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Dislexia en adultos.—Verónica García Ortega

La popularidad de los deportes en España está principalmente copada por el fútbol, el baloncesto, el ciclismo y los deportes de motor, deportes que cuentan en la actualidad con innumerables practicantes y seguidores. Pese a esto, haciendo un recorrido por el origen de los distintos deportes, parece que los únicos deportes “masivamente” practicados que tienen su origen en España son la esgrima y la pelota vasca.

La esgrima era práctica habitual en Francia, Inglaterra o Italia pero fue en España donde aparecieron los primeros manuales sobre este deporte.

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La pelota vasca, considerada de origen nacional, deporte cuya práctica está documentada en la Baja Edad Media en El País Vasco, La Rioja y Navarra puede vincularse con las tradiciones de juego de pelota que existen desde hace miles de años en distintas partes del mundo, pero es comúnmente aceptado por los historiadores, que la pelota vasca (igual que la pelota valenciana o incluso el tenis) tiene su punto de partida en el Juego de Palma (Jeu de paume francés) el cual a su vez está inspirado en un juego romano denominado “Pila” . Ya era el Juego de Palma un deporte muy popular en Francia y practicado por todas las clases sociales en el siglo XIII. Recibe su nombre de la parte del cuerpo que se utilizaba en su actividad, aunque posteriormente se introdujeron diversos instrumentos para golpear la pelota como guantes y raquetas.

El juego consiste en devolver una pelota por encima de una red y se practica en individual, en dobles y también se podía jugar tres contra tres y cuatro contra cuatro, contándose los puntos igual que en el tenis actual 15, 30, 40 y juego.

Una de las cosas que más curioso resulta es que se jugaba sin árbitro y los jugadores debían acatar las decisiones de los espectadores, estando absolutamente prohibido enfadarse o contradecir la decisión.

A partir de principios del siglo XVI se tiene constancia de la utilización de raquetas elaboradas con cordaje de cáñamo y tripas por algunos de sus practicantes. Pese a esta novedad, el juego a mano desnuda perdura, conviviendo las modalidades de mano desnuda y mano enguantada con pala y raqueta.

Este deporte tan popular en Francia ya penetró en el norte de España en la Baja Edad Media, siendo muy popular en las actuales País Vasco, Navarra y La Rioja dando origen a lo que hoy se denomina Pelota Vasca.

ANTONIO RODRÍGUEZ GARCÍA

Las lenguas, como sabemos, son el fruto del natural desarrollo del ser humano en sociedad. Estas lenguas, que nacen de la interacción de unos individuos con otros dentro de una misma sociedad, son la principal forma de comunicación de la humanidad. Irónicamente, pese a ser el elemento que permite la comunicación, también ha sido una de las principales barreras entre los habitantes de distintos países: no contar con una misma lengua hacía más difíciles las relaciones entre unos y otros.

Desde el siglo XII encontramos muestras de lenguas artificiales que trataban de representar la realidad basándose en el mito adámico, la supuesta lengua que hablaría Adán y que tendría una propiedad única: cada palabra sería equivalente a su significado. Esta lengua mítica y perfecta, que se perdería tras el episodio de Babel, será el objetivo de muchos pensadores, con más o menos éxito.

Ya más recientemente, los filósofos, buscando lenguas lo más “puras” y objetivas posible, elaboraron lenguas artificiales lógicas para la expresarse de una forma más precisa de lo que es posible con las lenguas naturales. Autores como Wilkins en el siglo XVII y James Cooke Brown, en el XIX, siguieron esta estela. Sin embargo, poco a poco, el objetivo de representar lógicamente y sin imperfecciones la realidad dejó de ser el único: se buscaban lenguas que se pudieran utilizar en situaciones reales por grupos de personas.

Sumándose a esta nueva forma de ver y comprender las lenguas artificiales, Ludwik Zamenhof elaboró, a finales del siglo XIX, la que será la lengua artificial quizás más conocida y hablada del mundo: el esperanto. Identificándose como lengua universal de paz y entendimiento y contando con cientos de miles de usuarios (hay quien la tiene como lengua materna), quizás deba parte de su éxito a su “sencillez”: no tiene irregularidades y crea su vocabulario a partir de raíces latinas, compartidas por todas las lenguas romances.

Sin embargo, pese a todo lo anterior, hoy en día a pocos les suena la Lingua Ignota, el loglan o el lobjan. La verdad es que el mundo de las lenguas artificiales se ha ido dirigiendo cada vez más hacia la ficción: el élfico que se habla en el mundo de Tolkien, el klingon de Star Trek, el Na’vi de Avatar o el dothraki de la conocida serie Juego de Tronos son el foco actual de este tipo de lenguas. Estas lenguas artificiales, sobre todo las que aparecen en obras con presupuestos abultados, no se limitan al puñado de palabras que se dice en unas cuantas escenas, sino que son lenguas completas, pensadas de forma que puedan ser operativas: aunque podamos escuchar pocas palabras en élfico en El señor de los anillos, realmente se podría utilizar esta lengua para pedir una ración de patatas con salsa en un bar.

Existen diccionarios, gramáticas y congresos dedicados a numerosísimas de estas lenguas artificiales, así como grupos que se comunican exclusivamente por medio de ellas. ¿Demasiado friki para ti?

Namárië.

DANIEL RODRÍGEZ NUEVO

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