír. Un día Jackson no aguantó más, sabía que se había equivocado, así que fue a casa de Jennie a pedirle perdón. Ella lo perdonó, pero le aclaró que no podía prohibirle tener otros amigos. Ambos se pusieron al día de lo ocurrido esas semanas, se dieron cuenta que se habían extrañado mucho y que las cosas no eran tan divertidas cuando estaban separados. Sintieron que se querían más que antes; en ese instante, comprendieron que estaban enamorados. 43
¡ACELERA! Matilda Yáñez Moraga Escuela El Edén - Talca
Tres amigos que se hacían llamar “La Patrulla del Bosque” se preparon para una de sus tantas excursiones. Drek y Rich iban hacia el lugar del encuentro con Barry. Alegaban como siempre dentro del auto, cuando en un descuido y sin darse cuenta atropellan a una oveja. Rich siempre tan nervioso se preguntaba una y otra vez: ¿Qué haremos ahora, qué haremos ahora? Drek se sacaba selfies con el cadáver de la oveja, y mientras se las muestra a su amigo, voltean y la oveja ya no estaba. Subieron rápidamente al auto y aceleraron hacia el bosque donde los esperaba Barry. —Hola amigos, tardaron un poco; ya tengo las carpas listas —dijo Barry. Drek revisando su celular vio que había una súper fiesta en la ciudad esa noche y no se la quería perder; le contó a Rich y acordaron que cuando Barry se durmiera se irían a la fiesta y volverían antes de que él despertará. Ya era hora, y antes de ir a la fiesta pasaron a comprar bebidas y cosas cool para comer. De pronto vieron a lo lejos a Barry arrancando de una oveja. Se acercaron a él para que subiera al auto; una vez adentro, aceleraron lejos. —Oye Barry ¿qué ocurrió?, ¿cómo llegaste acá? —Me levanté a ofrecerles chocolate caliente y no los encontré. Salí al camino y esa oveja zombie casi me muerde las pompis, así que corrí hasta aquí. Y ustedes ¿por qué me abandonaron? 44
—Sólo queríamos ir a una fiesta —dijo Drek. —Siempre hacen lo mismo, creen que soy un bobo —dijo Barry. —No discutamos ahora —dice Rich— tenemos que hacer algo con esa oveja zombie. —De seguro encontraremos un antídoto en el laboratorio de la universidad. Los tres chicos partieron en busca del antídoto, pero cuando llegaron el laboratorio estaba repleto de ovejas zombies reunidas en la entrada. Ingresaron por atrás, y una vez obtenido el antídoto los tres amigos se enfrentaron a las ovejas, pero eran muchas y el antídoto se agotaba, hasta que ya no quedó más y se vieron rodeados. Se abrazaron y esperaron su fin. —Justo en ese instante Drek escuchó una voz. —¡Despierta! Tenemos que ir a la fiesta. Te quedaste dormido y se nos hace tarde —era la voz de Rich —Pero ¿cómo volvimos al bosque?, ¿estábamos a punto de morir? —dijo Drek. —Sólo fue una pesadilla, ¿vamos a ir o no a la fiesta? —Sabes, prefiero quedarme acá con Barry. Somos “La Patrulla del Bosque” y no podemos abandonar a un amigo. —Entonces despertemos a Barry y preparemos chocolate caliente, que me estoy helando.
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EL DEMONIO SIN CARA Sofía González Morales Colegio Suyai - Maule
Esa noche a Julieta le había tocado cuidar a sus hermanas; de pronto un sonido alarmante la despertó, pero lo ignoró. Unos minutos después escuchó pasos sobre el techo, creyó que era su imaginación; no hizo caso y siguió durmiendo. Era la medianoche cuando escuchó un grito de sufrimiento extremo, fue a investigar qué ocurría y encontró un cuerpo ensangrentado; era el cuerpo de una de sus hermanas. Tenía mucho miedo y fue corriendo a la otra habitación, pero vio que su otra hermana estaba siendo atacada por un monstruo negro y muy alto: El Demonio Sin Cara. No pudo salvarla, y su hermana murió en sus manos. Con mucho miedo y ganas de vomitar se escondió en el baño. Escuchaba pisadas en el techo, y de un momento a otro se rompió la puerta. Sin poder contener la angustia y, desesperada por tener que sufrir, se quitó la vida. Julieta creyó que cuidar a sus hermanas esa noche sería una tarea fácil, pero no sabía que sería su última noche. Ustedes se preguntarán cómo conozco esta historia… Porque El Demonio Sin Cara soy yo. 46
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