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Capítulo II – La casa llevada por los ángeles

capÍtulo ii

La casa traída por los ángeles

¿Cómo llegó la Santa Casa a Loreto? En las últimas décadas se ha empezado a especular que las piedras de la morada de Nazaret –y no los muros, como siempre se había dicho– hubieran sido traídas a Italia por los hombres.

En la práctica, el traslado de la Santa Casa a la colina de Loreto es considerada por muchos como una leyenda piadosa, una operación que está insertada en el proceso de continua minimización de los acontecimientos milagrosos. Parece que esto tiene su fundamento en querer poner a la Iglesia en sintonía con los tiempos, para ser más creíble a los ojos del mundo. Estas actitudes sin embargo causan el efecto contrario ya que socaban la fe de los sencillos.

Como veremos en breve, hay dudas sobre la versión “moderna” de la cuestión lauretana. Si bien hay que aclarar que no se trata de un dogma de fe sino tal y como dijo el Papa Juan Pablo II en la Carta que escribió en el VII Centenario de Loreto: «estamos ante un hecho al que debemos conceder la plena libertad de ser investigado desde el punto de vista histórico». Precisamente en virtud de esta libertad nos sentimos con derecho a seguir pensando que es mucho más razonable e incluso “científicamente” probado que el “traslado milagroso” haya sido posible.

El mismo Padre Giuseppe Santarelli, historiador de la cuestión lauretana y de cuyas obras nos hemos nutrido

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para realizar este estudio debido a la cantidad de informaciones interesantes que nos ofrece, nos dice que la versión del transporte humano es tan solo una hipótesis, ya que no hay ninguna certeza incontestable. Por otro lado, esta hipótesis ha sido completamente desmentida con claras demostraciones probatorias por otros estudiosos, como se explicará mejor y más adelante en nuestro estudio.

Monseñor Giovanni Tonucci, obispo delegado pontificio de Loreto desde 2007 hasta 2017, en el prefacio de la obra de Santarelli, respondió a la invitación hecha por el Papa sobre la libre investigación histórica del hecho y escribe: «se equivocan quienes no dan por creíble la bella tradición del transporte angélico de la Santa Casa, pues no es algo banal ni superficial»23 .

Bien, intentemos ahora comprender por qué la Tradición Milagrosa no es un invento piadoso, ni una credulidad superficial.

1.Traslados históricamente probados

Históricamente, se han registrado al menos cinco traslados milagrosos de la Santa Casa de Nazaret durante el período comprendido entre 1291 y 1296: la primera en Tersato (hoy distrito de Rijeka), la segunda en Ancona (localidad de Posatora), la tercera en el bosque de la señora de Loreta (hoy localizada en Banderuola), la cuarta en el campo de dos hermanos situado en el monte Prodo (frente al actual santuario lauretano) y la última en la vía pública, donde se encuentra la actual basílica y donde sobre todo se ha construido una ciudad, justo alrededor de la ilustre reliquia24 .

Esto, obviamente, no significa que los santos muros nazarenos no hayan tocado también otros lugares, pero no hay documentación histórico-arqueológica sobre el tema. De he-

23 G. SANTARELLI, La Santa Casa di Loreto, cit., pp. 6-7. 24 Cfr. G. NICOLINI, Le cinque traslazioni “miracolose” della Santa Casa di

Nazareth, in Il segno del soprannaturale, n. 216, giugno 2006, p. 28

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cho, las tradiciones populares locales de la Toscana, Umbría y las Marcas sugieren que durante un período de tiempo en que salió de Tersato (entre el 9-10 de diciembre de 1294) y antes de llegar a Ancona (1295), la Santa Casa viajó y tal vez se detuvo en varios lugares del centro de Italia25 .

No es casualidad que mientras que en la región de las Marcas se habla de “Venuta”, en Umbría se habla de “Passaggio” y en algunas zonas de la Toscana del “Gran Tragitto” y en todas se cuenta el mismo hecho, pero de diferentes maneras, y todos estos traslados se han transmitido de generación en generación. Además, es precisamente en estas zonas donde se encuentra la “Antica Via Lauretana” junto a los llamados “Caminos Lauretanos” y por lo tanto es posible que la Santa Casa hiciera breves paradas allí.

Nosotros nos vamos a centrar en los cinco viajes de los muros de Nazaret ya que de ellos tenemos suficiente información para afirmar que son auténticos.

Para empezar, es necesario realizarse la siguiente pregunta: ¿Por qué la Santa Casa habría dejado Palestina? Pues he aquí la explicación. Los tres muros desaparecieron de la Basílica de la Anunciación en Nazaret en el año (1291) cuando los cruzados fueron derrotados en San Juan de Acre y tuvieron que abandonar definitivamente la Tierra Santa; de hecho, siempre se ha dicho que el milagroso traslado tuvo lugar para preservar la Santa Casa del dominio islámico.

Era pues una clara señal de defensa contra las conquistas del mundo musulmán, un tema muy vinculado a Loreto, como se verá más adelante. Es importante destacar justamente este dato, pues resulta muy significativo que, desde Tierra Santa, esta gran reliquia de la cristiandad haya elegido como última parada de su viaje el territorio de los Estados Pontificios, es decir, en los dominios del Vicario de Cristo.

25 Cfr. G. SANTARELLI, Tradizioni e Leggende Lauretane, cit., p. 161.

Representación de las sucesivas traslaciones de la Santa Casa. Autor anónimo del siglo XVI. Museo Pinacoteca, Loreto.

Guillermo Garratt, profesor de arte de la Universidad de Cambridge, gran historiador de Loreto26, convertido del anglicanismo al catolicismo, se planteó una pregunta que cualquier cruzado se haría: cayendo Nazaret en manos del islam ¿permitiría Dios, acaso, que la Santa Casa pudiera ser transformada en mezquita? El autor concluye que la respuesta a esta incógnita es clara: “la Santa Casa desaparecería si fuese necesario, porque Dios la salvaría de la profanación y de la destrucción. (…) El fanatismo de los seguidores del falso profeta podrían profanar otras iglesias

cristianas, pero el Todopoderoso no permitiría jamás que la Santa Casa fuese profanada. Así pues, cuando ya no quedase ningún brazo armado de hombre (cruzado) para proteger la casa bendita, Dios ordenaría a sus Ángeles que interviniesen para que no pudiera ser profanada la Santa Reliquia y los ángeles la llevarían en sus brazos y la situarían en una tierra cristiana. Sí, el Creador del Universo [...] transportó el testimonio inmortal de la Encarnación a una región segura donde miles de almas corrieron, corren y correrán a venerarla»27 .

2.El triple milagro del primer traslado

No podemos dejar de constatar el triple milagro que sucedió en la noche del primer traslado entre el 9 y el 10 de mayo de 1291.

27 Cit. in G. GOREL, La santa Casa di Loreto, cit., pp. 49-50.

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La noche del día 9 la Santa Casa desapareció de la Basílica de la Anunciación. La preciosa reliquia se encontraba debajo del edificio, justamente en una cripta, pues en 1263 había sido preservada de Alan ed-Din Taybar, teniente del sultán de El Cairo, Bajbars Banokan, que quiso profanarla.

A partir de estos hechos surgen algunos interrogantes. La primera cuestión que se nos plantea es como en 1291 pudieron los tres muros ser arrancados de los cimientos y salir del sótano de la iglesia. La segunda cuestión que se plantea es la velocidad del traslado, pues queda en el aire cómo fue posible que los muros sagrados, en el espacio de una noche, fueron movidos y desaparecieran del sótano de la basílica, un lugar, por otro lado, que hasta entonces siempre los había protegido, para aparecer en Istria.

Si como veremos hasta el nueve de mayo de 1291 la Santa Casa estaba en su lugar original, ¿Cómo es posible que al día siguiente ya no estuviese y que no haya ninguna explicación con respecto a este traslado?, ¿Qué había sucedido?, ¿Cómo fue posible llevar a cabo el trabajo en tan poco tiempo, es decir, arrancar los muros de los cimientos, sacarlos de la cripta protectora sin desmantelarlos y llevarlos en una sola noche a miles de kilómetros de distancia como es Tersato?, ¿Cómo hace esto un ser humano? ¿Y por orden y con el permiso de quien habrían hecho este traslado?

3.Las dos tablas antiguas

El famoso y autorizado religioso carmelita Giovanni Battista Spagnoli, llamado el Mantuano contó que, yendo al santuario de Loreto, leyó en una antigua tabla expuesta en las paredes de la iglesia la historia del traslado de la Santa Casa.

En una carta enviada al cardenal Girolamo Della Rovere el 22 de septiembre de 1489 (o, según algunos textos, en 1479), el Mantuano decía lo siguiente: «Habiendo llegado recientemente a la Santa Casa de la Santísima Virgen María

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de Loreto y habiendo visto las cosas admirables que Dios obró en ese lugar […] comencé a observar con diligencia y a admirar una enorme mole de “ex votos” colocados en las paredes que llamaron mi atención y que comencé a leer. Y he aquí que una tabla carcomida debido a su antigüedad apareció ante mis ojos y en ella estaba escrito el motivo por el cual ese lugar había alcanzado tan gran importancia. Entonces yo, ardiendo en un celo piadoso y para que por un descuido humano no se perdiera la información porque se creyese que eran datos insignificantes y porque no se borrara el recuerdo de tan maravilloso hecho, quise recoger de la tabla, consumida por la carcoma y el polvo, la serie de hechos milagrosos»28 y efectivamente así fue ya que en la tabla se recogían los traslados de la Santa Casa de Nazaret en varios lugares hasta llegar finalmente a Loreto.

El Beato Giovanni Battista Spagnoli prosiguió señalando que «Todas las cosas que hemos dicho anteriormente, a excepción de unas pocas quedan aclaradas y no alteran la historia que ya conocemos pues han sido tomadas de un auténtico ejemplar de la tabla anteriormente nombrada, al que hay que darle valor de fe»29 .

Por lo tanto, en la época en que se escribió (segunda mitad del siglo XV) queda claro que había dos tablillas: una carcomida por el tiempo y otra una copia más legible.

Esto significa que la historia de las traslaciones milagrosas no es una leyenda fabricada en ese período y sin duda las dos tablas tenían que ser verdaderas porque habían recibido la aprobación eclesiástica para estar allí colgadas. Para algunos estudiosos, la tabla más antigua fue obra del beato Pietro Moluzzi, obispo de Macerata, a cuya diócesis en 1320 el Papa Juan XXII había agregado el territorio de Recanati y por tanto de Loreto, confiándole la custodia de la Santa Casa.

28 Cit. in G. NICOLINI, La veridicità storica della miracolosa traslazione della

Santa Casa di Nazareth a Loreto, La Voce Cattolica, Ancona 2004, pp. 25-26. 29 Cit. in ibidem, p. 26.

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Según lo que cuentan algunos textos y autores antiguos30, el propio Beato Pietro Moluzzi fue testigo directo de los Traslados Milagrosos siendo el autor del primer relato escrito y que fue utilizado incluso en las clases escolares para instruir a los fieles y a las nuevas generaciones sobre lo que había sucedido en aquel bendito lugar.

Este manuscrito original ya no existe y los libros antiguos encontrados tan solo contienen extractos de los escritos del Beato Pietro Moluzzi o copias del mismo que pudieron ser consultados por los autores posteriores que quisieron transcribirlos. Para confirmar la antigüedad de los testimonios escritos que se remontan a los orígenes de los acontecimientos milagrosos, existe la Crónica de la Santa Casa, impresa en Loreto en 1844 donde se menciona un documento de 1324 y que pertenece al Archivo de Estado de Padua. En él tenemos la ocasión de leer las siguientes palabras: “Triginta abhinc annis Domus Beate Virginis Marie de Nazareth per manus Angelorum translata fuit per mare Adriaticum prope Urbem Recineti”, es decir, “Hace treinta años la Casa de la Bienaventurada Virgen María de Nazaret fue transportada por los Ángeles a través del mar Adriático cerca de la ciudad de Recanati”. El autor de la Crónica de la Santa Casa, Raffaele Sinibaldi, capellán de la Casa Real de Borbón, cita este documento y da fe de su autenticidad. Y por ello lo presentó a Mons. Stefano Bellini, obispo de Loreto, historiador de la Santa Casa.

4.Primer traslado: Tersato

El primer lugar donde se estableció la Santa Casa después de dejar Nazaret fue en Tersato, un distrito de la ciudad del Rijeka y lugar donde hoy en día existe un santuario dedicado a la Virgen, construido en memoria de la santa morada. El acontecimiento milagroso que vamos a narrar se remonta a la noche del 9 al 10 de mayo de 1291 y el vínculo entre Tersato (en Croacia) y Loreto siempre ha

30 Cfr. ibidem, p. 27.

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sido muy fuerte a lo largo de los siglos. No es casualidad que en la plaza del santuario de Loreto se construyera en el siglo XVI el Palacio de Iliria (Illyria es el nombre antiguo de Croacia), dedicado a la formación de clérigos dálmatas y albaneses. Los documentos nos dicen que una gran cantidad de peregrinos han ido siempre desde el Adriático a Loreto tal y como muestran los testimonies hallados en Tersato y que nacen a raíz de la venida de la Santa Casa.

De hecho, a lo largo de la monumental escalera que conduce al santuario, casi a la mitad de camino y delante de una de las capillas que se encuentran a lo largo de la escalera, se pueden leer unas palabras grabadas en el mármol que datan del siglo XIV y que dicen así: “La Casa de la Santísima Virgen María de Nazaret llegó a Tersato en el año 1291, el 10 de mayo y partió el 10 de diciembre de 1294”31 .

Según el informe del franciscano de Istria Francisco Glavinich en su Historia Tersatiana32, en la mañana del 10 de mayo de 1291 algunos leñadores llegaron a un claro del bosque donde encontraron un edificio que nunca habían visto antes; era una pequeña casa con un altar en su interior. El hecho no pasó desapercibido y la noticia del descubrimiento se difundió rápidamente llegando incluso al párroco de la zona. Don Alessandro Giorgiewich, que estaba en cama y muy enfermo de hidropesía, deseoso de ver con sus propios ojos el pequeño edificio que había llegado misteriosamente al territorio de su parroquia comenzó a rezarle intensamente a la Virgen, que se le apareció para curarlo e informarle sobre la aparición de las paredes.

La Virgen le indicó que eran las paredes de su casa de Nazaret, arrebatadas a los infieles para que no las profanasen. «Sabed –dijo María Santísima– que en esta casa nací, crecí aquí en mi primera infancia. Aquí, fue la anunciación del arcángel Gabriel y concebí al Hijo divino he-

31 Cit. in G. GOREL, La santa Casa di Loreto, cit., p. 51. 32 Para un resumen cfr. G.M. PACE, Miracolosa traslazione a Loreto della dimora della Santissima Annunziata, cit., pp. 8 e ss.

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cho por obra del Espíritu Santo. También fue aquí donde el Verbo se hizo carne, los apóstoles consagraron con su presencia esta morada y celebraron el augusto sacrificio... Dios, para quien nada es imposible, es el autor de este milagro y para que tú mismo seas su testigo y apóstol, ten la curación. Su repentino retorno a la salud, después de una enfermedad tan larga, confirmará este milagro».

Dada la excepcionalidad de lo ocurrido, el virrey de la zona, Nicola Frangipani, envió una delegación de cuatro hombres, entre los que se encontraba el propio don Alessandro, a Nazaret para asegurarse de que era realmente la Santa Casa de la Virgen. Los enviados pudieron comprobar que en la Basílica de la Anunciación ya no estaban los muros de la casa donde tuvo lugar la Encarnación: sólo quedaban los cimientos, cuyo perímetro coincidía exactamente con el de los muros que habían llegado a Tersato. Todo esto fue puesto por escrito de forma notarial, y por lo tanto protegido.

Sin embargo, entre el nueve y el diez de diciembre de 1294 los tres muros abandonaron Croacia, tan misteriosamente como habían llegado tres años y medio antes.

Fue entonces, cuando se empezó a construir una pequeña capilla para conmemorar el hecho de que la morada de la Virgen había estado en ese lugar.

En 1420 el Papa Martín V concedió indulgencias a todos aquellos que contribuyeran al mantenimiento del santuario croata. Por otro lado, el Papa Nicolás V aprobó que los franciscanos custodiasen la iglesia y habló de ella como un lugar de culto importante para Dios desde siglos pasados. A esto hay que sumarle el precioso testimonio de Urbano V que, habiendo llegado a Loreto en 1367, pudo ver el dolor de muchos peregrinos croatas que todavía lloraban la salida de la Santa Casa de su tierra (“Vuelve, vuelve a nosotros, bella Señora con tu Casa” era el lamento más común33).

33 P.V. MARTORELLI, Teatro istorico della Santa Casa, cit., v. 2, capo 4, p. 353.

Representación de las sucesivas traslaciones de la Santa Casa. Autor anónimo del siglo XVI. Museo Pinacoteca, Loreto. El autor de este trabajo pinta las ciudades idealizadas, al estilo medieval, y los ejércitos del duque de Urbino con el uniforme militar del siglo XVI. La casa de la Virgen aparece en un Nazaret rodeado de muros (1), atacado por los infieles. En una segunda representación (2), es transportada por ángeles y en una tercera imagen (3) la casa ahora se encuentra a salvo en otra ciudad amurallada, al otro lado del mar. (Museo del Virreinato de México)

El primer lugar donde posó la Casa Santa después de abandonar Nazaret fue Tersatto, ahora un distrito de la ciudad de Rijeka (Croacia). Para perpetuar su memoria, se levantó un santuario dedicado a la Virgen.

Tersatto

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Por eso el Papa regaló a los tersatianos una imagen de la Virgen34 para que la colocaran en su santuario y así consolarlos por la grave pérdida que habían sufrido.

Sin embargo, el pesar de los croatas persistió. Martorelli, citando al padre Riera, cuenta que hubo una peregrinación masiva en 1559 que contó con quinientos tersatianos entre hombres y mujeres, que hicieron el recorrido habitual de rodillas, tanto en la iglesia como alrededor de la Santa Casa, con velas encendidas en las manos y repitiendo juntos en voz alta: “Vuelve, vuelve a nosotros María, vuelve… ¿Por qué nos abandonaste María?”35 .

La devoción a la Virgen de Loreto sigue estando muy viva no solo en Tersato, sino también en toda Croacia.

5.Segundo traslado: Ancona

La segunda ubicación de la Santa Casa después de salir de Tersato, fue Ancona, que en ese momento era el puerto más importante de los Estados Pontificios.

La presencia de la Santa Casa en la capital de la región de las Marcas duró nueve meses y tuvo lugar en el año 1295 como así lo atestigua un documento (del que sólo se encontró una copia en 1732 en la caja de las “reliquias auténticas” que se situaba en la Catedral de Ancona que data del mismo año) un sacerdote contemporáneo de los hechos, un tal Don Matteo, que justo después de los años del milagroso traslado dejó un escrito para que no se perdiera el recuerdo de ese hecho prodigioso en Ancona. Para venerar este hecho los habitantes de la ciudad construyeron una capilla en la colina que daba al puerto, donde había permanecido la Santa Casa.

Así dice el escrito: «Yo, Don Matteo, rector y plebeyo de S. Onofrio della Porta di Campo Marte de la ciudad de Ancona, por mi devoción dejo este recuerdo de este milagro,

34 Cfr. G.M. PACE, Miracolosa traslazione a Loreto della dimora della

Santissima Annunziata, cit., p. 29. 35 P.V. MARTORELLI, Teatro istorico della Santa Casa, cit., v. 2, capo 4, p. 353.

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que aconteció en el año 1295. En el bosque de la Contrada di Posatora donde durante nueve meses estuvo situada la Santa Casa de la Madre de Dios y como éramos pocos debido a las grandes guerras y plagas sufridas, quise realizar este escrito para recordarlo y lo puse bajo la piedra sagrada de la Iglesia de Santa Catalina que tanto admiraba a la Santísima Virgen María en su tiempo. Firmado un humildísimo siervo de Dios»36. Pero esta no es la única prueba.

Mucho más probatoria que este hecho milagroso es la prueba dada por la construcción -dada por parte de los obispos locales - de tres iglesias, construidas para conmemorar la estancia de la Santa Casa en la colina de Posatora en Ancona y en su posterior traslado a la zona de Recanati.

Una de estas tres Iglesias que se sitúa en la localidad de Barcaglione (en las colinas entre Ancona y Falconara Marittima) se encuentra todavía hoy en el mismo lugar donde había una pequeña capilla que recordaba el avistamiento por parte de los habitantes locales de la Santa Casa, procedente del mar.

Cabe también mencionar la actual iglesia de Posatora, en la misma zona de colinas donde la Santa Casa se detuvo durante nueve meses. El término mismo del lugar es indicativo y deriva del latín “posat et ora”, que significa que la morada de la Virgen fue puesta en este lugar para rezar por la ciudad y para que la población rezase.

Finalmente, aún más importante es la construcción junto a la Catedral de San Ciriaco de la iglesia de Santa María de Nazaret (levantada a principios del 1300 y que hoy no se encuentra en pie debido a los sucesivos ataques bélicos que sufrió la zona) y que fue consagrada por el Obispo de Ancona, contemporáneo y testigo de los tras-

36 Cit. in G. NICOLINI, La veridicità storica della miracolosa traslazione della

Santa Casa di Nazareth a Loreto cit., p. 53. Tengase en cuenta que, como el propio Nicolini observa en la p. 54, la iglesia de S. Onofrio estaba muy cerca de la de S. Caterina y que el área de Posatora estaba dentro de la misma jurisdicción parroquial.

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lados. La iglesia fue construida precisamente para conmemorar y celebrar litúrgicamente todos los Milagrosos Traslados de la Santa Casa.

La iglesia de Posatora conserva además dos lápidas que atestiguan el milagro que tuvo lugar allí. Una que data de los siglos XIII al XIV. Ésta permanecería allí hasta los años cincuenta y sesenta del pasado siglo XX cuando lamentablemente se perdió como resultado de los trabajos de restauración. Pese a todo hay testigos oculares, todavía vivos, que recuerdan la lápida y dan testimonio de ella. La otra lápida data del 1545 y todavía está presente en la iglesia: evidentemente es una copia que traduce y copia la primera. En ella se puede hoy ver escrito lo siguiente: “Fue en este bosque, donde la Santa Casa de la Madre de Dios estuvo durante nueve meses MCCXCV”. Parece ser que la primera placa según recuerdan los testigos decía en latín vernáculo antiguo: “Quita futa reposata la Madonna de Loreta” (es decir, “de aquí salió después de estar por un tiempo la Madonna de Loreta”)37. Interesante dato porque ya se utiliza el término “Loreta”, para indicar el lugar del bosque donde la Señora de Loreta iría en su siguiente Traslado Milagroso.

6.Tercer traslado: en el bosque de la señora Loreta

En 1295, las tres paredes de la Santa Casa llegaron a un bosque en la zona de Recanati, situado detrás de la actual estación de ferrocarril de Loreto38. En aquel momento era un lugar salvaje y pantanoso propiedad de una noble dama de Recanati llamada Loreta, de la que deriva el nombre del pueblo que alberga el santuario. Hoy en día, en la zona donde se colocó la preciosa reliquia, hay una pequeña iglesia que recuerda este acontecimiento.

37 Cfr. G. NICOLINI, La veridicità storica della miracolosa traslazione della

Santa Casa di Nazareth a Loreto cit., pp. 57-58. Cfr. anche G. NICOLINI, Le cinque traslazioni “miracolose” della Santa Casa di Nazareth, cit., pp. 28 e ss 38 Cfr. G. NICOLINI, La veridicità storica della miracolosa traslazione della

Santa Casa di Nazareth a Loreto cit., p. 68.

La iglesia de Santa Maria Liberatrice se construyó en el siglo XVI sobre una capilla anterior del siglo XIII. De acuerdo con los documentos históricos y arqueológicos existentes, de hecho, en el viaje que acompañó a la Santa Casa de Nazaret a las Marcas, los ángeles “pusieron” las tres paredes de la Santa Casa de Nazaret durante nueve meses, justo donde se encuentra esta iglesia hoy.

El lugar se llama “Banderuola”, porque algunos devotos, en el momento de los hechos milagrosos, izaron una bandera en la copa de un pino muy alto para mostrar a los peregrinos que venían de lejos el lugar exacto donde se encontraba la Santa Casa.

En este lugar, la morada de la Virgen estuvo unos ocho meses. Prueba de ello es la ya mencionada tabla antigua expuesta en la misma Santa Casa y mencionada en los estudios de Teramano (en 1472) y del Beato Giovanni Battista Spagnoli (en 1479).

No solo tenemos estos datos pues también en Teramano se encuentran testimonios de dos ancianos bajo juramento llamados Pablo de Rinalduzio y Francisco el Prior39 , donde el primero informó que había oído que un antepasado había visto con sus propios ojos la Santa Casa venir volando sobre el mar y luego posarse en el bosque. El segundo declaró que uno de sus antepasados había visitado la Santa Casa cuando todavía estaba en la propiedad de la Sra. Loreta y fue testigo del milagroso traslado al Monte Prodo.

39 Cfr. G. NICOLINI, Le cinque traslazioni “miracolose” della Santa Casa di

Nazareth, Il segno del soprannaturale, n. 220, ottobre 2006, pp. 28-29.

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Puede ser que estos testimonios sean considerados por el lector superficiales e inconclusos, pero debemos de tomarlas en consideración teniendo en cuanta la seriedad del escritor que las escribe.Además de los dos testigos de Téramano también confirman el evento milagroso San Nicolás de Tolentino que atestiguó la llegada de la Santa Casa y el hermano Paolo della Selva; un ermitaño que vivía en la colina cercana de Montorso y que también tuvo una revelación sobrenatural sobre el verdadero origen de las tres paredes40 .

En cuanto los peregrinos supieron del hecho, acudieron en gran número a ese lugar sagrado, a pesar de que era una zona desprovista de todas las comodidades. Pero era tanta la fe y tanto el entusiasmo que no les importaba, prefiriendo quedarse día y noche acampados bajo los árboles en oración en lugar de irse. Mantuano escribió que los peregrinos también venían de regiones muy remotas. Toda esta afluencia, sin embargo, ha dado lugar a problemas.

Como explica Ricci en su Historia Virginis Mariae Loretae (siglo XV), los bandoleros y delincuentes comenzaron a hacer estragos, robando a los devotos, haciendo imposible la visita a la Santa Casa. Por este motivo la Santa Casa se trasladó de nuevo, esta vez un poco más alto, en el Monte Prodo.

Ubicada allí la reliquia, los milagros continuaron tal y como lo relatan testigos e historiadores como Riera y Girolamo Angelita. La Santa Casa estuvo en este lugar ocho meses. Al abandonarlo, en el área en donde se había posado, crecieron flores y hierba, mientras que alrededor todo estaba invadido por arbustos y espinas. Desgraciadamente, todo esto terminó cuando los campesinos, por ignorancia, comenzaron a desforestar la zona y a trabajar la tierra, borrando esas señales milagrosas. El Papa Gregorio XIII en 1575, ordenó recuperar la zona pero en esta labor fueron arrancados los árboles que habían sido doblados en direc-

40 Cfr. G. GOREL, La santa Casa di Loreto, cit., pp. 62 e ss.

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ción al mar y contra el viento cuando la Casa de la Santa Virgen41 salió de este lugar hace trescientos años. Sin embargo, en el lugar, como ya se ha mencionado anteriormente, se construyó una capilla, que todavía existe hoy en día.

En lo que respecta al “milagro de los árboles”, parece útil que el lector tenga la oportunidad de leer el relato que Don Antonio Gudenti, patricio de Osimo y archidiácono de la Basílica Lauretana y que escribió en 1790, donde cita literalmente lo escrito por el célebre Torsellini que podemos encontrar en el primer libro, capítulo seis de su monumental obra ya mencionada, “Lauretanae Historie libri quinque”. Este relato es de gran valor por haber sido redactado en un momento muy cercano a los hechos y que dice así:

«No en vano hay una creencia sobre la llegada de la Casa de María. La historia cuenta que los árboles de una larga fila se doblaron al pasar la Santa Casa. Algunos de estos árboles se inclinaron y otros cayeron al suelo. El motivo no podía ser la vejez o la fuerza del viento pues fueron doblados en contra del mismo. Lo que sí sabemos es que por desgracia fueron cortados. Pero los testigos dicen que los árboles se inclinaron para mostrar a los peregrinos como ellos habían sido testigos de tal milagro. Su recuerdo esta todavía fresco y yo el autor, les aseguro que un hombre digno de fe me constató que estaba acostumbrado a ver estos árboles y que parece ser que con más de veinte años este testigo nos muestra que estos árboles nunca se habían visto con el pie tan curvado e inclinado y con todo su tronco hacia el mar y contra el viento. Estos árboles fueron dejados allí con un propósito religioso pero la insensatez e inexperiencia de los campesinos hizo que fueran cortados y arrojados al suelo para que no se obstaculizara el arado»42 .

41 Cfr. G. SANTARELLI, Tradizioni e Leggende Lauretane, cit., pp. 160-161.

Torsellini y Martorelli también escribieron sobre el milagro de los árboles. 42 Cit. in A. GAUDENTI, Storia della Santa Casa di Loreto esposta in dieci brevi ragionamenti fra un sacerdote custode di S. Casa ed un divoto pellegrino, ed. seconda, Loreto 1790, p. 41.

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7.Cuarto traslado: la tierra de los dos hermanos

Las tres paredes llegaron al Monte Prodo, donde en ese momento no había más que unos pocos árboles y chozas. El lugar elegido esta vez fue la tierra de dos hermanos, Simone y Stefano Rinaldi degli Antici43. Ahora es difícil identificar el lugar exacto donde se ubicó la Santa Casa, sin embargo, se sabe que estaba frente a lo que ahora es el santuario. De hecho, todavía hay una pequeña piedra tallada en la pared al final del actual Palacio Apostólico que representa una imagen de la Virgen sentada sobre la Santa Casa. A continuación, se encontraba la inscripción “visitatio custodivit” (o “este lugar vigilaba la visita” de la Santa Casa).

Los dos hermanos, felices de haber sido privilegiados por la divina providencia pronto empezaron a discutir sobre el dinero que podían ganar con los numerosos peregrinos que acudían a la Casa Sagrada; pues muchos de ellos dejaban regalos votivos en honor de la Madre de Dios.

Esto hizo crecer entre los hermanos la codicia y el afán de lucro y la situación se volvió tan problemática que el Municipio de Recanati se dirigió al Papa Bonifacio VIII (que fue informado y consciente de los cambios milagrosos, como atestigua en el siglo XVIII, el mencionado obispo de Montefeltro Valerio Martorelli) para resolver el litigio y tal vez disponer de la expropiación del terreno de los dos hermanos. Pero no hubo necesidad ninguna de intervención humana porque la Santa Casa, en el mes de diciembre de 1296, dejó la tierra de los dos hermanos y fue a ubicarse donde aún hoy puede ser venerada. Fue por tanto el quinto y último traslado.

8.Quinto Traslado: la vía pública

A finales de 1296, la Santa Casa “para el ministerio angélico” se encontraba en medio de la vía pública que

43 Cfr. G. NICOLINI, Le cinque traslazioni “miracolose” della Santa Casa di Nazareth, Il segno del soprannaturale, n. 222, dicembre 2006, pp. 28-29.

Los bandidos y los criminales comenzaron a enfurecerse, robando a los devotos, haciendo imposible la visita a la Casa Santa. Esta fue, evidentemente, la razón principal de la nueva traslación, un poco más arriba, sobre el monte Prodo (lo que es ahora Loreto). Revestimiento de mármol, Antonio da Sangallo, 1531-1534.

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conectaba Recanati con Ancona y Porto Recanati. Recordemos en este punto que la Santa Casa está puesta en el camino sin sus propios cimientos.

Sólo cuando la estabilidad de la Santa Casa se consideró insegura debido a lo pobre del terreno, se insertaron los cimientos y se rodeó por un gran muro. Pero para entender que la ubicación de la Santa Casa en la vía pública no era cosa humana, bastaría con usar el sentido común pues ¿Cómo se explica que la autoridad permitiese la

En 1295, las tres paredes de la Santa Casa se posaron en un bosque de Recanati, situado detrás de la actual estación de ferrocarril de Loreto. Hoy, una pequeña iglesia lo recuerda. La ubicación se llama “Veleta”, porque algunos devotos, en el momento de los eventos milagrosos, izaron una bandera en la parte superior de un pino muy alto para señalar a los peregrinos el punto exacto donde se encontraba la Casa Santa.

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construcción de un edificio en una importante vía pública, a costa de la reconstrucción de un tramo considerable de la vía?, y ¿Cómo es posible que este edificio se hubiera construido sin cimientos y que esta supuesta omisión se subsane mediante obras de cimentación posteriores, mucho más exigentes y costosas que los cimientos normales de un edificio cualquiera?

9.Algunas aclaraciones

En cuanto a las fechas, hay que señalar que convencionalmente se considera el año 1294 como el año de la llegada de la Santa Casa a Loreto, pues se tiene la certeza de que en ese año la hermosa reliquia dejó Tersato y llegó a suelo italiano.

El Prof. Giorgio Nicolini44 nos aclara que hay un error en el cálculo de la llegada de la Santa Reliquia y que esto se debe a que el archivero Girolamo Angelita de Recanatese en el siglo XVI fijó la fecha del 10 de diciembre de 1294 como fecha de llegada de la Santa Casa a Recanati cuando en esa fecha lo que sucedió es que la Santa Casa desapareció de Tersato (10 de diciembre de 1294)

En cuanto a la certificación de la autenticidad de las traslaciones milagrosas realizadas en aquellos años, cabe destacar la construcción de la iglesia de Forio, en la isla de Ischia.

En 1295, los pescadores locales que volvían de faenar llegaron a Ancona contando la noticia de la llegada de la Santa Casa a la zona y rápidamente los habitantes de Forio comenzaron a construir una iglesia dedicada al milagro acaecido en la región de las Marcas incluso antes de que estos eventos milagrosos llegaran a su fin (en 1296), lo que nos revela la importancia del gran acontecimiento45 .

44 Cfr. G. NICOLINI, La veridicità storica della miracolosa traslazione della

Santa Casa di Nazareth a Loreto cit., pp. 78-79. 45 Cfr. ibidem, pp. 80-81.

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10. Ángeles o... ¿la familia Angeli?

En este punto es necesario hacer algunas aclaraciones sobre la versión moderna que parece haber suplantado casi totalmente la versión tradicional, reconocida oficialmente desde hace siglos por la Iglesia. Se trataría de saber, en ese caso, si el milagroso vuelo de los ángeles habría sido, simplemente, una idealización popular de un hecho meramente humano –aunque asistido por la Providencia divina– o atribuible a una cierta familia llamada De Angelis.

La presunta fuente histórica a la que se refieren quienes sostienen esta hipótesis46 (porque es una mera hipótesis) es el llamado Chartularium Culisanense, una colección de documentos de diversa índole, de los cuales no se posee el original, sino sólo una copia (real o presunta) de 1859 y que actualmente está conservada en la biblioteca de los monjes de Montevergine (Avellino).

Este documento como ha sido ampliamente demostrado por el Prof. Andrea Nicolotti en una de sus publicaciones en 2012, y como se explica más adelante, es ciertamente una “verdadera falsificación histórica”, creada en el siglo XIX por una familia de Culisano (Palermo) de apellido De Angelis, para hacer creer que descendían de la familia principesca “Angeli” de Epiro.

En esta falsificación, en la hoja número 181 se menciona la lista de las propiedades de la dote que Ithamar, hija del déspota de Epiro Nicéforo I Angeli-Comneno, entregó a Felipe de Anjou, príncipe de Taranto e hijo del rey de Nápoles Carlos II de Anjou, con motivo de su matrimonio, que tuvo lugar en 1294. Entre estos bienes se encuentran las “piedras sagradas” retiradas de la casa de la Virgen (“sanctas petras ex domo Dominae Nostrae Deiparae ablatas”) y un panel de madera pintado con la imagen de la Virgen sosteniendo al Niño Jesús en sus brazos.

46 El que apoya esta hipótesis con más fuerza es el padre Giuseppe Santarelli. Cfr. G. SANTARELLI, La Santa Casa di Loreto, cit., pp. 219 e ss. Para su refutación, el estudio reciente más importante es, sin duda, G. NICOLINI, La veridicità storica della miracolosa traslazione della Santa Casa di Nazareth a Loreto cit., pp. 40 e ss.

La casa traída por los ángeles 69

Aún queriendo admitir, sin creerlo, la autenticidad del citado documento, el hecho de haber cogido algunas piedras “de la Santa Casa” no significa en absoluto que el texto se refiera a la Casa de Nazaret, ya que la Virgen vivió en varias casas durante su vida (como son Jerusalén, Egipto o Éfeso). En cualquier caso, el documento mismo no acepta la interpretación de que toda la Santa Casa fuera transportada, pues sólo habla de “piedras sagradas quitadas” y no de la Santa Casa “entera”, a lo sumo son algunas piedras.

En cambio, en Loreto encontramos la Santa Casa “intacta” y no “algunas piedras”. Sabemos, además, que siempre se ha dicho o en todo caso se ha entendido que lo que milagrosamente dejó Nazaret fueron las paredes intactas de la habitación de María y no piedras individuales. Por tanto, siendo simples piedras, es absurdo que los documentos hablen constantemente de la “Santa Casa” cuando simplemente eran solo unas piedras. Lo que es real es que en Loreto hoy en día hay parte de la morada de la Virgen y no simplemente unas piedras.

Además de todo lo dicho hay que añadir que hay muchas preguntas en el documento que no tienen sentido, por ejemplo: ¿Cómo es que Niceforo Angeli-Comneno pudo disponer a su gusto de la ilustre reliquia si en ese momento no se encontraba bajo la Basílica de la Anunciación? Y por otro lado, ¿ permanecería en silencio la autoridad eclesiástica ante tal hecho? 47 No cesan aquí las preguntas pues otro interrogante que nos surge es que admitiendo que las operaciones de transporte también estaban destinadas a preservar la casa de la violencia islámica (la conquista de Acre tuvo lugar precisamente en 1291), ¿cómo es que estos bienes dotales acabaron en el territorio de Loreto, antes estado de la Iglesia? Y ¿cómo es que no se sabe nada de este viaje que sin duda habría requerido dinero, tiempo y organización?

47 Cfr. G.M. PACE, Miracolosa traslazione a Loreto della dimora della

Santissima Annunziata, cit., pp. 18 e ss.

70 El milagro de la Santa Casa de Loreto

La hipótesis más extendida habla de una donación al Pontífice, pero no se ha encontrado un fundamento sólido. Por otro lado, si bien es cierto que existe la posibilidad de transportar materialmente en grandes cantidades piedras pesadas por mar (¡nunca una casa intacta!) no se explica el motivo de por qué fue trasladada hasta en cinco ocasiones y sobre todo, no queda claro, como fue posible entonces reconstruir la reliquia con todas las características que hacen que la Santa Casa sea verdaderamente excepcional (sin cimientos, con piedra caliza de Oriente Medio, que datan de siglos y siglos antes, situada en la vía pública y que parte de la misma está sobre el vacío etc.) de las que ya hemos hablado.

A lo largo de los siglos el Traslado o, mejor dicho, los “Traslados Milagrosos” han sido cuestionados por personalidades individuales con un espíritu materialista, racionalista y de desconfianza a cualquier intervención sobrenatural, propio del espíritu humanista. Por otra parte, es sorprendente que algunas representaciones pictóricas medievales de Loreto estén completamente “manipuladas” pues hay pinturas donde se ven representaciones de barcos que parecen llevar piedras o (incluso) las tres paredes intactas con un campanario encima, como si fueran una iglesia. El Prof. Nicolini ha denunciado las “manipulaciones documentales” realizadas por algunos estudiosos recientes sobre las pinturas, representaciones y xilografías de los siglos XV y XVI en las que se cree, por parte de los lectores de hoy, que en tales reproducciones se plasman las dos “hipótesis”, tanto la del transporte humano como la milagrosa, tal y como se aprecia en una pintura del siglo XVI conservada en el Museo-Pinacoteca del Santuario.

En este museo se puede ver el cuadro que tiene una especie de mapa geográfico donde el autor sitúa los barcos en medio del mar con la Santa Casa llevada por los ángeles sobre el mar. La intención está bien ilustrada en la leyenda de la parte inferior por el autor, donde escribe expresamente que la representación del cuadro muestra

La casa traída por los ángeles 71

sólo y únicamente los “traslados milagrosos” mientras que los barcos son sólo un adorno de la obra; además, lo que hoy en día es identificado por algunos como la “Santa Casa” es en realidad la pequeña cabaña que los barcos medievales tenían en la proa y donde guardaban los instrumentos útiles para la navegación. Pero la interpretación “manipulada” en algunos libros por algunos estudiosos recientes nos dice que sólo son recuadros parciales donde el autor hace creer de manera inequívoca al lector que existen dos “hipótesis” sobre el tema: la del transporte milagroso y la del transporte humano, dando naturalmente más crédito a la segunda hipótesis que a la primera.

Lo mismo sucede con una impresión de 1582-1585, conservada en los Uffizi de Florencia: en el cuadro aparece un pequeño detalle, un barco con casa y sin vela donde el autor en las notas escritas a continuación del cuadro habla sólo del transporte milagroso.

El problema surge, como siempre, con los escépticos y no solo en la cuestión lauretana sino también en muchos otros acontecimientos. Sin embargo, no deben éstas opiniones afectar a la veracidad histórica.

Si en el pasado los detractores se centraron más en discutir la autenticidad de la Santa Casa, a principios del siglo XX, con el canónigo Ulises Chevalier, se empezará a hablar del transporte marítimo, y por tanto humano, de la Santa Casa. La autoridad eclesiástica siempre se ha distanciado de esa hipótesis y varios autores católicos la han negado en muchos textos, como veremos en breve.

Volviendo al Chartularium Culisanense, en un estudio de 2012 el mencionado Prof. Andrea Nicolotti48 (del Departamento de Estudios Históricos de la Universidad de

48 Cfr. A. NICOLOTTI, Su alcune testimonianze del Chartularium Culisanense, sulle false origini dell’Ordine Costantiniano Angelico di Santa Sofia e su taluni suoi documenti conservati presso l’Archivio di Stato di Napoli, in www. lavocecattolica.it/falseorigini.cartularium.pdf 2012.

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Turín) ha minimizado en gran medida la presunta importancia de un decisivo documento cuya autenticidad para el autor es cuestionado. En sus conclusiones, al tiempo que afirma que no puede adoptar una posición clara sobre el tema por falta de pruebas, deja claro que en su opinión «el carácter sustancialmente falso de la historia y de los documentos bizantinos producidos por la familia De Angelis de [Palermo, en cuyo palacio se encontró el Chartularium que no tienen ninguna relación con los gobernantes de Epiro. nda] debe hacer sospechar de manera firme la credibilidad de todas las fuentes que acreditan el santo hecho»49. Si esto es cierto, toda la hipótesis del transporte humano y de la idealización popular de la familia Angeli como siendo los Ángeles del Cielo es flagrantemente falsa.

El descubrimiento de dos monedas acuñadas por la familia Angeli y fechadas entre 1287 y 1308 en el subsuelo de la Santa Casa no es ni siquiera suficiente para sostenerlo. Primero, porque se han encontrado centenares de monedas de varias épocas e incluso de la época romana, ya que en la antigüedad había una necrópolis en ese lugar. El motivo por el que se encontraron tantas monedas era normal pues con motivo de la visita-peregrinación se hacían donaciones. Por tanto, las monedas solo atestiguan un gesto de devoción de algunos peregrinos, pero no el transporte humano y la reconstrucción del edificio en ese lugar. Para los autores la presencia de esas monedas y de cinco cruces de tela roja que pertenecían a los cruzados no hace sino confirmar la autenticidad de la Santa Casa que llegó a la región de las Marcas a finales del siglo XIII.

Igualmente falsas son las referencias –aludidas entre finales del siglo XIX y principios del XX– a supuestos documentos del Archivo Secreto Vaticano50, escondidos o destruidos (no se sabe bien) donde se habría negado la tesis del

49 A. NICOLOTTI, cit., p. 17. 50 Cfr. G. NICOLINI, La veridicità storica della miracolosa traslazione della

Santa Casa di Nazareth a Loreto cit., pp. 44-45.

La casa traída por los ángeles 73

transporte milagroso de la casa de María; algo extraño si se tiene en cuenta que todos los Papas y la Iglesia hasta entonces reconocían el traslado milagroso de la Santa Casa. Esta insinuación empezó a difundirse en la época de León XIII por el obispo de Dijon, Monseñor Landrieux que se habría enterado de su existencia por el médico papal Giuseppe Lapponi51, un escéptico de todo lo que concernía a Loreto. Sin embargo, sobre esta hipótesis no hay evidencia, si no, precisamente, rumores, probablemente interesados en sembrar confusión. ¿Es posible, entonces, que en tantos años ni siquiera los enemigos de la cuestión de Loreto, como el mismo Lapponi, hayan podido probar algo?

En resumen, y a pesar de que todo permanece envuelto en un cierto misterio –y de hecho podemos decirlo por innumerables otros acontecimientos de la historia sagrada y milagros recientes–, hablar del traslado “milagroso” de la Santa Casa parece ser hoy en día la solución más racional y razonable. En otras palabras, no se entiende la tenacidad de ciertos ambientes católicos por no aceptarlo.

11. La misteriosa noche entre el 9 y el 10 de diciembre

Una prueba más del Traslado Milagroso son las festividades populares. Nuestra Señora de Loreto es la patrona de las Marcas y el 10 de diciembre, día en el que se conmemoran litúrgicamente el Traslado de la Santa Casa, las instituciones civiles también proclaman el “Día de las Marcas” como un día especial para la zona.

Pues bien, a esta fiesta se han vinculado también tradiciones seculares que, lamentablemente, debido a los profundos cambios sociales y culturales producidos desde finales de los años sesenta, han hecho que se perdiera la verdadera esencia de la celebración. Hay que decir que

51 Cfr. G. NICOLINI, La veridicità storica della miracolosa traslazione della

Santa Casa di Nazareth a Loreto cit., pp. 44-45.

En muchas iglesias en las Marcas hay grupos escultóricos típicos, generalmente en madera, que representan la pequeña casa en forma de iglesia, equipada con un pequeño campanario y con la Virgen y el Niño en ella.

Colegiata de San Secondo, Asti

“Fuegos de la venida” y procesión en Loreto

La casa traída por los ángeles 75

esta tendencia ha cambiado en los últimos tiempos pues la región está enfocada en recuperar y preservar el precioso y rico patrimonio folklórico local.

Tradicionalmente, en la tarde y noche de la víspera de la translación se dan los eventos más importantes y característicos del lugar. El 9 de diciembre, de hecho, para la gente de las Marcas es la noche de la “Venuta”, es decir, la noche en la que se recuerda la llegada de la Santa Casa de mano angelical o lo que es lo mismo, los tres muros intactos de la Santa Casa de Nazaret a la colina lauretana.

A nivel popular y de forma espontánea, las celebraciones por la llegada de la Santa Casa comenzaron casi inmediatamente, desde el siglo XIV52. En el siglo XVII se oficializaron y celebraron de forma organizada, principalmente gracias a la prédica y a la labor de los capuchinos siendo los máximos responsables de ello el Padre Bonifacio de Ascoli y Fray Tommaso de Ancona. En 1624, la ciudad de Recanati (a la que entonces pertenecía Loreto) ordenó que en la tarde del 9 de diciembre «con el disparo de los morteros y el sonido de todas las campanas se encendieran fuegos en la ciudad se pusieran lámparas en todas las ventanas y se encendieran fuegos en todos los campos de labor»53. De aquí nace la tradición de los “fuochi” que iluminan el campo, las plazas de las iglesias y los barrios de los pueblos de toda la región. En otras palabras, las hogueras sirven para iluminar el camino de la Casa de la Virgen y del Niño Jesús que sobrevuelan sobre ellos. No es casualidad que en muchas iglesias de la región de las Marcas se encuentren esculturas, generalmente de madera, que representan la Santa Casa en forma de pequeña iglesia, equipada con un pequeño campanario y con la Virgen y el Niño en la parte superior. Por eso, en la región, la Virgen de Loreto es también conocida como la Virgen

52 Las informaciones se toman de G. SANTARELLI, Tradizioni e Leggende

Lauretane, cit., pp. 26 e ss. 53 Cit. in G. SANTARELLI, Tradizioni e Leggende Lauretane, cit., p. 30.

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del “tettarello” (en Macerata “de li cuppitti”), es decir, del techo, porque está representada sobre el techo de la casa.

Aunque varía de ciudad en ciudad, de distrito en distrito e incluso de familia en familia, generalmente los “fuegos de la Venuta” se encendían antes o después de la cena y siempre por la noche. La celebración consistía en la reunión de gente alrededor de la hoguera donde se recitaba el Santo Rosario y se cantaban las letanías lauretanas. Luego, realizaban cantos e himnos marianos de devoción popular. Cada casa y vivienda también ponía al menos una luz en la ventana o en el alféizar.

Toda esta tradición, que se había perdido, ha sido recientemente recuperada de manera loable por varias parroquias y comunidades locales. En un tiempo era tradicional que los abuelos o los padres contaran a sus pequeños la historia del milagroso Traslado despertando la imaginación y la Fe en los niños.

El momento culminante de la celebración, tenía lugar a las 3 de la mañana, hora en la que se creía que las tres paredes llegaron a suelo italiano. En ese momento, las campanas sonaban festivamente a la vez que los cabeza de familia disparaban varios tiros de rifle desde las ventanas para dar la bienvenida a la Santa Casa que acababa de llegar. Luego la gente iba a la iglesia a rezar y se celebraba una misa.

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