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Áreas de impacto

En los últimos años NESsT se ha dotado de un posicionamiento muy claro en relación con algunas cuestiones clave del sector de empresas sociales, particularmente en términos de su concepción y definición de lo que se entiende por problemas sociales críticos y del papel de las empresas sociales para abordarlos o solventarlos, los criterios de filtrado y selección de los emprendimientos y el enfoque de su modelo de prestación de servicios de apoyo y financiación en emprendimientos sociales en fases tempranas de su desarrollo8 .

Para esta organización, una vía para apalancar, de una manera real, el alto potencial de aportación de valor económico y social de las empresas sociales en entornos y ecosistemas incipientes es conseguir que todos los agentes concernidos asuman riesgos y hagan sus contribuciones. Esta visión ha sido especialmente relevante para diseñar el modelo de apoyo y acompañamiento con que trabaja la organización. Específicamente, NESsT define los emprendimientos o empresas que pueden pasar a forma parte de su portfolio como entidades que:

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i) se encuentran entre el primer y el cuarto año de su ciclo de vida;

ii) muestran un alto potencial para alcanzar una autosostenibilidad financiera medio y largo plazo;

iii) ya están comercializando sus productos/servicios, e incluso pueden estar creciendo aunque no necesariamente; y

iv) aún no están preparadas para recibir recursos de financiación externa procedentes del mercado de capitales propiamente dicho (“low investment readiness level”).

En este tipo de proyectos emergentes, el reto de alcanzar la fase siguiente de su ciclo vida (crecimiento y consolidación) depende en gran medida y casi exclusivamente de dos tipos de recursos: por una parte, del acceso a otras fuentes de financiación externa “más pacientes” (subsidios, préstamos blandos, cuasi-equity) y, por otra, del acceso a esquemas de soporte continuo y personalizado, centrados en el desarrollo de capacidades emprendedoras y directivas de sus promotores.

Áreas de impacto

Los fundadores de NESsT han analizado la evolución y configuración de los modelos de apoyo destinados a empresas sociales en los últimos años y establece una distinción entre dos focos de interés según el tipo de empresas promovidas9. Por un lado, pone de manifiesto la existencia de múltiples programas e iniciativas, tanto en países emergentes como en países avanzados, que se centran en la identificación y reconocimiento de ideas de empresas sociales (ejemplo de ello son el cúmulo de eventos, programas y premios patrocinados y promovidos por universidades, empresas privadas o el sector público). Por tanto el foco de interés (y de identificación) descansa

exclusivamente en la fase de “idea de negocio”, e incluso una fase más temprana de “concepto de negocio”. Según estos expertos, en un marco de un creciente desarrollo de los ecosistemas de emprendimiento social en muchos países, el apoyar el sector de empresas sociales resulta muy atractivo para muchos agentes públicos o corporativos porque combina un bajo nivel de inversión de recursos con retornos de visibilidad muy elevados10. En la práctica, sin embargo, muchas de estas ideas, que son reconocidas y premiadas, nunca llegan a cristalizar y se pierden en el camino por falta de financiación o del apoyo estratégico que necesitan para alcanzar la siguiente etapa de su desarrollo. En el otro extremo del espectro, destaca un crecimiento significativo del sector de la denominada “inversión de impacto” con importantes promesas de retorno financiero y social. En este sector, el foco de interés tiende a centrarse en proyectos de empresas sociales en fases más avanzadas, ya preparadas para recibir inversión, es decir, listas para crecer y escalar su negocio. Sin embargo, dado que lo que se busca y prioriza son modelos de negocio ya probados, el número de inversiones realizadas termina siendo mucho menor que las que podrían realizarse si se toma en consideración la capacidad del sector.

Entre ambos extremos existe, por tanto, una brecha en la que muchas empresas sociales con potencial de impacto quedan “atrapadas” y donde experimentan una doble insuficiencia: la falta de una financiación más paciente (ya sea de inversión o filantrópica) y la falta de servicios de apoyo y acompañamiento a medio y largo plazo. Los programas de aceleración surgidos en los últimos años, que trabajan con empresas en fases iniciales, han contribuido en alguna medida a cubrir este hueco. Sin embargo, la baja disponibilidad de recursos de financiación ha determinado que el alcance de los modelos de aceleración implantados acabe siendo limitado. En la mayoría de los casos, los programas de acompañamiento son de corta duración y dejan a las empresas antes de que éstas puedan consolidar sus modelos de negocio.

NESsT se posiciona claramente en una fase intermedia en estos extremos. Ofrece un modelo de apoyo a largo plazo enfocado en un portfolio seleccionado de empresas con alto potencial de impacto social que se encuentran entre la “idea de negocio”, denominada etapa de validación, la cual que puede incluir empresas con ventas que aún no hayan alcanzado el punto de equilibrio, y el momento en el que alcanzan un grado de preparación suficiente para recibir inversión de mercado (investment readiness level). Las empresas sociales candidatas pueden ser entidades emergentes o establecidas con un alto potencial en tres áreas de impacto social11:

i) empresas que faciliten o hagan posible la inclusión o inserción laboral de personas pertenecientes a grupos excluidos del mercado laboral (jóvenes en riesgo, minorías étnicas, personas con algún grado de discapacidad y otros grupos excluidos del mercado laboral) mediante la oferta de puestos de trabajo, o que proporcionen formación o servicios de colocación a dichos grupos;

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