
4 minute read
América Latina
Cómo un dólar fuerte afecta a los países de la región
Advertisement
Por redacción/ MiaMi
l panorama económico en la actualidad está pasando por momentos complicados derivados de la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania. La inflación se ha disparado prácticamente en la mayoría de países y hay temores por una recesión a nivel mundial. No obstante, el dólar se ha visto favorecido y está teniendo una racha de gran relevancia. Desde comienzos de 2022 su curva ha sido ascendente y pareciera imparable, logrando fortalecerse hasta un 11%.
Por primera vez en veinte años, el dólar estadounidense ha logrado la paridad con el euro, lo que hace no muchos años atrás se veía lejano. Según Goldman Sachs, seguirá subiendo y por esa razón las casas financieras e inversores creen que esta moneda es la mejor apuesta y refugio en la actualidad, poniéndola por encima del Bitcoin y el oro. Sin embargo, esta situación no es muy alentadora para los mercados emergentes, los cuales se están viendo seriamente afectados por esta disparada de la divisa norteamericana.
Es evidente que el dólar se ha apreciado debido a su fuerte demanda como consecuencia del proceso de desaceleración que están teniendo las principales economías del mundo. La guerra entre Rusia y Ucrania ocasiona un riesgo geopolítico y volatilidad en los mercados. Además, la históricamente elevada inflación por la que pasa Estados Unidos ha llevado a un incremento drástico en las tasas de interés. Por lo tanto, los inversionistas están abandonando Europa y los mercados emergentes, para cobijarse bajo la seguridad de los activos denominados en el dólar.
La deuda pública: un problema aún peor
Es un hecho que la mayoría de monedas se han depreciado frente al dólar, lo cual genera un ambiente de tensión cuando se piensa en la deuda pública. Los países con las economías más pobres no tienen la capacidad de conseguir préstamos en su propia moneda, ya que los prestamistas no quieren correr el riesgo de recibir el pago con estas inestables divisas. Debido a esto, dichos países contraen préstamos en dólares, con el compromiso de pagarlos con la misma moneda.
Como consecuencia, los reembolsos de aquellos préstamos se vuelven mucho más costosos en moneda nacional debido a la fortaleza del dólar. Países de Asía Oriental no han sufrido tan dramáticamente con este asunto y en Latinoamérica el Peso uruguayo y el Real brasilero han estado mucho mejor que las monedas de otros países. Por ejemplo, en Brasil, las grandes tenencias de dólares del Banco Central, así como el aislamiento de las fluctuaciones cambiarias en su sector privado, sumado a que el país sudamericano es un importante exportador de productos básicos, han sido factores que han ayudado a amortiguar la situación que en otros países puede llegar a ser dramática.
El crecimiento económico se desacelera
Es natural que otros bancos centrales suban sus tasas de interés cuando la Reserva Federal lo hace; es necesario ser lo más competitivos posible y se debe hacer todo lo posible por resguardar la moneda local. Es preciso instar a los inversionistas para que pongan su dinero en un mercado emergente que les genere una mayor rentabilidad y así no tengan movilizar su capital a activos estadounidenses más atractivos y con menos potencial de riesgo.
Según datos del Instituto de Finanzas Internacionales, “los inversionistas extranjeros han retirado fondos de los mercados emergentes durante cinco meses consecutivos en la racha más larga de retiros registrada [hasta la fecha]”. Dicho capital que podría ser tan beneficioso para una economía emergente se destina a un lugar donde esté mejor cobijado. Luego, la desaceleración interna de estas economías debe “echar mano” de los ingresos públicos, por consiguiente, agudiza la deuda soberana.
El comercio en aprietos
No es un misterio que el dólar es la principal moneda en las transacciones internacionales, lo que significa que influye directamente en el comercio. Los países con economías en desarrollo generalmente no afectan los precios ni a los mercados globales y tienen una alta dependencia del comercio mundial. Un dólar fuerte puede ser tan determinante como para provocar un alza en la inflación.
Un dólar más caro significa importaciones más caras, lo que conlleva a una subida de precios y recortes en inversiones de las empresas; también ciertos productos podrían escasear, ya que las compañías que importan bienes gastarían más dinero en los productos más indispensables. Para enfrentar de la mejor manera una posible crisis, es necesario que los países de economías emergentes fortalezcan su fisco y apunten hacia un endeudamiento sostenible.
La posibilidad de atraer inversores no es nula y siempre se puede abrir una puerta, además, la comunidad internacional encabezada por las economías más fuertes, también tiene la responsabilidad de reestructurar las deudas, para que los países afectados no tengan que extremar su posición fiscal.