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Frases célebres

La capacidad de atención del hombre es limitada y debe ser constantemente espoleada por la provocación.

Albert Camus (1913-1960 ), filósofo y novelista Francés.

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Poned atención: Un corazón solitario no es un corazón.

Antonio Machado (1875 - 1939), poeta español.

Cuando mi madre habla de mi infancia siempre dice que había una luz dentro de mí. Sin embargo, cuando fui a la escuela, la luz se apagó.

Jennifer Lawrence (1990-), Actriz con tdah.

Mefisto

Ser bueno o malo, ser hábil o torpe: en realidad, no importa. Lo único importante es prestar atención

Haruki Murakami (1949-), escritor japonés.

El águila vuela sola; el cuervo en bandadas. El necio tiene necesidad de compañía y el sabio, de soledad.

Friedrich Rückert (1788-1866), poeta alemán.

Los doctores y los profesores le dijeron a mi madre que yo no podía hacer nada. Simplemente no podía concentrarme. ¡Se equivocaron!

Michael Jordan (1963-), Jugador de baloncesto con tdah.

Mefisto

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en casa, higiene alimentaria, actividad y descanso personal, autorrespeto, seguridad personal y toma de decisiones. Los objetivos a conseguir en casa son:

Fomentar la cooperación en casa. Participar e implicarse en la vida familiar. Distribución de las tareas del hogar entre todos los miembros de la familia. Organización en casa.

Autoexpresión emocional. Los niños que no pueden expresar sus emociones o leer adecuadamente las de las demás,se sienten continuamente frustrados. Los niños con tdah terminan careciendo de toda sensación de control sobre la forma en que les tratan los demás y sobre la forma en que sus acciones afectan a quienes les rodean; lo que les hace sentirse incapaces, deprimidos y apáticos. En cambio, las personas que tienen una mayor certeza de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas, ya que tienen un conocimiento seguro de cuáles son sus sentimientos reales. Así, la capacidad de expresar los propios sentimientos es una habilidad social fundamental a trabajar con los niños con tdah, puesto que si adquieren habilidad en esta área, tendrán más probabilidades de controlar su conducta de manera consciente y autónoma.

Implantación de normas y límites. La mejor manera de establecer normas y límites es hacer partícipes a los niños de éstos. Una vez que el niño se siente parte de ellas, y observa que también son decisiones suyas, es capaz de aceptarlas y acatarlas mejor. En cambio, si las normas de convivencia en el hogar son impuestas, el niño siente que se le está obligando a ello, por lo que es muy probable que su primera reacción sea el rechazo a la norma lo que desencadena comportamientos disruptivos y alejados de las normas. Es indispensable que brindemos a los niños oportunidades de adquirir las destrezas necesarias para tomar decisiones y resolver problemas. Debemos hacer hincapié en la toma de decisiones, porque ésta guarda una profunda relación con las normas y los límites y la diferenciación que existe entre ellos. Para la implantación adecuada de los limites y normas se debe tener en cuenta lo siguiente: 1. Ser claros: al establecer límites o normas, éstos deben ser muy específicos, ya que si queda alguna ambigüedad el niño tendrá libertad de elección. 2. Estables y consensuados: ambos padres deben seguir la misma dirección y estar de acuerdo con las normas y límites impuestos. No puede ser que el padre opine una cosa y la madre otra, porque entonces el niño no acatará una norma, sino que se inclinará por la que más le convenga y 3. Consecuencias establecidas: el incumplimiento de normas y límites debe llevar consigo una serie de consecuencias, positivas o negativas en función del comportamiento realizado. Si estas consecuencias no están impuestas, son desproporcionadas o no se siguen de una manera continuada, es muy difícil que las normas y límites impuestos se mantengan. 4. Límites y normas en su justa medida: para conseguir mayor éxito se recomienda ir introduciendo las normas poco a poco, en función de las posibilidades de asimilación del niño y la perseverancia que tengan los padres para hacerlas posibles. Si atosigamos al niño con muchas normas a la vez, va a ser incapaz de seguirlas todas y, por supuesto, va a fracasar en ellas.

Reflexiones finales A pesar de que la sociedad, los profesionales y los padres de familia están cada vez más informados sobre las manifestaciones del trastorno por tdah, es importante hacer hincapié en que éste requiere de una extensa y exhaustiva valoración realizada por todos los involucrados: médico (neurólogo o psiquiatra), psicólogo, pedagogo, profesor y padres de familia. Ya que sólo realizando una buena valoración podemos tener la garantía de que estamos ante un diagnóstico correcto, y no ante una mala estimación o un diagnóstico erróneo. De la misma manera, la elección, planificación y ejecución de las técnicas de intervención requiere la participación de los involucrados como equipo. Es conveniente que, de ser necesario y posible, los padres y maestros participen en un programa de entrenamiento para obtener el mayor provecho en la aplicación de las técnicas. Además, la comunicación y un clima familiar cálido y afectivo ayudará a una mayor eficacia de las mismas.

Como se puede apreciar, la intervención para los niños con impulsividad y tdah es bastante compleja. Requiere de mucha sistematicidad y perseverancia porque es un tratamiento largo que puede ser agotador para los padres y los profesores, también se requiere de preparación sobre el conocimiento del trastorno así como de gran motivación y aceptación del niño y del adolescente.

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Neurol 35 (1) 17- 24, Orjales V. I. Déficit de Atención con Hiperactividad «Manual para Padres y Educadores» Ed, cepe Madrid 2 1999. Soprano. A. M. (2003). «Evaluación de las Funciones Ejecutivas en el niño». Mesa redonda: Avances en metodología clínica pediátrica. Rev. Neurol, 37 (1) 44-55.

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